Está en la página 1de 29

Primera Guerra Mundial

(1914-1918)
INTRODUCCIÓN
Durante los siglos XVII y XVIII el continente europeo tenía cuatro protagonistas: Gran Bretaña, Francia,
Austria y Rusia, pero a mediados del siglo XIX, se incorporaron otras dos potencias, Italia y Alemania,
que lograron en corto período de tiempo un gran desarrollo económico y humano. Esto no agradó a
las potencias tradicionales como Francia y Rusia, que no querían ver disminuido su poder y llevó a
que en el año 1885 comenzara un período llamado “Paz Armada”, que duró hasta 1914. Este
período corresponde a la alta rivalidad que se creó entre las potencias europeas debido a las
pretensiones colonialistas y al auge de sentimientos nacionalistas. Las potencias se vieron
embarcadas en una carrera armamentística que cada vez resultaba más amenazadora y hacía
peligrar la paz mundial.
Los éxitos militares habían dado al ejército alemán la categoría de primera potencia militar en Europa
y esto produjo un hondo resentimiento por parte de Francia. Tras la guerra de los Balcanes, en la que
Rusia no obtuvo las ventajas que esperaba, el canciller alemán Otto von Bismarck se negó a prestarle
su ayuda, lo que provocó que Rusia también se enemistara con Alemania. A partir de este momento
Bismarck comprendió que debía preocuparse también por Rusia. Entonces buscó apoyo y reforzó su
amistad con Austria, creando un pacto al que más tarde se incorporó Italia, y así nació la Triple
Alianza, rmada en Viena en 1882.
Como respuesta a esta alianza, Francia y Rusia no tardaron en aliarse y crearon un pacto en 1892, al
que más tarde se unió Gran Bretaña. Y se creó así la Triple Entente.
El detonante de esta guerra fue el asesinato del Archiduque Francisco Fernando el 28 de junio de
1914, el heredero del Imperio Austro-Húngaro cuando visitaba Sarajevo. El crimen fue cometido por
un grupo nacionalista serbio llamado "Mano Negra", enemigo del expansionismo austriaco en los
Balcanes. En represalia, Austria-Hungría le declaró la guerra a Serbia un mes después. Entonces,
Rusia movilizó tropas para ayudar a Serbia, lo que provocó que Alemania le declare la guerra a Rusia
(01-08-1914) y a su aliada Francia (03-08-1914). Cuando Alemania ocupó Bélgica para invadir
Francia, Gran Bretaña le declaró la guerra (04-08- 1914).

SITUACIÓN POLÍTICA Y TERRITORIAL PREVIA A LA GUERRA: LA PAZ ARMADA (1871-1914)


Durante el siglo XIX se había desarrollado por parte de las potencias europeas el imperialismo. Esto
hizo que muchos países compitiesen por su dominio sobre el mundo, creando así una tensión
1
fi
evidente entre ellos. Con el estallido de la Gran Guerra tanto las potencias como sus imperios se
vieron afectados. Este periodo de grandes tensiones políticas y territoriales, donde los países se
estaban preparando para una guerra que no sabían cuándo iba a estallar, se denomina la Paz
Armada.

1. EL IMPERIALISMO. LA EXPANSIÓN TERRITORIAL


REINO UNIDO: LA ÉPOCA VICTORIANA
Desde 1837 hasta 1901 la reina Victoria ocupó el trono inglés. Fue una época de expansión y
prosperidad, convirtiéndose así en la primera potencia del mundo. Su prosperidad se debió a varias
causas:
- Tenía un régimen político avanzado y estable (el parlamentarismo) desde la Edad Media, lo que hizo
que no sufriese las revoluciones políticas que se produjeron en Francia y en otros estados
europeos.
- Fue pionera en la Revolución Industrial.
- Su expansión oceánica forjó un imperio con territorios en todos los continentes.

FRANCIA: EL II IMPERIO Y LA III REPÚBLICA


Tras la oleada de revoluciones liberales de los años 1789, 1830 y 1848, que se iniciaron en París, la
situación política evolucionó de nuevo hacia la acumulación de todo el poder en manos de un solo
hombre, Napoleón III, el sobrino de Napoleón. Fue primero presidente de la República y luego se
autoproclamó emperador en 1852.
En 1870 naliza la guerra franco-prusiana con la derrota del imperio francés en Sedán, lo que supuso
el n del gobierno de Napoleón III y la proclamación de la III República. Con ello Francia vivió un
momento de expansión territorial y crecimiento industrial. La segunda revolución industrial hizo que
creciesen la industria metalúrgica y química. La ciudad de París sufrió también una transformación
urbana, creando las grandes avenidas y bulevares con el objetivo de mostrar la grandeza de una
sede imperial y al mismo tiempo, para facilitar la represión de posibles revoluciones con espacios más
amplios. París era en este momento la capital cultural mundial.
Sin embargo, a nivel político fue un periodo de constante inestabilidad. Tras la guerra Francia había
perdido los territorios de Alsacia y Lorena y el gobierno de la República sufría constantes intentos de
golpes de Estado. La enemistad con Alemania se prolongó en el tiempo y acabó por enfrentarles en
la I Guerra Mundial.

ALEMANIA: EL II REICH
Tras la victoria contra Francia en 1871, Alemania se uni ca en torno al káiser Guillermo I, aunque el
verdadero artí ce de la uni cación protagonizada por Prusia es el canciller Otto von Bismarck. La
situación política tras la uni cación era compleja porque el imperio tenía que funcionar también con
los parlamentos de todos los territorios uni cados. Bismarck llevó a cabo una política interior
autoritaria que se caracterizó por una serie de enfrentamientos o “guerras preventivas” para impedir el
auge de fuerzas que consideraba hostiles. Fue intransigente con los grupos minoritarios (los
católicos, los marxistas) e intensi có la germanización en un Imperio multinacional, prohibiendo por
ejemplo la lengua polaca.
A nivel económico e industrial, Alemania se convirtió en una potencia a nivel mundial. Los territorios
de Alsacia y Lorena eran ricos en carbón y algodón, por lo que la industria creció, gracias también a
la indemnización de 5000 millones de francos que el gobierno francés pagó como indemnización tras
perder la guerra franco-prusiana. Fue también la primera potencia en la industria química y eléctrica.
2
fi
fi
fi
fi
fi
fi
fi
fi
Esto hizo que abriese el horizonte a la posibilidad de expandirse territorialmente, lo que Gran Bretaña
miraba con recelo.

SISTEMAS AUTOCRÁTICOS: LOS IMPERIOS ORIENTALES


Imperio Austro-Húngaro
En el territorio que abarca el imperio convivían muchos pueblos diferentes, con sus lenguas, religiones
y tradiciones. Esta multiculturalidad implicaba muchas tensiones, ya que el único punto que tenían en
común era el gobierno del emperador.
Tras perder la guerra contra Prusia, el Imperio austríaco se vio obligado en 1867 a reconocer una
solución dual en su gobierno en la que Hungría, siendo un estado independiente, estaba unida a
Austria por la gura del emperador Francisco I.

Imperio ruso
Los zares rusos habían permanecido anclados en el absolutismo, por lo que la situación política y
social era muy difícil de cambiar. En la Rusia del siglo XIX no existía la burguesía, solo había nobles y
campesinos, la mayoría de estos siervos que pertenecían a los señores. La economía era
fundamentalmente de base agraria, ya que para introducir la industrialización habría sido necesario
eliminar el régimen. Cuando Rusia pierde la Guerra de Crimea en 1854 porque no disponía de
ferrocarriles para transportar el ejército (a diferencia de sus contrincantes, Francia e Inglaterra), el zar
Alejandro II vio llegado el momento de introducir la industrialización del país. Su primera medida fue
decretar la emancipación de los siervos en 1861.
Como no existía la burguesía, la industrialización dependía totalmente de la intervención del Estado,
que se centró fundamentalmente en el desarrollo del ferrocarril (Transiberiano). Sin embargo, el papel
del zar a nivel político seguía manteniendo su carácter sagrado, sin permitir que una Constitución
limitase su poder. El zar Alejandro II fue asesinado, y su sucesor Alejandro III supuso un retroceso en
la evolución del país, por lo que a nales del siglo XIX Rusia era la única potencia absolutista de
Europa. Su sucesor, Nicolás II, fue el último zar de Rusia debido a la revolución.

Imperio turco-otomano
En este momento se encuentra en una situación de extrema debilidad, lo que hace que se
independicen algunos territorios de la zona de los Balcanes y que el imperio se vea sometido a los
intereses de las grandes potencias europeas del momento.

POTENCIAS EXTRAEUROPEAS
Estados Unidos
En la segunda mitad del siglo XIX completa la ocupación continental. Tiene lugar la segunda
revolución industrial, lo que hace que se convierta ya desde este momento en una potencia mundial.
Tras la independencia, los EEUU veían con recelo cómo Europa volvía al absolutismo tras el Congreso
de Viena, por lo que se llevan a cabo varias políticas contrarias a la intervención europea en el
continente. El presidente James Monroe elabora la “Doctrina Monroe” en 1823 que establece que
“América es para los americanos”, mostrándose claramente contrario al proceso colonialista que está
teniendo lugar en Europa.
Japón
En el año 1868 tiene lugar la Revolución Meijí, que implica un cambio en la dinastía de gobierno y una
serie de reformas internas, como la abolición de los privilegios de una parte de la aristocracia
3
fi
fi
(samurais) o dar la posibilidad a la población de que tuviesen apellido (hasta el momento se les
llamaba por el nombre del o cio). Este cambio político implica el establecimiento de un sistema
parlamentario y el inicio de una política expansionista, en la que ocupan parte de Corea y China. Se
produce también un rápido proceso de industrialización.

2. LA CARRERA DE ARMAMENTOS
A partir de 1870 casi todos los países europeos incrementaron las dimensiones de sus ejércitos,
invirtieron en armamento más so sticado y emplearon los avances tecnológicos para poder ampliar
las dimensiones de una guerra por mar y por tierra. El desarrollo de los medios de transporte permitía
una mayor movilización de los ejércitos, por lo que todos los países se estaban preparando para una
guerra.
La población europea estaba orgullosa de sus fuerzas armadas, y el aumento del sentimiento
nacionalista favoreció que aumentara también el número de reclutamientos y la educación de la
juventud en los valores nacionales y militares.
La inminencia del con icto hizo que los países estuviesen constantemente preparados para la
movilización, concepto que se acuña en este periodo y que se re ere a la capacidad de un país de
poner en marcha todos los efectivos militares, desplazar el ejército y el armamento en el menor
tiempo posible a cualquier zona del con icto. Los lideres políticos desarrollaron planes detallados
para llevar a cabo esta movilización, aunque una vez que algún país empezaba la movilización de sus
tropas se consideraba prácticamente como una declaración de guerra.

3. LOS SISTEMAS DE ALIANZAS


La rivalidad imperial, la presión económica por aumentar los mercados, la creciente militarización y el
nacionalismo condujeron a un ambiente de hostilidad entre las potencias. Esta tensión se vio
aumentada por el desarrollo de una red de alianzas que comenzaron a nales del siglo XIX y que
poco a poco fueron formando los dos bandos que acabarían enfrentados en la guerra: la Triple
Alianza (Austria, Alemania e Italia) y la Triple Entente (Francia, Gran Bretaña y Rusia).
- La Doble Alianza (1879): Alemania y Austria-Hungría se alían para protegerse mutuamente de
Rusia.
- La Triple Alianza (1882): Alemania y Austria-Hungría incluyen a Italia en el pacto para evitar que se
alíe con Rusia.
- La Alianza Franco-Rusa (1894): Rusia forma una alianza con Francia para protegerse de Alemania y
Austria-Hungría; Francia aprovechó la ocasión de hacer aliados contra Alemania.
- La Entente Cordiale (1904): Francia y Gran Bretaña se reconocen mutuamente sus posesiones
coloniales.
- La Entente Anglo-Rusa: acuerdo entre Gran Bretaña y Rusia sobre las esferas de in uencia en
Asia.
- La Triple Entente (1907): se unen los acuerdos entre Gran Bretaña, Francia y Rusia. Este acuerdo
se amplía en 1914 estableciendo que en caso de entrar en guerra ninguno rmaría la paz por su
cuenta.

