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Enunciado de la actividad

Agrovoltaica: cultivos a la sombra de los paneles fotovoltaicos

La combinación de paneles fotovoltaicos y cultivos o ganadería se ha convertido en una


tendencia en los últimos años. Cada vez se ensayan más instalaciones de este tipo,
denominadas agrovoltaicas, que permiten un uso compartido del suelo.

El uso extensivo que hace de la tierra una planta fotovoltaica compite con las necesidades
agrícolas y ganaderas. Al menos esto es lo que ocurre en algunos casos. Pero cada vez hay
más ensayos que tratan de combinar las dos actividades con el fin de obtener un mejor
aprovechamiento del suelo.

La agrovoltaica, que es como se denomina esta fusión de actividades, ofrece beneficios


tanto para el crecimiento de los cultivos como para la producción eléctrica. En los ensayos
que ha habido se ha comprobado que la sombra de los paneles solares alivia de la
radiación solar a las plantas. Su cobertura también limita la evaporación del agua, con lo
que se reducen las necesidades hídricas de la tierra. Y esto tiene un efecto doble: la
evaporación procedente de los cultivos se transmite a las placas y ayuda a mantenerlas
refrigeradas, de forma que son más eficientes.

Bernardino Martín, ingeniero fotovoltaico de la ‘startup’ especializada en eficiencia


energética, Rated Power, destaca este aumento del rendimiento de los paneles: “La
vegetación bajo los módulos puede contribuir a reducir la temperatura del suelo y
aumentar el rendimiento solar”. Pero también hace hincapié en la oportunidad de la
agrovoltaica para sumar al mundo rural a la transición energética: “Impulsa la unión de
fuerzas con los gestores de la tierra y las zonas rurales. Y aumenta las probabilidades de
que los propietarios estén interesados en utilizar sus tierras también con fines
energéticos”.

La visión de la agrovoltaica de Francisco Pérez Abiétar, CEO de Huerto Tornasol y


delegado de Anpier (Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica) de
Castilla-La Mancha (España), parte del mundo rural hacia el energético. Para él, esta
nueva disciplina ofrece la posibilidad de mantener los cultivos de la zona, incluso de
recuperar especies. “Creo que permite la adaptación de los cultivos a las consecuencias
que derivan del cambio climático que tenemos aquí ya. Hay muchos cultivos que por el
cambio de condiciones han dejado de ser viables en determinadas latitudes. Esto obliga a
deslocalizarlas y, como consecuencia, deslocalizar las industrias afines a estos cultivos”,
señala.
La cobertura de los paneles ofrece una protección que cada vez más necesitan las plantas
para hacer frente a los caprichos del tiempo. “La agrovoltaica aplicada a la tipología de
cultivos de la zona posibilitaría que estos cultivos se pudiesen mantener”, sostiene Pérez
Abiétar. “Porque al final podemos mejorar las condiciones climáticas de las plantas,
evitando el granizo, protegiendo de los golpes de calor excesivos, favoreciendo la menor
necesidad hídrica gracias a la sombra, con lo que ayudamos a superar periodos de sequía
prolongados”.

Algunos ejemplos de instalaciones agrovoltaicas

Por ahora los proyectos que existen están en una fase embrionaria. Todos son ensayos.
Todavía es una etapa de aprendizaje. En Colorado se ha intentado un huerto a gran
escala, bajo una instalación con 3.200 paneles. En España hay iniciativas, como la planta
solar Augusto, en el término municipal de Mérida, que cobija tres hectáreas de plantas
aromáticas.

Aunque aún no hay un consenso establecido sobre el concepto de agrovoltaica. Entre los
expertos del sector hay quienes se acogen a una definición amplia, en la que se incluye el
pastoreo de ovejas dentro de una planta o la instalación de colmenas. Para otros se
necesita que haya una actividad agrícola de importancia similar o superior al uso
energético.

