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compendio de teología espiritual

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i; FEDERICO RUIZ SALVADOR, O. c. D.

CAMINOS
DEL ESPÍRITU

Compendio de
Teología Espiritual
Quinta edición

®
EDITORIAL DE ESPIRITUALIDAD
Triana, 9 - 28016 MADRID
PRESENTACIÓN

La vida y los temas de espiritualidad gozan hoy de interés


preferencial y generalizado. Aumentan igualmente la reflexión
y el cultivo de la vida cristiana en esa dimensión. El Espíritu
Santo garantiza herencia y novedad, manteniendo la obra de
santificación en fase de realización abierta. Muchas de sus
manifestaciones las podemos observar directamente, en con-
tacto vivo con hechos y experiencias de actualidad. Vivimos
de presencias, y no sólo de recuerdos.
"Quisiéramos que se reencendiera el interés por las cues-
tiones relativas a la perfección; no tanto para elaborar nuevas
teorías, como para engendrar nuevas energías" (Pablo VI, "Ec-
clesiam suam" 10). Para llevar a cabo esa labor, la teología
espiritual dispone de fuentes y recursos de toda garantía. Se
mueve simultáneamente en tres planos. Es gracia y experiencia,
que cada época hereda, recrea y transmite con pleno vigor.
Es teología o reflexión sapiencial que contempla y analiza el
misterio vivido. Como pedagogía, fomenta su asimilación por
parte de personas y grupos en actitudes interiores y hechos
de vida.
De experiencia y teología se hablará ampliamente en capí-
Título original: tulos sucesivos. Lo primero y lo más urgente es ambientarse
CAMINOS DEL ESPÍRITU desde un principio en las peculiaridades de contenido y pers-
© By Editorial de Espiritualidad pectiva que presenta la espiritualidad. Se puede hacer aludien-
5.a ed. Madrid, 1998 do brevemente a unos cuantos elementos, que caracterizan la
materia y también configuran este libro: espiritualidad viva y
doctrinal, temática y estructura, orientaciones y novedades del
ISBN: 84-7068-249-0 libro, preferencias del autor, originalidad vocacional y respon-
Depósito lega: M. 9.386-1998 sabilidad operativa del lector.
Impreso en España - Printed in Spain
Fotocomposición e impresión: Closas-Orcoyen, S. L. Realizar una síntesis de espiritualidad en las presentes cir-
Polígono Igarsa. Paracuellos de Jarama (Madrid) cunstancias es tarea urgente y a la vez difícil. Nos hallamos
8 PRESENTACIÓN PRESENTACIÓN 9

en período de renovación y creatividad dispersa. Los temas, a experiencias y temas que se imponen por su riqueza espiritual
antiguos y recientes, tienen ramificaciones innumerables. En y realismo histórico, sean creaciones antiguas o invenciones
muchos sectores, la investigación está en marcha, lo que impide de actualidad.
sacar conclusiones unificadas y estables. Pero eso mismo es Incluye "temas clásicos" y familiares, pero siempre vivos
lo que hace más necesario llegar a una síntesis, aunque sólo y remodelados por la experiencia y la teología recientes: san-
sea provisional. No podemos limitarnos a amontonar informa- tidad, oración, ascesis, crecimiento espiritual, etc. Conservan
ción. Los problemas y novedades en sobredosis dificultan la vigor teológico y encuentran plena resonancia experiencial.
mirada contemplativa y el empeño exigente de la acción, blo- "Temas nuevos", presentes desde hace tiempo en la experien-
queándolos en tareas previas de curiosidad informativa y dis- cia, que aún no han sido debidamente asumidos y elaborados
persión intelectual. En lugar de "engendrar nuevas energías", por la teología espiritual reciente: la vida teologal como expe-
generan cansancio, distracción y vacío espiritual. riencia básica de comunión y de unidad en las distintas media-
Como proyecto orgánico de vida y doctrina, este libro se ciones, la iglesia sujeto comunitario de vida y crecimiento, el
mantiene en contacto directo con la existencia, e intenta al hombre y el mundo como mediaciones fundamentales, nuevo
mismo tiempo desarrollar un esquema de teología espiritual. proyecto y esquema operativo del itinerario espiritual, el apos-
Sin renunciar a la amplitud temática e informativa, hay que tolado "fuente" de experiencia y maduración espiritual, la for-
hacer una selección, dada la abundancia de experiencias y doc- mación espiritual al lado de la clásica dirección espiritual, la
trinas espirituales. Un tratado no puede ni debe dar cabida pastoral de la espiritualidad, y otros temas.
a todo lo que se hace y dice en materia espiritual. Queriendo Sin esfuerzo se percibe la estructura y ordenación de los
decirlo todo, algunos libros de espiritualidad descienden a temas con sólo repasar el índice: temas, división en partes,
detalles y aplicaciones minuciosas y agobiantes, que quitan la títulos y subtítulos. Cuando hagamos el desarrollo particular
inspiración. Hoy día el peligro mayor está en el exceso de infor- de cada uno, se percibirá mejor la interdependencia de temas
mación y problemática, que lleva a tratar indiscriminadamente y perspectivas. Conviene tener presente el esquema general,
como teología espiritual todos los temas y problemas de la ya que eso facilita la lectura, la comprensión doctrinal, la praxis
existencia personal y social. Algunos libros recientes, más que personal y el uso pastoral y pedagógico. Ya he advertido que
obras de espiritualidad, parecen reseñas de cultura general. se trata de opciones. Temática y estructura no son cerradas
Una visión de conjunto beneficia no solamente a los lec- o inamovibles. Ofrecen al lector un esquema razonado, tanto
tores que van de paso por la espiritualidad, sino también a para orientar la exploración y búsqueda en temas de su especial
quienes trabajan asiduamente en sectores particulares y mono- interés como para organizar los resultados y conclusiones de
gráficos de esta misma disciplina. Hace algunos años, los su trabajo.
manuales eran considerados libros secos y repetitivos, inser-
vibles para pensar, imprácticos para vivir, incapaces de crear. Los valores y criterios que guían la redacción los irá des-
Actualmente tienen las mismas oportunidades de repetir o cubriendo el lector por sí mismo a medida que se adentre en
crear que cualquier otra categoría de libros espirituales. Tal el estudio de los varios temas. Para ahorrarle esfuerzo y retra-
vez se encuentren, por su mayor amplitud de temas y pers- sos, anticipo algunos de ellos.
pectivas, en mejores condiciones para abrir nuevos caminos — Nuevo y antiguo. Del tesoro espiritual de la iglesia,
de vida en espiritualidad. intentaré aprovechar al máximo nova et vetera, fuentes antiguas
y modernas; y esto en atención a su calidad y vigencia, no
Temática y estructura son elementos esenciales de toda sín- por simple afán de conservar o cambiar. Es claro que hoy vivi-
tesis teológica elaborada. Entre las varias opciones posibles, mos en nuestro tiempo y de nuestra cultura. Por otra parte,
cada autor hace la suya, que luego explica y justifica. En ese resulta igualmente claro que ciertas realidades esenciales del
contexto, he procurado espaciosidad y anchura, dando cabida Espíritu las han vivido y expresado en siglos anteriores con
10 PRESENTACIÓN PRESENTACIÓN
11
una sensibilidad y profundidad religiosas que nosotros no para abrir caminos nuevos, sin cerrar de golpe los que otros
alcanzamos. Por ignorancia o ingenuidad, o por estilo publi- han abierto y que muchos siguen recorriendo con buenos resul-
citario, se habla con frecuencia en tono de cortes radicales: tados. "Hace siempre falta a la creación el tiempo perdido
antes pensaban y decían, mientras que ahora por el contrario en destruir" (Rubén Darío).
nosotros pensamos y hacemos; vino nuevo en odres nuevos,
etc. Son declamaciones. Los odres viejos y nuevos, como el El libro sale profundamente renovado. Ha hecho un largo
hombre viejo y nuevo de san Pablo, no se refieren a épocas recorrido de años, experiencias y ediciones. A través de lecturas
del calendario o a los años de edad, sino a la hondura con personales, clases y encuentros, se ha mantenido en contacto
que el evangelio le ha renovado la mente y el corazón. En con personas y grupos, que lo han hecho objeto de su pro-
realidad, lo que de bueno han creado otros siglos es patrimonio piedad. Han descubierto que es, o han decidido que sea, no
nuestro; y sus errores nos sirven de aviso y escarmiento. No sólo compendio de teología espiritual, sino también libro de
se puede olvidar la historia. En naturaleza y gracia, en vicios formación, de discernimiento personal y comunitario, de pro-
y virtudes, somos muy parecidos a nuestros antecesores. "El fundización teológica y teologal. En la renovación he respetado
hombre moderno tiene más de hombre que de moderno" esos vínculos de propiedad, de servicio y de amistad. Ha sido
(K. Rahner). posible hacerlo sin sacrificar nada. Cumple la función mista-
gógica y sigue siendo un verdadero "tratado de teología espi-
— Teología y mistagogía. Desde hace siglos, la espiritua- ritual", libro de texto y manual de estudio.
lidad se debate entre los grandes cursos de teología especu-
lativa y los libros de devoción que marcan las prácticas espi- En muchos temas y enfoques, Caminos es libro nuevo. Va
rituales de cada día. En ambos sectores se están produciendo a cumplir veinticinco años, no solamente de existencia, sino
cambios en busca de la unidad. No bastan ni satisfacen doc- de participación atenta y activa en la experiencia extraordinaria
trinas o sólo prácticas. Además de explicar, la espiritualidad que representan estos años fuertes de posconcilio y de paso
tiene encomendada la tarea de revitalizar y transformar. Difícil a "nueva era". Se han introducido retoques en esquemas, con-
equilibrio, que cada época y cada sector de la iglesia cumple tenido y forma, novedad constante en el desarrollo de los temas
a su manera y en su medida. Es ya vieja la querella entre teó- vivos e importantes. Actúa con el mismo criterio que luego
logos y espirituales, la distancia entre la iglesia oficial y las aplicaremos al crecimiento de la iglesia y del cristiano: "fi-
expresiones populares de vida y devoción. La espiritualidad delidad coherente y creativa". Amplía y actualiza la bibliogra-
reciente, tras haber consolidado su categoría teológica, se fía. Añade una novedad, o más bien refuerza, un procedimiento
muestra preocupada por desarrollar sus funciones en línea de presente ya en ediciones anteriores. He dado cabida, en el texto
mistagogía y pastoral. "Mistagogía": convierte la información o en nota, a mayor número de citas, transcribiendo con cierta
teológica y catequética en asimilación viva y personal del mis- amplitud palabras de otros autores, que me parecen acertadas
terio por un proceso gradual y continuo de crecimiento. "Pas- y densas, para aclarar nociones e ideas, para reflexión personal
toral" de la espiritualidad en sentido fuerte, es decir, una espi- y para confrontación en grupo y tareas pastorales.
ritualidad que alcance y alimente efectivamente al pueblo cris- Es obra de todos. Conocemos la teología por la revelación
tiano, que en su inmensa mayoría vive la espiritualidad popular. y por los libros. De la vida de gracia sabemos lo nuestro y
— Integrador, más que polémico. Norma básica de toda lo que otros nos confían; es decir, conocemos por experiencia
renovación eclesial es hoy la "inclusividad". Consiste en pre- y por confidencia. La experiencia personal es don del Espíritu.
sentar proyectos y valores en los que puedan identificarse y La confidencia espiritual es el don más delicado que nos hacen
colaborar el mayor número posible de personas y tendencias: las personas. Sin querer, junto a la teología recogerá el libro
incluir es incorporar por atracción y convencimiento, no por la esencia de santidades vivientes, logradas o en vías de rea-
presiones y amenazas. Hay en espiritualidad espacios inmensos lización, que han impresionado al autor.
PRESENTACIÓN 13
12 PRESENTACIÓN

de eso; y váseles más en esto el tiempo que en obrar la mor-


El lector es protagonista y responsable de la lectura y rea- tificación y perfección de la pobreza interior de espíritu que
lización. Cuenta con la ayuda del Espíritu y con diferentes deben" (san Juan de la Cruz).
mediaciones. Pero nadie le reemplaza en esa tarea decisiva
y personalísima que es: vivir, comprender, realizar su vocación En definitiva, es la perspectiva y sensibilidad mistagógica
en plena historia. Cada uno decidirá sus objetivos y consiguien- la que da el último toque de brillo y eficacia a la teología
tes maneras de utilizar el libro: estudio, reflexión personal, lec- espiritual. No se trata de añadir aplicaciones prácticas, sino
tura formativa, ayuda pastoral. Tiene libertad y autoridad para de conocer el misterio revelado en sus propias dimensiones
completar o modificar esquemas, incorporar nuevas experien- de vida y de verdad.
cias y reflexiones. La utilidad del libro no está solamente en
lo que dice y explica, sino en lo que sugiere y provoca. La Federico Ruiz SALVADOR
lectura de una síntesis de espiritualidad sirve también para "Teresianum"
ensanchar el horizonte vital y ponernos en contacto con temas
Roma
que nos resultan menos familiares. Es necesario ir más allá
de los intereses de la propia vida, para comprender y valorar,
compartir y ayudar. En este sentido, la información abierta
y variada es hoy artículo de primera necesidad en la vida de
la iglesia. De lo contrario, nos convertimos en islotes de mutua
ignorancia, indiferencia o agresividad, cada uno satisfecho con
el libro de su parroquia y la espiritualidad de su aldea.
Al lector corresponde también la tarea decisiva: el encuen-
tro con la vida misma, en forma activa y pasiva, gozosa y dolo-
rosa. Ningún libro teológico o espiritual fabrica o infunde ora-
ción, santidad, cruz, fidelidad, pasión de iglesia, entrega sacri-
ficada. En cátedras y bibliotecas hay mucha ciencia encerrada
y enterrada, que espera encarnarse en personas y obras, para
volver a ser vida fecunda del Espíritu y sabiduría en la iglesia.
Los "caminos" que figuran en el título responden al con-
tenido real de la obra y al modo en que ésta ha crecido: en
camino, observando, aprendiendo, enseñando. De la vida ha
nacido este libro, para la vida está hecho y por ella invita a
caminar. Lo hace con palabras autorizadas de maestros santos
y originales que llegaron hasta el final:
"¿Dónde encontraremos esta práctica? Ciertamente la
vemos en los libros, mas no en las personas. Sólo en el Justo
hallamos que la ley de Dios está en su corazón, no en su libro"
(san Bernardo).
"He lástima a los que comienzan con solos libros; que es
cosa extraña cuan diferentemente se entiende de lo que des-
pués de experimentado se ve" (santa Teresa de Jesús).
"Muchos no se acaban de hartar de oír consejos y aprender
preceptos espirituales y tener y leer muchos libros que traten
1

TEOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD

El acercamiento espiritual al misterio cristiano se lleva a |


cabo en dos formas complementarias: iniciación a la vida espi-
ritual, como gracia y experiencia; introducción a la teología
espiritual, que es sabiduría y reflexión de fe en torno a esa
misma realidad. La dialéctica existente entre vida y teología
se deja sentir tanto en la experiencia misma como en las cien-
cias que la estudian. En primer lugar se coloca la revelación, \
gracia y vida: amor gratuito, alianza y reciprocidad, redención
en Cristo y comunidad de fe, obra del Espíritu y salvación his-
tórica, en largo proceso de transformación. En torno a ese\
núcleo se organiza la reflexión de fe, discurso intelectual con
rigor sistemático y método apropiado. La teología espiritual
es disciplina reciente, rica de contenidos y fluctuante en temá-
tica y estructura.
Este primer capítulo tiene carácter introductorio, y respon-
de a la doble finalidad señalada: iniciación e introducción.
Ambas perspectivas influyen en todos los temas aquí tratados,
si bien predomina una u otra en los diferentes aspectos. Pre-
domina la orientación vital en algunos: alianza, vida y expe-
riencia, fuentes vivas, mistagogía y pastoral. Otros, en cambio,
presentan carácter más técnico de teología espiritual: termi-
nología, definición, disciplina teológica, temática y estructura,
recursos para el estudio.
A la mayoría de los lectores les será de provecho hacer
una lectura general de todo el capítulo, aun cuando luego esco-
ja, para utilidad inmediata, aquellos aspectos o temas que más
directamente se refieran a su propósito. El esfuerzo inicial
requerido para familiarizarse con las nociones técnicas queda
16 TEOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD
1. ALIANZA Y EXPERIENCIA 17
compensado por las ventajas que ofrece para la comprensión
figurar en primer término. Nos encontramos en la fuente mis-
y aplicación de los temas siguientes: ma de la teología espiritual, que en este caso se presenta como
1. Alianza y experiencia. la forma original y primitiva de la teología cristiana en general.
2. Teología Espiritual: definición, disciplina teológica.
3. Fuentes vivas y documentales. "No se puede decir cuál de las dos, desde el punto de vista
4. Espiritualidad mistagógica y pastoral. bíblico, ocupa en el horizonte el primer lugar: si lo que más
5. Estudio y enseñanza de la Teología espiritual. tarde se llamó 'teología', o lo que más tarde aún recibió el
6. Medios y ayudas para el estudio. hombre de 'espiritualidad'. Lo más original, lo que se afirma
invariablemente desde los principios de la historia de Israel
hasta los últimos escritos del Nuevo Testamento es el doble
compromiso de fidelidad: de Dios para con el hombre y del
1. Alianza y experiencia hombre para con Dios, que llamamos alianza, y que descansa
en la iniciativa unilateral de Dios formulada en el llamamiento
La S. Escritura es fuente primordial en el sentido real y y la promesa dirigidos a Abrahán (con la aceptación inmediata
originante de gracia, vida, experiencia y reflexión. En el e incondicional por parte de éste). Histórica y sociológicamente
desarrollo religioso e histórico de la revelación se observan será todo lo problemática que se quiera la categoría de 'alian-
destacados los mismos componentes que vive y estudia la espi- za'; no obstante, dice claramente lo esencial, que es lo que
ritualidad: iniciativa divina, alianza de amor, mediación de aquí nos importa: unión, comunicación mutua y posibilidad de
palabras y hechos de historia, actualización constante en la relación viva en la interioridad original, intercambio de cono-
vida y experiencia de la iglesia y del creyente. De esa gracia cimiento, de fidelidad y de amor" 2 .
y experiencia han vivido espiritualmente los creyentes del Anti-
guo y del Nuevo Testamento; y de ella, no de su recuerdo Está justificado el título: alianza y experiencia. Lo podemos
o imitación, vivimos hoy '. comprobar en un breve recorrido histórico, señalando cuatro
Colocamos la Fuente bíblica destacada y en primer lugar. fases primordiales de la alianza y experiencia: AT, NT, comu-
Los estudios bíblicos apenas citados afirman como predomi- nidad eclesial, creyente individual. Cada una de estas etapas
nante en la revelación el carácter de alianza, comunión, expe- va marcando y enriqueciendo la alianza. En cada etapa se van
riencia comunitaria. Ahí inicia y tiene sus raíces la espiritua- acumulando luces y experiencias; de manera que hoy nos bene-
lidad. En el interior de la revelación divina nace y se desarrolla ficiamos del recorrido anterior y aportamos lo nuestro.
con todos sus componentes más característicos: fe y comunión
personal, experiencia y asimilación, crecimiento, proceso inte-
rior e histórico, etc. Alianza y experiencia son el alma de la Alianza del Antiguo y Nuevo Testamento
revelación, y también de la teología espiritual. Por eso, deben
La comunión de Dios con los hombres tiene lugar en el
1
Sobre la S. Escritura en espiritualidad, cf. S. CASTRO, Vivir y experimentar dinamismo y la estabilidad de una alianza. Pacto o alianza es
la palabra de Dios, RevEspir, 43 (1984), 549-570; J. D. GAITÁN, Palabra de originariamente una categoría social, que el A T ha convertido
Dios y Espiritualidad, Comunidades, 14 (1986), Fichero de materias, 1-19-
L. BOUYER, Introduction á la vie spirituelle, París, 1960, pp. 27-57; A. VAN
en categoría religiosa teologal. Unifica, con sentido de comu-
KAAM, In search of spiritual identity, Denville, 1975, pp. 82-107; B. CALATI nión y fidelidad, los varios elementos que integran la historia
"Palabra de Dios", en NDE, Madrid, 1991, pp. 1467-1484; B. MAGGIONI, "Ex- de salvación: creación, historia, elección, ley, sacrificio; todo
periencia espiritual en la Biblia", en NDE, pp. 689-748; AA. VV., Espiri- ello en dimensión individual y colectiva, histórica y cósmica.
tualidad del Antiguo Testamento, Salamanca, 1994; A. DALBESIO, Quello che
abbiamo udito e veduto. L'esperienza cristiana nella prima lettera di Giovanni 2
H. U. VON BALTHASAR, Theologie und Spiritualitát, Gregorianum, 50
Bologna, 1990.
(1969), 571. Resumido en Selecciones de Teología, 13 (1974), 136-143.
18 TEOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD 1. ALIANZA Y EXPERIENCIA 19

Jesús la asume y transforma, presentándose él mismo como 34,14). Por parte del pueblo, la alianza incluye todo: conciencia
centro, mediador, ley y sacrificio. de vocación, de ser pueblo escogido, compromiso de servicio ,
1. Antiguo Testamento. Condensa una larga historia de en el culto y en la existencia social, y ante todo santidad y
relaciones entre Dios y el hombre, y anticipa un futuro de amar a Dios con todo el corazón, pues sólo Yahvé es nuestro ,
comunión aún más plena. "Una categoría privilegiada del AT Dios (Dt 6,4-5).
es la de la alianza entre Dios y el hombre. Digamos que no A la luz de la alianza, hechos y palabras de la revelación
es única ni unívoca... La historia y la reflexión del AT están cobran nuevo sentido. La palabra-hecho tiene significado y
resumidas en el concepto de relación personal y salvífica de valor de comunión. No es solamente palabra dicha o escrita,
Dios vivo con el hombre. Es una relación histórica, por la cual sino palabra dirigida y ¿a Ja a personas concretas, con intención 1
Dios entra profundamente en las vicisitudes históricas huma- explícita de establecer relaciones de amistad. Dios habla al II
nas. La encarnación de Cristo será prolongación y superación, hombre y con el hombre, en lenguaje humano y comprensible
es decir, actuación perfecta e imprevista de esta línea dinámica. para poder dialogar. Con anterioridad a sus contenidos doc-
Al mismo tiempo es encuentro con todo hombre, insertado trinales, la palabra de Dios al hombre quiere decir que se inte-
en la comunidad humana y en conexión con el cosmos. Tiene resa por su creatura, salta las distancias y crea relaciones de
por tanto carácter individual-colectivo-cósmico" 3. amor y fidelidad.
La alianza hecha unilateralmente con Noé (Gen 9,8.17) Analizando esa palabra o relación de Dios, advertimos
recibe nuevo vigor y perfil en la historia de Abraham (Gn algunas modalidades dominantes. Es palabra: a) revelatoria:
15,7-18; 17,1-13). Pero es la Alianza del Sinaí (Ex 19-24) la manifiesta su vida y su ser, su Nombre, sus designios; b) diri-
que ha marcado la conciencia israelita y cristiana. Tiene carác- gida, no simplemente dicha; habla a Abraham, Moisés, los pro-
ter gratuito y al mismo tiempo de fidelidad libre y compro- fetas; c) de amistad, dialogante, asegurando amor y ayuda;
metida. Los varios ingredientes siguen orden jerárquico y peda- d) eficaz y operante en hechos y milagros de servicio, apoyo;
gógico: a) Toma de conciencia: habéis visto lo que he hecho e) comprobable, intencionadamente perceptible: Has visto lo
con vosotros; es garantía e invitación a la confianza, b) Ahora, que he hecho; f) omnipotente y creadora de la historia y de
si guardáis mis mandamientos, seréis propiedad y pueblo mío. la naturaleza; profética, exigente, interpeladora y respetuosa
c) Responde el pueblo: Aceptamos el ofrecimiento y nos de la libertad humana. .
comprometemos a cumplir todo lo que nos ha dicho Yahvé. Esta realización inmediata, ya de por sí grandiosa, preanun- \ I
d) El sacrificio conclusivo sella el pacto libremente asumido cia otra más personal, más firme y universal (Jer 31,31; Ez '
por ambas partes. 36,25-28).
Esquema sencillo y dinámico, anclado en la fidelidad divina, 2. Nueva Alianza en Jesucristo. Los rasgos que acabamos |
i que hace de eje y motor a toda la historia de salvación: historia de ver se mantienen y transforman en la alianza del NT, plena
i | social y religiosa, destierros y restauraciones, vida y muerte, y definitiva (Hbr 8,6-7). Jesucristo, en su persona, vida y obra, ¡j-
í I culto y cultura. Por parte de Dios, destacan algunos rasgos: elec- de Dios-hombre, personifica todos sus elementos y funciones: y
¡/ ción libre y gratuita, fidelidad inquebrantable, demostración palabra de Dios, elección de un pueblo, fidelidad, el manda-¡
i de la misma con hechos cotidianos y portentos, don total y miento del amor, la ley, el sacrificio4.
propiedad exclusiva: "No te postrarás ante ningún otro dios, Confirma y recrea la antigua alianza con una serie de cam-
pues Yahvé Celoso es su Nombre: es un Dios celoso" (Ex bios en línea de mayor cercanía y comunión: Dios es mi Padre
3 4
F. FESTORAZZI, "Antico Testamento", en Dizionario di Teología, Roma, S. LYONNET-I. DÉLA POTERIE, La vida según el Espíritu, Salamanca, 1967;
1979. Cf. M. GARCÍA CORDERO, Teología de la Biblia, I, Antiguo Testamento, O. GARCÍA DE T.A FUENTR, El cumplimiento de la Ley en la nueva alianza según
Madrid, 1970, pp. 135-176; B. LATOURELLE, Teología de la Revelación, Sala- los profetas: Estudios Bíblicos, 28 (1969), 293-311; O. SALET, La loi dans nos
manca, 1993. coeurs: Nouv. Rev. Théol., 89 (1957), 449-472; J. GUILLET, "El sacrificio de
20 TEOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD 1. ALIANZA Y EXPERIENCIA 21

y vuestro Padre, la palabra y el rostro de Dios es el Verbo ella implica la acción y la reacción del pueblo elegido por
de Dios encarnado visible y audible, el sacrificio de Cristo en Dios... La revelación no se realiza plenamente sino cuando
la cruz, el don del Espíritu y la ley condensada en el man- se interioriza en la conciencia humana" 5.
damiento del amor en el Espíritu. La alianza se hace firme Hoy nos beneficiamos de los veinte siglos de historia. Un
e irrevocable, que cumple y supera todas las esperanzas (2Cor texto conciliar denso recoge los ideales y procesos de la teo-
2,20). logía espiritual. Lo citamos para facilitar la lectura repetida
El sacrificio queda transformado por el mismo carácter per- y atenta reflexión.
sonal y comunional de la nueva Alianza. Es su carne y sangre,
su vida y muerte, su resurrección. Idéntica transformación sufre "Lo que los Apóstoles transmitieron comprende todo lo
la ley, al compendiar en el amor de Dios y del prójimo todas necesario para una vida santa y para una fe creciente del pueblo
las antiguas leyes y los profetas. Dios Padre mira al corazón, de Dios; así la Iglesia con su enseñanza, su vida, su culto, con-
a la oración sencilla y sincera, al óbolo de amor, más que a serva y transmite a todas las edades lo que es y lo que cree.
la oración espectacular, a la limosna o el ayuno de cara al Esta Tradición apostólica va creciendo en la Iglesia con la ayu-
público. Amor personal de don y respuesta, que es el Espíritu da del Espíritu Santo; es decir, crece la comprensión de las
Santo mismo. El Reino de Dios es el nuevo pueblo de la alian- palabras e instituciones transmitidas, cuando los fieles las con-
za: elegido, purificado, divinizado por la encarnación, muerte templan y estudian repasándolas en su corazón (Le 2,19.51),
y resurrección de Cristo; en primer término, la iglesia; y con cuando comprenden internamente los misterios que experi-
mentan, cuando las proclaman los obispos, sucesores de los
ella la humanidad entera. Apóstoles en el carisma de la verdad, la Iglesia camina a través
de los siglos hacia la plenitud de la verdad, hasta que se cum-
plan plenamente las palabras de Dios. Las palabras de los san-
Experiencia de la iglesia tos Padres atestiguan la presencia viva de esta Tradición, cuyas
riquezas van pasando a la práctica y a la vida de la Iglesia
Por su mismo carácter de comunión y alianza, la obra divina que cree y ora... Así Dios, que habló en otros tiempos, sigue
no termina en su propia acción, sino que crea personas libres conversando siempre con la Esposa de su Hijo amado. Así el
a quienes y con quienes comunicarse, provoca la libre acogida Espíritu Santo, por quien la voz viva del Evangelio resuena
y colaboración de parte del hombre. El Espíritu Santo suscita en la Iglesia, y por ella en el mundo entero, va introduciendo
y anima la comunidad cristiana con experiencia del misterio, a los fieles en la verdad plena y hace que habite en ellos inten-
toma de conciencia, crecimiento, realizaciones. Todo ello entra samente la palabra de Cristo" (DV 8).
a formar parte de la revelación. La experiencia de los Apóstoles
y de la comunidad primitiva ha entrado a formar parte de los Es un tercer paso en la historia viva de la alianza. Jesucristo
libros revelados. Porque no es sólo la historia de los creyentes la encomienda a la fe y la vida de sus Apóstoles, que no se
primitivos, sino la acción de Dios manifestada en la vida de limitan a registrar verbalmente sus enseñanzas, sino que las
una comunidad y de las personas. "La reacción del pueblo de acogen en fe y amor, las meditan y las viven, las interpretan,
Dios, la reacción e interpelación de los profetas, de los após- iniciando así el camino de la tradición evangélica y eclesial.
toles, de la comunidad cristiana primitiva, ante la intervención > Palabras-vida-experiencia que conservan y acrecientan su fuer-
de Dios a lo largo de la historia... entra en la intención de za de origen, en constante inmediatez comunicativa de Dios
Dios de revelarse y comunicarse a la humanidad... La reve- a cada época y persona a todo lo largo de la historia. Nuestro
lación de Dios no es sólo una palabra que viene de lo alto; acercamiento actual al misterio de Dios vivo y revelado en
5
la Nueva Alianza", en AA. VV., Cristología integral para un mundo en desarro- E. YAÑES, "Caracteres de la comunicación del misterio cristiano", en
llo, México, 1977, pp. 31-49. "AA. VV., Expresión y comunicación del mensaje, Salamanca, 1975, pp. 5K-59.
22 TEOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD 1. ALIANZA Y EXPERIENCIA ' 23

Cristo está mediado y enriquecido por la historia y la expe- go y en ancho; en actitud permanente de fiel escucha, observa
riencia de la iglesia6. e interpreta los hechos como manifestación de la voluntad de
En la iglesia, las mediaciones de comunión entre Dios y Dios para ella: el ángel, los pastores, los magos, Simeón, los
el hombre adquieren su máximo sentido y eficacia: lectura de hechos de Jesús mismo y de los hombres frente a Jesús; todo
la palabra revelada, sacramentos, mediaciones humanas. Son tenía para ella significado y exigencias. Por eso, conservaba
complementarias, comunican la gracia y despiertan en el hom- y repasaba estas cosas en su corazón (Le 2,19.51).
bre conciencia de gratuidad y respuesta de fe, amor, esperanza, Escuchar y cumplir, poner en práctica la palabra de Dios
en todo su ser y existencia. Sacados del contexto de comunidad indican la participación plena del creyente con su vida íntima
de fe, esos mismos hechos perderían el contacto con nosotros, y su existencia histórica. Incluye comunión y don de la vida.
y quedarían en historia interesante o en información doctrinal. Va mucho más allá de lo que en el lenguaje corriente se entien-
de hoy por "practicar" y practicantes: sumisión a normas ecle-
siásticas o a costumbres piadosas. La praxis forma parte de
Vida y experiencia del cristiano la verdad revelada, y desvela aspectos del misterio que inútil-
mente intentaremos descubrir por sola exégesis o deducción
La palabra de Dios es don y exigencia, sigue su trayectoria intelectual. El que ama cumplirá mis mandamientos. El poner
en busca de la persona creyente, hasta convertirse en vida y en práctica, cumplir, observar, forma parte esencial de la alian-
existencia redimida, experiencia y transformación. Jesucristo za en el AT; y es también expresión característica de la comu-
es el primero en el sí a la voluntad de su Padre (Le 22,42), nión que se establece con Dios y con Jesús en el Nuevo Tes-
y ha llevado a las últimas consecuencias el don de la vida entera tamento 7.
(Filip. 2.1-11,5). En su labios es constante la confesión: cumplir La acogida y la respuesta del creyente es también don y
la voluntad, la misión, la obra de su Padre. obra del poder divino. Entonces es cuando la palabra de Dios
El "fíat" de María es acogida y respuesta a la palabra de llega a cumplimiento y despliega sus virtualidades. Cuanto más
Dios, entregando toda su persona a la encarnación del Verbo el hombre actúa, mejor se revela el poder divino. La carta
(Le 1,38). Este compromiso envuelve toda su existencia en lar- a los Hebreos, narrando las gestas de grandes personajes del
AT, atribuye éstas indistintamente a su fe y a la fuerza de
6
Así comenta B. CALATI el texto conciliar: "Nos encontramos con otra la palabra divina que les hizo capaces de estos heroísmos (Hbr
expresión sumamente vital en relación con la palabra, acontecimiento de sal- 11,5).
vación en la Iglesia, que supera toda dimensión conceptual, metafísica y jurí-
dica, pero que sólo puede ser percibida y expresada por la más pura tradición En este mismo sentido fuerte entiende Jesús el cumplimien-
profética y mística... El texto de la DV continúa en clave de experiencia vital. to que exige de sus seguidores. A veces lo hace en forma posi-
La experiencia espiritual de la comunidad de creyentes, que está en la base tiva: bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la
de la tradición viva de la Iglesia, apela a su vez a ese momento privilegiado ponen en práctica (Le 11,5,28). Otras veces lo hace en forma
que es la experiencia de los padres, garantía de la continuidad de la presencia
del Espíritu en la Iglesia... Digamos enseguida que el salto cualitativamente negativa: de poco sirve rezar ¡Señor, Señor!, si no se cumple
nuevo de la eclesiología madurada a la luz de la Dei Verbum se da en este la voluntad del Padre (Mt 7,13-28); entrar por la senda estre-
punto. Hay que remontarse a la eclesiología de los grandes padres para encon- cha, discernir a los profetas por los frutos de sus obras, cons-
trar esta afirmación valiente sobre la experiencia espiritual de los diversos truir sobre la roca viva. Todo esto significa asumir la palabra
miembros del pueblo de Dios como coeficientes de la 'tradición de la Iglesia',
junto con el carisma de la sucesión apostólica en el episcopado... Es un hecho divina en el corazón, en vida y ocupaciones, llevándola hasta
que la experiencia espiritual la ha presentado siempre la eclesiología post- las últimas consecuencias (Sant 1,19-25; 2,14ss; Jn 13,17). En
patrística con cierto sentido de desconfianza y de ansiedad, confinada todo amor, libertad y responsabilidad, como advierte la parábola
lo más a un esquematismo ascético-místico, pero sin repercusión eclesial algu-
na." B. CALATI, "Palabra de Dios", en Nuevo Diccionario de Espiritualidad, 7
Cf. A. M. BESNARD, La foi a aussi ses profondeurs: VieSpir, 118 (1968),
Madrid, 1991, pp. 1470-1471. 161-179; id., II faut repondré: VieSpir, 129 (1975), 348-363.
24 TEOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD 1. ALIANZA Y EXPERIENCIA 25

del sembrador (Mt 13). Toda exigencia, hasta la más grave, periencia espiritual. Para apreciar su alcance, basta formular
forma parte de la comunión de amor: "Si guardáis mis pre- algunos de sus rasgos. Las citas textuales son del estudio de
ceptos, permaneceréis en mi amor, como yo guardé los pre- T. Alvarez9.
ceptos de mi Padre y permanezco en su amor" (Jn 15,10).
a) Experiencia significa realidad comunicada y personal-
mente acogida; el misterio vivido, más que la "vivencia del mis-
Experiencia y teología espiritual terio". La diferencia es clara. Prevalece la realidad misma, el
contenido de fe que se comunica y a través de la asimilación
produce la conciencia de encuentro personal. Comunicación
La revelación y alianza, fuente primigenia, toma forma de
de Dios y acogida vital de la persona en fe, amor, esperanza,
comunión personal y experiencia, fuente derivada y elemento
como arraigamiento y potenciamiento de la gracia y de la vida.
decisivo para la afirmación de la teología espiritual. Existen
No es la propia experiencia de Dios lo que el creyente adora,
diferentes maneras de caracterizar la teología espiritual, pero
sino a Dios vivo y verdadero, que se le comunica en el ser
todas ellas pasan por el mismo centro referencial: la vida y
y en la conciencia personalizada. No es por tanto fervor ciego,
la experiencia. Existe hoy convergencia entre los autores, en
o simple sentimiento religioso, devociones. Experiencia espi-
caracterizar la espiritualidad, ciencia y vida, a partir de la expe-
ritual es la participación total y consciente de la persona, cono-
riencia, que adquiere derechos de ciudadanía en este campo.
cimiento-afecto-acción, en esa comunión de vida en que Dios
Semejante reconocimiento se hace comprensible, si tenemos
se da como inmanente y trascendente.
en cuenta lo dicho en el apartado anterior sobre "alianza y
experiencia": Biblia, liturgia, magisterio. El Concilio Vatica- b) Podemos describir de algún modo esa experiencia: "Pa-
no II la revaloriza y dignifica integrando de lleno la experiencia ra el teólogo —especialmente desde la teología espiritual y
de fe en el contexto de la revelación, de la tradición y del la mística— experiencia es algo que implica a la par vivir y }l
magisterio oficial de la iglesia: cf. DV 7. Como fuente de cono- saber. Un saber (conocimiento) afín al experimento (conoci-
cimiento y de crecimiento, figura en el texto la experiencia miento empírico) y contrapuesto a la abstracción (conocimien-
íntima de las realidades de la revelación; al lado del magisterio to teórico, racional), enraizado directamente en la vida misma
y de la reflexión teológica, en el medio, iluminando a ambos. del sujeto... Tal forma de conocer puede caracterizarse por
Es un texto denso de contenido teológico y espiritual, que ha dos notas: inmediatez y vivencia. En la experiencia hay un saber
sido objeto de múltiples comentarios8. que brota del encuentro con ía realidad, por contacto o pre-
Se hace necesario anteponer una breve noción de "expe- sencia y comunicación con ella. Y ese saber ha tenido que
riencia cristiana", como base del discurso espiritual. La expe- resultar de un hecho que se haya inscrito en la vida antes de
riencia espiritual es categoría teológica, que implica cambios traducirse en producto mental como noción o convicción o
de valoración e interpretación de la vida cristiana y de la ex- toma de conciencia. Pero también esta última es necesaria.
Sin toma de conciencia no habría saber ni experiencia" 10.
8
Se produce en pocos años un cambio sorprendente de mentalidad y 9
lenguaje. Las carencias vienen de lejos. El cisma de Cerulario (s. xi) tiene Para la valoración teológica y espiritual de la experiencia cristiana, cf.
lugar justamente en vísperas de configurarse la teología occidental y las ins- Tomás ALVAREZ, Experiencia cristiana y Teología Espiritual: Seminarium, 26
tituciones de la iglesia; por lo que éstas se ven privadas de la savia dogmática (1974), 94-110; J. MOUROUX, L'expérience chrétienne, Paris, 1954; E. G. Bozzo,
y espiritual de Oriente. El muro de prevención y distancia frente a la expe- Theology and religious experience: Teological Studies, 31 (1970), 415-436;
riencia espiritual ha encontrado nuevos motivos y pretextos de afianzamiento: M. D. CHENU, L'expérience chrétiennepoint de départ de la théologie: Spiritus,
los protestantes en el siglo xvi, los místicos en el xvn y siguientes, el moder- 13 (1972), 131-141; D. ISABELL, Where sould a Theology of the spiritual Ufe
nismo al comienzo del s. xx, la teología nueva, la "kerigmática", a mediados begin?: Review for Religious, 32 (1973), 1030-1037.
de este siglo, patentizan la dificultad de asimilación. Nada hacía presagiar 10
T. ALVAREZ, Experiencia cristiana y Teología Espiritual: Seminarium,
la presente exaltación, tal vez un poco indiscriminada y obsesiva. 14 (1974), 100-101.
26 TEOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD 2. TEOLOGÍA ESPIRITUAL 27

c) Saber cumulativo: en la historia de una misma persona; f) Los santos y los místicos gozan de una credibilidad
y también en la historia de la vida y en la historia de la teología especial. Está la santidad reconocida por la iglesia: la vida y
cristiana. "Para el teólogo —especialmente desde la teología experiencia de los santos y la reflexión sobre la misma son
espiritual y la mística— experiencia es algo... El cristiano, y fuente de reflexión teológica en espiritualidad. En el ámbito
el teólogo en nuestro caso, no encuentra solamente una noción de la experiencia cristiana, con rasgos peculiares de inmediatez,
de experiencia espiritual, sino una tradición viva, un volumen se encuentra la experiencia y el consiguiente testimonio de los
ingente de experiencia cristiana, vivida y decantada durante místicos. "En el testimonio de los místicos prevalece el valor
veinte siglos. Abarca a todo el ámbito del ser cristiano: Cristo, de su contenido. El místico, gracias a su típica experiencia,
iglesia, oración, cruz, pecado, humanismo, ascetismo, inserción tiene el privilegio de entrar en contacto con las realidades que
y evasión, misión y servicio, santidad, etc. La iglesia tiene hoy constituyen lo más específico de la vida cristiana; las que, de
una conciencia y comprensión de sí misma que no poseía en hecho, hacen 'cristiana' la vida espiritual: Cristo presente en
vida de los Apóstoles. "De todo ello resulta una forma de saber el creyente, la iglesia en que éste tiene vida, la Trinidad mis-
imprescindible a la iglesia e ineludible al teólogo." terio fontal y final, la propia persona (alma y cuerpo) templo
d) La experiencia es medio cualificado y eficaz de vivir del Espíritu; la gracia como hecho salvífico concreto, la diná-
el presente, no solamente de acumular y conservar pasado. mica cristiana del amor fraterno y de las virtudes evangélicas"
Y es también método de conocimiento que implica la parti- (ib.).
cipación del creyente con toda su persona. Entra con toda natu- El tema de la experiencia cristiana, espiritual, mística, ha
ralidad y plenos derechos en el campo de ía teología espiritual. jugado un papel de primer orden en las discusiones sobre la
Forma parte de la comunión de vida, como fuente y como naturaleza, las fuentes y el método, de la teología espiritual,
fruto. Forma parte del discurso espiritual, fecundado y fecun- durante la primera mitad de este siglo. Teología y experiencia,
dante de experiencia. La experiencia cristiana es inherente a método inductivo o deductivo. La realidad no es más unitaria
la vida de fe de la iglesia. En ella se refleja la encarnación que las posiciones de escuela. Muchos de los místicos nos han
de la gracia de Dios, y no solamente la propia historia o la dejado no solamente experiencias, sino elementos de clasifi-
propia conciencia humana. "Un saber, por tanto, que brota cación, confrontación, valoración teológica. Y en el caso de
de lo vivido y que se refleja o se revierte directamente sobre los mejores, una verdadera teología de la experiencia cristiana,
la vida; que presupone vivencias ricas de mensaje y, de vuelta, espiritual y mística.
las proyecta en densidad y agudeza de visión sobre las cosas
y los valores contenidos en el propio espacio vital" (ib.
pp. 100-101).
e) Pasando ahora de las nociones a la realidad, encon- 2. Teología espiritual
tramos varios niveles o formas de experiencia cristiana cua-
lificada: experiencia cristiana, experiencia de la santidad emi- Revelación bíblica y experiencia cristiana llevan de la mano
nente, experiencia mística. Para modelos y citas documentadas, hacia una forma de vida y reflexión que denominamos espi-
la teología espiritual recurre a santos y místicos. En cambio, ritualidad y teología espiritual. Esta recoge todos esos elemen-
como fuente de orientación y contenidos inmediatos, se guía tos y prolonga fielmente sus dinamismos. Lo hace primordial-
más por la experiencia cristiana sencilla y en vías de realización. mente en actitud de viva participación. A continuación lo expli-
En los tres planos se encuentra la "experiencia cualificada" ca y aplica con los medios que ponen a su disposición la fe
de que hablaremos en la definición, que indica autenticidad y la cultura. La teología espiritual es unidad nueva, compacta
discernida, no expresiones de especial refinamiento u origi- y estructurada, no simple yuxtaposición de teología y vida espi-
nalidad. ritual.
28 TEOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD 2. TEOLOGÍA ESPIRITUAL 29

Esta nueva forma de teología integrada y peculiar implica a) Perfección, santidad, devoción. Perfección y santidad son tér-
un avance, y obliga a precisar y describir su naturaleza y fun- minos familiares y temas fundamentales en el campo de la espiri-
tualidad. De ellos se hablará ampliamente en su contexto. Denotan
ciones. Lo iremos haciendo en pasos sucesivos: definición, dife-
madurez y plenitud, con diferentes matices. Figuran en la definición
renciación, fuentes, funciones, temática, etc. Conviene separar y en el título de libros de espiritualidad y de teología espiritual. Teo-
dos aspectos que frecuentemente se mezclan: a) caracterización logía de la perfección cristiana, santidad cristiana, etc. También devo-
de la espiritualidad cristiana en su propio ser y en sus fun- ción y piedad son frecuente y expresan actitudes cristianas de calidad
ciones; b) diferenciación frente a otras ramas o disciplinas teo- teologal. La "vida devota" no es mero sentimiento devocional, sino
lógicas. En realidad, son dos funciones complementarias. Las que abarca toda la existencia con sus experiencias humanas y reli-
trataremos separadamente, empezando por la caracterización, giosas vividas en relación con Dios.
que tiene mayor relieve. b) Ascética y mística. Dos palabras, asociadas y contrastantes,
que denominan y configuran el estudio y la pedagogía de la espi-
ritualidad cristiana en los últimos siglos. Se reparten el campo de
Nombres e ideas la espiritualidad. "Dos aspectos": mística incluye gracia y acción cre-
ciente del Espíritu; ascética es disposición y esfuerzo por parte del
La realidad misteriosa de gracia-vida-experiencia que encontra- hombre. "Dos etapas" sucesivas de creciente calidad: ascética es el
mos en la Biblia y en la historia evoluciona en múltiples formas de esfuerzo y purificación, mística para los estadios más elevados, donde
realización, cultura y lenguaje. Hoy simplificamos toda esa riqueza predomina la acción y la experiencia del Espíritu Santo. "Dos dis-
con el término genérico de "espiritualidad". Conviene tener presentes ciplinas": cada una con sus temas, medios y métodos apropiados. Apa-
recen frecuentemente contrapuestas. Las grandes síntesis de teología
otras expresiones, antiguas y recientes, que ponen d e relieve dife-
espiritual, a partir del siglo xvn, se denominan: "Cursos de teología
rentes aspectos de la misma realidad y ayudan & una comprensión
mística", "de ascética y mística"; o "de ascética" y "de mística" por
más adecuada de la misma. La terminología define el campo en que
separado. En la primera mitad del siglo xx inicia el uso de "teología
nos movemos y ofrece el instrumento lingüístico necesario para la
espiritual".
exposición. La enumeración de algunos términos más frecuentes es
un primer paso de ambientación en este sector. Tomados aislada- c) Espíritu, espiritual. "Espíritu" es el término que hace de sopor-
mente, ninguna de ellas está libre de insuficiencia y ambigüedad. Se te en el lenguaje espiritual. D e él depende el adjetivo y la consistencia
han ido perfilando, corrigiendo y complementando unas a otras. de la espiritualidad en general. Triple significado: pneumatológico
(el Espíritu Santo, con su presencia y acción transformante), teologal
Interior, espiritual, mística, ascética, etc. Algunos de estos tér-
(cristiano animado y guiado por el Espíritu Santo), antropológico
minos han evolucionado, modificando su significado; otros han sufri-
(facultades humanas superiores, interiores). En las dos primeras acep-
do devaluaciones por aplicación ambigua y marginal. Actualmente
ciones, espiritual se refiere a la totalidad de la persona, incluyendo
se encuentran en período de abierta recuperación, por influjo de
sensibilidad y cuerpo; en la última, se marca la distinción. Son tér-
experiencias, culturas, movimientos, autores. Entre los factores que
minos de uso frecuente en san Pablo, con referencia explícita al Espí-
más influyen en la ampliación e imprecisión del vocablo "espiritua-
ritu Santo, fuente de gracia, dador de vida y carismas. Como deri-
lidad", cuenta emparejamiento con tantos otros términos, experien- vación, hombre espiritual, cristiano que vive en el espíritu de Cristo.
cias e ideas, con los que guarda alguna afinidad: devoción, piedad, Han mantenido vigencia y siguen siendo la expresión más genera-
religiosidad, interioridad, santidad, sensibilidad religiosa, vida inte- lizada y espontánea de toda esta realidad. El sustantivo concreto "es-
rior, vida espiritual, vida ascética, experiencia mística, ascética y mís- píritu" lleva el peso de la orientación; mientras espiritual-espiritua-
tica, sentimiento religioso, recogimiento n . lidad prolongan el significado básico. Al debilitarse el significado
11
pneumatológico paulino, prevalece el sentido antropológico: espíritu,
E. PACHO, Definición de la espiritualidad, respuestas y tratamientos: Bur-
gense, 34 (1993), 281-302. Uso y significado del término espiritual-espiritua-
lidad a lo largo de la historia. C. GARCÍA, Corrientes nuevas de teología espi- y expresiones: ejercicio, ascética, operación secreta y mística de la gracia,
ritual, Madrid, 1971, pp. 60-66; D. LASIC, Theologia christiana perfectidica: espíritu y espiritual, vida interior y sobrenatural, orden y disciplina del alma,
Antonianum, 42 (1967), 190-194. Este último autor cataloga más de un cen- afectividad y devoción, unión con Dios, santidad, servicio, combate, oración,
tenar de libros, de diversas épocas, cuyo título refleja la variedad de imágenes morada, camino, ascensión, escala y grados.
30 TEOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD 2. TEOLOGÍA ESPIRITUAL 31

contrapuesto a alma y cuerpo. Como consecuencia, "lo espiritual" teológica y el estudio sistemático de la vida espiritual cristiana. Cum-
se centra en la piedad y actos interiores, dejando un poco de lado ple función específica y distinta de lo que antes hemos llamado "es-
la sensibilidad, el cuerpo, las ocupaciones de la existencia humana piritualidad, espiritualidades". Estas designan síntesis vitales y con-
y social. Se ha revalorizado la terminología "espiritual" en su doble cretas: experiencias, carismas, corrientes, valores particulares.
sentido: el Espíritu Santo y el espíritu humano animado por él, es
decir, el hombre "espiritual". En esa línea actúa la antropología cris-
tiana integrada 12.
Configuración de la teología espiritual
d) Espiritualidad. A espíritu-espiritual se añade, ya bien entrado
este siglo, el sustantivo abstracto "espiritualidad". Tres modulaciones
estrechamente emparentadas. La forma abstracta "espiritualidad" Sobre esta base de gracia, vida y experiencia, se van deli-
puede indicar tanto la vida como la doctrina, según contexto y pre- neando algunas perspectivas que conducen a la progresiva
ferencia de los diversos autores. 1) Normalmente se sobrentiende caracterización de la teología espiritual. La elaboración con-
"católica", como síntesis de vida y doctrina; también se aplica a sec- ceptual de la teología espiritual aún no llega a la altura de
tores particulares: espiritualidad de la oración, del trabajo, del depor- sus contenidos y de las funciones que esta disciplina ejerce
te, del encuentro, etc. 2) Se da el nombre de "espiritualidad-espi-
ya en la iglesia y en la teología. Señalo a continuación tres
ritualidades" a formas de vida cristiana con acentuaciones particu-
lares. De ellas hablaremos ampliamente en el cap. 15. 3) "Espiri-
líneas complementarias, que intentan configurar la teología
tualidades no católicas"... Por extensión y por afinidad con lo que espiritual desde la revelación y la vida 13.
en la Iglesia católica se denomina "espiritualidad", se aplica el tér- a) Integridad de la Revelación. El razonamiento sigue Ja
mino a las formas de vivir fe y experiencia en otras iglesias, incluso perspectiva del carácter personal, cornunional y vital de la
en otras religiones. Se les aplican términos de la espiritualidad cató-
Revelación, ya destacado al hablar de "alianza y experiencia".
lica, incluso cuando ellos mismos no los utilizan con la misma pro-
fusión: espiritualidad, experiencia, ascética, mística, etc. Espirituali-
Exige atención y estudio de parte de la teología. Así lo hace
dades cristianas no católicas: espiritualidad ortodoxa, evangélica, efectivamente la teología espiritual, con medios sapienciales
anglicana. En estos ambientes se está generalizando esta denomi- e intelectuales. El objeto propiamente dicho es el misterio reve-
nación para denominar su experiencia religiosa y las formas de cultivo. lado, eclesial y dogmático, que presenta luces nuevas de sentido
Espiritualidades no-cristianas. Incluye ámbitos numerosos y variados. y de eficacia, cuando se analiza en su proyección de comunión
Algunas de ellas emparentadas con la cristiana: judía, islámica. Otras personal, de vida y experiencia. Esto se comprueba fácilmente
con fuentes muy lejanas: hindú, budista. Y aplicaciones de carácter analizando concretamente algunos misterios o temas, como la
muy genérico, entre religioso y cultural: espiritualidad asiática, afri- santísima Trinidad, oración, caridad, cruz, etc. Es línea que
cana... sigue R. Moretti en la propuesta citada.
e) Teología espiritual. Teología espiritual designa el estudio sis-
b) Vida cristiana. Se debería decir "lo vivido cristiano"
temático de la vida y doctrina espirituales, en sus estructuras y dina-
mismos fundamentales, con exigencias de método, fuentes, definición,
("il vissuto cristiano", en palabras del autor). Aquí partimos
temas, estructura. La perspectiva teológica implica selección de temas de los hechos, de la vida misma, en cuanto realización del mis-
y estructuración unitaria y sistemática de los mismos. Cumple tareas terio. La vida cristiana encarna y formula prácticamente el
propias y amplias de análisis y de síntesis. No es simple yuxtaposición objeto o contenido de la fe, lo aplica y desarrolla en sus varias
de experiencias de vida. A partir de 1930, es "teología espiritual" potencialidades. La vida de la fe no repite simplemente el "ob-
la categoría prevalente, aunque no exclusiva, para indicar la reflexión jeto" de la fe, sino que además lo sitúa y configura en la vida
12 13
A. GUERRA, Teología espiritual, una ciencia no identificada: RevEspir, AA. VV., Spiritualita. Fisionomía e compitió Roma, 1981. Colabora-
39 (1980), 348-357: "Espiritualidad y Espíritu"; B. SECONDIN, Nozione di spi- ciones fundamentales para nuestro tema: R. MORETTI, "Natura e compito
ritualitá ed alcune recenticollane distoria della spiritualita: Ricerche teologiche, della teología spirituale" (pp. 15-36); G. MOIOLI, "Dimensione esperienziale
1 (1990), 187-205; AA. VV., Vie spirituelle, vie de l'Esprit: VieSpir, 135 (1981), della spiritualita" (pp. 45-62), quien además cita y resume las ideas de Von
643-762. Balthasar.
32 TEOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD 2. TEOLOGÍA ESPIRITUAL " 33

de las personas. Es decir, añade todo el proceso y las moda- Teología espiritual es: la disciplina teológica que estudia sis-
lidades de la apropiación personal. Este proceso forma parte temáticamente, a partir de la revelación y de la experiencia
esencial e íntima de la fe misma, que sólo al ser asimilada cualificada, la asimilación creciente del misterio de Cristo en
se convierte en misterio salvífico. Es legítimo y relevante para la vida del cristiano y de la iglesia, en proceso constante y gra-
la teología estudiar el tema y la historia realizada de la apro- dual hasta la perfección.
piación personal de los contenidos de la fe, en sus estructuras
y condiciones de autenticidad. La teología explora estos dos Teología, estudio sistemático... Es teología, hecha de análisis y
lados del misterio cristiano: revelado-asimilado. De este segun- elaboración de los datos de la fe con las normales exigencias de méto-
do cuida particularmente la teología espiritual: el misterio no do y fuentes con que lo hacen otras ramas ya afirmadas de la teología.
solamente escuchado y aceptado, sino convertido en sustancia Lleva contenidos y estilo diferentes de los libros de devoción y narra-
de la vida personal y eclesial. Así lo explica G. Moioli. ciones de la experiencia espiritual. Se trata de análisis sistemático,
c) La hagiografía como teología. Esta tercera perspectiva que además fomenta y guía la asimilación del misterio.
A partir de la Revelación y la experiencia cualificada..- Es una
va en la línea de la anterior, con la diferencia de que toma misma fuente en dos fases de verificación: Dios se revela en hechos
la vida cristiana en su forma eminente de santidad. Es la expe- y palabras, que se convierten en vida y experiencia de los creyentes.
riencia cristiana particularmente cualificada que, por lo mismo, La "cualificación" se refiere a garantías de autenticidad, no a cate-
despliega y manifiesta con fuerza y brillo alguna dimensión gorías de superioridad. Se da en personas y grupos de fe vivida y
importante del misterio cristiano; configuración a Cristo, ora- probada, no solamente en los santos o en los místicos. Más aún, en
ción, cruz, seryicio, humildad, anuncio audaz. Formas varias el apartado de Ja experiencia cualificada entran también experiencias
de carisma eminente. Esa vida carismática y revelatoria es ana- de infidelidad y escarmiento como las del Éxodo y tantas otras en
lizada luego por la teología, que la hace objeto de reflexión la historia de la espiritualidad. Es conocimiento sapiencial,
y estudio, y desvela sus contenidos y potencialidades de gracia intelectual-amoroso-transformante.
y novedad. La hagiografía se convierte en teología. Otra de Apropiación del misterio cristiano... Esta asimilación del misterio
las tareas urgentes que tiene encomendadas toda la teología, de Dios vivo, revelado y realizado en la vida-muerte-resurrección de
particularmente en su forma de teología espiritual. La pro- Cristo, configura al cristiano. La lleva a cabo el Espíritu Santo, en
mediaciones ordinarias o extraordinarias. En la perspectiva espiritual,
puesta la ha hecho Von Balthasar cuando, en 1950, publicaba las personas y las relaciones de comunión prevalecen sobre los "ob-
un ensayo importante sobre santa Teresa de Lisieux, consi- jetos" de análisis y reflexión.
derando su vida y misión como "existencia teológica", es decir, En la vida de la iglesia y del cristiano... Por vida se entiende
que en la santa se actúa la reconciliación entre santidad y teo- la totalidad viviente del proceso personal: vida y conciencia. Se afirma
logía. Es la línea sugerida por Von Balthasar 14. explícitamente la participación del "sujeto eclesial" (iglesia, comu-
nidades, etc.), que por principio y por experiencia vemos y experi-
menta de lleno las distintas fases del misterio cristiano. La inclusión
de la dimensión eclesial en la definición de la teología espiritual se
Definición explicada deja sentir en temas y capítulos sucesivos.
Proceso constante y gradual hacia la plenitud y santidad- Proceso
Para formarse una idea general de lo que es y hace esta y progreso orgánico, que sigue las leyes del desarrollo de la gracia
disciplina lo mejor es empezar con una definición o descripción en la libertad del sujeto. La acentuación del dinamismo de la gracia
y su desarrollo espiritual es rasgo característico de toda espiritualidad:
suficientemente amplia y explícita. La intención es destacar trayectoria, camino y etapas forman tradicionalmente parte de sus
los rasgos, no el afinar cada una de las palabras. Con esta esquemas.
premisa, podemos decir: Que lleva a la perfección. Se trata de un dinamismo abierto que,
14
por la acción del Espíritu y la colaboración del sujeto, lleva a plenitud
Cf. G. MOIOLI, en Dizionario Teológico Interdisciplinare, p. 46. de comunión y servicio. Perfección y santidad son términos y valores
34 TEOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD 2. TEOLOGÍA ESPIRITUAL 35

que la teología espiritual trata con especial frecuencia e interés. De te histórico. Esas modalidades sucesivas no son etapas superadas y
ahí su función marcadamente pedagógica, operativa, directiva. Des- eliminadas, sino que se mantienen como otras formas y estilos vigen-
cubre, discierne, fomenta vida y experiencia espiritual. tes de acercarse a la experiencia espiritual.
Otras definiciones. Recojo algunas definiciones de diferentes 1. Existencia incorporada: s. I-XI. Durante el primer milenio, la
autores que confirman la misma línea con variaciones de terminología espiritualidad vive latente, unificada con las otras perspectivas del
y acentos: saber cristiano: exégesis-teología-pastoral-espiritualidad. Abundan ya
"Puede definirse la Teología espiritual como la ciencia que dedu- las experiencias, términos y escritos con los rasgos característicos de
ce de los principios revelados en qué consiste la perfección de la esta ciencia.
vida espiritual y de qué manera el hombre viador puede tender a 2. Teología monástica: s. xii-xm. Al lado de la naciente teología
ella y conseguirla" (J. de Guibert). escolástica de las universidades, se cultiva en ambientes monásticos
"Teología espiritual es el tratado teológico que estudia el desarro- una forma bíblica, sapiencial y experiencial, de reflexión teológica.
llo de la vida sobrenatural de la gracia dentro de las características Denominada "teología monástica", por su cultivo en el ambiente
psicológicas del sujeto humano que tiende a la perfección" (Gabriel claustral; y también "patrística medieval", por los temas y el estilo
de Santa María Magdalena). que prolonga.
"Es aquella parte de la Sagrada Teología que, fundándose en 3. Devoción moderna: s. xiv-xv. Como reacción a la escolástica
los principios de la divina revelación y en las experiencias de los san- decadente, se afirma un estilo "devocional" de tratar las cosas divinas
tos, estudia el organismo de la vida sobrenatural, explica las leyes acentuando unilateralmente la devoción y el afecto. Reacción violenta
de su progreso y desarrollo y describe el proceso que siguen las almas y unilateral. En momento histórico se produce el tantas veces lamen-
desde los comienzos de la vida cristiana hasta la cumbre de la per- tado "divorcio" entre teología y espiritualidad.
fección" (Royo Marín) 4. Creadores de experiencia y doctrina: s. xvi-xvn. En el siglo
"Teología espiritual es la disciplina teológica que, fundada sobre xvi, los místicos y maestros de la espiritualidad española aportan
los principios de la revelación, estudia la experiencia espiritual cris- abundante experiencia y doctrina cualificadas para la elaboración de
tiana, describe su desarrollo progresivo y da a conocer sus estructuras una espiritualidad caracterizada. La fuerza creadora venía ya de antes,
y sus leyes" (Ch. A. Bernard). con algunos nombres eminentes de la escuela renana y flamenca.
La creatividad se prolonga en Francia con los maestros del siglo xvn.
Todas estas definiciones convergen, dentro de sus diferencias, en 5. Tratadistas y compiladores: s. XVII-XVIII. En los dos siglos
los puntos fundamentales: carácter teológico, valor de la experiencia, siguientes se escriben los cursos, amplios tratados y sumas de ascética
dinámica del crecimiento. Ponen de relieve la unidad del misterio y mística. Dotados de grande erudición, organizan el material espi-
vivido, los dos planos que integran la visión: el del misterio, gracia, ritual y místico con los esquemas teológicos. Poco originales en expe-
vida, experiencia; y el de la observación, el análisis, conocimiento, riencia y pensamiento, aplican el método escolástico, y marcan la
ciencia. "De este modo, las dimensiones del concepto de espiritua- temática y el estilo hasta bien entrado el siglo xx.
lidad se amplían: existe una teología espiritual unitaria como doctrina 6. Configuración teológica: s. xx. La espiritualidad toma con-
objetivo-eclesial de la asimilación de la Palabra revelada a la vida ciencia viva de su riqueza y solidez. Va definiendo gradualmente y
de la fe, de la caridad y de la esperanza" (Von Balthasar). entre polémicas su objeto, fuentes, método, variedad de aplicaciones.
Alcanza estatuto, cuadro de inserción académica, puesto en la ense-
ñanza institucional y especializada dentro de la teología: cátedra,
Vicisitudes históricas manuales, cursos, institutos de espiritualidad. Aún le queda camino
por hacer, para comprender y organizar el aluvión de ideas y expe-
Hemos visto los cambios de nombre que la espiritualidad sufre riencias que le ofrecen la revelación, la historia y la actualidad des-
en la historia. Evolución parecida se observa en la realidad, hasta bordante.
convertirse en verdadera teología. Recordar sus fases más salientes
ofrece utilidad, para conocer los orígenes, los varios estilos del libro De este breve recorrido histórico derivan algunos corolarios ins-
espiritual, los fundamentos de una reflexión cristiana, que hoy se afir- tructivos para la comprensión del pasado y el presente de la espi-
ma como verdadera "teología". Ofrece interés doctrinal, no solamen- ritualidad: 1) Las varias disciplinas teológicas nacen sucesivamente,
36 TEOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD 2. TEOLOGÍA ESPIRITUAL 37

según las lecturas que se van haciendo de la S. Escritura desde nuevas produce el fenómeno de la creciente especialización: eclesio-
situaciones y experiencias de la iglesia. Por consiguiente, muestran logía, cristología, sacramentaría, etc.; sin que por ello sufra
diferencias de edad y madurez. La espiritualidad es la más joven en la unidad de la teología.
aspectos técnicos, y la más madura en sabiduría y experiencia. 2) Las
insuficiencias que se detectan en su historia y actualidad son inhe-
La creciente "espiritualización" de la dogmática y la moral
rentes a toda evolución y crecimiento. Su vinculación histórica a la haría superflua, para algunos teólogos, la presencia y función
"devotio moderna" nada quita ni añade a su legitimidad actual. Seguir de la teología espiritual. Más bien sucede lo contrario: el uso
hablando del famoso "divorcio" parece de museo. generalizado de la espiritualidad en teología hace más nece-
sario su cultivo intensivo y especializado, para ventaja de todos.
Como ha sucedido con la dimensión bíblica, pastoral, litúrgica.
Disciplina teológica Una serie de iniciativas oficiales y prácticas están contri-
buyendo a la afirmación de la teología espiritual como "dis-
La espiritualidad ha hecho un largo recorrido hasta colo- ciplina teológica": 1) El estudio de la TE en el Curso teológico
carse entre las disciplinas teológicas. En relación con ellas, se fundamental. 2) El surgir de "Institutos de Espiritualidad" a
caracteriza y diferencia al mismo tiempo. En años anteriores, partir de 1950, que posteriormente han sido reconocidos con
la búsqueda de identidad acentuó las diferencias. Hoy es más plena valencia teológica en el plano académico. 3) Los "ma-
urgente destacar las aportaciones y esclarecer la complemen- nuales", fruto de este clima oficial y de enseñanza académica,
tariedad. Aquí se afirma quien hace aportaciones peculiares, representan en nuestro siglo el medio más generalizado de uni-
objetivas y eficaces. La confrontación de las varias "teologías" ficación y difusión de la espiritualidad. 4) Todo ello indica que
ayuda a tomar conciencia de sus competencias y limitaciones existe una espiritualidad muy afirmada, que se trata de reco-
frente a la complejidad inagotable del dato revelado. En este nocer y desarrollar por todos esos medios.
caso, presta múltiples servicios: completa la definición, legitima
su existencia, precisa sus funciones, determina su puesto en Con la dogmática. Mantienen relaciones estrechas, en cuan-
el ámbito de la teología: dogmática, moral, pastoral, etc. Se to a fuentes y contenidos de misterio. Dogmática y espiritua-
ha producido una convergencia espontánea y dialéctica entre lidad se han mantenido en relaciones permanentes de armonía
la espiritualidad necesitada de solidez teológica y por otra parte o de contraste según circunstancias. Los mismos contrastes evi-
la teología necesitada de alimentarse y confrontarse con la dencian el común interés por los misterios de la fe, su com-
experiencia de la iglesia 15. prensión en fe viva y operante. En la historia, cuando espi-
ritualidad y dogmática se dan juntas en un mismo ambiente,
Integración con dogmática y moral. La confrontación se hace la primera suele ser la espiritualidad, que da origen a la escuela
con las dos ramas clásicas y afirmadas del saber teológico: dog- teológica. Así ha sucedido en los carismas que poseen escuela
mática y moral. Se viene haciendo desde principios de este espiritual y escuela teológica.
siglo, entre reproches y conflictos de frontera. Presenta hoy
menos dificultad que hace algunos años. Observamos que se Tienen diferentes perspectivas. La dogmática destaca la
verdad en el dato revelado, la conexión entre diferentes mis-
15
Muchas invenciones geniales se han hecho en circunstancias de emer- terios y verdades; los analiza y formula con ojos de fe y de
gencia. Recibe el nombre de "falacia genética" el procedimiento de retroceder entendimiento. La teología espiritual se fija más en los aspectos
a sus orígenes para descalificar a una persona o a un organismo brillante; de comunión personal y de adhesión, asimilación, trasforma-
no es método científico: ¿De Nazaret y de familia corriente puede salir cosa ción, como hemos visto en el apartado anterior: configuración
buena? "No se ve bien por qué el hecho de que las primeras leyes geométricas
hayan sido descubiertas debido a la necesidad de regar el delta del Nilo pueda de la teología espiritual. Podemos decir: teología dogmática,
tener la mínima importancia en la validez o invalidación de esas leyes" (MIR- comprensión crítica; teología espiritual, comprensión de fe del
CEA ELIADE). misterio vivido.
38 TEOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD 3. FUENTES VIVAS Y DOCUMENTALES 39
Con la moral. Las relaciones son más evidentes y estrechas. leza, método y fuentes. Cuando predominan las fuentes dog-
Ambas se refieren directamente al vivir cristiano, y lo hacen máticas y teológicas, tenemos el método deductivo. Cuando se
con un proyecto de perfección o santidad cristiana. Se mueven da mayor relieve a la experiencia eclesial y personal, tenemos
en el ámbito de la antropología cristiana. La diferencia de acen- el inductivo. Se ha llegado al acuerdo tácito o explícito sobre
tos está en que la moral establece las leyes de la vida cristiana la necesidad de integrar ambos, con diferentes acentuaciones
en la situación personal y social. La espiritualidad parte de según temas o estilos teológicos 17.
esa situación, y sobre ella organiza el desarrollo de la vida
con proyecto y discernimiento. Tiene relieve indudablemente Se podría hacer una distinción entre fuentes documentales,
el deslindamiento temático y metodológico. Pero es en el ejer- de épocas anteriores, que se nos conservan en documentos his-
cicio concreto donde se advierte la peculiaridad de este saber tóricos o doctrinales, y fuentes vivas, las experiencias y ten-
teológico: en el desarrollo concreto de los temas, en el enfoque, dencias que actúan con vigor en la actualidad, y podemos expe-
en la sensibilidad particular, en ciertas preferencias temáticas, rimentarlas y observarlas directamente. El deslindamiento no
etc.; mejor que en el esfuerzo por establecer la "esencia" de es muy preciso. Hay fuentes documentales que conservan
su identidad teológica 16. vigencia y dialogan en vivo con la experiencia de hoy. Por otra
parte, las experiencias y tendencias actuales se encuentran con-
signadas y analizadas en documentos.
3. Fuentes vivas y documentales

El estudio de las fuentes pone de manifiesto el amplio hori- Cómo leer las fuentes de la espiritualidad
zonte de vida y doctrina en que se mueve la espiritualidad.
Desde su perspectiva propia, asume de lleno los datos y luces
de la revelación, de la historia, de la teología, de la experiencia Es importante hoy día encontrar y seguir un método ade-
interior. La vitalidad y eficacia de la teología espiritual depende cuado en la lectura de las fuentes antiguas y modernas de la
en gran parte del conocimiento, jerarquía y utilización de sus espiritualidad. El estudio y aprovechamiento de esas fuentes,
fuentes vivas y documentales. documentos de épocas anteriores o tendencias vivas requieren
perspectiva adecuada, mente y sensibilidad. Los grandes temas
En estrecha relación con el valor de las fuentes está el tema espirituales y las experiencias de los místicos son hoy objeto
del "método" en teología espiritual. Forman unidad natura- preferido de estudio por parte de muchas ciencias: filosofía,
16 psicología, historia, sociología, etc. La S. Escritura misma es
La distinción y complementariedad entre las varias disciplinas se halla
explicada en todos los manuales de espiritualidad. Como formulación nueva
fuente también para la historia profana y la arqueología. La
se puede citar la obra de M. VIDAL, Moral y espiritualidad. De la separación mística interesa en sociología, la oración y el crecimiento espi-
a la convergencia, Madrid, 1997. Además de la convergencia e interdepen- ritual en psicología, etc.
dencia doctrinal, moral y espiritualidad presentan en su origen y desarrollo
paralelismo aleccionador. La "moral" ha seguido un proceso humilde y lento Por sí solo, el "tema" no espiritualiza la reflexión. No es
de formación y afirmación teológica. Rompe la unidad teológica, tan lograda suficiente tratar de un tema espiritual para que la reflexión
en la "Suma" de Santo Tomás, sin justificar teológicamente la propia exis- doctrinal sea espiritual. Es necesario acercarse a las fuentes
tencia y necesidad. Empieza elaborando listas de pecados y casos de con-
ciencia, esquemas prácticos para la confesión. A partir de ahí, sigue evo- con la actitud y la metodología adecuadas. Sin renunciar al
lucionando lenta e imprecisa hasta convertirse ya tarde en verdadera "teología rigor técnico que implica toda ciencia y disciplina, necesita
moral". Cf. J. THEINER, Die Entwicklung der Moraltheologie zur eingstandigen acentuar algunas modalidades peculiares.
Disziplin, Regensburg, 1970. Estudia y comenta el paralelismo con la historia
de la teología espiritual A. QUERALT, La "Espiritualidad" como disciplina teo- 17
C. GARCÍA, Corrientes nuevas, pp. 121-166; A. G. MATANIC, La spi-
lógica: Gregorianum, 60 (1979), 321-376. ritualitá come scienza, pp. 87-103.
40 TEOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD 3. FUENTES VIVAS Y DOCUMENTALES 41

Acercamiento "espiritual" a las fuentes. Los documentos de hoy" fuera el punto omega del pensamiento evangélico y
y hechos que la espiritualidad considera sus fuentes tienen sig- del vivir eclesial18.
nificado y valor en muchas otras perspectivas diferentes: lin- 1. Fuentes teológicas. Dado su carácter teológico, la espi-
güístico, psicológico, literario, filosófico, histórico, cultural, etc. ritualidad considera propias las fuentes comunes de la teología:
De mística, oración y ascesis se ocupa la psicología; muchos tradición, magisterio, elaboraciones teológicas eminentes, etc.
escritos espirituales son obras literarias de alta calidad. Por Las aprovecha con su particular perspectiva y sensibilidad.
eso, no basta entrar en contacto con los documentos; hay que
saber leerlos espiritualmente, es decir, con su perspectiva y S. Escritura. Es fuente de la misma gracia, comunión y
sensibilidad específica. No me refiero a la "lectura espiritual" experiencia, no solamente de doctrinas y ejemplos. Queda ya
como ejercicio ascético, sino a la capacidad de leer documentos explicado al principio de este capítulo. Es la fuente primordial
teológicos y narraciones históricas en perspectiva espiritual. y más completa de la teología espiritual: misterio, revelación,
Continuidad de pasado y presente. Es norma elemental de lenguaje, acogida, experiencia, acción. Tiene larga tradición el
objetividad el saber integrar en la visión autores antiguos y llamado "sentido espiritual" del texto bíblico. Pero la S. Escri-
recientes. El Espíritu distribuye sus carismas a lo largo de la tura se entiende y asimila en la totalidad de sus varios sentidos.
historia, y muchos de ellos no se repiten. Cada época tiene Magisterio. Sirven para el propósito espiritual los varios
sus luces especiales y sus cegueras congénitas, debidas a ese documentos del magisterio sobre misterios o temas dogmáticos
fenómeno que denominamos "límites de la conciencia espi- y morales. En muchos casos se refieren a realidades y pers-
ritual". Esta se muestra sensible a ciertos valores e insensible pectivas específicamente espirituales.
o desatenta a otros igualmente importantes. El remedio es Liturgia. Es fuente primordial de experiencia y doctrina
completarse con lecturas sólidas de épocas anteriores. Lo espirituales. Actualiza y propone la vivencia del misterio cris-
hacen espontáneamente los buenos lectores y estudiosos que tiano en comunidad, y alimenta la fe y la experiencia de cada
redescubren el valor irreemplazable de los clásicos de la espi- cristiano.
ritualidad. Teología. Son disciplinas que conviven y comparten el mis-
mo campo de acción, contenidos de la fe: Cristo, iglesia, gracia,
"Ecumenismo histórico". Al diálogo cultural e ideológico
salvación, virtudes teologales, sacramentos, etc. De la fuente
entre contemporáneos se le dedica esfuerzo de comprensión
teológica recibe la espiritualidad luces sobre el misterio, méto-
y tolerancia, para ver la postura del otro desde su contexto
do, aplicaciones culturales.
vital y punto de vista. Eso mismo hay que hacerlo con la vida
y el pensamiento de épocas anteriores en la historia de la 2. Fuentes espirituales. Son las que más directamente ofre-
iglesia: contextualizar, comprender, respetar, aprovechar. cen experiencia y temas característicos de espiritualidad. Se
Luego cada uno juzgará si le parece fundado, oportuno, repe- presentan en varias formas: íntimas, históricas, doctrinales.
tible, etc. El ecumenismo que se aplica al trato con otras igle- Conviene estar en contacto con los varios estilos. Utilizar sola-
sias y culturas contemporáneas debe extenderse a personas y mente experiencias autobiográficas le quita solidez y rigor teo-
realizaciones de épocas anteriores, con ideas y conductas muy lógico. Limitarse a fuentes de elaboración doctrinal desvirtúa
distintas de las nuestras. En eso consiste el "ecumenismo his- la espiritualidad reduciéndola a teología pobre. Disponemos
tórico: en saber comprender su pensamiento y su experiencia 18
dentro del propio contexto salvífico y cultural. Se ha gene- AA. W . , Lectura cristiana y vida espiritual: RevEspir, 31 (1972),
267-354 (S. Escritura, Padres, autores antiguos y modernos, revistas, etc.);
ralizado entre escritores de espiritualidad (y en otros ámbitos E. LARKIN, A method for reading the spiritual classics: Review for Religious,
eclesiales) un estilo de ceguera y crueldad frente al pensar, 40 (1981), 382-290; Ph. F. SHELDRAKE, "Interpretation", en The New Dictionary
sentir y vivir de la Iglesia y de los cristianos en épocas ante- of Catholic Spirituality, The Liturgical Press, Collegeville (Minnesota, USA),
riores; complejo de superioridad, que actúa como si "el día 1993.
42 TEOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD 3. FUENTES VIVAS Y DOCUMENTALES 43

de abundancia y variedad, nacida y conservada en la iglesia 3. Tendencias y fuentes vivas. Resulta imprecisa la distin-
a lo largo de los siglos. ción de fuentes en vivas y documentales. Por la sencilla razón
Historia de la espiritualidad. Hechos de vida, iniciativas de de que las que denominamos documentales se muestran vivas
personas y grupos, con sus enseñanzas y escarmientos. Mira también y actuales en la experiencia de muchos. Por otra parte,
más bien al movimiento general de las diferentes épocas, en las fuentes y tendencias vivas de la experiencia se encuentran
sus actitudes interiores, manifestaciones colectivas y realiza- documentadas en abundante literatura espiritual, en la teología
ciones sociales. y en los documentos del magisterio. Los manuales de la pri-
Experiencias personales. Narración en forma de autobio- mera mitad de este siglo incluían una breve historia o reseña
grafías o relaciones, y también biografías y hagiografías. Las de autores, libros y escuelas, a lo largo de la historia de la
"autobiografías" poseen mayor o menos valor, según su cali- espiritualidad. La intención es laudable. En la práctica queda
dad; no son las fuentes supremas de la espiritualidad o de la reducida a simple "bibliografía" histórica de carácter general,
mística, como algunos piensan. Hay expresiones documentales que quita mucho espacio y da poca utilidad.
de lenguaje sencillo, que transmiten vida y doctrina de extraor- Cuando se habla de las fuentes de la espiritualidad, se pien-
dinaria calidad. sa en libros y documentos, en la historia de épocas anteriores,
Experiencia elaborada. La mayor parte de las fuentes se en experiencias de santos canonizados y famosos. En cambio,
presentan en forma doctrinal. Es el caso de autores y libros se presta menos atención y valoración a las fuentes que están
que escriben para enseñar y guiar. Y en esa función pedagógica manando hoy: experiencias, corrientes, movimientos, grupos,
o mistagógica trasmiten experiencia y doctrina, propia y ajena. doctrinas, que viven hoy en la iglesia, manifiestan y fomentan
Ejemplo: san Juan de la Cruz, maestro de doctrina y de expe- su vitalidad espiritual. El cristiano espiritual, y más si es maes-
riencia velada. tro o formador, responsable, teólogo espiritual, tiene que apro-
Exposición doctrinal, o simplemente devocional. La pro- vechar estas fuentes vivas con particular esmero. Por ahí circula
ducción en esta línea es la más abundante: cursos, tratados, primordialmente la experiencia espiritual. A la capacidad de
temas desarrollados monográficamente. Completa y compensa leer e interpretar documentos antiguos debe añadir la lucidez
las fuentes autobiográficas y devocionales. Es útil conocer tam- y sensibilidad para observar, discernir y aprovechar las expe-
bién exposiciones más secas y objetivas. riencias en curso. Tarea difícil, exigente, pero bien recompen-
"Clásicos de la espiritualidad". Forman una categoría espe- sada. Entre las fuentes vivas se cuentan en primer lugar las
cial, que se ha creado por su propia solidez y pervivencia, y espirituales; pero también las de otros campos: teología, antro-
por el reconocimiento y uso generalizado. Tuvieron y conser- pología, psicología, sociología, etc.
van, agrandado en muchos casos, el valor espiritual de su tiem- Por ser una disciplina muy vital y compleja, aquí convergen
po. Especialmente algunos. Se hacen actuales por su mismo y se cruzan los vientos de todas las direcciones: teología, antro-
vigor y hondura. Su lectura y estudio implica siempre atención pología, psicología, mística. La pervivencia de las corrientes
simultánea a su horizonte inmediato y a nuestra realidad de y tendencias es con frecuencia muy fugaz, variando constan-
iglesia y creyentes actuales, diferentes en ideología, sentimien- temente de ideas, gustos y expresiones. "La espiritualidad es
tos, expresiones. Muchas de su calidades de experiencia, iden- la parte más viva de la teología, y por lo mismo la más expuesta
tificación afectiva con el misterio, lenguaje religioso, hoy nos a variaciones, desplazamiento de acentos; es la más vinculada
resultan inimitables. Plantados y regados en el presente his- al tiempo y por ello tiene una historia más agitada y compleja
tórico, los clásicos de la espiritualidad pueden resultar extraor- que la de la dogmática y la moral, por el hecho mismo de
dinariamente fecundos. Al lado de ellos, "muchos mensajes referirse más de cerca del sujeto operante" 19.
espirituales de hoy, por lo demás excelentes, resultan deso-
ladoramente abstractos y artificiales" (G. Gozzelino). 19
I. COLOSIO, Le caratteristiche positive e negative della spiritualitá odierna:
44 TEOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD 4. MISTAGOGIA Y PASTORAL DE LA ESPIRITUALIDAD 45

4. Lugares de la experiencia espiritual. Hay lugares que de


uno u otro modo favorecen la comunión y la experiencia del 4. Mistagogía y pastoral de la espiritualidad
Espíritu: encuentro de grupo, soledad en lugares ambientados
para la oración, presencia y participación en lugares y ambien- La espiritualidad trabaja simultáneamente en dos frentes:
tes de sufrimiento y pobreza. Por su separación del ritmo coti- ahondamiento teológico de carácter científico y ampliación
diano, tienen eficacia para revitalizar esa dimensión espiritual pastoral de alcance popular. Esa dialéctica resulta fecunda, tan-
de la persona, que sufre desgaste y apagamiento con la atención to en el plano de la experiencia como en el de las ideas; hace
y el corazón absorbidos constantemente por asuntos tempo- además de correctivo a los excesos teóricos o prácticos en que
rales. No son ni actúan como evasión, sino como potencia- no raramente sucumbe. Le ha costado casi un siglo de esfuerzos
miento de mayor presencia. Espontáneamente están surgiendo doctrinales y metodológicos afirmar su estatuto de disciplina
ambientes de espiritualidad, donde se enseña y aprende en "teológica". Sigue abierto el campo a ulteriores precisiones téc-
tono de silencio, de diálogo e intercambio de ideas y expe- nicas, pero está asegurado lo esencial.
riencias, de reflexión sobre luces y criterios de la vida humana Una vez asegurada su fundamentación teológica, la espi-
y cristiana20. ritualidad toma ahora conciencia viva de sus posibilidades y
obligaciones "pastorales". Es una dimensión que ha percibido
5. Ciencias auxiliares. A medida que la teología espiritual y practicado siempre como propia y connatural; si bien en tono
amplía su radio de acción, aumenta el número de ciencias que menor, en estilo directivo, y limitándose a temas y personas
colaboran y la aportación específica de cada una de ellas. Estas "espirituales". En el ámbito pastoral se le abre a un horizonte
se mueven con frecuencia en planos y perspectivas muy dife- nuevo de graves responsabilidades. Está rebasando el clásico
rentes de los que caracterizan a la espiritualidad. Por otra mundo espiritual y alcanza con sus experiencias y principios
parte, analizan con eficaz competencia realidades que intere- a amplios sectores de la vida cristiana y humana, que antes
san vivamente a la espiritualidad: el hombre, la sociedad, la no parecían de su competencia. El Espíritu Santo va delante
cultura, etc. Con sus conocimientos y técnicas, las ciencias abriendo caminos, genera nuevas formas de vida y experiencia,
humanas prestan servicios útiles y con frecuencia necesarios. y habilita nuevas mediaciones. Esto obliga a reorganizar tareas
Influyen poderosamente a niveles técnicos de análisis y estudio; y método.
e inciden sobre todo en el plano de la vida y la experiencia. Con el ensanche pastoral, la teología espiritual no renuncia
Es decir, como fuentes vivas de mentalidad y sensibilidad. Se a su calidad de disciplina teológica. Al contrario, lo es ahora
recurre a una determinada ciencia, porque en espiritualidad con mayor plenitud y propiedad que nunca: teología del Dios
actúa la realidad correspondiente. La filosofía, psicología, socio- vivo, de la vida de la gracia y de la experiencia espiritual. Se
logía, lenguaje, están ya reconocidos por sus prestaciones 21. está produciendo un fenómeno que podríamos calificar de
"nuevo". Los mejores estímulos que la espiritualidad recibe
RivAscMist, 10 (1965), 312-313. En los documentos últimos del Magisterio
en estos últimos años para su reflexión teológica provienen
se hace notar la diferencia que media en muchos puntos entre las situaciones de las fuentes pastorales. Y las mejores luces para la pastoral
y experiencias a que se dirige el Vaticano II y las que apreciamos y vivimos le vienen de su riqueza teológica. Una intercomunicación
pocos decenios después. Juan Pablo II, "Christifideles Laici", n. 3. Un rápido fecunda entre estas dos dimensiones.
panorama de la evolución de las tendencias espirituales por decenios en el La función pedagógica y directiva es connatural a la espi-
siglo xx puede leerse en S. DE FIORES, La "nuova" spiritualitá, Roma, 1995.
20 ritualidad. Trata de llevar a su plenitud la vida cristiana. Dis-
A. GUERRA, Introducción a la Teología espiritual, Santo Domingo, 1994,
pp. 127 ss. pone de método apropiado: la mistagogía. Esta labor que antes
21
Cf. A. MATANIC, La spiritualitá come scienza, Cinisello B., 1990 ("Cien- había realizado en personas o en pequeños grupos hoy la
cias auxiliares de la espiritualidad", pp. 117-139). extiende a todos los estados de vida y a la iglesia en general.
46 TEOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD 4. MISTAGOGIA Y PASTORAL DE LA ESPIRITUALIDAD 47

En este caso, cumple con particular dedicación y competencia personal y colectiva y en comunión viva y personalizada con
el objetivo principal de toda teología cristiana: "Los exegetas el Espíritu en la obra de salvación.
católicos y los demás teólogos han de trabajar en común esfuer- Semejante armonía requiere esfuerzo y cultivo, por su mis-
zo y bajo la vigilancia del Magisterio para investigar con medios ma riqueza de contenidos y la dificultad de conciliarios en
oportunos la Escritura y para explicarla, de modo que se mul- vivencia simultánea.
tipliquen los ministros de la palabra capaces de ofrecer al pue- "Antinomias" se denomina en espiritualidad a ciertos valo- < •
blo de Dios el alimento de la Escritura, que alumbre el enten- res cristianos importantes y al mismo tiempo difíciles de con-
dimiento, confirme la voluntad, encienda el corazón en el amor ciliar en el pensamiento o en la realización concreta: ser pací- I
de Dios" (DV 23). Es un hecho cargado de consecuencia para fieos y violentos, sencillos y prudentes, portadores de vida y |
la espiritualidad 22. de cruz, ciudadanos del cielo y hombres de la tierra, etc. El
evangelio y la experiencia espiritual han perfilado esas acti-
tudes básicas, contrastantes, y por otra parte auténticamente
cristianas. He aquí algunas: fuerza y debilidad del cristiano,
Unidad de vida y persona desarrollo y crucifixión de las energías humanas, transforma-
ción y fuga del mundo, acción y contemplación, humildad y
De unidad de vida habla repetidamente la espiritualidad conciencia del propio valor, prudencia de serpientes y sencillez
en diferentes contextos: vida teologal, mundo, apostolado. La de palomas 24.
expresión indica experiencia o proyecto de armonía y madurez. No son alternativas para escoger, sino valores para integrar.
Se dejan sentir la necesidad y la dificultad de conciliar vital- De por sí, la antinomia tiene un efecto estimulante y cons-
I mente la experiencia de fe con las tareas y exigencias de la tructivo: obliga a buscar síntesis más ricas y complejas, rea-
existencia cotidiana: convivencia, trabajo, economía, diversión. lizando a fondo determinados valores enmarcados en la tota-
El concilio toca el tema varias veces: fe y tarea terrestre, ora- lidad. Toda vocación pronunciada requiere cierta dosis de con-
ción y tareas apostólicas (GS 43; PO 14). Es exigencia normal centración y extremismo, y al mismo tiempo mecanismos de
de todo organismo vivo23. equilibrio para vivir el evangelio y la eclesialidad. ¿Cómo uni-
Entendemos la unidad en perspectiva amplia como inte- ficar? En dos planos trata la teología espiritual de conseguir
gración de los diferentes planos de la vida espiritual y de la esa unidad. En su calidad de disciplina teológica, elabora una
existencia humana: el misterio, la persona, su vocación y tareas. síntesis razonada de temas estructurados. En su función ope-
a) Unidad del misterio: visión integrada de los valores evan- rativa y dinámica, pone en práctica una pedagogía espiritual
gélicos, de la vida y la historia de la iglesia, incluyendo aquellos apropiada, que incorpore los varios componentes de la vida
que en algún momento pueden crear dificultad, b) Unidad de misma: pensamiento, afecto, obras.
conciencia y vocación: participación de la persona con su gracia
y carisma, con sus capacidades intelectuales y afectivas en la
obra de la iglesia, c) Unidad de acción y contemplación: viven- Mistagogía espiritual
cia y anuncio del evangelio en la trama concreta de la historia
Para llevar a cabo su función pedagógica, la teología espi-
22
Me limitaré a hacer un breve apunte. Presentación más amplia de ritual dispone de un método peculiar, que la caracteriza en
la novedad y posibilidades que ofrece la dimensión mistagógica y pastoral la reflexión y en la acción pastoral. Es una forma de pedagogía
a la espiritulidad puede verse en F. Ruiz SALVADOR, "Espiritualidad mis-
tagógica y pastoral", en AA. VV., Esperienza e Spiritualitá, Miscelánea
espiritual y formación cristiana con algunos rasgos acentuados:
Ch. A. Bernard, Roma, 1995, pp. 375-393. mistérica, viva, personal, integral. Se aplica a la formación de
23
J. M. LE BLOND, De la dispersión á la presence: Cbristus, 16 (1969),
454-473. C. V. TRUHLAR, Antinomias de la vida espiritual, Madrid, 1964.
48 TEOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD 4. MISTAGOGÍA Y PASTORAL DE LA ESPIRITUALIDAD 44

conjunto y a cada uno de sus aspectos más relevantes: oración, El vivo interés que despierta esta forma de comunicación
apostolado, caridad, cruz, ascesis, mística, vocación. El interés espiritual deriva de dos percepciones simultáneas: exigencias
se ha hecho vivo en los últimos decenios y coincide con la de la fe misma, carencias en la formación espiritual corriente.
revalorización de la experiencia espiritual. Las funciones a que El misterio de fe genera conocimiento y amor, "noticia amo-
responde son de primera necesidad. rosa", que es el objetivo final de la alianza de comunión. Por
La palabra "mistagogía" tuvo antiguamente relevancia y su carácter científico, la teología analiza el misterio de Dios
uso frecuente en ambiente bíblico y litúrgico. La composición como objeto, tema o problema. Como consecuencia, se pro-
del término apunta a sus dos componentes: misterio-guía; es ducen carencias en la vida y en la formación cristianas. El cre-
decir, iniciación al misterio de Dios y de la vida cristiana. En yente acepta misterios y verdades de fe que no están incor-
la antigüedad cristiana prevalece el sentido litúrgico: iniciación porados a su experiencia: Jesús Salvador, pecado, salvación,
del cristiano en los misterios de la fe por medio de los sacra- presencia real, hijos de Dios, dar la vida, oración filial, etc.
mentos, la catequesis y la participación en la vida de la comu- Se trata de palabras-realidades sustanciales que se han vaciado
nidad. Este sentido se ha recuperado en los libros litúrgicos de significado personal y existencial, y quedan reducidas a pala-
y en los estudios sobre los mismos2S. bras vacías e ideas exangües, que no mueven los resortes ínti-
La definición de la mistagogía que se formula en teología mos del corazón y de la vida. A esto se añade una segunda
espiritual pudiera ser ésta: Iniciación gradual del creyente en carencia, causa y efecto de la anterior: la escasez de maestros
los misterios de la fe, transmitida y asimilada por vía de expe- y "mistagogos". En la presencia de los misterio de fe prevalece
riencia interior y de praxis comprometida, con ayuda de maestro el estudio, el análisis, la reflexión intelectual a todos los niveles:
experimentado. Prolonga el sentido litúrgico, amplía y modifica catequesis, formación, etc.
el significado de sus rasgos fundamentales: pedagogía, inicia- La mistagogía espiritual cuida de la transmisión y de la
ción gradual, misterio de fe, ayuda fraterna. Anticipo aquí algu- asimilación adecuada del misterio cristiano. Ayuda a acogerlo
nas nociones sobre el tema, que en el c. 14 trataré más amplia- y comunicarlo desde la gracia y la experiencia. Más que méto-
mente 26. do, es una sensibilidad espiritual peculiar, que acompaña el
25
proceso de comunicación en todos sus componentes y recorri-
La mistagogía litúrgica sigue siendo objeto de estudio: T. FEDERICI, do: don gratuito de Dios, participación personal del sujeto,
La santa mistagogía permanente en la Iglesia: Phase, 33 (1993), 9-34; "La mis-
tagogía della Chiesa", en AA. W . , Mistagogía e direzione spirituale. A cura
mediaciones. En primer plano están las personas que se comu-
di E. Ancilli. Teresianum, Roma, 1985, pp. 163-245; J. LÓPEZ MARTÍN, El nican. A su servicio los demás medios. Resultan cuatro ingre-
carácter mistagógico de la formación litúrgica de los futuros sacerdotes. Ante dientes en la experiencia mistagógica: Dios vivo que perso-
el Sínodo de 1990: Salmanticensis, 37 (1990), pp. 5-32. nalmente se comunica, el sujeto libre que le recibe y se deja
26
Sobre mistagogía espiritual, cf. F. Ruiz, "Espiritualidad mistagógica transformar, maestro experimentado e inspirador, con ayuda
y pastoral", en AA. VV., Esperienza e Spiritualitá, Roma, 1995, pp. 375-393;
K. RAHNER, "Espiritualidad antigua y actual", en Escritos de Teología, VII,
de doctrina y práctica.
Madrid, 1968, pp. 25-26; id., "Die Norwendigkeit einer neuen Mystagogie",
en Handbuch der Pastoraltheologie, II/l, Freiburg, 1966, pp. 269-271; F. Ruiz 1. Dios se comunica personalmente. Dios vivo y personal
SALVADOR, "Mística e mistagogía", en AA. VV., Vita cristiana ed esperienza es el principal agente y el contenido del misterio. Nace de den-
mística, Teresianum, Roma, 1982, pp. 277-296; M. AGUILAR SCHREIBER, Mis- tro, donde él habita. En virtud de la alianza, la comunicación
tagogía. Comunicazione e vita spirituale: Ephemerides Carmeliticae, 28 (1977),
3-58; id., "La Mistagogía", en AA. VV.,La Mística. Fenomenología e riflessione tiene carácter histórico, se manifiesta en hechos y palabras,
teológica, Cittá Nuova, Roma, 1984, vol. II, pp. 363-384; L. BORRIEIXO, Note
sulla mistagogía o introduzione all'esperienza di Dio: EphemCarmel, 32 (1981), 11 (1981), 41. "Fichero de materias", pp. 1-14 (bibliografía abundante y cla-
35-89; J. CASTELLANO, "Mistagogía pastorale e spiritualitá", en AA. VV., La sificada); R. CHECA, La Pastoral de la Espiritualidad cristiana. Fundamento
spiritualitá. hpirazione, ricerca, formazione, Roma, 1984, pp. 29-42; J. D. GAI- teológico, sectores de actuación, orientación mistagógica, México, 1991;
TÁN, El acompañamiento espiritual, entre el pasado y el futuro: Comunidades, AA. VV., Mistagogía e direzione spirituale, Roma, 1985.
50 TEOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD 4. MISTAGOGÍA Y PASTORAL DE LA ESPIRITUALIDAD 51

especialmente en la vida de Cristo y el evangelio. Marca con


su ser y obrar el entero proceso de comunicación y asimilación. Espiritualización integral
2. El sujeto interpelado. Con su participación activa es el La mistagogía cumple su función y demuestra su eficacia
centro donde convergen los varios agentes y ayudas. Asimi- formativa cuando lleva a cabo la encarnación del misterio en
lación transformante de libre colaboración, en proceso gradual el sujeto, a todos los niveles de potencias y funciones. "Es-
y prolongado. La gradualidad (camino, proceso, transforma- piritualización integral" la entendemos en sentido pneumato-
ción) es esencial en toda iniciación mistagógica. La mistagogía lógico y antropológico: el Espíritu Santo y el hombre espiritual;
espiritual es lenta y gradual, como la pedagogía de Dios en "integral", es decir, que abarca toda la persona en la unidad
la historia de salvación. La transformación espiritual del sujeto de vida que acabamos de explicar, no solamente ideas o devo-
comporta el ejercicio de la libertad, y ésta se despliega en el ción afectiva. En cuatro niveles se lleva a cabo el proceso de ,
tiempo y al paso del hombre. No hay conversión y asimilación espiritualización: conocimiento, afecto, acción, formas. Estos //
honda sin proceso. niveles se entienden según la gracia, vocación y cultura de cada
persona. Guardan cierta proporción, aunque no existe para-
3. Mistagogo mediador. Cumple función relevante con su lelismo estricto27.
experiencia-presencia-acción. Existen recursos numerosos y
variados de ayuda, pero sólo actúan como mediaciones mis- Conocimiento. El "conocimiento" en plenitud es ya forma >
tagógicas cuando han sido asumidas y transformadas por la de comunión teologal, fe y caridad vividas: la vida eterna es ! ;
presencia del mistagogo. En nuestra época de masas, es aún que conozcan al Padre y a su enviado Jesucristo (Jn 17,3);
llegar al sublime conocimiento de Cristo (Fil 3,8). El evangelio
más necesario trasmitir y desarrollar la fe en forma de encuen-
es noticia, historia, verdad revelada. Conlleva discurso y refle-
tro individual, acompañándose de comunión fraterna de per-
xión de fe, para poder asumir la inteligencia y la racionalidad
sonas. Esta puede dar también con experimentados maestros humanas. Necesita criterios de fe para discernir la acción, y
de otras épocas, por medio de su doctrina y biografía. Nece- encauzar la propia vocación cristiana y orientarse en el plu-
sitamos una experiencia fuerte de Dios y de la vida de fe; y ralismo de valores y contravalores ambientales. Todo ello exige
necesitamos personas capaces de transmitirla con todo su ser. reflexión más o menos elaborada, que se puede hacer a nivel
A los grandes maestros espirituales los imaginamos espontá- de catequesis, lectura religiosa y cultural, estudio teológico.
neamente como formadores y directores, más que como pro- Equilibrio delicado entre ciencia y devoción a lo largo de
fesores, aunque no sean incompatibles las dos tareas. la historia de la espiritualidad. Los grandes teólogos y espi-
rituales han sabido, desde su propia perspectiva, valorar e inte-
4. Medios: palabra, acción. La experiencia juega un papel
grar el conjunto: fe y amor, conocimiento y comunión, santidad
decisivo en todo este proceso de transmisión y de asimilación. y teología, devoción y ciencia. Por citar algunos modelos com-
La experiencia integral de ver-sentir-obrar; tanto de parte del pletos cada uno desde su campo vocacional. Santo Tomás de
sujeto como del maestro. Es la experiencia fruto de la comu- Aquino y san Buenaventura, teólogos y espirituales. San Juan
nión con las realidades, no buscada ni propuesta por sí misma. de la Cruz: místico teólogo y teólogo místico. Santa Teresa,
El espiritual busca a Dios, no la experiencia de Dios; y el maes-
tro transmite el sentido de Dios, no los datos de su propia 27
AA. VV., Dire-Lire-Ecouter. VieSpir, 129 (1975), 322-402; J. LABARRIÉ-
experiencia. Para ello, es necesario que la experiencia esté dis- RE, L'existence reconciliée, Paris, 1967; M. ELLUL, De l'expérience á la pensée:
cernida y se haga comunicable. Hay personas con experiencia Christus, 18 (1971), 489-500; H. BOURGEOIS, Passons a l'action: Spiritus, 14
(1973), 387-402; L. DE VAUCELLES, Les paroles et les actes: Christus, 21 (1974),
espiritual abundante, pero que no saben formular para ayudar 31-33; A. M. BESNARD, Destín de la spiritualité dans le monde moderne: VieSpir,
a otros en este camino. 120 (1969), 681-709.
52 TEOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD 4. MISTAGOGIA Y PASTORAL DE LA ESPIRITUALIDAD 53

espiritual y hambrienta de teología: "De devociones a bobas namiento marca huella más que el adoctrinamiento. La ver-
nos libre Dios" (Vida 13,16). Es constante en la historia la dadera "experiencia" tiene lugar, cuando las cosas se tocan
tensión entre teología intelectualista y árida, por un lado, y y gustan en todo su espesor y dureza, no por vía de simple
devoción sentimental y desnutrida, del lado contrario. Así se información y simpatía. Principios y convicciones, virtudes y
originó la famosa "querella" entre teólogos decadentes y espi- actitudes espirituales echan raíz en la persona, por vía de
rituales de escasa formación. Excesos y carencias que se repiten hechos, cuando son puestas a prueba. Cuando los espirituales
o pueden repetirse en cada época en formas polémicas o silen- clásicos insisten en las obras, no se refieren propiamente a
ciosas. Hipertrofia intelectual, fervores irreflexivos. las obras apostólicas, sino a toda clase de obras, que encarnen
Amor y comunión. El amor cumple función primordial y pensamientos y fervores interiores: obras de virtudes, de ser-
decisiva en la vida cristiana, que es alianza y comunión. La vicio, de mortificación, de caridad, de oración, de imitación
caridad es la ley evangélica: quien ama a Dios y a los hermanos de Cristo, de paciencia y humildad: "Obras quiere el Señor";
\ tiene cumplida toda la ley, Dios es amor, seremos examinados "No hay mejor manera de decir las cosas que el hacerlas".
en el amor. En las personas que figuran en el evangelio, la La "praxis" se presenta como nueva dimensión y exigencia
adhesión a Jesús es obra de amor, más que de ciencia y largos de la espiritualidad. Las "obras" de virtudes a que he aludido
razonamientos. Los sencillos, los pobres, la gente de buen cora- se completan y refuerzan ahora con un significado más activo
zón son los primeros y los más profundos en su adhesión al y social: acción y transformación de la comunidad eclesial y
Salvador. La conversión creyente es ante todo gesto de amor de la historia humana, en su complejidad divina y temporal,
y confianza filial. con la luz y fuerza deí evangelio, con medios e instituciones
Su importancia en el desarrollo de la madurez espiritual congruentes. La acción espiritual mira a transformar el mundo,
salta a la vista. La plenitud de la vida espiritual no se percibe a espiritualizarlo o salvarlo en sus valores espirituales. Obrando
como síntesis intelectual, sino como encuentro, comunión, don se descubre y se realiza la verdad. Tiene especial fuerza de
y servicio. Vocación y santidad se consiguen y despliegan con testimonio.
frecuencia sin previas claridades de sistema y de proyecto. El Se reciben como auténticas aquellas verdades que encon-
amor reviste distintas formas: decisión libre y determinada, tramos encarnadas en una vida comprometida. "En nuestro
afectividad comunional, sentimiento. Del amor depende la mundo, agobiado por tantos problemas y cansado de tantas
vocación, la opción, la entrega, incluso la plenitud de la fe. palabras y teorías sublimes pero absolutamente ineficaces, el
Desde esta perspectiva, comprobamos nuevamente los posibles mejor criterio de la fe es la praxis. La verdad ha de hacerse
excesos. Por un lado, sentimiento desbordante, impulsividad acontecimiento: de lo contrario, es relegada a la categoría de
espiritual. Por otra parte, proyectos de vida espiritual seca- un mito alienante. Como lo ha afirmado con insistencia un
mente programados y observados con toda coherencia; sin teólogo tan poco sospechoso de revolucionario como el suizo
amor. Hans Urs von Balthasar, en definitiva sólo el amor es digno
Acción, praxis. Apoyado en la fuerza del conocimiento y de fe"2S. La imagen del espiritual auténtico la dan personas
del amor, el espiritual pasa al ámbito de la existencia real y dotadas de interioridad y realismo o dinamismo, con la varie-
de la acción histórica. La acción posee particular eficacia for- dad de vocaciones y temperamentos: Pablo, Agustín, Bernardo,
mativa. Tiene función formativa interna. Entre los varios cono- Francisco, Ignacio, Teresa, etc.; y tantas otras personas de
cimientos y sentimientos, los que pasan a obra y conducta menor notoriedad29.
determinadas son los que configuran a la persona. De la ora- 28
ción "mental-afectiva" sin hechos de vida decían los antiguos E. COLOMER, Dios no puede morir, Barcelona, 1970, pp. 160-161.
29
El insuficiente desarrollo de esta tercera dimensión ha contribuido
que es como "coser con aguja sin hilo". La acción es el medio a crear una imagen intimista y peyorativa de los "espirituales", como gente
de aprendizaje y asimilación, no es sólo resultado: el entre- fina de pensamientos y sentimientos, pero ineficaz y huidiza de la acción
54 TEOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD 4. MISTAGOGIA Y PASTORAL DE LA ESPIRITUALIDAD 55

Formas estables e institución. Al hablar de vida y acción,


se entiende la vida configurada en formas concretas de expre- Pastoral de la espiritualidad
sión o de acción, no solamente la vitalidad espontánea y explo-
siva. La vida necesita y crea formas como propio cauce, con En la teología espiritual que hemos presentado la iglesia
la función de expresar, potenciar, consolidar la vida y la acción entra de lleno como sujeto comunitario y comprometido en
en la historia. La forma estable ayuda a la transformación, la espiritualización activa. El Espíritu habita en la iglesia, la
no solamente a la convivencia y a la continuidad de una tra- anima, sostiene, la santifica e impulsa en el camino, en la ora-
dición. Eremitas, que vivían solitarios en el desierto, se fijaban ción, en el anuncio y en la tribulación. No basta hablar de
a sí mismos libremente normas y horarios que luego obser- personas o grupos espirituales en la iglesia; es la iglesia como
vaban con rigor. Los estados de ánimo fraguan y se desarrollan tal la primera interpelada. En su doble tarea de asimilación
cuando echan raíces en formas y enclaves de existencia: sím- y transmisión de la revelación, del anuncio de la fe, la iglesia
bolos, estructuras de grupo, instituciones; tanto en lo humano está enteramente comprometida con la espiritualidad. Magis-
como en lo espiritual. Y de hecho, la espiritualidad ha ido terio, gobierno, sacramentalización son ministerios espirituales
creando "carismas permanentes": formas y métodos, grupos de iniciación al misterio de la fe, al amor y a la salvación de
estables, estilos de oración, esquemas litúrgicos, instituciones Cristo, que se comunica a los hombres en todo tiempo. Comu-
de gobierno y de apostolado. La fidelidad tiene también sus nica el misterio y el sentido de Dios, vida y experiencia. La
expresiones externas y comprometidas. La fe y el amor toman vida y transparencia espirituales obligan a todos y a cada uno,
cuerpo en el gesto, la palabra, la ley, la costumbre, la forma con gravedad proporcional a su carisma y grado de represen-
de vida estable. Posiblemente la inestabilidad e inconstancia tatividad. Hacer una iglesia espiritual en las cuatro dimensiones
es una de las causas de la inmadurez que hoy se constata en señaladas (pensamiento, amor, praxis, institución) es artículo
personas y grupos, que viven de constante improvisación; tal de primera necesidad.
vez por reacción a la inmovilidad y el formalismo de otros
La espiritualidad tiene horizontes y medios de acción pas-
grupos o personas 30.
torales. En un esquema de pocas líneas se puede trazar el
esquema. Se trata de un mero apunte, sin ulterior desarrollo
histórica con toda su complejidad y turbulencia. Delicados y escrupulosos en este lugar. Ulteriores determinaciones y particularidades se
en el ámbito de la devoción interior, se muestran retraídos a la hora de actuar
en disgustos, negocios, problemas y preocupaciones materiales que comporta
pueden leer en otros libros.
el servicio por el Reino. En tono de caricatura: No se manchan las manos, 1. Replanteamiento doctrinal. Esta urgencia, basada en
porque no las sacan del bolsillo (Ch. Péguy). En fórmulas e imágenes más
suaves, ya en la espiritualidad de hace muchos siglos se venía a decir lo mismo: hechos interpelantes, que manifiestan la acción del Espíritu,
pensamientos, sentimientos y propósitos en la oración, sin pasar a obras..., obliga a un replanteamiento general de las funciones de la
como coser con aguja sin hilo. espiritualidad en este nuevo horizonte de la experiencia cris-
30
"La espiritualidad del futuro sólo será fiel y sumisa al espíritu de la tiana, de sus abundancias y carencias. Así se está haciendo 31.
verdadera espiritualidad cristiana, si tiene el valor de aceptar lo planificado,
lo practicado, lo formado, las prácticas, en una palabra, lo institucional; y 2. La espiritualidad en Institutos de Pastoral. El "Instituto
si no, se diluye en una actitud puramente interna, desdibujada. No existe Regional Lombardo de Pastoral", después de años actuando
espíritu sin cuerpo, y no es posible una vida religiosa seria sin que el hombre
se imponga a sí mismo una norma, una regla, unas prácticas y una obligación... 31
F. RYPAR, LO studio delta teología spirituale nella prospettiva pastorale:
Donde se debilita la fuerza encarnatoria de la espiritualidad cristiana, ésta Seminarium, 14 (1974), 135-156; R. CHECA, La Pastoral de la Espiritualidad
corre peligro de morir, aunque es verdad que actualmente tiene buenas razo- cristiana. Fundamento teológico, sectores de actuación, orientación mistagó-
nes para preferir formas mas discretas por su estilo y por su sobriedad." gica, México, 1991; id., "Pastoral de la Espiritualidad", en NDE,
K. RAHNER, "Espiritualidad antigua y actual", en Escritos de Teología, VII, pp. 1484-1500; F. Ruiz, "Espiritualidad mistagógica y pastoral", en AA. VV.,
Madrid, 1969, pp. 19-21. Esperienza e Spiritualitá, Roma, 1995, pp. 375-393;
56 TEOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD 5. ESTUDIO Y ENSEÑANZA DE LA TEOLOGÍA ESPIRITUAL 5 7

con tres secciones (catequética, litúrgica, social), siente la nece- de prácticas piadosas o penitenciales, o caritativas; pero con
sidad de añadir en 1975 la "sección de espiritualidad". Razo- escasa capacidad de reflexión 33.
nes: 1) resulta imposible confinar la espiritualidad a los már-
genes de la pastoral; 2) crean problema los grandes movimien- 4. Prioridad mistagógica en la nueva espiritualidad. Todo
tos contemporáneos de espiritualidad, que, aun siendo genui- se mueve y evoluciona en la vida de la iglesia y en la experiencia
nos, no encajan fácilmente en los cuadros de la vida parroquial; de las personas. De las innumerables funciones importantes
3) abundan los grupos espirituales llenos de ambigüedad que que tiene el organismo eclesial, unas u otras pasan a primer
obligan a un discernimiento difícil. Todo ello ha llevado a des- plano. El posconcilio nos ha tenido centrados en la inquietud,
la denuncia, la creación de ideas y proyectos. Parece que esa
cubrir la necesidad de introducir la espiritualidad en el campo
vena se está ya agotando. Habrá que cuidar más la vida de
y las tareas de la pastoral32. fe, la formación a la misma, mostrar caminos sencillos tal vez,
3. Espiritualidad del pueblo cristiano. En esta misma línea pero viables, experimentados34.
de ensanche de la espiritualidad a dimensiones de iglesia, en
todas sus formas de experiencias y niveles de acción, se encuen-
tran la participación activa del pueblo sencillo, sujeto de espi- 5. Estudio y enseñanza de la teología espiritual
ritualidad. Se trata del pueblo creyente, de fe arraigada y poca
erudición, cultura hecha de experiencia y sabiduría cristiana Por su carácter teológico y su importancia vital, la teología
con muchas mezclas. La gran familia eclesial está compuesta, espiritual necesita estudio sistemático y generalizado. No pue-
en su inmensa mayoría, de creyentes sencillos. Para la reflexión de quedar reducida a lecturas devocionales y a investigaciones
teológica, hacen de masa indiferenciada y de improbables lec- de algunos especialistas. Forma parte de la enseñanza teoló-
tores. Para la iglesia viva y real son la matriz y el soporte de gica, y también de la cultura de la fe. Sólo tras muchos esfuer-
su vida y experiencia de fe, y de su misma existencia como zos y ensayos se ha llegado a tener una visión sintética y ope-
iglesia. Es la familia viva y creyente, numerosa, silenciosa, per- rativa de la realidad: valor teológico, función pastoral, ense-
severante. Por su número elevado, su participación corporativa ñanza académica. Es teología, no solamente pedagogía.
en las prácticas eclesiales, su relativa indiferenciación, se la 33
considera y trata como la "masa cristiana". Sobre las nuevas perspectivas de esta evolución, cf. F. Ruiz, "Espi-
ritualidad mistagógica y pastoral", en AA. VV., Esperienza e Spiritualitá,
Resulta difícil alcanzar, con organizaciones dinámicas, a esa Roma, 1995, pp. 375-393; V. CODINA, Espiritualidad popular. De acusada a
inmensa mayoría de creyentes. Las deficiencias se manifiestan interpelante de la iglesia no popular: Sal Terrae, 68 (1980), 791-798; G. ANGE-
LINI, "Devozione e secolarizzazione. Per una riformulazione del problema",
en todos los sectores. La espiritualidad muestra preferencias en AA. VV., La spiritualitá del cristiano como problema pastorale, Cásale Mon-
por personas cultivadas y grupos capaces de dedicación cons- ferrato, 1991, pp. 53-109.
ciente y activa a la vida espiritual. La misma distancia se ha 34
"En este momento se necesitan quizá más mistagogos y pedagogos
creado en la liturgia, en los documentos, que difícilmente tocan que profetas y adivinos. Las grandes metas están dichas. ¿El reto no será
más bien descubrir los caminos, mostrar cómo se viven y se llevan a cabo
la sensibilidad espiritual de esa zona superpoblada en la peri- esas metas, en las que teóricamente coincidimos? Los ideales de justicia, incul-
feria de la iglesia. En el tratamiento y la aplicación de las cosas turación, diálogo interreligioso, experiencia espiritual están ahí, pero lo que
espirituales se da frecuentemente por sujetos no aptos para se necesita es mostrar el camino de realizarlos y vivirlos con la fuerza y el
modo del Espíritu del Evangelio. Por eso, la gran convocación hoy de la
una vida espiritual a los cristianos sencillos de misa y rosario, espiritualidad ignaciana es la de salir a las encrucijadas de los caminos e
invitar o descubrir a los mistagogos, pedagogos y formadores." V. MENÉNDEZ,
32
C. BROVETTO, "Una forte esperienza di Dio: base di ogni Pastorale", Edesialidad desde la experiencia de la Congregación General XXXIV: Manresa,
en AA. VV., Spiritualitá. Fisionomía e cotnpiti, Roma, 1981, pp. 129-130. 67 (1995), p. 260.
58 TEOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD 5. ESTUDIO Y ENSEÑANZA DE LA TEOLOGÍA ESPIRITUAL 5 9

(1931); c) el Concilio pasa a la terminología unificada y plena


Documentos del Magisterio eclesiástico valorización de la "teología espiritual"; d) como último paso,
la afirmación e inserción académica completa y concreta.
A lo largo del siglo xx, los reconocimientos oficiales se Las "normas" que siguen a los documentos del Magisterio
suceden con regularidad y van subiendo de grado. Reflejan y prescriben su enseñanza en los centros eclesiásticos de estu-
y potencian la estima ya existente en el ambiente general. Deci- dio teológico han favorecido la configuración académica de
siones oficiales, si se quiere, pero que han servido de base esta disciplina. La investigación y el estudio han hecho la mayor
y estímulo tanto a la enseñanza académica y elaboración cien- parte. Todo ello favorece la creación de ambientes y medios
tífica de la teología espiritual como a su difusión con carácter para el cultivo experiencial y doctrinal de esta disciplina: cen-
formativo o devocional35. tros seminarísticos, Institutos de espiritualidad a partir de los
años cincuenta, programas, profesores, cursos, libros de inves-
"Sacrorum antistitum" (1-11-1909). En este documento tigación y de enseñanza.
Pío X urge la enseñanza de la materia en los seminarios. Como
consecuencia, en el Angelicum de Roma se instaura la cátedra
de "Ascética y mística" (1917). Dos años después se inaugura Enseñanza académica
en la Gregoriana (1919).
"Deus scientiarum Dominus" (4-5-1931), La constitución Hemos hablado de fuentes vivas, de proyección mistagógica
apostólica de Pío XI ordena incluir el curso de "Ascética y y pastoral de la teología espiritual. En esa línea, el campo de
mística" en los programas de Seminarios y Facultades de teo- enseñanza y de aprendizaje se amplía indefinidamente. Podría-
logía. Las "Ordinationes" aplicativas que emana poco después mos decir incluso que en esos ambientes de fuerte experiencia
la Congregación de Seminarios (12-6-1931) establecen oficial- humana y cristiana es donde de verdad "se aprende" la ciencia
mente la enseñanza de esta disciplina: la ascética, como dis- del Espíritu. Tratándose de "vida y teología espiritual", en
ciplina obligatoria; la mística, como optativa. nuestro caso los datos de la realidad experiencial e histórica
Concilio Vaticano II: La "Teología espiritual" entre las dis- deben estar muy presentes.
ciplinas teológicas: Constitución sobre la liturgia (SC 16), y La teología espiritual puede y debe ser objeto de enseñanza
el Decreto sobre la formación sacerdotal (OT 16). académica, de estudio sistemático y de investigación. Varios
"Sapientia christiana" (15-4-1979): con las Normas com- siglos antes de convertirse en materia académica oficial, ya se
plementarias de la S. Congregación para la educación católica escribieron sobre ascética y mística "Cursos" de muchos volú-
(29-4-1979) reafirma la inserción de la teología espiritual en menes con el mismo rigor con eran tratadas la teología dog-
el ciclo primero o institucional, y entre los institutos de espe- mática y la filosofía. Como conclusión de este capítulo intro-
cialización teológica: ciclo institucional (Normas, 51); ciclo de ductorio, haré una breve reseña de lo que comporta el estudio
especialización, institutos especializados (Apéndice 11,2). sistemático de la teología espiritual: programas, personas, ins-
Se advierte progreso en nombres y en categoría: a) en un tituciones, medios de investigación, recursos pedagógicos36.
primer momento, es "ascética y mística" en general (1909); 36
AA. VV., De Theologia spirituali docenda: n. especial de la revista Semi-
b) en un segundo momento quedan separadas ascética y mís- narium, 14 (1974), 1-291; G. MOIOLI, A proposito de la "teologia spirituale"
tica, en la enseñanza, en cuanto a temática y obligatoriedad e del suo insegnamento: Scuola Cattolica, 102 (1974), 624-634. Comenta de
manera crítica y sugestiva los estudios publicados en el número de Semi-
35 narium, 1974: AA. VV., Vita di studio e vita interiore: RivAscMist, 5 (1960),
G. RAMBALDI, Sollecitazioni del Magistero per lo studio della teologia
spirituale: Seminarium, 26(1974), 19-40; J. STRUS, "Esigenze didattiche nell'in- 213-704; I. COLOSIO, Come insegnare la Teologia Spirituale: RivAscMist, 10
segnamento della Teologia spirituale", en AA. VV., La spiritualitá come teo- (1965), 477-491; R. MORETTI, Tempi maturi per un insegnamento scientifico
logia, Ciniseüo Balsamo, 1993, pp. 255-272. della teologia spirituale: Seminarium, 6 (1966), 136-139; R. MERCIER, La ense-
60 TEOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD 5. ESTUDIO Y ENSEÑANZA DE LA TEOLOGÍA ESPIRITUAL 6 1

Profesores. La transmisión de la espiritualidad se hace siem- te una programación general establecida a todos los niveles.
pre en diálogo, por diferentes ambientes y medios. El Magis- Se dan ciertas convergencias, sugeridas por la materia y por
terio habla de programas y competencia de profesores. Los la situación de los estudiantes a quienes va dirigida. En el estu-
alumnos reciben también normas de preparación para inte- dio académico existen dos programas: uno para el estudio de
grarse en los diferentes niveles. En los institutos de especia- la disciplina en el curso institucional de teología; otro para
lización están bien definidos los programas, títulos exigidos y los estudios de especialización. En el Curso institucional se
la competencia. No siempre se respeta el debido nivel en la suelen dar algunos temas básicos: introducción, naturaleza de
espiritualidad del Curso institucional37. esta disciplina y su relación con las otras, historia, lectura de
Estudiantes. Por lo que se refiere al estudio concreto, como algún maestro reconocido de la materia. Institutos de espe-
aplicación intelectual y actitud espiritual, existen métodos de cialización. Aquí lógicamente la programación resulta más
estudio y orientaciones de los maestros de teología y de espi- completa y más compleja. En general, los varios cursos se agru-
ritualidad. La misma exigencia que señalábamos para los pro- pan en estas direcciones: S. Escritura, historia, sistemática, psi-
fesores debe aplicarse a los alumnos, que serán luego quienes copedagogía, grandes maestros, etc.
mentalicen y sensibilicen el ambiente espiritual en la iglesia.
Una espiritualidad blanda y superficial, o cruda y desvitalizada,
no responde a las necesidades actuales de la iglesia38.
Programas. Constituye el punto de referencia primordial. Temática y estructura
Admite soluciones diversas en contenido y en método. No exis-
Temática y estructura son aspectos complementarios de
ñanza de la Teología Espiritual en los Seminarios: Vida Espiritual, 79-80 (1985), una misma realidad. Es aquí donde la teología espiritual
AA. VV., L'enseignement de la Spiritualité, Paris, 1990. demuestra su riqueza de contenidos y su capacidad de inter-
37
"Queda por afrontar el problema del profesor y de su preparación. pretar y organizar. La necesidad de establecer temas prefe-
A este respecto hay que destacar la exigencia de que, si se instaura el curso
de Teología espiritual, se provea para desarrollarlo una persona con pre-
renciales y cuadros estructurales es hoy seguramente la mayor
paración específica, y con posibilidad de realizarla y de actualizarla. No se urgencia de una espiritualidad que pretenda ser sólidamente
puede, en un campo tan delicado y formativo como éste, echar mano de teológica. Sería un medio eficaz para dar consistencia y rigor
la improvisación. Como preparación, no basta la experiencia entendida prag- al tratado; y ofrece además ayuda didáctica para ordenar cono-
máticamente, ya que se trata de dar razón de la experiencia, de saber valorarla
críticamente desde una fe consciente, de orientarla eventualmente dándole cimientos, experiencias, lecturas e informaciones dispersas.
luces y perspectivas. El profesor de Teología espiritual no es formalmente Los tratadistas eluden el tema y el consiguiente esfuerzo.
un director espiritual; como el profesor de Teología moral no es formalmente Se habla de fuentes, métodos, aplicaciones, distinción frente
un confesor." G. MOIOLI, A proposito de la "teología spirituale" e del suo inseg-
namento: Scuola Cattolica, 102 (1974), p. 632. Además de la programación
a dogmática y moral; pero ni una palabra sobre temática y
y competencia, existe, en materia de profesores, otro tema nuevo e importante estructura, punto decisivo para la configuración de una ver-
para los alumnos y para la espiritualidad en general. La inclusión de nuevas dadera "teología espiritual". Para la configuración científica
perspectivas y grupos de personas en la enseñanza de la espiritualidad, con de esta disciplina, cierta convergencia básica en la estructura
los debidas exigencias teológicas y académicas: personas que vienen de una
acción pastoral comprometida, la mujer teólogo espiritual... A. GUERRA, Intro-
ayudaría más que disquisiciones abstractas sobre sus caracte-
ducción a la Teología espiritual, Santo Domingo, 1994, pp. 109-126. rísticas frente a dogmática y moral.
38
R. VOILLAUME, En el corazón de las masas, Madrid, 1969 ("Teología: Se comprende ese silencio en un momento de creatividad
vida intelectual y perfección evangélica", pp. 282-302); AA. VV., Studio e exuberante y diversificada. Destacar algunos temas "funda-
vita interiore: RivAscMist (1960)...; A. HUERGA, ¿Querella entre "vida espiritual" mentales" equivale a establecer jerarquías y mostrar preferen-
y "vida intelectual"?: Teología Espiritual, 5 (1961), 287-321; M. EUGENIO DEL
N. J., Quiero ver a Dios, Vitoria-Madrid, 1969 ("Teología y contemplación
cias desde una determinada cultura o mentalidad. Se puede
sobrenatural", pp. 561-890); D. BONHÓFFER, Consejos al estudiante de teología: evitar la alternativa con un discurso realista e inteligible,
Selección de Teología, 13 (1974), 11-12. teniendo en cuenta la distinción que antes hice entre cspiíi-
62 TEOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD 6. MEDIOS Y AYUDAS 63

tualidad y teología espiritual. Se exige a la teología espiritual 4. Estructura de Caminos del Espíritu. En respuesta al
cierto rigor y mayor sobriedad en los temas básicos, para faci- nuevo planteamiento, surge un nuevo estilo de espiritualidad,
litar el ahondamiento y la estructuración. Dentro de esos mis- divulgada en monografías, experiencias, análisis de varias cien-
mos temas o sector hay cabida para los varios temas que ofrece cias. Caminos unifica y estructura parcialmente ese material,
la actualidad sucesiva, la diferencia de culturas, etc. Por otra que existe de manera amorfa. Con intención de ir haciendo
parte, la "espiritualidad" goza de mayor espontaneidad y de algo frente a la nueva cultura social y eclesial que estamos
espacios amplios de movimiento: escritos devocionales, narra- viviendo42.
tivos, ensayísticos, de última actualidad. No es una solución, 5. Unidades internas en teología espiritual. Sería útil
sino sugerencias para ensayarla. organizar internamente los sectores o temas de la teología espi-
ritual en forma similar a la que tienen los tratados de la dog-
1. Temas y esquemas tradicionales. Una serie de temas mática. La división actualmente en curso lo reduce práctica-
han entrado a formar parte de las síntesis de teología espiritual mente a un solo "tratado" con varios temas o capítulos. La
cristiana: organismo sobrenatural, santidad, oración, mística, dogmática y la moral poseen un proyecto mejor estructurado
ascesis, las tres vías o etapas, etc. Esquemas: En la primera y diferenciado de sectores, unidades, aspectos que agrupan
mitad del siglo xx, se llegó a cierta convergencia, en cuanto temas. Algo parecido debiera hacer la teología espiritual. Algo
a temática y estructura, distribuyendo los temas en dos partes: de esto se está ya haciendo en los "Institutos de espiritualidad".
a) Parte general: santidad, causa y fin de la perfección, orga- No hacer un tratado con cada tema, sino de estructurar con
nismo sobrenatural, b) Parte especial: explicación de las vías criterio científico y pedagógico algunas, unidades fundamen-
o etapas del crecimiento espiritual, c) Una tercera parte se tales, que ayuden a la estructuración científica y pedagógica
añadió luego: estados de vida39. de tanto material como ofrece la teología espiritual.
2. Nuevas experiencias, ideas y perspectivas han desbor-
dado ampliamente la ordenación anterior. A los ya conocidos
se añaden distintos temas y enfoques, que piden y sugieren 6. Medios y ayudas
nueva ordenación. Por ejemplo: vida teologal, hombre y mun-
do, la iglesia como sujeto de espiritualidad y crecimiento, espi- Es necesario conocer los recursos principales que se utilizan
ritualidades según movimientos y culturas, etc. 4°. en este campo, para ganar tiempo y eficacia. Se los denomina
3. Los "Manuales" de teología espiritual son el reflejo "subsidios", por su carácter de ayuda para el conocimiento y
más visible de las evoluciones que sigue la "teología espiritual" la exploración de las "fuentes". Como todas las ciencias
en su vertiente didáctica y también doctrinal. Dentro de su
parcial "formalismo", han servido de plataforma a creaciones este sector. Los dos primeros estudios son de mayor interés: M. BELDA, LO
sólidas y novedosas en el campo de la espiritualidad. En los studio epistemológico della Teologia spirituale nella manualistica recente
últimos años se están multiplicando, con mayor, menor o nin- (1978-1989): Ármales Theologici, 6 (1992), 431-457; K. WAAIJMAN, "Cambia-
guna originalidad. Al final de este capítulo citaré los más cono- menti nell'impostazine dei trattati di Spiritualitá", en AA. VV., La Spiritualitá
come teologia, Cinisello Balsamo, 1993, pp. 311-335. Se pueden también con-
cidos. No suelen afrontar el problema de la temática y estruc- sultar: I. COLOSIO, Presentazione di sei recenti manuali di Teologia spirituale:
tura en general, ni explican los motivos de su propia elección 41. RisAscMist, 6 (1961), 223-333; M. LLAMERA, Nuevos "tratados" de Teología
espiritual: TeolEspir, 6 (1962), 136-150; AA. VV., Theologici libri manuales
39
I. HEERINCKX, Introductio in theologiam espiritualetn ¡isceticam et mysti- in praesenti rerum conditione: Seminarium, 28 (1976), 199-518; A. MATANIC,
cam, Roma-Torino, 1931. La Spiritualitá come scienza, o. c , pp. 141-170: "Alcune sintesi maggiori della
40
C. GARCÍA, Corrientes nuevas de teología espiritual, Madrid, 1971 (cap. 4: Spiritualitá sistemática e storica".
42
"Estructuración de la teología espiritual", pp. 167-209). Sobre la razón de los temas desarrollados en este libro y la esliuclura
41 que les he dado, cf. F. Ruiz SALVADOR, Temática de la Teología Espiritual;
Dado el influjo que los manuales ejercen en el desarrollo de esta dis-
ciplina, se hacen periódicamente evaluaciones sobre avances y cambios en Seminarium, 14 (1974), 191-202.
64 TEOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD 6. MEDIOS Y AYUDAS 65

desarrolladas, la teología espiritual cuenta con un buen número


de instrumentos de trabajo: bibliografías, manuales, dicciona- Manuales de teología espiritual
rios, revistas. Se van haciendo familiares a fuerza de usarlos:
Hay que aprender a manejarlos con rapidez y eficacia. Pero F. Ruiz SALVADOR, Caminos del Espíritu, 5. a ed., E D E ,
es necesario tener una idea de antemano. Madrid, 1998.
A. Ch. BERNARD, Teología espiritual, Atenas, Madrid, 1994.
J. AUMANN, Spiritual Theology, London, 1978.
Bibliografías S. GAMARRA, Teología espiritual, BAC, Madrid, 1994.
D. DE PABLO MAROTO, El camino cristiano. Manual de Teología
Las hay de carácter general, y también referentes al tema par- espiritual, Salamanca, 1996.
ticular que interesa en un trabajo determinado. Algunas revistas de S. G. ARZUBIALDE, Theologia spiritualis. El camino espiritual...,
espiritualidad publican periódicamente bibliografía espiritual clasifi- Comillas, Madrid, 1989.
cada. G. GUTIÉRREZ, Beber en su propio pozo, Sigúeme, Salaman-
BIS (Bibliographia Internationalis Spiritualitatis), Teresianum, ca, 1984.
Roma, 1966 ss., instrumento bibliográfico imprescindible, que cada J. SOBRINO, Liberación con espíritu, Sal Terrae, Santander, 1985.
años recoge y organiza en un volumen las publicaciones correspon- G. THILS, Existencia y santidad en Jesucristo, Sigúeme, Salaman-
dientes, en las varias lenguas (un promedio de 7.000 títulos por año). ca, 1987.
Existen selecciones bibliográficas que ofrecen lo más saliente AA. VV., Corso di Spiritualitá, Queriniana, Brescia, 1989.
y útil para una orientación general: A. MATANIC, La spiritualitá come G. GOZZELINO, Al cospetto di Dio. Elementi di vita spirit., Tori-
scienza, Roma, 1990, ofrece abudancia de repertorios bibliográficos no, 1989.
y doctrinales sobre fuentes y subsidios de espiritualidad; SIMEÓN DE L. BOUYER, Introduction á la vie spirituelle, Paris, 1960.
LA S. F., Per lo studio della teología spirituale (Istituti di specializ- A. VAN KAAM, In Search of Spiritual Identity, Denville, 1975.
zazione e saggio di bibliografía genérale): Seminarium, 14 (1974), A. ROYO MARÍN, Teología de la perfección cristiana, Madrid, 1974.
pp. 266-291; R. MORETTI, Tempi maturi per un insegnamento scien- J. RIVERA y J. M. IRABURU, Espiritualidad católica, Madrid, 1982.
tifico della teología spirituale: Seminarium, 6 (1966), pp. 136-139; A. DAGNINO, La vita interiore, Roma, 1960.
A. GUERRA, Introducción a la Teología espiritual, Santo Domingo, A. GAZZERA, La vita della perfezione, Fossano, 1960.
1994, pp. 130-138; B. SECONDIN, "Nota bibliográfica sulla Spiritua- A. MARCHETTI, Compendio di teología spirituale, Torino, 1966.
litá", en Apéndice a la obra de V. TRUHLAR, / concetti fondamentali R. GARRIGOU-LAGRANGE, Les trois ages de la vie spirituelle,
della Teología spirituale, 2. a ed., Brescia, 1981, pp. 165-173. Paris, 1938.
J. DE GUIBERT, Lecons de théologie spirituale, Toulouse, 1943.
CRISÓGONO DE J. S., Compendio de ascética y mística, 3 . a ed.,
Historias de la espiritualidad Madrid, 1949.
AA. VV., Historia de la Espiritualidad. 4 v., Barcelona, 1969.
— Histoire de la spiritualité chrétienne, 4 v., Paris, 1960-66.
P. POURRAT, La spiritualité chrétienne, 4 vol., Paris, 1921-1930. Revistas
D. DE PABLO MAROTO, Historia de la espiritualidad, EDE,
Madrid, 1990. En el número de 1971, pp. 362-384, Revista de Espiritualidad publi-
ca la presentación de cada una de las revistas de espiritualidad más
conocidas, hecha por el director respectivo: origen, historia, orien-
Diccionarios tación, etc. A éstas cada lector puede añadir otras de su propia lengua
y cultura.
Dictionnaire de Spiritualité, Paris, 1932.
Dizionario Enciclopédico di Spiritualitá, 2. a ed., Roma, 1990. — Revista de Espiritualidad, Teología Espiritual.
Nuovo Dizionario di Spiritualitá, Roma, 1979. — Geist und Leben, Die stimme der Zeit.
66 TEOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD

— La Vie spirituelle, Christus, Révue d'Ascétique et Mystique.


— Rivista di Vita Spirituale, Rivista di Ascética e Mística.
— Spiritual Life, Review for Religious, The Way.
— Concilium: dedica a la espiritualidad uno de sus fascículos
cada año.