4. CONFLICTOS TERRITORIALES
- Francia y Gran Bretaña: se enfrentan por su ocupación del continente africano. Gran Bretaña
quería dominar la linea continua de norte a sur (Egipto-Sudáfrica) y Francia de este a oeste. Se
enfrentaron en el con icto de Fachoda (hoy Sudán del Sur) en 1898 y lograron resolverlo.
4
fl
fl
fi
fi
fl
fi
fi
fi
fl
- Gran Bretaña y Rusia: también arriesgaron enfrentarse en un con icto armado por los territorios del
noroeste de la India.
Los dos con ictos se resolvieron, tanto es así que Gran Bretaña, Francia y Rusia lucharon en el
mismo bando durante la guerra.
- Las crisis marroquíes (Alemania y Francia)
Las tensiones imperiales entre las potencias europeas se volvieron peligrosamente altas en la
segunda mitad del siglo XIX, en gran medida debido a lo que se conoce como la "carrera por África".
Hasta 1850, la exploración europea y la posterior explotación de África se habían limitado en gran
medida a las áreas costeras. Sin embargo, en la década de 1870, exploradores emprendedores
como Henry Stanley comenzaron a darse cuenta del potencial económico del interior africano,
desencadenando una carrera nacionalista de los estados europeos para reclamar sus propias
colonias en África. El potencial de esta "carrera" para llevar a potencias lejanas al con icto debería ser
obvio. Ciertamente lo fue para Bismarck. A pesar de su desdén por las colonias en ultramar,
Bismarck organizó una conferencia en Berlín en 1885 para establecer las reglas para reclamar y
explotar África con la esperanza de que estas reglas evitaran disputas sobre la propiedad. Al igual
que no tenía interés en que Alemania adquiriera sus propias colonias, no quería que las disputas entre
otras potencias en algún lejano territorio africano pusieran en peligro a su nueva Alemania al
arrastrarla a una guerra europea.
A pesar de sus esfuerzos, y en cierto modo debido a sus esfuerzos, las potencias europeas
estuvieron a punto de entrar en guerra por cuestiones africanas después de la jubilación de Bismarck
en 1890. Parte del problema residía en el deseo de Bismarck de mantenerse al margen del juego
colonial, cuyo resultado fue lo que el nuevo Kaiser, Guillermo II, consideraba una infrarrepresentación
insultante de Alemania en el escenario mundial. El joven Guillermo exigió que Alemania obtuviera su
"lugar bajo el sol" y desarrolló una política mundial audaz, provocativa y nalmente peligrosa
(Weltpolitik) para lograrlo. El resultado de esta política mal concebida se hizo evidente en 1905.
Durante una visita a Marruecos, controlado por Francia, Guillermo proclamó audazmente que el
estatus de Marruecos debería ser reevaluado en una conferencia internacional.
En 1905 se desató la primera crisis marroquí. Alemania se negó a aceptar el acuerdo entre Francia y
Gran Bretaña de repartir ese territorio entre España y Francia, por considerar que perjudicaba sus
intereses coloniales en el Norte de África. La postura del Gobierno alemán de mantener la
independencia en Marruecos frente a la pretensiones francesas y el desembarco del emperador
Guillermo II en Tánger, como muestra del apoyo al sultán marroquí, crearon una grave crisis
internacional.
La Conferencia de Algeciras de 1906 se realizó para evitar una guerra en Europa. Se acordó
reconocer la independencia de Marruecos, aunque de hecho se establecía un protectorado franco-
español. El resultado de la conferencia fue favorable a Francia que salió además fortalecida con su
alianza con Gran Bretaña.
En 1911 de nuevo se reprodujo el enfrentamiento por Marruecos (crisis de Agadir). Tropas francesas
intervinieron en ayuda del sultán, en asuntos internos del país. Este hecho fue considerado por
Alemania como una violación de lo acordado en la Conferencia de Algeciras, lo que motivó el envío
de la cañonera Panther al puerto de Agadir con la excusa de proteger a los residentes alemanes. La
intención de Alemania era abrir una negociación para forzar a Francia a cederle Camerún a cambio
de la plena libertad de acción en Marruecos.
En 1911 se rmó un acuerdo por el que Francia entregaba a Alemania una parte de su colonia de
Camerún, una vez que Alemania reconoció el protectorado francés y español sobre Marruecos. La
solución de esta segunda crisis marroquí decepcionó a Alemania, pues, lejos de debilitar a la Entente
Cordiale mostró su solidez.

5
fi
fl
fl
fi
fl
- Rusia y el Imperio Austro-Húngaro: Otro punto de fricción de la política internacional era la
“Cuestión de Oriente”. Su escenario era la zona de los Balcanes, ocupada por el Imperio turco,
cada vez más débil. Distintos pueblos (Serbia, Grecia, Rumanía y Bulgaria) se levantaron contra los
turcos y lograron la independencia. La debilidad turca motivó las ambiciones de los Imperios
austrohúngaro y ruso en esa zona. Para Austria resultaba vital expandirse hacia el sur, donde una
Serbia hostil cerraba el comercio de productos austriacos por el ferrocarril de Salónica. Por otro
lado, para Rusia era una misión defender a los serbios (eslavos como los rusos), ampliando
además su proyección hacia el Mediterráneo.
Entre 1908 y 1913, se sucedieron 3 crisis en los Balcanes que pusieron a prueba los sistemas de
alianzas europeos. En 1908 el Imperio austro-húngaro se incorporó Bosnia- Herzegovina, lo que
provocó la protesta de Serbia, que aspiraba a unir a todos los pueblos eslavos de Sur. La actitud de
Gran Bretaña, que se mantuvo al margen, el escaso interés de Francia por intervenir en el con icto y
la debilidad rusa obligaron a los serbios a ceder.
En 1912 Serbia, Montenegro, Bulgaria y Grecia, apoyados por Rusia, formaron una Liga Balcánica
para repartirse los territorios balcánicos que poseían los turcos entre los mares Adriático y Egeo. La
Liga derrotó al Imperio turco, forzándole a reconocer la independencia de Albania y ceder el resto de
los territorios.
El reparto entre los miembros de la Liga Balcánica de estos restos del Imperio turco originó, en 1913
una nueva guerra entre Bulgaria y Serbia, esta última apoyada por el resto de los Estados balcánicos.
La derrota de Bulgaria produjo una nueva reordenación de estos territorios. Serbia amplió sus
fronteras y Rusia acrecentó su in uencia en los Balcanes, mientras que Austria y Alemania vieron
reducido su poder en la zona. Esta situación fue el precedente de una nueva y de nitiva crisis.

ESTALLIDO DE LA GUERRA
La Crisis de Julio
Cuando se pregunta qué causó la Primera Guerra Mundial, las personas con conocimientos
históricos incluso básicos probablemente responderán que tuvo algo que ver con el asesinato de un
miembro de la familia real austriaca. Sin embargo, como hemos visto, esto no es su ciente para
explicar un evento de la escala y alcance de la Primera Guerra Mundial. De hecho, cuando el
Archiduque Francisco Fernando, heredero del trono de los Habsburgo, y su esposa Sofía fueron
asesinados mientras visitaban Sarajevo el 28 de junio de 1914, no eran particularmente únicos en su
destino. El Archiduque fue solo uno de los ocho jefes de estado asesinados en los años 1881-1914,
dos de ellos siendo Habsburgos. No fue el asesinato en sí lo que desencadenó la guerra; más bien,
fue la incapacidad para gestionar la crisis resultante a la luz de las causas a largo plazo mencionadas
anteriormente lo que llevó a las potencias europeas a cuatro años de desastre.
Algunos miembros del ejército serbio apoyaban al grupo terrorista bosnio "Unión de la Muerte",
comúnmente conocido como Mano Negra, aunque parece que este apoyo no se extendía por todo el
gobierno serbio. Sin embargo, funcionarios austriacos, especí camente el jefe del Estado Mayor
General, Conrad Hotzendorff, y el canciller Leopold von Berchtold, deseaban aprovechar la
oportunidad brindada por el asesinato para aplastar el nacionalismo eslavo una vez por todas. Esto
signi caría la guerra con Serbia. Después de un compromiso de apoyo ilimitado por parte de
Alemania, su único aliado europeo, los austriacos formularon su ultimátum a los serbios. Los términos
que Austria impuso a Serbia en del ultimátum parecían diseñados para ser imposibles de aceptar, ya
que ofrecían afrentas a muchos aspectos de la soberanía serbia.
Sin embargo, los serbios capitularon ante la mayoría de las demandas, tanto es así que el Kaiser creía
que con la respuesta serbia "se desvanecen todas las razones para la guerra". Quizás se sorprendió
más que muchos cuando Austria-Hungría declaró la guerra a Serbia horas después de esta
respuesta el 28 de julio de 1914.

6
fi
fl
fi
fi
fi
fl
Los rusos vieron el tamaño de la movilización austriaca como una amenaza directa a sus fronteras. A
esto se sumó el recuerdo de las dos humillaciones balcánicas anteriores. El Zar ordenó la movilización
parcial contra Austria en la noche del 29 de julio.
Entendiendo las obligaciones de alianza que Alemania tenía con Austria, el Ministro de Guerra ruso,
Vladimir Sukhomlinov, persuadió al Zar para que cambiara la orden a una movilización completa a lo
largo de toda la frontera occidental de Rusia. A medida que se apoderaba del Kaiser un creciente
sentido de pánico, exigió que su primo, el Zar, cesara toda preparación militar. Ante la falta de
respuesta, Guillermo II ordenó la movilización completa del ejército alemán, una movilización que,
como parte del Plan Schlieffen, se dirigía contra Francia, a través de la neutral Bélgica.
Algunos historiadores creían que los alemanes aferraban la esperanza de que Gran Bretaña se
mantuviera al margen del inminente con icto. Otros pensaban que esto nunca fue una posibilidad
seria. Por su parte, el Secretario de Relaciones Exteriores británico, Edward Grey, no hizo nada para
disipar esta noción, reservando la libertad de acción de Gran Bretaña hasta el último momento.
Cuando el ejército alemán cruzó a Bélgica el 3 de agosto de 1914, las obligaciones del tratado de
Gran Bretaña la llevaron, junto con su imperio, a lo que ahora era una guerra mundial.

Planes de guerra
Los primeros días de la Primera Guerra Mundial a menudo se han llamado "guerra a contrarreloj". De
hecho, el acto de movilizar millones de soldados requería un nivel de coordinación sin precedentes en
1914. Tan vital era el sistema ferroviario para este esfuerzo que el gobierno alemán tomó el control
absoluto de todo el sistema ferroviario alemán en la década de 1880. El hecho era que todas las
principales potencias europeas tenían que mover millones de hombres a posiciones en sus fronteras,
para poder llevar a cabo planes de guerra de diversos grados de complejidad.
El plan más famoso de estos era el Plan Schlie en, llamado así por su creador, Alfred von
Schlieffen, jefe del Estado Mayor General Alemán de 1891 a 1905. En ese tiempo concibió un plan
diseñado para lidiar con la pesadilla bismarckiana de una guerra en dos frentes, contra Francia en el
oeste y Rusia en el este. El plan exigía una masiva concentración de armas alemanas en el oeste
contra Francia. Esta fuerza, compuesta por siete ejércitos, barrería a través de Luxemburgo y Bélgica
hacia el norte de Francia en un gran arco que conquistaría París en 41 días de movilización. Mientras
tanto, las fuerzas rusas serían detenidas por una combinación de ejércitos austrohúngaros y la
movilización lenta de Rusia. El Plan Schlieffen fue en sí mismo una causa inmediata de la guerra, ya
que dependía de que Alemania se movilizara primero. En caso de una amenaza por parte de Rusia,
como sucedió en julio de 1914, toda la estrategia general de Alemania requería que el Kaiser iniciara
una guerra con Francia.
A primera vista, parecería que el Estado Mayor General alemán también tuvo que ver en la
preparación del plan de guerra francés. El Plan XVII de Francia pedía una concentración de ejércitos
franceses en su frontera oriental, lejos del impulso principal del ejército alemán. Estas tropas luego se
precipitarían valientemente hacia el este, recuperando de inmediato el honor del ejército francés y los
territorios de Alsacia y Lorena. Mientras que el Plan Schlieffen se basaba en una meticulosa
programación y organización, el Plan XVII contaba con efectuar un ataque ofensivo, rápido y
entusiasta, provocando la movilización rusa y la asistencia coordinada del ejército británico.

RAZONES DE LAS POTENCIAS PARA ENTRAR EN LA GUERRA


Por qué el Imperio Austro-Húngaro declara la guerra
En julio de 1914, el Consejo Imperial Austro-Húngaro emitió un ultimátum a Serbia que parecía
destinado a ser rechazado. Acusaba a Serbia de no controlar el terrorismo y exigía que Austria
supervisara medidas de seguridad. El ultimátum amenazaba la independencia de Serbia, aunque no
se basaba en ninguna evidencia que responsabilizara al gobierno serbio del asesinato.

7
fl
ff
El comandante en jefe austrohúngaro, Conrad von Hötzendorf, abogaba por una guerra preventiva
contra Serbia para enfrentar a los enemigos de Austria. A pesar del riesgo de involucrar a Rusia,
Austria con aba en el apoyo de Alemania gracias a una alianza de 1879. No estaba claro si Rusia
intervendría, ya que el zar no respaldaba el terrorismo serbio.
Austria temía las crecientes amenazas a su control de Bosnia debido a la expansión de Serbia y el
nacionalismo en los Balcanes. La pérdida de Bosnia podría poner en peligro todo el Imperio Austro-
Húngaro. Una guerra corta y decisiva se consideraba la solución para mantener el imperio y abrir la
posibilidad de una federación con las áreas eslavas del sur. El ministro de Relaciones Exteriores, el
conde Leopold Berchtold, abogó por la guerra como la solución al problema del creciente poder
serbio.
Hubo varios factores clave detrás de la decisión de Austria de declarar la guerra:
- Preservación del Imperio Austrohúngaro: Austria buscaba preservar su imperio, percibiendo
amenazas a su existencia nacional.
- Dependencia de la Triple Alianza, especialmente con Alemania: Austria contaba con el apoyo de la
Triple Alianza, especialmente con sus lazos con Alemania.
- Creencia en una victoria rápida y decisiva: Los líderes austriacos creían en su capacidad para lograr
una victoria rápida y decisiva.
- In uencia del poder militar y la plani cación estratégica: El crecimiento del poder militar y la
plani cación estratégica jugaron un papel signi cativo en la decisión de Austria.
- Deseo de prevenir la propagación del nacionalismo serbio: Austria buscaba frenar la in uencia del
nacionalismo serbio, considerándolo una amenaza potencial.
- Voluntad de asumir riesgos: Los estadistas austriacos estaban dispuestos a asumir riesgos
calculados, con ando en el consejo de diplomáticos y generales para abordar lo que percibían como
una situación crítica que ponía en peligro la existencia de su nación.
En resumen, Austria inició el camino hacia la guerra tomando riesgos calculados basados en
consejos diplomáticos y militares para abordar las amenazas percibidas a su existencia nacional.

Por qué el Imperio Ruso movilizó sus tropas


Rusia movilizó sus fuerzas antes de la Primera Guerra Mundial debido a varios factores clave:
- Crecimiento y cambios Internos: Después de la derrota ante Japón en 1904-05, Rusia experimentó
un rápido crecimiento económico y cambios en su estructura política y militar.
- Preocupaciones externas: Aunque mejoró su imagen y recibió inversiones extranjeras, Rusia aún era
objeto de descon anza de potencias como Gran Bretaña y Alemania.
- Intereses en los Balcanes: Rusia, vinculada cultural y religiosamente con los países eslavos de los
Balcanes, especialmente Serbia, se preocupaba por cualquier amenaza a su in uencia en la región.
- Alianzas y rivalidades: La alianza con Francia y las tensiones con Alemania y Austria in uyeron en la
decisión rusa.
- Necesidad de demostrar poder: La movilización de las fuerzas rusas, aunque debatida en cuanto a
sus intenciones exactas, se interpretó como una demostración de disposición para defender los
intereses rusos.
En última instancia, la movilización de Rusia fue una respuesta a la creciente tensión en Europa, a las
rivalidades en los Balcanes y a la necesidad de proteger sus intereses frente a posibles amenazas.