En todo caso se trata de una combinación de las dos actividades con el fin de dar un doble
uso al suelo. Es algo que tendrá cada vez más relevancia teniendo en cuenta el crecimiento
de la energía fotovoltaica. En 2020 este tipo de paneles supusieron el 3,1% de la
producción eléctrica global, con un aumento del 23% sobre el año anterior hasta alcanzar
los 821 TWh, según la Agencia Internacional de la Energía (IEA). El organismo sitúa a la
fotovoltaica como tercera renovable, solo por detrás de la hidráulica y la eólica.
La IEA prevé que un escenario de cero emisiones netas en 2050 requerirá alcanzar 6.970
TWh de capacidad fotovoltaica en 2030, lo que significa crecer anualmente un 24% en esta
década. Además de inversión, esta proeza de construcción de infraestructura necesitará
suelos y el apoyo del mundo rural.

“Lo principal para que un proyecto agrovoltaico sea un éxito es que el diseño de la planta
solar permita el crecimiento adecuado del cultivo seleccionado”, apunta Martín. “Existen
diferentes tipos de sistemas agrovoltaicos y el que escojamos para nuestro proyecto
dependerá mucho del tipo de cultivo, el tamaño de la maquinaria necesaria para este
cultivo y el clima local, entre otros factores ambientales”. Uno de los aspectos a tener en
cuenta es que la recolección de la cosecha se pueda hacer a mano o con maquinaria
sencilla y pequeña.

Hay que tener en cuenta las dos actividades desde el principio para no incurrir en
ineficiencias o incluso en incompatibilidades. Martín pone como ejemplo de error plantar
cultivos que necesitan una cantidad de luz constante, algo que la sombra de los paneles
no puede garantizar. Tampoco se deberían plantar otros que crezcan a una altura
considerable. “Combinar la energía solar con ciertos cultivos puede requerir estructuras
más altas que tendrán que ser más robustas para hacer frente a las cargas de viento. Y
esto afectará directamente a los costes de la planta”, explica el ingeniero fotovoltaico.

Si la planta ya está construida o diseñada, Martín incide en la importancia de evaluar las


distintas opciones para encontrar las más viables. Aunque también puede ocurrir lo
contrario: existe previamente un cultivo y, a partir de ahí, se proyecta una instalación
solar. De esta forma es cómo concibe Pérez Abiétar la agrovoltaica. La producción agrícola
sería el uso principal del suelo y la generación eléctrica, la actividad secundaria, siempre
orientada en beneficio de la principal.
Con este concepto, los actores del mundo rural son quienes llevan la iniciativa. “Podemos
conseguir que la agricultura en los entornos rurales se mantenga por los propios
agricultores, que la generación fotovoltaica sea una renta adicional a la renta agrícola, con
lo que permitimos que la gente del entorno rural aumente sus perspectivas a largo plazo y
puedan quedarse en estos entornos”, incide Pérez Abiétar.

Fuente: Communications. (10 marzo de 2022). Banco Bilbao Vizcaya Argentaria, S.A.
Recuperado de https://www.bbva.com/es/es/sostenibilidad/agrovoltaica-cultivos-a-la-
sombra-de-los-paneles-fotovoltaicos/

El papel de las empresas de servicios en la transformación digital del sector agrario

La externalización de los servicios y tareas en muchas explotaciones agrarias es una


dinámica creciente desde hace varias décadas. La progresiva digitalización de algunos
procesos, que resultan más complejos técnicamente y requieren de una mayor
cualificación y de equipos más caros, está provocando que esa externalización sea
especialmente intensa en este tipo de trabajos.

En el siguiente reportaje ofrecemos el punto de vista de algunas de las empresas más


reconocidas y con mayor experiencia en el desarrollo y aplicación de tecnología para el
sector agrario en España. El objetivo es identificar la casuística que se produce en este tipo
de servicios digitales, así como los aspectos diferenciales que caracterizan a cada empresa
ya sea por las herramientas empleadas, las áreas de trabajo en las que se centran o la
tipología de sus clientes.

