Delimitación del problema – Planteamiento del Problema

¿Es correcto castigar al delincuente en el Salvador? Si privar de la libertad a una persona es

también violar su derecho a la libertad, pero se realiza esta acción mediante el cumplimiento de
una sentencia dictada por un juez

Durante años, El Salvador ha sido catalogado como uno de los países más violentos del
mundo, debido a las actividades de las pandillas o maras que operan en el país. Los
miembros de estas pandillas se dedican a una variedad de actividades delictivas, incluyendo
la extorsión y el narcotráfico, lo que contribuye a la violencia generalizada en el país y esto
ha conllevado a que se imponga un régimen de excepción independientemente de la forma
de su aplicación.

Cuando Bukele asumió el cargo en 2019, lo hizo con la promesa de combatir el crimen
organizado y reducir la tasa de homicidios en El Salvador. En 2021, la cifra de asesinatos
disminuyó a 1.140, en comparación con el año anterior, lo que representó la cifra más baja
desde el final de la guerra civil en 1992, según datos oficiales. A pesar de estos logros y de
mantener un sólido respaldo popular, Bukele ha enfrentado críticas tanto dentro como fuera
del país. Se le ha acusado de intentar controlar los tres poderes del Estado (ejecutivo,
legislativo y judicial), lo que ha generado preocupaciones sobre su estilo de gobierno y ha
provocado críticas de parte de organismos internacionales, que lo han tildado de autoritario
(BBC News Mundo, 2022).

Las “Maras” son grupos criminales activos principalmente en países centroamericanos

como El Salvador. Estas organizaciones, originadas de pandillas urbanas, operan a través
de células descentralizadas llamadas "clicas". Financian sus actividades mediante extorsión,
secuestro y narcotráfico. Los miembros de las maras suelen tener tatuajes distintivos, un
código de conducta y un lenguaje de señas propio. Las dos maras más conocidas son la
Mara Salvatrucha y Barrio 18, esta última dividida en Revolucionarios y Sureños (El Orden
Mundial, 2024)

El régimen de excepción del Salvador fue instaurado por el gobierno de Nayib Bukele el 27
de marzo de 2022 después de un aumento significativo de homicidios, con un saldo de 87
fallecidos. Este aumento se produjo tras la ruptura del supuesto acuerdo entre el gobierno
de Nayib Bukele y las organizaciones criminales, en el que se esperaba una reducción de
los homicidios a cambio de ciertos beneficios para los líderes criminales (Amnistía
Internacional, 2023)

El artículo 29 de la Constitución de la República de El Salvador establece las condiciones

en las cuales se puede decretar un régimen de excepción. Este puede ser declarado en casos
de guerra, invasión del territorio, rebelión, sedición, catástrofe, epidemia u otra calamidad
general, o de graves perturbaciones del orden público. Durante el régimen de excepción, se
pueden suspender ciertas garantías establecidas en la Constitución, específicamente los
artículos 5, 6 (inciso primero), 7 (inciso primero) y 24. Sin embargo, esta suspensión no
aplica a reuniones o asociaciones con fines religiosos, culturales, económicos o deportivos.
La medida puede afectar tanto a la totalidad como a parte del territorio de la República
(Cuentanos, 2024).

Según la definición de la Real Academia Española, “el castigo” es la pena que se impone a
quien ha cometido un delito o falta, es decir hace referencia a una sanción o pena impuesta
a un individuo que causa molestias o incumple las normas o conductas morales. Por otro
lado, las “maras” o pandillas son grupos de personas que delinquen, siendo estos sujetos de
derechos a los que se les atribuye derechos y obligaciones; asimismo, el sujeto de derecho
es aquella una unidad sobre la que la ley efectúa imputaciones directas.

Partiendo de la definición de estos cuatro términos; régimen de excepción, castigo, maras y

sujeto de derecho, nos preguntamos sí ¿l régimen de excepción impuesta como castigo a los
delincuentes por el gobierno de Bukele es una estrategia óptima para combatir la
delincuencia en El Salvador?