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“AÑO DEL BICENTENARIO, DE LA CONSOLIDACION DE NUESTRA

INDEPENDENCIA, Y DE LA BATALLAS DE JUNIN Y AYACUCHO”

INSTITUCION EDUCATIVA
PRIVADA

10 DE OCTUBRE
TEMA
Teoria de los rasgo, con el
modelo de los 5 factores

Renato
squez

DOCENTE: JOE CASTILLO

RIVADENEIRA

CURSO: DPCC

GRADO: 5to de secundaria


INTRODUCCION
La psicología de la personalidad es un campo fascinante que busca comprender
la complejidad de lo que nos hace únicos como individuos. Desde los albores de
la disciplina, los psicólogos se han enfrentado al desafío de explicar por qué las
personas difieren en sus comportamientos, pensamientos y emociones. En este
vasto terreno, la teoría de los rasgos ha surgido como una lente a través de la
cual podemos analizar y entender estas diferencias individuales de manera
sistemática y coherente.

La teoría de los rasgos postula que la personalidad de un individuo puede ser


desglosada en una serie de características estables y consistentes, conocidas
como rasgos, que influyen en la forma en que interactuamos con el mundo que
nos rodea. Estos rasgos son los cimientos sobre los cuales se construye nuestra
conducta, y pueden ser considerados como patrones relativamente
permanentes de pensamientos, sentimientos y comportamientos que tienden a
persistir a lo largo del tiempo y en diversas situaciones.

A lo largo de la historia de la psicología, numerosos investigadores y teóricos


han contribuido al desarrollo y refinamiento de la teoría de los rasgos,
buscando identificar y describir los rasgos fundamentales que componen la
personalidad humana. Entre estas contribuciones, una de las más influyentes ha
sido el Modelo de los Cinco Factores. Este modelo, que identifica cinco
dimensiones principales de la personalidad, ha ganado una amplia aceptación en
la comunidad científica y ha sido ampliamente utilizado en la investigación y la
práctica psicológica.

LA TEORIA DE LOS RASGO


La personalidad es un concepto complejo que ha sido objeto de estudio y
debate por muchos años. Desde la antigua Grecia, los filósofos han tratado de
entender cómo las características individuales influyen en la forma en que las
personas piensan, sienten y se comportan. La teoría de los cinco grandes rasgos
de la personalidad es una de las teorías más aceptadas y utilizadas en la
actualidad para describir las diferencias individuales en la personalidad.

La teoría de los cinco grandes rasgos de la personalidad, también conocida


como modelo de los Cinco Grandes, fue propuesta por los psicólogos Lewis
Goldberg y Warren Norman en la década de 1960. El modelo se basa en la idea
de que existen cinco dimensiones básicas de la personalidad que describen las
diferencias individuales en la forma en que las personas piensan, sienten y se
comportan.

Los Cinco Grandes rasgos son la apertura a la experiencia, la conciencia, la


extraversión, la amabilidad y la neuroticismo. Cada uno de estos factores se
compone de varias subcaracterísticas, que juntas forman un perfil de
personalidad único. A continuación, se describen cada uno de estos factores
con ejemplos prácticos.

Apertura a la experiencia: La apertura a la experiencia es una dimensión de la


personalidad que describe el grado en que una persona es curiosa, imaginativa,
creativa y abierta a nuevas ideas y experiencias. Las personas con altos niveles
de apertura a menudo buscan aventuras intelectuales y disfrutan explorando
nuevos horizontes. Son receptivas a nuevas formas de pensar y tienen una
mentalidad flexible que les permite adaptarse a situaciones nuevas y
desafiantes.

Ejemplo: Una persona con alta apertura a la experiencia podría estar


interesada en viajar a países desconocidos, probar nuevos tipos de comida, o
aprender a tocar un instrumento musical. En cambio, una persona con baja
apertura a la experiencia podría preferir quedarse en casa, comer siempre los
mismos alimentos, y seguir la misma rutina diaria.

Responsabilidad: Responsabilidad es una dimensión de la personalidad que se


refiere al grado en que una persona es organizada, confiable, disciplinada y
cumple con sus compromisos. Las personas con alta responsabilidad tienden a
ser meticulosas en sus tareas y responsabilidades, cumpliendo con sus deberes
de manera consistente y puntual. Esta característica también se relaciona con
la capacidad de planificar y priorizar tareas, así como de mantener el control
sobre sus acciones y decisiones.

Ejemplo: Una persona con alta responsabilidad podría ser muy puntual, siempre
cumplir con los plazos y tener su espacio de trabajo bien organizado. En
cambio, una persona con baja responsabilidad podría ser más desorganizada,
olvidarse de las tareas importantes o llegar tarde a las reuniones.

Extroversión: La extroversión es un rasgo de personalidad que se caracteriza


por la búsqueda de interacción social, la energía dirigida hacia el mundo
exterior, la sociabilidad y la tendencia a buscar estímulos externos. Las
personas extrovertidas tienden a ser comunicativas, enérgicas, sociables y les
gusta participar en actividades grupales. Disfrutan de la interacción con otras
personas y suelen ser extrovertidas en reuniones sociales y eventos.

Ejemplo: Una persona con alta extraversión podría ser muy sociable, disfrutar
de las fiestas y reuniones, y tener muchos amigos. En cambio, una persona con
baja extraversión podría preferir leer un libro en casa en lugar de salir con
amigos.

Amabilidad: La amabilidad es uno de los cinco grandes rasgos de personalidad


según el modelo de los Cinco Grandes. Se refiere a la tendencia de una persona
a ser comprensiva, amable, considerada y cooperativa hacia los demás. Las
personas con altos niveles de amabilidad tienden a ser altruistas, compasivas y
tienen una disposición positiva hacia los demás. Suelen ser sensibles a las
necesidades de los demás y tienden a ser colaborativas en situaciones sociales
y de trabajo. La amabilidad también está relacionada con la empatía y la
preocupación por el bienestar de los demás.

Ejemplo: Una persona con alta amabilidad podría ser muy compasiva, ayudar a
los demás en situaciones difíciles y tratar a todos con respeto. En cambio, una
persona con baja amabilidad podría ser menos considerada con los sentimientos
de los demás y preocuparse más por sus propios intereses.

Neuroticismo: El neuroticismo se refiere a la tendencia de una persona a


experimentar emociones negativas, como la ansiedad, la tristeza, la ira y la
preocupación. Las personas con altos niveles de neuroticismo suelen ser más
propensas a experimentar cambios de humor abruptos, a preocuparse
excesivamente y a ser más sensibles al estrés. También pueden tener
dificultades para manejar situaciones estresantes y pueden ser más propensas
a desarrollar trastornos de ansiedad o depresión.

Por otro lado, las personas con bajos niveles de neuroticismo tienden a ser más
estables emocionalmente, menos propensas a preocuparse excesivamente y a
experimentar menos cambios de humor intensos. Tienen una mayor capacidad
para hacer frente a situaciones estresantes y pueden mantener un estado de
ánimo más equilibrado.
Ejemplo: una persona con altos niveles de neuroticismo podría sentir ansiedad
y preocupación por cosas que otras personas no considerarían una amenaza
real, como hablar en público o enfrentar situaciones nuevas. Sin embargo, a
través de la terapia y la práctica de técnicas de relajación y afrontamiento,
esta persona puede aprender a controlar y manejar sus emociones de manera
más efectiva, reduciendo así los efectos negativos del neuroticismo en su vida.

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