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LOS ECOSISTEMAS ACUÁTICOS TAMBIÉN SUFREN LOS DESMANES DE LA

GUERRA

Decenas de campesinos y pescadores se verán afectados tras el derrame de


200.000 galones de combustible en Putumayo que amenazan la flora y fauna
de fuentes hídricas de la región.
Ante el hecho ocurrido en la madrugada del lunes, el ministro del Medio Ambiente,
Gabriel Vallejo, viajó hasta la zona para reunirse con el gobernador del
departamento, el director de Corpoamazonía y demás autoridades locales para
hacer un reporte preliminar de los daños ambientales.

El derrame del hidrocarburo afectó a nueve humedales que equivalen a 3.5


hectáreas, tres tanques piscícolas, tres kilómetros de vías y varios
nacimientos de agua que abastecen a los habitantes de las veredas Santa
Rosa y La Cabaña.
En palabras de Luz Marina Mantilla, directora del Instituto de Investigación Científica
para la Amazonia (Sinchi), lo que sucedió en Putumayo puede considerarse como un
“crimen ambiental”.

“La afectación es directamente sobre la biodiversidad y los ecosistemas


acuáticos. El petróleo se pegará a las agallas de los peces por lo que muchos
morirán al tener dificultades para respirar. No sólo el comercio se verá
afectado, sino también la seguridad alimentaria de familias que se abastecen
de estos ríos”, asegura
Aunque el reporte descarta, que por ahora, se haya afectado la quebrada Huitoto
que desemboca en el río Cohembí y este, a su vez, en el río Putumayo los impactos
ambientales han sido calificados como «graves e irreparables» que, de no
controlarse, podrían convertirse en un asunto internacional.

“Este afluente, además de tener graves problemas de mercurio y minería


ilegal, es frontera con Ecuador y Perú por lo que es urgente tomar rápidas
medidas para controlar los impactos”, explica Mantilla.
Precisamente, como medidas a corto plazo, la empresa petrolera Vetra garantizará
el suministro de agua potable para los habitantes afectados durante los próximos
diez días, mientras que el gobierno nacional implementará barreras para evitar que
el crudo se siga esparciendo y carros especializados para absorber lo que se
encuentra en la superficie. Sin embargo, la empresa no se responsabiliza pues fue
un daño ocasionado por terceros en medio del conflicto armado.

El panorama oscurece al conocer los resultados de un estudio del Instituto Alexander


von Humboldt para Ecopetrol. El informe dice que 15 especies de reptiles y 20 de
anfibios sufren las consecuencias del crudo derramado por los atentados,
como la rana marsupial, la rana de cristal y la babilla, así como tres especies
de tortugas de río. Adicionalmente, advierte que las voladuras inciden de
manera directa y letal sobre más de 30 especies de peces, 25 especies de
mamíferos, algunos de ellos en riesgo de desaparición, como la danta, el
armadillo, el leopardo, el manatí, el ñeque o el venado colablanca.
Algo similar dijo el Centro Nacional de Memoria Histórica (Cnmh) en su informe
Basta Ya cuando se refería a los métodos de guerra en los que han incurrido los
actores ilegales tales como la voladura de oleoductos, la contaminación de
acueductos, tala indiscriminada, la extracción de minerales, la alteración del
cauce de los ríos, entre otros.
“Estas acciones, sumadas a los cambios abruptos que impusieron en los usos de las
tierras y los ríos, al igual que en las actividades agrícolas, han generado daños
ambientales gravísimos y aún no calculados. Tierras erosionadas por el abandono o
uso inadecuado, fuentes de agua contaminadas por efecto del derrame de
hidrocarburos, especies de fauna y flora extinguidas o en riesgo de extinción y
reservas naturales invadidas, son algunos de los impactos que la guerra ha causado
en el medio ambiente”, advierte el estudio.

Como es de esperarse, los habitantes de la zona están preocupados pues la


contaminación de las fuentes hídricas de las que se abastecen empezarán a generar
malos olores, daños en los cultivos e intoxicación en los animales. El reporte del
ministerio del Medio Ambiente señala 170 familias afectadas entre pescadores,
campesinos e indígenas; 70 familias de la Vereda la Cabaña, 100 familias más
del Cabildo Alto Lorenzo de la comunidad Nassa, estudiantes de la región y
habitantes de la vereda Santa Rosa.
Lo peor de todo es que no es la primera vez que ocurren afecciones similares, en
julio del año pasado, una caravana de tractomulas fue detenida por el frente 48 de
las Farc y obligada a vaciar sus tanques; tal cual como ocurrió en el corredor de
Puerto Vega-Teteyé a inicios de esta semana. Sin embargo, luego de que los
guerrilleros suspendieran el cese unilateral del fuego, los ataques directos e
indirectos contra el medio ambiente y la población civil han incrementado en muy
poco tiempo.

Por supuesto las opiniones no se hicieron esperar. El consejero de derechos


Humanos del Gobierno Nacional, Guillermo Rivera, calificó a las Farc como
incoherentes al cuestionar «las aspersiones con glifosato porque atentan contra el
medio ambiente, pero a su vez derraman crudo y atentan contra el mismo». Por su
parte, el gobernador de Putumayo, Jimmy Díaz, aprovechó la situación para solicitar
una reunión con los negociadores en La Habana. «Quiero mostrarles con papel en
mano la situación que estamos padeciendo pues el discurso de paz que se
está hablando en Cuba no es el que estamos viviendo en Colombia. Es
fundamental que el departamento sea tratado como un caso especial dadas las
situaciones y que se llegue a acuerdos serios relacionados con el medio
ambiente», puntualizó.

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