2
VIDA TEOLOGAL

Fuente de la vida y de la teología espiritual es la comunión


que Dios establece y mantiene con el hombre: revelación, alian-
za, vida y experiencia. Necesitamos definir ulteriormente la
naturaleza y los dinamismos de esa vida y las formas de la
comunión. En ella se condensa toda la existencia del creyente,
sus relaciones con Dios y consigo mismo, con las demás per-
sonas y con la historia.
Con diferentes adjetivos y expresiones se trata de carac-
terizar esa vida en comunión: vida cristiana, espiritual, reli-
giosa, interior, etc. Ponen de relieve aspectos válidos y tienen
en su apoyo una larga tradición espiritual. El alcance y las
resonancias de uno u otro nombre dependen mucho de épocas
y culturas. Como denominación básica, prefiero utilizar "vida
teologal" para esta visión panorámica de base, sin excluir las
anteriores. Le veo ciertas ventajas. Vida: mejor vida que expe-
riencia; vida es unidad dinámica integral, que incluye todo:
don divino y obra humana, experiencia, proyectos y medios
de unión, actitudes, actividades, consciente e inconsciente. Teo-
logal: ya el nombre advierte que nos movemos en plano reve-
lado, más que psicológico, precisa cuáles son los medios y los
dinamismos de la vida misma: fe, caridad, esperanza. Son la
vida misma, comunión personal con Dios, no simplemente vir-
tudes que se practican; pasivas y activas, mística y ascesis, inte-
rioridad e historia.
Vida teologal no es una nueva forma, añadida a la que
calificamos de vida divina, cristiana, espiritual. Es la misma
vida cristiana, personalizada y dinamizada en sus componentes
primordiales: presencia y comunicación de Dios en su unidad
trinitaria; reciprocidad de comunión inmediata pasiva y activa.
68 VIDA TEOLOGAL 1. COMUNIÓN DE VIDA DIVINA 69

mística y ascética en fe, amor, esperanza; realismo sacramental hombre religioso se pone en relación vital inmediata con El,
e histórico, que incorpora y transforma las mediaciones: iglesia, que mediante esta relación se convierte para nosotros en el
sacramentos, personas, historia, naturaleza. Es compendio de Dios vivo. Al acto mismo de este encuentro entre Dios y el
toda la vida espiritual en sus componentes y desarrollo. El tema hombre, que no puede tener lugar sobre la tierra si no es por
es decisivo tanto para la vida como para la teología espiritual. la fe, llamamos salvación. Por parte de Dios, este encuentro
En referencia a la vida teologal se define el misterio de María, incluye una revelación que manifiesta; por parte del hombre,
la iglesia, la santidad, los estados de vida y diferentes espi- incluye la religiosidad. El encuentro mismo, visto desde la ver-
ritualidades: avanzar por el camino de la fe viva, la esperanza tiente humana, es el núcleo más íntimo de lo que suele llamarse
la gracia santificante, a la que por eso no podemos concebir
firme y la caridad activa (LG 41). Por eso, este libro coloca
separada, ni del amor personal de Dios hacia el hombre, ni
la vida teologal al principio y con relieve, y se guía por ella de la respuesta humana a esta aproximación divina. Allí donde
en la selección de temas y estructura, en el desarrollo teológico la filosofía habla de la presencia divina, que coincide con la
y pedagógico de los mismos. creación continua del hombre por Dios, y que no es entera-
A esta luz se plantean e iluminan muchos de los problemas mente real sino en la conciencia de ser criatura, la Escritura
y antinomias que tiene planteados la espiritualidad: Dios y habla mucho más íntimamente de la inhabitación de Dios. La
mundo, acción y contemplación, interioridad espiritual y soli- inhabitación significa intimidad, unión familiar con Dios, con
daridad histórica, Cristo o los pobres, horizontalidad o ver- las tres Personas, por parte del hombre. En este plano sólo pue-
ticalidad. En las virtudes teologales encuentran la base ade- de tratarse de una comunión personal de Dios con el hombre.
cuada para su enfoque y solución. La unidad de vida, aspiración Solamente por la gracia se desarrolla la presencia de Dios en
de todo espiritual auténtico, se encuentra en la vida teologal el hombre, resultando una comunión vital" 1.
honda, antes que en la programación cuidadosa.
1. Vida de gracia: trinitaria, cristiana, espiritual. El misterio de la santísima Trinidad actúa salvíficamente
2. En fe, amor, esperanza. configurando la interioridad de la persona y la historia de la
3. Mediador y mediaciones. humanidad. La carta a los Efesios condensa en un breve resu-
4. ¿Encuentro verdadero? men inicial el misterio de Dios vivo, que predestina y crea,
5. Educación a la vida teologal. invade la historia y transforma al hombre. Dios Padre traza
el plan de creación y restauración; lo realiza en el Verbo encar-
nado centro de la creación; por el Espíritu Santo anticipa la
1. Comunión de vida divina herencia prometida y la lleva a plenitud de gloria.
Vida teologal es la síntesis dinámica de los varios elementos Cada una de las Personas y cada paso de Dios marca ínti-
que integran la obra de Dios y la trama de sus relaciones con mamente el ser y la vocación del cristiano, y da nombre a su
los hombres. Aquí encontramos la vida y el verdadero "or- vida: vida divina, cristiana, espiritual. Esos tres términos ponen
ganismo sobrenatural" en acción. Cito una página que resume, de relieve el origen trinitario de la gracia, y al mismo tiempo
relaciona y aclara las realidades y nociones básicas de esta manifiestan la condición del hombre redimido, marcado por
comunión: los rasgos de la vida teologal: interioridad, comunión, realismo
histórico. La vida teologal es fuente de la vida cristiana y su
"La religión es esencialmente una relación personal del máxima culminación; acogida de la revelación en fe-amor-es-
hombre con Dios, una relación de persona a persona: un peranza, y máxima calificación mística.
encuentro personal o una comunión personal con Dios. Es eso
lo que llamamos una actitud de vida teologal. Sobre la base 1
E. SCHILLEBEECKX, Cristo, sacramento del encuentro con Dios, San Scbu
de una aproximación gratuita, condescendiente, de Dios, el tián, 1965, pp. 12-13.
70 VIDA TEOLOGAL 1. COMUNIÓN DE VIDA DIVINA 71

además que la participación en la vida y la acción de la san-


Presencia íntima y transformante tísima Trinidad es realidad comprobada, no repetición de fór-
mulas heredadas. Sobre esta base se edifica la vida cristiana.
La presencia y acción de la santísima Trinidad en el cris- A medida que ésta crece y se desarrolla, la presencia y acción
tiano tiene carácter íntimo, permanente y configurante. El cre- de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo se hace más transparente
yente no solamente es obra y objeto del amor de Dios, sino en la vida y actividad de las personas, según su vocación en
que queda referido y asemejado a Dios Padre, Hijo y Espíritu la iglesia. Con total evidencia, en la vida y experiencia de los
Santo. Ambas cosas, interioridad y configuración, las desarrolla cristianos, transformados por la Presencia. La teología espi-
ampliamente la tradición bíblica, teológica y espiritual, cuando ritual tiene particular interés por el misterio vivido, que se reve-
habla de divinización y de inhabitación. Esta se entiende en la en experiencia viva de Dios vivo 3 .
toda su amplitud, como la presenta el NT. Divinización. El dato bíblico de la inhabitación ha sido asu-
La interioridad de la presencia de Dios en el hombre irradia mido y desarrollado ampliamente por los santos Padres; con
y se hace visible en formas históricas y comunitarias. En el la idea complementaria de "divinización", como fruto general
AT, Dios se hace presente en medio de su pueblo: en la tienda, y más hondo. Tanto en el Nuevo Testamento como en los
el arca, el templo. En el NT, se acentúa el carácter "personal" Padres, la inhabitación presenta variantes que la enriquecen.
de las mediaciones: Cristo, la comunidad, el hermano o pró- No se habla uniformemente de "inhabitación de la santísima
jimo, el necesitado en especial. Y sobre todo, el carácter per- Trinidad". Se habla de las Personas con sus respectivas mani-
sonal de las relaciones en Dios mismo: transformación, par- festaciones y actividades, unas veces de una, otras de otra. Esto
ticipación, vida en Cristo y en el Espíritu. Por efecto de la no es insuficiencia, sino sensibilidad mayor a la revelación "eco-
divinización, vienen a ser equivalentes las expresiones: vivo en nómica" de la Trinidad, y no solamente a igualdad de natu-
Cristo, Cristo vive en mí; vivir en el Espíritu, el Espíritu vive raleza. Uniformando demasiado, empobrecemos la inhabita-
en nosotros. ción. En los tiempos patrísticos ha sido una expresión común,
que responde a dos hechos fuertes de la salvación: la encar-
"En el Nuevo Testamento la inhabitación presenta dos nación del Verbo, en que se humaniza para divinizarnos; la
aspectos estrechamente unidos entre sí, pero bien distintos: uno salvación personal y real del hombre, asumido en Cristo y
es estático, el otro dinámico. El estático expresa la unión de hecho hijo en y con el Hijo de Dios 4.
amistad, de fruición por conocimiento y amor; por el aspecto
dinámico es como se lleva a cabo la santificación. El primer El término "divinización" no posee hoy la fuerza expresiva
aspecto viene a ser el fin y el fruto del segundo, ya que las que tuvo en otros tiempos, pero resume una serie de aspectos
divinas Personas operan la santificación introduciéndonos en
3
la comunidad de amor y en la participación de su vida. En El misterio de la santísima Trinidad ocupa el primer lugar en Jas expe-
la doctrina del Nuevo Testamento, el aspecto dinámico de la riencias más calificadas que se registran en la historia. Como ejemplo, he
inhabitación tiene mayor relieve y en él la acción del Espíritu aquí algunos nombres de escritores analizados en AA. VV., // mistero del
Santo recibe mayores atenciones" 2. Dio vívente, Roma, 1968: san Basilio Magno, Dídimo de Alejandría, san
Ambrosio, san Agustín, la Iglesia oriental; los místicos del norte, Angela de
Foligno, santa Catalina de Sena, san Ignacio de Loyola, santa Teresa de Jesús,
Sensibles al aspecto dinámico, los autores espirituales y en san Juan de la Cruz, Isabel de la Trinidad... Cf. Guy M. BERTRAND, "EX-
especial los místicos han acentuado con insistencia esa expre- périence mystique de l'Inhabitation", en DSpir, 7, 1757-1767.
4
sión de la gracia, de la vida y de la experiencia cristiana. Todas Merecen ser citadas aquí 16 Conclusiones de teología espiritual que
hace un especialista, después de un detenido estudio del tema en los Padres
ellas llevan la marca permanente de su origen divino. Se ve de la iglesia. Por su sobriedad y precisión, establecen un fundamento indis-
2
pensable para orientar, organizar, desarrollar una vida espiritual auténtica.
R. MORETTI, "Inhabitation", en DSpir, 7, 1739. Resume la doctrina de H. RONDET, La divinisation du chrétien: NRT, 71 (1949), 449-476, las con-
san Pablo y de san Juan en col. 1740-1745. clusiones en pp. 579-587. Cf. M. LOT-BORODINE, La déification de l'homme,
Paris, 1970.
72 VIDA TEOLOGAL 1. COMUNIÓN DE VIDA DIVINA 73

dinámicos de la gracia, que se afirman y se viven en plena nidad, se proclama enviado, cumple en todo la voluntad del
actualidad. Lo mismo que utilizamos el de "encarnación" o Padre, anuncia y crea su Reino entre los hombres. Es signi-
"humanización" de Dios, que de hecho actúan en correspon- ficativa la expresión del NT: Dios "Padre de nuestro Señor
dencia, como dos vertientes de la misma realidad 5 . Jesucristo".
La teología traduce la divinización en términos concretos Esta forma de relación primordial encuentra cierta dificul-
de la vida de la gracia, que enriquecen nuestra visión del mis- tad al traducirse en actitudes y formas concretas de vida y expe-
terio divino en que estamos incorporados: filiación divina, riencia cristiana, el Padre no tiene el relieve y la inmediatez
incorporación a Cristo, vida en el Espíritu Santo, perdón del personal que presenta en la vida de Jesús: fuente de gracia
pecado, inmembración en la iglesia, mediación de los sacra- y de vida, origen de todos los dones, centro y objeto de la
mentos, nuevo sentido y eficacia de la historia, desarrollo y oración cristiana, fiel y celoso en la alianza, de don, máximo
transformación creciente del cristiano, configuración gloriosa. Donante, antes que exigente7.
2. Vivir en Cristo. De principio a fin, todas las fases que
Padre, Hijo, Espíritu Santo atraviesa la revelación divina, desde la predestinación hasta
la glorificación, están configuradas por Jesucristo: "Porque a
los que antes conoció, a ésos los predestinó a ser conformes
En la historia de salvación, Dios se revela y actúa en la
a la imagen de su Hijo, para que éste sea el primogénito entre
forma personal de su misterio trinitario. Este hecho tiene
muchos hermanos" (Rom 8,29). San Juan evangelista recalca
importancia primordial en la naturaleza y acción de la gracia,
el carácter divino y cristiano de esa vida. Quienes por gracia
y por consiguiente en la vida cristiana y espiritual. De las Per-
se adhieren libremente a Cristo en la fe, son hechos hijos de
sonas divinas recibe contenido y nombre: vida en Dios, vida
Dios, por una regeneración y un nuevo nacimiento; distintos
en Cristo, vida en el Espíritu; vida divina, vida cristiana, vida
de los que dieron origen a su vida y existencia natural (Jn
espiritual6.
1, 13). Todo ello está expresado en términos vitales. La pre-
1. Dios Padre. Es la comunión fontal de la vida de Cristo sencia y acción de Cristo revela con inmediatez velada la gran-
y de la vida del cristiano. Es el Padre quien envía y configura deza de Dios y su benevolencia gratuita y misericordiosa, ya
a la imagen de su Hijo. "Padre" crea y sustenta el ser y la que éste no se dirige simplemente a su creatura, sino al hombre
condición filial del cristiano. Ocupa el lugar central en la expe- pecador y rebelde que rechaza la comunión. "Dios probó su
riencia, vida y predicación de Jesús. Todo está hecho y dicho amor hacia nosotros en que, siendo pecadores, murió Cristo
en relación al Padre. Su ser, origen, envío, actuación, es siem- por nosotros" (Rom 5,8).
pre el Padre, "mi Padre": en y con el Padre vive desde la eter-
7
Algunos autores manifiestan el deseo y la sugerencia de que se instaure
5
Cf. S. GAMARRA, Teología espiritual, Madrid, 1994, pp. 65-69. la fiesta litúrgica de Dios Padre, como expresión viva y concreta de fe y
6
Vida divina = cristiana = espiritual forman unidad irrompible, en el experiencia. Responde al evangelio, al modo como Jesús mismo le llama y
ser, en el obrar y en la experiencia. La vida "divina, cristiana, espiritual" trata. J. GALOT, Le mystére de la personne du Pére: Gregorianum, 77 (1996),
expresa el misterio de Dios Trinidad y la transformación completa e histórica 5-31; T. URQUIRI, Hacia la fiesta litúrgica de Dios nuestro Padre: Ilustración
del hombre redimido. En realidad, se trata de un mismo misterio de vida del Clero, 57 (1964), 217-263; A. AMATO, Dio Padre-Dio Madre. Riflessh-
y experiencia fundamental con diferentes connotaciones. Los dos últimos cali- ni preliminari: Ricerche teologiche, 1 (1992), 33-37; R. PLUS, La devoziorte
ficativos se han prestado en la historia a cierta disociación o contraposición aU'eterno Padre, Torino, 1937. Bibliografía ulterior en la revista Seminarium,
abusiva. La triple connotación trinitaria y adjetivación evangélica ponen en 9 (1969), 775-776. El intento es favorecer la adoración y fomentar una con-
evidencia la íntima conexión existente entre los varios aspectos y adjetiva- ciencia más viva e influyente de lo que el cristiano confiesa en su credo y
ciones más frecuentes en teología espiritual. No hay contraste entre cristiano en su oración. La orientación litúrgica y patrística en ese sentido, se puede
y espiritual. Cf. J. D. GAITÁN, El Espíritu, Señor y dador de vida: RevEspir, ver en AA. VV., "A Patre ad Patrem". Trinita e liturgia: Rivista Litúrgica
42 (1983), 53-71. 82(1995), 1-186.
74 VIDA TEOLOGAL 2. FE, AMOR Y ESPERANZA 75
La teología desarrolla ampliamente esta verdad. "En la
divinización de la humanidad de Cristo por la encarnación está 2. En fe, amor y esperanza
radicalmente incluida la divinización de los hombres. La teo-
logía patrística ve la encarnación en sí misma como gracia divi- La gracia de Dios se hace vida del hombre tomando la
nizante para toda la humanidad. En su misma esencia la encar- forma concreta de comunicación interpersonal en fe, amor y
nación es un acto de solidaridad del Hijo de Dios hacia los esperanza. De ese modo Dios habla y obra en el corazón y
hombres: al hacerse hombre como nosotros, nos hace hijos en la historia, así escucha y responde el hombre. El misterio
de Dios. En la humanidad divinizada del Hijo de Dios están se hace experiencia. Cuando predomina el concepto estático
destinados todos los hombres a la adopción filial. La gracia de la gracia santificante, las virtudes teologales se desvirtúan
cristiana es la gracia de la divinización del hombre como par- en teología y en espiritualidad. Ahora vuelven a ocupar pri-
ticipación en la divinización de la humanidad de Cristo por meros planos, como les corresponde según la S. Escritura.
la encarnación... En la resurrección de Cristo, fase final de Expresan la vida cristiana en su máxima calidad y plenitud,
la encarnación y de la divinización de su humanidad, se cumple
no ya las condiciones mínimas para ser y llamarse cristiano.
finalmente la divinización del hombre por el don del Espíritu
A la vez que forman el núcleo íntimo de la revelación cristiana,
Santo" 8.
responden a las aspiraciones más hondas de la experiencia
3. Con la fuerza del Espíritu. Por obra del Espíritu Santo humana: luz y sentido, amor y comunión, felicidad y plenitud.
se hace realidad viva y operante nuestra condición de hijos "Lo que es primordial en la realidad objetiva de la revelación
de Dios: podemos llamar Padre a Dios, orar, amar y anunciar debe volver a ser primordial en la devoción subjetiva de la
el evangelio, por virtud del Espíritu Santo que se nos ha dado existencia religiosa" (Pablo VI).
(Rom 5,5). De él proviene realmente, y no sólo verbalmente,
el calificativo de "espiritual", que utilizamos frecuentemente
en este contexto. El Espíritu Santo convierte la gracia trinitaria Fuentes y vicisitudes históricas
y cristológica en principio de vida y acción. Prolonga la encar-
nación, realiza la santificación, lleva a plenitud los dones y fru- Un breve recorrido histórico-doctrinal es el mejor modo
tos de la redención. De esa manera revela su "personalidad". de entrar en el significado y el dinamismo de las tres "virtudes
Se caracteriza por el dinamismo santificador en formas muy teologales". Toda la riqueza encerrada en ellas se ha ido des-
variadas, no siempre perceptibles a la conciencia del hombre. cubriendo a base de experiencia y reflexión. Hago alusión a
Es un dato primario de la revelación y de la teología. cuatro momentos, cada uno de ellos con su perspectiva y sus
La presencia y acción del Espíritu, aunque íntima y mis- aportaciones.
teriosa, se manifiesta y actúa en variedad de sacramentos, sig-
nos y mediaciones: renueva la faz de la tierra. Su distintivo a) Herencia bíblica. Con uno u otro nombre, a todo lo
es el amor. El dinamismo del Espíritu no se apoya en privilegios largo de la revelación bíblica, las actitudes teologales consti-
de fuerza física o intelectual, sino que es patrimonio común tuyen la forma en que el hombre recibe y vive, realiza e inter-
de todos los cristianos. Realiza grandes obras con instrumentos preta su relación con Dios. Fe, esperanza y caridad llenan lite-
débiles, medios pobres, personas sencillas: María en la encar- ralmente las páginas del NT. Es lo primero que Cristo ofrece,
nación, apóstoles en la evangelización, etc. Basta que se dejen lo primero que exige, lo que más recomienda. Es el don supre-
guiar y colaboren con todo su ser y vivir, como "instrumentos mo que ha traído como distintivo a sus discípulos. Cristianos
vivos". No requiere especiales dotes de inteligencia y técnica, son: quienes creen en Jesús y en su evangelio del Reino de
aunque también utiliza esos valores y recursos humanos. Dios; los que aman a Dios como Padre, se aman y aman a
todos como hermanos; los que esperan activamente la venida
8
J. ALFARO, Cristología y antropología, Madrid, 1973, pp. 96-97. del Salvador, la realización progresiva del Reino de Dios en
76 VIDA TEOLOGAL 2. FE, AMOR Y ESPERANZA 77

la tierra y su plenitud en forma gloriosa. Por contraste, los tación más valiosa que el doctor místico ha hecho a la teología
no cristianos serán definidos: los no creyentes, los que no aman, espiritual; superior incluso a su doctrina sobre la noche oscura.
los que no tienen esperanza. Creación original y meritoria, por haber sido hecha en un siglo
El mensaje teologal de Jesús es elaborado ampliamente por que organizaba la vida espiritual en torno a la oración, las
los autores del NT, en especial por Pablo y Juan, que desarro- virtudes morales y los dones del Espíritu Santo. No utiliza la
llan sus varios aspectos: la fuerza salvadora y crítica de la fe, expresión "vida teologal" u .
el valor supremo y distintivo de la caridad, la plenitud esca- Fe, esperanza y caridad ocupan todos los puestos clave y
tológica de la esperanza. San Pablo es el primero que utiliza cumplen todas las funciones importantes de la vida espiritual:
en varias ocasiones la fórmula completa, añadiendo a la yux- purificación y unión, ascética y mística, oración y existencia
taposición la afirmación explícita de su unidad: "Al presente corriente. Desarrolla gran variedad de aspectos. Le sirven, en
permanecen estas tres cosas: fe, esperanza, caridad. Pero la primer lugar, para presentar el don de Dios y su propia vida:
más excelente de ellas es la caridad" (ICor 13,13)9. Dios es la sustancia de la fe, es el principal Amante, es la
Resumiendo una exposición de la doctrina veterotestamen- beatitud. Descubre en sus dones esas tres líneas o cauces bien
taria sobre este punto, concluye J. Alfaro: "La existencia del marcados. El misticismo gira en torno a fe, esperanza y caridad,
pueblo y del individuo está, pues, caracterizada en el AT como ya que tiene por misión recibir a Dios conforme El se comu-
respuesta al amor y a la fidelidad de Yahvé. Una respuesta nica. Son el medio único e inmediato de la unión con Dios.
que une íntimamente la fe y la esperanza en su dimensión No en plan de conquista, sino porque Dios se da en fe, amor,
común, la confianza en Dios, y que integra la actitud del hom- esperanza. También la exigencia ascética ha sido encomendada
bre ante el prójimo en su relación misma con Dios: sumisión al cuidado de las virtudes teologales. Ellas son las encargadas
a la gracia de Yahvé, cumplida en el reconocimiento de su de escoger los medios, valorarlos, depurarlos, para que sirvan
acción salvífica y en la conducta para con los demás hombres. a su propósito teologal. La Subida del Monte Carmelo traza
Esta visión de la existencia humana será recogida y al mis- el esquema de cómo una vida humana se hace cristiana, y de
mo tiempo profundamente modificada en la revelación cris- cristiana pasa a espiritual, por medio de estas actitudes, capaces
tiana" 10. de transformar no solamente las mediaciones religiosas, sino
también las aficiones y actividades profanas. Lamenta el santo:
b) En la espiritualidad. En el ámbito de la espiritualidad muchos "nunca acaban de dar en la sustancia y pureza del
y de la mística no ha sido relevante el papel asignado explí- bien espiritual", por no saberse gobernar según estas virtudes
citamente a las virtudes teologales como conjunto. Excepción (libro II, c.6).
llamativa es san Juan de la Cruz, que con cuatro siglos de
anticipación ha hecho de la fe, el amor y la esperanza los ejes c) Concilio Vaticano II. El Concilio ha dado impulso deci-
de la vida cristiana y espiritual desde su primera germinación sivo a las virtudes teologales. Ha sido ocasión de que saliera
hasta su máximo desarrollo en todas sus posibles formas de a superficie y tomara consistencia una manera de pensar y de
santidad. Su doctrina sobre las virtudes teologales es la apor- vivir en cristiano que ya existía como experiencia generalizada.
No les da el nombre habitual de "virtudes", ni de "teologales";
9
¿De dónde ha tomado Pablo la fórmula? En la primera de sus cartas, para evitar el estrechamiento de horizontes que uno y otro
san Pablo la da como conocida de los destinatarios (ITes 1,3). La familiaridad término sugieren en su uso corriente: virtudes como hábitos
de san Pablo y de sus fieles con la tríada teologal parece tener su origen
11
en la antigüedad cristiana, y probablemente en Cristo mismo. Cf. E. B. ALLO, En otras ocasiones he presentado la síntesis de san Juan de la Cruz
Saint Paul, Premiére epitre aux corinthiens, 2.a ed., París, 1956. sobre virtudes teologales y vida teologal. Cf. F. Ruiz SALVADOR, Introducción
10
J. ALFARO, "Actitudes fundamentales de la existencia cristiana", en a san Juan de la Cruz, Madrid, 1968, pp. 443 ss.; id., Estructuras de la vida
su obra Cristología y antropología, Madrid, 1973, pp. 413-476. Texto citado teologal: Monte Carmelo, 38 (1980), 367-387. Los espirituales y teólogos no
en p. 420. Estudia ampliamente el carácter dialogal de las virtudes teologales advirtieron la gravedad de la innovación, y se perdió una gran oportunidad
en la Biblia y en la teología. para el desarrollo de la teología espiritual y la mística.
78 VIDA TEOLOGAL 2. FE, AMOR Y ESPERANZA 79
de una determinada potencia; teologales en cuanto dirigidas denominación aplicada a una cualidad estable y habitual de
directa y únicamente a Dios. Prefiere designarlas con sus nom- una facultad humana, para hacer las cosas con mayor perfec-
bres particulares: fe, caridad, esperanza. ción y prontitud. Ahora bien, fe, amor y esperanza son "in-
La iglesia se define a sí misma como unidad teologal: "Cris- terpersonales", de reciprocidad también pasiva como modos
to, único Mediador, instituyó y mantiene continuamente en y medios del trato de Dios con el hombre; y también "tota-
la tierra a su iglesia santa, comunidad de fe, esperanza y cari- lizantes", es decir, no se limitan a modificar cada una de ellas
dad, como un todo visible" (LG 8; UR 2). Con los mismos un único sector o potencia del sujeto, sino que cada una trans-
elementos define la santidad, única y diferenciada (LG 41). forma la totalidad de la persona y la hace creyente, amante,
En consecuencia con estos principios, el Concilio se sirve de esperante en todo su ser y obrar. Dado su carácter totalizante,
la fe, esperanza y caridad, para caracterizar la existencia, la cada una de las tres está presente y configura a las otras dos.
forma de vida y de acción, la santidad de cada grupo y de Ama lo que cree y espera; espera lo que cree y ama; cree
cada cristiano: sacerdotes y seminaristas (OT 8); seglares (AA lo que ama y espera. Constituyen tres dimensiones compene-
4.16; LG 31; GS 48; CD 30); religiosos (PC 25); María san- tradas de una misma relación global entre Dios y el hombre.
tísima (LG 61.64). Definen a la iglesia en su santidad, le dan Realizan en forma dinámica y vivencial los dones y exigencias
programa y energía para su actuar en las tareas de la historia de la gracia n.
humana (GS 1.11.20.21.42). Fe, esperanza y caridad impulsan
a ocuparse de la historia terrestre, en cuanto ésta forma parte
de la historia de salvación (AA 4).
Teofanía y respuesta creyente
El texto conciliar marca algunas orientaciones de mucho
alcance: 1) organizan la entera vida del cristiano en torno a Fe, amor, esperanza, son al mismo tiempo comunicación
un mismo eje dinámico; 2) las tres forman unidad estructural y obra de Dios, y actitud humana de acogida y respuesta libre.
y dinámica; 3) convierte las virtudes teologales en eje dinámico En perfecta correspondencia de contenidos y de estilo. Es Dios
y esencial de todo el plan salvífico: revelación de Dios, res- quien da a ese trato contenidos y formas concretas. Hacemos
puesta del hombre, acción en la historia; 4) hace de ellas el una breve presentación de la fe, la esperanza y la caridad, como
elemento caracterizante de la santidad eclesial y de las diversas formas dialógicas en que se expresa la alianza por ambas
espiritualidades en que ésta se concreta; 5) incorpora y unifica partes.
en ellas toda la existencia y las tareas del cristiano, camino
y santidad, acción social y apostolado. a) Reciprocidad del diálogo Dios-hombre. En clave teofá-
d) La teología. La nueva teología ha preparado y prolonga nica interpretamos la historia de los dos Testamentos. La pala-
la línea conciliar. Ensancha las perspectivas de la teología ante- 12
Cf. J. ALFARO, "Actitudes fundamentales...", o. c, pp. 474-475. En esta
rior, que interpretaba el dinamismo teologal en otras catego- misma línea, K. RAHNER sintetiza las líneas actuales de la investigación sobre
rías: hábitos, virtudes, potencias. Acentúa ciertas modalidades, las virtudes teologales en estos tres puntos: 1) Las virtudes teologales dan
que ya hemos destacado en el concilio: mayor unidad e inter- la capacidad de relacionarse inmediatamente con Dios, sin que se interponga
dependencia entre las tres, referencia constante a la persona la creaturalidad del sujeto humano. Son gracia creada y gracia increada, pero
de manera concreta y dinámica. 2) Las tres forman una totalidad. Son dife-
de Jesucristo, inclusión de personas e historia como lugar y rentes en cuanto corresponden a diversas fases o aspectos de una misma
parte del encuentro con Dios. relación global. No se distinguen como potencias sectoriales. 3) Debido a
El Concilio Vaticano II habla constantemente de fe, amor su unidad e inclusión recíproca, se puede decir que el conjunto teologal recibe,
según épocas, diferentes tonalidades en conformidad con la virtud teologal
y esperanza; pero sin darles el nombre de "virtudes", ni de que predomina. K. RAHNER, en Lexikonfür Theologie und Kirche, 10, pp. 7()-8().
"teologales". Las hace actuar con total participación de la per- Cf. J. GALOT, // trastero delta speranza, Assisi, 1971, pp. 25-26; A. Mu MI i,
sona y en toda clase de objetos y situaciones, a) "Virtud" es enDTC, 15, 2746.
80 VIDA TEOLOGAL 2. FE, AMOR Y ESPERANZA 81
bra de Dios y su amor electivo justifican las grandes gestas la persona, como garantía de seguridad para otra persona. La
de los creyentes en el AT (Hbr 11), y la entrega confiada de gracia inspira en nuestro corazón el sentimiento de confianza
Pablo en cadenas: "sé a quién he creído" (2Tim 1,12). "En filial en nuestro Padre, que es una llamada interna a poner
eso está la caridad: no en que nosotros hayamos amado a Dios, nuestro destino personal en las manos de Dios para siempre...
sino que El nos amó y envió a su Hijo" ( U n 4,10). En esa No es necesario insistir en el aspecto personal de la caridad
misma clave se interpreta la historia posterior de la iglesia, teologal. Su fundamento es la actitud divina personal por exce-
y sobre todo las vicisitudes de la existencia personal. Dios se lencia, la autodonación amorosa con la que Dios invita al hom-
ha anticipado en todo de manera irrevocable con palabras y bre a aceptar su amistad. La gracia hace que esta invitación
sea en nosotros esa íntima experiencia en la que nos sentimos
hechos. "Quiso Dios, con su bondad y sabiduría, revelarse a
hijos de Dios y desde nuestro corazón le invocamos como
sí mismo y manifestar el misterio de su voluntad. En esta reve- Padre; es una interna llamada a centrar en Dios lo que hay
lación, Dios invisible, movido de amor, habla a los hombres de más íntimo en nuestra existencia, el amor" 13.
como amigos, trata con ellos para invitarlos y recibirlos en su
compañía... A Dios que se revela debe el hombre una sumisión
de fe. Por la fe el hombre se entrega entera y libremente a c) Iniciativa divina y gratuidad permanente. Dios es Sujeto
Dios..., asintiendo libremente a lo que Dios revela" (DV 2 y 5). activo que habla y ama, antes que "objeto" en quien creemos
b) Relación tridimensional. En cuanto a contenido y for- y esperamos. Podemos decir que es El quien primero "practica"
mas de la comunicación, es Dios mismo quien escoge, toma las virtudes teologales o vive la actitud teologal en forma plena
la iniciativa y pone los medios para esta relación tridimensio- y creativa. Por su comunicación suscita en el hombre esas mis-
nal. El creyente acoge y responde en consonancia con el don mas capacidades y actitudes. Es carencia y deformación grave
y la interpelación de Dios. De nuevo recurrimos a la formu- tomar las virtudes teologales como ejercicio de piedad ascética:
lación clara y densa del autor citado: creo en Dios, amo a Dios, espero en Dios. Queda enterrado
entre los presupuestos el hecho primordial: Dios se me revela,
me ama, me da y promete. Privados de esa base, mi creer-
"La revelación, cuya aceptación libre es la/e, es en su aspec- amar-esperar no corresponde a nada, queda sin objeto. La
to más propio una actitud personal de Dios: es 'Deus loquens', dimensión pasiva de fe, esperanza y caridad es fundamental,
Dios en la actitud personal de acercarse al hombre, para enta- tanto desde el punto de vista teológico como del lado expe-
blar con el la relación esencialmente personal de la palabra...
riencial. Imposible justificar las actitudes teologales del hom-
En el hecho y por el hecho de hablar, Dios se revela a sí mismo,
abre el misterio de su propia vida y conciencia; es una autorre- bre, totalitarias e incondicionales, si no se las hace correspon-
velación, que es autodonación: Dios se da a sí mismo en su der con una base previa y sólida por parte de Dios.
palabra, como garantía de verdad y salvación... Como la reve-
Reacción lógica y sobrenatural. Creer, amar, esperar: es la
lación es fundamentalmente una actitud personal de Dios, la
fe es fundamentalmente una actitud personal del hombre en lógica reacción del nombre a la conducta que Dios tiene hacia
respuesta a Dios que habla: la fe es 'credere Deo', creer a él. Lógica y sobrenatural, es decir, fruto de una gracia que
Dios, relación de persona a persona. El hombre no puede por le hace capaz de percibir y corresponder. Una persona es cre-
sí mismo creer a Dios; es Dios mismo el que internamente yente cuando Dios le dirige la palabra, el amor y la promesa,
le infunde confianza en su persona y palabra, y le invita así y le invita y capacita para responder en fe, amor y esperanza;
a trascender todo lo visible y apoyarse únicamente en su invi- y de hecho corresponde libremente al don y a la invitación.
sible testimonio... Primero escuchar. La experiencia teologal no empieza por
El fundamento de nuestra esperanza es Dios mismo en la hablar, programar, hacer, precipitarse, aunque se trate de amor
actitud eminentemente personal de la promesa. El sentido ínti-
mo de la promesa es una invitación personal a la confianza: 13
J. ALFARO, "Actitudes fundamentales", o. c, pp. 350-352. Sobre l;i "uni-
tú puedes fiarte de mí; la promesa incluye cierta entrega de dad de la vida teologal", cf. G. PIAÑA, "Esperanza", en NDE. pp. íil.l-oM.
82 VIDA TEOLOGAL 3. MEDIADOR Y MEDIACIONES 83

y servicio. Para el cristiano, lo primero es fe de escucha, creer de posesión y promesa, invitación y apremio del Espíritu,
en el amor de que es objeto, y descubrir los planes y obras impulso y deseo de plenitud. Promesa de asistencia actual, de
de Dios que actúa en la historia. En un segundo tiempo cola- mayores dones en dimensiones de gloria, despierta natural-
borar y organizarse en consonancia. Mística y ascesis. En la mente el deseo confiado de visión y plenitud.
experiencia teologal tenemos realizada claramente la natura-
leza propia de la experiencia cristiana, pasiva y activa al mismo
tiempo, personal y libre. Hay mística y ascética juntas. Y esa
bipolaridad caracterizará a todos los elementos en que se 3. Mediador y mediaciones
encarna y despliega: oración, apostolado, ascesis, crecimiento
espiritual. Todo, aun lo más humano y activo, lleva en su raíz En el trato directo y familiar de Dios con el hombre inter-
la pasividad. vienen personas, acontecimientos, objetos, lugares, que quedan
Unidad dinámica. Forman las tres virtudes un conjunto uni- incorporados a la relación personal. Participan también las
tario y dinámico. Actúan integradas, como dimensiones com- capacidades y componentes de la persona: cuerpo y mente,
plementarias de una misma relación interpersonal. Cada una imaginación y sensibilidad, corazón y experiencia. Todo ello
de ellas es una totalidad, de manera que toda la persona es confiere a la revelación y a la vida teologal cercanía y realismo.
creyente, la persona entera es amante y esperante. Aunque Al mismo tiempo ocasiona cierta opacidad que obliga a vivir
sí tiene cada una de ellas su centro dinámico en determinadas la comunión en actitud de trascendencia.
facultades o tendencias del hombre cristiano. Cada una de estas
actitudes de creer, amar, esperar, engloba la totalidad del suje- Hablamos de mediaciones en el marco de las relaciones
to y la totalidad de su existencia, en largo y en ancho. No entre el hombre y Dios. Mediación es un concepto fundamental
soportan la reducción a sectores de la estructura psíquica o de la teología, que responde a la estructura y a la dinámica
de la realidad externa. Guardan de hecho y de derecho íntima de la revelación. Dios se dirige a la persona en su íntima liber-
correspondencia con la estructura espiritual del hombre. Entre tad. Para hacerse oír, entender y amar, hace uso de toda clase
ellas se distribuyen adecuadamente la tarea de acoger la tota- de medios que faciliten y estimulen la relación personal. Las
lidad del don divino y de poner en condiciones de correspon- mediaciones tienen naturaleza y funcionamiento teologales, y
dencia a la creatura humana. Juntas llevan a cabo esta labor. exigen tratamiento teológico serio, para no reducirse a prác-
ticas devocionales o gestos públicos de religiosidad 15.
La fe es el oído del hombre a la palabra de Dios; la mirada
y comprensión. Se hace cargo de la verdad, del contenido y hace amar con la fuerza que El la ama, transformándola en su amor, como
significado de los hechos, las cosas, las personas, en que Dios habernos dicho; en lo cual le da su misma fuerza con que puede amarle,
ha puesto su luz. No es lo mismo que el amor, aunque implique que es como ponerle el instrumento en las manos y decirle cómo lo ha de
también entrega personal. A la caridad le corresponde la actua- hacer, haciéndolo juntamente con ella; lo cual es mostrarle a amar y darle
ción más fuerte del encuentro. Es el amor de Dios y la res- la habilidad para ello". (SAN JUAN DE LA CRUZ, Cántico espiritual, 38,4).
15
F. Ruiz SALVADOR, "Mediaciones", en NDE, Madrid, 1991,
puesta al amor de Dios, con el mismo amor personal que es pp. 1206-1218; id., Discernimiento y mediaciones: RevEspir, 38 (1979), 559-578;
el Espíritu Santo u. La esperanza actúa en esa misma forma S. GAMARRA, Teología espiritual, pp. 299-306; L. GUTIÉRREZ VEGA, La obe-
diencia religiosa desde la teología de las mediaciones: Vida Religiosa, 42 (1977),
14
"Es de notar que no dice aquí el alma que le dará [Dios] allí su amor, 453-477; J. MARTÍN VELASCO, Introducción a la fenomenología de la religión,
aunque de verdad se lo da, porque en esto no daba a entender sino que Madrid 1978 (las mediaciones objetivas de lo sagrado, pp. 130 ss.; las media-
Dios la arriaría a ella, sino que allí mostraría cómo le ha de amar ella con ciones subjetivas, pp. 153 ss.); Ch. A. BERNARD, Médiations spirituelles el diver-
la perfección que pretende. Por cuanto El allí le da su amor, en el mismo sité des spiritualités: NRT, 92 (1970), 605-633; id., La médiation en spiritiuilité,
la muestra a amarle como de El es amada, porque, además de enseñar Dios en Médiation. Studia Missionalia, 21 (1972), 321-336; M. VAN CASTI.U, Le
allí a amar al alma pura y libremente sin intereses, como El nos ama, la rencontre de Dieu se fait dans les médiations: Lumen Vitac, 20 (l%5), 7-29;
84 VIDA TEOLOGAL 3. MEDIADOR Y MEDIACIONES 85

ya que El mismo se hace hombre. A la vez que hace uso de


Sagrada Escritura todos los "medios" de comunicación que evidencian y poten-
cian la relación. La actitud del hombre cambia en la misma
Empezamos directamente por hechos y palabras de la reve- proporción: hemos visto su gloria, hemos convivido íntimamen-
lación, antes de categorizarlas en una definición. En la S. Escri- te, comido y bebido con él durante años, hemos escuchado
tura encontramos todos los elementos en abundancia para ela- y registrado en directo sus palabras y sentimientos, milagros,
borar una sólida espiritualidad de las mediaciones: existencia, gestos, gozos y sufrimientos. No hemos visto solamente una
naturaleza, variedad, aplicaciones, utilidad, abusos. figura de Dios, sino a Dios en persona, y hemos escuchado
su Palabra (Jn pról; Un 1,1), en fe y sensibilidad.
a) La antigua Alianza. "De manera fragmentaria y de Jesucristo es el Mediador de la nueva Alianza, el único
muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros padres por verdadero mediador (lTm 2,5). En él se funda la nueva manera
medio de los profetas; en estos últimos tiempos nos ha hablado de trato entre Dios y los hombres. Y como consecuencia, innu-
por medio del Hijo" (Hbr 1,1-2). Estas palabras afirman a la merables mediaciones o submediaciones, que actualizan y des-
vez continuidad y contraste entre el AT y el NT. Continuidad pliegan en la historia su mediación. Podemos decir que man-
en la alianza de Dios con los hombres. Contraste entre la pala- tiene la estructura sustancial del AT: alianza (nueva), man-
bra profética, fragmentaria y provisional, y la nueva Palabra damientos (el amor), sacrificio (la cruz y la eucaristía), el pue-
total y personal que es Cristo (Hbr 8,6; 9,15). blo (la iglesia), oraciones (Padre nuestro), Moisés y los profetas
El AT mantiene valor insustituible en la teología de las (él mismo), etc. Así podríamos ir señalando el paralelismo y
mediaciones. La antigua Alianza está basada enteramente en la novedad del trato entre Dios y el hombre en el NT.
mediaciones y mediadores: palabras y hechos de Dios, el pue-
Es mediador con toda su persona, sus sentimientos, pala-
blo, la ley, el arca, el sacrificio, el templo y los ritos, oraciones,
fiestas, ayunos y peregrinaciones; profetas, sacerdotes y reyes, bras y gestos: "El es imagen de Dios invisible (Col 1,15), es
Moisés en particular. Todas ellas hacen sensible e invitante también el hombre perfecto... El Hijo de Dios con su encar-
la presencia del Señor. Pero no es la materialidad de personas nación se ha unido en cierto modo con todo hombre. Trabajó
y objetos la que crea automáticamente la comunión. Es el cora- con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró
zón creyente el que da a estas "expresiones" de los beneficios con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre" (GS
y de la presencia constante de Dios sentido de adoración, ofre- 22). En Cristo se encarna no solamente el ser de Dios y de
cimiento, acción de gracias, etc. El uso de mediaciones implica hombre, sino el doble movimiento: el amor humano de Cristo
la vivencia interiorizada de las mismas. Abundan en las páginas revela el amor de Dios a los hombres, y también el amor con-
del AT las narraciones de abusos y condenas: a) exterioridad siguiente del hijo al Padre, del hombre a Dios.
de palabras y gestos vacíos sin fe ni amor; b) absolutización En su trato y actividad salvífica, Jesús hace uso continuo
idolátrica de los objetos desvinculados de su referencia a Dios; e intencionado d e mediaciones de todo tipo: mirada, palabra,
c) trastorno de jerarquía que cumple inflexible el detalle y des- tacto, saliva, imágenes del campo y de la vida, visita a la casa,
cuida los mandamientos más graves: amor de Dios y del her- comer juntos. Instituye una comunidad de fe, fundada en su
mano, la ayuda a los padres y a los pobres y necesitados. palabra, la eucaristía, el amor fraterno, etc. Es sensible, refle-
b) Jesucristo, mediador de la nueva Alianza. En Jesucristo xivo, espontáneo, crítico, con mezcla de milagros y humilla-
la mediación adquiere calidad de absoluta "inmediatez". Dios ciones. Vive las vicisitudes de la historia humana en sus varian-
mismo en persona entra en contacto directo con los hombres, tes innumerables. Reprende con severidad los graves abusos
que se han generalizado: la exterioridad en el culto y la oración,
A. DREZE, Rencontrer Dieu dans l'évenement: ib., pp. 47 ss.; Mysterium Salutis,
en la limosna y la penitencia; los honores, la dureza de corazón
I, c. 1. con los pobres; la. ceguera para descubrir los signos qtic ;mim-
Kí) VIDA TEOLOGAL 3. MEDIADOR Y MEDIACIONES 87

cian el Reino de Dios; la curiosidad en acercarse a Jesús pre- La naturaleza del hombre y de la creación los convierte Dios
tendiendo milagros, etc. en espacios familiares de su encuentro con el hombre: con-
Sobre esta base de palabras y hechos concretos de la ciencia, corazón, sensibilidad, cuerpo, la fiesta y el trabajo, la
S. Escritura, que manifiestan el plan salvífico y la pedagogía compañía y la soledad, el agua y el pan, el campo, el arte,
de Dios, se hace más sólido y claro el discurso teológico-es- la técnica, las personas en su infinita dignidad, y también en
piritual sobre las mediaciones. su condición de miseria.
La condición mediadora es enriquecimiento y dignifica per-
sonas y cosas, respetando su ser y peculiaridades, que las hacen
Naturaleza de la mediación aptas para significar y transmitir el don sobrenatural. La cali-
dad mediadora potencia la realidad, enriqueciéndola con capa-
Mediación significa la función de una realidad que, además cidades alusivas y efectivas a otros valores que de algún modo
de poseer su propio ser y en virtud del mismo, representa y están en ella. No le hace violencia, sino al contrario, la dota
comunica otros valores más allá de sí misma, con los que guar- de nueva calidad sobrenatural. Se da la posibilidad y el hecho
da relación. Se da ese mismo nombre y también el de "medio" de que una realidad superior cumpla funciones de mediación
a la realidad que cumple esa función. El sacramento es media- con relación a otra inferior: Cristo es mediador del encuentro
ción sensible y espiritual, porque indica la presencia activa de personal con el Padre y también con los hombres. Su condición
Cristo y su encuentro con el hombre. La categoría "mediación" de mediador en estas relaciones no implica inferioridad o ins-
es general, y no las uniforma a todas ni las hace intercam- trumentalización de Cristo.
biables. Conviene enriquecer esta expresión con otras varias Dios se abisma en mediaciones. Dios cuenta con la sensi-
conocidas en teología: signo, sacramento, imagen, etc. bilidad, como vía de acceso a la intimidad del espíritu humano
Damos el nombre de "mediación teologal" a la capacidad y a su amor y libertad. Dispone y utiliza toda clase de medios.
espiritual que reciben y tienen ciertos objetos, personas, gestos, Cuando el hombre vuelve la mirada a esas realidades, descubre
de presentar la acción de Dios en el hombre, y de despertar en ellas un doble ser: su naturaleza sencilla y perceptible a
y expresar la acogida y respuesta de éste a la acción de Dios. los ojos; y el ser relacional, que las dota de significado personal
Si se trata de persona, la llamamos mediador; si de objeto y las hace hablar desde dentro. En este caso no es necesario
o acto, decimos medio; cuando uno u otro cumplen sus fun- atribuirles contenidos piadosos. Basta contemplarlas en fe y
ciones, hablamos de mediación. amor y escuchar su mensaje. Dios-hombre-mundo, tres ele-
La eficacia mediadora de personas y cosas se funda pri- mentos en constante interrelación teologal. Su conjugación
mordialmente en la presencia y acción de Dios en ellas. La depende de las cosas, de los momentos, de la materia que se
realidad mediadora está dotada de tres dimensiones: a) con- trata. Pero están presentes todos, sin dejarse absorber. AA 4
sistencia y valor propios de orden natural y sensible; b) pre- es un buen ejemplo de la doble integración: Dios, hombre,
sencia elevante de Dios, que la dota de eficacia y significado mundo; y fe, esperanza y caridad.
salvíficos; c) participación del hombre, que la interpreta y uti- El hecho de que Dios utilice mediaciones en su trato con
liza con la finalidad que previamente Dios le ha dado. el hombre impone sus rasgos a la experiencia teologal del hom-
No es el hombre quien fabrica mediaciones, a manera de bre. No basta creer en la conciencia, amar de corazón a cora-
"escaleras", con intento de subir hasta Dios a conquistar su zón. Se tiene que enfrentar con la palabra de Dios hecha his-
amistad y los arcanos de su sabiduría. La "condescendencia" toria, naturaleza, acontecimientos favorables y desfavorables,
de Dios es el origen de todas sus manifestaciones de gracia personas. En este sentido se habla de una "presencia de Dios"
y de naturaleza. Como hablamos de la "naturaleza de la gra- en la realidad humana, que antecede y fundamenta la presencia
cia", debemos hablar también de la "gracia de la naturaleza". como ejercicio de atención. La primera es objetiva y básica-
88 VIDA TEOLOGAL 3. MEDIADOR Y MEDIACIONES 89
mente teologal. Las manifestaciones de Dios y el alcance de a) En la presencia, fase primera de la comunión, el cre-
las virtudes teologales desbordan el campo propiamente reli- yente exprime a la realidad humana todo su contenido de valor
gioso. Ha sido una pérdida y sigue siéndolo en la actitud cris- creado y de fuerza alusiva. Personas, acontecimientos de la
tiana de quienes ven "presencia de Dios" y aplican la propia historia, objetos y fenómenos de la naturaleza, en sí mismos
fe, caridad, esperanza, únicamente en el ámbito de los dogmas y en la vida de los hombres, poseen verdad, bondad, fuerza,
y de la piedad, sin salir con ella a enfrentarse con la historia. armonía, libertad, a la luz de su origen divino y función sal-
Semejante restricción es arbitraria y empobrecedora en la eco- vífica. La mediación es el lugar del encuentro, donde se lleva
nomía de la revelación cristiana. Fe, esperanza y caridad se a cabo la comunión, no mero pretexto para acordarse de Dios
meten de lleno en la contemplación y trasformación del mundo y saltar al mundo sobrenatural. Los sacramentos y el hermano,
(AA4, GS11). por ejemplo, son medios en los cuales, no solamente a través
Cuando el creyente ve e interpreta la naturaleza y la historia de los cuales, Dios realiza el encuentro de salvación.
como obra y palabra de Dios, no inventa; simplemente observa b) La trascendencia es la fase decisiva, el movimiento que
el gesto y escucha la palabra que Dios le dirige, por medio lleva al encuentro y a la experiencia teologal propiamente
de personas, acontecimientos y cosas. dicha. Hay una trascendencia "interna", que tiene lugar en el
uso mismo de la mediación. Por ejemplo, el amor al hermano
en Cristo y a Cristo en el hermano. Trascender la mediación
Tratamiento espiritual: presencia y trascendencia no significa dejarla de lado, prescindir de ella.

Dada su naturaleza polivalente, las mediaciones requieren La mediación sigue presente haciendo de apoyo al encuen-
tratamiento particular. Por un lado, tienen su consistencia y tro ontológico y sensible. La trascendencia o movimiento hacia
significación propias; por otro, están esencialmente referidas Dios infinito conlleva cierta dosis de "negación"; pero no niega
a una realidad trascendente. Si la persona prescinde de su con- la realidad creada, sino se niega a cerrar en ella el movimiento
sistencia real y la sobrevuela, para lanzarse directamente a la de fe, amor y esperanza, dirigido al mismo Dios. Trascedencia
trascendencia, se queda sin "mediación" real. Cuando se cierra es al mismo tiempo autotrascendencia, esa capacidad que tiene
y estanca en el objeto, lo convierte en realidad mundana y la persona para abrirse a la realidad que desborda su mundo
se queda sin impulso "teologal". El aprovechamiento de las psicológico y racional.
mediaciones está encomendado a la fe, caridad, esperanza, que De esta presencia-trascendencia poseemos ejemplos y doc-
leen e interpretan, valoran y orientan los medios hacia la comu- trina abundantes. Como san Juan Bautista, personas y cosas
nión pasiva y activa con Dios. Para hacerlo, cultivan "simul- de la creación son: voz, mensajeros, precursores, reflejos. Y
táneamente" doble movimiento: presencia y trascendencia. también numerosos ejemplos de abusos personales y colectivos
El vocablo "mediación" se presta a tratamiento y a inter- a lo largo de la historia, incluido el presente: absolutización
pretación superficiales: un modo de utilizar las realidades de lo humano y temporal en la religión, insensibilidad frente
humanas como mero "instrumento" de paso que utilizamos a formas humildes y claras de presencia divina.
en el camino hacia la trascendencia. En este caso, habría ins- La vivencia espiritual de las mediaciones requiere una cui-
trumentalización y manipulación, que elimina o desatiende su dadosa educación teologal: depuración, transparencia, lanza-
valor propio, para convertirlas en signo alusivo a una realidad miento. No viene espontánea ni de primer movimiento. Ya
diferente de ellas. La deformación resultaría más grave, tra- hemos visto cómo tanto el AT como el NT aluden con fre-
tándose de personas. Aunque puedan existir y de hecho existan cuencia a los abusos de idolatría o, por el contrario, descuido
abusos de este tipo, no son inherentes al carácter mediador de las mediaciones. Los profetas y Jesús mismo han dedicado
de una realidad. especial atención a la tarea. Jesús lo hace incluso con las prác-
90 VIDA TEOLOGAL 3. MEDIADOR Y MEDIACIONES 91

ticas más valiosas que él mismo recomienda: la oración, las mes proporciones, estructuras y medios humanos de vida y
obras de caridad y limosna. acción. En ella, María, los santos.
La "purificación" de la vida teologal reviste particular El culto y la liturgia: la celebración eucarística en primer
importancia en san Juan de la Cruz. La vida teologal es el lugar, los sacramentos con su varia significación, el año litúr-
centro en que tienen su origen y terminación las distintas gico con la celebración continuada de la presencia de Cristo
mediaciones, que deben intervenir de manera eficaz y trans- y de la historia de la redención.
parente. Todas ellas necesitan discernimiento teologal, aun las Contemplación: encuentro personal e íntimo con Dios y
más nobles y sagradas: la liturgia y las gracias místicas, los sus misterios, en la liturgia, la oración, el trabajo, en la comu-
sacramentos, las imágenes, las personas y la naturaleza, el don nidad. Se alimenta de otras mediaciones, no vive aislada.
de profecía o de hacer milagros. Todo, absolutamente todo, La naturaleza cósmica: en su armonía, belleza, grandeza,
tiene que pasar por el control de calidad de la vida teologal. potencia, valor y significado creacional. En sí misma conserva
Porque los medios, si dejan de servir para lo que están, se esa fuerza de inspiración creacional y de fuerza regeneradora.
convierten en estorbos, como cualquier otro objeto ajeno. La Sufre íntimamente el hombre al verla en peligro, por los abusos
clave son siempre el amor y la fe: "Como haya devoción y de una explotación indiscriminada.
fe, cualquier imagen bastará. Mas si no la hay, ninguna bastará; Sociedad, familia, política y técnica, trabajo, arte, cultura,
que harto viva imagen era nuestro Salvador, en el mundo, y progreso: son realidades y actividades donde el hombre, el cre-
con todo los que no tenían fe, aunque más andaban con él yente, experimenta la presencia de Dios y la colaboración con
y veían sus obras maravillosas, no se aprovechaban" 16. sus proyectos de creación de Dios, salvación y dignificación
del nombre.
Los acontecimientos y la historia. Un recurso familiar de
Diferentes mediaciones cada día, en que nuestra vida aparece entrelazada con tantas
historias de personas e intervenciones de la naturaleza. "Es-
La espiritualidad ofrece variedad ilimitada en mediaciones, piritualidad del acontecimiento", se hablaba en unos años con
todas ellas de eficacia comprobada en la relación con Dios mucho interés. No basta soportarlos con paciencia. Requieren
y la difusión de su Reino. No es posible enumerarlas. Lo que lectura, discernimiento, interpretación, vivencia y reacción teo-
podemos hacer es señalar, a manera de esquema, sectores que logal.
las agrupan y con frecuencia configuran vocaciones y espiri- Mediación de las personas. La persona humana, el prójimo,
tualidades. Entre las modalidades se encuentran: es sujeto y objeto primordial de la presencia y de la obra de
Dios. Ahí obra Dios, ahí se manifiesta y ahí le encontramos.
La Sagrada Escritura: la Palabra de Dios, como la expresión Imagen de Cristo es el hombre en todas sus posibles situa-
más inmediata de su presencia, comunión, voluntad. Para todo: ciones: grandeza y miseria, en la libertad y en la opresión, en
lo que Dios nos dice, hace y da, lo que es el hombre, hace la obediencia y en el mando, en la salud y la alegría, en la
y dice a Dios, la historia y la plenitud gloriosa de esa relación. pobreza y el dolor. Cada situación sugiere contemplación y
Iglesia, comunidad creyente, conjunto de expresiones de tratamiento diferente. Merecen tratamiento especial, por su
fe, normas de vida. Es sacramento primordial y universal de eficacia y también por su opacidad. Son las preferidas en el
salvación: visible e invisible, espiritual e institucional. Con gran evangelio. Ser mediación dignifica a la persona, no la instru-
visibilidad y al mismo tiempo con cierta opacidad por sus enor- mentaliza. En ocasiones, resultan difíciles de sacramentalizar,
16
cuando la fuerte emotividad indispone para el acercamiento
SAN JUAN DE LA CRUZ, Subida del Monte Carmelo, III, c. 36,3. Toda
la obra Subida está dedicada al tema de la vida teologal, en la misma pers-
y la mirada teologal y prevalece la reacción psíquica de apego
pectiva que estamos explicando. pasional o de odio que las privan de transparencia sacramental.
92 VIDA TEOLOGAL 4. ¿ENCUENTRO VERDADERO? 93

La pluralidad de mediaciones es legítima y necesaria, no de manera consciente o inconsciente el ansia de no saber si


mera repetición superflua. Cada tipo de mediaciones tiene su verdaderamente es Dios quien se dirige a ellos y a quien ellos
cometido particular, que las otras ordinariamente no desarro- se dirigen.
llan. Por mucho que se acentúa el trato con el hermano o En el ámbito de la experiencia teologal cristiana se viven
la contemplación, éstas no reemplazan la función específica y plantean estos temas y problemas. Desbordan el ámbito de
de la liturgia en la vida del creyente. Ni tampoco la prolon- la teología espiritual, pero se manifiestan directamente en ella
gación de la celebración litúrgica hace las veces del encuentro de muchas maneras: la caída de mediaciones, la dificultad del
contemplativo con Dios o del trato con el hermano. La oración trato directo con Dios en oración, la inmersión en las rea-
no es acción, ni la acción es oración. De ahí la necesidad de lidades terrestres, el peso de las fidelidades. Todo ello implica
armonizar-dosificar-configurar estos varios campos de media- factores culturales y psicológicos, y al mismo tiempo afecta
ción según criterios adecuados. hondamente a la vida teologal. Veremos cómo la vida teologal,
•En la vida espiritual de grupos y personas se produce espon- en estas circunstancias, cumple sus funciones y también sufre
táneamente cierta unificación simplificada según carismas, dis- tentaciones. No todos viven estos problemas con igual gravedad
posiciones personales, circunstancias y tareas. Dentro de un y toma de conciencia. Pero a todos puede ser útil para enten-
mismo carisma (centrado en liturgia, contemplación, servicios derse y ayudar a los demás. Ciertas mediaciones el no creyente
técnicos) coexisten personas de diferentes disposiciones y equi- las niega, el creyente las sufre, las margina o las abandona 17.
librios espirituales. Caben preferencias y acentuaciones, no
exclusivismos. Conviene cuidar algunos aspectos: tener nutri-
das y cultivadas las esenciales; establecer alguna como centro Relación inmediata en las mediaciones
preferencial, que organice y unifique las demás; mantenerse
abierto en cierta medida a las otras, con la posibilidad de uti- Inmediatez y mediaciones no son dos formas en disyuntiva.
lizarlas según lo pida la gracia y la experiencia. Se pueden armonizar, es más, deberían armonizarse habitual-
mente. El encuentro de Dios con el hombre tiene lugar en
las mediaciones, y el del hombre con Dios también. Sin embar-
go, ambos tienen intención de establecer comunión personal
4. ¿Encuentro verdadero?
inmediata, en que los medios queden a un lado, si ellos mismos
no son personas.
El trato directo con Dios, por su misma grandeza, le resulta Escribe Schillebeeckx: "Como cristianos admitimos sin
al hombre excesivo e incómodo, casi increíble. Este se cansa duda una relación vital, inmediata y personal con Dios, pero
de una compañía tan desigual y misteriosa. Ya en el AT vemos mantenemos también que esta relación con Dios, por lo que
que el pueblo escogido busca sensaciones más concretas, cosas tiene de contenido real y concreto, está mediatizada por rela-
que se ven y se palpan; el becerro de oro, el reino, la alianza ciones profanas y humanas, y en definitiva eclesiales. Y siempre
con los fuertes de la tierra. Jesucristo trae luces y seguridades: por la 'humanidad de Dios' en Jesús." En abierto contraste,
Dios es Padre, se interesa, escucha las oraciones y trata fami-
liarmente con el hombre. Pero deja velado el misterio a la 17
J. MARTÍN VELASCO, El encuentro con Dios. Una interpretación perso-
inteligencia y a la sensibilidad del hombre. nalista de la religión, Madrid, 1967. Los temas que el autor desarrolla en
La sensanción de cansancio y dificultad se mantiene y agra- perspectiva de historia de las religiones resultan adherentes y útiles en el
va en nuestros días, y alcanza a las personas espirituales. He proyecto teologal. Se advierte la convergencia ya en los títulos y temas del
libro: la categoría y propiedades del "encuentro": alteridad, reciprocidad, inti-
puesto el título en forma interrogativa, por respeto a la lealtad midad, subjetividad; relación personal, directa e inmediata con Dios y su posi-
con que muchos viven, sin poderlo evitar, esa incertidumbre bilidad en nuestro tiempo; misterio tremendo, desbordante y atrnycntc ni
que envuelve su relación intelectual y religiosa con Dios. Sufren mismo tiempo...
94 VIDA TEOLOGAL 4. ¿ENCUENTRO VERDADERO? 95
podemos citar las palabras de una autora contemporánea, ción en que se hizo el propósito de obediencia o caridad con
D. Sólle, que expresa la dificultad en forma lapidaria y exa- atención explícita 19.
cerbada: "Una entrega directa e inmediata a Dios, como la En las normales condiciones, esta mediación activa del
que atestiguan los santos de las grandes religiones, no es ya compromiso con las personas puede ser tan profunda como
posible en la época posteísta" 18. la oración; para algunas personas, incluso más. No en el sentido
Con la idea tradicional de mediación-inmediatez, muchos de sustituirla, sino de dar lugar con su eficacia y exigencia a
cristianos, especialmente los espirituales, tienden a hacer uso un proceso más efectivo de transformación teologal. Implica
casi exclusivo de las mediaciones religiosas (culto, oración, pie- esfuerzo, purificación, transparencia. Es camino hacia la inme-
dad, atención espiritual), porque las consideran únicas por- diatez y realismo espiritual, especialmente para personas de
tadoras de la unión inmediata con Dios. Las mediaciones pro- alta sensibilidad al sentido divino de las personas y de los acon-
fanas parecen lejanas y más bien distracciones mentales y afec- tecimientos; y tienen la fuerza de adherir a sus exigencias con
tivas. Es necesario aclarar las nociones: mediato c inmediato, eficacia y prontitud. Por ahí llegan a la unión inmediata.
encuentro, relación, etc. Aquí se trata de pedagogía espiritual, no solamente de teo-
logía. Intervienen diversos factores: madurez del sujeto, voca-
a) Atención mental. Se puede tomar la inmediatez a nivel ción y tareas habituales, peligro de embotamiento y superfi-
de conocimiento, atención, pensamiento, conciencia. En ese cialidad, necesidad de estímulos, de interioridad, de realismo
caso, la inmediatez consiste en pensar, atender, concentrar el existencial, etc. El uso exclusivo de la mediación fraterna y
pensamiento y el afecto y dirigirlo conscientemente a Dios o de actividades exterioriza y apaga la comunión espiritual. El
al objeto religioso. Se crea relación mental, intencional, ame- ocuparse exclusivamente en actos de piedad evita penosas con-
nazada por las distracciones de la imaginación. En esa pers- frontaciones, que son crisol de madurez teologal.
pectiva, muchas tareas de la vida ordinaria, el trabajo, en la
caridad activa, comportan distracción casi continua, debido a
los límites de la conciencia y de la atención espiritual. Mediaciones personales
b) Atención personal. En cambio, si entendemos la me-
diatez e inmediatez en clave personal y existencial, se ensancha La caridad fraterna, forma privilegiada del amor a Dios, no
el horizonte y la atención consciente desempeña un papel implica necesariamente atención explícita a Dios en cada acto,
menos relevante. Es un encuentro total de las personas, que sino relación de amor al prójimo en profundidad. Esta forma
puede ser real y profundo cuando la persona se siente inter- de ejercicio teologal presenta posibilidades y peculiaridades de
pelada y se compromete en respuesta a Dios, aunque en ese comunión divina y humana al mismo tiempo.
mismo momento no acompañe la atención refleja. Cabe un El hombre es presencia objetiva y subjetiva de Dios. Esta
encuentro con Dios, real e inmediato, en un compromiso de mediación resulta del todo peculiar, y merece un tratamiento
caridad fraterna o de obediencia difícil o de humildad; esa particularizado. Por la razón comúnmente aducida de que la
inmediatez es más real y personal que el momento de la ora- relación con el hombre tiene carácter finalizante, como a sujeto
de relación. Por la facilidad también de crear en torno a él
18
E. SCHILLEBEECKX, La vida religiosa en conflicto con la nueva idea del una adherencia sin trascendencia, o una trascendencia sin
hombre y de Dios: SelTeol, 8 (1969), 145; D . SÓLLE, Stellvertretung, 6.a ed.,
19
Stuttgart, 1970, p. 172. Cf. H. U. VON BALTHASAR, Relación inmediata del J. SUDBRACK, Prognosis de una futura espiritualidad, Madrid, 1973. San
hombre con Dios: Concilium, 29 (1967), 42 y 55; J. MARTÍN VELASCO, El en- Juan de la Cruz observa que las almas perfectas habitualmente obran por
cuentro con Dios. Una interpretación personalista de la religión, Madrid, 1967, Dios y le aman, sin "pensar" de continuo en El: "Esta tal alma muy fre-
pp. 186 ss.: "Relación personal, directa, inmediata con Dios: posibilidad en cuentemente obra por Dios y entiende en él y en sus cosas, sin pensiir ni
nuestro tiempo". acordarse que lo hace por él." Cántico espiritual, 28,5.
96 VIDA TEOLOGAL 4. ¿ENCUENTRO VERDADERO? 97

adherencia. Requiere un trato especialísimo. En primer lugar, mente en fe, amor, esperanza. Con todo su valor objetivo, litur-
porque en sus valores propios ejerce mayor atracción y lleva gia eclesial, caridad fraterna, oración personal, no tienen carác-
al peligro de que acabo de hablar, y con más fuerza que cual- ter de automatismos despersonalizados.
quier otro objeto.
Tiene el hombre consistencia personal. Es, por tanto, término
de una relación directa a él, por él, que espera su respuesta El sujeto mediación transparente
o correspondencia. Al considerarle mediación teologal, se da
la impresión de "instrumentalizarle", de servirse de él para Pero hay otro aspecto olvidado, por no decir desconocido,
fomentar las propias relaciones con Dios. En este caso, la per- que afecta gravemente a la naturaleza y la función de la media-
sona sería tratada como un objeto, sobrevolado irreverente- ción personal. La tomamos habitualmente del lado pasivo,
mente por motivos espirituales o consideraciones piadosas. Ya como objeto de la atención de otra persona. Pero tiene también
he dicho algo anteriormente a propósito de si valora o devalúa. función activa: la de hacerse mediación transparente de Dios,
La capacidad del hombre para entablar diálogo y detener en facilitando el camino de quienes en ella o por ella escuchan
sí el curso de la mediación, de absorberla toda y dejarla en o se dirigen a Dios. Es inconsecuente que un mediador se pre-
relación hombre-hombre, requiere esfuerzo de trascendencia. sente como la "voz de Dios" y exija ser escuchado como tal,
Ya antes expliqué cómo no está justificada la repugnancia del sin haberse tomado el mínimo interés en percibir la voz de
hombre a ser objeto de caridad sobrenatural. No se rebaja a Dios y hacerse resonador fiel de la misma. A las obligaciones
instrumento por ello; antes le eleva y descubre en él valores del sujeto para con el mediador se equiparan las obligaciones
que la simple atracción y estima humana no percibe. La repe- del mediador personal para con Dios y para con los sujetos
tición de esta objeción y la interpretación que se hace de la a quienes transmite.
caridad cristiana como si hubiera sido una explotación "es- Este necesita el complemento espiritual operativo: "hacerse
piritual" de los pobres y los enfermos de los hombres en gene- mediación". Esta exigencia no es una "condición" que se
ral, es un exceso de reflexión. imponga al hermano o al superior para actuar hacia él con
Necesita "depuración" la mediación humana, como lo necesita fe y amor. Es una exigencia que quienes tienen viva conciencia
la experiencia contemplativa. Los maestros de la oración han de su función "representativa" se imponen a sí mismos. Ser
tratado la oración con grande exigencia teologal. Basta ver el voz de Dios o representantes de Dios o de Cristo es prime-
rigor con que san Juan de la Cruz, a base de las virtudes teo- ramente raíz de exigencias, antes que fuente de derechos. El
logales, controla la autenticidad de los medios contemplativos, mediador debe ser y hacerse tal, antes y al mismo tiempo que
evitando que degeneren en subjetividad vacía, alimentada de espera o exige de los otros que le tengan por tal. La persona
falsos encuentros con Dios. Lo mismo hace con las obras de que se presenta como sacramento de Dios, su voz, etc., tiene
caridad y servicio, la convivencia fraterna, las relaciones de por su parte la responsabilidad de colocarse dentro de lo posi-
ayuda en la vida espiritual, etc. ble a la altura de lo que representa. Quien hace sus caprichos
El discernimiento no se debe a desconfianza hacia el medio y juega con la caridad de los otros profana la palabra evangélica
en sí mismo, sino garantía de autenticidad teologal. Ninguna que le hace acreedor al amor y respeto de todos. Ser mediador
palabra o acción evangélica está inmune de adherencias y o representante de Cristo es título de honor y al mismo tiempo
deformaciones. Los mismos gestos pueden ser fruto de cos- de obligaciones y servicios.
tumbre, moventes humanos, sin llegar a establecer verdadero La teología ha acentuado mucho el valor objetivo sobre-
encuentro de comunión con Dios. La oración y el hermano, natural y sacramental de la persona mediadora, que ejerce una
máxima expresión subjetiva y objetiva de la vida teologal. Sin función de ministerio o de autoridad: el superior, el sacerdote,
embargo, la presencia de Cristo es descubierta y valorada sola- el apóstol; son representantes y voz de Dios, obran en persona
98 VIDA TEOLOGAL 4. ¿ENCUENTRO VERDADERO? 99
de Cristo, personifican la misión de la iglesia, etc. "Son" media- de Dios, de su amor, de sus dones; y en la actitud que tomamos
dor y mediación. Formulada en términos meramente dogmá- frente a El.
ticos, esta verdad se presta a ambigüedades, que deforman la Primera preocupación es saber si nosotros alcanzamos real-
postura "opaca" de quien ejerce ese tipo de mediación y la mente a Dios en nuestros procesos interiores de acogida y acer-
postura de quienes la aceptan o rechazan según criterios psi- camiento personales, o más bien nos quedamos en las ope-
cológicos. raciones psicológicas que soportan la experiencia teologal.
Duda ésta que no podemos aclarar en los detalles. Sabe el
cristiano que su amor es acogido por Dios, que su libertad
Miedo a la subjetividad se dirige personalmente a El; pero nunca podrá fijar exacta-
mente la cantidad de atención que dedica a las mediaciones,
La "subjetividad" ha tenido recientemente imagen desfa- lo que se queda por el camino. La segunda preocupación es
vorable en espiritualidad. "Objetividad" era calificativo de de signo inverso: hasta qué punto sigue tomando en serio las
valores auténticos. Hoy vemos que subjetividad y objetividad realidades del mundo, las capacidades y actuaciones de las per-
son dos componentes igualmente esenciales de toda relación sonas, después de convertirlas en mediación teologal. Esta
del hombre con Dios y con las cosas. En su acogida y respuesta segunda objeción aprieta a muchos contemporáneos, que ven
a la comunicación de Dios, el creyente participa de forma ver- en el amor de Dios y en la esperanza un bloqueo irremediable
daderamente personal, es decir, con todas sus facultades y fun- para todo lo que sea amor auténtico al hombre y compromiso
ciones subjetivas. Subjetivo y objetivo son dimensiones de toda en la tarea histórica. Resultaría que por una vida irreal, deja-
vivencia y de la reflexión. Quien lee y comenta la S. Escritura, ríamos a la vida humana sin sustancia propia. Se piensa más
lo hace desde la propia subjetividad, ambiente y cultura. Seme- bien en las objetivas cuando se habla de mediaciones. Son los
jante proceso no es abusivo, sino que forma parte de la acogida, objetos en que toma cuerpo la relación: los hermanos, sacra-
ya que la asimilación por fe y amor comporta necesariamente mentos y culto, el hombre, el mundo de la historia, la natu-
procesos subjetivos. raleza.
Se trata de una antinomia que, al degenerar en alternativa, La subjetividad es garantía de participación personal y teo-
contrapone abiertamente el plano vivencial y el dogmático. logal, no añadidura humana subrepticia que se interponga en
Puede darse una "subjetividad" cerrada, autónoma, pobre. la relación. "Jesús pensó con entendimiento de hombre, y amó
Como también existe una "objetividad" doctrinal y abstracta con corazón de hombre" (GS 22). Es lo que garantiza la verdad
de opus operatum. La teología espiritual cuida el "misterio cris- de su comunión con Dios como hombre, no solamente como
tiano vivido". Por lo demás, el miedo a la subjetividad alcanza Verbo Hijo de Dios. La subjetividad redimida enriquece la
a todos los niveles del psiquismo: ideas, imágenes, amor, sen- comunión, y la comunión enriquece y dignifica la subjetividad
timientos. El creyente desconfía de sí mismo y teme que sea redimida. Hijos de Dios en Cristo: Jesucristo ha inculcado en
fruto de su esfuerzo creativo o de proyección propia toda rea- el creyente la seguridad de que Dios se interesa y escucha sus
lidad ajena que afirma percibir o recibir por las vías del psi- oraciones y le trata como a hijo. No ha "explicado" detalla-
quismo. damente el misterio a nuestra psicología o inteligencia. El
Uso y trascendencia de las mediaciones subjetivas en el trato encuentro de cada uno con el Señor es un largo camino de
con Dios. La conciencia es mediación fuertemente sentida y gracia, que se acompaña de largo proceso psicológico. Desde
al mismo tiempo sospechosa. Interviene el sujeto, que puede la fe se hace la experiencia de comunión, no previamente.
interferir y deformar el acercamiento a la realidad con pro- Los posibles juegos de la psicología humana siguen actuan-
yecciones, sentimientos e imágenes, condicionamientos socia- do, hacia dentro y hacia fuera. Se requiere cautela y discer-
les y culturales. Todo ello influye en la "idea" que nos hacemos nimiento, pero no suspicacia e incertidumbre. Dios para su
100 VIDA TEOLOGAL 4. ¿ENCUENTRO VERDADERO? 101

alianza escoge libremente un pueblo de personas normales. se siente interpelado, y con todo su ser y capacidades "psi-
De ello tenemos testimonio directo de toda evidencia, anterior cológicas". Aquí participan y se mezclan subjetivo y objetivo,
y superior a toda teología y psicología: quienes reciben la reve- religioso y profano.
lación divina en el AT y quienes se acercan a Jesús pidiendo En vida teologal se plantean los contrastes y antinomias
milagros de salud o multiplicación del pan son personas de que luego afloran en diferentes temas de la teología espiritual:
mucha fe y amor, es decir, por motivaciones "interesadas" y acción-contemplación, oración-apostolado, ascesis-mística, etc.
psicológicamente poco depuradas. No obstante, son bien aco- Asegurando el punto de partida, se esclarecen muchos con-
gidas y escuchadas porque creen y aman sinceramente desde trastes y problemas que afrontaremos en capítulos sucesivos.
la propia condición.
Como acabamos de ver, el problema teologal se presenta
Con estas observaciones elementales no damos respuesta en doble forma: en primer lugar, la verdad y el realismo del
teológica adecuada a tantos problemas e inquietudes como sus- encuentro con Dios; que se prolonga en una segunda versión,
citan la filosofía y la psicología. Tampoco es necesario que que es la determinación de las mediaciones auténticas y efi-
cada creyente aclare con detalle una dificultad que no siente.
caces para acoger y participar en el encuentro.
Pero sí necesita una palabra sólida y veraz que alimente sus
convicciones y experiencias de comunión con Dios desde la Semejante variedad de elementos contrastantes, interiores
pobreza psicológica e incluso moral. Vemos que casi todas las y exteriores, humanos y divinos, crea grave dificultad de viven-
personas que en el evangelio se acercan a Jesús van movidas cia unitaria. Los contrastes pueden integrarse en clave de anti-
por motivaciones interesadas. El don inmenso e "increíble" nomias, o excluirse mutuamente por vía de alternativas. Ahí
de tener a Dios mismo por Padre y poder tratarle como a se plantea y resuelve la unidad de vida teologal y la comple-
tal no debe perderse por miedo a razonamientos de filosofía mentariedad de las mediaciones. No es necesario ni posible
o teología. Cristo nos ha dado su Espíritu, que obra más allá que una misma persona las viva todas en grado máximo, ni
del círculo de la conciencia humana, para que podamos llamar mantener la sensibilidad simultáneamente despierta frente a
a Dios Padre, le digamos y pidamos más de lo que podemos cada una. Admiten diferentes formas y medidas de realización.
entender. Algunas de ellas, atendiendo al evangelio, figuran como pri-
mordiales: fe y amor explícitos de Dios persona, amor y servicio
fraterno, oración eclesial y personal, etc. El problema teológico
y teologal es ése: ¿qué decir de un "cristiano", concentrado
El problema teologal en una mediación, que sólo remota e implícitamente vive las
otras dimensiones primordiales? 20
El título puede parecer excesivo. Entre tantos problemas
y dificultades como han ido surgiendo en el sector que ana- 20
J. P. JOSSUA, La foi comme depassement de la tensión entre action et
lizamos, no es fácil imaginar que uno de ellos merezca el nom- contemplation: RevSciPhilosTheol, 84 (1972), 241-251 [resumido en SelTeol,
bre y lo lleve por antonomasia. Si cabe aplicar ese nombre 12 (1973), pp. 15-18]; H. U. VON BALTHASAR, AU déla de l'action et de la
contemplation?: Vie Consacrée, 45 (1972), 65-74; J. SUDBRACK, Beten ist
a alguna situación en la espiritualidad, es a ésta. Con mayor menschlich, Freiburg, 1973 ("Beten und Tun", "Feier und Arbeit", en
verdad que cuando se habló del "problema místico". pp. 188-198); P. JACQUEMONT, ¿ES la acción una oración?: Concilium, 79
En la experiencia espiritual resulta sencilla y global la ope- (1972, 3), 333-356. Sobre el tema de "horizontalismo-verticalismo" se ha escri-
ración de encontrarse con Dios, recibir su gracia, dialogar con to mucho. Es una problemática ya rebasada. G. C. VENDRAME, "Horizon-
él. En cambio, el análisis detecta variedad de procesos y de talismo/verticalismo", en NDE (con bibliografía); A. QUERALT, Todo acto de
amor al prójimo ¿incluye necesariamente el amor a Dios? Investigación crítica
interferencias: Dios que se dirige personalmente al hombre, del pensamiento de santo Tomás sobre la caridad: Gregorianum, 35 (1974),
por medio de hechos, objetos, personas. El hombre que capta 273-317; B. QUELQUEJEU, La lassitude de Prométhée: Parole et Mission, 14
por fe y amor, y responde con las mismas mediaciones en que (1972), 15-22; A. DUMAS, Lassitude, réussite et foi: Parole et Mission, 14 (1971),
102 VIDA TEOLOGAL 5. EDUCACIÓN A LA VIDA TEOLOGAL ^ 103

ritmo del crecimiento personal y de los acontecimientos de


5. Educación a la vida teologal la historia.
El ejercicio de las virtudes teologales se desarrolla inde-
finidamente en doble dirección: ahonda la participación del
Los aspectos pedagógicos de la vida teologal han sido teni- sujeto, amplía su mundo de captación y de acción. Por una
dos en cuenta a lo largo de la exposición anterior. Añado algu- parte, trasforma el sujeto en todas sus facultades personales,
nos esquemas y sugerencias como complemento de esa función entendimiento, voluntad, sentidos, acción. Por otro lado, trans-
mistagógica y operativa: situación, objetivos, proceso de trans- forma la realidad histórica con propias finalidades y formas21.
formación. De la fe-esperanza-caridad le viene a la vida espi-
ritual su dinamismo y calidad. Haremos el recorrido en forma
de sugerencias en torno a unos cuantos puntos concretos. Desvitalización teologal
Tomaremos como base algunos textos del concilio o de autores
particularmente densos y sugestivos, que puedan servir de apo- Con el fin de "situar" la tarea formativa en el contexto
yo a la reflexión personal y la ayuda pastoral. Me limito al real, es necesario llamar la atención sobre una serie de difi-
ámbito de las tres virtudes en común, no en particular. cultades que más directamente la interpelan y amenazan. El
San Pablo da gracias a Dios y se congratula con los tesa- fenómeno de la caída de mediaciones y el consiguiente vacío
lonicenses por el crecimiento de la vida de fe, caridad y espe- se producen fácilmente en períodos de transición. La supresión
ranza: "haciendo sin cesar ante nuestro Dios y Padre memoria se hace de golpe, la creación de nuevos medios y expresiones
de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestra caridad y de que sacramentalicen la experiencial teologal requiere tiempo,
la esperanza perseverante en nuestro Señor Jesucristo" (¿Tes interés, sacrificio, ejercicio práctico y comprometido. No basta
1,3); e insiste en la acción de gracias, "porque se acrecienta cambiar la forma. Presentamos los tres pasos en progresión
en gran manera vuestra fe y progresa vuestra mutua caridad"
(ib., 2,3). a) "Vacío de piedad". Con esta expresión se indica la
Son fundamento y corona de la vida cristiana. Fe, esperanza carencia que se ha producido en sentimiento y expresiones de
y caridad forman parte de la gracia cristiana que se recibe piedad, como efecto del cambio en la iglesia y en la cultura.
en el bautismo. Son las "condiciones mínimas" de pertenencia La renovación de este sector de la vida cristiana ha quedado
a la iglesia. Pero no se reducen a virtudes de principiantes, a medio hacer. Desaparecen o se eliminan expresiones de pie-
de pertenencia o no a la iglesia. La caracterización del cristiano dad que nutrían la vida cristiana, y no se crean otras media-
desde sus primeros pasos hasta la plenitud de santidad se carac- ciones o prácticas que cumplan esa función necesaria. Esto
teriza siempre por esta triple dimensión evangélica: discípulo sucede en el ámbito de la piedad cristiana general y también
de Cristo es quien cree, ama y tiene viva la esperanza. en las espiritualidades particulares22.
Son también perfección y corona de la vida cristiana sus b) "Caída de mediaciones". Fenómeno general y fácilmen-
realizaciones de máxima calidad. La riqueza de sus contenidos te observable, de mayor alcance que el "vacío de piedad", que
y la dificultad de su aplicación concreta exigen especial cultivo influye notablemente en el ejercicio de la vida teologal. Perió-
y desarrollo. Para convertirse en adhesión personal, consciente dicamente se producen cambios en materia de mediaciones:
y libre, no basta tener fe, amor y esperanza, sino que hace se purifican, sustituyen, simplifican. Proceso normal, que no
falta creer, amar, esperar activamente con toda la persona y presenta gravedad especial, cuando las mediaciones fundamen-
en toda la existencia. La mejor educación se va haciendo al 21
AA. VV., "Creer, amar, esperar. Virtudes personales, virtudes públicas":
Sal Terrae, 81 (1993), pp. 245-297.
22
23-30; A. MANARANCHE, L'existence chrétienne, París, 1973 ("Peut-on aimer K. O'SHEA, Clerical Religious and "Piety Void": Review for Religious,
Dieu?", pp. 228-260). 27 (1968), 143-162.
104 VIDA TEOLOGAL 5. EDUCACIÓN A LA VIDA TEOLOGAL 105

tales siguen vigentes y mantienen viva la experiencia teologal. curar uno por uno los fallos que emergen diseminados por
Entre tanto van surgiendo nuevas expresiones. La dificultad todo el organismo espiritual.
se presenta cuando pierden vigencia los apoyos habituales de En la mayoría de estos casos, el mal no está allí donde
la fidelidad y éstos no se encarnan en nuevos recursos, nece- se manifiesta, sino en zonas mucho más profundas y generales.
sarios en la economía sacramental para mantener viva la sen- No se arregla la oración muerta con nuevos métodos aten-
sibilidad espiritual. En esta situación, la vida teologal pierde cionales, ni la perseverancia vocacional con propósitos más fir-
profundidad y vigor. mes. Estos son recursos complementarios. En la raíz teologal
está el mal de muchas cosas que no funcionan en la vida espi-
"A la devaluación de los signos oferentes de la comunión ritual. Requieren tratamiento muy diverso.
de Dios al hombre ha seguido la devaluación de los signos
expresivos de la fidelidad del hombre a Dios. La interacción "Se puede afirmar que la desvitalización de la oración en
e inmembración en la iglesia, la realización religiosa de los la iglesia se debe en gran parte a carencias que se dejan sentir
sacramentos como expresiones de un don de Dios creador de desde hace mucho tiempo en el organismo espiritual de los
vida y de comunión entre los hombres, la audición interpe- creyentes; como si una especie de disecamiento se hubiera apo-
ladora y crítica de la palabra bíblica sobre nuestras vidas peca- derado de toda la interioridad de la fe. La palabra de la fe
doras, la obediencia a los que están constituidos en respon- se ha visto cortada progresivamente de su aliento original, de
sabilidad y autoridad por haber sido designados para prolongar su savia expresiva. Tiende a reducirse cada vez más a su esque-
normativamente el anuncio apostólico, el cumplimiento de una leto conceptual, dando a muchos la impresión de no ser más
legislación que tiene unos orígenes bien humanos aun cuando que una construcción ideológica sin irradiación de misterio ni
se quiera servidora de unos fines divinos: todos éstos, llamemos sabor de trascendencia. Se limita a repetirse, tal vez con la
signos de la relación religiosa con Dios en cuanto responsiva, agresividad propia de la inseguridad, pero sin renovarse en la
comienzan a ser sentidos y vividos con otra intensidad y, sobre originalidad de su propio sentido. Frecuentemente las disputas
todo, al igual que los anteriores pierden esa fuerza de exclu- que tienen lugar en la iglesia, a base de textos en uno y otro
sividad y de necesidad que hasta ahora tenían" M. sentido, a base de nociones y declaraciones, denotan la impo-
tencia de salir del puro verbalismo, más que de una búsqueda
fecunda para descubrir nuevamente en la palabra evangélica
c) "Desvitalización". Tocamos la raíz de la vida teologal: sus energías intactas por las que debería tocar el corazón del
vitalidad, desvitalización. Calificar como "desvitalización" el hombre" 24 .
malestar hondo que aflige a la vida cristiana y espiritual parece
infundado, ante las muestras desbordantes de inventiva en
todos los sectores de la vida eclesial. Nunca se ha hecho, dicho Formación teologal
y escrito tanto, y con tanta novedad. No bastan apariencias.
La diagnosis puede ser más o menos acertada, pero el tema La primera labor de las virtudes teologales es formar al
ciertamente es grave y apunta bien hacia una carencia vital. creyente en todo su ser, compromisos, funciones, pensamien-
Hay que acertar en la diagnosis misma, para que luego ten- tos, sentimientos, hechos de vida. Es un programa esencial y
gan eficacia los remedios y proyectos de acción. Se experimen- completo de santificación, en clave de vida teologal: unión con
tan dificultades de vivencia interior y exterior en los puntos Dios, conformación con Cristo, lectura y anuncio del evangelio,
centrales de la vida cristiana: fe, oración, obediencia, fidelidad conciencia vocacional y apostólica, todo ello vivificado por la
a los empeños tomados, ascesis, etc. El desajuste se puede fe, la esperanza y la caridad, que dinamizan todos los resortes
interpretar como carencias sectoriales, y el remedio estaría en de la vida espiritual. No debe limitarse a fomentar sentimientos
23 24
O. GONZÁLEZ DE CARDEDAL, Elogio de la encina, Salamanca, 1973, A. M. BESNARD, "Actualité et inactualité de la priére", en AA. VV.,
pp. 31-32. Priére et vie selon la foi, París, 1976, pp. 15-16.
106 VIDA TEOLOGAL 5. EDUCACIÓN A LA VIDA TEOLOGAL 107

piadosos y practicar ejercicios devocionales, recomendados por Cuando las virtudes teologales pierden fuerza e integridad,
la tradición. Son válidos, pero no está ahí el centro de la for- pronto se deja sentir la pérdida de visión en uno u otro sentido
mación espiritual cristiana. Fe, amor, esperanza le valen para a corta o larga distancia; como en la vista, a) "Miopía teologal":
actuar en ambiente piadoso y entre mediaciones profanas, en Es el defecto de quienes sólo ven bien o medio bien las cosas
el trato con Dios y con los hombres, en la capilla y en plena de muy cerca: personas y cosas, preocupaciones y necesidades
calle. El Concilio lo ha formulado en una página teológica y inmediatas; otros mundos de la fe y de la esperanza, otros
pedagógica. planos del amor, quedan borrosos, sin color ni forma, perdidos
en la lejanía, b) "Presbicia teologal" es el mal que muchos
"La formación espiritual ha de estar estrechamente unida padecen: ven con claridad a largas distancias, a Dios y a los
a la doctrinal y pastoral..., debe darse de tal forma que los santos del cielo, pero son incapaces de descubrirlo en personas,
alumnos aprendan a vivir en trato familiar asiduo con el Padre acontecimientos y cosas que llenan la existencia y la historia
por su Hijo Jesucristo en el Espíritu Santo... Foméntense inten- humana de cada día. También está la posibilidad de vista "muy
samente los ejercicios de piedad recomendados por la vene-
rable costumbre de la iglesia. Cuídese, sin embargo, que la for- gastada", que ve mal a corta y a larga distancia.
mación espiritual no consista sólo en ellos y no cultive úni-
camente el afecto religioso. Aprendan los alumnos más bien
a vivir según la forma del Evangelio; a cimentarse en la fe, Interioridad y trascendencia
la esperanza y la caridad, para alcanzar con la práctica de estas
virtudes el espíritu de oración, conseguir la fortaleza y defensa "Iniciación a la trascendencia". En el mundo de los sentidos
de su vocación, lograr el vigor de las demás virtudes y aumentar entramos por ley de gravedad e inmediatez. El cristiano nece-
en el celo por ganar a todos los hombres para Cristo" (OT 8).
sita desarrollar y cuidar la abertura y sensibilidad permanentes
frente al mundo de la fe, donde se encuentran el misterio de
Ver y obrar "a corta y larga distancia". Fe, amor y esperanza
la fe, las claves y los moventes de la propia vida. Es un mundo
tienden a un tipo de relación plena, personal, inmediata. En
en el que vive, respira, trabaja, goza y sufre. Cito a un autor
cambio, tienen que cultivar relación mediata, parcial, temporal
que aplica esta iniciación a la vida consagrada, pero que vale
y en pequeños pasos y realizaciones. Ahí nace el contraste de
igualmente para toda iniciación espiritual:
programar y actuar a corto y largo plazo al mismo tiempo.
Quien se acomoda a plazos inmediatos de realizaciones, le "La iniciación a la vida religiosa debe tomar como central
cuesta mantener ulteriores proyectos a largo plazo. Y viceversa, el misterio de la trascendencia. La tensión espiritual en este
quien se mueve en plazos largos, fácilmente pierde el gusto momento no es entre santificación personal y relevancia social.
y el interés de las cosas inmediatas. No es que no comprenda, Ni es tampoco la tensión entre la expresión contemplativa y
es que no "siente" la viveza de las mismas. la participativa de la vida sacerdotal o religiosa. Es la tensión
La fe no se limita a creer la palabra revelada, las verdades entre el sentido divino trascendente de ambas dimensiones per-
del dogma o del magisterio pontificio. Fe viva y adulta es la sonal y social en la vida del sacerdote y del religioso por un
que sabe detectar la presencia y acción de Dios, descifrar el lado y por el otro el significado secular humanista de esta mis-
sentido divino y humano de los acontecimientos, su valor sal- ma vida personal y social. El noviciado ofrece el tiempo ideal
y el lugar para fundamentar la persona, todo su ser, en la
vífico, a la luz del evangelio; y asume las iniciativas consiguien- dimensión divina trascendente. Más que sobrecargarlo con dis-
tes. Gracias a su horizonte de eternidad, la esperanza coloca cusiones intelectuales de cambios en la teología o en las estruc-
al cristiano en las mejores condiciones para entregarse a dilatar turas de la Iglesia. El continuo preocuparse de este tipo de
el reino de Dios en las situaciones temporales, con perseve- problemas puede bloquear a la persona de abrirse al Señor
rancia y fortaleza. La caridad hace que, movidos por el amor de manera espiritual, proyecto que va más allá de la tarca inte-
de Cristo, cada uno sea capaz de dar su vida por los hermanos. lectual. Trascendencia espiritual es una presencia orante en
108 VIDA TEOLOGAL 5. EDUCACIÓN A LA VIDA TEOLOGAL I(W

fe. Presencia orante implica contacto vivo y creyente con el hijos de Dios, acordándose de la cruz y de la resurrección del
sentido trascendente de la realidad. El sacerdote, el religioso, Señor. Escondidos con Cristo en Dios y libres de la esclavitud
y el laico cristiano deberían vivir en la fe de que la historia de las riquezas, durante la peregrinación de esta vida, a la vez
posee una dimensión trascendente, y no meramente secular. que aspiran a los bienes eternos, se entregan generosamente
Está llamado a testimoniar con su misma vida esa trascenden- y por entero a dilatar el reino de Dios y a informar y per-
cia" 25. feccionar el orden de las cosas temporales con el espíritu cris-
tiano. En medio de las adversidades de esta vida, hallan for-
taleza en la esperanza, pensando que los padecimientos del
Con Dios en plena historia tiempo presente no son nada en comparación con la gloria que
ha de manifestarse en nosotros (Rom 8,18). Movidos por la
Comunión con Dios en plena vida y en la historia. Por esa caridad que procede de Dios, hacen el bien (cf. Gal 6,10) a
vía nos ha llegado la revelación. Las virtudes teologales actúan todos, muy especialmente a sus hermanos en la fe, despoján-
dose de toda maldad y de todo engaño, de hipocresías, envidias
la comunión personal con Dios en la inmediatez de la con- y maledicencia (lPdr 2,1), atrayendo así a los hombres a Cristo.
ciencia contemplativa y en la inmediatez del encuentro que La caridad de Dios, que se ha derramado en nuestros corazones
se produce en las mediaciones. Una y otra forma son obra por virtud del Espíritu Santo que nos ha sido dado (Rom 5,5),
de la misma virtud teologal. La misma fe que hace creer en capacita a los seglares para expresar realmente en su vida el
Dios, en la revelación bíblica, en los artículos del "credo" es espíritu de las bienaventuranzas" (AA 4).
la que nos hace leer e interpretar en Dios los acontecimientos
personales y comunitarios de nuestra historia contemporánea. Así es como la fe-caridad-esperanza despliegan su vitalidad
La caridad ama a Dios y ama al prójimo en continuidad indi- divina y humana, interior e histórica. Así se nos revelan en
soluble. La esperanza tiende al Reino de Dios en su plenitud la S. Escritura: Los hechos y las palabras de la Biblia que noso-
gloriosa, y lo anticipa en formas temporales de vida, acción, tros leemos y celebramos en tiempos y lugares sagrados fue-
solidaridad, felicidad. Modelo de realismo teologal cristiano: ron originalmente celebrados sobre el terreno de la existencia
María santísima, atareada madre de familia y en constante normal: éxodo, alianza, destierro, bendiciones y castigos; las
unión con su Hijo. bienaventuranzas, el bautismo, el seguimiento de Jesús, su
muerte y resurrección. Jesús ora o predica el evangelio, no
"Ni las preocupaciones familiares ni los demás negocios solamente en la sinagoga o en el templo, sino en todas partes,
temporales deben ser ajenos a esta orientación espiritual de lugares sagrados o profanos. En ese ambiente de vida corriente,
la vida, según el aviso del Apóstol: Todo cuanto hacéis de pala- Dios se hace presente y se revela, acompaña y guía a su pueblo.
bra o de obra, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, En la alianza y trato de Dios con el hombre todo es ordinario
dando gracias a Dios Padre por El (Col 3,17). Tal vida exige y todo es extraordinario: su presencia y nuestra experiencia.
ejercicio continuo de la fe, la esperanza y de la caridad. Sola-
mente con la luz de la fe y con la meditación de la palabra
divina es posible reconocer siempre y en todo lugar a Dios,
en quien vivimos, nos movemos y existimos (Hch 17,28); buscar
su voluntad en todos los acontecimientos, contemplar a Cristo
en todos los hombres, próximos o extraños, y juzgar con rectitud
sobre el verdadero sentido y valor de las realidades temporales,
tanto en sí misma como en orden al fin del hombre. Quienes
poseen esta fe viven con la esperanza de la revelación de los
25
A. VAN KAAM, In search ofspiritual identity, Denville-New Jersey, 1975,
pp. 201-202.
3
JESUCRISTO EL SEÑOR

Jesucristo el Señor es imagen de Dios invisible, primogénito


de toda criatura, piedra angular de la historia, autor y camino
de salvación: síntesis personal y mediador de la alianza entre
Dios y los hombres. Vive y habla en actitud de transparencia,
orientado hacia los demás: Dios Padre y su Reino, solidaridad
de naturaleza, de amor y destino con los hombres. La comunión
con Cristo debe ser al mismo tiempo personal y universal, ínti-
ma en la Trinidad y abierta a las personas y a la historia.
La realidad dogmática se convierte en centro de vida y
experiencia espiritual. Es el "conocimiento de Cristo" a que
aspira san Pablo: creer, celebrar, amar y anunciar apasiona-
damente. Algo parecido queremos decir hoy, cuando se habla
de experiencia. "La iglesia necesita tomar conciencia de sí mis-
ma; necesita sentirse vivir... Tiene necesidad de experimentar
a Cristo en sí misma, según las palabras de Pablo: 'Cristo habite
por la fe en vuestros corazones' (Ef 3,17)" (Pablo VI, Ecclesiam
suam, 10).
Vivir y sentirse vivir en Cristo es necesidad primordial y
permanente del cristiano. Ahora tal vez con mayor urgencia,
a medida que la fe necesita ser más personal, adulta y res-
ponsable, al faltarle el apoyo de una cultura ambiental, que
ya no se expresa en cristiano. Ser cristiano no es ya fruto de
costumbre o tradición. En la mayoría de los casos, la fe es
gracia personal y libre elección, con el apoyo de la comunidad
eclesial y de personas creyentes. En ese proceso, se hace más
viva y explícita la conciencia de lo que significa la vocación-
decisión de ser cristiano: creer en Cristo y vivir en conformidad
con su evangelio. Este núcleo central da sentido y vigor a todo
lo demás: adhesión confiada a la iglesia, a los diferentes valores
112 JESUCRISTO EL SEÑOR 1. MISTERIO Y MISTERIOS DE JESUCRISTO 113

y compromisos: fe, vocación personal, amor fiel, oración, soli-


daridad y sacrifico, obediencia, servicio apostólico, alegría, 1. Misterio y misterios de Jesucristo
esperanza.
La teología espiritual no ha tematizado suficientemente Todos los componentes de la nueva alianza se centran en
este fundamento, que es raíz y fuente de la experiencia y la Jesucristo: revelación, pueblo, ley, sacrificio, mediador. Es el
teología espiritual cristiana. Con frecuencia se limita a repetir mediador, que personifica el misterio de Dios y la condición
los misterios y dogmas, tal como se los ofrece la dogmática. del hombre. Dios toma forma humana en la persona de Jesús,
El misterio cristiano vivido (il "vissuto cristiano") figura en la y se hace presencia situada en el tiempo y el espacio terrestre.
definición misma. Ambos términos se hacen particularmente Sus contemporáneos testimonian con la fe y con los sentidos:
reales en Cristo: vivir en Cristo, Cristo vive en nosotros. Vida se hizo hombre, habitó entre nosotros, hemos visto su gloria
espiritual no es otra cosa que la vida cristiana con la fuerza de Unigénito del Padre. El NT incorpora otro elemento esen-
y la conciencia del Espíritu. En él está vertebrada igualmente cial para la fe y la espiritualidad: la acogida y la experiencia
la teología espiritual. El seguimiento de Jesucristo es la fuente de fe de los primeros oyentes y creyentes, y también de los
primordial de toda vida espiritual, a nivel de dogma y de con- primeros narradores. La revelación se hace experiencia, for-
ciencia explícita. Eso quiere decir que todo lo cristiano es pro- mando un todo indivisible con los misterios de la fe y la expe-
fundamente espiritual, y que todo lo espiritual es radicalmente riencia sensible y espiritual de los primeros creyentes.
cristiano. Al centrarse en Cristo, la espiritualidad cristiana se
expone a doble peligro: absolutizar y despersonalizar. "Abso- "La figura de Jesús se sitúa innegablemente en el corazón
lutiza", cuando la fe se cierra en la persona de Jesús, cultivando del cristianismo. Como referencia histórica. Como imagen cen-
un cristocentrismo autosuficiente que entorpece el camino tral. Como lugar teológico. La fe cristiana habla, a propósito
hacia Dios y los hombres. Decimos que "despersonaliza", cuan- de Jesús, de 'encarnación' de Dios; también habla de figura
do la persona de Jesús se desdibuja y diluye en un conjunto recapitulativa o arquitípica del hombre ('nuevo Adán', 'hijo del
hombre', 'imagen de Dios' realizada, etc.). De ahí que Jesús
de creencias, organismos, normas de vida, que llamamos "cris-
haya sido llamado 'Cristo', es decir, literalmente, 'Mesías, punto
tianismo"; y ser cristiano significa incorporarse a ese organismo y lugar de revelación y, más allá de esto, mediador. Y hasta
asumiendo sus creencias y normas de vida 1. radicalmente, 'verdadero Dios', 'verdadero hombre', según las
formulaciones de los primeros concilios... Lo peor está aquí
1. Misterio y misterios de Cristo. vinculado a la tentación de absolutizar" 2.
2. Presencia y comunión.
3. Gracia y nombre de cristiano.
4. Dimensiones de la experiencia.
5. Imágenes y rostros de Cristo. Su persona

El dogma, la teología y la espiritualidad empiezan por


observar los hechos de vida en que la persona se revela. Sen-
cillez de datos y hondura de significados corren paralelas de
1
principio a fin de la narración evangélica. Su ser de hombre
Para una primera visión sintética de temática y bibliografía, cf. S. DE entre los hombres, sus funciones de mesías, salvador, maestro
FIORES, "Jesucristo", en NDE, pp. 1023-1044. También B. D. DUPUY, Pour
découvrir Jesus-Christ. Bibliographie organisée: VieSpir, 109 (1963, 2), 488-501; y redentor, se manifiestan y ejercitan en referencia a personas
C. MARTINI, "Saggio bibliográfico orientativo su Gesü Cristo", en Cristo vita y hechos. Jesús nace, predica, es acogido y admirado, o mal-
dell'uomo d'oggi, nella parola di Paolo VI, Milano, 1969, pp. 333-375; E. AN-
CILLI, "Indicazioni bibliografiche su Gesú Cristo", en AA. VV., Gesü Cristo 2
P. GISEL, Los límites de la cristología y la tentación de absolutizar. C'on-
mistero epresenza, Roma, 1971, pp. 701-719. cilium, 269 (1997), 97-108.
114 JESUCRISTO EL SEÑOR 1. MISTERIO Y MISTERIOS DE JESUCRISTO 115

tratado y perseguido, vive y muere en Palestina. Es contem- fuerte: el nacimiento de Jesús fuera de casa y lejos de sus fami-
poráneo de emperadores romanos, reyes y gobernadores, con- liares, en ambiente de pobreza y de soledad. Dejando espacio
vive con gente del pueblo que ha visto eternizado su nombre a esta realidad, es como se entiende y se siente al Mesías Hijo
o un gesto por intervenir en alguna escena evangélica. Desde de Dios encarnado, Rey de los siglos, Salvador. Si no se acierta
esa normalidad de tiempo y lugar concretos alcanza la uni- a unificar la doble perspectiva, el dogma puede eliminar la
versalidad histórica y geográfica. historia, y la historia puede convertir el dogma en fiesta de
Los Apóstoles han podido observar de cerca su conducta familia. Entre una cosa y otra, se hace difícil la experiencia
religiosa y humana, reflejo de su interioridad personal: vive de comunión con Dios encarnado, hombre entre los hombres.
en honda y comunión con Dios; es, se siente y se confiesa Ejemplaridad exacerbada. La espiritualidad ha cometido
"Hijo"; ora, trabaja, vive oculto o se manifiesta, escucha, ense- excesos, por afán de ver en los hechos de Jesús la intención
ña, tiene la vida llena de gozos y sufrimientos. Ama y vive constante de "dar ejemplo": ora, acoge a los pecadores, ama
para las personas, por sentimiento y por conciencia de misión. a los pobres, goza y sufre, para inculcar en sus discípulos acti-
Posee capacidad de iniciativa, de aguante y de renuncia. tudes y conductas evangélicas similares. Esa interpretación,
Desarrolla una vida espiritual intensa: mística y ascética, orante aplicada sistemáticamente, empobrece la vida interior de Jesús,
y apostólica, personalísima y fraterna. su amor al Padre y a los hombres, el sufrimiento real. Y como
La condición terrestre e histórica de Jesús mantiene todo consecuencia, su existencia personal pierde fuerza de testimo-
su vigor, como fuente inagotable del misterio. El cristiano entra nio convincente. Hay momentos de ejemplaridad intencionada,
hoy en relación con ese mismo Cristo en estado glorioso; el como él mismo hace notar explícitamente en el lavatorio de
mismísimo que se revela en el evangelio y se eterniza con la los pies: os he dado ejemplo, para que hagáis lo mismo (Jn 13).
resurrección. El contacto directo y constante con el evangelio Pero no es actitud predominante. Ni hace falta la intención
es primer principio de buena salud espiritual. Todas las refle- especial de cada experiencia, palabra o gesto para que éstos
xiones teológicas y consideraciones espirituales que puedan sean ejemplares. La vida de Jesús es ejemplar, porque la siente
hacerse no suplen a esa percepción inmediata de Jesús viviendo y la vive desde dentro, con todo su ser, en privado y en público,
entre los hombres. Ciertos enfoques "excesivamente" dogmá- le vean o no le vea nadie. Ora en público o escondido, de
ticos o espirituales han desvirtuado en buena parte el valor día y de noche, porque se siente hijo y necesita dialogar con
de los hechos sencillos contemplados en la fe. Se pueden seña- su Padre; es bondadoso y paciente con las personas, porque
lar algunas de esas tendencias unilaterales3. las quiere y las comprende, no sólo para que nosotros le veamos
y controlemos nuestra agresividad; sufre, porque es sensible
Acentuación dogmática. Los hechos pueden quedar desdi- y encuentra motivos frecuentes y graves de dolor; se vuelca
bujados, a fuerza de recalcar dogmas y verdades, que idealizan en la tarea de evangelizar, porque siente que ha venido para
la existencia histórica y la privan de su normalidad sensible salvar a todos y siente en ello la razón de su vida. De esa
y encarnada. Por ejemplo, Navidad se reviste de tanta riqueza vida auténtica y vocacionada deriva luego la irradiación y la
dogmática y devocional, que no deja ver el hecho sencillo y fuerza de modelo.
3
"Todos saben que entre los escritos del NT sobresalen los evangelios,
por ser el testimonio principal de la vida y doctrina de la Palabra hecha
carne, nuestro Salvador" (DV 18). Los evangelios sinópticos presentan reve-
lación y experiencia a una luz, san Juan y san Pablo ofrecen una visión más Revela y realiza
teológica y elaborada. Cada uno de ellos cumple su función esencial. "Ha
sido una grave pérdida para el cristianismo el haber relegado los evangelistas
a segundo plano, poniendo en primer lugar la doctrina sobre Jesús... Yo mis- Al hablar de la persona y de la vida de Jesús, entramos
mo debo pronunciar el mea culpa por el escaso relieve que les he dado en de lleno en el misterio de Dios. En su conciencia personal
una obra mía anterior." E. BRUNNER, Dogmatik, n, Zurich, 1960, p. 210. y en la narración de los evangelistas, está identificado lolal-
116 JESUCRISTO EL SEÑOR 1. MISTERIO Y MISTERIOS DE JESUCRISTO 117

mente con la obra salvífica de Dios y al destino de los hombres. de hijo revela al Padre, porque "es imagen de Dios invisible"
A pesar de novedad doctrinal, de los milagros y el prestigio, (Col 1,15). Le revela también en su obrar, ya que las cualidades
Jesús es transparente en enseñanza y conducta: viene de parte y virtudes de Jesús son reflejo de los atributos divinos: omni-
de Dios, hace la obra de su Padre; vive para las personas nece- potencia, misericordia, bondad, justicia... Y en las palabras.
sitadas, su dignidad y derechos. "El Padre" y "el Reino de El Padre es bueno con todos, justos y pecadores (Mt 5), per-
Dios" son los dos polos que mueve su vida y actividad. Hijo dona y devuelve la amistad y goza en ello (Le 15), escucha
de Dios Padre e instaurador de su Reino; hijo del hombre las oraciones de sus fieles (Le 11.17).
y primicias de la salvación. "Al llegar la plenitud de los tiempos, b) Revelador del hombre. Al mismo tiempo, Jesús vive y
envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, realiza el misterio del hombre, cuyo ser y condición comparte
para redimir a los que estaban bajo la Ley, para que recibié- sin restricciones. De ese modo cumple la misión que tiene de
semos la adopción" (Gal 4, 4-5). "Vino Jesús a Galilea pre- hacerse cargo del destino de los hombres, dar sentido y con-
dicando el evangelio de Dios y diciendo: cumplido es el tiempo, sistencia a la vida humana. En adelante, todas las líneas esen-
y el reino de Dios está aquí; arrepentios y creed en el evan- ciales de la vida de los hombres pasan por Cristo y convergen
gelio" (Me 1, 14-15). en él: la relación con Dios, el sentido de la historia, el tejido
La venida de Jesús al mundo se encuadra en una larga his- de la vida humana, el destino de la muerte, el deseo de eter-
toria de relaciones cada vez más íntimas de Dios con la huma- nidad. No sólo es objeto de la experiencia del cristiano, sino
nidad, en especial con el pueblo israelita. Dentro de esa con- que Cristo hace con plenitud la "experiencia filial de Dios".
tinuidad del proyecto salvífico, aporta gran novedad, ya anun- Vive en su presencia y amor, obra con su fuerza y misión,
ciada por los profetas: nuevo culto y sacrificio (Mal 1,11 ss.); y siente que el Padre obra y habla en él. Es una vida humana
nueva ley del espíritu (Jer 31,31). Las palabras de Jesús en la vivida en toda su densidad, y al mismo tiempo transparente
última Cena reevocan y transforman hechos y lenguaje de la a la presencia y acción constantes de Dios.
antigua alianza en el Sinaí (Ex 19-24): habéis visto lo que hecho
con vosotros; sois amigos míos, no siervos; yo os he elegido, Con los mismos gestos reúne en su ser y obrar esa doble
no vosotros a mí; mi cuerpo y sangre forman el sacrificio de función revelatoria. El ser Dios y hombre le capacita para cum-
la nueva alianza; nuevo decálogo es el mandamiento del amor 4 . plir esa reciprocidad comunional en ambas direcciones.
"El que me ha visto a mí ha visto al Padre" (Jn 14,9). "Yo
a) Revelador de Dios. La dimensión primera y fundamen- soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino
tal de su experiencia está en sus relaciones con el Padre. Vive por mí" (Jn 14,6). "Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El
desde la eternidad en el seno del Padre, como hijo unigénito. que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque
Nadie ha visto al Padre sino él, y por tanto es el único que sin mí no podéis hacer nada" (Jn 15,5). Su persona ha sido
puede darle a conocer (Jn 1,18). Propone esas relaciones como constituida centro de referencia: "El que cree en él... Hijo, no
modelo de las que los creyentes han de tener con él (Jn 17,11). es juzgado; el que no cree, ya está juzgado, porque no creyó
Veremos a su tiempo cómo esta condición filial se manifiesta en el nombre del Unigénito Hijo de Dios" (Jn 3,18).
en la oración. Gracias a él conocemos al Padre. Quien le cono- "En realidad, el misterio del hombre sólo se esclarece en
ce a él, conoce al Padre personalmente, porque el Padre y el misterio del Verbo encarnado. Porque Adán, el primer hom-
él son una misma cosa (Jn 8,19; 14,7 ss.). En su mismo ser bre, era figura del que había de venir, es decir, Cristo nuestro
Señor. Cristo, el nuevo Adán, en la misma revelación del mis-
4
El misterio de Jesús se entiende en un horizonte amplio, total, de la terio del Padre y de su amor, manifiesta plenamente el hombre
relación entre Dios y los hombres. Cf. D. WIEDERKEHR, Mysterium Salutis, al hombre mismo y le descubre la sublimidad de su vocación"
III/3, Cristiandad, Madrid, 1971. "La realidad de Cristo en el horizonte de (GS 22).
la relación de Dios con el mundo" (pp. 527-608). "La realidad Cristo en "El amor humano de Cristo hacia los hombres es, pues,
el horizonte de la relación del hombre con Dios" (pp. 609-667). la manifestación comunicadora del amor divino hacia los hom-
118 JESUCRISTO EL SEÑOR 1. MISTERIO Y MISTERIOS DE JESUCRISTO 119

bres: la misericordia redentora del mismo Dios que llega hasta aspectos del Misterio en torno a unos cuantos núcleos más
nosotros a través de un corazón humano. Pero junto a este relevantes y significativos. Estos son "los misterios" que se con-
movimiento de arriba hacia abajo, que procede del amor de templan, meditan, imitan, representan; y consiguientemente,
Dios por nosotros a través del corazón humano de Jesús, hay los que han configurado la experiencia cristiana y la historia
en el hombre Jesús un movimiento de abajo hacia arriba, que de la espiritualidad. Facilitan la comprensión y asimilación de
parte del corazón humano de Jesús, el Hijo, hacia el Padre... la enseñanza evangélica.
En Cristo no sólo se nos ha revelado Dios y su amor hacia
los hombres, sino que Dios nos ha mostrado asimismo lo que — Encarnación: el Hijo de Dios en el seno de María.
es un hombre que se entrega enteramente a El, el Padre invi- — Infancia: desde el nacimiento hasta la escena del templo.
sible" 5. — Vida oculta: años de vida en familia.
— Vida pública: del bautismo hasta la última subida a
Jerusalén.
Los misterios de su vida terrestre
— Pasión y muerte: desde el domingo de Ramos hasta la
Esa unidad de hechos, misión, significado y valor salvífico sepultura.
es lo que llamamos el misterio, que unifica y finaliza la exis- — Resurrección y ascensión: misterios y apariciones.
tencia entera de Jesús. Este se encuentra realizado en los dife- Todos ellos tienen contenido específico y validez perenne.
rentes hechos, palabras y experiencias de su vida; aspectos par- Es verdad que existen perspectivas y preferencias. Los mismos
ciales y complementarios del misterio integral de Cristo. La autores del N T desarrollan más uno u otro: los sinópticos la
atención a los misterios particulares enriquece la visión del pasión, san Pablo la resurrección, san Juan la encarnación. La
misterio, siempre que no se pierda de vista la integración en resurrección ocupa el centro cristológico y salvífico. "Murió
el conjunto. De lo contrario, cada misterio se puede convertir por nuestros pecados, y resucitó para nuestra justificación"
en objeto de una devoción particular desconectada del con- (Rom 4,25). Estos mismos bloques son los más desarrollados
junto 6. en el Credo, y los preferidos en la experiencia y devoción:
Cada obra, palabra o gesto es fuente de vida y de reflexión encarnación y nacimiento, muerte y resurrección.
para la espiritualidad. Observamos que en la historia de la espi- Existen preferencias, tanto entre los autores del NT, como
ritualidad unos y otros han sido meditados y vividos por los en la tradición espiritual de la iglesia, por uno u otro de estos
cristianos con interés y provecho. Una frase, un gesto de Cristo misterios como perspectiva. Pero ninguno de ellos debe ser
o una escena evangélica contienen gracia suficiente para trans- absorbido ni absorbente. Cuando el fenómeno de la absorción
formar una vida. Se advierten en la espiritualidad desde el prin- se produce, es en daño de ambos y de la vida cristiana, que
cipio deseos de unidad, que la llevan a agrupar los diferentes pierde su delicado equilibrio espiritual. Los de armonía más
5
difícil son muerte y resurrección.
E. SCUILLEBEECKX, Cristo sacramento del encuentro con Dios, Pamplona,
1965, pp. 26-27.
6
Entendemos misterio como acción salvífica inagotable, no como simple
oscuridad: "El lenguaje católico llama misterio al objeto de la fe, considerado Experiencia original
no sólo como enunciado que desborda la comprensión de la razón humana,
sino como hecho divino, tanto en su realidad concreta original, cuanto en
la fuerza operante de su dinamismo." J. COLLANTES, La Iglesia de la Palabra, Fuente primordial de nuestro conocimiento histórico y cre-
Madrid, 1972, p. 108. Los "misterios de la vida de Cristo" han sido tema
preferido de oración y vida espiritual. Como base y complemento, conviene yente de Jesús son los libros del Nuevo Testamento, especial-
repasar alguna síntesis teológica sencilla, o más elaborada, como por ejemplo, mente los cuatro evangelios. Están escritos desde la comunidad
AA. VV., "Los misterios de la vida de Jesús", Mysterium Salutis, III/II, Madrid, y para la comunidad creyente. Tienen una serie de planos y
1971, pp. 19-335. objetivos, todos ellos alimentados por la experiencia. Esta
120 JESUCRISTO EL SEÑOR 2. PRESENCIA Y COMUNIÓN ACTUAL 121

adopta modalidades de gran importancia en la perspectiva de y qué hace Cristo en las relaciones entre Dios y los hombres.
la teología espiritual. Las presentamos brevemente. Los primeros cristianos le sienten vivo y presente.
Experiencia personal y comunitaria. Es una comunidad com-
Experiencia de Jesús mismo. Está en primer lugar la "ex- prometida en los hechos, pues ha nacido de la fe en ellos,
periencia activa" que Jesús mismos hace del Padre y de los especialmente en la resurrección. Y se deja sentir en la narra-
hombres. Forma parte de su vida y misterio. Actualmente la ción e interpretación que hace de los mismos. Es a la vez expe-
teología y la espiritualidad se fijan más en ella: conciencia de riencia estrictamente personal. Las relaciones de cada cristiano
Jesús, sentimiento religioso, "experiencia mística" de Jesús. En con Cristo se establecen por fe, y la fe es actitud esencialmente
rigor, no se trata de una "novedad", ya que la espiritualidad personal. Cada creyente ha percibido la llamada especial de
lo ha vivido y tratado con otros nombres: sentimientos, oración, Cristo, normalmente por medio de la comunidad, y se dispone
unidad con el Padre, sufrimiento y abandono, etc. (no se había a seguirle.
vulgarizado el término "experiencia", como sucede hoy). De
hecho se utiliza la experiencia de los pobres y de los santos Experiencia diferenciada. La experiencia espiritual de Cristo
para desvelarnos algo de lo que fue o pudo ser la íntima viven- en el NT cobra particular relieve, no solamente por su cons-
cia de Jesús con relación al Padre y a las personas. La oración tante presencia, sino también por su variedad. Dentro de la
de Getsemaní, el abandono, el amor, la soledad, la cruz, etc. homogeneidad sustancial, el NT ofrece variedad de perspec-
Todo ello lo entendemos e interpretamos, consciente o incons- tivas. Podemos distinguir una serie de modalidades importan-
cientemente, proyectando sobre su experiencia singular los tes e influyentes, a manera de estratos que se sobreponen en
esquemas generales del hombre o del creyente. La experiencia la comprensión del misterio revelado: experiencia de los Após-
primordial de Jesús y contenido esencial de su evangelio es toles, de los discípulos y seguidores, de la comunidad primitiva,
la doble línea: Padre, el Reino 7. de los evangelistas redactores del texto evangélico. A partir
Experiencia de los Apóstoles. La experiencia de los Após- de los mismos hechos, y de haberlos contemplado largamente,
toles es al mismo tiempo histórica y creyente. Goza de par- cada autor da sus perfiles y tonalidades a la imagen de Cristo.
ticular valor y relieve, por su inmediatez de contacto con Jesús Este hecho original ayuda a comprender el hecho de las acen-
en persona y por la originalidad diversificada de su percepción tuaciones pluriformes en la historia de la teología y de la espi-
y vivencia. A ella se vincula inmediatamente la de la comunidad ritualidad 8.
primitiva, o comunidades primitivas. Recogen con fidelidad
hechos y palabras de Jesús, se interesan por la "historia",
tomando como fuente primordial a los Apóstoles que han 2. Presencia y comunión actual
conocido directamente la vida de Jesús; los evangelistas escu-
chan y preguntan a los testigos oculares, investigan. Muestran La presencia personal y real de Cristo resucitado en la igle-
preocupación por la historia. Por otra parte, la historia no tenía sia y a la iglesia forma parte de su encarnación salvífica. Jesu-
en aquel tiempo y en ese género de escritos el sentido "crítico cristo vive y entra en comunión directa con la iglesia y con
y documental" de nuestro tiempo. Hablan y actúan desde una cada uno de los creyentes, es contemporáneo de todos los
experiencia "creyente". Al mismo tiempo describen la expe- momentos sucesivos de la historia: "Yo estoy con vosotros
riencia de fe, la actitud creyente y comprometida de la iglesia siempre hasta la consumación de los siglos" (Mt 28,30). De
frente a Jesús resucitado. Intención primordial del NT es anun-
ciar el misterio de Cristo como revelación de Dios: quién es 8
Cf. B. RIGAUX, "Unidad y pluralismo de las imágenes de Jesús en los
sinópticos", en COMISIÓN TEOLÓGICA INTERNACIONAL, El pluralismo teológico,
7 Madrid, 1976, p p . 107-148; V. TAYLOR, La personne du Christ dans le Nouveau
H . S. LEWIS, La vie mystique de Jésus, Laffont, Paris, 1972; Ch. DUQUOC,
LeDieu de Jésus: Lumiére et Vie, 24 (1975), 122, 77-88 ("Experiencia mística Testament, Paris, 1969; T. W. MANSON, Cristo en la Teología de Pablo y Juan,
de Jesús"). Madrid, 1975.
122 JESUCRISTO EL SEÑOR 2. PRESENCIA Y COMUNIÓN ACTUAL 123
la inmediatez y el realismo de esa presencia se alimentan la apariciones cumplen función pedagógica de transición, para
vida, experiencia y fidelidad de la iglesia y del cristiano: san- evitar el salto brusco de la convivencia sensible a la pura fe.
tidad, comunión, dinamismo apostólico, paciencia y esperanza. Por un lado, les habla, se deja ver y tocar en los mismos lugares,
Esa presencia adopta diferentes formas y mediaciones, que sus- gestos, estilo de trato en que le habían conocido antes. Pero
citan en el cristiano las actitudes correspondientes. Cada época lo hace de manera esporádica y fugaz, sólo a testigos escogidos.
tiene sus misterios preferidos y su manera de celebrarlos, y De ese modo, garantiza la verdad de la resurrección y el cui-
de ese modo vive la totalidad del misterio: Cristo en el evan- dado directo de la iglesia, preparando a los discípulos para
gelio, resucitado, eucaristía, los hermanos, etc. 9 el paso al tercer estadio.
En pura fe. Se mantiene la misma comunión de antes; pero
carece de la visibilidad terrestre y las apariciones. La fe dispone
Jesús presente entre los suyos de nuevos medios y formas para mantener viva e inmediata
la comunión. Esta es la forma definitiva ya en tiempos del
La presencia continua del Señor entre los suyos es promesa NT y más en los sucesivos. Representa un progreso con rela-
y don de Jesús mismo. En el discurso de la Cena reafirma ción a las anteriores: conviene que yo me vaya. No se trata
con insistencia su unión vital e irrompible con los discípulos de un sucedáneo ante la imposibilidad de prolongar la con-
(vid y sarmientos), la compañía y asistencia ininterrumpida. vivencia terrestre. En su condición gloriosa, se hace presente
A partir de la resurrección, reanuda el contacto directo y sen- a todas las personas en directo, en todos los lugares y tiempos,
sible con los discípulos, intensifica la comunión, cambiando libre de los límites que imponía su condición terrestre.
de formas y mediaciones. En la formación de su fe sigue una
línea pedagógica, graduada en tres períodos sucesivos con
tonalidades diferentes: convivencia terrestre sensible, aparicio- Solidaridad íntima
nes esporádicas, comunicación en pura fe. María santísima,
los Apóstoles y algunos discípulos viven sucesivamente las tres
formas. Otros conocen a Jesús a partir de las apariciones. La El término "presencia" por sí solo no expresa toda la rique-
mayoría se adhieren en el estadio de pura fe. Todas ellas de za y profundidad de esta relación, que rebasa la simple com-
algún modo las vive el cristiano de hoy. pañía de espacio y tiempo, incluso el trato de amistad. Necesita
ser reforzado con otras expresiones. Los autores del NT se
Sensible. Presencia espacio-temporal durante los años de colocan en planos de unidad, comunión de vida, solidaridad:
su existencia terrestre. Le han observado, oído, tocado; han vivir y ser en Cristo, Cristo vive en el cristiano. La parábola
comido, caminado y sufrido con él; han visto sus reacciones, de la vid y los sarmientos (Jn 15) y la oración por la unidad
sus preferencias, su psicología, su estilo de trato con las per- (Jn 17) son una proclamación explícita y formal de la soli-
sonas. Es la presencia visible de Dios en medio de su pueblo: daridad completa en ser y obrar, que parcialmente se refleja
habitó entre nosotros, puso la tienda y el arca, hemos visto en la conciencia.
su gloria, San Pablo trata de formular la hondura y anchura del mis-
Glorioso y sensible. Período intermedio entre resurrección terio con una serie de vocablos compuestos (algunos de propia
y ascensión en que se mezclan fe y apariciones sensibles. Las invención). Cristo está presente en la vida del cristiano, porque
9
el cristiano ha sido insertado antes y ha estado presente en
J. CASTELLANO, La presencia de Cristo en la asamblea litúrgica: RevEspir, la vida de Cristo, en común destino: com-padecer (Rom 8,17),
30 (1971), 222-235; E. SCHILLEBEECKX, Cristo sacramento del encuentro con
Dios, Pamplona, 1965; J. MOUROUX, Le mystére du temps, París, 1962,
con-crucificar (Rom 6,6), con-morir (2Cor 7,3), con-scpultar
pp. 144-167; AA. VV., Las diversas presencias de Cristo en su Iglesia, según (Rom 6,4), con-vivificar (Ef 6,5), con-resucitar (Ef 2,6), con
la enseñanza de los Santos Padres, Madrid, 1972. vivir (Rom 6,8), con-vivificar (Ef 2,5), con-figurar (Filp 3,10).
2. PRESENCIA Y COMUNIÓN ACTUAL 125
124 JESUCRISTO EL SEÑOR

con-glorificar (Rom 8,17), con-sentarse (Ef 2,6), con-reinar la vida cristiana espiritual, tanto en sus formas comunitarias
(2Tim 2,12), con-formar (Rom 8.29), com-plantados (Rom como personales: 1) actualiza y eterniza todos los misterios
6,5), co-herederos (Rom 8,17). de su persona y de su vida; 2) establece relación directa, activa
Estamos viviendo su vida y sus misterios o, mejor dicho, y recíproca con cada creyente, en la celebración y el recuerdo
él mismo los ha vivido y sigue viendo en el cristiano, en cada de su misterio histórico y glorioso; 3) es y sigue siendo Jesu-
persona. "Con él hemos sido sepultados por el bautismo, para cristo el único y verdadero mediador y salvador, principio y
participar en su muerte, para que como él resucitó de entre fin de toda autoridad, persona o institución que actúa en la
los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros viva- iglesia; 4) para él, por él y en él viven y trabajan todos los
mos una vida nueva" (Rom 6,4-6). "Estáis muertos, y vuestra que participan en la gracia y obra de salvación.
vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando se manifieste En virtud de la resurrección, puede hoy el creyente man-
Cristo, vuestra vida, entonces también os manifestaréis glo- tener con Jesucristo una relación idéntica en lo esencial a la
riosos con él" (Col 3,3-4). Exclamación y experiencia final: "Ya que tuvieron los primeros discípulos. San Pablo no conoció
no vivo yo, sino que Cristo vive en mí" (Gal 2,20). a Jesús en los años de su vida mortal; sin embargo, no tiene
conciencia de mantener con Jesucristo una relación disminui-
da, de segunda categoría. Su comunión con el Señor vivo y
Presencia personal y real glorioso tiene la misma densidad e inmediatez que la de los
Apóstoles que convivieron con Jesús en su vida mortal. Es una
El concepto de presencia reviste múltiples significaciones, actitud básica y general, que configura toda la relación que
más o menos personalizadas y densas de contenido y acción. el cristiano tiene no solamente con Cristo, sino con el evan-
La presencia no es sólo estar allí o aquí. Es participar e inte-
gelio, los sacramentos y otros contenidos de la fe.
resarse, comunicarse, dar y recibir, vivir con y abierto a alguien.
Sobre la base indicada de la incorporación a Cristo, la teología La presencia real y personal tiene diferentes formas y
nos habla de comunión viva, relación presente, presencia per- mediaciones. La solidaridad con Cristo, establecida en el Espí-
sonal. En los mismos documentos conciliares se utiliza el sen- ritu, se extiende a toda la vida y se manifiesta por diversos
tido personalista de presencia: "Cristo está presente a su igle- cauces de presencia y comunión: "Para realizar una obra tan
sia" (SC 7), no solamente en su iglesia. grande, Cristo está siempre presente a su iglesia, sobre todo
en la acción litúrgica. Está presente en el sacrificio de la misa,
"La noción de presencia ha adquirido actualidad con la filo- sea en la persona del ministro, ofreciéndose ahora por minis-
sofía de la persona... Presencia es conciencia de que algo está terio de los sacerdotes el mismo que entonces se ofreció en
con nosotros. No basta estar materialmente al lado, es necesaria la cruz, sea sobre todo bajo las especies eucarísticas. Está pre-
una relación interna, un influjo positivo. Se puede dar el caso sente con su virtud en los sacramentos, de modo que, cuando
de seres que vivan juntos durante años sin estar 'presentes'
el uno al otro; se trata de una convivencia material, fría... La alguien bautiza, es Cristo quien bautiza. Está presente en su
presencia es dinámica, re-creación, influjo interno entre dos palabra, pues cuando se lee en la iglesia la Sagrada Escritura,
personas... El concepto de presencia puede iluminar muchos es él quien habla. Está presente, por último, cuando la iglesia
puntos oscuros de la teología espiritual" 10. suplica y canta salmos, el mismo que prometió: Donde están
dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio
La presencia personal de Jesucristo reviste múltiples sig- de ellos (Mt 18,20)" (SC 7). El texto tiene fuerza y novedad.
nificados y funciones, que marcan todos los componentes de La forma de expresión: presente a la iglesia, en todas esas
1(1
mediaciones. A la presencia eucarística le dedica un realismo
M. A. GARCÍA ORDÁS, La presencia de Dios en Santa Teresa, Madrid,
especial ("máxime"), pero no le reserva la calificación de "prc-
1967,pp. 34-35.
126 JESUCRISTO EL SEÑOR 2. PRESENCIA Y COMUNIÓN ACTUAL 127

sencia real", pues pudiera hacer pensar que otras formas de de referencia actual y explícita al sacramento de la eucaristía. Una
presencia no son igualmente reales u. forma de comunión real no sacramental con el Señor presente en
Por los cometidos o efectos que se le asignan, se trata de el cristiano y en la historia. Así la ve y explica san Agustín.
A partir de la Edad Media, la "comunión espiritual" se entiende
una presencia dinámica y vivificadora, que asiste a la iglesia
como sucedáneo de la comunión sacramental eucarística. Debilita
en toda su vida y actividades o funciones. Es siempre comunión su contenido teologal, y le confiere el tono de suplencia imaginaria,
personal de alianza, que crea y exige reciprocidad, amistad en irreal, devocional. La fórmula clásica de san Alfonso M. de Ligorio,
sentido estricto. En este sentido, la espiritualidad ha sido segu- que se halla al principio de su libro Modo de visitar al Santísimo sacra-
ramente la más fiel en explicar y vivir como encuentros per- mento, presenta la comunión espiritual como deseo de la sacramental:
sonales las diversas formas de presencia de Cristo: en la "... me uno con Vos. Como si ya os hubiese recibido". El "como si
S. Escritura, en la celebración eucarística, destacando la comu- ya" desvirtúa indebidamente el hecho de la "comunión real" en fe
nión, en la oración, en los pobres, en el fondo del alma. Estas y amor n.
varias formas de presencia guardan entre sí conexión objetiva
y subjetiva.
Resumiendo, podíamos señalar algunas conclusiones de Jesucristo glorioso y terrestre
importancia: el realismo de la presencia, fundado en la soli-
daridad; variedad de la presencia, que facilita la penetración Para la fe y la piedad cristiana, la pervivencia de la Huma-
del misterio de Cristo en el creyente y en la historia; interre- nidad terrestre de Cristo es un dato irrenunciable e irreversible.
lación de las presencias, que se subordinan y se completan unas La resurrección trasforma y prolonga la encarnación y exis-
a otras en la unidad del misterio. Sin quitarle realismo a la tencia terrestre de Cristo, pero no la absorbe, pues le dejaría
eucaristía, otras formas de presencia han ganado en realidad. fuera de la historia. La revelación ha tenido lugar en su carne
Tratándose de un mismo Cristo y de un solo misterio salvífico mortal y en el tiempo. Aciertan en sus actitudes fundamentales
en todas ellas, no es admisible tratarlas como canales inde- los cristianos que han centrado su piedad en ella. La refieren
pendientes de gracia. Por la fuerza de gracia y manifestación, espontáneamente a Cristo "viviente"; aunque no usen el tér-
destaca la mediación litúrgica y sacramental. mino "resurrección" 13.
"Yo" estoy con vosotros. Ese "yo" encierra y actualiza los
misterios de la encarnación y redención, que forman parte
Presencia real y "comunión espiritual". Se han desarrollado algu-
nas formas de piedad para cultivar el misterio y la gracia de la pre- esencial de su persona. La encarnación ha sido definitiva;
sencia. El recuerdo o la memoria de Jesucristo en su persona o en alcanza y afecta igualmente a su futuro de gloria. La resurrec-
algunos de sus misterios, hecha en fe, amor y esperanza, es presencia ción es igualmente definitiva y totalizante; alcanza y afecta a
y comunión personal y real, aun cuando se haga con apoyo de imágenes toda su existencia terrestre. La presencia de Cristo resucitado
y sentimientos. Es ejercicio teologal, no sólo devocional, que toma es total, porque actualiza realmente la totalidad de su historia
conciencia viva de la presencia del Señor operante en el misterio. vivida y acumulada, de su persona, de su misterio. Es una pre-
"Vivir en su presencia", "práctica de la presencia". La primera expre- sencia integral e integrada, con todo el realismo y la densidad
sión es más teológica y exacta. La segunda parece sugerir una pre- de su ser, su vida, su historia acumulada. Jesucristo que nos
sencia "fabricada" por el creyente con el pensamiento y el sentimien-
to. Más allá de las expresiones, en una y otra el espiritual vive la 12
Cf. H. R. SCHLETTE, Kommunikation und Sakrament. Theologische Deu-
comunión personal y real con el Señor presente. tung der Geistlichen Kommunion, Freiburg, 1960.
13
"Comunión espiritual". Originariamente esta expresión significa- La iglesia nace de la presencia gloriosa y la vive, no limitándose a
ba comunicación real y plena por fe y amor con Cristo, sin necesidad transmitir una historia. En la comunidad primitiva de Hechos hay muchos
cristianos que no han conocido a Jesús, y sin embargo mantienen relación
11
Cf. P. DE HAES, La présence de Christ-Seigneur. Différents modes d'ac- viva con Cristo presente. Esa comunidad necesita y escribe la historia evan-
tualisation dans la Liturgie: Lumen Vitae, 20 (1965), 259-274. gélica para vivir la comunión actual con Cristo glorioso.
128 ' JESUCRISTO EL SEÑOR 2. PRESENCIA Y COMUNIÓN ACTUAL 129

trata y con quien tratamos es el Hijo de Dios, Dios hombre tre, desintegramos la encarnación. Por su parte, la resurrección
que vivió, predicó, murió entre los hombres, y vive y reina glo- exige preexistencia terrestre. Para resucitar, necesita morir
rioso. A los Apóstoles, a Tomás en especial, les hace mirar antes; pero sobre todo porque el estado de gloria actúa sal-
y tocar las llagas de las manos y del costado, que conserva víficamente gracias a los misterios realizados de su vida terres-
glorioso, como signo de identidad. tre. Hoy Cristo revela y actualiza eficazmente los misterios de
"Cristo el mismo ayer, hoy y siempre" (Hbr 13,8). La actual la redención. Le podemos conocer porque se ha manifestado
condición gloriosa de Cristo incorpora todos los contenidos en el evangelio. Sabemos que sigue siendo el mismo.
de su persona de hombre y Dios, y todos los hechos y sig- La espiritualidad tiene larga historia de interés y desvelos
nificaciones de su condición terrestre. Es inexacta y se presta por la "Humanidad de Cristo": teología, experiencia, devoción,
a confusiones la terminología "Cristo glorioso" y "Cristo terres- excesos y defectos en su comprensión y aplicaciones. En todo
tre". Hace pensar en dos personas o en un cambio total de ello está clara la intención de afirmar la verdad de la fe y
vida y de psicología. Hay un solo Señor, que nos salva en virtud la experiencia de comunión real. Integrar esa doble configu-
de su vida, muerte y resurrección. La resurrección salva en ración del misterio de Jesucristo terrestre y glorioso es tarea
virtud de la vida y muerte. La vida y muerte poseen valor sal- esencial, pero no fácil, para la teología y la piedad. Desde ahí
vífico en virtud de la resurrección. Se puede formular en algu- se hace presente y obra, y así es como se dirige a él el creyente.
nas afirmaciones: No están en sucesión: primero mortal, y después gloriosa. La
fase terrestre posee realismo sensible, historia en movimiento,
"El cristiano que con su fe ha rebasado el momento histórico sucesión e inmediatez; elementos insustituibles para poder
de los contemporáneos de Jesús, no por eso lo ha suprimido hablar de revelación y encarnación. La etapa gloriosa posee
definitivamente; debe constantemente rebasarlo y volver a él,
es decir, efectuar incesantemente el camino que traza san Juan: fuerza, permanencia, totalidad. Juntas, dan la presencia real
el acontecimiento histórico apela al misterio que lo ilumina. y la experiencia.
Por otra parte, el misterio no se distinguiría de una simple En el hecho de la contemporaneidad se pone de relieve
imaginación, si no estuviera constantemente referido al acon- el carácter original y directo de la experiencia cristiana en cada
tecimiento en que primeramente se nos ha revelado (Léon época, que entra en contacto directo con Cristo glorioso, si
Dufour). Es el estilo que utiliza san Juan y que el mismo Léon bien a través de la predicación de la fe de los Apóstoles, de
Dufour denomina "mutua fecundación de los dos tiempos de los sacramentos. Como consecuencia, el valor del conocimiento
la Revelación". El primer tiempo, en que viven los oyentes doctrinal y experiencial de su testimonio en el descubrimiento
de Jesús, y el segundo tiempo, en el que Juan relee a la luz de la riqueza infinita escondida en el misterio de Cristo. En
de la Resurrección y en el seno de la iglesia de Pentecostés
la vida de Jesús" 14. virtud de su presencia siempre actual, el Señor sigue cumplien-
do personalmente la función salvadora. El mismo se hace cargo
de la obra de salvación (Hbr 4,12). El papa no es sucesor,
Vida terrestre y gloriosa se compenetran en el misterio de sino vicario; el sacerdote no es autor del sacramento, sino
Cristo. La encarnación exige continuidad gloriosa. Jesús sigue ministro. Todas las delegaciones salvíficas están hechas en su
siendo el mismo hombre que existió sobre la tierra, y no sola- nombre y con su poder 15.
mente conserva su humanidad en abstracto. Por ser la misma
persona, conserva incorporada toda su historia y su tempo- 15
La teología lo afirma doctrinalmente, cuando habla de la iglesia, los
ralidad: gestos, sentimientos, psicología, palabras dichas. Si sacramentos, las personas. Pero no lo hace "sentir" en la conciencia general.
colocamos en gloria su humanidad desnuda de historia terres- Ha sido más viva en ciertos momentos de la historia, en los santos. Un cris-
tiano asiste al martirio de san Policarpo, y narra los hechos con fuerza y
14 sencillez. Al final del relato marca las fechas: "El martirio del santo Policarpo
C. GEFFRÉ, Histoire et mystére dans la connaissance du Christ: VieSpir,
(1964, 1), 625-647. tuvo lugar en el mes de abril... siendo sumo sacerdote Felipe, procónsul Stacio
130 JESUCRISTO EL SEÑOR 2. PRESENCIA Y COMUNIÓN ACTUAL 131
La relación actual del cristiano con Cristo resucitado es gloria. Psicológica y espiritualmente son perfectamente com-
de comunión inmediata y global. Las actitudes corresponden patibles.
a las modalidades de su presencia que acabamos de ver en La carta a los Hebreos (2,17-18; 4,5; 7,10) recalca la per-
perfecta contemporaneidad. Asumen, por consiguiente, la for- vivencia en Cristo glorioso, la pervivencia de sus experiencias
ma correspondiente a los contenidos y modalidades del mis- dolorosas, que son precisamente una de las garantías indis-
terio objeto de presencia y comunión 16. pensables para cumplir su función de sacerdote y mediador.
En la comunidad primitiva de Hechos hay muchos cristianos Lleva las marcas psicológicas y espirituales, la "experiencia"
que no han conocido a Jesús, y sin embargo mantienen relación permanente de sus vivencias dolorosas: aprendió lo doloroso
viva con Cristo presente. Esa comunidad necesita y escribe la que resulta obedecer, experimentó la debilidad humana en
historia evangélica para vivir la comunión actual con Cristo todo menos en el pecado, lanzó gemidos de oración y dolor.
glorioso. San Pablo no se cree en desventaja por no haber Así comprende mejor a quienes viven "en el tiempo" esas mis-
conocido a Jesús en su vida mortal. Lo ha visto y encontrado mas penalidades. El cristiano sabe que el Señor vive o revive
personalmente, mantiene la comunión recíproca en todo su esas experiencias en estado glorioso. Y el Señor sabe que el
realismo y viveza. Esa carencia no le rebaja frente a los demás cristiano las vive "en condición mortal".
apóstoles.
En la celebración de la iglesia actúan con presencia igual-
Esa misma "sensación" se mantiene en los creyentes de mente eficiente el misterio de la cruz y el de la resurrección,
épocas posteriores. Al hacer "memoria" de su persona, hechos porque son uno mismo: "La vida de Cristo se comunica a los
y palabras, en el cuadro histórico-geográfico en que tuvieron creyentes, quienes están unidos a Cristo paciente y glorioso por
lugar, está viviendo una "comunión de presencia", no "evo- los sacramentos, de un modo arcano, pero real" (LG 7). Se
cación de una recuerdo". Como cada día sucede en la cele- identifica con Cristo glorioso, pero no directamente con su con-
bración de la eucaristía: memoria, presencia, comunión. dición gloriosa. Debe recorrer pacientemente su mismo camino
de pobreza, obediencia, hasta la inmolación en la cruz, de la
que surgirá victoriosa (AG 5). Comunión y resurrección operan
Comunión con Cristo paciente-glorioso hoy con igual realismo. En uno y otro caso se une al Cristo
actual y vivo, paciente y glorioso. Es una postura legítima, des-
Merece tratamiento especial esta relación, por su singu- de el punto de vista teológico y espiritual.
laridad y porque algunos han querido ver en ella cierto "ana- Es forma legítima y fundada de comunión personal. Los
cronismo". Pienso más bien que refleja una actitud espiritual misterios de Cristo mantienen, aun integrados en la persona,
de auténtica comunión y experiencia. Nuestra relación con las propia consistencia histórica. El nacimiento de Cristo, su trato
personas incorpora, consciente o inconscientemente, la vida con enfermos y niños o fariseos, su pasión y muerte, poseen
entera, dando lugar a actitudes variadas y contrastantes. No peculiaridades históricas y psicológicas peculiares. Jesucristo
tiene por qué ser uniforme y de mero presente. La actitud integra actualmente esas modalidades desde su gloriosa
frente al amigo es diferente, según le encontremos o recor- resurrección. Nosotros, en cambio, los vemos y vivimos desde
demos en Getsemaní, en el Tabor, en el abandono, o en la la condición terrestre. Un cristiano moral vive el viernes santo
en total identificación, en plena conciencia de que Cristo hoy
Quadrato, siendo Rey de los siglos Nuestro Señor Jesucristo, a quien sea no sufre. Se une más realísticamente a Cristo glorioso cuando
la gloria, la alabanza." Martirio de san Policarpo, cf. Padres Apostólicos, vive la cruz en forma doliente y terrestre, que cuando trata
Madrid, 1950, pp. 686-687. La misma idea y expresión se encuentra en el de vivirla a estilo de gloria.
Martirio de san Cipriano.
16
Cf. J. MOUROUX, Le mystére du temps, París, 1962 ("Présence du Christ Algunos teológicos han querido ver en esas actitudes algo
autemps",pp. 144-167). anacrónico, pues el único Jesús que existe es el glorioso, pre-
132 JESUCRISTO EL SEÑOR 3. GRACIA Y NOMBRE DE CRISTIANO 133

senté a nosotros, con quien entramos en relación. ¿No resulta "Muerte-resurrección". Este misterio de íntima unidad y
incongruente tomar actitud de tristeza frente a Cristo glorioso, vivo contraste es la raíz de todas las manifestaciones y deri-
porque en ese momento pensamos en su pasión? ¿Podemos vaciones a que hemos aludido. La dificultad de una integración
todavía solidarizarnos con los estados de su vida terrestre, o vivida de la doble vertiente del misterio pascual se ha puesto
solamente con el estado adquirido después de la resurrección? de relieve muchas veces en la historia: "a favor de" la pasión
Han existido y existen aún numerosas formas de devoción que o de la resurrección. Acentuaciones y eclipsamientos de uno
tienen por objeto "reparar" a Cristo por los pecados de los y otro lado: gloria, pasión, gloria... Al Pantocrátor primitivo
hombres, "compadecer" sus dolores y tormentos libremente siguió el Crucificado impresionante de la Edad Media y del
asumidos para nuestra redención. En el fondo de esta actitud barroco. Al Cristo dolorista ha seguido el Cristo glorioso de
hay un deseo de "aliviarle" tomando sobre sí una parte de la Resurrección. Y vuelta a recuperar al Crucificado que está-
sus penas. La devoción al S. Corazón ha tenido marcado carác- bamos tratando con ligereza como gesto de paso 18.
ter reparador. Las representaciones del Crucifijo miran con
frecuencia a despertar compasión, contagiar la pena, despertar
el sentido de solidaridad con el misterio de la cruz 17.
3. Gracia y nombre de cristiano
El punto delicado es cuando tratamos de unión, central
en la relación teologal con Cristo. Comunicamos con la persona
integral, antes que con gestos particulares. Aquí nace el pro- Damos el nombre de "cristianos" a quienes Jesús llama
blema. ¿Cómo es posible tomar actitudes frente a Cristo que discípulos, creyentes, seguidores, hermanos, amigos, anuncia-
no corresponden a su actual estado glorioso? No se ve por dores de su evangelio. Son nombres que indican gracia, comu-
qué un cristiano tenga sentimientos de dolor y compasión fren- nión y tarea. El Espíritu Santo se encarga de hacer verdadera
te al Crucifijo, siendo como es una fotografía vieja de Cristo, y operante esa gracia en sus dos núcleos fundamentales: orar
cuando el Cristo verdadero y único está glorioso y no sufre. a Dios "Padre" y anunciar su "Reino". "Ser y hacerse cristiano"
Como la ternura y compasión ante la debilidad y el frío de llena la vida entera del bautizado, sin esperar a ulteriores pro-
Jesús Niño. Semejantes actitudes, que corresponden a "mo- gramas de detalle.
mentos superados" de su vida terrestre, delatarían, para algu- 18
nos, cierto "anacronismo" poco teológico. El libro de Durrwel, en 1954, provocó el "redescubrimiento" de la
resurrección, como misterio fontal. Aportación valiosa, reacción compren-
La legitimidad objetiva queda manifiesta. La pregunta sible, desequilibrio teológico y espiritual. Se valoraron las experiencias y crea-
podría ser: la piedad cristiana ¿los ha vivido en forma sub- ciones de veinte siglos de historia y experiencia cristiana con la "sensibilidad"
jetivamente válida, o con verdadero anacronismo devocional de un momento. Muchísimos grandes creadores espirituales no han hablado
como nosotros de "Cristo resucitado", ni de la resurrección, sino de Cristo
y espiritual? Aquí ya es más difícil dar una respuesta que valga "vivo", presente y operante entre nosotros. Ha habido que remediar la par-
para todos los tiempos y todos los grupos. Se necesitaría hacer cialidad y recuperar valores. "Hacia mediados de siglo se comenzó de nuevo
un estudio particularizado de los varios casos, y no limitarse a subrayar la resurrección de Cristo y su significado en la vida cristiana, y
a miradas de conjunto incluyendo varios siglos. Tanto más que ello tanto por los estudios bíblicos como por los teológicos. Como lo ha puesto
bien de manifiesto F. S. DURRWEL, La resurrección de Jesús misterio de sal-
experiencias de muy buena calidad se expresan en fórmulas vación (Herder, 4." ed., Barcelona, 1978), esta nueva perspectiva teológica
imprecisas o inexactas. era simplemente un redescubrimiento de cuanto enseñan el NT, los padres
y santo Tomás de Aquino. Por desgracia, sin embargo, este nuevo énfasis
17 tuvo como resultado oscurecer la idéntica importancia de la pasión de Cristo
En tono de desfase y anacronismo espiritual interpreta ciertas actitudes
frente a los misterios de la vida terrestre, J. A. JUNGMANN, La predicación como fuente de la redención y modelo de vida cristiana; y muchos olvidaron
de la fe a la luz de la buena nueva, San Sebastián, 1964. Una valoración de el hecho de que, por más que la vida un día haya de estar iluminada en
la tesis puede verse en A. GUERRA, Una interpretación cristológica de la espi- el cielo por la sabiduría de la resurrección, hay que vivirla aquí, en la tierra,
ritualidad: RevEspir, 30 (1971), 167-229. con la sabiduría de la cruz." B. M. AHERN, "Cruz", en NDE, p. 417
134 JESUCRISTO EL SEÑOR 3. GRACIA Y NOMBRE DE CRISTIANO 135
La teología espiritual tiende a dar por supuesta y desarro- Los Padres. Vale por todos san Gregorio de Nisa, en sus
llada la vocación cristiana con sus dones y compromisos, con- libritos sobre el nombre y la perfección del cristiano. "A quie-
siderándola preetapa de catecismo. Se interesa por el cristiano nes creemos en El, nuestro buen Señor Jesucristo nos ha hecho
a partir del momento de la conversión al fervor. Demasiado partícipes gratuitamente de su nombre adorado, hasta el punto
tarde y demasiado poco. La fuente de gracia y de energías de que ya no somos llamados con otro nombre de los que
viene de antes 19. se nos podrían aplicar. Si alguien es rico y noble de nacimiento,
o de origen oscuro y pobre, o goza de celebridad por sus insig-
nes dotes de sabiduría y dignidad, no se tienen en cuenta estas
cualidades como posibles apelativos, pues sólo existe una deno-
El nombre de "cristiano"
minación propia para aquellos que creen en él: la de cristianos.
Así pues, ya que esta gracia nos ha sido dada de lo alto, es
Aunque se recibe en la infancia, el bautismo no es cosa justo que antes que nada consideremos la magnitud del don,
de niños. Es una gracia inmensa y todo un proyecto de vida. para que demos dignamente gracias a Dios, que tanto nos ha
Para muchos, dentro y fuera de la iglesia, posee este nombre dado; después, que nos mostremos en nuestra vida conforme
escasa resonancia espiritual. Vale como indicativo de perte- exige la grandeza de este gran nombre" 21.
nencia sociológica al cristianismo, más que de adhesión per- Pablo VI. Como expresión del Magisterio, puede servir una
sonal a Cristo y configuración a su evangelio. No despierta página de la encíclica Ecclesiam suam, promulgada en plena
conciencia viva y empeño personalizado, como sucede ordi- efervescencia conciliar de renovación:
nariamente con el término "espiritual".
Nuevo Testamento. "Nada tiene tanta significación doctrinal "Hay que devolver toda su importancia al hecho de haber
como los nombres con que son designados los primeros dis- recibido el santo bautismo y de haber sido insertado, mediante
cípulos de Jesucristo. Antes de empezar a extenderse la pre- ese sacramento, en el Cuerpo místico de Cristo que es la Iglesia.
dicación del Evangelio más allá de las fronteras de Palestina, Especialmente debe el bautizado tener conciencia viva de su
no existía un nombre propio para designar a la nueva religión. elevación, más aún, de su regeneración a la dichosa realidad
Fue hacia el año 44 cuando 'por primera vez y en Antioquía de hijo adoptivo de Dios, a la dignidad de hermano de Cristo,
los discípulos tomaron oficialmente el título de cristianos'' a la gracia y a la dicha de la inhabitación del Espíritu Santo,
(Hch 11,26). Y se quedaron con este nombre. El más sencillo a la vocación a una vida nueva, que nada ha perdido de huma-
no, salvo la triste suerte del pecado original; y que en cambio
y propio para expresar su condición: cristianos, los que son es capacitada a dar las mejores expresiones y experimentar los
de Cristo, se llaman de Cristo, son adictos a su doctrina, imitan mejores frutos de todo lo que es verdaderamente humano. El
su ejemplo, se apoyan en su ayuda, le pertenecen en cuerpo ser cristiano, el haber recibido el santo bautismo, no debe ser
y alma y se identifican con su persona" 20. considerado como algo indiferente o de escaso relieve. Al con-
trario, debe marcar profunda y gozosamente la conciencia de
19
A. MANARANCHE, Creo en Jesucristo hoy, Salamanca, 1973; S. CASTRO, todo bautizado; que debe considerarlo, como hicieron los pri-
Cristo y su repercusión en la vida espiritual según el Vaticano II: RevEspir, meros cristianos, como una 'iluminación', que derramando
34 (1975), 189-202; R. SCHNACKENBURG, Existencia cristiana según el Nuevo sobre él la iluminación vivificante de la Verdad, divina, le abre
Testamento, I-II, Estella, 1970; F. ASENSIO, Formación apostólica de los "Doce"
el cielo, le esclarece la vida terrena, le capacita para caminar
y misión histórico-simbólica de ensayo: Gregorianum, 49 (1968), 58-74;
A. M. GARCÍA y A. GUERRA, Jesucristo, centro de la espiritualidad: RevEspir, como hijo de la luz hacia la visión de Dios, fuente de felicidad"
30(1971), 147-166. (Ecclesiam suam, n. 10).
20
C. SPICO, Vida cristiana y peregrinación según el Nuevo Testamento,
21
Madrid, 1977, p. 3. El primer término empleado en la Iglesia para designar SAN GREGORIO DE NISA, Sobre la vocación cristiana, Madrid, 1992, p. 44.
a sus miembros fue el de "creyentes" y el de "fieles". Bajo ese título se recogen varias obritas del autor sobre el mismo lema
136 JESUCRISTO EL SEÑOR 3. GRACIA Y NOMBRE DE CRISTIANO 137