8
fl
fi
fi
fi
fi
fi
fi
fl
fl
fl
Por qué Alemania apoyó a Austria
Existe todavía un debate histórico sobre si Alemania fue responsable de la Primera Guerra Mundial.
Fritz Fischer, historiador alemán, sostiene que Alemania tenía planes de guerra antes de la crisis de
1914 y usó el asesinato del Archiduque Francisco Fernando como excusa para implementarlos. Sus
objetivos incluían convertir a Alemania en una potencia mundial dominante y anexar territorios de
Bélgica, parte de Francia y Rusia.
Fischer también argumenta que Alemania alentó los planes de guerra austriacos para provocar una
crisis y resolver problemas de "cercamiento" por parte de Francia y Rusia. Posteriormente, Fischer
sugirió continuidades entre la expansión nacionalista alemana en la Segunda Guerra Mundial y las
políticas de Kaiser Guillermo II en 1914.
Por otro lado, Gerhard Ritter argumenta que Alemania estaba motivada principalmente por el deseo
de mantener a Austria como una gran potencia y evitar que Rusia dominara los Balcanes. Alemania,
según Ritter, no tenía un plan a largo plazo y respondió a la crisis especí ca de la movilización rusa.
Ambos historiadores discrepan sobre si Alemania tenía planes expansionistas a largo plazo y si la
evidencia respalda la idea de anexiones propuestas por Bethmann-Hollweg. Ritter sugiere que
Alemania subestimó la posibilidad de que Gran Bretaña se uniera a la guerra y que Alemania
esperaba que el apoyo a Austria no llevara a la guerra total.
En resumen, el debate histórico no ha llegado a un consenso sobre la culpabilidad de Alemania.
Factores clave incluyen la posición geográ ca vulnerable de Alemania, sus alianzas, la falta de
acuerdos con Francia, el Plan Schlieffen, la expansión naval y colonial, el temor a un cerco, cambios
internos y la posibilidad de una paz diplomática. Alemania, aunque militarmente in uyente, no era un
estado totalmente militar, y sus líderes intentaron resolver la crisis de julio de 1914 pací camente.

Por qué Francia movilizó sus fuerzas


La Tercera República Francesa, establecida en 1870, nació de la derrota en la guerra liderada contra
el nuevo estado expandido de Prusia. Francia tuvo que pagar una gran multa y ceder las provincias
de Alsacia y Lorena al nuevo Imperio Alemán, proclamado humillantemente en el Palacio de Versalles
cerca de París, según los términos del tratado de paz de Frankfurt en 1871.
Francia, una de las grandes potencias militares, anhelaba recuperar su honor y tierras perdidas,
especialmente Alsacia y Lorena. El sentimiento nacionalista había crecido en los años previos a 1914,
y Francia cultivó alianzas con Rusia y mejoró las relaciones con Rusia y Gran Bretaña. El plan militar
francés, el Plan XVII, se centraba en ataques rápidos y decisivos contra Alemania.
A pesar de la agitación industrial y las divisiones internas en Francia, había señales de que una guerra
recibiría un fuerte apoyo nacionalista. La creencia en el poder de las fuerzas francesas y la expectativa
de una victoria rápida eran altas. Las acciones alemanas desde 1900 habían reforzado la percepción
de que una reconciliación amistosa era improbable.
Las crisis marroquíes habían demostrado la agresión alemana y acercaron a Francia y Gran Bretaña.
Aunque no tenían muchos planes militares conjuntos, la Entente Cordiale de 1904 y la alianza militar
con Rusia brindaban a Francia cierta seguridad. Con la crisis de julio de 1914, la movilización rusa y la
probabilidad de una gran guerra europea entre Rusia, Austria y Alemania, Francia vio la oportunidad
de recuperar sus territorios perdidos.
Factores clave para Francia:
- Alianzas estratégicas: Francia esperaba el apoyo de su alianza con Rusia y su amistad con Gran
Bretaña.
- Nacionalismo fuerte: La opinión en Francia respaldaba el retorno de Alsacia-Lorena.

9
fi
fi
fl
fi
- Con anza en el plan de ataque francés (Plan XVII): La creencia en la efectividad del plan militar hizo
que la guerra fuera considerada como un riesgo aceptable.

Gran Bretaña
A diferencia de las otras potencias principales, Gran Bretaña no tenía mucho que ganar en términos
de tierras o in uencia al involucrarse en la guerra. Ya tenía un vasto imperio y no deseaba territorio en
Europa. No tenía alianzas rmes, excepto con Japón (1902) y una obligación de defender a Bélgica
según un tratado de 1839. El ejército británico era pequeño, aunque contaba con una marina grande
y costosa. En 1914, Gran Bretaña estaba gobernada por estadistas reformadores progresistas cuyo
partido, los Liberales, siempre había abogado por la paz y la resolución negociada de disputas
internacionales.
Hasta la década de 1890, Gran Bretaña no veía a Alemania como un enemigo. Sin embargo, varios
factores cambiaron eso:
- Las declaraciones agresivas del Kaiser Guillermo II y su aparente envidia y hostilidad hacia el
Imperio Británico.
- La hostilidad de Alemania hacia los tratos de Gran Bretaña con las repúblicas bóers en Sudáfrica y
la subsiguiente Guerra de los Bóers (1899-1902).
- El desarrollo de una marina alemana, vista por los líderes británicos como una acción dirigida
principalmente contra Gran Bretaña y que desató una costosa carrera naval.
- Los intentos del káiser de socavar la amistad de Gran Bretaña con Francia en la Crisis de
Marruecos de 1905.
- El aparente peligro de una presencia naval alemana en la costa atlántica de Marruecos en la
segunda crisis, en 1911.

En la imaginación popular británica, Alemania ahora se percibía como una amenaza, evidenciada por
la cantidad de historias de espías con agentes secretos alemanes en los años previos a la guerra.
Alemania era considerada como un competidor económico y un rival naval. El káiser se consideraba
un perturbador de la paz europea, y el militarismo alemán se veía como un desarrollo perjudicial y
amenazante.
Sin embargo, a pesar de todo esto, no había certeza de que Gran Bretaña iría a la guerra en 1914.
Otras carreras armamentísticas en el pasado no habían llevado a con ictos. Las relaciones con Rusia
aún no eran sólidas, y los responsables políticos británicos se preocupaban más por la expansión
rusa en las Guerras Balcánicas que por Alemania. Sin embargo, cuando una guerra europea se
convirtió en una posibilidad seria el 3 de agosto de 1914, Gran Bretaña se vio en parte forzada a
tomar posición, sobre todo después de la invasión alemana de Bélgica.

CARACTERÍSTICAS DE LA GUERRA
TECNOLOGÍA Y GUERRA
Aviones
Al igual que muchas innovaciones militares, en un principio los comandantes no reconocieron de
inmediato el potencial militar de los aviones más allá de la función de reconocimiento. Esto era
comprensible, ya que los primeros modelos de aviones eran poco más que lona barnizada estirada
sobre un armazón de madera con asiento, motor y tanque de combustible. Sin embargo, como con

10
fi
fl
fi
fl
toda tecnología completamente nueva, los avances llegaron rápidamente, con nuevos modelos
produciéndose en cuestión de semanas en algunos casos.
Pronto, los aviones estaban armados y luchando por la dominación del cielo, lo que implicaba
obstaculizar el reconocimiento del enemigo, proporcionar observación para un fuego de artillería más
preciso y, eventualmente, apoyar el movimiento de tropas terrestres con fuego aéreo.
- Cazas: Diseñados para el combate aire-aire, la maniobrabilidad y la potencia de fuego eran factores
clave para un caza exitoso. Las innovaciones incluyeron el mecanismo de sincronización, que
permitía disparar ametralladoras hacia adelante a través de la hélice, y triplanos como el Fokker, que,
aunque más difíciles de pilotar, eran mucho más maniobrables que los aviones de dos alas. Los
cazas se usaban para hostigar a los aviones y globos de reconocimiento enemigos y, más tarde, para
brindar apoyo de fuego a la infantería mientras protegían sus propios aviones bombarderos.
- Bombarderos: Se produjeron menos modelos de aviones bombarderos, pero se mejoraron
constantemente, especialmente en cuanto a su alcance y la carga de bombas que podían
transportar. El bombardeo estratégico, ya sea por aviones o zepelines, se centró en atacar
ferrocarriles y, eventualmente, fábricas en la retaguardia enemiga a partir de 1915.
- Dirigibles: Los zepelines de Alemania volaban a altitudes demasiado elevadas para la mayoría de los
aviones de combate, lo que les permitía atacar ciudades británicas a voluntad al principio de la
guerra. Para 1916, aviones mejorados armados con municiones incendiarias redujeron la efectividad
de la ota de zepelines de Alemania.

Comunicaciones
Dirigir el movimiento de grupos de soldados en tiempo casi real ha sido clave para la victoria en el
campo de batalla, pero también un desafío considerable. Cuando los ejércitos eran relativamente
pequeños, los mensajeros a pie o a caballo podían llevar órdenes verbalmente, con la velocidad de la
comunicación limitada solo por la velocidad del mensajero y la distancia recorrida. A medida que los
ejércitos y los campos de batalla crecieron en tamaño y complejidad, se recurrió a señales auditivas
(cornetas, tambores o gaitas) o visuales (generalmente banderas). Sin embargo, el humo y el ruido en
una batalla napoleónica o de la Guerra Civil estadounidense hacían que estos avances fueran
impracticables una vez que comenzaba un enfrentamiento masivo.
El teléfono ofrecía ciertas promesas, pero dependía de cables estables. En la Primera Guerra Mundial,
con enormes ejércitos y vastos campos de batalla, estos problemas se destacaron. A menudo, los
generales estaban a millas de distancia de los frentes que se extendían también a lo largo de muchas
millas; la información oportuna para un general sobre el progreso de sus hombres podía tardar horas,
lo que provocaba que la situación táctica fuera, con frecuencia, completamente diferente cuando
llegaban nuevas órdenes.
Las líneas telefónicas solían cortarse en los primeros minutos de una batalla, y los equipos
inalámbricos eran grandes, poco con ables y fácilmente interceptados por el enemigo. Así, la
comunicación táctica en esta guerra moderna volvió a métodos utilizados durante cientos de años en
algunos casos.
- Corredores de trincheras: Todos los ejércitos empleaban soldados cuya única responsabilidad era
transmitir mensajes a través del intrincado sistema de trincheras. Este trabajo era peligroso y requería
un buen conocimiento del sistema de trincheras, que podía cambiar regularmente.
- Banderas: Se usaban banderas de semáforo en todos los servicios. Los señaleros competentes
podían enviar hasta 12 palabras por minuto si la visibilidad no se veía interrumpida, aunque esto era
complicado debido a la naturaleza misma de la guerra de trincheras.
- Heliógrafos y lámparas: Los heliógrafos comunicaban en código Morse concentrando la luz del sol,
pero eran inútiles de noche. Las lámparas alimentadas por para na y, más tarde, por batería
superaron esta limitación, pero aún estaban limitadas por la línea de visión.

11
fl
fi
fi
- Palomas mensajeras: Las palomas eran un método de comunicación sorprendentemente con able
durante la guerra. El ejército británico tenía alrededor de 22,000 palomas en servicio en cualquier
momento durante la guerra y utilizó alrededor de 100,000 al nal. Solo alrededor del 2% de las
palomas liberadas no regresaban.

Ametralladoras
El arma por excelencia de la era industrial, la ametralladora fue para la matanza masiva lo que la línea
de ensamblaje fue para la producción en masa. Muchos intentaron desarrollar un arma de repetición
automática en el siglo XIX, pero fue un estadounidense, Hiram Maxim, quien diseñó un arma que
podía disparar hasta 600 rondas por minuto, alimentada por el gas liberado por esas mismas rondas.
Para el estallido de las hostilidades en 1914, todos los ejércitos modernos tenían versiones de la
innovación de Maxim.
Estas eran armas grandes que requerían un equipo de cuatro a seis hombres para operar. El atasco y
el sobrecalentamiento eran problemas constantes en el difícil entorno de la guerra de trincheras. Sin
embargo, para el nal de la guerra, podían disparar 1,200 rondas por minuto y eran elementos
fundamentales en las defensas de trincheras, con alcances de hasta 1,000 metros. Se desarrollaron
ametralladoras más pequeñas y portátiles, como la ametralladora Lewis o las pequeñas
ametralladoras Vickers. Estas podían montarse en aeronaves y llevarse adelante en asaltos de
infantería.
Uno de los mayores cañones de la guerra, la "Big Bertha", podía lanzar un proyectil a 12 kilómetros.

Tanques
Los tanques, desarrollados por los británicos durante la Primera Guerra Mundial, inicialmente
enfrentaron desafíos signi cativos, pero demostraron ser útiles cuando se utilizaron en masa con
apoyo coordinado de artillería y aire en 1918. Inicialmente, los tanques británicos se asignaron a
unidades de infantería, sirviendo como refugio blindado para los soldados que avanzaban. A pesar de
la falta de entusiasmo alemán por esta nueva tecnología, los franceses produjeron más de 4,000
tanques de diversos modelos, mientras que los británicos fabricaron alrededor de 2,600. La e cacia
de los tanques en 1918 anticipó su uso en la Segunda Guerra Mundial.

Submarinos
El submarino parecía ofrecer la promesa de bloquear a un enemigo sin el gasto de una masiva ota
de super cie. Esto era especialmente atractivo para Alemania, cuya ota de super cie no podía
igualar a la Marina Real Británica y, de hecho, se refugiaba en sus puertos del Mar del Norte durante
la gran mayoría de la guerra. La Marina Imperial Alemana comenzó la guerra con alrededor de 30
submarinos operativos. Estos fueron desplegados tanto contra la Marina Real como contra la ota
mercante británica que navegaba entre América del Norte y Gran Bretaña. Los modelos tempranos
estaban equipados con un tubo de torpedo, pero los modelos posteriores podían lanzar múltiples
torpedos autopropulsados.
Los submarinos plantearon nuevos dilemas éticos en la guerra naval. No podían rescatar a
sobrevivientes de sus ataques y perdían toda ventaja si emergían y advertían a sus objetivos, como la
ley marítima exigía. Sin embargo, si los submarinos practicaban la llamada guerra submarina "sin
restricciones" y atacaban cualquier barco que se dirigiera a un puerto enemigo, resultaban letales. La
guerra submarina sin restricciones también resolvía el problema constante de tener que identi car con
precisión los objetivos y de qué país provenían. Aunque la amenaza de los submarinos era muy real,
contramedidas como los convoyes, las cargas de profundidad y el sonar rudimentario inclinaron la
balanza a favor de los Aliados.