Cada día más agricultores creen que la digitalización es una buena inversión para
mejorar la rentabilidad
Agroptima está en activo desde hace más de 8 años y se ha convertido en una de las
herramientas líderes en la digitalización del manejo de cultivos en España y Francia,
gestionando más de un millón de hectáreas de cereales y otros cultivos herbáceos,
hortícolas, frutales o viñedo.

La empresa se puso en marcha en 2014 por iniciativa de un grupo de agricultores e


ingenieros que eran conscientes de la necesidad de modernizar la gestión agraria,
ordenando toda la información que se acumula a lo largo de cada campaña para poder
utilizarla a la hora de tomar decisiones o de cumplimentar los diferentes procesos
comerciales o administrativos.

En aquellos primeros momentos, la digitalización era incipiente que solo llamaba la


atención de los agricultores más innovadores, y tenía como objetivo básico cumplir con la
normativa de fitosanitarios para tener listo el Cuaderno de Campo ante posibles
inspecciones.

En los casi diez años transcurridos, asegura María Franquesa -CMO de Agroptima-, la
digitalización se ha incorporado al proceso productivo de buena parte de las explotaciones,
desde la precosecha hasta la poscosecha, impulsada por las empresas más grandes y
profesionalizadas. Se ha multiplicado el uso de app’s para anotar labores en campo, de
máquinas que transmiten datos automáticamente, de drones que analizan a distancia los
cultivos, de sensores que monitorizan día a día cultivos y las parcelas… Y esa recogida
continua de información se complementa con softwares de gestión y análisis que ayuda a
tomar decisiones y mejorar las prácticas de trabajo. De hecho, España es líder claro en la
implantación del agrotech en los países castellano hablantes.

Esa penetración creciente, mayor en sectores como el hortofrutícola o el viñedo, ha ido


ampliando además las expectativas de las empresas agrícolas respecto a la digitalización,
según la representante de AGROPTIMA: ahora buscan mejorar la rentabilidad con un
mayor control de todas las operaciones de campo que les permita analizar y mejorar las
prácticas realizadas”.

Y en los próximos años, se muestra convencida de que la demanda de servicios digitales irá
en aumento, confiando en que el Kit de digitalización del PERTE que impulsa el Gobierno
hará que más agricultores descubran la importancia de la digitalización, empezando a
verla no como un gasto, sino como una inversión para mejorar la competitividad y para
diferenciarse, y conseguirá que otros muchos agricultores y empresas agro que ya
disponen de herramientas de digitalización sigan incorporando nuevas soluciones
complementarias que les doten de más valor. También la implantación del sistema de
información de explotaciones agrícolas y ganaderas (Siex) recién aprobada contribuirá a
impulsar la digitalización, al obligar a digitalizar muchos de los procesos.

Pantallas de trabajo de la app de Agroptima.

Una de las barreras que frena el uso de herramientas digitales en el campo, según ella, es
el desconocimiento de cuáles son las que hay y qué aporta cada una. El agricultor a
menudo duda por dónde empezar la búsqueda -señala Franquesa-, y se pierde en un mar
de posibilidades. También es frecuente -añade- el miedo a no saber utilizarlas, porque en
el campo siempre falta tiempo para todo y nunca es el momento de invertir horas para
aprender a utilizar los programas. Por eso, una de las claves del éxito está en que el
manejo sea sencillo e intuitivo, un aspecto que han intentado potenciar desde Agroptima
ofreciendo una herramienta fácil y completa de recogida de datos en campo, digitalizando
los partes de trabajo para reducir papeleo y mejorar la comunicación entre los distintos
departamentos, y que una vez introducidos todos los datos, el software permita crear
informes de trazabilidad o realizar análisis que ayuden a la toma de decisiones para
mejorar la rentabilidad.

El cauce para establecer la relación entre clientes y proveedores de servicios digitales es


fundamentalmente online, en Agroptima siempre utilizan ese canal, y dependiendo de la
naturaleza de cada servicio se hace la compra o se establece una suscripción anual, que se
prorroga consecutivamente. Lo ideal, asegura Franquesa, es que esa relación se prolongue
en el tiempo, porque cuantos más datos se hayan recogido y más campañas se hayan
controlado, más fiables son los análisis.