3. Celebrar y orar. En comunidad eclesial celebramos el


Núcleos del vivir cristiano misterio y presencia de Cristo y profesamos nuestra fe. Cele-
brar con la iglesia los misterios de Cristo presente y operante
En forma práctica se pueden señalar los elementos y rasgos en el bautismo, la eucaristía, el culto, la oración, el ritmo his-
que el cristiano debiera tener como referencia permanente en tórico y mistérico de la salvación y de la comunidad creyente.
su vida. En primer lugar, para tomar conciencia de su dignidad La celebración eucarística (dominical, festiva o diaria) es expe-
y dar gracias. Y también para hacerse responsable del don reci- riencia personal y confesión pública de nuestra fe en Cristo.
bido y vivir en consonancia. El esquema sencillo sirve para Es importante que se viva libre, personal y comunitariamente.
renovar los sectores menos cuidados y a llevar una vida cris- Pero no es toda la única expresión de fe cristiana. Orar en
tiana efectiva. Algunos cristianos tienden a orientar su vida todo tiempo. La oración y trato con Dios no se limita a la
por los "mandamientos de la iglesia", más que por los dones misa del domingo, sino que le acompaña silenciosamente todo
y mandamientos de Cristo. Asistir a misa los domingos no es el día, y brota en la conciencia con frecuencia. Son pensamien-
todo. Fe, oración a Dios, justicia y caridad, coherencia y tes- tos, sentimientos, palabras breves de oración.
timonio de vida, son dones y exigencias evangélicas fundamen-
tales y asequibles. 4. Conducta evangélica. Hay una moral evangélica, refe-
Esta referencia primordial obliga a todos. Nadie debiera rida a Cristo, y realizada por el cristiano en su vida personal
dar por supuesto que es ya cristiano auténtico, aunque lo sea y social. Su vida, pensamiento, conducta y acción se guían por
de nacimiento, o se convierta de adulto, o haya cultivado voca- el evangelio, en el ámbito personal, en el eclesial, en el familiar
ciones especiales de sacerdote o religioso. "Ahora empiezo a y social. El "Decálogo", con su formulación negativa y su origen
ser discípulo de Cristo", escribe san Ignacio de Antioquía en en el AT, no lo dice todo. La vocación cristiana y la profesión
vísperas del martirio. humana tienen sus exigencias y responsabilidades, morales y
éticas. San Pablo reprocha a algunos cristiano su conducta per-
1. Creer. Creer en Cristo significa creer en su persona, sonal y social incoherente: por vuestra culpa y mala vida de
misterio y palabra. Creer en lo que él anuncia: Dios Padre cristianos "es blasfemado" el nombre de Jesús.
suyo y Padre nuestro, que obra y se revela en cada momento
de la historia de salvación, especialmente en la encarnación 5. Anunciar. La vida y obra de Cristo es confesión y pro-
del Hijo. Tomar como sentido y orientación de la propia vida fesión de fe, generadora de comunidad, de salvación y unidad
sus mismos gestos y palabra en el evangelio. Ser creyente cris- universal. Cada uno en las posibilidades y modalidades que
tiano significa situarse y vivir dentro de ese mundo de personas, le ofrece su vida de familia, de trabajo, de responsabilidades.
valores y realidades la propia existencia, y desde ahí compren- Quien vive coherente irradia y anuncia: hechos, palabras de
der y orientar la historia. Jesús mismo es la puerta y garantía luz, bondad, sacrificio. La palabra oportuna y respetuosa, el
hacia todos los demás misterios. gesto abierto y leal, la defensa de ciertos derechos y conductas
en sociedad y otras mil maneras son formas de anunciar el
2. Formar iglesia. Por su gracia e invitación, entramos a evangelio.
formar parte de la familia de los creyentes, que confiesan a
Cristo y comparten con nosotros la fe, el amor, la esperanza,
las tareas de hacer universal el Reino. La comunidad eclesial Ser y hacerse cristianos
es amor de Cristo compartido con intención de hacer llegar
a todos la misma gracia y fe. En la iglesia tiene cada uno su "Ser cristiano" significa en primer lugar pura gracia de
dignidad, sus derechos y funciones. Sentirse iglesia incluye Dios, de su bondad y misericordia. Y es también vocación y
derechos y responsabilidades, recibir y entregarse al amor y proyecto de toda la vida: "persona de Cristo": que recibe la
servicio de todos. gracia y profesa la fe en el bautismo y está obligado a su santo
138 JESUCRISTO EL SEÑOR 3. GRACIA Y NOMBRE DE CRISTIANO l.V)

servicio. Obra de Dios, que nos transforma gradualmente a mucho por rehacer. La evolución intelectual, afectiva, social,
su imagen, hasta vivir en Cristo: Rom 8,29, Filp 3; 2Tim. de la persona, la obliga a cuestionarse (en la adolescencia, la
Adultos en Cristo: Ef 4,11-16. Llegar a la perfección con- juventud o madurez) sobre la razón de su ser y vivir como
sumada de los santos, para la obra del ministerio, para la edi- cristiano. Los cristianos de larga tradición hallan que tienen
ficación del cuerpo de Cristo, hasta que todos alcancemos la que renacer a su fe cristiana católica desde una situación cul-
unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, cual varo- tural y religiosa muy distinta.
nes perfectos, a la medida de la plenitud de Cristo; y que no
Los llamados "cristianos de nacimiento" parecen tener "pri-
seamos como niños, que se dejan llevar por cualquier viento
de doctrina... "Adultez" en la relación con Cristo, en la comu- vilegio" y ser una excepción a esa ley general. La expresión
nión y servicio, en la solidaridad con los demás miembros de tiene doble significado. Un primer significado de gratuidad
la iglesia, en la solidez y estabilidad psicológicas del pensar acentuada y "privilegio": en nuestros ambientes cristianos, la
y sentir por encima de apariencias y emociones momentáneas, mayoría de los bautizados han recibido juntas y en total pasi-
impresiones y modas. vidad la vida de gracia y la vida natural. Esa denominación
Los Apóstoles mismos, no obstante su situación privilegiada alude también al "peligro" de quedarse anquilosados en la fe
de contacto inmediato con Jesús, realizan también un proceso infantil, heredada, que sobrevive únicamente en ambientes
accidentado de crecimiento en la fe. En la vocación y segui- protegidos por la costumbre, sin el vigor personal de una adhe-
miento de los doce Apóstoles de Jesús observamos una secuen- sión libre y adulta. También los favorecidos por el bautismo
cia que resulta aleccionadora para nosotros. Hacen un camino de infancia tienen ante sí la tarea de "hacerse". La gracia no
largo y accidentado en su adhesión incondicional a Jesús. Pode- es herencia de familia, como los otros bienes.
mos distinguir cinco etapas: 1) fe constituida: una primera mira- Pedagogía de asimilación. "Cuando llegamos a una madu-
da a Jesús que se presenta en público y se hace bautizar, la
rez elemental, surge inevitable la pregunta por esa fe. Si se
dirigen desde su condición de judíos creyentes; 2) fe compro-
metida: les invita personalmente, y ellos se comprometen per- ha recibido el bautismo en la primera infancia y se ha crecido
sonalmente a seguirle, vivir con él y como él; 3) fe escanda- en un ambiente globalmente cristiano, el problema se centrará
lizada: puesta a prueba y tentada por las humillaciones y la sobre la pregunta: ¿es posible reasumir en libertad como valor
pasión de Jesús, que aparece débil, incapaz de defenderse, personal lo que hasta ahora habíamos poseído como un simple
menos aún de vencer, y aún menos de garantizar futuro a sus legado del contexto sociológico en que nacimos? Y supuesta
seguidores; 4) fe confirmada: con la resurrección, entienden esta legitimidad radical, ¿cómo eso que es una herencia se con-
la pasión, experimentan su nueva presencia, recobran fe y áni- vierte en una posesión personalmente lograda?"
mo; 5) fe profesada: reciben el Espíritu Santo y anuncian el Frente a esta situación que compromete hoy a jóvenes y
evangelio con valentía en todo el mundo 22 . adultos distingue el mismo autor cuatro posibles posturas del
En esos cinco pasos del itinerario apostólico queda trazado cristiano: el aferrado, que conserva todo, herencia cristiana y
el itinerario de todo cristiano en su camino de adhesión per- cultural, sin distinciones; el renegado, el que rechaza la fe mis-
sonal e incondicional a Jesucristo. A cada uno se le da gracia ma junto con la cultura antigua en que la recibió encarnada:
personal, y se le pide respuesta correspondiente. La gracia y el avergonzado de ser cristiano y haber vivido como tal sin elec-
la profesión de fe en el bautismo piden confirmación y desarro-
ción propia; el autentificado, que reasume su fe que se demues-
llo personal, que no se hace en la infancia, por muy favorables
que hayan sido las circunstancias familiares y ambientales. tra válida y la encarna en nueva cultural. En este último caso,
Incluso cuando se lleva a cabo la asimilación infantil, queda tenemos al cristiano adulto y libre, capaz de conservar-reasumir
su adhesión a Cristo. Este proceso, impulsado por el Espírilu,
22
A. MANARANCHE, Creo en Jesucristo hoy, Salamanca, 1973, pp. 57-65. da lugar a una experiencia espiritual sufrida y gozosa, y lleva
140 JESUCRISTO EL SEÑOR 4. VIVIR EN CRISTO DE VERAS 141

al redescubrimiento de los núcleos de la gracia cristiana en vivir, orar, etc. Todos los pasos llevan resonancias teologales,
su novedad inagotable23. morales, psicológicas, sociales. Tomamos en consideración la
Es una trasformación que el Espíritu va realizando en la experiencia cristocéntrica en todos sus niveles, no solamente
vida de cada uno por diferentes medios: la fidelidad a sus com- en las formas especiales de santidad y mística.
promisos religiosos y morales, la coherencia en la respuesta a
las nuevas situaciones y dificultades que presenta la vida, expe-
riencias interiores de luz y fortaleza, de comunión fraterna, etc. Cristocentrismo espiritual y efectivo
Jesucristo es y se hace centro en diferentes planos, que
se integran y sobreponen: 1) dogmático y ontológico: obra de
4. Vivir en Cristo de veras Dios que ha hecho de Jesucristo el centro de la creación y
La comunión de Cristo con el creyente transforma su ser de la historia de salvación; 2) teológico: la teología organiza
y vivir. Da lugar a reciprocidad consciente, que denominamos y elabora doctrinalmente revelación, fe e historia en torno a
"experiencia de Cristo". Forma parte del desarrollo normal ese principio dogmático; 3) litúrgico: que actualiza los misterios
de la gracia cristiana en sus diferentes fases, ya examinadas. de Cristo como fuente y cima de la vida y de la celebración
La exclamación de san Pablo "Vivo yo, mejor dicho, vive Cristo eclesial; 4) pastoral: que hace de Jesús el tema central de la
en mí" (Gal 2,20) se refiere al cristiano auténtico y "normal", predicación de la iglesia, de los proyectos y actividades pas-
que vive en coherencia con lo que es y ha recibido. El espiritual, torales; 5) espiritual: cuando la persona y la obra de Jesús se
el santo, el místico, hacen suya esa misma confesión con par- convierten afectiva y efectivamente en centro de atracción y
ticular vigor. expansión de la vida personal y comunitaria suponiendo los
anteriores, deja y hace que la persona de Cristo tome posesión
Entendemos experiencia en sentido tanto pasivo como acti- absoluta de la mente, del corazón y de la vida personal y
vo. Conciencia teologal de la salvación que Dios obra en la comunitaria.
vida del creyente. Conciencia de esta misma vida del cristiano,
que se renueva a raíz de la acción transformadora del Espíritu No debe resultar espontáneo y evidente vivir en Cristo y
Santo. "A los que antes conoció a ésos les predestinó a ser con Cristo, si ya en los fervores de la primitiva comunidad
conformes con la imagen de su Hijo, para que éste sea el pri- san Pablo se queja con palabras duras de encontrar pocos que
mogénito entre muchos hermanos" (Rom 8,29). "Todos noso- vivan para Cristo entre sus más cercanos colaboradores: "Es-
tros a cara descubierta contemplamos la gloria del Señor como pero en el Señor Jesús poder enviaros pronto a Timoteo... Por-
en un espejo y nos trasformamos en la misma imagen, de gloria que a ningún otro tengo tan unido a mí que sinceramente se
en gloria, a medida que obra en nosotros el Espíritu del Señor" preocupe de vuestras cosas, pues todos buscan sus intereses,
(2Cor3,18) 24 . no los de Jesucristo" (Filp 2,19-21)25.
En la comunión y experiencia de Cristo vive la ley y actitud
La experiencia reafirma en términos intensamente perso-
de toda vida teologal: inmediatez en las mediaciones. Vivir
nales y comunionales la gracia del misterio y la verdad del
dogma. Se mantiene constantemente adherida a los contenidos, 25
En tono parecido al de san Pablo se refiere san Juan de la Cruz a
las personas y al proceso de desarrollo: creer, convertirse, ser, quienes se consideran espirituales y anunciadores de Cristo, con la misma
triste constatación: "Esta tan perfecta osadía y determinación en las obnis
23
O. GONZÁLEZ DE CARDEDAL, "Fe y herencia histórica del español que pocos espirituales la alcanzan. Porque, aunque algunos tratan y usan este
nació cristiano", en su obra Meditación teológica desde España, Salamanca, trato, y aun se tienen algunos por los de muy allá, nunca se acaban de perder
1971, pp. 17-50; texto citado en pp. 17-18. Ampliaremos el tratamiento del en algunos puntos de mundo o de naturaleza, para hacer las obras perfectus
tema al hablar de la "formación espiritual del cristiano" en el cap. 14. y desnudas por Cristo... Todavía tienen vergüenza de confesar a Crislo por
24 la obra delante de los hombres, teniendo respeto a cosas. No viven en ( risto
G. MOIOLI, "Cristocentrismo", enNDE, Madrid, 1991, pp. 398-409 (con
bibl.). de veras." SAN JUAN DE LA CRUZ, Cántico espiritual, 29,8.
142 JESUCRISTO EL SEÑOR 4. VIVIR EN CRISTO DE VERAS 143

en Cristo es acogerle y colocarle en el centro de la propia


vida, moviendo y unificando todas sus experiencias y tareas: Modalidades de comunión
oración y apostolado, ascética y mística, celebración litúrgica
y servicio social. Lo espontáneo suele ser centrarse en la inte- Los aspectos del misterio que se viven con mayor relieve
rioridad o en el trabajo: vivir el trato interior sin resonancias en cada época o espiritualidad dan lugar a diferentes moda-
de servicio; o trabajar para él sin comunión personal honda. lidades en la experiencia cristiana. Entre las varias formas de
La exigencia de realismo y eficacia es efecto y prolongación cristocentrismo, se enumeran: monástico, de imitación, actua-
del amor y de la entrega personales a Jesucristo. Se ha com- lización de los misterios de Cristo en el sentido de Bérulle,
probado en algunos ambientes la dificultad existente a la hora de la cruz, del corazón. Aludo a algunas formas de experiencia
de entablar relaciones de amor personal con el Señor. Resulta y de piedad que ha tomado la adhesión espiritual de los cris-
fácil servirle, trabajar por él, en su Reino; pero en cambio, tianos a Jesucristo 27.
se ha vuelto difícil para muchos la comunión de amistad per- Los aspectos de imitación, seguimiento, unión, actúan com-
sonal. Por eso, cualquier exageración en uno u otro sentido, penetrados en la realidad. Este hecho da riqueza y densidad
de intimidad o de servicio, puede desintegrar la verdadera a cada uno de ellos. El seguimiento se hace posible gracias
experiencia "cristiana". Sin abertura y servicio, la relación que- a la comunión íntima; antes que cualquier exigencia moral,
da en intimismo; si falta la amistad personal, no hay comunión, es la fuerza y la alegría de ser de Cristo y vivir con él. Su
sino relaciones de servicio y empleo. compañía da valor para afrontar situaciones radicales. Seguirle
es hacer con él nuestro camino, es decir, el camino que Dios
nos señala a cada uno. Se le imita en las actitudes fundamen-
"El seguimiento de Cristo queda, pues, falseado, radical-
mente deformado tanto por el intimismo privatista de quien tales, más que en gestos de detalle.
pretende vivir a solas con Cristo sin abrirse ni darse a los otros, "Conocer a Cristo". La expresión es del evangelio (Jn 17)
cuanto por el activismo sin vida interior. Solamente se sigue y de san Pablo (Filp 3,8). "Conocer" lleva en este contexto
a Cristo en la unidad indivisa de vivir con y para él, y de hacer toda la densidad de la revelación, la fe, conocimiento y sabi-
por y como El. Aquí nos sale al encuentro la verdad vieja de
la espiritualidad cristiana, no por vieja menos verdadera y pro- duría, caridad, experiencia. San Pablo lo afirma y lo busca como
funda: oración y acción, interioridad y dinamismo apostólico, supremo ideal: no me precio de otra cosa que de "conocer"
entrega a Cristo y al prójimo. Despojar al cristianismo de su a Jesucristo crucificado; conocerle como soy conocido de El.
interioridad, del amor personal a Cristo, sería no simplemente Conocimiento sencillo, de fe, intelectual de gnosis, afectivo...
empobrecerlo, sino privarlo de su misma esencia: una negación Seguimiento e imitación. La imitación de Cristo es un con-
práctica de la divinidad de Cristo y de lo que constituye el cepto que llena la historia de la espiritualidad desde los escritos
nivel más hondo de su ser humano, su amor al Padre y a
nosotros" 26 . Los valores de la vida no han sido revisados y jerarquizados en función de
El. No se ha convertido en el motivo de su existir y de su quehacer. Aquí
26
J. ALFARO, "El contenido evangélico de la vida religiosa", en AA. VV., reside, para mí, la más medular de las deficiencias de la vivencia religiosa
Los jóvenes y la vida religiosa, Madrid, 1976, p. 217. "La juventud de nuestros de nuestra juventud." J. M. URIARTE, La formación religiosa en el seminario
seminarios experimenta una especial dificultad para lograr el arraigo de su mayor. Vocaciones 47-48, (1970), 109-110.
27
adhesión a la persona de Jesús, centro de la fe cristiana. La presencia vivi- G. Moiou, "Cristocentrismo", /. c., pp. 401 ss.; G. TURBESSI, "Sequela
ficante de Jesús, su dimensión personal, la relación de 'tú a Tú', se diluye ed imitazione di Cristo secondo il Nuovo Testamento", in AA. VV., GY.v/i
en una especie de oscuro pancristinismo. El afecto familiar, la abnegación Cristo, mistero e presenza, Roma, 1971, pp. 347-348 (304-348). Cf. "Imitation
sagrada, el contacto personal, heraldos de una fase anterior, subsisten en du Christ", en DSpir, 7, 1536-1601. Existe el peligro de mimetismo o im¡-
algún grado, pero sin cuajar en una entrega y adhesión personal y serenamente tacionismo, repetición material de sus gestos y palabras. Pero esa posibilidad
apasionada. Jesucristo es en su vida una persona conocida, pero no una per- alcanza a desvirtuar el valor auténtico de la imitación; J. LANFRANCI:, Connaiiiv
sona descubierta que se ha metido 'adentro' y se ha convertido en eje y núcleo. Jésus Christ: Carmel, P (1968), 223-238.
144 JESUCRISTO EL SEÑOR 4. VIVIR EN CRISTO DE VERAS 145

mismos del NT. A su ad crece otro, el de seguimiento, también


de origen bíblico, que lo completa. "Pocas palabras hay, en Santos y escuelas
la historia de la teología y de la espiritualidad cristiana, que
hayan tenido tanta aceptación como 'seguimiento e imitación'. Toda experiencia viva de Cristo ofrece interés, aunque pre-
Los dos términos (con sus respectivos conceptos), aun per- sente modalidades comunes y se exprese en lenguaje corriente.
teneciendo originalmente a dos categorías de pensamiento dis- Tiene el frescor de la vivencia, y es prueba de que Jesús sigue
tintas y diferentes, han acabado por contagiarse mutuamente tratando con el creyente de toda época con la misma inme-
ya desde los escritos del NT. Pronto llegarán a ser sinónimos diatez que sus primeros discípulos. Algunos carismas aportan
en los escritos apostólicos, patrísticos y monásticos." Seguir además novedad objetiva, resultando un punto de referencia
es adherir incondicionalmente a Cristo; imitar es conformarse para la experiencia de otros: en el aspecto del misterio que
al divino modelo. "De esa forma el radicalismo evangélico se descubren, o destacan, en las conexiones, en la novedad o
funde con la mística paulina de la imitación" 28. intensidad con que lo viven.
En sus actitudes y gestos. Tomada como la han vivido y viven Existe una experiencia colectiva, reflejada en la fe y en la
los espirituales, la imitación de Cristo tiene un valor cristiano piedad de la iglesia. Dentro de ella, existen experiencias per-
insustituible y es fuente de constante novedad. Se concentran sonales eminentes, que brotan del vivir de la iglesia, y a su
en hechos y actitudes relevantes de la vida del Señor: orar vez revierten sobre ella la riqueza del carisma. Entran luego
con y como hacía Jesús, amar como él ama, llevar la cruz reden- a formar parte de la experiencia comunitaria. El enriqueci-
tora que él mismo asumió. La muerte de los mártires, acom- miento que ha venido recibiendo la vivencia de la fe y del
pañada frecuentemente de las mismas palabras que Jesús pro- misterio de Cristo se debe en gran parte a cristianos parti-
nuncia en la cruz, posee una fuerza de testimonio siempre nue- culares y a grupos que, movidos por el Espíritu, han expe-
vo y original. La imitación de su bondad con pobres, leprosos, rimentado con fuerza y originalidad en cada época el misterio
desheredados de la sociedad, es una imitación espiritual y de Cristo. Algunos modelos nombrados en general:
material al mismo tiempo, que goza de perenne novedad. Jesús
mismo llama a la invitación: esto mismo que hecho yo hacedlo San Ignacio de Antioquía: "Lo único que para mí habéis
vosotros (lavatorio), haced esto mismo en memoria (eucaris- de pedir es fuerza, tanto interior como exterior, a fin de que
tía)... no sólo hable, sino que esté también decidido; para que no
Estados de ánimo. Sintonizar en los estados de ánimo. Es sólo me llame cristiano, sino que me muestre tal. Porque si
una forma de configuración con Cristo, que influye en toda me muestro cristiano, tendré también derecho a llamarme con
espiritualidad. Ha sido vivida y explicada con mayor relieve ese nombre. Cuando el cristianismo es odiado en el mundo,
por la escuela francesa del siglo xvn: Bérulle, Olier, etc. Mayor la primera tarea no es la elocuencia, sino la grandeza de alma"
relieve tiene la imitación de las disposiciones espirituales, las (c. 3).
actitudes frente a personas y cosas, las motivaciones en el "Cuando el mundo no vea ya mi cuerpo, entonces seré ver-
obrar. Es la imitación interior. Esta deja amplio lugar a la crea- dadero discípulo de Cristo" 29.
tividad personal, contando con el cambio de las circunstancias "La experiencia de Cristo se prolonga ulteriormente, como
y con el hecho primordial de que Jesucristo es Dios y nosotros reflejo experimental de la fe en Cristo propia de cada época,
pobres hombres. en las formas variadas que toma la vida interior de la iglesia
a lo largo de la historia. La experiencia contemplativa se centra
28
G. TURBESSI, "Sequela ed imitazione di Cristo secondo il Nuovo Tes- en la carne verdadera del Logos, su cruz, la sangre, el corazón,
tamento", en Gesú Cristo, mistero e presenza, Roma, 1971, pp. 347-348. Para
29
visión más amplia de formas y frutos, cf. "Imitation du Christ", en DSpir, "Carta a los Romanos", c. 3 y 4. Padres apostólicos, Madrid, 1951),
7, 1536-1601. pp. 476-477.
146 JESUCRISTO EL SEÑOR 5. IMÁGENES Y ROSTROS DE CRISTO 147

la llaga del costado, la glorificación de la carne, la divinidad el amor, la filiación vividos por Jesús. Salvando modalidades
del glorificado, la humanidad de Cristo en su totalidad, la y proporciones.
mediación sacramental y visible, la mediación de la humanidad
glorificada; en Cristo luz, vida, paz, rey glorioso, Cristo visible
en la iglesia, relación mística matrimonial entre Cristo y el 5. Imágenes y rostros de Cristo
alma, la infancia de Jesús, el pesebre. Grandes figuras en este
sector se pueden recordar: Ireneo, Orígenes, Gregorio de Nisa, La imagen visual o imaginaria, sencilla o artística, es la
Efrén, Agustín, Máximo el Confesor, Simeón el nuevo Teólogo, manera en que Cristo como misterio y persona se presenta
Bernardo, Gertrudis de Helfta, Francisco de Asís, Gregorio en el encuentro con el hombre, creyente o no creyente. Es
Palamas, Ignacio de Loyola, Teresa de Avila"30. espontánea la creación de imágenes en la relación de fe y amor
Confesión humilde y anónima en las encuestas. Es una de con Cristo. En el AT, siendo contrario a las representaciones
las formas contemporáneas de hacernos llegar las manifesta- sensibles de Dios Altísimo, abundan las ideas-imágenes antro-
ciones de Cristo en la vida, el servicio, las alegrías y las ten- pomórficas en su comprensión y trato con Dios. En el NT,
taciones de cada uno. Hay numerosos libros que recogen el imagen y visión pasan a primer plano, con función revelatoria
testimonio. Se han publicado en libros y artículos algunas de y salvífica. Cristo es imagen y rostro de Dios: el que me ve
esas encuestas. a mí, ve a mi Padre. La fe cristiana asume desde el principio
esta mediación sensible en el trato con Dios y con Jesucristo
Entrar en el estudio particularizado de la experiencia y de su Hijo encarnado. Confiesa el evangelista testigo: Le hemos
la doctrina de los grandes santos escritores sería una tarea bien visto, tocado, escuchado: Jesús mismo se interesa por conocer
remunerada. En esas encarnaciones personales, luce más la la idea-imagen que de él tienen sus discípulos y la que circula
imagen de Cristo que en esquemas doctrinales fabricados con entre la gente. Pregunta a los discípulos: ¿Quién dice la gente
fragmentos de unos y de otros. Pero no es posible ahora llevar y quién decís vosotros que soy yo? Algunos se han formado
a cabo la exploración particular, ni siquiera en resumen. imagen positiva: mesías, salvador, maestro, profeta, hijo de
Lo que sí conviene afirmar o recordar' es que existe una Dios. Otros le clasifican con figuras de maldad: endemoniado,
experiencia "ordinaria" de Cristo. Llamada así, no por su ordi- profanador, rebelde, blasfemo, seductor.
nariez, sino por la naturalidad con que nace y se desarrolla En cada imagen las personas y grupos manifiestan mezcla
en una vida cristiana llevada con empeño. El encuentro fre- de fe, observación, interpretación, exaltación o falsificación.
cuente en la oración y en los sacramentos, la vida entera vivida La imagen es expresión e impresión del misterio de Jesucristo
como testimonio, los sufrimientos llevados con el espíritu de en las personas que entran en contacto con él. Es al mismo
su Pasión van grabando en el alma la imagen viva de Jesucristo. tiempo fuente y fruto de la experiencia. Fuente, porque de
El trato de fe y de amor da lugar a una experiencia. La corres- ella se alimenta la comunión teologal; y fruto, porque en la
pondencia de la experiencia de Cristo y del cristiano es efecto imagen se reflejan las modalidades que revista la experiencia
de una derivación y gracia: llevo en mi cuerpo las señales de de cada persona, grupo, época.
la pasión de Jesús. Por la correspondencia existente entre
ambas. La podemos utilizar también a la inversa: por la expe-
riencia de los santos y la nuestra, deducimos el sufrimiento, ¿Qué imagen?
30
V. TRUHLAR, Christuserfahrung, Roma, 1964, pp. 26-27; F. LÉTHEL, Con-
naitre Vamour du Christ qui surpasse toute connaissance. La théologie des Saints,
Tres textos conocidos del NT pueden servir como punto
Venasque, 1989 (Ireneo, Anselmo, Tomás de Aquino. Ch. Péguy, Teresita de partida para entrever la riqueza y complejidad de la "ima-
delN.J.). gen", cuando el término se aplica a Cristo: El es imagen
148 JESUCRISTO EL SEÑOR
5. IMÁGENES Y ROSTROS DE CRISTO 149

de Dios invisible (Col 1,15). Quien me ve, ve a mi Padre


(Jn 14,5-11). Nosotros somos transformados en su imagen Mediación de la imagen
(2Cor 3,18; Rm 8,29). La imagen, por tanto, recoge el ser de
Cristo, su relación con Dios, y la comunión transformante con
el cristiano. La imagen de Cristo es la expresión ideal y visual de su
La fe toma los materiales de varias fuentes: 1) presencia misterio, y al mismo tiempo fuente y fruto de la experiencia
física y misterios de la vida terrestre de Jesús: Jesús niño, pre- cristiana, que condensa y expresa en ella su comprensión y
dicador, crucificado; vienen a ser la suplencia de lo que hoy comunión con Cristo personal. La imagen cumple diferentes
hace la fotografía; 2) títulos salvíficos y funciones que cumple: funciones en la vida y en la experiencia cristiana; todas ellas
relevantes dogmática y pedagógicamente.
maestro, pastor, rey, sacerdote, víctima; 3) semejanzas y com-
paraciones tomadas del ambiente cultural: emperador, médico, a) Personaliza e individualiza. Destacando alguno de los
libertador. elementos, suavizando otros, forma una imagen de Cristo, que
Estas figuraciones trabajan con tres componentes: a) Com- facilita la relación y personaliza la experiencia. Esta imagen
ponente dogmático con hechos o verdades del misterio. Recoge es al mismo tiempo teológica y visual. Se va formando por
y presenta contenidos del misterio, de algún misterio evan- diferentes caminos convergentes: la historia evangélica, la
gélico, fórmulas de fe, enseñanzas esenciales de la iglesia: Dios devoción de los fieles, la enseñanza de pastores y teólogos,
y hombre, muerte y resurrección, amigo y juez, b) Espiritual: la figuración visual de los artistas. Entre tanta abundancia de
Refleja una experiencia creyente, eclesial y personal, en que misterios, episodios, gestos, palabras, funciones, títulos, pro-
la comunidad reconoce, expresa y alimenta su fe en Jesucristo. piedades, como nos ofrece la revelación en torno a Cristo, la
Hace resaltar aspectos del misterio, despertando las actitudes fe y la piedad cristianas han sentido la necesidad de referirse
correspondientes, c) Visual: Dogma y experiencia se configuran al Señor en formas personales concretas.
en formas sensibles, especialmente visuales: pintura, escultura; b) Unifica y simplifica. Hace de "vía de acceso" a la tota-
también música. Hay preferencias por una u otra figura, por lidad de la persona y del misterio de Cristo. Jesús niño, el
el uso más o menos frecuente de imágenes en la relación con Crucifijo, el S. Corazón son figuraciones de Cristo en su tota-
el Señor. lidad, con perspectiva peculiar. Mantener separados los varios
misterios, títulos, dogmas que se refieren a Cristo crea dis-
En las distintas figuras que predominan o se suceden a lo
persión mental y dificultad de comunión. Colocarse ante Cristo
largo de los siglos se deja sentir el influjo de la cultura religiosa
en una escena del evangelio, en la configuración de un dog-
y secular contemporánea. Las imágenes responden a los pro- ma, etc., permite trato personal más ambientado. Esta unidad
blemas, experiencias, polémicas, preferencias y exclusiones de permite el uso sucesivo de diferentes imágenes concretas, como
cada época: Jesús Señor (Pantocrátor) prevalece en tiempo sucede en la celebración de los misterios litúrgicos.
y cultura del Imperio romano, los misterios de Navidad en
la Edad Media, el S. Corazón de un período de pasión... Siendo Es una realidad comprobada los "límites de la conciencia
la imagen una forma de anuncio del evangelio, asume el "len- espiritual". No puede atender simultáneamente con la mente
guaje" de las personas que lo pronuncian, lo escuchan y lo y con el afecto a diferentes objetos o valores. Una porción
viven. No todas son de igual calidad dogmática, espiritual y se vive de manera refleja, y los otros de manera implícita, sin
figurativa. excluir ninguno. Ya acentúen la infancia, la muerte, un encuen-
tro o un milagro, o la resurrección, el objetivo es entrar en
comunión con el Señor encarnado, nacido, maestro, sofcrente,
glorioso. La imagen particular facilita la relación y personaliza
la experiencia. Es lo que sucede con la fotografía como rccucr-
150 JESUCRISTO EL SEÑOR 5. IMÁGENES Y ROSTROS DE CRISTO 151

do: capta un gesto o un momento significativo de su vida, pero época conviven personas de la más opuesta sensibilidad espi-
sirve de base a la comunión viva e integral. ritual, formación teológica, cultura profana. Consciente de esa
La imagen explícita un aspecto, un misterio, entre los limitación, podemos decir algo de las imágenes sucesivas.
muchos que hay en la persona y en la vida de Cristo. La con-
ciencia espiritual es limitada, de manera que al ahondar se
reduce su campo de visión: la pasión, resurrección, una escena Imagen primitiva
significativa del evangelio. Esa imagen que percibe o fabrica
tienen carácter abierto y totalizante, en virtud de la doble uni-
dad: la unidad objetiva que une entre sí todos los misterios Prevalece durante los primeros siglos la figura de Jesucristo
que se encuentra en la primitiva confesión de fe: Cristo, anun-
de Cristo, y por la adhesión de fe en que adhiere la persona
ciado por los profetas, muerto por nosotros pecadores, resu-
entera más allá de la conciencia explícita31.
citado al tercer día; el cristiano muerto y resucitado con él
La legítima unificación simplificadora puede degenerar en
en el bautismo, vive como nueva criatura, en espera de su veni-
"reduccionismo", cuando la fe y la experiencia se limitan al da final. Los "símbolos" primitivos dan testimonio de esa ima-
misterio que daba el acceso a la totalidad, aislándolo de sus gen. La imagen tiende a representar "funciones y títulos de
referencias al conjunto. Reduccionismo que puede ser dog- Cristo", más que a visualizar hechos evangélicos en su simple
mático, existencial, artístico o espiritual. Nos consta, por la materialidad. Teológicamente, destaca la Humanidad de Cristo
experiencia de otros siglos y la nuestra, que no es raro asistir gloriosa y actual. Jesús aparece como mediador. Le ven a su
a graves "reducciones" y parcialidades de todo tipo. La imagen lado, hombre como ellos, orando con ellos al Padre, presidien-
elegida, en lugar de introducir a la totalidad y abrirse a la do la comunidad de los creyentes. Destaca la línea descendente
dialéctica del misterio, se cierra en un aspecto y excluye los y ascendente de la economía salvífica: el Padre envía al Hijo
demás. Tiene lugar un reduccionismo empobrecedor. La his- y éste al Espíritu Santo; de regreso, al Padre por el Hijo en
toria no solamente descubre aspectos nuevos, sino que los des- el Espíritu Santo. Características de la espiritualidad en estos
cubre por reacción. Las reacciones suelen ir por los extremos. siglos: concentración en Cristo y en su misterio, más que en
Es un peligro que se repite con frecuencia en las "devociones". devociones a misterios particulares; alegría pascual y confianza
A lo largo de la historia se han dado diferentes acentua- en Cristo, que ha vencido la muerte y el pecado...
ciones y preferencias. Existen sinopsis iconográficas de imá- La iglesia primitiva ha tenido una serie de limitaciones en
genes de Cristo, donde se aprecia el crecimiento o decaimiento, la figuración sensible de la persona de Cristo. Limitaciones
la simultaneidad entre varias de ellas. Refiriéndonos a los diez impuestas por el ambiente externo pagano, que se "escanda-
primeros siglos, he aquí algunas de las más frecuentes: pastor, liza" de representaciones donde resalte la "debilidad": el niño,
pescador, sol, niño, maestro, médico, taumaturgo, guerrero, el crucifijo. Dificultades internas provenientes del rechazo de
vencedor, rey, legislador, juez, todopoderoso, crucificado. toda representación de lo divino, como en el "iconoclasmo"
Muchos de esos tipos decaen en seguida, otros se mantienen (tendencia herética, contraria al culto y veneración de las imá-
a lo largo de esos siglos, algunos perduran después. genes sagradas).
Difícil caracterizar con una u otra imagen períodos que El "Pantocrátor" (Señor, Todopoderoso) es la figura oficial
duran varios siglos. Las indicaciones siguientes sólo tienen sen- y dominante en este período, que perdura en la Edad Media.
tido si son entendidas con grande elasticidad. En una misma Condensa su resurrección, poder y gloria; Señor de cielo y
31
tierra, que gobierna la iglesia y el mundo. La representación
Cf. M. O. KNECHTLE, A la foi vivante par le symbole, Fribourg, 1981. concreta imita formas de la corte imperial. Puesto en el centro
La autora pone de relieve el valor espiritual y pedagógico de asimilar el entero
misterio de Cristo a partir de alguno de ellos como núcleo central. En rea- del ábside de las grandes basílicas, multiplica la impresión tic
lidad, es lo que hacen las diferentes espiritualidades. centro, grandeza, señoría universal. El arte antiguo ha logrado
5. IMÁGENES Y ROSTROS DE CRISTO 153
152 JESUCRISTO EL SEÑOR

imágenes de profundidad y serenidad. Tiene también su límite. dada en este momento histórico. San Bernardo y san Francisco
Al acentuar unilateralmente los rasgos de majestad y gloria, de Asís han influido poderosamente en el nuevo rumbo. La
oculta su condición humana de mediador y su figura evangélica piedad contempla a Jesús siguiendo los pasos y sucesivas mani-
en los misterios concretos de salvación. Las discusiones cris- festaciones de su existencia evangélica: escenas, milagros, pala-
tológicas del siglo iv y siguientes crean necesidades de defensa bras y gestos, narrados por el evangelio. Aunque rehechas
y llevan a acentuar la divinidad de Cristo en formas gloriosas. según la mentalidad del siglo, estas imágenes responden a la
realidad mejor que las figuras simbólicas del período prece-
dente. El crucifijo es un hecho concreto que han visto los tes-
tigos, una imagen real e inolvidable; mientras el "Pantocrátor"
Figura medieval (pintura solemne de Cristo Señor glorioso) es proyección, figu-
ración mental de la fe con ayuda de imágenes imperiales. Este
La Edad Media trae el complemento y la reacción. Ya no mismo realismo les lleva a dar culto diferenciado a cada com-
hay clima de lucha contra las herejías cristológicas. Lo que ponente de la sagrada Humanidad de Cristo, a las reliquias,
quieren es celebrar y representar a Jesús sencillo, tal como especialmente las de la Pasión.
lo encuentran en la lectura del evangelio. Los nuevos pueblos Por medio de las imágenes de Jesús o de escenas y per-
de Europa que se han ido cristianizando son más vigorosos sonajes de su vida, tratan de actuar la presencia, en dos sentidos.
y sencillos. Parte de la teología, la espiritualidad y el arte de El cristiano se traslada mentalmente a los lugares y los tiempos
los siglos anteriores les resultan hieráticos y fríos. Necesitan en que vivió Jesús sobre la tierra. Si puede, tomará parte en
traducir su experiencia del evangelio en una nueva cultura. alguna cruzada, o hará personalmente una peregrinación a los
santos lugares. En otro sentido, Cristo está presente en todo
"La imagen humana y divina de Cristo se ha desdibujado tiempo. La vida pública y la privada están llenas de manifes-
un poco a los ojos de aquellos hombres. El Cristo soberano taciones de piedad cristológica, sentida. Tres formas de piedad
universal, pintado en el ábside de las basílicas bizantinas, ha alcanzan mayor vigor y representatividad en este período. Las
tomado poco a poco la dureza convencional de un tipo ico- tres mantienen su vigor como experiencia sentida y honda del
nográfico. De igual modo, durante los siglos que van del vi pueblo cristiano 33.
al ix, las enseñanzas de los grandes Padres de oriente y de
occidente no mueven ya los corazones y las mentes de los fieles. Eucaristía: Es el centro de esa presencia de los misterios
Es la aurora de una civilización nueva que necesita sus santos de su Humanidad. Por eso, este sacramento ha recibido un
propios: actuales, vivientes, expresión de su tiempo, e inferidos culto comunitario y personal desbordante. Aunque, por haber-
en la gloriosa tradición que arranca de los Apóstoles. Y, como lo mirado más bien en línea de presencia real, acentuaron ésta
sucede siempre en la vida de la iglesia, esta renovación sig- sin integrarla suficientemente en la unidad de sacramento y
nificará un paso adelante en la comprensión más profunda y sacrificio. La procesión del Corpus Christi, el viacrucis, pro-
total del misterio de Cristo"32. cesiones de Semana Santa.
Jesús niño: Se difunde en conexión con la devoción al mis-
Los misterios de la vida terrestre de Cristo caracterizan terio de la Navidad, en la Edad Media. Lo más frecuente es
la piedad medieval, que ha marcado con sus mejores apor- representarle en el pesebre o en los brazos de María. Es imagen
taciones la experiencia cristocéntrica de la iglesia. En los siglos no sólo de ternura, sino de contenido dogmático. Representa
siguientes y todavía hoy se vive en gran parte de la orientación el misterio de la encarnación que, por no ofrecer en sí mismo
32
materia a la representación sensible, ha sido trasladado para
M. M. CICCARELLI, ¡misten di Cristo nella spiritualitá francescana, Bene- los efectos de la piedad al nacimiento.
vento, 1961, p. 16; cf. I. BIFFI, Saggio bibliográfico sui misten della vita di
Cristo in S. Tommaso d'Aquino: Scuola Catt, Supplemento Bibliográfico 33
(1971), n. 3, pp. 175-238. Cf. "Humanité du Christ", en DSpir, 7, 1033-1107.
5. IMÁGENES Y ROSTROS DE CRISTO 155
154 JESUCRISTO EL SEÑOR

Crucifijo: Se introduce con discreción, por el escándalo que de grandísima calidad. Al mismo tiempo, revisten intensidad
provocaba en los no cristianos. Se va imponiendo hasta ocupar o modalidades nuevas: por ejemplo, el dolorismo en la pasión.
el puesto de preferencia en las iglesias, en las casas, en el cora- Sagrado Corazón: La devoción al S. Corazón tiene su arran-
zón de los cristianos. Es la representación de Cristo por anto- que en la Edad Media: herida del costado, corazón abierto.
nomasia. Tiene la ventaja de ser una realidad visual en la esce- En el siglo xvn asume tonalidades teológicas y devocionales
na evangélica, no un símbolo reconstruido. Responde al gesto nuevas con santa Margarita María Alacoque (1647-1690).
supremo de amor, el último, el testamento: la última imagen Durante los dos últimos siglos ha ocupado un puesto de honor
de Cristo vivo. Ofrece al arte innumerables posibilidades y en la piedad cristiana, aunque siempre inferior al crucifijo.
variantes dentro del crucifijo: serenidad, triunfo, salvación, Quiere ser símbolo del amor, que es el nervio de toda la vida
sacerdocio, dolor. Para la mayoría de los cristianos el crucifijo de Cristo y del gesto supremo en la muerte, y de su acción
representa el amor de Cristo mucho mejor que el símbolo del gloriosa actual.
corazón. El crucifijo ocupa un puesto de honor en las casas, Se ha debilitado últimamente la fuerza del simbolismo.
en los caminos se ve la imagen, en las celdas de los monjes. Para revitalizarlo, los teólogos han elaborado una teología
abundante del símbolo y de su contenido. Cuando el símbolo
El mérito de la Edad Media está en haber hecho llegar decae, no basta la teología especulativa para reanimarlo. Creo
hasta el corazón del pueblo el misterio de Cristo. En la piedad que la raíz del mal no está en la blandura de las imágenes,
cristológica brotan y se configuran los grandes temas de la espi- como piensan la mayoría. La dificultad está en que la posición
ritualidad: ascesis, oración vocal y mental, santidad como imi- del corazón en la superficie del costado o por separado resulta
tación o conformación. Estos mismos temas y actitudes se innatural y violento. El simbolismo del corazón no es "visual",
amplían y ahondan en los ambientes de vida espiritual más y cuanto más se acentúe la visualidad, tanto más indispone
cultivada: meditación minuciosa y prolongada de la vida de la sensibilidad 34.
Cristo, asimilación de sus misterios con la oración y la peni-
tencia, imitación interior y externa.
Es fácil percibir las limitaciones de la piedad medieval en Nuevos rostros de Cristo
este aspecto, a) Se echa de menos el debido resalte de la Huma-
nidad gloriosa; la atención se dirige a la humanidad de Cristo Hoy vive la iglesia un momento de creatividad en la expe-
en su vida terrestre, divinidad de Cristo actual glorioso; no riencia y su expresión cultural y piadosa. Es normal que alcance
resalta intermedio que es decisivo para la vida cristiana: Huma- a los centros más vitales y más profundamente sentidos. En
nidad gloriosa de Cristo mediador, b) Consiguiente sobreva- este último siglo, las imágenes de Cristo se han diversificado
loración de otras mediaciones: María santísima, los santos, etc. de tal manera, que resulta imposible tomar algunas de ellas
c) Cierta dispersión teológica y devocional: excesivo desmem-
como representativas de la piedad contemporánea. Responden
bramiento de aspectos, detalles y devociones.
más bien al gusto de artistas, ideas y experiencias de grupos,
novedad ocasional. No sabemos las que perdurarán.
34
Edad Moderna Por eso, es más realista y aceptada la imagen de Cristo con la herida
de la lanza en el costado (sin que aparezca el corazón). J. A. JUNGMANN
proponía hace años una combinación de crucifijo y corazón, pareciéndole
En la Edad Moderna se mantienen las representaciones que esto resolvía dos problemas: el excesivo predominio del crucifijo como
símbolo de lo cristiano, y las dificultades que ofrecía a la sensibilidad religiosa
y figuras de Jesucristo predominantes de la época anterior: la imagen independiente del S. Corazón. Cf. su obra La predicación de la
infancia, pasión, eucaristía. A todos los niveles: de piedad fe a la luz de la buena nueva, San Sebastián, 1964, cap. 8. La sugerencia
popular, de experiencias contemplativas y de creación artística no ha tenido resonancia alguna en la piedad ni en el arte.
156 JESUCRISTO EL SEÑOR

Gran parte de los rostros que hoy crea la devoción o el


arte: faz solemne, joven sereno y barbudo, payaso, etc., no pre-
tenden ser fotos, identikit o conjetura de la foto que no posee-
mos. Son interpretaciones reales del misterio (maestro, salva-
dor, etc.) y de las relaciones que con él mantiene el hombre.
Con materiales de la narración evangélica, a la fe eclesial
y su formulación, idea de Dios, proyección de las situaciones 4
de los hombres o para los hombres, resulta la galería. En
muchos casos, esos rostros de Cristo no son otra cosa que una IGLESIA DEL ESPÍRITU
respuesta artística a la pregunta: ¿quién decís o dices que soy
yo?, ¿quién o qué soy yo para vosotros, para ti en concreto?;
con toda la mezcla que pueda tener de individual.
El Cristo cósmico de Teilhard de Chardin, el hermano uni- La iglesia es presencia salvadora de Dios, prolongación visi-
versal y el obrero de Nazaret de Ch. de Foucauld, el libertador ble de Cristo encarnado y resucitado, obra del Espíritu Santo,
en América Latina; son otras tantas respuestas teológicas, espi- respuesta y adhesión de los creyentes, signo de comunión uni-
rituales, existenciales, etc. Reflejan el misterio y su significado versal. Por estos y otros títulos, interesa vivamente a la espi-
con mayor o menos adherencia y profundidad. ritualidad, como objeto de experiencia y reflexión. Los grandes
Hay que tener en cuenta que algunas de las imágenes de temas de la espiritualidad son como realidades eminentemente
Jesús que se difunden actualmente viven al margen de la orto- eclesiales, experiencia y responsabilidad de la iglesia: santidad,
doxia oficial de las iglesias. Consideran a Jesús persona pública pecado, vida teologal, oración, apostolado, presencia al mundo,
relevante, y cada uno se siente con derecho a darle el rostro ascesis, camino de la cruz, coronamiento glorioso.
que corresponde a la propia inspiración; creación libre, hecha A esta ampliación temática se añade un enriquecimiento
por lo general sin intención de ofender a nadie. Frente a estas de perspectiva: la iglesia sujeto primordial, receptivo y respon-
creaciones, el cristiano adopta posturas diversas. Lo más espon- sable, de vida y acción espiritual. En sentido similar a la expre-
tánea ha sido siempre la "apología", con los datos y los sig- sión que el mismo concilio utiliza: "sacramento universal". La
nificados de la fe. Modalidad hoy frecuente es el "diálogo", comunidad cristiana es verdadero sujeto de vida espiritual a
cuando se ve disposición sincera de acercamiento y búsqueda. quien Dios dirige su palabra y de quien recibe la respuesta
En ciertos aspectos, actúa también la "escucha", ya ciertas en fe, amor, esperanza: Reino de Dios, pueblo de la alianza,
interpretaciones expresan sensibilidad religiosa y cultural, que iglesia santa. En ella abundan las antinomias: divina y humana,
puede iluminar la visión del cristiano 35. visible e invisible, gracia y organización, comunidad y personas,
libertad y jerarquía, orante y servicial. El último Concilio ha
reavivado la conciencia teológica y espiritual del misterio de
la iglesia en perspectiva interna y en horizonte universal:
Lumen gentium, Gaudium et spes.
35
Hablando en términos de "experiencia", como corresponde
La literatura actual habla con preferencia de rostros de Cristo, más a la teología espiritual, se puede enfocar en diferentes pers-
que de imágenes. AA. W . , Les visages de Jésus-Christi: Lumiére et Vie, 22
(1973), 1-84; J. I. GONZÁLEZ FAUS, La teología de cada día, Salamanca, 1977 pectivas: la experiencia que la iglesia hace de Dios y de Cristo,
("Las imágenes de Jesús en la conciencia viva de la Iglesia actual", la experiencia que la comunidad hace de sí misma en su rea-
pp. 126-147); J. LOSADA, LOS nuevos rostros de Jesús: Sal Terrae, 62 (1974), lidad sacramental y misionera; la experiencia que de la iglesia
417-426 y 3-12; J. M. ROVIRA BELLOSO, Lew nombres actuales de Cristo: Iglesia
Viva, 105-106 (1983), 393-409.
hace cada uno de sus miembros, la que han hecho y expresado
1. SENTIDO DE LA IGLESIA 159
158 IGLESIA DEL ESPÍRITU
materialización de la gracia y del espíritu. Cuentan mucho la
los santos y los místicos; la que hacen los de fuera, creyentes sensibilidad personal y cultural; y no basta razonar con textos
y no creyentes. bíblicos y teología abstracta. En la unión misteriosa de divino
No hay posibilidad de seguir todas esas pistas. Este capítulo y humano unos perciben la encarnación de Dios y otros la
se limita a presentar esquemáticamente algunos aspectos que exaltación de la religiosidad antropológica. La iglesia, al mismo
influyen en la orientación y el desarrollo del libro: la iglesia tiempo que proclama su origen divino, su ser sacramental y
sujeto y objeto de la experiencia espiritual, presencia y trans- transparente, sus derechos a la fe y el respeto de los de dentro
parencia de Cristo y del Espíritu, dinamismo primordial de
y los de fuera, siente la grave responsabilidad de merecerlo,
comunión y misión, comunidad de comunidades y de indivi-
de estar a la altura de su ser y de su misión 2.
duos 1.
1. Sentido de iglesia.
2. Cuerpo místico de Cristo. Iglesia sujeto espiritual
3. El Espíritu en la iglesia.
4. Comunidad y misión. Es sujeto pasivo y activo primordial de toda gracia, expe-
5. El cristiano en su comunidad. riencia y vida espiritual. Es necesario tenerlo presente, para
limitarse a contemplarla como objeto de veneración, imagen
sagrada inerte. A ella se refieren en primer término las exi-
1. Sentido de la iglesia gencias de ser: santa, orante, pobre, penitente y humilde, apos-
tólica, espiritual. En todas sus funciones y manifestaciones, la
La iglesia es misterio de fe, luminoso y difícil para la com- iglesia está comprometida de lleno con la espiritualidad: magis-
prensión y la vivencia. Su tratamiento espiritual requiere espe- terio, gobierno, sacramentalización, ministerios espirituales de
cial actitud religiosa y psicológica. Sentido de iglesia es la acti- iniciación al misterio de la fe, al amor y a la salvación de Cristo,
tud teologal que la contempla y trata en fe y amor como mani- que se comunica a los hombres en todo tiempo. En sus estruc-
festación del misterio de Cristo, y se incorpora a ella en libertad turas y actividades resalta la presencia sacramental de lo divino
y plena pertenencia. Esta disposición previa hace de base meto- y la experiencia compartida. Vive y administra los misterios
dológica para su estudio teológico y espiritual. Presenta aspec- de Dios, no proyectos humanos.
tos contrastantes, que sólo la fe, el amor y la experiencia alcan- A todos obliga la transparencia espiritual. La comunidad
zan a integrar. La simple acumulación de datos y verdades es la primera beneficiada de los dones de gracia y responsable
particulares no es suficiente. En otros capítulos he dejado el del servicio y la fidelidad. Sentir con la iglesia y sentirse iglesia
aspecto mistagógico para el final, como paso de la doctrina en las glorias y miserias que acompañan su vivir en el tiempo.
a la vivencia del misterio. En este caso, la mistagogía va al La identificación plena con la iglesia comporta una serie
principio y abre camino, dadas las dificultades que entorpecen de elementos y actitudes. En la encíclica Ecclesiam suam,
el acercamiento teológico y espiritual al misterio de la iglesia. Pablo VI explica los contrastes y la vía de superación. Vida,
Por su inmediatez y dimensiones sociales, la iglesia es para
2
muchos la encarnación más admirable y atrayente de Cristo Cf. T. ALVAREZ, "II senso della Chiesa in tempo di conflitti", en
salvador. Para otros, en cambio, representa un obstáculo, una AA. VV., Chiesa dello Spirito, responsabilittá del cristiano, Roma, 1977,
pp. 29-50; AA. VV., La formación al sentido de la Iglesia: Seminarium, 16
1
Para una primera orientación pueden servir: P. MARIOTTI, "Iglesia", (1976), 527-763; AA. VV., Mysterium Ecclesiae in conscientia Sanctorum,
en NDE, pp. 925-955; S. GAMARRA, Teología espiritual, cap. 4: "La vida cris- Roma, 1966; AA. VV., Sentiré Ecclesiam: La coscienza della Chiesa come
tiana. La vida en la Iglesia"; C. GARCÍA EXTREMEÑO, El misterio de la Iglesia forza plasmatrice della pietá, 2 vols., Roma, 1966; Y. CONGAR, Pour un sens
fuente de espiritualidad: TeolEspir, 3 (1969), 347-402; AA. W . , Eglise et vie vrai de l'Eglise: Christus, 10 (1963), 207-220; AA. VV., Etre d'eglise: Christus,
spirituelle: Christus, 5 (1958), 142-238. 21 (1974), 1-178.
160 IGLESIA DEL ESPÍRITU 1. SENTIDO DE LA IGLESIA 161

misterio, complejidad de elementos, deformaciones que se aña- y adopta varias tonalidades: a) Sentir con la iglesia: pensar y
den, dificultades y resistencias de asimilación, medios para sentir con la iglesia jerárquica y ortodoxa, según la fórmula
hacerlo. Esta preocupación: la iglesia necesita sentirse vivir; de san Ignacio de Loyola. b) Sentir la iglesia: como realidad
necesita conocerse mejor a sí misma, necesita por último expe- viviente e interiorizada, objeto de fe, amor, experiencia, c) Sen-
rimentar a Cristo que es el verdadero contenido de su vida tirse iglesia: sentimiento de pertenencia y solidaridad total, en
y de su propio conocimiento. Una página de la misma encíclica alegrías y sufrimientos, corresponsabilidad en el bien y el mal
condensa el tema con vigor: de quien vive y habla desde dentro 4 .
Precisamos algunos componentes de esa conciencia o acti-
"Es el misterio de la iglesia. Y si nosotros, con la ayuda tud: 1) realidad de gracia es y representa la iglesia: Dios salva
de Dios, fijamos la mirada del ánimo en este misterio, con-
y es confesado en comunidad, y Cristo prolonga su misterio
seguiremos muchos beneficios espirituales, precisamente aque-
llos de los cuales creemos que ahora la iglesia tiene mayor en forma visible; 2) visión totalizante, que asume e integra
necesidad. La presencia de Cristo, más aún, su misma vida se aspectos contrastantes: visible e invisible, espiritual e institu-
hará operante... Realmente, la conciencia del misterio de la cional, santa y manchada, animada por la caridad y regida por
iglesia es un hecho de fe madura y vivida. Produce en el alma normas jurídicas de convivencia y colaboración; la complejidad
el sentido de la iglesia que penetra al cristiano educado en la se percibe a simple vista, el misterio sólo en fe y amor; 3) es
escuela de la divina palabra, alimentado por la gracia de los carisma, don del Espíritu, el ser y obrar en comunidad, en que
sacramentos y por las inefables inspiraciones del Paráclito, ejer- cada uno aporta lo propio y a la vez reconoce y acoge la apor-
citado en la práctica de las virtudes evangélicas, empapado en tación de los demás; 4) amar es el criterio decisivo. El cristiano
la cultura y en la conversación de la comunidad eclesial... de iglesia obra y habla desde dentro; cuando alaba o critica,
El misterio de la iglesia no es mero objeto de conocimiento se hace solidario y se incluye a sí mismo como objeto de tales
teológico, sino que debe ser un hecho vivido, del cual el alma alabanzas y críticas; siente y toma como propios los triunfos,
fiel aun antes que un claro concepto puede tener una como
connatural experiencia; y la comunidad de los creyentes puede los defectos y pecados de su familia y comunidad. Pablo vibra
hallar la última certeza en su participación en el Cuerpo Místico con las alegrías y caídas de cada miembro de la iglesia (2Cor
de Cristo... Si logramos despertar en nosotros mismos y educar 11,28-29).
en los fieles con profunda y vigilante pedagogía este fortificante En su realización concreta, el sentido de iglesia puede
sentido de la iglesia, muchas antinomias que hoy fatigan el pen- adoptar diferentes modalidades, y encarnarse en diferentes
samiento de los estudiosos de la eclesiología —cómo, por ejem- modelos. Es necesario mantener esa amplitud en la experiencia
plo, la iglesia es visible y a la vez espiritual, cómo es libre y y acción. Si lo identificamos con la obediencia ciega y la abso-
al mismo tiempo disciplinada, cómo es comunitaria y jerárqui- luta docilidad callada, muchas personas que se entregan y sacri-
ca, cómo santa ya y siempre en vías de santificación, cómo fican en tareas conflictivas de iniciativa y exploración parecerán
es contemplativa y activa, y así en otras cosas— serán prác-
carentes de sentido eclesial. A veces la docilidad se manifiesta
ticamente iluminadas y resueltas con la experiencia iluminada
por la doctrina, por la realidad viviente de la iglesia misma; en estilos ásperos.
pero sobre todo logrará ella un resultado, el de una magnífica Para comprender este misterio, lo mejor es observarlo en
espiritualidad, alimentada con la piadosa lectura de la S. Escri- la vida y "en la conciencia de los santos". Testigos numerosos
tura, de los santos padres y doctores de la iglesia, y con cuanto y variados, que no se repiten, sino que ofrecen entre todos
contribuye a engendrar en ella esa conciencia"3.
4
Y. CONGAR, Pour un sens vrai de l'Eglise: Christus, 10 (1963), 207-220;
La identificación espiritual con la iglesia implica actitud AA. VV., Etre d'Eglise: Christus, 21 (1974), 1-178; AA. VV., El "sentido de
la Iglesia" en la formación sacerdotal: Seminarium, 16 (1976), 527-763; T. ALVA-
de fe y amor teologales, que incluye elementos psicológicos, REZ, "II senso della Chiesa in tempo di conflitti", en AA. VV., Chiesa dello
3
Spirito, responsabilitá del cristiano, Roma, 1977, pp. 29-50; P. MARIOTTI-
Texto español en la revista Ecclesia, 24 (1964), 1-83. A. GUERRA, "Contestación profética", en NDE, pp. 342-356.
162 IGLESIA DEL ESPÍRITU 2. IGLESIA DE CRISTO 163

un mosaico iluminado del misterio eclesial. Viven y obran, más 1. Algunos toman distancia, porque no les parece la Madre santa;
que escriben. Muchos de ellos han vivido la comunión de amor creen ver anacronismos y rutinas, poder humano, lejanía del Evan-
filial con la iglesia en situaciones difíciles, armonizando el amor gelio. 2. Otros se sienten incapaces de asumir el peso de las media-
y la obediencia con actuaciones aparentemente conflictivas a ciones institucionales, organismos y estructuras, en las que no des-
servicio de la misma iglesia. No se "enfrentan" con la iglesia cubren transparencia sacramental. 3. También es motivo de distan-
en general, sino que disienten en el modo de discernir y tratar ciamiento la determinación por parte de la iglesia de ciertas normas
morales de difícil cumplimiento: ética sexual, vida familiar, justicia
algunas de sus necesidades en concreto. Autoridad. La humil-
social o forma global de vida. 4. Mucho influye la presencia en la
dad, la obediencia, y en definitiva el amor han hecho posible iglesia de las tensiones y conflictos que atraviesan el conjunto de
el milagro de llevar adelante iniciativas y reformas en comu- la vida social.
nión viva y sentida con la propia familia eclesial. A estas formas de alejamiento conviene añadir las que producen
algunas formas muy deficientes de realización de la pertenencia.
Entre ellas, al espíritu de cuerpo con que confunden algunos católicos
Distanciamiento y extrañeza la pertenencia eclesial: conciencia aguda de pertenencia al propio
grupo, defensa a ultranza de sus intereses, el establecimiento de una
frontera abismal entre los de casa, los nuestros, y los demás, los de
El distanciamiento o "extrañeza" con relación a la iglesia es un fuera. Subraya los rasgos externos y sociales, y convierte la perte-
fenómeno difuso que merece ser citado en este contexto del sentido nencia eclesial en militancia de "partido"... Se añade la realización
eclesial. Afecta directamente a la experiencia espiritual. Se trata de uniformada de la pertenencia que confunde la unanimidad de fe con
una serie de actitudes y conductas frente a la iglesia, a las personas la uniformidad de sentimientos, gustos, ideas, lecturas, fobias.
y a los organismos que la forman. Es un fenómeno difundido y difuso Son razonamiento y sentimientos que alimentan el fenómeno de
de insolidaridad, de hablar y juzgar "desde fuera", con una serie de la "extrañeza" frente a la Madre Iglesia, de hablar y juzgar desde
fórmulas en circulación: identificación parcial, cristianos sin iglesia, fuera, silenciando méritos y aireando flaquezas 6.
Cristo sí, iglesia no, etc.
Hay sectores del mundo cristiano y católico que se sienten a gusto
con su fe en Jesús y el evangelio; pero viven desolidarizados, religiosa
2. Iglesia de Cristo
y psicológicamente, de la iglesia organizada y jerárquica. Y piensan
que con esto no se desvinculan de la verdadera iglesia o pueblo de La iglesia hace referencia inmediata a Cristo y al Espíritu
Dios. "Parece que nuestro tiempo va acumulando las dificultades que
Santo. Vive enteramente del misterio de Cristo, actualizado
se han manifestado en todas las épocas que llevan al olvido de este
artículo del credo y de esta dimensión de la fe cristiana. Más que
por el Espíritu Santo: encarnación, seguimiento y anuncio del
en otras épocas, se extiende hoy la tentación de establecer un 'cris- evangelio, muerte en cruz y resurrección. Con esa identidad
tianismo sin Iglesia', de constituirse en 'cristianos sin Iglesia' o de y esa imagen se presenta la iglesia entre los hombres. Con
'vivir religiosamente al margen de ella' " 5 . idéntica esencialidad la vive del Espíritu Santo. Nacida el día
El mismo autor, Martín Velasco, señala diferentes motivaciones de Pentecostés, el Espíritu la vivifica, acrecienta y santifica.
y modalidades de ese alejamiento. Conocerlas sumariamente ayuda Hay tendencia a contraponer, en doctrina y en acción, los
para un examen de conciencia y discernimiento, y también como dos principios del misterio eclesial: Cristo y el Espíritu Santo.
orientación mistagógica y pastoral para presentar el misterio de la El motivo de la preferencia está en las atribuciones: a Cristo
iglesia.
6
1
I. IGLESIAS, El desgaste de las "pertenencias". Causas y caminos de recons-
J. MARTÍN VELASCO, Dimensión eclesial de la identidad cristiana: Sal trucción: Sal Terrae, 72 (1984), 867-877; AA. VV., Pertenencia activa, gozosa:
Terrae, 72 (1984), 91-101. En este estudio se encuentran formulados los varios Sal Terrae, 76 (1988), 329-379; J. JONCHERAY, La diversité des rapports a
síntomas que presentamos a continuación en el texto. Cf. también J. M. Rovi- l'Eglise: ReScRel, 79 (1981), 169-190. Sobre algunos aspectos de "identifi-
RA BELLOSO, La Iglesia "sociológica", soporte y tentación de la fe: Sal Terrae, cación parcial", críticas desde fuera y cristianismo sin iglesia, cf. la rev. C'on-
70 (1982), 447-462. cilium, 66 (1971).
164 IGLESIA DEL ESPÍRITU 2. IGLESIA DE CRISTO 165

correspondería la acentuación de lo sacramental, jurídico, ins- ésta expresa bien algunas cosas, y deja otras en la penumbra.
titucional; al Espíritu Santo los aspectos dinámicos de carisma, Nos fijaremos en lo que expresa bien: la unión y dependencia
creatividad y participación activa de todos en la vida de la múltiple del cristiano con relación a Cristo, las funciones de
iglesia. Cristo para con sus fieles, la unión de los fieles entre sí como
No existe contraste entre la acción de Cristo y la del Espí- miembros de un mismo cuerpo, la misión de visibilidad sacra-
ritu. Pero lo puede haber en las percepciones parciales y uni- mental que tiene la iglesia entre los hombres.
laterales del creyente. Hemos visto que de la espiritualidad Algunos han querido ver a la iglesia como "encarnación
forma parte el pensamiento y la institución, y con igual relieve continuada". Es excesivo, si se entiende con rigor. La iglesia
el afecto y la acción. Hay cabida para doble dimensión, pneu- es una institución histórica, con obras y recursos humanos. Las
mática y sacramental, en la iglesia. Pueden existir excesos en personas que le pertenecen o le sirven siguen las leyes y normas
una u otra dirección. Cierta reserva frente a demasiada estruc- de la institución humana. Acentuar la igualdad o semejanza
tura no tiene por qué implicar reservas frente a la prioridad encarnación-iglesia deforma una y otra. Tiene el riesgo de ser
dogmática, teológica y espiritual de Jesucristo en la iglesia. tomada como la naturaleza humana del mismo Cristo, el velo
Como tampoco los excesos de inventiva no es motivo para en el que él personalmente se encarna y revela. Esta inter-
silenciar o marginar la fuerza renovadora del Espíritu7. pretación vacía la encarnación personal de Cristo, y "diviniza"
abusivamente a la iglesia. Es el pueblo de Dios, sacramento
de salvación para todos 8 .
Esposa y Cuerpo místico La referencia constante a Cristo y al Espíritu cumple varias
funciones, sustanciales todas ellas. Se refiere a las Personas
La S. Escritura utiliza variedad de imágenes para esclarecer divinas:
las relaciones de la iglesia con Cristo y sus funciones entre Confesándoles autores de la gracia y salvación que ella
los hombres. Válidas y expresivas, son al mismo tiempo par- administra. La iglesia es manifestación y realización humilde
ciales e incompletas. "Esposa de Cristo" hace resaltar la per- de la gracia y de la obra de Cristo y del Espíritu; instrumento
sonalidad de la iglesia, la elección y elevación gratuita, la libre vivo y transparente de esa obra.
reciprocidad de amor, el diálogo personal. "Cuerpo místico" En reconocimiento humilde de la propia dignidad y fun-
acentúa más la pertenencia y la dependencia total, las fun- ción, confesando al mismo la propia indignidad y torpeza, por
ciones de Cristo en los creyentes, la unión entre éstos como no estar nunca a la altura de su ser y ministerio. De otra fuente
miembros de un mismo cuerpo. le vienen sus proyectos y energías.
La imagen del Cuerpo místico ha sido ampliamente Como autoexigencia de fidelidad visible para todos: "Es
desarrollada por el magisterio. Esta iglesia prolonga el misterio preciso que los hombres vean en nosotros ministros de Cristo
del Verbo encarnado "con notable analogía": por su estructura y dispensadores de los misterios de Dios" (ICor 4,1). No se
parecida a la de la Encarnación, en que la naturaleza humana
8
sirve como instrumento de salvación, en que obra el Espíritu; Relaciones, explicaciones y discusiones entre dogma cristológico y ecle-
por su finalidad, ya que tiene la misión de prolongar en el siológico (y mariológico), en la historia de salvación: Cristo sacramento de
mundo la obra salvífica que inauguró el Señor y sigue rea- Dios, la iglesia sacramento de Cristo, los sacramentos de la iglesia: Y. CONCIAR,
Cette Eglise quej'aime, pp. 89 ss.; id., "Christ, Marie, l'Eglise", en Sainte Eglise.
lizando por medio de ella (LG 8). Como toda analogía, también Iglesia Encarnación de Cristo: exposición teológica amplia y razonada de los
varios temas implicados en este acercamiento; J. ALFARO, Crisinlogia,
7
Trataré por separado estos dos aspectos, pero debe quedar bien clara pp. 121 ss.: iglesia de Cristo (p. 134), sigue la ley de la encarnación (pp.
desde el principio la esencial conexión. W. KASPER, Espíritu, Cristo, Iglesia: 112 y 118), sacramento, dimensión comunitaria de la encarnación (p. 124),
Concilium, 4 (1974), 33. Ver la relación Cristo-iglesia-Espíritu-persona, en el concilio evita que es una encarnación continuada; prefiere man tenerse cu
Mysterium Salutis, 6, 658 s. el plano de la "analogía" (H. MÜHLEN, en Myst. Salutis, 6),
166 IGLESIA DEL ESPÍRITU 2. IGLESIA DE CRISTO 167
dirige a los hombres, obligándoles a que nos miren así, sino Dejando de lado otros aspectos posibles, urge desde el pun-
a los ministros de la iglesia, para que con sus obras y conducta to de vista espiritual destacar la dimensión sacramental de la
hagan que los demás les vean como a tales. iglesia. Es una propiedad que afecta íntimamente a todas las
No invoca esa pertenencia como aval indiscriminado, para actividades y actitudes espirituales. Jesucristo ha inaugurado
defender en bloque las propias acciones, eventuales errores una "economía sacramental", en que la comunión de Dios con
o infidelidades. La iglesia no es "Cristo en persona", sino una los hombres tiene lugar en las mediaciones visibles. La sacra-
comunidad de creyentes en camino de salvación. Sería irre- mentalidad cristiana está cumplida originalmente por Cristo
verente atribuir a Cristo los propios defectos. Se puede criticar mismo en su humanidad. Luego por la iglesia y sus diversos
legítimamente a los cristianos sin ofender a Cristo. miembros e instituciones. La iglesia tiene naturaleza sacramen-
tal, y no solamente función sacramental. Prolonga la misión
soteriológica, y copia la misma ley estructural de la encarna-
Sacramento universal de salvación ción. Los dones de Dios se hacen visibles en ella. Está afectada
por las leyes del tiempo y de la historia, y sufre sus condi-
Iglesia de Cristo tiene también sentido dinámico de con- cionamientos.
tinuación de su obra en la palabra y los sacramentos. Es toda Sacramentos en la iglesia. Cristo es sacramento primordial
ella sacramento, signo eficaz de salvación, por obra del Señor en su humanidad; la iglesia es sacramento universal. "El orden
resucitado que actualiza la salvación en el Espíritu. sacramental significa efectivamente que la relación con Dios
"El hizo a su Cuerpo, que es la iglesia, sacramento universal tiene carácter histórico y objetivo en Cristo, y como tal perdura
de salvación" (LG 48). "La iglesia en Cristo como un sacra- en la iglesia mediante el sacerdocio y los sacramentos. En con-
mento, o sea, signo e instrumento de la unión íntima con Dios secuencia, lo mismo que la forma de la vida cristiana está en
y de la unidad de todo el género humano" (LG 1). "La sociedad continuidad con el misterio pascual de Cristo, así la forma espe-
provista de sus órganos jerárquicos y el Cuerpo místico de Cris- cífica de la vida espiritual cristiana está determinada por la
to, la asamblea visible y la comunidad espiritual, la iglesia participación en los sacramentos."
terrestre y la iglesia enriquecida con los bienes celestiales, no Concreciones de uno y otro son los sacramentos, que repre-
deben ser consideradas como dos cosas distintas, sino que más sentan y realizan los varios aspectos de la salvación. De ellos
bien forman una realidad completa que está integrada de un
elemento humano y otro divino. Por eso se la compara, por hablaremos en particular cuando se traten los temas corres-
una notable analogía, al misterio del Verbo encarnado, pues pondientes. Lo que ahora importa acentuar es la importancia
así como la naturaleza asumida sirve al Verbo divino como del "orden sacramental" instituido por Cristo como forma de
de instrumento vivo de salvación..." (LG 8; cf. SC 2). comunicación de Dios; y la correspondiente importancia de
la "vida sacramental" por parte del cristiano. Más que medios
La sacramentalidad afecta a la iglesia en todo su ser y en aislados o ayudas para la santificación, son formas de la comu-
sus funciones. Es sacramento toda ella, no solamente admi- nión divina, que imprimen cada una sus propiedades en la vida
nistra algunos sacramentos. En esta perspectiva, destacan espiritual y en todas las realidades que la integran.
varios aspectos importantes: es mediación-mediadora de Cris- Las estructuras forman parte de la visibilidad sacramental
to, con funciones de salvación y santificación, lo hace y cumple y social de la iglesia y de su acción salvífica: es comunidad
con ayuda de expresiones humanas, históricas, sensibles. Este visible, grupo de creyentes, fenómeno social. Toda vocación
último aspecto, secundario en apariencia, tiene en realidad cristiana comporta cierta dosis de "institucionalización". Sólo
gran relieve, sobre todo para la espiritualidad. A esta luz se así puede hacer real y efectiva la adhesión personal y comu-
revalorizan los aspectos más humanos y terrestres de la iglesia nitaria a Jesús presente en la historia. Dentro de esa "eco-
que parecen ocultar la presencia divina. nomía" de mediadores y mediaciones, Dios mantiene amplios
168 IGLESIA DEL ESPÍRITU 2. IGLESIA DE CRISTO 169

sectores de trato directo y personalísimo con cada persona. con verdad y constancia, en todo tiempo y lugar. Gracias a
La institución no absorbe la vida eclesial de los creyentes, ni la iglesia viva, leemos hoy el evangelio como palabra de Dios
debe absolutizarse. No se necesita permiso o delegación para y hechos de Jesús mismo entre nosotros. Un servicio que nunca
amar a Dios en nuestro corazón y hacer ciertos servicios a sabremos agradecer debidamente a la iglesia y a Cristo mismo.
los hermanos. Iglesia son las personas redimidas, que viven en comunidad
Orientaciones para el uso adecuado y constructivo de la o desparramadas por el mundo. El título de iglesia y de iden-
institución religiosa: a) ordenarlas y vivirlas como mediación tificación con Cristo corresponde en primer lugar a la iglesia
teologal en función del valor sacramental y trascendente; b) no entera como tal, y derivadamente a la jerarquía. El ser miem-
llevar las determinaciones hasta los mínimos detalles, sustitu- bro de Cristo es título de salvación, dignidad y responsabilidad
yendo a las personas y anulando su iniciativa; c) modificarlas para todo cristiano.
convenientemente, si lo pide el cambio de funciones o signi- La iglesia es de origen divino, aunque no es Cristo mismo.
ficado cultural; d) convencerse de que el peso de las estructuras Se apoya en Cristo para afirmar el propio ser, para configurar
muchas veces se debe no a su inadecuación, sino más bien la propia imagen de esposa digna, para sentirse apoyada, ser
a las esclavitudes interiores que llevan las personas 9 . audaz y creativa en las tareas de salvación.
La iglesia, la comunidad en camino de salvación, sigue sien-
do santa y pecadora, necesitada de. redención y reforma. No
Jesucristo el primero en todo debe tachar de blasfemia contra la persona de Jesús a quienes
ven defectos graves en la iglesia. Son o pueden ser reales. Sólo
Concluimos lo dicho en este apartado con algunos coro- Cristo en persona pudo decir: ¿quién me acusará de pecado?
larios de carácter contemplativo y operativo. En todo lo que Extender indebidamente el carácter divino de la iglesia para
la iglesia recibe y hace es Jesucristo el primer agente y último eternizar lo defectuoso y acallar reproches motivados es abu-
destinatario. sivo.
La iglesia es creación de Jesucristo mismo, para hacer pre- En esta vertiente del pecado y los defectos, la iglesia se
sente y operante su persona y salvación. Lo realiza la iglesia entiende la comunidad entera y cada uno de los cristianos.
Es decir, todos y cada uno de nosotros es el culpable de que
9
La institución eclesial forma parte de la sacramentalidad de la iglesia, el rostro de Cristo se deforme y su nombre "sea blasfemado".
que se manifiesta en los sacramentos propiamente dichos y en una serie de Especial relieve y visibilidad adquieren los defectos de las per-
estructuras religiosas y sociales. Se denomina institución "cierta estructura sonas e instituciones con mayor representatividad.
relativamente permanente, anterior a los individuos, que encuentran en ella
el modelo de su comportamiento y la indicación de su papel en el grupo".
Pertenecen a la categoría de las mediaciones, con esa misma función, subor- Estamos hablando en términos dogmáticos: la iglesia es
dinada e imprescindible. La dimensión institucional de la iglesia actúa en sacramento, mediación, instrumento. Como el pan eucarístico
diferentes planos: 1) institución eclesial, que es el fondo constituido por Cristo es el cuerpo de Cristo. En teología espiritual, eso no basta;
y vivido luego a partir de Pentecostés; 2) instituciones eclesiásticas, que son la sacramentalidad comporta experiencia y realismo existencial,
medios establecidos por la iglesia misma para mejor cumplir su misión esen-
cial: institución parroquial, monástica, etc.; 3) instituciones temporales cris- comporta ciertas actitudes y conductas. ¿Cómo hacer que esta
tianas, que son parecidas a las instituciones sociales de origen civil, con objeto realidad dogmática sea verdadera y operante en el diario vivir,
inmediato de ayuda social: escuelas, etc. "La institución eclesial es realidad hablar, obrar de la iglesia y de las personas que actuamos en
indefectible e irreformable; las instituciones eclesiásticas son prácticamente ella? Espontáneamente el nombre tiende al protagonismo, sea
necesarias, pero contingentes y reformables en sus formas; las instituciones
cristianas pueden en ocasiones variar hasta la oportunidad misma de su exis-
rey o sea esclavo. En el vivir diario de la iglesia, del cristiano,
tencia, según las situaciones pastorales." P. LIÉOÉ, citado en VieSpir, 110 del ministro, raramente destaca el Señor en primeros planos.
(1964, 1), 420. Para favorecer la conversión, valen algunas sugerencias:
170 IGLESIA DEL ESPÍRITU 3. EL ESPÍRITU SANTO EN LA IGLESIA 171

"La iglesia existe desde Cristo y en Cristo... Es ella per-


vivencia pneumática de la encarnación, redención y amor vivi- Alma y vida de la iglesia
ficante de Cristo a la humanidad de entonces y a la humanidad
de siempre..., vive en una total referencia a Cristo, no sólo Con la fuerza del Espíritu la iglesia obra y se comprende
de origen, sino de perduración; que ella no tiene luz propia, a sí misma como comunidad adorante y evangelizadora, en
sino que cual luna misteriosa junto al sol Cristo, tiene que múltiples estructuras y tareas siempre nuevas. El Espíritu Santo
devolver reflejada hacia los hombres la claridad que de aquél hace real y viva la presencia de Cristo, eficaz la palabra del
resplandece en su rostro. Pura transparencia porque desapa-
evangelio, actual la experiencia de la gracia, siempre nueva
reciendo posibilita ver a Cristo... La iglesia tiene que operar
una consciente e incesante trascendencia propia para saberse la misión. Sirve de introducción y síntesis una página del Con-
y ser pura transparencia de Cristo, ya que no ella, sino él, es cilio, densa de Biblia, teología y espiritualidad:
luz-verdad-vida del mundo. La iglesia no es eclesiocéntrica, sino
cristocéntrica... Su vivir es re-vivirle a él" 10. "Consumada, pues, la obra que el Padre confió al Hijo en
la tierra (cf. Jn 17,4), fue enviado el Espíritu Santo en el día
de Pentecostés para que indeficientemente santificara a la Igle-
sia, y de esta forma los que creen en Cristo pudieran acercarse
3. El Espíritu Santo en la iglesia al Padre en un mismo Espíritu (cf. Ef 2,18). El es el Espíritu
de la vida y la fuente del agua que salta hasta la vida eterna
(cf. Jn 4,24; 7,38-39), por quien vivifica el Padre a todos los
La primera experiencia netamente eclesial coincide con la muertos por el pecado hasta que resuciten en Cristo sus cuerpos
venida del Espíritu Santo el día de Pentecostés. Es más que mortales (cf. Rom 8,10-11). El Espíritu habita en la Iglesia y
pura coincidencia cronológica. En virtud de esa venida, que en los corazones de los fieles como en un templo (ICor 3,16;
se convierte en presencia permanente, los creyentes en Cristo 6,19) y en ellos ora y da testimonio de la adopción de hijos
pasan a ser activa y conscientemente iglesia. Ya hice notar, (cf. Gal 4,6; Rom 8,15-16 y 26). Con diversos dones jerárquicos
al hablar de Jesucristo, la conexión de los varios componentes y carismáticos dirige y enriquece con todos sus frutos a la Iglesia
(cf. Ef 4,11-12; ICor 12,4; Gal 5,22), a la que guía hacia toda
del misterio de la iglesia que nos vemos obligados a separar
verdad (cf. Jn 16,13) y unifica en comunión y ministerio. Hace
en el análisis. "Donde está la iglesia, allí está el Espíritu de rejuvenecer a la Iglesia, la renueva constantemente y la conduce
Dios; y allí donde está el Espíritu de Dios, allí está la iglesia" a la unión consumada con su Esposo. Pues el Espíritu y la
(San Ireneo, Adversas Haereses, III, 241). Por nombre y defi- Esposa dicen al Señor Jesús: ¡Ven! (cf. Apoc 22,17). Así se
nición, la espiritualidad confiesa su radical adhesión al Espíritu manifiesta toda la Iglesia como una muchedumbre reunida por
Santo. En temas particularmente graves, es preciso explicitar la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (LG 4)."
y tematizar esa presencia. Esto sucede con el misterio de la
iglesia, en el plano de la fe, la teología y la espiritualidad n . Jesús envía su Espíritu para que realice en la iglesia las
mismas funciones que ha cumplido en su propia vida y mis-
10
O. GONZÁLEZ DE CARDEDAL, Meditación teológica desde España, Sala- terios. Es el Espíritu del Señor. No es una novedad con carácter
manca, 1970, pp. 213-214. de suplencia, sino de continuidad y actualización permanente
11
La presencia invadente del Espíritu es exigencia íntima del cristocen-
trismo que acabamos de señalar. Cf. X. PIKAZA, El Espíritu Santo y Jesús de la encarnación, vida, muerte y resurrección del Señor. Con
(Delimitación del Espíritu Santo y relaciones entre Pneumatología y Cris- la simple evocación de la presencia del Espíritu en los misterios
tología): Estudios Trinitarios, 16 (1982), pp. 19-31; AA. VV., El Espíritu Santo,
ayer y hoy, Salamanca, 1975; J. MOLTMANN, LEglise dans la forcé de VEsprit, Pablo (especialmente en Rm 12,6 y ICor 12,4 ss.). Es decir, en el sentido
París, 1980 ("Dans l'amitié de Jésus", pp. 154-162). "La revalorización de de talentos distribuidos a cada uno y que el Espíritu nos hace poner al servicio
la pneumatología es uno de los factores que cambian profundamente el rostro de la edificación del Cuerpo de Cristo o de las comunidades de discípuloN."
de la Iglesia y el sentido de nuestra pertenencia vivida a su realidad. Se trata Y. CONGAR, Je crois en VEsprit-Saint, II, Paris, 1980, p. 265.
del valor reconocido a los carismas, en el sentido en que de ellos habla san
172 IGLESIA DEL ESPÍRITU 3. EL ESPÍRITU SANTO EN LA IGLESIA 173

de Jesús terrestre, advertimos el paralelismo o la equivalencia to, nos concedió participar de su Espíritu, quien, siendo uno
de su actuación en la vida de la iglesia. Es el principio de solo en la Cabeza y en los miembros, de tal modo vivifica todo
vida que unifica gracia e institución en la iglesia, como alma el cuerpo, lo mueve y lo une, que su oficio pudo ser comparado
del cuerpo místico. Da vida y anima todas sus funciones. por los Santos Padres con la función que ejerce el principio
El Espíritu en Jesús. Encarnación del Verbo: realiza la de vida o alma en el cuerpo humano" (LG 7).
encarnación por medio de la maternidad de María (L 1,35); El nombre de "Espíritu" y la imagen de "alma" reflejan
y por concomitancias en las personas que rodean el misterio: su excelencia real, el dinamismo y la interioridad; y al mismo
Isabel y Zacarías (Le 1,44.67), Simeón (L 2,25-26); todos ellos tiempo su evanescencia a los ojos de la sensibilidad. Imagen
experimentan la efusión del Espíritu. Bautismo: principio de tradicional, que sigue siendo expresiva. El Espíritu mueve des-
la vida y la obra pública de Jesús, esta escena reviste particular de el principio el cuerpo eclesial, en su conjunto y en cada
solemnidad. Desciende el Espíritu Santo sobre él y se oye la uno de sus miembros. Dondequiera que se descubre un signo
voz del Padre (Le 3,21-22). Ungido para evangelizar: Nueva de vitalidad, orante o apostólica, allí está el Espíritu Santo.
escena de relieve e influencia en la vida y la misión de Jesús: No presenta la revelación una imagen perfilada, como la del
"El Espíritu Santo está sobre mí, porque me ungió para evan- Padre y la del Hijo. Como si se ocultara tras su misión de
gelizar a los pobres" (Le 4,18 ss.). Gozo por la evangelización: revelador del Padre y presentador del Hijo. La sabiduría expe-
Jesús se llena de gozo del Espíritu Santo, cuando los discípulos riencial del pueblo cristiano, de los santos y los místicos, vive
le comunican las reacciones y los frutos de su breve experiencia más de lo que su teología formula técnicamente. Sus tareas
misionera, especialmente entre los pobres y pequeños (Le dominantes se definen en términos familiares: vivifica, santi-
10,21). fica, unifica, dinamiza, interioriza: a) Vivifica. Es "Señor y
El Espíritu de Jesús en los creyentes. Jesús promete a los dador de vida". El Espíritu infunde y acrecienta la pervivencia
Apóstoles y luego envía su Espíritu para continuar y actuali- de la relación filial al Padre. Mantiene viva la conciencia de
zar la misma obra en la vida y en la misión de los cristianos que somos hijos y nos hace clamar Abba, Padre. Eleva la ora-
(Jn 14-16). En Pentecostés, el Espíritu realiza la encarnación ción de la iglesia y de cada cristiano, para hacerla de Cristo,
y el nacimiento de la iglesia, como había hecho en el misterio b) Santifica. Desde el bautismo, ésa es su obra primordial. "Es-
de Jesús. A partir de ahí, la guía y anima en todo: comunidad, píritu de santificación". Santifica a la iglesia, haciéndola digna
oración, misión y anuncio. Función primera y fundamental es esposa de Cristo. Santifica a cada cristiano en su vocación y
mantener viva y operante la doble dimensión del misterio: pre- gracia particulares, c) Unifica. Es la función que cumple de
sencia de Jesús encarnado, muerto, resucitado; y mantener viva manera eficaz y visible desde el día de Pentecostés. Unifica
la experiencia orante y misionera de la comunidad cristiana: la diversidad, diversifica la unidad. Se encarga de potenciar
verdad, fortaleza, amor y unidad, santificación, oración, con- y coordinar las diversas funciones del cuerpo místico de Cristo,
fesión y proclamación de la fe, paciencia y esperanza. d) Evangeliza. El Espíritu Santo es autor de la salvación y dador
La iglesia recibe del Espíritu Santo fuerza íntima y luz para del celo apostólico, autor principal y motor de la obra evan-
hacer transparente y eficaz su ser sacramental, su condición gelizadora. "El mismo Señor Jesús, antes de dar voluntaria-
histórica sobrecargada de mediaciones. Por su parte, el Espíritu mente su vida para salvar al mundo, de tal manera organizó
encuentra en la iglesia el ámbito ideal para desplegar su dina- el ministerio apostólico y prometió enviar el Espíritu Santo,
mismo. El símbolo apostólico de fe les ha unido. Tiene la uni- que ambos están asociados en la realización de la obra de la
dad de fe, los sacramentos, el servicio de caridad. Los fieles salvación en todas partes y para siempre" (AG 4). Jesús tran-
le esperan constantemente, amaestrados por la promesa final quiliza a sus discípulos frente al ingente cometido de la evan-
del Maestro y por las continuas muestras de su asistencia en gelización en todo el mundo y a todo el mundo: el Espíritu
la historia. "Para que nos renováramos incesantemente en Cris- hablará en vosotros.
174 IGLESIA DEL ESPÍRITU 3. EL ESPÍRITU SANTO EN LA IGLESIA 175

La animación efectiva alcanza a toda la vida y acción de tar, discernir, depurar todos esos dones y experiencias, inte-
la iglesia. Guiándose por criterios sociológicos, se suelen atri- grándolas armónicamente en la experiencia espiritual y tras-
buir al Espíritu Santo aquellas obras que alcanzan especial formarla en colaboración fraterna y constructiva. La iglesia es
magnitud y resonancia o que salen de la norma. Antes y además comunidad y convivencia de carismáticos. No es la gracia de
de esa labor, cumple otras de actuación ordinaria como prin- algunos que hablan, mientras los demás escuchan, sino la gracia
cipio dinámico y constructor: la gracia como existencia redi- de todos, que por turno expresan su carisma y al mismo tiempo
mida, la caridad comunión sentida y servicial, el culto de ado- escuchan y acogen el carisma de los demás. El carismático no
ración y encuentro en espíritu y verdad, la obediencia respon- es un "supercristiano" encargado de dirigir mensajes a los
sable con libertad, el servicio de evangelización, las vocaciones, demás; sino cristiano normal que escucha y cumple también
la esperanza activa del Reino, la sabiduría de la cruz asumida los mensajes que Dios le envía por mediación de los demás.
en paciencia y fortaleza. Esta es la gracia mayor del Espíritu Lo veremos al hablar de apostolado: nos prestamos "mutua-
Santo, que inspira y anima personalmente acciones pequeñas mente" servicios para la salvación (cap. 9,1).
y grandes, fidelidades ocultas y heroísmos desafiantes. "No apaguéis el Espíritu". Esta recomendación de san Pablo
(ITes 5,19) está recibiendo últimamente las mayores atencio-
nes. Pero se explica de manera restringida, pobre y exterio-
Integración y desintegración de carismas rizante. Hay que mantenerla en toda su fuerza y en toda su
amplitud. La espiritualidad puede legítimamente utilizar la
Es un mismo Espíritu el que obra y se manifiesta en dife- expresión para iluminar otras vertientes del sector. Común-
rentes personas y carismas. El Espíritu distribuye gracias entre mente es entendida y aplicada de manera pobre y unidirec-
los fieles de cualquier condición, haciéndolos aptos y dispues- cional: el carisma como mensaje, posibles resistencias de la
tos para diversas obras de servicio en la iglesia. Los hay de jerarquía.
todas las clases y para todas las personas y servicios. Algunos La espiritualidad lleva otras posibilidades y preocupaciones
son extraordinarios, otros más comunes y generalizados (LG igualmente graves: el carisma es creación de vida orgánica en
12). Carisma no significa privilegio ni rareza, sino simplemente el cuerpo eclesial, no simple mantenimiento; el servicio caris-
gracia y participación activa y responsable de todos los miem- mático asume la vida entera de la persona que lo cumple y
bros de la iglesia en su edificación y renovación. Teóricamente la experiencia integral de la comunidad a la que sirve; es esen-
hablando, no debería haber ni un solo desocupado en la iglesia. cial de la integración de unos carismas con otros, de unos caris-
Una gracia connatural al Espíritu y connatural igualmente máticos con otros, ya que el mensaje se dirige a personas igual-
a la naturaleza y función de la iglesia. Sin embargo, no resulta mente carismáticas, no a una muchedumbre de meros oyentes;
espontánea y necesita de cultivo especial y constante discer- al Espíritu son muchos los agentes que le pueden apagar.
nimiento y revisión. Tarea delicada y urgente, mayormente en
El carismático mismo puede ser primer causante de un
momentos en que las manifestaciones del Espíritu Santo se
eventual apagón del carisma. Malogra total o parcialmente su
hacen más abundantes y variadas, y dan lugar tanto a la inte-
gración como a la neutralización de carismas 12. gracia y servicio carismático con adherencias humanas de den-
tro y de fuera: afán de publicidad y de apoyos, desprecio de
Comporta reciprocidad de oferta y acogida. La acción del
carismas diferentes y complementarios, falta de prudencia y
Espíritu Santo está asumiendo en los últimos tiempos formas
tan variadas y nuevas, que aún no ha habido tiempo para cap- sabiduría en la realización, conflictividad innecesaria, etc. Estas
gracias configuran al sujeto, no son simple "mensaje" para
12
Cf. F. RUIZ-SALVADOR, Integración de carismas: RevEspir, 2 (1983), trasmisión.
87-118. La revista dedica el número entero al tema "El Espíritu Santo, vida "Integración de carismas" se refiere a esa necesidad y peli-
y luz de la iglesia" (pp. 1-176). gro, que revisten gravedad. Integración, en primer lugar, del
176 IGLESIA DEL ESPÍRITU 3. EL ESPÍRITU SANTO EN LA IGLESIA 177

servicio eclesial en la vida espiritual del carismático mismo y términos de la espiritualidad para indicar verdades dogmáticas:
en su experiencia teologal, para mejorar la calidad de la función que Cristo y el Espíritu siguen presentes y obran en la iglesia.
pública. Y también integración de las diferentes gracias y ser- Si consideramos a la comunidad eclesial como verdadero
vicios en la unidad del cuerpo eclesial. Personal y comunitario sujeto espiritual, necesitamos comprobar la vivencia efectiva,
actúan juntos y se autentifican mutuamente en la realización la trasformación creciente por obra del Espíritu. Lo mismísimo
plena del carisma. que exigimos de cada cristiano, cuando se habla en términos
"Desintegración de carismas". La gracia y la obra del Espí- de santidad teologal, moral, etc. De lo contrario, los términos
ritu se llevan a cabo por mano y corazón de personas humanas, se dogmatizan y nos quedamos en la antesala de la espiritua-
con arrastres y adherencias de toda clase. Es un hecho fre- lidad: iglesia santa, iglesia espiritual, iglesia orante; títulos váli-
cuente y de fácil comprobación la inutilización parcial o total dos por igual en toda época histórica, independientemente de
de carismas. Sucede en esto como en cualquier otra vocación. su calidad de vida y obras. Eso es demasiado poco para los
Una espiritualidad atenta y abierta a los hechos trata de iden-
criterios que utiliza la espiritualidad. Se trata de una dimensión
tificar las posibles causas. Este fenómeno se detecta y valorar
espiritual visible e influyente en todo el vivir y obrar de la
siguiendo el mismo esquema espiritual que hemos aplicado a
la integración. La "neutralización de carismas" se produce iglesia, a todos los niveles.
cuando actúan en contraste paralizante dos fuerzas de acción En este contexto y aplicado a la iglesia, es como el término
eclesial, que se desacreditan y entorpecen mutuamente: lo que "espiritual" revela su auténtico sentido de totalidad. Se bene-
uno hace el otro lo deshace después o al mismo tiempo; lo fician mutuamente estos dos términos. Así debe calificarse y
que para uno son avances, para el otro representan pérdidas experimentarse la iglesia a sí misma, en primer lugar. Por su
y destrucción, etc. Resultado: que en uno y otro el observador parte, espiritual pierde en este contexto las adherencias de indi-
ve intereses humanos y terquedad, no la gracia y la fuerza del vidualismo, mera interioridad, práctica devocional. La iglesia
Espíritu. Peligro difícil de remediar hoy, dadas las polariza- es iglesia, con toda la complejidad de sus componentes y fun-
ciones, en que el acuerdo o el compromiso se hacen difíciles. ciones. Y todo ello debe estar invadido en su mismo núcleo
Incluso se provocan intencionadamente los conflictos en la igle- por la presencia y la fuerza del Espíritu.
sia como "sistema" de presión y publicidad. Faltan el acuerdo La animación efectiva alcanza a toda la iglesia, a cada uno
y la concordia, los dos posibles puntos de apoyo para la comu- de sus miembros según las respectivas funciones y represen-
nión y colaboración. tatividad. Y se hace espiritual la iglesia, cuando prevalece el
Espíritu y la vida en su organización y actividades. Es espiritual,
porque toda ella vive y obra espiritualmente, no porque tolera
Iglesia espiritual o acoge en su seno a personas espirituales. Se ha creado, en
muchos ambientes, una mentalidad que parece asignar las
tareas en la iglesia con criterio poco sano. Mientras la jerarquía
El razonamiento teológico-espiritual que precede nos obli-
y autoridades se encargan de la organización, queda para las
ga lógicamente a hablar de una iglesia verdaderamente espiritual.
Ahora bien, la "espiritual" no se entiende aquí de pedir al personas privadas y los grupos carismáticos el promover la
cristiano y al teólogo que piensen y hablen de la iglesia con experiencia espiritual. Como si esto no fuera lo más propio
lenguaje reverente y devocional. Eso ya lo hemos dicho antes, de la jerarquía; o como si las tareas de gobierno eclesiástico
a propósito del sentido de iglesia. Para la espiritualidad, lo no interesaran a los demás 13.
fundamental es que la iglesia misma "viva su misterio" (el vis- 13
Una "iglesia de espiritualidad auténtica" a todos los niveles es el
suto cristiano), en su dimensión de experiencia teologal y de ideal-proyecto operativo que el autor defiende para la iglesia en general.
existencia visible. De lo contrario, se hablará de la iglesia con De K. RAHNER son ambos textos, y se encuentran, respectivamente, en sus
178 IGLESIA DEL ESPÍRITU 4. COMUNIDAD DE MISIÓN 179

Movimientos y espiritualidades. Entre las personas en par- Con la misma fuerza y evidencia se afirma y se deja sentir
ticular y la grande iglesia existe un sujeto intermedio de reno- la "iglesia de misión". Comunión y misión se exigen y com-
vación espiritual. Grupos y movimientos. En el cap. 15 pre- plementan, para formar las doble dimensión del crecimiento:
sentaremos esa pluralidad de agentes en términos de "espi- cohesión interna y expansión. Se unen en comunidad abierta,
ritualidades". Actúan como fruto y expresión de la iglesia ani- para transmitir el evangelio de Cristo y de salvación universal.
mada por el Espíritu, y también como agentes del Espíritu Evangelizan y con ello invitan a formar parte del pueblo de
para espiritualizar a la iglesia. En ocasiones, hacen de com- Dios. De esta doble dimensión hablaremos al presentar "di-
pensación y reacción a la apatía espiritual generalizada de la námica eclesial" (cap. 12).
comunidad eclesial.
Las espiritualidades provenientes de la vida religiosa
poseen más larga tradición y proyecto más elaborado. El dina- Comunidad
mismo espiritual presenta mayor novedad en los movimientos,
que tienen el mérito de revitalizar la espiritualidad seglar en En síntesis, podemos formular toda la riqueza, vida y doc-
la iglesia. Los hay en gran número y con diferentes funciones: trina que encierra el misterio de la iglesia en cuanto comu-
movimientos, carismáticos, pentecostales, espirituales, comu- nidad. Está bien resumido en un texto del último Concilio:
nidades de base. Cada movimiento tiene su peculiaridad. Acen-
túan la presencia y la acción del Espíritu Santo, el dinamismo "Cristo, el único Mediador, instituyó y mantiene continua-
de la vida cristiana, la fuerza de la comunión fraterna. Valores mente en la tierra a su iglesia santa, comunidad de fe, esperanza
todos ellos de primer orden, prescindiendo de las vías y recur- y caridad, como un todo visible, comunicando mediante ella
sos que cada uno utiliza para promoverlos 14. la verdad y la gracia a todos. En todo tiempo y en todo pueblo
es grato a Dios quien le teme y practica la justicia. Sin embargo,
fue voluntad de Dios el santificar y salvar a los hombres, no
aisladamente sin conexión alguna de unos con otros, sino cons-
4. Comunidad de misión tituyendo un pueblo, que le confesara en verdad y le sirviera
santamente. Este pueblo mesiánico tiene por cabeza a Cristo,
El nombre mismo de "iglesia" significa comunidad, asam- que fue entregado por nuestros pecados y resucitó... La con-
blea, pueblo, familia... En referencia a Dios: pueblo de Dios, dición de este pueblo es la dignidad y la libertad de los hijos
familia de Dios. De manera que la comunión tiene lugar en de Dios, en cuyos corazones habita el Espíritu Santo como en
dos direcciones: iglesia o asamblea y comunión de personas un templo. Tiene por ley el nuevo mandato de amar como
creyentes; de Dios, es decir, en comunión con Dios, que elige el mismo Cristo nos amó a nosotros. Y tiene como fin el dilatar
y llama, congrega. La comunidad primitiva, perfilada en "He- más y más el reino de Dios incoado por el mismo Dios en
la tierra, hasta que al final de los tiempos El mismo también
chos de los Apóstoles", sigue siendo el punto de referencia lo consume... (LG 8-9)."
permanente y siempre válido para la inspiración y la confron-
tación de la vivencia cristiana en todo tiempo. La "eclesiología
de comunión" que se afirma con creciente intensidad valoriza a) Pueblo de Dios. La revelación del AT y del NT pro-
ulteriormente este aspecto de la iglesia, que interesa vivamente ponen con fuerza este hecho básico de la historia de salvación,
a la espiritualidad. que es al mismo tiempo ser y vida de la iglesia. Lo proclama
en toda clase de símbolos, nombres, tonalidades: pueblo de
Dios, pueblo escogido, nación santa, familia, rebaño, reino, etc.
libros El concilio, nuevo comienzo, Barcelona, 1966, y Cambio estructural en
la Iglesia, Madrid, 1974, II parte, c. 8.
A su pueblo Dios lo escoge y lo crea con su elección, con
14
Cf. A. GUERRA, "Movimientos actuales de espiritualidad", en NDE, personas extrañas y empezando de cero. Jesucristo convoca
pp. 1316-1330 (bibl. abundante). un pueblo nuevo recogiendo individuos dispersos de clistin-
180 IGLESIA DEL ESPÍRITU 4. COMUNIDAD DE MISIÓN 181
tos lugares y profesiones. No se asocia a grupos religiosos ciencia de unidad cristiana en sus primeros pasos. Tomamos
preexistentes, como esenios y fariseos. como modelo la comunidad primitiva de Jerusalén: caridad:
En la Ultima Cena Jesús se despide de los suyos e inaugura un solo corazón y una misma alma; oración: se reúnen para
el "nuevo testamento" en comunidad, con hechos y palabras escuchar la palabra y celebrar la eucaristía; comunión de bie-
esencialmente comunitarios. La espera del Espíritu, su llegada nes: todo lo ponen en común y lo comparten; misión: los dis-
y acogida se produce en la comunidad de los Apóstoles reu- cípulos más destacados y en cierta medida todos van anun-
nidos con María. El envío y la difusión del evangelio tiene ciando el Evangelio por los lugares que recorren: Judea, Sama-
lugar igualmente en comunidad. La unión de los primeros cris- ría, Siria... Ese estilo de experiencia y comportamiento fijan
tianos apareció desde luego al juicio natural de los paganos ya los rasgos esenciales que caracterizan a la comunidad cris-
como un milagro moral. Prueba de que iba más allá del común tiana de todo tiempo y lugar. Con la difusión de la iglesia,
instinto humano de sociabilidad. Mucho hay que quitar y que se realizarán a escala más amplia y variada de dimensiones
añadir al instinto social del hombre, para obtener ese producto geográficas, culturales y religiosas. Pero es obligado tener en
exquisito que se llama comunidad eclesial. La clave de comu- cuenta el esquema primitivo.
nión no está en que nos hemos escogido y armonizado unos con c) Comunidad litúrgica. Unidos en la confesión de la Tri-
otros para formar juntos "nuestro pueblo", sino en que Dios nidad, en la fe en Cristo, en la memoria de sus misterios. Tiene
ha escogido a unos y a otros, para formar el pueblo de Dios. relieve particular la liturgia como fuente de vida y signo de
Esta verdad dogmática del pueblo de Dios goza de amplia unidad en la iglesia católica. Las manifestaciones pueden resul-
dinámica espiritual. Es apropiada para sanar a los grupos espe- tar externamente pobres: la asistencia a la misa dominical y
ciales dentro de la iglesia de su fácil sectarismo y conciencia la recepción de los sacramentos. Pero son expresiones breves
de elegidos; y para curar a los creyentes cristianos sin adiciones de una realidad permanente activa. La comunidad eclesial se
de su inercia y sentido de inferioridad. El título más grande expresa en acciones adorantes y salvíficas, que son obra suya.
que llevamos todos, que nos transforma y dignifica en el ser y sobre todo actos de Cristo en cuanto Cabeza del cuerpo mís-
y en la conducta privada y pública, es la condición de cristianos, tico. En esos momentos tenemos la comunión litúrgica; y el
miembros activos del pueblo cristiano. grupo de cristianos en que tiene lugar forma una comunidad
b) Comunidad de fe, esperanza y amor. El texto citado de litúrgica permanente.
LG 8, además de afirmar la condición de pueblo, explícita los El bautismo es sacramento primordial de adhesión a Cristo
elementos dinámicos de su vivencia y ejercicio, que interesan e incorporación en la comunidad cristiana. Por medio del agua
más directamente a la teología espiritual. Forman parte de la y del Espíritu nace la nueva criatura, el hombre nuevo, for-
misma definición y caracterización de la comunidad: fe, amor, mando parte de la familia de Dios. Es celebración, no sola-
esperanza. Como sucede en los centros neurálgicos, el Concilio mente para quien lo recibe o lo confiere, sino para la comu-
vuelve una y otra vez a la vida teologal. Es la verificación teo- nidad entera que asume conscientemente a un nuevo miembro
logal y existencial que hace el cristiano de su pertenencia activa en sus relaciones. En adelante, el cristiano será miembro del
y pasiva a la comunidad de los redimidos por Cristo. Perte- cuerpo místico y no tendrá una vida o una actividad religiosa
nencia activa, en cuanto miembro constructivo; y pasiva, en estrictamente privada. Su profesión de fe, su vida cristiana,
cuanto se siente objeto intencionado en la acción de los demás su oración y servicios revisten carácter eclesial.
cristianos. Se crea con vínculos efectivos, que unen a los cris- La eucaristía renueva y patentiza de manera permanente
tianos en la totalidad de su existencia; aun cuando los encuen- el vínculo de unidad. "Ninguna comunidad cristiana se edifica
tros materiales se limiten a tiempos breves o distanciados. si no tiene su raíz y quicio en la celebración de la santísima
Podemos tomar como modelo la comunidad primitiva de eucaristía, por la que debe consiguientemente comenzarse toda
Jerusalén para ver cómo se realiza, crece y se difunde la con- educación en el espíritu de comunidad. Esta celebración, p;ini
182 IGLESIA DEL ESPÍRITU 4. COMUNIDAD DE MISIÓN 183
ser sincera y plena, debe conducir tanto a las varias obras de de Dios e invitación dirigida al mundo entero: "signo e ins-
caridad y a la mutua ayuda como a la acción misional y a las trumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo
varias formas de testimonio cristiano" (PO 6). En la eucaristía el género humano" (LG 1). Faceta esencial de la comunidad
se aprecia todavía mejor la presencia y la acción de la comu- cristiana es su universalidad, no solamente con los de dentro,
nidad eclesial. No solamente allí obra como tal, sino que en sino con todos, para todos, en servicio de todos. Una comu-
la eucaristía se hace iglesia. La escucha de la palabra de Dios nidad cerrada e intimista no presenta rasgos evangélicos per-
devuelve al pueblo la conciencia de sus orígenes: es pueblo ceptibles. El compromiso apostólico es por igual de todos, de
desde el momento en que Dios le dirige la palabra. El sacrificio origen sacramental, anterior a cualquier otra encomienda par-
de Cristo representado, participado en la comunión, coloca a ticular.
la asamblea en el momento creador de su existencia. En el
momento litúrgico culmina la fe y la experiencia de la iglesia:
presencia de Cristo, acción del Espíritu, oración a Dios, comu- Comunidades
nión de hermanos. La celebración eucarística es para el cris-
tiano síntesis sacramental de todo lo que vive y hace en sus La formación y experiencia de comunidad en concreto
jornadas. requiere formas y medidas asequibles a la percepción y expre-
d) Comunión fraterna. Hay peligro de simbolismo vacío, siones de comunión. No es posible reunir hoy en un cenáculo
si pasamos del dogma directamente a la liturgia, sin pasar por a todos los creyentes, como se hizo con los miembros de la
la existencia. Los cristianos forman un pueblo; prueba de ello iglesia inicial. Tenemos que hablar de comunidades en plural,
es la misa dominical. La celebración eucarística tiene sentido si queremos hacer la experiencia y los servicios de la Comu-
existencial de comunión fraterna, cuando condensa una exis- nidad cristiana. No para compensar la lejanía, frialdad o mutuo
tencia relacionada o por lo menos la abertura permanente desinterés de la Comunidad eclesial. Al contrario, las comu-
hacia el hermano. Por eso, debemos poner antes la comunión nidades la encarnan en toda su riqueza de significado divino
fraterna, que da realismo a la afirmación dogmática y hace y humano. Realizan los rasgos y funciones que acabamos de
verídica la comunidad litúrgica. ver: litúrgica, fraterna, misional. "La iglesia está verdadera-
Esta denominación pone de relieve la fuerza conglutinante mente en todas las legítimas comunidades de fieles que, unidas
de la pertenencia e incorporación a Cristo y de la acción ani- con sus pastores, son también ellas llamadas en el Nuevo Tes-
madora del Espíritu Santo. La existencia del pueblo creyente, tamento iglesias" (LG 26).
su razón de ser, su destino, dependen enteramente de la vin- Con el nombre de iglesia o comunidades aparecen ya en
culación a Cristo. No es la fuerza de hombres reunidos. Origen el NT. Son en pequeño la misma Comunidad eclesial y cumplen
del pueblo creyente y vínculo de unidad son la eucaristía y sus mismas funciones. Actúan en la evangelización, la liturgia,
el bautismo, los dos sacramentos que más de lleno introducen el servicio de la caridad. Comparten apóstoles, bienes, servi-
en el misterio personal del Señor. Los grupos que forman en cios. San Pablo conoció por experiencia y servicio este proceso
pequeño la totalidad eclesial están condicionados por otros fac- de diferenciación en la unidad; proceso teológicamente nor-
tores: cultura, nación, tendencia social y política, lengua; con- mal, espiritualmente difícil y complejo. En primer término, la
dicionamientos legítimos, que pueden ocultar el verdadero unidad sustancial: todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo;
vínculo de unidad, que es la misma fe y el común amor. no hay judío ni griego, ni siervo ni libre, ni varón ni hembra,
e) Abierta a la misión. Por razón de su número, con rela- porque todos sois uno en Cristo (Gal 3,26-29). Pero con moda-
ción a la población mundial, es una comunidad pequeña. Pero lidades muy diferentes: en su trabajo apostólico tiene que
no se forma en oposición a los demás, a los extraños. Se une andar con mucho tacto, haciéndose judío con los judíos, gentil
en pueblo para servir de signo de la voluntad salvífica universal entre los gentiles; para ganarlos a todos al evangelio (K'or
184 IGLESIA DEL ESPÍRITU 4. COMUNIDAD DE MISIÓN 185
9,19-23). Le tocó, por último, sufrir rivalidades y partidos con- de la comunión. La comunidad reducida o grupo, en lugar de
trarios al evangelio: juegos de raza, de profesión, de prestigio; encarnar a la grande iglesia, le vuelve involuntariamente las
uno está por Cefas, otro defiende a Pablo, otro se entusiasma espaldas. Bien llevadas, aportan una ayuda eficaz a las comu-
por Apolo (ICor 1). nidades mayores, incapaces de alcanzar con sus mecanismos
Comunión efectiva. Cuando se habla de realizaciones comu- hasta la existencia real de los componentes. Dan además ejem-
nitarias, pensamos en comunidades de dimensiones reducidas plo y estímulo de lo que se pudiera hacer en comunidades
y comunicación efectiva. Hoy se siente la urgencia de vivir y religiosas y organizaciones oficiales.
expresar la comunión en formas concretas. Para ello se revi- Esto da lugar a pluralismo legítimo y fecundo. En teología
talizan las formas tradicionales más desarrolladas y se instauran espiritual, ocupan lugar preeminente y muy diversificado las
otras de nueva creación. "espiritualidades". En la diferenciación convergente se hace
Las comunidades religiosas se cuentan entre las formas de perceptible y eficaz el misterio cristiano de salvación universal,
larga historia y experiencia. Es forma tradicional, cultivada con el pluralismo de la existencia cristiana. El pluralismo es efecto
mayores cuidados y medios, por su unidad sentida de carisma de la universalidad de la iglesia. Incorpora a personas y grupos
y la ayuda de estructuras muy elaboradas. A ella se asemejan con su cultura, su idiosincrasia y condición existencial. Cons-
algunos movimientos espirituales contemporáneos. tituye un testimonio vivo y permanente de que el amor de Cris-
Necesidad de mayor comunión se deja sentir en el ambiente to es capaz de unir y mantener unidos a los hombres en sí,
laical, acostumbrados a vivir de la "comunidad parroquial". y eso mientras se conservan vivas entre ellos diferencias que
Se expresa en la eucaristía, las ayudas o comunión de bienes, por sí solas llevarían a total incompatibilidad. Prevalece la uni-
la pertenencia a diversos grupos de la misma, como la catc- dad de comunión, que es el marco en que el pluralismo revela
quesis, la asistencia a enfermos. Estas expresiones de parti- riqueza divina, más que estrecheces humanas. Vivimos una
cipación más bien se limitan a grupos reducidos. De todas experiencia eclesial de creciente diferenciación. Al mismo
maneras, en esa forma el cristiano puede hacer experiencia tiempo, el Espíritu está despertando en personas y comuni-
efectiva de su incorporación espiritual en una comunidad. dades una conciencia más viva y madura de comunión uni-
versal 15.
Y tantas otras formas: "comunidades cristianas populares", Tensiones. La comunidad eclesial tiene a veces represen-
"comunidades de base" han nacido con el objeto de posibilitar tantes suyos en los dos frentes. En ciertos casos, hace una
a todo cristiano la experiencia de ser iglesia, de formar comu- opción y se declara por un programa o una idea, sabiendo
nidad, con expresiones concretas de comunión intensa y esta- que en la oposición se encuentran también hijos suyos. El Con-
ble. Son un ejemplo de la necesidad que la fe siente de ser cilio, que recomienda al sacerdote el asociarse con sus fieles
vivida en comunidad real. El fenómeno es amplio y hetero- en las circunstancias concretas en que ésta se desarrolla, le
géneo. Algunos autores hablan de "comunidades eclesiales de recomienda que no intervenga en política. ¿Cómo lograrlo,
base" para designar las que se mueven en ambiente ortodoxo. cuando la política es la circunstancia en que aquéllos viven?
Son "grupos naturales —a medida humana— de reflexión Ambigüedades y discernimiento. La vivencia de la plurifor-
evangélica y de revisión de vida, en torno a un compromiso midad eclesial puede oscurecerse o contaminarse con adhe-
cristiano ambiental". rencias. En algunos ambientes y grupos de católicos, la comu-
Unidad diferenciada. Desde el punto de vista espiritual, hay
que ver cómo se encarna la riqueza y comunión de la iglesia 15
Cf. AA. VV., Necesidad y límites del pluralismo (¿Peligro de partidos
en las configuraciones particulares que se forma por diferentes en la Iglesia?): Concilium, 88 (oct. 1973); AA. VV., Pluralisme dans l'Eglise:
motivos y criterios. Y ver cómo la riqueza entera de la vida Christus, 5 (1958), 147-233; AA. VV., A l'épreuve de l'écoute des autres: Spi-
ritus, 15 (1974), 137-359 (lo que piensan ellos: hablan las iglesias de África,
y del dogma se asimila y traduce en cada experiencia particular. Asia, América Latina); COMISIÓN TEOLÓGICA INTERNACIONAL, El pluralismo
Se dice que la comunidad pequeña es realización y modelo teológico, Madrid, 1976.
186 IGLESIA DEL ESPÍRITU 5. EL CRISTIANO EN SU COMUNIDAD 187

nión con sus hermanos de fe pasa a segundo plano; siente con


mayor hondura y eficacia los vínculos humanos: cultura, len- 5. El cristiano en su comunidad
gua, mentalidad, amistad, colaboración, programas de acción,
nacionalidad, etc. Muchos católicos se sienten más cercanos En el Cuerpo místico de Cristo cada miembro encuentra
religiosamente a personas de otras iglesias, religiones o simples el ambiente natural donde desarrollar su gracia, vida y servicio.
mentalidades, que a católicos de diferente cultura o tendencia. La relación entre iglesia y cristiano es mutua: el cristiano vive
Cuando prevalecen los vínculos psíquicos sobre los teologa- en, de y para la iglesia; la iglesia en, de y para el cristiano.
les (comunión de fe y amor en el evangelio) se produce una Carece de sentido cristiano plantear la relación o inmembra-
grave ruptura espiritual, aun cuando no se cuestione ningún ción en términos de derecho, poder: una comunidad que "ins-
dogma 16. trumentaliza" a los individuos, o éstos que se "aprovechan"
de la comunidad. La iglesia son, somos, todos los cristianos
El discernimiento espiritual es tarea obligada en este caso.
por igual, en diferentes formas.
Lo deben hacer en primer lugar los miembros de la Iglesia
que se agrupan en la comunidad particular. Dado que, con En la definición que hemos dado se armoniza la doble pers-
la mejor voluntad, las personas interesadas no gozan de sufi- pectiva: la iglesia es "asamblea de creyentes personales convo-
ciente amplitud y visión de conjunto, pueden y deben colaborar cados por Cristo para formar un solo cuerpo en un solo Espí-
también con sus luces los demás cristianos y miembros de la ritu". Elementos decisivos: asamblea/de creyentes persona-
iglesia, que perciben otros aspectos y consecuencia de la misma les / en un solo cuerpo y un solo Espíritu. Empieza y concluye
realidad. La diferenciación obedece fundamentalmente a prin- en comunidad, se arraiga en personas individuales 17.
cipios de comunión y misión universal. En la configuración La vivencia simultánea de esta doble dimensión requiere
de iglesias y comunidades particulares influyen también fac- sentido de iglesia y formación espiritual apropiada. Las mismas
tores y motivos "de carne y sangre". Geografía e historia, raza tensiones y ambigüedades que acabamos de observar entre
y sangre, lengua y opciones políticas o sociales son vínculos iglesia-iglesias, comunidad-comunidades, se repiten en las rela-
de unión con unos; que al mismo tiempo se convierten en ciones comunidad-personas. En liturgia, oración, crecimiento
barreras de separación frente a otros hermanos en la fe. Por espiritual, carismas, etc., afloran constantemente tensiones
su origen y sus procedimientos, las divisiones y luchas entre entre persona y comunidad, grande o pequeña. Entre persona
cristianos se asemejan mucho a sus omónimas del campo social, y comunidad, entendidas y vividas con autenticidad espiritual,
político. El hecho de ser inevitables no les quita su ambigüedad. existe dialéctica constructiva. Se trata de una antinomia o con-
Requieren constante vigilancia y discernimiento para garan- traste entre dos valores, a que estamos acostumbrados en espi-
tizar su permanente autenticidad cristiana. ritualidad. El peligro se da en doble dirección: absorber y anu-
lar a la persona, que se diluye en el colectivo y pierde energías
e iniciativa para desarrollar su gracia vocacional; y al contrario,
marginar a individuos y grupos, que no encuentran espacios
espirituales adecuados para el desarrollo de su gracia y expe-
riencia espiritual.
16
"Los límites confesionales han pasado a segundo término y es fre- Queda por valorar el sujeto personal, la participación de
cuentemente dentro de cada confesión donde se dan a menudo las divisiones cada cristiano, como sujeto activo y pasivo de la gracia eclesial.
y fronteras propiamente tales. Además muchos cristianos, en su manera de No figura como contrapeso a la vivencia comunitaria, sino
pensar, de entregarse y de actuar, especialmente en su compromiso por un
orden más humano, se sienten más próximos a muchos no cristianos que
como fuente vital y animación efectiva de la comunidad ecle-
a bastantes de sus hermanos en la fe. No se trata ahora de juzgar esas men- sial, ya que se trata de comunidad de "creyentes personales",
talidades, que a menudo existen más en el inconsciente que conscientemente."
W. KASPER, Fe e historia, Salamanca, 1974, p. 149. P. LIÉGÉ, en VieSpir, 110 (1964, 1), 425.
188 IGLESIA DEL ESPÍRITU 5. EL CRISTIANO EN SU COMUNIDAD 189

o de "personas creyentes". Por eso, debe ser presentado dentro En esta gran familia que es la iglesia de Cristo, cada cris-
del misterio y del tema de la iglesia, sin esperar al tema del tiano es de infinito valor; insustituible en su persona y servicios,
capítulo siguiente: hombre espiritual. Debe ser tratado dentro merece el respeto y los cuidados de todos los demás. La iglesia
del misterio y tema de la iglesia. Con breves alusiones podemos santifica y canoniza a los santos; los santos santifican a la igle-
hacernos una idea de la gravedad y el influjo del tema. Si toma- sia. La afirmación de la persona y de las personas no se hace
mos comunidad eclesial como reuniones continuas, celebra- "frente a" y menos aún "contra" la comunidad o la jerarquía.
ciones masivas y continua comunicación verbal, es evidente que Pero tampoco se trata de presencia pasiva, de simple "oyente
a muchas personas "ese tipo" de comunidad les resultará ago- y practicante". La pertenencia del cristiano a su iglesia, al mis-
biante, y buscarán "soledad". Hay tiempos y ambientes para mo tiempo que participación fraterna, litúrgica, etc., implica
diversificar las formas de vivir en comunión-comunidad. verdadera corresponsabilidad y colaboración 19.
Al reclamar atenciones y cuidados para la vida de las per-
sonas, lo entendemos de personas y grupos que ofrecen señales
claras de que viven y trabajan para la iglesia. Así se entiende Participación original
la libertad y madurez personal. No valen estos principios para
el proyecto de personas, que piensan en reservar espacios para La comunidad necesita personas con personalidad espiri-
su "autorrealización y despliegue". tual fecunda. La reducción a común denominador empobrece
a la comunidad, o la unifica a niveles de puesta en común.
Este aspecto resulta importantísimo para la espiritualidad, que
La iglesia y el alma es esencialmente personal y comunitaria. A falta de comuni-
dad, la persona espiritual se desfigura y evapora. La desper-
En esos términos se ha establecido tradicionalmente la rela-
sonalización de sus miembros esteriliza a la comunidad.
ción. Dos realidades intercambiables, salvando la proporción.
Lo que se dice del alma, imágenes y experiencias, vale para La dimensión espiritual personal no es sustituible ni inter-
la iglesia; y lo que se afirma de la iglesia se realiza en cada cambiable con la del grupo. Los procesos personales son estric-
una de las almas fieles. San Pablo usa con igual fuerza eclesial tamente personales en sus momentos fuertes de gracia y exi-
y personalizante las dos fórmulas: Cristo amó a su iglesia y gencia: la gracia, adhesión a la fe, madurez personal, santidad,
se entregó por ella (Ef 5,25); Cristo me amó y se entregó por entrega, noche y oscuridad de Dios. Sigue viviendo como
mí (Gal 2,20). Siente la iglesia con hondura personalizante. miembro de la iglesia y de la humanidad el misterio de la sal-
Se siente a sí mismo con fuerza eclesial. vación en experiencia personal. Este aspecto tiene hondas reso-
nancias en teología espiritual: espiritualidad eclesial, espiritua-
La tradición exegética, teológica, espiritual, ha identificado lidad carismática, espiritualidad personal20.
prácticamente la vida eclesial y la personal. Aplica las mismas
imágenes e ideas de desposorio a las relaciones de Cristo con
1952. Este libro tiene dos capítulos de gran interés para nuestro tema:
la iglesia y con cada cristiano. "Unumquemlibet ex Ecclesia, "L'Eglise et l'áme", pp. 169-178, y "Persone et société", pp. 285-305. En la
tamquam Ecclesiam Christus alloquitur": a cada miembro de mística posterior, la atención se centra en el alma, pero se mantiene la equi-
la iglesia Cristo le habla como a la iglesia misma. Hay corres- valencia: Cristo realiza en almas concretas las gracias que quiere comunicar
pondencia perfecta entre el organismo general y el proceso a su iglesia, y así se benefician ambas. "Los mejores y principales bienes
de cada uno de sus miembros. En los comentarios al Cantar de su casa, esto es, de su iglesia, así militante como triunfante, acumula Dios
en el que es más amigo suyo y lo ordena para más honrarle y glorificarle."
de los Cantares, la iglesia y el alma son dos rostros de un mismo SAN JUAN DE LA CRUZ, Cántico espiritual, 33, 8.
sujeto 18. 19
CARD. SUENENS, La corresponsabilidad en la Iglesia de hoy, Bilbao, I %8.
20
Sh. MCCARTY, Personal Spirituality: Spiritual Life, 17 (1971), 258 264;
18
Cf. H. DE LUBAC, Catholicisme: les aspects sociaux du dogme, Paris, K. RAHNER, "El individuo en la Iglesia. Su valor en la economía de salvación*',
190 IGLESIA DEL ESPÍRITU 5. EL CRISTIANO EN SU COMUNIDAD 191

La espiritualidad está evolucionando en este sentido. Son sonal. Favorecer la iniciativa y fomentar la comunicación. Eso
acentos, no divisiones. Podemos distinguir tres modalidades mismo está sucediendo en el ambiente eclesial: más personas
sucesivas en estos años: individual, comunitaria, personal. vocacionadas y comprometidas, más comunidad viva y com-
partida. Se defiende su autonomía, su dignidad, su libertad,
Individual: Es el clima y la mentalidad prevalente en los
sus derechos en una palabra. La teología, la sociología, la psi-
últimos siglos. La espiritualidad dedica sus mayores atenciones
y cuidados al hombre espiritual, al individuo fiel y entregado cología y todas las modernas ciencias del hombre han con-
a su vocación, que se santifica por todos los medios. Se vive tribuido a revalorizar al individuo dentro de la colectividad.
el misterio de la iglesia, la fidelidad vocacional a carismas En la "trayectoria espiritual", tal como luego la presen-
comunitarios, etc. Los proyectos y esfuerzos miran sobre todo taremos (c. 12,4), una fase decisiva es la que denominamos
a la trasformación de cada uno. "personalización de la fe": corresponde a un cambio decisivo:
Comunitaria: En torno al concilio y como consecuencia del de ser cristiano de nacimiento o por herencia cultural, a hacer-
mismo, se produce una explosión de sentimiento eclesial, se cristiano por libre elección y autentificación de la gracia
comunitario, social. Presentado y vivido como descubrimiento recibida. El exceso de corporativismo debilita las defensas y
y en explícito contraste con el período anterior. Se cuida a retrasa la madurez personal: "Es un hecho reconocido por las
las personas, pero el lenguaje y el corazón están en la comu- encuestas psicosociológicas que, cuando los católicos abando-
nidad. El exceso de relación comunitaria, cuando faltan ideales nan la práctica religiosa, y por tanto la inserción en el grupo
y proyectos espiritualmente vividos e interesantes, genera indi- o la influencia de la institución, se alejan de la fe que antes
vidualismo: cada uno llena su vida como puede. profesaban mucho más que los protestantes en igual situación.
Personal: Se apagan las emociones comunitarias del inme- Es que la actitud religiosa y las convicciones del protestante
diato posconcilio. Pasamos a una nueva línea de pensamiento estaban mucho menos condicionadas por la institución: eran
y de vivencia espiritual, como efecto y equilibrante de los dos más las suyas, personalmente las suyas, y menos las de la ins-
anteriores. Persona es cosa distinta y más que individuo: es titución en que uno toma parte en la medida en que uno es
comunión vital y colaboración, ser libre y relacionado. Es dis- o quiere ser miembro de la institución" (Y. Congar).
tinta igualmente de la simple comunidad: forma un núcleo sin- El convencimiento y la decisión personales se han vuelto
gular y centro de gracia, vocación, desarrollo y tareas en el artículo de primera necesidad, para vivir la vocación cristiana
ámbito de la comunidad. Esta última modalidad tiene algo de en circustancias que no la favorecen, ni es posible muchas veces
reacción: frente al individualismo escasamente comunicado; y el apoyo inmediato de los hermanos en la fe. Sólo puede vivir
frente a ciertos tipos de comunidad absorbente y vacía, que en cristiano aquel que sea capaz de resistir al influjo de la
no ofrecen proyectos ni aliento a las personas. sociedad materialista y pluralista en que nos encontramos.
Se observa en la cultura contemporánea la doble tendencia: Muchos cristianos viven en ambientes de auténtica diáspora.
revalorizar lo social y comunitario, y al mismo tiempo lo per- Carecen de las estructuras protectoras de otros tiempos. La
iglesia debe fundamentar la experiencia cristiana de sus miem-
en su libro Misión y gracia, San Sebastián, 1966, pp. 133-186 (y también en bros sobre la formación y capacidad de decisión de los mismos,
Peligros del catolicismo, Madrid, 1964, pp. 19-59; id., "La espiritualidad ins- y no limitarse a reforzar las estructuras y los resortes eficaces
titucional de la iglesia y la piedad personal", en su obra La gracia como liber- en otros tiempos.
tad, Herder, Barcelona, 1972, pp. 103-113; J. I. GONZÁLEZ FAUS, Individuo
y Comunidad en la teología europea y en la teología de la liberación: Revista La teología y la catequesis se esfuerzan por destacar cada
Latinoamericana de Teología, 5 (1988), 163-186; P. FRANQUESA, "Fundamen- vez más la dimensión personal del mensaje cristiano. Subrayan
tos bíblicos de la vida en comunidad", en AA. VV., La comunidad religiosa, el carácter de llamada personal de la revelación divina y pre-
Madrid, 1972, pp. 99-137 (Colectivismo, personalismo, individualismo);
N. FLÜGISTER, "El individuo en la comunidad", en AA. VV., Mysterium Salutis, sentan la conversión, la fe, los sacramentos, la vida cristiana
IV/1, Madrid, 1973, pp. 86-97. en su totalidad, como respuesta a la llamada de Dios. Y cu
192 IGLESIA DEL ESPÍRITU 5. EL CRISTIANO EN SU COMUNIDAD 193

este mismo cuadro de relaciones dialogales e interpersonales ne su historia y sus problemas actuales de los que no se ocupa
se tiende a situar también la gracia y el pecado, lo que significa directamente la espiritualidad.
un acercamiento a la mentalidad bíblica" 21. Hay, en cambio, una derivación o prolongación importante
en que la espiritualidad toma parte activa de pensamiento y
acción. Es el tomar y tratar el esquema de "élite y masas"
Élite y masas como expresión de calidad espiritual. No se pueden aplicar esos
términos sociológicos al ámbito espiritual. Es francamente abu-
sivo y deformante tomar a los grupos aludidos por esos tér-
Con una u otra expresión, el contraste se deja sentir. Los minos como "élite eclesial o espiritual" y "masa eclesial o
términos escogidos lo exageran para su mejor percepción. Exis- espiritual".
ten efectivamente actitudes, sentimientos, comportamientos
Trae consecuencias muy graves para la valoración de la
arraigados, una especie de imaginativo colectivo que actúa en
vida y la experiencia, la formación, la responsabilidad y par-
esa dirección. Seguramente los mismos cristianos que lo llevan
ticipación activa de unos y otros.
se "escandalizan" de esa formulación 22.
Esta dignidad del cristiano le hace igualmente insustituible
"Élite" indica distinción, selectividad, que puede tener
cuando se trata de dar la respuesta a Dios. La iglesia ama,
lugar a nivel de cultura, riqueza, educación, mando, horizontes
sufre, ora, trabaja en sus miembros; Cristo ora y sufre en sus
abiertos de vida personal. "Masa" significa grupo numeroso
miembros. Pero en definitiva Cristo y la iglesia obran en los
e indiferenciado, que vive de lo que le ofrecen, instruido y
cristianos, cuando el cristiano particular ama, sufre, ora, tra-
engañado, servido y explotado impunemente por quienes
baja. Ante Dios no cuenta la categoría "social".
poseen cultura y poder, medios de vida y de comunicación.
Del tema se habla bajo el título "Élite y masas", dos tér-
minos poco apropiados, ambiguos, tratándose de adhesión en "La existencia del creyente individual no sólo está en una
fe y amor a Cristo. Élite más bien alude a "niveles" de cultura, relación de dependencia respecto de la iglesia madre de la que
liderazgo, organización; cosas todas ellas que pertenecen al nace, comunidad en la que se inserta y plenitud de la que par-
ticipa como realidad preexistente a su fe y sustentadora de sus
orden de funciones, más que a calidad de vida. "Masa" significa
obras. Una vez acogida la fe y una vez conformado con la fe
gente numerosa y uniformada en sus conductas, con escasa de los hermanos, el creyente individual está llamado a ser esa
iniciativa y reflexión. Donde hay vida personal, amor, conven- iglesia, a crear vida, a protagonizar misión y a prolongar aquella
cimiento de fe, tenemos vida personal calificada; por lo mismo, maternidad en fraternidad. Quisiéramos acentuar con todo
no es masa. Entra en juego la "espiritualidad popular". relieve este carácter eminentemente activo y constitutivamente
Evidentemente esta diferencia persiste muy marcada den- creador de cada uno dentro de la iglesia, de cada uno y de
tro de la iglesia. Sus orígenes y motivaciones son numerosos: todos los creyentes. La ordenación a una comunidad anterior,
vocación divina y funciones, especiales métodos y medios de la conexión y dependencia respecto de ella, la aceptación de
preparación para las mismas, tradición y apropiación de com- los sucesores de los apóstoles y de la normatividad de su palabra
petencias, derechos adquiridos, costumbres, etc. Todo esto tie- son los exponentes de un cristianismo vivido como gracia, es
decir, como algo que es anterior e irreductible a nuestras posi-
21
A. PETEIRO, Pecado y hombre actual, Estella, 1972, pp. 303-304.
bilidades de creadores o a nuestros instintos de dominación,
22
J. DANIELOU-J. P. JOSSUA, Christianisme de masse ou d'élite (Dialogue). pero en ninguna manera puede inducirnos a una concepción
Beauchesne, Paris, 1968; J. BISHOP, Christianisme de masse ou christianisme pasiva y estática de la iglesia y del papel del individuo dentro
d'élite?: Parole e Mission, 1 (1968), 577-585. En el subtítulo aclara el contenido de ella" 23.
(Réflexions d'un prétre travaillant en Amérique Latine sur le dialogue Danié-
lou-Jossua); K. H. SCHELKE, Kirche ais Élite und Élite in der Kirche nach dem 23
O. GONZÁLEZ DE CARDEDAL, Elogio de la encina, Salamanca, l'»73,
N. T. : Tüb. Theol. Quart., 142 (1962), 257-282. pp. 417-418. El contraste masa-élite no es exactamente el equivalente de
194 IGLESIA DEL ESPÍRITU 5. EL CRISTIANO EN SU COMUNIDAD 195

No se trata solamente de valorar y asumir esa vivencia de


El pueblo cristiano la fe de los sencillos, que son más del 90 por 100 de los miem-
bros de la iglesia. Se trata de cultivarla con medios adecuados.
Cambiando nombres y calificaciones, tal vez lo entendamos Necesita y merece tratamiento adecuado en todos los campos:
mejor. En lenguaje tomado de la sociología se habla de "masas" formación en la fe, liturgia, espiritualidad, expresión comuni-
en la iglesia. Se ha generalizado el nombre de "pueblo sen- taria, iniciativa personal en las circustancias, etc. 26
cillo", palabra pastoralmente más expresiva, pero también Todos y cada uno. Si queremos que la iglesia sea verda-
pobre y descalificante. Prefiero llamarlo "pueblo cristiano", en deramente iglesia de todos, y que los miembros se adhieran
el significado pleno de ambos términos. Es el verdadero centro a ella libre y responsablemente, necesitamos crear espacios
de la vida y de la experiencia eclesiales. El gobierno jerárquico, donde cada uno se coloque y se sienta iglesia. Si queremos
el pensamiento teológico, los proyectos pastorales tanto pue- hablar con firmeza de "espiritualidad eclesial", es preciso que
den y tanto valen, cuanto son capaces de captar y fomentar verdaderamente lo sea de toda la iglesia. Para algunos habrá
de la experiencia y vida cristiana que el Espíritu Santo gene- que ensanchar los márgenes de creatividad. Para otros, la asis-
rosamente derrama en los miembros sin rango de su iglesia. tencia a sus formas y expresiones de experiencia. Dos temas
"El centro de la iglesia se encuentra en el pueblo creyente, afectan vivamente a la vida y experiencia espiritual de la iglesia:
en la persona sencilla, cristiano simple. Ningún protagonis- El pueblo cristiano, en masa. Si queremos que el pueblo
mo de clero o jerarquía debieran ocultar dentro ni fuera esta cristiano sea y se sienta iglesia, es necesario que pueda par-
verdad" 24. ticipar y ser valorado y atendido en su peculiaridad. Estamos
No es popularismo o demagogia reafirmar con fuerza la "inculturando" a la iglesia en regiones nuevas y apenas con-
fe y la experiencia espiritual de los cristianos débiles, de las vertidas, cuando la mayoría de los "viejos cristianos" llevan
"muchedumbres" o masas. Masa significa en este caso con- siglos sin enterarse de lo que se dice, se pide y se vive en
cretamente la inmensa mayoría de los cristianos, en números, las grandes celebraciones y normas de vida.
más del 90 por 100 de los miembros de la iglesia. Es el semillero El divorcio entre espiritualidad popular y espiritualidad cul-
de la Iglesia, y su fruto maduro y más logrado. Semillero no ta y oficial es más grave e influyente en la vida espiritual de
solamente de vocaciones en la iglesia, sino de conversiones la iglesia que la ruptura entre teología y espiritualidad, fenó-
y adhesión de nuevos miembros y culturas a la iglesia. "Cual- meno que tiene lugar en los últimos siglos de la Edad Media,
quier intento de purificación del cristianismo que en el fondo y del que tanto se habla. En cambio, pasa inadvertida la "bi-
sea una intelectualización, dejándolo reducido de hecho a fruta furcación" de caminos con el distanciamiento progresivo de
prohibida y logro exclusivo para minorías, lo está desnatura- esas dos formas o niveles de espiritualidad. No hay conciencia
lizando. Ni el saber ni la ejemplaridad moral fueron nunca explícita de ella en la experiencia y reflexión; y sin embargo,
los criterios para ser miembros de la iglesia. A diferencia del estamos viviendo sus consecuencias penosas y empobrecedoras
protestantismo, fue la anchura y vocación popular de la iglesia para la vida de la iglesia, que se manifiestan en la participación
católica las que hicieron de ella la patria espiritual de los pobres litúrgica y en las manifestaciones principales de la vida eclesial.
y la servidora de los desheredados de la ciencia y del dinero" 25. Tendremos ocasión de conservar las resonancias de este pro-
blema básico en capítulos sucesivos: oración, experiencia, diná-
masas-minorías o de mayorías-minorías; si bien pueden coincidir en algunos mica, formación, espiritualidades, etc.
casos.
24 26
J. M. CASTILLO, "En el centro de la iglesia está en el pueblo", en su V. CODINA, Espiritualidad popular. De acusada a interpelante ilc la i^lcsm
o b r a L ú alternativa cristiana, Salamanca, pp. 145-196. no-popular. Sal Terrae, 68 (1980), 791-798; F. Ruiz SALVADOR, "líspiriliuiliiliiil
25
O. GONZÁLEZ DE CARDEDAL, Elogio de la encina, Salamanca, 1973, pedagógica y pastoral", en AA. VV., Esperienza e Spiritualitá, Komii, I W ,
p. 381. pp. 375-393.
196 IGLESIA DEL ESPÍRITU

A título de sensibilización, transcribo el diagnóstico si-


guiente:
"La Edad Media creo que es el tiempo en que se gesta
y forma el núcleo casi intemporal de eso que llamamos cato-
licismo popular... Al concluir la Edad Media el catolicismo
popular queda prácticamente congelado. Todo lo que expe-
rimentará después serán fenómenos de reacción, abultamiento
o de concentración. Tal congelación es un fenómeno apasio- 5
nante... Según diversos autores (Le Goff, Sumtion, etc.) la cau-
sa es la consumación de un divorcio entre lo popular y lo oficial EL HOMBRE NUEVO
en la Iglesia. Durante el Medievo ambos elementos se armo-
nizan y fecundan. La jerarquía garantiza y respeta la libertad
del pueblo en la expresión de sus sentimientos y vivencias reli- El título, de origen paulino, condensa las intenciones y los
giosas. De ahí la vitalidad de unos y de otros. Pero a partir contenidos de este capítulo: la persona en todo su realismo,
del siglo xiv se inicia un proceso de desconfianza y de reyertas referencia explícita a Cristo y al Espíritu Santo, tensión entre
mutuas... Las consecuencias serán funestas tanto para el cato- viejo y nuevo, proceso que genera la nueva creatura. El hombre
licismo popular como para el oficial. Uno y otro se verán pri- entra en la definición misma de la teología espiritual como
vados de la vital fecundación recíproca. Así se llega a nuestro
sujeto receptivo y responsable en el desarrollo de su vocación.
tiempo en el que el catolicismo popular se encuentra empo-
brecido, deformado o marginado. Y la jerarquía, con su liturgia, Actúa en alianza y experiencia, vida teologal, Cristo hombre
su catequesis y su lenguaje, se resiente del alejamiento del y primogénito de la humanidad, iglesia de personas en comu-
pueblo" 21 . nidad, el mundo de Dios y del hombre. Mantiene ese mismo
protagonismo e iniciativa en todo el ámbito de la espiritualidad.
Tiene la espiritualidad motivos especiales para interesarse
vivamente en el conocimiento y tratamiento de la persona
humana. Posee tradición variada y abundante de experiencias,
reflexiones y sabiduría; conoce y valora a la persona y a las
personas concretas en la singularidad de su gracia, naturaleza,
trayectoria vocacional y circunstancias. Manifiesta especial sen-
sibilidad para captar y acompañar los procesos lentos y alte-
rados de transformación espiritual.
Al lado de tantos aciertos y sabiduría como ha acumulado
a lo largo de la historia, la espiritualidad también arrastra omi-
siones y desenfoques. Limitación normal, dado que trabaja con
instrumentos mentales y ambientales de las épocas en que vive.
Ha explorado al sujeto humano de manera fragmentaria y dis-
persa, a propósito de temas particulares: oración, ascesis, san-
tidad, crecimiento. El enfoque "espiritualista" hace que com-
ponentes de primera magnitud figuren marginalmente y a con-
traluz. Se limita el significado de cuerpo, sentidos, conIIicios,
27
L. MALDONADO, Génesis ¿el catolicismo popular, Madrid, 1979, mundo, pasiones, a la perspectiva ascética, donde figuran como
pp. H-12. 4
enemigos del alma o causa de tentación.
198 EL HOMBRE NUEVO 1. SUJETO DE LA VIDA ESPIRITUAL 199
Dispone hoy la espiritualidad de facilidades y medios para La visión sintética de este capítulo incluye la unidad hom-
corregir algunas de sus deficiencias y renovar su proyecto bre-cristiano-espiritual. A partir de ese horizonte, interpreta-
antropológico. La teología le proporciona nuevos materiales mos su presencia, funciones y desarrollo. Se puede también
y enfoques de experiencia y reflexión. Como teología que es, hablar legítimamente en términos de "antropología espiritual"
la espiritualidad se siente embarcada en el doble movimiento: y "humanismo espiritual", con la doble connotación de persona
"el hombre en teología" como realidad y tema primordial, y encarnada psicológica e históricamente, en horizonte de gracia
"antropología teológica" como dimensión esencial de todo dis- y trasformación por obra del Espíritu Santo '.
curso teológico. El hombre en espiritualidad es más que un
tema o capítulo importante; es el sujeto de toda gracia y expe-
riencia, acción y reflexión. Hubo carencias, hoy hay sobrecarga Sujeto y subjetividad
de humanismo en espiritualidad. Tenemos que pasar por los
excesos, para reajustar el equilibrio. Unas cuantas anotaciones previas nos permiten ambientar
El hombre merece puesto relevante entre personas y brevemente, como base o presupuesto, el sucesivo discurso
mediaciones. A continuación, tendremos ocasión de analizarle espiritual.
desde distintos puntos de vista, ya que está presente en pri- Sujeto pasivo y activo. En él Dios actúa y se revela: creación,
meros planos, por activa y por pasiva, a lo largo de todo el encarnación, redención, santificación, tienen por destinatario
libro: orante, asceta, místico, apóstol, santo en camino, etc. al hombre. Con ese fin le crea a su imagen y semejanza. Pasivo
Por eso, no desciendo a detalles en esta primera presentación. no quiere decir estático y a la espera, sino elegido, tratado
Adelanto solamente un esbozo, con rasgos de su ser y actuar e interpelado como compañero libre y responsable de una
que inciden fuertemente en la vida y en el discurso espiritual: alianza de amor y servicio. Dios pone en manos de su libertad
aspectos bíblico, teológico y psicológico; tensiones y conflictos, la acogida y respuesta, el propio proyecto vocacional, la vida
consiguiente tarea de integración. de la humanidad, desarrollada en fe, amor y esperanza per-
1. El sujeto: hombre, cristiano, espiritual. sonales. Actividad no se opone a pasividad, sino que reafirma
2. Imagen bíblica: vocación e historia. activamente los mismísimos dones gratuitamente recibidos.
3. La condición humana. Subjetividad. Al actuar como sujeto personal y libre, lo hace
5. Conflictos y tensiones. necesariamente con todo su ser, estructuras y dinamismos. Si
6. Espiritualización: tareas y métodos. falta la participación subjetiva, la conciencia de que Dios le
ofrece su alianza y amistad, no hay comunión personal. Pen-
samientos, sentimientos, imágenes, deseos, etc., hacen que sea
1. Sujeto de la vida espiritual verdaderamente la persona humana quien entra en relación
Antes que tema y mediación, el hombre es coprotagonista de fe y amor con Dios y vive según el Espíritu. El hombre
en la relación con Dios, sujeto y centro de vida y experiencia es mediación fundamental y lugar teológico, teatro y coautor
espirituales. Coherente con su propio nombre, la espiritualidad del drama de salvación. "Subjetivismo" es la deformación de
ha privilegiado ciertos componentes y aspectos que califica de la subjetividad, cuando faltan contenidos y actitudes de comu-
"espirituales". Ahora lo aplicamos a la persona en su integri- nión. En el subjetivismo, la revelación de Dios hace de simple
dad: espíritu y sensibilidad, cuerpo y alma, hechos de historia punto de partida, desencadena procesos interiores que se ali-
y experiencias de interioridad. Es el punto de partida, que per- 1
C. LAUDAZI, La centralita dell'uomo nella spiritualitá cristiana altnalc:
mite hablar de "espiritual", hombre y mujer en su integridad RiVitSpir, 49 (1955), 24-40; A. GUERRA, Introducción a la Teología espiritual,
personal e histórica; sin limitar el adjetivo a determinados Santo Domingo, 1994, pp. 43 ss.: "humanismo" de la teología espiritual;
aspectos de culto, piedad, interioridad. J. MOUROUX, El sentido cristiano del hombre, Madrid, 1956.
200 EL HOMBRE NUEVO 1. SUJETO DE LA VIDA ESPIRITUAL 201

mentan de sí mismos, de espaldas a la comunidad, a la historia hijo de Dios y está hecho a imagen del Hijo de Dios" (san
y a la existencia. Falta de alimentación dogmática e histórica, Basilio).
la subjetividad se queda sin recursos y degenera en subjetivismo La tradición espiritual ha venido acumulando su propia
mental o emocional. riqueza y sabiduría en torno al hombre: experiencias, intui-
Objetivo-subjetivo. Aún existen en el ámbito de la teología ciones, principios, reflexiones, síntesis doctrinales, aplicaciones
y de la espiritualidad residuos de la vieja tendencia que con- prácticas. Conoce bien al hombre en sentido fuerte y a él se
trapone como alternativa inconciliable lo que es en realidad refiere: hombre del Espíritu, hombre de espíritu. No hay que
una antinomia inseparable: objetivo y subjetivo. De los tiempos dejarse engañar por el lenguaje blando que a veces utiliza:
devocionales o románticos en que la subjetividad era todo se las almas, los espirituales. Estas en rigor son también deno-
pasó a la objetividad descarnada; que en definitiva es también minaciones fuertes, pero que en algunas épocas se han debi-
subjetividad dogmática e intelectual. La vida teologal unifica litado.
la revelación de Dios objetivada en la historia con la subje- Se pueden clasificar las aportaciones antropológicas de la
tividad del hombre que libremente la acoge y la vive en la espiritualidad en tres momentos decisivos: a) Describe al hom-
existencia. bre en la grandeza de su vocación y en la realización plena
Historia y revelación personalizada. La subjetividad adquiere del santo y la santidad, tema preferido de observación histórica,
particular relieve en la descripción que algunos autores hacen estudio teológico y pedagogía espiritual: Dios reflejado en el
de la interioridad espiritual o mística. La acentuación tiene ser humano, el hombre trasformado'en Dios, b) Con la misma
doble significado, teologal y antropológico: revelación de Dios fuerza, pone en evidencia la miseria y maldad humana en toda
vivo al hombre que participa en la alianza con todo su ser su crudeza; además del pecado moral, la condición degradada
y condición. Atestiguan la presencia de Dios vivo en las per- que origina, c) Entre esos dos extremos media un largo recorri-
sonas, no solamente en las páginas de la Biblia. Si les privamos do y lento proceso de trasformación por obra del Espíritu y
de la concreción "subjetiva", su explicación sería enseñanza en manos de la libertad.
bíblica o teológica, más que testimonio de Dios vivo. Haciendo No es posible caracterizar con un solo término la compleja
desaparecer del AT las historias de los hombres (guerras, polí- realidad del hombre-sujeto espiritual. La espiritualidad utiliza
tica, situación económica, menudencias y enredos de crónica varias expresiones con este fin, aprovechando las aportaciones
profana), la acción de Dios pierde consistencia revelatoria, y de cada una. Nombres y sustantivos: cristiano, persona, alma,
no gana en pureza 2 . hombre. Adjetivos: espiritual, interior, evangélico. Se habla fre-
cuentemente de "el espiritual" o de "el hombre espiritual",
y también de "los espirituales" a secas. Estas formas permiten
aplicaciones psicológicas y religiosas de mayor amplitud y de
Hombre de Cristo y del Espíritu mayor ambigüedad, dejando en sombra elementos fundamen-
tales del hombre nuevo de Cristo y del Espíritu. Veamos rápi-
Seguimos especificando el sujeto u objeto de nuestra refle- damente algunas de estas imágenes integradas.
xión. Lo hacemos en referencia a su origen y permanente refe- a) Cristiano espiritual. Son dos términos que no se armo-
rencia vital: cristiano regenerado y movido por el Espíritu San- nizan en el lenguaje corriente. San Pablo une los conceptos,
to. "Lleva el nombre de espiritual quien ya no vive según la pero no junta los dos términos. Dos términos que designan
carne, sino que es movido por el Espíritu de Dios, se llama la misma realidad del misterio cristiano en dos momentos y
2 perspectivas: el hombre regenerado en Cristo, vivificado por
Cf. F, Ruiz SALVADOR, "DOS testigos supremos de Dios: Teresa de Jesús
y Juan de la Cruz", en Actas del Congreso Internacional Teresiano, Salamanca, el Espíritu Santo. Al andar separados en el uso, ambos pierden
1983, pp. 1027-1046 ("¿Testigos de Dios o de sí mismos?", pp. 1040-1042). algo de su vigor. Cristiano queda en nombre genérico tic per-
202 EL HOMBRE NUEVO 1. SUJETO DE LA VIDA ESPIRITUAL 203

tenencia, más que de calidad personal. Y espiritual pasa a título daderos "espirituales" en su tarea y enclave existencial. En
de fervor, no de calidad cristiana total. Complementarios uno manos del Espíritu Santo no hay privilegios de casta intelectual,
de otro, es como mejor indican plenitud y totalidad: cristiano canónica, social. El ser o no ser espiritual es independiente
espiritual, espiritual cristiano. Aun cuando se utilicen por sepa- de la cultura y de las ocupaciones, educación. Ciertos refina-
rado 3. mientos a que ha llegado la espiritualidad en puntos funda-
b) Hombre evangélico. En sentido bíblico-espiritual, es mentales, como la oración, el crecimiento espiritual, el apos-
aquel a quien el Espíritu santifica, vivifica y guía en confor- tolado de especialistas, pueden ocultar esta verdad. Las expre-
midad con la voluntad de Dios y el evangelio de Cristo. Toda siones "hombre del Espíritu" y "hombre de espíritu" poseen
la existencia del hombre evangélico está impregnada por la mayor fuerza y amplitud que la de "hombre espiritual". Aluden
jerarquía de valores que marcan la fe, la esperanza y la caridad; a la calidad de la persona y a la autenticidad de los valores
y las bienaventuranzas. Espiritualidad en este caso es más que religiosos y humanos que la caracterizan. Reaparece el tema
simple interioridad. Es interioridad cristiana, sede de la san- de la "espiritualización integral", o desarrollo orgánico de los
tísima Trinidad que inhabita, materia dócil en manos del Padre diversos sectores; inteligencia, afecto, acción.
que modela al hombre según la imagen del Hijo (Rom 8,29), d) Hombre interior. La espiritualidad ha privilegiado cier-
reconstruyendo mejorada la imagen deformada en Adán. La tos rasgos que le han parecido más específicos o fundamentales
autenticidad del hombre evangélico no depende en primer para el desarrollo de la gracia del Espíritu. Uno de los que
lugar de la síntesis intelectual que haya conseguido, ni de las más resaltan es el de la "interioridad". Basta ver la amplia
virtudes perfectas que practique. Lo que predomina es el sen- utilización del término en diferentes conjugaciones: interior,
timiento de presencia, de ser y vivir en otro. Transparencia interioridad, interiorizar, interiorización. En san Pablo tene-
y humildad le caracterizan: como imagen, es lo que representa, mos ya la expresión "hombre interior" en conexión con el Espí-
o al que representa. El fenómeno histórico que se ha llamado ritu Santo: El Padre os conceda ser poderosamente fortaleci-
"evangelismo" extrema algunos rasgos de la pureza original: dos en el hombre interior por su Espíritu, en la fe y la caridad
llamada fuerte a reavivar en la iglesia el evangelio, la frater- (Ef 3,16-18). San Juan evangelista desarrolla su sentido teo-
nidad, el temple de peregrinación. Eso mismo le hace caer logal fuerte con expresiones varias: morar, en Cristo, etc.
en tentaciones: utopía de modelos antiguos, integrismo en que-
rer resolver los problemas de la historia sucesiva con el evan- La interioridad tiene varios planos de vivencia e interpre-
gelio aplicado al pie de la letra, etc. 4 tación: 1) teologal: presencia e inhabitación de la santísima
Trinidad en el hombre, presencia y atención del hombre a ese
c) Hombre espiritual. "Espiritual" significa guiado por el Misterio; 2) psicológica o antropológica: conciencia y parti-
Espíritu en el carisma o vocación que cada uno ha recibido. cipación del nombre con sus energías profundas en la comu-
El Espíritu guía y espiritualiza por diferentes caminos y medios: nión personal y en la acción vocacional; 3) simbólica o sacra-
ayuda al cristiano a orar y compartir, alimenta la interioridad mental: capacidad de visión y contacto con personas y cosas
del contemplativo, impulsa el dinamismo del apóstol, asiste en su valor profundo de ser ellas mismas y mediaciones de
al creyente que trabaja, goza o sufre. Todos pueden ser ver- Dios 5 .
3
Para el cristiano la vida espiritual no se define principalmente por la Se ha intentado esbozar el "retrato del hombre espiritual"
mayor o menor dedicación a lo que otras grandes religiones e incluso sistemas con rasgos tomados de los diferentes planos, cargando los tonos
de pensamiento filosófico llaman "valores espirituales" (ya sean religiosos
5
o ya sean simplemente interiores), sino que se define por un estilo de vida E. MALATESTA, Interiority and Covenant, Roma, 1978. Estos términos
en el que, como Jesús, lo esencial es la apertura continua y total al Espíritu. y sus derivados amplían contenido y aplicaciones en el uso espiritual. ( I .
J. D. GAITÁN, El Espíritu, Señor y dador de vida: RevEspir, 42 (1983), 64 DSpir, 7: "Homme intérieur", col. 650-674; "Intériorité et vie spiíilucllc",
(53-71). 1877-1903; "Intériorisation", 1904-1918; J. MOUROUX,L'expérierue chri'lienm;
4
Cf. G. E. PANELLA, "Hombre evangélico", en NDE, pp. 894-903. París, 1954: "Théme de l'interiorité", pp. 97-101.
204 EL HOMBRE NUEVO 2. IMAGEN DE DIOS 205

evangélicos o devocionales, interiores o más encarnados, psi- les del siglo xm y principios del xiv, que han querido vivir
cológicos o propiamente espirituales. Tienen valor real y rela- la regla franciscana con todo el rigor y sin adaptaciones de
tivo al mismo tiempo 6 . ningún género, no obstante las exigencias de la historia y las
intervenciones explícitas de la autoridad eclesial.
De manera generalizada, en tiempos recientes, se da el
"Los espirituales": historia y actualidad nombre de "espirituales" en tono negativo a personas de tem-
peramento introvertido, muy dadas a prácticas piadosas y devo-
Espiritual-espirituales tiene, como acabamos de ver, signi- cionales, y por otra parte carentes de discernimiento y eficacia
ficado evangélico, cristiano, espiritual. A éste se han ido aña- en la existencia concreta de cada día, llenas de afanes y de
diendo o sustituyendo algunos otros significados menos posi- conflictos inevitables. No quieren "manchar" la conciencia.
tivos en la historia de la espiritualidad y en la mentalidad Sólo intervienen en cosas claras, con intenciones, medios y fru-
corriente. El título de "espirituales" se daba en la Edad Media tos espirituales 8.
a personas y grupos, que interpretaban y vivían el evangelio
con rigor externo y en contraste con la iglesia oficial. Es larga
de contar la trayectoria de esta palabra y las causas históricas
y doctrinales de su degradación7. 2. Imagen de Dios
En su intención original, "los espirituales" son cristianos De la visión sintética del hombre espiritual pasamos al estu-
que luchan contra el aburguesamiento y la mundanización de dio de algunos aspectos particulares. En primer lugar está la
la iglesia y de las órdenes religiosas; contra la sobrecarga de base bíblica y teológica, conocida por la fe. Dios crea, se revela
estructuras vacías y los fáciles acomodos. Son espirituales ver- al hombre, le da gracia, conciencia, facultades, vocación. El
daderos, con horizonte limitado, tal vez utópicos e idealistas. conocimiento del hombre no se obtiene con sólo analizar su
En este mismo contexto de función carismática y renovadora propia estructura. Hay que mirar a sus relaciones, historia, des-
han existido grupos que, llevados por afán de depuración, tino; especialmente al misterio del Verbo humanado. "En rea-
luchan contra la expresión humana y sacramental de la iglesia, lidad, el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio
sus leyes y gobierno. Aquí está el abuso que ha tipificado a del Verbo encarnado. Porque Adán, el primer hombre, era
los "espirituales": cristianos duros e idealistas, fervorosos y cie- figura del que había de venir, es decir, de Cristo nuestro Señor.
gos a la realidad de la historia humana y a las implicaciones Cristo, el nuevo Adán, en la misma revelación del misterio
de la condición terrestre del cristiano. del Padre y de su amor, manifiesta plenamente al hombre al
Más particularmente se da el nombre de "espirituales" por propio hombre y le descubre la sublimidad de su vocación"
antonomasia en la historia a un grupo de franciscanos de fina- (GS 22).
6
J. MOUROUX, Sentido cristiano del hombre, Madrid, 1956: temporal y La dimensión teologal y teológica no margina, sino más
eterno, terrestre y celestial, contrastes y conflictos. Cf. P. R. RÉGAMEY, Retrato bien ensalza y potencia su ser "natural" de la persona humana.
espiritual del cristiano, Barcelona, 1967 ("Bosquejo de un retrato espiritual La dignidad y libertad forman parte de la imagen divina que
del cristiano", pp. 19-45); id., Les spirituels dans l'Eglise: Lumiere et Vie, 67, el hombre lleva en su misma constitución natural. Hablaremos
1964, pp. 5-24; On demande des spirituels (Editorial): Christus, 21 (1974),
130-132; A. DONDAYNE, "La fisonomia spirituale deH'uomo di domani", in
de ello en el apartado siguiente. La teología espiritual ha
AA. W.,L'uomo nuovo, Brescia, 1950, pp. 206-235. desarrollado con mayor interés y detalle los aspectos teológicos
7
Cf. E. VILAVONA, Los espirituales en la Edad Media, Madrid, 1994; 8
M. D. CHENU, "Les Spirituels au xmc siécle", en su obra L'Evangile dans Esa imagen negativa tiene mucho de caricatura y algo también de rea-
le temps, París, 1965, pp. 55 ss.; L. OLIGER, Spirituels, en DThC, 14, 2522-2549; lidad. De este tipo de espirituales decía Péguy que no se manchan las manos,
A. M. BESNARD, Destín de la spiritualité dans le monde moderne: VieSpir, 120 porque no las tienen o no las sacan del bolsillo. Exageración.que ayuda a
(1969), 681-709. tomar conciencia del ideal y de los peligros.
206 EL HOMBRE NUEVO 2. IMAGEN DE DIOS 207

de la persona humana que más directamente entraban en la para poder comunicarse con él en alianza gratuita y libre. Le
perspectiva espiritual, tal como ésta se entendía: gracia, dones, delega poderes sobre la creación material y la historia.
virtudes, perspectiva. En buena parte ese tema queda ya tra- 2. Unidad totalizante e histórica. Unidad con Dios, consigo
tado (c. 2). La intención es ahora recordar algunos rasgos del mismo, con el pueblo, con la tierra y el cosmos. "La mentalidad
hombre bíblico y su prolongación teológica, que cimientan la hebrea bíblica tiende a considerar las realidades como un con-
experiencia y la reflexión espirituales9. junto globalmente unitario, como un todo universal único, sim-
ple y no desmontable. Incluso cuando describe al hombre, lo
presenta no como una persona autónoma de suyo, sino inte-
Hombre bíblico grado en la realidad cósmico-política en un diálogo religioso
con Dios, orientado totalmente a convivir con su Creador. El
La palabra revelada es fuente, no sólo ambientación. En hombre se realiza y se cualifica de manera originaria cuando
la S. Escritura encontramos el reflejo refrescante de una expe- se mantiene en alianza con su Señor a través de la totalidad
riencia teologal que hoy nos cuesta repetir. El hombre bíblico comunitaria, cuando camina peregrino con el universo creado
vive con toda naturalidad la relación con Dios en su condición en busca del 'rostro del Señor' (Salmo 105,4)."
corporal y la introduce en plena historia; reconoce su dignidad 3. Carne, alma, espíritu. "Carne es un término que indica
divina y su condición pecadora. Para la mentalidad moderna, no sólo la parte externa del hombre, que correspondería al
más analítica, esta unidad englobante de aspectos y relaciones elemento biológico o material, sino al ser humano que, rela-
se convierte en otros tantos sectores de libre cultivo y elección. cionado con Dios, aparece mortal, débil y frágil." "El hombre
Destacamos algunos rasgos relevantes para nuestro horizonte es alma. El término alma designa no una entidad espiritual,
actual10: sino un modo caracterizador de todo el yo; indica el ser huma-
1. Imagen y obra de Dios. En su origen y destino, está no en cuanto vivo, en cuanto que participa del principio de
dirigido por este principio estructural y dinámico. Es imagen la vida. El alma (o la vida humana) puede considerarse en
de Dios, por su misma creación, en dignidad, estructura, con- relación con la carne mortal o en relación con una existencia
ducta moral, señor de la creación. Esa viene a ser, diríamos, inmortal. Puede referirse a un estado terreno frágil y peca-
la materialidad del hombre. Toda esa estructura es obra inten- minoso o a una conducta totalmente espiritual." El hombre
cionada de Dios: proviene de alguien y se ordena a algo. Dios es espíritu: "El espíritu en el hombre es vida dada por Dios
creó al hombre a su imagen y semejanza (Gen 1,26). Imagen y orientada a él; es existencia originada por Yavé y vivida según
estática: donde se refleja la grandeza, hermosura, poder del su voluntad; es fuerza que se apodera de todo el hombre y
creador. Imagen dinámica: le hizo a imagen y semejanza suya, lo dirige a su Señor, es inspiración que hace a los hombres
profetas según el plano divino. De esta forma el Espíritu es
9
J. MOUROUX, El sentido cristiano del hombre, Madrid, 1956; M. FLICK
la potencia de Dios que actúa sobre el hombre." "Así el hom-
y Z. ALSZEGHY, El hombre en la teología, Madrid, 1971; F. FLORISTÁN y bre, en todo su ser y en cada fibra, es a la vez carne (ser mortal
J. B. METZ, "El hombre como unidad de cuerpo y alma", en Mysterium Salutis, estancado en la tierra), alma (dinamismo vital difundido en
II, Madrid, 1966; A. ALVAREZ BOLADO, La fe cristiana y la imagen del hombre toda la persona) y espíritu (vida unida a su fuente divina).
en la constitución «Gaudium et spes", Bilbao, 1967; J. MOLTMANN, El hombre.
Antropología cristiana en los conflictos del presente, Salamanca, 1973;
En estos tres términos, reunidos e integrados recíprocamente
A. MORAN, Líneas de fuerza en la renovación actual de la "Teología de la entre sí, radica la concepción del hombre." La existencia terres-
gracia": Sal Terrae, 63 (1975), 548-556; D. TETTAMANZI, El hombre, imagen tre de Cristo, visto y tocado, la inmolación eucarística, la incor-
de Dios, Salamanca, 1978. poración de la iglesia, la misión del Espíritu Santo, ha dado
10
T. GOFFI, "Hombre espiritual", en NDE, Madrid, 1991, pp. 879 ss. a esos términos fundamentales horizontes nuevos. Cuerpo, car-
D e este mismo autor son los textos entrecomillados que se citan a conti-
nuación.
ne, sangre, vida, espíritu siguen designando la estructura l'un-
208 EL HOMBRE NUEVO 2. IMAGEN DE DIOS 209
damental del hombre; pero poseen mayor hondura de misterio
por sus múltiples referencias. Comunicación viviente
4. Vocación: unión con Dios. La vocación dinamiza y com-
En el hombre se realiza la imagen y semejanza de Dios
pleta los elementos de la imagen. El hombre de la S. Escritura
por los dones que de él ha recibido: creación, gracia, libertad.
vive su condición humana enteramente de cara a Dios. Siente Queda en cierto modo fría la relación, si "el parecido" se limita
que ha salido de las manos de Dios. Mejor dicho, siente que a propiedades esenciales y estáticas, que no dejan ver la cer-
no ha salido nunca, sino que todavía sigue en las manos de canía de comunicación y diálogo. La S. Escritura amplía esta
Dios, que le da vocación, impulso, guía. Esta vinculación visión primera con otra más coloquial y dinámica. Invierte los
destaca en las individualidades representativas del pueblo: términos, ofreciendo una imagen de Dios que habla y obra
Abraham, Moisés, algunos profetas y reyes. Vale igualmente a imagen y semejanza del hombre.
para su vida personal, que para su historia como pueblo. Le Dios se apropia los componentes y rasgos de la condición
une con Dios una alianza solemne, que le convierte en pueblo humana, de la vida y actividades del hombre: conocimiento
elegido, pero que al mismo tiempo le compromete en la tota- y amor, sentimientos, gestos corporales. Reciben el nombre
lidad de su existencia religiosa y profana. Se manifiesta en la de "antropomorfismos", es decir: ser y obrar de la Persona
oración y el culto, que constituyen uno de los gestos carac- divina en formas humanas. Habla de Dios la S. Escritura en
terizantes del hombre bíblico. Restaurar el pueblo es restaurar los mismos términos con que expresa el ser y la vida del hom-
el culto. bre: facultades espirituales, pasiones, sensibilidad, gestos cor-
porales. Tres gozan de particular significación en la relación
5. Pecado y ruptura. Se rompe la comunión con Dios y interhumana y en la revelación de Dios: la palabra, la mano,
como consecuencia las conexiones internas y externas del suje- el rostro.
to: consigo, con las personas, con el mundo. El pecado oscurece Dios expresa su relación con el hombre en el mismo len-
la imagen, desvía la vocación. La conciencia y el sentimiento guaje revelatorio que utiliza el hombre en la expresión humana.
de pecado-pecador es un rasgo del hombre bíblico, que nos La corporeidad: rostro, mirada, mano. Los sentidos: ver y
da tal vez como ningún otro la sensación de su grandeza divina. mirar, oír o escuchar, hablar; espacios y lugares: bajar, subir,
En esas actitudes emerge su vocación divina y resalta el amor visitar, ausentarse; el tiempo: espera, castiga por años, es fiel
con que Dios le cuida. La conciencia de pecado es una de por generaciones. Se advierten las connotaciones sensoriales
las experiencias fundamentales en la vida espiritual. No sola- y sensibles de la comunión de Dios con su pueblo: "He visto
mente para la ascesis, sino en la experiencia mística, la gra- la aflicción de mi pueblo en Egipto; he escuchado el clamor
tuidad de Dios, Jesús Salvador. que le arrancan sus capataces, pues ya conozco sus sufrimien-
6. Redención. La encarnación y redención del Hijo es el tos; y he bajado para librarle de la mano de los egipcios" (Ex
hecho decisivo, que marca la historia y el futuro del cristiano: 3,7-8) ".
hijo de Dios, por pura misericordia divina. La incorporación
a la iglesia como pueblo, como mediación sacramental, tiene Antropología teológica
también fuerza de factor permanente; la iglesia lleva los signos
de la condición humana, y la condición humana lleva los signos No le conviene a la teología espiritual fabricar una antro-
de la iglesia. Por último, la etapa escatológica, que condiciona pología suya particular, o manejar un hombre típicamente espi-
ya desde ahora toda la existencia cristiana, ya que tanto las 11
E. BARBOTIN, L'humanité de Dieu, París, 1969; id., Humanité de l'hom-
modalidades de la gracia como las estructuras sufren y gozan me, París 1970. Dos libros, dos procesos, construidos a partir de un mismo
de esa anticipación. esquema: aplicado primeramente a Dios, y luego al hombre.
210 EL HOMBRE NUEVO 2. IMAGEN DE DIOS 211