12
fi
fi
fi
fi
fl
fi
fi
fi
fi
fl
fl
PROPAGANDA COMO ARMA PSICOLÓGICA
Todos los Estados participantes de la Gran Guerra utilizaron la propaganda durante el transcurso del
con icto. Su orientación, nalidad y objetivos variaron con el paso del tiempo y se adecuaron a las
necesidades de cada gobierno. Uno de los objetivos principales fue la manipulación psicológica,
lanzando mensajes a la población civil con el n de orientar sus opiniones y acciones hacia
respuestas esperadas, como por ejemplo el reclutamiento voluntario. Los rasgos generales se
pueden resumir en los siguientes puntos:
- Movilización a través del deber patriótico: Ante la inminencia de la guerra, los gobiernos apelaron al
deber patriótico para movilizar a la población, destacando la importancia de la fraternidad y la
identi cación con la nación como elementos clave para la participación voluntaria en el con icto.
- De nición de propaganda y su papel en la guerra: La propaganda, de nida como la expresión
deliberada de opiniones o acciones con el objetivo de in uir en las opiniones o acciones de otros, se
presenta como una herramienta esencial de manipulación psicológica en la guerra, siendo utilizada
para obtener la adhesión ciudadana a los planes políticos.
- Teoría de la aguja hipodérmica y análisis de la propaganda: Se menciona la Teoría de la aguja
hipodérmica, que sugiere un modelo de comunicación unidireccional donde los gobiernos buscan
inyectar mensajes directos en las mentes de la población. Además, se destaca que la propaganda
cambió a lo largo del con icto, adaptándose a las necesidades del momento.
- Objetivos de la propaganda durante la guerra: La propaganda se orientó a tres grandes campos:
reclutar soldados y mantener la moral, atacar psicológicamente al enemigo y persuadir a países
neutrales para que se mantuvieran en esa posición o se unieran al bando propio. Se subraya el papel
crucial de los carteles como herramienta de comunicación persuasiva, especialmente en el
reclutamiento de soldados.

DESARROLLO DE LA GUERRA
MOVIMIENTOS INICIALES
A medida que julio de 1914 llegaba a su n, también lo hacía la escasa esperanza de paz que
quedaba en Europa. Alemania lanzó los infames "dados de hierro" al declarar la guerra a Rusia el 1
de agosto de 1914. Independientemente de si la guerra estaba o no en este momento destinada a
ser un hecho consumado, los líderes sentían que estaban reaccionando en lugar de actuar, y como
tal, abrazaron lo que creían que estaba fuera de su control. Para el Kaiser, Alemania se había visto
forzada a entrar en la guerra. A partir de ese momento, el sistema de alianzas, el autointerés nacional
percibido y la movilización operaron como se sospechaba, si no como se pretendía, y las potencias
de Europa se precipitaron hacia la guerra.
Los ejércitos de todas las principales potencias comenzaron a moverse hacia cada uno de los
frentes. Los ferrocarriles hicieron que la parte inicial de este proceso fuera más e ciente que en
guerras pasadas, pero el transporte masivo pronto alcanzó sus límites y los hombres y caballos se
desembarcaron y completaron la marcha a pie. La mayoría de las fuerzas francesas se apresuraron
hacia el este, hacia la frontera de Alsacia-Lorena. La Fuerza Expedicionaria Británica (BEF)
desembarcó en Francia y se dirigió hacia el sureste, hacia la frontera belga. Por su parte, más de un
millón de soldados alemanes se movieron hacia el oeste, ejecutando el comienzo del Plan Schlieffen
que, si funcionaba, los llevaría a París 41 días después. Debido a que estas enormes formaciones de
hombres y animales se movían de la misma manera que los ejércitos lo habían hecho durante
milenios, a pie, pasarían dos semanas antes de que estuvieran en posición de enfrentarse en la
primera de las principales batallas de la guerra.
Bélgica
Según el plan, el ala derecha del ejército alemán se desplazaría a través de Bélgica rumbo a París.
Los belgas, por su parte, se defenderían lo mejor que pudieran. Aunque su ejército era pequeño
13
fl
fi
fi
fl
fi
fi
fi
fl
fi
fi
fl
según los estándares de las principales potencias, Bélgica había invertido considerablemente en una
cadena de forti caciones fronterizas que eran imponentes según cualquier estándar. Estos fuertes,
diseñados para resistir los mayores cañones existentes en el momento de su construcción, estaban
concentrados alrededor de la ciudad de Lieja y controlaban la ruta más accesible a través de Bélgica
desde Alemania.
El Segundo Ejército alemán, con más de 300,000 hombres, avanzó hacia los fuertes, 12 en total,
defendidos por solo 70,000 hombres. Los alemanes tomaron la ciudad con la ayuda de zepelines
que lanzaban bombas, uno de los primeros usos de bombardeo aéreo en la historia. Sin embargo,
para neutralizar los fuertes circundantes, los alemanes usarían enormes obuses de asedio, incluida la
"Big Bertha", un cañón de 420 milímetros que lanzaba un proyectil de 770 kilogramos a 12
kilómetros. En 11 días desde el ataque inicial, los alemanes capturaron los fuertes, dejando el resto
de Bélgica abierta al avance del Plan Schlieffen.
La Batalla de las Fronteras
Mientras el Plan Schlieffen se desarrollaba en el norte, era el momento de poner en acción el Plan
XVII. La Batalla de las Fronteras fue en realidad una serie de ofensivas lanzadas por los franceses
como parte del Plan XVII y contraofensivas por parte de los ejércitos alemanes Sexto y Séptimo. Ya el
7 de agosto, los franceses habían comenzado operaciones para recuperar la ciudad alsaciana de
Mulhouse. El 14 de agosto, el ejército francés se lanzó a Lorena para liberar los territorios tomados
después de la humillación de la Guerra Franco-Prusiana. En un principio, el Plan XVII, basado en la
doctrina de la ofensiva y su combinación de audacia y entusiasmo, parecía funcionar bien. Los
alemanes retrocedieron y los franceses recuperaron ciudades como Mulhouse. Sin embargo, el
avance francés no fue uniforme y este hecho abrió brechas entre las unidades francesas en avance,
brechas que los alemanes aprovecharían en su contraofensiva lanzada el 20 de agosto. Otros
enfrentamientos ocurrieron en lugares como Sambre y en las Ardenas, con el resultado neto de una
derrota para los franceses. Para el 24 de agosto, el avance francés se detuvo y con él las esperanzas
del Plan XVII.
La Batalla del Marne (5-12 de septiembre de 1914)
El Plan XVII resultó ser un fracaso masivo para el ejército francés, con alrededor de 200,000 bajas,
incluyendo 75,000 muertos, 25,000 de ellos en un solo día (22 de agosto). Esta impactante derrota
parecía indicar que, a diferencia de su contraparte francesa, el Plan Schlieffen estaba funcionando
según lo planeado. Los ejércitos alemanes reanudaron su gran avance a través de Bélgica después
de someter una resistencia belga inesperadamente fuerte. La Fuerza Expedicionaria Británica (BEF)
retrasó brevemente la ofensiva alemana en Mons, pero luego se retiró en lo que se conocería como la
Gran Retirada. Nuevamente, todo parecía estar yendo según lo planeado para los alemanes, pero
quedaba por verse si París caería en los 41 días requeridos desde la movilización.
Irónicamente, a medida que los alemanes avanzaban y las fuerzas anglofrancesas retrocedían hacia
París, comenzaron a surgir varios factores que resultarían bene ciosos para los defensores.
- Mientras retrocedían, los anglofranceses acortaban sus líneas de suministro y comunicación,
mientras que los alemanes extendían las suyas.
- Un principio conocido como "el poder menguante de la ofensiva" comenzaba a afectar a los
alemanes. A medida que avanzaban, las bajas, la necesidad de guarnecer territorio capturado, el
agotamiento físico y el alargamiento de las líneas de suministro que requerían más hombres para
mantenerlas debilitaban a los atacantes alemanes. Cuanto más avanzaban los alemanes, más débil
se volvía su fuerza.
La resistencia belga le había dado al gobernador militar de París, el General Gallieni, tiempo para
reunir un nuevo ejército para defender la capital. Cuando un aviador francés avistó al Primer Ejército
alemán desviándose frente a París, y no alrededor de París como Schlieffen había pretendido,
exponiendo así su anco derecho al Sexto Ejército francés que defendía París, el comandante
francés, Joffre, vio su oportunidad para una contraofensiva. Ordenó al Sexto Ejército francés que
defendía París embestir el anco derecho de los alemanes. Cuando el comandante del Primer Ejército
14
fi
fl
fl
fi
alemán, el General von Kluck, se volvió para enfrentar esta amenaza, se abrió una brecha de 50
kilómetros entre el Primer y el Segundo Ejército alemán. Joffre suplicó a la BEF que se uniera a la
lucha y avanzara hacia la brecha junto con el Quinto Ejército francés. Estas acciones detuvieron el
avance alemán y así marcaron el n del Plan Schlieffen. El Jefe de Estado Mayor alemán, von Moltke,
lejos en su cuartel general en Luxemburgo, tenía una imagen imperfecta y tardía de los eventos
mientras se desarrollaban en el Marne debido a un tortuoso sistema de comunicaciones. Su
naturaleza cautelosa se reveló en esta situación estresante y el 9 de septiembre ordenó a su ejército
retirarse y preparar defensas a 65 kilómetros en retaguardia. El Plan Schlieffen había fallado.

La Carrera hacia el Mar


La retirada y posterior atrincheramiento de los Primer y Segundo Ejércitos alemanes puso en marcha
una serie de eventos que determinarían la topografía del Frente Occidental durante el resto de la
guerra, a veces referida como "La Carrera hacia el Mar". Una maniobra militar duradera es anquear
al enemigo. Lo amenaza con el cerco y requiere que de enda en dos direcciones. Fue precisamente
a esta maniobra a la que ahora se dirigían las tres principales fuerzas operativas en Francia. Los
ejércitos francés y británico exploraron hacia el norte y el oeste en busca de una ruta alrededor del
anco alemán. Los alemanes hicieron lo mismo. Esta serie de movimientos y contramovimientos,
acompañados por la consolidación de terreno ocupado, extendió el frente hasta el Canal de la
Mancha. Operaciones similares en el extremo sureste del frente resultaron en un frente más o menos
continuo que se extendía 700 kilómetros desde los Alpes hasta el Canal. A lo largo de este frente,
ambos lados cavaron frenéticamente.

La guerra de trincheras
El estancamiento que se desarrolló en el Frente Occidental, un sistema masivamente complejo de
trincheras, puede verse como un enfrentamiento desigual de tecnologías en el que, durante la mayor
parte de la guerra, aquellas de naturaleza defensiva eran más fuertes que las de naturaleza ofensiva.
Este desequilibrio favoreció a los alemanes, ya que eran los defensores en este contexto, luchando
por mantener el territorio ganado en agosto y septiembre de 1914. Paradójicamente, la tecnología
defensiva que dominaba el Frente Occidental parece primitiva en comparación con algunas de las
tecnologías diseñadas para superarlas. Las defensas se basaban en la palos y el alambre de púas,
más tarde complementados con cemento. La ametralladora, de mayor utilidad como arma defensiva
al principio de la guerra, es una excepción. De lanzallamas, morteros de trinchera, gas, minas y
tanques, solo estos últimos parecían tener alguna esperanza de perforar las defensas que se
fortalecían cada vez más.
Tampoco la estrategia estaba a la altura de la tarea de superar la geografía del Frente Occidental.
Salvo la guerra de asedio, la estrategia militar siempre se había basado en alguna forma de
movimiento. Fingir, anquear, cercar, todo requería un grado de movilidad que las trincheras negaban
a ambos lados. Dado que el frente era básicamente continuo desde los Alpes hasta el Canal, darle la
vuelta al anco del enemigo estaba fuera de discusión. La tecnología, como la aviación, aún no
permitía que las tropas se movieran sobre las líneas del frente. Los desembarcos an bios eran
increíblemente peligrosos y logísticamente complejos. Ante la ausencia de estas opciones
estratégicas, abrirse camino a través se convirtió en la única alternativa factible. Es a esta alternativa a
la que los Aliados, y en cierta medida los alemanes, recurrieron durante el resto de la guerra en el
Frente Occidental.
La Segunda Batalla de Ypres estalló cinco meses después de que los alemanes hubieran
abandonado la primera, con la introducción en el oeste de un nuevo arma: el gas venenoso. El
ejército alemán en el sector de Ypres liberó 170 toneladas de gas cloro el 22 de abril de 1915,
avanzando detrás de la nube mortal mientras se desplazaba hacia las líneas aliadas defendidas por
tropas coloniales francesas. En cuestión de minutos, el gas causó 10,000 bajas aliadas y abrió una
brecha enorme en las líneas aliadas. El éxito del ataque sorprendió tanto a los atacantes como a los
defensores, y la brecha solo se explotó hasta una profundidad de tres kilómetros. Dos días después,
15
fl
fl
fl
fi
fi
fi
fl
un segundo ataque con gas apuntó a las recién llegadas tropas canadienses que, aunque cediendo
terreno, frenaron el ataque alemán usando máscaras de gas improvisadas y sufrieron cerca de 6,000
bajas, incluidas 1,000 muertes. El ejército canadiense de tiempos de paz tenía solo 6,000 hombres.
Cuando los alemanes pusieron n a su ofensiva el 24 de mayo, habían reducido signi cativamente el
tamaño del saliente de Ypres al tomar terrenos elevados importantes al norte y al este. Pero la ciudad
y un bolsillo de 5 kilómetros por 8 kilómetros alrededor de ella permanecieron en manos aliadas. Los
Aliados sufrieron cerca de 70,000 bajas en la Segunda Batalla de Ypres, mientras que los alemanes
sufrieron la mitad.
La Batalla de Verdún (febrero-octubre de 1916)
El intento alemán de romper el estancamiento en el Frente Occidental se centró en el ejército francés
atrincherado alrededor de la ciudad de Verdún. La operación fue idea del Jefe del Estado Mayor
General alemán, Erich von Falkenhayn. Inicialmente, quería atacar a los franceses con tanta ferocidad
que no pudieran rendirse, que "hicieran sangrar en blanco a los franceses", usando su frase
escalofriante. Al igual que el ataque británico en el Somme más tarde ese mismo año, el ataque
alemán, denominado Operación Juicio, requeriría el almacenamiento de una enorme cantidad de
recursos. A lo largo de 13 kilómetros de frente, los alemanes desplegarían ocho divisiones más
reservas y 1,200 piezas de artillería, incluidas algunas de las enormes armas que habían sido tan
efectivas en Bélgica durante las primeras semanas de la guerra. Para alimentar estas armas, los
alemanes habían acumulado 2.5 millones de proyectiles.
El inicio de la batalla se pospuso debido al clima, lo que permitió a los franceses reforzar sus
defensas. Cuando nalmente estalló el 21 de febrero, el bombardeo estuvo cerca de aplastar a los
defensores franceses: 100,000 proyectiles por hora llovieron sobre los defensores agazapados en sus
refugios, trincheras y fortalezas. Sin embargo, el plan alemán exigía un avance cauteloso, ya que la
intención era matar a tantos soldados franceses como fuera posible en lugar de apoderarse de
territorio. La defensa de la ciudad y sus alrededores fue con ada al General Pétain. Determinó que los
franceses usarían la doctrina de defensa activa, disputando cada pedazo de terreno y retrocediendo
solo para contraatacar más tarde. Los alemanes, por su parte, continuaron martillándolos con su
artillería y luego avanzaron con la infantería. Se volvía cada vez más difícil para los alemanes mover
sus pesadas armas hacia adelante a través del paisaje destrozado. La ciudad de Verdún estaba
rodeada por una serie de fortalezas y colinas, que se convirtieron en el foco del ataque alemán. La
doctrina de defensa activa signi caba que era difícil hacer un seguimiento de qué lado controlaba qué
terreno. El pueblo de Vaux cambió de manos 13 veces solo en marzo. La clave de la resistencia
francesa era una sola carretera que suministraba a Verdún, que los alemanes nunca lograron cortar.
A partir de abril, Falkenhayn ordenó a su ejército atacar a lo largo de todo el frente y continuó
presionando a los franceses durante toda la primavera. El problema era que ahora estaba siendo
arrastrado a una batalla de desgaste, exactamente en lo que quería envolver a los franceses: el
ejército alemán estaba empezando a sangrarse a sí mismo. A nales de junio, las bajas alemanas
estaban a la par con las francesas, alrededor de 200,000. En los enfrentamientos esporádicos
alrededor de Verdún que durarían hasta diciembre, cada bando perdería aproximadamente 350,000
bajas.
La Batalla del Somme (julio-noviembre de 1916)
La epitome de la estrategia ofensiva a la que aspiraban los generales aliados en el Frente Occidental
era abrir brecha en las líneas enemigas con una combinación de un masivo bombardeo de artillería
seguido de oleadas de infantería. La caballería, mantenida en reserva, explotaría la brecha en las
líneas y se lanzaría a los campos abiertos en la retaguardia enemiga, restaurando el movimiento y un
estilo de guerra más familiar en el frente. Ni la tierra empapada en el extremo norte del frente ni la
tierra rota y rocosa en el sur eran adecuadas para esta estrategia. Esto dejó el centro, desde Verdún
pasando por Champagne y Picardía hasta Amiens, como el lugar lógico para tales empresas
masivas.
Después de las operaciones inútiles de 1915, ambos lados decidieron que el impulso para poner n a
la guerra se pospondría hasta 1916. El período intermedio se dedicaría a acumular los enormes