Agroptima ha dado en 2021 un paso importante en su implantación gracias a la alianza


con John Deere para automatizar la recogida de datos en el campo integrando sus
tecnologías y ofreciendo nuevas funcionalidades a los clientes. Con el fin de mejorar y
acelerar la recogida de datos, la plataforma Operations Center de John Deere permitirá
transferir automáticamente toda la información agronómica al software de Agroptima.
Operations Center de John Deere recoge información sobre el funcionamiento del tractor
en tiempo real, orientada a optimizar la productividad de la máquina (horas de
funcionamiento, averías…), y también recibe otra información valiosa como dosis de
siembra aplicada, variedad sembrada, cantidad de fertilizante aportada, etc. Gracias a ese
acuerdo, todos esos datos se pueden sincronizar con Agroptima para multiplicar sus
posibilidades de gestión, tanto para la toma de decisiones, conociendo mejor los costes y
la rentabilidad, como para el cumplimiento de los informes de trazabilidad (cuaderno de
campo, Global GAP, fertilizantes, ecológico, etc.), y otro tipo de informes personalizados
para conocer, por ejemplo, cuál es el cultivo más rentable.

María Franquesa (CMO de Agroptima).

Especializados en la digitalización de organizaciones agrarias, cooperativas e ingenierías

Agroslab comienza su andadura a finales del año 2012, como respuesta al RD 1311/2012,
por el que se establece el marco de actuación para conseguir un uso sostenible de los
productos fitosanitarios. La primera versión de su programa llegó al mercado en el
segundo semestre de 2014.
Creada por profesionales que llevan más de veinte años desarrollando soluciones de
gestión para sector agroalimentario, el proyecto Agroslab supuso el salto al otro lado de
los centros de recepción de los productos agrícolas con los que venían trabajando
habitualmente (cooperativas, bodegas, deshidratadoras, almazaras, Consejos
Reguladores, etc).

Según Jesús Gerique, responsable de Agroslab, a su experiencia en el sector, Agroslab une


el contacto permanente con sus actores y sus necesidades, la vigilancia tecnológica y la
atención al impacto de las nuevas normativas, lo que llevó a apostar por un ambicioso
proyecto que, con origen en un Cuaderno Digital de Explotación, hoy ofrece al mercado
todo un 'ecosistema digital agrario', que integra múltiples módulos y herramientas de
terceros para gestión de la aplicación de fertilizantes orgánicos, para ayuda en toma de
decisiones sobre malas hierbas, asesoramiento en Gestión Integrada de Plagas (GIP),
servicio de asesoramiento a explotaciones, monitorización de cultivos y gestión de las
Buenas Prácticas Agrícolas.

Aplicaciones de Agroslab adaptadas a diversos dispositivos electrónicos

Gerique considera que la demanda de este tipo de herramientas va creciendo


gradualmente y que “las expectativas de crecimiento son importantes debido a los
próximos cambios normativos, las ayudas al sector y la adecuación de las soluciones a las
necesidades”, pero que aún hay dificultades que “derivan del tamaño de las explotaciones
y la edad de sus titulares, circunstancias en los que la implantación de herramientas
digitales es muy compleja”.
No obstante, el técnico pide la implicación de todos los eslabones de la cadena para
impulsar la digitalización del campo. “Las obligaciones legales y las ayudas económicas
que se avecinan pueden suponer cierto impulso a la digitalización, pero lo más relevante es
que seamos capaces de facilitar herramientas y servicios que faciliten el trabajo diario,
apoyen en la toma de decisiones tanto operativas como estratégicas y generen valor
añadido al sector. Es imprescindible impulsar redes de colaboración entre los responsables
de las explotaciones, los técnicos y empresas de servicio agrarios, las Administraciones y
las empresas tecnológicas especializadas en el mismo”, apostilla.