ritual. Sería la propia destrucción, al convertir en existencia El organismo sobrenatural cumple una primera función
completa lo que es aspecto o dimensión parcial. La condición estática. Santifica al hombre haciéndole partícipe de la natu-
histórica es manantial de energías, que a ratos se convierte raleza y vida divina. Y lo hace descubriendo correspondencia
en peso. Para entender al hombre contamos hoy con el inte- particularizada entre facultades naturales y dones de gracia;
resamiento de la teología en todas sus formas: dogmática, armonía que pone de manifiesto la presencia y acción de Dios
moral, pastoral, litúrgica. La dogmática en particular demues- en todas las junturas del psiquismo humano. Este es un valor
tra especial viveza en tomarlo como perspectiva. Si eso sucede innegable, aun cuando el acoplamiento detallado parezca algo
con la teología en general, es fácil imaginar lo que sucederá forzado. La construcción teológica del paralelismo implica
con la espiritualidad, más directamente interesada en el esfuerzo de análisis y de síntesis, para determinar la interacción
desarrollo de la gracia y de la vida del sujeto. de divino y humano en el vivir del hombre redimido. Explica
"Organismo sobrenatural" indica el esquema de antropo- la conexión estructural y operativa existente entre los diversos
logía teológica que la teología espiritual ha utilizado con ampli- componentes. El tratamiento del "organismo sobrenatural" ha
tud y detalle para encajar los elementos fundamentales de la tenido relieve y méritos en la teología espiritual anterior.
vida de gracia: gracia, virtudes, dones del Espíritu Santo. Lo Es necesario modificar la perspectiva, acentuando más el
ha tomado de la teología dogmática (escolástica) y lo traslada carácter dialogal, comunional, interpersonal, de esos elemen-
con toda su problemática, para explicar la estructura y el dina- tos. Los varios elementos que en él se incluían figuran mejor
mismo de la vida espiritual. Los califica de "organismo" por tratados en otros contextos de la teología espiritual. No destaca
su complejidad y unidad viviente; y también porque encuentra suficientemente el desarrollo histórico y personal de esa rela-
en ellos correspondencia armónica con el organismo natural ción. Silencia la dimensión sensitiva y corporal del hombre,
de la persona: naturaleza, potencias, etc. que carece de correlativo en el plano sobrenatural. La teología
más reciente se acerca mucho a las preocupaciones que desde
"Hay una estrecha analogía entre el orden natural y el sobre- siempre ha tenido la espiritualidad y le ofrece elementos de
natural. Porque la gracia no viene a destruir la naturaleza ni experiencia y dinamismo de gran valor. Se ocupa del hombre
a colocarse al margen de ella, sino precisamente a perfeccio- concreto y en movimiento, tal como se presenta en la historia
narla y elevarla. El orden sobrenatural constituye para el hom- alterada y contingente de la humanidad. También la espiri-
bre una verdadera vida, con un organismo semejante al de la tualidad renuncia a construir una antropología espiritual apar-
vida natural. Porque así como en el orden natural podemos te. Prefiere tomar el hombre que le ofrece la historia, cual-
distinguir en la vida del hombre cuatro elementos fundamen-
tales, a saber: el sujeto, el principio formal de su vida, sus poten- quiera que sea la situación humana o religiosa en que se
cias y sus operaciones; de manera semejante encontramos todos encuentre. La condición cristiana no le viene de una historia
esos elementos en el organismo sobrenatural. El sujeto es el peculiar, sino de que la gracia de Cristo sobreviene al hombre
alma; el principio formal de su vida sobrenatural es la gracia real que se mueve en la historia, y le hace hombre nuevo sin
santificante; las potencias son las virtudes infusas y los dones sacarle de la historia 13.
del Espíritu Santo, y las operaciones son los actos de esas vir- La teología observa y analiza a la humanidad en camino.
tudes y dones" 12. En las vicisitudes de la historia se construye el destino del hom-
12
A. ROYO MARÍN, Teología de la perfección cristiana, Madrid, 1955, p. 82.
bre, su naturaleza y vocación. Estos hechos, que parecen "mo-
Más explícitamente R. MORETTI, "L'organismo soprannaturale", en AA. W . ,
L'uomo nella vita spirituale, Roma, 1974, pp. 79 ss. Este mismo autor hace P. FRANSEN, "El ser del hombre en Cristo", en AA. VV., Mysterium Saluiis,
notar la pérdida de relieve de esta explicación en la nueva teología. En pers- IV/2, Madrid, 1975, pp. 910-936.
pectiva más amplia y dinámica presenta la teología actual los elementos del 13
Cf. E. SCHILLEBEECKX, La misión de la iglesia, Salamanca, 1971, pp. <)7
organismo sobrenatural: estado de gracia, virtudes teologales, dones del Espí- y 102-103; F. GABORIAU, El giro antropológico de la teología hoy, Harceloiin
ritu Santo, gracia actual, experiencia de la gracia, gracia y libertad, etc. Cf. 1970.
212 EL HOMBRE NUEVO 3. ESPÍRITU ENCARNADO 213

mentos" de una historia pasada, son en realidad elementos espíritu la gracia y a la sensibilidad el pecado. Van juntos en
fundamentales del ser del nombre, que le configuran espiritual el sufrir y en el gozar, en el pecado y en la caridad. La espi-
y antropológicamente. Presento brevemente las seis fases del ritualidad necesita del hombre en todo el espesor de su con-
proceso total, presentes e influyentes todas ellas de uno u otro dición encarnada: entendimiento, voluntad, corazón, cuerpo,
modo en cada momento: creación, gracia, pecado, encarnación sentidos, pasiones, emociones y sentimientos; con todos los
y redención, existencia redimida, destino escatológico. objetos y tendencias que eso implica 15.
Destino escatológico: la historia sigue abierta, empujada
por los dones recibidos, atraída por la plenitud de gloria que
llevan en germen y hacen en cierta medida preguntar desde En el misterio de la encarnación
ahora en esperanza. Esta serie de hechos o experiencias que
el hombre ha realizado en su larga historia ha entrado a formar El esfuerzo de la teología por integrar la corporeidad, sen-
parte de su condición humana y sobrenatural. Originariamente sibilidad y temporalidad en la persona humana es una exigencia
son un hecho, pero para convertirse en fuerza o cualidad per- de la revelación cristiana; no es una concesión a las ciencias
manentes. Cualquiera de ellas que tomemos nos introduce en humanas que empujan en esta dirección. Pertenece al núcleo
el secreto de la condición cristiana compleja. Todas ellas repre- mismo de la revelación de Dios y del misterio de Cristo. La
sentan rasgos de la experiencia espiritual, por lo general com- teología misma ensancha cada día más su horizonte y sus domi-
penetrados o sobrepuestos. La actual condición del cristiano nios en esa dirección. Como acabamos de ver, en su trato con
está integrada por múltiples experiencias sucesivas e interde- el hombre, Dios dignifica la condición humana, corporal y
pendientes. Cada una de ellas marca su sello sobre el hombre, terrestre, utilizándola en la revelación de su persona y en la
creatura maleable y abierta a todas las influencias 14. comunicación sacramental de su gracia. Tomamos como ejem-
plo y modelo tres expresiones bíblicas de gran relieve, tomadas
de la corporeidad humana: palabra, mano, rostro. Son frecuen-
3. Espíritu encarnado tes en el lenguaje de la teología, la liturgia y la espiritualidad I6,
— Palabra hablada y escrita es un recurso fundamental en
La espiritualidad se ha mostrado atenta y disponible a los toda la economía de la revelación. Dios ha hablado, provo-
datos que le ofrece la teología: imagen, vocación, virtudes teo- cando respuesta en diálogo. La escucha de la predicación o
logales, "organismo sobrenatural". Privilegia el núcleo gra- de la lectura litúrgica, la lectura personal de la Biblia, el cono-
cia-espíritu y en las facultades superiores del hombre: cono- cimiento del evangelio y de los dogmas son otras tantas media-
cimiento, amor, libertad. Mayor dificultad experimenta a la ciones esenciales. El espíritu humano y el Espíritu Santo se
hora de incorporar elementos del "organismo natural", corres-
mueven en el ámbito de la sensibilidad. La palabra es sin duda
pondientes a la dimensión naturaleza-sentido. Está haciendo
la mediación sensitiva de mayor fuerza expresiva, que admite
un gran esfuerzo por rehabilitar esta vertiente fundamental de
más amplia gama de posibilidades. Añadamos el canto.
la gracia y de la historia de salvación.
— Mano y gesto completan y corroboran la fuerza de la
El cuerpo y la sensibilidad han recibido escasas atenciones,
palabra, como medio de expresión hacia los demás y de corro-
y ésas en contexto poco favorable. La parte "inferior-exterior"
boración del sujeto mismo: fuerza expresiva e "impresiva". La
del hombre despierta suspicacia y miedo por el realismo terres-
liturgia hace uso abundante de esta mediación: procesiones,
tre de sus componentes. Tal vez no se han distribuido bien
los méritos y culpabilidades. No hay motivos para reservar al 15
Cf. R. ZAVALLONI, "Psicología y espiritualidad", en NDE, Madrid, I')') I.
pp. 1635-1654 (con bibliografía).
14
Cf. A. MOTTE, La vie spirituelle dans la condition chamelle, Paris, 1968, 16
E. BARBOTIN, Humanité de Dieu, Paris, 1970; id., Humanité tic ritonmw.
pp. 27-53. París, 1970.
214 EL HOMBRE NUEVO 3. ESPÍRITU ENCARNADO 215
imposición de manos, saludo de paz, actitudes de adoración
o penitencia. Por su parte, el gesto necesita estar continua- Vida espiritual en la condición humana
mente alimentado por el dinamismo del espíritu, para no caer
en rutina y pérdida de significación.
Sobre esta base bíblica y teológica se puede valorar apreciar
— Mirada y rostro se deben nombrar como expresión bíbli- el valor espiritual de la condición humana en todos sus com-
ca preferida de la presencia y comunicación de Dios. Factor ponentes históricos y psicológicos. Existe estrecha conexión y
eminente de comunicación, recurso primario en la caridad o empalme de la vida espiritual con la condición humana en
comunicación de amor fraterno. todos sus niveles. Resulta orientador y pedagógico el esquema
Estas y otras expresiones figurativas del AT se hacen reales que presenta el citado A. Motte, en el que humaniza la gracia
e históricas en la encarnación de Cristo, Hijo de Dios, que espiritual del hombre, al mismo tiempo que espiritualiza todos
"diviniza" personalmente con realismo la condición humana los componentes de su condición humana, corporal e histórica;
en todos sus componentes. Al asumirla, la transforma: encar- doble proceso, que se realiza en perfecta correspondencia. La
nación, vida y convivencia, palabras y milagros, muerte y espiritualidad asume el espesor corporal de la condición huma-
resurrección; todo está cargado de corporeidad, sentidos, cora- na; y la corporeidad humana se espiritualiza con sentido de
zón, voluntad. Esa es la imagen que tienen y la experiencia gracia y vocación 17.
que hacen María y los Apóstoles (Un 1,1). Así le sigue viendo Aludo a los títulos y apartados más importantes, que el
y profesando la Iglesia: "En Cristo, la naturaleza humana asu- libro desarrolla sucesivamente en perspectiva teológica, espi-
mida, no absorbida, ha sido elevada también en nosotros a ritual y pedagógica. En este momento, más que el contenido
dignidad sin igual. El Hijo de Dios en su encarnación se ha en particular, nos sirve el esquema general.
unido, en cierto modo, con todo hombre. Trabajó con manos
de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con volun- Luces cristianas sobre la condición carnal del hombre. Con-
tad de hombre, amó con corazón de hombre" (GS 22). dición natural y condición histórica del hombre a la luz de
la fe: creación, encarnación, iglesia, escatología; justicia ori-
Se podría prolongar y pormenorizar la lista de expresiones ginal, pecado, restauración.
sensibles y corporales incorporadas en la liturgia, la oración, La vida espiritual en la condición corporal. El cuerpo, valor
los textos y los gestos de la vida cristiana. Lo importante es, de la salud; cuidado del cuerpo e higiene; actitud cristiana fren-
más que añadir ulteriores ejemplos, hacer notar el alcance que te a la enfermedad, su aprovechamiento y superación; mor-
tienen esos signos como mediaciones de gracia y salvación. El tificación corporal, motivos y expresiones.
plan y el amor eterno de Dios se convierte en gestos, palabras,
En la condición sensible. Papel de los sentidos, su cultivo
mirada, tacto, compasión.
y educación; el conocimiento sensible, funciones y peligros;
El realismo del ser y de la condición histórica de la persona afectividad sensible, relaciones con la voluntad, con el orden
constituye uno de los cuidados mayores de la espiritualidad. de la gracia.
Evita el crear un sujeto "especial", hecho de sólo espíritu e
En la condición terrestre. Espacio en la vida espiritual, des-
interioridad, de gracia y de virtudes.
cubrir el universo, arraigamiento, lugares sagrados en la comu-
El sujeto que Dios crea y toma como interlocutor entra nión con Dios; el tiempo en los designios de Dios, historia,
en la alianza tal y como Dios le ha hecho, en su condición: temporalidad humana, arte de vivir en el tiempo.
corporal y espiritual, personal y social, histórica y geográfica.
En la condición social. Dimensión social de la condición
humana, bienes materiales, trabajo y vida espiritual, mediación
17
A. MOTTE, La vie spirítuelle dans la condition charneüe, Paris, l%8.
Ya el título es significativo.
216 EL HOMBRE NUEVO 3. ESPÍRITU ENCARNADO 217
de las instituciones humanas, la mediación de los signos, la A partir de ahí actúa y sirve en otros niveles y proyectos de
vida conyugal. la persona. Se le educa, en primer lugar, para que sea lo que
El esquema ayuda a encuadrar con realismo la vida espi- es, cuerpo humano. El trabajo manual, el juego, la vivienda,
ritual en la condición humana, a todos los niveles. Es necesario la comida, la sexualidad personalizada, el contacto con la natu-
mantener al mismo tiempo el sentido de unidad y comuni- raleza, el placer, el dolor, etc., son actividades y experiencias
cación de los varios componentes. Para ello sirve tener en cuen- equilibrantes de la buena salud espiritual. En este sentido se
ta el hecho de las conexiones: a) Conexiones horizontales: en habla de "gratificaciones" físicas y sensibles como desperta-
cada uno de los niveles del hombre, los varios sectores están doras de energía espiritual.
fuertemente unidos y actúan en interdependencia: conocimien- b) Valor sacramental. Con estos mismos ojos vemos las
to, afecto, acción, b) Conexiones verticales: en cada sector de imágenes religiosas y las profanas. Los ojos no están hechos
la persona participan los diferentes niveles: espiritual, sensible, para ver únicamente imágenes sagradas. Cuando estas capa-
sensorial18. cidades han entrado de lleno en la existencia humana, y ponen
al hombre en relación consigo mismo, con el mundo, con las
personas, entonces se hallan en condiciones de desplegar toda
Existencia corporal y sensible su fuerza simbólica y religiosa.
c) A través del cuerpo, los sentidos, la imaginación y la
La corporeidad y la sensibilidad afectiva son elementos que afectividad es como se adquiere el conocimiento y el sentido
influyen en la sacramentalidad y en la experiencia de la gracia de la realidad. Difícil que se forme un buen criterio y modo
espiritual. La mentalidad bíblica habla de cuerpo humano, no de pensar correcto, si carece de capacidad observadora, de
de cuerpo simplemente. En nuestro lenguaje, el cuerpo sig- mirada exacta y penetrante. El cuerpo y la sensibilidad cumplen
nifica anatomía y fisiología, mientras que "corporalidad" indica en el hombre funciones esenciales de información, de expre-
la condición total del hombre, que existe, vive y se relaciona sión, de equilibrio afectivo. La existencia cotidiana del hombre
a través del cuerpo, sus capacidades, desarrollo y caducidad 19. espiritual está embebida de sentido. No me refiero a las fun-
En la noción estática y dinámica del cuerpo humano se ciones directamente religiosas y espirituales. En primer lugar,
incluye el ser físico, las potencias y capacidades que en él resi- porque no basta el ejercicio de la religiosidad para desarrollar
den y por medio de él actúan, las actividades que desarrolla, la condición sensible del hombre. Y además, porque no es fac-
el mundo de personas y cosas con que se relaciona. tible que las potencias sensitivas actúen con fuerza y norma-
a) Como cuerpo vivo y personal, el cuerpo humano des- lidad en lo religioso, si no se educan antes o simultáneamente
pliega toda una serie de mecanismos, capacidades, necesidades. en el campo de la sensibilidad existencial y profana. No ayuda
al crecimiento espiritual limitar el uso de los sentidos y de
18
19
A. MOTTE, ib., pp. 114-115. la afectividad a sólo objetos religiosos y espirituales. Esto pue-
Cf. II corpo wnano (Doctrina de los Papas: León XIII, Pío XI, Pío de ocasionar compensaciones y ambigüedades. Los buenos
XII), Roma, 1962; J. B. METZ, Para una comprensión cristiana del cuerpo:
SelTeol, 9 (1964), 53-58; J. ROBINSON, El cuerpo. Estudio de teología paulina, maestros espirituales cuidan de que sus discípulos se ejerciten
Barcelona. AA. VV., Anthropologie sacramentelle: Maison-Dieu, 119 (1974), en el trabajo físico, el juego u otras formas de actividad cor-
1-111; J. B. MONDIN, "La preghiera dell'assemblea: atteggiamenti e gesti", poral y sensible 20.
en Nelle nostre assemblee, Brescia, 1970, pp. 315 ss. (con bibliografía);
A. DONÁZAR, La rebelión del sentido, Madrid-Barcelona, 1970; D. CUMER, No consta en la conciencia de la inmensa mayoría de las
"La forza e il peso della corporeitá nella vita spirituale", en AA. W.,L'uomo
nella vita spirituale, Roma, 1974, pp. 113 ss. Curiosa la confidencia de santa personas espirituales el significado y el valor de la corporeidad
Teresa de Lisieux en sus últimos días de vida: "Siempre me ha sido molesto y de la sensibilidad para el equilibrio estructural y dinámico
el cuerpo; no me encontraba a gusto dentro de él. Ya de muy pequeña me
20
avergonzaba de él." Ultimas conversaciones, 10 de julio de 1897. Cf. A. DONÁZAR, La rebelión del sentido, Madrid-Barcelona, ll)7().
218 EL HOMBRE NUEVO 3. ESPÍRITU ENCARNADO 219

del espíritu, en consecuencia, de todo el hombre. Se han toma- último de valoración y de acción, es una deformación o des-
do precauciones antes de conocer las funciones. viación grave, pero no de los instintos, sino de la inteligencia
El empobrecimiento de estas funciones causa daño al espí- y voluntad del sujeto, que no integran esas tendencias en el
ritu y a la vida espiritual. Tiene la corporeidad y sensibilidad horizonte de su elección personal y religiosa total. La diferencia
función receptiva y comunicativa. En la palabra, la postura o está en saber y decidir quién escoge y marca el fin. En el amor
el gesto, el rostro y la mirada se nos revela el espíritu de las auténtico de caridad, la incorporación del sentimiento y la
personas. Por ese mismo medio transmitimos a los demás nues- pasión mejora el acto en intensidad y calidad. En el amor
tro propio mensaje espiritual. Una palabra densa, mezclada desordenado, cuando gobierna la pasión, ésta puede intensi-
de silencios; una mirada comprensiva, preveniente; un apretón ficar la participación de la voluntad y agravar el desorden.
de manos sincero; tienen una especie de valor "sacramental": Culpas y defectos no se localizan en la sensibilidad, sino
significan y dan. Esto se logra especialmente cuando el cuerpo, en la persona, que no actúa a otros niveles de juicio y libertad.
tras una larga educación, se convierte en instrumento adecuado Con la misma fuerza y evidencia con que liberamos a la sen-
y dócil de su propia alma. sibilidad de las máximas responsabilidades morales y espiri-
Alimentan la actividad de las facultades superiores. Inti- tuales en el desorden se impone la constatación de sus límites
mamente vinculadas a la corporalidad están dos actividades naturales y tendencias viciosas acumuladas. El tema reapare-
superiores y con influjo más directo en la actividad consciente: cerá cuando hablemos de la ascesis. De sus múltiples servicios
el conocimiento sensible y la afectividad sensible, o lo que es y necesidad de purificación se hablará en capítulos sucesivos.
lo mismo, sensibilidad cognoscitiva y afectiva. La importancia La imperfección natural que se descubre en la corporeidad
de estas capacidades a nadie se le oculta, como también resulta y en el sentido es frecuentemente "erupción" de males ani-
evidente su dependencia de la corporalidad. dados en el espíritu. No es justo cargar al sentido y al cuerpo
con todas las culpas, mientras el espíritu se considera depo-
sitario de todos los bienes. Necesitan purificarse juntos, empe-
zando por el espíritu, al que corresponde la mayor respon-
Integración de la sensibilidad
sabilidad.
Lo dicho basta para dar a entender que la sensibilidad,
La sensibilidad, conocimiento y afecto, actúa desde la uni-
aun después de redimida, no puede dejarse a su propia fuerza
dad de la persona. Responde por tanto a una vocación, un
y orientación. Necesita recibir continua alimentación de valores
proyecto, una jerarquía de valores. En el hombre, la sensibi-
espirituales y medidas de ejercicio de parte del espíritu, que
lidad es humana y personal, en su origen y posterior orien-
a su vez las recibe de la fe. Dada la condición temporal e
tación y comportamiento.
histórica del hombre, esta misma integración se realiza en el
La sensibilidad tiene sus propios objetos espontáneos en tiempo y el ejercicio. No basta la decisión de la voluntad o
el nivel que les corresponde. Abandonada a sí misma, se guía la represión. Es el ejercicio integrado el que va creando la
por lo que conoce, desea y en lo que encuentra su plenitud integración, a la vez que proviene de ella.
particular. No tiene visión ni responsabilidad del bien total de
la persona, de su plenitud vocacional. Eso quiere decir que
de otra parte recibe metas, luces, valores, principios de libertad
y elección, para integrarse en la vocación fundamental de la Espiritualidad en femenino y en masculino
persona.
Que la sensación de hambre o la sexualidad tiendan hacia Tienen carácter de simple "alusión" las indicaciones que
sus propios objetos es efecto de la propia dinámica estructural. hago seguidamente sobre las modalidades femenina y mascu-
Que esa tendencia o necesidad básica se convierta en criterio lina de la experiencia y de la acción espirituales. Juzgando por
220 EL HOMBRE NUEVO 3. ESPÍRITU ENCARNADO 221

resultados, la espiritualidad está marcada por la experiencia la atención explícita que merecen su experiencia, acción mis-
y la vida cristiana de las mujeres; y debiera resultar más fácil tagógica y misional. Por eso, debiera en ciertos aspectos tener
la tarea de la plena integración de lo femenino en la expe- prioridad, ya que la parte del varón está afirmada y consolidada
riencia y vida espiritual. En este sector ha descollado la mujer en la sociedad y en la iglesia. La mujer ha tenido menos opor-
en las imágenes de esposa de la alianza con Dios, la iglesia tunidades, menores espacios.
madre; y sobre todo con sus realizaciones de vida espiritual
1. "Mujer" es nombre que la coloca y caracteriza con ras-
y mística, escritoras. En los aspectos jurídicos y teológicos han
gos personales singulares ante/frente a Dios, al evangelio, ante
influido más los varones con sus peculiaridades de pensamiento
sí misma y las personas, en el mundo y en la historia. No sólo
y experiencia.
frente a y en complemento del varón. Al hablar de la mujer,
Como primer paso metodológico, conviene tratar separa-
se piensa de inmediata en la referencia al hombre; cosa que
damente de la mujer y del hombre. La yuxtaposición y com-
no sucede a la inversa. H-M son y actúan como tales en toda
paración insistente de hombre-mujer o mujer-hombre estrecha
la gama de valores y actividades existenciales: en oración, cari-
gravemente el horizonte de comprensión humana y espiritual,
dad, apostolado, mística, arte, trabajo, relaciones varias. Es
reduciéndolo a sus mutuas relaciones de afecto y colaboración.
decir, en todos los terrenos revela no solamente una modalidad
La mujer y el hombre tienen cada uno por propia cuenta hori-
de lo humano, sino un reflejo diferente y original de lo divino.
zontes de valor y de acción infinitamente variados y ricos: fren-
Además de la experiencia, es también una modalidad de pen-
te a Dios, al mundo, al arte, la vida, la creación. Creados por
samiento humano, teológico y espiritual.
Dios a su imagen, para servirle y glorificarle, para comunicarse
y ayudarse, para el gobierno de la naturaleza. Evitaré todo 2. Mulieris dignitatem es un toque de atención para reto-
contraste: más y menos, mejor y peor, de uno u otro lado. mar esta realidad en mano con originalidad, revisar la historia
Cada una y cada uno es lo que es, y vale lo que vale. Hablamos y la cultura, la teología, espiritualidad, antropología y psico-
de la mujer y del hombre en general. De corto alcance son logía. En todos los tejidos del organismo social y privado ha
las expresiones: todos los hombres son iguales, todas las muje- calado una mentalidad eficiente que en estos momentos está
res son iguales. No se ve ni se demuestra 21. pidiendo clarificación de argumentos, motivaciones y conduc-
tas. No entro ahora en toda esa complejidad de la situación,
A) La mujer en la espiritualidad. Empezamos por la mujer. ni en los medios y métodos de esclarecimiento.
Es más urgente con relación a ella la toma de conciencia explí- 3. María santísima. En el ámbito de sus funciones y cul-
cita de sus aportaciones a la experiencia, la narración en fuen- tura, representa una realización y modelo de mujer en la obra
tes vivas y la reflexión. No ha recibido en teología espiritual de salvación y en la iglesia que inspira constantemente nuevas
21
realizaciones, más allá de lo que ella misma pudo hacer. Su
K. RAHNER, "La mujer en la nueva situación de la Iglesia", en Escritos
de Teología, VII, Madrid, 1968, pp. 380-397; id., "El hombre en la Iglesia.
originalidad: madre de Dios, formación religiosa y participa-
El comportamiento religioso masculino", en su obra Misión y gracia, II, San ción contemplativa en los misterios de Jesús, presencia directa
Sebastián, 1968, pp. 235-265; A. ROLDAN, Introducción a la Ascética diferencial, en la muerte y resurrección, asistencia en Pentecostés a la igle-
3. a ed., Madrid, 1968, pp. 268 ss.; C. HALLET, LO femenino, lo masculino y sia naciente, dos palabras inagotables (Fiat y Magníficat)... Es
la vida espiritual: Teología y Vida, 17 (1976), 186-192; AA. VV., La donna
nella Chiesa,Roma, 1969 (Bibl., pp. 230-258).; P. MICCOLI, La condición huma-
modelo de inspiración abierta, ya que su privilegio especial
na hoy: ser hombre, ser mujer. Prospectivas fenomenológicas de la sexualidad de Madre de Jesús no pertenece a las funciones normales de
humana: Revista Agustiniana, 3 (1989), 155-199. Cf. A. MOTTE, La vie spi- la mujer; ni su condición y trabajo de madre de familia corres-
rituelle dans la condition charnelle, Paris, 1968, pp. 27-53; M. MÁRQUEZ, María ponde a los horizontes de la mujer actual.
y la mujer. RevEspir, 55 (1996), 95-119; A. GUERRA, Introducción a la Teología
espiritual, Santo Domingo, 1994, pp. 116-122. Ahí se pueden ver las apor-
4. Experiencia espiritual. En este nivel primordial, la
taciones y reivindicaciones, con ideas y palabras de "teólogas" de la espi- mujer ha podido desplegar sus capacidades y peculiaridades
ritualidad. con cierta autonomía. Por naturaleza y educación, posee y des-
222 EL HOMBRE NUEVO 3. ESPÍRITU ENCARNADO 223

pliega especial hondura y concentración en la vida espiritual, modo reconocimiento oficial. A niveles técnicos, se deja sentir
que desarrolla en el plano del amor afectivo y efectivo. Siente en diferentes ámbitos y movimientos.
y vive la comunión con Dios y los hermanos, más que los dis- B) El varón en la espiritualidad. El hombre es el "sujeto"
cursos y proyectos sobre la misma. Asimila y vive la religiosidad prevalente y el autor de lo que se dice y escribe en teología
explícita en dosis muy elevada. espiritual. Al hablar del hombre en lo social y en lo religioso,
5. Narración espiritual. Ha sido consignada por escrito pensamos en sus capacidades y funciones propias, más que en
parte de esa riqueza, en circunstancias a veces poco favorables. referencia o complementariedad con la mujer. La referencia
Santa Teresa se lamenta de que, por escribir cosas espirituales se hace algo más explícita cuando se habla del "varón". Volun-
que le mandan, no saca tiempo para "hilar", que es lo que taria o inconscientemente ha condicionado valores y explica-
"debería" hacer como mujer y en casa de pobreza. En narra- ciones con su punto de vista y sensibilidad. Un protagonismo
ción humana y espiritual, la mujer está extraordinariamente conforme con la cultura, pero que ha malogrado posibles crea-
dotada: vida, relaciones, cartas, etc. Participa con toda su rique- ciones femeninas en la espiritualidad cristiana.
za personal. Las mejores narraciones místicas en estilo directo En la vida de la iglesia el hombre desarrolla preferente-
han sido todas escritas por mujeres. mente responsabilidades de doctrina, gobierno. Actividades
6. Tareas de formación espiritual. Otro campo de expre- que le abren campo a la iniciativa, la cultura, las reformas de
sión privilegiada, aunque reducido al ámbito impuesto por la la iglesia, creación de grupos y movimientos. Durante muchos
imagen social. Lo ha ejercitado preferentemente en dos direc- siglos ha sido el iniciador y organizador del pensamiento y de
ciones: madre de familia, educadora de la fe de los hijos y la acción espirituales. Vive hacia fuera: hacer, pensar, trabajar,
con frecuencia también del esposo, promotora y organizadora organizar, estar ocupado.
de piedad parroquial, misionera, etc. Es una forma de actividad Tiene un bajo nivel de religiosidad explícita. Se satura pron-
mistagógica y apostólica que no se ha valorado debidamente to de interioridad y de expresiones religiosas. Ha habido tam-
en su finura y creatividad. A esa labor común hay que añadir bién grandes contemplativos, pero esto más bien en épocas
el servicio de la caridad, de las obras de misericordia, de misio- en que los religiosos vivían en ámbitos protegidos y de ais-
nes y catequesis, que en medida creciente vienen realizando lamiento social; sus posibilidades de acción quedaban redu-
las mujeres en la iglesia. De manera especial la mujer con- cidas al ámbito del estudio y de la enseñanza entre ellos.
sagrada. Los rasgos de la religiosidad masculina, extrovertida y acti-
7. El reconocimiento y reforzamiento eclesiástico y aca- va, piden cierto estilo en su tratamiento pastoral: evitar exi-
démico de estas realidades positivas y eminentes sigue ritmos gencias excesivas en el campo religioso y tiempos largos de
mucho más lentos. La afirmación y consideración de la mujer prácticas, tener presentes la gracia, el ambiente y las posibi-
en el plano religioso encuentra ya numerosos cauces, pero la lidades reales; es más inclinado a la relación trascendental con
participación numéricamente es muy reducida. Tienen amplio Dios que hacia las expresiones y prácticas religiosas; necesita
acceso a servicios gratuitos de voluntariado y similares; y llevar su parte de responsabilidad en la Iglesia y dondequiera
actúan con mayor autonomía y creatividad en instituciones reli- que participe.
giosas y sociales de apostolado que ellas mismas organizan. La confrontación entre la mujer y el hombre en cuanto
Tres mujeres "Doctoras de la Iglesia" parecen ensanchar hori- a sus cualidades peculiares o más acentuadas en la espiritua-
zontes. lidad se ha hecho con frecuencia. No hay para qué repetirlo
8. Teología espiritual. Pasamos al plano de la reflexión. aquí.
Lo que hemos calificado de narración espiritual es también
en muchos casos verdadera "reflexión espiritual". Hay ya tres
mujeres "Doctores/as de la Iglesia", y esto significa de algún
224 EL HOMBRE NUEVO 4. HACERSE EN LA LIBERTAD 225
ya es. Es necesario adelantar el conocimiento de esta realidad,
4. Hacerse en la libertad por su grave influjo en la comprensión y tratamiento de los
varios temas espirituales a nivel personal y colectivo. Afecta
Todos nuestros temas y capítulos concluyen en actitud diná- a su estructura y dinamismo.
mica y operativa. Con mayor razón éste, que se ocupa direc- La espiritualidad se ha ocupado con interés y amplitud del
tamente del hombre, protagonista del camino espiritual. La tema a lo largo de la historia. Por eso, ha ganado méritos.
expresión de san Pablo que figura en el título general indica Sin embargo, ha hecho esa labor con estrechez de horizontes,
trasformación: del hombre viejo al hombre nuevo, con impli- motivaciones y fórmulas poco acertadas. Por ello, recibe duros
caciones en todos los planos de la vida humana, espirituales reproches. En síntesis, ahí están los resultados contrastantes:
y psicológicos. Para no anticipar o repetir temas que serán obje- condición humana rota y manchada, el mundo nuestra morada
to de análisis particularizado en capítulos sucesivos, hablare- y nuestro enemigo, el cuerpo valor salvífico-sacramental y
mos en términos generales del "hacerse" hombre espiritual. necesitado de mortificación, saneamiento de la sensibilidad,
El desarrollo general de este apartado sigue el ritmo de presencia del pecado en el corazón del hombre y en las esplén-
tres tiempos: el hombre conflictivo y carente, en camino de didas realizaciones de la humanidad.
reconstrucción, medios y tareas para llevar a cabo esa labor. Desorden y conflictos forman parte del conjunto salvífico
Los varios temas a que ahora aludimos son polifacéticos y nece- que ya hemos recordado, en él actúan y se entienden: hombre
sitan tratamiento interdisciplinar. La teología espiritual creado, agraciado, pecador, redimido, vocacionado a la san-
desarrolla alguna de estas facetas, y aprovecha los datos, pro- tidad y a la plenitud gloriosa. En este proyecto dinámico se
blemas y soluciones que le ofrecen otras ciencias. colocan las resistencias y negatividades. Nuestra reflexión se
Hacerse hombre espiritual... Ese proyecto implica una puede completar aludiendo a tres momentos paradigmáticos.
situación de base, que se puede expresar con diferentes fór- 1. Una página conocida de san Pablo (Rm 7), escrita en
mulas: el hombre no está hecho, o no está terminado de hacer, estilo autobiográfico, para mayor dramatismo. Lucha abierta
o no ha terminado de hacerse. El hombre espiritual, que figu- entre la ley del espíritu y la ley del pecado. El cristiano expe-
raba en el primer apartado como premisa, ha venido luego rimenta en su más íntimo ser la fuerza del pecado y sus ten-
acumulando datos positivos y negativos en el análisis posterior. dencias, y comprueba que la voluntad no dispone de fuerzas
En su labor especializada, la espiritualidad tiene en cuenta la para cumplir la ley de Cristo. En esa misma línea abundan
complejidad y trata de colaborar en ese concierto de ciencias testimonios y doctrinas en el mismo san Pablo y en todo el NT.
y de esfuerzos dirigidos a calificar a la persona y la vida huma-
2. La espiritualidad de épocas posteriores observa con
na, en conformidad con la imagen y vocación divina.
detalle la dureza de esa división interna, la describe y trata
de curarla. Se inspira en los "términos" paulinos: espíritu, peca-
do, la carne, los miembros, el mal y el bien que combaten
Conflictividad y tensiones dentro. Con el inconveniente de que cuerpo, carne, miem-
bros, etc., en san Pablo tiene otro sentido y otra perspectiva.
Con diferentes nombres, fórmulas y fuentes, la teología De todos modos, la tradición espiritual ha acumulado una
espiritual ha tratado de identificar, explicar y corregir la expe- inmensa riqueza y sabiduría al respecto. Como ejemplo de con-
riencia de lucha interior inherente a la condición humana: ten- traste moral y ascético, se puede leer la Imitación de Cristo,
sión ontológica, psicológica, espiritual. En rigor, no se trata libro III, c. 54: "Sobre los diversos movimientos de la natu-
de un simple obstáculo a la perfección, sino de una parte esen- raleza y de la gracia". Posteriormente san Juan de la Cruz
cial y laboriosa del camino espiritual. Ahí es donde el hombre desplazará la ruptura a zonas más profundas del espíritu y de
con la gracia y la libertad se hace lo que ha recibido y lo que la personalidad.
226 EL HOMBRE NUEVO 4. HACERSE EN LA LIBERTAD 227

3. Vaticano II. En la Gaudium et spes (nn. 4, 12-13), su y de sus repercusiones, los autores se muestran más o menos
documento más optimista y abierto, el Concilio entremezcla severos. Se trata de un fenómeno generalizado, que debe ser
dignidad y límites, grandezas y miserias de la condición huma- examinado en su contextualidad.
na. Dios lo creó a su imagen y semejanza, hombre y mujer L. Bouyer sugiere algunas premisas que ayudan a enmarcar
los creó, y vio que todo lo había hecho bien. El hombre abusa el fenómeno en sus intenciones y resultados: 1) el sistema pla-
de la libertad, se revela contra Dios, en su corazón brota la tónico recogía ciertas experiencias básicas del nombre, que son
inclinación al mal y el desorden en sus relaciones consigo mis- igualmente válidas para el cristiano, aun cuando éste critique
mo, con las personas y con toda la creación. "Esto es lo que la forma que les da el sistema; 2) algunas afirmaciones, que
explica la división interna del hombre. Toda la vida humana, son como definición esencial de la naturaleza humana, tienen
individual y colectiva, se presenta como lucha, y por cierto dra- valor cuando se las toma como descripción de la condición
mática, entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas. Más humana, que hoy formulamos en términos de conflictividad;
aún, el hombre se siente incapaz de dominar eficazmente por 3) en la sistematización platónica han visto los pensadores cris-
sí solo los ataques del mal, y se siente como encadenado. Pero tianos confirmación de la revelación bíblica en algunos puntos,
el Señor vino en persona para vigorizar y liberar al hombre, y la han aprovechado sin el debido control.
renovándole interiormente" (n. 13). Terminología tradicional La dualidad espiritual no es metafísica o íntima experiencia
y nueva: división interna, lucha dramática, esclavitud, incapa- aislada. Es la dialéctica de fuerzas contrastantes, en camino
cidad de remediarlo por sí mismo. hacia la unidad. Sin ella se paraliza el movimiento de desarro-
4. Conflictos y tensiones es el lenguaje preferido por las llo. Se pudiera decir que el posible error de la espiritualidad
ciencias, psicología y sociología en especial: conflictos psico- no ha consistido en afirmar la ruptura, cuanto en el modo de
lógicos, laborales y de cualquier otro tipo. También la espi- formularlo y superarlo. Se trata de "dispersión" de finalidades,
ritualidad los utiliza en abundancia, al tratar del desarrollo motivaciones, energías. Al intentar conseguir armonía entre
espiritual, de su trayectoria y dificultades. espíritu y sentido, gracia y naturaleza, lo hace sacrificando al
más débil: el sentido, la naturaleza; olvidando que se trata de
una tensión dialéctica, constructiva, condición y fuente del
Difícil unidad devenir22.
b) El hombre-unidad. Hasta dónde ha llegado la espiri-
La vía de la unidad se encuentra precisamente en el vivir tualidad en la unidad o división del compuesto humano es tema
armónicamente el contraste en forma de antinomias. Entre los importante, por el influjo que ha tenido y los dejos que aún
límites de la contingencia y la infinitud del deseo resultan puede tener en el pensamiento cristiano. Lo importante hoy
inconciliables por vía de satisfacción durante la existencia tem- es enfrentarse con la persona humana y escoger los términos
poral. San Pablo lo traduce en un "gemimos" colectivo e indi- que expresen la visión unitaria con que hoy se piensa y se vive
vidual. Dos asertos se imponen con firmeza, uno teológico y esa misma realidad. Transcribo un texto amplio, que define
otro espiritual: 1) El hombre es uno en cuerpo y alma. 2) Sufre la infraestructura filosófica y teológica de la espiritualidad.
rupturas interiores que exigen intervención. En tres pasos suce-
"El Vaticano II (GS 14) asevera categóricamente que 'e/
sivos, nos hacemos una idea de esta realidad compleja en la hombre es uno en cuerpo y alma' (corpore et anima unus). Hay,
experiencia y en la acción de la espiritualidad.
22
a) Antidualismo neoplatónico. Es la actual reacción a la L. BOUYER, Introduction a la vie spirituelle, París, 1960 ("L'utilisation
de l'anthropologie grecque par les spirituels chrétiens", pp. 150 ss.). Cf. tam-
mentalidad que durante siglos ha influido el pensamiento y bién Mario MORETTI, Dualismo greco e antropología cristiana, L'Aquila, 1972;
la práctica espirituales, y amplios sectores de la religiosidad E. D. DUSSEL, El dualismo en la antropología de la cristiandad, Buenos Aires,
y de la cultura en general. Al valorar la gravedad del hecho 1974.
228 EL HOMBRE NUEVO 4. HACERSE EN LA LIBERTAD 229
por tanto, una cada vez más nítida formulación de la unidad, así lo escatológico se identifique con la plenitud última del
en virtud de la cual se pasa de 'el hombre tiene alma y cuerpo' hombre y sus posibilidades. En la misma medida en que recha-
a 'el hombre es en cuerpo y alma'... Pero ¿qué significa la afir- zamos la concepción dualista, es necesario desmitificar la visión
mación 'el hombre es un ser unoT... La experiencia testifica, lineal y progresiva del hombre, ese optimismo superficial que
además, que toda acción, pasión o vivencia humana es cor- olvida la condición real del hombre pecador y la novedad abso-
póreo-espiritual, psicofísica, psicoorgánica. Hay, sí, actos pre- luta que es Dios entregándose como amor personal, como
ponderantemente espirituales o preponderantemente corporales. alianza libre, como carne crucificada y resucitada, como espíritu
Pero no hay actos puramente espirituales o corporales. El cono- y vida. Es necesario recuperar el lenguaje de ruptura en cuanto
cimiento, por ejemplo (el acto espiritual por excelencia), no
expresa lo dramático de la existencia del hombre creyente. El
se da —decía Santo Tomás— sin una conversio adphantasmata,
paso a la vida teologal implica renuncias y negaciones, y no
esto es, sin un arrancar de la experiencia de los sentidos. De
otro lado, el sentir es en el hombre —y sólo en él— un inteligir. sólo de carácter puntual, sino totalizante. Es el hombre entero
Los gestos corporales delatan la interioridad del yo hasta el el que ha de ser purificado, negarse a sí mismo, bautizado en
punto de singularizar y hacer reconocible a la persona. Las la muerte de Jesús, crucificado en la carne y resucitado en el
funciones vegetativas no se realizan por el ser humano de forma espíritu. El Nuevo Testamento ha preferido este lenguaje dia-
animal; bien al contrario, lo más biológico (la nutrición, el sexo, léctico en que se contraponen dos principios (cf. Gal 5). Ya
la muerte) ha sido siempre lo más impregnado de símbolos, se sabe que carne y espíritu no se contraponen como principios
lo más ideológico, lo más ideologizado o 'espiritualizado'. La metafísicos, sino como principios dinámicos, en el sentido arri-
más alta acción humana de la historia, el acto redentor de ba apuntado: la carne se refiere a la autosuficiencia del hombre
Cristo, comprendió una dimensión interior, espiritual —la en todas sus formas, desde las apetencias desordenadas a la
voluntad de entrega amorosamente libre—, y la plasmación ambición del deseo religioso que quiere alcanzar a Dios; espí-
corpórea de esta disposición anímica en los sucesos de la ritu es la vida teologal" 24.
pasión (Hb 10,5-10)" 23.

c) Rupturas persistentes. Con la nueva antropología uni- Libertad espiritual


taria se facilita la comprensión y el proyecto de llegar a ser
persona. Las dificultades siguen en pie, con otros nombres y
en diferentes manifestaciones personales y sociales. El momen- Esta mirada complaciente o crítica con la situación "dra-
to actual de la cultura las experimenta con particular violencia. mática" del hombre no se limita a "mirar", defender o deplorar.
En este sentido, siguen siendo válidas las observaciones y los Encierra un proyecto de acción, de cura y desarrollo. El bino-
cuidados sugeridos por la mejor tradición espiritual. En defi- mio libertad-esclavitud figura con relieve en las fuentes que
nitiva, los cristianos, tanto antiguos como modernos, leemos acabo de citar. La libertad esclavizada interviene como índice
el mismo evangelio y tratamos de seguir al mismo Jesús muerto de la incapacidad que el hombre siente para dominar por sí
y resucitado. mismo el pecado y la división: "Nunca ha tenido el hombre
un sentido tan agudo de su libertad, y entre tanto surgen nuevas
"La antropología moderna achaca al lenguaje tradicional formas de esclavitud social y psicológica" (GS 4). Por otra par-
ser dualista; contraponer lo corporal a lo espiritual, lo humano
a lo divino, lo natural a lo sobrenatural. En consecuencia, pre- 24
J. GARRIDO, Relectura de san Juan de la Cruz, Madrid, 1991,
fiere un lenguaje evolutivo, sin rupturas, en que lo teologal pp. 227-228. Cf. Y. CONGAR, Je crois en l'Esprit-Saint, II, Paris, 1980: "Espíritu
emerja del proceso de autoconciencia del hombre mismo, y y la lucha contra la carne. Espíritu y libertad", pp. 156-174. El hacerse espi-
ritual no es efecto de crecimiento espontáneo o sola sacramentalización. Los
23
J. L. Ruiz DE LA PEÑA, Imagen de Dios. Antropología teológica funda- mismos conflictos humanos tienen su raíz y mayor resonancia en el ámbito
mental, Santander, 1988, pp. 129-130. religioso y espiritual.
230 EL HOMBRE NUEVO 4. HACERSE EN LA LIBERTAD 231
te, la libertad psicológica y espiritual es la base de toda res- en lo que se refiere a la conciencia religiosa y espiritual. Antes
puesta verdaderamente personal y cristiana25. se hizo alusión a algunas expresiones: interior, hombre interior,
Si hablamos de renovación y cambios en el hombre espi- interioridad, interiorizar, etc. 26
ritual, apelamos directamente a su libertad, a su condición Es uno de los temas alternativamente cultivados y olvidados
abierta. La libertad es propiedad distintiva del hombre. De en la práctica cristiana; ahora redescubiertos por diferentes
la libertad dependen sus mejores creaciones técnicas y espi- motivos, entre ellos, el influjo de las antiguas culturas orien-
rituales. Es el sujeto quien asume y transforma todo lo que tales. Despertó suspicacia, por miedo a que fuera el equivalente
se le ofrece: situaciones, proyectos, resistencias y dificultades. contemporáneo de la antigua fuga mundi o una manera de
Es una mejora de calidad. desentenderse de la "historia de salvación" cristiana concreta
La libertad interior. Para ser efectivamente libre, el primer y encarnada. Parece que se ha superado la ambigüedad y el
requisito es establecer jerarquía y armonía de la persona en miedo. Se vive en diferentes planos. Entre ellos, algunos resul-
sí misma y en sus relaciones con Dios, con los demás, con tan más relevantes y prácticos para la espiritualidad.
el mundo. No es cuestión de sustraer terreno a la participación
de los otros, de la comunidad, de la iglesia y de la sociedad. a) Interioridad teologal. En virtud de esa actitud, la per-
Uno puede hacerse libremente "esclavo" y servidor de todos, sona acoge, se comunica y responde a la Presencia de Dios
comido por sus exigencias y necesidades. Hay esclavitudes inte- en su ser, como creador, padre, redentor, inspirador y agente
riores más peligrosas, que arrebatan amplios sectores al domi- de toda obra buena. En términos del NT, tenemos ser-mo-
nio de la libertad. La reconquista de sectores esclavizados cons- rar-vivir en Dios, de san Juan y san Pablo. Teológica y espi-
tituye una de las tareas fundamentales de la espiritualidad en ritualmente se habla en términos de "inhabitación", estática
toda su extensión, sin esperar a la ascesis. y dinámica. Significa plenitud de presencia, comunión, dila-
tación.
Libertad en sociedad, como personas y como creyentes. La
libertad es un bien de todos y de cada uno. Se obtiene cuando b) Interioridad psíquica o antropológica. En la comunica-
la persona o el grupo procura ejercer los propios servicios y ción ordinaria, como en el éxtasis místico, la intensificación
derechos, y al mismo tiempo facilita y favorece el ejercicio de de la experiencia espiritual conlleva concentración de la ener-
sus derechos a los demás. Asume responsablemente el propio gía psíquica, reducción de actividades periféricas, actuación de
ser, vocación, tareas, responsabilidades, iniciativas. los planos más hondos de la persona, donde actúa la sabiduría,
Libertad en el ámbito de la iglesia. Es la que se vive y la captación de valores espirituales, el sentido de vocación
se ejercita en las relaciones fraternas y en la colaboración res- total, etc.
ponsable de los carismas y el mutuo servicio. Esta forma de c) Interioridad simbólica o sacramental. Consecuencia de
ejercicio tiene numerosas aplicaciones. Se habla de ella en el las anteriores, ésta hace que la persona interior capte personas,
capítulo anterior. cosas y sucesos que la rodean a esa misma profundidad de
significado y de reacciones. Ve personas y hechos a la luz de
Dios y de sus valores profundos; no es posesión placentera
Interioridad o utilitaria, de comodidad o brillo externo.
Todas estas formas, especialmente la última, colocan al
El lenguaje de la interioridad se ha hecho frecuente y fecun- hombre en relación con la historia. La historia es presencia
do en varias ciencias: filosofía, psicología. De manera especial divina, teologal, expansión psíquica, mediación teologal. La
25
Cf. G. CAMPANINI, "Libertad cristiana", en NDE, pp. 1109-1122; 26
Véase la bibliografía citada en este mismo capítulo. Cf. W. JOIINSTON,
B. SECONDIN, La liberta spirituale neü'attuale contesto cultúrale: Asprenas, 43 La música callada. La ciencia de la meditación, Madrid, 1985; AA. V V , Inté-
(1997), 509-524. riorité et vie spirituelle, Fayard, París, 1954.
232 EL HOMBRE NUEVO 4. HACERSE EN LA LIBERTAD 233

sabiduría espiritual conlleva mística y técnica, adoración y pensarse de ser un hombre, por otra parte quien piensa en
acción. dominar la naturaleza no puede eludir la cuestión última que
le plantea su destino, si no quiere causar destrucción. La lógica
misma del progreso y su carácter ambiguo remiten al problema
de ciertas opciones y de los riesgos a que se expone el proyecto
Realismo espiritual y humano de dominio universal. Más aún, una decisión hecha con lucidez
obliga a preguntarse pronto o tarde por el sentido de la vida
A la hora de espiritualizar concretamente al hombre y al humana y a ver si ese sentido no ha sido ya revelado y sigue
cristiano, ¿nos limitamos a unos cuantos creyentes generosos, revelándose permanentemente en la historia. Nuestra búsque-
o pensamos en dimensiones de humanidad? Esta segunda da de unidad sería vana, si no se nos hubiera dado en Jesucristo
alternativa resulta más bien extraña para los manuales de teo- la imagen perfecta y verdadera de lo que nosotros queremos
logía espiritual; en cambio, se está haciendo relevante y fami- ser. Sólo en él ha sido superado el abismo que mantenía al
liar a quienes piensan historia de la humanidad en términos hombre alejado del espíritu; sólo en él el hombre encuentra
de destino y salvación. No es solamente por educar a todos el modo de perfeccionarse sin salir de sí mismo hacia un más
en el horizonte del hombre cristiano espiritual, sino en primer allá: Dios ha tomado ese rostro, ha manifestado sus riquezas
lugar para colocar al hombre espiritual en las verdaderas identificándose con uno de nosotros" 28.
dimensiones de su condición humana, social, terrestre. Así entendida la armonía de hombre y espiritual, nada tiene
Teilhard de Chardin se muestra optimista. Ve la trayectoria de anacrónico o peyorativo el título de hombre-espiritual. Es
del mundo como u n continuo ascenso hacia esferas más espi- título cristiano y humano de primera calidad. Supera la alter-
rituales; en último término, pasaría al centro de toda espiri- nativa que presenta en la mente de muchos: a) Quien pretende
tualidad: Cristo. Es fruto de las libertades convergentes, y se ser "todo un hombre" rechaza el calificativo de espiritual, por
lleva a cabo por encima de los descuidos, resistencias y opo- parecerle debilitante de lo que significa hombre a secas, b) El
siciones de la humanidad. Esto es consolador. Pero tiene más espiritual por su parte tiene reparos en decir que busca al hom-
de interpretación que de comprobación y tarea. bre, como si ésta materializara o neutralizara la calidad de
H. Bergson, en un texto que se ha hecho famoso, pedía espiritual. Se potencian mutuamente, no se descalifican. El
un "suplemento de alma" para esta humanidad moderna, que hombre necesita espíritu y profundidad. El espíritu necesita
ha visto agrandarse desmesuradamente su cuerpo, sus fuerzas, humanismo e historia. Aún nos queda por dar al hombre cris-
sus posibilidades de hacer el bien y el mal. Parece que no se tiano el último toque de realismo espiritual, cosa que haremos
había previsto este ensanche a la hora de fijar la estructura en el capítulo siguiente, colocándole en el "mundo" de la his-
de nuestra especie 27. toria salvífica y humana.
Realismo necesario y delicado de encarnar. Ahora es cuan-
"La espiritualización del hombre no se puede llevar a cabo
fuera de un clima de realismo. No se trata de forjarse un destino do podemos hablar con fundamento de "hombre espiritual".
de grandes combates, sino de reconocer y aceptar las nece- Al principio del capítulo, espiritual-espirituales sonaba a ideal
sidades que salen al encuentro en el curso de la existencia dia- abstracto o a existencia evasiva. Este es el sujeto que vamos
ria. Para penetrar en el reino del espíritu es necesario llevar a encontrar como protagonista en capítulos sucesivos.
con ánimo todo el peso de la condición humana. Levantar el
templo del espíritu no es convertir al hombre en un campo
de ruinas, sino rebasar los límites en que vienen a estrellarse
sus deseos. Si por un lado el hombre espiritual no puede dis-
28
Editorial del número especial dedicado al tema L'homme spirituel,
27 homme véritable, en la rev. Christus, 11 (1964), 292-293; P. ANTOINE, POW
Citados por A. M. BESNARD, Destín de la spiritualité dans le monde
moderne: VieSpir, 120 (1969), 182-683. un réalisme spirituel: Christus, 11 (1964), 329-346.
6
EL MUNDO DE DIOS Y DEL HOMBRE

Es el título adecuado para designar espiritualmente esa rea-


lidad viva y compleja que llamamos mundo. Visto como obra
de Dios y del hombre, se dignifica y personaliza, haciéndose
creación e historia, gracia y naturaleza. No puede la espiri-
tualidad seguir mirándolo y combatiéndolo en bloque, como
fuerza irracional, enemigo de los planes de Dios y de la sal-
vación del hombre, objeto de atracción y condena. Acostum-
brados a verlo asociado con demonio y carne, sorprende encon-
trarlo ahora en compañía de personas y mediaciones como
Cristo, iglesia, hombre espiritual. Para entender el cambio de
experiencia y perspectiva, es preciso diversificar los nombres
y añadir otros términos igualmente válidos y más positivos:
cultura, proyecto de vida humana, mundo del dolor y la pobre-
za, la paz, la justicia y el bienestar de la humanidad, etc.
Hablando en términos de evangelio y cultura, ampliamos pers-
pectiva y puntos de contacto.
El mundo, experiencia y tema, da lugar a contrastes de
pensamiento y de praxis. Es difícil traducir en actitudes espi-
rituales y formas de existencia la antinomia evangélica: vivir
en el mundo, sin ser del mundo. Exige del cristiano unificar
presencia y trascendencia. A pesar de las síntesis teológicas
o culturales, el mundo sigue siendo complejo y ambiguo. Tiene
y hace de todo: generosidad y explotación, concordia y agre-
sividad, misticismo y secularismo. De esta misma sociedad y
familia humana forman parte la iglesia y cada uno de los cris-
tianos: en él viven, trabajan, gozan, sufren, colaboran y reciben
los medios para su existencia, cultura, salud, familia; y aportan
luces de evangelio, horizontes de esperanza, servicios de cari-
dad. ¿En qué mundo vive y de qué mundo huye?
236 EL MUNDO DE DIOS Y DEL HOMBRE 1. PROYECTO HUMANO Y CRISTIANO 237

La teología espiritual está revisando sus ideas y actitudes. e insuficiente. En el lenguaje religioso, "mundo" aparece en
No debe gastar demasiadas energías en reaccionar contra ideas contraste y a contraluz: el mundo y la iglesia, el pecado del
y actitudes del pasado, sino ir directamente al tema: presencia mundo, el mundo enemigo del alma, el mundo y sus vanida-
activa y experiencia de fe del cristiano en la realidad humana des, etc. Son fórmulas de ascesis, derecho canónico, teología,
y social, en la que vive, anuncia el evangelio y colabora. El pastoral, que dificultan la comprensión y el diálogo, si se hacen
primer cambio que la espiritualidad debe hacer es colocar la exclusivas. El mundo, es decir, la historia y la sociedad con
visión teologal del mundo antes que la ascética. El enfoque sus proyectos y realizaciones, posee valores y objetivos propios,
teologal descubre e impulsa la presencia creadora y salvadora medios de autocomprensión y de acción. Si no se aclaran las
de Dios en la historia de la humanidad, con la que ha hecho ideas, cualquier expresión o tipo de relación (amar al mundo,
alianza. La visión ascética observa desviaciones y bloqueos en odiar al mundo) resulta ambigua.
la sociedad y en la historia de salvación, y trata de discernir
las raíces del mal y curarlo. El orden de factores influye en
el pensamiento y en las actitudes. Presentación
Anticipo algunas de las orientaciones que sigue la expo- Esta es la realidad que se ofrece a la experiencia y a la
sición: a) la sociedad y la historia humana en su conjunto tienen reflexión de la teología espiritual. Presentamos por separado
dimensión salvífica esencial: revelatoria, cristológica, escato-
la doble visión: visión mundana del mundo, valoración eclesial
lógica; b) muchas realidades y experiencias que la espiritua-
del mismo.
lidad trataba en tono personal y piadoso deberá también vivir-
las y expresarlas en términos históricos y sociales: caridad, "Tres son los sentidos principales de la palabra mundo con-
esperanza, pobreza, noche oscura; c) esas mismas realidades siderada desde la fe: mundo como conjunto de realidades terre-
son asumidas como mediaciones de la vida teologal y entran nas creadas por Dios y ámbito de la historia humana; mundo
a formar parte de la experiencia litúrgica, contemplativa, apos- de los hombres, sin ulteriores determinaciones, con sus pro-
tólica; d) se afirma la pluriformidad legítima de la existencia yectos, logros y fracasos, que es objeto del amor de Dios y
cristiana en el mundo y ante el mundo: carismas, gracias, voca- fruto del obrar humano; y por último, la palabra mundo tam-
bién significa el conjunto de las realidades opuestas al evan-
ciones, tareas, sensibilidades, posturas dentro de la misma gelio, o, mejor, designa todo el estilo de vida que sea contrario
vocación cristiana y de la misma iglesia '. al evangelio."
"¿Cómo podremos entender concretamente al único mun-
1. Proyecto humano y cristiano. do, de tal manera que el mundo sea lo uno (a saber, creación
2. Presencia cristiana y experiencia espiritual. buena y manifestación de la salvación) y también lo otro (a
3. Cultura y espiritualidad. saber, perdición y tinieblas), y cómo puede el mundo ser ambas
4. Presencia y acción cristiana. cosas, sin dejar de ser el destinatario de la promesa divina,
5. Dinamismo de la esperanza humana. la cual está garantizada irrevocablemente en la cruz y resurrec-
ción de Jesucristo, y que eleva al mundo, como 'nuevo mundo',
hasta convertirlo en objeto de nuestra esperanza?" 2 .
1. Proyecto humano y cristiano
1. Mundo de los hombres. Una primera idea de lo que
Valorar el mundo únicamente según la acogida o resisten- es el mundo, tal como él mismo se entiende, la obtenemos
cia que ofrece a la predicación evangélica es criterio unilateral
2
Los textos citados están tomados, en este orden, de: J. D. GAITAN,
1
T. GOFFI, "Mundo", en NDE, pp. 1342-1356; S. CASTRO, El compor- Mundo y existencia mundana del cristiano: RevEspir, 38 (1979), 221-242 ("Re-
tamiento cristiano frente al mundo y el hombre. Ensayo de Teología bíblica: flexión crítica sobre la herencia", pp. 222-229); J. B. METZ, Teología del mundo,
RevEspir, 38 (1979), 193-219. Salamanca, 1970, p. 67.
238 EL MUNDO DE DIOS Y DEL HOMBRE 1. PROYECTO HUMANO Y CRISTIANO 239

aludiendo a los planos en que desarrolla sus capacidades y efectos de su condición de pecador. Comunidad terrestre de fe,
actividad. En primer plano de la observación y acción, presenta amor, esperanza. Se crea una comunidad de redimidos, que
diferentes facetas. Universo y naturaleza: cosmos, el universo en Cristo busca la salvación de todos, y trabaja por la rea-
espacial, tierra, espacio limitado en que se mueve el hombre. lización del amor y la justicia. Da nuevo sentido a la cultura,
Historia y cultura: sociedad de los hombres, que vive, compren- el bienestar, incluso el sufrimiento de la humanidad. Destino
de, dignifica y transforma esta realidad; historia, conciencia glorioso. Como continuación de la existencia creyente, se revela
de las realizaciones y proyectos de futuro; cultura, conjunto en Cristo resucitado la glorificación de los hijos de Dios,
de creaciones para expresar y potenciar la vida personal y enmarcada en el universo transformado: cielos nuevos y tierra
social. Técnica, política: dos manifestaciones de la cultura, que nueva.
gozan de representatividad y eficacia: ordenación racional de
las fuerzas de la naturaleza y de la sociedad.
Pasando a la experiencia, ofrece valoraciones propias. Per- Confrontación dialéctica y fecunda
sonalidad y autonomía: conciencia de su capacidad para com- Una misma realidad global es percibida, vivida e interpre-
prender y transformar la realidad, para afrontar y responder tada como naturaleza e historia del hombre y como obra de
eficazmente a las aspiraciones y los problemas de la sociedad. creación y salvación de Dios. Puntos de vista divergentes, con-
Experiencia de límites: toma conciencia de sus límites, desorden vergentes, mutuamente respetados. La fe cristiana asume y res-
y malestar; los proyectos no se realizan debidamente, o rea- peta al mundo y la sociedad humana en su dignidad y con-
lizados no satisfacen; reemergen los males que creía haber dición, como parte de la propia existencia, no sólo como "in-
extirpado de la cultura: odio, guerra, explotación, esclavitudes, terlocutor". Presencia, servicio, fuga, combate, son relaciones
muerte. Autocrítica y progreso: la sociedad es capaz de auto- y reacciones frente a una personalidad conocida y respetada,
crítica y de aportar remedios, inventos, revoluciones; conserva de la que formamos parte. Los cristianos son mundo, con la
la luz de la inteligencia, el sentido de justicia, la bondad en misma verdad y naturalidad con que son personas. Mundo
el corazón, y abertura imprecisa a algo más y mejor... natural y mundo sobrenatural no son dos galaxias distantes3.
2. Mundo de la fe. La visión de fe tiene acceso a otros A partir de sus múltiples convergencias y divergencias, reco-
niveles de realidad y comprensión. En ellos se coloca la teología nocidas y respetadas, se organizan los varios planos y actitudes
y la espiritualidad para vivir e interpretar. Creación y gracia. del diálogo, que incluye la forma de acción y el testimonio
El universo es obra de Dios, que lo trae a la existencia y lo de vida, no solamente la discusión intelectual o la relación
conserva en su ser, y en él ha dejado huellas de su bondad entre organismos oficiales. ¿Cómo enfrentar esas dos realida-
y belleza. La "persona humana" ha sido especialmente dotada des? ¿Son contradictorias, complementarias? ¿Se distribuyen
con la conciencia, la libertad, la amistad divina. Historia de el terreno por niveles, por sectores, por preferencias personales
salvación. Presencia activa de Dios en el curso de la historia o de grupo? ¿Son dos mundos, o un mismo mundo con dife-
de los hombres. Guía y aprovecha los acontecimientos para rentes dimensiones esenciales? La respuesta admite diferentes
el bien de la humanidad, y para la realización de su plan de puntos de vista y en forma de antinomias o contrastes: igle-
salvación. Pecado como realidad y experiencia. En esas rela-
ciones se produce un hecho libre y de graves consecuencias: 3
Repasando veinte siglos de historia, De Lubac saca tres conclusiones:
pecado y rebeldía. El pecado genera la maldad y desorden en 1) el mundo con todos sus esfuerzos, persecuciones, opresión, no ha con-
el corazón, en la vida personal y social, en las instituciones. seguido eliminar a la iglesia; 2) la iglesia no ha logrado eliminar y convertir
al mundo, a pesar de sus esfuerzos de evangelización; la "cristiandad" se
Encarnación de Cristo y redención. Por obra y gracia de Jesu- metía dentro del mundo, en lugar de eliminarlo; 3) única solución viable
cristo, el hombre es liberado y vuelve a su primera dignidad. es: convivencia dialéctica, dolorosa y fecunda para ambos. H. DE LUBAC, Medi-
En esta situación de redimido e hijo de Dios, arrastra todavía tación sobre la Iglesia, cap. 5: "La Iglesia en medio del mundo".
240 EL MUNDO DE DIOS Y DEL HOMBRE 1. PROYECTO HUMANO Y CRISTIANO 241
sia-Estado, fe-cultura, religión-tarea humana, clero-laicos, etc. para que el mundo se transforme según el propósito divino
Cada una de estas formas tiene enfoque peculiar, que no es y llegue a su consumación" (GS 2). La palabra eclesial que
necesario seguir en detalle para nuestro propósito actual. podemos tomar como representativa, es decir, la del Vatica-
Por el intercambio de impresiones e imágenes cruzadas es no II (Gaudium et spes), manifiesta constante estima y reco-
como se llega al auténtico diálogo. Escuchar: qué piensa y dice nocimiento de la realidad mundana. En su consistencia ori-
la iglesia del mundo, de la sociedad; y qué piensa y dice el ginal: "Todas las cosas están dotadas de consistencia, verdad
mundo de la iglesia. Con la imaginación podemos intercambiar y bondad propias y de un propio orden regulado" (GS 36).
impresiones sirviéndonos de un texto conciliar: "La iglesia tie- Y también en las formas y realizaciones de la libertad humana:
ne ante sí al mundo, la entera familia humana, con sus afanes, instituciones, medios, progreso técnico y económico. Constan-
fracasos y victorias (GS 2). Poniendo este mismo texto en boca temente recuerda los límites de todo proyecto humano sin posi-
del mundo, resultaría: Tiene ante sí el mundo a la iglesia, esto bilidades de trascendencia.
es, la familia de los creyentes en Cristo, con sus afanes, fracasos El mundo habla de sí y de la iglesia. El mundo habla de
y victorias." No existe semejante declaración explícita de reci- sí mismo. El mundo social posee sus propios fines, objetivos,
procidad, pero sí resulta suficientemente clara en sus respec- y posee los medios adecuados para su solución; incluso la auto-
tivas doctrinas y conductas. Estamos acostumbrados a la ima- crítica y rectificación, no solamente el progreso. Ello da lugar
gen que la iglesia tiene del mundo. Menos familiarizados con a conciencia de autonomía. A pesar de sus limitaciones e insu-
la "imagen" de la iglesia que el mundo tiene a la hora de cola- ficiencias, la sociedad humana reafirma su consistencia, res-
borar, de hacer y recibir críticas. Ve en ella valores, eficacia, ponsabilidad y capacidad de realizar sus proyectos. Goza de
gratuidad; y descubre también limitaciones: incoherencia, inva- competencia y autonomía en su plano de acción. Es en prin-
dencia, autonomía celosa, más teoría que realismo práctico cipio un proceso histórico y sociológico, que luego alcanza a
frente a situaciones concretas y graves de la vida humana y la religión. Reclama de ella competencias culturales y sociales
social4. que por circunstancias históricas la religión había sustraído.
Más tarde en forma total y secularizada, rechazando todo sen-
La iglesia habla de sí y del mundo. Habla del mundo tal
tido de fe y trascendencia en la persona y en la sociedad.
como ella lo ve: "Tiene ante sí la iglesia al mundo, esto es,
la entera familia humana con el conjunto universal de las rea-
lidades entre las que ésta vive; el mundo, teatro de la historia
humana, con sus afanes, fracasos y victorias, el mundo que Comunicación oficial y comunión personal
los cristianos creen fundado y conservado por el amor del Crea-
dor, esclavizado bajo la servidumbre del pecado, pero liberado La relación entre iglesia y mundo condiciona la vida y la
por Cristo crucificado y resucitado, roto el poder del demonio, obra de ambos. Se refleja en los sectores básicos de la vida
4
y experiencia espiritual: caridad, apostolado, presencia de Dios,
Cf. A. GUERRA, Diálogo de la Iglesia con el mundo moderno: RevEspir, ascesis, etc. No se arreglan los problemas con el mutuo des-
38 (1979), 167-192; AA. VV., Fe y nueva sensibilidad histórica, Salamanca,
1972 (Bibliografía sobre la secularización, pp. 395-467); K. LEHMANN, ¿Su-
precio o la armonía total. De todo ha experimentado la iglesia
peración de la secularización?: SelTeol, 12 (1973,315-321), P. VANZAN y G. BAS en su historia, y no cree haber encontrado la solución final.
so, Bibliografía italiana sulla teología delta secolarizzazione e della «morte di "Comprende la iglesia, por su experiencia de siglos, cuánto
Dio». Rassegna di Teol., 11 (1970), 120-141, y 13 (1972), 195-213; R. MARLÉ, le queda aún por madurar en la relación que debe mantener
Le christianisme á l'épreuve de la secularisation: Etudes, 328 (1968), 62-80; con el mundo" (GS 43).
J. P. LICHTENBERG, Vivre en chrétien dans un monde sécularisé: VieSpir, 120
(1969), 319-327; J. M. LE BLOND, Aprés le Christianisme?: Christus, 15 (1968), El binomio iglesia-mundo ha recibido fórmulas y soluciones
292-305; V. CODINA, "Un nuevo hombre y una nueva imagen de Dios", en muy variadas en la historia. Son dos realidades o "sociedades".
su libro Nueva formulación de la vida religiosa, Bilbao, 1972, pp. 13-21. Se relacionan entre sí a nivel oficial y jurídico como "dos socie-
242 EL MUNDO DE DIOS Y DEL HOMBRE 1. PROYECTO HUMANO Y CRISTIANO 243

dades perfectas" y autónomas. Quien mira desde la iglesia, relaciones particulares a la luz del evangelio, no solamente con
ve al mundo como material de salvación, como subdito valioso la autoridad política. Pueden existir relaciones positivas en un
y rebelde, a veces opresivo y "perseguidor". Vista desde el sector y negativas en otros. Ha sucedido más de una vez en
mundo, la iglesia es una institución independiente y respetable, la historia: armonía con los gobiernos y distanciamiento abis-
a veces molesta y opresiva. En la experiencia viva de la mayoría mal con el pensamiento científico o con la conducta moral.
de los cristianos no se advierten las estridencias de manera Es iglesia en el mundo.
tan marcada. Son ciudadanos y son cristianos, con la misma Actúa el mundo en sentido positivo y negativo dentro de
naturalidad. Cuando surgen incompatibilidades, buscan solu- la iglesia misma. Esta utiliza para sus fines técnica, economía,
ción en principios de fe y convivencia. medios de comunicación y estructuras de la sociedad civil. En
la historia se ponen de manifiesto los múltiples servicios que
"No son dos entidades de importancia igual o parecida, la del mundo ha recibido la iglesia, y que ésta reconoce (GS 40).
iglesia y el mundo, que empiezan a dialogar entre ellas. La Con los recursos, fines parciales y medios para conseguirlos,
iglesia, es decir, el pueblo de Dios, aunque tiene su vida propia entran los mismos abusos, limitaciones, egoísmos, que existen
y se eleva sobre este mundo cuando escucha la llamada de en la sociedad civil. Tenemos el mundo en la iglesia.
Dios y acepta el don de la vida que Dios comunica a sus hijos,
no obstante vive enteramente en el mundo. La realidad más El diálogo tiene lugar en la mente y el corazón de cada
amplia, al menos desde el punto de vista terrestre, es el mundo. cristiano, que vive ambas realidades entrelazadas con total
Y es en el mundo donde se sitúan los cristianos unidos por inmediatez. En este punto neurálgico es donde se produce la
el bautismo, por la fe en Jesucristo, por la esperanza del cum- unidad de vida y vocación, la evangelización y el combate. La
plimiento de las promesas. El mundo interpela a su fe: ¿cómo mente y el corazón de cada cristiano es campo también donde
se deben comportar en medio de sus hermanos, en solidaridad se confrontan iglesia y sociedad humana, evangelio y mundo,
con ellos, cuando obran a la luz de su fe? No hay dos entidades estrechez terrestre y abertura a la fe y a la esperanza. Cada
separadas (la iglesia y el mundo) que guardan entre ellas rela- persona tiene libertad y responsabilidad para hacer de sí mis-
ción de diálogo. Los cristianos, lo mismo que los demás hom-
bres, pertenecen a un mundo en movimiento y en transfor- ma: mundo o creencia, temporal y eterno, mundo y gracia,
mación. Unidos en la fe, se hallan mezclados con todos sus pecado y redención (GS 10).
hermanos en la humanidad. El papel de la iglesia está definido Es la experiencia que hace el cristiano. Mundo no hay más
por la misión que ha recibido de su divino fundador: ser el que uno, como una misma es la vida, con diferentes dimen-
signo, el sacramento de la vida divina en el mundo. Su acción, siones. Es siempre esta sociedad de hombres, su historia, su
su irradiación se inscriben en la línea de la encarnación. En destino. La encarnación de Cristo, la misión salvadora de la
este sentido el concilio ha dicho que la iglesia debe estar al iglesia, la renovación escatológica, con toda su profundidad
servicio de los hombres, y por tanto a servicio de este mundo... y novedad sustancial, son gracia de Dios y novedad histórica,
Es más bien un servicio prestado desde el interior del mundo,
aun cuando las riquezas que la iglesia ofrece, luz de la verdad que entran a formar parte de su vida real y diaria de familia
y ardor de la caridad, tengan su raíz fuera del mundo" 5 . y trabajo, con luces y exigencias particulares. El mundo solo
no es autónomo, la religión tampoco. Ninguno de ellos sobre-
El diálogo se presenta de la manera más nítida frente a vive sin la aportación del otro: inconfundibles e inseparables 6 .
la sociedad civil, polifacética y variada en creaciones, menta- 6
A. GUERRA, "Un camino de diálogo para el encuentro de san Juan
lidades e intereses. En todos y con cada uno de esos sectores de la Cruz con el mundo moderno", en AA. VV., Antropología de San Juan
(pensamiento, arte, economía, política, etc.) entabla la iglesia de la Cruz, Avila, 1988, pp. 117-135; AA. VV., L'Eglise dans le monde d'au-
jourd'hui: Lumiére et Vie, 14 (1965), 1-105; Y. J. YOLIF, Signifwation du terme
5
A. SIGMOND, Dialogue dans un monde sécularisé: Vie Spirit, 120 (1969), monde: ib., pp. 25-46; Ch. DUQUOC, L'Eglise et le monde: ib., pp. 47-68; id.,
329-330. Situation historique du croyant et existence chrétienne: Concilium, 9 (1985),
244 EL MUNDO DE DIOS Y DEL HOMBRE 2. PRESENCIA CRISTIANA Y EXPERIENCIA ESPIRITUAL 245

y desarrollar la gracia del Espíritu que actúa en la historia


2. Presencia cristiana y experiencia espiritual ha dado origen a un esfuerzo particular por leer e interpretar
las señales de su presencia y el rumbo de su acción. Esto de
Vivir en el mundo es, para el cristiano normal, la cosa más manera muy concreta, en la historia contemporánea. Dos
natural del mundo. Vive el día entero ocupado en tareas nor- temas complementarios integran esta perspectiva. El primero
males de la vida humana: familia, trabajo, diversión, política, es la acción de Dios en la historia temporal, revelándose a
deporte, salud, etc. Todo ello se entremezcla con sus convic- través de ella (signos de los tiempos). Finalidad de esa reve-
ciones y prácticas religiosas: ora, trabaja o está en el paro, lación es despertar acogida y experiencia por parte de los hom-
es caritativo, se divierte, va a misa, luego al bar, a la procesión bres (experiencia de Dios). Esta es la fuente y la razón principal
religiosa y a la manifestación política en que defiende sus dere- de que la espiritualidad encuentre espíritu y experiencia en
chos. Así piensa y siente, vive y actúa el normal cristiano de el mundo. Antes que el cristiano lo introduzca con su intención
la calle, es decir, la inmensa mayoría de los miembros de la y motivaciones, ya está allí presente. Hace experiencia del Espí-
iglesia. El cristiano hace la experiencia espiritual del mundo ritu y del mundo a la vez. Y ofrece además signos históricos
con toda naturalidad, sin atender a tantos presupuestos y tipos y luces internas para descubrir, interpretar, gozar y difundir
de relaciones como luego desentrañan la teología y la espi- su presencia 7.
ritualidad.
Ciertas expresiones del lenguaje teológico, espiritual o ecle-
"El Verbo de Dios, por quien fueron hechas todas las cosas,
siástico, desorientan al creyente y le hacen pensar en una exis- hecho El mismo carne y habitando en la tierra, entró como
tencia dividida y pertenencia simultánea a dos sociedades ene- hombre perfecto en la historia del mundo, asumiéndola y reca-
migas o partidos políticos incompatibles. El pensamiento y la pitulándola en sí mismo" (GS 38). "El Espíritu de Dios, que
actitud se van formando con las imágenes espaciales que se con admirable providencia guía el curso de los tiempos y renue-
repiten: dentro y fuera, encima o debajo, entrar y salir, acer- va sobrenaturalmente la faz de la tierra, está presente en esta
carse y huir, etc. La experiencia teologal percibe la diferencia evolución" (GS 26). "El pueblo de Dios, movido por la fe, que
de planos, y siente la necesidad de integrarlos en la vida le impulsa a creer que quien lo conduce es el Espíritu del Señor,
corriente de quien vive la fe y el seguimiento de Jesucristo que llena el universo, procura discernir en los acontecimientos,
en la condición humana y temporal (AA 4). exigencias y deseos, de los cuales participa juntamente con sus
contemporáneos, los signos verdaderos de la presencia o de
los planes de Dios" (GS 11). "Para cumplir su misión, es deber
permanente de la iglesia escrutar a fondo los signos de los tiem-
El Espíritu en acción: signos de los tiempos pos e interpretarlos a la luz del evangelio; de forma que, aco-
modándose a cada generación, pueda la iglesia responder a
Como base de toda experiencia cristiana en el mundo, hay los perennes interrogantes de la humanidad sobre el sentido
un hecho objetivo de "presencia real" de Dios y acción del
Espíritu. La continua preocupación del cristiano por descubrir 7
Breve señalación bibliográfica sobre los "signos de los tiempos":
M. D. CHENU, Les signes du temps: NRT, 87 (1965), 29-39; M. VAN CASTER,
111-121; A. MONNON, L'aujourd'hui de l'Eglise dans l'aujourd'hui du monde: Catéchése des signes de notre temps: Lumen Vitae, 21 (1966) 255-267; J. P. Jos-
Confrontations, 2 (1969), 19-32; G. GIRARDI, De la «Iglesia en el mundo» sua, Discerner les signes des temps: VieSpir, 114 (1966), 547-569; F. HOUTART,
a la «Iglesia de los pobres», en AA. VV., El Vaticano II, veinte años después, "Les aspects sociologiques des «Signes des temps»", en AA. VV., Vatican
Madrid, 1985, pp. 429-463: "evangelización dialogante" del mundo moderno, II. L'Eglise dans le monde de ce temps, t. II, Commentaires, París, 1967, pp.
pp. 438 ss.; P. LAÍN ENTRALGO, La empresa de ser hombre, 2.a ed., Madrid, 171-204; M. PELLEGRINO, Segni del tempi e risposta dei cristiani, Roma, 1967;
1963: «Hemos contemplado sumariamente las cinco actitudes cardinales del M. Ruiz, Los signos de los tiempos: Manresa, 40 (1968), 5-18; J. ESQUERDA
cristiano frente al mundo moderno ya secularizado: la escisión, la munda- BIFET, Magisterio y signos de los tiempos: Burgense, 10 (1969), 239-271;
nización, la hostilidad, la renuncia y la asunción" (p. 57). P. VALADIER, Signes des temps, signes de Dieu?: Etudes, 335 (1971), 261-280.
246 EL MUNDO DE DIOS Y DEL HOMBRE 2. PRESENCIA CRISTIANA Y EXPERIENCIA ESPIRITUAL 241

de la vida presente y de la vida futura y sobre la mutua relación vos pueblos y nuevas culturas, igualdad de la mujer, etc. En
de ambas" (GS 4). todos estos casos, la "lectura" de los signos no se limita al
plano de conocimiento y la interpretación. Comporta el cola-
Los signos de los tiempos, como terminología y como rea- borar activamente en su realización en el propio nivel cultural
lidad, han recibido fuerte impulso por obra de las discusiones en que se perciben; y también en la valoración interna, valo-
y de los textos conciliares. Dos textos del Concilio Vaticano II ración y organización de la iglesia.
ambientan la noción y la finalidad. Podemos precisar el sig-
nificado del término:
Presencia y experiencia de Dios en el mundo
"Llamamos, por tanto, signo histórico a los acontecimientos
realizados por los hombres en cuanto que estos hechos, además
de su contenido inmediato, tienen el valor de ser expresión La experiencia espiritual que el cristiano hace en el mundo
de otra 'realidad' que los inspira y a la cual ellos están reve- se refiere en primer lugar a Dios, sus dones y acción. Incluye
lando. Cuando estos hechos se nos presentan como fenómenos igualmente la constatación dolorosa de la condición humana
que por su generalización y su frecuencia caracterizan una épo- frágil y pecadora. Además, en contacto con el mundo, se hace
ca, porque en ellos se expresan las necesidades y las aspira- más viva la conciencia de sí mismo, en lo que cada uno lleva
ciones de la humanidad presente, entonces responden a lo que de bondad y maldad arraigada. Por lo que hemos venido dicien-
se ha dado en llamar en nuestros días signos de los tiempos. do, la obra de Dios y la presencia constante del Espíritu se
Es decir, esos hechos que nos muestran una aspiración o nece-
dejan ver y sentir en los valores del mundo; y concretamente
sidad profunda de los nombres, más allá de su misma realidad,
nos hablan de una presencia de Aquel que dirige la historia con mayor actualidad en algunas manifestaciones, que solemos
de esos hombres. Son signos en cuanto el creyente encuentra llamar "signos de los tiempos". En eso mismo se nos ofrece
en ellos las llamadas solicitaciones del espíritu y, a través de el núcleo de la vida espiritual que buscamos: la experiencia
ellos, la disponibilidad de los hombres de nuestro tiempo al de Dios. Al interesarse por el mundo, el cristiano se pregunta
evangelio que entraña el espíritu de esos acontecimientos"8. si es posible mantener viva o recuperar una experiencia de
Dios auténtica en una persona que vibra con la realidad terres-
Signos de los tiempos no significa sólo rasgos característicos tre y con los proyectos del mundo 9 .
de una época (nivel sociodescriptivo), sino signos del Reino La pregunta está motivada por hechos muy concretos. A
de Dios, manifestaciones de su presencia salvífica: apuntan a causa de la nueva mentalidad, del desarrollo industrial, de la
Dios presente y hablante en la realidad histórica y personal. autonomía secular, muchos hombres han perdido su fe. El cre-
Son presencia, y no solamente remiten a... La fe tiene que yente mismo experimenta dificultades, al tratar de compaginar
alcanzar el hecho histórico, los acontecimientos mediadores. su experiencia religiosa con el contexto social en que está encla-
He aquí una serie de proyectos humanos, logrados o en vías vado. Y con frecuencia lo más que consigue es vivir la expe-
de realización, que delatan la presencia y la acción del Espíritu,
y que interpelan la fe del cristiano para descubrir a Dios y 9
Cf. W. KASPER, "Posibilidades de la experiencia de Dios en la actua-
colaborar activamente en esos programas. Entre las aspiracio- lidad", en su obra Fe e historia, Salamanca, 1974, pp. 49-81; Ph. ROQUEPLO,
nes y realizaciones humanas portadoras de sentido cabe enu- Experiencia del mundo, ¿experiencia de Dios?, Salamanca, 1969; V. CODINA,
"Experiencia intramundana", en su obra Nueva formulación de la vida religiosa,
merar muchas: la socialización, la humanización del trabajo, Bilbao, 1972, pp. 69-92. De este último estudio citado tomo los textos entre
derechos humanos, fraternidad e igualdad, desarrollo de nue- comillas que explican las varias formas d e experiencia del mundo;
J. D. ROBERT, ¿Pueden todavía los cielos "cantar la gloria de Dios"?: SelTeol,
8
J. LÓPEZ GARCÍA y M. a Isusí, El reto de la sociedad moderna a la vida 18 (1979), 229-232 [original: Les ciewc peuvent-ils encoré aujourd'hui "chantei
religiosa, Bilbao, 1970, pp. 15-16; L. GONZÁLEZ CARVAJAL, LOS signos de los la gloire de Dieu"?: N R T , 99 (1977), 812-833]. ¿Puede el hombre actual, cotí
tiempos, Santander, 1987. su mentalidad técnico-científica, hacer una experiencia de Dios en el mundo?
248 EL MUNDO DE DIOS Y DEL HOMBRE 2. PRESENCIA CRISTIANA Y EXPERIENCIA ESPIRITUAL 249

riencia de Dios en la oración, y ser moralmente fiel en sus gélica, para ver y tratar a Dios como Padre personal y al cris-
tareas sociales. Cuatro modalidades se ofrecen a la experiencia tiano como hijo capaz de diálogo.
de Dios en el mundo. d) Experiencia histórica. "La experiencia contemporánea
del mundo y de la praxis intramundana puede ser para el cris-
a) Experiencia cosmológica. "Es la experiencia del mundo tiano experiencia cristiana siempre que sea vivida en la pro-
como naturaleza, como universo cósmico, en el cual el hombre fundidad y la apertura absoluta del amor al hermano, a los
vive. El mundo como naturaleza ha sido para la tradición cris- hermanos." En las esperanzas y en la acción del hombre se
tiana no sólo lugar de experiencia religiosa, sino de algún modo hace presente y perceptible Jesucristo, como Señor de toda
un lugar predilecto de ella." La tradición agustiniana y tomista, la historia humana, punto de convergencia de todos los esfuer-
Francisco de Asís y Juan de la Cruz, ofrecen ejemplos abun- zos y aspiraciones de la humanidad (GS 45). En la historia
dantes y expresivos de esta forma de experiencia espiritual. pasada y presente encontramos nueva posibilidad de experien-
No conserva hoy la misma importancia, ni alcanza tan viva- cia de Dios. A juzgar por los hechos, hay más que posibilidad.
mente a la sensibilidad del creyente. El creyente actual no ve En el compromiso creyente con nuestra historia encuentran
el mundo como huella intacta del paso del Creador, sino como muchos una experiencia auténtica e inmediata de Dios. Las
obra o tarea del hombre. Mantiene aún cierta influencia, pero preferencias por una u otra de estas formas no se deben sola-
ha dejado de ser para la mayoría el lugar privilegiado. mente a la sensibilidad epocal. Dentro de una misma época
b) Experiencia antropológica. "A medida que el hombre se mantienen las diferencias. Por eso, es mejor dejar abiertas
y la historia avanza, la experiencia se interioriza, se humaniza, y disponibles todas estas vías, como ejemplo de tantas otras
y la contemplación admirada del cosmos pasa al mundo interior posibles que Dios libremente inventa para comunicarse con
del hombre mismo. La experiencia cosmológica se convierte los hombres.
en experiencia antropológica." La interioridad de la tradición
espiritual y la moderna sensibilidad existencial han utilizado
abundantemente este recurso o lugar de experiencia. Sigue Solidaridad y combate
siendo válida. Por otra parte, a la conciencia moderna le resulta
estrecho el mundo del individuo, a pesar de su rica interioridad.
Presencia "real" de Dios y experiencia teologal del creyente
Lo toma como una fase necesaria de la experiencia, pero para
se corresponden. Estamos en plena vida teologal: comunión
la experiencia plena prefiere dar un paso más. personal en mediaciones. Una experiencia sin presencia queda
c) Experiencia interpersonal. "La sociología, la filosofía y en proyección subjetiva; la presencia sin experiencia no es
la teología contemporánea han descubierto el valor de la rela- comunión espiritual. Ahora bien, la presencia real de Dios en
ción interpersonal como punto de partida básico para la expe- la creación, en la historia y evolución humana, en sus proyectos
riencia humana y religiosa. El encuentro profundo con el otro, y realizaciones, tiene carácter activo de progreso y transfor-
la relación yo-tú, el amor al hermano, aparecen hoy como mación. Se trata de presencia de Dios operante y evolutiva.
momentos privilegiados y esenciales de la experiencia humana La experiencia correspondiente que hace el cristianao debe
y religiosa." Dios nos sale al encuentro no en el más allá abs- tener los mismos rasgos: contemplación en fe y amor de Dios
tracto sino en el acá, en medio de los encuentros humanos, que se revela personalmente, y colaboración activa en su obra
en la relación interpersonal... Dios aparece y se manifiesta en divina con proyectos humanos de inteligencia, técnica, medios
el sacramento del hermano, el Dios lejano y trascendente se y carismas.
deja sentir inmanente y cercano. En el amor al otro y del otro El compromiso se funda en la valoración teologal de las
se experimenta el horizonte último de Amor que llamamos realidades terrestres. No sólo por motivo de tolerancia y buenas
Dios. Tiene necesidad, como las anteriores, de la luz evan- relaciones con los no creyentes. El cristiano lo hace por con-
2. PRESENCIA CRISTIANA Y EXPERIENCIA ESPIRITUAL 251
250 EL MUNDO DE DIOS Y DEL HOMBRE

vicción y amor apasionado: Tienen significado y valor de fe


Discernimiento y combate
las realizaciones culturales, técnicas, políticas. La fe y la teo-
logía descubren en el orden temporal sentido divino, fuerzas El cristiano toma conciencia de los varios planos que cons-
espirituales en acción, que el hombre recibe de ellas y acre- tituyen su ser, y afronta la existencia desde la especificidad
cienta al transformarlas. En la encarnación y resurrección de de cada uno de ellos: persona, cristiano, ciudadano. La mirada
Cristo consiguen plenitud de sentido y de función. Les confiere
evangélica y sincera al mundo (en la propia persona, en la
valor redentivo, esperanza escatológica, y descubre la natura-
sociedad y en la comunidad eclesial) comprueba que la "mal-
leza que les venía de la creación. "Es el primogénito de toda
dad" de que se le ha acusado a lo largo de la historia no carece
creatura; porque en él fueron creadas todas las cosas del cielo
de fundamento. No necesitamos mirar a tiempos remotos para
y de la tierra, las visibles y las invisibles...; todo fue creado
comprobar que son reales y verídicas. Forman parte del ser
por él y para él. El es antes que todo, y todo subsiste en él"
humano, de la sociedad y de nuestra iglesia, en diferentes medi-
(Col 1,15-17). Compromiso serio. La participación en las tareas
das y manifestaciones. Esta perspectiva no sustituye a las ante-
de la vida y de la historia humana revisten para el cristiano
importancia doble: por ser humanas y por ser salvíficas. riores, sino que se añade a ellas, haciendo aún más compleja
la relación: diálogo, colaboración, combate, huida. Es un pro-
grama espiritual de difícil formulación teórica y de complicada
"Todo lo que constituye el orden temporal: bienes de la
vida y de la familia, la cultura, la economía, las artes y las actuación existencial I0 .
profesiones, las instituciones de la comunidad política, las rela- La tarea de discernimiento y jerarquización de valores y
ciones internacionales y otras realidades semejantes, así como componentes se impone al cristiano consciente de su respon-
su evolución y progreso no son solamente medios para el fin sabilidad histórica y terrestre. No basta encontrarse y trabajar
último del hombre, sino que tienen, además, un valor propio en las tareas sociales, producir y procurarse bienes y valores
puesto por Dios en ellos, ya se les considere en sí mismos, terrestres. Tiene un más allá de visión y de motivación, que
ya como parte de todo el orden temporal: 'Y vio Dios todo debe actuar en la vivencia y en la acción. El discernimiento
lo que había hecho, y era muy bueno' (Gen 1,31). Esta bondad se refiere a los organismos y hechos sociales. Y también, para
natural de las cosas temporales recibe una dignidad especial
un analista cristiano, a los propios principios, motivos, medios
por su relación con la persona humana, para cuyo servicio fue-
ron creadas (AA 7)." y modos de acción. La presencia espiritual cualificada se basa
"El concilio exhorta a los cristianos, ciudadanos de la ciudad en la vida teologal. Si ésa falta, la presencia pierde vigor y
temporal y de la ciudad eterna, a cumplir con fidelidad sus se vanifica.
deberes temporales, guiados siempre por el espíritu evangélico. También la lucha o el combate forman parte de la caridad
Se equivocan los cristianos que, pretextando que no tenemos y la esperanza cristianas. Es librarse y librar al mundo de sus
aquí ciudad permanente, pues buscamos la futura, consideran ataduras y relanzarlo por su historia y camino de salvación.
que pueden descuidar las tareas temporales, sin darse cuenta Es actitud de todo cristiano en diferentes medidas, no hecho
que la propia fe es un motivo que les obliga al más perfecto marginal de algunos contemplativos. El mundo figura tradi-
cumplimiento de todas ellas según la vocación personal de cada
cionalmente como uno de los tres enemigos del hombre o del
uno. Pero no es menos grave el error de quienes, por el con-
trario, piensan que pueden entregarse totalmente a los asuntos 10
"La acepción negativa de la palabra mundo tiene su origen en la misma
temporales, como si éstos fuesen ajenos del todo a la vida reli- Sagrada Escritura, sobre todo en los escritos llamados de Juan, por lo que
giosa, pensando que ésta se reduce meramente a ciertos actos es perfectamente legítima, pero lo que no es tan perfectamente legítimo es
de culto y al cumplimiento de determinadas obligaciones mora- la absolutización que históricamente ha existido en este sentido, y que ha
les. El divorcio entre la fe y la vida diaria de muchos debe dado origen en algunos ambientes a una actitud negativa, como norma, hacia
ser considerado como uno de los más graves errores de nuestra todo aquello que supiese a mundo sin ulteriores discernimientos." J. D. GAI-
época (GS 43)." TÁN, Mundo y existencia mundana del cristiano: RevEspir, 38 (1979), 222.
252 EL MUNDO DE DIOS Y DEL HOMBRE 2. PRESENCIA CRISTIANA Y EXPERIENCIA ESPIRITUAL 253

alma. El más externo, y también el más normalizado en sus en la santificación de la jornada, de las múltiples actividades "pro-
propuestas, con su tarea ambientadora de mentalización y sen- fanas" de la vida personal y social. Forma parte de la tradición, que
sibilización. De esto avisa el evangelio, hablando en términos apela a las palabras de san Pablo. Fórmula sencilla, contenido ele-
mental. Exigencia normal del cristiano, que empalma con otras de
de mundo o de hechos humanos que crean esclavitudes, nega- mayor densidad: para mí, vivir y morir es Cristo. Por ella, ofrece
ciones, rechazos de Dios, idolatrías: dinero, dominio, opresión, a Dios su trabajo, cualquiera que sea, con tal que sea honesto. Todo
placer, soberbia, rencor, etc. El combate se desarrolla en dos lo que hago, gozo y sufro, todo tiene una misma fuente y finalidad:
frentes: el exterior, más visible, el de los otros; y el interior, el Señor Jesús, su presencia y su Reino. El ofrecimiento de obras,
la mente y el corazón, en que cada uno es su propio enemigo, las "intenciones" en el trabajo, especialmente cuando es más difícil
y es el fortín donde la malicia, el mundo esconde sus armas o penoso, la aplicación a determinados fines, todo ello constituye
y sus jefes n . un poderoso estímulo para obrar. No solamente santifica al sujeto,
sino que confiere a la obra misma en su objetividad una consistencia
superior. Mantiene al creyente abierto a la presencia divina en todo
Intención teologal momento y ocupación. Como diré en seguida, se trata de una actitud
esencialmente cristiana, sólo que aplicada con poco acierto
Se ha denominado "buena intención" en espiritualidad a la rea- b) Cuestionamiento crítico. Esta forma de piedad es sometida
lización de la actividad humana por motivaciones y objetivos de valor a un cuestionamiento crítico, en cuanto a los presupuestos teológicos
religioso y teologal. Esa toma de conciencia es un recurso espiritual con que trabaja y la actitud espiritual que cultiva. Hay ciertas dudas
que mantiene viva la experiencia de comunión con Dios o con valores en torno a su práctica. La "buena intención" ha perdido en algunos
y servicios a que se "dedican" tales acciones. Se aplica más bien a casos densidad y hondura, en doble sentido: primeramente, porque
las acciones de carácter profano o indiferentes, ya que las de carácter reduce la participación del cristiano al pensamiento y al sentimiento
explícitamente religioso llevan ya en sí mismas esa intención. Aunque piadoso interiores; y también porque hace depender el valor de las
también a éstas se les pueden añadir "intenciones" particulares: por acciones de la intención espiritual que el sujeto les aplica. Queda
las misiones, por la iglesia, por las almas del purgatorio. Como fuente oscurecido o silenciado el valor teologal específico que las acciones
y apoyo se citan dos textos de san Pablo: "Todo cuanto hacéis de llevan por sí mismas. Al final se convierte en superposición de inten-
palabra o de obra, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando ciones subjetivas, a la vez que se ignora la intención y finalidad pri-
gracias a Dios Padre por El" (Col 3,17); "Ya comáis, ya bebáis o mordial que Dios mismo ha puesto en la acción misma. Uniforma
hagáis cualquier cosa, hacedlo todo para gloria de Dios" (ÍCor 10,31). y empobrece el valor propio y específico de las distintas actividades
a) La "buena intención". Mucho se ha hablado de la "buena humanas, reduciéndolo al común denominador de la intención espi-
ritual del sujeto n. Hablando de historia, el juicio debe ser muy mati-
intención" en el contexto que ahora nos ocupa y de su influencia
zado. Frecuentemente los espirituales sienten mejor de lo que se
1 expresan, su experiencia espiritual es de mejor calidad que su expre-
' Hace años, A. M. BESNARD, Destín de la spiritualité: VieSpir, 120 (1969, sión teológica. La mayoría de ellos han vivido con una autenticidad
1), 681 -709, hizo una proclama vehemente sobre la necesidad de «espirituales
eficaces», espirituales realistas que pongan mano a las cosas de la historia que superaba con mucho sus categorías teológicas y espirituales de
actual, y no se retraigan de los compromisos duros para guardar la pureza expresión. Esto sucede también hoy día. Su atención a la disposición
de conciencia. Siguiendo la sugerencia, la revista francesa "Christus" orien- interior con que se hacen las cosas, más que al resultado y al bien
taba sus últimos volúmenes en esa línea de preocupación realista por los de la humanidad que se obtiene, no les lleva a despreciar la obra
problemas humanos. Dedicó el primer fascículo de 1972 al tema "Passage de sus manos y su destino a la caridad. Los ermitaños hacían y des-
au réel". Se ve que la orientación no ha gustado a algunos o a muchos de hacían cestos por ejercicio, como hoy se hace deporte. Cuando hacen
sus lectores. En un nuevo editorial de este año, con el título "On demande algo de valor, lo saben aplicar y respetar. Es más, manifiestan mayor
des spirituels", transcribe la carta airada de un lector que representa un sector interés y paciencia por realizar las obras humanas con perfección,
de la opinión. Se queja de que los contenidos de la revista sean psicología
y sociología, no espiritualidad. La dirección reconoce con mansedumbre la
dificultad y promete buscar nuevos equilibrios. No es fácil acertar con la 12
Cf. K. RAHNER, "La buena intención", en Escritos de Teología, III,
dosis de realismo espiritual. Si acentúa lo real, cae en humanismo; si lo des- Madrid, 1961, pp. 125-163; TEILHARD DE CHARDIN, Medio divino, I, 2. Estos
cuida, degenera en esplritualismo. Cf. Christus, 21 (1974), 130-132. autores la valoran, la juzgan insuficiente e intentan completarla.
254 EL MUNDO DE DIOS Y DEL HOMBRE 3. CULTURA Y ESPIRITUALIDAD 255

aunque requieran siglos. Basta ver las catedrales, las miniaturas en


los manuscritos. 3. Cultura y espiritualidad
c) Atención e intención teologal. He preferido cambiar el nom-
bre, y no limitarme a modificar el significado de la expresión tra- El nombre de "mediación cultural", con que frecuentemen-
dicional. Doble cambio, a') "Atención", añadida y puesta en primer
te se le designa en teología, indica su pertenencia al ámbito
lugar. Significa que la presencia divina santificante está ya en las cosas
y en las acciones; y se trata de acogerlas y descubrirlas, más que de la vida teologal y por tanto al corazón de la espiritualidad.
proyectarla desde el sujeto. W) "Intención" sigue en pie, como expre- Los valores religiosos y sociales que encontramos en el mundo
sión de la adhesión personal consciente a la presencia divina y a sus como fuente de experiencia cristiana se concretizan en un tema
planes en la obra, c ) "Teologal" indica la reciprocidad de comunión luminoso y exigente: espiritualidad y cultura. El factor cultural
y la forma concreta en que les viene la "bondad", tanto a la atención está presente en todas las manifestaciones de la vida cristiana
como a la intención. y de la reflexión sobre la misma: evangelio e iglesia, teología
y liturgia, espiritualidad y pastoral. La intercomunicación espi-
Se pueden aclarar las ideas con algunas observaciones. La inter- ritualidad-cultura es un hecho constante en la vida de la iglesia
pretación tradicional de la "buena intención" responde al dinamismo y en la historia de la espiritualidad. Teniendo la espiritualidad
de la vida teologal, aprovechando la fuerza comunional de toda la
por objeto la "vivencia" del misterio cristiano, es normal que
existencia cristiana, hecha de diferentes mediaciones. Acentúa legí-
timamente la necesaria participación de la persona para que los valo- marque huella y reciba influjo de la cultura ambiental. Esto
res objetivos del misterio se conviertan en vida y experiencia, la fe ha sucedido siempre, de manera más o menos explícita y cons-
revelada en fe apropiada. En cambio, no percibe ni valora debida- ciente. Hoy se presenta con particular urgencia y alcance, tras
mente el carácter de "reciprocidad" de las mediaciones: en los hechos, muchos siglos de relativa estabilidad.
acciones, cosas, Dios ha puesto finalidad y valores internos, que quien En un primer momento se habló de la cultura como ele-
las realiza debe asumir y secundar, como "primera intención". La mento pastoral en los proyectos de evangelización: evangelizar
intención ascética sobreañadida corre peligro de marginar la presen- la cultura y las culturas. Luego se ha hecho evidente que afecta
cia activa, teologal y sacramental de Dios en esas mediaciones.
de lleno a la experiencia misma de los cristianos en su propia
La atención-intención teologal es la participación personal del vocación y vida espiritual. Estos advierten idéntica necesidad
sujeto en el sentido y finalidad de las obras, tal como Dios las ordena y dificultad de encontrar "sentido" y vivir en unidad íntima
en su plan de salvación. No se trata de inventar o añadir intenciones,
las realidades de la fe con la realidad histórica, las tareas y
sino de descubrir y adherir a la intención de Dios en esos mismos
hechos, con la visión de fe, en comunión de amor, por la praxis de el lenguaje de existencia contemporánea. Al hablar de mis-
la esperanza. Esto puede hacerse como persona o como grupo, y tagogía he aludido a este sentimiento generalizado (cap. 1, 4).
es primordial en toda acción cristiana, religiosa o profana. Eviden- De ahí que las actitudes de presencia y trascendencia del cris-
temente, no hace falta que la intención teologal sea explícita y refleja tiano en la sociedad no sean fruto de simple realismo o táctica
en cada momento. Debe ser sobria y adherente a la finalidad propia apostólica, sino de gracia y experiencia teologal.
e inmediata de cada cosa y actividad, antes que sobrecargarla con Hablar de cultura y espiritualidad no equivale a contra-
otras añadidas. poner lo temporal e histórico con lo religioso y eterno. Es más
El Concilio reafirma el valor de la intención, y al mismo tiempo bien tratar la vida y experiencia evangélica en las condiciones
la coloca en este nuevo contexto teologal. "Ni las preocupaciones históricas, geográficas, psicológicas y sociológicas de personas
familiares ni los demás negocios temporales deben ser ajenos a esta y grupos 13.
orientación espiritual de la vida, según el aviso del Apóstol: Todo
cuanto hacéis de palabra o de obra... Tal vida exige ejercicio continuo 13
E. CAMBÓN, "Cultura", en DES, III, Roma, 1990, pp. 679-686 (con
de la fe, de la esperanza y de la caridad" (AA 4). Es el número bibl.); S. DE FIORES, "Espiritualidad contemporánea", en NDE (bibl.): media-
en que la explicado más ampliamente la vida teologal, en su refe- ciones culturales, importancia y resonancia de los fenómenos culturales en
rencia a Dios a través de las mediaciones. la espiritualidad; J. M. CASTILLO, La espiritualidad hoy: desajuste entre sociedad
256 EL MUNDO DE DIOS Y DEL HOMBRE 3. CULTURA Y ESPIRITUALIDAD 257
Nivel continental: cultura asiática, africana, europea y también
Nociones occidental. Nivel nacional: que corresponde a cada una de las
sociedades políticas. Nivel étnico: se refiere a grupos éticos
El Concilio Vaticano II ha dedicado al tema de la cultura reducidos dentro de una cultura más amplia.
un largo capítulo de la Gaudium et spes (nn. 53-62). Como — Inculturación: Tiene significado activo de intercambio
introducción al tema, ofrece una amplia descripción, que nos y transformación: proceso que inserta el evangelio o la iglesia
puede servir de base: en una cultura determinada. Términos afines son: "en-cultu-
ración": aprendizaje y asimilación de la propia cultura; "a-cul-
"Con la palabra cultura se indica, en sentido general, todo turación": contacto y mutuo influjo entres dos culturales.
aquello con lo que el hombre afina y desarrolla sus innume-
rables cualidades espirituales y corporales, procura someter el La cultura es categoría "sociológica", no ética, moral o reli-
mismo universo con su conocimiento y trabajo: hace más huma- giosa. Es decir, no indica por sí misma juicio de valor sobre
na la vida social, tanto en la familia como en toda la sociedad los hechos o fenómenos que la integran. Puede tener graves
civil, mediante el progreso de las costumbres e instituciones; carencias y deformaciones, que exigen complemento o correc-
finalmente, a través del tiempo, expresa, comunica y conserva ción. Ha habido y hay culturas con graves deformaciones de
en sus obras grandes experiencias espirituales y aspiraciones orden ético y religioso: canibalismo, venganza generacional,
para que sirvan de provecho a muchos e incluso a todo el géne- suicidio de honor, etc. Esto quiere decir, para nuestro pro-
ro humano... En este sentido se habla de la pluralidad de cul- pósito, que inculturar el evangelio o la vida espiritual no sig-
turas. Estilos de vida común diversos y escalas de valor dife- nifica asumir pasiva e indiscriminadamente los materiales o
rentes encuentran su origen en la distinta manera de servirse conjuntos que ofrece una cultura y conformar a ellos la vida
de las cosas, de trabajar, de expresarse, de practicar la religión,
de comportarse, de establecer las leyes e instituciones jurídicas, cristiana o la espiritualidad. Comporta posturas y operaciones
de desarrollar las ciencias, las artes, y de cultivar la belleza. complejas, que conviene formular separadamente para mejor
Así las costumbres recibidas forman el patrimonio propio de comprenderlas y actuarlas. La cultura, en espiritualidad, sig-
cada comunidad humana (GS 53)." nifica tarea, no simplemente regalo o hecho concluido.

— Cultura: Se da el nombre de cultura a varias realidades


o cualidades de la persona humana. Se dice que tiene cultura Espiritualidad y cultura histórica
quien posee formación e información abundantes en los varios
campos del saber. Y también de la formación sólida en valores La inculturación es ley y hecho constantes en la historia
humanos fundamentales: educación, justicia, respeto. de salvación, no sólo tarea de la iglesia contemporánea. "Dios,
— Culturas: La aplicación del término a pueblos y colec- en efecto, al revelarse a su pueblo hasta la plena manifestación
tividades tiene lugar en ámbitos de mayor o menos amplitud. de sí mismo en el Hijo encarnado, habló según los tipos de
cultura propios de cada época. De igual manera la iglesia, al
y vida espiritual: Proyección, 104 (1977), 5-13; id., La alternativa cristiana. vivir durante el transcurso de la historia en variedad de cir-
Hacia una iglesia del pueblo, Salamanca, 1979, pp. 197-212; B. SECONDIN, Mes- cunstancias, ha empleado los hallazgos de las diversas culturas
saggio evangélico e culture. Problemi e dinamkhe della mediazione cultúrale,
Roma, 1982; id., Spiritualitá in dialogo. Nuovi scenari dellesperienza spirituale, para difundir y explicar el mensaje de Cristo en su predicación
Milano, 1997; T. GOFFI, "Espíritualdiad y cultura", en AA. W . , Spiritualitá. a todas las gentes, para investigarlo y comprenderlo con mayor
Fisionomía e compiti, Roma, 1981, pp. 63-77; M. POMILIO, Cristianesimo e profundidad, para expresarlo mejor en la celebración litúrgica
cultura: Rassegna Teológica, 20 (1979), 190-206; M. DE CERTEAU, Culturas y en la vida de la multiforme comunidad cristiana (GS 58)."
y espiritualidad: Concüium, 19 (1966), 184; Ch. A. BERNARD, Médiations cul-
turales é diversité des spiritualités: NRT, 92 (1970), 605-633; A. ALESSI, Espe- La presencia de cultura y culturas en.las fuentes mismas
rienza religiosa e mediazioniculturali: Salesianum, 46 (1984), 293-311. de la revelación demuestra que el fenómeno es legítimo y cnri-
258 EL MUNDO DE DIOS Y DEL HOMBRE
3. CULTURA Y ESPIRITUALIDAD 259
quecedor. Lo mismo que sucede en la Biblia sucede en épocas
sucesivas de la historia de la iglesia. En ese engarce recibimos
los contenidos de la fe. Las sucesivas explicitaciones del mis- Heredar el patrimonio histórico
terio revelado nos llegan encarnados en realizaciones y expre-
siones culturales, y a través de esa concreción los tenemos que Responsabilidad y tarea grave de la espiritualidad actual
leer. Esa misma tarea la sigue llevando a cabo la iglesia de es "saber heredar el patrimonio" de experiencia y doctrina que
tiempos más recientes y la actual. Por su particular adherencia recibe como herencia de veinte siglos de vida evangélica y ecle-
a la vida de personas y grupos, la espiritualidad acusa con espe- sial. Forma parte de la experiencia actual, no solamente de
cial relieve aspectos de inculturación. El creyente vive la expe- la historia de la espiritualidad. Estamos bebiendo de fuentes
riencia de Dios y la acción del Espíritu en mediaciones reli- vivas: herencia bíblica, época patrística, inventiva y frescor de
giosas y profanas muy concretas. Se puede comprobar con la la Edad Media, profundidad deslumbrante de algunos siglos
simple alusión a temas de la teología espiritual profundamente posteriores, mezcla de prácticas medievales y contenidos clá-
afectados por la cultura en la antigüedad y en la actualidad. sicos de los últimos siglos, diversificación de carismas y formas
Reflejan las condiciones y variaciones del ambiente cultural. espirituales en los últimos tiempos. El aprovechamiento de esta
Basta enumerar algunos, de los cuales se habla en este libro. herencia no se hace tanto por respeto a sus autores cuanto
Las imágenes y experiencias de Cristo: el Señor, el Niño de por la calidad de sus creaciones y por la eficacia y vigor que
Belén, el Crucifijo. Los modelos de santos y de santidad. La demuestran hoy. La tarea no es fácil, como se deduce de la
ascesis se muestra muy marcada por la antropología subyacente variedad de contenidos y formas, y de las actitudes poco equi-
y la sociedad ambiental. Oración y contemplación llevan tam- libradas que se observan en el tratamiento de la experiencia
bién signos de épocas y escuelas. Las espiritualidades mani- histórica y de su revivencia actual. De ahí la expresión "saber
fiestan igualmente influjo del factor cultural. heredar", pues indica un arte que requiere delicadeza y talento.
La mística, trato "íntimo" con Dios, que parecería ser inde- Se pueden sugerir algunas orientaciones para su conveniente
pendiente de factores culturales, se muestra muy sensible a asimilación: sintonía, discernimiento, aprovechamiento, remo-
las resonancias culturales; tanto, que se habla de una verdadera delación.
"sociología de la mística" 14.
Sintonía es la primera disposición para acercarse a reali-
dades del evangelio y del espíritu vividas en épocas distantes
y por personas con otros valores, medios de vida y recursos
de expresión. Si falta la sintonía profunda, difícilmente se
14 podrán realizar los pasos siguientes: discernir y aprovechar.
H. BOURGEOIS, Signification culturelle de la mystique: Lumiére et Vie
24 (1975), 48-65: "Forma original de la relación con Dios, la mística es tam- Discernimiento es el paso sucesivo. Cuando alguien ha cap-
bién un hecho cultural. El místico es hijo, dócil y crítico, de su momento tado la vivencia auténtica de la iglesia o de personas en épocas
cultural. No es solamente una forma a priori de la experiencia humana. Es anteriores, está en condiciones de distinguir los contenidos
realización histórica, vinculada por consiguiente a las condiciones sociales esenciales de los revestimientos culturales. Así puede selec-
que le dan la existencia. Es un modo de ser y de pensar, que tiene su sentido
en un conjunto más o menos complejo y unificado de actitudes y prácticas,
cionar con criterio, aprovechar esencias, mantener o renovar
de convicciones y valoraciones. El místico no es místico en estado puro, sino los revestimientos culturales, según la vigencia que demues-
que entri, con todo lo que él es y encuentra, en una experiencia dada y tren. Dejar de lado ciertas experiencias de otro tiempo no
situada" (p. 48). De hecho, los místicos florecen ordinariamente con frecuen- implica menosprecio ni condena de las mismas. Pueden ser
cia en grupos y escuelas, en determinados ambientes sociales y períodos his- auténticas y haber sido eficaces en su tiempo; sólo que actual-
tóricos, regiones, etc.; y desaparecen en otros. Existe no solamente una his-
toria, sino incluso una "geografía" de la aparición y desaparición de los
mente ya no demuestran la misma eficacia y adherencia a la
místicos. vida y las tareas.
260 EL MUNDO DE DIOS Y DEL HOMBRE 3. CULTURA Y ESPIRITUALIDAD 261

Aprovechamiento quiere decir agradecimiento, incorpora- tra época está expuesta a toda clase de deformaciones, opor-
ción y explotación sistemática de los tesoros que ellos han tunismos, valores efímeros. Tiene, sin embargo, una cualidad
encontrado en el evangelio y en la psicología y la historia huma- fundamental: es la nuestra y en ella vive hoy la iglesia y se
nas. La comprensión del misterio revelado y la tradición apos- realiza la historia de salvación para todos. Nos encontramos
tólica van creciendo por vía de magisterio, con la experiencia con un fenómeno nuevo y con una tarea apremiante. La "no-
y la contemplación, el estudio (DV 8). Riqueza insustituible vedad" es una categoría que de por sí indica dos cosas: un
en veinte siglos de historia viva. El Espíritu ha ido manifes- hecho que está ahí envolvente, provocativo e invitante; y sobre
tando aspectos del misterio con particular luminosidad en épo- esa base, la obligatoriedad de afrontarlo en forma adecuada.
cas sucesivas. Ciertos carismas históricos no se repiten, y hay Pasado y presente no equivale a "positivo y negativo". Son
que buscarlos donde realmente se encuentran, "situados" en categorías de tiempo y eficacia. En cambio, positivo-negativo
el mar de la historia. Ciertos logros de la espiritualidad anterior implican valoración de aprobación o condena de la realidad
no está hoy a nuestro alcance el rehacerlos. No se han vuelto misma. ¿Cuál de esas dos formas resulta la más adecuada para
a repetir: las Confesiones de san Agustín, la Imitación de Cristo, acercarnos a la herencia histórica de la espiritual? Es un tema
Las Moradas de santa Teresa de Jesús, el Cántico espiritual que me limito a sugerir, sin ofrecer ejemplos y lista de apli-
o la Noche oscura de san Juan de la Cruz; a pesar de sus límites caciones 15.
de perspectivas y mezcla de elementos caducos. Son carismas Hablar de "espiritualidad contemporánea" forma parte de
y creaciones del Espíritu en la iglesia. Otro tanto se pudiera los temas ineludibles: tendencias, valores, contravalores, etc.
decir de personas, hechos y experiencias de caridad, contem- El rasgo de contemporaneidad juega a favor y en contra. Tiene
plación, evangelización. Es lo que también sucederá en el futu- a favor el hecho de que la actualidad sintoniza mejor con el
ro con persona y obras de nuestro momento cultural. público y los jueces, que la sienten más afín y se identifican
Remodelación. No me refiero a comentarios doctrinales y con ella. Tiene la desventaja de que lo nuevo carece de res-
lingüísticos de esas obras, sino a relecturas desde la historia paldo, tradición, "solera", y parece efímero. Lo que se ha hecho
y la vida nuestra, convergentes en la fuente evangélica. No familiar y común en la lectura histórica, porque es dato esta-
es necesario repetir los mismos gestos o palabras. Son textos blecido y acostumbrado, legitimado por la tradición, cuesta ver-
que inspiran y estimulan creatividad. lo en una actualidad todavía en vías de creación 16.
Hay ciertas modificaciones que se hacen espontáneamen- Al tratar de la "dinámica eclesial" (cap. 12), reaparece el
te, como las hacemos con palabras, imágenes, prácticas de la tema de la "actualidad" en sus tres facetas: observación de
S. Escritura, incluso del Nuevo Testamento. Norma elemental la situación, actitud de fidelidad, tarea de renovación. De
para la lectura de las fuentes: sensibilidad, libertad no agresiva, momento, basta afirmar que la cultura ejerce influjo profundo
ecumenismo histórico. Es igualmente necesaria una experien- y múltiple en la vida y la teología espiritual; y que la integración
cia espiritual profunda de la modernidad, para distinguir 15
J. D. GAITÁN, Mundo y existencia mundana del cristiano: RevEspir, 38
modas y gustos pasajeros de las aspiraciones espirituales pro- (1979), 221-242: "Reflexión crítica sobre la herencia", pp. 222-229.
fundas, que más fácilmente conectan con la tradición espiritual. 16
"Posiblemente para muchos teólogos es tema teológico: influencia de
Platón y Plotino en Agustín; pero no: influencia de Marx y del marxismo
en el pensamiento cristiano contemporáneo. Para muchos teólogos sería tema
En la nueva cultura teológico de investigación: reto de los primeros cristianos al Imperio Romano;
pero no lo sería: vida cristiana y compromiso revolucionario. Y, pensando
serenamente, ¿por qué no?" (J. ARANA, en AA. VV., Vida cristiana y com-
Al decir "nueva", no cambia de categoría y calidad, sino promiso terrestre Mensajero, Bilbao, 1970, p. 13). Sobre el tema de la actua-
simplemente de época y cercanía. Como he dicho al principio, lidad, cf. S. de FIORES, "Espiritualidad contemporánea", en NDE, pp. 622-627:
no es categoría ética, sino histórica. Como las anteriores, nues- "Éxodo cultural de la Espiritualidad".
262 EL MUNDO DE DIOS Y DEL HOMBRE 4. PRESENCIA Y ACCIÓN CRISTIANA 263

de ese elemento suscita actitudes y valoraciones contrastantes con los evangelios: las palabras originales de Jesús se "tradu-
a todos los niveles. Las divergencias se puden explicar en dife- cen" y transmiten en lengua griega, más familiar a los miem-
rentes claves: legítimo pluralismo, límites de la conciencia espi- bros de la iglesia y a los territorios de evangelización. Hacen
ritual de personas y grupos. la traducción los Apóstoles mismos, personas identificadas con
Jesús, testigos directos de los hechos, palabras e interpreta-
"Una de las más graves tensiones que se han vivido y aún
se están viviendo en la iglesia en los últimos decenios es la ciones del Señor.
situación en el mundo con identidad propia. Entrar y seguir
siendo iglesia. Muchos se han lanzado y se han perdido. Muchos
se han quedado fuera, y se han perdido o desperdiciado tam- 4. Presencia y acción cristiana
bién. La tensión provoca regresión a posiciones seguras, imá-
genes de identidad ya afirmadas. Colocarse de nuevo frente La presencia y solidaridad del cristiano es fruto de per-
al mundo de siempre, al mundo clásico con posturas clásicas. tenencia básica como persona, ciudadano, miembro de una
Comoquiera que uno se sitúe, la realidad es fundamental en
la vida cristiana y en la experiencia teologal. El mundo de los familia y de una sociedad. La participación sincera se refiere
hombres, de la historia de salvación es una realidad fuerte en a las tareas terrestres y valores humanos, y también a las acti-
espiritualidad, porque es primordial en la vida y en la expe- vidades e instituciones religiosas, cristianas, eclesiales. En el
riencia del creyente" 17. terreno de la acción histórica, tanto el cristiano como la iglesia
toman parte activa y pasiva, enseñan y aprenden, santifican
El "pluralismo de culturas" que existe en la actualidad difi- y se santifican. El concilio enumera algunas modalidades del
culta la tarea de inculturación, porque hay que repetirla en intercambio: es deber de la iglesia escrutar a fondo los signos
muchas direcciones, y porque fácilmente se producen contras- de los tiempos (GS 4); la iglesia no tiene siempre a mano la
tes entre las varias interpretaciones del mensaje cristiano que respuesta religiosa y moral (GS 33); ayuda que la iglesia recibe
se llevan a cabo en ese proceso múltiple. Es un aspecto que del mundo moderno (GS 44). Todo ello se puede comprobar
está interesando vivamente a la espiritualidad. Las espiritua- en las actitudes y formas de presencia cristiana, personales y
lidades, antes configuradas según movimientos y carismas de al mismo tiempo sociales con resonancia pública.
relativa uniformidad, necesitan ahora procesos de incultura-
ción más particularizada y diversificada.
La inserción implica éxodo. Para la espiritualidad, la inser- Vivir y obrar en la historia
ción es necesidad ineludible. Al asumir lo nuevo, deja de lado
algo anterior, algún rasgo particular o algún elemento incon-
El término "inmersión" es utilizado frecuentemente con
ciliable. Emigra hacia nuevos horizontes, como el pueblo de
sentido de abertura y encarnación 18. La llamada "espiritua-
Israel, dejando tierra familiar, pero llevándose la fe, la alianza,
lidad de inmersión" es modalidad o acentuación de la presencia
el arca, etc., es decir, todo lo esencial: la experiencia de Dios
activa, que puede encontrarse en diferentes espiritualidades.
presente. Con un lema esencial: arraigarse en la alianza, dejar
Abrirse a la realidad terrestre y a su curso histórico se siente
la "tierra poseída" y caminar hacia la "tierra prometida". Exige
como una necesidad espontánea de solidaridad humana y de
los mismos pasos que hemos señalado frente a la herencia en
fidelidad evangélica. Dios está ahí en la historia viva: obra,
páginas anteriores.
Muchas de las transformaciones que han tenido lugar en 18
Sólo una vez habla el Concilio en términos de inmersión; y eso en
la iglesia se deben a urgencias pastorales. Es lo que ya sucede sentido peyorativo: algunos cristianos "piensan pueden entregarse totalmente
a los asuntos temporales, como si éstos fuesen ajenos del todo a la vida reli-
17
J. MARTÍN VELASCO, Abiertos y al encuentro del mundo y del hombre: giosa". En el original: "At non minus errant qui, e contrario, opinentur se
Sal Terrae, 74 (1986), 19-28. ita seipsos negotiis terrestribus immergere posse" (GS 43).
264 EL MUNDO DE DIOS Y DEL HOMBRE 4. PRESENCIA Y ACCIÓN CRISTIANA 265

habla, salva e interpela y exige participación cristiana. Acti- el evangelio y formar una familia entre todos los creyentes.
tudes y gestos de desinteresamiento o evasión desacreditan a Actualmente por lo general goza de autoridad moral, de espa-
personas e instituciones. Tiene fundamento espiritual el sen- cios y medios de acción, para actuar como comunidad de cre-
timiento solidaridad activa en la vida y tarea del mundo: a) yentes en Cristo. Trata de vivir y actuar una espiritualidad,
Conciencia de fidelidad a algo que Dios le está pidiendo, y no solamente colectiva, sino pública, con modos y medios que
que sería una traición eludir, b) La construcción del Reino inciden en la vida pública. Para llevar a cabo presiones y trans-
de Dios, aunque no acabe en este mundo, se opera en este formaciones, cuentan los grupos de proclamación y presión.
mundo y exige colaboración activa, c) El hombre de hoy con- No basta la calidad de la persona y el dinamismo individual.
duce una existencia llena de ocupaciones e inquietudes, y tiene "Es necesario superar la ética individualista" (GS 30). Por
la convicción de que eso es serio y forma parte de su misma supuesto que en el grupo las personas siguen siendo el com-
vida, y debe ser asumido y santificado con verdad 19. ponente decisivo 20.
"Experiencia" es un paso más en la especificación de la a) Palabra de fe en sociedad. El anuncio de la fe cumple
presencia espiritual. La experiencia espiritual del mundo a que función primordial. Hace resonar la palabra iluminante, crítica
me refiero está integrada por los siguientes elementos: per- y testimoniante del evangelio. Palabra iluminante: presencia
cepción sentida de los valores y triunfos del hombre, al mismo de salvación y de sentido en medio y dentro de los hechos
tiempo que de sus límites; experiencia del mal en el corazón y las instituciones sociales. Crítica: de discernimiento y con-
del hombre y en las estructuras sociales; percepción de la gracia frontación entre los hechos y los proyectos, entre la situación
salvadora que lo trabaja por dentro, colaborando con la misma; y la vocación verdadera del hombre y de la sociedad, entre
compromiso activo desde la propia vida y vocación. las palabras de igual y las graves diferencias injustas de trato
En estas condiciones se vive el encuentro con Dios en fe, y oportunidades. Testimoniante, en cuanto palabra realizada
amor, esperanza. No basta mero interesamiento informativo, por la iglesia misma y por cada cristiano, hacia dentro y hacia
la curiosidad política o deportiva, alguna adaptación formal. fuera, en lo que se refiere a los contenidos de su iluminación
Al compromiso cristiano y espiritual se puede fallar: por eva- y los de sus críticas.
sión, rehusando tomar parte en los proyectos y en los sufri- La fe puede sufrir la tentación de volverse "muda": obrar
mientos de la familia humana; y por confusión, "estando" en y callar sobre los contenidos y las motivaciones de la existencia
todo sin aportar o significar nada. Los espirituales de estilo particular que conducen los cristianos: fe muda, introvertida,
antiguo son más propensos a la evasión. Los de corte moderno avergonzada. Se reduce al "testimonio callado" de los hechos.
están más predispuestos a la confusión, que les sumerge y hace Este silencio y ocultamiento se interpreta como respeto al plu-
imperceptibles. ralismo, a la libertad de cada uno. No se puede dar interpre-
tación general, ni establecer norma fija. Hay variedad de
ambientes y circunstancias. En situaciones normales, la fe
Espiritualidad de la presencia pública 20
M. SALAS, Para una espiritualidad de la presencia pública creyente: Sal
La iglesia ha conocido y probado diferentes tipos de pre- Terrae, 74 (1986), 321-331; J. MARTÍN VELASCO, Abiertos y al encuentro del
mundo y del hombre: Sal Terrae, 74 (1986), 19-28. A la reflexión teológica
sencia en la sociedad: de catacumba y persecución, de huida y espiritual sobre la iglesia en el mundo hay que añadir o anteponer datos
al desierto y grupo cerrado, de colaboración y respeto, de de evidencia elemental y de observación inmediata. La iglesia está y vive
honor y dominio. Cada hecho tiene su historia y su geografía. en el mundo; el mundo está y vive en la iglesia. Incluso en sus estados y
De uno u otro modo, cumple la misión recibida de anunciar formas clericales y tareas religiosas: banco, salarios, escalafones y promo-
ciones, diplomacia, parque móvil, emisoras, publicidad, etc. Asume los recur-
19 sos, inventos y afanes de la sociedad ambiental, no sólo en sentido material,
Cf. A. M. BESNARD, Una nueva espiritualidad, Barcelona, 1966, sino con todas sus implicaciones psicológicas y existencíales.
pp. 38-39.
266 EL MUNDO DE DIOS Y DEL HOMBRE 4. PRESENCIA Y ACCIÓN CRISTIANA 267

muda se debe en buena parte, no solamente a inhibición, sino hacer caritativo a quien da. Si miramos a ese efecto, la orga-
también a inexperiencia cristiana. La presencia activa de fe nización y la eficacia son fundamentales23.
elocuente implica ordinariamente participación existencial en En su realización concreta, social y política, la caridad cris-
la vida, además de la profesión verbal21. tiana incorpora una serie de elementos que no brotan direc-
b) Oración y culto. También en torno a la oración y a tamente del evangelio, sino a través de complicados rodeos
las expresiones de la religiosidad se ha hablado y discutido y conexiones. Los hechos de bondad van envueltos en tensio-
sobre la manera de insertarse en la vida social: la oración ¿acto nes. En casos extremos, la paz sólo se consigue por medio de
privado o fenómeno público? La iglesia es sociedad visible. la guerra. Cada hecho es él, más sus circunstancias, más sus
La comunidad cristiana forma grupo con sus relaciones, estruc- concomitancias, más sus consecuencias. El esfuerzo por el bien
turas y expresiones. Lo hemos visto al hablar de la iglesia22. produce lucha, conflictos, atropellos, a veces necesarios, y otras
c) Caridad social. "El espíritu de caridad en modo alguno veces sobreañadidos, etc. El espiritual necesita discernimiento,
prohibe el ejercicio fecundo y organizado de la acción social desapasionamiento 24.
caritativa, sino que lo impone obligatoriamente" (GS 88). Para
cumplir el mandamiento del amor, "no pueden tener otro
anhelo mayor que el de servir con creciente generosidad y la Acción liberadora
máxima eficacia a los hombres de hoy" (GS 93). Términos
determinantes: caridad social y organizada, generosidad y efi- Es una ejemplificación entre otras del anuncio del evan-
cacia. Estos hechos y valores que trata de realizar el cristiano gelio y de la caridad cristiana social. Tiene perfiles muy mar-
cados de inserción, participación, acción con medios y recursos
se presentan en gran variedad de ambientes y situaciones: en
sociales, etc. Incorpora todos los pasos anteriormente seña-
la sociedad política de grande radio de acción; en grupos más
lados: predicación del evangelio, caridad social. Y lo más carac-
reducidos e influyentes; en el trabajo y en la familia. terístico en nuestro caso: una espiritualidad definida. Esta
modalidad de la presencia activa del evangelio en el mundo
Pasando a la sociedad, las proporciones de la caridad y y en la sociedad presenta particularidades importantes a la
de la injusticia se hacen mayores: en política, industria, medios reflexión y a la praxis espiritual.
de comunicación, cultura en general. Las caridad cristiana
requiere realizaciones personales en su ejercicio. Por eso mis- La espiritualidad se ha movido con soltura en el terreno
mo tiene que asumir también el estilo de relaciones sociales de la piedad privada y pública, en el ejercicio de la caridad
y de dimensiones colectivas, para ser "eficaces". La caridad 23
P. RICOEUR, "Le socius et le prochain", en Histoire et vérité, París,
es para ayudar efectivamente a quien la recibe, no sólo para 1955, pp. 99-11; id., Le socius et le prochain: VieSpir (1954); M. D. CHENU,
"Les masses humaines, mon prochain?", en su obra Peuple de Dieu dans le
21
"Hace no mucho tiempo se reprochaba a los cristianos su triunfalismo; monde, Pars, 1966, pp. 99-128; Ph. LAURENT, Réalisme de la chanté: Christus,
triunfalismo que iba acompañado frecuentemente de una gran falta de rea- 15 (1968), 326; Ph. FARINE, Chanté collective: Christus, 20 (1973), 228-230.
24
lismo evangélico. Hoy habría que reprocharles su anonimato. Muestran tanto A. GUERRA, Amor político: entre la inocencia y la posibilidad: RevEspir,
afán de ser reconocidos como hombres entre los hombres, que tratan de 44 (1985), 413-438. Hace ver el realismo y las implicaciones del amor cristiano,
disimular su identidad cristiana. Desde el momento en que no quieren pasar cuando asume responsabilidad, medios, estilos sociales. Se habla también de
como 'aliados poco seguros' en el combate por la justicia del mundo moderno, "santidad política" con sus correspondientes modelos. En la "acción" es fácil
su fe acaba por convertirse en una fe muda" [C. GEFFRÉ, Evangélisation ou que imperen criterios meramente humanos. Cf. V.-J., Combats pour la liberté,
Dialogue?: Parole et Mission, 12 (1969), 225]. action politique: Christus, 19 (1972), 321-326; G. FERRERAS, El trance del futuro,
22
Los términos del problema y las líneas de solución se propusieron Salamanca, 1973, pp. 139-164. Valen como ejemplo las consignas de GAULLE:
y discutieron entre autores de diferente orientación. M. D. CHENU, ROQUEPLO: "En la acción, nada de censores"; "esto no es cuestión de virtud, y la per-
independizar los dos campos y desacralizar lo terreno. J. DANIÉLOU: crear fección evangélica no conduce al imperio". Ch. DE GAULLE, Le FU de l'épé,
ambientes cristianos en sociedad: oración, culto, etc. Cf. C. GEFFRÉ, Con- Paris, 1944, pp. 47 y 88 (citado en A. MANARANCHE, L'existence chrétienne,
citan, 19 (1966). París, 1973, p. 120).
268 EL MUNDO DE DIOS Y DEL HOMBRE 4. PRESENCIA Y ACCIÓN CRISTIANA 269

personal y la asistencia en instituciones sociales. Se ha iden- En un esfuerzo por evitar estas formas de reduccionismo,
tificado con algunas de sus formas y ha rehusado otras que se ha hablado a veces de 'liberación total' o 'integral'... La sal-
le parecían menos adecuadas. Pero ha andado siempre más vación-liberación cristiana brota, en primer lugar, de la decisión
amorosa de Dios para con los hombres, por la que Dios hace
torpe en el terreno de la política: cuando se trata de intervenir
que la existencia humana, históricamente maltrecha por la
en decisiones y acciones de ese orden; cuando hay que forzar irresponsabilidad de los mismos hombres, recobre su sentido.
y transformar las instituciones; aún más, cuando esto se hace Es la oferta de Dios a sus hijos extraviados invitándoles a que
enfrentándose con el poder establecido; y de manera especial, vuelvan a llamarle 'Padre' y a que, en el reconocimiento de
cuando se hace con medios de presión "violentos". esta paternidad común, puedan recobrar el gozo de una exis-
"Liberación" admite distintos significados y aplicaciones, tencia fraterna y reconciliada en este mundo, que ha de con-
y se puede entender de maneras muy diversas, desde la acción sumarse en el gozo de la comunión definitiva con la misma
política y combatiente hasta el sentido bíblico más tradicional vida de Dios" 25 .
de liberación del pecado. Es un tema y una experiencia de
interés y actualidad. Empezamos por dar una noción orien- Pasando a la realización concreta de la "liberación", encon-
tadora y tonificante. Lo hago citando una página amplia y sus- tramos un fenómeno a la vez social, pastoral, teológico, espi-
tanciosa, que sintetiza muchas lecturas: ritual. Es una de sus varias formas de actuar y de vivir el evan-
gelio con sus implicaciones políticas. En estos momentos
"En el lenguaje tradicional, se habla del cristianismo como adquiere particular relieve, por el cultivo intensivo de que es
de una religión de salvación. Jesús es, por antonomasia, 'el objeto y por la gravedad de la situación a la que intenta res-
Salvador'; y el cristiano tradicional piensa que lo que más le ponder y remediar. Ha dado origen en América Latina a una
importa es 'salvar su alma'... La salvación, para una gran parte teología y espiritualidad de la liberación, con método y desarro-
de cristianos corrientes, parece tener que ver, sobre todo, con llo propios. Implica una comprensión y actuación de muchos
'el más allá'... Un cristianismo más consciente de lo que real- de los grandes temas teológicos y espirituales. Aludir a ella
mente significa la salvación cristiana, no sólo en orden al más en este contexto no quiere decir que sea su único cometido.
allá, sino ya en la misma vida temporal y mundana del hombre, Significa que tiene aquí un campo característico de interpre-
intenta superar las indicadas connotaciones reduccionistas del tación y de acción 26.
término 'salvación' sustituyéndolo, o al menos complementán-
dolo, con el término 'liberación', de uso frecuente también en A base de cinco rasgos se puede caracterizar la dinámica
la Biblia, no sólo en el Antiguo Testamento (donde se habla de la teología y espiritualidad de la liberación: 1) Peculiari-
de la liberación, por obra de Dios, del pueblo de Israel), sino dades de método: arranca de la situación concreta, la realidad
también en el Nuevo Testamento (donde, sobre todo en Pablo, humana y el empeño de transformación. 2) Surge de una expe-
se nos habla de la liberación de las diversas esclavitudes a las riencia, de ella se nutre y se ilumina: cómo hablar de Dios,
que el hombre está sometido a causa del pecado). anunciar a Dios, su amor, desde una situación de opresión,
Pero también el término 'liberación' queda abierto a inter-
25
pretaciones reduccionistas —éstas de signo contrario—, si la J. VIVES, ¿Liberación o salvación? Más allá de interpretaciones reduc-
salvación cristiana es pensada meramente dentro del ámbito cionistas: Sal Terrae, 76 (1988), 3-14.
26
de los esfuerzos ultramundanos de liberación de los condicio- G. GUTIÉRREZ, Teología de la liberación, Salamanca, 1974; S. GALILEA,
Espiritualidad de la liberación, Santiago de Chile, 1973; B. KLOPPENBURG, Las
namientos de orden político, social, económico, biológico, etc., tentaciones de la teología de la liberación: SelTeol, 15 (1976), 284-293;
que los hombres experimentan. Aquí podría haber otra forma J. GUTIÉRREZ GONZÁLEZ, Teología de la liberación. Evaporación de la teología,
de alienación, que resultaría de la reducción del cristianismo México, 1975; H. ZWIEFELHOFER, Un balance europeo de la teología de la libe-
a mera ideología sacralizadora de las diversas estrategias con ración: SelTeol, 15 (1976), 305-311; S. MOLTMANN, Carta sobre la teología de
las que las diversas personas o grupos pretenden alcanzar sus la liberación (a José Bonino): SelTeol, 15 (1976), 305-311; AA. VV., Libérer
intereses. l'homme: Christus, 19 (1972), 289-432.
270 EL MUNDO DE DIOS Y DEL HOMBRE 4. PRESENCIA Y ACCIÓN CRISTIANA 271
pobreza, muerte prematura. 3) Dios presente y actuando en medios de lujo... Hablar de pobres y vivir a lo rico es vender
la historia, signos de su presencia y experiencia antropológica. agua y beber vino.
4) Creación y salvación: un solo plan de Dios, la realidad social, Formas y medidas de gracia y vocación. Estamos hablando
la escatología como dimensión de la historia. 5) Seguir a Jesús: en términos generales de situaciones de vida y acción que revis-
opción preferencial por los pobres 27 . ten variaciones innumerables en su realización. Hablar de
Los pobres. Por razones de evangelio y de sensibilidad cul- acción política cristiana no significa que participen de igual
tural, los pobres se han convertido en criterio de autenticidad modo todos los miembros de la iglesia: seglares, sacerdotes,
cristiana: en la oración, la predicación, la caridad, el estilo de contemplativas. Como valores y actitudes, afectan de alguna
vida y de acción, la jerarquía de valores. Los pobres tienen manera a todo cristiano y a toda forma de vida. En este sentido,
la fuerza de una llamada a la acción inmediata, a la caridad son valores relevantes de la vida cristiana y de la teología espi-
urgente y a la eficacia técnica. Es la cima de lo temporal, que ritual. Este hecho no permite "generalizaciones indebidas",
no admite dilaciones por motivos ideológicos o religiosos. Y obligando a todos a participar en programas de acción inme-
es también la llamada de lo eterno, de una existencia creatural diata y primordial. Generalizar las formas y medidas, uniformar
y desvalida en el tiempo. las vocaciones y carismas en torno a ese proyecto constituye
El pobre es referencia esencial al evangelio como forma no solamente una deformación y anulamiento de vocaciones
de vida y caridad. Porque en ellos brilla la grandeza y la pobre- diferentes, sino un empobrecimiento grave de la imagen y de
za del ser humano, imagen y obra de Dios, obra y desecho la acción de la iglesia que, en medio de las prioridades his-
de los hombres. El pobre es criterio de autenticidad evangélica tóricas, debe mantener constantemente en primer plano las
y humana en la conciencia cristiana y social. Antes que des- fidelidades esenciales.
tinatarios de compasión y ayuda, son ellos quienes confieren
valor y sentido a la vida y a la acción de los demás. Están No es posible hacer deslindamiento riguroso y reparto de
siendo la interpelación más vibrante y audible a la iglesia y competencias según estados de vida o criterios similares. Hay
a la sociedad. Ellos denuncian con su miseria de contraste la seglares con espiritualidad con rasgos contemplativos, como
avaricia injusta que anida en los corazones y la falta de voluntad carismas religiosos de intensa participación en la acción social
para vivir como hermanos, compartiendo gozos y penas. y cultural. Las especializaciones pueden hacerse por personas,
Es el punto social donde mejor se ha insertado la iglesia. por carismas y grupos. De todos modos, para vivir y testimoniar
Y también donde mejor ha sido acogida su intervención. A con eficacia, es necesario hacer opciones vocacionales. No se
nivel de instituciones oficiales, y sobre todo por vía de grupos puede ser todo y hacer todo, en la sociedad o en la iglesia.
cristianos de beneficencia: enfermería, enseñanza, ayuda téc- Es necesario discernir, escoger vocación y entregarse con tota-
nica, o simplemente caritativa. En formas de eficacia estruc- lidad interior y exterior. Para ser cristiano completo no hace
turada, como voluntariado, en el cara a cara del servicio sacri- falta desarrollar por igual todas las posibilidades del evangelio
ficado y desconocido. y atender a todas las necesidades de la sociedad. Necesitamos
Los pobres son "los pobres mismos", quienes viven y sufren personas completas y especializadas 28.
la pobreza, o quienes comparten con ellos pobreza o riqueza. 28
No siempre quienes trabajan "para ellos". Al igual que muchos "Cada uno de nosotros no puede desarrollarse por igual en todas las
dimensiones de la vida personal. Una humanidad completa necesita inge-
se enriquecen a cuenta de la piedad y devociones de los fieles, nieros y místicos. Es necesario, pues, una cierta elección y una dominante.
así también hay quien se enriquece a cuenta de los pobres: El peligro está en que en lugar de una dominante se escoja una exclusiva.
organismos, congresos, reuniones, ayudas, comercio, viajes y El hombre está entonces mutilado porque el hombre completo no es el hom-
bre psíquicamente ecléctico, sino aquel en el que ninguna dimensión humana
27 esencial está radicalmente oprimida." E. MOUNIER, "Traite du caractére", en
C. MACCISE, Temas centrales de la teología-vivencia de la liberación:
KcvFísp, 45 (1986), 579-604. Oeuvres de Mounier, II, Paris, 1946, p. 590.
272 EL MUNDO DE DIOS Y DEL HOMBRE 5. DINAMISMO DE LA ESPERANZA CRISTIANA 273

5. Dinamismo de la esperanza cristiana Impulso teologal

Las ideas y experiencias de este apartado prolongan y dina- La desarmonía entre fe y vida cotidiana es uno de los ma-
mizan la misma realidad evangélica y actitud cristiana que yores escándalos de la fe; y también de los más frecuentes
hemos examinado en el anterior. La esperanza impulsa y cua- en todos los estados y formas de vida cristiana (GS 43). El
lifica la presencia del cristiano en la historia humana. No viene desajuste no se remedia con la eliminación o marginación de
a contrarrestar con freno ascético los excesos humanistas de uno de los términos, porque se trata de dos valores evangélicos
la caridad, sino más bien a reforzarla y caracterizarla como primordiales. ¿Está hoy el cristiano en condiciones de hacer
caridad cristiana: amor total en el tiempo y en la eternidad. una experiencia auténtica, solidaria y misionera del mundo
Algunos términos, como ruptura, huida, odio, cumplen función contemporáneo? Por ambos lados, puede fallar la experiencia
dinámica, pero no son el eje de la experiencia y de la acción espiritual: cuando toma actitudes de desesperanza y condena
espirituales. He separado los dos aspectos, encarnación y esca- global; y también cuando la presencia es anodina y descua-
tología, para mejor comprenderlos e integrarlos en su unidad lificada. Presencia trascendente, trascendencia eficaz.
original. Vivir de fe. "Yo les he dado tu palabra, y el mundo les
Inmersión y emersión son los dos ejes del movimiento elíp- aborreció porque no eran del mundo, como yo no soy del mun-
tico de la existencia cristiana, que actúan en perfecta simul- do. No pido que los tomes del mundo, sino que los guardes
taneidad. Ni una ni otra se viven o entienden por separado. del mal. Ellos no son del mundo, como yo no soy del mundo"
Las distintas vocaciones cristianas deben incorporar ambas, en (Jn 16,14-16). "Si el mundo os aborrece, sabed que me aborre-
ció a mí primero que a vosotros..." (Jn 15,18-19). Estas palabras
la forma y medida convenientes según carismas y situaciones.
del testamento de Jesús, en su formulación radical e indeter-
La acción no está hecha para quienes se encuentran a disgusto
minada, han inspirado diferentes interpretaciones doctrinales,
en el trato con Dios; ni la contemplación es para los que sienten afectivas y operativas. La fe lee, interpreta y orienta hechos
miedo o repugnancia frente a las complicaciones de la historia y proyectos históricos en horizonte de profundidad y trascen-
humana. dencia, a la luz del misterio de Cristo Dios-hombre, como cen-
La esperanza y la caridad colocan al cristiano en el mundo, tro personal y sentido de la historia. Se interesa por la historia
pero no le dejan tranquilo y satisfecho en él. Sintoniza con en todas sus manifestaciones, no solamente por temas y asuntos
la historia, pero no se aquieta ni detiene en el tiempo. San de religión.
Pablo es modelo de creyente comprometido en el tiempo y
Caridad y gratuidad. La caridad necesita y utiliza medios
sediento de eternidad 29.
humanos de la naturaleza y de la técnica, para vivir, ayudar
29
Cf. G. PIAÑA, "Esperanza", en NDE, pp. 606-617; M. NEDONCELLE, y compartir. Lo acabamos de ver, al hablar de caridad social.
Le chrétien appartient á deux mondes, Paris, 1970; P. Th. DEHAU, Prés des La caridad que utiliza medios técnicos y organizaciones de la
hommes et loin du monde: Vie Spirit, 74 (1946), 153-156; J. ELLUL, Fausse sociedad humana dispone de otra forma eficaz de vivir y tes-
présence au monde moderne, París, 1963; J. COMBLIN, Les chrétiens á la recher- timoniar el evangelio: la caridad gratuita, la gratuidad de amor
che de lew role: VieSpir, 121 (1969), 95-112; Y. CONGAR, Jalones para una y servicio, el "voluntariado" o servicio de amor y libre elección.
teología del Meado, 3.a ed., Barcelona, 1965 (c. 9: "En el mundo y no del
mundo"); J. GROOTAERS, "Ruptuie et présence dans «Gaudium et spes»", El voluntariado es forma "elocuente" de gratuidad, y también
en AA. VV., Vadean II. L'Eglise dans le monde de ce temps, III, Réflexions de caridad cristiana; gratis o con remuneración de manteni-
etperspectives, Paris, 1967, pp. 45-67: Romper falsas comunicaciones y des- miento, no de enriquecimiento. El hecho de que sea realizado
hacer falsas rupturas. desde diferentes creencias no disminuye su significado, antes
274 EL MUNDO DE DIOS Y DEL HOMBRE 5. DINAMISMO DE LA ESPERANZA CRISTIANA 275

al contrario, acrecienta su capacidad, añadiendo la comunión La esperanza ensancha sus horizontes de visión y de acción.
entre colaboradores a la ayuda de los más necesitados. A la La que parecía ser la virtud teologal menos desarrollada inten-
gratuidad de la ayuda social se añaden formas de gratuidad sifica ahora su participación activa en la experiencia espiritual,
trascendente, como la oración, la fidelidad, el amor sacrificado en la reflexión teológica y en la acción social. Se hace cargo
y silencioso. La fidelidad silenciosa, la perseverancia en gestos de aspectos importantes de la existencia humana, que antes
de amor y de servicio. Esta es una forma eminente y declarada quedaban en manos de la profanidad. Si quisiéramos organizar
de servir a Dios y a los hermanos con valores esenciales, que de algún modo rasgos y funciones de la esperanza cristiana,
no tienen rendimiento humano, poder o prestigio social. tenemos que diversificar al máximo sus modalidades y campos
de acción.
Esperanza. La esperanza cristiana, y también la humana,
cumple función de primera categoría en la experiencia cristiana "Nuevas dimensiones de la esperanza rebrotan hoy impe-
del mundo. Tiene su fuentes en la vida y la palabra de Jesús riosamente, como reacción contra una cierta abstracción. Se
mismo: Mi Reino, en su plena realización, no es de este mundo; las podía denominar: temporal, histórica, colectiva, práctica,
vosotros no sois de este mundo, porque este mundo no ha política, cristológica, corporal, pneumatológica, escatológica,
proyectado vuestra existencia, ni la asegura en la muerte. Vivís eterna. Varios intentos de 'ordenar las cuestiones' y distribuir
y trabajáis en la historia y con la historia humana, pero no las 'dimensiones' en capítulos sucesivos chocan con la dificultad
estáis cerrados en ella. Jesús vive y trabaja en el mundo sin de que se trata de vida donde todo está compenetrado. Hay
ser del mundo. Vive con la gente y entre la gente; presta ser- que aceptar esta realidad viviente, este hervidero de la espe-
vicios, hace curaciones y bondad a manos llenas. Vive para ranza, no separar ni disociar estos aspectos unidos y comple-
mentarios" 30.
darse a los demás. Pero no es del mundo: no busca honores
ni riquezas para sí. Ni tampoco cedió a las esperanzas mun-
La esperanza viva es histórica y de combate, escatológica
danas que en él ponía la gente: una panacea de milagros y
y de gloria. Estos rasgos recogen algunos rasgos de la esperanza
beneficencia, una solución eficaz a todos sus problemas polí-
cristiana, en sus virtualidades teologales y en su dimensión his-
ticos y sociales.
tórica. Viva: establece su verdadero principio y horizonte, que
El misterio de la cruz-resurrección ilumina y da sentido es la gracia salvadora de Cristo y el destino glorioso definitivo.
a las realidades y realizaciones terrestres: sentido de caducidad Histórica: marca la concreción de su realización progresiva en
y eternidad, de transformación por vías de flaqueza. Experien- el tiempo. Combativa: señala la tensión entre su plenitud glo-
cia, sentido y teología de la cruz. Ha estado presente a lo largo riosa y su provisoriedad temporal. Escatológica: anticipa y se
de toda su vida, acción y predicación. Si el Reino de Cristo
encamina hacia la vida en plenitud.
fuera sólo de este mundo, lo hubiera organizado de manera
muy diferente. Con este desprendimiento Jesús trata de hacer
cristianos según el evangelio, no "ascetas" o eremitas, que es
Esperanza histórica
una posible elección ulterior. Inmersión y emersión son dos
actitudes, que responden a dos teologías. La inmersión se
La esperanza ha parecido durante siglos el punto de mayor
apoya en las teologías de la creación y de la encarnación.
fricción entre la actitud cristiana y la actitud secular. El hombre
El movimiento de trascendencia se apoya en las teologías
de la cruz y la redención, en doble sentido: a) subjetivo: cru- trabajando por las necesidades inmediatas, el cristiano prepa-
cificados al mundo, ajenos a su pecado, en lucha con su mal- rando la eternidad. La nueva teología de la esperanza le resuel-
dad; b) objetivo: crucificados con el mundo, sufriendo en él ve a la espiritualidad un grave problema que antes tenía que
y con él el peso del destino y de la injusticia, como pobres 30
R. LAURENTIN, Nouvelles dimensions de ¡'esperance, Paris, 1972 (bibl.,
y desheredados. pp. 163-188).
276 EL MUNDO DE DIOS Y DEL HOMBRE 5. DINAMISMO DE LA ESPERANZA CRISTIANA 277

afrontar en disyuntiva violenta: aquí o allí, hacer y tener o para guiar la historia, la inseguridad del futuro concreto y de
esperar. La esperanza es la virtud de la praxis histórica y anti- los caminos que a él conducen, la inseparabilidad de la espe-
cipación del Reino; y también de su prolongación escatológica. ranza temporal y la esperanza eterna, todo ello confiere a la
Virtud del tiempo hacia la eternidad. Tiene el doble funcio- esperanza teologal una responsabilidad como no ha tenido
namiento a corta y larga distancia de las virtudes teologales; nunca. No tiene por qué luchar contra las esperanzas terrestres,
ya que éstas le hacen de mediaciones y subsuelo nutricio. Como
presencia y trascendencia, con Dios y con los hombres, arrai-
el amor humano a la caridad. Tanto más hoy que la esperanza
gamiento en el tiempo y ansia de eternidad. Se demuestra vir-
se ve amenazada por hechos duros de cansancio y desen-
tud teologal realista y eficaz. No aplaza para el futuro la solu-
canto 32.
ción de los problemas, sino al contrario, se anticipa con solu-
ciones parciales la venida del Reino de Dios, que un día brillará A la esperanza teologal no le interesa apartarse de la his-
completo. "Histórica" quiere decir que arrastra la historia en toria, porque se queda sin vida ni base, ya que se nutre de
el movimiento de salvación que incluye tiempo y eternidad. la historia de salvación. En la gloria no hay esperanza, sino
La historia terrestre, por la acción del Espíritu, se convierte posesión. ¿Cómo liberarse sin huir? Hablando de presencia
en historia de salvación. cualificada, hemos visto que la libertad interior del creyente
le permite desplegar una forma de liberación intrahistórica,
"La evasión ascética con que el cristiano huye del mundo una manera de situarse dentro del mundo con actitudes, fun-
no puede ser nunca sencillamente una huida del mundo. Pues ciones definidas.
como el hombre no existe nunca sin el mundo, esa huida al
fin de cuentas no sería más que la huida ilusoria hacia un arti-
ficial mundo accesorio, mundo que de hecho no es general- Combativa
mente sino la situación del mundo de ayer: una situación más
cómoda desde el punto de vista religioso. No huida del mundo,
sino huida con el mundo hacia adelante, he ahí el movimiento La consigna es clara: vosotros sois la sal de la tierra, la
básico de la evasión ascética del mundo; huida, pues, del mundo levadura. Si el fermento se desvirtúa, se pierde él y las cosas
que se ha quedado aferrado a lo meramente actual y a lo mera- que con él se conservan. "No os conforméis a este siglo" (Rom
mente disponible... El apóstol no nos pide una negación a-dia- 12,2). En nuestro caso no se trata de separación material.
léctica del mundo; no nos exige una renuncia incondicional Como norma general en la iglesia, no es necesaria ni legítima.
a nuestro compromiso con el mundo. Sino que lo que nos pide Iría contra la misión. Pueden existir grupos separados mate-
es que estemos dispuestos para el doloroso conflicto y para
la escisión, llena de renuncias, con el mundo que a la sazón 32
"De todos los rasgos sombríos que, según los sociólogos y analistas,
se halla presente... Por consiguiente, lo que impulsa al cristiano parecen definir, de manera más clara, el perfil del hombre contemporáneo,
a la ascesis de la huida del mundo y de la renuncia al mismo tal vez el más preocupante es la pérdida de esperanza. La desmitificación
no es el menosprecio del mundo, sino la responsabilidad que del progreso, la pérdida de horizonte, la incertidumbre ante el futuro, el
hay con el mundo a causa de la esperanza: de la esperanza desencanto político y otros factores están haciendo nacer un hombre/mujer
en aquel futuro del mundo que ha sido anunciado y sellado sin metas ni referencias, espectador pasivo de la historia, buscador de su
por las promesas de Dios, y a las que nos estamos cerrando propia seguridad, individualista e insolidario, un ser humano en el que se
sin cesar con atrevimiento y desesperación"31. dibujan los rasgos de la desesperanza. Son momentos de recordar que la
Iglesia de Jesucristo tiene en medio de la historia 'la responsabilidad de la
esperanza' (J. MOLTMANN). Su primera tarea es despertar la esperanza. Y
La urgencia y gravedad de la tarea, la insuficiencia e inefi- si la Iglesia, minada ella misma por su pecado, su cobardía o mediocridad,
cacia de tantos esfuerzos heroicos de la iglesia y de la sociedad no tiene fuerza para generar esperanza en el mundo, está defraudando su
misión. De ahí la necesidad de reconstruir con vigor la esperanza cristiana
31
J. B. METZ, Teología del inundo, Salamanca, 1970, pp. 133-134; cf. entre nosotros." J. A. PAGÓLA, Perfil y pedagogía de la Esperanza cristiana:
pp. 58-59. Cf. M. BELLET, Les trois moments: Christus, 19 (1972), 129-144. Iglesia Viva, 177 (1995), 233-253.
278 EL MUNDO DE DIOS Y DEL HOMBRE 5. DINAMISMO DE LA ESPERANZA CRISTIANA 279

rialmente, que se hacen significativos gracias a su unión con y de la convivencia que él propone comporta actitudes y accio-
la comunidad cristiana que asume como propio ese valor y nes sociales, especialmente en lo que se refiere a la caridad
añade otros valores por mediación de grupos de vida y acción y al compartir. Jesús crea un mundo nuevo, no una noción
en medio de la sociedad. Pero a todos se les exige libertad nueva de mundo.
y distinción. Si no hay libertad, no hay distinción; si no hay Es la inmersión, contemplada desde otra vertiente: en el
distinción, no se puede hablar de presencia significativa33. mundo, con presencia cualificada. Cualificada ¿en qué sentido
La armonía y distinción se puede intentar en diferentes y forma, cómo se cualifica? Desde el esfuerzo generoso y sacri-
planos. Presencia exterior, no interior: trabajar en las cosas ficado por colaborar en el proyecto; y complementariamente,
del mundo y tener el corazón enteramente fuera ocupado en con la denuncia crítica de las insuficiencias e injusticias. Son
ideales de adoración. Distinción por grupos: algunos viven de formas de inserción y de interés, no de menosprecio y dis-
pura presencia y total dedicación, otros se mantienen en exis- tanciamiento. Los impulsos de la esperanza tienen la misma
tencia apartada con el corazón y la mente en el silencio, la calidad evangélica que la comunión de la caridad. En la vida
contemplación, el trabajo de familia. Dentro de una misma y la experiencia de los santos encontramos de todo. Hay mode-
persona o grupo: mantener simultáneamente vivas y activas los de santidad silenciosa y contemplativa, los hay de acción
las dos dimensiones y poner en ambas el corazón; difícil equi- caritativa; de acción social y de su expresión más acentuada,
librio, que encarna en total transparencia la palabra de Jesús: la acción política.
vivir íntimamente presente al mundo, sin ser del mundo.
Para la mayoría, el ideal es la última de las formas aludidas:
adoptar las tareas del mundo y sus valores, y desprenderse Esperanza contemplativa
y desprenderlos de las deformaciones que les sobrepone el
egoísmo, la cortedad de miras y otros vicios que normalmente La presencia activa de la esperanza toma a veces aspecto
se pegan a la actividad humana. Tampoco hay que atribuir de enajenación y extrañamiento, de nostalgia, de paréntesis
al pecado del mundo todas las resistencias y acusaciones que en espera de la gloria eterna. Son formas y formulaciones más
hace a los cristianos. No todos los contrastes provienen de fide- o menos acertadas de algo que es fundamental en la expe-
lidad al evangelio. A veces se añaden deficiencias personales riencia teologal, y podemos presentar en dos vertientes: una
y colectivas de los cristianos, que agravan innecesariamente objetiva: el dinamismo que mueve creación y las personas hacia
el conflicto. la plenitud del Reino glorioso de Dios; otra subjetiva: gemido
de la creación e insaciabilidad de los creyentes que experi-
El combate de la esperanza es una modalidad de inserción mentan ya algo de la condición gloriosa.
en forma de ruptura y profetismo. La libertad de las personas
Antes de referirnos concretamente a sus manifestaciones
y de los hijos de Dios implica lucha frente al instinto individual
sociales, como puede ser la fuga mundi, debemos presentar
y social, a las mil maneras de esclavitudes y adicciones. Jesús
el fenómeno en su significado y contenido propios. La huida
habla del pecado en términos de realidad y visión completas:
del mundo es una de las innumerables expresiones que puede
mundo del pecado y mundo del amor de Dios. No entra direc- adoptar la ruptura que comporta la experiencia de eternidad
tamente en política. Sin embargo, la renovación del hombre en la vida en el tiempo.
33
"Un compromiso auténtico, ese compromiso del que muchos hablan Valor personal. Reducimos lo que requeriría un largo dis-
quizá demasiado y que está de moda, ha de surgir de la decisión de un espíritu curso a algunas alusiones. La separación material del mundo
libre. Pero antes es necesario alcanzar la libertad. Si no, no estamos com-
prometidos en el mundo, estamos perdidos en él." G. BERGER, L'homme tiene un significado de fe, y una finalidad educativa. En fun-
moderne et son éducation, Paris, 1962, p. 195 (citado en A. M. BESNARD, Una ciones de educación, es admitida por aquellos mismos que no
nueva espiritualidad, p. 58). le conceden especial valor religioso y trascendente. Dos autores
280 EL MUNDO DE DIOS Y DEL HOMBRE 5. DINAMISMO DE LA ESPERANZA CRISTIANA 281

conocidos de la secularidad defienden la necesidad de tiempos La existencia de contemplativos es una invitación a exa-
y lugares apartados para que el compromiso en el mundo no minar el grado de vitalidad en que se encuentra el "compo-
acabe en desintegración total de la persona. No basta hacer nente contemplativo", esencial en la vida de todo cristiano.
las cosas con mirada evangélica para progresar; es necesario Con la separación del mundo sucede como con la presencia
a ratos interrumpir la tarea humana o apostólica, para reen- en él. Es tarea de todos, que luego cada uno realiza con mayor
contrarse. No es necesario que se haga en soledad encerrada o menor concentración.
y de por vida. Fuga mundi. La "huida del mundo" es la expresión de una
Vocaciones contemplativas. Nos encontramos ante una for- mentalidad y praxis espiritual, que ha influido poderosamente
ma carismática de vida eclesial, que marca netamente la sepa- en la espiritualidad cristiana hasta hace muy poco. Esta actitud
ración material frente a la sociedad en que está situada. Tales dura y desafiante ha provocado posteriormente reacciones
grupos contemplativos son presentados por la iglesia oficial igualmente duras y polémicas en la interpretación y valoración
como realización excelente de la misión eclesial. Es decir, no de la misma. Es obligado decir una palabra, por razones de
son marginados o tolerados, sino expresiones eminentes de la información y de valor. Huida y libertad de comodidades y
vida cristiana. Este hecho, y no solamente la historia, obliga placeres, de los negocios y condicionamientos de una sociedad
a enfrentarse con el significado espiritual de la huida material satisfecha y cerrada. No es desentenderse del dolor y la pobre-
del mundo. En el caso del contemplativo, la postura es más za, el sufrimiento, el servicio. No rehusa el trabajo ni la ayuda.
radical y profunda. La huida tiene valor de opción; y tiene La cultiva en una forma peculiar. Para el monje que vivía reti-
valor de realización eclesial, al representar de manera con- rado, solo o en comunidad, el alejamiento no significa des-
centrada y visible una dimensión que en la iglesia general des- precio de la cultura o civilización, con sus progresos y con-
taca menos por ir mezclada con muchas otras. Es amor y ser- quistas, ya que llevan a sus soledades lo mejor de la cultura
vicio a Dios por él mismo, sin paliativos, sin otros puntos de cristiana y pagana: libros, trabajo, obras, artes, etc. San Jeró-
apoyo secundarios que puedan disimular el riesgo de la dedi- nimo se retira con todos sus afanes culturales y apostólicos.
cación total de la existencia cristiana. El contemplativo puede Lo que dejan o rechazan son ciertos valores o estilos de la
hacer trabajos materiales, ganar su vida. Pero la forma de vida vida "urbana" que no comparten.
está organizada en función total de la búsqueda de Dios. Analizar en detalle intenciones y realizaciones, actitudes
Valor testimonial comunitario y permanente. Los cambios y gestos, de personas de diferentes culturas en una historia
personales tienen visibilidad parcial, en el tú a tú. Se necesitan que dura muchos siglos es tarea que requiere información, con-
formas institucionalizadas que la sacramentalicen, y no se limi- textualidad, matices innumerables. Ha habido de todo, y en
te al ejercicio discrecional de cada uno en su ambiente. Lo conjunto cumplió su función. Lo que tal vez podemos juzgar
mismo que hemos visto con la caridad social y la oración públi- como extraño y "desfasado" son las secuelas que ha tenido,
ca. El misterio de la adoración y de la gratuidad, de la vida, es decir, la prolongación de algunos de esos gestos y estilos
en las existencias contemplativas se hace llamativo, chocante, de vida, cuando la sociedad y la iglesia habían cambiado su
perceptible para muchos. No hay motivo para decirlas inac- contexto y significado. Sobre historia, valor cristiano y signi-
tuales, porque otros no lo entiendan. Como tampoco entienden ficación espiritual hay infinidad de escritos 34.
ciertas expresiones en la vida de sacerdotes y religiosos. Tal Huidas en falso. Hay muchas maneras inauténticas de huida
vez en el futuro cambien o desaparezcan ciertas formas de y alejamiento del mundo. Se encuentran por igual entre espi-
existencia cristiana. Mientras cumplen una función relevante, 34
aunque limitada, tienen razón de ser. En el futuro, el Espíritu Cf. AA. VV., La separación del mundo, Madrid, 1963; AA. VV., La
notion de «Mépris du monde» dans la tradition spirituelle: RevAscMyst, 41
proveerá otros cauces que renueven o sustituyan a éstos. La (1965), 233-428; C. TRUHLAR, Fuga dal mondo e coscienza cristiana ogj>i, Pes-
vida contemplativa bien llevada es un testimonio fehaciente cara, 1966. Son conocidos los trabajos de R. BULTOT y las discusiones a que
de la esperanza. han dado lugar.
282 EL MUNDO DE DIOS Y DEL HOMBRE 5. DINAMISMO DE LA ESPERANZA CRISTIANA 283

rituales retirados y entre los metidos en negocios y apostolado. Aspiraciones. Lo mismo que hemos hecho en el apartado
Hay en la actualidad cristianos "mundanizados", que huyen anterior, tenemos también aquí que sacar el tema del ángulo
del verdadero mundo para no compartir sus penalidades, ni ascético en que frecuentemente lo ha estudiado la espiritua-
sufrir las carencias e inseguridades de quienes viven metidos lidad anterior: enredos del mundo, distracciones del mundo,
en el mundo. Rehuir lo que significa dolor, incomodidad, sacri- huida del mundo. Predomina la cuestión de sentido cristiano
ficio, servicios no remunerados o ni gratificantes. Hay un y teológico, de sentido y valor. Desde ahí hay que hacer la
mundo del dolor, que no deforma, sino todo lo contrario, primera lectura y la última, por lo que se refiere a comprensión
que ayuda a comprender y a vivir en serio la vida evangélica. y modos de actuación. Esperamos y necesitamos gracia y gloria,
Y en ese mundo vive la mayoría de las masas, agobiada de misericordia y transformación en vida divina 3-\
miedo y sufrimientos, afanes e insuficiencias. Vivir en el mun- Silencios y carencias. Es necesario explicitar con mayor fre-
do de la miseria o estar en contacto con él es hoy, para todo cuencia y claridad el término definitivo de la esperanza: la glo-
cristiano, uno de los medios más eficaces de educación evan- ria. No para reconstruir en detalle sus contenidos. Hay que
gélica y espiritual. hacerlo más bien para salir del círculo vicioso en que se
encierra la fe y la teología, hablando constantemente de "es-
catología", como de un movimiento que lanza la historia per-
sonal y colectiva hacia delante, pero sin salir de la órbita tem-
Esperanza de gloria
poral. La tensión escatológica acaba por reducirse a una pro-
longación tensa e indefinida del orden temporal. Delata un
La "esperanza viva" encierra varios elementos esenciales. sentido de la realidad "última" de contenidos poco precisos.
Se encuentran resumidos en el saludo-bendición con que La esperanza cristiana, que fomenta ese impulso, propone
empieza la carta de San Pedro: "Bendito sea Dios y Padre como objeto principal una ruptura de nivel en la historia de
de nuestro Señor Jesucristo, que por su gran misericordia nos los individuos y del mundo, en que Dios da comienzo a la
reengendró a una esperanza viva por la resurrección de Jesu- eternidad gloriosa36.
cristo de entre los muertos, para una herencia incorruptible, Testigos de vida eterna. Como en todas las vocaciones y
incontaminada e inmarcesible, que os está reservada en los denominaciones generales (apóstoles, sacerdotes, religiosos,
cielos" (lPdr 1,3-4). laicos, etc.) se dan todos los niveles de realizaciones: buena,
Hablar de gloria es hablar de muerte y resurrección nuestra. mediana y mala; así sucede también con la vida contemplativa.
Esto nos coloca de lleno en el misterio de Cristo resucitado. Pero tenemos que decir que en sus formas de realización nítida
El es personalmente el contenido y el fundamento de nuestra son testigos de la esperanza abierta, de la gloria como vocación
gloria: participación en su humanidad gloriosa, por su gracia verdadera y definitiva, de la comunión transformada en Dios
y misericordia. Asemejarnos a él, a su imagen gloriosa. Ese
es el sentido de la vida cristiana. Esto no hay que recordarlo 35
S. GUERRA, Pasado, presente y futuro de la escatología: RevEspir, 33
solamente cuando se habla del misterio de Cristo, sino también (1974), 153-179. Concluye la reflexión con una pregunta: "No quisiéramos
cuando se habla del "futuro de la creación" o del mundo. concluir sin al menos nombrar algunos problemas que suscitan las modernas
perspectivas escatológicas. ¿El moderno fenómeno de la ausencia de Dios,
La tensión escatológica de la esperanza implica no sólo la experiencia, no de su cercanía, sino de su lejanía, no será más bien una
movimiento, sino meta, punto de referencia y de llegada: el toma de conciencia del carácter de 'futuro' y de 'prometido' que tiene el
"más allá", en términos espacio-temporales; glorificación, glo- Dios de la revelación?"
56
ria, estado glorioso, en expresión cristiana. Esa gloria vivifica B. SECONDIN, Speranza ed escatología. La testimonianza della vita con-
ya desde ahora y da sentido a la existencia histórica; lo mismo sacrata: Communio, 148 (1996), 40-67. El autor llama justamente la atención
sobre el debilitamiento de la "esperanza de gloria". A continuación "racio-
que la existencia temporal dará contenidos y calidades a la naliza" el fenómeno con sucedáneos y equivalencias, y no saca las conse-
vida gloriosa. cuencias espirituales que de él se derivan.
284 EL MUNDO DE DIOS Y DEL HOMBRE

como forma definitiva de la caridad. Es un carisma, como ya


dijimos a propósito de la presencia en el apartado anterior.
Todo cristiano lo lleva o debiera llevarlo en medida relevante;
pero en algunas personas adopta formas existenciales que lo
hacen representativo, estimulante y ejemplar.