16
fi
fi
fi
fi
fi
fi
fi
recursos que pensaban que se necesitarían para romper el estancamiento. El proceso comenzó con
el propio ejército británico. Pequeño según los estándares de la preguerra, el ejército británico se
había hinchado a cerca de 2 millones de hombres. Se decidió que este "Nuevo Ejército" atacaría
conjuntamente con los franceses a lo largo del río Somme. El avance requeriría:
- la construcción de nuevas líneas férreas con un total de 17 cabezas de ferrocarril
- 1,500 piezas de artillería de varios tamaños
- 3 millones de proyectiles para estas armas
- 11,200 kilómetros de cable telefónico enterrado
- 69,000 kilómetros de cable aéreo
- miles de palomas mensajeras
- 100,000 caballos
- alojamiento para 400,000 hombres
- 300 camiones cisterna.
El plan parecía sencillo. Un masivo bombardeo de artillería de una semana de duración apuntaría
tanto al alambrado de púas alemán como a la artillería (objetivos contrabatería) con un efecto tan
devastador que prácticamente no quedaría nada para oponerse al avance de la infantería. El 1 de
julio de 1916, este asalto de artillería se complementaría con la detonación de masivas "minas"
subterráneas que se habían excavado laboriosamente a 18 metros bajo las líneas alemanas. A
medida que la infantería atacante se levantara de sus trincheras para avanzar por "tierra de nadie",
serían precedidos por un "bombardeo progresivo" que proporcionaría un escudo teórico llevándolos
ilesos a las líneas enemigas destruidas. En la mente del General Haig, esta brecha sería llenada por la
carga de la caballería británica hasta una distancia de 11 kilómetros en el primer día. Su subalterno, el
General Rawlinson, pensó que un avance más modesto era más probable. Ninguno de estos
acontecimientos ocurrió.
Se lanzaría la operación a principios de agosto, pero Joffre pidió que se adelantara un mes para aliviar
la presión sobre el ejército francés en Verdún. El bombardeo, a pesar de ser feroz, no destruyó tanto
el alambre de púas alemán como para lanzarlo y desordenarlo aún más. El bombardeo progresivo en
general "avanzó" demasiado rápido, superando a la infantería en avance y ofreciéndoles así poca
protección. Los refugios alemanes estaban a la altura del increíble bombardeo que recibieron durante
esta horrenda semana y los ametralladores alemanes salieron clamando, aturdidos pero operativos,
cuando el bombardeo pasó sobre ellos. Lo que vieron los sorprendió: oleada tras oleada de soldados
británicos avanzando hacia ellos como si los alemanes y sus ametralladoras no existieran. Si bien
algunas unidades de la fuerza atacante lograron llegar a las trincheras enemigas, la gran mayoría de
las tropas atacantes se detuvieron en tierra de nadie con pérdidas horribles. Al completarse el
sombrío recuento, 60,000 de una fuerza atacante de 100,000 fueron bajas, 20,000 de ellas muertas.
Tercera Batalla de Ypres (Passchendaele, julio-noviembre de 1917)
Después de la gran matanza de 1916, los Aliados estaban cerca del agotamiento. El ejército ruso
estaba cerca del colapso, al igual que el Gobierno Provisional Ruso que había tomado el control
después de la abdicación del zar en febrero de 1917. Cincuenta divisiones francesas estaban en
varios estados de motín, permaneciendo en las trincheras pero negándose a participar en más
asaltos que veían como infructuosos. El ejército italiano se había doblado pero no roto frente a un
asalto austroalemán en Caporetto, una ruta que apenas se había detenido antes de Venecia.
En muchos aspectos, la estrategia para el asalto británico en la Batalla de Passchendaele (también
conocida como la Tercera Batalla de Ypres) no había evolucionado mucho desde la Batalla del
Somme un año antes. Sin embargo, las expectativas sí lo habían hecho. El avance ya no era el
objetivo. En su lugar, los británicos avanzarían después de un bombardeo de artillería más largo e
intenso que el que precedió a la ofensiva del Somme y se aferrarían a las trincheras alemanas,
17
moverían la artillería hacia adelante y lo harían de nuevo. El bombardeo difería solo en intensidad, el
doble de largo que antes del Somme con el doble de cañones disparando cuatro veces más
proyectiles a través de un frente más estrecho. No hace falta decir que el ataque no fue una sorpresa
para los defensores. Un nuevo elemento de guerra, el tanque, al principio parecía funcionar bien en la
super cie seca, aunque irregular, de tierra de nadie.
El progreso fue efímero. Un contraataque alemán y el comienzo de una lluvia torrencial hicieron
imposible cualquier tipo de avance. El suelo estaba tan blando y el barro tan opresivo que se decía
que los hombres se hundían a la vista. Los tanques quedaron atascados y el movimiento de piezas
de artillería se volvió casi imposible.
Cuando la batalla se reanudó, los británicos ganaron una serie de pequeños enfrentamientos en
septiembre que alentaron al General Haig a intentar ganancias más grandes hacia el pueblo de
Passchendaele. Estos asaltos resultaron en poco más que un punto muerto dentro de un punto
muerto. Las fuerzas británicas bombardearían una sección del frente y tomarían el terreno, solo para
que la artillería alemana golpeara el mismo terreno y luego su infantería lo recuperara. A nes de
septiembre, las unidades británicas estaban agotadas. Haig llamó a las fuerzas australianas y
neozelandesas para reanudar el ataque, lo cual hicieron con poco efecto. El Cuerpo Canadiense
reanudó el asalto el 26 de octubre y el 6 de noviembre capturó el ahora inexistente pueblo de
Passchendaele. Aunque las cifras de bajas son disputadas, las Potencias Aliadas perdieron alrededor
de 270,000 bajas tomando el pueblo y el territorio circundante, mientras que los alemanes alrededor
de 200,000 defendiéndolo.
1918
El amanecer de 1918 en el Frente Occidental mostraba tres ejércitos exhaustos mirándose
mutuamente a través de un paisaje lunar devastado. Sin embargo, ambos lados tenían algunas
razones para tener esperanza. Los alemanes pronto verían nuevas tropas frescas del ahora
inexistente frente ruso. Para los Aliados, la esperanza provenía de los miles de soldados
estadounidenses que llegaban a Francia cada semana, más de 300,000 para marzo de 1918 con
otro millón en camino para el verano. El ejército alemán sabía, sin embargo, que a pesar de los
nuevos soldados, su economía e incluso su sociedad no podían resistir el gigante económico que era
Estados Unidos. Para los alemanes, 1918 sería una carrera: ¿podrían usar sus nuevas fuerzas y sus
submarinos para sacar a Gran Bretaña de la guerra y así obligar a los franceses a la mesa de
negociaciones antes de ser aplastados por el peso de la movilización estadounidense?
La ofensiva alemana que golpeó a los británicos el 21 de marzo se basaba en nuevas tácticas y estas
nuevas tácticas requerían velocidad. Un debilitante bombardeo de artillería de tres horas fue seguido
por "tropas de asalto" que se movían rápidamente, perforando agujeros en las líneas británicas y
avanzando profundamente en las áreas traseras. En lugar de disputar puntos fuertes, las tropas de
asalto los eludían, dejándolos para las unidades de infantería tradicionales. Al nal del día, más de
7,000 soldados británicos habían sido asesinados. La velocidad de la ofensiva también resultó en la
rendición de más de 20,000 soldados británicos. Aunque habían tomado muchas de las posiciones
avanzadas británicas, los alemanes habían sufrido más de 39,000 bajas al hacerlo, soldados que no
podían permitirse perder si iban a capitalizar los éxitos del primer día. Los Aliados lograron frenar y, en
algunos casos, revertir las ganancias alemanas, pero cuando la ofensiva alemana se detuvo, estaba a
solo 8 kilómetros de Amiens. Tan impresionantes como fueron las ganancias, los objetivos generales
de la operación estaban fuera del alcance de los ejércitos alemanes. No habían "desenrollado" la línea
británica. No habían tomado los puertos del canal y no habían separado a los ejércitos francés y
británico. Sin embargo, se habían agotado a sí mismos al haber perdido 250,000 tropas que no
podían reemplazar. Los Aliados sufrieron conjuntamente una cantidad similar de bajas, pero con la
constante llegada de tropas estadounidenses, las pérdidas se sintieron menos agudamente. Los
alemanes habían perdido la carrera.
En agosto, le tocó a los Aliados intentar poner n a la guerra con un golpe decisivo. El 8 de agosto
lanzaron un ataque masivo frente a Amiens que coordinó fuerzas de tanques, artillería, infantería y
apoyo aéreo en una escala no intentada previamente. El general alemán Ludendorff llamó a esto "El
día negro del ejército alemán". Esto marcó el tono para el resto de la guerra en el Frente Occidental.
18
fi
fi
fi
fi
En una serie de acciones conocidas colectivamente como los Cien Días, las fuerzas aliadas
empujaron progresivamente a los alemanes hacia donde habían comenzado cuatro años antes. Una
vez que el ejército, la monarquía y el gobierno alemán reconocieron este hecho, los alemanes pidieron
un armisticio. Por acuerdo, las hostilidades cesarían a las 11:00 a.m. del 11 de noviembre de 1918.
El Frente Oriental
En ciertos aspectos, el Plan Schlieffen hizo exactamente lo contrario de lo que su autor imaginaba.
Todo el plan se basaba en la suposición de una movilización rusa lenta. De hecho, el Ejército Ruso,
bajo el mando del General Rennenkampf, invadió Prusia Oriental mucho antes de lo que muchos
esperaban. Además, Schlieffen había imaginado una victoria rápida en el oeste y una guerra
prolongada en el este. De hecho, los alemanes tendrían un gran éxito en el este a nales de agosto y
principios de septiembre de 1914, al mismo tiempo que el Plan Schlieffen se desmoronaba en el
Marne en Francia. En palabras de John Keegan, era "un plan cargado de peligrosa incertidumbre".
Esas incertidumbres se hicieron evidentes muy temprano en la guerra.
Los rusos invadieron Alemania con dos ejércitos que superaban en número ampliamente a los
defensores alemanes. En la batalla de Gumbinnen el 20 de agosto de 1914, los invasores
ensangrentaron a los defensores. Después de una reorganización apresurada del mando alemán en
el este, que vio ascender a los generales Ludendorff y Hindenburg, los dos o ciales que dirigirían el
esfuerzo de guerra alemán desde 1916 hasta el nal de la guerra, los alemanes se dieron cuenta de
que los dos ejércitos rusos no estaban cooperando. De hecho, había una profunda animosidad
personal entre los rusos que comandaban los dos ejércitos: los generales Samsonov y Rennenkampf.
Esto permitió a los alemanes transportar sus tropas por tren y derrotar a cada ejército por separado
sin tener que enfrentarse a su fuerza combinada, que era considerablemente mayor que la suya. El
resultado fue el cerco del Segundo Ejército Ruso en la Batalla de Tannenberg. En lugar de informar a
su zar que el ejército ruso había sufrido 30,000 bajas y que 95,000 soldados habían sido capturados
por los alemanes, el general Samsonov se suicidó.
Una semana después, Hindenburg dirigió su ejército para enfrentarse al Primer Ejército Ruso. En la
subsiguiente Batalla de los Lagos Masurianos, las fuerzas de Hindenburg barrieron a los invasores de
Alemania, in igiendo 95,000 bajas al enemigo. Rennenkampf se retiró para proteger su ejército de un
cerco y los alemanes lo siguieron.
La topografía y el espacio del este aseguraron que la guerra de movimiento durara más en el Frente
Oriental de lo que había durado en el Frente Occidental. Después de las derrotas gemelas de
Tannenberg y los Lagos Masurianos, el ejército ruso se reagrupó y volvió a la ofensiva. Las fuerzas
austriacas no fueron tan exitosas como sus aliados alemanes y en un momento del otoño de 1914
los rusos amenazaron con barrer Hungría. Esto no tuvo éxito y el Frente Oriental se instaló en un
punto muerto, aunque no tan entrenchado como se había vuelto el Frente Occidental.
Cuando Italia entró en la guerra del lado de los Aliados en 1915, los austriacos se vieron obligados a
mover tropas que enfrentaban a los alemanes al frente italiano. El general ruso Brusilov consideró que
este era un buen momento para presionar a los alemanes en su frente en el sur. Su ofensiva recuperó
casi 100 millas de territorio perdido el año anterior.
Gallípoli
Con el estancamiento en Francia volviéndose más intratable semana tras semana, parecía, en
retrospectiva, obvio que los Aliados buscarían abrir un nuevo frente en otro teatro de guerra. Para
noviembre de 1914, tanto los franceses como los británicos estaban explorando esas opciones. A
pesar de las objeciones de los comandantes en el Frente Occidental, comenzó a tomar forma un plan
para atacar al Imperio Otomano.
El plan original era que un escuadrón de acorazados de modelos más antiguos, tanto franceses
como británicos, se abriera paso por los estrechos de Dardanelos con la ayuda de barreminas,
golpeando las defensas turcas en el camino. Aunque tuvieron cierto éxito al destruir las
ametralladoras jas turcas, las ametralladoras móviles de los defensores resultaron esquivas. Dentro
de las dos horas de comenzar la operación, el escuadrón se redujo en un tercio y se retiró. Las
19
fl
fi
fi
fi
fi
ametralladoras en tierra tendrían que ser neutralizadas por fuerzas terrestres. El 25 de abril de 1915,
las fuerzas británicas desembarcaron en la punta sur de la península de Gallípoli, seguidas cuatro días
después por soldados del Cuerpo de Ejército de Australia y Nueva Zelanda (ANZAC). Estos dos
desembarcos lograron abrir pequeñas secciones de playa y colinas circundantes, pero nada más.
Fueron detenidos por una combinación de mala inteligencia militar, navegación de ciente, terreno
muy accidentado y la decisiva acción del comandante turco en el lugar: Mustafa Kemal (más tarde
conocido como Kemal Ataturk cuando se convirtió en el presidente de la Turquía de posguerra). Los
británicos intentaron romper el estancamiento con un tercer desembarco en la bahía de Suvla, que
solo tuvo éxito en crear un tercer enclave estrecho rodeado por las fuerzas turcas.
A nes de 1915, el liderazgo aliado reconoció el fracaso por lo que era y hizo planes para retirar todas
sus fuerzas de la península de Gallípoli. Entre el 28 de diciembre de 1915 y el 6 de enero de 1916, las
fuerzas británicas y del ANZAC abandonaron sus posiciones. La evacuación fue quizás la operación
militar más exitosa de la campaña, una campaña que costó a los Aliados 300,000 bajas y a los turcos
250,000 bajas.
La guerra continuaría en el este, al igual que en el oeste. La guerra traería consigo presiones
económicas y sociales que resultarían demasiado grandes para el Imperio Ruso, que descendió a la
revolución en 1917, rmando eventualmente una paz separada, el Tratado de Brest-Litovsk,
abandonando el con icto.

