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En Gerencie.com damos mucha importancia al emprendimiento como una alternativa a la generación de ingresos diferente
al empleo, empleo que cada vez es más escaso y de peor calidad.
Sin duda el emprendimiento es una muy buena alternativa, pero la verdad hay que decirla, también tiene sus aspectos
El emprendimiento afecta directamente la vida personal del emprendedor de forma importante, lo que hace necesario que el
emprendedor tenga conciencia de ello antes de dedicarse de lleno a sus proyectos.
Es conocida aquella frase de que no hay que llevarse el trabajo para la casa, lo cual aplica bastante bien para quien trabaja
para una empresa.
En el caso del emprendimiento, no se trata de una ocupación de 8 horas al día; se trata de ocupación total, a tiempo
completo, luego, no hay posibilidad de decir que no se lleva trabajo para la casa, puesto que será imposible.
El asalariado no se preocupa de los problemas fuera de su trabajo, puesto que para eso está su jefe o el empresario para
que se preocupe, para que los solucione, pero el emprendedor no tiene quien se ocupe de sus problemas, así que tendrá
que hacerlo el mismo, y bien sabemos que los problemas no saben de horarios ni de fechas.
Eso hace que la vida familiar del emprendedor se afecte, por cuanto el emprendimiento absorbe el emprendedor casi un
100%, dejándole muy poco espacio para compartir con su familia, lo que sin duda le causará traumatismos.
Es por ello que en el emprendimiento no basta con que se comprometa el emprendedor; debe también comprometerse su
familia, o por lo menos comprenderlo y apoyarlo, pues de lo contrario el emprendedor corre el riesgo de fracasar tanto en el
proyecto como en su familia.
La familia es un elemento básico en todo ser humano, lo cual no es ajeno al emprendedor, por lo que se hace necesario
evaluar los efectos que la dedicación de tiempo completo a un proyecto pueda tener en las relaciones familiares.
Cuando se decide ser emprendedor, hay que evaluar todos los aspectos posibles, tanto los pro como los contra. Entre
menos de deje al azar y la improvisación, más sencillo será sortear las dificultades.
¿QUÉ ENTENDEMOS POR “ESPÍRITU EMPRENDEDOR”?
Emprender supone enfrentarse a una serie de circunstancias, en la mayoría de los casos, desconocidas.
Es más, requiere enfrentarse a las propias debilidades, al entorno, y a los desafíos que nos depara cada día. Hablar de
“espíritu emprendedor”, nos aproxima a esa fuerza que nos alienta y fortifica en la acción.
Ello, puesto que necesitamos de esa disposición para hacernos cargo de los cambios y transformaciones,carencias y/o
anomalías existentes en el mundo que habitamos; por tanto, no es de extrañar que si abordamos el emprendimiento social,
como quehacer propiamente humano, encontraremos como valores que lo animan, la fortaleza interior, la perseverancia, un
profundo conocimiento, comprensión y compromiso con el devenir de sí mismo y de los pares, incluso, yendo más allá de
los obstáculos o fracasos momentáneos.
Por tanto, el espíritu emprendedor se vincula estrechamente con una disposición a rastrear tendencias y cambios del
entorno que nadie ha visto o a las que no se les ha prestado atención.4 De este modo, la persona que ha desarrollado este
espíritu emprendedor, logra hacer una lectura y un análisis del contexto en que se encuentra, sea éste institucional, local o
de mayor amplitud, leyéndolo de manera tan singular, que percibe con precisión, la necesidad existente y la vía por donde la
respuesta a esa necesidad debe ser construida. En ese momento, el emprendedor ha descubierto una oportunidad y los
recursos para aprovecharla.
Aquí radica una de las habilidades centrales de un emprendedor, la cual le permite originar
emprendimiento. La concepción de emprendimiento que aquí se propone, no solo considera la capacidad de generar un
negocio o una respuesta interesante o innovadora ante el medio, en pro del mejoramiento de las condiciones productivas,
sino que incorpora plenamente la capacidad de conformar situaciones que permitan gestionar una innovación o respuesta
creativa ante las situaciones de la vida colectiva cotidiana, es decir, que proponga un reto más allá de lo habitual.
A la persona emprendedora no le basta “imaginar la solución”, sino que además, logra que la respuesta o solución que ha
pensado, se operacionalice, es decir, que sea puesta en acción, logrando el objetivo planteado, y dando respuesta a la
situación específica que lo impulsó a imaginar y crear5. Por tanto, cuando hablamos de emprendimiento, estamos hablando
de una capacidad que resulta pertinente a todos los ámbitos de acción humana que ameriten generar respuestas alternas a
las ya existentes, o en las que la percepción de una nueva potencialidad o necesidad a ser satisfecha, permita la generación
de una nueva respuesta.
En suma:
• El espíritu emprendedor está estrechamente ligado a la iniciativa y a la acción.
• Las personas desarrollan su capacidad de innovar con voluntad de probar cosas nuevas o
de hacerla de manera diferente.
• Para convertirse en emprendedor, es necesario desarrollar la disposición mental y afectiva
hacia la experimentación, reaccionando con mayor apertura y flexibilidad ante los desafíos
que enfrentan.
• Empresarios y emprendedores no son lo mismo; se puede ser emprendedor sin ser empresario.
• Hay diversos tipos de emprendimiento, entre ellos los personales, no obstante, en muchos
de los emprendedores existe un vínculo de preocupación y acción social.
• Dentro de los ámbitos a desarrollar en un emprendedor están las habilidades sociales.
¿Un emprendedor nace o se hace?
Todas las personas tienen un potencial de emprendimiento, en mayor o menor grado, pero su desarrollo estará
condicionado (y no determinado) por los siguientes factores:
• Experiencia
• Formación
• Redes sociales
• Valores predominantes del entorno
• Políticas sociales para favorecer el emprendimiento
Educar desde el prisma del emprendimiento requiere, entre otros multiples aspectos,
formar “personas” con sentido de equipo,responsabilidad, compromiso y perseverancia.
Nuestra sociedad no suele potenciar las capacidades de emprendimiento que todos portamos al nacer.
Es más, la creatividad y la opinión autónoma muchas veces son desalentadas. A su vez, las políticas sociales