7
SANTIDAD CRISTIANA

En esta palabra ha condensado la tradición cristiana sus


mejores esencias de gracia y vida, de experiencia y servicio.
En ella culminan y se armonizan las personas y mediaciones
ya estudiadas. Hacia la santidad tienden las funciones y dina-
mismos que veremos a continuación. La realidad se presenta
en tres modalidades y formulaciones complementarias. San-
tidad: comunicación y reflejo de Dios, perfección, gracia y vida,
transformación, generosidad de respuesta. Santificación: indica
la obra de la gracia y el proceso de trasformación que lleva
a cabo en el sujeto con la colaboración libre de éste. Santo:
persona concreta transformada por la comunicación de Dios
y la libre acogida y respuesta.
Ha sufrido cambios en la historia: en la vida de los santos
mismos, en la devoción hacia ellos, y en las ideas teológicas
elaboradas para su comprensión. Cada siglo o cada época
desarrolla su sensibilidad y privilegia ciertos ideales de san-
tidad. Todo ello forma, constituye un legado de experiencia
y doctrina irrenunciable para la iglesia y para la teología espi-
ritual.
El Concilio Vaticano II lleva a cabo una obra importante
en este sector. Ha sido calificado como "concilio de la san-
tidad". Su aportación se manifiesta en varias direcciones:
a) Observación de los hechos y datos de la experiencia actual:
tantas manifestaciones concretas de santidad cristiana que no
tenían fácil cabida en los esquemas teológicos y espirituales
ni en las categorías litúrgicas anteriores, b) Esos hechos han
llevado, por la lógica interna, a revisar la noción de santidad
cristiana y darle una fundamentación y formulación más bíblica
y teológica, c) De ahí pasa a señalar los diferentes carismas
286 SANTIDAD CRISTIANA 1. SANTIDAD, PERFECCIÓN, CARIDAD 287

y formas existenciales que más frecuentemente adopta: en a explicar estos términos u otros equivalentes. A través de l a s
situaciones de la vida cristiana y humana, como el laicado, la palabras, observa la acción de la gracia, la experiencia en
espiritualidad conyugal, vida sacerdotal y religiosa, el ecume- desarrollo, las resonancias en la persona y en el ambiente.
nismo, la apertura al mundo, la sensibilidad religiosa y social 1 .
La teología espiritual desarrolla ampliamente la base doc-
trinal, pero cuida sobre todo el aspecto dinámico y operativo Santidad
de la santificación y de los santos efectivos, no solamente de
los canonizados. La dinámica mistagógica del capítulo lleva Empezamos por la realidad vivida; el santo, los santos. \
doctrina, ideales, realizaciones concretas y variadas. El concilio partir de ahí se entienden los nombres y nociones. En sentido
ha traído novedad en la valoración de la santidad y de sus bíblico, Dios es el Santo y fuente de toda santidad, en su ser
varias formas, en la depuración teológica y espiritual de su y obrar salvífico. Santifica a "su" pueblo y a las personas que
significado. Pero no ha despertado interés generalizado por lo forman. Presentamos sucesivamente los varios planos, para
ese proyecto como plenitud normal de vida cristiana 2 . que mejor aparezca la riqueza de contenidos:

1. Santidad, perfección, caridad. Dios es Santo. La santidad es cualidad esencialmente divi-


2. Ideal de santidad. na, que resalta cuando Dios infinito entra en contacto y en
3. Plenitud de vida cristiana. contraste con el hombre. Propiedad personal, es decir, esencial
4. Los santos en la iglesia y en la teología. y relacional al mismo tiempo.

"Lo santo en el lenguaje bíblico designa una realidad com-


1. Santidad, perfección, caridad pleja que toca el misterio de Dios, el culto y la moral, englo-
bando y sobrepasando las nociones de sacro y puro. La noción
Lo que denominamos comúnmente santidad o perfección bíblica se refiere a la fuente de la santidad, a su comunicación
recibe diferentes nombres y aplicaciones en la Biblia, teología, a los hombres por la participación del Espíritu, y en el hombre
espiritualidad, liturgia. El término "santidad" califica a per- a su irradiación vital ética... Dios es santificado, en el sentido
sonas y objetos: santidad de Dios, de Cristo, de la iglesia, del de manifestar con obras divinas su santidad, esencia de su divi-
cristiano, lugares santos, libros santos, costumbres santas, etc. nidad, y en el sentido de ser reconocido y adorado como Santo.
Las varias aplicaciones guardan jerarquía y dependencia, se Dios por fin santifica, hace santo: su nombre, Israel, el sábado...
En particular, Dios santifica a su Pueblo, purificándolo de toda
esclarecen unas con otras. La teología espiritual no se limita
mancha, y exigiendo una santidad vivida y progresiva" 3.
1
M. GONZÁLEZ, Hagiografía: Epifanía de Dios: Comunidades, 91 (1997),
"Fichero de materias", pp. 1-24 (bibl. abundante y clasificada); J. OLAZARÁN, Jesucristo es el santo de Dios por excelencia, Dios y hombre en
Bibliografía sobre la santidad: Manresa, 36 (1964), 259-276; D. DE PABLO MARO- su persona, participación y reflejo del Padre en toda su existencia,
TO, La espiritualidad del Concilio Vaticano II. Bibliografía fundamental: RevEs- mediador de santificación por el Espíritu Santo. En él ha puesto Dios
pir, 34 (1975), 235-238. Cf. J. M. CORDOBÉS, Santidad y Concilio Vaticano su morada y su complacencia: es altar de la alianza, templo, víctima,
II. Introducción histórico-doctrinal: RevEspir, 34 (1975), 149-165; G. CAPRILE, culto, caridad, mediador. Santidad en todos los sentidos: ontológica,
// Concilio Vaticano II. Cronache del Conc. Val II, vol. II, Roma, 1966, cultual, moral, psicológica (cf. Ef 1,3-13).
pp. 154-177; P. COCHOIS, "L'enseignement de Vatican II sur la sainteté", en
AA. VV., Saints d'hier et sainteté d'aujourd'hui, Paris, 1966, p. 144. Condición de un pueblo. Al comunicarse, Dios suscita un pueblo
2
El entusiasmo que el tema de la santidad despertó en los años del santo. Lo escoge para el culto y para ser testigo y testimonio ante
inmediato posconcilio no ha tenido continuación en los estudios teológicos los demás pueblos de su bondad. Lo confirma con hechos y lo declara
y espirituales. Los niveles de interés no corresponden al ritmo de documentos 3
y canonizaciones. Influyen también otros factores religiosos y culturales. Cf. L. MENDIZÁBAL, Vocación universal a la santidad: Manresa, 36 (I9(>4)
S. GAMARRA, Teología espiritual, Madrid, 1994, pp. 177-181. 156-157.
288 SANTIDAD CRISTIANA 1. SANTIDAD, PERFECCIÓN, CARIDAD 289

explícitamente: "Ahora, si de veras escucháis mi voz y guardáis mi


alianza, vosotros seréis mi propiedad personal entre todos los pueblos, Perspectivas
porque mía es toda la tierra; seréis para mí un reino de sacerdotes
y una nación santa" (Ex 19,5-6). Algunos términos tradicionales, conocidos y comúnmente
La comunidad cristiana. En la nueva alianza, se mantiene e inten- usados, ponen en particular relieve ingredientes y aspectos
sifica la relación. "Así como el que os ha llamado es santo, así también importantes de la santidad cristiana. En la brevedad de una
vosotros sed santos en toda vuestra conducta; como dice la Escritura: o dos palabras, son definiciones condensadas de la realidad.
Seréis santos, porque santo soy yo (Lv 19,2)" (lPdr 1,15-16). "Sed
Enumero brevemente algunos, no solamente porque conservan
perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto" (Mt 5,48). El
mismo texto de (Ex 19) es reasumido con nuevo vigor y más amplio validez, sino porque sirven para entender las fuentes y los uti-
contexto en el Nuevo Testamento (cf. lPdr 2,5-9 ss.): "Vosotros sois lizaré frecuentemente a lo largo del libro 6 .
linaje elegido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido, para Perfección. Muy usado, sólo o con complemento: perfección
anunciar las alabanzas de Aquel que os ha llamado de las tinieblas cristiana, perfección de la caridad o de la unión, de las virtudes.
a su admirable luz." Se refiere a la integridad de las operaciones, al desarrollo del
Las personas. Cada persona recibe su gracia y misión, con la con- don inicial, en consonancia con el fin sobrenatural y natural.
siguiente exigencia moral. El profeta Isaías, ante la manifestación Si el ser que desarrolla se entiende en su plenitud incluyendo
de Dios tres veces santo, queda sobrecogido en la conciencia viva la nueva vida puesta por el bautismo, entonces perfección res-
de su impureza y de su finitud. Mas no se acerca Dios para oprimir, ponde a un sentido enteramente cristiano. Cuando se utiliza
sino para santificar y salvar, purificar (cf. Is 6). Misión y purificación para indicar el desarrollo del hombre en sus facultades natu-
que el cristiano recibe en el bautismo. "Los seguidores de Cristo,
rales, entonces reduce su significado y alcance al ámbito del
llamados por Dios no en razón de sus obras, sino en virtud del desig-
nio y gracia divinos y justificados en el Señor Jesús, han sido hechos perfeccionamiento natural.
por el bautismo, sacramento de la fe, verdaderos hijos de Dios y Unión de amor. Es palabra de tono más teologal y dinámico
partícipes de la divina naturaleza, y por lo mismo, realmente santos" a la vez. Pone la santidad en la relación con Dios: pasiva y
(LG 40). activa, mera gracia y fiel servicio, transformación, igualdad de
Toda santidad, personal o colectiva, es primordialmente gracia amor. No alcanza, en el uso común, la frecuencia de las ante-
y pasividad. "El término 'santificación' recalca más bien la acción riores. Está bien centrada en la prioridad cristiana de la cari-
de Dios: los 'santos' son, no los santos en el sentido moderno que dad; pero la expresión parece culta. Es la preferida de algunos
pone el acento en la grandeza moral, sino aquellos que Dios ha lla- autores, como san Juan de la Cruz.
mado, consagrado, destinado para El. Donde el hombre moderno Cumplimiento de la voluntad de Dios. Expresión de sentido
tiende a idear la santidad en sentido subjetivo, la Biblia (y especial- claro. Ha gozado de mucha aceptación en algunas épocas. En
mente san Pablo) la ven objetivamente. En otras palabras, santo en
algunos autores tiene explicación marcadamente moralizante.
el sentido bíblico de la palabra no es aquel que ha hecho grandes
cosas por Dios, sino aquel en quien Dios ha hecho grandes cosas" 4. Al sacarla de su contexto dinámico, se empobrece y se reduce
Las distintas acepciones guardan unidad de origen, de comuni- al cumplimiento de las normas y leyes, que expresan la voluntad
cación y de irradiación: ser de Dios, gracia y acción de Dios sobre de Dios. Por ello había perdido últimamente mucho de su
el hombre, conformación de éste a la imagen de Cristo, renovación
moral, irradiación testimonial. La santidad cristiana es ministerio y WART y J. M. FISCH, La sainteté du peuple de Dieu [Presentation de quelques
misión 5. publications recentes a la lumiére du Vatican II: NRT, 87 (1965), 1023-1046;
38 (1966), 14-40]; F. GIARDINI, Santitá di Dio e santificazione dell'uomo nell'An-
4
D. M. STANLEY, Resurrección in Pauline Soteriology, Roma, 1961. Cf. tico Testamento: RivAscMis, 11 (1966), 17-43; C. SPICQ, Théologie morale du
D. BONHÓFFER, El precio de la gracia, 2.a ed., Salamanca, 1968 ("Los santos", Nouveau Testament, I, París, 1958, pp. 17-22 (bibliografía abundante).
6
penúltimo cap.). Cf. S. GAMARRA, Teología espiritual, pp. 192 ss.; J. DE GUIBERT, Theologia
5
G. HELEWA, "Alleanza e santitá del Popólo di Dio", en AA. VV., La spiritualis ascética et mystica, Roma, 1952, pp. 37-109 (expresiones tradicio-
santitá nelia costituzione concillare sulla Chiesa, Roma, 1966, pp. 51-77; REN- nales).
290 SANTIDAD CRISTIANA 1. SANTIDAD, PERFECCIÓN, CARIDAD 291

valor. Se vuelve a recuperar, reinsertada en su contexto bíblico: que sois mis discípulos, si tenéis caridad unos con otros (Jn
el que ama al Padre, cumple su voluntad; si me amáis, guar- 13,34-35).
daréis mis mandamientos (Jn 14,15 ss.). No se trata de una
voluntad de Dios prefijada y conocida en detalle y de un cum- "Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?
plimiento de mera ejecución. Se refiere a una voluntad con El le dijo: Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con
frecuencia imprevisible, laboriosa, que hay que encontrar a toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más grande y
propio riesgo. el primer mandamiento. El segundo, semejante a éste, es: Ama-
Imitación y seguimiento de Cristo. Es un ideal y camino de rás al prójimo como a ti mismo. De estos dos preceptos penden
santidad que ha tenido mucha aceptación en la espiritualidad toda la Ley y los Profetas" (Mt 22,35-40). "Un precepto nuevo
os doy; que os améis los unos a los otros como yo os he amado,
cristiana. Habría que ahondarla con las modalidades del segui-
que os améis mutuamente. En esto conocerán todos que sois
miento, la configuración y transformación en Cristo. En algu- mis discípulos, si tenéis caridad unos para con otros" (Jn
nas escuelas de espiritualidad ocupa el centro: imitar las acti- 13,34-35)
tudes y los sentimientos, no solamente los gestos. Basta que
la imitación no reemplace a la unión; y que se entienda de
dentro hacia afuera: comunión, actitudes, obras y gestos. Es b) Los hechos y palabras de los apóstoles y comunidad
una perspectiva típicamente cristiana, a condición de que no primitiva están marcados por el principio caridad: compartes
destruya la creatividad personal, y quede reducida a copia el amor, la oración, los bienes, los servicios y el anuncio. El
material de gestos y palabras. libro de los Hechos hace una narración inmediata de la unidad
con colores vivos. Más llamativa, teniendo en cuenta las dis-
Ejercicio heroico de virtudes. Es otra forma de realizar la
tancias religiosas, culturales, afectivas, que mediaban entre los
santidad. Válida, si se entiende en primer lugar de las virtudes
varios pueblos. San Pablo lo ha formulado en el himno a la
teologales. Suena un poco a moralismo y ascetismo, y se presta
caridad y a cada paso: "Por encima de todo esto, vestios de
a equívocos. El "heroísmo" se entiende, dada su excepciona-
la caridad que es el vínculo de la perfección" (Col 3,14; cf. ICor
lidad, como signo manifiesto de la intervención especial de
13; ITim 1,5). La primera carta de san Juan es la confirmación
la gracia.
teológica y experiencial.
c) Santo Tomás hace un razonamiento sencillo para dar
forma teológica a esta verdad evangélica: "Cualquier ser es
Primacía de la caridad perfecto, cuando alcanza su propio fin, que es su última per-
fección. Ahora bien, el último fin de la vida humana es Dios,
y la caridad nos une con El, conforme a la palabra de san
En esa larga cadena de elementos y actividades que es o
Juan: quien vive en caridad está en Dios ( U n 4,16). Por tanto,
implica la santidad cristiana, la caridad destaca como principio
la perfección de la vida cristiana está principalmente en la cari-
y fin, donde se arraigan y convergen todos los demás. De ahí
dad" (II-II, q. 184,1).
se siguen importantes consecuencias teóricas y prácticas, a la
hora de programar y de apreciar resultados. d) Caridad y amor de Dios en sentido recíproco. La cari-
dad cristiana ensancha y ahonda, porque es gracia y comunión
a) La palabra y vida de Jesucristo. No es necesario hacer con Dios, amor filial, recibido y dado. Confianza absoluta, aun-
un grande análisis para identificar el núcleo. Jesucristo lo que Dios no hable o no responda, aunque parezca no hacer
declara de manera explícita y repetida. Lo vive: ha venido para caso o no dar lo que se le pide. Y amor a toda prueba, en
amar, salvar, dar la vida, que es la máxima expresión del amor. todo momento, no sólo durante las horas de culto o en el
Es el primer mandamiento: amar a Dios y al prójimo; ahí está momento del fervor, o en la desgracia. Caridad encarnada en
incluida toda la ley y los profetas. En esto se realiza y conoce el amor fraterno: de afecto, de obras y servicios, de humildad
292 SANTIDAD CRISTIANA 2. IDEAL DE SANTIDAD 293

y perdón. Conciencia de que Cristo vive y ama en mí y en Es proyecto orientador, no idealización, ni prescripciones deta-
el hermano. lladas y uniformes.
e) La palabra del santo y del místico. Para entrever la Con la doctrina y la experiencia de los santos, es posible
generosidad de Dios, las posibilidades y capacidades de la per- formular una serie de elementos o dimensiones que integran
sona transformada por la caridad, hay que mirar a la revelación síntesis general. No se intenta fijar un esquema válido para
actualizada en los hechos y palabras de personas invadidas por todos. De poco serviría para los santos ya hechos, que lo tienen
el Espíritu Santo. Sería la antología más bella y verdadera que propio; ni para quienes intentan santificarse, y que ven su vida
se puede imaginar. La perfección cristiana no es un secreto inundada de factores imprevistos. En cada persona, el Espíritu
o programa complicado para intelectuales. dibuja o esculpe una nueva semejanza de Cristo.
Sin embargo, tiene razón de ser el ensayo de trazar un
Definiciones. Resumiendo las enseñanzas bíblicas, se pue- proyecto con amplio margen, con todas las salvedades que se
den formular algunas definiciones, mejor dicho, descripciones quiera. Presta un servicio válido a la hora de apreciar la san-
informales de la santidad. tidad de los santos, y a la hora de crear la propia. Orienta
hacia los valores más estables, sensibiliza a la presencia de cier-
Descripción del Concilio: "Una misma es la santidad que tos componentes que de otro modo pasarían acaso desaper-
cultivan, en los múltiples géneros de vida y ocupaciones, todos cibidos por mucho tiempo. Se pueden evitar muchos escar-
los que son guiados por el Espíritu de Dios, y obedientes a mientos y encauzar bien la experiencia y los esfuerzos desde
la voz del Padre, adorándole en espíritu y verdad, siguen a un principio.
Cristo pobre, humilde y cargado con la cruz, a fin de merecer
ser hechos partícipes de su gloria. Pero cada uno debe caminar En un primer momento se alude a la variedad de pers-
sin vacilación por el camino de la fe viva, que engendra la espe- pectivas posibles y reales, que concretan el ideal de perfección
ranza y obra por la caridad, según los dones y funciones que cristiana, dos en especial. Tanto el criterio teológico como el
le son propios" (LG 41). canónico señalan una pista convergente para trazar el ideal,
En perspectiva dinámica: Santificación es la obra del Espí- aunque no lo nombren ni organicen con este mismo esquema.
ritu Santo en la iglesia, en virtud de la cual el hombre, en A base de virtudes teologales y morales, fidelidad a la vocación
todas las dimensiones de su existencia, es renovado a imagen y el servicio, organizan los materiales que aquí presentamos
de Cristo, y se hace reflejo e instrumento dócil de la voluntad en las cuatro dimensiones que integran la auténtica santidad
divina para su obra de salvación en el mundo. Proceso lento cristiana.
y vital que solamente al final de los tiempos alcanzará su ple-
nitud. a) Dimensión teologal. Recogiendo los datos de la reve-
lación, de la teología y de la experiencia, la santidad completa
está integrada por tres dimensiones: teologal, moral, psicoló-
2. Ideal de santidad gica. El ideal sería que se desarrollaran paralelas y compe-
netradas estas tres dimensiones. Pero esto no sucede normal-
La descripción bíblica y teológica pone de relieve la fuente mente, ni siquiera entre los santos canonizados. Evidentemen-
divina, la gracia y dignidad, la coherencia moral que comporta. te, en toda santidad existirán las tres, por lo menos en un grado
Realidad de gracia y de vocación, con funciones esenciales en mediano de realización; y cualquiera de ellas que se inten-
la vida de la iglesia y en el anuncio de evangelio. Necesitamos sifique tira de las otras dos.
una prolongación que explique las formas, los recursos y La primera y más importante es la dimensión teologal.
medios en que se desarrolla el "ser santo" de una persona Incluye la relación personal con Dios en fe y amor: recibir
concreta a lo largo de su vida. Sin proyecto orientador, la lla- y dar, escucharle y hablarle. Va dentro también el trabajo apos-
mada 5 la obligación de la santidad queda en palabras y deseos. tólico, cuando reviste carácter personal de servicio a su Reino,
294 SANTIDAD CRISTIANA 2. IDEAL DE SANTIDAD 295

no de simple actividad religiosa. Se realiza por medio de la Jesucristo sin tener la impresión de meterse en la piel de un
fe, la caridad, la esperanza. Santo es el que está invadido y Judas o de contradecir su anhelo más vivo de alegría, entonces
cogido por Dios, conquistado enteramente por su amor; y al este hombre ha oído la llamada de la santidad" 7.
mismo tiempo ha hecho de ese amor el centro de su ser y
de sus movimientos. b) Dimensión moral. La perfección cristiana tiene dimen-
Pone la meta en la unión de personas, más que en el con- sión moral y ética insustituible. Conlleva el ejercicio constante,
seguimiento de ciertos objetivos o de ciertas virtudes morales. fiel y progresivo de las virtudes morales. Son despliegue y mani-
Perfección personal es la entrega incondicional al otro por festación de la trasformación, como prolongación de la trans-
medio del amor y la total disponibilidad para el servicio. Si formación teologal, aplicada a las distintas facultades de las
este primer elemento se desarrolla, el cristiano es santo, aun- personas y a las distintas interpelaciones de la existencia. Faci-
que los dos siguientes anden escasos. Resulta, sin embargo, litan e intensifican el encuentro con Dios, consigo mismo y
difícil controlar el progreso o grado teologal de relación íntima con los hombres.
con Dios, ya que el amor no siempre acierta en los gestos Existe en algunos la tendencia a fiarlo todo de actitudes
y, además, se oculta al mismo que lo tiene, se muestra más teologales, sin mayor cuidado de cultivar las virtudes morales.
exigente e insatisfecho cuando más adelante va. No ofrece garantías de autenticidad esa tendencia a la gene-
Aunque parezca abstracto este ideal, resulta connatural al ralización, aunque puede ser el fruto maduro del ejercicio pro-
cristiano profundo, porque pone en primer lugar los grandes longado de las distintas virtudes cristianas. Es necesario
dones de Dios, la realidad filial de la vida nueva. El interés desarrollar, especialmente en período de formación, las prin-
que suscitan las obras de los místicos: las de sor Isabel de la cipales virtudes morales con especiales cuidados.
Trinidad, por ejemplo, lo demuestra. El teologalismo de la san- Pueden también ser practicadas como norma de coherencia
tidad es más descendente que ascendente. Atiende primero ética y sentido de deber, dignidad, etc.; sin referencia explícita
a la intervención de Dios en la propia vida, la reorientación a las teologales y a la unión con Dios. Se trata de un valor
personal es consecuencia. auténtico, aunque no es la santidad de que hablamos aquí.
Dan como resultado una persona autónoma, "perfecta" en el
"Poseídos por Cristo. 'Habiendo sido yo mismo prendido sentido humanista de la palabra (todo un "caballero", o un
por Cristo Jesús...' Si hiciéramos comparecer a todos los santos "gentleman"). Se consigue un alto grado de perfección ética;
de todos los tiempos, repetirían esta frase de san Pablo, uno falta, en cambio, la relación religiosa, el sí a un Dios personal,
tras otro. Nadie es cristiano si no profesa que 'Jesús es Señor' en amor y dependencia filiales. Se puede ser virtuoso, sin con-
(cf. Rom 10,9; ICor 12,3); nadie llega a ser santo si no puede ciencia religiosa, y menos teologal. Es un ideal que no carece
decir 'Jesús es mi alegría', 'Jesús es mi vida' (cf. Flp 1,21). de encanto y méritos humanos. Pero a la larga deprime, por
No se llega a ser santo por azar, no se llega a ser santo por su falta de misticismo y de contenido interior. Hoy goza de
dedicar el alma a cualquier programa teórico de perfección. menor prestigio que hace un siglo.
Pero cuando un hombre ha vuelto a encontrar a Jesucristo en
un encuentro inefable; cuando, por causa de Jesucristo, ha Para la percepción humana resalta más el aspecto moral.
comenzado a abandonar muchas cosas, y hasta el cuidado de El grado de intimidad con Dios, aun suponiéndolo auténtico,
hacer de su vida lo que pensó hacer al principio; cuando, de no es fácilmente perceptible. Entonces juzgamos por las vir-
día y de noche, solo o entre los hombres, atento o distraído, tudes; con peligro de valorar las virtudes humanas, como la
siente todo su ser invariablemente atraído hacia este Cruci- cortesía y los buenos modales, más que las virtudes cristianas
ficado-Glorificado, dándole gloria de este modo, a él que había de la abnegación, la caridad heroica, la fortaleza. Por eso mis-
afirmado solemnemente su intención de ejercer sobre el cora- mo, adquieren gran relieve en la canonización. Reflejan la cali-
zón humano la irresistible atracción de su Corazón divino (Jn
12,32); cuando este hombre no puede esforzarse en olvidar a 7
A. M. BESNARD, Vida y combates de la fe, Madrid, 1967, p. 178.
296 SANTIDAD CRISTIANA 2. IDEAL DE SANTIDAD 297

dad y hondura de las virtudes teologales. Y porque los santos de la naturaleza, de sus facultades y operaciones, dignifica la
canonizados necesitan ejemplaridad. No basta santidad en el vida humana: "La santidad suscita un nivel de vida más humano
secreto de su conciencia. Por eso, cuando la Congregación incluso en la sociedad terrena" (LG 40). Al realizar su propio
rechaza un "proceso", no dice que la persona carezca de san- fin, la iglesia "difunde sobre el universo, en cierto modo, el
tidad efectiva. Dice solamente que, en tales condiciones de reflejo de su luz, esperando, curando y elevando la dignidad
carencias morales o psicológicas, no conviene proponerla como de la persona, consolidando la firmeza de la sociedad..." (GS
modelo a toda la iglesia. Concluyendo, la perfección moral, 40). Estas afirmaciones valen tanto para la persona como para
que por sí sola es insuficiente para encarnar la santidad evan- la sociedad, a que se refiere el punto anterior.
gélica, adquiere pleno sentido y relieve cuando se integra con No cabe duda que la gracia se desarrolla en las condiciones
la dimensión teologal. Porque representa una aportación nece- psíquicas del sujeto. Entra en la definición misma de la espi-
saria. Si quitamos la conducta moral, la santidad teologal per- ritualidad. Hay naturalezas favorecidas, predispuestas para
dería buena parte de su valor propio y de signo sacramental sembrar en ellas santidad: temperamentos fuertes, magnáni-
que es básico en la santidad 8 . mos, pacientes, generosos. La semilla produce aquí ciento por
c) Comunión eclesial. Esta dimensión prolonga la caridad uno. Sin entrar en categorías de superioridad o inferioridad,
teologal, como parte de la misma. En la santidad cristiana tiene se perciben diferencias relevantes para la santidad mientras
importancia capital, en todas las fases de desarrollo, no sola- se consigue y después de conseguida. El ideal diferirá según
mente en el momento de la plenitud. Por estar integrado en de quien se trate, hombre o mujer, activo o no activo.
la caridad teologal, no se suele presentar el elemento eclesial Mucho se ha estudiado la peculiaridad que ofrecen los
por separado. Es necesario destacarlo de manera explícita, ya diversos tipos en el proceso de santificación: temperamento,
que tiene relieve especial, y como se deriva de la teología mis- carácter, modalidades religiosas derivantes. El tipo caracteriza
ma de la santidad, eclesial por naturaleza (n. 2). La plenitud la santidad de los ya canonizados; y al mismo tiempo orienta
de lo cristiano lleva por su peso y fuerza a la comunidad, la el esfuerzo de quienes aspiran a la santidad. Los cuadros de
comunión, solidaridad y servicio. Es la familia de Dios, que clasificación se toman de la psicología, para aplicarlos luego
une y salva en comunidad. a la experiencia religiosa y espiritual. La gracia y el esfuerzo
En el caso del cristiano, el vínculo con su iglesia reviste pueden renovar la estructura psíquica de la persona; pero se
particular significado y amplitud. El desarrollo personal incide mantiene siempre dentro de su línea.
y coincide con la creciente comunión y solidaridad de iglesia,
tanto en la experiencia interior como en las tareas de servicio.
Esta solidaridad adopta las modalidades apropiadas de cada "¿Qué trayectoria han seguido los santos canonizados? ¿Fue
vocación, carisma, situación. Un santo viviente, anciano o muy sustancialmente idéntico el proceso de santificación de santos
de temperamento diverso? ¿Comenzaron todos quitando
enfermo, no ejercita las formas de servicio que ha desplegado defectos, o más bien tratando de adquirir virtudes?, ¿perfec-
tal vez en tiempo anterior. cionando las virtudes propias de su temperamento, o inten-
La santidad es perfección de la caridad, y la caridad es tando adquirir las del opuesto? ¿Centraron su santidad en la
amor y comunión, servicio y solidaridad en la alegría y en el caridad, o comenzaron su labor ascética por otras virtudes?
sufrimiento. El santo cristiano está marcado sobre el modo ¿Cambió su temperamento como efecto del influjo constante
Jesucristo: el hombre de Dios, que vive para los demás. de la gracia? ¿A qué grado de virtud llegaron? Estas y otras
d) Dimensión antropológica. La santidad personal y colec- cuestiones se plantean obviamente al hablar de hagiografía
tiva ofrece y exige también plenitud y desarrollo en el plano diferencial"9.
9
8
Cf. Ch. A. BERNARD, Vie morale et croissance dans le Christ, Roma, A. ROLDAN, Introducción a la ascética diferencial, 3. a ed., Madrid, 1958,
1973, desarrolla ampliamente este aspecto. pp. 304-305 ("El hagiotipo mejor", pp. 145-150). La psicología presta un buen
298 SANTIDAD CRISTIANA 2. IDEAL DE SANTIDAD 299

Otra variante psíquica que influye considerablemente en Santidad real, sí. Estas personas pueden responder a la gracia
la santidad es el sexo en sentido amplio. De nuevo, esa dife- con generosidad y totalidad interior desde su situación. Personas que,
rencia se pone de manifiesto en santos y santas ya canonizados, aun después de su "conversión", llevan en el psiquismo las huellas
lo mismo que en el modo de desarrollar la propia gracia en de algún vicio, y recaen, y se recuperan. La persona de temperamento
la vida espiritual seria. No hay espacio para entrar ahora en inconstante, áspero, soberbio, que sufre y propone y ofrece, y recae.
detalles. En líneas generales, la mujer está mejor dispuesta La santidad de estas personas, no encontrando un psiquismo ade-
cuado, se desarrollará en una continua lucha por engranarse, sin
para la dimensión teologal: caridad, humildad, religiosidad; en jamás conseguirlo del todo. La gracia da fuerzas para seguir luchando,
cambio, está menos favorecida que el hombre por el psiquismo no para triunfar del todo. Una santidad que no luce.
para la perfección moral: juega más con la emotividad, y está La santidad canonizable añade algunos requisitos. Si se trata de
más expuesta a cambios bruscos, resentimiento, envidia, depre- ligero desequilibrio mental, que no daña a la libertad y a la ejem-
sión, etc. El hombre goza de equilibrio moral más estable; pero plaridad, no se ve impedimento. Cuando el desequilibrio afecta a
es frío, autosuficiente, poco inclinado a entregarse del todo la vida de la persona o a su imagen y a la síntesis final resultante
a una sola causa 10 . no se procede a la canonización. La falta de salud física no crea
obstáculo alguno a la canonización. Al contrario, en la enfermedad
han encontrado muchos cristianos su cruz y el heroísmo de la san-
tidad 12.
Santificación de los "anormales"

El tema no se refiere a casos extremos, sino a condicionamientos Modelos espirituales


psicológicos notables, pero permiten llevar una vida espiritual, incluso
en formas vocacionales de exigencias. El llamamiento de la gracia Queda pobre y fría la presentación del ideal, reducida a
se dirige directamente a la libertad personal, y la libertad puede pro- un esquema teórico de rasgos que deben caracterizar a la per-
nunciar un sí o un no desde cualquier situación interior. Dios no sona que se siente llamada a la realización plena de su vocación
está condicionado por limitaciones humanas. Por otra parte, el psi- cristiana. Es útil presentarlos y conocerlos separadamente,
quismo forma parte de la persona y de la libertad. Aun en sus acti- pero no podemos detenernos ahí. El ideal irradia luz y aliento,
vidades más elevadas, el hombre es un espíritu encarnado. Influye
el cuerpo, cuanto más ciertos componentes psicológicos más cercanos cuando lo encontramos vivido con plenitud en personas con-
al centro de la personalidad. En concreto, la santidad supone o actúa cretas.
el equilibrio espiritual, la sujeción de la parte sensible a la espiritual, En este apartado entran numerosas figuras que cumplen
el dominio de las pasiones y de las tendencias inferiores. Puede con- una función específica, la de traducir en formas encarnadas
tinuar la lucha, que será una fuente de progreso espiritual. de historia la idea y los sentimientos que la mayoría de las
¿Tienen los anormales posibilidad de santificarse? Se trata de personas tienen de la santidad. Los modelos son personas con-
posibilidad real, concreta. Habría que distinguir entre santidad real cretas que encarnan esas dimensiones y las viven de manera
ante Dios y santidad ejemplar canonizable u .
por la tuberculosis, 2.a ed., Barcelona, 1968 (entre ellos incluye a san Luis
servicio a la hora de enjuiciar santidades hechas, y también para rectificar Gonzaga, Teresa de Lisieux, Francisco de Asís).
12
intenciones o ideales en personas que aspiran a ella. De todos modos, conviene tener presente que la canonización y la
10
Cf. G. DA VIGOLO, A parita di condizioní, é piú facíle farsi santo per santidad no garantizan el temperamento o el carácter de la persona. Como
un uomo o per una donna?: RivAscMist, 2 (1957), 540-556. los demás mortales, conservan su tanto de errores, defectos, debilidades, falta
11
J. DE TONQUEDEC, "Santification des Anormaux", en DSpir, 1, 678-689; de criterio, etc. "La iglesia canoniza a los santos. La opinión pública, con
L. BEIRNAERT, "La santidad ¿depende del psiquismo?", en su libro Erperiencia demasiada frecuencia, los diviniza." Cf. F. Ruiz SALVADOR, Cristianos por den-
cristiana y psicología, Barcelona, 1966, pp. 113-121; A. ROLDAN, o. c, tro, Madrid, 1961, pp. 163 ss. Se desarrollan allí más ampliamente las tres
pp. 358 ss.; J. AUMANNN, Can Neurotics be Saints: Cross and Crown, 5 (1953), dimensiones de la santidad, haciendo notar los límites de perfección psico-
455-469; L. CORTEJOSO, Tuberculosos célebres. Grandes personalidades forjadas lógica y moral en los santos.
300 SANTIDAD CRISTIANA 2. IDEAL DE SANTIDAD 301

unitaria y convincente. Vienen bien estas figuras vivientes que que se requiere en el canonizado. Posee en cambio en forma
realizan en unidad existencial las dimensiones que hemos pre- eminente la plenitud convincente, apasionada y atractiva de
sentado dispersas. grandes valores evangélicos; mientras la "ejemplaridad" del
canonizado se mantiene a veces en el plano teórico: se le puede
"Nuestra búsqueda de modelos se dirige a las personali- imitar, pero su estilo no "provoca" a hacerlo. El modelo es
dades singulares que en épocas pasadas o en nuestro tiempo figura cercana, que suscita espontáneamente identificación e
han vivido lo esencial del cristianismo de un modo creativo, imitación.
convirtiéndose así espontáneamente en puntos de referencia Entre los valores y ventajas se pueden enumerar algunos:
para otros muchos creyentes que andaban buscando. En efecto, 1) no necesitan ni esperan canonización, y muchos de ellos
en la comunidad cristiana aparecen de vez en cuando ciertas
vidas singulares o impresionantes; vidas de personas que dan ejercen ya en vida; 2) ser modelo supone que está ya en acto
cuerpo a las convicciones de la comunidad de un modo original, la recepción e irradiación efectivas, no es un "título" que capa-
que comparten la visión de la comunidad, pero con un nuevo cite para ejercer después; 3) los modelos disponen de mayor
horizonte y una nueva fuerza; que muestran el estilo de vida espacio y libertad para sus experiencias, actividades, formas
de la comunidad, pero con diferencias significativas. El impacto de inserción social y de inventiva; 4) actúan por atracción
de estas vidas abre, ensancha y tal vez corrige la visión espiritual espontánea, y reciben la autoridad del pueblo creyente, sin
de la comunidad, actuando como estímulo contagioso y como otras intervenciones oficiales; 5) en la vida del modelo espi-
atracción" B. ritual, que realiza apasionada y desinteresadamente un valor
cristiano fundamental, eventuales defectos incluso morales no
Entre tanta variedad de gracias y posibilidades, la variedad presentan un obstáculo como el que podrían tener en un pro-
de santidades vivientes tiene la posibilidad de elegir a su estilo, ceso de canonización; 6) modelos pueden ser también los cano-
sin atarse a esquemas fijos. Simplemente, se inspira en orden nizados que cumplan las condiciones, y en estos casos la cano-
a desplegar la propia gracia y vocación. Esta función la cumplen nización puede reforzar la fuerza modélica.
los modelos. Estos nos van a dar la pauta mistagógica de este Los modelos se afirman y caracterizan por un valor pri-
último apartado. mordial que llena su vida y se proyecta en forma unitaria y
Ser modelo espiritual pertenece a categoría distinta de la atrayente; aunque al mismo tiempo vivan otras realidades posi-
que forman los santos canonizados. Hay santos canonizados tivas. Estos son los modelos que presenta el estudio citado:
que también actúan como modelos; y por consiguiente esos
modelos son santos canonizados. Pero hay santos canonizados — San Francisco de Asís: el amor universal,
que son ejemplares, pero no poseen los rasgos del modelo espi- — Santa Teresa de Jesús: la experiencia de la verdad,
ritual. Y hay modelos espirituales que no han sido canonizados, — Charles de Foucauld: imitación de Cristo, como her-
y tal vez no lo serán nunca. mano universal,
En ciertos aspectos, el modelo lleva ventaja al santo cano- — Madeleine Delbrél: santidad para la gente de la calle,
nizado. Hablo de categorías, no de personas. El modelo tiene — M. Luther King: un creyente con un sueño de unidad
mayor fuerza de representatividad y de atracción; ejerce con de las razas,
particular eficacia y espontaneidad la "ejemplaridad" que se — Teilhard de Chardin: una pasión cristiana por el fenó-
busca en los canonizados, y que a veces no se convierte en meno humano,
realidad efectiva. Permite escoger figuras de extraordinaria — D. Bonhóffer: ser cristianos en un mundo adulto,
calidad cristiana, sin depender de una eventual canonización. — Mons. Osear Romero: la defensa de los humildes.
Al modelo puede faltarle cierta "integridad moral heroica",
Dentro de esta lista o de otras que se puedan hacer, cada
13
S. SPIMSANTI, "Modelos espirituales", enNDE, p. 1291. uno tiene la libertad de escoger e identificarse con quien mayo-
302 SANTIDAD CRISTIANA 2. IDEAL DE SANTIDAD 303

res luces y riquezas le aporte, y quien mejor le ayude a des- ¿Dónde está el peligro? Además, la medida asignada por Dios
pertar y desplegar las propias capacidades originales. no es tan clara, que uno la sepa de antemano, como un pro-
grama que no debe exceder.
El modelo canonizado o sin canonizar tiene, además de
En la literatura espiritual más reciente se plantea un pro-
la fuerza de o "arrastre" y configuración personales, especiales
blema parecido en el nombre, pero de línea psicológica. Se
capacidades de "mistagogía pastoral". Enseñar con figuras, con
trata de saber si la "tendencia a la perfección" es una aspiración
la fuerza y transparencia divina y humana que irradia una per-
sana y constructiva, o es un espejismo apto a engendrar des-
sonalidad modélica en su conjunto, no solamente a base de
corazonamiento y frustraciones. Según algunos psicólogos, la
gestos heroicos y aislados. Este hecho y método merece refle-
tendencia a la perfección fija un ideal objetivo inadaptado. El ,
xión y ampliación 14.
sujeto se destruye a sí mismo, por conseguir cualidades o eli-
minar tendencias que cree imperfectas, siempre atento al
modelo que debe reproducir, modelo imaginario. Es mejor
Deseo de perfección hablar de "totalidad", ser uno mismo, aceptando el propio ser,
integrando su lado negativo con el positivo, hacia un creci-
Es el modo en que el ideal se vuelve operativo, por atrac- miento englobante. Esta postura es más realista y estimulante:
ción e impulso. Presenta doble vertiente. En primer lugar, es aspira a menos y consigue más.
un factor que ha influido en la vida y la conciencia de personas La mejor aclaración a la posible ambigüedad del deseo está
y de santos, con efectos más o menos positivos. Se plantea en determinar el contenido de la perfección a que se refiere.
sobre todo entre los autores que estudian el contenido y los Es morboso, si entiende por perfección el esquema preesta-
posibles efectos de esa actitud espiritual y psicológica. De este blecido al margen de la realidad de la historia y de la persona,
segundo aspecto hablamos a continuación 15. los honores y satisfacción que normalmente se vinculan a la
Ha sido tema de muchas elucubraciones: saber hasta qué santidad, el cumplimiento minucioso de un programa. El deseo
punto es legítimo, y hasta qué punto contraviene a la resig- de santidad, en estas condiciones, llevaría a la inercia o al
nación a la voluntad de Dios, a la santa indiferencia, a la humil- egoísmo.
dad. Es decir, que uno debería ser indiferente a una perfección En cambio, santidad cristiana es la voluntad de Dios mani-
más o menos alta. Son preguntas que requieren precisión en festada en sus grandes líneas vocacionales, desconocida en su
su contenido efectivo y presupuestos. La perfección no está desarrollo histórico y temporal, que guía la vida de cada uno
en más o menos altura, sino en desarrollar la gracia recibida, hacia el encuentro con El y el servicio abnegado al hermano.
y en realizar plenamente la misión encomendada, alta o baja. Entonces la santidad es creación continua, es un ensayo y un
14
riesgo. Busca desinteresada y afanosamente la voluntad de
Cf. H. HEENDRICKX, Figures d'Eglise. Enseigner á partir des situations Dios sobre la historia, sobre los otros, sobre sí mismo; y bus-
et des attitudes: Lumen Vitae, 23 (1968), 115-128. El autor señala cinco pasos cándola, la crea. No veo peligro de deformación psicológica
sucesivos en el método: 1. Primacía del hecho o suceso. 2. Interpretación
del hecho. 3. Valor de una catequesis a partir de las situaciones. 4. El héroe o espiritual en esta actitud. Por el contrario, no veo cómo sin
y el líder. 5. Pasar a la acción. aspiraciones grandes y entusiasmo se pueda salir adelante en
15
Cf. AA. VV., "Sed perfectos". Grandeza y miseria del hombre: Sal esta labor creativa que es el encuentro de la propia vocación
Terrae, 74 (1986), 673-736: compromiso, psicolopatologías de la perfección; divina.
Ch. A. BERNARD, Formation a la vie consacrée, Roma, 1972, pp. 113-125; J. DE
GUIBERT, Lecciones de teología espiritual, Madrid, 1953, pp. 233-241. Cf.
M. J. COSTA, Perfection or Wholeness: Reviewfor Religious, 32 (1973), 575-577;
G. FESSARD, La dialectique des Exercises spirituels de Saint lgnace de Layóla,
I, Paris, 1956, p. 273: "La búsqueda de la perfección por sí misma corre
siempre el peligro de cambiarse en una sutil búsqueda de sí."
304 SANTIDAD CRISTIANA 3. PLENITUD DE VIDA CRISTIANA 305

experiencia no basta la "llamada", hace falta que siga la "es-


3. Plenitud de vida cristiana cucha". De lo contrario, no hay alianza ni experiencia.
a) Plenitud de vida personal. La santidad cristiana es ple-
La gracia del bautismo, fuente primordial de santificación, nitud de vida en todo su desarrollo, no solamente ideal para
es don y llamada. Todo cristiano, personal y comunitariamente, conseguir en los últimos días, y eventualmente canonizar a títu-
tiene capacidad y medios para realizar plenamente la confi- lo postumo.
guración con Cristo. Esa plenitud el Espíritu Santo la lleva
a cabo en el plano comunitario y en el personal: iglesia, grupos "El tema de la santidad es central en el cristianismo y da
y personas que se prolongan y se completan. Una misma es sentido a toda la vida del hombre, cuyo destino es la visión
la santidad de todos y de cada uno. La de la iglesia se hace de Dios. La relación con Dios constituye el aspecto más pro-
visible en personas y comunidades; éstas, a su vez, brillan en fundo y más verdadero de la naturaleza de toda persona, que
la iglesia. es una naturaleza esencialmente teológica o teologal. Sólo
El título es traducción dinámica y personalizada de la fór- cuando Dios, en su infinita perfección y ternura, entrará efec-
mula teológica oficial: "llamada universal a la santidad en la tivamente en las estructuras espirituales del hombre, sólo
entonces se verán colmadas las misteriosas profundidades de
iglesia" (LG, cap. V). Quienes reciben la gracia en el bautismo su alma y sólo entonces encontrará la integridad y la plenitud
y la asumen libremente como ley y forma de vida están "ca- de su ser. Dios mismo solicita al hombre y le atrae a la intimidad
pacitados-invitados-obligados" a vivirla en coherencia y llevarla de su misterio... La santidad es el don primero y fundamental
a plenitud. Eso es la santidad, "normal" desarrollo de una gra- que constituye el ser cristiano, el misterio de la gracia que hace
cia recibida y una respuesta comprometida. Esa coherencia se de una simple creatura humana una creatura celestial, un hijo
le ofrece y se le pide a cada cristiano 16. de Dios. En este sentido, en diversas páginas del Nuevo Tes-
tamento, los cristianos son designados con el nombre de 'san-
tos': Pablo y Timoteo, siervos de Cristo Jesús, y todos los santos
en Cristo Jesús que están en Filipos (Flp 1,1)" 17.
Vocación teologal y experiencial
La santidad cristiana posee contenidos reales y funciones
"Vocación universal a la santidad" es la expresión teológica específicas. Actúa en tres direcciones complementarias: acoge
y genérica de la gracia y compromiso que cada cristiano tiene y responde la santidad de Dios, acoge y alimenta la santidad
encomendado a su libre generosidad. La "llamada universal" de sus fieles, proyecta ambas en testimonio de salvación para
no inspira pasos ni aliento. Se deja caer en olvido, sin sentir todos los hombres. Son todas ellas tareas esenciales y urgentes.
remordimiento o frustración. La dificultad no está hoy en "afir- La santidad no es un lujo, sino artículo de primera necesidad.
mar" teológicamente la vocación universal a la santidad, que Ha habido épocas en que la iglesia se imponía por su autoridad,
pudo significar originalidad y progreso hace siglos y hace años. solidez, obras de cultura. Hoy tiene que merecer la credibilidad
El interés y la problemática se ha desplazado a la experiencia con actitudes hondas de fe y trascendencia y con hechos his-
de vida, que es el punto nuclear de la espiritualidad: saber tóricos de caridad y servicio. Hechos sólidos y comprobables
o hacer que esa llamada "se deje sentir" como gracia colmante, de transparencia sacramental.
coherencia personal y servicio evangélico. Para que se dé esa
b) Vida en comunión y comunidad. Vida interior de la
16
El capítulo mantiene "santidad cristiana" como título general. Es la
comunidad, en primer lugar. En beneficio de la comunidad,
indicación más clara de su contenido para el lector. Al hablar de la gracia que tiene así la posibilidad de desplegar toda la riqueza de
y el proyecto, el título "plenitud de vida cristiana" o "vida cristiana en ple-
17
nitud" indica más claramente la línea teologal y existencial. Así lo titula E. ANCILLI, "La santitá cristiana dono di Dio e impegno deH'uomo",
S. CIAMARRA, Teología espiritual, pp. 177 ss. en AA. VV., La santitá cristiana, Teresianum, Roma, 1980, p. 7.
306 SANTIDAD CRISTIANA 3. PLENITUD DE VIDA CRISTIANA 307

su misterio de santidad. Ninguna persona o grupo pueden lle- al cristianismo sin prestarle atención. Este testimonio colectivo
gar a realizarla por sí solos. Entre varios representan más ade- es nuevamente necesario para que el cristianismo se imponga
cuadamente las varias dimensiones. En segunda instancia, tam- realmente a la atención vital de los hombres... Tantos hombres
bién los individuos se benefician, ya que encuentran espacio son arrastrados por el torrente del mundo sin encontrar jamás
libre para realizarla según su propia gracia, naturaleza, modo en su derredor alguien cuya vida les sitúe ante el hecho de
de vida. Resumiendo, diríamos que la multiformidad es un dato que existe algo más elevado" 18.
fuerte, exigido tanto por la naturaleza de la iglesia como por
el llamamiento de todos los cristianos a la santidad. Santidad de la iglesia
c) Testimonio vivo de fe y caridad. La santidad personal
y comunitaria tiene una tercera función en el apostolado. "Dios quiso santificar y salvar a los hombres, no aislada-
Mejor, si el testimonio de santidad es colectivo, de muchos. mente, sin conexión alguna de unos con otros, sino constitu-
El esfuerzo aislado de una persona se puede interpretar como yendo un pueblo, que le confesara en verdad y le sirviera san-
buen temperamento y, en el mejor de los casos, como fruto tamente" (LG 9). Hablamos de iglesia santa y santidad de la
de un espíritu particular. Tiene que generalizarse, para que iglesia, para indicar una gracia y una exigencia. Prolonga la
adquiera validez objetiva y revierta sobre los contenidos del santidad de Dios y de la Humanidad de Cristo y manifiesta
testimonio. Si hay unos contenidos que insistentemente pro- el misterio de la iglesia misma 19.
ducen generosidad, nos inclinamos a pensar que son los con- En la iglesia se encarna la santidad de manera eminente
tenidos los que valen, no el simple carácter de la persona y primordial. Sin embargo, esa realización "colectiva" se per-
generosa. cibe más bien como título dogmático: es santa y administra
los santos misterios. No se habla directamente de proyecto con-
"La fe sobrenatural incluye dos elementos de testimonio:
en primer lugar, el llamamiento interior a la fe por gracia pre- creto y experiencia "vivida" de empeño coherente. Esto agrava
veniente de Dios; en segundo lugar, la realización histórica de el problema ya aludido: santidad queda en lenguaje oficial de
esta gracia, la 'aportación exterior', es decir, una realidad his- teología dogmática, sin resonancias espirituales. El ideal de
tóricamente perceptible para nuestra experiencia humana, rea- santidad necesita concreción de proyecto y de realizaciones.
lidad que, en su unidad con el llamamiento interior de Dios, El cristiano lo que ve son los santos. Ahí entiende y aplica
es en una vida concretamente situada, la encarnación de la las doctrinas bíblica, teológica y espiritual sobre la santidad
gracia de Dios que invita. en general o la santidad de la iglesia. El sentimiento espon-
Para los hombres que viven en la actualidad, la historia sal- táneo lleva a todos, incluso al teólogo, hacia las realizaciones
vífica de la iglesia se concreta en los sacerdotes y fieles con individuales y rasgos concretos. Y también hacia las gracias
que ellos se encuentran. La vida cristiana, el hecho de que y experiencias, tareas y situaciones que forman el tejido de
nosotros encontremos en torno a nosotros ciertos santos, cons- la vida diaria.
tituye el argumento apologético de nuestra fe. Pero es necesario
que la santidad de la iglesia se haga visible realmente para La teología espiritual se ocupa con especial interés de com-
los hombres. Y aquí está situado a mi parecer el fondo de probar y cultivar la "santidad vivida". Se necesita gracia, tiem-
la crisis actual en el apostolado de la iglesia. Muchos hombres 18
se sienten cansados de la iglesia porque su apariencia externa E. SCHILLEBEECKS, Cristo sacramento del encuentro con Dios, San Sebas-
es demasiado pobre... tián, 1964, pp. 228-233. Sobre la urgencia de la santidad para la misión, cf.
Evangelii nuntiandi: "Testigos auténticos" (n. 76).
Nuestra vida cristiana es el dogma en el acto mismo de su 19
Y. CONGAR, "La Iglesia es santa", en AA. VV'., Mysterium Salutis, IV/1,
ejercicio, el dogma como valor de vida atrayente. Como esta Madrid, 1973, pp. 472-491; R. LATOURELLE, Cristo y la Iglesia, signos de sal-
presencia de gracia entre los cristianos, al menos como hecho vación, Salamanca, 1971; La sainteté dans la tradition de l'Eglise Orthodoxe:
colectivo, no es clara en la cristiandad occidental, se explica Contacts, 23 (1971), 119-190; AA. VV., Espiritualidad para un tiempo de reno-
precisamente que en su mayoría los occidentales pasan junto vación, Madrid, 1978 (iglesia santa y pecadora: historia y doctrina).
308 SANTIDAD CRISTIANA
3. PLENITUD DE VIDA CRISTIANA 309
po, esfuerzo, misericordia, para hacer que la santidad divina la da el Señor para comodidad de sus ministros o discípulos
penetre hasta las últimas junturas personales y sociales de su infieles. La da, a pesar de ellos, para poner su obra de salvación
organismo gigantesco. Aquí la teología espiritual no dispone al alcance de todo el que le busca con sincero corazón, y que
de instrumentos conceptuales precisos, como los que existen nadie quede defraudado por culpa de las mediaciones. La debi-
en el ámbito de la santidad personal, para determinar quién lidad humana no desvirtúa el poder de Cristo. En cambio, para
es o quiénes son el sujeto eclesial de creciente santidad espi- la iglesia misma, sus ministros y sus fieles, la fidelidad incon-
ritual. Quedan muchas imprecisiones: 1) santidad reducida a dicional del Señor es una invitación apremiante a continua con-
la nota dogmática de "iglesia santa" no significa por sí sola versión y purificación. ¿Cómo demostrar la validez del don,
calidad efectiva y santidad en sentido espiritual; 2) falta con- si de hecho no logra producir en la iglesia frutos de fe y amor
creción a la hora de definir cuáles son las exigencias concretas destacados, es decir, una verdadera santidad moral? Por sus
de fidelidad, purificación y madurez espiritual; 3) no queda proporciones masivas, aumenta la visibilidad, la fuerza expre-
claro, en esas afirmaciones generales, qué personas o grupos siva. Mientras Jesús no salió de Palestina, la iglesia se extiende
en concreto representan el don y la exigencia: santos cano- al mundo entero, interviene públicamente en los asuntos de
nizados, grupos, personas, jerarquía; 4) faltan criterios y puntos la sociedad, se expone a la mirada y al juicio de la humanidad.
de referencia concretos (virtudes, constancia, heroísmo, etc.) Y no goza colectivamente, y menos personalmente, del don
para apreciar el nivel de su santidad efectiva, si es o no es de la "impecabilidad".
santa, si lo es más o menos. Con haberse escrito tanto en estos Pecado y purificación. Al hablar de la dinámica eclesial
últimos años sobre la santidad de la iglesia, no se ve claridad (cap. 11) tendremos ocasión de observar la lentitud del proceso
de ideas ni de terminología en lo que se refiere a la "santidad que mantiene a la iglesia santa a base del esfuerzo constante
espiritual de la iglesia" en cuanto comunidad. de conversión a su origen, y del esfuerzo por captar y trans-
Don de santidad. La santidad eclesial hunde sus raíces en formar la situación que le ofrece la historia en cada momento.
la fidelidad divina, más allá de la contingencia humana. Garan- Hay retrasos y retrocesos en la misma vida de la iglesia, no
tizada por la alianza y la vida nueva del Espíritu, se apoya únicamente en la extensión geográfica o en la consistencia
directamente en el amor y en el poder de Dios. "La iglesia numérica. Reconocer y formular en términos de equivocacio-
creemos que es indefectiblemente santa, pues Cristo, el Hijo nes y defectos ciertas conductas colectivas es ya signo de madu-
de Dios, quien con el Padre y el Espíritu Santo es proclamado rez y de que lleva dentro vocación y exigencia de santidad.
Es un hecho que se da frecuentemente a todos los niveles:
'el único Santo' (ITes 5,19; Un 4,1), amó a la iglesia como
en pequeños y grandes grupos, en decisiones de gobierno, en
a su esposa, entregándose a sí mismo por ella para santificarla intervenciones y pronunciamientos públicos. Lo mismo le suce-
(Ef 5,25-26), la unió a sí como su propio cuerpo y la enriqueció de al que toma decisiones sin mayor trascendencia, que deci-
con el don del Espíritu Santo para gloria de Dios" (LG 39). siones de la jerarquía, que intervenciones de los teólogos. Todo
Invade todo, o no es santidad: la predicación de la fe, la admi- el mundo se equivoca, y no lo hace siempre movido por la
nistración de los sacramentos, la adoración, el gobierno, el gloria de Dios y los intereses de su Reino. Se confiese el error,
apostolado, la ayuda de caridad. no el egoísmo y la ira que lo acompañó.
Respuesta de santidad. La respuesta de fidelidad está hecha Con sus actitudes y actos continuos de reforma debe la
de servicio ininterrumpido a la tarea encomendada por Cristo, iglesia demostrar que el pecado le es ajeno, aun cuando lo
de la fidelidad laboriosa de cada miembro, de la presencia de tenga siempre en casa. Se purifica en el esfuerzo de conversión
los santos en todos los momentos de su historia. También la y fidelidad. Tarea interminable, desde el momento que las raí-
respuesta es parte del don. "Esta santidad de la iglesia se mani- ces del mal perduran, y las situaciones deformantes se pre-
fiesta y sin cesar debe manifestarse en los frutos de gracia que sentan siempre nuevas. La purificación tiene doble dimensión:
el Espíritu produce en los fieles" (LG 39). Esta garantía no
310 SANTIDAD CRISTIANA 3. PLENITUD DE VIDA CRISTIANA 311

renovación de la vida teologal como actitud fundamental, refor- Para hablar de manera realista e inteligible de la santidad
ma de las expresiones que están afectadas por los condicio- como vocación y al alcance efectivo de todos, necesitamos acla-
namientos de este siglo 20. rar los términos de santidad, perfección, heroísmo, traducién-
dolos al lenguaje común de la existencia observable. Tres "mo-
dos de ser santo" ofrecen variedad de proyecto para colocar
"En todos los géneros de vida y ocupaciones" a los santos hechos y para organizar un proyecto personal ase-
quible, a) Los "santos" buenos cristianos: con esta denomina-
Esta expresión es más concreta y sugestiva que hablar de ción califica el pueblo a esas personas que llevan vida cristiana
"estados". La santidad de la iglesia "se expresa multiforme- y humana de piedad, bondad y servicio, sentido de Dios y fide-
mente" en la variedad de personas y grupos. Con la misma lidad; se les llama personas "buenas", en términos de cano-
insistencia que la unidad, hay que destacar la variedad. Así nización popular, cuando se las ve identificadas con Dios en
lo hace el Concilio: "Una misma es la santidad que cultivan, la piedad, en sus deberes de estado y en caridad que es la
en los múltiples géneros de vida y ocupaciones, todos los que esencia del evangelio, b) Los santos: cristianos con fidelidad
son guiados por el Espíritu de Dios... Pero cada uno debe cami- heroica en circunstancias muy difíciles o en obligaciones pro-
nar sin vacilación por el camino de la fe viva, que engendra longadas de servicio; destacan su hondura teologal y fidelidad
la esperanza y obra por la caridad, según los dones y funciones moral, c) Los santos eminentes: que realizan y transmiten de
que le son propios" (LG 41). "Todos los fieles, de cualquier vida y de palabra una nueva lectura del evangelio en puntos
estado o condición, están llamados a la plenitud de la vida importantes para la vida y la misión de la iglesia; a la santidad
cristiana y a la perfección de la caridad..." (LG 40). personal añaden un carisma singular22.
En estas fórmulas se indican los planos de personas y situa-
ciones en que la santidad universal se hace concreta y vivida: Es la primera categoría de santos la que permite hablar
1) El primero es cada persona con su gracia y existencia ori- de santidad efectivamente al alcance de todos. Sólo tendrá irra-
ginales. 2) Otro es el de las "condiciones y estados de vida", diación la "santidad" cuando se traduzca en palabras y en
susceptibles todos ellos de encarnar y alimentar auténtica san- hechos de vida que formen parte de la vida corriente de toda
tidad cristiana. Este segundo factor ha condicionado al primero persona y de todo cristiano: personas realmente creyentes y
a lo largo de la historia: no se valoraba la santidad de los indi- bondadosas, fuertes y pacientes en las mil penalidades de su
viduos por el simple hecho de no pertenecer a condiciones vida y estado, en los deberes y en los servicios espontáneos,
de vida especiales o "estados de perfección". Es normal que, que rezan y trabajan, llevan con ecuanimidad las alegrías y
al afirmar la vocación universal, se aluda a ambos: a los estados tristezas de la condición humana.
y a los individuos. El desarrollo y la misión de la santidad en Plenitud diferenciada. Hablamos de "plenitud", con peligro
las diferentes vocaciones y formas de vida aparece mejor inte- de sugerir "idealizaciones". En la santidad personal hay tantas
grado en el contexto de iglesia, y en el de la "llamada uni- formas y medidas de santidad como personas. Tendemos injus-
versal": santidad del obispo, del presbítero, del laico, del reli- tamente a identificar al santo con el santo canonizado. La cano-
gioso, etc., con variaciones incontables dentro de cada estilo21. nización exige un nivel objetivo, una fuerza de modelo, un equi-
librio humano, que no son estrictamente necesarios para ser
20
Cf. M. AUGE, "La Chiesa chiamata da Dio a una continua purifica- santo. Aparte de que la canonización es un hecho contingente,
zione", en AA. W . , Chiesa dello Spirito, responsabilitá del cristiano, Roma, que depende en gran parte de circunstancias externas. Entre
1977, pp. 201-218; B. LATOURELLE, Cristo y la Iglesia, signos de salvación, Sala- los mismos santos canonizados existen notables diferencias de
manca, 1971 ("La paradoja pecado-santidad de la iglesia": opiniones, aspec-
tos, discusiones, pp. 247-305); D. DE PABLO MAROTO, Pecado y santidad en carisma, relieve, influjo en la iglesia. Como existen grandes
la iglesia primitiva: RevEspir, 32 (1973).
21 22
Cf. AA. W . , Modelos de santidad: Concilium, 149 (1979): santidad Cf. L. ARÓSTEGUI, LOS santos ante la modernidad: RevEspir, 39 (1980),
monástica y santidad política; AA. W . , Nouvelles saintetés: VieSpir (1989). 191-213.
312 SANTIDAD CRISTIANA 4. LOS SANTOS EN LA IGLESIA Y EN TEOLOGÍA 313

diferencias de calidad entre papas, doctores de la iglesia, con- eso, podrá la una de ellas estar igualmente muchos grados más
cilios ecuménicos. levantada que la otra, y estar igualmente satisfechas, por cuanto
tienen satisfecha su capacidad"23.

Amor apasionado Santidad personal. Después de insistir en la santidad de la


iglesia y de los varios estados de vida, volvemos a la evidencia
La santidad no se siente como deber. Más bien se deja real: la santidad es vida, y la vida es personal. El realismo
sentir como pasión, amor apasionado de comunión y de ser- del testimonio se encarna en las personas. Si éstas faltan, el
vicio. La llamada no viene de fuera. Es una invitación interna título "iglesia santa" o "estado de perfección" se reduce a nota
del Espíritu Santo, que renueva constantemente a la persona, dogmática o título canónico. Cada uno de los cristianos está
y con su gracia la mueve a siempre mayor fidelidad y heroísmo, llamado a cumplir una función particular en el Cuerpo místico
si no encuentra obstáculos a su acción. A la raíz del deber de cara a los demás fieles y de cara al mundo. Es la doctrina
hay un don, que por su misma naturaleza empuja el desarrollo inculcada por san Pablo (Rm 12; ICor 12).
hasta la plenitud, relativa en esta vida, total en la gloria. El No basta, para cumplir esa vocación, con dar culto y publi-
cristiano, todo cristiano, está equipado con las gracias nece- cidad a los santos canonizados: celebrar sus fiestas y devocio-
sarias para esa aventura que llamamos santidad: vida nueva, nes, centenarios. Con el paso del tiempo crece su fama, pero
perdón de los pecados, inhabitación, virtudes teologales y disminuye la visibilidad histórica. Demuestran que Dios habla-
morales, nuevas gracias según vayan pidiendo las circunstancias ba y obraba en su tiempo; pero ¿hay testigos de que sigue
y se disponga a recibirlas. No se pueden malograr todos esos hablando y obrando ahora? Él hombre de hoy, por lo general,
talentos, puestos por Dios con la intención expresa de dar fruto no conoce la vida de los santos canonizados, y en todo caso,
en abundancia. no los considera como un hecho interpelante que comprometa
El llamamiento es en fin y sobre todo amor. El amor que la propia existencia.
Dios ha tenido y tiene a cada uno de los cristianos (y en otro
sentido, a todos los hombres), es el llamamiento más eficaz
y real a la santidad. Sale de todas las categorías de obligación 4. Los santos en la iglesia y en teología
o deber, y por más vueltas que lo dé, el hombre no tiene más
que una respuesta: amar y servir con todo el corazón y con Los santos canonizados realizan y hacen visible la síntesis
toda la existencia. "La caridad de Cristo nos apremia" (2Cor de los varios elementos que hemos presentado anteriormente.
5,14): se entregó por mí, dio a su Hijo por mí, Cristo ha muerto Ponen de relieve la santidad de Dios, la santidad de la iglesia
por cada uno de los hombres. En realidad, es de aquí de donde y el realismo de la transformación personal por obra de la
los santos han arrrancado y donde han percibido la llamada gracia; e incluso la noción misma de santidad, que sólo se
más fuerte a la santidad. entiende a partir de realizaciones concretas. "Qué cosa sea
la santidad cristiana, no puede deducirse única y claramente
"Aunque es verdad que un alma, según su poca o mucha de una teología cristiana de la esencia, y tanto menos de un
capacidad, puede haber llegado a unión, pero no en igual grado derecho natural acrecentado con una finalización sobrenatural
todas, porque esto es como el Señor quiere dar a cada una. (si bien esta ética filosófica y teológica sea necesaria e indis-
Es a modo de como le ven en el cielo, que unos ven más, pensable). Qué es la santidad cristiana, resulta claro en la vida
otros menos; pero todos ven a Dios y todos están contentos, de Jesús y de sus santos; y lo que en ellos aparece no es ente-
porque tienen satisfecha su capacidad. De donde, aunque acá
en esta vida hallemos algunas almas con igual paz y sosiego ramente traducible en una teoría general, sino que debe expe-
en estado de perfección, y cada una esté satisfecha, con todo 23
SAN JUAN DE LA CRUZ, Subida del Monte Carmelo, II, c. 5.
314 SANTIDAD CRISTIANA 4. LOS SANTOS EN LA IGLESIA Y EN TEOLOGÍA 315

rimentarse en el encuentro constantemente renovado con el Los criterios seguidos para la canonización de los santos
hecho histórico" 24. tienen importancia en nuestro caso. Recogen siglos de expe-
Lo comprobamos directamente en algunas realizaciones y riencia, teología, discernimiento espiritual. Han variado a lo
manifestaciones concretas: los "santos canonizados" oficial- largo de los siglos. Tratándose de un procedimiento eclesiás-
mente por la iglesia. Representan formas de relativa plenitud, tico, lo normal es que sufra evolución y cristalice lentamente
más o menos eminente, que cumplen en la santidad cristiana a base de discurso teológico y de experiencia. La línea general
funciones importantes: proclaman la santidad de Dios, encar- es fácil de establecer en tres fases: a) formas populares y espon-
nan la santidad de la iglesia, realizan una vocación personal táneas, con intervención posterior y limitada de la autoridad;
valiosa en la libertad, tienen palabras o hechos autorizados b) fijación de normas jurídicas, intervención sensible de la auto-
que transmitir al cristiano sensible a estos valores. ridad desde un principio; c) actual tendencia a suavizar un
La canonización ofrece material seguro, aunque limitado; poco las normas, aprovechando parcialmente la espontaneidad
sirve de base para nuestra búsqueda del santo real, aunque de la primera fase 25.
no haya por qué restringirse a los beneficiados por ella. Ni Von Balthasar distingue dos tipos de santidad. Una primera
la intención de la iglesia, ni los procedimientos utilizados en forma que responde "normalmente" a las normas de la cano-
la selección de candidatos tienen como fin el canonizar a todos nización oficial y a las esperanzas de sus contemporáneos. Hay
los santos. Entre los muchos que han existido, y aun entre otro tipo de santidad, en que el Espíritu parece romper las
los muchos que son conocidos, solamente algunos reciben la normas y expectativas, y poner en pie una nueva creatura: san-
solemne proclamación. Presenta doble aspecto: a) canoniza- tos "fuera de serie" que no responden al cumplimiento de las
ción de los santos: proceso, teología, sociología; b) santos cano- ideas y normas corrientes. Al santo se le deja un margen de
nizados; Cristo, iglesia, universalidad, piedad. libertad. Es creador de un nuevo estilo de vida cristiana, y
no simple cumplidor de la norma de canonización o de la teo-
logía de la santidad. A los santos les hace Dios, es El quien
Canonización de los santos les premia. Asignar la gracia en tierra, y el puesto en el cielo,
es competencia exclusiva del Padre (Mt 20,24).
Antes de hablar de los "santos canonizados" conviene decir Esto no quita lo dicho antes: la pertenencia a la categoría
un palabra sobre la "canonización de los santos". Forman parte de los "canonizados" no iguala sus carismas, valores y auto-
de un único dinamismo y se modelan recíprocamente. Es un ridad. Un escritor de segunda o tercera categoría no pasa a
itinerario, que implica identificación, selección, proclamación. autor genial por el hecho de que le canonicen. Una persona
Lo integran diversos factores, que podemos reducir a tres pla- con escasa fuerza de identificación modélica tampoco la acre-
nos: teológico-espiritual, canónico, sociológico. El hecho de la cienta mucho por el hecho de la canonización. Algunos santos
canonización oficial reconoce y traduce en términos eclesiás- canonizados recientemente siguen en el anonimato eclesial en
ticos esa realidad sacramental. No confiere santidad real nin-
guna o aumento de la misma a las personas; no supone ni 73
P. MOLIMARI y P. GUMPEL, "Criteri per la canonizzazione e l'arte di
confiere superioridad en la gloria. Simplemente es un reco- raccontare i santi", pp. 349-410; P. A. FRUTAZ, "Elementi costitutivi delle
nocimiento oficial de la iglesia militante, válido para la iglesia cause di canonizzazione", pp. 411-427 (bibl. apropiada en pp. 423-427), en
militante. Acto definitivo, infalible, irrevocable, con varios sig- AA. W . , La santitá cristiana, dono di Dio e impegno deü'uomo, a cura di
E. Ancilli, Teresianum, Roma, 1980; el Motu propio "Sanctítas clarior"
nificados o contenidos: el santo está ya en gloria, merece culto, (19-3-1969) de Pablo VI reduce los dos procesos a uno solo: AAS, 61 (1969),
imitación, recurso a su intercesión. 149; R. FRISON, Dinamismo eclesial de las causas de beatificación y canonización
de los Fundadores: Vida Religiosa, 23 (1966), 122-127; M. CABREROS DE ANTA,
24
Cf. K. RAHNER, "Por qué y cómo podemos venerar a los Santos", en Reforma del procedimiento en las causas de beatificación y canonización: Sal-
Escritos da Teología, III, Madrid, 1969, pp. 307-328. manticensis, 17 (1970), 407-415.
316 SANTIDAD CRISTIANA
4. LOS SANTOS EN LA IGLESIA Y EN TEOLOGÍA 317
que vivieron antes de la canonización. Es decir, cumplen su
En santos de larga vida, la fidelidad asume otras moda-
función reducida a ambientes determinados. lidades. Cumplimiento fiel, es decir, convencido y exacto; con
Criterios de canonización. Para la selección de candidatos plena participación interior y externa, que se extiende hasta
y la declaración eclesial de su santidad existen criterios, como los matices de la obra, que evita las imperfecciones deliberadas;
queda dicho. La determinación de las bases se ha ido modi- y lo hace con sentido de respuesta a Dios personal, no simple
ficando y perfeccionando a lo largo de los siglos. El objetivo práctica de una ley que obliga. Y constante y duradero, porque
de los criterios es "identificar" la santidad efectiva y garantizar se extiende ininterrumpidamente por un espacio considerable
su función testimonial en la vida de la iglesia. Otra cosa es de tiempo. Es el punto difícil y distintivo de la virtud heroica,
la orientación de ser más o menos rigurosos en la selección, ya que supera la condición humana, las fuerzas de la voluntad,
reducir o ampliar el ritmo de las canonizaciones. y los impulsos del sentimiento; se practica en condiciones favo-
rables o desfavorables, de bueno y mal humor, en salud y enfer-
a) Criterio teológico-espiritual. El canon de santidad medad. Desde primeros del siglo xx se tiende a interpretar
toma como base las virtudes, como rasgo especificante su el "heroísmo" como fidelidad en la vida ordinaria a los deberes
heroísmo. Se requiere, además, la ejemplaridad, es decir, el del propio estado, más que a gestos muy difíciles en situaciones
hecho de que su persona y vida en conjunto inspiren sentido particulares. Algunos autores temen que el heroísmo de la vida
teologal y generosidad moral. Para conseguir los varios obje- ordinaria acabe reduciéndose a normalidad prolongada. Es
tivos de la canonización, las normas se han modificado, res- santidad en sentido amplio, mas no la que se busca en decla-
pondiendo a diferentes exigencias teológicas y pastorales26. raciones de tanta solemnidad como son las canonizaciones.
b) Las tres virtudes teologales y las cuatro cardinales son Los factores sociales forman parte de la vida de los santos,
las que actualmente se someten a examen particular. Este y también influyen en la selección de candidatos para la cano-
esquema entra en vigor con el proceso de san Buenaventura nización. Se aplican a los santos mismos: origen, profesión,
(1482). Anteriormente se examinaban muchas más. Se han procedencia étnica o cultural, hombres y mujeres, del clero
escogido éstas, por razones prácticas y porque son las más sig- o del mundo seglar, etc. Otra faceta donde tienen cierto influjo
nificativas y suficientes para representar el estado general de esos datos es en lo que se refiere a los procesos de canoni-
madurez religiosa en la persona. Responden a dos dimensiones zación: selección de candidatos, grupo de presión, prioridades,
(teologal y moral) fundamentales que hemos estudiado. motivaciones culturales o de diverso género 28.
c) La "heroicidad" espiritual es concepto difícil de pre-
cisar. Consiste en el cumplimiento fiel y constante de los debe-
res del propio estado. En estos deberes se incluye la fidelidad Santos canonizados
a las exigencias personales de Dios a través de la inspiración
interior o de las situaciones, aun cuando no estén prescritas En el santo logrado se refleja la santidad de Dios y la ima-
por ninguna ley. El martirio es de por sí heroico y demuestra gen de Cristo en grado eminente y bien visible. Y eso es lo
fidelidad y constancia, aun cuando sea momentáneo 27. primero que proclama la canonización. Muestran al mismo
26
tiempo la santidad de la iglesia, en todo tiempo y lugar, encar-
G. MOIOLI, Concetto di "santo" e santitá cristiani. Problema teológico: nada en vidas consagradas a la adoración y al servicio de cari-
Scuola Catt, 109 (1981), 353-374.
27
"Adviértase que heroico adjetiva la virtud, no precisamente el esfuerzo.
Un vicioso puede tener que hacer esfuerzos heroicos para cortar un con- 1962; R. GARRIGOUR-LAORANGE, Las tres edades de la vida interior, Buenos
cubinato; no por eso su castidad se llama heroica en sentido teológico canó- Aires, 1944 ("Heroicidad de las virtudes", pp. 1021-1072).
28
nico; lo es en sentido moral." L. MENDIZÁBAL, Vocación universal a la santidad: P. DELOOZ, Sociologie et canonisations, La Haye, 1969; GABRIEL DE
Manrcsa, 36 (1964), 153; J. S. LASSO DÉLA VEGA, Héroe griego y Santo cristiano, S. M. M., "Normes actuelles de la sainteté", en AA. VV., Trouble et lumiére:
Etudes Carmélitaines, París, 1949, pp. 175-188.
318 SANTIDAD CRISTIANA 4. LOS SANTOS EN LA IGLESIA Y EN TEOLOGÍA 319

dad. Y ponen de manifiesto innumerables gracias personales sus procedimientos, en su finalidad. Se reconoce a sí misma
y la propia generosidad personal. En el santo se compendian y su propia santidad en los santos. Es un reconocimiento a
los aspectos de la santidad anteriormente expuestos: santidad la gracia y a la propia fidelidad, cumpliendo socialmente su
de Dios, santidad de la iglesia, ideal de perfección cristiana. título de "iglesia santa".
Con sus palabras y sus hechos, la iglesia ofrece las bases más
seguras para identificar al santo y conocer la función que tiene "Si hacemos una breve reseña sobre el reclutamiento de
en el Cuerpo místico de Cristo. los santos a lo largo de los siglos, resulta que la mayor parte
Doble línea de comprensión: imágenes vivas de Cristo, rea- de los santos canonizados lo ha sido menos por su santidad
lizaciones concretas y eminentes de la existencia cristiana. De personal, por su virtud eminente, que por su pertenencia a una
determinada categoría, es decir, por su función dentro de la
ahí su doble función: reflejan la santidad de Dios, encarnan
iglesia. Indudablemente han vivido de fe, esperanza y caridad,
la santidad permanente de la iglesia, ayudan y estimulan a la han amado a Dios y al prójimo, pero lo que en último análisis
santificación de los creyentes. los ha distinguido de otros creyentes igualmente ejemplares
Imágenes de Dios y de Cristo. En primer lugar se encuentra es la función que han desempeñado al servicio de la iglesia.
la gracia y la misión de hacer presente a Dios santo y san- En cada período de la historia se ha tomado conciencia de
tificador. Es lo primero que realiza y proclama el santo. De esta o aquella función —mártir, la de obispo, de religioso—
ahí redunda su misión de encarnar y evidenciar la santidad. en la vida de la iglesia, y se ha sentido la necesidad de ponerla
Se les reconoce y declara santos a medida que se descubre de relieve con la canonización de personas que la habían ejer-
en su vida ciertos valores, con los que pueden seguir prestando citado. Si esta ley que hace de la canonización, no una especie
en la iglesia militante un servicio continuado más allá ds su de premio de la virtud, sino más bien un reconocimiento por
existencia terrestre. En el siguiente texto del Concilio se unen parte de la iglesia de lo que en ella hay de más vital y más
activo en sus realizaciones, si esa ley continuara verificándose,
la historia de los procedimientos con la teología de los con-
se puede prever que una conciencia más clara de ciertas fun-
tenidos. ciones o tareas se traducirá más o menos rápidamente en la
canonización de nuevas categorías y nuevos tipos de santos.
"Siempre creyó la iglesia que los Apóstoles y mártires de En particular, dado que nuestro tiempo percibe mejor el papel
Cristo, por haber dado el supremo testimonio de fe y de caridad que desempeñan los seglares en la iglesia, parece justo y, ade-
con el derramamiento de su sangre, nos están más íntimamente más, necesario que seglares del siglo xx, que hayan cumplido
unidos en Cristo; les profesó especial veneración junto con la esa función suya propia, sean reconocidos oficialmente como
bienaventurada Virgen y los santos ángeles e imploró piado- santos, al lado de los mártires, los obispos, los religiosos" 29.
samente el auxilio de su intercesión. A éstos pronto fueron
agregados también quienes habían imitado más de cerca la vir-
Manifestar y demostrar la universalidad de la santidad en
ginidad y pobreza de Cristo y, finalmente, todos los demás,
cuyo preclaro ejercicio de virtudes cristianas y cuyos carismas la iglesia es otro de los objetivos de la canonización. Tiene
divinos los hacían recomendables a la piadosa devoción e imi- santos reconocidos: a) universalidad histórica, existente y visi-
tación de los fieles. Mirando la vida de quienes siguieron fiel- ble en todas las épocas; b) geográfica, en todos los lugares adon-
mente a Cristo, nuevos motivos nos impulsan a buscar la ciudad de ha llegado la iglesia; c) sociológica, en todos los estados
futura y al mismo tiempo aprendemos el camino más seguro y formas de vida, edades, vocaciones. Atendiendo al criterio
por el que, entre las vicisitudes mundanas, podremos llegar de universalidad, existen desequilibrios que responden a la teo-
a la perfecta unión con Cristo o santidad, según el estado y
2
condición de cada uno" (LG 50). ' Ph. ROUILLARD, "Pourquoi Féglise canonise t-elle des saints?", en
AA. VV., Saints d'hier et sainíeté d'aujourd'hui, pp. 42-43; F. BETTATI, 11 fatto
Evidencian la santidad de la Iglesia. Rasgo saliente de la della santitá nella chiesa di oggi;rilievistatistici e constatazioni: RivVitaSpir,
21 (1967), 83-98; id., Presenza epercezione del "Santo" all'interno della comu-
canonización es su carácter eclesial: eclesial en su origen, en nitá ecclesiale: ib., pp. 167-183.
320 SANTIDAD CRISTIANA 4. LOS SANTOS EN LA IGLESIA Y EN TEOLOGÍA 321

logia y sensibilidad cultural de cada época, como también a la iglesia en el Espíritu se vigorice por el ejercicio de la caridad
los sistemas de selección de candidatos. La que mejor se ha fraterna (Ef 4,1-6). Porque así como la comunión cristiana
entre los viadores nos acerca más a Cristo, así el consorcio
respetado es la universalidad histórica. Las otras dos presentan con los santos nos une a Cristo, de quien, como fuente y cabeza,
carencias y desequilibrios que se han ido remediando. La uni- dimana toda la gracia y la vida del mismo pueblo de Dios"
versalidad geográfica hoy resulta más efectiva y verídica. La (LG 50; cf. LG, cap. 7).
sociológica tenía "vacíos", carencias en cuanto a categorías de
santos y en los ambientes de proveniencia: predominio del cle-
ro y de los religiosos. Veneración, en primer lugar. Son manifestaciones de la gra-
cia divina, sacramentos del sacrificio de Cristo, de su amor
y generosidad. Al celebrar su fiesta, el cristiano celebra el triun-
fo de Dios en su obra magna que es el hombre. Y celebra
Los santos en la piedad también en ellos los múltiples aspectos del misterio de la igle-
sia. El culto dio origen y expansión a las peregrinaciones y
El hecho eclesial de la canonización y de los santos cano- otras formas de piedad. Se advierte decrecimiento en este sen-
nizados ha tenido influjo determinante en la historia de la pie- tido, aunque se trata más bien de concentración en algunos
dad cristiana y en la teología de la santidad. Ha sido un pode- santos ampliamente conocidos y venerados.
roso estímulo y un ideal orientador. Pero también ha condi-
cionado excesivamente el desarrollo de la santidad efectiva en Intercesión. Se les toma como intercesores en las oraciones
la iglesia: mayor preocupación por los santos pasados que por y peticiones. Es una forma de mediación subordinada, que es
la santidad real y presente, irrelevancia de los grandes cris- también utilizada en la liturgia: celebración eucarística, letanías
tianos no canonizados, idealización de los canonizados, exceso de los santos, etc. Más relevante ha sido este recurso en la
de confianza en su mediación insubordinada a la mediación devoción privada, tomando en ocasiones excesivo relieve y
de Cristo, imitación servil y falta de creatividad. "autonomía".
En la iglesia, los santos en gloria siguen cumpliendo una Imitación. Los canonizados especialmente reciben la garan-
misión permanente. La canonización hace perennemente válido tía de su ejemplaridad por parte de la iglesia oficial. Son rea-
e interesante el mensaje de ciertos hombres, superando los lizaciones concretas del evangelio en la condición humana.
límites del tiempo y del lugar. Personas cuya obra hubiera que- Aportan estímulo y orientación. El concilio observa que se trata
dado olvidada se imponen a la posteridad, con sus escritos de una imitación libre y personal, según el estado y la condición
e iniciativas, porque tienen el título de la santidad. Entre las de cada uno; evitando servilismos. Se mantiene viva la ejem-
modalidades de la comunión con los santos, se pueden deter- plaridad, prefiriendo para ello los santos antiguos o modernos
minar varias, que en realidad van unidas: veneración, inter- más caracterizados, con vidas o gestos de mayor impacto.
cesión, imitación. Nuestra relación con los santos es, ante todo, Aquí es donde las biografías de los santos pueden prestar
comunión actual, no imitación de sus ejemplos o lectura de un servicio, por su objetividad y penetración. Tienen la tarea
sus escritos. Prolonga el ministerio y las actitudes que quedan de encontrar, entre datos innumerables, el alma del santo y
expuestas al hablar de la "Presencia viva" de Cristo 30. la trayectoria esencial de su vida. Sacada de la historia misma
y del lenguaje de los hechos, y no obtenida por vía de recons-
"Veneramos la memoria de los santos del cielo por su ejem- trucción filosófica o psicológica31.
plaridad, pero más aún con el fin de que la unión de toda 31
P. MOLINARI, II problema dell'agiografia: Civiltá Cattolica, 113 (1962),
30
Cf. K. RAHNER, "Por qué y cómo podemos venerar a los Santos", en 15-27; A. GUILLERMOU, "Hagiographie chrétienne et histoire profane", en
Kstritos de Teología, III, Madrid, 1969, pp. 307-328; P. MOLINARI, / santi e AA. VV., Saints d'hier..., pp. 51-60; J. F. Six, "Comment écrire la vie d'un
il loro culto, Roma, 1962. saint",ib., pp. 61-71; A. ROLDAN, Introducción a la ascética diferencial, Madrid,
322 SANTIDAD CRISTIANA 4. LOS SANTOS EN LA IGLESIA Y EN TEOLOGÍA 323

Otra vía de influencia y de una cierta comunión son los amplio e interesa vivamente a la espiritualidad. La "hagiografía
escritos. No cabe duda que ganan en prestancia con la cano- teológica" la he señalado como uno de los cauces para con-
nización. Siendo fruto de la experiencia, con frecuencia la lle- figurar específicamente la teología espiritual (cap. 1, 3).
van todavía palpitante en la palabra. Refiriéndonos a esta segunda forma, escribe G. Moioli: "Lo
que von Balthasar quiere ilustrar, tomando ocasión de Teresa
de Lisieux, no es inmediatamente el problema de la experien-
Los santos en teología cia. Directamente, la cuestión era el sentido de una hagiografía
teológica, en el intento de reivindicar a la teología la com-
La acción de los santos canonizados en la iglesia no se limita prensión adecuada del santo cristiano. El santo es un hecho
a la función de intercesión y ejemplaridad. La teología espi- teológico: la teología puede y debe comprenderlo; pero no en
ritual, y en general toda forma de teología, encuentra en ellos cuanto la teología se concibe como un sistema de verdades
una fuente primordial de sabiduría cristiana y de reflexión cre- lógicamente coordenada que, aplicadas a un hecho como la
yente. En el cap. 1 se hablaba de "teología y santidad" como existencia de un santo, encuentran en él una especie de ilus-
recuerdo histórico, añoranza y proyecto. La experiencia for- tración experimental, sino más bien en cuanto es capaz de cap-
maba parte de la reflexión de fe. Ahora modificamos la pers- tar la revelación en su fenomenicidad, y por tanto como hecho
pectiva, manteniendo los mismos elementos: de teología y san- y como historia. Toda la vivencia de un santo es, en esta hipó-
tidad pasamos a los santos y la teología. De nuevo el teólogo tesis, 'teología viviente'" 33.
se encuentra con el misterio en la vida, la experiencia y el
pensamiento del santo.
La teología en este caso opera cierta selectividad, con el
fin de obtener los materiales que necesita para su trabajo. Al
aplicar este procedimiento, no "compara" méritos o calidad,
sino aprovecha y destaca modalidades y carismas, que se pres-
tan al discurso de fe. Sin restar méritos al servicio de otros
santos, por vías de comunión en el Cuerpo místico. Me limito
a hacer la alusión y señalar algunos libros que pueden servir
de orientación para afrontar el tema 32 .
La incorporación de la experiencia en la reflexión da lugar
a nuevas "categorías teológicas". En primer lugar, en línea con
los temas espirituales ya presentados de mistagogía y pastoral.
La "teología narrativa" es una de las formas en que se produce
la fusión. Podemos nombrar dos de ellas: teología narrativa,
hagiografía como teología. La teología narrativa tiene alcance

1963, pp. 305-306; FEDERICO RUIZ, Cristianos por dentro, Madrid, 1961,
pp. 169 ss.
32
D e manera especial el de W. M. THOMPSON, Fire and Light. On Con-
sulting de saints, mystics and martyrs in theology, New York, 1987. Cf. U. VON
BALTHASAR, "Teología y santidad", en su obra Ensayos teológicos, I, Verbum
caro, Madrid, 1964, pp. 235-268; AA. VV., Teología y santidad: Communio,
9 (1987), 483-563 (teología, santidad, mística); L. S. CUNNINGHAM, A Decade 33
G. MOIOLI, en AA. W . , Spiritualitá. Fisionomía e compiti, Roma, 1981
of Research on the Saints, 1980-1990: Theological Studies, 33 (1994), 121-125. p. 54.
8
ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES

Expresión eminente de la vida teologal, la oración cristiana


participa de su misma grandeza y dificultad. En ella vive y
confiesa el cristiano su dignidad de hijo de Dios y manifiesta
su pobreza y confianza. Con la gracia y el cultivo, la oración
echa raíces: transforma la mente, el corazón, los sentidos y
el cuerpo mismo, e invade todos los ámbitos de su existencia
personal y social. De práctica espiritual más o menos frecuente
pasa a convertirse en nervio de la existencia cristiana. Si falta
esta capacidad de orar cara a cara con el Señor, nada hay cris-
tiano que ofrezca garantías de autenticidad. "Quien no conoce
el rostro de Dios por medio de la contemplación, no lo podrá
reconocer en la acción, aunque se le ilumine en el rostro de
los humildes y oprimidos" '.
Grave responsabilidad y preocupación tiene la teología
espiritual en este campo de cultivo preferencial. Ningún otro
tema ha sido estudiado con tanto interés y amplitud; incluso
con cierta parcialidad, a daño de otros temas igualmente
importantes. El exclusivismo y exceso de atenciones puede per-
judicar a la oración misma, que se aisla del conjunto de la
vida cristiana, fomentando sentimientos de autosuficiencia y
dejando secar sus mejores fuentes de alimentación. Acaba por
convertirse en uno de esos "absolutos espirituales", personajes
sin rostro y todopoderosos, que hacen, dicen, mandan y exigen:
"la oración", "la liturgia", "la ley", etc. No son otra cosa que
mediaciones desorbitadas, que terminan en tema teológico,
práctica, obligación. Sería conveniente utilizar con mayor fre-
1
H. U. VON BALTHASAR, Sólo el amor es digno de fe, Salamanca, 1971,
p. 101.
326 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 1. ORANTES Y ORACIONES EN LA BIBLIA 327

cuencia términos personales: el Señor, orante y orar, creer y convertir esos espacios en centro de adoración, de servicio ecle-
amar, encontrarse. sial y de trasformación personal 2 .
Tenemos a disposición doctrinas y experiencias, métodos
y medios en abundancia. Mucho se escribe y se habla hoy sobre 1. Orante y oraciones en la Biblia.
el tema, desde diferentes perspectivas: Biblia, teología, peda- 2. Qué es orar: personas y relaciones.
gogía, psicología. Por cientos, y alguna vez por miles, se cuen- 3. El orante: actitudes y medios.
tan las publicaciones de un solo año. Son estudios válidos, 4. Iglesia en oración.
adherentes a la situación presente, sensibles al hombre y a 5. Orar día y noche: formas personales.
su circunstancia, realistas. En fin, lo más adecuado para la 6. Enséñanos a orar: mistagogía.
renovación que todos ansian. A pesar de tantos recursos y
ayudas, muchos cristianos se sienten solos y a la intemperie
cuando quieren entrar en mirada y diálogo personales con 1. Orantes y oraciones en la Biblia
Dios. La abundancia de medios no dispensa del aprendizaje
personal y comunitario. Está por descubrir el secreto que La S. Escritura es oración, no solamente fuente de modelos
nos devuelva las ganas de orar, el arte de hacerlo en espíritu y enseñanzas. Dios se hace presente y dialoga, se ocupa y preo-
y verdad. cupa de la vida y el amor de su pueblo. El creyente es capa-
Sobre oración sabemos casi todo, menos orar. Siempre esta- citado e invitado por esa presencia a vivir toda su vida y acti-
mos de aprendices. Entrar en oración, estar en oración, vivir vidad en dimensiones de amor y diálogo, familiar y trascen-
en oración: es gracia inmensa, vocación y arte difícil. Esto dente. La revelación de los dos testamentos le da gracia y pala-
no retrae a los orantes de vida teologal arraigada, que buscan bras para hacerlo. En la Biblia han encontrado los grandes
oración auténtica, aunque no sea fácil. Esta no la dan los orantes la mejor expresión de lo que Dios ha hecho con ellos
libros de espiritualidad o pedagogía. Sólo el Espíritu Santo y de lo que ellos querían decir a Dios. La palabra revelada
puede "infundirla", creando espacios adecuados en el cora- les sirve para expresar esos dones y gemidos "inefables". Tiene
zón del hombre redimido. El preámbulo a la oración cristiana más sentido y eficacia empezar por la oración revelada y vivida
es ya oración: Señor, enséñanos a orar; Espíritu, ayúdanos como gracia y experiencia, aunque pospongamos la definición
a orar. técnica y los esquemas. El ser orante brota directamente de
El capítulo de la oración en teología espiritual se hace la revelación y la alianza, no de conclusiones teológicas 3.
inevitablemente amplio, por su gran riqueza bíblica, teológica 2
J. D . GAITÁN y J. M. MARTÍNEZ, La oración. Reflexiones y materiales:
y mistagógica. Tiene además que responder a las experiencias Comunidades (1992). Fichero de materias, n. 75. Otro anterior: ib. (1985),
y esperanzas de tantos orantes necesitados de luces y aliento. n. 49; A. M. BESNARD, Lapriére: bibliographie organisée: VieSpir, 101 (1959, 2),
Esto nos obliga a repensar y seleccionar. Las tres palabras del 303-305; Ch. A. BERNARD, La priére chrétienne, Bruges, 1967, bibl. en
título dan la pista y el esquema elemental: nociones y elemen- pp. 371-379; [J. CASTELLANO], "Bibliografía italiana sulla preghiera", en La
preghiem negli Esercizi, Roma, 1970, pp. 178-186; A. GUERRA, Crisis de la
tos de la oración cristiana; el orante con todo su ser teologal, oración personal en un mundo secularizado: RevEspir, 29 (1970), 4-47; id.,
psicológico y existencial; expresiones, formas, ambientes y Oración personal 1970: RevEspir, 30 (1971), 70-82; E. CRESTANI, Bibliografía
medios concretos en que se realiza. Dos tipos de personas sulla preghiera: Seminarium, 21 (1969), 775-780; H. SCHMIDT, Wie betet der
merecen particular atención y cuidados: los orantes de la calle, hueute Mensch? Dokumente undAnalysen, Einsiedeln-Freiburg, 1972 (Boletín
y valoración: 1.221 títulos en total).
que tienen sus tiempos comidos y entreveran la mayor parte 3
Sobre la oración en la Biblia, cf. A. González, La oración en la liihlia,
de su oración en las mediaciones de la existencia; y los orantes Madrid, 1968 (con bibliografía); A. HAMMAN, La oración, Barcelona, 1967;
comprometidos con tiempos largos y regulares, que quieren AA. VV'., La preghiera nelNuovo Testamento, Milano, 1970.
328 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 1. ORANTES Y ORACIONES EN LA BIBLIA 329

los salmos y profetas, agradecer la alianza y la historia de sal-


En el Antiguo Testamento vación, como cosa propia.
En esta primera revelación, la oración presenta algunos ras-
gos característicos. Entre ellos podemos especificar algunos:
a) Vinculación constante a la historia del pueblo; incorpora Jesús orante
la entera existencia social y personal, religiosa y humana, adap-
tando a las experiencias y situaciones. El diálogo con Dios se En Jesucristo la oración recibe su forma plena de relación
alimenta de hechos vivos, momentos fuertes de la historia sal- filial: Dios habla y se da como Padre, el hombre es introducido
vífica: elección, liberación de Egipto, el camino del desierto, en la familia divina, escucha, habla y dialoga. Esa oración reco-
la alianza, la conquista, el destierro, etc. b) Vive en permanente ge, prolonga y perfecciona los contenidos y las expresiones de
cara a cara con Dios el presente en todas las posibles situa- la antigua alianza. El Nuevo Testamento ha conservado el ges-
ciones, públicas o privadas: las fiestas, el templo, el sacrificio, to repetido de Jesús orante, sus enseñanzas a los discípulos,
el campo, lluvias y cosechas, salud y enfermedad, victorias y la oración de las comunidades primitivas, la oración de cada
derrotas, c) Este diálogo adopta gran variedad de formas y cristiano en el cumplimiento de su misión. El NT es suficien-
expresiones: adoración, alabanza, penitencia, súplica, etc., temente homogéneo como para encontrar fácilmente la esencia
sugeridas por los contenidos de las gracias y la correspondiente y los rasgos de la oración cristiana;, y variado como para dar
experiencia. Síntesis de todo ello es el salterio. cabida a sus expresiones más importantes.
Jesús es orante por sí mismo: es Hijo, antes que maestro
"El salterio, como los cantos dispersos, traducen en oración y modelo. Vive en oración la realización constante y espon-
la historia de Israel, el drama de la salud. Celebran la gesta tánea de su condición filial: encuentra la expansión de su ser
de Dios en medio de su pueblo, en que cada individuo se da en las relaciones con el Padre: alabanza, acción de gracias,
cuenta de ser miembro de un todo y se enlaza, en su sufrimiento petición. Ha transcurrido largas horas, noches enteras, en ese
y en su esperanza, con el designio de Dios que se realiza pacien- trato familiar. No es necesario averiguar en detalle el "con-
temente. En él se encuentra toda la doctrina religiosa del Anti-
guo Testamento en forma de oración y meditación. Oración tenido" explícito de esos momentos. Con su sola existencia
'teológica' o, más exactamente, teologal, no en el sentido de repetida demuestran que en la vida del Señor ocupa el centro
fórmulas dogmáticas abstractas, sino de una fe 'existenciaP que la comunión explícita y prolongada con el Padre.
busca a Dios, de una experiencia espiritual que conoce las intui- La oración de Jesús nace de su comunión con el Padre,
ciones místicas"4. y está arraigada en su obra apostólica y en sus decisiones más
personales. Esta presencia con relieve en los momentos deci-
Los orantes y oraciones del AT son componentes, no sólo sivos ha llamado la atención de los evangelistas. Ora en los
antecedentes, de la oración cristiana, evangélica y eclesial. Su momentos cruciales de la implantación del Reino; en el bau-
vivencia histórica, contenidos y lenguaje entran a formar parte tismo (Le 3,21-22), en el Tabor (Le 9,28-35), en la elección
de la oración de Jesús y de la vida de la iglesia, como actos de los Apóstoles (Le 6,12-13), por la fidelidad de Pedro (Le
típicamente cristianos. No necesita adaptaciones para revivir 22,32), la "oración sacerdotal" (Jn 17), en el momento crucial
4
de Getsemaní (Le 22-42), en la cruz. La oración de Jesús se
A. HAMMAN, La oración, p. 58. Efectivamente, el salterio es el canto mantiene viva y operante después de la muerte y resurrección:
de la historia y de la naturaleza. Hace orar a la creación, dotada por Dios en gloria, ora en y con la iglesia y las personas, adora e inter-
de grandeza, belleza, fuerza, voz. Hace hablar a la historia, pasada y presente,
ja que "el salterio es la síntesis lírica de toda la revelación del Antiguo Tes- cede por los hombres (Hbr.).
lamento". S. Bovo, en AA. VV., La preghiera nella Bibbia e nella tradizione He aquí algunos de sus rasgos: a) Es constante el apelativo
patrística, Roma, 1964, p. 90. "Padre", el más apto para el diálogo, porque define a Dios
330 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 1. ORANTES Y ORACIONES EN LA BIBLIA 331

y suscita en el orante la actitud y gesto de encuentro confiado: ñas correspondientes (Mt 6-7). Que sea breve y sobria en pala-
Padre, te doy gracias (Mt 11; Jn 11); Padre, pase de mí este bras y gestos; sencilla y en secreto, sin espectacularidad; con-
cáliz (Me 14,36); Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu fiada, pues se dirige a un Padre deseoso de dar toda clase
(Le 23,46). b) El Reino de Dios, como intención y disposición de bienes; en nombre de Jesús, pues ahí está su fuerza espe-
básica, el cumplimiento de la voluntad divina en la historia cífica (Mt 18,19). Confirma en parábolas y modelos de relieve
de la salvación y en la propia vida, c) Seguridad de que el esas mismas verdades de la oración cristiana. Siendo las pará-
Padre siempre le escucha (Jn 11,41-42), incluso cuando con- bolas obra y creación del Señor, adquieren todo el valor de
traría su voluntad humana, d) Ausencia completa de todo sen- enseñanzas directas. Las fórmulas de oración y los gestos atri-
timiento de culpa y petición de perdón. buidos a los personajes de la parábola son originales de Jesús.
La oración de Jesús es modelo de la oración cristiana. Pero Así, por ejemplo: la viuda importuna y el juez inicuo; el publi-
no es la ejemplaridad el movente primordial de sus oraciones. cano y el fariseo, obra maestra en diez líneas (Le 18); el amigo
Mantiene actitudes y actividades orantes, como parte de su que alborota a media noche pidiendo panes (Le 11).
ser y misión constantes, con anterioridad a toda intención de — Jesús suscita orantes, provoca oración en quienes tratan
dar ejemplo o doctrina a sus seguidores. Ora más largamente
con él: actitudes y expresiones de fe, amor, esperanza, ado-
de noche, cuando nadie le ve; sus oraciones públicas son muy
ración, agradecimiento. Oración realizada, que tiene lugar en
breves, las privadas se hacen interminables: da testimonio. Lo
contrario de los fariseos, muy rezadores en público, nulos en torno a Jesús: le confiesan su fe, piden ayuda, dan gracias.
privado: dan espectáculo. Por las reacciones del Señor, vemos qué actitudes y formas
de orar le agradan: hijo de David, ten compasión de mí (Bar-
timeo: Le 18); Señor, no soy digno de que entres en mi casa
(el centurión: Le 7); Jesús, acuérdate de mí cuando llegues
Enseñanzas de Jesús a tu reino (el buen ladrón: Le 23)
— En el diálogo con la samaritana (Jn 4) la oración es
— El don y la gracia en primer lugar, antes que el precepto vivida como "trato de amistad". Jesús toma la iniciativa para
y la enseñanza; de ahí nacen la capacidad y la osadía de orar. dar confianza. Ella se desahoga, hablando de sus penas, de
Esa gracia es él mismo: "Cuanto pidiereis al Padre en mi nom- sus deseos, de sus flaquezas, de su pueblo, de sus esperanzas.
bre, os lo dará. Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nom- Jesús va guiando la conversación, responde, aconseja, mueve
bre; pedid y recibiréis, para que sea cumplido vuestro gozo"
por dentro. Conclusión del encuentro: Jesús ha transformado
(Jn 16,23-24).
a la samaritana en su visión interior y en su conducta. En el
— El Padrenuestro, oración cristiana por excelencia, seña-
mismo sentido vale el diálogo con Marta (Jn 11).
la los contenidos y expresión en fórmula breve y universal:
es oración del Reino, de la comunidad, de cada persona, com- — Una de las cualidades con que Jesús contradistingue
pendia los rasgos de su ejemplo y de sus enseñanzas (Mt 6; la oración cristiana es el secreto (Mt 6,5-6). No se trata de
Le 11). El Padrenuestro debe ser orado y meditado incansa- secreto material, que nadie vea ni sepa que el cristiano ora.
blemente por el cristiano que quiere aprender a orar o per- La oración de Jesús tiene lugar con frecuencia delante de los
feccionarse en su modo de oración. Ha recibido comentarios demás. Tomada literalmente, la norma del secreto parecería
innumerables de exegetas, teólogos y espirituales. Es oración condenar la oración pública y los rezos en comunidad. En otras
vocal y mental, meditativa y contemplativa, comunitaria y per- ocasiones recomienda el orar juntos. El secreto evangélico se
sonal, íntima y social. opone a la ostentación y espectacularidad, no a la simple visi-
— El sermón de la montaña ofrece indicaciones abundan- bilidad. Aparte aclaraciones, en el texto aludido hay una clara
tes sobre la actitud orante del cristiano y sus expresiones exter- afirmación de la validez de toda oración sincera, hecha por
332 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 1. ORANTES Y ORACIONES EN LA BIBLIA 333

el creyente desde el fondo de su corazón y en soledad. Es de su corazón. La oración es para el cristiano un modo de
encuentro personal 5 . ser. Hay ejemplos numerosos y variados en el Nuevo Testa-
mento. El más significativo y desarrollado es el de san Pablo,
que insiste en la oración continua y además habla de su expe-
Iglesia orante riencia.
San Pablo es maestro de oración cristiana, mística y apos-
La comunidad entera se siente comprometida en el encargo tólica. En su vida y doctrina ha alcanzado la unidad de con-
de Jesús de orar siempre y no desfallecer. Es el nuevo pueblo, templación y acción, de intimidad personal con Cristo y de
redimido para dar a Dios el verdadero culto, para adorar y entrega sin reservas a la obra apostólica. Desarrolla: a) acti-
glorificar comunitariamente, visiblemente, presentándose tudes y expresiones de acción de gracias, alabanza, petición;
como comunidad orante. Es más, el Nuevo Testamento ha b) presencia insistente en la predicación y en las cartas: doy
nacido en ese clima de oración y meditación comunitaria sobre gracias a Dios, pido por vosotros, por que me libre; c) inculca
la vida y las palabras de Jesús. "El libro de los Hechos nos esa misma conducta a sus fieles: orad siempre, pedid para que
permite asistir al nacimiento de la oración cristiana en el seno el Señor os libre o me ayude a testimoniar; d) relacionada
de la comunidad de Jerusalén, tributaria todavía de la piedad con su vida de apostolado, preocupaciones, progresos y retro-
de Israel, pero consciente ya de lo que constituye su novedad" 6. cesos de las comunidades; e) se dirige a Dios, a Cristo per-
La primera imagen que tenemos del grupo cristiano, inme- sonalmente, y no equivale a trabajo apostólico o caridad fra-
diatamente después de la Ascensión, es la de comunidad oran- terna.
te: "Todos los apóstoles perseveraban unánimes en la oración, Tiene valor especial, porque realiza el ideal cristiano de
con algunas mujeres, con María madre de Jesús, y con los her- fusionar oración viva y caridad apostólica: es contemplativo-
manos de éste" (Hch 1,14). "Perseverar en la oración" es una apóstol en una sola pieza, ambas cosas en medida desbordante.
expresión que se repite a propósito de la iglesia primitiva (Hch Logra una verdadera oración apostólica, en el sentido fuerte
2,42; 2,46-57; 5,12; 6,4). Es la expresión natural de su ser comu- de ambos términos. "Es legítimo afirmar con L. Cerfaux que
nidad, que celebra la eucaristía. Es oración vinculada estre- toda oración de Pablo orquesta su vida apostólica y toda su
chamente a los acontecimientos que está viviendo, a su obra vida apostólica se desenvuelve en la presencia de Dios. Hay
por la difusión del evangelio. Algunos casos salientes: la elec- aquí una indicación metodológica que creemos de grande
ción del apóstol (Hch 1,24-25), las persecuciones (4,24-30), la actualidad: Pablo concibe su apostolado como anuncio de Dios
institución de los diáconos (6,6), la comunicación del Espíritu que nos salva en Cristo y como 'testimonio' que Cristo vive
a los samaritanos (8,15), el envío de los misioneros (13,3). Estos ya en él invadiendo toda su existencia. Por consiguiente, la
textos se refieren a la comunidad central de Jerusalén. Es la oración, en cuanto vuelta consciente a la intimidad del propio
que hace de madre, transmitiendo a las nuevas comunidades espíritu y encuentro vital con Cristo que es el alma de su obrar
el estilo de vida común y de oración frecuente. y entregarse, pasa a ser, no una ayuda o medio de apostolado,
sino un componente esencial, una dimensión constitutiva" 7.
Eucaristía y comunidad son la expresión visible y completa
de la oración cristiana. Pero la oración es una actitud que
acompaña al cristiano dondequiera que se encuentre, solo o
acompañado, con fórmulas establecidas o con los movimientos
5
Cf. J. DupoNT,/éíMS et lapriére liturgique: Maison-Dieu, 95 (1968), 16-49.
6 7
A. HAMMAN, La oración, p . 214. Cf. S. CIPRIANI, La preghiera nelNuovo S. CIPRIANI,Lapreghiera nelNuovo Testamento, p . 257. Cf. M. MAGRASSI,
Testamento, p . 257; J. M. CASTILLO, Oración y existencia cristiana, Salamanca, Bibbia e preghiera, Milano, 1973; L. BOUYER, Introduction á la vie spirituelle,
1969, pp. 205-223; P. HISDALE, Oración de San Pablo, Madrid, 1966. París, 1960, pp. 27-57: "La vie spirituelle et la parole de Dieu".
334 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 2. QUE ES ORAR 335
se hace en la fe, en espíritu de oración, creyendo en la presencia
Biblia y oración actual de Dios que nos habla en el texto sagrado, mientras
nos esforzamos por estar presentes, en espíritu de obediencia
La palabra revelada es alianza y oración con Dios personal; y de filial abandono a las promesas y exigencias divinas" 8.
la oración es escucha y respuesta a la palabra revelada. En
oración es como mejor se lee y escucha la palabra bíblica: en
lectura textual, memoria de los hechos o iluminación contem-
plativa. 2. Qué es orar

"Recuerden que a la lectura de la Sagrada Escritura debe En el evangelio, la oración es vivida con una espontaneidad
acompañar la oración para que realice el diálogo de Dios con que al creyente moderno no le es fácil repetir. Por exigencias
el hombre, pues 'a Dios hablamos cuando oramos, a Dios escu- del análisis intelectual y psicológico, por presión de las con-
chamos cuando leemos sus palabras' (San Ambrosio)" (DV 25). diciones de vida, esa actitud creyente tan sencilla y espontánea
"Los miembros de los institutos deben cultivar con asiduo se ha vuelto difícil y compleja.
empeño el espíritu de oración y la oración misma, bebiendo
en las genuinas fuentes de la espiritualidad cristiana. Tengan, Los libros de espiritualidad suponían sentimientos y evi-
ante todo, diariamente en las manos la Sagrada Escritura, a dencias, que hoy ya no son evidentes para muchos cristianos.
fin de adquirir, por la lección y meditación de los sagrados Para mantener viva y operante la conciencia de ser hijo de
Libros, el sublime conocimiento de Jesucristo (Filip 3,8)" Dios, necesita el cristiano aclaraciones y decisiones generosas.
(PC 6). La teología espiritual necesita desmontar esa experiencia viva
e indivisible y analizar sus varios componentes teologales y psi-
Puede hacerse en forma litúrgica, en comunidad orante, cológicos. Con ayuda del discurso teológico y mistagógico, el
en la interioridad personal. Es palabra de Dios, no conjetura orante está en mejores condiciones de discernir la gracia y
humana de lo que Dios pudiera o debiera decir o responder ahondar su participación orante 9.
en el diálogo. Dios la ha dicho y la sigue diciendo. La oración La oración cristiana revive y prolonga la estructura diná-
litúrgica actualiza hechos y palabra de la S. Escritura con mayor mica de la Revelación en sus tres componentes fundamentales:
abundancia y relieve. En la oración personal, ha estado pre- elección y ofrecimiento gratuito por parte de Dios, acogida
sente de manera constante y masiva la revelación bíblica: pala- y respuesta del hombre, alianza y trato permanente de amor
bras, misterios, hechos, personajes, etc., enriquecedor. De ello y fidelidad. Exactamente los mismos ingredientes encontramos
se alimentaban las "meditaciones" en sentido tradicional, se en la oración cristiana: Dios se dirige a la persona, la interpela
alimentaban de misterios y palabras de la revelación. Pero lo y capacita para la respuesta de amor, trato de amistad en múl-
hacían con tanto ropaje de discurso humano, que llegaron a tiples variaciones. El paralelismo resulta fecundo para la com-
desvirtuar la fuerza original de la palabra divina.
8
La Lectio divina es una aplicación concreta de esta cen- Cf. J. CASTELLANO, Pedagogía de la oración cristiana, Barcelona, 1996.
tralidad. Introduce un modo de animar la vida cristiana con Tiene un capítulo sintético y sugestivo sobre la "lectio divina" (pp. 105-120).
En p. 106 cita el texto de BOUYER.
la palabra de Dios: escuchar, vivir, prolongar la oración cris- 9
J. M. CASTILLO, Oración y existencia cristiana, Salamanca, 1969;
tiana. De ahí brotan y se desarrollan las formas clásicas de A. GUERRA, Oración cristiana. Sociología-teología-pedagogía, Madrid, 1984;
la oración cristiana: lectura, meditación, oración, contempla- AA. VV., Oración y vida cristiana, Madrid, 1977; J. D. GAITÁN, La oración
ción. Derivan todas ellas de la Palabra como su normal desen- cristiana: RevEspir, 35 (1976), 7-31; X. PIKAZA, 25 temas de oración, Madrid,
volvimiento. De ella ofrece L. Bouyer la siguiente definición: 1982; Ch. A. BERNARD, La priére chrétienne, Bruges, 1967; F. Ruiz SALVADOR,
Teología crítica de la oración personal: RevEspir, 30 (1971), 7-30; D. DE PABLO
"Es una lectura personal de la Palabra de Dios, mediante la MAROTO, Dinámica de la oración. Acercamiento del orante moderno a santa
cual nos esforzamos por asimilar su sustancia; una lectura que Teresa de Jesús, Madrid, 1973.
336 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 2. QUE ES ORAR 337

prensión y la vivencia de la oración. Presentamos separada- Un don difícil de mantener. Una y otra vez le vuelve a parecer
mente los tres momentos de la misma oración: gracia, respues- al hombre increíble que Dios le hable y le escuche con interés.
ta, amistad 10. Le nace la tentación de callar, de no escuchar, de no decir
nada a Dios u .
a) Es gracia y don. Desde el punto de vista bíblico y teo- b) Respuesta y empeño personal. La oración es gracia y
lógico, la oración es, ante todo y sobre todo, un don: ¡somos es arte: gracia que se recibe y arte que se practica y aprende.
hijos! Dios nos ha hablado y nos ha dado el poder de escucharle Habiendo acentuado el don, debemos también recordar el
y dirigirle la palabra como a Padre (Jn 1,12). Se ha dignado empeño humano correspondiente, para que se establezca ver-
posponer su infinita dignidad y trascendencia. Conociendo la dadero diálogo. El Don gratuito de la amistad divina y la obra
condición humana de pobreza, necesidades y deseos, insiste del Espíritu no son invitaciones a la indolencia. Vista desde
particularmente en lo que puede ser el "movente" psicológi- el lado nuestro, la oración implica participación del creyente,
camente más eficaz para la confianza y el diálogo: "Pedid"; disponibilidad, respuesta comprometida. "No os espantéis,
es el primer paso para acercarse e iniciar el diálogo de amor hijas, de las muchas cosas que es menester mirar para comenzar
y amistad. Para poder hacerlo como creaturas, hijos, amigos, este viaje divino, que es camino real para el cielo... Tornando
se anticipa con el primero y máximo Don: envía a su Espíritu. a los que quieren ir por él y no parar hasta el fin —que es
Esta es la conciencia primordial de quien entra en diálogo con llegar a beber de esta agua de vida— cómo han de comenzar,
Dios. En el evangelio, la exhortación a la oración perseverante digo que importa mucho y el todo una grande y muy deter-
no apela en primer lugar a la obligación; se apoya en la con- minada determinación de no parar hasta llegar a ella." Con
fianza y seguridad de que Dios, siendo Padre, le ha de escuchar, esa determinación santa Teresa anuncia la participación activa
aunque esto le parezca increíble. Lo difícil para el cristiano del orante en la "de amistad". No se trata de un ejercicio o
era, no el practicar la oración, sino el creer que efectivamente práctica más o menos frecuente y prolongada, sino de un pro-
Dios le concedía el poder increíble de dialogar con El y obtener yecto de vida, que centra la existencia en hacerse y "ser siervos
gracias. del amor" u.
Para mantener despierta la conciencia filial a esa comunión c) Trato de amistad. La comunicación de Dios y la acogida
constante, se añade el mandato, la "obligación". Es comple- del hombre crean el encuentro interpersonal de comunión per-
mento y estímulo, no raíz ni movente principal del trato con manente, en el plano teologal y psicológico. Jesús la califica
Dios. Cuando el amor filial se debilita, y la obligación pasa
a primer plano, el don divino acaba convirtiéndose en penoso 11
Cf. F. Ruiz SALVADOR, Teología crítica de la oración personal: RevEspir,
deber. No es ya un privilegio gozoso, sino un penoso deber. 30 (1971), 12. "La oración es una gracia, un ofrecimiento de Dios. No comen-
La palabra salvadora que pone en movimiento los resortes psí- zaremos, siguiendo a los reformadores, por una descripción de lo que el hom-
quicos y espirituales del sujeto no es: estamos obligados a orar; bre hace cuando ora. Evidentemente el hombre hace algo, actúa; pero para
comprender esta acción, es preciso comenzar por el final, es decir, hablar
sino esta otra más sencilla: se nos concede, podemos todavía en primer lugar de la favorable acogida de la oración... Oración que es a
orar. Ese podemos es teológicamente más radical y psicoló- la vez acto de humildad y de victoria. Tal acto nos ha sido mandado porque
gicamente más eficaz en muchos casos que el debemos. Porque se nos ha otorgado el poder de hacerlo." K. BARTH, La oración, Salamanca,
en aquél resuena la conciencia renovada de la filiación, que 1969, pp. 23-24 y 34. Cf. también J. ELLUL, L'impossible priére, Paris, 1971,
es el mejor apoyo de la oración cristiana. Animados por la pp. 107 ss.
12
palabra de Cristo, nos atrevemos a decir: Padre nuestro. La SANTA TERESA DE JESÚS, Camino de perfección, c. 21, 1-2; Vida, 11,1.
"Por oración se entiende aquí aquel respiro total del ser creyente, por el
oíación es una audacia, justificada solamente por el don divino. cual se reconoce, presencializa, abre, expresa y vive ante Dios. Filial, espe-
ranzadamente, con simplicidad y profundidad, en silencio afirmativo y en
10
J. CASTELLANO CERVERA, Revelación y oración cristiana: UISG, 76 palabra acogedora", O. GONZÁLEZ DE CARDEDAL, Meditación teológica desdi-
(1988), pp. 41-56. España, Salamanca, 1970, p. 497.
338 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 2. QUE ES ORAR 339

en el evangelio con los rasgos del amor humano más profundo: d) Modalidades de la oración cristiana. Adoración, agra-
de hijos, de hermanos, de amigos. "No es otra cosa oración decimiento, petición... Estas y otras innumerables son las
mental, a mi parecer, sino tratar de amistad, estando muchas modalidades que adopta el trato de amistad. Son actitudes pro-
veces a solas con quien sabemos nos ama." La definición de vocadas por la naturaleza misma de la relación Dios-hombre,
santa Teresa tiene el mérito de convertir en amistad la vida por los varios acontecimientos y aspectos de su historia: ado-
entera. En otras definiciones, la oración aparece como un acto ración, alabanza, acción de gracias, intercesión, arrepentimien-
aislado, funcional, motivado por un beneficio recibido, una to, ofrecimiento, petición, etc. Brotan espontáneas de la varie-
necesidad sentida, etc. La oración de santa Teresa se justifica dad de dones, situaciones, experiencias. Se entremezclan o se
por sí misma, se mantiene y prolonga indefinidamente por su pasa de unas a otras como brotes de una misma gracia. Puede
propio dinamismo, que es el amor, y por su historia de alianza, predominar una u otra según vocaciones o experiencias. No
vocación, misericordia, esperanza. conviene, sin embargo, limitarse a una sola. En este contexto
variado de relación filial y de amistad se coloca la "oración
El trato de amistad oracional lleva la reciprocidad afectiva
de petición". Es la que levanta mayor problemas y sospechas:
de la amistad humana, pero no todos sus componentes sen-
¿egoísta, inútil, alienante, mágica, pretenciosa y miraculista?
sibles. Es amistad "teologal", en fe y en amor, que no lleva
De todo ello puede ofrecer ciertas apariencias, e incluso mez-
la gratificación psíquica y sensorial de la amistad humana. En clas; especialmente si se mira desde fuera de la fe y sin conocer
fe tiene la seguridad de Dios presente que ama y escucha. Pre- la confianza humilde y respetuosa del orante cristiano. Es la
sencia amorosa, que a veces se vuelve oscura y dolorosa: "Vien- modalidad más frecuente entre los que se acercan a Jesús en
do lo mucho que os va en tener su amistad y lo mucho que el evangelio. Casi todos vienen a pedir algo. El Señor no se
os ama, pasáis por esta pena de estar mucho con quien es muestra exigente y desconfiado frente a las motivaciones
tan diferente de vos." "Lo que podemos hacer nosotros es pro- humanas, cuando ve fe y confianza 15.
curar estar a solas, para que entendamos con quién estamos e) Oración de Cristo y el Espíritu en la iglesia. Hemos sim-
y lo que nos responde el Señor a nuestras peticiones. ¿Pensáis plificado la gracia y la experiencia oracionales, presentando
que se está callando, aunque no le oímos? Bien habla al cora- los tres elementos en forma descarnada: don divino, respuesta
zón, cuando le pedimos de corazón" 13. humana, encuentro. Hay en esta comunión sencilla personas
Es presencia, comunión, amistad. No basta el sentimiento implicadas, que ya hemos visto en la vida teologal. Intervienen
religioso, para que haya oración. La adoración al Absoluto, en toda relación, aun la más interior y secreta, de parte de
sin esperar respuesta o interesamiento, no cumple los requi- Dios y de parte del orante. Concretamente son: Jesucristo, el
sitos de la oración cristiana. La participación activa y pasiva Espíritu Santo y la iglesia. Basta hacer aquí una breve alu-
de Dios es elemento decisivo. En este punto se originan las sión 16.
grandes purificaciones, cuando el hombre con todas sus fuerzas
es atraído por Dios, tiende a la unión y no puede vivir sin Jesucristo. Siempre y dondequiera que el cristiano ora, lo
El; si no "siente" acogida o respuesta, se abre el abismo. Lo hace en virtud de su incorporación a Cristo por el bautismo
más duro de la noche oscura se debe precisamente a esta ora- 15
Cf. X. PIKAZA, 25 temas de oración, Madrid, 1982. En tres capítulos
ción o amistad truncada, sin correspondencia aparente u . las clasifica así: 1. Oración e historia salvadora: confesión de fe, recuerdo
de Jesús, invocación del Espíritu. 2. Oraciones de exaltación: alabanza, ado-
13
Los dos primeros textos son de Vida, 8,5; el último de Camino de ración, bendición, glorificación, acción de gracias. 3. Oración y realidad huma-
perfección, 24,5. Comentario amplio y orgánico en Tomás ALVAREZ y Jesús na: gesto penitencial, petición, entrega personal, súplica escatológica.
15
CASTELLANO, Teresa de Jesús, enséñanos a orar, Burgos, 1981; M. HERRAIZ, SAN AGUSTÍN, Enarraciones sobre los Salmos, 85,1, Madrid, 1966,
La oración, historia de una amistad, Madrid, 1981. pp. 216-218. Para doctrina y bibliografía sobre la participación de Cristo y
14
Cf. SAN JUAN DE LA CRUZ, Noche oscura, II, 13,5; K. RAHNER, Palabras del Espíritu Santo en la oración del cristiano, cf. J. D. GAITÁN, La oración
d Siendo, San Sebastián, 1964. cristiana: RevEspir, 35 (1976), 16-24.
340 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 2. QUE ES ORAR 341
y en virtud de la presencia gloriosa permanente de Cristo, siem- nes que la origina. Algunas de ellas han entrado a formar parte
pre vivo para interceder por nosotros y con nosotros (Hbr 7,25). del acervo popular, por vía del catecismo o de los libros de
En este sentido, el cristiano nunca ora solo, porque nunca está piedad. Ponen de relieve uno u otro aspecto. "La oración es
solo. En su Hijo, Dios y hombre, el Padre nos dirige la palabra, una conversación o coloquio con Dios" (san Gregorio Niseno);
nos escucha y responde. La crisis de oración que sufren algunos "Hablar con Dios" (san Juan Crisóstomo); "Conversión de la
se debe a la pérdida del mediador. Oran por propia cuenta mente a Dios con piadoso y humilde afecto" (san Agustín);
y se preguntan alarmados: ¿me oye Dios o no me oye?; ¿hago "Elevación de la mente a Dios"; "La petición a Dios de cosas
oración cristiana, o estoy provocando movimientos artificiales convenientes" (san Juan Damasceno); "Elevación de la mente
en mi psicología? Sé que es Cristo quien ora en mí, y estoy a Dios para alabarle y pedirle cosas convenientes a la eterna
seguro que Dios le escucha y dialoga filialmente. salvación" (santo Tomás); "Piadoso afecto de la mente dirigido
Espíritu Santo. El es quien actualiza y vivifica el trato filial. a Dios" (san Buenaventura)17.
San Pablo (Rom 8) le reconoce dos funciones primordiales: Ciertas equivalencias indebidas dan lugar a confusión men-
a) hace tomar conciencia viva de la condición filial frente a tal y a abusos en la práctica. Configuramos ulteriormente la
Dios Padre; b) El mismo pide en el hombre con gemidos indes- naturaleza de la verdadera oración, aludiendo a ciertas acti-
criptibles lo que más conviene y el hombre no sabría pedir. tudes o actividades con las que indebidamente se la identifica.
Más que asociarse a las intenciones del orante, le asume el Actitudes cristianamente auténticas pero diferentes en natu-
Espíritu y le incorpora a la propia acción divina. La verdad raleza y funciones.
dogmática de la oración en el Espíritu Santo se convierte en La oración no es la caridad fraterna. En el Nuevo Testa-
experiencia inmediata para algunas almas. mento y en teología cumplen funciones específicas y diferentes,
La iglesia. Toda oración cristiana se hace en la iglesia, para aunque responden a un mismo dinamismo teologal. La oración
la iglesia, con la iglesia. La actual sensibilidad acentúa esta incorpora la vida entera; por eso se dice que orar es vivir.
dimensión en toda forma de oración, sea vocal o mística, en La caridad fraterna y el apostolado llevan elementos, como
asamblea o en soledad, a) El cristiano ora en la iglesia. Por pide su naturaleza teologal. Existe además una forma específica
el mismo hecho del bautismo, el cristiano es miembro vivo de oración: la oración apostólica, el apostolado de la oración.
de la iglesia de Cristo, actúe en público o en privado. En este Sin embargo, tenemos que repetir: la caridad fraterna no es
sentido, no existe una oración privada entre cristianos, es decir, la oración. Hay que afirmar esto, por respeto al evangelio y
no hay una oración que se pueda considerar "asunto privado" a la naturaleza de las cosas. Ni el evangelio habla de orar a
de quien la hace o la omite. En virtud del bautismo y de la la iglesia o a los hermanos. Podemos improvisar una "teología
confirmación, el cristiano es consagrado y fortificado para ofre- ad casum", para paliar nuestras carencias y dificultades 18.
cer en nombre de la iglesia el verdadero culto, b) La iglesia No es directamente apostolado, aunque sí tiene una dimen-
entera ora en cada cristiano, se personifica en cada uno de sión apostólica fundamental. La oración es de por sí obra válida
sus miembros, por el mismo hecho de la incorporación. No y primordial del cristiano, con anterioridad a los propósitos
solamente durante la celebración litúrgica, sino en toda su ora- y dinamismo apostólico que en ella pueda originarse. Para mí,
ción de alabanza, penitencia, súplica, etc. quien identifica oración con caridad fraterna es que no ha
hecho una verdadera experiencia de oración, y seguramente
tampoco de profunda caridad evangélica.
Definiciones y ampliación 17
Estas y otras definiciones se pueden ver en S. GAMARRA, Teología espi-
ritual, pp. 162-165.
Muchas definiciones se han dado de la oración, completas 18
Cf. J. M. CASTILLO, Oración y existencia cristiana, pp. 168-179: "La ora-
o parciales, atendiendo a las diferentes actitudes y motivacio- ción no es la caridad fraterna".
342 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 3. EL ORANTE: ACTITUDES Y MEDIOS 343

No es trabajo y acción por amor de Dios. Las innumerables miembro de la iglesia, hermano de Cristo, miembro activo tam-
formas en que se ejercita la vida creyente pueden orientarse bién de una sociedad humana. En el orante obran Cristo, el
todas ellas en sentido de servicio, de amor, de agradecimiento, Espíritu, la iglesia. En él se hacen oración las ansias, las ale-
etc. Pero son otra cosa y cumplen otras funciones. grías, los proyectos del mundo y de la historia. Si hay orante,
No es interioridad, introspección, reflexión, encuentro consigo tendremos oraciones buenas, sea cual fuere su hechura psi-
mismo. Estas actividades primordiales del espíritu humano y cológica y literaria. Por el contrario, con oraciones bien com-
de la actitud creyente son tareas específicas. Les falta la dimen- puestas jamás llegaremos a fabricar un orante. El orante cons-
sión teologal, afectiva y comunional, para convertirse en ora- tituye, después de Dios, el factor decisivo en toda actividad
ción cristiana. y experiencia orante.
A la vitalidad orante del cristiano no se le dedican los cui-
dados que merece. Negligencia grave, si se compara con el
3. El orante: actitudes y medios esmero puesto en fórmulas, ambientación, técnicas. Por moti-
vos diferentes, oración litúrgica y oración personal corren idén-
Orar es en última instancia acto vital del hombre redimido. tico peligro: descuidar al orante y con ello vaciar de sentido
Jesucristo y el Espíritu, la comunidad eclesial y la entera huma- teologal y encuentro personal la oración. La ordenación litúr-
nidad participan y actúan en la oración del cristiano. Pero es gica acumula lecturas, oraciones y gestos; pero no es raro que,
él quien personalmente encarna y realiza ese acto sencillo y bajo ese cúmulo de oraciones, deje escapar al orante. También
sublime que es la oración. Todos los análisis teológicos y espi- la oración personal desequilibra su tratamiento, preocupada
rituales convergen en la persona orante, que a su vez es miem- y absorbida por temas, métodos, tiempos, obligaciones; con
bro de Cristo e instrumento del Espíritu. peligro de ser cada vez menos oración y menos personal 19 .
Por otra parte, el orante no es un producto espontáneo Algunos se extrañan de que las mejores oraciones de la
de la naturaleza o de la psicología. No es fácil orar con eficacia tradición no les digan nada, cuando las utilizan para orar. Leen
y gratuidad. Necesita gracia, ejercicio y cultivo. Para reapren- la Biblia, rezan el Ángelus o el Rosario, leen un libro de medi-
der a orar con fervor y vigor, necesitamos analizar convicciones, tación, y todo las deja indiferentes, o a lo más, reciben la impre-
motivaciones y medios. Por otra parte, el exceso de auto- sión de una lectura interesante. El motivo es evidente y la dife-
observación corre peligro de disecar la comunión oracional en rencia palmaria: de los salmos originalmente orados a los sal-
el propio laboratorio interior. La mejor caridad y la mejor ora- mos simplemente leídos es como pasar de lo vivo a lo pintado
ción son "las que se ignoran", para volcarse totalmente en el o de la persona a su fotografía.
otro, gastando el mínimo de energías en introspección y con- Originalmente los salmos han sido vividos, gritados, sufri-
ciencia refleja. El creyente sencillo habla y escucha a Dios con dos, cantados, escritos, por personas que vibraban de acción
toda su alma, vida y corazón, sin "pensar" al mismo tiempo de gracias, de arrepentimiento, de admiración o protesta ante
que está rezando. Ora con todo el ser. Oración envidiable, la propia vida o la historia. Los salmos tienen alma. En la
que las personas de cultura difícilmente alcanzamos a realizar.
19
En el período posconciliar, algunos grupos y comunidades redujeron
al mínimo las expresiones "obligatorias" de oración, dejando el resto a la
responsabilidad personal. El resultado no ha sido halagüeño. La iniciativa
El orante en primer lugar individual en materia de oración se encuentra en pañales. Como medida pru-
dencial, vuelven a ayudar con el estímulo de la obligación. En la primera
fase de este proceso educativo a la oración se habló del problema y se hicieron
Quien entra en comunión y diálogo con Dios es la persona muchas propuestas de solución. Cf. J. M. CORDOBÉS, Ritmos personales ile
viva del orante, que goza de intensa representatividad. En la oración cristiana: RevEspir, 35 (1976), 101-123. El artículo pone en evklciu'iii
actitud de oración, su "yo" posee valor multipersonal: hombre, las dificultades; se demuestra menos consistente en las soluciones propucslns.
344 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 3. EL ORANTE: ACTITUDES Y MEDIOS 345

palabra del salmo se percibe el alma de un orante vigoroso, hechos de vida personal, comunitaria, social. Amor: el amor
que siente la vida, el misterio de su existencia, la presencia es todo en el trato de amistad, comunión, reciprocidad de don,
y ausencia de Dios. A un orante así es normal que le broten capacidad de entrega sin segundas intenciones, gratuidad capaz
oraciones. Tomamos ese mismo salmo y lo ponemos en boca de "perder tiempo" en sólo amar. Esperanza: pobreza con-
de una persona que lo recita sólo por obligación o costumbre, fiada, presentándose ante Dios con la propia persona al des-
desde la atonía de una vida carente de espíritu y de sensi- nudo, desprendido de títulos y condecoraciones, con hechos
bilidad, y el salmo se convierte en momia, porque no hay sal- de miseria que implora su misericordia.
mista ni orante que le inyecte pasión y experiencia de nueva 3. Interioridad personal. Indica la participación del creyen-
vida. te con lo profundo de su ser, convencido y amante. Como en
Las personas que se acercan a Jesús en el evangelio y entran un valor que casi "instintivamente" percibe como razón y raíz
en vivo diálogo con el Señor lo hacen a partir de una expe- de su vida. La interioridad teologal psíquica es un estilo de
riencia viva de gracia o miseria, que le comunican con todo vivir la entera existencia en profundidad, no momentánea con-
su ser y actitudes de fe, humildad, esperanza. Todo ello resulta centración atencional.
elocuente y convincente ante el Señor, porque brota de una 4. Comunidad de iglesia. El orante es y arrastra, no sola-
persona "orante". No espera Jesús a que formule y motive mente toda su persona y existencia, sino la entera humanidad.
su petición con largos razonamientos. Mira, escucha, siente y Es solidaridad profunda de acción de gracias, petición, arre-
actúa. pentimiento. No es necesario tenerlo cada vez presente con
intención refleja.