La Guerra en el Mar
Es una de las grandes ironías de la guerra que, mientras la carrera armamentista naval entre Gran
Bretaña y el Imperio Alemán fue una de las causas principales a largo plazo de la guerra, las enormes
otas creadas por esta misma carrera se enfrentaron solo una vez durante la guerra.
Había dos problemas críticos que enfrentaba la Flota de Alta Mar alemana y, por lo tanto, su
estrategia naval. El primero era que, a pesar de su frenética construcción naval previa a la guerra,
Alemania aún no alcanzaba la ventaja numérica de la Royal Navy. Para el momento en que ocurrió el
único enfrentamiento importante de otas en Jutlandia en 1916, la Royal Navy tenía 31 acorazados
tipo Dreadnought y Alemania 18. Tenía una ventaja de 2:1 en cruceros de batalla y en todos los
demás barcos la Royal Navy disfrutaba de una ventaja numérica de 1.6:1.
La segunda desventaja que pesaba en las ambiciones navales alemanas era geográ ca. El objetivo
nal de una ota de super cie era librar una guerra económica contra el enemigo. Una forma de
lograr esto era bombardear puertos, algo que la ventaja numérica de la Royal Navy impedía. La otra
era hundir barcos mercantes en las rutas de navegación del océano abierto. Para los alemanes, el
único acceso a estas rutas de navegación era a través del Canal de la Mancha, de 34 kilómetros de
ancho en su punto más estrecho, y el Mar del Norte entre Noruega y Escocia, ambos cuellos de
botella controlados por la Royal Navy.
A lo largo de 1914 y 1915, la Flota de Alta Mar alemana adoptó un enfoque de golpear y correr. La
ota saldría de sus puertos con menos fuerza de lo necesario, se enfrentaría a la fuerza de avanzada
de la Royal Navy y se retiraría antes de que pudiera llegar la mayor parte de la Gran Flota. Esta
estrategia había resultado en las derrotas en Heligoland Blight en 1914 y Dogger Bank en 1915, pero
no antes de in igir cierto daño a su enemigo. En 1916, sin embargo, un nuevo comandante trajo una
nueva actitud. El almirante Reinhard Scheer comenzó a llevar la ota al mar en busca de acción. En
mayo de 1916, la Royal Navy descifró los códigos alemanes, dándoles aviso previo de una gran
salida al Mar del Norte. El enfrentamiento resultante fue la batalla naval más grande de la historia, con
ambos lados reclamando la victoria. Comunicaciones de batalla más e cientes y almacenamiento
más seguro de municiones y propelentes signi caron que los alemanes pudieron in igir más daño que
la Royal Navy. Sin embargo, no dispuestos a arriesgar el resto de su ota, los alemanes regresaron a
sus bases, dejando a la Royal Navy al mando del Mar del Norte una vez más. La Flota de Alta Mar
alemana no volvería a emerger durante el resto de la guerra.

20
fl
fi
fl
fi
fl
fl
fl
fi
fi
fl
fi
fl
fl
fi
fl
fi
fi
El Frente Interno
Para cuando la terrible maquinaria de la Primera Guerra Mundial se detuvo en noviembre de 1918,
decenas de millones de hombres habían sido movilizados por las naciones beligerantes. Sería
quedarse corto decir que el proceso de alimentar, vestir y armar a estos vastos ejércitos fue una tarea
masiva, una tarea que resultó demasiado para varios países. Una guerra total es aquella en la que
una nación moviliza todos sus recursos en el esfuerzo de guerra. Esto incluye recursos industriales,
nancieros, educativos, agrícolas, culturales y humanos. En la Primera Guerra Mundial, esta
movilización se conoció como el Frente Interno. La lógica letal de la guerra total, sin embargo, es que
si todos estos recursos se están utilizando en el esfuerzo de guerra, también se convertirán en
objetivos militares. El Frente Interno se veía diferente en todos los países, pero podemos identi car
ciertos aspectos comunes a todos. Las grandes potencias compartieron la creencia de que una
actividad económica vital no podía dejarse a merced del libre mercado, y así todas crearon varias
agencias gubernamentales para administrar y coordinar el Frente Interno. Muchos países aprobaron
legislación amplia como la Ley de Medidas de Guerra en Canadá y la Ley de Defensa del Reino en
Gran Bretaña que permitieron a los gobiernos controlar más directamente la economía y la vida de
sus ciudadanos. Se establecieron agencias gubernamentales para gestionar directamente la
producción en tiempo de guerra. En Estados Unidos, la Junta de Industrias de Guerra coordinó la
producción y adquisición. En Canadá, la Comisión de Recursos de Municiones garantizó un
suministro constante de materias primas para la producción de guerra. A veces, estas agencias
actuaban más allá de las fronteras nacionales, como en el caso de la Junta Imperial de Municiones. El
resultado neto de estas actividades fue un aumento drástico en la producción de guerra. Lo que no
se podía producir internamente tenía que ser importado. Mientras que Alemania pudo mantener un
nivel bastante alto de producción de acero y carbón y alimentar a su ejército, en parte como
resultado de los territorios extranjeros que ocupó, fue a expensas de bienes de consumo y alimentos
para civiles. Gran Bretaña y Francia, por otro lado, tuvieron que importar vastas cantidades de
alimentos y municiones de Estados Unidos, Australia, Canadá y otros países que no fueron afectados
físicamente por la guerra.
Entonces, ¿por qué falló Alemania?
Para 1918, Alemania enfrentaba problemas en todos los frentes:
- Los turcos fueron decisivamente derrotados por las fuerzas británicas en el Medio Oriente en 1918.
La gran Batalla de Megido en Siria fue determinante.
- Austria fue derrotada en otra gran batalla en el Frente Italiano, Vittorio Veneto, y, con el continuo
desgaste de las campañas en Rusia, no estaba en posición de continuar su participación en la
guerra.
- Grecia fue persuadida para abandonar su neutralidad y una fuerza aliada que había desembarcado
en Salónica, pero que había estado inactiva desde 1917, comenzó a avanzar a través de los
Balcanes.
- Los submarinos (U-boats) fueron superados por tácticas superiores, que protegían el transporte
aliado mediante convoyes, y fueron debilitados por un ataque naval británico a la base de
submarinos en Zeebrugge.
- El bloqueo naval aliado, junto con la interrupción de la agricultura debido a requisiciones en tiempo
de guerra, generó graves escaseces de alimentos en Alemania. Esto llevó a un creciente
descontento en las ciudades alemanas, con el temor de que Alemania experimentara una
revolución similar a la de Rusia.
- La llegada de tropas y equipo estadounidenses, junto con el crédito estadounidense para que los
Aliados compraran suministros de guerra, dejó a los alemanes en una posición desigual: no podían
igualar la mano de obra y la producción disponible para los Aliados.
- La determinación de alto mando alemán se quebró en un momento crucial, y entregaron el poder
al parlamento civil y aconsejaron que la guerra no podía ser ganada.

21
fi
fi
- La oferta de condiciones de paz del presidente estadounidense Woodrow Wilson sugirió una salida
para una Alemania agotada por la guerra, aislada por la derrota de sus aliados y temerosa de
disturbios y revoluciones internas.
En marzo de 1918, Alemania había adquirido extensas áreas de tierras agrícolas e industria en el
oeste de Rusia, pero no tuvo tiempo para desarrollarlas. Las fuerzas alemanas eran profesionalmente
superiores a las de sus enemigos, pero cada vez era más claro que, aunque Alemania podía seguir
luchando, no podía ganar la guerra en realidad. El armisticio se rmó el 11 de noviembre de 1918 sin
tropas aliadas en suelo alemán y con Alemania aún en posesión de grandes extensiones de tierras de
otras naciones. Alemania aún contaba con un ejército grande y efectivo; aún tenía una ota intacta y
había superado en armamento y maniobras a los británicos en su única gran batalla naval; aún
contaba con una población civil en su mayoría solidaria; tenía suministros alimentarios potencialmente
abundantes de su territorio conquistado. En comparación con la situación en 1945, Alemania no
estaba desesperada y la victoria aliada no fue especialmente decisiva. Para muchos en Alemania,
incluido el cabo Adolf Hitler, la derrota llegó completamente inesperada.

CONSECUENCIAS
La exposición de tantos millones de personas a la guerra moderna y la cercanía de la muerte,
destrucción, dolor, pérdida, miedo y emociones mucho más intensas tuvieron efectos profundos y
duraderos. La tabla detalla las bajas militares, pero es importante recordar que no son simplemente
estadísticas: las bajas tuvieron un efecto dramático en las naciones involucradas y en las personas
que quedaron atrás.
Además, la guerra tuvo un impacto considerable en las fronteras políticas de Europa, y hubo cambios
a nivel mundial a medida que las potencias victoriosas ganaron y las potencias derrotadas perdieron
posesiones en el extranjero. Sin embargo, más signi cativo fue el profundo efecto político de dichas
pérdidas y la experiencia de la guerra. El surgimiento de regímenes extremistas de derecha e
izquierda y el deseo de cambio político en algunas democracias se pueden atribuir todos a la guerra.
La guerra también trajo cambios sociales y económicos importantes: en las actitudes hacia las
mujeres, en la relación entre el individuo y el Estado, en el equilibrio del comercio mundial y en la
interrupción de la antigua economía de antes de la guerra.
Una experiencia sin precedentes también
afectó la economía mundial, las relaciones
internacionales, el nacionalismo y el
imperialismo, así como la cultura, la
ciencia y la tecnología. Representó un
gran punto de in exión en la historia
mundial, después del cual lo previamente
impensable se volvió normal. Antes de la
Primera Guerra Mundial, existía la creencia
generalizada en Europa de que la
humanidad progresaba a través de la
industria, las artes, la erudición e incluso el
desarrollo físico. Esta visión sufrió un golpe
considerable en las secuelas de la guerra,
ya que la gente re exionaba sobre la
vasta, y muchos argumentaban, sin
sentido, pérdida de vidas. Para algunos,
parecía similar a una plaga medieval.
Cambios políticos y territoriales

