La política contra las OSC descansa en numerosas sentencias, leyes y normativas dictadas a lo largo
de 20 años por los poderes ejecutivo, judicial y legislativo1 con el fin de anular las capacidades de
las organizaciones de la sociedad civil para actuar ante organismos gubernamentales y participar
en procesos de decisión pública, incluyendo cortar todo tipo de apoyo y financiamiento público a
estas organizaciones; y convertir en motivo de vigilancia, hostigamiento e investigación judicial
sus labores, para apoyar o prestar servicios a comunidades y poblaciones vulnerables, defender a
víctimas de abusos, discriminación y privación de derechos, y acudir a órganos de protección
internacional, al calificarse a priori como “amenazas internas” a la seguridad y soberanía, por su
legítimo desempeño autónomo e independiente.
Los diputados Diosdado Cabello y Jorge Rodríguez fueron muy claros, el fin de la ley es controlar la
actividad, la acción política, va contra las Organizaciones de derechos humanos y humanitarias que
ayudan, que acompañan víctimas, a sectores más vulnerables y que han construido una legitimidad
denunciando las violaciones de derechos humanos. Pero eso es sólo la punta del Iceberg.
No son sólo las ONG, debajo está el país en su conjunto, chavistas, opositores, no alineados, el sector
obrero, gremial, campesino, artístico, cultural, de investigación, religioso, las mujeres, grupos
indígenas, personas LGBTIQ+, en resumen, el espacio cívico venezolano en su totalidad, es el control
absoluto de las voces de un país. Esta ley podría constituir uno de los mayores retrocesos en las
libertades democráticas, y sobre todo de la independencia de actuación de la sociedad civil, toda la
acción social quedará sujeta a aplicación de una normativa punitiva y persecutoria, a la
discrecionalidad del estado y su visión de que toda disidencia es enemiga.
En la reunión sostenida ayer con el ACNUDH, Volker Türk, tuvimos la oportunidad en nombre de
noventa organizaciones de hacer una serie de puntualizaciones.
Expresamos nuestro interés porque el Memorándum de entendimiento con el Estado sea de acceso
público, conforme al principio de la transparencia.
Exigimos que el mandato integral del ACNUDH se cumpla en nuestro país, y que el componente de
protección a los derechos humanos tenga el mismo nivel de importancia que el de asistencia técnica
con las autoridades.
Demandamos que en los informes sobre Venezuela la información oficial no sea citada literalmente
como cierta, sino que sea debidamente contrastada con otras fuentes.
Como asunto fundamental, solicitamos el apoyo explícito del ACNUDH a los mecanismos regionales
de protección de derechos humanos y de Naciones Unidas, como la Misión Internacional
Independiente de Determinación de Hechos, e incluso a la Corte Penal Internacional.
1 Hacia amplios sectores o la totalidad de las OSC, entre 2010-2017, destacan: la Ley
para la Defensa de la Soberanía Política y Autodeterminación Nacional, la Ley Contra
la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo, la Ley de Alistamiento y
Registro para la Defensa Integral de la Nación y la Ley contra el Odio, por la
Convivencia Pacífica y la Tolerancia.