Actitudes
Disposiciones interiores
No se improvisa un orante, como puede hacerse con un
acto litúrgico o un encuentro de oración. Constituye un modo Ora la persona: 1. Con todo su ser: mente y corazón, enten-
de ser, de vivir, de tratar, que resulta de una existencia creyente dimiento y voluntad, imaginación y sensibilidad, sentidos exter-
trabajada por la gracia. Su estructura básica es sólida y sencilla, nos, el cuerpo con sus gestos y sensaciones. 2. Con toda la
y se traduce en unas cuantas actitudes, que son al mismo tiem- existencia concreta: proyectos y experiencias, ocupaciones y
po gracia y virtud. preocupaciones, responsabilidades personales y colectivas, acti-
vidades religiosas y profanas, servicios e infidelidades. Con
1. Condición y sentimiento filial. Es el primer elemento, todo ello, como es y como vive, se presenta ante Dios. 3. Con
y destaca en el Padrenuestro, desde la primera hasta la última todas las circunstancias históricas, culturales, ambientales.
expresión. Sentimiento tiene aquí alcance personal hondo y
envolvente. Evidentemente no se limita a tiempos de oración a) Disposición habitual: en el modo de ser y vivir. Hay
o momentos festivos, sino que es vivido con fuerza en todo disposiciones que se refieren a la vida entera de la persona,
momento, aunque luego emerge con mayor presencialidad en a su modo de ser, vivir y obrar. La oración auténtica no es
determinadas expresiones. Como la amistad, que se expresa actitud que se improvise a horario fijo, en días que la persona
en ocasiones, pero se vive de manera continuada, más allá de está viviendo la jornada "en otra honda". A esto llaman los
la conciencia. espirituales "preparación remota", con término certero, pero
2. Vida teologal. Dinamismo fundamental de toda oración no suficientemente expresivo. No es que la existencia se viva
cristiana, ya sea ésta actitud, ya ejercicio concreto y prolon- para "preparar" la oración de un momento determinado. La
gado. Fe: es luz, presencia, sentido de misterio ante Dios Padre existencia entera se vive en clave teologal ante Dios presente:
que nos habla y escucha, con misterios de la revelación o visión de fe, solidaridad de amor, dinamismo de la esperanza.
346 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 3. EL ORANTE: ACTITUDES Y MEDIOS 347

Entre las disposiciones subjetivas que favorecen el hecho ora- traída o indispuesta por quehaceres y ritmos que la absorben
cional, y alimentan la condición orante de la persona, se pue- en su totalidad. La "obligación" es una ayuda al orante con-
den destacar: la caridad fraterna, muy influyente en la oración; vencido para cumplir mejor su vocación y exigencia íntima.
desprendimiento, recogimiento, habitual e inmediato. Sin este Por los dos costados amenaza el peligro. La persona que
acompañamiento, la oración, si logra sobrevivir, se convierte se acomoda pasivamente y "cumple", puede hacerlo por solo
en gesto aislado, sin función y trascendencia. respeto a la ley, anulando su vitalidad de orante: respeta los
b) Preparación inmediata. Facilita la aclimatación psico- tiempos de oración, pero no los llena. Quien no se acomoda
lógica y teologal. Incluso quien transcurre la jornada ocupado a los actos y estructuras por afán de autenticidad y libertad
en las cosas divinas y en los intereses del Reino vive pendiente personal, corre el peligro de convertir su oración en un gesto
y disperso en tareas innumerables, cada una de las cuales pone de rechazo y de autonomía; y acaba por no hacer en serio
en ejercicio distintas facultades espirituales y psicológicas. De oración ni por obligación, ni por iniciativa personal.
ahí que sea necesario un tiempo de "transición" gradual, que La problemática al respecto es importante, tanto para la
arrastre el espíritu y la sensibilidad: silencio, lectura interio- teología como para la pedagogía de la oración. Pienso en el
rizante, distensión. De lo contrario, el espacio dedicado a la "cumplimiento" del "oír" la misa dominical: ¿se ora y celebra
oración se reduce a tiempo "cronológico" de reloj; sin llegar la eucaristía, o se cumple la obligación y el precepto? Pienso
a ser tiempo "psicológico" en que las facultades estén en con- también en los religiosos, sacerdotes y movimientos, que cuen-
diciones de actuar la comunión teologal. No basta la voluntad tan en sus expresiones de oración diaria en privado y en común
brusca para arrastrar y disponer el psiquismo. con el factor subsidiario de la "obligación". ¿Actúa como esti-
c) "Entrar en oración ". Aun cultivando la disposición habi- mulante o como suplente? Todo esto da lugar a problemas
tual y preparación inmediata, el "entrar en oración" implica delicados de conciencia y de psicología que comporta el tema.
cierta ruptura con el ritmo psíquico normal, y por tanto requie- No parece que la dificultad se afronte con claridad y con res-
re un esfuerzo y sacrificio. Para "entrar en oración" se necesita ponsabilidad efectiva, no sólo teórica20.
un salto, lo que se llama una "ruptura de nivel". De estar
actuando con la información, el discurso, el trato humano, el
trabajo manual o intelectual, el afán, la atención a cosas e ini- Condiciones ambientales
ciativas, hay que pasar a actitud de encuentro, con predominio
de la conciencia trascendente, de cierta pasividad, del actuar El hecho oracional necesita concreciones de tiempo, lugar,
en fe y amor. Esto no es connatural a la psicología humana, ambiente, para su normal despliegue o ejercicio. Al ser gesto
ni siquiera cuando se mueven en ambiente religioso. Este o actitud íntimamente personal, la oración se halla vinculada
momento crucial es el que bloquea la oración de muchos a y vibra con todas las condiciones internas y circunstancias exter-
lo largo del día, aunque les sobre tiempo y sientan la necesidad. nas de la persona y de su existencia. Lo acabamos de ver. Deno-
La mayor dificultad frente a la oración no está en la falta de minamos condiciones a ciertos factores ambientales o subje-
tiempo, sino en carencia de vida teologal y de libertad interior tivos que la actitud orante requiere para su normal despliegue
para "entrar" o "ponerse" en oración. o ejercicio. En este sentido, forman el clima favorable e influ-
d) Deber y obligación. Formas y fórmulas, tiempos y luga- 20
Peligro o carencia frecuente y grave. Cf. F. RUIZ-SALVADOR, Teología
res, prácticas privadas y oración pública, todo es objeto de nor- crítica de la oración personal: RevEspir, 30 (1971). La belleza y la dignidad
mas y obligaciones, que les confiere regularidad, desarrollo del "orante" en las pinturas de la antigüedad cristiana está reflejada en su
actitud-postura de total abertura y entrega: alabanza, ofrecimiento, inter-
programado. Tienen la finalidad de avivar y dar cauce a la cesión; más que en las fórmulas eventuales que pueda utilizar. Cf. H. LB-
vida teologal del orante, que así encuentra estímulos y opor- CLERQ, "Orant-Orante", en Dictionnaire de Archéologie Chrétienne, 12/2,
tunidades para actuar. Que no quede a la espontaneidad, dis- pp. 2291-2322 (con numerosas ilustraciones).
348 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 3. EL ORANTE: ACTITUDES Y MEDIOS 349

yen poderosamente en el desarrollo de la vida de oración. — La comunidad, además de su valor sustancial de iglesia,
Todos estos medios y situaciones necesitan discernimiento y tiene también aspecto de "factor ambiental". Puede haber pre-
educación prolongada21. ferencias dentro de los espacios de libertad. Pero conviene
aprender a orar en las varias condiciones, para ser libre y hacer-
— Lugares. Para la oración breve e informal, todos los lo igualmente cuando las circustancias obliguen a orar en soli-
lugares ofrecen oportunidad para captar la presencia del Señor, tario a quien lo hacía siempre en comunidad, o viceversa.
recibir su inspiración, dirigirle la palabra, el pensamiento y el
corazón. Como lugares posibles. Para oraciones explícitas y Hablamos de "condicionamientos" en sentido negativo,
prolongadas, es bueno conocerse y escoger, cuando es posible, cuando esas ayudas ambientales esclavizan a la persona, que
lugares y tiempos adecuados: el templo, el campo, la familia, no sabe actuar en cuanto le falta alguno de ellos. Las con-
la habitación. Aprender a orar en lugares de propia elección diciones ambientales son un factor educativo indispensable,
y en los que tenemos por ley o comunión fraterna. liberando la oración de caprichos e inconstancia. Si le falta
el lugar habitual, el horario obligante, el ambiente de su gusto
— Tiempos. Tiene relieve e influjo saber organizar el tiem- o costumbre, ya no sabe orar, ni tiene fuerzas para crear con
po: que sea tiempo oportuno, aprovechable y aprovechado, no su propia iniciativa el tiempo y el clima de comunión personal
solamente duración. Se trata de orar efectivamente a lo largo con Dios. De condiciones favorables degeneran en condicio-
de una hora, no simplemente de estar una hora en el lugar namientos esclavizantes.
de la oración. La expresión sería: oración de una hora, mejor
que una hora de oración. Otra tarea de aprendizaje es aprender
a orar en todo tiempo, y saber organizarse los espacios per-
sonales que uno necesita, y cuándo está impedido para la par- Formas y fórmulas de oración
ticipación en comunidad. La iniciativa orante en este caso no
tiene por objetivo primordial "suplir la ausencia", sino orar La riqueza del orante se expresa y se traduce normalmente
en espíritu y verdad como le pide el evangelio y la vocación. en formas y en fórmulas, que dan cauce a la gracia y a la
vitalidad preexistentes o en vías de germinación. Estas adhieren
21
El acierto y la madurez teologal está en tomar estos medios en lo a la experiencia misma, de manera que la imprimen y la expre-
que son: mediaciones teologales, tratarlas con fidelidad y trascendencia. Hay san. Hay una gama infinita de posibilidades, que cada orante
quien se apega a ellas y las absolutiza; otros viven en variaciones continuas inventa y ensancha en conformidad con su gracia y psicología.
de "turismo espiritual". San Juan de la Cruz, atento a la sustancia de fe Hay vocaciones y carismas. Fuera de eso, quedan espacios
y amor que alimenta la oración cristiana, avisa refiriéndose a lugares y otros amplios abiertos al desarrollo de la oración personal: oración
medios: La sujeción al gusto de lugares y condiciones "le causa no acomodarse
a orar en todos los lugares, sino en los que son a su gusto; y así, muchas mental y vocal, contemplativa y meditativa, arrepentimiento
veces faltará a la oración, pues, como dicen, no está hecho más que al libro y acción de gracias, etc. Aun cuando se deslinden y separen
de su aldea". "De esto es cosa provechosa usar, cuando luego enderezan en el esquema, en la experiencia se juntan y funden normal-
a Dios la voluntad en olvido de los dichos lugares, así como para ir al fin mente.
conviene no detenerse en el medio y motivo más de lo que basta. Porque,
si procuran recrear el apetito y sacar jugo sensitivo, antes hallarán sequedad
Los defensores extremistas de la espontaneidad se asustan
de espíritu y distracción espiritual; porque la satisfacción y jugo espiritual con sólo oír hablar de formas. En realidad, la experiencia de
no se halla sino en el recogimiento interior. Por tanto, estando en el lugar, oración espontáneamente va creando o escogiendo formas
olvidados del lugar, han de procurar estar en su interior con Dios, como habituales para consolidarse. Lo espontáneo es el recurso a
si no estuviesen en el tal lugar. Porque, si se andan al sabor y gusto del ciertas formas y fórmulas que la persona va descubriendo y
lugar, más es buscar recreación sensitiva e inestabilidad de ánimo que sosiego
espiritual" (Subida del Monte Carmelo, II, ce. 41 y 42). Cita larga, que no
configurando como más afines a su experiencia. Mientras que
sabría reducir. Donde él dice "lugar", se puede poner cualquier otro ambiente la continua variación e innovación implica refinamiento, y es
o recurso. menos espontánea de lo que parece. Como orientación, voy
350 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 3. EL ORANTE: ACTITUDES Y MEDIOS 351

a señalar algunas de las formas que ha ido elaborando la sabi- resulta absolutamente indispensable, por motivo eclesial y por
duría espiritual durante siglos. Antes de nada, conviene dis- razones personales. No puede inventarse a diario las expre-
tinguir entre formas y fórmulas, aunque unas y otras son heren- siones mentales y verbales de su comunicación con Dios. La
cia de la tradición. Unas y otras son de la mayor importancia fórmula es un pozo de vida teologal.
y constituyen el tejido de nuestra oración cotidiana, personal
y comunitaria. "En primer lugar, la fórmula está siempre a nuestra dis-
posición y nos aguarda, incluso en los momentos en que no
a) Formas de oración: Indican las configuraciones o moda- somos capaces de decir nada a Dios, cuando estamos cansados,
lidades espirituales, psicológicas o somáticas que adopta la ora- obtusos, desazonados. En lugar de atormentarnos inútilmente
ción del cristiano, al hacerse real y concreta. Sin que uno lo buscando expresiones, puede nuestros corazón, sin dar vueltas
procure, en cuanto se pone a orar, le sale una forma u otra. en vacío, empezar inmediatamente con lo que deseaba, que
La forma de oración no es un esquema teórico previo o molde es hablar con el Padre. Las fórmulas bien hechas sirven también
vacío, en el cual deba el orante forzosamente encerrar su expe- como medio de educación espiritual. En general, han sido com-
puestas con los sentimientos de espíritus grandes, profundos,
riencia. La forma da concreción a la actitud orante, y con ello
de ancha visión. De este modo, nos ayudan a salir un poco
fuerza y realismo. En espiritualidad se habla de oración con- fuera de las pequeneces y el egoísmo en que nos encierran
templativa, meditativa, vocal, etc. Las formas de oración se con frecuencia las oraciones personales. Aun siendo la fórmula
crean como variaciones constantes de la gracia al contacto con una expresión ardiente del alma que por primera vez la ha
las personas y las circunstancias. Son por tanto configuraciones compuesto, puede convertirse en ceniza en labios de quien sim-
que toma la oración misma en su libre desarrollo, no moldes plemente la usa. Esta necesita infundir a la fórmula nueva vida
que la coarten. Tienen importancia teológica y sobre todo propia" 22 .
pedagógica.
b) Fórmulas de oración: Así se denominan las "oraciones" Son manifestaciones de la gracia y expresiones del orante
fijadas verbalmente, que recogen una expresión espontánea en su comunión. Traducen en formas, tiempos, hechos y gestos
anterior, o han sido simplemente escritas para que a conti- concretos la comunión. Pertenecen al plano de las mediaciones,
nuación sean asumidas y convertidas en oración por el orante que el orante tiene a disposición. Son productos de un orante
o por la comunidad. Las oraciones comunitarias (no sólo en anterior, para servir de ayuda a otros orantes que quieran ser-
comunidad) se desarrollan a partir de fórmulas: Padrenuestro, virse de ellas para actualizar y encarnar su encuentro con Dios.
celebración eucarística, los salmos, el Ángelus, el Rosario, la Las oraciones bien hechas recogen una vida santa condensada.
Salve, etc. El cristiano orante escucha y habla a Dios apoyán- Se comprende su valor mistagógico y utilidad.
dose en diferentes fórmulas, con textos ya existentes, oraciones De ahí la gravedad teológica y espiritual del tema, que ordi-
que otros consignaron. La oración oficial de la iglesia es casi nariamente no recibe atenciones proporcionadas a su influjo.
toda ella de carácter bíblico. Y la particular de las personas, ¿Es pérdida, ganancia, inercia, creatividad? Tanto la liturgia
también; con algunas oraciones de la tradición espiritual. como la teología dan por tarea fácil y presupuesta la perso-
Constituye el tejido de nuestra jornada orante. La totalidad nalización orante de esas fórmulas, y se entretienen en pon-
de nuestras oraciones litúrgicas y comunitarias están hechas derar su belleza y densidad, su dignidad como oraciones de
de fórmulas fijas, casi siempre las mismas, o con recurrencia Cristo y de la Iglesia. Es un descuido u omisión que "sobre-
periódica de algunas. Incluso las oraciones devocionales han vuela" el frecuente vaciamiento real y espiritual de las fórmulas
cristalizado en fórmulas fijas. Eso quiere decir que las fórmulas oracionales, por falta de identificación del orante en que se
se han incorporado inseparablemente a nuestra oración, o hacen vida y oración actual.
nuestra oración a esas fórmulas; que el orante vive de ellas,
22
y no solamente las utiliza. Para el orante cristiano, su ayuda F. M. MOSCHNER, Introduzione aliapreghiera, Roma, 1960, pp. 156-157.
352 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 4. IGLESIA EN ORACIÓN 353

Formalismo y formulismo 4. Iglesia en oración


En la S. Escritura hay ejemplos abundantes, personales y comu-
Iglesia orante, iglesia en oración, oración de iglesia o en
nitarios, de las posibles y aun frecuentes degradaciones de la oración.
Un hecho que se repite y se comprueba tantas veces en la historia iglesia. Son diferentes expresiones de una misma realidad pri-
de la espiritualidad y de la piedad cristiana. Algunos de esos defectos mordial: el hecho y la necesidad de que toda la iglesia y todos
tienen nombre conocido: rutina, gesto vacío, fórmula mecánica, pre- en la iglesia mantengan viva e influyente la comunión de fe,
sencia física sin corazón. Debería ser éste uno de los capítulos fun- amor y esperanza con Dios. Para ello disponemos de una varie-
damentales del programa de "formación espiritual" y "pastoral de dad ilimitada de expresiones comunitarias y personales, con
la espiritualidad", propuesto para todos los cristianos, de la que hoy sus contenidos de misterio y de participación eclesial. Me limito
tanto se habla. Afecta a toda clase de oraciones ya escritas, sean a poner de relieve algunos aspectos de contenido y vivencia,
litúrgicas o devocionales. En la Biblia misma encontramos los repro- en que la teología espiritual puede ofrecer luces y mistagogía
ches de Dios al pueblo y a las personas que utilizan "oraciones bíbli- apropiada.
cas" en sus rezos personales y en las celebraciones solemnes del tem-
plo. Del peligro de vacío y abuso no se salva nadie. La intención principal de estas reflexiones es ayudar a que
Esas actitudes integran lo que podríamos llamar la "autenticidad haya comunidad orante y cristianos orantes y sea auténtica ora-
orante". Más que luchar contra las distracciones o ciertas omisiones ción en contenido-experiencia-expresión. Que ore la comuni-
ocasionales, lo que debe hacer el orante cristiano es revisar críti- dad y que ore cada uno, con todos los recursos a disposición.
camente su actitud básica: ser o no ser orante. Adopta con frecuencia En segundo lugar, tendremos en cuenta prioridades e inter-
ciertos disfraces que desvirtúan la oración desde su misma fuente, dependencias entre las diferentes modalidades en que la ora-
porque destruyen al orante. Por tibieza o costumbre, puede perder ción cristiana se realiza.
poco a poco la calidad teologal y vivencial de la oración, para quedar La tarea pedagógica de la espiritualidad actúa en doble
reducido a una serie de contrafiguras. dirección. A partir del cristiano hijo de Dios y orante, de sus
Enumeramos algunos de estos disfraces: a) "conferenciante": actitudes y circunstancias, escoger o crear las expresiones y
acreditado en temas de oración, pero incapaz de detener el discurso
formas de oración más adecuadas. Y también, a partir de las
y olvidarse de los demás, para encontrarse con Dios en amor personal;
b) "rezador": recita salmos y textos, oraciones de otros, todo lo que oraciones ya elaboradas en la Biblia y en la tradición de la
esté mandado, pero no les inyecta alma y vida, porque no tiene nada iglesia, educar a los orantes para que las actualicen vitalmente
personal que tratar con Dios; c) "lector": del breviario, del misal en espíritu y verdad. Como queda dicho, lo decisivo es que
y de todas los libros que le pongan delante, pero no los ora ni lo haya orante, comunidad y persona, y que se exprese teologal
que está leyendo se lo dirige a Dios; d) "número" de una comunidad, y psicológicamente con todos los medios y la libertad que le
que está con todos, sigue al grupo y hace lo que le encarguen, pero ofrecen el evangelio y la iglesia.
personalmente no tiene nada que comunicar con el Señor.
Tanto las actitudes y disposiciones del orante como los medios
que utiliza se prestan a quedar reducidos a rito o grito, a moldes Oración evangélica: variedad deformas
vacíos. Son formalismos, cuando se trata de gestos y observancias
sin correspondencia de actitud teologal; formulismos cuando se repi- En el evangelio encontramos gran variedad de formas y
ten fórmulas en sí bellas y significativas, sin que el orante les inyecte expresiones de oración, en Jesús mismo y en quienes le rodean.
nueva vida personal y comunitaria. El mismo se expresa en diferentes tonos y circunstancias: de
alabanza o petición, en público y en privado, en el templo o
en el monte, solo y con sus discípulos.
En el NT, no resaltan las antinomias (comunitaria y per-
sonal, en grupo o individual), como sucede posteriormente en
354 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 4. IGLESIA EN ORACIÓN 355

la liturgia y en la espiritualidad. La S. Escritura ofrece viven- dos: a) elementos predominantes: litúrgica, personal, afectiva,
cias, fórmulas y modos de expresión orante en todas las formas vocal, comunitaria; b) contenidos varios: alabanza, súplica,
y tonalidades. Jesús abre cauces con su vida y su palabra: a) En acción de gracias; c) ambiente: tiempo, lugar, compañía;
secreto: "Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan d) carismas: oración contemplativa, apostólica, expiativa.
de orar en... las plazas, para ser vistos de los hombres. Tú, Estas clasificaciones ofrecen a personas y grupos posibi-
cuando ores, entra en tu aposento, cierra la puerta, y ora a lidades prácticamente ilimitadas de expresar su experiencia
tu Padre, que está en lo secreto" (Mt 6,5-6). b) Dos o tres multiforme. No hay para qué imponer una forma u otra, y
juntos: "Si dos de vosotros conviniereis sobre la tierra en pedir menos obligar a todas. La espiritualidad antigua y la teología
cualquier cosa, os la concederá mi Padre, que está en los cielos. moderna gastan demasiado tiempo y esfuerzo en marcar jerar-
Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, quías y grados, superioridades y contrastes entre formas de
allí estoy yo en medio de ellos" (Mt 18,19-20). Esta puede oración cristiana. Antes era entre mental y vocal, meditación
hacerse en pequeño grupo o entre dos. c) M Garizín ni Jeru-
y contemplación. Ahora se repite el conflicto en otros términos:
salén: los dos con plena validez; cada uno con su función y
entre comunitaria y personal, silenciosa y compartida, bíblica
estilo; ninguno en exclusiva.
y no bíblica, litúrgica y no litúrgica.
"No es que Jesús condene con estas palabras (Mt 6,5-6) Lo que llamamos formas son también elementos de toda
la oración pública o comunitaria, que más bien recomienda, oración cristiana, que es o puede ser al mismo tiempo: eclesial
como veremos luego (cf. Mt 18,19-20). Lo que condena es la y personal, contemplativa y vocal, por el Reino de Cristo y
actitud y el espíritu de ostentación con que la hacían los fari- por las pequeñas tareas de cada día, de tiempos largos y de
seos. Sin embargo, va más allá de la condena y hace una invi- minutos breves, en la iglesia y en la calle, con el canto o el
tación positiva a la oración que se realiza en el secreto del pro- silencio, en la comunidad celebrativa y en la soledad callada.
pio corazón, en el silencio del propio aposento, o en el reco-
gimiento de nuestras iglesias, cuando todo calla alrededor de Todo puede ser auténtico, si es encuentro con Dios y con Cris-
nosotros y la palabra de Dios más fácilmente puede penetrar to; si es filial y fraterno al mismo tiempo.
en la intimidad de nuestra alma. De hecho, la oración, incluso Queda por valorizar y educar la oración de esa mayoría
cuando se realiza comunitariamente, es siempre un encuentro inmensa de cristianos que con dificultad se dirigen a Dios sir-
'personal' con Dios: las situaciones, las necesidades, los pro- viéndose de los recursos elementales que tienen a la mano:
blemas, los sentimientos, las tristezas y las alegrías de mi vida un pensamiento, media palabra salida del corazón, una fórmula
son algo irrepetible, que me compromete directamente sólo aprendida en la infancia, etc. Estos recursos y estilo son los
a mí mismo; los demás viven situaciones diferentes, con reac-
que predominan en el evangelio; no así en los libros de teología
ciones diferentes. Precisamente necesitamos a veces encontrar-
nos a solas con Dios, e incluso gritarle nuestro sufrimiento y y de espiritualidad.
nuestra alegría" 23.

La oración cristiana se ha venido diversificando según Dispersión y conflictos


aspectos y acentuaciones. En la práctica actúan entremezcla-
23
S. CIPRIANI, La preghiera nel Nuovo Testamento, Milano, 1970, Liturgia, teología espiritual y piedad popular están acos-
pp. 193-194; J. DUPONT, Jésus et la priére liturgique: Maison-Dieu, 95 (1968), tumbradas a trabajar cada una con sus propios objetivos,
16-49; M. LACONI, La preghiera solitaria di Gesú: Sacra Dottrina, 14 (1969), medios, jerarquía de valores y esquemas. La espiritualidad ha
25-60; id., La preghiera privata nei testi del Nuovo Testamento: Seminarium,
desarrollado cuidadosamente formas y "grados de oración":
21 (1969), 632-653: preghiera privata di Gesü e del díscepolo, dottrina del
NT sulla preghiera privata. Se puede ver, en la Ordenación general de la liturgia oración vocal, mental, meditativa, afectiva, recogimiento, con-
de las horas, 5 ss., las múltiples manifestaciones de la oración de Jesús y templación. Proyecto orgánico, que presta buenos servicios leo-
de sus discípulos. lógicos y pedagógicos. Inexacto, cuando pretende establecer
356 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 4. IGLESIA EN ORACIÓN 357

leyes y categorías de valor moral. El predominio de una u otra las diferentes formas en su valor y funciones, se las enfrenta.
de estas formas depende con frecuencia de cultura o de estilo, Con ello se dificulta la comprensión de las varias formas de
no de mayor o menos calidad espiritual. Las formas "inferio- oración evangélica y su armonización. El primer paso es afir-
res" persisten, simplificadas, en los estadios de contemplación; marlas todas con verdad y estima en su propia función y valor
y al contrario, las más altas se anticipan en expresiones simples. teologal. Personal y comunitaria, litúrgica y espontánea, son
También la liturgia tiende a hacer comparaciones, marcar modalidades auténticas de oración evangélica; y con frecuencia
diferencias y jerarquías, en términos de dignidad, valor eclesial, componentes de un mismo acto de oración.
calidad. Acentúa el contraste y la comparación. Existe efec- En el conflicto de competencias y dignidades, la piedad
tivamente un orden de valores objetivos entre las varias "ora- popular ha realizado su propia síntesis con estilo peculiar. Por
ciones"; pero no es el único criterio para establecer categorías un lado, toma las fiestas y la celebración litúrgica de los mis-
en los varios "orantes". Un cristiano del campo u obrero indus- terios como base. Por otra parte, hace propios muchos ele-
trial no pueden centrar su oración diaria y experiencia ora- mentos de la espiritualidad, traduciéndolos en prácticas per-
cional en las lecturas de la "lectio continua", que oyen muy sonales y de grupo, que le sirven para alimentar la devoción
discontinuamente y no llegan a relacionar. de cada día en tantas situaciones informales 25 .
"Merece la pena subrayar el hecho: estos textos (los cate- Ante la dispersión subjetiva y objetiva, la teología espiritual
cismos protestantes) no mencionan ninguna diferencia entre tiene como tarea prioritaria reencontrar la unidad, no sólo
la oración individual y la oración en común, en asamblea. Para
los autores de los diferentes catecismos, el hecho es muy simple: entre los ortodoxos: cf. J. D. MEANY, M. CAREY, Psychology and "The prayer
se fijan en la iglesia, en nosotros, es decir, los miembros de ofthe heart": Review for Religious, 29 (1970), 822-823.
25
la comunidad que forman un conjunto. Pero distinguen tam- "Defecto redaccional". En su expresión y lenguaje, algunos documen-
bién a las personas que constituyen ese conjunto. No puede tos y libros de teología y de espiritualidad caen en un defecto, que delata
residuos de polémica. Afirman la validez cristiana de la oración personal,
uno preguntarse si son los cristianos, o si es la iglesia la que pero lo hacen de manera adversativa, en forma de tolerancia o "concesión"
ora. No existe alternativa, porque son los cristianos, es decir, benévola. Dos ejemplos en documentos del período conciliar. 1. La Sacro-
la iglesia; la iglesia son los cristianos. No puede haber oposición sanctum Concilium (n. 13) recomienda encarecidamente los ejercicios de pie-
entre ambos. Tal vez la señal de que existe una enfermedad dad; pero con dos restricciones: "a condición de que sean conformes a las
en la iglesia sea el hecho de que puedan plantearse problemas leyes de la iglesia"; y recordando siempre que "la liturgia está muy por encima
como éstos: ¿cómo puedo orar en mi cuarto por mis nece- de todos ellos". Dos afirmaciones fundadas y evidentes, pero que no tenían
sidades espirituales? Y la iglesia, por su parte, ¿cómo puede por qué figurar aquí como restricciones en la misma frase que afirma el valor
orar? Comienza entonces a manifestarse un interés particular cristiano de esos ejercicios. Es una evidencia recordada fuera de lugar; como
por la oración en la iglesia, por la 'cuestión litúrgica'. ¿No es lo sería, en la misma frase que afirma el valor de las leyes de la iglesia,
esto indicio de enfermedad? Para los reformadores no existe repetir constantemente que eso a condición de que estén conformes con el
evangelio, el cual está por encima de todas las leyes eclesiásticas. 2. Otro
'cuestión litúrgica': se ora en la iglesia y en casa. No se preo- ejemplo similar: Aunque la oración hecha en oculto y cerrada la puerta es
cupan de hacer una distinción entre la oración privada y la necesaria..., con todo, la oración comunitaria tiene una especial dignidad {Or-
oración en comunidad. Lo que les interesa es la necesidad de denación general de la liturgia de las horas, n. 9). La afirmación es material-
orar y de orar bien. Quizás habría que tener presente una mente exacta, redaccionalmente impropia, poniendo restricciones y condi-
advertencia. El signo de cierta debilidad espiritual consiste en ciones a las palabras de Jesús y a lo que él quiere directamente recalcar:
poner el acento en cosas secundarias"24. la oración "en oculto y a puerta cerrada" es un signo de autenticidad cristiana,
sin compararla en ese momento con otras formas cristianas igualmente váli-
das. Parecen "residuos" del antiguo contraste, hoy superado. La intención
Esa misma tendencia a hacer comparaciones y contrastes primordial del evangelio, como la nuestra hoy, es armonizar las varias formas
se deja sentir en el ambiente católico. En lugar de afirmar de oración auténtica, con sus respectivas funciones y jerarquías, y educar
para el ejercicio de todas ellas. Los dos textos de Mateo a que alude (MI
24
K. BARTH, La oración, Salamanca, 1969, pp. 14-15. Debidamente modi- 6,5-7; 18,19-20) figuran en el evangelio como expresiones plenamente válidas
ficada, la observación puede tener validez universal. La misma fusión existe ambas de la oración del cristiano: el Padre escucha vuestra orniión en el
358 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 4. IGLESIA EN ORACIÓN 359

entre las varias "formas" de oración, sino entre los "orantes" del mundo, con su misterio de la vida-muerte-resurrección,
que utilizan unas y otras, y en cada grupo o persona que las actualizado en la Eucaristía. 2. La palabra de Dios encuentra
mezcla para orar toda su existencia. En abstracto, las orien- el marco apropiado en este contexto cristológico y eclesial, que
taciones son fáciles de formular: a) Integrar: La primera nece- la anuncia y realiza al mismo tiempo. 3. La iglesia orante, incor-
sidad y consigna es hacer que la actitud teologal y la expresión porada a Cristo, es convertida en familia de creyentes y orantes.
orante impregnen la totalidad de la existencia cristiana; para 4. Con especial carácter de testimonio: todos unidos en la ora-
ello, hay que valorar y potenciar cualquier manifestación y abrir ción y en el partir del pan.
posibilidades, para que cada cristiano pueda orar "según su b) Litúrgica y personal. La dimensión teologal personal
caudal de espíritu", b) Crear armonía jerárquica entre las varias forma parte de toda oración litúrgica y eclesial. Son dos ingre-
formas de oración en comunidad o en soledad, litúrgica o de dientes, antes que dos formas de lo mismo. La oración litúrgica
grupo informal. Se ayudan y potencian mutuamente. es vivida con plena identificación personal; y la oración per-
sonal es vivida en referencia a los misterios de Cristo y cele-
braciones de la iglesia.
Oración litúrgico-personal
"Dado que la vida de Cristo en su cuerpo místico perfec-
En materia de oración cristiana, urge completar y concretar ciona y eleva también la vida propia o personal de todo fiel,
los pasos que se vienen dando por caminos de unidad. La teo- debe rechazarse cualquier oposición entre la oración de la Igle-
logía, la pastoral y la espiritualidad lo están pidiendo y pro- sia y la oración personal; es más, deben ser reforzadas e incre-
curando. La liturgia se confirma como eje de todo este movi- mentadas sus mutuas relaciones. La meditación debe encontrar
un alimento continuo en las lecturas, en los salmos y en las
miento. Provee de palabra divina, misterios de Cristo, comu-
demás partes de la Liturgia de las Horas. El mismo rezo del
nidad eclesial, expresión sacramental. Como contenido, reva- Oficio debe adaptarse, en la medida de lo posible, a las nece-
loriza los elementos esenciales y por consiguiente se benefician sidades de una oración viva y personal" (Pablo VI, Cántkum
todas las formas de oración en que aquéllos intervienen. Como laudis). "La oración hecha en oculto y cerrada la puerta, que
sensibilidad, significa un potenciamiento de la oración cristiana es necesaria y debe recomendarse siempre, la realizan los
en todas sus dimensiones y manifestaciones. miembros de la Iglesia por medio de Cristo y en el Espíritu
Santo" ("Ordenación General de la Liturgia de la Horas", n. 9).
"El Sumo Sacerdote de la nueva y eterna Alianza, Cristo Son textos escritos con sensibilidad litúrgica y espiritual.
Jesús, al tomar la naturaleza humana, introdujo en este exilio
terrestre aquel himno que se canta perpetuamente en las mora- c) Comunidad de personas orantes. La persona es com-
das celestiales. El mismo une a sí la comunidad entera de los
ponente esencial y propio de la oración litúrgica, no un prés-
hombres y la asocia al canto de este divino himno de alabanza.
Porque esta función sacerdotal se prolonga a través de su iglesia tamo de la oración personal. Es la persona la que ora en la
que sin cesar alaba al Señor e intercede por la salvación de comunidad reunida o en la iglesia universal. Ni la forma garan-
todo el mundo, no sólo celebrando la Eucaristía, sino también tizada, ni la acción de Cristo sacerdote suplen la participación
de otras maneras, principalmente recitando el Oficio divino" personal del orante. Fórmulas y ritos son medios de oración,
(SC 83). no oración. Jesucristo, el Espíritu y la iglesia oran en la persona
orante y a través de su oración. Para orar comunitariamente
a) Oración litúrgica aporta cuatro elementos fontales y de no basta estar en el grupo.
absoluta prioridad. 1. Jesucristo Adorador del Padre y Salvador
"El hecho de que Cristo y la iglesia estén implicados en
aposento privado; y lo mismo hace cuando oráis dos o tres juntos. ¿Por qué esta oración como sujeto principal de la misma no se enlieiule
separar y contraponer lo que el evangelio ha unido? en sentido mecánico: como si bastase emitir las fórmulas como
360 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 4. IGLESIA EN ORACIÓN 361

un gramófono, o realizar el gesto sagrado como un autómata, dación de la experiencia teologal: las manifestaciones popu-
para actuar sin más la 'iglesia que ora'. En ese caso la alabanza lares, la meditación personal sin vida, los salmos corales de
eclesial no pasa por mis labios. Sigue existiendo, pero sin contar mera recitación, las celebraciones litúrgicas de espectáculo y
conmigo. La iglesia —que no se debe reducir a una abstrac- solemnidad postiza. La historia de la liturgia, de la piedad
ción— tiene necesidad de la participación íntima de cada uno popular, de los rezos monacales, está cargada de ejemplos y
para alimentar su diálogo con Dios. Si yo verdaderamente rezo, enseñanzas al respecto.
la iglesia asume mi oración como suya, y yo me convierto en
el arroyo que desemboca en el cauce del río. En cambio si
yo no oro íntimamente, la iglesia no puede asumir una oración
inexistente. En la hipótesis que ningún miembro de la asamblea Oración y oraciones del pueblo cristiano
orase, la oración litúrgica no se lleva a cabo en esa celebración.
Porque no puede ser 'litúrgica', si no es oración" 26. Cuando en espiritualidad se trata de oración cristiana, hay
que pensar en términos de vida y de personas, de "vivencia
d) Oración comunitaria "en privado". Conviene partir de efectiva" de la comunión teologal (el "vissuto cristiano"). Para
hechos reales, para aclarar nociones. La oración litúrgica por ese fin, se escogen o crean las formas que lo expresan y fomen-
excelencia, concretamente el "rezo de las horas", es rezada tan. La iglesia real está formada, en máxima parte, por esa
"en privado" por la mayoría de los sacerdotes, que en este multitud de creyentes que hemos llamado el pueblo cristiano.
caso ejercen la representación eclesial más acentuada. Este No conocen en rigor los avances a que han llegado por un
hecho relevante obliga a suavizar contrastes y afinar razona- lado la liturgia y por otro la espiritualidad. Sin embargo, rezan
mientos teológicos y vivencias espirituales. Esto significa que y oran, algunos mucho. La piedad popular ha encontrado un
"oración en privado", litúrgica o no litúrgica, no deja por ello camino o sendero propio, con elementos de liturgia y de espi-
de ser eclesial. Es oración litúrgica, se "recomienda" hacerla ritualidad organizada, a los que añade creaciones y adapta-
en común; de hecho, se hace en privado. ciones propias. Esta es la oración que hace no solamente esa
e) Oración privada en "comunidad". Hemos visto oracio- "gente sencilla", sino, lo que es más grave, el noventa por cien-
nes litúrgicas en privado. Ahora vemos que existe oración pri- to de los cristianos y miembros de la iglesia viva. El dato es
vada "en comunidad". Otra situación que obliga a reflexión como para que lo tomen mistagógicamente en serio tanto la
teológica y a precisar nociones. Muchas de sus oraciones per- teología espiritual como la teología litúrgica.
sonales los religiosos las hacen juntos y silenciosos en comu-
nidad, coincidiendo en tiempo, lugar y ambiente de comunión. 1. Celebración eucarística. La celebración eucarística es la
La oración en común tiene su valor propio. Existen oraciones oración oficial de la iglesia, con todos sus valores: adoración,
en grupo, compartidas o silenciosas. alabanza, expiación, agradecimiento, súplica, etc. El pueblo
f) Formar orantes. La función mistagógica forma parte de cristiano ha participado con fe y devoción, incluso cuando no
toda oración comunitaria y personal, litúrgica o no litúrgica. entendía la lengua. Pero algo más se puede esperar. El lenguaje
Toda oración, al entrar en comunión con Dios, abre nuevos del pueblo advierte y marca las diferencias de experiencia y
caminos a la relación. Es un criterio de autenticidad. ¿La ora- de participación: "oír misa", "oír el sermón", "rezar el rosario",
ción de comunidad educa y suscita orantes personales? ¿Ex- "hacer el viacrucis". a) Prácticamente no reza en las partes
presan y aportan los orantes su riqueza personal a la oración centrales de la misa: desde la presentación de las ofrendas has-
de comunidad? Oración litúrgica y personal, en soledad o en ta el final de la "Plegaria eucarística"; reanuda su participación
comunidad, tiene las mismas necesidades y los mismos peligros. activa al final, b) Las lecturas y la "homilía" acaparan toda
Todas ellas están expuestas en la práctica a rutina y a degra- la atención y la novedad ("oír el sermón"); con peligro de qui-
tar relieve y atención a los momentos decisivos de la celebra-
lb
M. MAGRASSI, Sacrificio di lode, Milano, 1973, p. 86. ción; y además desconoce el sentido y la secuencia de oraciones
362 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 5. ORAR DÍA Y NOCHE 363

en la Plegaria eucarística. c) La motivación predominante de Viacrucis, las tres Avemarias, el Ángelus, etc.; y los actos o
precepto y obligación debilita la participación espiritual. celebraciones en que tales ejercicios se realizan. Todas ellas
2. Oración litúrgica. Todos los cristianos oran en la iglesia se pueden orar en grupo o personalmente, según inspiración,
y como iglesia. La oración litúrgica es su máxima expresión. experiencias o necesidades.
De litúrgico sólo tiene los sacramentos, especialmente la euca- Su verdadero nombre es oración, oraciones, las que el pue-
ristía. El pueblo cristiano como tal no dispone, fuera de la blo cristiano reza y sabe rezar. El nombre "oración/oraciones",
eucaristía y los sacramentos, de oraciones litúrgicas propiamen- que se aplica a la expresión litúrgica, comunitaria, de grupo,
te dichas, ni está habilitado para decir las que existen. La "li- compartida, se puede y debe dar también a las expresiones
turgia de las horas", oración de la comunidad, la pueden rezar orantes del pueblo cristiano: "oraciones del pueblo cristiano".
los sacerdotes, religiosos y algunos grupos preparados para ¿Qué diferencia hay entre decir prácticas piadosas y llamarlas
ello; no es asequible al pueblo cristiano. Hay posibilidad de "oraciones del pueblo cristiano"? Puede ser una misma rea-
responder a esa exigencia, ampliando el número de oraciones lidad y, sin embargo, la calificación es muy diferente, a nivel
o ejercicios con validez litúrgica. Esa tendencia va en corres- teológico y pastoral. "Oraciones": son oraciones cristianas en
pondencia con la anterior de ampliar la capacidad litúrgica sí mismas, se rezan con fe y amor todos los días, para dar
a todos los fieles. Sería de escasa eficacia que se reconociera gracias, pedir perdón y ayuda a Dios, para expresarle nuestra
a todos esa función, si luego las fórmulas fueran únicamente fe, en cualquier situación.
aquellas que se adecúan a las comunidades religiosas. Nece-
Han sido y siguen siendo oraciones del pueblo cristiano,
sitan convalidarse ejercicios de piedad populares, como puede
porque en ellas y con ellas la gente ora y reza, no solamente
ser el vía crucis, ciertas formas de adoración del Santísimo.
escucha o responde "amén". Se expresan a su estilo de imá-
Es donde realmente se encuentra el pueblo y expresa su visión
genes y sentimientos. Estas expresiones de la oración cristiana
de la vida, su alabanza a Dios por la redención. La constitución
han tenido gran expansión en la historia de la iglesia, y han
SC, aun reconociendo el valor de tales ejercicios, no ha sido
alimentado la fe y el amor de los creyentes durante siglos. En
suficientemente decidida para reconocerlos (SC 13). Desde
una experiencia viva de esta intensidad y calidad, debemos con-
entonces, la teología y la historia de la liturgia han dado gran-
fesar que actúa el Espíritu Santo más allá de lo que nosotros
des pasos 27.
mismos sabemos decir. Estas personas creen y dialogan con
3. Ejercicios de piedad. "Se recomiendan encarecidamente Dios: un Padrenuestro, un Avemaria, un momento de rodillas
los ejercicios de piedad del pueblo cristiano, con tal que sean ante el crucifijo o en la iglesia. ¿Podemos reducir toda esa
conformes a las leyes y a las normas de la Iglesia" (SC 13). riqueza teologal a simples "ejercicios de piedad" y "prácticas
Las oraciones del pueblo cristiano reciben comúnmente el devocionales"? Desde la teología espiritual, pienso que es más
nombre de ejercicios de piedad, prácticas de devoción, etc. acertado decir que, cuando el pueblo reza el Padrenuestro y
Ambas denominaciones están devaluadas. "Ejercicios piado- las tres Avemarias por la mañana y por la noche, es que ha
sos" es calificación positiva, y al mismo tiempo pobre y gené- encontrado la fórmula popular de sus "Laudes" y sus "Vís-
rica, y en cierta medida descalificante. Es el equivalente de peras".
las "prácticas de devoción". Entre ellos se cuentan: Rosario,
27
Cf. S. MARSILI, "Liturgia e non-liturgia", en Anamnesis: I, La liturgia
momento nella storia iella salvezza, Torino, 1974, pp. 137-156. "Una oración 5. Orar día y noche
es ya litúrgica en virtud de su contenido y de su calidad interior, en cuanto:
a) presenta el misterio cristiano en todas sus dimensiones; b) con los mismos Son incontables los estilos y formas que la espiritualidad
términos con que Dios lo anuncia, es decir, con lenguaje bíblico o inspirado
en la Biblia; c) siguiendo los ritmos del tiempo." M. MAGRASSI, Sacrificio pone a disposición del orante. Ahora me limito a presentar
di lode. Milano, 1973, p. 33. brevemente tres formas de oración, que más comúnmente uli-
364 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 5. ORAR DÍA Y NOCHE 365

lizan quienes cultivan la dimensión orante de la vida cristiana. La oración de vida es práctica, adherente, breve. En su
Son tres formas que se complementan y se alimentan mutua- contenido real, es prolongación de la oración litúrgica y de
mente. Están garantizadas todas ellas por su rica tradición y la contemplación, llevando a la vida real el misterio represen-
eficacia actual. Admite cada una de ellas variedad de estilos tado en la celebración. En su dinámica y estructura, goza de
y se adaptan fácilmente a situaciones, carismas y experiencias mayor libertad de movimiento y adherencia a la vida real. Cual-
personales. Actúan compenetradas, aunque ahora las presente quier tiempo y lugar es bueno; vale cualquier palabra o grito
separadamente, para mejor caracterizarlas. o movimiento del corazón.
Oración vocal, meditación, lectura, etc., pueden constituir Mas no sirve solamente para quienes rehuyen la interio-
para muchas personas la base o fuente de oración contem- ridad y el diálogo cara a cara. Resulta útil y aun necesaria
plativa. Y las varias modulaciones (acción de gracias, alabanza, a los mismos que se mueven a sus anchas en la interioridad,
arrepentimiento, etc.) constituyen frecuentemente componen-
en la contemplación callada, en la celebración litúrgica. Tienen
tes o momentos de una misma oración. Cabe también utilizar
unos días unas, y otros, otras. Antes que grados, tales moda- que enriquecerse con el acercamiento teologal a la existencia.
lidades son formas a la libre disposición de quien tenga gracia Por otra parte, esas mismas personas viven en la tarea cotidiana
y disposiciones para realizarlas esporádica o habitualmente. del trabajo manual o mental, en la relación humana con el
Los esquemas de progresión sirven para la pedagogía oracio- mundo o con la comunidad. Por lo mismo, la mayor parte de
nal, no para cortar posibilidades. su vida se desarrolla fuera de los actos religiosos.

A. ORACIÓN DE VIDA
Oración en situación
Toda oración auténtica, sea litúrgica o contemplativa, inclu-
ye la vida entera del orante. Ahora doy ese nombre, "oración Es la que brota de un hecho o de una situación que se
de vida", a una forma concreta, en que la inclusión es más está viviendo, y toma de ellos sus contenido y formas de expre-
explícita y caracterizante, porque tiene lugar en el contexto sión. Puede ser un hecho profano, susceptible de vivencia teo-
de la existencia corriente y con los materiales que ésta ofrece. logal. Situaciones de ese género se cuentan por cientos: un
Se compone de vida concreta y sensible, por lo que desaparece viaje y sus incidencias, la compañía, el trabajo, un encuentro
el vacío de la pura religiosidad o diálogo de fe que asusta a importante o casual, el incidente gozoso o doloroso, una gracia
algunos. Aquí todos los elementos se tocan, como la verdad
interior, la vista de un paisaje, una desgracia propia o ajena,
de la existencia cotidiana.
una persona en angustia, la inocencia o el sufrimiento de un
Esta oración está sirviendo de cauce al creyente moderno niño, entradas y salidas, el recreo o la fiesta, en fin, los com-
para estimular y dar salida a sus capacidades orantes. Le enseña
ponentes de la tarea diaria. Hay también situaciones sociales
a utilizar la vida real, las cosas, personas y hechos como centro
y comunitarias que afectan a su fe y vocación con interpela-
del diálogo con Dios. Este ambiente le resulta denso y a la
mano, sin necesidad de mucho discurso interior. Se le hacen ciones hondas, que llevan a contemplación evangélica y com-
difíciles las expresiones que requieren interioridad, atención promiso histórico. En el apostolado se ofrecen mayores y mejo-
prolongada y otras actitudes que tiene casi olvidadas. Pueden res oportunidades que en situaciones profanas. Ahí la presen-
practicarla eficazmente personas que carecen de arrestos para cia y los planes de Dios se hacen más cercanos y perceptibles.
mantener regularmente la oración formal prolongada. La La relación de fe y amor entra en la estructura misma del
encuentran significativa aun aquellos que no ven sentido en acto que se está cumpliendo. El apostolado más directamente
el "diálogo" con Dios. suscita oración por su misma naturaleza: el mensaje que trans-
366 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 5. ORAR-DÍA Y NOCHE 367
mite, la persona de Cristo que representa, la finalidad salvífica y el uso que de ellos hace. Y exige la superación del propio
que se propone, las resonancias que le llegan de esa labor28. egoísmo, que gusta de mirar a todo, gritar, criticar, pero sin
Contenidos y expresión. De la situación misma toma en pri- asumir parte de la culpa y transformarse. Si falta ese proceso
mer lugar los contenidos de gracia y experiencia interior. Se de depuración, la oración se convierte en divagación sobre los
encuentra con Dios en las situaciones y ora desde ellas. Ahí acontecimientos de la jornada, o en fomento de curiosidades,
está su peculiaridad. No es una oración abstraída o de libro enfados, pasiones. Todas las situaciones son susceptibles de
que se haga durante un viaje. También esto vale evidentemen- ser oradas, a condición de que se conviertan en experiencia
te, pero no es lo propio de esta forma. Aquí la oración se teologal. La situación humana, por sí sola, puede exhalar un
alimenta de su circunstancia: personas, cosas, hechos, el sen- grito, nunca una oración 2y.
tido de las vidas que se cruzan con la nuestra. En su tratamiento
o aprovechamiento de la realidad profana descubre valores que
están allí en la realidad misma. Hace explícito su fondo de
eternidad, pertenencia a los planes de Dios. También la expre- Llevar la vida a la oración
sión se adecúa a las situaciones que la despiertan o provocan:
gestos, posturas, reacciones. Una oración durante el juego, el El encuentro imprevisto y fugaz de la oración en situación
trabajo, la fiesta o el viaje no tiene por qué expresarse juntando pide prolongaciones. Oración de vida es la que tiene por con-
las manos o poniéndose de rodillas. Si le falta flexibilidad de tenido hechos o situaciones de su vida concreta, sobre los que
adaptación, pierde dinamismo, desentona en la vida real, y se el orante vuelve más detenidamente en momento de oración
vuelve teatral y empalagosa. ambientada. Se asemeja a la oración de situación por lo que
Exigencia teologal. Todo lo que tiene de sencillez en la adhe- se refiere a contenidos. La diferencia está en que la oración
rencia a los hechos y en los mecanismos psicológicos hay que de vida lo hace en tiempos aparte, antes o después de los acon-
compensarlo con claras exigencias en el campo teologal. No tecimientos, y de manera más detenida. Puede ser al principio
requiere esfuerzo de atención, imaginativa, memoria, porque o al final de la jornada, durante el examen de conciencia o
es breve y tiene delante los hechos vivos. Basta mirar. Pero en días de retiro. María conservaba en su corazón los sucesos
es necesario cultivar la lectura en dimensión de fe, y el acer- de Jesús y volvía lenta y repetidamente sobre ellos.
camiento en actitud de caridad, y de esperanza y operatividad. Está motivada por la plenitud e insuficiencia de la oración
La vida teologal está en coger los hechos en su raíz y sentido, en situación. Las situaciones y experiencias se suceden una tras
en su finalidad divina. Vive la entera existencia como búsqueda otra rápidamente, no dejan tiempo ni fuerzas para enfrentarse
del rostro de Dios y de su voluntad, con sinceridad y desinterés, con ellas creativamente, descifrar todo su mensaje y aprovechar
con todas las implicaciones y consecuencias. su riqueza teologal y existencial. En el atropello de los acon-
Para ello separa la corteza de espectáculo, comodidad o tecimientos no hay disposición de ánimo para descubrir su ver-
incomodidad que procuran. Separa igualmente la interpreta- dad. Para remediar ese defecto se escogen tiempos especiales
ción corriente que da de los mismos la mentalidad del tiempo para volver despacio con fe y amor sobre la vida, desentra-
ñando su contenido, mensaje, exigencias.
28
En esta línea se han publicado recientemente numerosos libros. Entre
29
ellos, M. QUOIST, Oraciones para rezar por la calle, Salamanca, 1965; A. ARA- La escritora Dorothee Sólle se queja de que se sigan usando ciertas
DILLAS, La oración de hoy, Madrid, 1960; id., La oración de todas las noticias, formas de oración cristiana. Con todo el sufrimiento y la opresión que hay
Madrid, 1966; Meditando entre semáforos, Estella, 1967; R. DE ANDRÉS, Ora- en el mundo, parece "burla" dar gracias a Dios y cantar Aleluya: "Lo único
ciones siglo xx, Madrid, 1969; J. M. LLAMOS, Plegarias de situación, 2 vols., que legítimamente podemos rezar son lamentaciones." Cf. F. J. STI-INMIT/.,
Madrid, 1968. En el sentido de historia y compromiso, cf. A. GUERRA, Lucha Danksagung unter Illusions-Verdacht. Gedanken zu einem scheinbar neuvn pro-
y contemplación en tres tiempos: Liberación, Bonhoeffer, Petición: RevEspir, blem: Geist und Leben, 44 (1971), 408-424; G. PENZO, La preghiera política
'i5 (1976), 33-61. di Dorothe Sólle: Cittá di Vita, 29 (1974), 17-28.
368 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 5. ORAR DÍA Y NOCHE 369
Guarda mucho parecido con la meditación, pero es distinta, La meditación oracional ha tenido influjo intenso y duradero,
o más concreta por su adherencia a la vida, por su objeto más gran relieve en la práctica y en la reflexión espirituales. Su
limitado. De hecho, esta forma de preparación o prolongación importancia se debe al hecho de haber sido considerada la
del compromiso con una mirada de fe resulta aceptable y sig- forma más eficaz y asequible para iniciar de manera ordenada
nificativa a personas y autores que no dan especial valor reli- el camino de la oración mental; en contraste con la contem-
gioso a la oración personal prolongada. Para quienes cultivan plación, grado superior para uso de personas avanzadas en el
la oración personal, esta forma les ayuda a poner dinamismo proceso oracional. Quien aprende a meditar bien recorrerá las
en ciertas meditaciones de puro discurrir ineficaz. demás etapas por una ley interior del desarrollo. De ahí los
cuidados que se dedican a este primer momento. Por sus
"Quizá para el clero, en lugar de la recitación formalista estructuras y características, se presta mejor al análisis doc-
de sus rezos, sería mejor la comunión diaria y entonces, gracias trinal y también a la elaboración de métodos.
a la iluminación de la realidad que la presencia de Cristo en Otro factor ha influido en las atenciones particulares que
la comunión proyecta sobre el pan diario y el vino de la vida, la meditación ha recibido en los últimos siglos... Cuando las
puedan emplear el tiempo, mientras se encuentran todavía en
el templo, en reflexionar sobre lo de cada día, las obligaciones normas de vida de grupos de vocación y espiritualidad cul-
difíciles del día, las reuniones y la gente con que va a ser emba- tivadas (religiosos, sacerdotes, etc.) hablan de oración mental,
razoso encontrarse, la carta complicada, el periódico de la sea comunitaria o personal, y establecen tiempos y modali-
mañana. Permitir que la luz de la verdad ilumine estos asuntos, dades, se refieren implícita o explícitamente a la "meditación".
que la presencia de Cristo llegue a ellos antes de comprome- Se comprende que la meditación haya triunfado y sufrido los
terse. Permitir que 'la totalidad, prestando una total atención', avatares de la oración mental en esos ambientes31.
se dirija hacia ellos; y así se lograría que el modelo de nuestra
meditación fuera el modelo de nuestro compromiso" 30.
Nociones y estructura
Eso mismo se puede hacer después de los sucesos, cuando
no pudieron ser previstos o desbordaron todas las previsiones. En tres sentidos se utiliza más frecuentemente el término
Es más que un simple examen de conciencia o un propósito. "meditación": 1) discurso, reflexión, razonamiento intelectual;
Se trata de una verdadera oración sobre la vida, que se con- 2) reflexión de fe sobre misterios o verdades salvíficas: la teo-
vierte en alabanza, adoración, perdón. Se encuentra con Dios logía; 3) discurso o reflexión religiosa en comunión de amor:
en los hechos, más que consigo en la introspección. El prag- oración meditativa. De esta última principalmente hablamos
matismo de este tipo de reflexión tiene sus límites, pero no ahora. Como forma de oración que es, lleva los componentes,
cabe duda que aporta un elemento apto a fecundar las formas todos los componentes de la oración cristiana, no solamente
de oración tradicional. de reflexión. Empezamos por una "definición" de la medita-
ción en sus rasgos esenciales, como se ha entendido y prac-
ticado en la historia de la espiritualidad: Reflexión amorosa pro-
B. MEDITACIÓN ORANTE longada sobre verdades reveladas y hechos de historia salvífica,
en orden a su asimilación en la mente, el corazón y en toda
Las formas de oración cristiana se exigen y se ayudan unas 31
S. GUERRA, "Meditación", en NDE, pp. 1218-1236 (bibl.); L. G. BENA-
a otras. La oración de situación nos lleva a la reflexión de VIDES, Para una meditación más vivificante, México, 1973; G. LERCARO, Méto-
vida, que es ya una modalidad de lo que llamamos meditación. dos de oración mental, Madrid, 1961; J . B. LOTZ, Méditer, Paris, 1969;
AA. W . , Nuovi metodi di meditazione, Roma, 1970 (Meditación en forma
30
D. RHYMES, La oración en la ciudad secular, Salamanca, 1969, de coloquio); A. M. BESNARD, "Méditation et vie moderne", en AA. VV„
pp. 99-100. Lafoiau creuset, Sherbrooke, 1971, pp. 279-293.
370 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 5. ORAR DÍA Y NOCHE 371

la existencia del orante. Aclaramos brevemente los principales Esta debe imponerse una cierta ascesis para conservar la liber-
términos. tad disponible para el encuentro y sus consecuencias. Prepa-
ración remota y próxima, dice la tradición. Como quiera que
Reflexión-amorosa-prolongada. "Reflexión" es actividad
se entienda y se realice, es necesidad primaria. Intentar hacer
peculiar de toda meditación, sea religiosa o filosófica. El dis-
actos tan graves como éste de la oración, sin una disposición
curso se ordena a la búsqueda de la verdad dentro de sí mismo
correspondiente de la persona y de la vida, no tiene sentido.
y en la historia de salvación, para confrontarse con ella el suje-
to. Crea convencimiento personal, principios de acción y con-
tacto con personas y realidades de la salvación. "Amorosa":
Al tratarse de oración y encuentro de amistad, el amor juega Funciones de la meditación
papel decisivo en contexto oracional. Eso no quita que se pueda
hacer reflexión cristiana en sentido teológico o filosófico, fuera Las funciones deben ir antes que la estructura, ya que ésta
de la oración. "Prolongada": Con esto la distinguimos de los se organiza en vista de los objetivos que se propone alcanzar.
buenos pensamientos, la luz que brota en una oración de situa- La meditación corre peligro de refinar sus propios mecanismos,
ción. sin saber muy claramente lo que se pretende realizar con ellos.
Sobre verdades reveladas y hechos salvíficos. Es lo que se Un montaje sofisticado y costoso para elaborar productos
llama tema o temas de meditación. "Verdades reveladas": La imprecisos e irrelevantes. Este peligro ha sido real en la his-
temática ofrece mucha amplitud. Entre las verdades reveladas toria, y se está repitiendo hoy con nuevas técnicas y carac-
están los misterios de Dios, el evangelio, la vida de Cristo, terísticas. Sufre decadencia la meditación como acto de refle-
y tantos hechos significativos de la Biblia. "Hechos de historia xión sapiencial humana, y también como forma de oración cris-
salvífica": son verdades que tocan a la persona desde dentro. tiana. Las técnicas con que se intenta rehabilitarla sirven para
Los hechos de la historia salvífica quieren ampliar la perspec- grupos especializados; y necesitan remodelaciones profundas
tiva, incluyendo hechos de la propia vida, de la ajena, de la para convertirse en oración cristiana. Sus objetivos pueden
historia contemporánea. formularse en línea teologal, contemplativa, antropológica:
En orden a asimilar y transformar. La finalidad queda sufi- 1. Responder a la profundidad de la palabra divina, escrutando
cientemente clara, pero con cierta amplitud. No es necesario sus misterios: María conservaba en su corazón y meditaba las
que haya propósitos concretos o frutos inmediatos para ser palabras y los hechos que percibía a su alrededor. 2. Hacer
meditación auténtica. Muchas transformaciones se llevan a que esas verdades conocidas se apoderen de la mente y del
cabo lentamente y en profundidad a nivel de criterios, opciones corazón, se conviertan en criterios e instintos espirituales, como
fundamentales, cambios en la jerarquía de valores. Esto vale una segunda naturaleza. 3. Comprender e interpretar serena-
más que un propósito o la práctica de una virtud, aunque no mente las situaciones y los hechos, en busca de su sentido divi-
se produce ni se aprecia en una sola vez. no y de sus exigencias para las personas. Lo hemos visto en
Al ser acto prolongado y profundo, tiene necesidad de la oración de vida. 4. Dar una base de principios asimilados
ambientación. Ciertos requisitos le vienen de ser oración, y de ideas al afecto y a los propósitos de vida y de acción;
encuentro con Dios. Es un clima religioso, dominado por su la espontaneidad afectiva no suele llegar muy lejos en tiempo
presencia. En el punto de partida mismo se renueva la con- ni en espacio. 5. Preparar a la contemplación: la consideración
ciencia de ello: actitud de escucha, petición de ayuda, de per- de la obra divina en los misterios y en la historia general des-
dón para que el Espíritu quite los obstáculos del corazón. Esa cubre la grandeza y el amor, da lugar a adoración, alabanza,
misma línea de presencia se mantiene a lo largo del desarrollo admiración32.
y vuelve a destacar en cuanto la reflexión da paso al amor.
32
()lras exigencias se deben a que es un acto total de la persona. Necesita tiempos y dedicación especiales. Está prevista o programada
372 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 5. ORAR DÍA Y NOCHE 373

La reflexión detenida es arte y es práctica; cosas que hay fe), afecto y voluntad (con el amor). Mezcla actividad humana
que aprender y desarrollar dentro y fuera del contexto de ora- y actividad teologal, no por confusión, sino por la condición
ción formal. La dificultad de encontrar soporte a la imagina- cristiana del hombre, que le capacita para comunicarse con
ción hace que la "meditación" silenciosa y sin apoyo ocasione Dios como hijo.
distracción y cansancio mental. El estudio de la teología, lec- Por hacerse excesivamente "mental", ha caído frecuente-
turas organizadas, cursos de formación, lectura espiritual, etc., mente en el aislamiento y la interioridad psicológica. Ha tenido
son ocasión de penetrar en el contenido del misterio y dete- poco en cuenta otras formas de oración que debían suminis-
nerse en ello en actitud de contacto prolongado y asimilación. trarle los medios y contenidos para vitalizar la comunión y la
Muchas personas tienen hoy ocasión de hacerlo. Por esa vía interioridad: S. Escritura, la vida concreta de cada día, la his-
consiguen lo que antes se esperaba de la meditación. Pero esto toria. Debido al aislamiento, se ha empobrecido y encuentra
a condición de que el estudio teológico sea búsqueda de verdad ahora grandes dificultades.
y contacto con el misterio de Dios, no curiosidad y sobrecarga Se denomina "mental" no porque el pensamiento sea el
de informaciones, problemas, opiniones, gusto por lo más factor decisivo, sino porque es el más característico. Mental:
superficial e intrigante, tedio frente a la verdad sencilla y sólida. frente a la "vocal", que actúa con elemento más exteriores;
El trato de amistad que propone santa Teresa es menos fácil y frente a la "contemplativa", de carácter más afectivo y pro-
de lo que parece. El cultivo unilateral del sentimiento o afecto fundo. En su desarrollo, esta oración admite variedad de expre-
en la oración, cuando falta una maduración previa o simultánea siones y asume modalidades y medios de otros tipos de oración.
del pensamiento, ofrece pocas garantías para construir sobre A veces son debidas a diversidad de gracia o de temperamento.
ella la vida espiritual. Hay personas con mayores capacidades de discurso, otras de
tendencia prevalentemente afectiva. En este segundo caso sur-
ge una variante, la oración afectiva, que algunos autores carac-
Oración mental terizan como forma peculiar, distinta de la meditación. Esas
mismas variantes se producen en una misma persona, en fases
sucesivas de su maduración oracional. La oración tiende a sim-
Para entender la meditación, es preciso encuadrarla en su plificarse: del razonamiento a la intuición, de actos de amor
contexto histórico y espiritual. Ha sido tomada y practicada ferviente a la actitud permanente de amor.
como forma total y dominante de oración, en su grado básico
y común; mientras no se den las condiciones para pasar a con- Dificultades. Merecen ser tenidas en cuenta, porque se
templación. La llamada oración mental lleva este nombre por- refieren a ciertos hechos que efectivamente originan desvíos
que en ella predomina la actividad interior de pensamiento o ineficacia en esta experiencia y actividad espiritual. Por lo
y afecto. El factor "mental" interviene en las demás formas, general, las críticas venidas de fuera coinciden con la expe-
desde la oración vocal hasta la contemplación. Como rasgo riencia real de los orantes, es decir, responden a dificultades
caracterizante, pertenece por común acuerdo a ciertas expre- en la vida de oración. Las dificultades y omisiones de religiosos
siones de oración. En la oración mental actúan principalmente y sacerdotes, por lo que se refiere a la oración mental, cons-
las facultades interiores: imaginación y entendimiento (con la tituye un hecho colectivo relevante, que preocupa a los maes-
tros espirituales y a los responsables de esas vidas vocacio-
en los silencios litúrgicos. Pero es tiempo breve e inevitablemente superficial, nadas. El desarreglo comunitario proyecta agrandado el males-
lo estrictamente necesario para dar sentido a la palabra o a la acción. Los tar íntimo personal. Antes de intentar el remedio, es preciso
silencios litúrgicos, además de brevísimos, están "a discreción" del que pre- diagnosticar con acierto.
side; y esto hace que, para los asistentes, transcurran aguardando el final
de la pausa. Nadie pretenderá conseguir los frutos de la meditación pro- La legislación interviene inmediatamente con recursos de
piamente dicha ateniéndose a esos pocos instantes. tiempos y lugares, respaldados por la obligación. Hemos visto
374 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 5. ORAR DÍA Y NOCHE 375
la función de apoyo que cumplen estos recursos a servicio del La renovación toma los recursos de dos fuentes: la S. Escri-
orante (n. 3). En rigor de términos, se trata de mediaciones tura y la psicología. No cabe duda que, para renovar la oración,
ambientales o, en términos humanos, "ocasiones encarnato- hay que empezar por los elementos teológicos y por las per-
rias", es decir, moldes que una persona o una comunidad oran- sonas. Vienen luego los componentes psicológicos y las estruc-
te puede y es invitada a llenar con experiencia oracional pro- turas. He aquí una serie de breves sugerencias para personas
piamente dicha. No es "una hora" de oración, sino "oración" que deseen revitalizar y reestructurar la experiencia de medi-
de una hora. No es media hora de comida el estar treinta minu- tación oracional u oración meditativa. Estos medios pueden
tos en el comedor sin tomar nada. servir también para otras formas de oración. Tres líneas de
Los flancos por donde la oración meditativa suele debi- acción contribuyen a mejorar la experiencia oracional y la efi-
litarse hasta el total anulamiento son tres: 1. Falta de contenido cacia de la meditación: a) cuidar al orante; b) mayor densidad
de misterio y de vida, por haberse desvinculado de la lectura de contenido bíblico y existencial; c) cultivo oracional y extra-
bíblica, de la vida y su contenido salvífico, para ocuparse fre- oracional de la reflexión de vida.
cuentemente de temas irrelevantes y escogidos al azar para "Medios y recursos varios". Se ha introducido el uso de
llenar el tiempo. 2. Consiguientemente refinamiento de me- imágenes para facilitar la meditación. Este sistema resuelve
canismos psicológicos y de técnicas rebuscadas para mantener un problema: mantiene la atención, evita esfuerzo y elucubra-
la atención centrada en "temas" que íntimamente no interesan; ciones, fija con mayor eficacia la imagen; con prudencia, ya
multiplica los artificios para suplir la falta de interés y la irre- que el uso constante de imágenes puede agravar la incapacidad
levancia de los temas. 3. Desconectada de la vida y el com- del cristiano moderno para reconcentrarse espiritualmente.
promiso: esfuerzo mental para crear un zurcido de pensamien- Lectura meditada de la S. Escritura o de un libro, que sirvan
tos, sentimientos y deseos, que no influyen ni transforman nada de fuente o de apoyo.
en la vida ni en la persona. Como decían los clásicos: dar vuel-
tas al pensamiento y al sentimiento sin obras es como coser "Métodos de meditación". Desempeñan un papel impor-
con aguja sin hilo. Este breve diagnóstico puede orientar a tante en la elaboración y en la aplicación de la meditación
la hora de elaborar una teología y una pedagogía de la medi- los métodos de oración. Son obra de las escuelas de espiri-
tación cristiana. Y también para orientar "concretamente" y tualidad. Ofrecen esquemas que ayudan al orante en su deseo
con realismo la renovación de este sector fundamental de la de poner orden y dar eficacia a los diversos componentes que
vida cristiana, sacerdotal, religiosa (PC 3.5). integran la oración mental. Son útiles, especialmente para las
personas que quieren educarse a una oración prolongada y
diaria. Una cierta metodicidad ha existido siempre, desde el
antiguo monaquismo. Es en los siglos XVI-XVII cuando los méto-
Renovación dos se articulan variados y precisos. En un principio se apli-
La meditación cumple funciones insustituibles. Por tanto, caron con mayor elasticidad. Con el tiempo se han ido endu-
no cabe eliminarla. Si hay malos funcionamientos, habrá que reciendo. Hoy la mayoría de los orantes no ha tenido ni tiene
renovar las estructuras y el corazón. Una meditación dinámica, método ninguno. Los desprecia sin conocerlos. Es clásica la
sobria, adherente, no es cosa de principiantes en la vida espi- obra citada de G. Lercaro.
ritual. Con igual y aún mayor fuerza la vive el espiritual muy Una buena forma de educarse a la "oración meditativa"
avanzado. La meditación forma parte de la vida teologal es cultivar la reflexión religiosa fuera de los momentos de ora-
desarrollada, que capta el sentido de la vida, las interpelaciones ción explícita. El espíritu se encuentra más distendido, se ali-
de la Biblia, la conversión de la fe en criterios de luz. Se com- menta de misterios, hechos o ideas a la mano, descansan la
pagina con la vida contemplativa y con la oración contempla- memoria y la imaginación. A medida que se forma, se hace
tiva. capaz de la meditación silenciosa prologada.
376 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 5. ORAR DÍA Y NOCHE 377

Esta puede tomar formas decididamente místicas. Pero tam-


C. CONTEMPLACIÓN bién se da y se vive a otros niveles: de docilidad, receptividad,
experiencia del Espíritu Santo en obra. Se trata de oraciones
La contemplación como actitud orante cristiana empalma "activas", en el sentido que esta palabra recibe en teología
con las varias formas de oración que hemos examinado: oración espiritual: fruto del don ya recibido de la filiación divina y
litúrgica y personal, vocal o mental, de vida o de meditación. de la acción continua del mismo Espíritu.
No viene a sustituirlas, como grado superior, sino a vivir dentro Es gracia, experiencia y doctrina de larga tradición espi-
de ellas, dotándolas de fe y caridad cualificadas. Simplifica y ritual. Forma parte de la lectio divina" y se ha practicado en
adensa. Esta palabra se ha hecho familiar y últimamente ha los más variados contextos. En tiempos modernos, la han vivido
perdido muchas adherencias que la desvirtuaban o hacían le- y tratado con amplitud y reconocida competencia dos grandes
jana 33. maestro de oración: santa Teresa de Jesús ("oración de reco-
El nombre es familiar a la tradición cristiana, que con él gimiento), y san Juan de la Cruz ("noticia y atención amo-
designa el momento en que la lectura de la Biblia o la reflexión rosa"). También se ha difundido la denominación "oración de
sobre el misterio desembocan en la quietud admirativa, el con- simplicidad", debida a Bossuet. Con brevedad, la presento en
tacto, la experiencia: "contemplar el rostro del Señor" es vivir cuatro estilos y modalidades, que den cabida a diferentes expe-
en su presencia, servicio, intimidad. Es obra del Espíritu. En riencias y necesidades espirituales. Lo mejor me ha parecido
esa misma línea se encuentran ciertas formas de oración transcribir palabras de grandes maestros.
desarrolladas con mayor precisión en siglos posteriores. Sim-
plifican las actividades mentales del sujeto, llevando a mayor
hondura y esencialidad las dos principales: conocimiento y Oración de recogimiento
amor. No la presentan, sin embargo, los autores antiguos como
cosa excepcional. En ella ven un crecimiento normal de la Santa Teresa explica, desde la propia experiencia, el modo
penetración por fe y amor en el misterio. concreto de adquirirla y de ejercitarla. Las dificultades encon-
Por lo general, los autores espirituales colocan estas formas tradas en la oración discursiva movieron a santa Teresa a bus-
simplificadas a un nivel bastante alto en el camino de la ora- car una forma que no comportara tanto discurso interior. La
ción. Tales experiencias se advierten hoy con mayor frecuencia encontró en la oración de recogimiento. Ahora me refiero a
y con mayor brevedad. En muchos casos, es la única oración la forma activa, ya que tiene también una pasiva. La autora
posible para personas que encuentran dificultad mayor frente explica la práctica y los medios con mucha amplitud. En los
a la meditación, que antes parecía la más asequible. La oración textos que cito resalta no solamente la asequibilidad y los
de simplicidad no siempre nace de la abundancia de largas medios de esta forma de oración, sino también su capacidad
meditaciones. Con frecuencia es fruto doloroso de la pobreza, de insertarse en varias otras. Tres de ellas están explícitamente
el cansancio, la sequedad y el vacío de ideas y sentimientos. indicadas. La oración vocal, la meditación, la oración en situa-
ha pasividad como actitud forma parte de la contemplación. ción se transforman, cuando se las ambienta en esta otra del
33
recogimiento activo.
El término "contemplación" se ha revalorizado. No tiene ya, al menos
de manera generalizada, ciertas connotaciones anteriores en el ambiente pro-
fano: equivalente de evasión, alienación tampoco significa el mirar distanciado "Este modo de rezar —aunque sea vocalmente— con mucha
y descomprometido de "ser espectador"; va más allá de la acepción filosófica más brevedad se recoge el entendimiento, y es oración que
de intuición intelectual, concentración en la verdad. En el ámbito teológi- trae consigo muchos bienes: llámase recogimiento, porque
co-espiritual ha hecho progresos de acercamiento a la experiencia religiosa recoge el alma todas las potencias y se retira dentro de sí con
común; no se limita a ciertas gracias elevadas de alta contemplación mística; su Dios, y viene con más brevedad a enseñarla su divino Maes-
quedan atrás las discusiones sobre contemplación infusa-adquirida. tro y a darla oración de quietud que de ninguna otra manera.
378 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 5. ORAR DÍA Y NOCHE 379

Porque allí metida consigo misma puede pensar en la Pasión, meditar en noticias particulares, ya (como decimos) por el uso
y representar allí al Hijo y ofrecerle al Padre, y no cansar el se ha hecho y vuelto en ella en hábito y sustancia de una noticia
entendimiento andándole buscando en el monte Calvario y al amorosa general, no distinta ni particular como antes. Por lo
Huerto y a la columna." "Y aun en las mismas ocupaciones cual, en poniéndose en oración, ya, como quien tiene allegada
retirarnos a nosotros mismos; aunque sea por un momento el agua, bebe sin trabajo en suavidad, sin ser necesario sacarla
sólo, aquel acuerdo de que tengo compañía dentro de mí es por los arcaduces de las pasadas consideraciones y formas y
gran provecho.. "Si hablare, procurar acordarse que hay con figuras." "Pues Dios entonces en modo de dar trata con ella
quien hable dentro de sí mismo; si oyere, acordarse que ha con noticia sencilla y amorosa, también el alma trate con El
de oír a quien más cerca le habla. En fin, traer cuenta que en modo de recibir con noticia y advertencia sencilla y amorosa,
puede, si quiere, nunca apartarse de tan buena compañía." "En- para que así se junte noticia con noticia y amor con amor" 35.
tended que esto no es cosa sobrenatural, sino que está en nues-
tro querer, y que podemos nosotros hacerlo, con el favor de Existe correspondencia entre el modo de actuar y mani-
Dios (que sin éste no se puede nada, ni podemos nosotros tener festarse de Dios y la actitud que toma el orante. Es más que
un buen pensamiento)." "En un año, y quizá en medio, saldréis una forma de oración más o menos elevada. Es un estilo nuevo
con ello, con el favor de Dios. Mirar qué poco tiempo para
de trato con Dios en todos los planos de la relación: intelectual,
tan gran ganancia, como es hacer buen fundamento para si
quisiere el Señor levantaros a grandes cosas"34. afectivo, existencial. Por eso, cuida de indicar las "señales" de
que está teniendo lugar una verdadera transformación en toda
la vida espiritual. Se han hecho famosas las tres señales que
aconsejan hacer uso habitual de esta forma de oración: a) no
Advertencia amorosa, oración de fe puede ni gusta de discurrir sobre cosas espirituales, como antes
solía: no le dicen nada; b) eso mismo le sucede con las imágenes
San Juan de la Cruz habla de "noticia amorosa" y de "ad- profanas: tampoco gusta de ello, lo que demuestra que la difi-
vertencia amorosa". La coloca en el contexto dinámico de la cultad anterior no es por tibieza o distracciones; c) "la tercera
unión y purificación de la fe. E n líneas generales, "noticia" y más cierta es si el alma gusta de estarse a solas con atención
es lo recibido, ya sea por especial infusión divina, ya por lenta amorosa a Dios, sin particular consideración".
decantación de meditaciones anteriores. "Advertencia" indica
la actitud del espíritu frente a la noticia, correspondiendo a
los dos planos de la misma. Una y otra van envueltas en amor. Oración de los pobres
San Juan de la Cruz se fija en su esencialidad y en las señales
de madurez general que denotan su presencia. Seguimos en régimen de simplicidad contemplativa. Pero
esta vez simplicidad significa pobreza. El contenido teologal
"Es de saber que el fin de la meditación y discurso en las se parece a las anteriores. Pero no nace de hartura de medi-
cosas de Dios es sacar alguna noticia y amor de Dios. Y cada tación y soledad, sino de penuria en toda clase de recursos.
vez que por la meditación el alma la saca, es un acto. Y así Esta oración es la nuestra. La llamamos oración de fe, de pura
como muchos actos en cualquier cosa vienen a engendrar hábi-
presencia, de silencio, de pobreza. D e silencio, porque faltan
to en el alma, así muchos actos de estas noticias amorosas,
que el alma ha ido sacando en veces particularmente, vienen ideas, sentimientos, palabras. D e pura presencia, porque el
por el uso a continuarse tanto, que se hace hábito en ella... encuentro tiene lugar entre Dios y el hombre, en el desnudo
Lo que antes el alma iba sacando en veces por su trabajo de ser de ambos. De fe, porque es el único medio disponible para
entablar el contacto.
34
Los cuatro textos teresianos están tomados, en este mismo orden, de
35
Camino de perfección, 28,4; 29,5.8.7; cf. D. DE PABLO MAROTO, Dinámica de SAN JUAN DE LA CRUZ, Subida del Monte Carmelo, II, 14,2; Llama de
la oración, pp. 210-216. amor viva, 3,34. Las "señales": en Subida, 11,13; Noche 1,9.
380 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 5. ORAR DÍA Y NOCHE 381

Es frecuente en la experiencia de los cristianos que oran es una obra mucho más grande y mucho más absoluta de lo
regularmente. Los días sobrecargados de labor y de preocu- que podéis daros cuenta. Es un acto que supone mucho valor
paciones, el ambiente ruidoso, el cansancio de nervios, el hastío y mucho abandono de sí mismo a una actividad de Cristo en
nosotros a menudo terriblemente dolorosa" 36.
por tantas palabras oídas y dichas, todo ello hace que la medi-
tación discursiva resulte imposible. Entonces la oración coti-
diana echa mano de esta posibilidad de orar en fe, como último Los tres maestros citados colocan la oración de actitud con-
remedio: estar allí, adorar, amar de alguna manera, dar gracias templativa en situaciones de abundancia y serenidad interior,
por todo. En esos momentos, fe, amor, esperanza se desnudan o también de aridez y sufrimiento. De ahí que se identifiquen
de toda adherencia y quedan con el alma al descubierto ante con la forma contemplativa muchos orantes que experimentan
la mirada de Dios. Por eso es tan dura y penosa. Inspirado la oración gozosa de los días buenos, y los tiempos áridos de
por san Juan de la Cruz, R. Voillaume capta la experiencia "oración imposible". Son dos modalidades igualmente válidas
y formula el estilo correspondiente de oración. de auténtica oración cristiana.

"Aquellos que se ven privados de meditar debido a sus con-


diciones de vida, ¿se verían privados de orar por el mismo moti- Contemplación popular
vo? ¿No está la oración más allá de la reflexión? Los pobres
no pueden meditar. No están dispuestos para ello, no poseen Vistas en el marco de análisis y definiciones, estas formas
la cultura requerida, no conocen el mecanismo de la meditación de oración parecen reservadas a personas de alta cultura huma-
o bien están demasiado cansados. Participando en la vida de na y religiosa. No es así. Admiten otras realizaciones de igual
los trabajadores, tendréis también que participar en su modo calidad, en estilo simplificado. Lo podemos comprobar en la
de oración. Tampoco vosotros estáis dispuestos para meditar oración del pueblo cristiano, que prefiere estilos estables con
cuando regresáis a vuestra morada, atontados por el ruido de
discreta variedad. En su repertorio oracional entra normalmen-
las máquinas de la fábrica, deshechos por el trabajo en el fondo
de las minas, embrutecidos por las largas horas de trabajo al te la actitud contemplativa. Se le puede dar el nombre de "con-
sol en una granja, con la cabeza pesada debido a intoxicación templación popular", que clasifica de algún modo esa expe-
producida por los gases que lanza al aire la fábrica de plásticos; riencia valiosa y repetida en la oración del pueblo cristiano.
o llenos de sueño después de las jornadas de pesca en el mar. Lo he observado de propósito y he reflexionado sobre ello con
No podéis meditar. Pero sí podréis, a fuerza de valor perse- datos concretos y repetidos.
verante y por medio de actos de fe y de amor, sencillos y des- Dicho en síntesis elemental y directa: en sus momentos de
nudos, sí podréis poneros delante de Dios y esperarle, abrién- oración, el cristiano de piedad popular reza vocalmente y con-
dole el fondo de vuestro ser tal y como es... El resultado será, templa con profundidad; raramente medita, cosa que hace
con frecuencia, una oración dolorosa, tosca, poco espiritual en
mejor en situaciones de vida. En afirmaciones por separado:
apariencia..."
1) reza vocalmente con gusto, facilidad y provecho las ora-
"Tenéis que convenceros absolutamente de que vais a la
oración no para recibir, sino para dar, y lo que es más, para ciones acostumbradas; 2) en ese mismo rezo vocal, vive la inme-
dar sin que sepáis muy a menudo que dais, lo que dais. Vais diatez contemplativa de comunión, dirigida a la comunión con
para entregar a Dios en la noche todo vuestro ser. Y es preciso Dios, Cristo, María, los santos, más que al contenido concep-
que comprendáis bien todo lo que estas palabras —entregar tual de las palabras; 3) difícilmente mantiene el pensamiento
a Dios todo vuestro ser— encierran siempre de fe oscura, de en torno a un misterio o tema con atención prolongada; carece
sufrimiento a veces, de riqueza de amor. La adoración, la ora-
ción no es desde luego un sentimiento ni un pensamiento; es 36
R. VOILLAUME, En el corazón de las masas, Madrid, 1968, pp. ')K y
un reconocimiento de la retención ejercida por Dios sobre 194.37. Cf. H. CAFFAREL, Notre monde ha besoin de maitres a prier: Docu-
nosotros mismos, sobre lo más profundo de nosotros mismos: m e n t a r o n Catholique, 72 (1975), 160-167.
382 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 6. ENSÉÑANOS A ORAR 383

de cultura y entrenamiento mental para seguir una línea de peta la intimidad de cada uno, ofrece cauces para su mejor
reflexión continuada. Este tipo de reflexión lo realiza más fácil- desarrollo. Sienten más vivamente la necesidad de método y
mente al ritmo de la vida frente a hechos que le interpelan. ayuda quienes hacen de la oración núcleo determinante, inten-
Santa Teresa hace la descripción y valoración de una vida so y cualificado de su vocación cristiana.
popular orante y contemplativa, libre de tecnicismos, pero com- Pedagogía y método para quien ora y desea hacerlo con
pleta y calificada en todos sus componentes: el Padrenuestro mayor hondura e irradiación; en primer lugar para aprender
como contenido, rezo vocal como base de concentración psi- a orar uno mismo, y dejarse acompañar por el camino de la
cológica difícil, contemplación y unión como vivencia teologal, oración. De ahí cada uno sacará experiencias y luces con que
transformación de persona y vida como fruto y garantía final: puede ayudar a los demás. Añado algunas indicaciones gene-
"Conozco una persona que nunca pudo tener sino oración rales, para completar lo ya dicho en este mismo capítulo w .
vocal y, asida a ésta, lo tenía todo. Y si no rezaba, íbasele
el entendimiento tan perdido, que no lo podía sufrir. Mas tal
tengamos todas la mental. En ciertos Paternóster que rezaba Cuatro modelos
a las veces que el Señor derramó sangre, se estaba —y en poco
más rezado— algunas horas. Vino una vez a mí muy acon- El contacto directo, por vía de trato o de lectura, con autén-
gojada, que no sabía tener oración mental ni podía contemplar, ticos orantes, ayuda a potenciar y organizar la gracia de oración
sino rezar vocalmente. Pregúntele qué rezaba, y vi que, asida que cada cristiano recibe personalmente del Espíritu Santo.
al Paternóster, tenía pura contemplación y la levantaba el Señor Despiertan en el discípulo o hermano que se acerca energías
a juntarla consigo en unión. Y bien se parecía en sus obras originales, inspiran formas y fórmulas. Sin necesidad de copiar
recibir tan grandes mercedes, porque gastaba muy bien su vida. sus expresiones y situaciones, encontramos luz y aliento para
Así alabé al Señor y hube envidia de su oración vocal" 37. percibir y potenciar la propia gracia. Se podrían citar tantas
personas orantes en espíritu y verdad, en formas sencillas o
más cultivadas, en momentos de lucha o de paz.
6. Enséñanos a orar He escogido cuatro personas o personajes esenciales y de
estilo caracterizado. Tienen en común un rasgo decisivo para
"Orar" breve o largamente, de manera espontánea o con el verdadero orante: han encontrado y colocado a Dios en el
horario fijo, es siempre gracia del Espíritu Santo que nos anima centro de su vivir, amar, padecer y servir. La oración no es
y acompaña para tratar con Dios con amor y verdad. Hay que para ellos un ejercicio frecuente o distanciado, sino el respirar
pedirlo y merecerlo: enséñanos a orar, ayúdanos a orar. Comu- del alma, su mismísimo vivir con alguien y para algo. Inútil
nión íntima y directa con Dios, parecería normal dejarla en intentar seguirles en su camino de orantes-oración, cuidando
manos de la espontaneidad, sin marcar temas ni leyes en este métodos y escogiendo temas. Todo esto son ramitas de un árbol
diálogo de amistad. Pero es también un arte, que requiere con la raíz seca.
esfuerzo personal, perseverancia, aprendizaje. En la oración
participa toda la persona con vida y proyectos, historia y psi- 1. El salmista. Dios está en el centro de su vida, de la
cología. Se hacen necesarios cuidados especiales y ayuda. historia, del universo, como dador de vida y señor de todo.
El orante asume en oración toda su vida y la del pueblo, que
Los métodos prestan ayuda cuando recogen y organizan
la vida teologal que hierve dentro. Son orientaciones y medios 1,8
Orientación básica sobre "pedagogía de la oración" cristiana se puede
preparados con la experiencia y la sabiduría de tantas almas encontrar en dos libros complementarios: A. GUERRA, Oración cristiana,
que han recorrido el camino de la oración. La pedagogía res- Madrid, 1984, pp. 127-178: "Pedagogía de la oración"; J. CASTELLANO, l'cda-
gogía de la oración cristiana, Barcelona, 1996. El primero sigue oricti(ación
Camino de perfección, c. 30,7. más bien teológica, el segundo desarrolla la línea mistagógica.
384 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 6. ENSÉNANOS A ORAR 385

busca y mira el rostro de Dios en todo momento y en toda de cambiar tema o técnica pedagógica. Eso puede hacerse sin
situación. Ora la vida y la historia. Ora con el dolor, la historia, que se produzca el cambio de actitud teologal. El salto decisivo
las necesidades, los dones. Con el título de "salmista" unifi- consiste en pasar de las ideas y métodos sobre la oración al
camos en una misma persona a los varios autores del salterio. ejercicio mismo de orar, entrar en oración, estar en oración.
2. San Pablo: desde el servicio y la misión. Vive en pre- Prolongar la teoría en una práctica, realizarla en sujetos y
sencia de Dios la historia y la vida de sus iglesias, las expe- comunidades. Es aquí donde demuestra su verdad, al some-
riencias de evangelización, el amor a Cristo de un hombre apa- terse a verificación real, vital. Algunas orientaciones básicas
sionado y místico. A sol y a sombra, día y noche, a gritos y pueden ayudar a quien eficazmente desee dar dinamismo y
en silencio, san Pablo vive con Dios la solicitud de las iglesias, autenticidad a su vida de oración.
y vive con las iglesias la presencia salvífica de Dios. Cuidar al orante. Esta primera norma vale para el sujeto
3. Santa Teresa: historia de una amistad. Teresa ha con- mismo y para el maestro. Descubrir y fomentar la gracia y
vertido la oración en el eje de una existencia, el camino de sensibilidad existentes en la persona, cómo y por dónde Dios
una alianza, sufrida y renovada. Habla de oración, habla y obra se le comunica. Intervienen factores de orden natural: enten-
en oración. Su vida y magisterio se fragua en muchos años dimiento, imaginación, afecto, gestos y palabras, comunidad.
de penalidades, fracasos, perseverancia. No es problema de De la gracia y el orante arranca todo. Toda oración es personal.
método, sino de coherencia y amor total. No es problema de Ponerse en claro desde el principio sobre lo que uno pre-
atención o distracción mental, sino de concentración o disper- tende. Se puede optar, consciente o inconscientemente, por
sión afectiva. Encuentra la clave: decidirse a ser libre y amar diferentes posibilidades: 1) hacer oración" diariamente según
sin reservas. las normas; 2) llevar una "vida de oración", fiel y ordenada,
4. El Peregrino ruso: Aprender o reaprender a orar la vida con las exigencias y disposiciones que esto comporta; 3) "ser
entera. El cristiano que en un momento de su vida decide orante" con todo el ser abierto y entregado a Dios, con la
tomar en serio y vivir al pie de la letra el mandamiento del vida entera iluminada por su presencia y acción santificadora
Señor: orar siempre. Lo pide con lágrimas y lo procura con y evangelizadora.
todos los medios, personas, libros, ambientes; desprendido de Hechos y determinación: es el mejor medio para empezar
todo e insaciable en su propósito de orar sin interrupción. y continuar. Para aprender oración, lo mejor es orar, y orar
Siempre en camino interior y exterior hacia el tesoro escon- mucho. "La oración prolongada es madre de la oración ele-
dido: orar, orar siempre, orar bien. vada." Con espontaneidad teologal y psicológica, a tiempo y
a deshora; y también con ayuda de algún método "funcional"
que se demuestra eficaz y adherente a la gracia y la psicología
Mistagogía de la oración de la persona. Como siempre, intervienen dos cualidades fun-
damentales: vitalidad y disciplina.
Repetidamente se habla de mistagogía en estas páginas. El método aplica la "pedagogía", en forma concreta de per-
En el ámbito de la oración es seguramente donde se hace más sona o grupo. Incluye una larga serie de recursos, situaciones
necesario comunicar y recibir ayuda experiencial. Entre sus varias, gradualidad, prolongación en vida. En cambio, el "mé-
componentes se cuentan: comunicación directa de Dios per- todo" cuida el momento culminante del encuentro: organiza
sonal, el sujeto orante que acoge y dialoga con todo su ser, particularmente el desarrollo de la oración interior o mental
praxis y experiencia, proceso y gradualidad, información y ayu- prolongada y regular. Acompaña el proceso, en su curso nor-
da, recursos ambientales. mal. Tiene la función de ayudar al orante a tomar conciencia
La "mistagogía oracional" cuida el "paso interior" de infor- de su vocación, gracia y psicología, de manera que sepa orienta r
mación o formación doctrinal a la praxis vivencial. No se trata la actividad orante en forma personalizada y habitual. especial
386 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 6. ENSÉNANOS A ORAR 387
ayuda ofrece en tiempos de cambio, cuando la experiencia o Calificarlos de métodos de oración crea confusión y con-
el ambiente desorientan al sujeto por su aspecto negativo y fianza injustificada. No se colocan en el mismo plano de los
paralizante: dispersión mental insuperable, desinterés e irre- que la espiritualidad cristiana ha denominado "métodos de ora-
levancia, o en su forma áspera de "aridez" e insignificancia ción". Estos ordenan y guían el desarrollo en acto de la comu-
totales 39. nión oración en fe-amor-esperanza. Las técnicas orientales cui-
Ayuda de maestro. Maestro de oración, si se encuentra. dan la concentración psíquica del sujeto para aplicar sus ener-
En los últimos años se repite la pregunta y la queja: ¿dónde gías en una u otra dirección 40.
están los maestros de oración? Hay quien los busca en el Orien- En el segundo artículo citado de S. Guerra, el autor resume
te. Otros esperan hallar algún raro ejemplar en casas de ora- el tema de los métodos orientales en algunas valoraciones y
ción, o en congregaciones caracterizadas por esa experiencia. posibles aplicaciones a la oración cristiana: 1. La "invasión"
Es poco lo que se encuentra, y con frecuencia no sirve: No de los métodos orientales resulta hoy un hecho familiar y nada
tienen experiencia, o no saben expresarla, o carecen de sen- exótico; reacción primera de entusiasmo, y última de inquietud.
sibilidad para empalmar con las situaciones en que ora la mayo- 2. Lo que ofrecen y se puede aprovechar de yoga y zen: valo-
ría de los hombres contemporáneos. "Maestro de oración" es ración del cuerpo y aprovechamiento de los condicionamientos
nombre de calidad, no de simple encargo. Hay formadores, anímico-corporales: respiración, atención recogida, profundi-
conferenciantes, encargados de preparar la liturgia y los tiem- zación de la conciencia, llenan el vacío que se ha creado en
pos de oración. El maestro es otra cosa y tiene otras vías de la cultura y en la espiritualidad de Occidente. 3. Reparos en
comunicación e influencia. ¿Qué puede hacer y ofrecer el el uso cristiano de esos métodos: vacío de Dios, de comunión
maestro? y alabanza; es uno mismo quien se esfuerza, se busca y encuen-
tra; menosprecio de la historia, los misterios de la encarnación
y vida de Cristo; da como condición de oración auténtica la
Técnicas orientales de concentración ausencia de penalidades y preocupaciones de la vida, para pre-
sentarse ante Dios relajados. Ciertamente no es ésa la oración
Es la denominación más apropiada. Mucha confianza se que hace Jesús, por ejemplo, en Getsemaní.
ha puesto recientemente en los "métodos orientales", zen y
yoga. No se trata de formas de oración paganas. Son métodos "Parece llegada la hora de que los movimientos de oración
de liberación, concentración. Depende de quien los usa el contemplativa en la iglesia comiencen a 'exhumar' la herencia
determinar qué finalidad se propone. Como forma de procurar propia, y desde ella, como criterio esclarecedor, incorporar lo
descanso físico y mental, gozan de cierta eficacia. Por lo menos
han servido para hacer descubrir a muchos cristianos de Occi- 40
CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA F E , "Orationis formas ". Algunos
dente que la meditación seria requiere disposición y partici- aspectos de la meditación cristiana, Roma, 1989: Carta firmada el 15 ocubre,
publicada el 14 diciembre (fechas que remiten a la enseñanza de dos grandes
pación honda de todo el psiquismo. maestros cristianos); H. U. VON BALTHASAR, Meditación como traición: Selec
Teol, 18 (1979), 206-208 [Original completo en "Geist und Leben" 50 (1977),
39
Hay posibilidades de escoger entre los métodos ofrecidos por la tra- 260-268]; A. GENTILI, I cristiani e leprassi meditative delle grandi religioni asía-
dición espiritual cristiana. Cf. G. LERCARO, Métodos de oración, Madrid, 1961; tiche: RivVitaSpir, 42 (1988), 254-282; S. GUERRA, Yoga, Zen, y oración cris-
E . ANCILU, "Utilitá di un método", en A A . VV., L'orazione mentale, Tere- tiana: RevEspir, 35 (1976), 125-150; id., El movimiento meditacionai. ib., 36
sianum, Roma, 1965, p p . 135-173. "Una cosa es el método y otra la oración. (1977), 415-434; id., Meditación cristiana y técnicas orientales: Comunidades,
El método debe variar según las necesidades y las actitudes de las almas, 7 (1979), 139-150; añade "Fichero de materias" n. 20, con bibliografía sobre
mientras que la oración ha de quedar fundamentalmente la misma para todas el tema; A. M. BESNARD, L'influence des méthodes asiatiques de meditation:
las almas: un coloquio, en el cual el corazón del hijo de Dios se abre ante Concilium, 79 (1972), 89-94; A A . VV., Meditation in Christianity and other
el Padre celestial y le escucha para agradarle" (C. MARMION, Jesucristo vida Religions, Roma, 1976; P. MARECHAL, Transcendental Meditation and its poten-
del alma, c. 10). tial valué in the monastic Ufe: Cistercian Studies, 8 (1973), 210-237.
388 ORACIÓN, ORANTE, ORACIONES 6. ENSÉÑANOS A ORAR 389

positivo y probado de los métodos orientales... Un cristiano 2. Misterio. Misterio de Dios, misterios de Cristo, en su
que incorpora a su oración los métodos orientales debe tener ser y obrar con los hombres. Es su presencia salvadora y tras-
previamente una clara idea del mensaje de salvación en Cristo, cendente. A esa luz, hechos de mi vida, positivos y negativos,
del amor de Dios al mundo como mundo, de la presencia de portadores de gracia y de perdón. Son los contenidos explícitos
Dios en la historia humana... En esta oración [que no tenga de la oración. Se obtienen por vía de recuerdo, de impresión
presente esos elementos cristianos] la minusvaloración de la
reciente, de lectura bíblica, de tema espiritual.
historia, y por tanto la minusvaloración de la presencia sal-
vadora de Dios en ella, y la languidez, si no la agonía, del 3. Comunión. Comunión con Dios, con Cristo, que funde
impulso escatológico que lleva a la transformación progresiva en uno la presencia actual y los misterios o contenidos de la
de la historia humana en camino hacia el Reino, plenitud del revelación recordados. Es el corazón de la actividad y de la
tiempo, parecen inevitables" (S. GUERRA, ib., p. 149). experiencia orante. Se traduce y expresa en mirada silenciosa
de amor, hecha de admiración, de agradecimiento, de alabanza,
de arrepentimiento. Puede también empalmar directamente
En acto de oración con la presencia, sin pasar por el recuerdo explícito de un mis-
terio o tema particular.
Primera y última consigna en materia de oración es: orar. 4. Actitudes. El contacto íntimo, asiduo, prolongado con
Frecuentar y atender a los momentos del encuentro y diálogo los misterios opera en el orante la transformación de actitudes,
hablado o silencioso con Dios. Tarea especialmente importante criterios, hechos de vida. La oración de cada día tiene por
y delicada para quienes lo hacen de manera regular, prolon- objeto entonar al creyente en la docilidad al Espíritu, la alegría,
gada, programada. En él centran los varios métodos su mayor la fortaleza, el recogimiento, la caridad fraterna, el sentido de
esfuerzo, tratando de organizar en sucesión lógica y psicológica Dios, el servicio sacrificado. Este es el fruto primero y principal
esos momento de comunión de gracia. Se pueden encontrar de la oración. No es necesario que se hagan o renueven cada
descritos y aplicados en algunos libros de oración. Lo que sigue vez propósitos particulares.
es una pauta sencilla, para encauzar suavemente la experiencia 5. Propósito y proyecto. La fuerza interpelante de la pre-
de comunión en su desarrollo, sin oprimir y ayudando a evitar sencia y la luz especial de algún misterio están pidiendo en
divagaciones y superficialidad. ocasiones que el orante preste atención y aplique sus energías
La oración diaria agradece la ayuda discreta de algún a modos de ser y obrar, o a situaciones, sobre los cuales recae
esquema para mantener su viveza y regularidad. No es preciso la iluminación de Dios: nuevos horizontes de gracia y santidad,
llamarlo método, ni hablar de partes de la oración. Son más corrección de alguna infidelidad o tibieza patente o latente,
bien puntos de referencia, momentos que atraviesa la vivencia mayores exigencias de caridad. Las mejores calidades del oran-
oracional en su actuación ordinaria. Cada orante se va creando te salen a luz en el paso de la "vida de oración" a la "existencia
ritmos y cauces propios, aprovechando de algunas líneas comu- concreta y completa".
nes. El esquema orientador que sigue a continuación está
hecho a base de la experiencia de muchos, y por eso puede
servir a la oración de otros más.
1. En presencia. En Tu presencia, no solamente en su pre-
sencia. Conciencia viva de la presencia envolvente de Dios.
Crea comunicación y actitudes de oración desde el principio.
Hace de ambientación y de entonación inicial. Requiere y dura
cierto tiempo. Nunca se debiera pasar a ulteriores fases hasta
q u e el espíritu no se haya afirmado bien en ésta.
9
APÓSTOL DE JESUCRISTO

Tomamos el título de san Pablo que, en la presentación


que hace de sí mismo, ofrece una definición precisa y per-
sonalizada del apóstol cristiano. En tres términos personales
y relaciónales condensa la gracia y el servicio: apóstol, de Jesu-
cristo, para los paganos. Apóstol: persona escogida, agraciada,
comprometida y enviada; de Jesucristo: propiedad del Señor
e instrumento vivo en manos del Señor; para la salvación de
los paganos: entrega apasionada, servicio apasionado a perso-
nas necesitadas de salvación. En dinámica espiritual de apóstol
y apostolado, san Pablo sigue siendo un modelo difícilmente
superable. Ser apóstol, como ser orante, significa pertenencia
y comunión total con Cristo, dedicación apasionada a su obra
de salvación en todo tiempo y lugar. Conviene tener presente
ese lenguaje de relaciones vivas y personales Cristo-após-
tol-destinatarios, para reanimar las expresiones de trabajo y
oficina, que predominan en el discurso actual sobre apostolado:
apostolado, actividades y tareas apostólicas, organismos y
medios, etc. Ser "apóstol de Cristo", mejor que "hacer apos-
tolado".
A pesar de sus valores eminentes, el servicio apostólico ha
suscitado reserva y suspicacia en teología espiritual. Parece que
pone en peligro el desarrollo concentrado de la vida de oración,
valor supremo e "indiscutible" de la espiritualidad. Se le ha
mirado a la luz y a la sombra de la oración: como fruto o
como obstáculo de la misma, por el riesgo de activismo y exte-
rioridad. Esta perspectiva trabaja con modelos contemplativos
que no se deben, que no se pueden universalizar.
Experiencia y teología obligan a repensar las ideas y a revi-
sar la correspondiente actitud espiritual. Apostolado y oración
392 APÓSTOL DE JESUCRISTO 1. OBRA Y AGENTES DE SALVACIÓN 393

se integran y armonizan en unidad estricta de mutua depen- 3. Virtudes apostólicas.


dencia; son dos brazos del organismo teologal: hijos de Dios, 4. Unidad de vida: apostólica y orante.
hermanos unos de otros; en iglesia, ayudándonos con servicios
de fe y caridad. No es sólo ejercicio de la propia caridad, sino
edificación de iglesia y fuente de experiencia y santidad. Es 1. Obra y agentes de salvación
servicio apostólico auténtico, cuando tiene dos rasgos funda-
mentales, teologal y espiritual: hecho "en el Espíritu de Cristo", Evangelio y evangelizar indican en primer lugar la salvación
"sincera e incansablemente" (PO 13). que Dios está realizando constantemente por medio de Jesu-
En el plano experiencial y pedagógico, son muchos los cris- cristo. Es la gracia, antes que la palabra o la actividad (Rm 1,16).
tianos que reciben sus mejores luces e impulsos del servicio El Espíritu Santo lleva a cabo esa obra en el cristiano que
de fe y caridad. A través del empeño en la caridad descubren es redimido y a la vez colabora con el Espíritu en la salvación
y maduran la interioridad, descubren la santidad personal, la de los demás. Como consecuencia, el evangelio nos afecta de
vida interior, la oración prolongada y formal, mejor que por lleno en doble sentido: necesitamos recibirlo, debemos comu-
cultivo concentrado de los ejercicios de piedad. Su equilibrio nicarlo. Actitud de fe, esperanza y caridad, que unifica el agra-
espiritual depende en gran parte de un apostolado apropiado decimiento gozoso del don recibido con el servicio generoso
y vivido teologalmente. Para muchos sacerdotes y religiosos, de compartir ese mismo don con los demás. La gracia mul-
hasta el mismo fervor vocacional depende con frecuencia de tiforme coloca al cristiano en una posición delicada de peca-
un servicio apostólico adecuado y exigente. Entendido y vivido dor-redimido-colaborador; posturas simultáneas, no simple-
el servicio apostólico en estos términos, se convierte en ver- mente sucesivas. Con relación a los hermanos, evangeliza y
dadera síntesis de vida espiritual: caridad y servicio, colabo- es evangelizado, santifica y es santificado.
ración y experiencia del Espíritu, cruz y ascesis.
Se están renovando actitudes y perspectivas espirituales en
el apostolado. Podemos anticipar algunas orientaciones de esta Evangelio de salvación
renovación de experiencia y pensamiento teológico: es vida teo-
logal, sacramento de gracia, responsabilidad eclesial; es obrar "Evangelizar, evangelización" pasan a significar toda la
en el Espíritu Santo, fuente de vida y experiencia espiritual, gama de tareas, personas y ambientes, en que se desarrolla
más que desgaste; forma unidad indivisible con la oración cris- la obra de salvación, respetando diferencias y peculiaridades:
tiana, como relación con el Padre y los hermanos que es una apostolado y misión, etc. En general, se denomina apostolado
misma cosa; cuidar el emplazamiento teológico y espiritual del toda la actividad de la iglesia, ordenada a la propagación y
apóstol en la obra de salvación; hay que revisar también los consolidación del reino de Cristo en la tierra. El Concilio seña-
modelos propuestos y las soluciones dadas al problema siempre la y jerarquiza los elementos de una definición completa: gloria
vivo de las relaciones entre oración y apostolado l. del Padre y salvación de los hombres: tarea de la iglesia y de
cada uno de sus miembros; para el crecimiento comunitario
1. Obra y agentes de salvación. y personal de todos; donde falta colaboración, no hay vida.
2. Fuentes de vida y santidad.
"La iglesia ha nacido con este fin: propagar el reino de Cris-
1
En el contexto de la espiritualidad, más que de "el apostolado" en to en toda la tierra para gloria de Dios Padre, y hacer así a
abstracto, se habla del apóstol y de la obra apostólica. Exposición más com- todos los hombres partícipes de la redención salvadora y por
pleta y sistemática de los varios elementos del apostolado cristiano se encuen- medio de ellos ordenar realmente todo el universo hacia Cristo.
tran en la exhortación apostólica Evangelii nuntiandi, de Pablo VI (8-12-75); Toda la actividad del Cuerpo místico, dirigida a este fin, recibe
C. FLORISTÁN y M. USEROS, Teología de la acción pastoral, Madrid, 1968. el nombre de apostolado, el cual la iglesia lo ejerce por obrn
394 APÓSTOL DE JESUCRISTO 1. OBRA Y AGENTES DE SALVACIÓN 395

de todos sus miembros, aunque de diversas maneras. La voca- formación, el apóstol se beneficia como todos de la bondad
ción cristiana es, por su misma naturaleza, vocación también misericordiosa de Dios, y no tiene poderes especiales.
al apostolado. Así como en el conjunto de un cuerpo vivo no b) Proceso de salvación. Proceso de salvación es la pro-
hay miembros que se comportan de forma meramente pasiva, gresiva transformación del hombre por la gracia de Dios, al
sino que todos participan en la actividad vital del cuerpo, de ritmo de la libertad humana. Asimilación convencida y libre
igual manera en el Cuerpo místico de Cristo, que es la iglesia, por parte del sujeto, que gradualmente, en virtud de la obra
todo el cuerpo crece según la operación propia de cada uno de salvación, se convierte, cree, ama, renueva la propia exis-
de sus miembros (Ef 4,16). No sólo esto. Es tan, estrecha la
conexión y trabazón de los miembros de este cuerpo, que el tencia, para vivirla como hijo de Dios. Nadie puede suplir al
miembro que no contribuye según su propia capacidad al sujeto personal en este proceso, ni ocupar el lugar de Dios
aumento del cuerpo debe reputarse como inútil para la iglesia en la relación. Cada persona es sujeto activo y responsable,
y para sí mismo" (AA 2). co-protagonista de la propia salvación, no solamente destina-
tario del anuncio. El apóstol está personalmente comprome-
El Cuerpo místico crece en doble dirección, a) Expansión: tido, como cristiano, en este proceso de acogida y transfor-
anuncio, conversiones, agregación de nuevos cristianos a la mación de la propia vida. Como los demás creyentes, es peca-
comunidad eclesial, irradiación a todos los hombres. Se lleva dor, redimido, colaborador con la obra que el Espíritu realiza
a cabo especialmente en territorios de misión; en el Nuevo en él mismo.
Testamento, las "misiones" constituyen la expresión más fiel c) Mediaciones de salvación. En este plano se colocan y
y completa del apostolado cristiano, b) Crecimiento interno actúan: iglesia, personas, sacramentos, instituciones, predica-
y cohesión de los miembros ya incorporados; prolonga y com- ción, ayuda, hechos, objetos, etc.; todo lo que hace presente
pleta la primera. Ambos servicios forman parte del carisma la obra y favorece el proceso de salvación. Las mediaciones
apostólico, en la misma persona o en varias: "Yo planté, Apolo están subordinadas a la obra y al proceso. Toda la actividad
regó, pero quien dio el crecimiento fue Dios... Porque nosotros apostólica de la iglesia se mantiene en el plano de las media-
sólo somos cooperadores de Dios, y vosotros sois arada de ciones de salvación. Aquí hay espacio y labor para todos. Todos
Dios, edificación de Dios" (ICor 3,6-9). somos apóstoles y mediaciones de salvación de uno u otro
Con ayuda de un esquema sencillo, podemos establecer modo. Cada uno colabora en la iglesia, aporta y recibe según
jerarquía y competencias, y al mismo tiempo caracterizar la la gracia y encomienda del Espíritu, en la medida de sus capa-
participación del apóstol. Tres planos se distinguen en la gracia cidades y competencias 2 .
de salvación: obra, proceso y mediaciones. El enclave tiene
gran importancia y resonancia para la comprensión teológica
del apóstol crisjtiano en sus actitudes espirituales y en sus ser- Jesús "evangelizador"
vicios concretos.
a) Obra de salvación. Dios, Jesucristo y el Espíritu son Ante esa jerarquía de personas y funciones, es normal que
los únicos que pueden realizar la gracia de salvación: hacer la obra apostólica corresponda a Jesucristo y a su Espíritu el
hijos de Dios, hermanos de Cristo, miembros de la iglesia, per- protagonismo total. La exhortación apostólica de Pablo VI
donar los pecados, infundir fe, amor esperanza, resucitar a los Evangelii nuntiandi dedica el primer capítulo a Jesucristo, y
muertos, etc. La Trinidad crea, redime, salva, resucita y glo- al Espíritu Santo el último. Con su Espíritu lleva a cabo toda
rifica; único autor de la obra de salvación propiamente dicha, la actividad misionera de la iglesia.
en todo tiempo y lugar. No hay poder humano ni delegación
posible que les reemplace en esta labor. Lo hace en relación 2
Cf. F. X. ARNOLD, Pour une théologie de l'apostolat. Principes el liisloirc,
directa e inmediata con cada persona. A ese nivel de trans- Tournai, 1961.
396 APÓSTOL DE JESUCRISTO 1. OBRA Y AGENTES DE SALVACIÓN 397

"Durante el Sínodo, los obispos han recordado con frecuen- y provocar la fe salvífica del oyente. Cristo en todo su misterio
cia esta verdad: Jesús mismo, Evangelio de Dios, ha sido el de vida y servicio, de muerte y pasión. Este núcleo evangélico
primero y el más grande evangelizador. Lo ha sido hasta el del apostolado cristiano puede quedar semienterrado por
final, hasta la perfección, hasta el sacrificio de su existencia variedad de doctrinas y comentarios, mezcla de verdades pri-
terrena. Evangelizar. ¿Qué sentido ha tenido esta palabra para marias y secundarias. Hay también con frecuencia despropor-
Cristo? Ciertamente no es fácil expresar en una síntesis com- ción manifiesta entre los cuidados que se dedican a los medios
pleta el sentido, el contenido, las formas de evangelización tal
de comunicación, y, por otro lado, la escasa atención prestada
como Jesús lo concibió y lo puso en práctica. Por otra parte,
esta síntesis nunca podrá ser concluida" (EN 7). al contenido del mensaje.
"No habrá nunca evangelización posible sin la acción del Modelo apostólico. De él copia el apóstol las actitudes fun-
Espíritu Santo. El es el agente principal de la evangelización" damentales: disposición constante a cumplir la voluntad del
(EN 75). Padre en todas sus manifestaciones y exigencias; ésta era su
comida y su descanso; para eso vino al mundo. Hasta entre-
Jesucristo evangelizador. El Señor permanece siempre vivo garse y dar la vida por la salvación de todos. Y lo mismo en
y es él mismo quien continúa en directo la obra salvadora. todas las virtudes más significativas del servicio incondicional.
No tiene "sucesores", sino vicarios, delegados, representan- Si el apóstol copia bien a su modelo, podrá a su vez sugerir
tes, etc. En el apóstol prolonga su acción visible y encarnada. a los demás que tomen ejemplo: "Sed imitadores míos, como
Es él mismo quien se encarga de reactualizar el evangelio en yo lo soy de Cristo" (ICor 11,1).
su persona, presente siempre. La palabra que hoy dice el após-
tol está dicha hoy por Cristo, confirmada. El habla, él per-
sonalmente consagra y santifica en el bautismo, la eucaristía,
penitencia, ordenación... La condición gloriosa acrecienta el Servicio mutuo de amor cristiano
poder salvífico de Cristo. Privado de visibilidad, necesita de
personas y ministros que pongan el gesto y la palabra sacra- Ahí están señalados y jerarquizados los elementos de una
mentales. Es "instrumento vivo", que pone también el alma, definición completa: gloria del Padre y salvación de los hom-
participa con la intención y con la caridad (cf. LG 33; PO 12). bres: tarea de la iglesia y de cada uno de sus miembros; para
Desde su primera actuación como predicador y taumaturgo, el crecimiento comunitario y personal de todos; donde falta
san Pedro declara y aclara explícitamente el alcance y signi- colaboración, no hay vida. Servicio mutuo. "Por virtud de Cris-
ficado de sus actuaciones ante la reacción entusiasta y ambigua to, nos prestamos mutuamente servicios para la salvación"
del pueblo, que piensa haber encontrado un nuevo taumaturgo (LG 7). Se trata de ayuda recíproca: "Somos miembros los unos
que sustituye al "muerto" con los mismos poderes: Soy simple de los otros" (Rom 12,5). Este principio tiene graves conse-
voz e instrumento del milagro que hoy ha hecho ante vosotros cuencias espirituales. El ser apóstol no forma categoría aparte
el mismísimo Jesús muerto y resucitado (Hch 3). A este milagro o rango superior, ya que lo son todos los cristianos, cada uno
"de san Pedro" algunos lo denominan "primer milagro de Cris- a su manera. No es la relación unidireccional que existe entre
to resucitado". El Papa es vicario de Cristo y sucesor de san médico y enfermo. Es servicio en ambas direcciones, como
Pedro; no sucesor de Cristo, ni vicario de san Pedro. Jesucristo sería el que mutuamente se prestan dos médicos de diversa
es el verdadero y máximo evangelizador: especialidad.
Mensaje. No basta cualquier contenido o tema, aunque sea El sacramento que da poderes y misión se funda en la cari-
de carácter religioso o de ayuda desinteresada, para que poda- dad, en "el amor hacia Dios y hacia los hombres, que es el
mos calificarlo de apostolado cristiano. Ninguna palabra huma- alma de todo apostolado" (LG 33). Podríamos definir el apos-
na, o exposición doctrinal, es capaz de salvar. Sólo el evangelio, tolado: servicio mutuo de amor, para el anuncio de Cristo y
persona y palabra de Cristo, son capaces de obrar la salvación la edificación de la iglesia. Ayuda mutua entre hermanos, ¡imi-
398 APÓSTOL DE JESUCRISTO 1. OBRA Y AGENTES DE SALVACIÓN 399

gos, en familia; no de bienhechores. Sólo Dios hace el bien máximo las formas y medios de apostolado. Así tendrán opor-
a los demás, sin necesitar de nadie (Le 22,25-26). La iglesia tunidad de desarrollar la gracia de cumplir la vocación: con-
es una familia en que todos colaboran y aportan sus capaci- tribuir al conocimiento de Cristo y fomentar el crecimiento
dades. No hay bienhechores en una familia, aunque todos se de la iglesia.
hagan beneficios mutuamente y de modo constante. El ver-
dadero apóstol es humilde, porque sabe que está sirviendo a
Dios, y a la vez está trabajando con la ayuda de los otros su Vocación apostólica
propia salvación. San Pablo rehusa ver como beneficencia sus
servicios: "¡Ay de mí si no evangelizase!" (ICor 9,16). San Para dar valor y unidad a las innumerables formas de ser-
Pablo es apóstol por especial vocación y total dedicación, el vicio mutuo que suscita en el pueblo cristiano, el Espíritu Santo
apóstol por antonomasia. Se hace servidor y ministro de Cristo comunica vocaciones y carismas especiales y de plena dedi-
y de todos porque es su forma de pertenecer al Cuerpo místico. cación al apostolado. Son los que llamamos apóstoles, evan-
Cada uno de nosotros es apóstol de sus mismos apóstoles. gelizadores. "Por evangelizador se entiende aquí, no simple-
mente el cristiano, sino todo aquel dotado de una vocación
El apostolado tiene base sacramental. Cada cristiano se y un carisma que le exigen y capacitan para la tarea específica
hace sacramento de Cristo, y asume de manera sacramental de evangelizar, y que configuran la totalidad de su vida per-
su parte de responsabilidad activa en la tarea de crecimiento. sonal y profesional" 3.
Un breve texto del Concilio recoge la esencia. "El apostolado
Este carisma o especialización no resta importancia o cali-
de los laicos es participación en la misma misión salvífica de
dad al apostolado cristiano en el sentido amplio que acabamos
la iglesia, apostolado al que todos están destinados por el Señor
de explicar. Dentro de los servicios y misión que todo cristiano
mismo en virtud del bautismo y de la confirmación y los sacra-
cumple de construir la iglesia, hay personas especialmente
mentos, especialmente la eucaristía, comunican y alimentan
dedicadas a esa labor, como sucede con otras manifestaciones
aquel amor hacia Dios y hacia los hombres, que es el alma
de la vida cristiana: la oración, la caridad con los pobres, el
de todo apostolado" (LG 33; cf. AA 3; AG 11,36). El bautismo
sufrimiento. Son realizaciones destacadas de una gracia y una
incorpora a un organismo viviente y a todas sus actividades.
obligación común.
Ser cristiano es ser apóstol, es decir, miembro activo y res-
ponsable de todo el organismo con función y misión concreta. Algunas de las reflexiones que haremos en este capítulo
De la eucaristía mana la fuerza evangelizadora y en ella se se refieren más bien a estas personas dedicadas en cuerpo y
manifiesta la nueva familia: "La eucaristía aparece como la alma, en tiempo y vida, a las tareas de evangelización. Vocación
fuente y la culminación de toda la predicación evangélica..." apostólica especial que el Espíritu da a algunos cristianos, para
(PO 5). La confirmación confirma y desarrolla la vocación y dedicarse específica y concentradamente a esta obra de evan-
el dinamismo apostólico del cristiano. Confiere el don del Espí- gelización: algunos movimientos seglares, sacerdotes, religio-
ritu Santo para ser profetas y testigos, en conformidad con sos. A ellos en primer lugar se refiere lo que diremos de la
la promesa de Jesús en el momento de la ascensión. "Los que experiencia, virtudes, unidad de vida, exigencias del servicio
por el sacramento de la confirmación se vinculan más estre- apostólico.
chamente a la iglesia, se enriquecen con una fuerza especial Esta manera especializada o "profesional" de ejercer el
del Espíritu Santo y con ello quedan obligados más estricta- apostolado da lugar a una experiencia de calidad espiritual,
mente a difundir y defender la fe, como verdaderos testigos en la que se funde la vida teologal, la existencia humana, el
de Cristo, por la palabra juntamente con las obras" (LG 11). trabajo, las amistades; todo vive y se organzia desde esa voca-
ción. Estas personas vocacionadas que viven del apostolado
Para que todos los cristianos puedan colaborar efectivamen-
3
te en este servicio, es necesario multiplicar y diversificar al J. SOBRINO, Evangelización y seguimiento: Sal Terrae, 71(1983), S4.
400 APÓSTOL DE JESUCRISTO 2. FUENTE DE VIDA Y SANTIDAD 401

están más expuestas a ciertos peligros de rango y profesio- se esfuerzan por recibirla en sí mismos, se harán cada día dis-
nalidad: dominio y poderes sociales, rutina de funcionario sin cípulos más perfectos del Señor" (PO 13). Ahí están los varios
pasión, afán de lucrarse con el oficio, más que desgastarse en elementos: santidad específica, en el ejercicio de su ministerio,
el servicio, rangos y promociones por años de servicio. El Con- en docilidad teologal al Espíritu de Cristo, con exigencia moral
cilio recuerda a los presbíteros un principio teológico, que es de entrega sincera e incansable. Cuatro componentes insepa-
de capital importancia mística y ascética para todo apóstol rables, mezcla de dones y exigencias de calidad.
profesional: En todo servicio apostólico, el primer plano lo ocupan el
mensaje evangélico y los destinatarios. El apóstol se coloca
"Los sacerdotes del Nuevo Testamento, si bien es cierto entre las mediaciones de salvación. Ahora nos interesa obser-
que, por razón del sacramento del orden desempeñan en el var el apostolado como medio de santificación para el apóstol
pueblo y por el pueblo de Dios un oficio juntamente con todos mismo. Esta perspectiva no es egoísmo o autocomplacencia,
los fieles, discípulos del Señor que, por la gracia de Dios que sino todo lo contrario, gracia y exigencia para mejor cumplir
llama, fueron hechos partícipes de su reino. Porque, regene- su función. Su caridad, oración, santidad, se alimentan del ser-
rados como todos en la fuente del bautismo, los presbíteros vicio apostólico. Ayudando a los demás, son también ellos san-
son hermanos entre sus hermanos, como miembros de un solo
y mismo cuerpo de Cristo, cuya edificación ha sido encomen- tificados por la misma palabra de Dios que predican y ven
dada a todos" (PO 9). realizada en los hermanos. Antes que doctrina, es una expe-
riencia que hacen muchas personas y movimientos espirituales:
han descubierto la vida espiritual por vías de compromiso cris-
Los profesionales del apostolado más fácilmente convierten
tiano, y no viceversa; la vida y experiencia que así adquieren
el "oficio" de apóstol en categoría de poder o mando, de supe-
revierte directamente sobre la función que ejerce.
rioridad religiosa y social, de honores y honorarios. "Recuer-
den" o tomen conciencia de que son simples cristianos, nece- El apostolado es obra espiritual: obra del Espíritu y en el
sitados para santificarse del apostolado de los demás. La iglesia Espíritu. La experiencia es básica para la transmisión y asi-
se santifica con lo que anunciamos y nos anuncian, con lo que milación de los contenidos; ofrece y exige vida teologal arrai-
les hacemos y lo que otros nos hacen o hacemos juntos. Esta gada y coherencia moral de la entera existencia. No bastan
verdad y actitud no iguala los ministerios, la autoridad, las las ocupaciones pastorales para producir esos frutos de san-
expresiones de respeto, pero sí transforma la calidad y el sen- tidad. Otras disciplinas cuidan con esmero obras y medios de
tido de las diversas competencias. transmisión. La espiritualidad se interesa directamente por el
Misterio divino, el carácter de experiencia y el estilo mista-
gógico que conllevan.
2. Fuente de vida y santidad

El servicio apostólico es fuente de gracia, experiencia y san- "Vida apostólica"


tidad para el apóstol mismo, no sólo para los demás; fuente
primordial, y no solamente ocasión. El Concilio, refiriéndose Esta expresión tiene la fuerza de sugerir una totalidad cris-
a los presbíteros, abre horizontes nuevos con un principio de tiana, que se aproxima a lo que hoy vivimos y queremos expre-
validez universal: "Los presbíteros conseguirán de manera pro- sar al hablar de "espiritualidad apostólica" en sentido pleno.
pia la santidad ejerciendo sincera e incansablemente sus minis- En el uso actual, "apostólica" deriva de "apostolado" en abs-
terios en el Espíritu de Cristo. Como ministros que son de tracto: vida apostólica significa vida "de apostolado", y así en
la palabra de Dios, diariamente leen y oyen esa misma palabra las restantes denominaciones. No es ése el sentido original.
de Dios que deben enseñar a los otros; y, si al mismo tiempo, Originalmente "vida apostólica" significaba vida "de los Após-
402 APÓSTOL DE JESUCRISTO 2. FUENTE DE VIDA Y SANTIDAD 403

toles", referencia concreta y personal a los 12 Apóstoles de Entendido y vivido el apostolado con semejante plenitud,
Jesús: vida como la de los Apóstoles. El apostolado forma parte se hace evidente su valor evangélico y su eficacia espiritual
de la gracia y de toda la existencia cristiana. Es gracia, vocación como fuente y ejercicio de santidad cristiana. No se puede
y vida, no solamente trabajo o tarea 4. reducir la vida apostólica al "envío" y las tareas implicadas,
En un texto particularmente cargado de resonancias bíbli- que representan sólo una parte de lo que Jesús hizo con sus
cas y espirituales, la exhortación apostólica Evangelii nuntiandi Apóstoles. Para que haya una verdadera "espiritualidad apos-
ha recogido esta riqueza doctrinal e histórica, cuando escribe: tólica" o "espiritualidad de vida apostólica", es preciso el sen-
"Séanos permitido señalar en las páginas del evangelio la insis- tido evangélico pleno. Su fuerza santificadora brota de los
tencia con la que el Señor confía a los Apóstoles la función varios elementos que lo integran: administrador de los mis-
de anunciar la Palabra. El los ha escogido, formado durante terios de Dios, compartir la gracia, vida y experiencia con los
varios años de intimidad, constituido y mandado como testigos hermanos, profesión y testimonio de fe vivida. Lo examinamos
y maestros autorizados del mensaje de salvación. Y los Doce brevemente a continuación.
han enviado a sus sucesores que, en la línea apostólica, con-
tinúan predicando la Buena Nueva" (n. 66).
La "vida de los Apóstoles" es justamente propuesta como Testigo de Dios y ministro de Cristo
modelo de santidad cristiana completa. No se caracteriza sola-
mente por la predicación y actividades, sino por el conjunto El misterio de la Santísima Trinidad es la fuente de toda
armónico de elementos esenciales todos ellos e integrados, que santidad. "Teniendo ante los ojos que es el Señor quien abre
forman la síntesis viviente del evangelio: 1. Elección: Todo los corazones y que la grandeza no les viene de ellos mismos,
empieza por la vocación, llamada libre y gratuita por parte sino de la virtud de Dios, en el acto mismo de enseñar la pala-
de Jesús. 2. Convivencia: Siguen años de convivencia íntima bra de Dios se unirán más íntimamente con Cristo maestro
y prolongada, en que comparten la vida, los misterios y expe- y se dejarán conducir por su Espíritu. Así, en comunión con
riencias de Jesús, su amistad personal. 3. Formación: En el Cristo, participan de la caridad de Dios, cuyo misterio, escon-
marco de la convivencia, tiene lugar un proceso de formación dido desde los siglos, ha sido revelado en Cristo" (PO 13).
directa, con que Jesús les enseña el contenido del evangelio, Como "dispensador de los misterios de Dios", el apóstol
y trata de remodelarles según su espíritu. 4. Envío: Jesús les distribuye sus bienes y actúa en nombre de quien le encomien-
encomienda y envía a anunciar el evangelio, ocasionalmente da la misión. La primera virtud es la fidelidad. "Es preciso
durante su vida, y definitivamente después de la resurrección. que los hombres vean en nosotros ministros de Cristo y dis-
5. Presencia viva: Jesús asegura a sus Apóstoles presencia viva pensadores de los misterios de Dios. Ahora bien, lo que en
y ayuda eficaz, por medio de su Espíritu, hasta el fin de los los dispensadores se busca es que sean fieles. Cuanto a mí,
siglos. muy poco se me da ser juzgado por vosotros o por cualquier
tribunal humano..." (ICor 4,1-3).
4
La expresión "vida apostólica" se difunde en la Edad Media, para desig- Ser "apóstol de Cristo Jesús" le mantiene en comunión
nar nuevas formas de vida en la iglesia: mendicantes, canónicos regulares constante con Cristo: Jesús es el salvador, el evangelizado^
y sacerdotes diocesanos, etc. Todos apelan a la forma de vida apostólica;
pero no en el sentido que hoy se entiende: vida "de apostolado"; sino en el dueño de la mies y de los obreros, el único pastor. En la
el sentido fuerte y personal: vida "de los Apóstoles". La vida de los "Doce" relación con Cristo descubre el apóstol la propia sacramen-
discípulos y colaboradores inmediatos y predilectos de Jesús se convierte en talidad, transparente y transformada por la Presencia constante
un ideal cristiano de la máxima calidad, como queda explicado. M. H. VICAIRE, que le hace ser otro, sin dejar de ser él mismo. Revive los
L'irnitazione degli Apostoli. Monaci-canonici-mendicanti (IV-XII sea), Roma, estados de ánimo salvíficos de Cristo, al mismo tiempo que
1964; J. M. LOZANO, "Vida apostólica", en Diccionario teológico de la Vida
consagrada, Madrid, 1989, pp. 1793-1803. rehace los gestos sacramentales: amor, salvación, compasión,
404 APÓSTOL DE JESUCRISTO 2. FUENTE DE VIDA Y SANTIDAD 405

disponibilidad incondicional. El Concilio utiliza una fórmula gelio con la convicción y la fuerza de su experiencia creyente.
personalizada y completa de comunión. Se solía decir que el Es lo mismo que han hecho los evangelistas al escribir los hechos
sacerdote, al administrar los sacramentos, se une a la "inten- y palabras de Cristo. El apostolado es confesión convencida y
ción" de Cristo. El Concilio amplía: se une a la intención y apasionada de la propia fe por parte del apóstol. Cree y así
a la caridad de Cristo (PO 13). lo confiesa como alabanza e invocación (Rom. 10,9-10).
Semejante encomienda implica "desprendimiento" de sí Vida, palabras y hechos siguen siendo los medios privile-
mismo (en los aspectos opacos de egoísmo y protagonismo), giados de la comunicación salvadora de Dios, la dinámica de
para "encarnar" la persona, los pensamientos y sentimientos la revelación: "La revelación se realiza por obras y palabras
de Jesús. Un proceso exigente de muerte y resurrección, que íntimamente ligadas; las obras que Dios realiza en la historia
alcanza a las actitudes espirituales y psíquicas, a la conducta de la salvación manifiestan y confirman la doctrina y las rea-
religiosa y social. El verdadero apóstol tiene que trascenderse lidades que las palabras significan; a su vez, las palabras pro-
a sí mismo. La misma transformación personal que se exige claman las obras y explican su misterio" (DV 2). Testimonio
al contemplativo auténtico. Que los hombres "vean en noso- de vida, palabra de fe y obra de amor se sostienen y potencian
tros" quiere decir: que seamos y vivamos realmente, de manera mutuamente. Dios se ha comunicado inicialmente y se sigue
que los hombres puedan ver... comunicando de ese modo. (Cf. Evangelii nuntiandi, nn. 41 ss.;
Resulta "dolorosa" muchas veces la fidelidad a quien envía AG 12.)
y al depósito recibido. Da fuerzas e impone sacrificios. Es una a) Palabra de fe. La palabra asume la forma y el tono
exigencia irrenunciable, pues sólo ella le garantiza la gracia del contexto en que se dicen: catequesis, homilía, enseñanza
de Dios y la fuerza del Espíritu; sólo dentro de ella caben académica, medios de comunicación. Todas ellas implican una
originalidad y creatividad apostólica. En ocasiones, resulta profesión de fe, humilde, respetuosa, valiente. El evangelio se
penosa, cuando entra en aparente colisión con el amor y la anuncia y proclama como hecho vivo, y luego se explica y apli-
lealtad con los hombres. San Pablo sufre por tener que decir ca. "En el NT, confesar no tiene el carácter de un mero expo-
la verdad "hiriente" a personas muy queridas. Reprende a los ner, espontáneo e inocuo, la propia opinión —cosa en sí per-
gálatas por haber deturpado el evangelio. No les quiere ofen- fectamente normal entre los hombres, que se alegran cuando
der, pero su condición de apóstol tampoco le permite callar. tienen algo que decir o algo que oír—, sino que tiene el carácter
Apela a su comprensión: "¿Me he hecho enemigo vuestro por de la audacia de decir la palabra de Dios a un mundo abso-
deciros la verdad?" (Gal 4,16). lutamente inaccesible, falto de comprensión y cerrado para
En semejante contexto, la santidad no es solamente una ella, la audacia de llevar la luz a las tinieblas que odian esa
exigencia del apostolado, sino un fruto del mismo. Si el apóstol luz y amenazan con devorarla." 5 A la dificultad externa se
logra verdaderamente compenetrarse con su ministerio, vive añade cierto pudor religioso por parte del apóstol. Prefiere
en su corazón las más grandes experiencias divinas y humanas. callar frente al misterio indecible, y refugiarse en el obrar, en
la caridad. Sufrimos y sucumbimos hoy a la tentación del "mu-
tismo": el apóstol trabaja incansablemente, pero no se atreve
Profesión de fe y amor o no sabe pronunciar la palabra explícita, convincente y con-
tagiosa de la fe. Tal vez por reacción a épocas de mucha ora-
toria religiosa y poca confesión de fe.
Hacer función de apóstol es comunicar la presencia y la
gracia salvadora del evangelio en acto. Pero no es simplemente Hay ciertas maneras de pensar y vivir la fe, que la hacen
informar o explicar, sino que al anunciar la fe revelada, confiesa incomunicable. Entre esas formas o deformaciones, podemos
y profesa su propia fe de creyente. No es que ponga sus ideas 5
K. RAHNER, "Parrhesia", en Escritos de Teología, VII, Madrid l%0
o experiencias en lugar del Credo, sino que anuncia el evan- pp. 276-277 [275-282].
406 APÓSTOL DE JESUCRISTO 2. FUENTE DE VIDA Y SANTIDAD 407

enumerar algunas: 1. Fe-bloque: El mensaje es lanzado en for- técnica psicológica de captación para ganar admiradores o
ma abrupta, sin preparación ni correlaciones. Hay grito, dis- adeptos. Esa mentalidad destruye testigo y testimonio cristia-
curso, norma o consigna, pero no comunicación de verdad per- nos 7.
suasiva y trasformadora. 2. Fe-mutismo: También el puro silen- En la S. Escritura, el testimonio lleva tres elementos:
cio es ambiguo. Es verdad que la palabra de Dios brota del 1. Contenido y mensaje: la salvación que Dios sigue realizando
silencio y a él vuelve, pero necesita de la palabra y el discurso por la presencia, la muerte y la resurrección de Jesucristo.
para acercarnos a su profundidad. El puro silencio puede sig- 2. Testigo que anuncia: la persona que encarna de manera
nificar mutismo, inseguridad, no saber o no tener nada que eminente y atrayente esa misma obra, que Dios ha realizado
comunicar. 3. Fe-opinión: Guardar la propia fe para sí mismo, y sigue realizando en ella; por su contacto vital con los hechos
respetando el pluralismo de culturas y experiencias, y dejando y contenidos del misterio, el testigo facilita y estimula la comu-
a Dios que se revele a cada uno como él quiera, sin que yo nión en el destinatario. 3. Destinatarios receptores: personas
les imponga mis ideas a los demás. Es desidia y cobardía; la que, por mediación del testigo, entran en contacto vivo y se
fe se ha dado a la iglesia como misión, no como opinión. comprometen con el don de Cristo.
4. Fe-introvertida: Forma cerrada y encogida de vivir la fe, que Para dar testimonio, es necesario ser previa y simultánea-
adoptan los pietismos, las celebraciones litúrgicas refinadas, mente testigo. Previamente: es testigo porque ha presenciado
las reuniones interminables, los esquemas inoperantes... Tanto •y observado, vivido y realizado directamente los mismos hechos
aparato y tantas estrategias, para luego no hacer ni anunciar o valores que luego es llamado a testimoniar. Simultáneamente:
nada 6 . es testigo porque comunica y da a conocer lo que él mismo
b) Obras de caridad. Van inseparablemente unidas. Como ha visto y vivido, no razonamientos y doctrinas, elucubraciones
en la revelación los hechos confirman las palabras, y las pala- eruditas. Testimonio de Juan evangelista: Lo que hemos visto
bras proclaman las obras y esclarecen su misterio (DV 2). No y oído y tocado y compartido mil veces del Verbo de la vida,
cabe duda que los hechos tienen fuerza y dan luz, que inú- eso mismo os lo comunicamos (Un 1,1).
tilmente intentaremos encontrar en las solas palabras. Una Algunos peligros amenazan contaminar la idea y la práctica
caridad generosa y abierta, que no pone condiciones de religión del testimonio cristiano. Entre otros varios, dos cobran hoy
ni de raza, es caridad testimoniante, cristiana. Sin embargo, particular relieve: ser testigo de sí mismo, afán de imagen y
se debe evitar el hacer demasiado explícitas las motivaciones "buen ejemplo".
cristianas en cada gesto. La continua explicitación verbal des-
virtúa la caridad cristiana, en lugar de enriquecerla. En algunas a) Testigo de sí mismo. Este defecto hace que el testigo
ocasiones, la caridad figura provisionalmente, junto con el tes- presente su persona o virtudes como contenido primordial: da
timonio, como medio de comunicación silenciosa (AG 13). testimonio de autenticidad, coherencia, pobreza, etc. Es decir,
c) Testimonio de vida. El testimonio incorpora vitalmente se cierra en sí mismo y se vuelve opaco. Nunca en el NT se
los tres planos o agentes de la salvación: misterio de Dios, da testimonio de valores personales, sean humanos o espiri-
destinatario, mediación personal. Testigo y testimonio toman tuales; sino de Dios y de Cristo, de su resurrección, de su fuerza
hoy relieve inesperado. El vivir auténtico del cristiano es ya transformadora en las personas: no es lo que yo hago por Cris-
evangelizar, compartir el evangelio. A medida que adquiere 7
M. M. ROURE, Testimonio, autenticidad de vida y acción apostólica: Vida
calidad, la vida gana en fuerza de irradiación. A condición de Religiosa, 32 (1972), 303-316; N. COLUGNO, El testimonio en el Concilio Vati-
que no se entienda y utilice como hacen algunos, es decir, como cano II, Montevideo, 1974; AA. VV., Le Témoignage, Paris, 1972; E. BARBOTIN,
Le témoignage spirituel, Paris, 1964; J. COMBLIN, Le témoignage de l'Esprit,
6
A. MANARANCHE, L'existence chrétienne, París 1973, pp. 270-276. Cf. Paris, 1964; AA. VV., Sainteté et nouvelle évangelisation, Venasque, 1993;
M. DE CERTEAU, "Le desert de l'apótre", en AA. VV., La Solitude, Paris, F. WULF, Glaubenserfahrung ais Voraussetzung des Glaubenszeugnisses: Geist
1967, pp. 58-59. und Leben, 47 (1974), 168-177.
408 APÓSTOL DE JESUCRISTO 2. FUENTE DE VIDA Y SANTIDAD 409

to, sino lo que Cristo hace y revela en mis fuerzas y debilidades. go característico de todo evangelizador o formador en la fe
El, siempre El, sólo El; mientras el testigo interviene como es "saber escuchar" y "querer aprender". Es decir, no sim-
pura transparencia. plemente escuchar por educación y cumplido, como técnica
b) Otra posible deformación que desvirtúa el testimonio de conquista, sino como verdadero destinatario él mismo de
es vivir "de cara al público", hablar y obrar con el afán de las luces que Dios ofrece a sus oyentes.
"dar buen ejemplo" y buena imagen, sin interés íntimo y viven- Mil veces le tocará comprobar, para su edificación y modes-
cia personal de esos mismos misterios y conductas. Los "temas" tia, que las personas a quienes ayuda le superan con mucho
evangélicos se convierten en "productos de exportación" para en valores evangélicos primordiales: oración, caridad fraterna,
los demás, sin vivencia ni participación personal. Habla a los espíritu de sacrificio, fortaleza, amor a Cristo y a la iglesia,
hombres de la gracia y la experiencia de Cristo, pero poco desprendimiento, fidelidad, etc. Como sucedía a los teólogos
entusiasmado en conocer a Cristo y experimentar su amistad, "directores" o maestros de santa Teresa: empezaban haciendo
al margen de que los otros lo sepan o lo ignoren. Estamos de directores y terminaban siendo "dirigidos". También las
rozando el fariseísmo: ora el apóstol para dar ejemplo o espec- debilidades y las luchas de los hombres le son ocasión de expe-
táculo a los hombres, no porque tenga ilusión y sienta la comu- riencia dolorosa, de solidaridad, de compartir los sufrimientos,
nión filial y amistosa con Dios; limosnas, ayunos, obras, etc., de conocer las propias debilidades, muy semejantes a las que
para la platea. Hay mucho fraude en todo esto, que luego se trata de remediar en los otros. Por su condición y sensibilidad
vende con la etiqueta de "testimonio". No es creíble la pobreza personal, vive toda la experiencia humana de cara a Dios.
o la oración o el servicio de quien solamente las vive en público, El apóstol es hombre, habla a personas concretas, quiere
cuando lo ven y lo aprecian los demás 8. que esos hombres se salven. Tan esencial como la fidelidad,
es la sensibilidad para con los hombres. También de este lado
san Pablo es ejemplo: "Me hago judío con los judíos, para
Ayuda y ejemplo de los demás ganar a los judíos...; con los que están fuera de la Ley me
hago como si estuviera fuera de la Ley para ganarlos a ellos.
"Destinatarios" denominamos a quienes escuchan y reciben Me hago con los flacos flaco, para ganar a los flacos; me hago
la palabra del evangelio. Un término marcadamente pasivo, todo para todos para salvar a todos" (ICor 9,20-23). Se hace
que refleja muy pobremente la realidad aludida. Bien mirados, a los hombres en plural, como a otros tantos individuos, per-
apóstol y destinatario son dos aspectos o funciones que coin- sonas concretas en situaciones variadas. La sensibilidad pide
ciden en una misma persona, simultánea o sucesivamente. El adaptación a personas y circunstancias. El evangelio es palabra
apóstol es al mismo tiempo beneficiario del apostolado que de Dios a cada uno, antes que ley universal. Es la verdad de
le hacen los demás. "Nos prestamos mutuamente ayudas para Dios obrando para la salvación de cada hombre.
la salvación" (LG 7). Posición de difícil equilibrio la del apóstol, con Dios y con
Dios comunica sus luces, gracias y experiencias a las mismas los hombres, entre unos hombres y otros. Por salvar la ley y
personas que el apóstol trata de ayudar. Al hacer de mediador, la exigencia, puede alejarse de las personas. Por condescender
recibe la ayuda de la gracia que Dios pone en los demás. Aquí con los hombres, puede perder contacto con la fuente de su
tiene mucho que escuchar, aprender, respetar y obedecer. Ras- mensaje y volverse ineficaz. Por estar con unos, se distancia
de otros. "Las formas de apostolado han de acomodarse debi-
8
"Hay tanta miseria acerca de este daño en los hijos de los hombres, damente a las necesidades actuales, teniendo en cuenta las con-
que tengo para mí que las más de las obras que hacen públicas, o son viciosas, diciones de los hombres, no sólo espirituales y morales, sino
o no les valdrán nada delante de Dios, por no ir ellos desasidos de estos
intereses y respetos humanos." SAN JUAN DE LA CRUZ, Subida del Monte Car- también sociales, demográficas y económicas (CD 17). "En la
melo, III, c. 28,5. Observa los hechos y da su interpretación: "tengo para mí". construcción de la comunidad de los cristianos, los presbíteros
410 APÓSTOL DE JESUCRISTO 3. VIRTUDES APOSTÓLICAS 411

no están nunca al servicio de una ideología o facción humana, misionero es el evangelizador, expresión eminente del apóstol
sino que, como heraldos del evangelio y pastores de la iglesia, cristiano. Sirve de orientación para todos la figura "idealizada"
trabajan por lograr el incremento espiritual del cuerpo de Cris- del misionero que traza el Concilio:
to" (PO 6).
En la práctica, no es fácil acomodarse a las condiciones "Debe tener capacidad de iniciativas, constancia para con-
sociales, económicas y demás, sin entrar en ideologías. Indi- tinuar lo comenzado hasta el fin, perseverancia en las dificul-
viduos y grupos viven los varios aspectos de forma integrada. tades, paciencia y fortaleza para soportar la soledad, el can-
sancio y el trabajo infructuoso. Se presentará a los hombres
Al identificarse con las condiciones de unos, puede el apóstol
con espíritu abierto y corazón dilatado; aceptará de grado los
caer en parcialidades, incluso en partidos. cargos que se le confíen; se adaptará generosamente también
La compasión o identificación mal entendida puede llevarle a las costumbres ajenas y a las variadas condiciones de los pue-
a una velada complicidad. El Espíritu le ha sido dado para blos; ayudará con espíritu de concordia y con caridad mutua
predicar el evangelio, para convertir los corazones a Cristo. a sus hermanos y a todos los que se dedican a la misma obra,
Mientras es fiel al depósito, participa de la fuerza de Dios de suerte que, juntamente con los fieles, imitando la comunidad
que trabaja en él. Cuando pasa a ideas propias, queda en manos apostólica, constituyan un solo corazón y un alma sola... Lleno
de la propia debilidad y de un fugaz proyecto humano. de fe viva y de esperanza firme, sea el misionero hombre de
oración; inflámese en el espíritu de fortaleza, de amor y de
templanza; aprenda a contentarse con lo que tiene; lleve en
sí mismo con espíritu de sacrificio la muerte de Jesús, para
3. Virtudes apostólicas que la vida de Jesús obre en aquellos a los que es enviado..."
(AG 25).
La calidad divina del ministerio y los frutos de salvación
y santificación que el Espíritu comunica por mediación del
apóstol exigen de éste grave transformación teologal y moral. Virtudes teologales
Tales valores y eficacia requieren calidad de vivencia y rea-
lización. En el texto citado se habla del ministerio "realizado Son las primeras en toda manifestación de vida y acción
sincera e incansablemente, en el Espíritu de Cristo" (PO 13), cristiana. Si las recordamos nuevamente en este contexto, es
no de simple ocupación o tarea de tipo religioso. por razones específicamente apostólicas. "El apostolado se
La realidad sacramental del ministerio apostólico se tra- ejercita en la fe, en la esperanza y en la caridad que el Espíritu
duce en virtudes, en modos de ser y obrar, que le dan cohe- Santo difunde en el corazón de todos los hijos de la iglesia"
rencia y eficacia. Ser apóstol es tener el modo de ser y de (AA 3). La mejor explicación y aplicación al respecto la encon-
obrar de apóstol. La virtud es calidad del ser mismo. Y ese tramos en el n. 4 del mismo documento conciliar sobre los
modo son precisamente las virtudes apostólicas, que hacen al laicos. Presenta en detalle la función de cada una de estas vir-
apóstol y destacan el mensaje. Están desacreditando las vir- tudes en triple dimensión: ante Dios, hacia los hermanos, en
tudes y descuidando su cultivo, por considerarlas añadiduras plena historia humana.
o adornos, que no afectan notablemente a la autenticidad del Fe de misterio y de historia. La fe es principio y virtud de
ser y del vivir de la persona. No es ésa la idea que nos dan primera necesidad en toda acción apostólica. Es la que ofrece
la teología y la espiritualidad. Las virtudes forman parte de contenidos de misterio y mensaje, sentido y comunión de
la persona, como calidades de su mismo ser, vivir y obrar. "Te- mediador. Sólo a la luz de la fe puede el apóstol interpretar
ner virtudes" es ser persona con la calidad y capacidad corres- los acontecimientos que le rodean, ver lo que significan para
pondientes. La virtud nace y trasforma por dentro, aunque tam- el reino y actuar en consecuencia. Sin esta fe iluminada, su
bién lleva una "práctica" en que se ejercita y manifiesta. El fervor y decisión pueden llevarle a posturas e iniciativas con
412 APÓSTOL DE JESUCRISTO 3. VIRTUDES APOSTÓLICAS 413

traproducentes. Las realidades temporales son complejas, el es el estar disponible a la voluntad de Dios, a los proyectos
sentido de la historia se manifiesta con retraso, muchas cosas de la iglesia y a las necesidades de los hombres. Por exigencia
que de momento parecen favorecer al evangelio, lo están defor- de orden y de eficacia, prepara un esquema de trabajo, y se
mando; aparentes retrasos lo pueden estar favoreciendo. Sólo mantiene fiel al mismo. Sin embargo, no pierde la disponi-
la fe iluminada por el Espíritu puede proporcionar criterios bilidad frente a posibles interrupciones, importunidades. Dis-
para leer los hechos y transmitir el contenido evangélico ade- ponible no significa desocupado, sino flexible frente a las inter-
cuado. venciones de Dios y las necesidades de los hermanos.
Caridadfilialy fraterna. "La caridad hacia Dios y los hom- Transparencia: forma parte esencial de su ser "instrumento
bres es el alma de todo apostolado" (LG 33). La caridad de vivo" y de su función mediadora y sacramental. Con todos los
que aquí se habla es más que practicar simplemente la caridad valores personales, los resultados halagadores, su autoridad y
fraterna, o hacer algún servicio. Significa una persona entre- preparación técnica, el apóstol es una figura transparente. Es
gada y una vida entera comidas por el amor de Cristo y de signo, voz de alguien que no es él. Cuanto sean más sólidas
la iglesia: pasión de Cristo y evangelio, pasión de iglesia. "La sus cualidades y prestaciones, más necesaria y difícil se hace
caridad de Cristo nos apremia." La expresión "alma de todo la transparencia. Si la pierde, se hace apóstol de sí mismo,
apostolado" se venía aplicando en temas y títulos de libros publicista de sus propias ideas y de su personalidad.
espirituales a la oración y a la vida interior (D. Chautard). Desprendimiento: fundamento y corona del apóstol trans-
El Concilio realiza un cambio significativo: retiene la segunda parente. Busca el reino de Dios, y no otras cosas. Cuando le
parte, y modifica o sustituye la primera: en vez de oración acompaña el triunfo, deberá ser pobre de sí mismo y saber
o vida interior, coloca "la caridad hacia Dios y los hombres". de dónde vienen los frutos. Si se mezcla el fracaso total o par-
Esperanza y anticipación del Reino. Cometido importante cial, necesita ser muy pobre para seguir trabajando por la mis-
tiene encomendado la esperanza, encargada de dar fortaleza ma causa. No le importa quedar bien o mal, para seguir tra-
y transparencia a los movimientos del apóstol. "Escondidos con bajando por el reino de Cristo. Sabe escasear y sabe abundar,
Cristo en Dios y libres de la esclavitud de las riquezas, durante como san Pablo. Mantiene el dinamismo en clima de agra-
la peregrinación de esta vida, a la vez que aspiran a los bienes decimiento y en ambiente de ingratitud. Las capacidades, los
eternos, se entregan generosamente y por entero a dilatar el talentos, los diplomas y carreras, para ser algo, tienen que caer
reino de Dios y a informar y perfeccionar el orden de las cosas sobre un alma de apóstol. De lo contrario, grados y títulos,
temporales con el espíritu cristiano. En medio de las adver- en vez de ayudar al servicio, pueden perjudicarlo y empobre-
sidades de esta vida, hallan fortaleza en la esperanza" (AA 4). cerlo y lo que hacen es indisponer. Quien carece de títulos,
En los ritmos lentos y tiempos largos de la historia de salvación, sirve incondicionalmente y en cualquier trabajo apostólico.
la iniciativa y el empuje, la perseverancia y la paciencia, son Quien tiene un grado, ya sirve solamente en trabajos de cierta
virtudes de primera necesidad. categoría. Quien tiene más, se reserva para grandes puestos
en la jerarquía, en la enseñanza académica, y otros oficios de
recibir más que de darse. Y no está dispuesto a un servicio
Disposiciones permanentes inferior.
Todo lo bueno podríamos incluirlo aquí, y no estaría de
más. Algunas actitudes se demuestran más directamente exi-
gidas por esta labor: disponibilidad, transparencia, desprendi- Virtudes humanas
miento.
Disponibilidad: El apóstol es servidor de Dios y de los hom- Adquieren gran relieve en la espiritualidad contemporánea.
bres. No tiene programa independiente. Su programa esencial Además de su valor moral y ascético, se las aprecia como en-
414 APÓSTOL DE JESUCRISTO 3. VIRTUDES APOSTÓLICAS 415

terio de autenticidad humana y religiosa, irradiación humana dada, etc. "Modales", en cambio, son formas de conducta exter-
del vivir en la verdad y en la caridad. Gozan de alta eficacia na, que dan a la persona cierto decoro en conformidad con
apostólica. El Concilio las recomienda insistentemente, des- la educación social. No carecen de valor, pero son menos uni-
tacando su valor pastoral. Es la dimensión humana y relacional versales. Con frecuencia dan lugar a refinamientos por parte
de las virtudes teologales y morales. Quien tenga alguna expe- del apóstol, que le distancian de ambientes sociales inferiores.
riencia pastoral habrá tenido ocasión de comprobar que esas No es raro ver en personas dedicadas al apostolado rebusca-
virtudes son la mejor recomendación del discípulo de Cristo. miento en el lenguaje, niveles elevados de higiene, del ves-
Más aún, le permiten actuar en ambientes adversos a una tir, etc., que crean un abismo entre él y el hombre medio a
acción directamente religiosa. Como hombre, puede el apóstol quien se dirige.
abrirse camino a sí y al evangelio 9.

