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Algunos datos sobre los humedales…

En el país se estima que hay 600 mil kilómetros cuadrados de humedales que son fundamentales como
reservorios de agua dulce y para mitigar los efectos del cambio climático. Estos ecosistemas se encuentran
amenazados.

Entre las actividades humanas que provocan la pérdida y degradación de los humedales están el drenaje y
relleno con el fin de utilizar estas áreas para uso productivo o urbanizaciones.

Desde hace 10 años, se debaten proyectos de ley para proteger estos ecosistemas y regular sus usos. A fin de
año perdió estado parlamentario una iniciativa consensuada por diversos sectores. Ahora el Ministerio de
Ambiente de la Nación busca elaborar un nuevo proyecto.

Salinas, lagunas, albuferas, mallines,esteros, bañados, marismas; los humedales representan uno de los
ecosistemas más variados y valiosos de la Tierra, indispensables para los seres humanos y la naturaleza
por su valor intrínseco y por los beneficios y servicios que proporcionan. A pesar de que sólo cubren
alrededor de 6% de la superficie terrestre, son el hábitat del 40% de todas las especies de plantas y
animales. 

“Los humedales son de extrema importancia porque son los mayores sumideros de dióxido de carbono.
Además, son las esponjas de la naturaleza porque tienen la capacidad de contener los excedentes de agua
producto de las precipitaciones y también de retener el agua en periodos de sequía”, explicó
a Chequeado Patricia Pintos, subdirectora del Centro de Investigaciones Geográficas de la Universidad
Nacional de La Plata. Y agregó: “Generan una riquísima biota, una fauna y flora absolutamente
particulares que hoy están en boca de todo el mundo por los incendios en Corrientes”.

A pesar de estos grandes beneficios, los humedales son unos de los ecosistemas que sufren mayor deterioro,
pérdida y degradación. La Convención Internacional sobre los Humedales, la Convención de Ramsar -a la
que Argentina adhirió en 1991-, estimó que desde 1970 se ha perdido un 35% de los humedales a nivel
mundial. La conclusión en la última actualización del estado mundial de los humedales es que esta pérdida
continúa y lo que es más grave es que se produce a una tasa 3 veces mayor a la pérdida de bosques.

“Desde los ‘70 la región que más pérdida y degradación de humedales ha tenido es Latinoamérica y el
Caribe con una disminución del 58%. Lo vemos a diario con estas grandes transformaciones que se están
haciendo en muchos humedales de nuestro país”, manifestó a Chequeado Rubén Quintana, doctor en
Ciencias Biológicas e investigador en el Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental de la Universidad
Nacional de San Martín. 
Entre las actividades humanas que provocan la pérdida de humedales, relevadas por la Convención de
Ramsar, están el drenaje y relleno para usarlos para agricultura y construcción, la contaminación, la
pesca excesiva y la sobreexplotación de recursos, las especies invasoras y el cambio climático. 

Pero cada tipo de humedal tiene asociada una problemática propia. Por ejemplo, un estudio realizado por
Quintana y colegas en el Delta del Paraná concluyó que, entre mediados de los años ‘90 y 2012, se perdió
el 40% de los humedales en lo que se conoce como Bajo Delta por transformaciones drásticas a través
de endicamientos y canalizaciones, sobre todo para utilizar estas áreas para uso productivo o
urbanizaciones.

“Se necesita un marco normativo que proteja a los humedales y de alguna manera ordene los usos. Nadie
está de acuerdo con prohibir el uso de estos ecosistemas, por supuesto debe haber áreas protegidas, pero el
resto podría estar bajo ciertos criterios de uso sostenible. Lo que está claro es que no se puede hacer
cualquier cosa, no se puede transformar humedales en ecosistemas terrestres para hacer actividades
productivas o la nueva variante de los últimos años: emprendimientos inmobiliarios”, sostuvo
Quintana.

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