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Universidad Autónoma de Tlaxcala

Facultad de Diseño Arte y Arquitectura


Licenciatura en Arquitectura

TEMA:

Arquitectura Funcionalista

PRESENTA:

Aldo Gonzalez Lobaton

Fecha: 10/04/2024 No. De reporte: 03


Contenido

La arquitectura funcionalista marcó el panorama arquitectónico de Europea del siglo


XX, y abrió un debate teórico sobre el diseño en Estados Unidos. Nacida directamente
del modernismo, representó un punto de quiebre entre la arquitectura del pasado y la
nueva, siempre con una mirada fija en ajustarse y resolver los retos de su periodo
histórico.
¿Qué debe regir en el diseño: la forma o la función? ¿El ornamento es necesario o un
exceso? ¿La belleza arquitectónica es inherente a la función o una añadidura
impuesta? Estas fueron algunas de las preguntas que los arquitectos funcionalistas
comenzaron a hacerse y las respuestas provocaron que aún en la actualidad haya
defensores de esta corriente.

La esencia de la arquitectura funcionalista

La arquitectura funcionalista derrumbó la típica estética recargada e, incluso, decorativa


que por tantos años rigió al mundo arquitectónico. Tal como su nombre lo dice, en el
funcionalismo prima la función sobre la forma, es decir, fue más importante hacer que
un edificio funcionara de acuerdo con las necesidades que lo concibieron, a que fuera
estéticamente canónico. Por si fuera poco, este estilo evolucionó del icónico
modernismo europeo, regido por Le Corbusier y
Mies van der Rohe; de esta manera, el
funcionalismo eliminó casi de forma definitiva
los ornamentos, los fachadismos y todos
aquellos elementos que no fueran una
consecuencia directa de la función. Dicho en
otras palabras, el alma y esencia del
funcionalismo era el interior arquitectónico; el
cascarón sería únicamente una envolvente, un
agregado en segundo plano.
Pero ¿qué significa ser funcional y adaptar la forma? Es muy sencillo entenderlo con un
ejemplo: si una escuela necesitaba buena iluminación, el arquitecto funcionalista abría
colocado grandes ventanales sin importar que en la fachada se afectara el diseño,
aunque siempre respetando una modulación dada por los mismos materiales
industriales. Podría decirse que la ideología de la arquitectura funcionalista fue purista.
Origen

Dentro y fuera del quehacer arquitectónico, la frase “la forma sigue a la función”
resuena a la hora de hablar de la arquitectura del siglo XX, sin embargo, ese
pensamiento tomó fuerza desde finales del siglo XIX. En Chicago, Estados Unidos, y
luego del gran incendio que arrasó con gran parte de la capital en 1871, los arquitectos
estadounidenses comenzaron a idear nuevas líneas para reconstruir su ciudad. Sin la
carga de la arquitectura historicista europea, Estados Unidos emprendió su camino
propio y así nació la conocida Escuela de Chicago, de donde se destacó al arquitecto
Louis Sullivan. De hecho, fue Sullivan el autor de la máxima funcionalista, y defendió
que la arquitectura era bella siempre y cuando fuera funcional.

Del otro lado del océano, la arquitectura funcionalista llegó como el bote salvavidas tras
la crisis económica y social que la Primera Guerra Mundial dejó a su paso. Con el
instaurado modernismo, la arquitectura ya guardaba cierta sencillez en sus diseños,
pero no fue hasta la llegada del pensamiento funcionalista que se transformó en
arquitectura social, como viviendas, escuelas y hospitales, especialmente en Alemania,
Países Bajos o Rusia.

Padres del Funcionalismo

Como ya se mencionó, la arquitectura funcionalista se originó y creció de la mano de


Louis Sullivan; su trabajo como teórico inspiró a las grandes y curiosas mentes
jóvenes, como la de Frank Lloyd Wright. Sin embargo, sus proyectos construidos
fueron más versátiles y variados, llegando a mezclar algunas corrientes historicistas
con la moderna.
Mapa Conceptual

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