"Mucho contribuyen a este fin [pastoral] las virtudes que Deformaciones


con razón se estiman en el trato humano, como son la bondad
de corazón, la sinceridad, la fortaleza de alma y la constancia, La insistencia con que se recomiendan ya en el Nuevo Tes-
el continuo afán de justicia, la urbanidad y otras" (PO 3). tamento ciertas virtudes a los obispos, a los presbíteros, y a
"Acostúmbrense los alumnos a dominar bien el propio carácter; todo el que desempeña algún servicio por el evangelio, deja
fórmense en la reciedumbre de espíritu y, en general, sepan entrever que esas virtudes no son brotes o productos de la
apreciar todas aquellas virtudes que gozan de mayor estima naturaleza. Hay que trabajarlas con empeño y perseverancia.
entre los hombres y avalan al ministro de Cristo, cuales son No basta la práctica prolongada de actividades apostólicas para
la sinceridad, la preocupación constante por la justicia, la fide- garantizar el conseguimiento, y menos aún el arraigamiento
lidad a la palabra dada, la buena educación y la moderación de estas cualidades y virtudes. Sucede que también crecen los
en el hablar, unida a la caridad" (OT 11; cf. AA 4). vicios, y aun a veces predominan. Apóstoles que en un principio
fueron teologales, apasionados y desprendidos, con el tiempo
En este contexto, no se inculcan por motivos estéticos o se vuelven rutinarios, terrestres, egoístas, dominantes.
humanistas, sino por razón teologal. Indudablemente dan pres-
San Pablo dedica un elogio sincero a Timoteo por su soli-
tigio y buen nombre, atraen atención y afecto hacia el apóstol.
citud apostólica. Alude, por contraste, a una situación de egoís-
Todo esto es positivo, y pertenece a la fase previa. No es toda-
mo generalizado en el ambiente de sus colaboradores más cer-
vía anuncio evangélico, a no ser que vayan empapadas de teo-
canos, que le causa hondo sufrimiento. Escribe a los filipenses:
logalismo en su mismo ejercicio y sirvan de mensaje. Normal-
"Espero en el Señor Jesús poder enviaros pronto a Timoteo,
mente preparan el terreno, predisponen al diálogo y a la escu-
a fin de que yo también cobre ánimo conociendo vuestra situa-
cha. Dependerá del apóstol qué hace y qué transmite en ese
ción. Porque a ningún otro tengo tan unido a mí que since-
diálogo. Si se limita a estima y amistad, es humanista, más
ramente se preocupe de vuestras cosas, pues todos buscan sus
que apóstol. Son cualidades atractivas y absorbentes, tanto para
intereses, no los de Jesucristo" (Flp 2,19-21). Se ve que ya
quien las posee como para quien las mira. Gratifican y satis-
en el fervor apostólico de la "comunidad primitiva" se infil-
facen por sí mismas.
traban deformaciones. Recordar estos peligros o hechos tristes
Conviene distinguir las virtudes humanas de los modales. es un modo plástico de dar relieve por contraste a la figura
Las "virtudes humanas" son modos de ser de la persona misma, del verdadero apóstol. Sin caer de lleno en ninguna de estas
cualidades válidas en todo tiempo y ambiente; por ejemplo, deformaciones, puede uno estar contaminado por varias de
la bondad de corazón, la discreción, la fidelidad a la palabra ellas. Son conductas que implican deformación mental, afec-
9 tiva, de valores y praxis. He aquí una galería de "figuras des-
Cf. AA. VV., Las virtudes humanas en la formación sacerdotal: Semi-
narium, 21 (1969), 369-572. figuradas" de apóstol cristiano.
416 APÓSTOL DE JESUCRISTO 3. VIRTUDES APOSTÓLICAS 417

Mercenario: término evangélico que designa a quien trabaja no al revés, el prestigio y el nombre para mejor servir al evan-
por intereses y ganancias, por "ganarse la vida", más que por gelio. Se predica a sí mismo, sus ideas y triunfos. Esto sucede
darla; se retira cuando hay que servir, perder, sacrificarse. Avi- con los individuos y también con los grupos, con tendencia
so para quienes viven del apostolado: ¡Atención al dinero!, al autobombo 1U.
que es su medio de mantenimiento, no fuente de enriqueci-
miento; y fácilmente se convierte en "criterio y motivo prin-
cipal" de sus servicios y actuaciones. El misterio de la Cruz
Funcionario: en el sentido peyorativo de la palabra, es el
apóstol que cumple la tarea sin poner alma en ello, sin ir más A diferencia de la ascesis y la oración, que presentan cierto
allá de la materialidad de las cosas, sin pensar ni interesarse cariz de renuncia y pasividad, el apostolado se dibuja en la
por la finalidad que se intenta conseguir. Cuida el orden y experiencia cristiana con rasgos de conquista, dinamismo,
expansión. Es sólo apariencia. "Para quien pensara en un éxito
los detalles externos, pero falta espíritu y contenidos evangé-
análogo al de la técnica, hay seguramente materia de decep-
licos. Visitando una parroquia modelo por su organización,
ción. Tendrá con frecuencia la impresión de fracaso. Lo tendrá
alguien exclamó: "Aquí todo funciona y nada vive" (Cario Bo).
también, y a veces con razón, en su vida profesional, familiar,
Empresario: capaz de organizar grandes grupos y activida- conyugal. De suerte que, sin canonizar el mal éxito y sin crear
des apostólicas, de poner en juego todos los medios humanos un ideal de vencido satisfecho, es necesario incluir la ley de
imaginables. Acaba una obra y empieza otra, o hace varias la cruz en la concepción misma de la acción cristiana" n .
a la vez, sin detenerse a pensar si tales obras cumplen real-
mente una función y tienen un objetivo religioso o humano a) Cruz-resurrección de Cristo. El itinerario de la vida
que realice evangelio. Está siempre en obras y organizaciones, apostólica se encuentra trazado con relieve en la vida de Jesús
con muy poco espíritu y sentido de historia y salvación. mismo. Esta sigue una parábola extraña de crecimiento y dis-
Cómplice: cultiva un amor a los hombres partidista y sos- minución. Empieza con algunos discípulos, después grupos,
pechoso. Es abnegado, se siente solidario, se entrega hasta el luego muchedumbres. Estas parecen estabilizarse en su segui-
heroísmo a veces; pero no hace de apóstol y mediador. Su miento y le esperan dondequiera que se presenta. Pasan dos
solidaridad con los hombres es de naturaleza y de sangre: jus- años, y se advierte el cansancio de la muchedumbre, que ya
tifica y calla todo, pecado incluido y divisiones y odios. Se soli- no espera de él la instauración del reino terreno. El grupo
dariza y les defiende en el pecado, contra Dios, el evangelio se desintegra, quedan los Apóstoles y pocos más, se reduce
y la iglesia. Es servidor humanitario, pero no es ministro de ulteriormente en la Pasión, hasta quedar prácticamente solo
Cristo ni dispensador de los misterios de Dios. al final. Este final de su vida no es un accidente en su vida,
Francotirador: vive dentro de la iglesia, porque desde ese momento de flaqueza que Dios trate de disimular y remediar
trampolín se trabaja mejor y hay mayor audiencia. Trabaja y cuanto antes con la resurrección. Es el momento culminante
toma iniciativas por su cuenta, sin hacerse solidario de nada 10
J. M. PERRIN, Sainteté et apostolat: Vie Spirituelle, 101 (1959), 8-9.
ni escuchar consignas de nadie. Trabaja por propia cuenta y Completa la lista S. GALILEA, Contemplación y apostolado, Bogotá, 1972,
riesgo en el campo de la iglesia. Se apoya en carismas propios pp. 49-55, en un capítulo sobre "Las tentaciones del apóstol": preocupación
y transmite sus ideas. por actuar más que por ser, mesianismo, no ir al ritmo de Dios, no escuchar,
Publicista: una figura particularmente frecuente hoy. El perder el sentido de las personas, falta de visión amplia, envidia pastoral,
improvisación, acepción de personas, aburguesamiento, perder el sentido del
apóstol se hace escritor, conferenciante, periodista; y esas humor.
mediaciones acaban por predominar, condicionando los con- 11
Y. CONGAR, Jalones para una teología del laicado, Barcelona, 1951,
tenidos y los moventes de su acción. Utiliza el evangelio, la p. 548. Cf. J. M. CARRETERO, La desilusión apostólica y el decreto "l'rcshy-
teología, la verdad, para hacer periodismo o adquirir nombre; terorum ordinis" del concilio Vaticano II: Manresa, 88 (1966), 331 -348.
418 APÓSTOL DE JESUCRISTO 3. VIRTUDES APOSTÓLICAS 419

de la obra salvadora de Cristo: el misterio pascual. Da la vida "Para que no me engría, me fue dado el aguijón de la carne,
por amor, y en la máxima debilidad humana se abandona en el ángel de Satanás, que me abofetea, para que no me engría.
las manos del Padre, que así da origen a la nueva creación. Por esto rogué tres veces al Señor que lo alejase de mí. Pero
Es la ley de la iglesia y del cristiano en la tarea misionera. él me dijo: Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta
Jesús marca con su vida esa ley, no solamente la cumple. "En en la flaqueza. Por lo cual con sumo gusto seguiré gloriándome
verdad en verdad os digo que si el grano de trigo no cae en sobre todo en mis flaquezas, para que habite en mí la fuerza
la tierra y muere, quedará solo; pero si muere, llevará mucho de Cristo. Por eso me complazco en mis flaquezas, en las inju-
rias, en las necesidades, en las persecuciones y las angustias
fruto. El que ama su alma, la pierde; pero el que aborrece
sufridas por Cristo; pues, cuando estoy más débil, entonces es
su alma en este mundo, la guardará para la vida eterna" cuando soy fuerte" (2Cor 12,7-10).
(Jn 12,24-25).

La ley del apostolado cristiano está formulada en el v. 9:


"Como esta misión continúa y desarrolla en el recurso de
la historia la misión del propio Cristo, que fue enviado a evan- Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la
gelizar a los pobres, la iglesia, a impulsos del Espíritu Santo, flaqueza. A partir del descubrimiento, Pablo no solamente se
debe caminar por el mismo sendero que Cristo; es decir, por decide a soportar su penosa limitación, sino que se complace
el sendero de la pobreza, la obediencia, el servicio y la inmo- en ella, porque es la ocasión de que brille la gloria y el poder
lación propia hasta la muerte, de la que surgió victorioso por de Cristo muerto y resucitado. Y es eso precisamente lo que
su resurrección. Porque así caminaron en la esperanza todos pretende con su predicación. Si se consigue mejor por este
los Apóstoles, que con múltiples tribulaciones y sufrimientos medio paradójico, el apóstol, encantado. No quiere predicar
completaron lo que falta a la pasión de Cristo en provecho otra cosa que a Jesucristo crucificado, sabiduría y el poder de
de su Cuerpo, que es la iglesia. Muchas veces fue también semi- Dios para la salvación 12.
lla la sangre de los cristianos" (AG 5). "El, sufriendo la muerte
La actitud de san Pablo es más que simple fortaleza y
por nosotros pecadores, nos enseña con su ejemplo a llevar
la cruz que la carne y el mundo echan sobre los hombros de aguante. Ve en sus sufrimientos y derrotas personales la mane-
los que buscan la paz y la justicia" (GS 38). ra de participar en el misterio de Cristo y de construir iglesia.
Con el sufrimiento colabora en la misión redentora: "Me alegro
en mis padecimientos por vosotros, y suplo en mi carne lo que
b) Debilidad-fuerza de san Pablo. San Pablo, Apóstol por falta a las tribulaciones de Cristo por su cuerpo, que es la igle-
antonomasia, ha hecho también experiencia ejemplar de las sia. Ministro suyo soy..." (Col 1,24). Cumplo en mi cuerpo lo
penalidades apostólicas: peligros y sufrimientos de ladrones, que falta a la pasión de Cristo para la salvación de su iglesia.
hambre, naufragios, azotes; de "falsos hermanos"; sin hablar Estamos en el corazón del servicio apostólico. Lo que parecía
de la inquietud íntima, la preocupación constante por todas frustración es en realidad la más grande obra apostólica.
las iglesias (2Cor 11). Por esa vía ha descubierto la ley del c) Cruz-energías del apóstol. En el punto de partida, se
apostolado cristiano, como él mismo confiesa. El texto que pensó consagrar todas las energías y el tiempo a la obra. El
citaremos se encuentra enclavado en unos capítulos autobio- paso de la vida y de los hechos le va demostrando que junto
gráficos de la Segunda Carta a los Corintios. No le acobardan con las fuerzas tiene que inmolar su flaqueza, su inutilidad '3.
los sufrimientos externos ni internos, la dificultad de las empre-
sas apostólicas. Pero tiene una experiencia amarga que no aca- 12
Cf. S. LYONNET, "La ley fundamental del apostolado, formulada y vivida
ba de asimilar: el "aguijón en la carne". Que sea una enfer- por san Pablo: 2Cor 12,9", en AA. W . , La vida según el Espíritu, Salamanca,
medad, un defecto de naturaleza, una resistencia externa frente 1967, pp. 275-297.
13
a la cual se siente impotente, poco importa. Lo importante L. LOCHET, Purifications apostoliques: VicSpir, 84 (1951), 572 (>0.í;
P. SCHOUVER, La Mission sous le signe de la croix (Une relecture de révau^ilc
es que Pablo siente haber tocado los límites de su capacidad. de Marc): Spiritus, 12 (1971), 19-31; M. TRIMAILLE, Existence inissionimiiv
420 APÓSTOL DE JESUCRISTO 4. UNIDAD DE VIDA APOSTÓLICA Y ORANTE 421

Es legítimo, noble y necesario experimentar la alegría ritualidad cristiana como problema particular del apostolado.
humana y cristiana de contribuir a la obra redentora. Los bue- Cuanto más valiosa sea la realidad espiritual, mayor necesidad
nos resultados vienen a premiar largos desvelos. Bastaría la tiene de armonizarse en la totalidad.
conversión o la santificación de una persona para llenar de La integración se lleva a cabo en referencia a otros com-
alegría a un apóstol. Eso mismo le ayuda a llevar con buen ponentes igualmente esenciales. Para el apostolado, se ha
ánimo las penalidades que comporta este servicio. Muchas tomado como punto de referencia la oración o contemplación.
oportunidades tiene el cristiano de experimentar el poder de A estos dos valores primordiales del evangelio se les han dedi-
Dios en su propia flaqueza, a costa de, digamos, poner en evi- cado los mayores cuidados, tanto a cada uno de ellos en par-
dencia la propia nulidad: somos siervos inútiles. Esa cruz le ticular, como a la armonización entre ambos. La integración
redime de tantos egoísmos, afanes de triunfar y de imponerse, en el conjunto no tiene carácter servil, sino de cohesión y amol-
de todos esos vicios que hemos visto. damiento recíprocos. Otro tanto se debería haber hecho con
Ocasiones y motivos de sufrimiento no le van a faltar. la oración, controlando si verdaderamente cultivaba la dimen-
a) Ambiente y destinatarios, que miran con frialdad y hostilidad sión de servicio eclesial.
al mensaje y al mensajero; exigencias morales y anuncios ultra- En el estudio de la relación entre apostolado y oración hay
terrenos no responden a la expectativa del reino terreno. varios fallos doctrinales y metodológicos que es preciso revisar.
b) Compañeros y colaboradores: El sufrimiento viene también a) Resulta doctrinalmente inadecuado enjuiciar el apostolado
de las personas que trabajan en el mismo campo y por los en referencia solamente a la oración. Hay muchos otros valores
mismos ideales. Envidias, intereses, afán de mandar y sobre- y perspectivas de evangelio, con los que se discierne la auten-
salir, contraste de mentalidades, han convertido en calvario ticidad o inautenticidad del apostolado cristiano. También con
la actividad apostólica de muchos cristianos generosos, c) El ellos hay que armonizarlos, b) Fallos de método: tonos polé-
corazón del apóstol: es manantial de sufrimiento apostólico. A micos de superioridad e inferioridad entre diferentes personas
las penalidades que recibe de fuera añade otras nuevas: insa- y carismas. La polémica ha llevado el estudio teológico-espi-
tisfacción íntima por la propia insuficiencia, cansancio, frus- ritual fuera de tema. Se trata de armonizar y dosificar esos
tración, los cambios, la edad, la enfermedad. La soledad del dos elementos en cada sujeto y en cada grupo, en proporción
misionero, que ha dejado su lengua y su patria por la nueva adecuada según carisma y vocación. ¿Cómo viven y armonizan
gente, y sigue siendo considerado y sintiéndose "extranjero". ambos elementos cada cristiano, cada comunidad, en la iglesia,
según su gracia y carisma?

4. Unidad de vida apostólica y orante "Tocamos aquí un problema crucial: el de la tensión que
anima —y que a veces parece desgarrar— el alma cristiana,
El servicio apostólico se integra en la vida cristiana de la la tensión entre el estar con los hombres y el estar con Dios,
que forma parte, en armonía con los demás componentes de entre el compromiso activo y el necesario desprendimiento con-
la misma. Así es como aporta su función peculiar al conjunto templativo. Siempre ha existido en la espiritualidad cristiana
y recibe de los demás componentes fuerza y calidad de síntesis una polarización fecunda de acción-contemplación desde los
Padres de la iglesia, la tipología de Marta y María, o de Lía
espiritual. Este proceso integrador no es exclusivo del apos- y Raquel, han dado pie a infinitas variaciones en la literatura
tolado y la acción, sino que debe hacerse igualmente con la espiritual. La peculiaridad de nuestro tiempo estriba en vivir
oración, la caridad, la ascesis, la liturgia, etc. Una mala cos- esta eterna dialéctica en situaciones originales que no pueden
tumbre inveterada lleva a plantear esta ley general de la espi- ser suficientemente esclarecidas por la repetición y declinación
de las fórmulas clásicas en todos sus casos posibles" M.
et mystére pascal (saint Paul): Spiritus, 12 (1971), 32-46; B. JOINET, Je suis
un étranger dans la maison de mon Pére: Spiritus, 13 (1972), 191-202. A. M. BESNARD, Una nueva espiritualidad, Barcelona, 1966, p. 44.
422 APÓSTOL DE JESUCRISTO 4. UNIDAD DE VIDA APOSTÓLICA Y ORANTE 423

Necesita revisión. No por cambiar, sino porque así lo piden debate surge con ocasión de valorar o defender formas de vida
datos y luces nuevas que van surgiendo. No se debe arrastrar concretas, caracterizadas por uno u otro de estos dos elemen-
indefinidamente una polémica estéril y dañosa, y desperdiciar tos. Como consecuencia, cada grupo o persona ensalza o ante-
tantas realidades vivas. Desde la experiencia espiritual y la teo- pone el elemento preferido y cultivado por él. Es decir, en
logía repasamos los puntos centrales: enfoque, términos de términos llanos, cada uno defiende su punto de vista, que suele
confrontación, sujetos, modelos, etc. No podemos prolongar coincidir con su género de vida 15.
indefinidamente los planteamientos heredados de una larga La confrontación o comparación se desarrolla ordinaria-
historia. Ha cambiado la manera de vivir y valorar el ministerio mente en términos de vida o forma de vida: "vida contem-
o servicio apostólico. Ha evolucionado igualmente la reflexión plativa", "vida activa". El tema sirve para valorar diferentes
teológica sobre experiencia de Dios, encuentro con él, media- carismas o formas de vida que van surgiendo en la iglesia: mon-
ciones, etc. Estos datos obligan a proponer un enfoque de inte- jes, canónicos regulares, mendicantes. En cierto modo, legí-
gración, más que de contraste y superioridad. timamente, cada uno trata de valorar lo suyo.
La gravedad del tema, su larga historia de doctrinas y ten- Las varias posiciones aducen motivos fuertes cada una a
siones, los nuevos caminos de la espiritualidad y de la cultura, su favor, a) A favor de la superioridad de la "vida contem-
obligan a tomarlo de nuevo en atenta consideración. La tarea plativa": el episodio de Marta y María con las palabras del
principal no es completar o corregir las soluciones que se han Señor (Le 10); la contemplación infusa es necesaria para la
venido dando. Muchas de ellas han sido válidas en el contexto santidad; la caridad misma depende del don de sabiduría que
en que se dieron y conservan gran parte de su validez. Es el produce contemplación; la contemplación porque es encuentro
planteamiento mismo, el enfoque, el que necesita nuevo esque- inmediato con Dios y es la actividad definitiva del estado glo-
ma de comprensión, incorporando algunas referencias esen- rioso, b) Valor supremo es para otros el servicio de caridad,
ciales: la iglesia, la vida teologal, la experiencia, la teología. como resulta claramente del evangelio. Y como ha vivido Jesús
Desborda con mucho el tema de armonía o contraste entre mismo en los años de su acción y manifestación, c) Superio-
acción y contemplación. Esa antinomia es corolario de una ridad de la "vida mixta", ya que sintetiza los valores de acción
gracia y experiencia mucho más amplia. y contemplación. Vive la acción como desbordamiento de la
experiencia contemplativa.
Para la iglesia en general, ¿vida activa o vida contempla-
Historia de servicios y contrastes tiva? A nivel de iglesia, ambas son esenciales y complemen-
tarias, interior la una a la otra. Cada una es suprema en su
Es tema y problema tradicional en espiritualidad la relación
orden. En los miembros de la iglesia coexisten en cada uno,
tensa entre apostolado y vida interior, oración y apostolado,
según vocación. Existencialmente, la superioridad depende de
contemplación y acción. Propuesto con terminología variada,
la fidelidad y calidad con que cada persona o grupo viva la
en posturas más o menos acentuadas de confrontación. Es una
una o la otra, en su respectiva vocación. Como prioridad de
historia larga, con influjo en la experiencia, el pensamiento
servicio y testimonio, depende de momentos y ambientes, para
y la conducta. Persiste en nuestro tiempo como problema o
reforzar uno u otro.
dificultad, en el plano teológico, psicológico, espiritual. Es
inherente a la complejidad de la experiencia cristiana, con uno En espiritualidad, resulta evidente la mayor atención y esti-
u otro nombre: acción-contemplación, unidad de vida, con ma prestadas a la oración y a la vida contemplativa por muchos
Dios, con los hermanos ante Dios. Soluciones "verbales" se siglos. Los varios elementos o temas se valoran y examinan
encuentran fácilmente; no así las vividas, personales y reales. 15
J. DE GUIBERT, Leqons de théologie spirituelle, Toulouse, 19...; II. .SAN
El problema no refleja solamente la confrontación de dos SON, Espiritualidad de la vida activa, Barcelona, 1964, pp. 82-95 (compendia
valores evangélicos primordiales, oración y apostolado. El a De Guibert).
424 APÓSTOL DE JESUCRISTO 4. UNIDAD DE VIDA APOSTÓLICA Y ORANTE 425

desde la oración, ya que ésta conlleva preparación ascética y vida unificada. Acción es más amplia que apostolado, y con-
prolongación apostólica. El apostolado crece enteramente a templación que oración, a) Acción incluye toda la existencia:
la sombra de la oración, y es legítimo, si no quita tiempo o vida familiar, social, económica, recreativa, cultural, laborati-
acarrea distracciones a la vida interior. Tiene parte de razón, va, etc., no sólo la actividad propiamente apostólica, b) Con-
pero no es el enfoque debido, ni pone de relieve los valores templación, en sentido amplio, se refiere a la dedicación de
espirituales de la acción. Es en cierto modo la mentalidad gene- una persona a Dios en toda su existencia, interna y visible,
ral. Se añade el hecho de que los mejores maestros de la espi- rebasando los actos y tiempos fuertes de oración explícita.
ritualidad son de vida contemplativa o consagrada, lo que les Valoración positiva de uno y otro elemento, en lo que tie-
hace moverse en actividades de carácter religioso relativamente nen de mejor, y no en caricaturas de la vida contemplativa
uniformes. Esto influye notablemente en su doctrina, aun cuan- (evasión cómoda), o del apostolado (activismo). La dificultad
do luego esos mismos maestros de doctrina contemplativa y la tensión no está en comodidades y abusos, sino en armo-
vemos que llevan un ritmo intenso de actividad apostólica, de nizar los múltiples deberes de la propia vocación o del propio
servicios o gobierno, muy superior a lo que harían suponer ministerio... (PO 14).
sus escritos. Su vida va mucho más allá de sus ideas escritas. Personal y comunitaria. La integración armónica de los ele-
mentos esenciales se encuentra en cada persona y grupo, y
es ahí donde hay que buscar la armonía. La vida de una con-
Unidad de vida templativa de clausura o de un monje tiene trabajos de servicio
fraterno, incluso para ganar la vida; que no son directamente
apostolado. Y los tiene que armonizar con su ideal y expe-
El nuevo título "unidad de vida" indica de por sí el cambio riencia contemplativos.
de experiencia y de perspectiva. Esa expresión, hoy familiar, No basta que sean compatibles, sino que han de hacerse
sirve de base para indicar la nueva visión del tema y del pro- mutuamente necesarias y fecundas. El punto de convergencia
blema. La utiliza el Concilio, al tratar de la espiritualidad de es la vida teologal, con su doble dimensión de historia y tras-
los presbíteros (PO 14). Ensancha el horizonte. No es sola- cendencia, de comunión inmediata en diferentes mediaciones
mente entre oración y apostolado donde existe el contraste objetivas y subjetivas 16.
o la armonía, sino entre las incontables ocupaciones y afanes
que forman el cotidiano vivir, que desbordan las categorías
de oración y apostolado. Es la existencia entera lo que hay Marta y María
que armonizar.
Con ello, no desaparecen las tensiones acumuladas en torno Las imágenes y modelos ofrecidos por la antigüedad han
a ese binomio tradicional; pero cobran otro sentido y exigen condicionado y siguen condicionando la visión teológica y la
otros medios de armonización. No se trata de contraponer o actitud espritual. Ocupan el primer plano dos figuras sim-
sobreponer los varios componentes evangélicos de la vida cris- bólicas, Marta y María, en un episodio aislado del evangelio
tiana, sino de llegar a su integración teologal, psicológica y (Le 10,38-42). Le dedicamos una breve reflexión.
existencial. Unidad de vida, frente a oración-apostolado, sig- 1. El evangelista limita la narración de un encuentro que
nifica: a) atención al conjunto de la vida, no sólo a algunos debió ser muy personal, vivo y ambientado, a poner de relieve
de sus componentes; b) mira a las personas vocacionadas que
16
lo viven, no a categorías teológicas abstractas; c) armonía de Cf. P. R. RÉGAMEY, Retrato espiritual del cristiano, Barcelona, l%7
integración y desarrollo, no de superioridad y contraste. ("Los cinco momentos de toda vida apostólica", pp. 355-367); L. .1. I i IIKI-'I
y R h . SUAVET, En el combate del mundo, Barcelona, 1964 (Espiritualidad del
La categoría acción-contemplación resulta más amplia y hombre de acción); Ch. A. SCHLECK, Sanctification throu^x //;<• A\HKIO\UÍ<-,
abierta que oración-apostolado para designar esa totalidad de Review for Religious, 26 (1967), 83-136.
426 APÓSTOL DE JESUCRISTO 4. UNIDAD DE VIDA APOSTÓLICA Y ORANTE 427

lo que en ese momento le interesa: escuchar la Palabra de de vidas, activa o contemplativa, familiar o de clausura. El exce-
Dios es el valor supremo, por encima de toda otra ocupación so de pasividad en María y de afán en Marta no desvirtúan
o servicio temporal. A proclamar esta verdad se ordena y el valor primordial de sus respectivas actitudes, ni se presta
subordina todo lo demás que entra en escena. La narración en modo alguno a ser utilizado como "bandera" en la con-
no atiende a experiencias, motivaciones personales y priori- frontación de dos géneros totales de vida cristiana y espiritual.
dades de actuación; y menos aún a la valoración de conjunto Ha sucedido en ésta como en tantas ocasiones: hechos vivos
de una vida cristiana y espiritual, con múltiples componentes y expresivos cristalizan en forma de tipos y esquemas, que
esenciales y complejamente organizados. extreman las posturas y no reflejan la experiencia y la vida
2. La tradición espiritual ha tomado este "episodio" ais- real. Algunos autores espirituales antiguos ya advierten la
lado y le ha dado alcances que caen fuera de las intenciones inadecuación del modelo "Marta-María" para personificar y
de la escena original y del texto bíblico. A base de un solo esclarecer nuestro tema, y aconsejan integrar ambas personas
gesto ha construido dos existencias completas: Marta siempre o posturas en diferentes medidas, según gracia y vocación. Un
afanosa sirviendo la comida, María siempre sentada escuchan- autor influyente del siglo xvi escribe: "Siempre, en una misma
do la palabra de Jesús. De Marta nos ofrece el evangelio imá- persona, Marta es necesaria con María y María con Marta;
genes más hondas y completas, como en la resurrección de o más, o menos, según que habernos dicho. El tal, empero,
Lázaro (Jn 11). Su comportamiento ante la visita inesperada tendrá el nombre de aquella vida en cuyos oficios se ocupa" l7.
de Jesús nos parece incluso el más acertado: primero la acogida
al huésped amigo, y luego el diálogo reposado. Es lo que hubie-
ra hecho María santísima, si Jesús llega con los Apóstoles de Nuevos modelos
improviso a Nazaret.
3. La espiritualidad posterior convierte a Marta y María Hoy vivimos la experiencia evangélica de manera diferente,
en protagonistas de dos "proyectos de vida totales" y carismas y debemos pensar con otros esquemas. Necesitamos "modelos
permanentes: vida activa y vida contemplativa. Un paso car- completos", personas que cumplan algunas condiciones: 1) que
gado de consecuencias graves. Teológicamente hablando, en realicen el servicio de caridad y la escucha contemplativa en
ese breve episodio evangélico descontextualizado, no son Mar- síntesis armónica, aunque en la forma concreta que pide su
ta y María las figuras indicadas para esclarecer la difícil armo- vocación particular; 2) que una misma y única persona encarne
nía de vocaciones complejas llenas de contrastes y tensiones. e integre armónicamente oración y acción, los dos valores evan-
Ni la intención, ni las personas, ni las tareas aludidas en el gélicos esenciales, y no deje al seguidor la tarea de integrar
texto bíblico corresponden al tema-problema que a partir de lo que el modelo no hizo; 3) que realice esa armonía de oración
ahí ha querido Tesolver la espiritualidad. En realidad, el gesto y acción en una existencia real y duradera, no en un gesto
aislado de una y otra no corresponden a las realidades y pro- aislado. Se podría añadir algunos modelos "secundarios", que
blemas de la "unidad de vida" tal como se le plantea a la teo- realizan con eminencia uno u otro de esos dos valores, y pue-
logía espiritual. den servir de ejemplo y estímulo en ese aspecto parcial. ¿Quién
4. El gesto de María que escucha es una actitud espon- puede enseñar al cristiano a vivir en actitud permanente de
tánea, un modo de reaccionar ante el Señor que llega. No es adoración y servicio su existencia llena de contrastes?
modelo de una existencia contemplativa, que conlleva trato, — Jesús está en primer término como supremo orante y
servicio fraterno, trabajo manual, y con frecuencia muchos
evangelizador: dedicación plena a la caridad, comunión cons-
"afanes". Tampoco la actitud y el gesto de Marta equivalen
a lo que hoy llamamos apostolado o vida activa. Es simple- 17
G. DE CISNEROS, Ejercitatorio, 35. Cf. Místicos franciscanos españoles,
mente amor, caridad y acogida, que debe darse en toda clase p. 30 (BAC 38).
428 APÓSTOL DE JESUCRISTO 4. UNIDAD DE VIDA APOSTÓLICA Y ORANTE 429

ciente y permanente con el Padre, atento a personas y cir- como "recogimiento", el apostolado parece distracción. Si, en
cunstancias, centrado en su vocación con todo lo que implica cambio, se miran las cosas en términos de vida cristiana y de
de tareas y preocupaciones. Desborda y al mismo tiempo orien- experiencia teologal, la relación es otra, en horizonte más
ta la unidad de todo apóstol. amplio de significado teológico y de experiencia espiritual. Lo
— María santísima: madre de familia, ama de casa, con- formulamos en términos de "vida apostólica", o "espiritualidad
templativa, es el modelo cristiano más ejemplar. En ella se de la vida activa". Se conservan elementos y jerarquías.
ha fijado el Concilio: "El modelo perfecto de esta espiritua- Al comparar estas dos dimensiones esenciales de la voca-
lidad apostólica es la Santísima Virgen María, Reina de los ción cristiana, hay que evitar a toda costa hacerlo a base de
Apóstoles; la cual, mientras vivió en este mundo una vida igual "caricaturas": presentar el apostolado como activismo, la ora-
a la de los demás, llena de preocupaciones familiares y de tra- ción como evasión. Así resulta fácil desacreditarlas a propio
bajos, estaba constantemente unida con su Hijo y cooperó de gusto. Se trata de dos formas de vida cristiana total, con dife-
modo singularísimo a la obra del Salvador" (AA 4). Silencia rentes acentuaciones. En esta situación, resulta claro que, aun
a las dos hermanas de Betania, también ejemplares dentro de siendo necesarios, no bastan los recursos ascéticos habituales:
su misma parcialidad. organizar el tiempo, coordinar las ocupaciones, reservar un día
— San Pablo: místico enamorado de Cristo y hombre de a la semana o al mes para reponerse. A esto hay que añadir
acción, con pasión de iglesia. Su vida y servicio de apóstol con- una profundización de la vida apostólica espiritual, o espiritual
tiene en grado eminente todos los elementos que al principio apostólica en Cristo, con el sentido y la experiencia de la vida
dijimos de la "vida apostólica" 18. teologal constante.
— Santos canonizados y no canonizados. En la historia de a) Cristo y caridad pastoral. El principio teológico funda-
la iglesia y de la espiritualidad existen numerosos modelos inte- mental para valorar e integrar los diferentes elementos de la
grados de acción y contemplación: san Agustín, san Bernardo, vida cristiana es la caridad. De ahí manan y en ella convergen
santa Catalina de Sena, san Ignacio de Loyola, santa Teresa todos, y en torno a ella se jerarquizan en primer lugar. Hay
de Jesús, etc. Son algunas de las figuras conocidas, activas y lugar adecuado para todos ellos. Aquí encuentran su clima ade-
profundamente interiores, cada uno desde su vocación y pro- cuado para vivir y actuar. Tiene carácter personal: Es amor
yecto de vida. Estos modelos, tan diferentes y valiosos, ponen de Cristo el Buen Pastor: su persona, su reino, su mensaje,
en relieve las dos realidades primordiales. su estilo. En él convergen: la oración trato de amistad, el apos-
tolado servicio de amistad.
"La caridad hacia Dios y los prójimos es el alma de todo
Vías de solución apostolado" (LG 33). Puede servir como fórmula clave de la
síntesis espiritual. Al colocar la caridad de Dios y del prójimo,
Como primer paso, hay que lograr la unidad en cada per- unlversaliza el apostolado a formas menos externas, y también
sona: ser orante y apóstol, según vocación y carisma. El apos- unifica las varias expresiones del amor: servicio, sacrificio, ora-
tolado supone relación íntima a la vida teologal, al misterio ción, anuncio. El acercamiento a los hombres en fe y caridad,
de salvación, mediaciones sacramentales, históricas, persona- como sucede en el apostolado, es fuente de experiencia espi-
les. Otro tanto le sucede a la oración. Si se ve el apostolado ritual y de encuentro con Dios. No solamente por la intención
como "trabajo", la oración parece inercia; si se mira la oración con que se hace, sino sobre todo porque descubre y halla a
18
Cristo efectivamente en el hermano y en los hechos de la his-
J. HUGUET, Unité de la vie spirituelle et de la vie apostolique dáprés toria en que toma parte. Esta unión por medio de los hombres
saint Paul, París, 1963; S. VIRGULIN, "L'apostolo San Paolo, modello di evan-
gelízzazione", en AA. W . , L'annunzio del Vangelo oggi, Roma, 1977,
y en los hechos puede llamarse y es inmediata: une con Dios,
pp. 19-33. sin esperar al próximo encuentro en la oración formal. Y lleva
430 APÓSTOL DE JESUCRISTO 4. UNIDAD DE VIDA APOSTÓLICA Y ORANTE 431

por su propio peso a la oración formal frecuente y prolongada, y más tiempo, para dar todo y estar siempre al servicio de
según vocaciones y carismas. Vemos de nuevo que la solución los hermanos. Por muy definida que esté la vocación, la llamada
está en un tercer elemento común a oración y acción, donde de Dios por tantas mediaciones simultáneamente obliga a mul-
ambas se armonizan: la vida teologal19. tiplicarse, y a tener que hacer opciones penosas. El ejemplo
El Concilio ha llamado caridad pastoral al amor que mueve del Cura de Ars, que, a pesar de las señales y los frutos de
el apostolado ministerial de los presbíteros, a imitación de Cris- una clara vocación al ministerio de la confesión, "huye" secre-
to el Buen Pastor. Con las variantes comprensibles, es aplicable tamente por dos veces al desierto, es ejemplo de la tensión
a cualquier otro tipo de apostolado cristiano. Por esta unión que puede crearse en los mismos santos.
íntima con Cristo en la acción se consigue la unidad de vida, d) Proyecto y disciplina personales. Un factor subsidiario,
la santidad propia del apóstol. A pesar de las distracciones pero que a la larga adquiere gran relieve e influjo. No es sim-
inevitables, los contratiempos, los roces a que da lugar cual- plemente horario, sino proyecto de vida original, que cada uno
quier iniciativa que quiera influir en la historia, y el trato con forma según gracia individual y circunstancias. Ya hemos visto
las personas. En estas disposiciones, "las preocupaciones apos- que es coronamiento del itinerario espiritual formulado como
tólicas, los peligros y contratiempos, no sólo no les sean un esquema común.
obstáculo, antes bien, asciendan por ellos a una más alta san-
tidad, alimentando y fomentando su acción en la abundancia Ningún proyecto común incorpora las circunstancias, expe-
de la contemplación" (LG 41). riencias interiores o urgencias, tareas, etc., de cada persona,
aun cuando esté incorporado a un carisma comunitario. Sin
La valoración de la actividad apostólica como medio del el proyecto personal que unifique esa variedad y la disciplina
encuentro con Cristo y fuente de santidad cristiana no hace que lo pase a obras concretas, todo lo demás pierde vigor exis-
superflua la oración, sino más necesaria: la aduce y la exige. tencial. Queda en ideales y sentimientos o letra muerta. En
Para poseer en la acción la mirada y el espíritu de Cristo, es cada vida concreta las variaciones son numerosas y de influjo
necesaria una larga meditación de su misterio. "Esto no puede espiritual. Entre dos personas consagradas que pertenecen a
lograrse, si los sacerdotes mismos no penetran, por la oración, un mismo carisma, una puede estar dedicada plenamente a
cada vez más íntimamente en el misterio de Cristo" (PO 14). sacramentalización o guiar ejercicios espirituales, y otra a tipos
b) Carismas y espiritualidades. Para personas que han de apostolados técnicos o a problemas de drogadictos y mar-
arraigado su vida espiritual en una vocación de grupo: espi- ginados. Quiere decir que la existencia y experiencia divergen
ritualidad, movimiento, instituto religioso, el carisma comuni- notablemente.
tario y ya probado les ofrece equilibrios y medios para integrar
los varios componentes de su vida cristiana y espiritual. Tales
carismas tienen historia y han elaborado medios y ambiente
Espiritualidad de la vida apostólica
de comunidad, oración y trabajo, que favorece el desarrollo
integrado de la vida personal.
Hablamos de una espiritualidad apostólica, cuando la acti-
c) Tensiones inevitables. Cierta tensión se mantendrá vidad de servicio predomina en dedicación y tiempo, es el eje
siempre en la persona y en los grupos. La experiencia de la en torno al cual se mueve y organiza todo lo demás. Se con-
historia y las confesiones de los santos confirman esa ley. Qui- vierte en eje de organización y configuración de los demás.
sieran vivir sólo para Dios. Quisieran también tener más vida Conviene aclarar los términos que se utilizan en este punto
19 con cierta amplitud e imprecisión. Se trata de una forma de
J. M. IMIZCOZ, La caridad pastoral, virtud fundamental y fuente pri-
mordial de santidad sacerdotal: Teología Espiritual, 11 (1967), 455-469. vida cristiana y espiritual "completa", en la que se privilegian
V. GAMBINO, La carita pastorale. Prospettive per un camino educativo verso como mediaciones fundamentales: vida activa, apostolado,
il ministero pastorale, Roma, 1996. acción de tipo social o laboral, ejercicio de la caridad fraterna.
432 APÓSTOL DE JESUCRISTO 4. UNIDAD DE VIDA APOSTÓLICA Y ORANTE 433

En una u otra forma y medida, es cosa que interesa a todos. del apóstol con Dios. Las dificultades psicológicas y teologales
La mayor parte de los cristianos viven intensamente la acción, que muchos espirituales sienten en vivir tiempos fuertes y regu-
y no precisamente en su forma apostólica, sino en la infinidad lares de oración hace que recurran a la actividad como fuente
de tareas que comporta la vida social y familiar. Acción y apos- primaria y casi única de alimentación espiritual.
tolado no se identifican en significado ni alcance20. — La oración del apóstol. Desde esa perspectiva unitaria
Este impulso no nace necesariamente de la oración, sino es como puede la espiritualidad apostólica organizar las rela-
de la visión de fe y de la caridad, que descubren la obra de ciones de apostolado y oración. No basta escoger una cosa
Dios en la historia y se sienten llamados a colaborar. La expe- sola, o yuxtaponer las dos. El apóstol ora desde la gracia y
riencia espiritual en la acción ha empezado por una urgencia: la experiencia de su propia vocación. Es decir, su actitud orante
la de hacer llegar el evangelio a tantas necesidades que se ofre- es vitalmente apostólica, aun cuando cultive variedad de formas
cen en ambientes de misión y de países descristianizados. Esto oracionales: litúrgica, de silencio contemplativo, de grupo,
ha despertado en la iglesia energías latentes. Se ha hecho nece- compartida o en soledad. La armonía entre oración y apos-
saria la acción enérgica y constante de todos los cristianos, tolado, acción y vida interior, en definitiva tiene que nacer
especialmente de los seglares. de dentro: de una oración apostólica y de un apostolado orante.
En Institutos y grupos apostólicos, el carisma y vida espi- De lo contrario, seguirá la lucha de primacía y competencias,
ritual intensa se alimentan y proyectan en el servicio apostólico esperando inútilmente que se resuelva por vías de programa-
asumido como misión de vida. Esto obligaba claramente a ade- ción exterior21.
cuar la perspectiva espiritual, y no solamente la distribución La caridad pastoral no debe hacer olvidar la complejidad
de los tiempos y actos de la jornada. Los grupos han descu- del misterio cristiano, en especial, las dos dimensiones esen-
bierto que la actividad apostólica es su misión y su fuente habi- ciales de la experiencia teologal. Conviene hacer notar, para
tual de experiencia evangélica. desvirtuar las prevenciones de muchos, que la oración y un
La espiritualidad de la vida activa no se limita a quienes cierto recogimiento le son necesarios al hombre activo por exi-
profesan dedicación al apostolado activo. Incluye la acción y gencia del evangelio y de su apostolado mismo, no por el afán
tareas varias de la existencia cristiana. No solamente los de conformarle al ideal contemplativo.
momentos de culto o de recogimiento espiritual, que son rela- Para que esa interioridad que mueve el apostolado se con-
tivamente breves. En la vida del cristiano, todo tiene sentido vierta en realidad concreta, requiere tiempos y ejercicios que
y función de fe: santificación en las tareas humanas, sin que faciliten su desarrollo. Esos tiempos y ejercicios dedicados
se tomen con finalidad expresamente apostólica de servicio o explícitamente a la oración formal, a la adoración, al reco-
testimonio. La madre de familia trabaja en mil cuidados por gimiento, no están ahí para compensar los daños y la dispersión
amor a los suyos; otros en técnicas, trabajo manual, política. del apostolado. Están para desarrollar sus capacidades íntimas.
También esto necesita armonizarse con su oración. El apostolado exige oración y la crea. Es decir, crea una oración
Llevados por la fuerza de la acción, absorbidos por las exi- a su medida. Tenemos entonces la oración apostólica, así lla-
gencias de la caridad, por los deberes de la propia vocación, mada con toda propiedad porque tiene su origen y su constante
ven abrirse nuevos horizontes. En un primer momento, es el animación en el apostolado.
desconcierto de no poder orar concentrada y largamente. Por Incluso autores (como J. Robinson, D. Rhymes) que por
otra parte, comprueban que Dios se manifiesta y se da también teoría excluyen el valor "religioso" de esos momentos, como
en la acción. Cuando ésta es auténtica y no simple desahogo, tiempos de un encuentro más "inmediato" con Dios, reconocen
se produce o da lugar a una especie de "unión inmediata"
21
J. M. CASTILLO, Oración y existencia cristiana... ("La oración ilc smi
20
AA. VV., Spiritualita deü'ázione, M. Midali (ed.), Roma, 1977; H. SAN- Pablo"); Ch. A. BERNARD,Lapreghiera cristiana, Roma, 197í> (c. 6 "I'II'KIIICIM
SON, Espiritualidad de la vida activa, Barcelona, 1964. e azione del cristiano"; c. 7 "Preghiera e apostolato").
434 APÓSTOL DE JESUCRISTO

que el equilibrio espiritual del hombre activo necesita muchas


horas de soledad y de meditación y de diálogo directo con
Dios. Aunque no fuera más que para organizar y vivir las expe-
riencias recogidas en su actividad pasada y prepararse a vivir
la siguiente.
Pero hay que evitar un equívoco desde el principio. No
es oración utilitaria, sólo para poder trabajar mejor, coger fuer-
zas. Eso no sería oración teologal, ni oración cristiana. La ora- 10
ción es alabanza a Dios, trato de amistad personal. Pocos han
realizado el ideal de la oración apostólica como san Pablo. MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA
Apóstol desde su raíz, orante desde lo más íntimo de su ser.
Ora con la vida, con los hechos que le absorben, con los sufri-
La experiencia cristiana pone de manifiesto la acción del
mientos de todos 22.
Espíritu Santo y la participación del hombre redimido. Es ele-
La actividad es buena en sí. Pero el juicio decisivo no se
mento esencial de la alianza y de la vida teologal. En la moda-
da sobre ella sola, que es siempre un elemento parcial o aislado,
lidad mística tiene una de sus más altas realizaciones y mani-
sino sobre su significado en el conjunto de la persona y de
festaciones. La mística es tema clásico y característico de la
la vida. El exceso disgrega la libertad, el espíritu, la persona
teología espiritual, a la que proporciona abundantes recursos
religiosa misma; en consecuencia, la acción misma se desvirtúa.
de experiencia, doctrina y método. Es a partir de los debates
— Obras apostólicas. El anuncio del evangelio y el servicio
sobre el "problema místico" como se encauza la elaboración
apostólico en general se llevan a cabo en diferentes formas
de la "teología espiritual" en el último siglo.
y mediaciones: anuncio de fe, servicios de caridad, acción
social, vida de familia, mediaciones culturales y técnicas. Es Experiencia cristiana y experiencia mística tienen la misma
un tema que no he desarrollado. Cada una de las expresiones raíz, el mismo objeto e idénticos componentes esenciales. Hay
y contextos fundamentales conlleva su propia síntesis y equi- diferencias de nivel en la vivencia y percepción. El tratarlas
librios diferentes. No tiene los mismos medios, necesidades y juntas facilita la comprensión teológica y vivencia de ambas.
peligros quien dedica la vida entera a la administración de los Los rasgos de la gracia cristiana destacan agrandados en la
sacramentos o guiar ejercicios espirituales, que quien vive mística (Dios vivo, gratuidad, transformación). Los rasgos
absorbido por la formación de la juventud en técnicas pro- característicos de la mística tienen su raíz y fuente en la gracia
fesionales. La gracia del Espíritu, el carisma vocacional y la y experiencia cristiana. No pueden prescindir una de otra.
iniciativa personal le llevarán a encontrar una síntesis de vida Reducir la vida cristiana a su expresión básica y uniforme deja
humana-cristiana-espiritual-apostólica. en penumbra riquezas y posibilidades imprevisibles. Dejar la
mística aislada en su singularidad es cortarle las venas de reve-
lación, gracia, fe.
Tanto la experiencia cristiana como la mística han evolu-
cionado mucho durante el siglo xx. Han cambiado profunda-
mente el concepto, la temática, la sensibilidad. Por lo que se
refiere a la experiencia, basta comparar la situación de primeros
22
Cf. J. HUGUET, Unité de la vie spirituelle et de la vie apostolique d'aprés del siglo xx, con la alarma y las condenas del modernismo,
saint Paul, París, 1963; Ch. A. BERNARD, Expérience spirituelle et vie apostolique con la de finales con el actual reconocimiento a todos los nive-
en saint Paul: Gregorianum, 49 (1968), 38-57; S. LYONNET, Un aspect de la
"priére apostolique" d'aprés saint Paul: Christus, 19 (1958), 222-229; J. M. CAS- les: espiritualidad, teología, magisterio. Otro tanto sucede cu
TILLO, Oración y existencia cristiana, Salamanca, 1969, pp. 205-223. lo que se refiere a mística. En los primeros años, la tcmáticii
436 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA 1. EXPERIENCIA CRISTIANA 437

se mantenía a nivel de especialistas: mediatez e inmediatez el ser profundo de la persona y se deja sentir en la vida. Una
de la experiencia, conocimiento con especies o sin especies, vez que se apodera de la vida personal, pronto o tarde, directa
dones del Espíritu Santo, contemplación infusa, fenómenos, etc. o indirectamente, entra en el campo de la conciencia, aun cuan-
Actualmente son otros los afanes: carácter cristiano, conteni- do ésta capte sólo en pequeña parte los contenidos de la vida.
dos de misterio y de gracia, mediaciones, variedad de formas, Desprendida del conjunto, ofrece la experiencia un interés
universalidad efectiva, cuestiones de filosofía, psicología y len- puramente subjetivo. En cambio, vista como prolongación del
guaje, diálogo interreligioso, etc. l misterio, es fruto maduro y señal de madurez de la vida cris-
En primer lugar, se trata de la experiencia cristiana, que tiana. Indica que la presencia y la acción de Dios han cogido
es la más sólida, universal y permanente; fundamento de todas relieve y se han personalizado, entrando de lleno a formar par-
las demás. Luego se hablará con mayor relieve y amplitud de te de la vida del hombre; y que éste responde a nivel de relación
la experiencia mística, ya que está más necesitada de aclara- personal, y no sólo de servicio y culto. En esta base cristiana
ciones y organización. En torno a ella abundan movimientos estriba la legitimidad y el significado de la experiencia mística.
y manifestaciones dentro y fuera de la iglesia, se publican fuen- Empezar por la experiencia cristiana el tratamiento de la mís-
tes y estudios de especialización. En cambio, escasean las sín- tica no tiene carácter de preámbulo. Es núcleo y fuente de
tesis teológico-espirituales que ofrezcan nociones, esquemas y la misma realidad 2.
criterios. Es lo que muchas personas necesitan y están bus-
cando para aclarar las ideas y organizar las experiencias. No
existe un tratamiento orgánico reciente de "teología mística". Vida en comunión
La espiritualidad registra en su espacio una infinidad de "frag-
mentos místicos" volantes, difíciles de identificar, y más aún
La experiencia cristiana es vida en comunión consciente
de organizar. Es una realidad compleja, interdisciplinar, y ade-
con Dios. El hecho pertenece a la mejor calidad de la fe y
más en ebullición. Con todo, la mística sigue siendo un capítulo
la caridad; no es un apéndice sentimental de gusto. Estamos
fundamental e imprescindible de la teología espiritual.
acostumbrados a hablar de "experiencia" sólo a propósito de
1. Experiencia cristiana. los místicos. Con ello se perjudica a la vida cristiana, que queda
2. Experiencia mística cristiana. privada de calor y sabor espiritual, y se perjudica también a
3. Los místicos: personas y escritos. la experiencia mística, que presenta una novedad exótica y
4. Gracias y fenómenos. extraña. Emparejando estos dos planos es como mejor pode-
5. Mística contemporánea. mos entender y vivir la realidad de la experiencia cristiana y
6. Mística y mistagogía. mística. La experiencia, como queda dicho (c. 1, nn. 1-2) está
en las fuentes mismas de la revelación.
1. Experiencia cristiana La Alianza lleva todo el material y el dinamismo de la expe-
riencia. Desde el AT la Biblia explica la relación con Dios
E n la experiencia espiritual se refleja el carácter c o m u n i o - en términos de alianza de comunión de vida. Ahora bien, alian-
n a l y t r a n s f o r m a n t e d e la vida cristiana. La divinización alcanza
2
AA. VV., Experiencia religiosa hoy: preocupaciones y posibilidades:
1
El tema de la experiencia cristiana puede legítimamente figurar en dis- RevEspir (1977), 1-188; AA. VV'., Experiencia religiosa, Madrid, 1989; J. Mou
tintos enclaves dentro de "Caminos". En anteriores ediciones se encontraba ROUX, Expérience chrétienne, Paris, 1954; A. LÉONARD, "Expérience spirituc-
colocado en la dinámica espiritual (III parte), a manera de coronamiento. lle", en DSpir, 4, 2005-2026; A. M. GARCÍA-ORDÁS, La Persona divina en la
Me ha parecido mejor colocarla en "Funciones" (II parte), ya que forma espiritualidad de santa Teresa, Madrid, 1967 (Bibl., pp. 11-13); Tomás Ai VA
parte de los elementos que aquí se estudian: santidad, oración, apostolado. REZ, Experiencia cristiana y Teología Espiritual: Seminarium, 26 (1974), 'M III).
De ellas brota y en ellas revierte la experiencia espiritual. M. GELABERT, Valoración cristiana de la experiencia, Salamanca, l'WO.
438 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA 1. EXPERIENCIA CRISTIANA 439
za presupone el sentirse interpelado por Dios, tomar concien- lógica. Pero experiencia real, personal, que acompaña todos
cia de su presencia activa en la propia vida, y sentir ésta como los pasos decisivos de la vida espiritual: conversión, vocación
vocación. En la alianza, la experiencia no es redundancia y carismas dentro de la vida cristiana. Todo esto se presenta
casual. Dios mismo invita y apremia a su pueblo a abrir los a la conciencia como don, experiencia, interpelación del Espí-
ojos a la historia, reflexionar sobre la continua experiencia que ritu en el corazón de la vida -\
hace en su vida del amor que Dios le tiene. No hay alianza
sin experiencia de Dios.
El trato y la comunión con Cristo, primero sensible y luego Experiencia cristiana
resucitado. Con todas las variantes que sean necesarias, la
experiencia del Espíritu va inherente a todo el proceso de la Con los elementos dados en el capítulo primero y algunos
revelación cristiana. La sustancia de lo que denominamos "ex- aspectos que ofrecen las ciencias humanas, podemos dar algún
periencia espiritual" se encuentra en las fuentes mismas de paso más en la descripción de la experiencia cristiana. Expe-
la revelación y en el corazón del misterio. En el NT podemos riencia interpersonal es un acto de relación comunional entre
tomar como ejemplo a san Juan evangelista, en el prólogo de dos sujetos. El sujeto que hace la experiencia es al mismo tiem-
su Evangelio y en el comienzo de la primera carta: El Verbo po pasivo y activo. No tiene la mera pasividad de quien sólo
de Dios se nos ha manifestado, hemos visto su gloria, ha vivido recibe impresiones; ni tiene la total actividad de quien toma
con nosotros, le hemos visto, tocado, comido con él... En el en mano un objeto inerte. El contacto con Dios, con el mundo,
cap. 2 de la carta primera a los corintios, todo el proceso de consigo mismo, forma la base. La conciencia de esa relación
evangelización figura como obra y experiencia del Espíritu: es la experiencia. La forma suprema de experiencia es la que
mensaje, transmisión, recepción; os he predicado a Jesucristo se refiere a otras personas, y se llama comunión. Dar y recibir,
crucificado, no sabiduría humana; he predicado apoyándome recibir dando, dar recibiendo. Es la persona total quien hace
en el poder del Espíritu, no en retórica y discursos lógicos; esa experiencia; y se refiere a una realidad, que es otro sujeto
vuestra fe que lo recibe se apoya en el poder de Dios, no en definido, no a los propios sentimientos.
sabiduría de hombres. J. Mouroux distingue tres clases o niveles en la experiencia:
La sabiduría espiritual, el gusto por las cosas divinas, el a) empírica: vivida en el sentido de manera espontánea y super-
sentido de la presencia de Dios en las diferentes mediaciones, ficial; no ha sido cribada, ni puesta en claro; más que expe-
es un dato de tradición. La lectura-meditación-contemplación riencia en sentido estricto, son fragmentos o materiales de
de la Biblia conduce a la experiencia. Es el Espíritu Santo quien experiencia; b) experimental: experiencia consciente y provo-
abre la mirada y enciende el corazón ante el misterio. cada; prepara las condiciones y organiza los elementos con el
Por camino teológico, tenemos que la reciprocidad cons- propósito explícito de hacer ciencia o leyes generales; c) expe-
ciente y libre es connatural a la vida de la gracia. El misterio riencial: es la forma plena, de acogida y donación; obra de
y su acogida en fe se presentan como iniciativa divina de auto- toda la persona, hecha en lucidez de conciencia y en la gene-
comunicarse al hombre, provocando en él una respuesta de rosidad de un amor que sabe darse 4 .
acogida y fidelidad. Se trata, por tanto, de relación interper-
sonal, diálogo o encuentro. Por tanto, requiere conciencia y "La experiencia es un acto personal y dinámico; reducirla
libertad en la persona adulta, que es la situación normal de a un estado puramente pasivo sería destruir su verdadero sen-
la vida cristiana. La reciprocidad supone por parte del hombre tido. La persona al experimentar actúa; es pasiva y activa al
una experiencia de estar recibiendo y dando. 3
Cf. M. MAGRASSI, Bibbia e preghiera, Milano, 1973; J. M. CASTII.ID,
Hablamos de experiencia trascendente y de lo indemos- Oración y existencia cristiana, Salamanca, 1969, pp. 57-89.
4
trable, experiencia infinitamente inferior a la realidad onto- J. MOUROUX, Expérience chrétienne, Paris, 1954, p. 24.
440 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA 441
i. EXPERIENCIA CRISTIANA
mismo tiempo. Hay una pasividad-pasiva cuando la persona lugar, da realismo al misterio, que en la experiencia aparece
es dominada por las cosas y se limita a soportar su influjo; como presencia viva, densa, interesante; no como simple objeto
hay otra pasividad-activa o receptiva cuando la persona acoge
y hace suyas las influencias externas, haciéndolas entrar en el
de culto o de obligaciones. Tiene también la virtud de per-
ámbito y cauce de su vida" (J. Mouroux). sonalizar las relaciones entre Dios y el hombre, comunión "vi-
vida" con el Dios de la alianza 5 .
Se pueden señalar algunos rasgos de la experiencia cris-
tiana, que modifican el estatuto de la experiencia religiosa en
general: 1) En primer lugar está la gracia y vida recibida en Avidez de experiencias
el bautismo, que es anterior a la experiencia y mucho más
amplia y profunda que ella. 2) Aumenta la pasividad-activa. La experiencia teologal inherente al misterio cristiano, vivido por
La religión nace de un sentimiento de necesidad de infinito. el creyente adulto. El cristiano convencido y comprometido la siente
La experiencia cristiana nace de historia e iniciativa divina, como una necesidad vital. No anhela revelaciones especiales de Dios
que se revela al hombre libremente por encima de toda expec- o sentimiento de intimidad en su vida de fe. Aspira sobria y vivamente
tativa y despierta la necesidad. La fe es acogida; la religión a ser y sentirse cristiano, es decir, una persona a quien Dios dirige
es búsqueda. 3) Es una y múltiple, según gracias, carismas, su palabra y su amor interpelantes; una persona que responde dia-
logando con Alguien, no sólo haciendo proyecto de vida individual.
vocaciones, mediaciones históricas y subjetivas. 4) No es su
Para entender la experiencia espiritual en este sentido teologal, hay
propia norma, sino que permanece siempre abierta y subor- que evitar algunas ambigüedades muy difundidas: a) Entender expe-
dinada a la fe, el dogma, la iglesia. riencia como gusto, agrado, trato gratificante con personas y cosas;
En su forma completa, la experiencia cristiana integra, de en realidad, hay también experiencias de Dios y de las personas, que
parte del sujeto, los varios planos y capacidades de su per- resultan desagradables y oprimentes. b) Sentimiento de plenitud,
sonalidad: intelectual, volitivo, afectivo, activo, comunitario. como distintivo de la experiencia; con lo que resultarían inauténticas
Intelectual: conocimiento de los misterios de la revelación, la las formas de ausencia, dolor, oscuridad no programada 6 .
fe, el dogma, la verdad, la reflexión. Volitivo o voluntario: que Es legítima la búsqueda de experiencia, entendida ésta como
acoge y se da libremente como persona. Afectivo, que hace comunión vivida, convencida y libre de la persona afectada por la
resonar todo el fondo de la persona en adoración. Activo, que presencia de otra persona o de realidad. Presentamos algunos de
lleva al compromiso real de la vida entera. Comunitario, que 5
A pesar de sus valores y funciones, la "experiencia" ha suscitado des-
solidariza con la familia de los que han recibido el don de confianza y sospecha, especialmente en lo que se refiere a su modalidad mís-
Dios y le sirven o buscan. tica. El hecho tiene explicación doctrinal e histórica, aunque la reacción resul-
Por parte del objeto, mejor dicho, del Sujeto divino le vie- te desproporcionada. Experiencia sabe a relación directa con Dios, sin media-
nen también algunas propiedades. Dios es percibido como tras- ciones reveladas, dogmáticas ni institucionales. Protestantismo y modernismo
han contribuido a ese malentendido. Reducida la experiencia al sentimiento
cendente e inmanente a la vez: como alguien que está más interior, se desfigura: "despersonalización" y "desobjetivación". La experien-
allá del alcance humano y, por otra parte, como centro de cia implica conocimiento o conciencia de sus contenidos, cosa que parecía
atracción y eje de la propia existencia y del ser mismo. Nor- excluida por la doctrina del Concilio tridentino sobre la experiencia de la
malmente se realiza a través de los signos. Esto la hace expe- gracia. Han cambiado el sentido y el planteamiento del problema. La expe-
riencia no se refiere al estado de gracia, sino a la existencia cristiana como
riencia mediata, pero no indirecta. totalidad. La conciencia de ser interpelado por Dios con su gracia cristiana
En resumen, la experiencia espiritual forma parte del mis- puede existir, incluso en estado de pecado. Cf. J. MOUROUX, L'expérience chré-
terio revelado y de la vida cristiana. No depende de los gustos tienne, pp. 36-56 y 369-373.
6
de una época, aunque se puede vivir de manera más o menos Cf. E. LARKIN, The search for experience: The Way, 11 (1971), 100-107;
explícita. La experiencia espiritual cumple varias funciones en H. COSTELLO, The search for an experience of God: Mount Carmel, 19 (1971),
149-157; J. SUDBRACK, Der Scham der Erfahrung: Geist und Leben, 43 (1975),
el mantenimiento y el desarrollo de la vida cristiana. En primer 415-430.
442 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA
1. EXPERIENCIA CRISTIANA 443
los motivos que han despertado y acentuado este deseo de experiencia
a él, de las luces con que interpreta su existencia y la historia. Palabra
religiosa y cristiana.
del evangelio, oración, vivencia de la cruz, deben tomar relieve, exis-
a) Forma parte de la vida, de la conciencia de vocación. La tencia, consistencia comunitaria y personal 8 .
encíclica Ecclesiam suam, en su primera parte, recalca la necesidad
de una experiencia eclesial. La iglesia necesita experimentar en sí
a Cristo y tomar conciencia viva de la propia identidad: "tiene nece- Experiencia espiritual
sidad de sentirse vivir" (n. 19). Esta experiencia forma parte de su
vida, es la base de la renovación interna y del diálogo convincente
Para valorar la calidad de la experiencia espiritual, objeto de tan-
con los de fuera.
tas aspiraciones, debemos distinguir en ella tres planos de creciente
b) K. Rahner destaca la vinculación de la experiencia espiritual profundidad.
a la vida teologal cristiana. La teología necesita una mistagogía ade-
cuada. "Para tener el valor de mantener una relación inmediata con
el Dios indecible en el sentido de esa sobria espiritualidad, y también Experiencia-impresión: se encuentra en el plano más super-
para tener el valor de aceptar esa manifestación silenciosa de Dios ficial. Lo que aquí se busca es la reacción subjetiva: impresión
como el verdadero misterio de la propia existencia, se necesita evi- de placer o gozo. Los objetos o las personas sirven como estímu-
dentemente algo más que una toma de posición racional ante el pro- lo o pretexto. La relación queda, no sólo despersonalizada, sino
blema teórico de Dios, y algo más que una aceptación puramente enteramente destruida. Es el caso de algunos movimientos espi-
doctrinal de la doctrina cristiana. Se necesita una mistagogía o ini- rituales y de ciertas personas que buscan en la religión impre-
ciación a la experiencia religiosa que muchos estiman no poder encon- siones, como en la droga. Es una experiencia ínfima, degene-
trar en sí mismos, una mistagogía de tal especie que uno mismo pueda rada, de lo espiritual. La búsqueda de impresiones religiosas
llegar a ser su propio mistagogo" 7. da lugar a lo que algunos llaman "turismo espiritual".
c) El silencio de Dios, la conciencia de su ausencia, la oscuridad Experiencias: Las experiencias en plural tienen carácter per-
espiritual, se han agravado recientemente. Las reacciones provocadas sonal y mayor profundidad. Son momentos privilegiados en que
por este fenómeno han exacerbado en muchos creyentes la necesidad nuestra persona experimenta con particular hondura e inme-
de una experiencia de fe, caridad y esperanza vividas. Cada uno la diatez el sentido de la vida, la presencia de Dios en ella. Res-
vive en la forma y medida de su gracia y formación. ponde a situaciones desacostumbradas, que colocan a la per-
d) A. M. Besnard señala otro factor que en nuestros días acre- sona en un punto crítico. Aunque esporádicas, estas experien-
cienta el hambre de experiencia espiritual entre los creyentes con- cias son preciosas, y a base de ellas se alcanza el tercer estadio.
temporáneos. En su vida social, el cristiano está sometido a una cons- La experiencia, en singular. Es el resultado, la decantación
tante estimulación de los sentidos: ver, gustar, palpar. Los valores de numerosas experiencias aisladas día tras día, unas relevantes,
son presentados de manera siempre nueva, interesante, atrayente. otras imperceptibles. Esta experiencia se pega a la persona y
Esto crea un alto nivel de estimulación sensible en su vida. En con- se funde con ella. Enriquece toda la vida y actividad psíquicas:
secuencia, las realidades que no gozan de esa inmediatez y fuerza la intuición, la reflexión, el amor, la prudencia. Las experiencias
de estímulo pierden consistencia y desaparecen en la periferia de
8
la conciencia. En estas condiciones, es elemental que la vida en Cristo "Estos son los términos en que se plantea la exigencia de una expe-
adquiera realismo, adherencia personal, capacidad de interpretar los riencia cristiana renovada. El cristiano no busca la experiencia por la expe-
hechos. Necesita estar seguro, palpar la realidad del amor de Dios riencia, lo sensible por sí mismo, como una especie de diletantismo espiritual
que se añade a los diletantismos de las demás 'experiencias' humanas que
7 puede hacer sin comprometerse realmente en ellas. Trata de vivir de Cristo
K. RAHNER, "Espiritualidad antigua y actual", en Escritos de Teología, en un universo que le somete a tensiones terribles y a seducciones contra-
Vil, Madrid, 1967, p. 25. El texto citado continúa: "Solamente para aclarar dictorias; quizá se pueda decir que trata simplemente de sobrevivir como
el sentido de lo que se va diciendo, y aun a conciencia del descrédito de la cristiano." A. M. BESNARD, Tendencias dominantes en la espiritualidad con-
palabra 'mística' —que bien entendida no implica contraposición alguna con temporánea: Concilium, 9 (1965), 25-47. El mismo autor desarrolla más
la fe en el Espíritu Santo, sino que se identifica con ella—, cabría decir que ampliamente el tema de la experiencia espiritual en su obra Ces chréliens
el cristiano del futuro o será un místico, es decir, una persona que ha expe- che nous devenons, Paris, 1967, especialmente pp. 114-144: "Pour une aut-
rimentado algo, o no será cristiano." hentique expérience spirituelle".
444 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA 1. EXPERIENCIA CRISTIANA 445
originales que la integran han perdido su perfil individual, para Dios sale al encuentro con gracias y exigencias, incluso místicas
dar paso a una madurez cristiana envolvente. en medio de la existencia afanosa de cada jornada.
Esta última es la que sobre todo interesa, y la que mejor Celebración litúrgica y oración. Lugar clásico de la expe-
sirve para cumplir la tarea encomendada a la experiencia espi- riencia cristiana se consideran: la Sagrada Escritura, la oración
ritual en la presente situación. Hay personas que hacen innu- y el sacramento. La gracia se hace espiritual y sensible. En
merables experiencias, pero no las conectan y cada una se pier- esto no necesito insistir, porque hablaré a continuación de mis-
de en su individualidad. Después de años de contacto con las ticismo y de oración contemplativa.
mismas cosas, o realidades sobrenaturales, no tienen una expe- Personas y comunidad. Especial sensibilidad y eficacia posee
riencia espiritual que caracterice a la persona. Otros, por el la mediación de las personas y de las situaciones humanas:
contrario, van acumulando sin darse cuenta las experiencias convivencia, solidaridad, compromiso activo y sacrificado por
aisladas, que un día cristalizan en experiencia. Esta tiene menos los hermanos. La comunidad puede ser objeto de una expe-
vistosidad que las experiencias, pero mucho mayor hondura. riencia cristiana peculiar, y medio de cultivar otras muchas for-
Y también mucha mayor fuerza de ejemplo e irradiación. mas de la experiencia cristiana.
Gozo y la alegría. Dentro de sus limitaciones, la alegría lleva
sabor y ansia de eternidad, de infinitud interminable. Desvela
Formas y mediaciones profundidades del alma humana, que están arraigadas por la
creación y la redención, y anticipan comunión con Dios, feli-
El tema forma parte de la vida teologal con sus varias media- cidad. Es más hondo que el sueño de bienestar o placer.
ciones que ya hemos presentado en el capítulo correspondien- La fuerza en la debilidad. Es una de las experiencias más
te. Allí mismo se hacía la posibilidad de variar acentos, dosis, claras de la presencia y acción del Espíritu Santo. Tendemos
en correspondencia con la gracia, la psicología, la situación. instintivamente a identificar como experiencias de Dios los
Aun refiriéndose a un mismo misterio, a un mismo objeto, momentos vividos en gozo sensible. Hay parte de verdad. Pero
la experiencia es algo personalísimo. Dios dispone de innu- es necesario completar esa visión con la otra cara del misterio
merables vías para manifestarse al hombre, y poseen los cre- cristiano: el sufrimiento asumido es lugar de la experiencia del
yentes sensibilidad humana y religiosa diferentísima para per- Espíritu, experiencia de cruz y resurrección con garantías de
cibir su presencia y acogerle. El sugerir ahora formas y lugares autenticidad. La "respuesta" no es reacción de espontaneidad
se ha de entender con amplitud y relatividad, con carácter de o fuerzas humanas. En estos casos, se deja palpar a oscuras
ejemplificación. la presencia del Espíritu9.
En conformidad con lo que he dicho de vida teologal, los
lugares y posibles formas de la experiencia cristiana se extien- 9
Si quisiéramos "localizar" momentos privilegiados del encuentro y de
den a todo el ámbito de la existencia. Los lugares y moda- la acción del Espíritu, más que en momentos de fervor, los identificaríamos
lidades concretas de la experiencia cristiana, al igual que las en aquellos otros en que hemos sufrido o acometido algo que no iba a tono
con nuestras fuerzas y gustos: ¿he sido capaz de callar, cuando tenía motivos
mediaciones, admiten variaciones innumerables según gracia, y razones para defenderme y contraatacar, como he reaccionado tantas
vocación, tareas y obligaciones, temperamento. Todo ello se veces...; he sabido y podido perdonar, sin esperar recompensa, cuando el
encuentra asumido en el plan con que Dios santifica a la per- perdón no me lo interpretaba como favor, sino que me lo exigían derecho...;
sona y esa persona irradia su vida de gracia evangelizadora: me he sacrificado sin que nadie se lo agradezca, sólo por esa cosa misteriosa
vida de familia y de trabajo, servicios en la sociedad y en la que llama voluntad y amor de Dios; he cumplido un deber penoso, sabiendo
que hacía humanamente una tontería y que me hacía daño...? Si estas cosas
misión, enfermedades y limitaciones, alegrías y problemas de han tenido lugar en su vida, puedo creer que he experimentado la presencia
todo tipo, amistad sentida y críticas ásperas. No hay razón para y la acción del Espíritu. K. RAHNER, "Sobre la experiencia de la gracia", en
limitarlos al ámbito de la oración, del culto o recogimiento. Escritos de Teología, III, Madrid, 1961, pp. 103-107; id., "¿Es la ciencia una
446 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA 2. MÍSTICA CRISTIANA 447

sidades y calidades de experiencia espiritual en nada inferiores


Experiencia "pasiva"y teologal a la experiencia mística. En lo que podemos observar huma-
namente, por las fuentes y documentos, se aprecian "experien-
Se trata de descubrir y activar el factor teologal. Estos luga- cias teologales" no místicas, superiores en calidad, amplitud
res y mediaciones son ocasiones de experiencia, no la expe- y hondura transformante a formas de experiencia mística.
riencia misma. Para que haya experiencia espiritual, es nece- Superior, no solamente como santidad, sino como experiencia.
sario que sean asumidos y animados por la fe y el amor del La experiencia cristiana espiritual lleva dentro la pasividad
creyente, que percibe y acoge la presencia de Dios y participa receptiva de la vida teologal: conocimiento de Dios revelado,
en el encuentro. Interioridad y exterioridad se unen, dando su amor y fidelidad en vivo. No le hacen falta connotaciones
lugar a la auténtica experiencia de comunión teologal. Cerrada propiamente "místicas" para llegar a cimas de plenitud. Pode-
en sí misma, la experiencia sería cada vez menos cristiana y mos comprobar, en lo que alcanzan nuestros conocimientos,
espiritual, por falta de contacto con el misterio y las media- que hay escritos y personas no-místicos que superan en den-
ciones auténticas del mismo. Privada de resonancia interior, sidad y vida a personas y escritos considerados "místicos". Me
el misterio cristiano se convierte en ideología dogmática, y la parece confundir los términos y las realidades construir una
vida cristiana en prácticas morales o religiosas. "mística general", que con mejor criterio y mayor propiedad
teológica y espiritual deberíamos llamar "experiencia espiri-
El discernimiento cumple en esto función insustituible. La
tual" o "teologal". De hecho, los autores que la proponen vie-
"avidez" y la acumulación de experiencias dispersas, tanto per-
nen a decir esto mismo, con términos altisonantes e imprecisos.
sonales como colectivas, corre peligro de quedarse en el ámbito
de una vivencia "psíquica", sin llegar a una verdadera expe- El desarrollo de la experiencia cristiana nos lleva de la
riencia "teologal". Esto puede suceder en la devoción privada mano a la experiencia mística. "En la línea de este misticismo
y en la liturgia, Los mismos criterios que se aplican a una valen inicial de la fe y de la caridad, que es una real experiencia
para otra. San Juan de la Cruz las coloca en igual rango, frente de Dios a nivel de la vida cristiana fervorosa, es fácil com-
al peligro. Algunos se cargan de penitencias, oraciones, ejer- prender que la experiencia propiamente mística viene a inser-
cicios y lecturas, por "golosina espiritual" 10. tarse como su natural culminación" u .
El carácter "pasivo" de la experiencia espiritual es tema
grave por sus resonancias en las relaciones con la mística de
que luego hablaremos. En buena parte, la tendencia a gene- 2. Mística cristiana
ralizar la experiencia propiamente mística se debe a la "in- En el contexto de la teología espiritual, la experiencia mís-
fravaloración" de la experiencia cristiana no mística. No se la tica es como una modalidad de la experiencia cristiana, en que
estudia en sus rasgos y calidades, y en su pleno desarrollo de la acción de la gracia y la participación del sujeto alcanzan
vida teologal. Dentro de la experiencia teologal, caben inten- particular eficacia e inmediatez. Actúan los mismos elementos
ya presentados: presencia y acción del Espíritu, comunión teo-
confesión?", ib., p. 432; M. DE CERTEAU, L'expérience spirituelle: Christus, 17 logal, trasformación personal, conciencia acentuada. El paso
(1970), 488-498.
10
"M. Olivier Clement hace notar con razón, frente a algunas expe- de una a otra implica normalidad y novedad. La expresión más
riencias vividas colectivamente, si se trata de experiencias propiamente pneu- completa para indicar continuidad y diferencias sería: "gra-
máticas, espirituales, o bien, de experiencias psíquicas. En la gran tradición cia-experiencia-cristiana-mística"; en forma abreviada: "expe-
del Oriente cristiano hay en esto actitud de gran sobriedad y de mucha vigi- riencia cristiana mística". En el uso corriente, se invierte el
lancia." Y. CoNGAR,/e crois en l'Esprit-Saint, II, Paris, 1980, p. 216; que añade
en nota: "Inútil citarlo, por demasiado conocido. De todos modos, ¿cómo
orden de los términos, anteponiendo mística a cristiana: "ex-
no evocar a san Juan de la Cruz, Subida del Monte Carmelo, libro III, 11
caps. 30-32...?" A. LÉONARD, en DSpir, 4, 2024.
448 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA 2. MÍSTICA CRISTIANA 449

periencia mística cristiana". En la ordenación primera


(exp. crist. míst.), "mística" sobreviene como modalidad de la Terminología: mística y contemplación
experiencia cristiana; en la segunda (exp. míst, crist.), se pos-
pone "cristiana", por lo que pudiera entenderse que ésta apa- Son los dos vocablos que se han utilizado para designar
rece como concreción de la "mística universal". a lo largo de la historia el aspecto de la vida cristiana que
De mística se ocupa la espiritualidad con particular interés ahora nos ocupa. Conviven en las diferentes épocas, prevalece
y competencia, por razones de doctrina y vida. La mística afecta uno u otro según carismas y culturas. Actualmente "mística"
directamente a los puntos más sensibles de esta disciplina: es es el de uso más frecuente y de significado más amplio. Una
presencia y comunicación de Dios, vida y fuente espiritual, fe breve historia de los mismos facilita su posterior aplicación.
y caridad, oración, luz y oscuridad, etc. Ha sido y sigue siendo
objeto de intensa reflexión teológica, en su origen, componen- Mística. Es una palabra que la tradición cristiana toma de
tes, conexiones con los misterios de la revelación; cumple fun- religiones y filosofías paganas. El vocablo "mística" es utilizado
ción mistagógica importante en la formación espiritual cris- inicialmente por las religiones y cultos de los misterios: ritos
tiana, y ejerce fuerte atracción dentro y fuera. secretos, personas que se inician en ellos, luego doctrinas y
métodos de conocimiento secretos. En el uso cristiano, mística
El interés por la mística y los místicos se ve favorecido
se aplica a la celebración de los misterios del Señor, la euca-
por una serie de factores convergentes: en primer lugar, redes-
ristía en especial, al sentido alegórico y figurado de la Sagrada
cubrimiento de la tradición mística cristiana con sus creaciones
Escritura. A través de los escritos de Dionisio o Pseudo-Dio-
de alta calidad, atracción de Oriente con su sabiduría y méto-
nisio (siglo vi), "Teología Mística" amplía su significado: cono-
dos de interioridad, la reacción a la racionalidad occidental
cimiento oscuro, experiencial, que trasciende el conocimiento
invadente, emergencia de la sensibilidad religiosa en moda-
sensible e intelectual. Durante siglos, "teología mística" desig-
lidades informes, rehabilitación de la tradición cristiana que
na el conocimiento experiencial afectivo, la "gracia" misma;
cobra vigor y amplitud, interesamiento de las ciencias humanas
no su estudio teológico, como indicará después. En fin, se afir-
como historia de las religiones, filosofía, psicología, lengua-
man los términos: "experiencia mística", para la gracia y expe-
je, etc.
riencia; "teología mística", para su estudio teológico.
Presentaré en síntesis nociones y elementos para captar e
interpretar esta forma peculiar y compleja de la experiencia "La mística", sin apoyaturas, es el último paso que hace
cristiana en sus varios aspectos: experiencial, teológico, his- el vocablo. Se desprende de apoyos y sustantivos (sacramento,
tórico, espiritual, pastoral, de actualidad 12. gracia, experiencia, teología), para quedar aislado y sustanti-
vado: "la mística", expuesta a toda clase de adherencias y ambi-
12
G. MOIOLI, "Mística cristiana", en NDE, Madrid, 1991, pp. 1266-1281; güedades, religiosas y profanas. Para el cristiano y el teólogo,
A. L. CILVETI, Introducción a la mística española, Madrid, 1974; J. MARTÍN
VELASCO, Espiritualidad y mística, Madrid, 1994; E. UNDERHILL, Mysticism, A. SOLIGNAC, "Mystique", enDSpir, 10, 1890-1891 (Paris, 1980); B. SECONDIN,
N. York, 1974; AA. VV., Vita cristiana ed esperienza mística, Teresianum, I mistici e la mística: La moda e iproblemi: Consacrazione e servizio, 38 (1989),
Roma, 1982; AA. VV., La Mística. Fenomenología e riflessione teológica, 13-26; Id., La mística del xx secólo: teoría ed esperienza: Ricerche teologiche,
E. ANCILLI y M. PAPAROZZI (ed.), 2 vol., Roma, 1984: H. EGAN, / mistici e 1 (1992), 59-86; S. Ros, Mística y nueva era de la Humanidad: Teresianum,
la mística. Antología della mística cristiana, Cittá del Vaticano, 1995; G. Pozzi 40 (1989), 551-569; AA. VV., Grandi Mistici, 2 v o l , Bologna, 1987; E. UNDER-
y C. LEONARDI, "Bibliografía ragionata sulla Mística", en Scrittrici mistiche HILL, Mysticism. A Study on the Nature and Development of Man's spiritual
italiane, Marietti, Genova, 1988, pp. 701-713 (boletín sobre los estudios mís- consciousnes, New York, 1974; C. A. KELLER, Approche de la mystique dans
ticos en general: informa, clasifica, evalúa); R. MORETTI, "Mística e misticismo les religions occidentales et orientales, Paris, 1996; D. LICCIARDO, De la analogía
oggi", en AA. VV., Mística e misticismo oggi, Roma. 1979, pp. 28-41; en el conocimiento de Dios por la experiencia mística, Zürich, 1965, pp. 355-364;
M. MARTY, La persistence de l'élément mystique: ConciliurO (1973), 81, 33-44; AA. VV., Contemplación y mística: RevEspir, 30 (1971), 429-439 (boletín de
I. COLOSIO, Agonía della mística nell'attuale congiuntura ecclesiale: NuovaRi- lo publicado por las revistas españolas en los treinta años anteriores a esa
vAscMística, 1 (1976), 105-116; discusiones sucesivas: Ib. 2 (1977), 272-275; fecha).
450 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA 2. MÍSTICA CRISTIANA 451

sea sustantivo o adjetivo, la palabra lleva una clara determi- teológica. La segunda recoge una idea común de la primera
nación: gracia, sacramento, experiencia, teología B . parte de este siglo.
Contemplación. "Contemplación" comparte con mística la
responsabilidad de representar esta dimensión del misterio "La contemplación es ciencia de amor, la cual es noticia
cristiano. Tiene su origen en la filosofía griega, que coloca el de Dios amorosa, que juntamente va ilustrando y enamorando
conocimiento o la "gnosis" como cima de la perfección huma- al alma, hasta subirla de grado en grado hasta Dios su Criador":
na. Adoptada en la antigua literatura cristiana, evoluciona y San Juan de la Cruz, Noche oscura II, 18,5.
se enriquece; forma de conocimiento, de oración, de experien- Experiencia mística es conocimiento amoroso de Dios, ínti-
cia "inmediata" de Dios. "Vida contemplativa" es prolongación mo y trascendente, con carácter de inmediatez, pasividad y
de la actividad y experiencia contemplativa como dominante, certeza.
que se convierte en forma de existencia con cauces institu- Mística es "una particular experiencia religiosa de uni-
cionales. Se aplica preferentemente al ámbito de la oración, dad-comunión-presencia donde lo que 'se sabe' es precisamen-
y lleva connotaciones de interioridad, conocimiento y amor en te la realidad, el dato de esta unidad-comunión-presencia; no
comunión directa. Se presta a la observación directa y a la una reflexión, una conceptualización, una representación del
dato religioso vivido" (G. Moioli, "Mística cristiana", en
descripción autobiográfica. Provienen de la línea contemplativa
NDE) u.
los mejores escritos de experiencia y teología místicas: gracias,
grados del itinerario místico, fenómenos concomitantes.
Estos dos términos pueden andar juntos y también sepa- Rasgos característicos. La definición sugiere una serie de
rados: mística, contemplación, contemplación mística, mística componentes que se observan insistentemente en la experien-
contemplativa, etc. Debido a su desarrollo más bien oracional, cia mística. Se percibe mejor su peculiaridad, destacando una
la "contemplación" tiene carácter más restringido y menos apto serie de rasgos que en conjunto la caracterizan. En la mayor
para designar la variedad de experiencias actuales. Prevalece parte de ellos coinciden, variando contenido y acento, las dife-
"mística" como denominación general, a medida que se ensan- rentes manifestaciones de la mística: cristiana, religiosa o no
cha y diversifica el interés por este tipo de experiencia. Término religiosa. Son acentuaciones, no cualidades exclusivas.
general, amplio e indefinido, que abarca todo. Presencia íntima y trascendente de Dios vivo y verdadero,
que se comunica y hace sentir en su persona y misterios, con
mayor inmediatez y a nueva luz.
Definición y características Sentimiento de objetividad y certeza, vinculado al anterior:
"No se puede dudar estar allí Dios vivo y verdadero" (Santa
No es materia que se pueda fijar en definiciones. Por otra Teresa, Cuenta de conciencia 42). Dios es también el principal
parte, es imprescindible, para entrar en este campo, ofrecer agente en otro sentido, en cuanto el Espíritu Santo, con espe-
una descripción inicial, aunque sólo sea aproximativa, como cial gracia, capacita al hombre para que éste pueda acoger
esquema básico donde colocar la variedad de experiencias y
aspectos que vayan resultando del análisis más detenido y com- 14
Definición de "Espiritualidad" y "Mística": en "Studies in Spirituality",
pleto. 3 (1993). Cf. Lucien-Marie de St. Joseph, "Structure de l'expérience mystique",
Tres definiciones, de distintos autores y fechas, pueden en su obra L'expérience de Dieu. Actualité du message de saint Jean de la Croix.
París, 1968, pp. 35-58 (contra las reducciones, en p. 50). Existe un gran número
representar diferentes aspectos o momentos de compresión de definiciones, desde diferentes perspectivas: oración, experiencia, dones del
Espíritu Santo, llamamiento universal a la mística, etc. Muchas de ellas no
13
Cf. L. BOUYER, «Mystique». Essai sur l'histoire d'un mot: Supplément, pasan de ser pistas u orientaciones generales. Cf. A. ROYO MARÍN, Teoloxdi
3 (1949), 3-23; L. COGNET, Les problémes de la spirítualité, París, 1967, de la perfección cristiana, pp. 227-249: cita definiciones y descripciones dadiis
pp. 159-163. por autores de diversas corrientes y escuelas.
452 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA 2. MÍSTICA CRISTIANA 453

esa manifestación divina y corresponder con actos personales cusiones sobre el "problema místico" (naturaleza de la per-
adecuados. fección cristiana, llamada universal, contemplación infusa y
Gratuidad. La comunicación de Dios infinito, las opera- adquirida) dieron su fruto: normalización de la mística en la
ciones y resonancias que aparecen en el sujeto humano se per- espiritualidad. Aunque lo hiciera con horizonte restringido al
ciben con carácter de pura gratuidad: inmerecidas, imprepa- ámbito de la oración. Ha necesitado la mística medio siglo
radas, inimaginables. Es la pasividad en su mismo origen: pasi- más para afirmarse en el campo de la "teología dogmática"
vidad teologal, antes que psicológica. como valor y expresión de auténtica fe cristiana.
Pasividad activa o receptiva, y pasividad. Es el mismo Infi- Se advierten etapas sucesivas en la reflexión teológica sobre
nito que se comunica. La pasividad que acompaña a toda su la mística: 1) se habla de una teología mística sectorial, como
actividad en torno al misterio hace percibir la comunión como distinta de la ascética, dando por supuesta su legitimidad;
don y las propias prestaciones como fruto del mismo. 2) problematización y cuestionamiento de la existencia de una
Inefabilidad o incapacidad de expresar adecuadamente tan- experiencia mística cristiana, por parte de la teología católica,
to el objeto como los componentes de la misma experiencia. y de manera radical por la teología protestante; 3) por último,
Se debe a la trascendencia del misterio divino y a que las ope- la teología reconoce su legitimidad, la tiene en cuenta, la inter-
raciones interiores del sujeto están entretejidas con él, resul- preta e incorpora como "lugar teológico" 15.
tando imposible describirlos conceptualmente. La teología discierne y juzga, como primer paso o forma
Lenguaje simbólico y paradójico, inspirado y exigido por de acercamiento al místico y a la experiencia mística. Busca
la gracia misma incomunicable, para decir y transmitir algo garantías de autenticidad cristiana en el místico, antes de darle
del misterio, confesando al mismo tiempo su inefabilidad. crédito en sus percepciones e interpretaciones. Dispone de
algunos criterios para esta labor previa de autentificación, y
Esta descripción de la mística cristiana marca al mismo
los aplica a personas consideradas místicas en su experiencia.
tiempo su peculiaridad y su total inserción en el misterio cris-
Estos signos suponen el carácter místico de su experiencia y
tiano (Dios revelado en Cristo y sus misterios), y en la vida
escritos. 1. El místico cristiano es y se siente creyente cristiano,
cristiana (actividad teologal). La experiencia mística es limi-
en toda su concreción y amplitud: Cristo, evangelio, iglesia.
tada, ya que suele afectar solamente a algunos de los com-
Este es su mundo de fe y de vida, sin privilegios ni restricciones.
ponentes de la vida cristiana; es en cambio más intensa en
2. La comunicación de Dios, la propia abertura e intimidad
la vivencia y percepción del misterio central: la acción sobre-
con El tienen lugar en el ámbito de la alianza con Dios en
natural de Dios en el hombre. La vida mística cristiana se pue-
Cristo: pura gracia y misericordia, en la actuación y el dina-
de vaciar de su contenido y valores por encumbramiento y por
mismo de las virtudes teologales. 3. Se siente ante todo y sobre
reduccionismo. Por un lado, la "mística extática" que no cuenta
todo cristiano; sólo después y en lugar muy inferior, siente
con misterio ni dogma previamente revelados. Por defecto,
la modalidad mística. Ve como normal la hipótesis de carecer
falla la "mística ontológica", que sólo habla del misterio y de
de la modalidad mística; nunca la de prescindir de su ser y
gracia, sin incluir al sujeto que lo recibe en su participación
condición de cristiano. 4. Adopta plenamente el lenguaje de
vital y consciente.
la revelación, con todo su valor de comunión y contenidos;
dentro de ese ámbito, experimenta el misterio de Dios y la
consiguiente "inefabilidad", y busca cauces de expresión suple-
Mística y teología mentaria 16.
Con mucha dificultad la mística cristiana ha encontrado 15
G. MOIOLI, "I mistici e la teología mística", in AA. VV., Vita crislianu
su puesto y función en teología. El primer paso fue la entrada ed esperienza mística, Teresianum, Roma, 1982, pp. 137-157.
en la "teología espiritual" a principios del siglo xx. Las dis- 16
G. MOIOLI, "Mística cristiana", en NDE, pp. 1268-1270.
454 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA 2. MÍSTICA CRISTIANA 455

A continuación, esa misma teología escucha y aprende de La cuestión teológica se complica recientemente con adhe-
los místicos cristianos que se demuestran auténticamente tales. rencias psicológicas. A raíz de la revalorización de la "mística"
Tras haber comprobado la autenticidad cristiana de la expe- en la iglesia, lo simplemente cristiano se desvirtúa como cate-
riencia y el testimonio de los místicos, la teología tiene una goría inferior e indiferenciada. Eso hace que se procure afa-
segunda tarea igualmente exigente: la de escuchar, analizar e nosamente calificar de mística toda vida y experiencia del cris-
integrar esos "conocimientos" de primera mano en torno a tiano, del hombre espiritual o del santo canonizado. Hay cierto
los misterios de la fe cristiana. Tarea facilitada por el hecho complejo de inferioridad en decir de un santo o de un simple
de que algunos de los místicos ofrecen su testimonio en forma cristiano auténtico que "no es místico". Esa tendencia no se
parcialmente elaborada desde el punto de vista teológico. Un corrige con nociones más o menos amplias de "mística", sino
hecho tardío: "La carencia, a este respecto, es todavía macros- con una valoración plena de la "experiencia cristiana" en toda
cópica, porque todo en definitiva se reduce en el tratamiento su calidad.
teológico a leer la historia de la reflexión teológica y de los
discernimientos magisteriales, frecuentemente vistos sólo des-
de el punto de vista de la teología" 17. a) Experiencia espiritual
En su primera reflexión sobre mística, la teología espiritual
se ha limitado a algunos temas del momento: contemplación Buena parte del interés por calificar de "mística" toda expe-
mística y perfección cristiana, vocación universal a la mística, riencia cristiana intensa proviene de una carencia prolongada
mediatez o inmediatez de esa experiencia, naturaleza y función en teología espiritual. Sólo existían dos opciones alternativas:
de los "dones del Espíritu Santo", etc. Luego ha ido aumen- pasividad mística o esfuerzo ascético. A la primera correspon-
tando la lista de temas y problemas de interés: experiencia dían: experiencia, comunión, pasividad, inmediatez, etc. Los
cristiana y mística, unidad y diferenciación; existe o no existe "no-místicos" disponían de sucedáneos pobres: esfuerzo, devo-
una diferencia entre ellas y cómo formularla; si median entre ción, ejercicios de piedad, meditación de los misterios, etc. Esta
ellas relaciones de identidad, de continuidad, de necesidad; "idea pobre" de la experiencia cristiana se deja sentir, no sola-
si hay dos "tipos" de mística cristiana, una normal y otra, y mente en los cristianos vivientes, sino entre los mismos santos
qué diferencia media entre ellas: una modalidad normal, y otra canonizados o que se trata de canonizar: El que no se presenta
de "místicos caracterizados" dotados de cierta eminencia caris- como "místico" y con "experiencias místicas" queda en con-
mática. diciones de inferioridad. Este es un síntoma de que la imagen
A partir de la expresión "experiencia-cristiana-mística", de experiencia cristiana que se ha generalizado está devaluada
queda por precisar o replantear el problema de las relaciones y lleva adherencias poco teológicas.
existentes entre experiencia cristiana y experiencia mística. En En realidad, ser o no ser místico representa modalidades
la primera mitad de este siglo se debatió bajo el título de la normales de la misma gracia cristiana, que puede tomar uno
"llamada universal a la mística", con método más bien deduc- u otro desarrollo en su dinamismo de santidad. Como se obser-
tivo. Actualmente, el enfoque es más existencial y concreto: va en otras vocaciones y carismas: contemplación, misericordia,
saber si se puede calificar como mística la experiencia que el misiones, sacrificio; y en las diferentes formas de santidad: con-
creyente cristiano recibe o hace del misterio de la fe. fesor, mártir, virgen. Cada uno tiene su gracia, sin ser por ello
superior al otro. Comprobamos a cada paso en la historia y
17
Tomás ALVAREZ, "Estado actual de los estudios místicos", en AA. W . , en la actualidad que muchos cristianos "no-mártires" han vivi-
Contemplación, Madrid, 1973, pp. 95-108: graves omisiones y silencios en
do una santidad igualmente intensa, incluso superior en sufri-
obras teológicas muy representativas; M. L. GONDAL, La mystique est-elle un
lieu théologique?: NRT, 108 (1986), 666-684; G. MOIOLI, "1 mistici e la teo- mientos y testimonio de fe; sólo que de otra manera. No por
logía", AA. VV., Vita cristiana ed esperienza mística, p. 152. ello vamos a decir que "todos somos mártires", para evitar
456 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA 2. MÍSTICA CRISTIANA 457

que se quede en "privilegio" de unos pocos. El martirio implica


determinada modalidad de gracia y experiencia. b) Experiencia mística caracterizada
Con la experiencia teologal, disponemos hoy de una nueva
categoría, que nos permite encuadrar y valorar de lleno la expe- Prolongación homogénea no-necesaria, de la experiencia
riencia cristiana, sin verse forzados a calificar de místico todo cristiana y espiritual es la modalidad que calificamos de "mís-
lo bueno, vivencial, comunional. Como hemos visto en el cap. 2, tica" caracterizada. Es decir, la que presenta esos rasgos de
la vida teologal presenta los mismos rasgos de la experiencia manera repetida, relevante, perceptible. Este es el tema fuerte
mística: comunión con Dios vivo presente y comunicativo, que hoy se presenta a la reflexión de la teología espiritual,
carácter intensamente personal, pasividad consciente, intensi- si queremos que tenga sentido y respuesta el problema de la
dad creciente, en toda mediación y forma de vida cristiana mística universal o especial. En gran parte, la solución se
y humana. En lo que podemos humanamente apreciar por la encuentra por vía de método "inductivo", es decir, observando
observación directa y el análisis teológico, hallamos no-místicos si el hecho o fenómeno se produce efectivamente. Ahora bien,
con experiencia cristiana de mayor intensidad y calidad que para ello se necesita definir de algún modo los rasgos que lo
otras personas que han tenido experiencias místicas. caracterizan en su especificidad.
El problema se desplaza actualmente: el desarrollo de la Los autores que hablan de mística generalizada no precisan
experiencia cristiana teologal, ¿adopta siempre modalidades en qué consiste el carácter "místico" de esa experiencia. Más
místicas? Las exposiciones y soluciones que se leen están basa- bien retrotraen el significado al uso primitivo: vida alimentada
das en algunos presupuestos, que necesitan revisión. El afán por los sacramentos del bautismo y la eucaristía, actuada por
de unlversalizar la calificación de "místico" no mejora la cali- el Espíritu Santo, alimentada en la lectura actualizada de la
dad de la experiencia cristiana, sino se limita a conferir un Sagrada Escritura, etc. Es lo que hoy denominamos experiencia
título. La calidad de la experiencia real se puede designar y cristiana. Si incluimos pasividad, docilidad, servicio, agrade-
valorar de otras maneras más adherentes a la realidad. En el cimiento a la iniciativa de Dios, tenemos lo que he denominado
intento de incluir a todo creyente en la categoría de "místico", experiencia teologal.
se opera una "reducción al mínimo", en que "mística" es sinó- Quedan formulados algunos de los rasgos característicos
nimo de "cristiana": toda experiencia cristiana es mística. Con de la experiencia mística. Son efectivamente caracterizantes,
eso no se resuelve el problema, sino que se complica en el cuando se realizan con cierto relieve y calidad, ya que toda
lenguaje lo claro y sencillo. vida de fe conlleva experiencia, conciencia de gratuidad, trato
Donde realmente hay que hacer una revisión teológica es filial directo con Dios. Lo veremos más adelante en este mismo
en la comprensión de fuertes experiencias cristianas teologales, capítulo. A continuación, al hablar de "los místicos".
que demuestran modalidad mística, y que no entran en las Para poder decir algo, teológica y pedagógicamente útil,
expresiones de los místicos bien caracterizados de otros siglos. es necesario entender los términos mística y místico con cierto
Decir, en este sentido, que la experiencia mística es universal rigor. Cuando aquí hablamos de mística, nos referimos a sus
parece una cosa tan obvia, que es para darle todo este relieve formas acentuadas y caracterizadas. Con esto no se excluye
en la espiritualidad. Lo mismo se puede decir con palabras ni rebaja la calidad de otras formas de experiencia cristiana.
más claras, precisas e iluminantes, para la orientación del cris- Lo mismo que cuando hablamos de mártir, virgen. Incluso
tiano. Cuando quiere entrar en contacto con un místico o con cuando hablamos del "teólogo" nos centramos en personas
un libro de místico, es porque desea algo especial. destacadas; reconociendo que todo cristiano hace reflexiones
de fe, con frecuencia profundas y luminosas en su sencillez.
Dejamos de lado el antiguo problema de la llamada uiii
versal, planteado en términos de teología pura: los dones que
458 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA 3. LOS MÍSTICOS: PERSONAS Y ESCRITOS 459

generan contemplación mística infusa, y los que generan vida potencias, a los efectos de transformación moral y a las reso-
mística. El método deductivo de base teórica, sin confrontación nancias psicológicas.
en la vida, no aclara el tema de la "experiencia" cristiana o
mística, que hoy tratamos de observar y analizar.
Distinguir dos sentidos o formas de mística, una común 3. Los místicos: personas y escritos
de todos y otra más destacada en sus formas y resonancias
espirituales y psicológicas, no mejora la realidad en nada, ni De "la mística" en general pasamos a los místicos, personas
facilita la comprensión. Es cambio de palabras, como queda concretas a quienes Dios trata con particular cercanía y lumi-
dicho. nosidad. La experiencia mística existe únicamente en las per-
Experiencia teologal cristiana. Es el nombre que hemos sonas que reciben la comunión divina en fe y amor. Las refle-
dado a gran variedad de experiencias exquisitas en su contenido xiones teológicas sobre la mística sirven de simple introducción.
e intensidad, en su calidad y fuerza transformadora. Que, sin Es necesario entrar en contacto directo o indirecto con los
embargo, a la percepción se presenta como intensificación y místicos y sus escritos, para poder apreciar y gustar algo de
ahondamiento de la comunión creyente conocida por el mismo ese especial conocimiento amoroso del misterio divino que han
sujeto. En este caso y sentido, hay que extender al máximo experimentado y se esfuerzan por transmitir. Es algo que suce-
la extensión. La evidencia personal y colectiva aboga en su de con todos los temas de la espiritualidad; con mayor razón
favor. De uno u otro modo alcanza a todos los que asume en la mística. No admiten resumen, ni traducción al lenguaje
y personalizan la fe. Es acentuación de lo comunional, pasivo, "corriente". Lo mismo que en el arte: los estudios teóricos
gratuito. predisponen; pero es necesario mirar, gustar, escuchar las
"Mística caracterizada" es la de los místicos que se pre- obras: música, poesía, pintura, etc.
sentan con rasgos claros y modalidades acentuadas. Hacen El trato con los místicos proporciona grandes gozos y des-
comprobable en su conciencia y en los demás la inmediatez cubrimientos. Al mismo tiempo, presenta algunas dificultades.
del misterio que se revela y opera modificando las estructuras Conviene ir preparados, para no asustarse y remediarlas en
de la operación teologal. Esta forma de experiencia cristiana, la medida de lo posible: a) hablan del misterio y de la vida,
en cuanto podemos comprobar, no es general en los cristianos; desde la vida misma; no se atienden a los esquemas del análisis
tampoco entre los santos. Puede incluso ser cualitativamente teológico: definición elementos, tipología, itinerario; b) el len-
inferior, desde el punto de vista teologal. Cuando se da, apa- guaje con frecuencia resulta "impráctico", y dan relieve y
rece a quienes la reciben y a quien la observa, como don espe- desarrollo "desproporcionado" a cosas que el cristiano da por
cial y como vida normal de la gracia cristiana. supuestas o vive "en semiinconsciente"; c) ningún místico expli-
¿Por cuál nos inclinamos? Desde el punto de vista teológico ca todos los temas, gracias, fenómenos, formas, etapas de la
y espiritual, lo mejor es no confundir los planos, y dar dos experiencia mística, ordenadamente; d) son diferentes entre
respuestas diferentes. Cuando se habla de "los místicos", todos sí, incluso aquellos que pertenecen al mismo ambiente, caris-
piensan en la segunda forma, y a ellos se busca en los escritos. ma, escuela.
Tendrán un "carisma" místico, además de la gracia mística, Estas indicaciones hacen ver el pluralismo existente y el
o lo que sea, pero tienen una peculiaridad que no es común. necesario respeto y atención a las singularidades. No quiere
A esa peculiaridad bien definida nos referimos, aunque se le decir que cada uno deba leer a todos los místicos, o algunos
dé otros nombres. seleccionados de cada época o tendencia.
La peculiaridad o prolongación afecta a la experiencia cris-
tiana en sus varios componentes: el misterio divino que se ofre-
ce con particular fuerza e inmediatez; a la actuación de las
460 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA 3. LOS MÍSTICOS: PERSONAS Y ESCRITOS 461

su mayor o menor aptitud para el análisis teológico y para


Místicos y escritores la mistagogía espiritual son fundamentalmente tres:
— Contenido de la experiencia: centralidad y variedad del
La mística se encuentra en el místico, y el testimonio de misterio o misterios, que entran en su campo de percepción
éste llega a nosotros a través de sus escritos o palabra hablada y transformación. Las gracias y fenómenos que incluye. Pueden
y consignada. En consecuencia, místico significa en concreto ir a lo central del misterio cristiano, o mantenerse en zonas
"místico escritor", y en cierta medida también místico "docu- periféricas de percepción.
mentado" 18. — Interpretación y ordenación: capacidad de discernir,
Tres modalidades presentan las fuentes que más directa- entender y explicar el significado y alcance de las gracias reci-
mente interesan: Místico: persona que recibe y vive la gracia bidas, su interdependencia, jerarquía. Va más allá de la simple
mística. Místico escritor: quien recibe la gracia y la narra o des- narración de experiencias sueltas, nuevas o repetidas.
cribe. Escritor de mística: quien explica la experiencia vivida — Comunicación y lenguaje: elemento importante en la
por otros. transmisión de la experiencia, y a veces también en la vivencia
Para la teología espiritual, el místico escritor o escritor mís- misma. Por ejemplo, el "símbolo" místico ayuda no solamente
tico es la fuente preferida. Ofrece al mismo tiempo la expe- al lector, sino que ilumina y refuerza la experiencia del místico.
riencia mística y la palabra escrita como cauce para llegar hasta
ella. El místico "mudo" tiene la experiencia, pero no la comu- Hay variedad de místicos, antiguos y modernos. Han nacido
nica. El escritor "no místico" tiene la palabra, pero sólo con- en el clima de las diversas escuelas y corrientes nacionales de
tacto lejano con la experiencia. La atención se dirige en este espiritualidad: los místicos ingleses, los místicos renanos, los
momento al "místico escritor" o escritor místico. Quedan, por místicos españoles... Pero no son únicos. La mística es con-
tanto, fuera del horizonte esas dos categorías que han dado natural a la iglesia, y ha existido siempre, con una u otra mani-
lugar al problema teológico de la "universalidad" de la expe- festación y manera de expresión. Místicos son san Juan evan-
riencia mística: todo cristiano está llamado a la vida mística gelista y san Pablo; místico es Orígenes, y también san Agustín.
(primeros de siglo), todo cristiano es místico (tendencia No hay que confundir las fuentes auténticas con los escritos
actual). Sea afirmativa o negativa la respuesta, no afecta al que ofrecen experiencia devocional en lenguaje místico. Este
tema presente, ya que no hablamos de experiencia mística "ín- hecho ha sido frecuente en la historia de la espiritualidad. Bas-
tima", sino de mística comprobable y fuentes históricas. ta ver la secuencia de "autobiografías" y "relaciones" místicas,
A la hora de escoger personas o personalidades represen- que se multiplican al divulgarse los escritos de santa Teresa.
tativas para nuestro propósito de examinar gracia y doctrina En todo tiempo se da el fenómeno. Al generalizarse el uso
mística, debemos aplicar algunos criterios que permitan cono- del lenguaje místico, cualquier pensamiento o sentimiento espi-
cer a los místicos que ofrecen materiales más auténticos y cua- ritual es formulado en el lenguaje de los místicos: todo el mun-
lificados para nuestro propósito. El discernimiento resulta difí- do ve, oye, experimenta, sufre éxtasis, Dios le habla. San Juan
cil, y el terreno se presta a ambigüedad. Tres modalidades de de la Cruz lo advierte alarmado 19.
experiencias, doctrinas y lenguaje. Los criterios que establecen
19
"Espantóme yo mucho de lo que pasa en estos tiempos, y es cualquiera
18
Existe literatura abundante de contenido devocional expresado con alma de por ahí con cuatro maravedís de consideración, sí siente algunas
lenguaje místico. No resulta fácil en ocasiones distinguir entre estas dos últi- locuciones [reflexiones piadosas de propia invención] de éstas en algún reco-
mas modalidades. Hay personas de auténtica experiencia mística que la expre- gimiento, luego lo bautizan todo por de Dios, y suponen que es así, diciendo:
san en lenguaje corriente y devocional. Y también abundan personas piadosas 'Díjome Dios', 'respondióme Dios'. Y no será así, sino que ellos lus mrtN
y escritores no-místicos que utilizan lenguaje místico, que ya se ha hecho veces se lo dicen" (Subida del Monte Carmelo II, c. 29,4). En esle CUNO, no
familiar. "Terrible retórica de los lugares comunes místicos" (J. MARITAIN). falla sólo la expresión, sino también la interpretación.
462 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA 3. LOS MÍSTICOS: PERSONAS Y ESCRITOS 463

Escritores de mística. En ciertos casos, se incluyen en la llamamos místico a cualquiera que tenga intuiciones artísticas
categoría y en las antologías de místicos a ciertos "escritores y parciales de la realidad, como tampoco llamamos músico a
de temas místicos", por su influencia en la interpretación y quien aprende a tocar el piano. El verdadero místico es la per-
formulación de la experiencia; sin que ello comporte una expe- sona en quien tales poderes trascienden el nivel artístico y visio-
riencia mística propiamente dicha en ese autor. Aquí no hay nario, y se elevan a grados de genio"... "Su misticismo no es
engaño, porque se los presenta como lo que son, es decir, teó- visión aislada o resplandor fugaz, sino un sistema completo
logos o escritores de mística20. de vida, con sus propias garantías y obligaciones" 21.
El ideal sería un místico con experiencia de primera<:alidad,
con capacidad de discernimiento y reflexión teológica, y al mis-
Místicos de experiencia caracterizada mo tiempo con grandes dotes de escritor. De este modo, una
misma persona ofrecería los materiales y su elaboración; la
En el estudio de la mística se habla de los místicos cono- unidad en este sector es primordial. Efectivamente, se da este
cidos como tales, no simplemente de personas que han recibido caso. Cabe citar varios nombres. Realizadores supremos de la
gracias místicas ignoradas. Tantísimas gracias místicas que han síntesis experiencia-reflexión-lenguaje son considerados santa
santificado a la persona y a la iglesia han quedado ocultas, Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz.
o se han transmitido en formas que las hacen imposibles de Figuras "ideales" para la lectura y la teología de los místicos
identificar. Ahora se trata de categoría teológica, no simple- son aquellos que se distinguen por tres cualidades básicas:
mente religiosa o moral. Por eso excluimos de la reflexión ese intensidad y variedad de la experiencia; capacidad de inter-
tipo de personas y de experiencias que hemos llamado "teo- pretación y ordenación; recursos de lenguaje para transmitirla
logales", lo que algunos llaman "mística de cada día", y otras en sus contenidos de misterio y modalidades de participación.
generalizaciones que no favorecen la exposición teológica, ni Si nos atenemos a esos criterios, las figuras más representativas
personifican adecuadamente este tipo de experiencia cristiana de la tradición cristiana en este sentido se consideran santa
que estudiamos. Como en todos los campos, las palabras se Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz. Por su densidad de
aplican a quienes realizan de manera eminente. vida y doctrina, no son únicamente fuentes históricas, sino
Al margen de la amplitud que se dé a la categoría "mís- libros de lectura común y permanente actualidad22.
tica-místico", discutida en el apartado anterior, se impone una Caben formas de expresión muy variadas en el lenguaje de
selección de personas y de experiencias al entrar en una síntesis los místicos. Quienes no están familiarizados con las fuentes
concreta de teología espiritual. Hablar de todo y de todos es y la historia de la mística piensan que lo esencial y característico
como no decir nada, o repetir lo mismo que ya se ha dicho es el "estilo autobiográfico". Por lo general, la "autobiografía"
con otras palabras: cristiano, hombre espiritual, experiencia se desarrolla con retraso, y más bien como estilo femenino,
espiritual o teologal, etc. Necesitamos realizaciones de cierta entre "las místicas".
eminencia. Como en cualquier otro campo del saber o del vivir, Entre la variedad de posibilidad y de estilos efectivamente
se escoge como "representantes" a los más cualificados. "No utilizados por místicos de categoría se encuentran: sermones
20
y homilías (Orígenes, san Bernardo, Eckhart), tratados (Ruus-
En su reciente y amplia "antología" de textos místicos, advierte
H. EGAN: "Esta antología incluye también teólogos místicos. Por ejemplo, el
broec, san Juan de la Cruz), poemas (san Juan de la Cruz),
maestro Eckhart, T. Merton, K. Rahner, no son ejemplos de místicos, sino Confesiones (san Agustín), autobiografías (santa Teresa, beata
de teólogos místicos. Estas personas de profunda espiritualidad cristiana no
21
han recorrido el itinerario místico; sin embargo, sus reflexiones y expresiones E. UNDERHILL, Mysticism, pp. 75-76.
22
lingüísticas relativas a la experiencia mística han influido de manera relevante "Algunos se lamentan de que santa Teresa y san Juan de la Cruz
en la tradición mística." H. EGAN, / mistici e la mística. Antología de la mística sean citados de un modo tan universal; pero es un hecho i|iic debe con-
cristiana, Ed. Vaticana, 1995, p. 36. siderarse inevitable." D. KNOWLES, What is Mysticism'/, Loiulon, l%7, |). Hll,
464 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA 3. LOS MÍSTICOS: PERSONAS Y ESCRITOS 465

María de la Encarnación). Hay místicos que han escrito en el discernimiento de nuevas experiencias. En panorámica his-
formas de piedad sencilla experiencias de primera calidad. tórica y geográfica, indico nombres de místicos conocidos con
El uso de una u otra de estas formas por parte del místico el título de alguno de sus escritos24.
depende de sus capacidades; y también de sus intenciones y A continuación presento algunas de las grandes figuras mís-
destinatarios. Predomina la voluntad de declarar la gracia (co- ticas, agrupadas según escuelas, épocas y países. Son escritores
mentarios a la Sagrada Escritura) de hacerla inspiradora (poe- místicos cristianos que han dejado obras de valor e influjo.
mas); de discernimiento y narración histórica (autobiografías a) Época patrística:
y relaciones), de prolongación mistagógica (homilías y trata-
dos). Orígenes (t 254): Comentarios a la Sagrada Escritura; Gre-
Conviene tener presente la libertad de formas en la expre- gorio Niseno (t 395): Vida de Moisés; Evagrio Póntico (t 399):
sión de la mística. Así se evita excluir de la categoría de los "Prácticos", "Gnósticos"; san Agustín (f 430): Confesiones,
místicos a personas con valiosas aportaciones de experiencia Comentarios a la Sagrada Escritura; Pseudo-Dionisio (s. vi):
mística, que utilizan lenguaje corriente; y también de incluir "Teología mística" y Cartas.
en la categoría a experiencias devocionales de escasa consis- b) Edad Media:
tencia, pero formuladas en superlativos. Hay místicos dotados
de gran originalidad idiomática y expresiva, que manejan con — Francia: san Bernardo (t 1153): Comentario al Cantar
perfección varias de estas formas según conveniencia. Para su de los Cantares.
construcción mística, necesita san Juan de la Cruz una serie — Alemania: Hildegarda de Bingen (t 1179): "Servias";
de elementos religiosos y culturales insustituibles: simbolismo, Matilde de Magdeburgo (f 1297): "Luz radiante de la Divi-
poema, lenguaje bíblico, técnica teológica23. nidad"; Gertrudis de Helfta (t 1310): visiones, liturgia; Eckhart
(t 1327): "Sermones"; Taulero (1300-1361): "Institucioness";
Susón (1296-1366): "Libro de la Verdad divina".
— Países Bajos: J. Ruusbroec (1293-1381): "Ornato de las
Personas y grupos de místicos Bodas espirituales".
— Italia: san Francisco de Asís (f 1226): los estigmas, Cán-
La mística presenta variaciones innumerables a lo largo de tico; Angela de Foligno (1248-1309): Autobiografía, memorial,
la historia, reflejando maneras diferentes de vivir y percibir cartas; santa Catalina de Sena (1347-1380): Libro de la divina
el misterio cristiano. Tener presente un breve panorama his- Providencia; santa Catalina de Genova (1413-1463): El Pur-
tórico tiene muchas ventajas: la de conocer riqueza y pluri- gatorio.
formidad de la experiencia cristiana, posibilidad de elección — Inglaterra: Richard Rolle (1300-1349): "Emendado ani-
y sintonía en la experiencia personal, cuadro referencial para mae", "Incendium amoris"; Anónimo siglo xiv: "La nube de
la ignorancia"; Walter Hilton (f 1396): "Escala de perfección";
23
"No interesa un místico mudo, sino un místico escritor. Por eso, no Juliana de Norwich (1343-1413): "Revelaciones de Amor".
es irrelevante la época en que surge tal figura. En el caso concreto de la
Lengua Española, de haber brotado un místico experimental de la talla de 24
B. MCGINN, The Presence of God. A History of western christian Mysti-
Juan de la Cruz en el siglo xiv —por poner un caso hipotético que, de hecho, cism, 4 vol., Crossroad, New York, 1991; AA. VV., Mística, Fenomenología
se ha producido en otras latitudes—, su obra sería de calidad absolutamente e ñflessione teológica, vol. 1; AA. VV., Grandi mistici. A cura di G. Ruhbach
inferior, por una razón elemental: el castellano no era todavía un instrumento e J. Sudbrack, 2 vol., Bologna, 1987 (presenta 24 grandi mistici); H. GRAEF,
adecuado para traslucir los sutiles matices de tan delicadas vivencias. En este Historia de la mística, Barcelona, 1970; F. C. HAPPOLD, Mysticism. A Study
sentido, es una feliz circunstancia cultural el que la mística española sea un and an anthology, Middlsex, 1967; O'BRIEN, Varietíes of Mystlc Experience.
fruto tardío de nuestro Renacimiento..." M. J. MANCHO DUQUE, Palabras y An Anthology and interpretation, New York, 1964; Scrittrici mistiche italiane,
símbolos en San Juan de la Cruz, Madrid, 1993, pp. 16-17. Cf. M. BALDINI, Genova, 1988; A. L. CILVETI, Introducción a la mística española, Madrid, 1974;
// inguaggio del mistici, Brescia, 1986. T. SPIDLIK, I grandi mistici russi, Roma, 1977.
466 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA 3. LOS MÍSTICOS: PERSONAS Y ESCRITOS 467

1991 (Minnesota), 700 pp. (trad. it. / mistici e la mística. Anto-


c) Época moderna logía della mística cristiana, Librería Editrice Vaticana, 1995).
En las historias y antologías de escritores místicos se suelen
España: san Ignacio de Loyola (1491-1556): Diario; santa citar algunos "escritores de mística" que con sus reflexiones
Teresa de Jesús (1515-1582): Vida, Relaciones, Moradas; san y expresiones han influido en la tradición mística, aun cuando
Juan de la Cruz (1542-1491): poemas, Noche oscura, Cántico ellos mismos no hayan hecho el itinerario místico: Dionisio
espiritual, Llama de amor viva. Areopagita, Eckart, Th. Merton, K. Rahner (cf. H. Egan, /
— Italia: santa María Magdalena de Pazzi (1566-1607): mistici, p. 36).
"Éxtasis"; santa Verónica Giuliani (1660-1727): Diario; San
Pablo de la Cruz (1694-1775): Diario espiritual, Muerte mís- Tipología
tica; santa Gema Galgani (1878-1903): Éxtasis...
— Francia: san Francisco de Sales ( t 1622): "Tratado del La mística es una experiencia situada en la existencia y la
amor de Dios"; G. G. Surin (f 1665): Cánticos espirituales; cultura, la vocación y las mediaciones correspondientes. Resul-
beata María de la Encarnación (f 1672): Relaciones. ta normal que hayan prevalecido las manifestaciones contem-
plativas de la experiencia mística cristiana. Entre las razones
del hecho, se pueden señalar: prevalencia de la oración y el
Antologías culto en la espiritualidad cristiana; mayor atención y aprecio
hacia las personas que en ese mundo la realizaban; mayor refle-
xión y capacidad de las mismas para captar y describir los pro-
Para el conocimiento directo y amplio de estos místicos
cesos espirituales, dada su familiaridad con los procesos inte-
o de alguno de ellos, es preciso familiarizarse con las fuentes
riores.
respectivas: sus escritos, su biografía; ayudándose eventual-
mente con alguna introducción o estudio de ambientación "Una vez obtenida la fenomenología de la experiencia mís-
sobre época, cultura, lenguaje. Para un conocimiento sencillo tica cristiana, se podrá abrir ulteriormente una reflexión que
y antológico, existen medios apropiados. podríamos llamar tipológica. Se trata de preguntarnos si dentro
del fenómeno místico cristiano, reconocible o identificable
— Vida, escritos y doctrina: Se pueden consultar los dic- como tal en determinadas circunstancias, se dan ciertas figuras
cionarios de espiritualidad que tratan aspectos históricos: "Dic- o modelos de experiencia mística y cuáles y cuántos son estos
tionnaire de Spiritualité", "Diccionario enciclopédico de Espi- modelos. Hay que señalar que no se trata ante todo de figuras
ritualidad". o modelos históricos individuales, es decir, de personalidades
místicas que sirvan de 'modelo' que imitar; se trata de pola-
— Escritos: Están siendo editados o reeditados los escritos
rizaciones directivas, o de modos generales o fundamentales de
de místicos antiguos y modernos, como respuesta al interés configurarse el fenómeno místico cristiano, coherentes todos
que los lectores demuestran hacia este género de obras. ellos —en hipótesis— con su estructura cristiana esencial y,
— Antologías de textos. Instrumento útil para todos, incluso sin embargo, diversificables y diversificados. Al establecerlos,
para quien está familiarizado con el sector, para tener a mano una vez más no se prescinde para nada de la concreción del
una selección de figuras y textos, con los datos biográficos y fenómeno místico cristiano ni, por consiguiente, de la perso-
el cuadro bibliográfico. nalidad de quienes lo vivieron o viven, sino que nos movemos
intencionadamente en el nivel de lo que eventualmente permita
Entre otras, se ha publicado recientemente una antología encuadrar unos fenómenos concretos, no en el nivel de su reve-
de textos místicos, que resulta útil por la variedad de autores lación pura e inmediata" 25.
y textos, y por la ambientación biográfica que antepone a cada
25
uno: H. Egan, An Anthology of Cristian Mysticism. Collegeville G. MOIOLI, "Mística cristiana", snNDE, pp. 1267-1268.
468 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA 3. LOS MÍSTICOS: PERSONAS Y ESCRITOS 469

Las tipificaciones con frecuencia se han hecho a partir de Mística "activa". En el lenguaje de personas y libros se
modalidades de vivencia interna y expresión: mística de la esen- daban como equivalentes mística y contemplación. En realidad,
cia, mística esponsal, mística de la ausencia. Es evidente que la mística tiene significado más amplio y admite realizaciones
hay místicos de carácter más intelectual, y místicos y místicas fuera del campo estrictamente contemplativo. Existe una mís-
de orientación más afectiva. En muchos casos, un solo místico tica cristiana de la "vida activa". Hay menos material obser-
mezcla elementos de esponsalidad y de esencia. vable y disponible en el campo de la mística en la acción. Los
Mayor importancia e interés tiene hoy la caracterización místicos de carácter activo tienen la conciencia menos refleja,
de la mística cristiana desde su contexto de vida y acción, que o no relatan, o no han dejado escritos suficientemente defi-
son las mediaciones y fuentes de la experiencia. En la tradición, nidos en este sentido por la espiritualidad. Quizá no han tenido
ha recibido mayor atención y desarrollo la mística "contem- gracias tan frecuentes y caracterizantes.
plativa". Si bien es verdad que muchos de los místicos con-
siderados contemplativos son en realidad "hombres de acción", Hablar de mística en la acción puede entenderse en doble
y han tomado ésta, no sólo como tarea obligada, sino como sentido: 1. En sentido amplio: experiencias místicas vividas por
fuente de su experiencia mística. el místico a través de actividades o mediaciones de trato, ser-
Mística "contemplativa". La mística de orientación contem- vicio, relación fraterna, trabajos, responsabilidades; esto puede
plativa se ha manifestado y captado particularmente en la ora- darse en una persona de vida contemplativa, lo mismo que
ción y en los grados de la misma. De manera que mística es en cualquer otro estado, ya que tiene el día ocupado en tareas
el equivalente de contemplación, y ésta de oración infusa. En y servicios, no sólo en oración contemplativa. 2. En sentido
la mayoría de los casos se presenta como "mística de la vida más estricto: la mística activa se propone como "mística de la
contemplativa". En este campo, santa Teresa de Jesús es quien vida activa", es decir, de quienes viven una forma de vida apos-
ha logrado el esquema de mayor precisión. tólica predominante o muy acentuada. Sería una experiencia
La mística caracterizada en su forma contemplativa es la en la acción.
que ha servido para describir los contenidos, estadios, moda- La argumentación a favor de la existencia de una mística
lidades de la presencia y experiencia de Dios en su persona de la vida activa se lleva por dos cauces: uno teórico y más
y en sus misterios. Es la que ha dejado fuentes descriptivas antiguo, que recurre a diferencias en la acción de los dones
más ricas al respecto. Aun los que podemos llamar místicos del Espíritu Santo; otra que apela a la observación y expe-
de la acción se encuentran perfectamente reflejados en ellas, riencia de los frutos de la caridad.
cambiando mediaciones. La preeminencia de la forma contem-
plativa se explica porque es más refleja y en consecuencia se La primera deduce la existencia de una mística activa por
presta mejor a la observación y ofrece mayor número de datos la teoría de los dones. Cuando actúan de manera caracterizante
a la conciencia. Y también porque de hecho los más grandes los dones no contemplativos, como la piedad, producirán una
místicos (escritores, al menos) se cuentan entre los contem- verdadera experiencia mística, que no será contemplación. Por
plativos. distinguirla de algún modo, la llamaremos mística activa. Es
Ha existido en algunos ambientes cierta prevención, por la línea de Maritain 26.
considerarla "subjetiva". Estamos en el plano de la alianza, Otra forma explica la mística de la acción, por el recurso
de la comunión interpersonal en fe y amor, del conocimiento inmediato a la vida de actividad y servicio. Cabe un encuentro
amoroso. Todo esto implica una participación de la persona, inmediato con Dios en la acción: identificándose con sus desig-
del sujeto. Si tenemos sujeto, tenemos "subjetividad". Sin sub- nios, compenetración con su caridad en el ejercicio del ¡ipos-
jetividad, no hay vida cristiana teologal adulta. El punto deci-
sivo es cómo se integra la participación personal del sujeto 26
Cf. A. ROYO MARÍN, Teología de la perfección cristiana, MÍUIIIII, IW.I,
en el movimiento de la gracia que se le comunica y le mueve. pp. 251 ss.
470 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA 4. GRACIAS Y FENÓMENOS 471

tolado. Sería una espiritualidad de la acción, llevada hasta la amoroso de Dios, transformación. La calificación de "gracias"
experiencia inmediata27. destaca su significado y carácter salvífico en el contexto de
No se trata de contraponer a los místicos, sino de exponer la fe cristiana. En ellas se centra la vivencia, el interés, la volun-
diversas formas que puede tomar la experiencia mística. Mís- tad de transmisión del místico escritor. Y en ese mismo núcleo
tica en la acción sería la experiencia de Dios con la vida corrien- centra la atención de la teología espiritual. Hablamos de las
te, en el trabajo apostólico, en las relaciones de caridad; diría- gracias y experiencias en plural. Es más que nada una ejem-
mos, en medio de los negocios. Mística se entiende aquí en plificación esquemática de la variedad ilimitada de misterios
sentido fuerte, y, por tanto, lleva a la vivencia de las purifi- y experiencias e imágenes que la historia nos ofrece en par-
caciones pasivas y de la unión28. ticular. Las narraciones más abundantes y mejor expresadas
que se conservan pertenecen a la mística "contemplativa", por
En la teología y espiritualidad actuales se da como evidente
razones obvias. Sin decir que sea la única o la suprema, sí
la plena validez de distintas mediaciones cristianas como fuente
es la mejor representada en las fuentes, como experiencia,
y contenido de la experiencia mística. En diferentes planos,
reflexión y lenguaje.
sin afán de superioridad ni exclusivismo, se puede hablar con
rigor de mística contemplativa, activa, como expresión de las El recurso a santa Teresa como figura "paradigmática" no
dos líneas fundamentales de la vida teologal: oración y apos- implica reduccionismo o uniformidad, ya que santa Teresa
tolado. En otra perspectiva de diferenciación, se puede hablar ofrece gran cantidad de mediaciones y manifestaciones de acti-
de mística litúrgica, etc. vidad. Tiene experiencia abundante y variada, y agudeza en
No es superfluo, recordar una vez más el principio: Para su percepción. Aunque impreparada en un primer momento,
que haya experiencia mística, no basta que la mediación se alcanza luego finura de análisis y clasificación. Responde a la
preste a ello y favorezca; es necesario además que la persona definición anteriormente dada: presencia, unidad, inmediatez,
reciba y viva realmente esa gracia y experiencia en forma mís- transformación. El interés del paradigma teresiano es su ampli-
tica. tud e integridad. No solamente ofrece variedad de experiencia
en torno a los varios aspectos del misterio cristiano, sino que
además organiza en esquema el proceso y los componentes
del carisma místico 29.
4. Gracias y fenómenos

Las gracias místicas son realizaciones concretas y momen-


Vida nueva en Dios
tos intensivos de la experiencia mística. Constituyen su mani-
festación culminante en cuanto a gratuidad, conocimiento
Santa Teresa presenta y organiza los pasos fundamentales
27
Cf. H. SANSÓN, Espiritualidad de la vida activa, Barcelona, 1964, de este encaminamiento hacia la luz y la vida de Dios. Los
pp. 286-291. El autor muestra demasiado afán por obtener una mística activa vive y los sufre en sucesión consciente. A un cierto nivel, como
totalmente diferente y casi opuesta a la contemplativa. Le faltan nociones parte de la gracia y desarrollo de la experiencia, le sobreviene
y precisión. la capacidad de comprender y comunicar. Tiene experiencia
28
Cf. E. TUBERÍAS, La divinización del hombre, Madrid, 1972, pp. 886 ss.:
"La mística de la acción". No entra en la explicación teológica de esa expe- abundante y variada, y agudeza en su percepción. Aunque
riencia. Como síntesis espiritual, es el más preciso y equilibrado. No tiene impreparada en un primer momento, alcanza luego finura de
afán de contraponer entre sí a los místicos. Como ejemplo eminente de mística
de acción pone a santa Teresa, que ha vivido la experiencia de Dios también 29
Cf. T. ALVAREZ, "Santa Teresa di Gesú, mística", en AA. VV., l'ltu
entre negocios y por los caminos; siendo al mismo tiempo y sobre todo mística cristiana ed esperienza mística, Teresianum, Roma, 1982, pp. 199-229, SIIIII'NIN
contemplativa. Como ejemplo de mística de acción predominante, presenta de la experiencia mística teresiana en todo su recorrido: desde la gimiii per
brevemente a san Antonio María Claret. sonal hasta el carisma de la comunicación.
472 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA 4. GRACIAS Y FENÓMENOS 473

análisis y clasificación. Responde a la definición de G. Moioli nos que hemos indicado como índice de la madurez espiritual:
que recordábamos al principio: presencia, unidad, inmediatez. teologal, moral, eclesial, psicológico. "Quiero ahora tornar
Deberíamos añadir: transformación. adonde dejé de mi vida... Es otro libro nuevo de aquí adelante,
1. Entrada en el sobrenatural. Empieza un nuevo modo digo otra vida nueva. La de hasta aquí era mía; la que he vivido
y mundo de relaciones, de amor conocimiento y de amor, de desde que comencé a declarar estas cosas de oración, es que
trato con Dios, de ver y amar personas y cosas. Ese modo vivía Dios en mí, a lo que me parecía" {Vida 23,1). Confesiones
"sobrenatural" que afecta a la totalidad de su vida de oración breves y expresivas: "No parece es ella ni su sombra." "Yo
y relaciones se caracteriza, en primer lugar, por la gratuidad me veía otra en todo." "Veía claro quedar en una vez otra.'"
en doble sentido: no merecido ni previsto; y aun después de "Queda el alma otra, porque comienza de nuevo amor vivo
recibido, imposible de copiar y administrar por propia cuenta. de Dios."
Afecta a toda su vida cristiana y espiritual, incluso a zonas
que no pertenecen explícitamente a la gracia. El criterio que
sigue para calificar de "sobrenatural" es la pasividad y la impre- Conocer y comunicar: complemento carismático
visión: "Bien entendía yo era cosa sobrenatural lo que tenía,
porque algunas veces no podía resistir. Tenerlo cuando yo que- Se puede afirmar con fundamento que sólo una parte míni-
ría era excusado" {Vida 23,5). Sobreviene, se le regala. Es "so- ma de los místicos efectivos han dejado huella de su vivencia
brenatural", no solamente en el sentido en que lo es la gracia, interior. Muchos la han vivido y reconocido en la conciencia
sino en el modo como se siente venir y actuar en la persona. y el silencio. Muchos más son los que han vivido esas expe-
2. Inmersión en el misterio de Dios presente. Es el verda- riencias como "ejercicio normal" y a ratos penoso, de oración,
dero núcleo de la gracia y experiencia mística. El encuentro caridad, fidelidad y sacrificio, como parte de su vocación cris-
de comunión y unidad tiene lugar por comunicación libre de tiana. Caso típico conocido y citado por santa Teresa: una
Dios, que vive en el alma y la hace vivir en El. El hecho-ma- mujer sencilla que viene a pedirle ayuda a la santa, porque
nifestación del misterio, por gracia especial, es percibido por sólo sabe orar vocalmente y con distracciones. La somete a
el sujeto con certidumbre e inmediatez. Esta Presencia comu- un breve discernimiento y descubre la verdad de la experiencia
nicativa adopta variedad de misterios, gracias, mediaciones, contemplativa: "Pregúntele qué rezaba, y vi que asida al Pater-
representaciones. "Tenía yo algunas veces, aunque con mucha nóster, tenía pura contemplación y la levantaba el Señor a jun-
brevedad pasaba, comienzo de lo que ahora diré: Acaecíame tarla consigo en unión; y bien se parecía en sus obras... Alabé
en esta representación que hacía de ponerme cabe Cristo, que al Señor y hube envidia su oración vocal" 30.
he dicho, y aun algunas veces leyendo, venirme a deshora un Los místicos que toman conciencia refleja de la experiencia
sentimiento de la presencia de Dios que en ninguna manera y además la han manifestado de palabra o por escrito realizan
podía dudar que estaba [Dios] dentro de mí, o yo toda engol- en la iglesia un servicio valioso de misión mistagógica, no sola-
fada en El" {Vida 10,1). "No se puede dudar el estar allí Dios mente de utilidad teológica. Algunos de ellos gozan de un ver-
vivo y verdadero" {Reí. 41). dadero carisma eclesial en este sentido, sobreañadido a la gra-
3. Transformación personal en vida nueva. La transforma- cia mística misma. A los componentes habituales de la gracia
ción del sujeto es parte y garantía de la comunicación mística mística se añaden en algunos capacidades especiales ("caris-
auténtica. En mayor o menor grado de profundidad y amplitud, máticas"), que prolongan la experiencia y le dan alcance para-
según el alcance de la gracia y la preparación del sujeto, ya digmático y magisterial. Dos destacan: comprensión y comu
que no estamos en el orden de los milagros. Transforma el nicación.
modo de ser, vivir y obrar de la persona. Una gracia mística
de calidad normalmente afecta profundamente a los cuatro pla- Camino de perfección. 30,7.
474 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA
475
4. GRACIAS Y FENÓMENOS

Tanto el comprender como el comunicar pueden parecer


cristiana. El místico se centra en el misterio comunicado, más
cualidades secundarias en cuanto al valor de la experiencia
que en la experiencia subjetiva que provoca. Dios es el punto
misma. En cambio, para el estudio y la mistagogía, son "agre-
de arranque y el punto de llegada de la mística. La gracia brota
gados" de la máxima importancia.
de su presencia y acción, en conformidad con la economía sal-
Esta capacidad, en el caso de santa Teresa, se califica de
vífica, por mediación de Cristo. La mística va en línea con
"carisma". Ella misma la coloca en último lugar, como deri-
la gracia, acentuando sus dos componentes: el continuo don
vación de la gracia mística, ateniéndose a la cronología del
y la iniciativa de Dios; el carácter personal de la relación.
descubrimiento. El lector y el teólogo le asignan a este mismo
dato prioridad de introducción. El "carisma" de conocimiento En la descripción objetiva del misterio, el místico suele
y formulación que tiene la Autora es base de credibilidad, y hacer uso de la palabra revelada, la fe, el dogma, la teología.
el medio por donde los demás tienen acceso a esa mundo de Su testimonio no se presenta como una nueva definición o
realidad. Ha logrado una fórmula lapidaria, que es obligado descripción del objeto. En cuanto a los misterios que cons-
citar cuando se habla de las gracias místicas: tituyen el objeto directo de la experiencia, hay algunos que
se presentan con mayor fuerza y frecuencia: Dios Uno y Trino,
"Gustará vuestra merced mucho, de que el señor se las dé con sus atributos, su presencia en el alma, su acción en la his-
todas [estas gracias], si no las tiene ya, de hallarlo escrito y toria; el misterio de Cristo con sus implicaciones, especialmen-
entenderlo que es. Porque una merced es dar el Señor la mer- te la encarnación, muerte-resurrección; el misterio de la sal-
ced; y otra es entender qué merced es y qué gracia; otra es vación de los hombres y los innumerables caminos de Dios
saber decirla y dar a entender cómo es. Y aunque no parece para llevar a cabo su obra. Se ha dicho con razón que sería
es menester más de la primera, para no andar el alma confusa de gran interés tener a la mano un comentario continuado
y medrosa e ir con más ánimo por el camino del Señor..., es a la Sagrada Escritura a base de textos y experiencias de los
gran provecho entenderlo y merced" (Vida 17,5). místicos. Y otro tanto se pudiera decir con relación a los mis-
terios de la fe cristiana. Aun cuando la "antología" mística
Comprender: No es fácil entenderse en este mundo "so- resultara "compuesta", demostraría con evidencia que han vivi-
brenatural" en que se ve sumergido el creyente, sin previo estu- do la totalidad del misterio cristiano con calidades de fe, amor,
dio. Incluso los más preparados lo encuentran todo lleno de acción, extraordinarias y ejemplares a la vez 3 1 .
sorpresas. Santa Teresa deja constancia de su progresivo des- Estos misterios no se dan en forma de solo conocimiento,
cubrimiento: primero no acaba de darse cuenta, luego se da sino de amor, experiencia y, sobre todo, participación. Se
cuenta y no comprende; luego comprende y no sabe decirlo. entiende y ama desde dentro. No es posible en esta breve sín-
Comunicar: la palabra mística. Es la culminación del pro- tesis hablar de los misterios que han tenido agentes y objetos
ceso. En parte, puede ser fruto de la gracia mística, y en buena de experiencias místicas especiales. Entran todos o casi todos,
parte también de las capacidades y previa cultura del sujeto. con diferentes enumeraciones y acentuaciones según místicos,
Según eso, tiene cada uno sus recursos. carismas, cultura, preferencias personales: la Trinidad, la fami-
31
Cf. L. COGNET, Introduction á la vie chrétienne. I, Les problémes de
Misterio de Dios y gracias místicas la spiritualité, París, 1967, pp. 65 ss. Sobre Dios presente y Dios ausente,
ib., pp. 168-169. En las descripciones del místico resulta claro que la mejora
aportada por su experiencia no está en línea de síntesis teológica ni intelectual,
Lo que denominamos experiencia en general es un tejido sino en línea de presencia, más íntima y personal: Dios se hace presente
de experiencias concretas, con varios componentes: misterio con mayor inmediatez. Por lo que se refiere a la amplitud de horizontes
revelado y apropiado, el sujeto en su percepción transformante. que presenta el misterio cristiano vivido por santa Teresa, cf. J. CASII-M.ANO,
Presentan los misterios en las formas y mediaciones de la fe "Esperienza del mistero cristiano in Santa Teresa", en AA. VV., Vita cristiano
ed esperienza mística, Roma, 1982, pp. 231-276.
476 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA 4. GRACIAS Y FENÓMENOS 477

liaridad amorosa y la trascendencia dolorosa de Dios, Jesús Mística objetiva y subjetiva... Estas adjetivaciones pueden
crucificado, la encarnación, la filiación divina del cristiano, etc. entenderse en varios sentidos, a) Mayor acentuación del mis-
Por esta mezcla de ilustración y de ignorancia o conciencia terio divino en cuanto ofrecido (m. objetiva), o del mismo mis-
de ignorancia, la experiencia de Dios presenta dos formas, terio en cuanto percibido y asimilado (m. subjetiva). Equivalen
según el lado que predomine: Dios presente o presencia de a las fórmulas ya conocidas y usadas: "fides quae" y "fides
Dios, Dios ausente o ausencia de Dios. Una y otra forma son qua". b) Una y otra modalidad se alimentan constantemente
experiencias reales y válidas. La primera es clara y explícita: de los misterios de la revelación, la fe, la iglesia, los sacra-
inhabitación, unión, matrimonio espiritual, etc. Pero vale tam- mentos, es cosa común en los grandes místicos, c) Una y otra
bién como experiencia divina la que se centra en la ausencia modalidad requieren la participación subjetiva del místico y
de Dios sentida con fuerza e inmediatez: abandono, vacío, las resonancias en sus facultades psicológicas, en mayor o
escondimiento, noche. Casi todos los místicos conocen algo menor medida y conciencia, d) Si falta la participación sub-
de una y de otra, si bien suele haber una que predomina en jetiva, no hay mística; si falta la atención primordial a los mis-
cada persona. terios de la fe, no es cristiana.
De la "experiencia mística" forman parte las actividades
de conocimiento, amor, y de los estados de ánimo del sujeto
místico. Es decir, interviene la subjetividad, que es como decir Sujeto de transformación mística
la persona. Sin subjetividad, no hay sujeto personal. Es el
soporte de la acción de Dios. Este es el fundamento teologal Tratándose de un acto vital, este acercamiento especial,
y adherente del tono personalizado que toma la narración mís- pasivo y activo, al misterio o sujeto divino, implica la parti-
tica. Dios vivo y verdadero se revela a los hombres y les salva cipación de las facultades humanas junto con la gracia. La per-
con hechos concretos de historia y de psicología humana. Por sona participa pasivamente como destinatario de la comuni-
eso, al hablar de la manifestación de Dios, el místico (como cación divina y de su impacto, y activamente como persona
el hagiógrafo) tiene que hablar de historia y experiencia huma- que siente, conoce, ama y vive como nueva a raíz de la trans-
nas; es decir, necesita narrar sus actuaciones comprobadas, la formación que opera en ella. Las gracias o experiencias par-
resonancia que despierta, la respuesta que suscita en él mismo ticulares admiten una gran variedad. Las hay que iluminan
y en otras personas. Tales concreciones son las que otorgan mucho y encienden poco. Las hay que dan amor, y no aportan
al testimonio místico su valor e interés, su fuerza peculiar. Si novedad en línea de conocimiento. Abundan experiencias y
le quitamos la participación "subjetiva" (que no lleva nece- testimonios con éstas y otras diferencias33.
sariamente estilo autobiográfico), su testimonio se reduce a Es una gracia actual, dada por el Espíritu, que capacita
enseñanza o magisterio, aun cuando hable del Dios vivo, como las virtudes para un acto superior, al mismo tiempo que le
hace todo teólogo o comentarista bíblico 32. ofrece el objeto más alto y más cercano. Siendo una gracia
32
Se puede comparar la participación de la subjetividad en la narración su pueblo. La presencia y el amor, el poder y la acción salvadora de Dios
del misterio vivido en la gracia mística con la que tiene la historia del pueblo se hacen concretos y reales para nosotros, gracias a que nos es dado percibirlos
de Israel en la revelación del AT. ¿Por qué los autores sagrados no se limitan en la vida real, en las acciones y reacciones de un pueblo con toda su hisioria.
a hablar de Yahvé y de su obra de salvación, dejando de lado tantas historias Si eliminamos del AT las historias de Israel y de sus hombres, nos quedamos
de reyes y guerras, reyertas familiares, epidemias, economía, invasiones, tantas sin revelación divina. Cf. F. Ruiz SALVADOR, "Dos testigos supremos de Dios:
menudencias de crónica y geografía, que distraen la atención del objeto prin- Teresa de Jesús y Juan de la Cruz", en Actas del Congreso Internacional It'tv
cipal? La respuesta es sencilla: porque, sin eso, se evapora la "revelación". siano, Salamanca, 1983, pp. 1040 ss.
33
La historia revuelta del pueblo, política y militar, económica y moral, religiosa En esta página se hace alusión a algunos componentes. Se puede leer
y profana, constituye un medio privilegiado e insustituible de la revelación una explicación más amplia en J. MARTÍN VELASCO, Espiritualiilml v mhliru,
de Dios, que se revela como Señor de la historia y de la creación, fiel a Madrid, 1994, pp. 54 ss.
478 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA 4. GRACIAS Y FENÓMENOS 479

particular, puede darla esporádicamente, o en forma habitual. La experiencia admite modalidades varias y grados. Algu-
Las virtudes que entran más directamente en juego son la fe nos reciben experiencias aisladas, que no tienen mayor influjo
y la caridad. Reciben un ahondamiento cada una en su línea: en el ulterior desarrollo de su vida espiritual. En otros casos,
la fe en línea de luz y de comprensión; la caridad, en com- las gracias místicas que el sujeto recibe son de tal frecuencia
penetración total personal con los contenidos del misterio. Se e intensidad, que toda su vida queda profundamente afectada
favorecen mutuamente: comprensión fomenta compenetra- por ellas; hablamos entonces de "místicos caracterizados". Se
ción, y la connaturalidad que produce el amor lleva a mayor comprende que el acto místico fuerte no es continuo. Cuando
inteligencia. Es gracia especial del Espíritu Santo, que causa se hace remiso, queda una sensación teologal de presencia,
la recepción pasiva y la participación activa en las varias moda- que llamamos unión habitual. El acto de unión actual coincide
lidades que señalan "los dones". frecuentemente con gracias particulares que dan ellas mismas
La pasividad forma parte de la experiencia misma y, a juzgar el contenido de la vida mística. Santa Teresa ha recibido y
por las expresiones de los místicos mismos, no sólo tiene gran descrito muchas de ellas: transverberación, matrimonio espi-
relieve, sino que se les presenta con carácter de intensa "no- ritual, visión intelectual de Cristo, etc. Son de valor inapre-
vedad". Perciben con claridad, por lo menos en la mística ciable, pues potencian la vida teologal en su doble dimensión
caracterizada, que es otro quien actúa y quien lleva la iniciativa, de comunicación de Dios y participación honda del sujeto.
quien empieza, sigue y termina. Y no vale que el hombre haga
sus planos de empezar antes, de impedir o prolongar. Pasividad
implica un alto grado de actividad en las potencias espirituales Proceso e itinerario místico
sobre todo. Pero esa actividad misma está animada, sostenida
y guiada por el Espíritu Santo, por lo cual cae dentro de la En los místicos mejor caracterizados, la experiencia mística
noción de pasividad. Por muy importante que sea la conciencia se traduce en historia, en proceso con incidencias, avances y
de pasividad, tenemos que afirmar que la experiencia mística repliegues, luces y oscuridades. Ese proceso suele ser diferente
se caracteriza por el objeto: Dios presente. en cada caso y hay que reconstruirlo a posteriori, conociendo
La experiencia ordinaria de la gracia va del hombre a Dios. los hechos. Por otra parte, la experiencia del místico muestra
El hombre reflexiona sobre sus propios actos. Aunque sean desarrollo continuado y coherente, dentro de la gratuidad con
actos sobrenaturales, la sobrenaturalidad no aparece inmedia- que Dios actúa siempre y de las rupturas que implica el
tamente a la conciencia. El místico tiene conciencia inmediata desarrollo. Es más que una yuxtaposición de gracias sucesivas
del don infuso. Antes que venga el razonamiento, la decisión y ocasionales; es un entramado de dones que revela y realiza
de obrar o pensar o amar, el pensamiento y el amor se pro- en "crescendo" la transformación del hombre en Dios.
ducen, dejándole una clara impresión de alteridad34.
tamente. El místico tiene conciencia de un don infuso, que obra directamente
34 en su alma. No tiene necesidad de razonamientos; solo debe acoger el don
"La experiencia mística no es una simple experiencia de Dios, como
lo puede ser la experiencia religiosa: es un modo nuevo y especial de expe- de Dios. El alma religiosa debe preparar ella misma la experiencia en un
rimentar a Dios. La experiencia religiosa va en cierto modo de lo bajo a clima adecuado. El don comunicado en la experiencia mística es ante todo
lo alto, de los actos humanos religiosos asciende a Dios. La experiencia mística la Persona divina, Cristo y la Trinidad." A. M. GARCÍA ORDÁS, La persona
va de lo alto a lo bajo, experimenta la acción de Dios en el alma. En la divina en la espiritualidad de santa Teresa, Madrid, 1967, pp. 26-27. Al mismo
experiencia religiosa el hombre, para relacionarse con Dios, tiene que refle- tiempo que la alteridad, se afirma con fuerza la inmediatez. Qué tipo tic
xionar de algún modo sobre sus actos; a veces esta reflexión puede ser mínima. inmediatez se actúa, cómo se percibe, etc., son problemas complejos, que
La experiencia mística es anterior a toda reflexión; aquí se descubre la acción piden exposición amplia. Prefiero remitir a un autor que resume y comcnln
de Dios en el alma de un modo misterioso. Los actos sobrenaturales del las explicaciones de los principales autores: Teófilo DE LA V. C, i.xi>cricnci<t
cristiano son infusos como los del místico, pero se tiene diversa conciencia de Dios y vida mística. El pensamiento de san Juan de la Cruz: Epliciiieiiiles
de ellos. El cristiano sabe que son infusos, el místico lo experimenta direc- Carmeliticae, 13 (1962), 136-223.
480 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA 4. GRACIAS Y FENÓMENOS 481

