Está en la página 1de 8

1

Unidad 1 – Momento 1 – Taller 1

Comprensión y producción del discurso narrativo

Por:

Dainer William Bonilla Tovar

93.380.055

Presentado a:

Carolina Herrera

Competencias comunicativas – 90003_163

Universidad Nacional Abierta y a Distancia - UNAD

Escuela Ciencias dela Educación - ECEDU

Marzo de 2017
2

COMPRENSIÓN Y PRODUCCIÓN DEL DISCURSO NARRATIVO

1. Textos recopilados.

A. Fáctico.

Autobiografía. En el año de 1970, a los 16 días del mes de septiembre, habiendo

transcurrido apenas dos meses luego de la terminación del mundial de fútbol, nace en la

ciudad de Neiva – Huila un niño, quien en adelante y hasta el día de hoy, quienes lo

conocen o distinguen lo llaman Dainer William Bonilla Tovar, precisamente quien se ha

decidido a narrar la historia de su vida. Hijo de padres humildes, honrados y trabajadores

viví mis primeros años en la ciudad que me vio nacer. Posteriormente, y debido a la

profesión que ejercía mi padre como funcionario estatal, debimos mudarnos a la ciudad

musical de Colombia, Ibagué, en donde terminé mi ciclo de educación primaria en la

escuela “Ismael Perdomo” y secundaria en el colegio “Santofimio Botero”, graduándose

con el título de “bachiller industrial”.

Habiendo sido alumno destacado durante los años de educación secundaria y

teniendo la posibilidad de iniciar el estudio de una carrera profesional afín con los

conocimientos adquiridos en el área de metalmecánica, me refiero a la ingeniería

industrial, me incliné más por seguir los pasos de mi hermano mayor y me incorporé al

Ejercito Nacional e inicié mi carrera como suboficial. La alegría y el entusiasmo por

haber tomado el camino de las armas, aquel que marcaría el rumbo de mi vida, se vieron

opacados por la muerte de mi hermano dos años más tarde de mi graduación. Aquel que

había sido mi referente y que me impulsaba cada día a seguir, ya no estaba y se convertía
3

en un recuerdo nada más. Ahora solo quedaba el orgullo que representaba para mis

padres tener un hijo suboficial, motivo más que suficiente para continuar sin desfallecer.

28 años de alegrías, batallas, descansos y sufrimientos marcaron mi permanencia

en esta institución, en la que tuve la oportunidad de recorrer gran parte del país y de

conocer lugares recónditos de la única manera como en realidad se puede conocer, de a

pie. A la par de esto fui merecedor de varios reconocimientos traducidos en medallas y

condecoraciones que con el tiempo dejan de adornar el pecho y pasan a ser no más que

recuerdos escondidos en el baúl de los recuerdos de mi vida militar.

Hoy, ya sin vestir el uniforme que hizo las veces de segunda piel durante más de

la mitad de mi vida, me regocijo en el seno de una familia que construí y que demanda mi

presencia cada vez más.

B. Cotidiana:

Anécdota. Aún me da risa al recordar una anécdota que me sucedió cuando en el año

2012 disfrutaba de un paseo en compañía de mi esposa, mi hijo y mis padres. Un sábado

por la mañana (la fecha no la recuerdo exactamente, tan solo el año), mi familia y yo

decidimos realizar un paseo a los termales que se encuentran en el sitio donde comienza

el ascenso al nevado del Tolima. Para ello decidimos invitar a mis padres, aprovechando

que nos encontrábamos en Ibagué disfrutando nuestras vacaciones; además mi papá sería

quien nos guiaría durante el trayecto, pues era conocedor de la región.

Aproximadamente a las 9:00 am iniciamos nuestro recorrido hacia los tan

anhelados termales del nevado del Tolima. Cuando nos disponíamos a abandonar el área

urbana de Ibagué pasamos frente a una estación de gasolina, y como el tanque de mi

vehículo contaba con menos de un galón de combustible, mi esposa me propuso que


4

aprovecháramos y llenáramos el tanque. Lo primero que hice fue observar el letrero que

detallaba los precios del galón de combustible y me parecieron muy altos (alrededor de

$7.500 por galón) y le dije que el combustible que teníamos era suficiente para llegar

hasta la próxima estación de servicio. Mi esposa insistió en que tanqueáramos porque

quizás más adelante no habría otra estación, entonces giré mi cabeza y miré a mi papá y

le dije: ¿cierto papá que más adelante hay otro sitio donde podamos tanquear?, a lo que

mi papá contestó: ¡seguro! Continuamos nuestro camino sin haber llenado el tanque y

con la certeza de que más adelante encontraríamos un sitio donde expendieran

combustible a menor precio.

Pasada aproximadamente media hora y ya con la señal de reserva alumbrando en

el tablero del vehículo, le pregunté a mi papá si ya estábamos cerca a la estación de

gasolina, y este me contestó: ¡yo no sé! entonces le dije: pero papá, si usted me dijo que

más adelante encontraríamos otra estación de combustible, y mi papá me contestó: yo no

le dije eso, yo solo le dije lo que usted quería escuchar: ¡seguro!, pero yo no conozco por

aquí ninguna estación de gasolina.

Minutos más tarde, al llegar a Villa Restrepo encontré un sitio donde expendían

combustible de manera informal y a un elevado precio de $10.000 el galón, es decir

$2.500 por encima del valor que había visto en la gasolinera saliendo de Ibagué. Ante la

situación, y viendo que no había otra solución, no me quedó más remedio que pagar el

precio que el vendedor exigió. Durante el resto del trayecto todos en el vehículo, incluso

mi papá, se burlaron de mí y reían a carcajadas mientras mi padre, en tono burlesco me

decía: “mijo, eso le pasa por no recordar mis consejos, yo siempre le he dicho que uno en

la vida debe ser desconfiado, malicioso e increíble”. En esta ocasión usted no fue ni
5

desconfiado ni malicioso, y fue increíble que me creyera cuando yo ni siquiera tengo

vehículo para venir por aquí.