22
fl
fl
fi
fi
fl
- Alemania vio la abdicación del káiser en noviembre de 1918 y el establecimiento de la primera
democracia republicana duradera en la historia alemana, con una constitución anunciada en la
ciudad de Weimar.
- El mayor cambio político durante la guerra fue la Revolución Rusa de 1917. La guerra sacó a la luz
muchos problemas y debilidades del régimen ruso. Las fuertes bajas, la escasez de alimentos y la
decisión del zar de comandar sus propias fuerzas, asumiendo así la responsabilidad por las
derrotas militares de Rusia, llevaron a un descontento masivo para febrero de 1917. En
Petrogrado, decenas de miles salieron a las calles en protesta, y las tropas del zar se negaron a
disparar contra la multitud. Nicolás II estaba en Pskov con sus fuerzas y fue aconsejado por
destacados generales y políticos a abdicar. El nuevo gobierno provisional decidió continuar con la
guerra, lo que generó aún más descontento. El único grupo que apoyaba la paz era el partido
marxista, llamado los bolcheviques y liderado por Vladimir Ilich Lenin. Su lema "Paz, Pan y Tierra"
ganó cada vez más apoyo, y tomaron el poder mediante la toma repentina de Petrogrado en
octubre de 1917. Lenin se retiró de la guerra y cedió grandes áreas de Rusia en el Tratado de
Brest-Litovsk. Aunque algunas áreas, como Ucrania, fueron recuperadas más tarde, otras áreas no
fueron retomadas por Rusia hasta después de la Segunda Guerra Mundial.
- El Imperio Austrohúngaro se desmoronó al nal de la guerra. En lugar de preservar la monarquía, la
guerra provocó su caída.
- La Tercera República Francesa sobrevivió, pero enfrentó una creciente inestabilidad en los años
previos a la Segunda Guerra Mundial y nalmente cayó en 1940.
- El Imperio Británico sobrevivió, pero se enfrentó a un creciente nacionalismo en sus colonias y a
disturbios sociales en casa.
La guerra trajo consigo el crecimiento de la izquierda política en las potencias victoriosas, lo que fue
contrarrestado por un contra-movimiento de la derecha política. En Italia, después de un periodo
posguerra tumultuoso, surgió una dictadura de derecha en 1922 bajo Benito Mussolini, que se debió
en gran medida al descontento provocado por la guerra. La dictadura de Mussolini duró hasta 1943.
En Alemania, surgió un estado racista nacionalista de derecha después de 1933, que nuevamente se
debió en gran medida al descontento de la posguerra. Las derrotas sufridas por Turquía inspiraron
una revolución en la patria central contra los sultanes otomanos. Esto llevó a un nuevo régimen
secular y reformista bajo Kemal Atatürk, un exitoso comandante militar de la Primera Guerra Mundial
que modernizó el país.
De los gobernantes que habían sido tan entusiastas por la guerra en 1914, el zar ruso Nicolás II fue
asesinado junto con su familia; el káiser alemán Guillermo II se exilió en Holanda; el sultán otomano
Mehmed VI fue derrocado; el emperador austrohúngaro Carlos I fue forzado a abdicar en 1918 y vio
cómo su imperio se desmoronaba.
También aguardaba el fracaso a los líderes democráticos de la guerra: en los EE. UU., las elecciones
del Congreso fueron en contra del presidente demócrata Woodrow Wilson, y perdió el poder. Los
demócratas permanecieron fuera del poder hasta 1933. En Italia, el poder político pasó a un nuevo
partido nacionalista y el sistema parlamentario llegó a su n. David Lloyd George, primer ministro
británico durante la guerra, fue obligado a dejar el poder en 1922 y nunca volvió a ocupar un cargo.
Su partido, los liberales, sufrieron un declive a largo plazo y nunca volvieron a formar gobierno,
aunque sus sucesores, los Liberal Demócratas, formaron una coalición con los Conservadores en
2010.
Los tratados de paz
Alemania había rmado un armisticio en noviembre de 1918, pero no esperaba que se le impusieran
términos de paz como si se hubiera rendido incondicionalmente. Como resultado de una conferencia
de potencias victoriosas en París, esto es exactamente lo que sucedió y, como se verá unos años
más tarde, fue una de las principales causas de la siguiente guerra mundial. El Tratado de Versalles
fue impuesto a Alemania después de prolongadas y a menudo acrimoniosas discusiones entre los
Aliados, cada uno de los cuales tenía diferentes agendas: los franceses querían venganza y seguridad
23
fi
fi
fi
fi
futura; los británicos deseaban ganancias imperiales; los EE. UU. buscaban la paz mundial y futura
cooperación y comercio internacionales; Italia y Japón buscaban ganancias territoriales. Otros
suburbios parisinos dieron nombres a tratados separados con Austria (St Germain), Hungría (Trianon),
Bulgaria (Neuilly) y, en 1920, Turquía (Sèvres) - aunque este tratado fue desa ado por Turquía, que
expulsó a Grecia de su colonia asignada en Esmirna y forzó a los Aliados a renegociar en Lausana en
1923. Turquía, Alemania, Austria, Hungría, Bulgaria y Rusia no fueron invitadas a las discusiones de
Versalles, sino simplemente informadas de los resultados.
La nueva Europa
El mapa de Europa fue transformado por los tratados de paz, ya que las nacionalidades de Europa
luchaban por establecer estados independientes. En 1914 había algunos estados pequeños, pero
Europa estaba dominada por las Grandes Potencias. Después de 1919, había considerablemente
más estados pequeños e independientes.
Ganadores y perdedores
Algunos países contaron con el apoyo de las potencias victoriosas y lograron su sueño de
independencia: una nueva Polonia; un nuevo estado checo en alianza con los eslovacos; los nuevos
estados de Letonia, Lituania, Estonia y Finlandia, liberados del control ruso. Esto se debió a que
los vencedores decidieron que las tierras tomadas de Rusia por Alemania estaban disponibles para
redistribuir.
Serbia incrementó su territorio mediante la creación de un nuevo estado: Yugoslavia. Sin embargo, la
nueva entidad carecía de unidad cultural, lingüística y religiosa, lo que en adelante le acarrearía serios
problemas políticos y étnicos, hasta que desapareció en los años 90 del siglo XX, no sin antes sufrir
una cruenta guerra.
Turquía: El Imperio Turco, por el Tratado de Sèvres quedó reducido territorialmente a la península de
Anatolia (Asia Menor) y solo conservó en Europa la ciudad de Estambul y sus alrededores. Perdió la
zona de Irak, Palestina, Líbano y Siria que fueron convertidos en protectorados bajo la administración
del Reino Unido o Francia.
Perdió asimismo parte de Tracia y las islas del Egeo que se trans rieron a Grecia; El Dodecaneso (hoy
griego) pasó a Italia; Armenia, que se convirtió en Estado.
La imposición de estas duras condiciones desencadenó una revolución, que protagonizada por
Mustafá Kemal, depuso al sultán y resolvió continuar la guerra con Grecia, a la que venció. Por el
Tratado de Lausana (1923) Turquía recuperaba algunos territorios perdidos en el Tratado de Sèvres.
La zona de Oriente Próximo que hasta entonces había pertenecido al Imperio Turco jugaría un papel
relevante en la historia del siglo XX. Los árabes, que bajo dominio turco apoyaron a los aliados,
habían recibido de Gran Bretaña garantías de que una vez nalizado el con icto formarían un estado
unido. El n de la guerra frustró tal anhelo, pues esas zonas fueron repartidas en diversos
departamentos bajo in uencia británica y francesa. Por otra parte, el movimiento sionista
(nacionalismo judío) inició su movilización para crear un Estado judío en Palestina.
Italia obtuvo algunas de las tierras que había deseado y le habían prometido: Istria, Trentino, Trieste y
el Tirol del Sur, pero no todas. Italia tuvo que apoderarse de Fiume por la fuerza y aún había italianos
viviendo bajo dominio austriaco, alemán y yugoslavo.
Austria y Hungría se volvieron independientes, pero en lugar de dominar un gran imperio, ahora
eran estados pequeños y débiles. En el caso de Austria, su gran capital, Viena, ahora gobernaba solo
sobre áreas rurales de habla alemana y pequeñas ciudades.
Rusia: En el este de Europa se consolidaron las fronteras que Alemania había impuesto a Rusia en el
Tratado de Brest-Litowsk. Se pretendió con ello establecer una especie de cordón sanitario de
estados anticomunistas (Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania), denominados “estados-tapón”, que
impidiera la propagación del bolchevismo ruso. Con ello los rusos perdieron casi toda la costa del

24
fi
fl
fi
fi
fl
fi
Báltico. Al igual que Alemania, Rusia nunca aceptó que su situación de posguerra de debilidad y
pérdida fuera permanente.
Alemania perdió amplias áreas, el 15,5 % del total de su territorio y el 10% de su población: Alsacia
y Lorena volvieron a manos de los franceses; la zona del Sarre quedó bajo administración de la
Sociedad de Naciones y sus recursos mineros serían explotados por Francia durante 15 años; la
zona de Eupen-Malmedy se entregó a Bélgica.
Prusia Oriental, Posen y el corredor de Dantzing pasaron a Polonia. Dantzing quedó bajo
administración de la Sociedad de Naciones. Memel se asignó a Lituania. Parte de Schleswing (Alta
Silesia) pasó a Dinamarca.
Las colonias alemanas se repartieron entre diversas potencias: África Oriental y del Suroeste, así
como parte de Togo y Camerún, se trans rieron al Reino Unido, en tanto que la otra parte pasó a
Francia. Los archipiélagos del Pací co (Marshall, Carolinas y Marianas) se asignaron a Japón.
Japón, que había apoyado lealmente a su aliado Alemania, se encontró solo capaz de gobernar
sobre los nuevos territorios que había ganado en China como duciario, reportando a la nueva Liga
de Naciones. No logró controlar la provincia china de Shandong como deseaba y tuvo que renunciar
a las ganancias que obtuvo en el este de Rusia después de la Revolución Rusa. Después de la
guerra, Estados Unidos obligó a Japón a renunciar a su alianza con Gran Bretaña y a acordar un
pacto que garantizaba el statu quo territorial en Extremo Oriente, limitando así sus ambiciones en la
región. También se vio obligado a mantener su armada más pequeña que las de Gran Bretaña y
Estados Unidos.
Así, Rusia, Alemania, Italia y Japón se consideraron a sí mismos como potencias perdedoras. Otros
perdedores fueron las minorías nacionales en los estados independientes recién creados: polacos y
rusinos; alemanes y eslovacos en una Checoslovaquia dominada por los checos; no magiares en
Hungría; ucranianos en el este de Polonia; alemanes en los estados bálticos; grupos minoritarios en
Estonia, Letonia y Lituania. Las nacionalidades recién dominantes a menudo discriminaron a las
minorías étnicas y, a medida que los nuevos estados surgían, a menudo había mucha violencia.
Cambios económicos y sociales
Efectos económicos
Las redes comerciales del mundo pre-1914 se vieron desorganizadas por la guerra, con sus
bloqueos y perturbaciones económicas. En Europa, el gasto elevado de los países en guerra y la
manipulación de la moneda por parte de sus gobiernos resultaron en una severa in ación. Esto fue
especialmente cierto en Alemania y Rusia. Los daños directos de la guerra causaron problemas
económicos; las inversiones en el extranjero se vendieron para pagar la guerra; las economías de las
Grandes Potencias se volcaron hacia la producción de guerra y la producción de alimentos; se puso
en cultivo tierra marginal. La pérdida de tantos hombres signi có escasez de mano de obra y más
mujeres ingresaron a la fuerza laboral. Hasta los países que habían permanecido neutrales durante el
con icto como España, Suiza, Noruega o Suecia se vieron afectados por la interrupción del comercio
internacional.
En cuanto a poder y riqueza relativos, lo más notable fue un cambio en la ventaja económica hacia
los Estados Unidos en el Oeste y Japón en el Este. Estos países pudieron aprovechar la guerra para
aumentar las ganancias y obtener una mayor participación en los mercados mundiales. Antes de
1914, la libra esterlina británica había sido la moneda internacional clave y Gran Bretaña era el mayor
prestamista, embarcador, asegurador e inversor nanciero. Después de 1918, Estados Unidos
comenzó a ganar dominio económico. Las ganancias para Estados Unidos de la Primera Guerra
Mundial fueron tan enormes que llegaron a dominar los mercados monetarios. La producción
estadounidense fue clave para la victoria aliada y Estados Unidos se convirtió en el nanciero de las
potencias aliadas.
La rma del Tratado de Versalles dejó sentenciado el endeudamiento de Alemania: el país tendría que
pagar las reparaciones correspondientes a los daños causados por el enfrentamiento bélico. Estas