Además, Jesús Gerique incide en las obligaciones actuales y futuras del sector.
“Actualmente -añade- existen obligaciones en algunas Comunidades Autónomas en el
ámbito de la gestión de las deyecciones ganaderas, también, por supuesto, en la solicitud
de algunas ayudas, inscripciones registrales, etc. En un futuro bastante inmediato esta
situación puede cambiar sustancialmente al regularse por el MAPA el Sistema de
Información de Explotaciones (SIEX), junto con el Cuaderno Digital de Explotación (CDEA)”.

Gerique confiesa para la progresiva implantación de las tecnologías digitales “ha sido
necesaria una ardua labor de difusión y de evangelización” y que su mayor o menor
aceptación “no dista mucho de unas zonas geográficas a otras. Los factores determinantes
son la titularidad de las explotaciones, su tamaño y los cultivos, con mayor aceptación
cuanto en los más intensivos y con mayor valor de mercado”.

Preguntado por si se consideran caros y superfluos este tipo de servicios por parte de los
usuarios, concluye que “la gran mayoría ni se plantea esta cuestión. El coste/inversión de
este tipo de servicios es muy poco significativo respecto a las inversiones y el coste de los
insumos de una explotación profesional. La mayor dificultad puede estribar en seleccionar
las soluciones más adecuadas a cada necesidad y el coste de oportunidad de adopción e
implantación cuando no se dedican recursos específicos a la misma”.
Jesús Gerique, responsable Agroslab.

El sector hortofrutícola, punta de lanza en la digitalización del agro en España

Hispatec es una compañía fundada en Almería con más de 35 años de historia que surge
para dar respuesta tecnológica al sector de la horticultura bajo plástico. “Esta larga
trayectoria nos ha llevado a adaptarnos y ofrecer las mejores soluciones en cada
momento”, afirma Custodio López, consultor AgroTech y responsable de Desarrollo de
Negocio en la Zona Sur y Portugal en Hispatec Agrointeligencia.

Actualmente, esta empresa dispone de soluciones que digitalizan todos los procesos
inherentes a la actividad del sector: desde un semillero o vivero, la producción en campo,
procesos de post cosecha en los que hay una transformación como puede ser una bodega,
o almazara o procesado de frutos secos. También prestan cobertura con sus propias
soluciones a las centrales hortofrutícolas, en las que se realiza el procesado y confección de
los productos terminados y listos para su expedición. En este último punto es donde enlaza
su servicio de tracking de monitoreo y seguimiento de la mercancía por tierra, mar o aire.

“Recientemente hemos desarrollado y presentado Margaret, la primera plataforma de


Inteligencia Artificial para el sector agroalimentario”, señala. Margaret recolecta, ordena,
analiza y pone a disposición del usuario datos de forma amigable para mejorar la toma de
decisiones.
Plataforma de Hispatec para el análisis de datos relacionados con el movimiento de mercancía en una
central hortofrutícola.

En cuanto al grado de implantación que tienen estos servicios digitales en las


explotaciones españolas, Custodio López indica que la adopción de nuevas tecnologías
“está siendo más rápida en las explotaciones más innovadoras, siempre pioneras en la
captación e implementación de avances tecnológicos y mejoras”. Asimismo, resalta que el
sector agrario es innovador “por naturaleza”, pero también necesita “un tiempo de
adaptación”.

En opinión de este experto, lo que más se demanda en estos momentos por parte del
sector son soluciones que permitan tomar mejores decisiones: “Es decir, el registro digital
de los procesos y actuaciones en tiempo real que faciliten las decisiones tácticas a corto
plazo, así como las estratégicas a largo plazo”.

El auge de muchas soluciones para determinados ámbitos parciales, está llevando cada día
más a la búsqueda por parte del sector de empresas que den soluciones globales y con la
capacidad de integrar distintas fuentes de datos buscando el valor agregado de éstos. “La
demanda de tecnología va en aumento. Hay que producir más con menos y la forma de
conseguirlo es mediante la digitalización e innovación”, subraya.