C. Ficticio:

La leyenda del sombrerón.

Una de las leyendas más conocidas sobre este personaje de la cultura guatemalteca y

además también es muy conocida en Aguadas, Caldas dice así: Una noche El Sombrerón

caminaba en un barrio de La Antigua Guatemala cuando vio a una muchacha muy bella

con pelo largo y se enamoró de ella. Buscó su casa y le llevó serenata una y otra noche,

pero ella no le dijo nada a sus padres sobre él. Un día empezó a dejar de comer hasta el

punto de que casi murió, y fue entonces cuando la madre se dio cuenta que era por El

Sombrerón.

Llevó a su hija a un convento creyendo que ahí iba a estar mejor, pero la niña

siguió sin comer y un día despertó con una trenza en su pelo hecha por el espectro y ese

día murió. Luego en el velorio, apareció El Sombrerón llorando y sus lágrimas eran como

cristales. Jamás olvida a las muchachas que ha amado. También se cuenta que les hace

trenzas a los caballos y mulas... Se cuenta también que este espanto aparte de enamorar a

muchachas jóvenes, gusta por cabalgar mulas y caballos de los establos de las fincas en

las noches agotándolos. Por ello, las bestias durante el día no cumplen las tareas sumado

a que se vuelven hostiles con las personas, los campesinos y finqueros al ver este

comportamiento buscan si el Sombrerón no les ha hecho trenzas en las greñas. Si es así,

el animal ya no sirve para tareas...

Una forma de saber si el Sombrerón está haciendo de las suyas en fincas y casas,

es colocar ya sea cerca de un balcón de casa o cerca de los establos una silla y mesa de
6

pino recién elaboradas, junto a aguardiente y una guitarra en noche de luna y deben

guardar silencio todas las personas, sólo así se escuchará la guitarra y los cantos del

Sombrerón. Al Sombrerón le atraen las muchachas de pelo largo y ojos grandes, por ello,

cuando se sospecha que está tras una joven se le debe cortar el pelo a esta para que el

Sombrerón no se gane el alma de la joven.

2. Estrategia de comprensión lectura diligenciada.

La técnica de comprensión de lectura que he aplicado al cuento “Un incidente navideño” se basa

en resaltar o subrayar las palabras claves e ideas principales e investigar el significado de

palabras desconocidas para determinar su relación con el resto del texto.

La aplicación de esta estrategia de comprensión de lectura me permitió reconocer

fácilmente que la idea central del texto es el temor que se siente la persona de clase social alta al

salir de su burbuja (mundo) y verse repentinamente en medio de la miseria y demás problemas

que afectan a la clase social menos favorecida. El temor es tan grande que no hay más remedio

que huir de inmediato y aislarse de nuevo en su mundo, porque incluso el reconocer que en

muchas ocasiones lo que se regala no es producto de la bondad sino acción de desechar lo que ya

no sirve, se convierte en un tormento para el alma.

3. Resumen del cuento “Un incidente navideño”.

Leonor, una mujer perteneciente a la alta sociedad se prepara para celebrar la navidad en casa de

su suegra, por eso desde tempranas horas asiste a su sesión de masaje corporal, luego pasa por

algunas tiendas en donde compra regalos para la familia y un tríptico del siglo XVIII convertido

en biombo para ella a manera de autorregalo. A eso de las cinco de la tarde, luego de haber
7

comido con una amiga, llega a su casa envuelta en un presentimiento de que algo malo había

sucedido en su casa, y por eso pregunta de inmediato por su pequeño hijo Santiago de dos años

de edad, y descansa al saber que éste se encuentra bien. Sin embargo, la sirvienta le informa que

el hijo de Margarita, la nana de Santiago, cuya edad era la misma de aquel bebé, había muerto

ahogado al caer al estanque de los patos en medio de un descuido de su abuela que lo estaba

cuidando. Por un momento Leonor olvidó la diferencia de clases y solidarizándose con su

empleada Margarita la abraza fuertemente, le regala unos billetes de cincuenta pesos y le ofrece a

beber un tequila para tranquilizarla; finalmente la empleada se marcha para su casa a cumplir con

la velación de su hijo.

Una vez llega a casa Emilio, el marido de Leonor, ésta le comenta lo sucedido y ambos

deciden acudir a la casa de la empleada al velorio. Estando en el velorio Leonor evidencia la

dureza de la miseria, pues el cuerpo del bebé estaba tendido sobre una mesa, envuelto en una

colcha blanca tejida a mano e iluminado por dos veladoras y un cirio. En aquel cuarto Leonor

pudo observar algunos elementos que ella le había regalado a Margarita para su hijo, por

considerar que ya eran inservibles para el suyo y estalla en llanto, pues la conciencia pesa más

que el orgullo. Finalmente, Emilio le da un poco de dinero a Margarita para ayudarla con los

gastos, y junto a Leonor abandonan el lugar, percatándose rumbo a su casa que tan solo a unas

cuadras de su residencia existía la promiscuidad, el olor a mugre y la degradación.

4. Enlace de grabación del cuento “Un incidente navideño”.

http://vocaroo.com/i/s1oQPTcbhFxQ
8

Bibliografía

Leyendas cortas. (30 de noviembre de 2016). La leyenda del sombrerón. Obtenido de

http://www.leyendascortas.net/

Espejo, Beatriz. Cuentos reunidos. México, D.F., MX: FCE - Fondo de Cultura Económica,

2004. ProQuest ebrary. Web. 7 March 2017.

También podría gustarte