25
fi
fl
fi
fi
fi
fi
fi
fi
fl
ascendían a nada menos que 132.000 millones de marcos de oro —lo que equivalía a 31.500
millones de dólares estadounidenses del momento—. No obstante, esta cantidad de deuda supuso
que el país germano interrumpiera los desembolsos. Por ello, Francia y Bélgica ocuparon la región
industrial del Ruhr en compensación y Alemania tuvo que emitir más moneda para solucionar el
problema. Esto llevó a que la hiperin ación ascendiera hasta límites astronómicos y, a consecuencia
de ello, la comunidad internacional pronto se vio en la necesidad de renegociar los acuerdos
rmados. Estados Unidos ideó en los años siguientes diferentes planes de nanciación para ayudar a
Alemania a pagar su deuda, pero tanto las ayudas como el pago de la deuda se interrumpieron con la
llegada de Hitler al poder.
Agricultura
Después de la guerra, el mundo necesitaba volver a una economía de tiempo de paz, pero la
agricultura había producido tanto que los precios de los materiales crudos y los alimentos no podían
recuperarse. Había menos demanda, pero tanta tierra se había puesto en cultivo en todo el mundo
que se había creado una brecha considerable entre las cantidades producidas y lo que se podía
vender. La depresión en la agricultura mundial fue una característica importante del período de
entreguerras y una fuente de considerable di cultad e inestabilidad política.
Industria
Las industrias pesadas estaban en su apogeo durante la guerra. Para 1917, el acero de Estados
Unidos estaba produciendo cuatro veces su producción de antes de la guerra para satisfacer las
necesidades bélicas. En países como Gran Bretaña, la guerra revirtió una disminución prebélica en la
producción en las grandes industrias de la Revolución Industrial, como el hierro, el acero y el carbón.
Sin embargo, después de la guerra, hubo una demanda reducida y la industria pesada enfrentó la
caída de ganancias y ventas. Los problemas se agravaron ya que un gran número de personas
habían trabajado en estas industrias durante la guerra y ahora se encontraban desempleadas.
Cambios sociales
Mujeres
A medida que los países industrializados movilizaban sus fuerzas para la guerra total, necesitaban
incorporar a más mujeres en la fuerza laboral para mantener los niveles de producción mientras los
hombres se iban a luchar. Con una mayor participación en el esfuerzo nacional, las mujeres ganaron
con anza y se hizo más difícil sostener la idea de que las mujeres eran fundamentalmente parte de la
vida doméstica y carecían de la fuerza y habilidades para desempeñar un papel igualitario con los
hombres en el mundo laboral. Sin la participación en la guerra, habría sido más difícil para las mujeres
obtener el derecho al voto y una mayor igualdad social. La guerra trajo libertad y movilidad para las
mujeres, que a menudo se alejaban de casa y vivían como trabajadoras independientes, disfrutando
de un grado de libertad social y sexual que habría sido difícil en los años de preguerra. Gran parte de
esta libertad no perduró en tiempos de paz, pero era difícil retroceder el reloj, y el papel de las
mujeres había cambiado innegablemente.
Clases trabajadoras
Lo mismo podría decirse de las clases trabajadoras urbanas. Su participación en la producción
industrial de guerra fue tan vital que después de la guerra pudieron ejercer más poder de negociación
a medida que la fuerza laboral crecía y cambiaba. La migración a centros urbanos era común. En
Rusia, hubo un gran ujo de campesinos a las ciudades. En Estados Unidos, los trabajadores negros
del sur se trasladaron a fábricas del norte y a un nuevo mundo de actitudes y libertad, a pesar del
prejuicio y los disturbios raciales que enfrentaron. En Gran Bretaña, la a liación sindical se duplicó de
4 millones a 8 millones. En Italia, los trabajadores se trasladaron desde el Mezzogiorno a las fábricas
del norte y, al igual que sus contrapartes rusas, estadounidenses, inglesas, francesas, alemanas y
austriacas, aprendieron más sobre las doctrinas sociales y políticas radicales del socialismo.
En Rusia, los efectos fueron evidentes en la situación revolucionaria en las grandes ciudades, pero las
ideas radicales y socialistas se habían vuelto comunes en toda Europa. Italia experimentó una ola de
huelgas y el crecimiento del movimiento socialista después de la guerra. En Alemania, el Partido
26
fi
fi
fl
fl
fi
fi
fi
Socialdemócrata (SPD) ya era el partido más grande y la guerra causó el cambio que lo llevaría al
gobierno; irónicamente, el SPD también aplastó a los grupos socialistas más extremos en una breve
pero sangrienta guerra civil. En Gran Bretaña, las huelgas a gran escala culminaron en la primera
Huelga General efectiva en 1926. En Francia, la sociedad de posguerra se polarizó entre la derecha y
la izquierda. La guerra aumentó la con anza y las esperanzas de cambio de los trabajadores
europeos e introdujo un nuevo radicalismo en los Estados Unidos.
La idea de una sociedad más justa
El enorme sacri cio hecho por tantas personas en los años de guerra llevó a esperanzas de una
nueva sociedad, a menudo alentadas por la propaganda de guerra. Había sueños de una nueva
sociedad en la que la guerra no fuera necesaria y prevaleciera la justicia.
La camaradería de las trincheras unió a las clases. Frente al peligro extremo, a menudo desaparecía
la conciencia de clase. A medida que muchos o ciales jóvenes de las clases altas morían, sus lugares
debían ser ocupados por soldados de clases sociales más bajas.
El crecimiento de las industrias trajo una mayor urbanización, que erosionó las barreras tradicionales
de clase y redujo la distinción entre ciudad y campo. El comunismo ruso, el marxismo chino, el
nacionalismo nazi y la creencia del fascismo italiano en un estado corporativo en el que todas las
clases y sectores de la economía trabajaban juntos, el programa socialista del Partido Laborista
Británico de 1918, la creencia japonesa en trabajar juntos en nombre del Dios-Emperador, todos eran
parte del movimiento a veces conocido como '1919-ismo', en el que las antiguas sociedades
capitalistas, imperialistas y clasistas parecían anticuadas y se pedía un nuevo orden mundial más
idealista. La Prohibición en los Estados Unidos fue parte de este deseo de cambio social y de nuevos
estándares. Por otro lado, el anarquismo violento y la búsqueda frenética de placer también eran
reacciones a la guerra. Ambas respuestas también podían verse como rechazos de valores
tradicionales.
Esto se evidenció en la nueva moralidad de la década de 1920, que fue parte del efecto de la
dislocación de valores tradicionales causada por la guerra. En los Estados Unidos hubo los 'Felices
Años Veinte' y un consumo de alcohol y cigarrillos sin remordimientos. Las mujeres disfrutaron de la
libertad de ropa menos restrictiva. La música se volvió más 'desenfrenada' –el nuevo jazz y swing
eran considerados 'salvajes' por los contemporáneos. La libertad sexual y la experimentación eran
comunes. Era como si la guerra hubiera mostrado que la vida era frágil y la generación de posguerra
quisiera aprovecharla al máximo mientras pudiera.
¿Cuáles fueron las implicaciones inmediatas y más amplias de la guerra para las relaciones
internacionales?
Paz y reconstrucción
La guerra obligó a hombres y mujeres a una vida comunitaria más intensa. Millones lucharon juntos
en las fuerzas armadas y hubo un mayor número trabajando en fábricas. Las asociaciones patrióticas
y la guerra total fomentaron una perspectiva de actividad nacional. Por ejemplo, más personas se
unieron a sindicatos y aumentó el interés en asociaciones políticas para lograr objetivos nacionales
después de la guerra. En el período de posguerra, este sentido de comunidad se extendió a la esfera
internacional con la formación de la primera organización internacional de paz, la Liga de Naciones,
en 1920.
El antiguo sistema de alianzas fue culpado por la guerra, y los líderes de la posguerra sintieron la
presión de evitar tratados bilaterales, favoreciendo acuerdos internacionales y total apertura. Bajo la
presión de EE. UU., el tratado anglo-japonés fue reemplazado por el Tratado de Washington para
mantener el statu quo en el Lejano Oriente. El Pacto de Locarno de 1925 garantizó las fronteras
occidentales de Alemania, y el Pacto Kellogg-Briand de 1928, rmado por 65 naciones, prohibió la
guerra.
La Liga de Naciones reunió a las potencias del mundo en una organización permanente y condujo a
organismos internacionales sobre refugiados y salud mundial. También se llevaron a cabo
conferencias internacionales sobre desarme. Aunque EE. UU. no era miembro formal de la Liga,
27
fi
fi
fi
fi
participó como observador. La cooperación entre naciones aumentó, y los pactos, como los
acuerdos franceses con los países de Europa del Este, eran abiertos e involucraban a un grupo de
países, como la llamada 'Pequeña Entente' en Europa del Este (Checoslovaquia, Rumanía y
Yugoslavia).
Muchos países tenían organizaciones para la paz, como la Liga de Naciones en el Reino Unido. Se
establecieron asociaciones de excombatientes, y los rusos revivieron la conferencia internacional de
partidos socialistas, la Tercera Internacional. Hubo interés en el panafricanismo, aunque limitado, y en
Estados Unidos surgieron los inicios del movimiento de derechos civiles en la forma de la Asociación
Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP).
En algunos países católicos, surgió la idea de corporativismo, creyendo en la armonía social a través
de la colaboración de todos los elementos de la vida económica. En Italia, esto se puso en práctica
cuando el estado reunió a representantes de empleadores y trabajadores con el gobierno para
discutir asuntos económicos.
Otra forma menos positiva de actividad comunitaria fue el desarrollo de grupos nacionalistas y
racistas. Las teorías de comunidades raciales más desarrolladas surgieron entre los grupos
nacionalistas de extrema derecha en Alemania, con ideas de una raza "aria" pura que unía a todos los
pueblos nórdicos. La guerra no creó estas ideas, pero el malestar que trajo las hizo más populares.
De manera similar, al propiciar la revolución comunista en Rusia, la guerra ayudó a difundir ideas
socialistas basadas en la comunidad en China y otros países asiáticos, así como en Europa. Las
ideas de izquierda fueron especialmente in uyentes y atractivas para los trabajadores y campesinos
en España, en Francia, con su propia tradición revolucionaria, e incluso en Gran Bretaña, que tenía
una historia mucho menos socialista y radical.
En la práctica, las reformas y la reconstrucción no se implementaron de manera que cumpliera las
esperanzas y sueños de las personas. Los problemas económicos impidieron reformas a gran escala,
y las actitudes tradicionales volvieron a imponerse. Los países priorizaron sus propios intereses sobre
el internacionalismo. Las dictaduras eran más comunes que las democracias en los nuevos países de
Europa del Este y, para 1928, Rusia estaba dominada por el poder personal de Joseph Stalin en lugar
de un socialismo que liberara y bene ciara al pueblo ruso en su conjunto. Las mujeres ganaron más
derechos de voto en algunos países, como el Reino Unido, Austria y Alemania, que les otorgaron el
voto en 1918. En Rusia, los votos para las mujeres se introdujeron en 1917 y en Estados Unidos en
1920, pero Francia no otorgó a las mujeres el derecho de voto hasta 1944. Sin embargo, la meta de
igualdad completa (política, económica, social y sexual) quedó, y posiblemente aún queda, lejos.
Imperios y Nacionalismo
Las Grandes Potencias necesitaban a los pueblos sometidos de sus imperios para luchar en la guerra
y eran considerados esenciales para mantener y respaldar su patria. Para muchos de estos pueblos,
la experiencia de la guerra signi có un mayor viaje y mayor contacto con la madre patria,
prometiéndoles un futuro más brillante. En algunos casos, la guerra debilitó la capacidad del poder
dominante de mantener el control político. Los gobernantes de Austria-Hungría, por ejemplo,
perdieron el control de sus pueblos subordinados y tuvieron que aceptar la desintegración de su
imperio.
Otro ejemplo es Turquía, cuyas posesiones en el Medio Oriente obtuvieron independencia con el
apoyo de los enemigos del Imperio Otomano. Rusia también perdió su imperio occidental y tuvo que
aceptar una federación de sus territorios lejanos en el este. Inicialmente, esto tomó la forma de
regímenes nacionales autónomos y luego, cuando se restauró la autoridad comunista, una
federación: la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Sin embargo, el comunismo resultó
ser un medio de controlar las nacionalidades y el "imperio" renació de una forma diferente. Para
1945, incluso las tierras occidentales de la Rusia pre-1914 habían sido recuperadas, con la
excepción de Finlandia.
Gran Bretaña y Francia también enfrentaron disturbios en sus imperios. El más notable fue el fuerte
movimiento de independencia en India, la posesión imperial clave de Gran Bretaña. Después de una
28
fi
fi
fl
masacre de manifestantes en la ciudad sagrada de Amritsar en 1919, el líder nacionalista Mohandas
Gandhi lideró una campaña de resistencia no violenta que anticipó e inspiró la posterior campaña de
derechos civiles en los Estados Unidos.
Más cerca de casa, los británicos enfrentaron resistencia armada en Irlanda. Una región
semidependiente emergió en 1922, abandonando efectivamente el imperio, aunque no logró la
independencia completa como el estado de Eire hasta 1949.
Palestina
El mayor impacto de la guerra en cuestiones internacionales futuras, que surgieron de cambios en los
imperios, tuvo lugar en Palestina. Esta había sido parte del Imperio Otomano, pero en 1920 se
entregó a Gran Bretaña para gobernar como un territorio en deicomiso nominalmente bajo el control
de la Liga de Naciones, junto con Irak y Transjordania. Francia obtuvo Siria y Líbano en esta división
del Medio Oriente.
Sin embargo, en 1917, Gran Bretaña y Estados Unidos hicieron una promesa de establecer un hogar
nacional judío en Palestina. Los judíos habían sido expulsados de su tierra bíblica por los romanos en
el año 79 d.C. y el movimiento sionista había presionado a las potencias aliadas para que les
devolvieran esta tierra y les ofrecieran a los judíos la oportunidad de restablecer su "Tierra Prometida"
original. En la Declaración Balfour (2 de noviembre de 1917), los británicos ofrecieron esto, en parte
para complacer a la in uyente opinión judía en los Estados Unidos en un momento en que Gran
Bretaña necesitaba desesperadamente el apoyo y el crédito estadounidenses para suministros de
guerra vitales. La entrega de esta promesa se tradujo en una masiva inmigración judía a Palestina y
sentó las bases para el estado independiente de Israel. Gran Bretaña prometió a los palestinos
árabes que no estarían sujetos al dominio judío. Sin embargo, los enfrentamientos entre judíos y
árabes en los años de entreguerras obligaron a Gran Bretaña a intervenir. Después de la Segunda
Guerra Mundial, Gran Bretaña se vio obligada a renunciar al control y devolver su mandato a las
Naciones Unidas. Esto llevó a la formación de un estado independiente de Israel en 1948. Esto creó
un enorme problema de refugiados palestinos y provocó guerras entre Israel y sus vecinos árabes.
Los problemas en esta región siguen sin resolverse hoy.
Europa y los Estados Unidos
La Primera Guerra Mundial aumentó el tamaño de los imperios de los vencedores. Para algunos,
como Italia y Japón, las ganancias fueron insu cientes y sirvieron solo para aumentar su deseo de
expansión. Para otros, el imperio ampliado signi caba mayores costos y responsabilidades, así como
más recursos, especialmente en el caso de las reservas de petróleo de Oriente Medio en el caso de
Gran Bretaña. Así que la guerra fortaleció y debilitó el imperialismo al mismo tiempo. En última
instancia, las pérdidas de las potencias europeas durante la guerra abrieron el camino para que las
potencias no europeas ganaran un mayor control y di cultaron la defensa de los imperios en el
extranjero. Esto se demostró más tarde de manera dramática en los ataques japoneses a las colonias
europeas y estadounidenses a nales de 1941 y 1942.
Antes de la guerra, Europa había sido la in uencia global dominante económicamente. Después de la
guerra, sin embargo, Estados Unidos se convirtió en una in uencia económica mucho más
signi cativa. La presión de Estados Unidos fue uno de los factores que condujo al n de los imperios
europeos. Los pueblos colonizados se dieron cuenta de cuánto dependían sus poderes
controladores de ellos en la guerra. Esto les dio un sentido de empoderamiento y fomentó ideas de
libertad. A largo plazo, esto hizo que fuera difícil para las potencias coloniales mantener sus imperios
en el extranjero.

29
fi
fl
fi
fl
fi
fi
fi
fi
fl
fi

También podría gustarte