Sobre quién demanda más este tipo de soluciones en la actualidad, en Hispatec tienen
claro que cada día es más común que la adquisición de estos servicios sea indiferente al
tipo de cultivo y esté más relacionada con “la actitud de las personas, con la necesidad de
mejorar sus explotaciones agrícolas y sus empresas. Podríamos decir que este carácter
innovador ha estado tradicionalmente más presente en los productores de frutas y
hortalizas, aunque es generalizado en el sector”.
López cree que los rasgos comunes que distinguen a las empresas que implementan
soluciones digitales tienen que ver con evitar la obsolescencia, la búsqueda de una mayor
rentabilidad de sus explotaciones y producir el menor impacto posible al medio ambiente.

Por otro lado, en lo que concierne a los factores que estarían potenciando la
generalización de estos servicios, desde Hispatec apuntan a que las medidas legales se
están alineando para el desarrollo e implementación de la digitalización en el sector. “La
parte económica es cada vez menos limitante, son más asequibles, existen las figuras de
cooperativas y empresas de servicios que facilitan la adquisición de estas soluciones a
pequeños y medianos productores. El relevo generacional y la entrada de jóvenes en el
tejido empresarial está favoreciendo la alfabetización digital”. Además, creen que las
ayudas económicas que llegarán próximamente “favorecerán las soluciones digitales en el
tejido agroindustrial”.

Una de las preguntas más recurrentes cuando se habla de este tipo de tecnología es, ¿y
cuánto cuesta? ¿Cuánto tiempo tardaré en amortizar la adquisición de estos servicios?
Para Custodio López, “las ventajas que ofrecen estos servicios hacen que no se tenga una
percepción de caro. Lo normal o habitual es que se amorticen y se tenga un retorno de la
inversión en un par de años como mucho”, asegura.

Custodio López (Hispatec Agrointeligencia).


La predicción de los rendimientos por cada cuadrícula de la parcela es uno de los servicios que se prestan
desde Greenfield.

La PAC y el Green Deal van impulsar la digitalización, porque es la mejor herramienta


para optimizar el uso de inputs

Otra de las firmas destacadas en el mercado de los servicios digitales para la agricultura
en España es Greenfield Technologies, una empresa en plena expansión que presta sus
servicios desde 2014 en dos líneas diferenciadas. La primera es la caracterización de
suelos, servicio que denominan BIOMap2SOIL, que genera mapas de suelo utilizando
sensores y analíticas de laboratorio, para mejorar la eficiencia en riego, siembra,
fertilización y gestión de la salud del suelo mediante análisis biológicos que permiten
conocer los microorganismos presentes, tanto beneficioso como patógenos de un cultivo.
La segunda, son servicios de monitorización de cultivos, que llaman CROP2HEALTH, en los
que realizan seguimiento de la salud de los cultivos, predicciones de producción y calidad,
fertilización de aplicación variable, o servicios para la industria de primera transformación,
ayudándole a optimizar la función logística y las líneas de producción. Además, desarrollan
otros servicios como levantamientos topográficos o conteo de plantas o árboles.

La información para prestar esos servicios llega desde distintas fuentes, como las
imágenes de satélite o de dron, estaciones meteorológicas, sensores de suelo o de planta,
etc. Una vez recogida esa información, se procesa aplicando los conocimientos
agronómicos y herramientas de Inteligencia Artificial para poder detectar anomalías en el
cultivo, y mandar las correspondientes alertas al agricultor.

Greenfield opera principalmente en la Península Ibérica, sobre todo en sectores como


almendro, olivar, tomate y, en general, en los cultivos de regadío, que son los que tienen
una mayor inclinación y necesidad de adoptar nuevas técnicas y nuevos instrumentos, y
muestran más interés por la implantación de los servicios digitales. También realizan
algunos trabajos fuera de España y Portugal, en EEUU, Argentina, Egipto, o Nigeria.
Piensan iniciar en 2022 una estrategia de internacionalización que les permita tener
presencia en los países más importantes a nivel agrícola.

Consideran que el uso de la tecnología digital para ayudar a los agricultores está cada vez
más extendido y seguirá creciendo aceleradamente en los próximos años, entre otras
cosas, porque cada vez habrá más exigencias normativas para implantarlo. “Los técnicos
cada vez tienen que ser más eficientes, tienen menos tiempo y tienen más exigencias
medioambientales, más presión por parte de los precios, etc. Por eso, es más habitual que
se rodeen de sistemas y de técnicas que les ayuden a mejorar el cultivo y optimizar su
tiempo. Entre esas técnicas las más comúnmente utilizadas podemos decir que son los
auto guiados de GPS, los sensores y sondas de humedad, estaciones meteorológicas,
recomendación de riegos, etc.”, asegura Miguel Córdoba, Director Ejecutivo de Greenfield.

El principal freno que existe ahora para una expansión más acelerada de la digitalización
en el campo, según Córdoba, no es de carácter económico, por el coste de la inversión, sino
más bien por el desconocimiento de las herramientas disponibles, y a veces por pura
inercia, porque la mayoría de las empresas agrícolas ya tienen sus propios métodos de
trabajo y hasta que no prueban otros nuevos no se convencen de las ventajas ganancia
que les puede suponer.

A corto plazo, esperan que haya un impulso importante de la digitalización por el impacto
de algunas medidas como la reforma de la PAC y los ecoesquemas, o el pacto Green Deal
que plantea la UE, que obligan al sector a ser más eficiente en el uso de recursos. En todo
caso, creen que sería positivo que, igual que se impulsa la competitividad de las
explotaciones agrícolas con ayudas a la renovación de maquinaria, sería interesante que
se contemplase la renovación de las herramientas digitales como un factor que ayuda a
mejorar la competitividad y sostenibilidad de las fincas, siempre que sean ayudas que
lleguen directas al agricultor.

El desarrollo del mercado, en el caso de Greenfield, utiliza formatos muy diversos a través
de partners y mediante alianzas con otras empresas, que se extienden en todos los
ámbitos. “Buscamos colaboradores que ofrezcan servicios de valor añadido y que tengan
llegada a los usuarios, para ir acompañados siempre de especialistas que conocen las
particularidades de cada cultivo y las necesidades de cada zona”, aseguran.

La relación se establece normalmente por campañas, aunque lo habitual es que el cliente,


una vez que conoce las ventajas del servicio, se mantenga en el tiempo. La clave
fundamental para ello es que los beneficios que obtenga el agricultor con el trabajo que
realizan sean mayores que el coste que le pueda suponer.

Es un tipo de servicio que está creciendo mucho a nivel mundial debido a la gran necesidad
que hay del mismo, y particularmente desde las empresas españolas del sector se está
haciendo un gran esfuerzo obteniendo grandes resultados y podemos decir que España
está en cabeza de este sector.
Miguel Córdoba, Director Ejecutivo de Greenfield.

Fuente: de Paz, F.; Martín, J.A. y de Vega, A. (15/03/2022). Canales Sectoriales


Interempresas. Recuperado de https://www.interempresas.net/Grandes-
cultivos/Articulos/379882-El-papel-de-las-empresas-de-servicios-en-la-transformacion-
digital-del-sector-agrario.html

Asimismo, para que puedas comprender mejor el contexto de los ejemplos mencionados
en cada caso, te compartimos a continuación los links de algunas publicaciones
relacionadas:

- https://www.interempresas.net/Grandes-cultivos/Articulos/389686-El-sistema-de-
informacion-de-explotaciones-agrarias-(SIEX).html
- https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2012-11605
- https://elpais.com/economia/2022-02-08/el-gobierno-inyectara-1000-millones-en-
el-sector-agroalimentario-hasta-2023-para-que-se-creen-16000-empleos.html
- https://www.uso.es/green-deal-o-pacto-verde-europeo-que-es-y-objetivos/
- https://somosnuestratierra.com/es/magazine/eco-esquemas-de-la-pac-que-son-y-
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