Respetando la originalidad de cada místico en vida, expe- gozo. Se descorren velos y caen escamas para dar acceso a
riencia y expresión, se pueden establecer convergencias. De un mundo nuevo.
ahí la posibilidad y utilidad de ordenar en un "esquema-tipo" Purificación. El contacto con la Grandeza y la Belleza divi-
nas provoca en la persona una viva conciencia de la propia
las fases del itinerario místico que vemos se repiten en la expe-
bajeza y miseria, de vivir ofuscada en ilusiones. Todo ello será
riencia y doctrina de diferentes místicos. Un esquema de iti- eliminado con sufrimiento y esfuerzo.
nerario ayuda a comprender la experiencia, ordenar la doc- Iluminación. A medida que se desprende de ese mundo ilu-
trina, y en cierta medida también a orientarse y orientar en sorio y se fortalece en las virtudes, renace la conciencia gozosa
la vida. La dificultad, aunque real, no excluye el intento. Úni- de la Presencia y del mundo sobrenatural. Es la iluminación,
camente advierte que la propuesta tiene carácter relativo y fle- grado que incluye diferentes formas de contemplación, visiones,
xible. Es lo que hace san Juan de la Cruz, quien, al formular experiencias.
un esquema de proceso místico, trata de salvaguardar al mismo Noche oscura. En el proceso de las personas que buscan
tiempo el rigor teológico y la flexibilidad mistagógica: a Dios con empeño y generosidad total, a la iluminación sigue,
o a veces acompaña saltuariamente, una experiencia terrible
de Vida mística, llevando a cabo la purificación honda y com-
"De esta manera va Dios llevando al alma de grado en grado
pleta de la persona: noche oscura, muerte mística. Vida-par-
hasta lo más interior. No porque sea siempre necesario guardar
ticipación en la pasión y muerte de Cruz. Sentimiento de ausen-
este orden de primero y postrero tan puntual como eso; porque
cia, abandono, nulidad.
a veces hace Dios lo uno sin lo otro, y por lo más interior
Unión. Es la meta de la búsqueda mística. En este estado
lo menos interior, y todo junto; que eso es como Dios ve que
la Realidad divina no es percibida solamente como iluminación,
conviene al alma o como le quiere hacer las mercedes. Pero
sino en forma de comunión y unión transformante en el mis-
la vía ordinaria es conforme a lo dicho"3S.
terio de Dios vivo. Es un estado de equilibrio, paz y gozo, capa-
cidades insólitas, intensa certidumbre.
El esquema de itinerario que podemos calificar de "stan-
dard", y que presento a continuación, tiene varios pasos y nom-
bres comunes con los del "itinerario espiritual" normal, de que Fenómenos extraordinarios
se habla en el cap. 12. Cambian en gran parte los contenidos
y las modalidades, que aquí se caracterizan en línea mística En conexión con la experiencia y la vida de las personas
explicada 36. místicas, se observan con frecuencia ciertos fenómenos insó-
litos y extraordinarios. Se da el nombre de fenómenos místicos
El despertar. La persona o el creyente se abren a la Presencia a la repercusión psíquica o somática de una experiencia inte-
divina, y advierte un cambio de sensibilidad y de horizonte en rior. Esta resonancia depende de condicionamientos del sujeto,
todo su vivir. Esta experiencia, que ordinariamente tiene lugar más que del valor íntimo de la gracia. No tienen la calidad
de manera repentina e intensa, suele venir acompañada de de las gracias, pero guardan cierta relación. Es necesario hacer
35
al menos una alusión: por lo que pueden tener de resonancia
SAN JUAN DE LA CRUZ, Subida del Monte Carmelo, II, 17,4.
36
Cf. E. UNDERHILL, Mysticism, o. c , pp. 167-175: "The mystic way", mística, por motivos de discernimiento y por la importancia
donde presenta los criterios y límites de este esquema, que le sirve de base desmesurada que les dan la atención pública y algunas ciencias
para toda su exposición de la experiencia y la doctrina de los místicos. Esta humanas. En ocasiones, sirven de indicio para detectar al mís-
resonancia depende de condicionamientos del sujeto, más que del valor íntimo tico en otras dimensiones ocultas.
de la gracia. No tienen la calidad de las gracias, pero guardan cierta relación.
Es necesario hacer al menos una alusión: por lo que pueden tener de reso-
nancia mística, por motivos de discernimiento y por la importancia desme- "Los fenómenos extraordinarios son hechos fuera tic lo «nlu-
surada que les dan la atención pública y algunas ciencias humanas. En oca- nario que pueden verificar en algunas almas que dan niinlii
siones, sirven de indicio para detectar al místico en otras dimensiones ocultas. (con mayor o menor certeza) de la intervención dirccl» di- I >io*
482 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA 4. GRACIAS Y FENÓMENOS 483

en la propia vida espiritual. Frecuentemente tales fenómenos cación, se ve que tales fenómenos se presentan en diferentes
se verifican en almas místicas, elevadas por Dios a la contem- formas y contextos, y pueden ser atribuidos a distintos agentes
plación, es decir, a un particular conocimiento y amor de Dios; y causas: Dios, demonio, energías humanas, etc. 3 8
pero que también puede darse en almas que no son místicas. Por su rareza y carácter "sobrenatural" aparente, han lla-
Pueden ser de distinto género: la persona experimenta fenó-
mado siempre la atención, como objeto de curiosidad, de admi-
menos insólitos en el cuerpo (éxtasis, estigmas, levitación);
cuando recibe o cree recibir manifestaciones divinas (visiones, ración y deseo. Mucho más que las gracias interiores, más valio-
locuciones, revelaciones). Pueden, por tanto, ser de orden sas y conformes con la fe, pero menos visibles y ostentosas.
conoscitivo: visiones, revelaciones, locuciones, profecías; o de Frente a estos fenómenos se ha producido la normal reacción
orden físico o psicofísico: éxtasis, levitación, luminosidad, ine- de interés y curiosidad. Hay mucha mezcla de inauténtico en
dia, vigilia prolongada. este sector. Pero hay también manifestaciones de verificación
Para que sean fenómenos místicos, de carácter místico, es controlada, en tiempos en que la ciencia y la observación direc-
necesario que se trate de una acción especial de Dios, sobre- ta tienen la posibilidad de aplicarse con la objetividad que
natural o preternatural, y deben llevar en sí una modalidad humanamente es posible. No es posible fijar un principio uni-
extraordinaria. De por sí, no todo fenómeno extraordinario de versal. En líneas generales, se puede decir que es tanto mayor
la vida espiritual es fenómeno místico; puede ser también fenó- el fenómeno cuanto la gracia es menos espiritual y el sujeto
meno diabólico. Ni tampoco cualquier fenómeno supernormal está peor dispuesto. Experiencias como la transverberación son
o maravilloso es de por sí fenómeno místico, ya que lo que
es supernormal se presupone que cae dentro de las fuerzas gracias más que fenómenos, por su naturaleza misma de visión
de la naturaleza" 37. intelectual, y porque la resonancia exterior es mínima en com-
paración con la fuerza de la comunicación interior. La actitud
del sujeto recipiente también varía según criterios. San Juan
La lista de fenómenos comprobados es larga y variada. No
de la Cruz patrocina el rigor. Justifica esa actitud más por exi-
todos se refieren a personas propiamente místicas, ni están en
gencia teologal cristiana, más que por preocupaciones de si
relación directa con la experiencia mística. Se dan también en
es o no es psicológicamente real.
personas religiosas, en santos, etc. Se les da el título de "fe-
nómenos místicos", como una de tantas ampliaciones libres que Los fenómenos presentan diversos grados y formas de cone-
recibe el término "mística". Los hay de orden físico: levitación xión con la gracia interior. Los fenómenos se presentan en
(mantenerse en el aire, contra la ley de la gravedad), inedia varias formas de vinculación y sentido: prolongación de la gra-
(vivir activamente largo tiempo sin alimentación), insomnio, cia interior, que "redunda" en el cuerpo o el psiquismo; con-
sudor de sangre, bilocación, etc. De orden psíquico; conocimien- comitancia y reflejo de la gracia; reacción de flaqueza natural
to de secretos ocultos, lectura de corazones, hierognosis (ca- en el impacto con la gracia; gesto autónomo o debilidad natural
pacidad de distinguir cosas "sagradas"). De orden carismático: a secas; simulación consciente o inconsciente de espectáculo.
hablar e interpretar lenguas, y tantos otros. Por esta breve indi- El "éxtasis" se considera el característico fenómeno místico
en que podemos observar la actuación de gracia y fenómeno.
37
V. MACCA y M. CAPRIOLI, "Fenomeni mistici", en Dizionario enciclo-
El orden de valores es diferente en teología y en la observación
pédico di Spiritualitá, III, Roma, 1990, p. 1002. La segunda acepción de los psicológica normal. Teología mística: comunicación interior c
fenómenos, que va más en línea de gracia y experiencia, la desarrollan los intensa de Dios a la persona, concentración de todas las encr-
mismos autores en el Diccionario, bajo la voz "Comunicazioni mistiche": Ib. I,
pp. 576-581. A los lectores menos familiarizados con el lenguaje especializado 38
Para la enumeración y descripción más detallada, al mismo tiempo
conviene tener presente que hay dos formas de lenguaje similares con sig- que criterios para el discernimiento, cf. DSpir, y artículo citado en Diziomirio
nificado muy distinto: 1) "fenómenos místicos o extraordinarios", de los que Enciclopédico di Spiritualitá; A. ROYO MARÍN, Teología de la perfección cris
hablamos ahora; 2) "el fenómeno místico": conjunto de personas, hechos, tiana. De manera clara, sintética y concreta, los presenta G. Go/./.i i INO, h'.n
experiencias religiosas con determinadas características, que se da en dife- la presencia de Dios. Elementos de teología de la vida espiritual, Madrid, l'J'M,
rentes épocas, creencias, culturas; como hablamos de "el fenómeno religioso". cap. 6.
484 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA
4. GRACIAS Y FENÓMENOS 485
gías en la comunión, abandono o reducción al mínimo de la
actividad sensible y corporal. La observación psicológica sigue la confrontación con las gracias y fenómenos místicos puede dar algu-
na luz para orientarse en la actual proliferación de videntes y visiones
el orden inverso: suspensión de actividades sensibles y corpo- en la iglesia.
rales, concentración de la energía. Núcleo trascendente que
absorbe toda esa energía. 1. Intención pública. Coloco en primer lugar este rasgo, porque
es fundamental en la experiencia y en la psicología de los videntes
contemporáneos. El "vidente" ve, oye y narra todo en continua refe-
rencia al público. Es una gracia divina para los demás. Como con-
"Videntes" secuencia, el "espectáculo" y la publicidad constituyen medios impor-
tantes en la transmisión de la gracia. Necesita, no solamente público,
Las apariciones-visiones y locuciones-audiciones son tema fami- sino "publicidad"; y la procura por todos los medios a su alcance:
liar en experiencia y en teología mística. Se presentan como una amplificando la narración, los contenidos y los rasgos sensoriales, el
modalidad de gracia o de fenómeno en la mística tradicional. Las mensaje de promesas y amenazas. Es el medio para acrecentar el
visiones se presentan en varias formas: "intelectual" encarnando una espacio y duración de la "visión". La visión sirve como punto de par-
experiencia alta y depurada, en forma imaginativa, con mayor plas- tida, estímulo y concreción geográfica e histórica.
ticidad de representación; y también en forma de imagen "corporal".
Por lo general, en siglos anteriores las "visiones", intelectuales o cor- El místico por lo general busca el secreto, oculta a la vista ajena
porales, tenían carácter de gracia mística personal e interior, orde- esas manifestaciones de "predilección" divina. Las recibe con humil-
nada a iluminar o confortar a la persona. El abuso estaba en "in- dad, las vive, las aprovecha, en lo que le aportan de iluminación,
ventarlas" por moventes de vanidad y autoestima, de exhibicionismo aliento o corrección.
y espectáculo. 2. Presencia corporal. Los "videntes", o la mayoría de ellos, acen-
Un género religioso particular constituyen hoy las apariciones y túan con particular fuerza e interés el carácter corporal de la visión.
locuciones, con sus correspondientes visiones y audiciones. Se designa No sólo "visión corporal" por parte del sujeto, sino sobre todo, o
con el término de "videntes" a las personas que las reciben. Ordi- mejor dicho, "presencia corporal" del objeto sobrenatural visto. Esta
nariamente se habla en términos de "visiones", si bien suelen incluir modalidad ocupa el primer puesto en la atención e intención del
ambos elementos: imagen visible y mensaje hablado. Es decir, se trata vidente, que recalca su carácter físico, con huellas y efectos de carác-
de visiones-locuciones39. ter físico y tangible.
En rigor, no se las puede valorar adecuadamente con los criterios En la experiencia e interpretación de los místicos, las visiones
y esquemas que se aplican a la "experiencia mística" o a los "fe- corporales son calificadas como las más pobres y de figuración ima-
nómenos místicos". Entre otros motivos, porque los "videntes" inter- ginaria. En el mejor de los casos, signos de una presencia espiritual,
pretan y presentan sus mensajes como gracia carismática, es decir, no corporal.
como mensaje para un público amplio o para la iglesia en general.
En segundo lugar, porque la mayoría de esas visiones no se prestan 3. Lugar de contacto. La acentuación de lo corporal y físico en
a la verificación externa, como sucede en el caso de los fenómenos la aparición de María santísima o del Santo refuerza el carácter cor-
místicos; y su credibilidad se reduce a la credibilidad que ofrezca poral de la visión. Añade una segunda intencionalidad o sensibilidad
el testimonio del vidente. inconsciente. La presencia física del "sobrenatural" santifica el espa-
Las diferencias de contenido y perspectiva entre el místico y el cio y motiva más directamente la creación de un lugar sagrado, la
vidente son evidentes. Por otra parte, el "vidente" presenta rasgos erección de un "santuario": la Virgen Santísima, ha estado perso-
y mecanismos que guardan cierto parecido con fenómenos y expe- nalmente allí, en contacto corporal con el lugar. En muchos videntes
riencias de la mística. Respetando esas diferencias y peculiaridades, de época reciente y en su contorno destaca la "intención del san-
tuario", más que la gracia de la presencia. Cosa que no se lograría
39 tan fácilmente con una experiencia mística interior, aun cuantío lucra
Cf. S. DE FÍORES, "Vidente", en NDE, pp. 1914-1928. Describe el fenó-
meno en la Biblia y en la historia, con ejemplos concretos; y añade algunas
de mayor calidad.
orientaciones sobre su significado y valoración. Y la síntesis de G. GOZZELINO, El místico prefiere gracias de carácter espiritual, de comunión
En la presencia de Dios, cap. 6.
con Dios en fe y amor. La presencia y el mensaje pueden sci mucho
486 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA 5. MÍSTICA CONTEMPORÁNEA 487

más intensos y claramente de origen divino. Pero la presentación de


una visión o locución en términos de interioridad no "motiva" ni 5. Mística contemporánea
enciende el entusiasmo general para construcciones y peregrinaciones
de masa.
En todos los temas relevantes de espiritualidad es obligado
4. Repetición programada. Modalidad destacada en los videntes prestar atención a las formas que presentan en la experiencia
de épocas recientes. No se trata de "una" visión con mensaje deter- y reflexión actuales, ya que se cuentan como fuentes vivas. La
minado para iluminar o alentar la vivencia cristiana de la fe con sus experiencia mística de hoy ofrece materiales abundantes y ori-
mediaciones normales. "Las visiones" se programan y regularizan con ginales de vida, modelos y cuadros de comprensión. Se nece-
ritmos determinados de frecuencia que no falla: cada mes, cada sema-
sitan nociones y esquemas para poder aplicar con criterio la
na, cada día; ritmo que puede prolongarse durante años, con fre-
cuencias intensivas. En algunos casos de breve duración y menor fre- categorías de "místicas" a tantas experiencias y tendencias,
cuencia, hay probabilidad de que sean auténticas, si ofrecen otras como pretenden llevarla hoy.
garantías. En muchos casos, la regularidad programada parece más
bien responder a reflejo y necesidad, propia o ajena, de mantener "De mística y de místicos tenemos múltiples elementos en
la imagen de "vidente" que alcanzó con la primera visión publicizada. la existencia de nuestros contemporáneos: ya sea en la forma
Como quien consigue celebridad por algo que ha hecho muy bien tradicional, ya en formas y modelos innovadores. Esto obliga
en una sola ocasión, y necesita ante sí mismo y ante el público man- a muchos reajustes en la teología de la experiencia mística.
tener esa "imagen" con "imaginaciones", al no existir nuevos hechos La mistología y la mistografía deben revisar ampliamente su
reales que respondan a las expectativas del público. Hay modalidades lenguaje y sus parámetros, frente a las experiencias originantes
recientes de "multiplicación de visiones", que más bien parecen de (es decir, experiencias místicas vividas) muy diferentes de las
técnica publicitaria y de intereses humanos. El número de apariciones que nos llegan del patrimonio clásico. Es lo que se pretende
en algunos casos conocidos es: La Salette, 1 vez; Lourdes, 18 veces; con este breve discurso, con la conciencia de poder llegar sólo
Fátima, 7 veces. a conclusiones provisorias. Como pueden ser también opinables
—y por lo mismo discutibles— las distintas formas de expe-
El místico no suele exteriorizar las gracias recibidas, tanto menos riencia mística contemporánea a que nos referiremos a con-
las de orden sensible, las considera esporádicas e imprevisibles. Lo tinuación. Nos movemos necesariamente en perspectivas sub-
hace algunas veces para ser ayudado en el discernimiento. Se repiten jetivas, es decir, basándonos en sensibilidad y preferencias per-
en él algunos fenómenos dependientes de la reacción personal, como sonales, por otra parte motivadas y convencidas" 40.
el éxtasis, en determinados períodos de vida y sensibilidad. Pero eso
no sucede con gracias, visiones ni locuciones, que implican comu-
nicación sensible de parte de Dios. Ni las puede resistir, ni las puede El texto citado expresa bien el terreno en que nos movemos.
provocar: "Bien entendía yo era cosa sobrenatural lo que tenía, por- Experiencias e ideas abundantes y pluriformes, con aires de
que algunas veces no podía resistir. Tenerlo cuando yo quería era renovación en contenido y lenguaje respecto a la mística tra-
excusado" (Santa Teresa de Jesús, Vida 23,5). Habla de experiencias dicional. Todo se encuentra en estado de germinación. Como
de oración; con mayor razón vale para fenómenos de orden físico.
40
Dios tiene poder y libertad para comunicarse como El quiere B. SECONDIN, "Mistici nostri contemporanei", en AA. VV., Vilo cris-
tiana ed esperienza mística, Roma, 1982, pp. 383-384. En el texto aparecen
y cuando quiere. Algunas de estas "visiones" han marcado positi- dos vocablos técnicos (mistología y mistografía), desconocidos seguramente
vamente la piedad de la iglesia y del pueblo cristiano, por vía de para muchos lectores. En el estudio técnico de la mística se utilizan cualro
gracias carismáticas. En algunos casos, se producen reacciones términos con su respectivo significado: 1) "mística": la experiencia misma;
sociorreligiosas duraderas, al margen de que sea auténtica la visión 2) "mistagogía": uso de la experiencia para guiar la experiencia del disccípiílo;
original. La iglesia y el cristiano tienen el evangelio, la luz de la fe 3) "mistología": valoración teórica y doctrinal de la experiencia, para linrN
y la razón natural, para guiarse y discernir los acontecimientos que de guía o de estudio; 4) "mistografía": escritos que hablan de mislieii, iMl
le afectan como creyente. El exceso de atención y confianza en visio- sentido técnico o con finalidad pastoral. Cf. I. BEHN, Spanisclic Mysük. Ihin-
nes y locuciones particulares resulta teologalmente deseducativo. tellung und Deutung, Dusseldorf, 1957, pp. 8 y 760-762.
488 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA 5. MÍSTICA CONTEMPORÁNEA 489
consecuencia, el discernimiento, las categorías y los esquemas Afición a la palabra y la experiencia "mística". Se advierte
teológicos que se les aplican tienen mucho de provisionales. estima en el uso del término "mística", en diferentes ambientes
y contextos. Está lejos de significar evasión, írrealismo y enso-
ñación. Se carga más bien de significaciones positivas de pro-
Tendencias místicas y nuevos modelos fundidad, trascendencia, percepción de las mejores energías
El título moderado de "tendencias" da margen para incluir del universo, despliegue de las energías más profundas de la
manifestaciones que se califican de "místicas", sin que esto persona. Otro tanto sucede con la experiencia misma, que des-
implique juicio de valoración. "Mística contemporánea" se pierta interés en filosofía, arte, amor, comunicación interper-
entiende la que se viene desarrollando en la segunda mitad sonal, meditación trascendental. Es un tipo de "misticismo"
del siglo xx. Es un período amplio y heterogéneo, que por que rebasa el ámbito religioso y alcanza a muchos ámbitos
su duración garantiza en cierta medida la estabilidad del fenó- del vivir y del saber.
meno y hace posibles algunas conclusiones espirituales. Al bus- Hemos pasado del miedo a la avidez en materia de "ex-
car místicos de nuestro tiempo, no esperamos encontrar per- periencia mística". Hay manifestaciones de grupo y de grupos,
sonas que respondan exactamente a los modelos de Dionisio de personas y modelos individuales. Dos cosas saltan hoy a
Areopagita, santa Catalina de Genova o santa Teresa. Es nece- la vista de una primera observación del ambiente religioso y
sario, por consiguiente, renovar o reelaborar categorías que cultural de este final de siglo. Sirven de base para hablar de
permitan identificar al místico tal como hoy se presenta en mística hoy. a) La primera es que existe gran estima gene-
vida, expresiones sociales y escritos. El cambio religioso y cul- ralizada hacia la experiencia religiosa, hambre de experiencia
tural es de mucho alcance 41. en todos los sectores; y concretamente, de experiencia cristiana,
Para detectar esas tendencias, nos guiamos del título de y religiosa en general, b) Segundo dato de observación es que
"místicas", con que ellas mismas u otros las califican. Cier- existe admiración por la mística y los místicos, y gran afición
tamente esa palabra "mística" se utiliza y aplica hoy con mayor a su lectura; también desde varios horizontes de interés: reli-
amplitud e imprecisión. Esto puede interpretarse como abuso gioso, científico, cultural, espontáneo, etc.
y también como índice de los nuevos horizontes que se abren La misma avidez que hemos comprobado por la experiencia
a la experiencia cristiana y en general a toda experiencia reli- religiosa y cristiana en general se constata hacia la mística.
giosa. El fenómeno presenta aspectos originales importantes, Tal vez, porque se trata de lo mismo, con diferentes nombres;
que merecen atención. Aunque no desarrollemos ampliamente ya que lo que en muchos casos se denomina "mística" viene
el tema, sí tenemos la posibilidad de organizar un esquema a ser lo que llamamos experiencia religiosa, espiritual o de
que facilita la organización y comprensión de tantos materiales simple trascendencia. En consecuencia, lo que se ha ampliado
dispersos como se ofrecen en este sector. La mística contem- en realidad es la aplicación de la palabra mística, más que
poránea no se presentan como simple repetición de la "mística la realidad en ella contenida.
clásica". Por otra parte, tampoco demuestra solidez y capa- Modelos y grupos. Con diferentes nombres (místico, neo-
cidad de autonomía en su estructura teológica y espiritual. Tie- místicos", etc.), han dado gran realce a la experiencia de Dios
ne absoluta necesidad de los clásicos de la mística y de la teo- y del Espíritu. En muchos casos se trata de grupos y movi-
logía elaborada en torno a ellos. mientos, de "mística colectiva", que se vive en la oración, en
la comunión personal, en el canto y la alegría. La tendencia
41
B. SECONDIN, "Persistenza del misticismo: fenómeno interessante e non
también se manifiesta en profundas aspiraciones personales,
privo di ambiguitá", en AA. VV., Mística e misticismo oggi, Roma, 1979, En contexto religioso de oración, de caridad, de suírimiciilo.
pp. 234-246; id., "Mistici nostri contenporanei", en AA. VV., Vita cristiana A veces, son compartidos parcialmente por el grupo.
edesperknza mística, Roma, 1982, pp. 383-412; L. DEL BURGO, LOS neomísticos. La nueva sensibilidad necesita y crea nuevos modcloN.
Esquema de una vida: RevEspir, 36 (1977), 559-577. Admira sus realizaciones entonadas con la presente eiillumj
490 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA 5. MÍSTICA CONTEMPORÁNEA 491

y al mismo tiempo encuentra en ellos la personificación de al tema, en que coinciden otros autores. Doble punto de refe-
lo que tantas otras personas presienten. La selección de mode- rencia interesa para el actual propósito: la constatación de esa
los requiere discernimiento. Al observar las listas que se pro- nueva experiencia, y el grado de elaboración teológica42.
ponen, sin fijar previamente criterios precisos, vemos que hay Abundancia de experiencias espirituales (o "místicas") emi-
de todo: santos canonizados, modelos espirituales, verdaderos nentes en estos últimos años. Además con personas originales
místicos, apóstoles de grande originalidad. No se precisa a base y bien caracterizadas, en todas las posibles condiciones y acti-
de qué criterios o rasgos se califica de místico o mística a una vidades de la existencia cristiana y humana. En diez páginas
persona y a su experiencia. condensadas, presenta brevemente a una serie de figuras que
Al mismo tiempo, aumenta la sintonía con los grandes mís- representan valores y experiencias de amplia resonancia reli-
ticos de la tradición, que gozan de actualidad renovada. La giosa y en muchos casos también social: Simone Weil, Ham-
sintonía mística y mistagógica permiten y favorecen contactos marjóld, Teilhard de Chardin, Bonhoffer, Delbrél, Ghandi,
fecundos, a pesar de las diferencias cronológicas, culturales Merton, Luther King, etc. Son nombres con nuevos ideales,
y vocacionales. proyectos y experiencias, con los que se identifican gran núme-
ro de personas en su experiencia religiosa 43.
Escasez de nociones teológicas y espirituales. A falta de
Teología incipiente principios y criterios de selección, las figuras y experiencias
citadas presenten una "heterogeneidad" desorientadora para
La teología no ha seguido el ritmo de la experiencia. No quien desea conocer el sentido y alcance de ambos términos:
se elaboran síntesis teológicas, ni siquiera ensayos que intenten "mística contemporánea". Es tendencia generalizada en los
organizar todo ese material de experiencias "místicas" que autores que hablan de mística contemporánea: ponen de relie-
abundan en la actualidad. Las publicaciones se limitan a rese- ve la contemporaneidad de tales experiencias; pero no explican
ñar su existencia y variedad, con algunas prolongaciones sobre su carácter de mística, punto decisivo para la teología espiritual.
su autenticidad, discernimiento, o su carácter carismático en Ahí nacen todas las dudas y preguntas: qué se entiende en
la iglesia. Pero falta una "teología" de las nuevas experiencias, este caso por mística; por qué calificar de mística esa expe-
que desarrolle las nociones y los criterios básicos para demos- riencia, y no de experiencia espiritual; en qué se distinguen
trar su eventual calidad de "místicas". los místicos que se citan de los "modelos espirituales", una
Se han dado algunas valoraciones del fenómeno, que pudie- categoría familiar en teología espiritual, etc.
ran considerarse ensayos de interpretación. Aludo brevemente Muestra cierta prevención frente a los "místicos de la era
a dos maneras de acercarse al tema de la mística y los místicos clásica". Aparte opiniones y gustos personales, este distancia-
contemporáneos. Representan dos maneras de explicar el
hecho en perspectiva teológica o espiritual, con resultados *2 Como punto de referencia, tenemos dos artículos en que el autor sin-
tetiza sus líneas de estudio: B. SECONDIN, / mistici e la mística: la moda e
provisionales. iproblemi: Consacrazione e servizio, 38 (1989), 13-26. Y también: id., "Mistici
nostri contemporanei", en AA. W . , Vita cristiana ed esperienza mística, Tere-
A) Personas y experiencias. Numerosos autores muestran siamim, Roma, 1982, pp. 383-412. En el primer artículo recoge una serie
interés por el hecho o fenómeno místico. Se puede tomar como de datos que demuestran interés generalizado por la mística. En el segundo,
punto referencial algunas publicaciones de B. Secondin, por presenta una serie de modelos con sus experiencias peculiares, que demues-
su abundante información en cuanto a personas y expresiones tran el vigor y la originalidad de la mística contemporánea. Este segundo
concretas de la mística actual: experiencias actuales, publica- es el que responde a las indicaciones que siguen.
43
Otras listas de modelos místicos de nuestro tiempo se pueden ver en:
ciones, nuevos modelos, revivencia de los clásicos, etc. Recoge H. GRAEF, Mystics of our time, Glenn Rock, 1963; G. HARKNI SS, Mwicism.
y ordena experiencias concretas y diversificadas, figuras y Its meaning and message, London, 1973. Coinciden en parte con la lisia ilmla
modelos, datos de vida y de actividad. Es un estilo de acercarse en el texto, y añaden otras figuras.
492 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA 5. MÍSTICA CONTEMPORÁNEA 493

miento tiene consecuencias negativas en la elaboración teo- y cristiana. Si se entiende "místico" como excelente, profun-
lógica del fenómeno místico actual. Los "clásicos" de la mística do, etc., no habría motivo teológico suficiente para hablar con
han prestado materiales, interpretaciones y esquemas sólidos tanto ahínco de experiencia mística en teología espiritual.
para la elaboración de una teología de la mística. Prescindir H. Egan dedica atención y estima a la obra teológica de
de esos místicos y de las elaboraciones teológicas que se han K. Rahner en su proyección mística. Al mismo tiempo, reco-
inspirado en ellos es quedarse en la oscuridad y al sereno. Este noce que sus propuestas pueden significar un ensayo a falta
puede ser uno de las causas que motivan el retraso de una de cosa mejor. Rehusa incluir en su Antología a la mística
teología renovada de la mística. Las distancias culturales no y a los místicos "de la vida cotidiana", por tratarse de una
impiden el aprovechamiento esencial. Esas mismas distancias experiencia indiferenciada, sin identidad, en que pueden entrar
y necesidad de relectura existen con relación a los Padres de personas y doctrinas y sin identidad ninguna. Resume algunos
la iglesia y a muchas páginas de la Sagrada Escritura. corolarios del pensamiento de Rahner en lo que se refiere a
la mistica: a) está claro que no todos los cristianos desarrollan
B) Fundamentación teológica. Como representante de la la mística en el sentido clásico de la palabra, a la manera de
otra línea, más teológica que descriptiva, tomaré a K. Rahner, santa Teresa, por ejemplo; b) existe, sin embargo, "el factor
que demuestra interés en la valoración teológica de la expe- místico de la religión", de manera que en el ascenso hacia
riencia mística y de la experiencia cristiana en general. Ofrece la plenitud el amor y la experiencia mística crecen juntos; c)
algunas orientaciones y principios teológicos para la compren- esta dimensión mística se funda en lo que Rahner designa con
sión de la nueva experiencia generalizada. el nombre de "existencia sobrenatural", modificación de la per-
Se ha ocupado repetidamente del tema místico. No parece sona en su orientación hacia Dios, ya antes de ser justificada
estar familiarizado con la lectura de los místicos en concreto. por la gracia sacramental o extra-sacramental; d) la fe-espe-
En cambio, se muestra valiente a la hora de explicar el porqué ranza-caridad cotidiana del cristiano contiene siempre una
de esta generalización de la gracia mística o de la afición mís- dimensión mística, una experiencia de gracia, aunque sea laten-
tica, que se ha producido en los últimos tiempos. Se ha quejado te e implícita. Las experiencias extraordinarias de los santos
algunas veces de la ambigüedad del vocablo "mística", como no difieren de los actos cristianos normales en cuanto místicas,
una de esas palabras en que cada uno incluye lo que sabe o sino en cuanto "manifestaciones psicológicas insólitas" 44.
sueña, desea y espera; palabras que corren el peligro de sig- Como se puede ver en la formulación resumida, frente al
nificar todo y no decir nada. A ese género de imprecisión per- rigor con que suelen ser tratados los temas importantes en
tenece también su conocida frase: el cristiano del futuro, o teología, estos razonamientos se mantienen a nivel de medi-
será místico, o no será cristiano. Ha dado gran relieve a la tación, ensayo y sugerencia. Son presupuestos lejanos y ele-
"mística de la vida cotidiana" ("Every day Mystic"), que es mentales, que no tocan el problema fundamental: caracteri-
una manera concreta de afirmar la universalidad, su adaptación zación teológica de la experiencia mística, antigua o moderna.
a toda clase de mediaciones, personas, condiciones de vida. Lo que dice de la mística se puede afirmar sin variantes de
toda experiencia exactamente para toda clase de experiencia
He manifestado antes la valoración positiva que merece cristiana y espiritual. H. Egan reconoce el alcance modesto
esa abertura a la experiencia cristiana en general: identificación de las aportaciones de K. Rahner. "En vista de la casi total
de mediaciones y experiencias cristianas de calidad y sencillez. ausencia de reflexión teológica contemporánea sobre este
En cambio, apenas toca los problemas que intenta aclarar la importante problema, Rahner tiene el mérito particular de
teología espiritual: qué rasgos ontológicos o psicológicos carac- haber repensado el tema a la luz de su sugestiva teología de
terizan a la experiencia en su peculiaridad "mística", con qué la gracia. Aunque no ha resuelto el problema, ha contribuido
criterios el teólogo califica como "místicas" tales experiencias,
o pudieran igualmente ser calificadas de experiencia religiosa 44
H. EGAN, Christian mysticism, pp. 246-248; 367-371.
494 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA 6. MÍSTICA- Y MISTAGOGÍA 495

a una transposición actual del problema, ha introducido un sino personas de fe viva y ansiosas de experiencia espiritual.
nuevo vocabulario, suscitado cuestiones interesantes y acen- Tratemos de identificar los motivos de la atracción y sintonía.
tuado la importancia de estas realidades para la vida cristiana.
Es además uno de los pocos grandes teólogos contemporáneos
que trata a los místicos y a los santos como una fuente teológica Futuro de la tradición mística
y encuentra en ellos un paradigma de la vida de fe, esperanza
y amor de todo cristiano" 45. La novedad que hemos puesto de relieve comporta al mis-
mo tiempo "continuidad". El signo concreto lo tenemos en
el interés creciente, no solamente prolongado, que ejercen los
6. Mística y mistagogía grandes místicos de épocas anteriores. Este redescubrimiento
no surge como alternativa a las experiencias y modelos actua-
Algo les ha sucedido a los místicos o algo nos está suce- les, sino como parte del mismo. En cada autor o grupo de
diendo a nosotros, para sentirnos tan cerca, después de siglos autores o forma de experiencia se perciben valores, media-
de indiferencia o de admiración distante. En pocos años se ciones, expresiones, que delatan y transmiten la experiencia
ha generalizado el interés por los místicos entre lectores de de la comunicación profunda de Dios, del sentido total de la
las más variadas creencias, culturas y proyectos existenciales. existencia ante Dios y los hombres.
Pervivencia y sintonía espontánea, fruto de aspiraciones ínti- Hablamos de actualidad "de los místicos", en términos
mas, más que de organización eclesial o social. Además de generales. Hay estima hacia esa modalidad de vida y escritos,
su amplitud e intensidad, el fenómeno presenta motivaciones conjunto, hacia el grupo, el ideal que representan. A la hora
parcialmente nuevas. Para la mayoría de las personas, el inte- de familiarizarse, sintonizar, releer sus escritos, se marcan pre-
resamiento no obedece a motivos de estudio, curiosidad o imi- ferencias y categorías. Hay místicos de los más característicos
tación. Quien busca el contacto con el místico es persona nor- (experiencia, interpretación, lenguaje), que se afirman en la
mal, creyente y de cierta cultura, que no piensa rehacer las actualidad como personas y escritores contemporáneos, de lec-
experiencias del místico caracterizado. Su parentesco se esta- tura corriente en el ámbito de la espiritualidad, de la iglesia
blece a niveles más hondos y universales. Busca al testigo ocular y de la cultura en general. Libros de escritores contemporá-
del misterio de Dios vivo, testigo y protagonista de la trans- neos. Santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz son ejemplos
formación de una vida por la participación en ese mismo mis- destacados, quizá únicos en ese grado de "contemporaneidad.
terio. Otros actúan universalmente con la imagen y el modelo, más
El aspecto mistagógico, que tanto atrae y preocupa a la que con los escritos; por ejemplo, san Francisco de Asís.
espiritualidad, encuentra en la mística una ocasión especial- Muchos otros son de lectura limitada y ocasional.
mente favorable para su desarrollo. Cada persona o escrito
según la medida y calidad de su experiencia, de su reflexión Relectura. El uso que hoy se hace de los autores clásicos
en la medida y capacidad de transmisión. Santa Teresa puede de la mística admite varias actitudes e interpretaciones, según
servirnos de base para este acercamiento, por sus cualidades perspectivas y puntos de interés. Para algunos, sirven como
eminentes en las tres dimensiones 46. libros espirituales de lectura. Para otros, como orientación mís-
tica propiamente dicha. Otros los toman como fuente de ins-
Las personas que entran en perfecta sintonía con el místico
piración y estímulo para dar cauce a la propia inspiración ¡niís-
y con sus escritos no son única ni principalmente otros místicos,
tica o religiosa. En mística, la ruptura con el pasado se ha
45
H. EGAN, Christian Mysticism, New York, 1984, pp. 370-371.
46
Cf. F. Ruiz SALVADOR, "Mística y mistagogía", en AA. W . , Vita cris- testigos supremos de Dios: Teresa de Jesús y Juan tic la CIII/", i'ii AvUin
liana ed esperienza mística, Teresianum, Roma, 1982, pp. 277-296; id., "Dos del Congreso Internacional Teresiano, Salamanca, 1983, pp. 1(1.'/ HMfi
496 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA 6. MÍSTICA Y MISTAGOGIA 497
producido periódicamente, pero siempre para surgir luego con ellas, se encuentran: la "gratuidad" absoluta del don y amor
nuevo vigor y sintonía. Lo hemos visto a lo largo del siglo xx. divino, que no se alcanzan con técnicas o ascesis; fuerte "per-
Dos místicos anteriores redivivos47. sonalización" de las relaciones entre Dios y el hombre en Cris-
La revivencia de los místicos clásicos es reclamo espon- to, más allá de doctrinas y prácticas; carácter de "vida-vivo",
táneo. Nada quita a la actualidad. Simplemente indica sintonía, que afecta a todas las realidades que intervienen: Dios vivo,
y pone de manifiesto que la afinidad o sintonía con un místico Cristo vivo, fe viva, oración viva, libro vivo; lo mismo sucede
o con un modelo no requiere contemporaneidad, identidad de con "verdad-verdadero", que afecta a personas, realidades y
vida o de cultura, vocación o tarea. Está por encima de todo experiencias, que queda iluminado por la "verdad verdadera";
eso. Las adaptaciones las lleva a cabo cada lector sin dificultad. carácter "transformante" y operativo de toda esta realidad y
Es posible sugerir motivaciones que alimentan la vigencia pro- experiencia.
longada y siempre nueva de algunos místicos de la era clásica Misterio de Dios vivo. "No se puede dudar el estar allí Dios
entre nuestros contemporáneos. Los carismas no se eliminan vivo y verdadero." El mismo Dios que ya conoce por fe y cari-
unos a otros en virtud de sucesión temporal, como ya he repe- dad. Le parece "nuevo", lleva toda la iniciativa, y no es sólo
tido varias veces. En el siglo xiv o en el xvi se ha vivido y objeto de amor y culto. Se revela experiencialmente como Abis-
expresado la experiencia de Dios, como quizá no sepamos vivir- mo de grandeza, de bondad y de hermosura, "el Todo".
la y expresarla hoy. Y, por tanto, es normal que uno prefiera Hombre pecador y transformado. La revelación de Dios con-
el modelo o el libro del siglo xvi al de últimas fechas, o servirse lleva desvelamiento del hombre en toda su grandeza y también
de ambos. La adaptación cultural es algo que se hace cons- en su debilidad y miseria. Ante Dios el hombre se presenta
tantemente sin esfuerzo; y lo estamos haciendo con el evan- desnudo, sin ropajes, joyas ni caretas. El místico no denuncia
gelio, san Pablo y los otros libros de la Sagrada Ecritura. Mís- el pecado ajeno, sino que conoce, reconoce y confiesa la propia
ticos de época anterior y místicos contemporáneos. No sola- condición de pecador, sus luchas y debilidades. Por eso, puede
mente son compatibles, sino necesitados de integración en sus testimoniar "en primera persona" la fuerza del amor miseri-
aportaciones respectivas, para apreciar diferentes aspectos del cordioso de Dios. Hasta poder decir, como hace santa Teresa,
misterio48. que las "gracias místicas" fue el último recurso que Dios utilizó
Cualidades básicas. La experiencia mística posee una serie con ella para librarla del infierno, cuando todos los demás se
de modalidades o acentos, que resultan especialmente impor- había demostrado ineficaces. Esto, asegura ella, lo saben muy
tantes y educativos para la experiencia cristiana de la fe. Entre bien y lo pueden atestiguar los confesores a quienes he hecho
confesiones generales.
47
S. GALILEA, El futuro de nuestro pasado. Los místicos españoles desde
América Latina, Madrid, 1985; H. EGAN, Christian Mysticism. The future of Mediaciones transparentes. Encontramos una nueva energía
a tradition, New York, 1984. Yuxtapone tres bloques de a dos: San Ignacio contagiosa del místico. A partir de esos encuentros especiales
de Loyola y "La nube del no-saber", Teresa de Jesús y Juan de la Cruz, con Dios, con Cristo, con la propia realidad de creatura peca-
T. Merton y Teilhard de Chardin. dora y redimida, etc., todo se le vuelve transparente y deja
48
Los místicos representan la vida primigenia, y lo vivo es siempre actual. ver la presencia divina: la palabra bíblica, los sacramentos, las
W. L. SPERRY hace ver con ayuda de una imagen la diferencia que existe
entre los clásicos de la espiritualidad cristiana y las grandes obras teológicas.
personas, los sufrimientos y las alegrías, los objetos, las imá-
Las obras teológicas del pasado son como rocas en la superficie de la Tierra, genes. Son "presencias" personales y vivas, que se traslucen
que se estratifican por edades: las que van surgiendo entierran, suceden y por el velo de la fe.
se sobreponen a las anteriores. En cambio, los clásicos de la experiencia cris- El lenguaje. Elemento de gran relieve en mistagogía. No
tiana son materia primigenia nunca estratificada del vivir cristiano; como el
agua de los mares. De aquí que no envejezcan con el paso del tiempo y he desarrollado el tema de propósito, pero sí afirmado inris
las afluencias de la cultura. Cf. G. HARKNESS, Mysticism. Its meaning and mes- de una vez que es uno de los rasgos que cualifican a los míslk'oi»
sage, London, 1973, p. 79. como grandes en su relación con nosotros. Entre las uiiilklmli'N
498 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA 6. MÍSTICA Y MISTAGOGIA 499

que lo hacen comunicativo y mistagógico se cuentan: es "ex- tinua por dar a sus cosas relieve eclesial acaba por engendrar
presivo" de la verdad y la realidad de las personas, habla de egoísmo y vanidad50.
Dios, de su misterio y de sus dones, ya conocidos por la fe; Tiene una función especial dentro del Cuerpo místico: rea-
es "confesante": habla a Dios y con Dios, no solamente de vivar el sentido de la presencia y de la trascendencia de Dios.
Dios, y le trata como presente en su vida y conversación, sea Un Dios vivo y activo, pero que no se deja encerrar en esque-
cualquiera el tema que trata; posee eficacia "interpelante", y mas conceptuales, organizaciones ni tareas prefijadas. Com-
hace que el lector se sienta comprometido en la historia y la plementa otros carismas y mensajes con su peculiar sentido
experiencia que se narra, pasando de lector o espectador a del misterio. Ayudan a tomar conciencia de sí misma en sus
actor invitado y comprometido; también "autobiográfico" en dimensiones esenciales: comunión con Dios, escucha y alaban-
algunas ocasiones, utilizando la propia experiencia como mate- za, amor y acogida, servicio abierto y universal51.
rial para testimoniar en directo y en vivo la presencia y la acción Las relaciones efectivas entre los místicos y los responsables
de Dios, como hace san Agustín testimoniando con sus pecados de la doctrina y del gobierno no han solido ser pacíficas. Ten-
de manera realista y en presente el amor misericordioso de siones suscitadas por ambas partes. Por parte de algunos mís-
Dios en acto 49 . ticos, que rodean su palabra de gracia con aditamentos extem-
poráneos. O los responsables, que le han mirado como inno-
vador falto de criterio y de realismo. El tratamiento de rigor,
Otras referencias importantes a veces injustificado, por parte de la jerarquía eclesiástica, ha
causado sufrimiento y anulado momentáneamente misiones.
A continuación hago una breve referencia a algunos ámbi- En la mayoría de los casos no anula la fuerza de su mensaje.
tos en que la palabra del místico tiene especial significado y Eso mismo hace que se presenten hoy con mayores garantías.
relieve en el plano de la fe. Todas ellas han recibido amplio
desarrollo y disponen de abundante bibliografía. Son aspectos 2. En teología. La teología, dogmática y espiritual, es la
del misterio y de la experiencia, que hoy ejercen fuerte impacto ciencia con mayor preparación y mejores instrumentos que
sobre el creyente. posee para ocuparse de la mística. Como ya he dicho ante-
riormente, su labor se desarrolla en dos planos. Un primer
1. El místico en la Iglesia. La presencia del místico en la acercamiento crítico, para discernir y garantizar la autenticidad
Iglesia reviste diferentes aspectos, susceptibles de estudio par- cristiana; en caso de resultado positivo, tomar la mística como
ticularizado. Los señalo con una breve alusión. fuente y "lugar teológico". En general, se ha distinguido más
Las gracias que el místico recibe son por naturaleza y des- por sus exigencias críticas, que por el aprovechamiento del rico
tino eclesiales, sin necesidad de que la motivación se exprese material que le ofrecen los místicos sobre el misterio cristiano
continuamente en palabras. La conciencia eclesial existe en desde la experiencia de la fe. El aparato conceptual con que
los místicos y se hace explícita según el místico y sin hacerse utiliza la teología no favorece la comprensión y la sintonía con
a cada momento explícita. Por otra parte, la preocupación con- los escritos de los místicos52.
49 50
B. JIMÉNEZ DUQUE, "Actualidad de las enseñanzas de los grandes maes- SAN JUAN DE LA CRUZ, Llama de amor viva, 2,12; Cántico espiritual,
tros sobre la contemplación", en AA. VV., Contemplación, Madrid, 1973, 31,8.
51
pp. 109-127; M. DUPUY, Que demander aux auteurs mystiques?: VieSpir, 123 U n a idea de lo que el místico representa para la iglesia puede el li-cioi
(1970), 215-229; S. GALILEA, El futuro de nuestro pasado. Ensayo sobre los hacerse con la lectura de las páginas: Función del místico en la tcolo^lu y
místicos españoles desde América Latina, Madrid, 1985; H. EGAN, Christian en la iglesia de hoy: RevEspir, 29 (1970), 299-328. Se publican las icspui'sln'.
Mysticism. The future of a tradition, New York, 1984 (Ignacio de Loyola, la de diez conocidos escritores de teología y espiritualidad, de i|u¡cnes l;i ihin
Nube de la ignorancia, Teresa de Jesús, Juan de la Cruz, T. Merton, Teilhard ciona de la Revista pidió una brevísima exposición del tema.
de Chardin). 52
"Sería realmente lamentable que la teología cristiana, despucN ilc ilim
500 MÍSTICA Y EXPERIENCIA CRISTIANA 6. MÍSTICA Y MISTAGOGIA 501
Como consecuencia del desinterés teológico, la mística ha 4. Diálogo interreligioso. Es otro ámbito de relaciones y
caído en manos de la psicología, que muestra vivo interés por aprovechamiento, que se ha ido afirmando, y hoy constituye
la exploración de ese campo. Con todos sus esfuerzos, la psi- un punto importante de diálogo y comunión. La bibliografía
cología alcanza solamente al fenómeno; con preferencia, al al respecto es inmensa. En particular, con las grandes religiones
fenómeno raro y posiblemente anormal. La mayor parte de de Oriente, que han desarrollado esa dimensión en el plano
los estudios que se han publicado en los últimos años sobre de la experiencia y de la doctrina con verdadera maestría. Los
la mística se refieren a aspectos marginales: paralelismo con místicos están siendo en muchos casos los pioneros de la evan-
la mística no cristiana, ciertas afinidades con las drogas y otros gelización.
estimulantes, etc. Muy poco se encuentra que ayude a com-
prender la honda calidad del misticismo católico.
3. Mística y ecumenismo. Un aspecto que hoy toma relieve,
como forma de comunión por vía de experiencia de fe. Presenta
afinidades y divergencias con raigambre histórica. Se está pro-
duciendo un mayor acercamiento en la interpretación y comu-
nicación de este hecho permanente en la historia de las iglesias.
Es un tema que exige discreción. La experiencia de los místicos
surge en torno al dogma y se alimenta de él. No es un sen-
timiento genérico, abierto a toda clase de paralelismos.
De más inmediata utilización es la relación con los orto-
doxos, que conservan una tradición mística muy desarrollada,
que invade toda su teología. Los dogmas, los tratados de la
teología, llevan mayor dosis de misterio y mística que en la
iglesia latina. Para ellos resulta a veces más fácil el diálogo
con el místico que con el dogmático, porque le notan más pene-
trante y más cercano al misterio y a su sensibilidad.
Con la iglesia evangélica o protestante, la vida mística ha
creado dificultades y obstáculos en el diálogo. Por motivos his-
tóricos y doctrinales, el místico les resulta un cristiano extraño
a la fe y a la revelación, que vive de espaldas a la Palabra.
Son dificultades superables, pero que necesitan mucho tiempo
y objetividad para desaparecer. En los últimos años, la teología
protestante está mostrando interés y agudeza en la valoración
de la mística cristiana53.

mil años de experiencia religiosa, fuera incapaz de incorporar las más altas
manifestaciones de la vida de la gracia." D. KNOWLES, What is Mysticism?,
London, 1967, p. 133.
53
P. TILLICH, Systematische Theologie, I, Stuttgart, 1958, pp. 167 ss.;
F. D. MAASS, Mystik im Gesprach, Würzburg, 1974. Dos autores, católico y
reformado, dialogan sobre ecumenismo a propósito de san Juan de la Cruz G. LEFEBVRE, "Theologie mystique et eocuménisme", pp. 155-179; A. 1 )i M
en un mismo libro de AA. W . , Actualité de Jean de la Croix, Bruges, 1970: "Theologie mystique et eocuménisme", pp. 181-198.
11
DINÁMICA ECLESIAL

La iglesia se mantiene en constante crecimiento de vida


y misión por la presencia de Cristo resucitado y la acción per-
manente del Espíritu Santo. Este hecho, observable en todo
tiempo, adquiere en ciertas épocas particular relieve y grave-
dad. La teología espiritual, centrada en el itinerario individual,
ha tomado el movimiento de la iglesia como marco y ambiente
general. Con la nueva clave de la iglesia como "sujeto espi-
ritual" (cap. 4), el fenómeno presenta todos los rasgos y con-
diciones de una verdadera dinámica espiritual comunitaria.
Una serie de factores convergentes nos lleva a detectar e
interpretar el hecho en clave de dinámica espiritual: la reve-
lación entendida en términos de historia salvífica; la sensibi-
lidad generalizada frente a los aspectos comunitarios de toda
espiritualidad: la gravedad de los cambios que tienen lugar en
la iglesia y en la cultura general; la semejanza de la experiencia
comunitaria con la trayectoria del crecimiento personal. En
la iglesia se da una trayectoria de crecimiento, con vicisitudes
muy semejantes a las del individuo: gracia y fidelidad difícil,
infidelidades y retrasos, conversión y noche oscura, ilumina-
ciones y plenitud provisional. Las vicisitudes de la vida cristiana
individual son trasunto e imagen débil de esta gran historia.
La dinámica espiritual comunitaria es de importancia pri-
mordial, como experiencia, temática y tarea. Hoy, de particular
urgencia y gravedad, como se refleja en los términos de uso
generalizado: futuro, progreso, éxodo, crisis, fidelidad, crea-
tividad. La vocación y vida espiritual de muchas personas eslli
condicionada, positiva o negativamente, por las incidencias del
desarrollo colectivo. Desarrollo eclesial y crecimiento pcrsoiinl
son aspectos complementarios e interdependicnlcs de- una IHIN-
504 DINÁMICA ECLESIAL 1. CRECIMIENTO DE LA IGLESIA 505

ma gracia y vida: el comunitario hace de base y corona al indi- A grandes líneas, podemos evidenciar el hecho, compro-
vidual, y éste es alma y vida de todo movimiento comunitario. bando su verificación constante y significativa en todos los
Resulta, sin embargo, difícil armonizarlos en la vivencia. En momentos de la historia de salvación: Antiguo y Nuevo Tes-
épocas anteriores se cultivó con mayor esmero y detalle el lamento, evangelio, iglesia primitiva, historia posterior 1.
desarrollo personal, desatendiendo las incidencias del camino
comunitario. Ante los problemas y urgencias de la iglesia y a) Antiguo Testamento. El progreso espiritual colectivo
de la humanidad, muchos espirituales hoy descuidan y dejan forma parte de la historia de salvación desde su mismo comien-
en segundo plano los proyectos y exigencias de vida personal. zo. Los libros del AT permiten observarlo con detalle en toda
Al vivir absorta en la experiencia individual, la espiritua- su extensión. Es dinámica comunitaria: el pueblo recibe la reve-
lidad no ha elaborado estructuras adecuadas con que analizar lación, se compromete con Dios en alianza, y así camina por
y organizar el proceso colectivo. Podemos utilizar el método largos siglos. A esta luz, vive toda su existencia: social, eco-
que nos ofrece la mistagogía espiritual. En primer lugar, captar nómica, política, militar. "Eligió [Dios] al pueblo de Israel
la vida y observar los hechos del pasado y del presente, que como pueblo suyo, pactó con él una alianza y le instruyó gra-
indican la orientación del Espíritu. Luego fijar principios de1 dualmente, revelándose a sí mismo y los designios de su volun-
comprensión y discernimiento, categorías y leyes para inter- tad a través de la historia de este pueblo, y santificándolo para
pretarlos. Por último, sugerir actitudes espirituales y formas Sí. Pero todo esto sucedió como preparación y figura de la
concretas de intervenir y orientar la historia por caminos de alianza nueva y perfecta que había de pactarse en Cristo y
evangelio. de la revelación completa que había de hacerse por el mismo
Verbo de Dios hecho carne" (LG 9; cf. también n. 55: "a paso
1. Crecimiento de la iglesia. lento").
2. Categorías espirituales de comprensión y de acción. El desarrollo no se limita a detalles periféricos de orden
3. Panorama posconciliar: hechos e interpretaciones. ritual o cultural, sino que afecta a los núcleos esenciales de
4. Fidelidad coherente y creativa. su vida religiosa y moral del pueblo escogido: la alianza, enten-
5. Renovación eclesial: personas y tareas. dida y vivida con creciente profundidad teologal; la idea e ima-
gen de Dios, que toma formas y expresiones espirituales de
1. Crecimiento de la iglesia cercanía y trascendencia, de universalidad y libertad; la piedad
se desarrolla como alma del culto y alcanza en los salmos su
Llamada a vivir y anunciar el evangelio en todo tiempo máxima calidad; la visión del hombre, del dolor, del destino
y lugar, la comunidad cristiana tiene en sus fundamentos y de ultratumba; interiorización progresiva de la ley y de la
funciones los principios de pervivencia y acción. Su dinamismo moral.
espiritual la mantiene siempre en acto de servicio. Estanca- En este desarrollo, globalmente positivo, se dan alteracio-
miento significa para la iglesia muerte o insignificancia, que nes graves y frecuentes: fidelidad, idolatría, prosperidad, sufri-
viene a ser lo mismo. mientos, tierra prometida, destierros, unidad, divisiones, etc.
Hablamos de dinamismo con cierto rigor y amplitud, cuan- El camino de salvación está trenzado de retrocesos y desvia-
do se dan los siguientes elementos y condiciones: meta, hecha ciones. Gracias a los libros del AT, podemos comprobar cu
de objetivos precisos, fines atrayentes y válidos, un proyecto esta primera fase de la historia salvífica todas las leyes de la
de ser y de vivir; tendencia orientada hacia esa meta, que arras- dinámica espiritual colectiva.
tra y concentra energías en esa misma dirección; medios para
conseguirla, tanto en el orden de las capacidades internas o 1
S. CASTRO, Teología de la maduración personal. Crecimiento en <'lisio;
energías como en el plano de medios externos; tiempo, que RevEspir, 39 (1980), 613-670: amplio desarrollo doctrinal con hiblioHinflii,
convierte el dinamismo en proceso gradual e histórico. especialmente para el AT.
506 DINÁMICA ECLESIAL 1. CRECIMIENTO DE LA IGLESIA 507
b) Jesucristo. La misma gradualidad advertimos en la con- gación de nuevos miembros y asimilación de los mismos en
ducta revelatoria de Jesús, en la llamada y formación de sus vida de comunidad. Así la iglesia vive la experiencia del cre-
discípulos. Gradualmente desvela el misterio del Reino, y va cimiento, no sólo en la tarea de convertir nuevos adeptos y
reuniendo seguidores. Con palabras explícitas o en parábolas, bautizarlos, sino, sobre todo, en el trabajo de incorporación
preanuncia crecimiento, tiempos largos, resistencias y perse- plena en su organismo. Este es un proceso lento y doloroso,
cuciones, apostasías, perseverancia y triunfo final. En el evan- con frecuentes crisis y retrocesos.
gelio, vemos también las crisis y retrocesos del grupo de los Expansión: En un primer momento predomina la tarea de
discípulos, e incluso de los Apóstoles. expansión. Esta primera fase brillante no supone mucho esfuer-
Crea la iglesia, le da estructura y función, la hace esen- zo para la mentalidad judía que integra el hecho en la categoría
cialmente misionera. "Id y haced discípulos a todas las gentes de "proselitismo", que le es familiar. Se considera un modelo
bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu de fuerza asimilativa y de crecimiento de la iglesia apostólica.
Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. La gracia del Espíritu Santo y el fervor misionero de los após-
Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin toles y de los demás cristianos provoca conversiones en masa,
del mundo" (Mt 28,19-20). Destacan los elementos constitu-' dando lugar a un aumento masivo e indiscriminado. Los can-
tivos de una verdadera dinámica espiritual: la misión de Jesús, didatos son de la más variada procedencia: judíos, asiáticos,
con la fuerza del Espíritu, su presencia constante, predicación africanos, griegos, romanos, árabes (Hch 2,9 ss.). Los nuevos
del evangelio en todos los lugares y en todos los tiempos. El cristianos dan gracias a Dios, celebran el triunfo del evangelio,
mismo esquema se repite en Hechos 1,7-8; y en Jn 20,21-22. sienten la satisfacción del gran número de hermanos, pero no
Señala también el punto de llegada: "Ese Jesús que ha sido han hecho la experiencia del crecimiento orgánico.
llevado de entre vosotros al cielo vendrá como le habéis visto Cohesión: La iglesia es organismo viviente, no aglomera-
ir al cielo" (Hch 1,11). La meta es atrayente y tiene fuerza ción de creyentes. Tras un primer momento de euforia, se sien-
de arrastre. Como un imán poderoso, tira de la historia, no te la necesidad de hacer iglesia. La necesidad de crear cohesión
simplemente deja transcurrir el tiempo. Jesús vendrá en gloria, interna da lugar a una segunda fase mucho más difícil y dolo-
está viniendo, a recapitular la historia totalmente orientada rosa que la anterior, ya que cada grupo entra con su bagaje
hacia El. religioso y cultural a formar parte de la misma iglesia de Cristo.
c) Comunidad primitiva. La iglesia primitiva, que cono- Esto da lugar a una experiencia básica en el crecimiento espi-
cemos por el libro de los Hechos y las Cartas, ofrece un buen ritual: tensión y crisis por divergencia de ideas y prácticas.
paradigma de este dinamismo original. Destaca en primer lugar Todos han tenido que pasar por una conversión honda y dolo-
la fuente y origen de su fuerza: la efusión del Espíritu en Pen- rosa para entrar en la unidad universal del evangelio. De ello
tecostés. Responde a la doble encomienda de Jesús: unidad queda constancia abundante en los Hechos y en las Cartas de
íntima de todos sus seguidores en fe y amor, y misión a todos san Pablo. La alegría de las conversiones el día de Pentecostés,
los pueblos de la tierra. El libro de los Hechos, que es como de la conversión del Cornelio y de los paganos, conlleva sufri-
el evangelio del Espíritu y el modo de existencia de la iglesia mientos para la nueva comunidad. En la primitiva iglesia queda
primitiva, es un libro de "viajes" y de movimiento. La obra un testimonio válido del crecimiento y de las duras implica-
del Espíritu y de la iglesia se formula en términos de "camino". ciones que lleva consigo.
Todo el modo de vida de los cristianos recibe el nombre de d) Veinte siglos de existencia. En estos primeros veinte
camino. No se trata de un desplazamiento geográfico, sino de siglos de vida eclesial vemos con suficiente claridad la manera
un transformarse y hacerse comunidad de Jesús y pueblo de en que el Espíritu sigue actuando en la iglesia a lo largo de
Dios. Es la iglesia un organismo viviente, y su crecimiento va toda su historia, y podemos descubrir algunas leyes del cre-
en doble sentido: expansión externa y cohesión interna, agre- cimiento comunitario. Dos milenios ofrecen hechos y reflexio-
508 DINÁMICA ECLESIAL 2. ÉXODO Y ESPERANZA 51 )l)

nes abundantes para ello. Se encuentra de todo: momentos Se encuentra la iglesia en vías de santificación. Hablamos
de máximo esplendor, momentos de oscuridad y regresión, por de santidad de la iglesia como gracia creciente y como tarca
presiones ambientales o por cansancio interior: debilitación de comunitaria. La iglesia, la humanidad, el universo, se encuen-
impulso misionero, divisiones internas, pérdida de vitalidad tran en camino hacia el encuentro con Cristo encarnado y glo-
espiritual. rioso. Si el fin es comunitario, el camino lo será también. Entre-
Constantes históricas. A partir de hechos y experiencias que tanto asistimos a realizaciones parciales del proyecto total.
se repiten una y otra vez, podemos formular algunas leyes que La Sagrada Escritura habla de pueblo y de iglesia, de todos
reflejan modalidades de la dinámica espiritual de la iglesia: y de cada uno en su participación correspondiente. A este suje-
a) La vida de la comunidad cristiana, sobrenatural en su origen to comunitario-personal aplica en primer término los temas
e impulso, se desarrolla en ritmos de historia y circunstancias. fuertes de la vida espiritual: peregrinación, tribulaciones, unión
b) La evolución tiene carácter salvífico y afecta a su compren- matrimonial con Cristo, glorificación. El reciente Concilio apli-
sión y experiencia de Dios, de sí misma y de su misión entre ca a la iglesia los dones y exigencias del seguimiento evangélico:
los hombres, a mayor fidelidad en su vida y su misión, no sólo vocación, misión, camino de cruz y tribulaciones, oración y ado-
mejoras o cambios de organización o funcionamiento, leyes ración, santidad, resurrección, etc. Bajo ciertos aspectos, las
o ritos, aumento o disminución de número, c) En el proceso categorías del itinerario espiritual tiene, en su origen, sentido
actúan y se entremezclan tres aspectos: expansión, asimilación comunitario, que luego se concretiza y desarrolla en dimensión
interna de los nuevos miembros o grupos, consiguientes ten- más bien personal.
siones y crisis hacia una nueva conciencia de identidad comu-
nitaria, d) Los factores sociales y culturales influyen de manera "La evolución del tema del matrimonio místico es signifi-
determinante en el proceso religioso y espiritual de la iglesia, cativa. En la mística moderna, es la unión del alma con Cristo
en sentido positivo o negativo. El imperio romano favoreció un fenómeno individual, siendo el término del proceso de puri-
visiblemente la difusión del cristianismo; su hundimiento pro- ficación personal. Ahora bien, el matrimonio místico, antes que
vocó una crisis duradera y sin precedentes. El hecho es de nada, es un tema eclesiológico. Sólo por una individualización
toda evidencia, desde las páginas del AT hasta la experiencia de la unión de las naciones con Cristo fue como se llegó a
la atribución individual. El mismo fenómeno ocurrió con la
de nuestros días, e) Los cambios dan lugar a frecuentes crisis. ascensión mística. El monte de Dios es el lugar del encuentro
del alma con Cristo, según los místicos modernos; pero en la
Escritura, la ascensión mística es el movimiento de las naciones
2. Éxodo y esperanza hacia la nueva Jerusalén, donde reina Cristo" 2.

El camino de salvación observado en la historia se guía


por principios que van más allá de los hechos sociales y cul- Tiempo de esperanza
turales. La Sagrada Escritura lo narra e interpreta en categorías
de orden teologal y espiritual. La espiritualidad dispone de La dinámica de la santificación en el tiempo encierra múl-
categorías y esquemas para el estudio del desarrollo colectivo, tiples aspectos, que ayudan a comprender el significado y con-
aunque poco elaborados, por haber limitado su atención al tenido del movimiento espiritual comunitario. La esperanza
crecimiento personal. Podríamos equiparar ambos procesos, es el motor de toda esa dinámica. He escogido dos, que parecen
y utilizar en el plano comunitario esquemas del "modelo" indi- más amplios y fundamentales: peregrinación y misión. Dentro
vidual. Ciertas analogías y dependencias permiten esa amplia-
ción, sin forzar el paralelismo. Pero será mejor estudiar el fenó- 2
J. COMBLIN, Cristología y Pastoral en América Latina, Barcelona, 1966,
meno eclesial con esquema propio. p. 46.
510 DINÁMICA ECLESIAL 2. ÉXODO Y ESPERANZA 511

de ellos se colocan varios otros más particulares, que no es entre las criaturas que gimen con dolores de parto al presente
necesario determinar. en espera de la manifestación de los hijos de Dios" (LG 48).
La escatología se vive en la iglesia de manera continua.
a) Iglesia peregrina. El reciente Concilio prefiere hablar
Cristo ha resucitado y ha inaugurado una forma de vida que
de iglesia peregrina o peregrinante (alrededor de treinta textos),
es el destino común. Se siente con prendas en la mano: sacra-
con carácter de movimiento y misión. Muy raramente utiliza
mentos, doctrina, evangelio, Espíritu vivificante. Tiene miem-
la expresión "militante", antes familiar, con sabor de combate
bros ya en la gloria: los fieles, los santos, María santísima en
y distanciamiento. Peregrinación y misión se complementan,
especial. Miembros que mueren a cada momento con la espe-
ya que la misión prepara a los hombres para el gran encuentro.
ranza de la resurrección. La iglesia no sólo está en comunión
No es un esfuerzo desesperado por ensanchar o defender las
con todos estos creyentes, sino que es ellos (cf. LG 48-50).
fronteras de la iglesia. En la iglesia actual se siente más viva-
La condición escatológica de la iglesia por un lado le anti-
mente la misión que la peregrinación. Misión mira al ensanche
cipa tantas grandezas, y por otro aviva la conciencia de la pro-
inmediato; peregrinación, a la meta final. En realidad, se inte-
pia imperfección. Encuentra a Dios solamente en las media-
gran para alcanzar el equilibrio cristiano.
ciones, mientras siente que está hecha para la comunión direc-
La segunda venida de Cristo no quita densidad al tiempo ta, filial. Se siente comunidad de creyentes y nota que, a pesar
intermedio, sino que le añade tensión: tensión escatológica. de todos los esfuerzos y buena voluntad, persisten las divisiones
Toda la existencia y las personas y las realidades de gracia y y fronteras de lengua, nación, intereses, carismas; no hay judíos
de naturaleza están profundamente afectadas por su condición ni griegos, orientales ni occidentales; pero sigue habiéndolos.
escatológica. No encuentran descanso ni pleno sentido en sí "Peregrinaciones". Son formas históricas y geográficas en
mismas. Participan de la tensión espiritual del hombre hacia que se ha manifestado en determinados grupos y épocas el
la parusía: allí se manifestará en el hombre claramente su con- temple de peregrinación. Asume diferentes motivaciones y
dición de hijo de Dios, y con él también las criaturas "serán modalidades: largos caminos y viajes a los centros de la fe y
liberadas de la servidumbre de la corrupción para participar la salvación, como Jerusalén, Roma, Santiago; de carácter peni-
en la libertad de la gloria de los hijos de Dios" (Rom 8,21). tencial, por las incomodidades que comportaba el camino y
Todos los triunfos posibles en la evangelización y en la la distancia del hogar; con finalidad ascética, para librarse de
cohesión interna no pueden hacer olvidar la contingencia de las ataduras del propio ambiente, la familia, la comunidad; de
su situación, el relativismo de sus triunfos exteriores y los lími- misión, trasladándose a lejanas tierras para evangelizar. Con
tes de su transformación interna, el velo que cubre toda su cambios de estilo y actitud, las peregrinaciones mantienen sig-
verdad. Se puede hablar de plenitud de los tiempos, porque nificado y vigor espirituales y siguen despertando interés en
se ha puesto en marcha la economía salvífica capaz de llevar el pueblo cristiano 3.
la historia a plenitud; pero no lo ha hecho todavía, si no es b) Misión. Tiempo de esperanza activa y de misión. El
en esperanza. intermedio entre pentecostés y parusía constituye el tiempo
3
"La plenitud de los tiempos ha llegado a nosotros, y la reno- Cf. C. SPICQ, Vida cristiana y peregrinación según el Nuevo Testamento,
Madrid, 1977; J. FONTECHA, La vida cristiana como peregrinación según la Epís-
vación del mundo está irrevocablemente decretada y en cierta tola a los Hebreos: Studium Legionense, 2 (1961), 251-306; J. LECLERQ, "Mo-
manera se anticipa realmente en este siglo, pues la iglesia, ya naquisino y peregrinación", en su obra Espiritualidad occidental: Fuentes, Sala-
aquí en la tierra, está adornada de verdadera santidad, aunque manca, 1967; Th. MERTON, Dai pellegrinaggi alie crociate, en su obra Mistici
todavía imperfecta. Pero mientras no lleguen los cielos nuevos c maestri zen, Milano, 1969, pp. 83-100; H. VON CAMPENHAUSEN, S'expatrier
y la tierra nueva, donde mora la justicia, la iglesia peregrina a cause de lafoi: VieSpir, 100 (1959), 162-180; AA. VV., Pélerinage etformation
lleva en sus sacramentos e instituciones, pertenecientes a este rcligieuse: Lumen Vitae, 13 (1958), 202-335; Concilium: núm. especial sobre
tiempo, la imagen de este siglo que pasa, y ella misma vive las Peregrinaciones (1996/4).
512 DINÁMICA ECLESIAL 2. ÉXODO Y ESPERANZA 513

escatológico. Es, por tanto, tiempo lleno y movido, no tiempo


inerte en espera de que sobrevenga la escena siguiente. Está Espiritualidad del Éxodo
el tiempo para dar lugar a que se cumpla la misión, no la
misión para rellenar de alguna manera ese tiempo. De modo
que la parusía se adelanta o se retrasa, según se haya o no El Éxodo ofrece contenidos y esquemas para comprender
cumplido la tarea de evangelización. el dinamismo eclesial, y más en particular el movimiento de
la iglesia en nuestro tiempo. Así está siendo interpretado y
Esta tiene dimensiones de espacio y en el tiempo. Busca revivido en liturgia, teología y espiritualidad. Representa una
el universalismo geográfico y el histórico, predicando el evan- realización condensada de toda la historia de salvación, tanto
gelio a todos los pueblos y en todos los siglos: "hasta el fin en lo que hace Dios como en los ritmos de la respuesta que
del mundo" (Mt 28,20), y "hasta los extremos de la tierra" dan los hombres. Tiene la alianza como referencia permanente,
(Hch 3.8). Formulado en esta forma, puede parecer que se sigue por otra parte las vicisitudes de la historia humana. Con
trata de un aumento o adición al número de los creyentes. la doble ventaja de que esta experiencia espiritual intensa es
En este sentido, la dinámica sería más bien externa, tratando vivida por el pueblo israelita en los hechos reales, con todo
de ensanchar el círculo de la comunidad creyente, con la adhe- el espesor de la existencia humana; y además ha quedado
sión de nuevos pueblos y nuevos individuos. Quedaría en puro narrada e interpretada en la Sagrada Escritura. Una historia
accidente de cantidad. La imagen hay que completarla con las concreta, que luego se convierte en tipo para todo el AT y
anteriores: santidad, peregrinación4. NT 5 .
Las virtudes teologales alimentan el empuje de la espe-
ranza: la fe espera la revelación de lo que ahora conoce en En el segundo libro de la Biblia, que lleva ese nombre,
reflejos; la caridad trabaja para que todos los hombres se reú- se narran una serie de hechos referentes a la salida de los
nan en una sola familia de redimidos. En el término de la israelitas de Egipto y su camino hacia la tierra de Canaán (si-
esperanza están: el encuentro con el Señor como primer ele- glo xm a. C). Ese desplazamiento comporta muchos años y
mento, y el más sentido, la salvación de todos los hombres una secuencia muy complicada de episodios. A grandes líneas,
de buena voluntad, la transformación del universo. Siendo la esa historia tiene tres fases o momentos principales, que corres-
iglesia comunidad de fe, esperanza, caridad, la tensión le es ponden a tres bloques del libro: Liberación y salida de Egipto:
inherente. En la celebración eucarística vive de lleno la ple- ruptura, resistencias, milagros, plagas (Ex 1-15,21). Camino o
nitud o la totalidad de los tiempos: pasado, presente, futuro. marcha por el desierto: presencia de Yahvé, sufrimientos, ten-
Los vive realizados en Cristo encarnado, glorioso, venidero. tación y rebeliones, milagros (Ex 15,22-28). Alianza y tierra pro-
La eucaristía es la expresión escatológica de la iglesia, y es metida: es objetivo y meta de todo el recorrido (Ex 19-40).
lo que la hace comunidad.
5
AA. VV., Éxodo, un paradigma permanente: Concilium, 23 (1987),
4
"La misión comunicada y recibida es el ser mismo de la iglesia, en 7-175; C. MACCISE, en AA. VV., ¡lacia una Espiritualidad Latino-Americana,
cuanto peregrina. La iglesia es la enviada, como Cristo es el enviado; y este Bogotá, 1971, pp. 36-46; D. BARSOITI, Espiritualidad del Éxodo, Salamanca,
proceso de envío es esencial a la constitución y a la realización de la iglesia. 1968; J. ALONSO DÍAZ, La experiencia religiosa del Éxodo y su teologización
En este sentido, todo está envuelto en la misión: palabra, sacramentos, jerar- en la «revelación» del nombre de Yahvé: Sal Terrae, 57 (1969), 3-17; C. WIENER,
quía, tarea evangélica, todo es prolongación de la misión misma de Jesucristo. Exode de Moise, chemin d'aujourd'hui, Paris, 1969; R. DE VAUX, Presence et
Él impulso que mueve la iglesia a través del espacio y del tiempo, desde absence de Dieu dans l'histoire d'aprés VAnden Testament: Concilium, 50
Pentecostés a la Parusía, haciendo que penetre, purifique, libere la masa (1969), 13-22; J. BONDUELLE, Les trois temps de notre Exode: VieSpirit, 84
humana y la integre en el Reino, es su misión misma." J. MOUROUX, Le mystére (1969), 274-301; J. FOLLIET, La Spiritualité de la route, Paris, 1936; J. STEIN-
du temps, París, 1962, p. 176. Nos hallamos en los comienzos de la evan- MANN, L'Exode dans l'Ancien Testament: VieSpir, 84 (1951), 229-240; J. HELE-
gelización, después de dos mil años de cristianismo (Redemptoris missio, WA, V'Esodo" nella pietá d'lsraele: RivVitSpir, 25 (1971), 18-37; J. GUILLET,
nn. 1-2). La plenitud de la redención podemos pensar que aún tardará en L'Exode du Christ: VieSpir, 84 (1951), 241-249; J. HILD, L'Exode dans la spi-
llegar, a juzgar por el "retraso" de la Encarnación. ritualité chrétienne; ib., pp. 254-273.
514 DINÁMICA ECLESIAL 2. ÉXODO Y ESPERANZA 515

Los tres elementos forman un conjunto armónico. Repre- incondicional contra todas las fuerzas de la naturaleza y de
sentan el proceso completo de salvación. Dentro del conjunto, la historia. Experiencia desconcertante a veces. Por un lado,
cada parte tiene sus propios hechos y su significación parti- alianza y felicidad, liberación. Por otra parte, silencios y aban-
cular, y es susceptible de aplicaciones predominantes. La dono. Experiencia de ser pueblo. La meta común, las dificul-
segunda fase es teóricamente subordinada; pero tiene relieve tades del camino, y más que nada la presencia del Señor, man-
en la vivencia, y en ciertas épocas ocupa el centro de la expe- tiene a los creyentes unidos y compactos. En esa circunstancia
riencia espiritual. Aunque conservan entre ellos nexo de suce- se hacen pueblo, y pueblo de Dios, ya que están colgados y
sión, cada uno de los tres pasos cumple la totalidad de fun- dependen en todo, hasta materialmente, de la misericordia de
ciones. Los tres: conllevan gracia y esfuerzo, asistencia y mila- Dios.
gros, sufrimiento, tiempos largos. La salida de Egipto no es b) Exigencias: Como síntesis que es de toda la vida teo-
repentina, sino fruto de conflicto, forcejeo, huida. La "tierra logal, la espiritualidad del éxodo obliga a vivir todas sus exi-
prometida" no es un "regalo" o recibimiento festivo, sino "con- gencias, y no solamente sus dones. Es vida de fe, creencia y
quista" penosa que se prolonga interminable durante varios confianza en Dios, único apoyo en esas condiciones de vida.
siglos. La fe se convierte en amor, por el largo trato, por la elección
Este hecho, que podía haber quedado en historia de los y las continuas muestras de liberalidad y de perdón. Y es espe-
orígenes, se ha convertido en vida permanente del pueblo, ali- ranza, porque vive de la promesa, colgado de la palabra de
mento de su fe y de su piedad, primer principio de toda su Dios que asegura protección y futuro dichoso. Exigencia de
teología. Como realidad y como tema, se hace clave en la reve- pobreza espiritual y material. El ambiente en que se desarrolla
lación tanto del AT como del NT. Las grandes fiestas del pue- la vida es el desierto. Siente la aridez, la soledad, el pisar tierra
blo giran en torno a esa experiencia; lo mismo que la piedad ajena.
de los salmos. La fe en Dios recibe de estos hechos su con- c) Enseñanzas: El éxodo es hecho y es significación. Existe
tenido y las actitudes apropiadas. Las exigencias morales de en él un esquema de vida y de teología. Van unidos los varios
los profetas se apoyan invariablemente en el éxodo. De este elementos: liberación, camino, encuentro. En las obras divinas
modo, se convierte en experiencia siempre actual, y en categoría a favor del hombre, en las transformaciones de gracia que Dios
para interpretar los nuevos sucesos de la historia salvífica. obra en él, el proceso es siempre complejo, mezcla de muerte
La Biblia habla de nuevos éxodos, dos sobre todo: la vuelta y resurrección. El amor de Dios toma a veces la forma de
del destierro de Babilonia (538 a. C); el de Jesús: salí del poner a prueba, de obligar a los suyos a pronunciarse, a deci-
Padre y vuelvo al Padre (Jn 16,28); el del pueblo redimido dirse libremente, y no solamente aceptar de Dios el ofreci-
hacia la gloria y la revelación total. Los sacramentos, las prue- miento de comunión por comodidad o por intereses. Hay en
bas, la condición pasajera de la vida humana y cristiana, se todo ello una pedagoga divina, que forma a su pueblo, lo trans-
dibujan en el marco formado por los elementos del éxodo ori- forma, lo hace digno de su comunión, para luego convertirlo
ginal. Enmarcados en ese horizonte, los éxodos sucesivos dan en testigo radiante de la grandeza y de la bondad de Dios.
luz nueva a la historia salvífica, y al mismo tiempo reciben
de ella sentido y función. Con razón se habla de la espiritua-
lidad del éxodo. Es un hecho cargado de experiencia, de exi-
El desierto
gencias, de enseñanzas:
a) Experiencias: Experiencia de Dios, que se revela en Atención particular merece la fase central de la historia
hechos y palabras. Se revela como Señor omnipotente, cercano, y experiencia de éxodo, por su larga duración y dificultades,
fiel, celoso, incomprensible. Muestra grandeza y poder espe- y por el relieve que en esos momentos asume la fidelidad y
cialmente en el amor a su pueblo: elección libre, protección libertad del pueblo. El éxodo primitivo no es ninguna panacea
516 DINÁMICA ECLESIAL 517
2. ÉXODO Y ESPERANZA

que transforme y santifique por sí mismo. Está cargado de res- gado a buscar su fuerza y su amparo en Dios solo. El desierto
ponsabilidad, sentido, eficacia, sufrimiento. Por idealizarlo es una tentativa de avance desnudo, desasido de todo apoyo
excesivamente, se pierde gran parte de su significado espiritual. humano, en la carencia de todo sustento terrestre, incluso espi-
Aludo a dos aspectos acentuado en la Sagrada Escritura, que ritual, para encontrar a Dios. Los días en el desierto son un
le devuelven realismo histórico y fuerza modélica. ensayo, una tentativa llena de confianza para pedir a Dios que
a) "El día de la tentación en el desierto. Cuando se habla venga a buscarnos, en nuestra impotencia, para llevarnos hasta
en sentido bíblico de migración, peregrinación o desierto, evo- El. Lo que es esencial en el desierto es el desasimiento total
camos un tiempo de prueba; lo que la Biblia y el lenguaje y la paciente y callada espera de Dios en la inactividad de
eclesiástico llaman tradicionalmente una 'tentación'. Es éste nuestras potencias" 7.
un elemento esencial del tema histórico y doctrinal del 'de-
sierto'. Sin duda que se trata de una ocasión de caer, de una
fuente de laxitud y, por lo mismo, de infidelidad; pero tanto Fases y períodos
el Antiguo como el Nuevo Testamento consideran la tentación
ante todo como una prueba enviada por Dios a sus privile- Si hay sucesión histórica, es posible marcar períodos en la tra-
giados, a fin de que estén en condiciones de dar testimonio yectoria colectiva. Así lo ha hecho la literatura patrística, tratando
de fijar en la historia de salvación ciertas "edades". Se distinguen
de su unión con Dios, frente a y contra todo."
una de otra por el grado y el modo de las intervenciones divinas
b) Protesta y murmuración. "Una cosa es el reconocimien- en la historia, por la intimidad de Dios con el hombre, por el género
to de la presencia y de la acción misericordiosa de Dios por de vida personal y social que suscita en su pueblo. Normalmente
parte de las almas fieles, impresionadas por los signos mila- incluyen la historia del AT y del NT. A la hora de precisar edades
grosos, tal como la desecación del mar Rojo; y otra, la reacción y períodos en la historia de salvación, las divisiones se quedan gené-
espontánea de una multitud agotada por largas caminatas, bajo ricas y pobres. Ha tenido bastante aceptación entre los antiguos auto-
un sol abrasador, sedienta, hambrienta, amenazada o asaltada res la división en cuatro edades: ley natural, ley mosaica, ley evan-
por las serpientes o por los enemigos. Si la travesía del desierto gélica, glorificación final. Otros autores, dividiendo en cuatro, hacen
aparece a los ojos de los verdaderos 'fieles' como la obra mise- un cambio: introducen el pacto con Noé en segundo lugar, y eliminan
ricordiosa de Yahvé, el conjunto del pueblo, a medida que la glorificación final. Todo queda en divisiones generales de escasa
utilidad8.
se sucedían las etapas, no cesó de murmurar y lamentarse" 6 .
Podemos recurrir al esquema de las fases, en vista de lo poco
"Jornadas de desierto". En la actual pedagogía espiritual, que aportan espiritualmente edades y períodos. La diferencia entre
el desierto parece indicar lugar de retiro y descanso, aparta- períodos y fases es patente. El período es una subdivisión temporal
miento de los hombres y del ruido. Esta manera de interpretar en el curso del tiempo total de la iglesia que no se repite. Es un
y vivir el desierto como recogimiento y soledad es también corte de tiempo. La fase, en cambio, es una experiencia fuerte del
organismo, que sigue ciclos de asimilación, eliminación, florecimiento
legítimo, pero deja fuera varios elementos esenciales de la
y decadencia. Las fases pueden repetirse en forma parecida, con las
experiencia bíblica. No es ésa la experiencia que narra el Éxodo. variantes que introduce el cambio de período o la experiencia ante-
Ni el motivo que empuja a Jesús al desierto, sino el deseo rior.
de estar cara a cara con Dios. "El desierto lleva en sí el signo
de la pobreza, de la austeridad, de la sencillez más absoluta; 7
R. VOILLAUME, Orar para vivir, Madrid, 1972, pp. 143-144. Cí. NDE,
el signo de la total impotencia del hombre, que descubre su Madrid, 1991, pp. 455-458.
8
debilidad porque no puede subsistir en el desierto y se ve obli- H. DE LUBAC, Catholicisme, Paris, 1952. Este libro tiene dos capítulos
sobre el tema de las edades: «Le christianisme et l'histoire» (pp. 107-132),
6 "Predestinaron de l'Eglise" (pp. 207-239). (Versión española: Catolicismo,
C. SPICQ, Vida cristiana y peregrinación según el Nuevo Testamento,
Barcelona, 1963.) Habla también de fases, aunque con división parcialmente
Madrid, 1977, pp. 121 y 111, respectivamente. diversa, J. MOUROUX, Le mystére du temps, pp. 187-188.
518 DINÁMICA ECLESIAL 3. PANORAMA POSCONCILIAR 519

En este sentido, la fase nos permite aprovechar la experiencia senté. Y más, tratándose de un "presente" alterado como es
de épocas anteriores, sin necesidad de pronunciar un juicio de valor el que estamos viviendo, necesitado de discernimiento y de
o superioridad. Es suficiente identificar los rasgos dominantes de la iniciativas.
fase en que uno vive, y con ellos buscar en la historia épocas que
presenten esos mismos rasgos o parecidos. Sobre los hechos pasados El "presente" a que me refiero abarca un espacio de tiempo
se podrá ver las causas, los ingredientes efectivos, las consecuencias suficientemente amplio e intenso como para marcar la vida
de esa experiencia que estamos haciendo, pero no podemos analizar y la misión de la iglesia en forma duradera. El Concilio Vati-
en nosotros mismos. Juntando en una visión global el estado de las cano II (1962-1965), en fecha y mentalidad, aún sirve como
estructuras y el grado de vitalidad de la iglesia, podemos distinguir punto válido de referencia para describir la situación de la igle-
cuatro posibles fases o situaciones. Son repetibles por separado o sia contemporánea. La vida de la iglesia sigue estando marcada
en sucesión regular. De cada una de estas fases se pueden dar ejem- por el Concilio, incluso en quienes toman actitudes de resis-
plos repetidos y análisis. Lo haremos a continuación solamente con
una, que es la nuestra. tencia o de excesos. El movimiento conciliar, aunque rebasado
en muchos puntos, sigue caracterizando el contexto espiritual
Primavera: es el momento en que tiene lugar la penetración de de este período. Acontecimiento de graves consecuencias en
la fe en una nueva cultura, en un siglo nuevo, donde se le abren todos los órdenes, que genera una nueva imagen y experiencia
horizontes de irradiación y de conquista.
Florecimiento: una vez lograda la penetración en la situación his- espiritual en la iglesia. "Posconciliar" no tiene ya para los jóve-
tórica, tiene lugar un proceso de impregnación capilar, de simbiosis nes la resonancia de cambio brusco que sienten quienes han
entre vida eclesial e historia humana. En esta segunda fase aumentan vivido antes y después. A medida que pasan los años, el sig-
los resultados apreciables, pero en cambio disminuye la vitalidad por nificado de "posconciliar" se debilita y evoluciona en sensi-
las facilidades que se crean. bilidad y contenidos 9.
Crisis: la iglesia entra en dudas sobre su propia identidad, porque
el florecimiento ha causado tranquilidad enervante, o porque la socie- 9
Se hacen ensayos de reflejar en breve la situación de la iglesia pos-
dad empieza a evolucionar en otro sentido y deja desmanteladas las conciliar. AA. VV., 10 años de posconcilio en España: Sal Terrae, 63 (1975),
bases en que se apoyaban las conquistas anteriores de la iglesia. 833-911; AA. VV., Los 20 años del Concilio: Iglesia: ¿qué dices de ti misma?:
Decadencia: se da cuando la iglesia pierde experiencia vital y capa- Sal Terrae, 71 (1983), 243-307; AA. VV., El Vaticano II, veinte años después,
cidad de reacciones. La decadencia puede venir de fuera, cuando Madrid, 1985, pp. 67-103; C. FLORKTÁN, "La iglesia después del Vaticano
se deja arrastrar por la ruina de culturas gastadas en que se encarnó II", distribuye esos veinte años de la iglesia española en cuatro fases: entu-
durante siglos. Más influye la situación interna, por debilitación de siasmo (1965-1971), contestación (1971-1975), transición (1975-1978), invo-
energías o de fidelidad. lución (1978-1985); AA. VV., La recepción del Vaticano II, Madrid, 1987;
F. Ruiz SALVADOR, "Diagnosi spirituale della situazione posteonciliare", en
AA. VV., Chiesa dello Spirito, responsabilitá del cristiano, Roma, 1977,
pp. 51-71; G. VERA FAJARDO, Un examen de conciencia posconciliar: Surge,
3. Panorama posconciliar 29 (1971), 251-262; AA. VV., Sintomatología de la situación actual. Análisis
de algunos factores: SelTeol, 12 (1973), 108 ss.; J. VALVERDE y J. M. CORDOBÉS,
El desarrollo espiritual colectivo mantiene su ritmo cons- Vaticano II, Acontecimiento irreversible (década de los años sesenta): RevEspir,
tante y se realiza en épocas sucesivas y diferentes. Este hecho 32 (1973), 333-367; E. BARTOLETTI, La vita della Chiesa nel momento presente.
dispone y obliga a examinar la experiencia e interpretación Un bilancio di cinque anni de postconcilio: Presenza Pastorale, 41 (1971),
que estamos viviendo ahora. La "actualidad", aun siendo tran- 873-896; A. PRANDI, La Chiesa dopo il Concilio: Rivista del Clero Italiano,
53 (1972), 454-464; AA. VV., Bilancio dei dieci anni di Postconcilio: II Regno
sitoria como todo lo vivo e histórico, cumple función primordial (1976), 119-140. Juan Pablo II sigue refiriéndose frecuentemente al concilio,
en una síntesis de teología espiritual, que da relieve a las "fuen- anotando la evolución y la continuidad. En 1988, Christifideles Laici n. 3:
tes vivas", y no sólo históricas o documentales (c. 1,4). Si se Vivimos en un mundo muy diferente del que vive y describe el concilio Vati-
dedica tanto esfuerzo a conocer e interpretar la historia pasada, cano II. Tertio Millennio Adveniente (1994) señala al final de milenio un exa-
otro tanto se debe hacer con mayor razón con relación al pre- men sobre la recepción y puesta en obra del Concilio Vaticano II.
520 DINÁMICA ECLESIAL 3. PANORAMA POSCONCILIAR 521

miento, estando dentro de ella. Se están viviendo en pocos


Metodología años cambios y experiencias que a ritmo normal hubieran dura-
do siglos en producirse.
Para esbozar un panorama espiritual del presente eclesial, no bas- El siguiente esquema genérico puede ayudar a organizar
ta acumular noticias y datos. Es necesario además observar, inter- los materiales, para someterlos a examen y valoración. Los seis
pretar, jerarquizar. Algunos criterios e indicaciones generales de ayu- puntos referenciales responden a documentos o a preocupa-
da al lector para conseguir personalmente esa visión de la iglesia ciones centrales del mismo Concilio. Son líneas de experiencia,
en general y de los ambientes en que cada uno vive. 1. Captar vida
y espíritu, en primer lugar. La noticia prefiere la novedad y la excep- repensamiento y de acción. En torno a cada uno de estos
ción. Raramente destaca valores de fe profunda, de servicio cons- núcleos se pueden acumular gran cantidad de ideas y expe-
tante, de eficacia sin publicidad; que es lo que más interesa a la espi- riencias. Se influyen mutuamente, porque todos responden a
ritualidad. 2. Discernimiento crítico, frente a los medios de informa- impulsos religiosos y factores culturales muy parecidos. Cada
ción, que seleccionan y destacan datos, silencian, interpretan, mani- lector podrá y deberá hacer el análisis desde su ambiente, cono-
pulan. 3. Interpretación de esos mismos datos, en sus dimensiones cimientos y perspectiva.
reales, significado, exigencias y posibilidades de acción. Necesitan el
filtro de la reflexión, para no quedar en poder de la reacción emotiva. Revelación y teología. Proposición e inteligencia de la fe:
4. Encuestas y mayorías. Son recurso que goza de alcance y rapidez interpretación de la Biblia y del dogma, magisterio eclesiástico,
para el conocimiento de situaciones personales y problemas. Pueden teología, catcquesis.
también ser utilizadas para presionar, dándoles el tono de "referén- Moral y praxis de la vida cristiana: ámbito de la justicia, la
dum", votación mayoritaria o minoritaria. De por sí, reflejan el estado vida, el matrimonio y la sexualidad. La conciencia y moral de
de las cosas o de las personas, pero no decide sobre la verdad, el la situación.
valor y el deber. 5. Diversificación de fuentes. Conviene diversificar Culto y liturgia: sentido y expresiones, contenidos bíblicos
las fuentes de información y pensamiento, para contrarrestar límites e incorporación de la existencia real; adaptación a las varias
y parcialidades. El hecho de que así lo afirman los interesados o culturas, lenguas, etc.
sus antagonistas no es motivo para decidir a favor o en contra ideas Comunidad eclesial y estructuras: autoridad y libertad,
o personas. 6. Variedad de situaciones. Tener en cuenta la variedad comunidades dentro de la comunidad.
de grupos, personas, ambientes y situaciones. No atribuir a la iglesia Iglesias y religiones: comunión con las demás iglesias cris-
en general lo que sucede en cada uno de ellos, ni atribuir los rasgos tianas; actitudes y hechos de comunión. Relación con otras
del panorama posconciliar a cada uno de ellos en particular. Evitar religiones.
generalizaciones. Relaciones con el mundo: participación activa en los pro-
blemas sociales y políticos del hombre, aspectos históricos del
evangelio.
Hechos e interpretaciones
En los varios sectores indicados, el balance da resultados
A lo largo de estos años, la situación no es uniforme. Está similares, aunque en diferentes medidas: se abren nuevos hori-
evolucionando con notables cambios de mentalidad, de estados zontes y posibilidades; se comprueban realizaciones valiosas;
de ánimo y líneas de actuación. Para entender algo, es nece- se advierten pérdidas no compensadas; las graves divergencias
sario tener en cuenta las dos vertientes o caras que presenta de ideas y programas de acción paralizan la actuación de la
la situación: Del lado objetivo están los sucesos, los cambios, comunidad eclesial en sectores de urgente necesidad. Se res-
los valores abandonados, el nuevo curso de la historia que se piran aires de esperanza y de inseguridad. Por su parte, tam-
impone. Del lado subjetivo está la reacción de personas y gru- poco el movimiento de secularización goza de consistencia, ya
pos, que viven intelectual y afectivamente esa realidad y esos que se ve desbordado por manifestaciones públicas de expe-
hechos. Imposible reflejar por ambos lados la realidad en movi- riencia o búsqueda de lo religioso, místico, trascendente. Todos
522 DINÁMICA ECLESIAL
3. PANORAMA POSCONCILIAR 523
estos son síntomas de un momento crítico. Sin embargo, no
La "polarización" en actitudes y proyectos de acción es un factor
son hechos que se deban admitir acríticamente. influyente y peligroso tanto para la experiencia como para la acción,
por su efecto disgregador. La "inclusividad" es una de las condiciones
de renovación de la comunidad eclesial. En momentos de crisis se
Reacciones: ¿crisis? exasperan las posturas extremas, que reciben el nombre genérico de
conservadores y liberales a ultranza. Animados por el propósito
Los cristianos comprometidos con su fe sienten la violencia psi- común de salir a todo trance de la tensión y crisis, la tendencia con-
cológica y espiritual de esta situación incontrolable. Afecta con menor servadora trata de poner el pie firme en seguridades ya probadas,
dureza a los creyentes que están anclados en una profesión social. mientras el renovador busca alivio a la tensión con esperanzas emer-
Las reacciones personales son muy acentuadas y se manifiestan por gentes y proyectos de futuro n .
todas partes. No hay necesidad de entrar en el secreto de las con- El planteamiento básico se puede hacer también en el plano cul-
ciencias. Las personas y los grupos lo proclaman con gestos y palabras. tural, social, técnico, político, etc. De ahí deriva la dificultad en el
Tratándose de fe vivida y de experiencia espiritual, cuenta el esta- ámbito religioso. Así ordena el Concilio la exposición en la Gaudium
do de ánimo de las personas que viven esa situación tanto o más et spes: esperanzas y temores. "Afectados por tan compleja situación,
que la situación objetiva. Las "reacciones" colectivas y manifestadas muchos de nuestros contemporáneos difícilmente llegan a conocer
pasan a formar parte de la situación histórica objetiva y a contar los valores permanentes y compaginarlos con exactitud al mismo tiem-
como parte integrante del panorama. En definitiva, el modo como po con los nuevos descubrimientos. La inquietud los atormenta, y
"sienten y viven" los cristianos esta situación revierte en la situación se preguntan entre angustias y esperanzas sobre la actual evolución
misma. Se puede vivir con resonancias graves una situación objeti- del mundo. El curso de la historia presente es un desafío al hombre
vamente leve; y resulta una experiencia grave. De las actitudes teo- que le obliga a responder" (GS 4).
logales y positivas hablaremos en el apartado siguiente: fidelidad, etc. ¿Crisis en la iglesia? La palabra crisis se repite insistentemente
La rapidez y hondura de los cambios imprevistos ha provocado para calificar globalmente nuestro ambiente espiritual. Y se aplica
reacciones subjetivas de insólita gravedad en el organismo eclesial. igualmente a la vida y experiencia misma de la iglesia y de los cre-
Son tomas de posición espontáneas, en correspondencia con la inter- yentes. Antes de utilizarla en este contexto, es conveniente precisar
pretación que se hace de los hechos. Hay en ellas mezcla de visión su significado. Estas palabras fuertes, cuando se hacen de uso corrien-
teologal y de sentimiento humano. Podemos caracterizarlas some- te, suelen cargarse de irracionalidad y de resonancias afectivas inde-
ramente aludiendo a algunos tipos de personas: 1. De tono más bien terminadas.
optimista están: el idealista, que cree y quiere la perfección asequible
En el uso informal, crisis indica desconcierto, desgana en puntos
de golpe; y lo atribuye a malicia de las personas, si no se consigue
fundamentales de la existencia; insinúa la previsión de un desenlace
enseguida; el revolucionario, que pretende cambios por cortes bruscos,
fatal. Hablando técnicamente y con propiedad, designamos con el tér-
sin atender a personas ni a cosas; quema energías, con resultados
mino crisis "una situación incierta y peligrosa, que remueve y perturba
muy inciertos. 2. De signo más apagado tenemos al dimisionario, que
ha probado la resistencia de los hechos, y renuncia a todo nuevo
intento perseverante; al aterrorizado, bien informado de la crónica y combinadas; pero el esquema tipológico, si está hecho de un criterio opor-
tuno, ayuda a comprender las posturas reales por su mayor o meno apro-
negra, tiene previsiones fatales para un próximo futuro. 3. Flotantes
ximación a uno u otro tipo." J. GÓMEZ CAFFARENA, ¿Cristianos hoy?, Sala-
tenemos al ingenuo, que ve la actual situación como una de tantas manca, 1971, p. 98.
que han tenido lugar en la historia, y que poco a poco se arreglan 11
Los extremismos se combaten y al mismo tiempo se fomentan mutua-
por sí mismas; al instalado, que en cada momento saca partido de mente. El extremista justifica su postura extrema por las "exageraciones"
la situación, sin arriesgar nada, adaptándose indiferentemente a lo deformantes a que ha llegado el extremista opuesto. El ultraconservador se
antiguo o moderno, donde encuentre un sitio cómodo para vivir é l , 0 . aferra al pasado con el fin de contrarrestar el "desenfreno" de los liberales.
El ultraliberal actúa así para acabar con el "anquilosamiento" de los con-
10
"Siempre que se hacen tipificaciones, lo único que se intenta es señalar servadores. La exageración de un lado provoca automáticamente la reacción
ciertas polaridades, a las que pueden acercarse las posturas reales pero sin igualmente exagerada del otro, en escalada interminable. Ambos creen reme-
nunca coincidir plenamente con ellas. Las posturas reales suelen ser complejas diar el mal, cuando en realidad "colaboran" eficazmente en su agravamiento
y prolongación.
524 DINÁMICA ECLESIAL 4. FIDELIDAD COHERENTE Y CREATIVA 525

la estructura vital de un organismo o de una institución, y preanuncia


transformaciones radicales" n.
En este segundo sentido la tomamos aquí, cuando hablamos de 4. Fidelidad coherente y creativa
una posible crisis en la iglesia o de la iglesia. ¿Hay crisis en la iglesia?
La respuesta no necesita un previo balance riguroso y detallado de A la espiritualidad le corresponde dar respuesta a la pre-
datos positivos y negativos. Lo que se ha dicho en páginas anteriores sencia interpelante de Dios en cada momento de la historia.
hace de contexto general. Ateniéndonos al significado estricto de los
Hemos hablado de la respuesta dada en el éxodo y en sucesivas
términos, se puede afirmar que muchos se encuentran en crisis, y
que la iglesia como organismo comunitario también sufre crisis 13.
situaciones y experiencias. También ahora se le exige a la iglesia
No es la primera vez que esto sucede en la historia. Pero tampoco
una respuesta comprometida de vida y acción, con hondura
debemos equiparar nuestra experiencia a las anteriores con dema- teologal y realismo histórico. Esa respuesta asume la comple-
siada facilidad. La crisis actual se presenta original: por su globalidad, jidad del presente, las modalidades de la historia y los proyectos
que afecta a todos los campos del pensamiento y de la vida de la del futuro. Se vive la fidelidad; historia y creatividad son ele-
iglesia; por su radicalidad que alcanza a los fundamentos de la fe; mentos y actitudes inseparables en la experiencia cristiana y
por la rapidez de los cambios, que impide la comprensión y la asi- espiritual15.
milación adecuada. Todo ello obliga a afrontarla reafirmando las raí-
ces, aprendiendo de la historia, y siendo creativos, ya que no basta mente la triada Dios-Hombre-Mundo." Ll. DUCH, La situación teológica
repetir conductas y soluciones dadas frente a crisis anteriores. actual: Nuevo Mundo (1985), n. 29, p. 6. La sensación de grave riesgo que
Esta circunstancia de crisis ha dado origen a un lenguaje hablado se vivió en ei inmediato posconciíio queda reflejada en algunos libros de
y escrito de agitación espiritual. La literatura teológica y espiritual la época: H. Urs VON BALTHASAR, Seriedad con las cosas, Salamanca, 1967;
adopta con frecuencia el estilo periodístico, para alcanzar e interesar J. MARITAIN, El campesino del Garone, Bilbao, 1967; H. DE LUBAC, L'Eglise
al público, reviste los hechos de alarma, focaliza la atención en puntos dans la crise actuelle: NRT, 91 (1969), 581-596; D. VON HILDEBRAND, El Caballo
marginales... Teología y espiritualidad, además de reflejar los hechos de Troya en la ciudad de Dios, Madrid, 1968; L. BOUYER, La descomposición
en su cruda realidad, deberían cumplir una primera tarea de desin- del catolicismo, Barcelona, 1970; A. PEINADOR, ¿Se hunde la barca de Pedro?,
Madrid, 1970. El ritmo de vertido que alcanzan la evolución y de los cambios
fección, que permita llegar hasta el corazón de los sucesos y valo-
ha sido también estudiado: El "shock" del futuro, Barcelona, 1972); ha dado
rarlos. No siempre lo hacen, arrastradas por el ambiente de actualidad lugar a publicaciones que lo aplican al campo religioso: Th. R. HANEY, The
y pasión w . Church in Future Shock: AmerEcclReview, 165 (1971), 235-247; M. L. GRAM-
IACH,A "Future Shock" Absorber: Spiritual Life, 18 (1972), 147-153.
12 15
Sigue el mismo autor: "En este sentido, debemos afirmar que la fe "Fidelidad creativa" ha sido hasta ahora el título de este apartado
cristiana de muchos, incluso de los que viven en países tradicionalmente cató- y tema de "caminos". Expresión poco frecuente en aquellos años, que hoy
licos, atraviesa actualmente una grave crisis." Z. ALSZEGHY, "La crisi della se ha hecho familiar. Me ha parecido conveniente ampliar el título y añadir
Chiesa interpella la nostra fede", en AA. VV., Come interpretare la crisi della "coherente", hacer explícita la dimensión de historia y "memoria" que tiene
Chiesa d'oggi?, Roma, 1972, p. 35. la alianza, y consiguientemente la fidelidad cristiana. De esa manera, resulta
13
En teología espiritual, el término ha evolucionado sensiblemente en más completo y equilibrado. El término "creativo-creatividad" en un principio
estos últimos años. Como ejemplo de ello se puede ver el tratamiento de sirvió de antídoto a la mentalidad inveterada de identificar fidelidad y con-
este mismo vocablo en dos diccionarios de espiritualidad, a la distancia de servación estática; por eso se incluyó. Actualmente el uso y abuso indiscri-
treinta años: El Dictionnaire de Spiritualité, que presenta esta voz en 1951: minado de "creatividad-creativo" se ha convertido en "slogan", dando origen
"Crise (affective)", ámbito muy limitado e indirectamente espiritual; y "Crisis" a constante ambigüedad, por su falta de contenido, criterios y puntos refe-
en NDE, pp. 380-398: en sentido amplio y positivo, que afecta de lleno a renciales. Puede significar cualquier cosa: una actitud cristiana fundamental,
personas, formas de vida, vocaciones, experiencias propiamente espirituales. o posturas de libre inventiva desconectadas de fuentes y raíces. En estos años
14
"Puede ser que la conciencia de crisis generalizada que hoy tenemos se ha podido observar la constante evolución e involución de los términos.
sea mayor y, en último término, más negativa que la objetividad de la misma Se hace también necesario un discernimiento de la fidelidad cristiana en esta
crisis. Con ello no quiero pasar por alto la objetividad de una situación que otra dirección. Para evitar la ambigüedad de "fidelidad = conservación",
se caracteriza por la pérdida de relevancia de aquellos puntos de referencia se añadió creativa. Ahora, para evitar la ambigüedad de "fidelidad = inven-
que antaño permitieron al hombre orientarse en la vida. Nos hallamos ante ción he añadido coherente. Más allá de palabras y títulos, lo que aquí está
una 'descolonización' del ser humano que no acierta a situar significativa- en juego es una gracia y actitud cristiana compleja y de primera calidad.
526 DINÁMICA ECLESIAL 4. FIDELIDAD COHERENTE Y CREATIVA 527

En correspondencia con la doble especificación del título, el tiempo. Se convierte en respuesta, provocada y posibilitada
presento el tema de la fidelidad en dos vertientes. Primera- por la fidelidad de Dios que dirige la palabra al hombre y
mente en nociones y estructuras fundamentales; en su arrai- la mantiene. En la Sagrada Escritura van juntas fidelidad y
gamiento en las fuentes y en el tiempo de salvación en que misericordia de Dios. La fragilidad humana, en el compromiso
efectivamente se está viviendo. En el apartado siguiente se de amor y alianza, está abundantemente compensada por la
hablará de su experiencia y tarea de renovación. Son insepa- misericordia de Dios, que incansablemente perdona y redime
rables, en la comprensión y en la vivencia 16. la infidelidad del hombre, volviéndole a la comunión de amor.
Incluso el castigo se convierte en instrumento pedagógico de
la fidelidad inquebrantable.
Fidelidad En la historia de salvación, la fidelidad del hombre sufre
una inflexión. Inicia con una alianza firme, gratuita y mise-
Se define la fidelidad como: voluntad de permanecer cons- ricordiosa por parte de Dios, provoca amor y entrega por parte
tante y libremente adherido a personas, valores, compromisos del hombre, vicisitudes de recorrido histórico, garantizado
tomados, en medio de los cambios de la persona y de las cir- siempre por la fidelidad de Dios. Esta es la raíz de todo. Por
cunstancias. Se justifica por la validez permanente del sujeto eso, tiene tanto relieve en la Sagrada Escritura. "Fiel es quien
u objeto a que adhiere, y por la madurez de la persona capaz os llama, y que también lo llevará a cumplimiento" (ITes 5,25);
de vivir el compromiso con lucidez y libertad. no dejará que seáis tentados más allá de vuestras fuerzas, pues
En el crecimiento de todo organismo es necesaria la con- él sostiene vuestra fidelidad (cf. ICor 1,9; 2Tes 3,3). "Aunque
tinuidad sustancial. Se mantiene el mismo en nuevas formas nosotros le fuéramos infieles, él permanecerá fiel, ya que no
y dimensiones. Refiriéndonos al hombre, ser libre, la conti- puede negarse a sí mismo" (2Tim 2,13); esa firmeza estriba
nuidad es una adhesión consciente y libre a su ser original en el sí absoluto e irrevocable dado por Dios en Cristo (cf. 2Cor
y a las elecciones anteriores de su libertad. Es lo que llamamos 1,19-20). De él vive el cristiano: "¿Quién nos arrancará del
fidelidad. Adquiere la plenitud de significado cuando se con- amor de Cristo?... Ni la muerte ni la vida... ni ninguna otra
vierte en relación interpersonal con Dios o con los hombres. criatura podrán arrancarnos al amor de Dios en Cristo Jesús,
Esta fidelidad es ley de todo organismo humano. Con mayor nuestro Señor" (Rom 8,35-39).
razón de la iglesia, que vive y se mantiene en virtud de la
palabra recibida y dada en la alianza con Dios. "La fidelidad es una actitud religiosa central en el cristia-
nismo. Diríamos que la fe emerge de la confidencia de Dios
En la fidelidad cristiana, tanto los valores a que adhiere y hace surgir la confianza en el hombre: cuando una y otra
como la adhesión del sujeto adquieren especial calidad e inten- se dan, tenemos la fidelidad. Cuando Dios se abre al hombre
sidad, ya que Dios mismo es el valor objetivo y es también y le hace sentir su palabra y su presencia invitándole a una
quien sustenta la adhesión del hombre y su duración vital en comunión que quiere y mantiene perdurable; y cuando el hom-
bre, sintiéndose afectado en su ser mismo por esta llamada,
16
A. BARRIOS MONEO, Bibliografía sobre la fidelidad: Vida Religiosa, 32 la hace caso y decide responder a esa oferta de comunión y
(1972), 95-104; O. GONZÁLEZ DE CARDEDAL, Elogio de la encina. Existencia se mantiene en ella con una vida comunicante, entonces asis-
cristiana y fidelidad creadora, Salamanca, 1973; V. AYEL, Compromiso y fide- timos al nacimiento y a la historia de la fidelidad... La inten-
lidad para tiempos de incertidumbre, Madrid, 1977; AA. VV., La fidelidad
sidad con que religamos nuestro futuro y comprometemos
en la vida religiosa: Vida Religiosa, 32 (1972), 3-104; AA. VV., La fidélité:
Vie Consacrée, 45 (1973), 321-355; AA. VV., La Fidélité (mariage, vie reli- nuestra vida está en relación con el grado de intensidad con
gieuse, sacerdoce): Lumiére et Vie, 21 (1972), 1-81; P. ADNÉS, "Fidélité", que hemos sido afectados por el encuentro y por el peso de
enDSpir, 5, 307-332; H. VATTIAUX, La fidélité. Reperes bibliographiques: Rev- valor que en él se nos ha desvelado" 17.
ThéolLouvain, 5 (1974), 211-219; AA. VV., La fidélité á Vépreuve du temps:
Christus, (1996), 2-81. O. GONZÁLEZ DE CARDEDAL, Elogio de la encina, pp. 83-90.
528 DINÁMICA ECLESIAL 4. FIDELIDAD COHERENTE Y CREATIVA 529

Dado el relieve que toma la fidelidad de Dios, podemos Nos movemos en el ámbito de la vida teologal: hechos y pala-
indicar algunas líneas en que actúa firme su fidelidad: 1) a su bras firmes de alianza, vida y comunión en presente, tensión
palabra, a sus dones y hechos: tiene poder y constancia en cum- y desarrollo a plenitud final. Tiene la fidelidad cristiana pasado
plir sus promesas, por encima de todas las resistencias de la firme y futuro abierto, pero vive en el presente. La reflexión
naturaleza y de la historia; 2) a su amor hacia la humanidad, teológica y espiritual sobre la fidelidad para asumir esa triple
a la iglesia, a cada persona: ha dado a su Hijo por todos, por dimensión esencial, tal como se vive en la experiencia. Cada
nosotros, por mí; 3) a su obra de salvación, que es la tarea uno de estos tiempos ofrece contenidos, experiencias, apor-
de la iglesia y de los creyentes; es Reino y obra de Dios, que taciones básicas a la dinámica espiritual. Y está expuesto a
El mismo mantiene y prolonga eficazmente hasta el fin de los deformaciones, especialmente cuando prescinde de las otras
tiempos; y ha dado pruebas suficientes e inequívocas de que dos dimensiones.
la está realizando a corto y a largo plazo; 4) a nuestra fidelidad:
a) Presente. Es el tiempo básico de salvación, en que la
mantener en pie la fidelidad de la iglesia y de cada creyente
gracia y la libertad se encuentran, actúan y colaboran. Personas
es gracia y tarea de la que se hace cargo Dios como parte de
y generaciones lo reciben encomendado de manos de Dios,
su misma fidelidad al hombre. Si él no responde de la fidelidad
con la misión de vivirlo y transformarlo. Se realizan cada uno
humana, resulta imposible e impensable la "alianza". Dios se
"en su tiempo". Es así como perpetúa la vida del Espíritu en
responsabiliza del hombre, respetando su amor y libertad.
la historia. Entre los componentes de esa realización está el
vivirlo como es: historia y proyecto. Posible deformación: el
En tres tiempos "presentismo", que corta el presente de toda relación, vive el
momento o los momentos sucesivos sin coherencia ni conti-
Los tres tiempos que he indicado no entran solamente en nuidad; y toma últimos acontecimientos, noticias, mentalidad
la reflexión sobre la fidelidad cristiana, sino en la vivencia mis- y gustos, como criterio supremo de valor. Vivir al día, salir
ma de manera explícita y consciente. Cada uno de ellos revela del paso 20 .
y comunica determinados aspectos del misterio cristiano esen- b) Pasado. La comunión de Dios con los hombres tiene
cial. Sólo cuando son vividos de por juntos se adquiere expe- una larga historia. Interesa no solamente por la doctrina, expe-
riencia cristiana de manera auténtica e integral18. riencia y escarmientos que nos ha dejado, sino porque sigue
Cada uno de los tres tiempos tiene sus valores y posibles siendo la misma. El cristiano vive de hechos y personas de
deformaciones. Al ser actitud espiritual delicada y muy com- épocas anteriores muy concretas. Ahí se encuentran y siguen
pleja, fácilmente se la escamotea y confunde con reacciones manando las fuentes de la revelación, que Cristo resucitado
psíquicas que guardan con ella algún parecido, pero que de y el Espíritu actualizan constantemente. También la relación
ninguna manera poseen su calidad espiritual. Discernir algunas con el pasado genera malentendidos y deformaciones. 1. En
posturas aparentemente afines, en realidad muy diferentes, algunos, provoca rechazo global y sistemático de la herencia:
ayuda a aclarar ulteriormente la noción. La confusión o ampu- es un lastre que no deja vivir y actuar, es una vergüenza recor-
tación puede tener lugar en cualquiera de los tres tiempos que dar cómo se ha vivido el evangelio. 2. Adhesión cerrada e
esencialmente la integran: presente, pasado y futuro 19. incondicional: la "costumbre" mantiene la adhesión sin pensar
La fidelidad cristiana alimenta su dinamismo en tres tiem- ni querer, por inercia; repite los actos sin ejercicio de la liber-
pos, que se viven simultáneamente, y no uno después del otro. tad; la "nostalgia" piensa que nada de lo nuevamente creado
18
"Diríamos que sin un pasado absoluto y sin un futuro absoluto, el humana y Vida religiosa: Vida Religiosa, 32 (1972), 45-46; O. GONZÁLEZ DE
presente humano no sólo es ininteligible, sino invivible por irreal." O. GON- CARDEDAL, Elogio de la encina, pp. 106 ss.
20
ZÁLEZ, Meditación teológica desde España, p. 164. L. LÓPEZ-YARTO, El culto al presente: represión de la memoria y del
19
Sobre posibles deformaciones de la fidelidad, cf. P. GARCÍA, Fidelidad proyecto: Sal Terrae, 71 (1983), 597-609.
530 DINÁMICA ECLESIAL
4. FIDELIDAD COHERENTE Y CREATIVA 531
se le puede comparar, la historia va a la deriva; la "herencia"
tiende a considerar eternos e invariables los valores y estilos
heredados; mientras la fidelidad obra con lucidez y discerni- Fidelidad de la iglesia
miento; la "obstinación" guarda también algún parecido: se Ahora hablamos preferentemente en tono de iglesia; que
mantiene firme a pesar de los obstáculos y contradicciones; es la comunidad de las personas creyentes en Cristo. Por tanto,
su flaqueza está en que lo mantiene porque lo ha decidido vale igualmente para cada uno de los cristianos. Jesucristo vivo
una vez, y no tiene flexibilidad para repensar el contenido ini- y glorioso es fundamento original y fuente permanente de la
cial e incorporar los nuevos datos que ofrece la realidad 21. fidelidad de la iglesia, no solamente de su origen histórico:
c) Futuro. El futuro en vías de realización da sentido, fina- estoy con vosotros para todo y hasta el fin del mundo. Así
lidad y dinamismo a la historia. Aporta elementos esenciales empezó la iglesia a andar por la historia, y de eso mismo vive
a la dinámica espiritual: metas y objetivos, tensión, medios y a lo largo de los siglos. En la última Cena, Jesús garantiza
realización progresiva en el tiempo a través de presentes suce- su fidelidad y asegura la de sus discípulos con una nueva forma
sivos. No se hace sustituyendo el presente en bloque por un de presencia personal. Es el Espíritu Santo. "El Espíritu Santo
futuro en bloque, sino viviendo presentes abiertos y genera- es por tanto el lazo que une la fidelidad de Cristo a la iglesia
dores de vida. Está expuesto a los mismos peligros y defor- y la fidelidad de la iglesia a Cristo. Puente de conexión entre
maciones que el pasado, cambiando dirección. En algunos pro- uno y otra, él es la garantía de la permanencia de los creyentes
duce rechazo, sensación de inseguridad y vacío. Quienes sin- en recuerdo, amor y testimonio fieles a Jesús a través de los
tonizan con el movimiento cultural de cambio están menos tiempos. Jesús como verdad personal. El Espíritu como puente
predispuestos frente a posibles adherencias abusivas. Entre y altavoz, la iglesia como atestiguadora y verificadora humana
ella, se pueden señalar: confundir la renovación que transforma de esa verdad; ésa es la base teológica de lo que después se
vida y valores con simple cambio o novedad; acumulación de describirá como indefectibilidad e infalibilidad de la iglesia" 22.
nuevas ideas y reformas estructurales legítimas sin atender a Creyentesfieles.La fidelidad, como la santidad y la misión,
su calidad teologal; obstinación y costumbre de cambiar, con es cualidad de la iglesia, mejor dicho, constituye su misma esen-
el mismo prurito psicológico que mueve al conservador en cia de sacramento universal. Pero la iglesia son todos y cada
dirección inversa; vaciamiento espiritual y psíquico del presen- uno de los creyentes. En la fidelidad de cada uno se refleja
te, proyectándose en deseos desencarnados y ensoñaciones de la obediencia clarividente de la iglesia a su misión. Es más,
plenitud, sin comprometerse en las realizaciones limitadas y se dan casos en la historia en que la fidelidad de un individuo
defectuosas, que son las que hacen la historia; pensar que el no es solamente un reflejo, sino la realización concentrada de
futuro sin más es siempre "cosa mejor". En el camino espiritual la fe de toda la iglesia: Abraham, Moisés, María, los Apóstoles.
de la iglesia observamos oscilaciones que no siempre van en La Sagrada Escritura gusta de proponer la fidelidad de Dios
esa dirección. Hay de todo: avances y retrocesos. a su pueblo y de éste para con Dios en las relaciones con algu-
nas personas representativas. La fidelidad de Dios a su palabra,
21
P. GEREST, "Faut-il renier le passé de l'Eglise?", en AA. VV., L'Eglise y la fe de estos personajes han movido hacia delante la historia
vers ¡'avenir, Cerf, Paris, 1969, pp. 45-51; V. MIAÑO, "Integrismo y coherencia", de la salvación (cf. Hbr 11), en un crescendo de intimidad y
en AA. VV., Problemas de la Iglesia hoy, Madrid, 1975, pp. 75-88; C. Pozo,
"La iglesia primitiva, ¿punto de referencia para la reforma de la Iglesia?", de realismo histórico. Como si tuviera mayor relieve o por lo
en AA. VV, Espiritualidad para un tiempo de renovación, Madrid, 1978, menos mayor evidencia para nosotros, casi todas las figuras
pp. 88-102. No es para añorarla: junto a rasgos de extraordinaria calidad, de hombres fieles han vivido la dura experiencia de la fidelidad.
presenta hechos graves y poco edificantes que hoy nos cuesta imaginar. Cf. Algunos a lo largo de toda su vida, otros en forma de largas
A. M. ROGUET, Le mirage du passé: VieSpir, 93 (1955), 461-468; AA. VV.,
Liquider le passé: Christus, 19 (1972), 434-569; AA. VV., Le refus du passé: 22
O. GONZÁLEZ DE CARDEDAL, Elogio de la encina, pp. 270-271, explica
Lumiére et Vie, 21 (1972), 1-104.
los varios campos de la acción del Espíritu.
532 DINÁMICA ECLESIAL 4. FIDELIDAD COHERENTE Y CREATIVA 533

crisis. Dios es amigo trascendente y libre; guarda la palabra — "Fidelidades esenciales". Atendiendo a su objeto y con-
dada, pero no asegura el tiempo ni el modo. Deja a veces pren- tenido, las agrupa González de Cardedal en torno a seis
dida de un hilo o hundida en apariencia la existencia de quienes núcleos evangélicos La iglesia los realiza y anuncia, y en ese
lo fían todo de El. Ejemplos en abundancia: Abraham, Jere- testimonio compromete su identidad. La iglesia es: a) testigo
mías, Job, etc. 23 de la trascendencia: llamada por esencia a hacer presente una
Contenidos de la fidelidad. Entre los destinatarios de esa realidad que no es ella misma ni sus estructuras, sino la pre-
fidelidad hay una gama que va del más al menos, a) En primer sencia de Dios en Cristo; b) testigo del amor: del amor de
lugar está la fidelidad a Cristo personal y vivo, que es quien Dios a los hombres, de su exigencia de respuesta, del amor
lleva a cabo la salvación en todo presente histórico, y quien unificante de unos con otros; c) testigo del sentido: es decir,
abre camino al futuro. Por medio de su Espíritu ilumina las el sentido de la vida, de la historia, de las conquistas y de
antiguas verdades y los hechos actuales, invitando a una obe- las insatisfacciones humanas; d) testigo de la esperanza: como
diencia acogedora, b) Viene luego la adhesión fiel a la doctrina interpretación de la historia y como origen de la fortaleza y
de los Apóstoles. La iglesia es esencialmente apostólica, que paciencia necesarias para vivirla; e) testigo de la libertad: Cristo
quiere decir fundada sobre la predicación de los Apóstoles. ha llamado el hombre a la libertad, aunque deja a la historia
Eso no implica nostalgias de ninguna clase, ni obliga a pensar determinar los medios de realizarla; f) testigo de la existencia
que la iglesia primitiva gozara de una madurez religiosa supe- redimida: que invite a la conversión y al mismo tiempo demues-
rior a la actual. Exige que la fe del creyente actual sea obe- tre con la vida de sus miembros que cabe llevar en el mundo
diencia a la palabra transmitida por quienes fueron escogidos una existencia redimida.
por Dios como confidentes y testigos de su revelación, c) Debe- — "Fidelidades históricas". Más delicado y arduo es definir
mos pedir a la iglesia que sea, además, fiel a sí misma, a su los contenidos y la realización de éstas. Pero es obligado hacer-
propio ser y misión: ser imagen activa y mensajera de Cristo, lo. No se puede menos de encarnar la fidelidad en la historia;
para la salvación de todos los hombres tal como son y viven dejarla en abstracto con el fin de evitar las implicaciones arries-
en cada época. Doble punto de mira, que en realidad es uno gadas sería la mayor infidelidad. Para hacerse "históricos", los
solo: la presencia de Cristo es precisamente la salvación del contenidos esenciales del evangelio han de adquirir relieve y
hombre; y la salvación del hombre está en que conozcan al significación para el hombre contemporáneo. Para ello, nece-
único Dios verdadero y a su enviado Jesucristo (Jn 17,3). sitará la iglesia forzar mentalidades humanas, estructuras
El objeto de la fidelidad, consecuente con la definición, cerradas, prejuicios heredados. Al mismo tiempo, deberá
está formado por contenidos del misterio y tareas para su remodelar aspectos de la propia mentalidad y estructura con-
encarnación vital e histórica. Puede servir como esquema de figuradas por el tiempo. En este sentido, vale algunas de las
orientación general el que las ordena y distingue en fidelidades observaciones que hemos hecho en este capítulo y al hablar
esenciales y fidelidades históricas. Son las mismas, primero en de las tendencias en espiritualidad (cap. 1).
su ser y valor, luego en sus concreciones 24.
23
O. GONZÁLEZ DE CARDEDAL, O. C , pp. 155-235, analiza la figura de Tiempos de esperanza
tres testigos fieles: Job, Jonás, san Pablo. S. CASTRO, La fe como tortura en
el hombre bíblico: RevEspir, 33 (1974), 30-58, acerca a nuestra situación la Para describir la experiencia teologal en que hoy se vive
experiencia de algunas figuras bíblicas: Abraham, Jeremías, los Apóstoles, la fidelidad cristiana en la iglesia, voy a escoger dos rasgos,
Pablo. Pudiéramos añadir nombres de fieles en la historia de la iglesia, que
no figuran en la Biblia. La historia de los santos ofrece material en abundancia
entre otros muchos que la pudiera caracterizar: tiempo de
de fidelidad mantenida y de pruebas que la autentifican. incertidumbre, noche oscura colectiva.
24
Cf. O. GONZÁLEZ DE CARDEDAL, Elogio de la encina, pp. 299-388. a) Tiempo de incertidumbre. Es una de las modalidades
que la caracterizan: fidelidad en tiempos difíciles de crisis e
534 DINÁMICA ECLESIAL 4. FIDELIDAD COHERENTE Y CREATIVA 535

incertidumbre. Tiene la doble ventaja de que así la han vivido He aquí algunos hechos históricos comparables: la caída
los grandes modelos que conocemos en la Biblia y en la his- del imperio romano, el paso de la Edad Media, la Ilustración,
toria; y es un poco la forma en que hoy nos corresponde vivirla el modernismo: Caída del Imperio romano, que había sido el
personal y colectivamente. Sirve de paradigma para vivir y soporte cultural y misionero de la fe cristiana: sufrimiento y
actuar en circustancias normales. Tampoco hay que exagerar desconcierto de san Jerónimo, san Agustín. Edad Media: la
el dramatismo de este período histórico en que nos toca vivir. burguesía, monjes a mendicantes en la ciudad, nueva cultura,
En conjunto, tiene la iglesia realizaciones y posibilidades des- amenazas e invasiones de árabes y turcos. Ilustración, siglo xvii,
conocidas hasta ahora. que rompe el sentido religioso del mundo, con nueva cosmo-
Como respuesta espiritual, lo primero es recordar que la visión de la ciencia y de la técnica. Revolución francesa,
fidelidad no admite paréntesis ni condiciones; o aplazamientos siglo xviu, que desacraliza el trono, la autoridad y los poderes
hasta después de que pase la tormenta. El período de transición de la iglesia. Pérdida de los Estados pontificios en Italia: inva-
puede durar más allá de una vida personal o de varias gene- sión y despojo, alarma e intentos de cruzada para su restitución.
raciones. En consecuencia, los arreglos eclesiásticos y sociales Modernismo: la ciencia desmonta la fe y cuestiona sus prin-
llegan tarde. Hay que saber vivir ahora mismo, realizar evan- cipios: Biblia, dogma, iglesia, teología26.
gelio e iglesia, mantener abiertos los caminos duraderos o pro- b) "Noche oscura colectiva". En perspectiva espiritual, la
visionales. Es experiencia de camino, precariedad, providencia, comprensión y la vivencia del fenómeno actual nos lleva al
inseguridad: vivir a la intemperie, en la inclemencia25. centro de la experiencia cristiana: las virtudes teologales, fe,
En la historia de la iglesia el cristiano encuentra ilumina- esperanza y caridad. A partir de ellas hemos caracterizado el
ción, ayuda, motivos para relativizar. La experiencia histórica dinamismo espiritual de la iglesia: santidad, esperanza, éxodo.
de la iglesia ofrece al cristiano de nuestros días luz y ánimos. En los últimos decenios se ha venido generalizando la apli-
Y no precisamente en sus épocas de mayor pujanza, estabilidad cación del símbolo noche oscura para designar la presente expe-
y prestigio, sino al contrario, en los momentos de abatimiento, riencia colectiva de la iglesia, incluso de la humanidad. El acer-
persecución y debilidad. Lo hace por fino instinto teológico. camiento, con las necesarias salvedades, resulta fundado e ilu-
En la debilidad humana se revela el poder de Dios y la natu- minante. Habrá que depurar un poco las nociones y el alcance
raleza íntima de la iglesia. Sin alardear de originalidad ni forzar del paralelismo. En otras ocasiones he escrito sobre el tema.
el paralelismo, podemos encontrar situaciones parecidas y Me limito a dar algunos principios de orientación 21.
reacciones semejantes a las que hoy se observan. La mayor
Lo que hace que sea y se llame noche oscura es la "reac-
diferencia está en que la dificultad presente la "sufrimos",
ción" o actitud de quien la vive en las manos de Dios y en
mientras que las crisis anteriores las "leemos". Para apreciar la libertad. La noche oscura es ejercicio depurado de la vida
la gravedad de estos hechos, es preciso colocarse en el ánimo teologal: fe, amor, esperanza. No se puede abusivamente dar
y el momento en que se viven históricamente, y no en el recuer-
do inofensivo; cuando, más que el riesgo, apreciamos los resul- 26
Cf. F. Ruiz SALVADOR, Espiritualidad teologal en tiempo de incertidum-
tados positivos. Tanto como los hechos, pesa la interpretación bre: RevEspir, 33 (1974), 90-92; id., "11 cammino della fede", en AA. VV.,
y el estado de ánimo de los cristianos que los viven. Vita della fede, Roma, 1972, pp. 93-111; J. RATZINGER, Foi et avenir, París'
1971, pp. 111 ss.
27
Cf. Federico Ruiz, Introducción a San Juan de la Cruz, Madrid, 1968
F. Ruiz SALVADOR, Espiritualidad teologal en tiempo de incertidumbre:
pp. 603-607, con los testimonios de J. MARITAIN, K. RAHNER, D . DUBARLE'
RevEspir, 33 (1974), 88-108; J. M. GONZÁLEZ RUIZ, Una espiritualidad para
G. THIBON, K. KAVANAUGH; id., Revisión de las purificaciones sanjuanistas-
un tiempo de incertidumbre: Concilium, 19 (1966), 239-253; A. SANCHÍS, Espi-
RevEspir, 31 (1972), 218-230; O. GONZÁLEZ DE CARDEDAL, Meditación teo-
ritualidad cristiana para momentos de crisis: Seminarios, 42 (1970), 499-528;
lógica desde España, Salamanca, 1970 ("Noche oscura del alma individual
M FLICK, "Per una spiritualitá in tempo di crisi", en AA. W . , Come inter-
y ateísmo colectivo", pp. 141-160); A. M. BESNARD, "Actualité de saint Jean
pretare la crisi della Chiesa d'oggi?, Roma, 1972, pp. 67-77; AA. VV., Espi-
de la Croix", en Actualité de Jean de la Croix, Bruges, 1970, pp. 111-127
ritualidad, en tiempo de duda: RevEspir, 33 (1974), 3-108.
536 DINÁMICA ECLES1AL 5. RENOVACIÓN ECLESIAL: PERSONAS Y TAREAS 537

el nombre de noche oscura a cualquier sufrimiento interior Todas las categorías que estamos utilizando están cargadas
o desgracia, sin mirar su calidad. Tampoco es necesario que de dinamismo: esperanza y peregrinación, éxodo, incluso noche
la fe especifique claramente el misterio y las motivaciones. Juan oscura (aunque se califique de "pasiva"). La historia de sal-
de la Cruz da una consigna muy sobria: "Los que de esta mane- vación y de santificación se vive en un presente siempre abierto,
ra se vieren, conviéneles que se consuelen perseverando en tanto al pasado como al futuro. La Noche es tiempo de sal-
paciencia, no teniendo pena; confíen en Dios, que no deja a vación. Y de renovación...
los que con sencillo y recto corazón le buscan, ni les dejará
de dar lo necesario para el camino, hasta llevarlos a la clara
y pura luz de amor" 28. 5. Renovación eclesial: personas y tareas
La noche oscura es clave de interpretación y al mismo tiem-
po un modo de reaccionar y un remedio. La expresión está De la fidelidad misma forma parte la renovación, a manera
tomada de la vida mística o de la vida cristiana comprometida de coherencia y continuidad con que todo organismo vivo rege-
en una relación incondicional de fe y amor con Dios. Ha sido nera su valores vitales e históricos. El simple hecho de vivir
vivida, cantada y elaborada por san Juan de la Cruz de manera con autenticidad es ya renovarse, aun cuando externamente
original. Comporta varios elementos: comunión intensa de se repitan formas y expresiones. Es lo que están haciendo habi-
Dios con el hombre, circunstancias internas o externas difíciles, tualmente en la iglesia personas y grupos fieles a su vocación
consiguiente oscuridad y aridez y tormento, reacción de fe, y servicio. Son fuente primordial de toda renovación espiritual.
amor, fortaleza. Las misiones, por ejemplo, las renuevan de verdad quienes
Llamar noche a la experiencia cristiana actual es un grande está allí misionando día a día, de manera tradicional o con
honor, pero también una dura exigencia. No basta sufrir angus- estilos nuevos. Hay momentos, sin embargo, en que se hace
tia y desconcierto, para que se pueda hablar de noche oscura, necesario aplicar análisis y tratamiento especiales a la reno-
y para que se consigan sus efectos de renovación y autenticidad. vación espiritual: la vida misma sufre desgaste, circunstancias
El sentimiento de ausencia de Dios, inutilidad de la oración, externas la dejan desfasada e ineficaz, se abren caminos nuevos
caída de las mediaciones, la sensación de vivir en un mundo y estimulantes en la historia de salvación. Estos y otros motivos
sin sentido y sin salida; éstas y otras muchas experiencias ofre- influyen en la urgencia con que la renovación espiritual per-
cen materiales abundantes a la reacción teologal, en que está sonal y colectiva se presenta hoy.
la experiencia de la noche oscura. Estos sentimientos que en Son numerosos y variados los planos en que la renovación
otro tiempo fueron patrimonio de algunos creyentes más sen- se lleva a cabo: espíritu, formas, estructuras, vitalidad, acti-
sibles o más probados por Dios se han convertido en expe- vidades y métodos, enganche con la cultura, nuevos "areópa-
riencia generalizada. La desemejanza de esta noche colectiva gos" y campos de trabajo; acción en el ámbito litúrgico, teo-
con relación a la individual es que en ésta entra el cristiano lógico, pastoral, espiritual, político, cultural. "Espiritual" en
cuando está maduro personalmente para ello, y normalmente este caso lleva toda la densidad de sentido pneumatológico,
se aprovecha; la colectiva, en cambio, la sufren muchos que teologal, antropológico, existencial, que hoy se le da a ese tér-
no están personalmente preparados para ella, y por consiguien- mino. La teología espiritual tiene en cuenta la complejidad
te sucumben 29. de la experiencia y tarea de la iglesia, y colabora con sus
28
SAN JUAN DE LA CRUZ, Noche oscura, I, c. 10,3. He aquí dos breves la presente situación": purificación de nuestra experiencia de Dios; pecado
expresiones del doctor místico que dan el tono: "Sufriendo con paciencia del hombre: ha querido vivir sin Dios, y ahora se siente solo y pobre; peda-
y fidelidad", "obrando con maciza paciencia". Llama de amor viva, 2,23. gogía de Dios, que reeduca al hombre en valores fundamentales del evangelio:
29
Cf. A. GUERRA, Experiencia cristiana hoy. Contrastes y motivaciones: no trivializar su figura, mostrar la gratuidad, purificar las relaciones, expe-
RcvEspir, 36 (1977), 31-59, especialmente en pp. 48-56: "Motivaciones de rimentar la cruz.
538 DINÁMICA ECLESIAL 5. RENOVACIÓN ECLESIAL: PERSONAS Y TAREAS 539

medios. La tarea es muy compleja y necesita el esfuerzo y las llevando a cabo innumerables grupos, movimientos, institucio-
aportaciones diferenciadas de todos 30 . nes, personas con responsabilidad en el pensamiento, la cari-
dad, la organización, etc.
Proyectos. Basta asistir a cualquier reunión, por limitado
Renovar que sea su alcance, para darse cuenta de la cantidad y variedad
de proyectos y deseos que se ponen en marcha o al menos
En el vocabulario de la renovación se refleja la variedad se elaboran. La renovación espiritual abarca distintos aspectos:
de significados y tareas: reforma, fidelidad creativa, profetismo, proyectos de vida y proyectos de acción; novedades del Con-
cambio, transición, etc. "Renovar" es el término general, suges- cilio y tareas permanentes del evangelio que el Concilio no
tivo e impreciso, aplicado a toda clase de proyectos, menta- ha proclamado. En materia de teología espiritual, el Vaticano
lidades, contenidos y líneas de acción; de por sí, "novedad" II ha recordado y asumido con cierto relieve sólo una parte
no implica renovación y mejora efectiva y espiritual de la igle-
de los valores que esta disciplina considera fundamentales en
sia. Varios otros términos vienen a completar la idea en sus
la experiencia cristiana. Resulta inadecuado utilizar el término
diferentes aspectos. "Revitalización": expresión más concreta,
"preconciliar" con significado de cosa anticuada y sin valor.
limitada, reciente; indica la asimilación espiritual, psicológica
y social, que impregna y se expande en la vida y en la misión En espiritualidad, es de toda evidencia que muchos valores
eclesial. "Reforma": vocablo preferido en épocas anteriores de primera calidad se encuentran mejor vividos y expresados
para la revigorización interior y estructura de la iglesia o de en fuentes anteriores al Concilio que en libros y documentos
organismos colectivos: reformas y reformadores. "Cambio": de posconciliares.
ser, de condición, de situación. Se acopla bien tanto a reno- Colaboración. Son tantos y tan variados los campos de reno-
vación como a reforma; por sí solo, no tiene valor espiritual vación, las personas, las circunstancias en que se realiza, que
ni ético: por variar, por comodidad, por probar. Muchos cam- se hace difícil colaborar. A pesar de las dificultades, resulta
bios han ido a peor. imprescindible la unidad de proyectos y colaboración de per-
sonas. Por doble motivo: por la cantidad de trabajo, por exi-
Personas y vida. En cualquiera de las formas que tome la gencias de comunión eclesial como testimonio de vida y acción.
"renovación", lleva siempre en primer término las personas La iglesia es de todos los que la formamos, y no es de ninguno.
y la vida, movida por el Espíritu e inspirada en el evangelio. Es la viña del Señor, que invita, encarga y recompensa los
Vida teologal de fe, caridad, esperanza, en la que llena y mueve trabajos.
proyectos, formas, estructuras y medios de que dispone. Nove- Nadie posee en exclusiva tareas ni territorios, o zonas reser-
dad en los diferentes niveles de la espiritualización. En primer vadas. A la unidad de proyectos responde la comunidad de
lugar, la interioridad, pero no solamente eso. La vida de la personas. En la Evangelii nuntiandi escribe Pablo VI una página
iglesia es comunitaria y social, necesita formas. Lo exige tam- intensa sobre unidad y comunión, que vale plenamente para
bién el carácter público de su misión. La renovación la están la situación de pluralismo en que se lleva a cabo la renovación
30
de la iglesia (EN 77).
"Hoy más que nunca se hace indispensable tomar conciencia de que
se impone una colaboración lo más racional posible con la gracia, de que Orientaciones básicas. En esta variedad de situaciones y pro-
no se puede encomendar a la sola santidad el buen éxito de las tareas apos- puestas es útil disponer de un pequeño esquema, para sim-
tólicas, de que la Iglesia no puede ser una empresa deficientemente orga- plificar las cosas y orientar el esfuerzo personal y colectivo
nizada. Habría que llegar a descubrir sin escándalo que la santidad y la buena en la tarea común. Proporciona también algunas líneas de con-
voluntad no son suficientes para una Iglesia de la que los tiempos modernos
exigen un serio estado de misión." A. MAOARIÑOS, La nueva psicología de vergencia, para evitar que la "renovación" quede en molde
la Iglesia. Aspectos fundamentales de una educación conciliar: Religión y Cul- vacío, que cada uno llena con sus ideas, gustos o malhumor.
tura, 14 (1968), pp. 135-136 [135-151]. La renovación espiritual debe integrar proyectos, actitudes y
540 DINÁMICA ECLESIAL 5. RENOVACIÓN ECLESIAL: PERSONAS Y TAREAS 541

colaboración entre las personas. Como ejemplo, cito la pro- y el choque son incluso provocados intencionadamente y uti-
puesta hecha por un autor, E. Riechers, que resume en pocas lizados como factor de empuje para influir en la opinión pública
páginas algunas orientaciones prácticas para la renovación con- y conseguir cambios. Se consiguen algunas mejoras, y se paga
ciliar, atendiendo a los objetivos y a la situación. Las formula altísimo tributo por uno y otro lado: liberales, exasperados por
en cuatro principios de pensamiento y conducta: 1. El Reino lentitudes inexplicables en los cambios; tradicionales, desconcer-
de Dios: el fin y objetivo de todo el esfuerzo es construir y tados por el ritmo irreflexivo y sin proyecto de los cambios. Len-
difundir el Reino de Dios; esto es lo que da confianza y unidad titud desesperante. Llegar tarde, siempre tarde: lo consideran
en el esfuerzo, No se trata de fabricar y eternizar construc- algunos una cualidad en los procedimientos de la iglesia...
ciones humanas, imponer ideas y opiniones, personales o colec- Sin embargo, también los cambios globales y acelerados
tivas. 2. Inclusividad: crear proyectos amplios y flexibles, con reclaman y agradecen una cierta pedagogía. Si ésta se ha cui-
los que muchos se puedan identificar. De esa manera se facilita dado tanto en espiritualidad, cuando se trata del sujeto indi-
y estimula la colaboración generosa del mayor número posible vidual, mucho más hay que hacerlo con la iglesia. Tiene ritmos,
de tendencias y fuerzas vivas, incluso contrastantes. 3. Asumir complejidad, orden de asimilación. Es fundamental para el
las tensiones inevitables que hoy forman parte del pluralismo acierto contar con una pedagogía adecuada. El Espíritu mismo
eclesial, de la complejidad de la realidad; cierta dosis de tensión con frecuencia va "al paso de la iglesia". Mientras se cuida
forma parte de la normal convivencia y colaboración en la igle- tanto la pedagogía personal, la psicología evolutiva, en el orga-
sia. 4. Buscar y encontrar a Dios en la vida diaria, antes y más nismo eclesial complicado, se pretende todo de una vez. Un
que en proyectos grandiosos, comisiones y reuniones, que fre- Concilio de esta magnitud y alcance necesitaba una pedagogía
cuentemente quedan en palabra hablada o letra muerta. La adecuada en su preparación, desarrollo y posterior realización.
vida se regenera y renueva viviéndola 31. Especialmente esta última fase, la más larga y exigente en
materia de renovación 33.
Ritmo de la verdad. El ritmo se refiere primordialmente
Pedagogía del cambio a la asimilación espiritual. Para la vida de la iglesia, el centro
de interés no está en la promulgación o publicación de los
"Pedagogía" puede ser el término adecuado para indicar documentos, en su fundamentación teológica, sino en su efec-
el tratamiento y el ritmo de este proceso espiritual colectivo. tiva recepción personal y colectiva. Esta es la palabra clave.
Mejor que "metodología", de resonancia más técnica y doc- Para que la recepción o asimilación se lleve a cabo necesita
trinal. Al igual que las personas particulares, también la comu- un proceso de "correlación" entre las nuevas ideas o formas
nidad necesita iniciarse y avanzar con orden y concierto por 33
A distancia de años, echamos de menos una "Pedagogía general del
los caminos de Dios. Se trata de verdadera "mistagogía", con posconcilio". El Concilio mismo podía haberla formulado en sus líneas gene-
ayuda de psicología, sociología y otras ciencias auxiliares 32. rales, con autoridad, como "conclusión" de los documentos e "iniciación"
Establecer y seguir una pedagogía unitaria del cambio no a la vida. Tampoco la teología y la espiritualidad se ocuparon seriamente
es factible hoy en la iglesia. Intervienen agentes y factores del tema y su problemática: de mentalidades, estados de ánimo, ritmos de
la acción. Se puso manos a la obra de vivir el Concilio, sin gastar tiempo
imposibles de controlar. Las revoluciones no son programables en preámbulos. El tiempo se ha gastado después, como suele suceder: con
de antemano en sus vicisitudes y resultados. La conflictividad las prisas, se tarda más y las cosas se hacen peor. En un "cambio de vida"
tan radical se hacía más necesaria que nunca una verdadera mistagogía colec-
31 tiva, que señalara prioridades, ritmos, personas, vida, estructuras, plurifor-
E. RIECHERS, The elusive reality of Church renewal: Review for Reli-
gious, 54 (1995), 196-206. midad y convergencia. No se evitan del todo las tensiones y sufrimientos,
32
O. GONZÁLEZ DE CARDEDAL, "Pedagogía de las maduraciones de la pero se aprovechan mejor las vidas, personas y capacidades a disposición.
conciencia colectiva", en su obra Elogio de la encina, pp. 383-388; A. GUERRA, Y "probablemente" se hubiera conseguido algo muy importante: cuidando
Pedagogía del cambio en la vida religiosa: RevEspir, 53 (1994), 441-459. el ritmo adecuado, se hubiera caminado juntos y hubiéramos adelantado más.
5. RENOVACIÓN ECLESIAL: PERSONAS Y TAREAS 543
542 DINÁMICA ECLESIAL

y los valores y esquemas del creyente. Recargar doctrinas, ensa-


yos, novedades, normas, etc., da origen a un tipo de "acep- Vivir y obrar de cara al futuro
tación" exterior y despersonalizada, que asfixia la experiencia Todo proyecto intenta de algún modo prever y orientar
teologal del cristiano34.
el futuro. Para ello, se organiza una previsión aproximada, con
Ritmo de las personas. El momento actual lo están viviendo la herencia y las luces disponibles en la actualidad. Ir actuando
diferentes generaciones. Somos contemporáneos, no coetá- en ese sentido y dirección. La historia no se mueve sola, hay
neos. La experiencia posconciliar la han vivido algunos a veinte que hacerla y guiarla. De lo contrario, se viene encima con
años, otros a setenta. Ante los mismos sucesos y documentos, mayor precipitación y desorden. Lo que se llama "reprimir la
cada persona o cada grupo "ha vivido y vive" un Concilio dife-
historia" es ignorar y silenciar las necesidades y los problemas,
rente. Percibe y siente esas realidades de manera diversa y
hasta que llegan al extremo y estallan.
aun contrapuesta. Y dentro de cada edad, los temperamentos
Se ha despertado una nueva conciencia en todos los niveles
variadísimos y sus interpretaciones y reacciones correspondien-
tes. Añade lugares y culturas, que no avanzan en paralelismo. del vivir y obrar de la iglesia, como hemos visto en el "pa-
No solamente en diferentes naciones o continentes, sino dentro norama conciliar": Sagrada Escritura, tradición y liturgia; dog-
de un mismo ambiente, en capas sociales que ven cada una mática, moral y relaciones con el mundo. AI remover esos
las cosas desde su información, necesidades, sensibilidad y terrenos, el Concilio ha dado elementos y pistas; pero no ha
mentalidad. Comunicación planetaria. No es posible sincro- precisado los proyectos, medios, pasos y ritmos de actuación.
nizar los movimientos, las fases, los contenidos y ritmos. Por Si hubiera fijado los detalles, hubiera quedado marginado y
otra parte, el sistema de comunicación planetaria hace que superado inmediatamente. Deja espacios al Espíritu, a la suge-
la diferencia de cada uno esté influyendo en las conductas de rencia, el experimento, al desarrollo de proyectos complemen-
los demás. tarios y parciales.
Creatividad. El Espíritu renueva la historia y el corazón.
Ritmos de la historia. Es importante seguir el ritmo de los
"Creatividad" es término denso y exigente, como la fidelidad
procesos colectivos, si queremos trasladar con nosotros la expe-
riencia y la vitalidad de las personas, cuando se hace el cambio. de la que forma parte. Como toda palabra, con el uso indis-
De lo contrario, se pierden vocaciones, gracias, experiencias, criminado está expuesta a ambigüedad y deformación, como
por el camino. Un cambio de la globalidad y radicalidad como equivalente de: novedad, cambio, variación, ocurrencia, etc. En
el que se está operando en la iglesia requiere tiempos largos. espiritualidad, como en arte y técnica, creatividad no es:
Agravado por la evolución cultural, en el horizonte de una ocurrencia, capricho, variación, novedad, sorpresa. Creatividad
"nueva era". Si recordamos la lentitud que guió la aplicación es obra sólida de nueva síntesis, luz en problemas difíciles,
del Concilio de Trento, incomparablemente más simple en con- horizontes de vida entusiasmantes, etc. Son palabras de por
tenidos y contrastes, los ritmos de aplicación del Vaticano II sí carentes de contenido y calidad. Se desvincula de fidelidad
son de "vértigo histórico" 35. y como consecuencia pierde sentido de renovación. Queda
reducida al nivel de palabras neutras, como novedad y cambio,
34
"Cuando se trata de palabras de hombres que intentan expresar la
verdad cristiana, desarrollarla, insertarla en el pensamiento, esas palabras ayer, de hoy y de mañana; y el que quisiera, en nombre de una impaciencia
deben respetar el tiempo. Formuladas antes de tiempo, sin la maduración revolucionaria, eludir esta necesidad inscrita en la historia de tener que vivir
necesaria y las correlaciones indispensables; o por el contrario, bloqueadas en un período de transición, no haría más que faltar a su vocación histórica;
en el pasado y ajenas a los progresos realizados —en resumen, modernizantes lejos de preparar un mañana dichoso, construiría el lecho de la destrucción;
o arcaizantes—, se convierten en herejías o errores." J. MOUROUX, Le Christ lejos de captar la riqueza del futuro, perdería lo que de la herencia recibida
et le temps, Paris, 1962, p. 203. de sus padres en cualquier caso ha de llevar consigo al porvenir como un
35
"El paso de un período a otro dura mucho tiempo, mucho más que bien inamisible. Estamos, pues, en una época de transición..." K. RAHNER,
lo que dura una vida humana. Necesariamente somos al mismo tiempo de Misión y gracia, San Sebastián, 1966.
544 DINÁMICA ECLESIAL 5. RENOVACIÓN ECLESIAL: PERSONAS Y TAREAS 545

que pueden aplicarse a cualquier variación, que de por sí no todo se puede probar sin comprometerse. La constante nove-
aporta contenidos válidos, incluso puede significar deterioro dad discontinua y desarraigada cansa y perjudica. La vida nece-
o degradación. También las decadencias llevan novedades y sita raigambre para desarrollarse. Por eso, el experimento ecle-
cambios, a peor. sial tiene ciertas leyes que condicionan su eficacia37.
Espacios para la creación. La creación de vida y formas nue- Muy de paso, aludo a algunas. 1. El experimento en la igle-
vas no es tarea de espectáculo y autoproclamación como inno- sia es vida en sí mismo, no simple ensayo, y debe ser hecho
vador, sino don del Espíritu Santo. Amplios espacios abiertos con respeto y gravedad. Una "celebración eucarística experi-
a la creatividad, donde verdaderamente existe, en una época mental" no es un ensayo, sino un acto litúrgico en toda su
de renovación y transición, como es la actual, que siente des- gravedad. Una comunidad religiosa experimental es vida reli-
gastadas muchas de sus experiencias y expresiones. Suscitar
giosa en comunidad, no un instrumento de gimnasia y
y transformar vida, darle formas personales y comunitarias. Por
sectores, por personas iluminadas del Espíritu, a pasos de igle- desahogo. 2. Se pueden buscar o esperar de él resultados
sia, en la constancia, en el silencio y en la publicidad. Hay imprevistos, no sólo el confirmar lo ya conocido. 3. Al estar
espacios y necesidades para todo tipo de gracias y dones del de por medio la vida de las personas que se comprometen
Espíritu36. y de otras, el experimento tiene como una de sus condiciones
Experimentos en la iglesia. Experimento, ensayo, prueba... esenciales la "reversibilidad"; es iniciativa flexible, que admi-
Recurso necesario en todo comienzo; más aún, cuando se vive nistra vidas y carismas, que no se lanzan a vida y muerte y
en período de "transición" general. Cuando se dispone de luces a quemarse en una aventura, por buena que parezca. 4. Per-
limitadas para organizar un futuro desconocido, se procede tenece a la naturaleza misma del experimento el discernimiento
por tanteo. En espiritualidad, el experimento tiene finalidad crítico de los resultados, por parte de quienes lo hacen y de
precisa y exige actitudes correspondientes. Se apoya en una quienes lo observan. Así es como sus conclusiones tienen
serie de elementos, buscando el equilibrio: a) las necesidades garantía y prestan un servicio social.
urgentes o la vida que brota debe recibir su cauce apropiado; Es bueno recordar que la iglesia no es una "iglesia expe-
b) no sabemos con precisión cuál es, ni tenemos a la mano rimental", un campo de experimentación continua, por el gusto
la solución inmediata, porque no lo hemos vivido y practicado; de cambiar y de probar. Necesita ensayar siempre en algún
c) es necesario actuar ya, aprovechando las luces y formas que punto, y durante ciertos períodos con mayor amplitud y pro-
de momento parecen lo mejor; d) abiertos al Espíritu, la his- fundidad. Pero su naturaleza es fundación del Señor, su tarea
toria y la experiencia, para confirmar, perfeccionar o sustituir está definida por el evangelio, el futuro lo descubre en la exis-
el proyecto sometido a experimentación.
tencia fiel y comprometida, más que en el ensayo. Cuando el
El cambio es transición, no salto. El proceso de transición experimento rebasa cierta medida, es signo de impaciencia e
conlleva ensayos, incluso errores. El camino hacia la verdad
inmadurez, no de creatividad.
pasa por las opiniones; y el camino hacia las formas de vida
estables pasa por los experimentos. Siendo tantos los campos 37
K. RAHNER, "Über das Experiment im christlichkirchlichen Bereich",
y los cambios que se están operando, se comprende que la en su libro Chances des Glaubens, Freiburg, 1971, pp. 238-247; P. LIPPERT,
iglesia haya ofrecido en estos años el panorama de una expe- Aspekte zu einer "Theologie des Experiments": Geist und Leben, 45 (1972),
rimentación universal: todo es provisional, a ver lo que resulta, 439-449; P. M. BOYLE, Experimentation: Review for Religious, 27 (1968),
518-534. Este autor habla del experimento en la vida religiosa; pero explica
36
Cf. AA. W . , Le courage des lendemains, Paris, 1966; Y. CONGAR, Reno- igualmente la idea general, funciones, método, límites: 1) preparación esme-
vación del espíritu de reforma de la institución: Concilium, 73 (1972), 326-337; rada del "proyecto de experimentación"; 2) observación y control, revisión
J. W. GARDNER, Self-Renewal. The Individual and Innovative Society, New periódica; 3) reversibilidad; 4) experimentación excesiva hace más daño que
York, 1971. provecho; 5) preparación psicológica de los sujetos.
546 DINÁMICA ECLESIAL 5. RENOVACIÓN ECLESIAL: PERSONAS Y TAREAS 547

dicionada a ese progreso aún por realizar, y que cada época


Vivir ahora aquí puede encontrar su centro de sanidad y definitivazión desde
sí misma y en sí misma, pues las personas que la constituyen
El vivir, en definitiva, se hace siempre en presente, ahora son anillos en la cadena del tiempo, pero la quiebran en cuanto
que junto a su dimensión de horizontalidad histórica poseen
y aquí, con lo que las personas de cada generación son, saben
la dimensión de verticalidad mctahistórica" 38.
y pueden. Es alma de toda renovación en la vida de las per-
sonas, y ésta no espera, tal vez no llega al "después". El pre-
sente es tal vez incómodo o limitado; pero al mismo tiempo Novedad de vida: vivir y misionar. Para la espiritualidad,
es el tiempo de salvación para las personas y para la iglesia. la vida es primordial: "in novitate vitae". Cambiar o conservar
Hay peligro de "sacrificar" el presente en aras del deseo, con formas y fórmulas poco renueva, si no están animadas por la
"desplazamientos" bruscos y violentos hacia un futuro entre- vida teologal invadente. Las leyes sociales (impuestos, circu-
visto. Otra forma de anular el presente es por vía de "apla- lación, horas de trabajo) basta que se cumplan, de buena o
zamiento" indefinido, que renuncia a abrirle camino y ponerse mala gana. En lo espiritual, sólo cuando hay asimilación del
en contacto con las fuentes de la vida que se desplaza, y tiende misterio y transformación de la persona hablamos de calidad.
a "dejar" para mañana iniciativas y problemas que obligan ya El vacío y la exterioridad, formalismo y formulismos, se dan
hoy. por igual en actitudes conservadoras y en renovadoras. Ora-
Desde la vida es como se genera vida futura. La transición ción, fraternidad, misión: son vida en Cristo y obra permanente
es vida en acto, no paréntesis; como sucede en el experimento del Espíritu.
eclesial. ¿Qué hacen y cómo viven la iglesia y las personas Vida y acción integrales. La doctrina de los carismas ha
en un período de transición? Los israelitas que sufrieron el hecho tomar nueva conciencia de la gracia singular que opera
Desierto no entraron en la Tierra prometida. Sin embargo, en cada persona y grupo de la iglesia. Por otra parte, su carácter
formaban también parte del pueblo de Dios y vivieron inten- de gracias particulares pone de relieve los límites de conciencia:
samente la Alianza del Sinaí. cada persona o grupo percibe y fomenta solamente algunos
aspectos en la vida de la iglesia. Como consecuencia, se espe-
Ninguna generación es sacrificada al servicio de la siguiente cializan y reparten las tareas: personas que se encargan sólo
o en aras del futuro; vive en comunión vertical con Dios, y de renovar, cambiar y experimentar; personas que toman a
da a su vida pleno sentido. No la sacrifica o anula, a servicio su cargo el mantener la estabilidad y continuidad, frenar la
de un futuro hipotético o de otra generación más inteligente vida de la iglesia. La "particularidad" de los carismas exige
o más feliz. La iglesia y el cristiano de hoy viven en el Espíritu integración e integridad. Integración de los varios carismas
el hoy de Dios, colaboran en su Reino, se santifican y llegan complementarios. Integridad de cada persona o grupo eclesial,
a plenitud. No vivimos a servicio del siglo xxi o del xxn. que en cierta medida sintéticamente vive los diferentes aspec-
tos y necesidades de la vida eclesial.
"El presente en función del futuro o el equilibrio de los
tiempos. La ideología del progreso tiene en su base un supuesto Mistagogos. Para entrar en la vida nueva e iniciar a la nueva
no siempre explícito: los hombres avanzan hacia un futuro que vida se necesitan mistagogos, además de proyectistas, pensa-
da sentido al presente y en el que de verdad se consuma la dores y organizadores de la acción. La renovación espiritual
historia universal y la individual. Frente a esta relativización de la iglesia es sobre todo tarea mistagógica, trasvase de expe-
del presente, inmolado en honor del futuro, el cristianismo pro- riencia y de misterio, antes que grandiosidad social. Educación
clama la dimensión absoluta de la persona y el valor absoluto de la fe, como función específica de momentos fuertes de reno-
del presente. Ello implica que si la vocación al crecimiento
es el deber primordial del hombre y por tanto el progreso no 38
O. GONZÁLEZ DE CARDENAL, Meditación teológica desde España, Sala-
es facultativo, sin embargo la redención no puede estar con- manca, 1970, pp. 277-278.
548 DINÁMICA ECLESIAL

vación. No sólo cambiar y mandar, sino enseñar y ayudar a


vivir constructivamente la transición y las nuevas formas en
que se encuentran39.
Estamos dando los primeros pasos. Por un lado, tenemos
la herencia y experiencia de veinte siglos de vida y misión.
Por otra parte, se anuncia apremiantes la nueva era, la nueva
evangelización. Sentimientos cruzados de plenitud, cansancio,
esperanza e ilusión. Todo lo que la iglesia vive hoy es al mismo 12
tiempo tradición y novedad: el evangelio, la fraternidad, la
misión de fe y caridad; las tareas que tiene entre manos y las
que la esperan. Estamos empezando: "La iglesia —como gus-
CRECER EN CRISTO
taba decir mi antiguo maestro el P. Sertillanges— se encuentra
probablemente en sus comienzos. Como él, no creo en modo En el marco de la dinámica de la iglesia realiza cada cris-
alguno que la iglesia y el evangelio hayan agotado su impulso. tiano el proceso de santificación personal: inicio, desarrollo,
Pienso que se encuentran en sus primeros pasos, más que en plenitud, muerte, resurrección. Si hacemos del crecimiento
su final"40. individual una historia de salvación en pequeño, le podemos
aplicar los principios dinámicos y claves de interpretación que
acabamos de analizar en la dinámica eclesial: alianza, éxodo,
fidelidad, caminos largos, peregrinación y misión, esperanza
activa de plenitud. La dinámica eclesial presta un gran servicio
para entender y realizar el proceso individual. Antes que para-
lelismo de esquemas, existe un influjo y reinflujo de contenidos
y experiencias. Juntas maduran la vida espiritual personal y
la incorporación eclesial. El interés concentrado en los pro-
cesos colectivos puede perder de vista la responsabilidad e ini-
ciativa de cada personas en su proyecto individual. Antes era
frecuente el fenómeno inverso: escaso interés en lo comuni-
tario, exigencia y detalle en lo personal.
En teología espiritual, el crecimiento de la vida cristiana
ha ocupado siempre un lugar privilegiado como objeto de expe-
riencia y tema de reflexión. Desde sus comienzos es uno de
sus capítulos más importantes. Últimamente la dinámica espi-
ritual se ha convertido en perspectiva característica de la teo-
logía espiritual en su modo de tratar la totalidad del misterio
cristiano. La tradición espiritual nos proporciona gran variedad
de experiencias y esquemas para el estudio y la pedagogía de
este sector. Dada la importancia del sector, lo he cuidado con
particular esmero. Aunque hablamos de la persona individual,
39
Véase lo dicho sobre mistagogía y pastoral en el cap. 1.
su crecimiento espiritual es obra de muchos agentes: elección
40
Y. CoNQAR,y4 temps et á contretemps, París, 1969, p. 11. e impulso del Espíritu, comunión activa de los hermanos, doci-
lidad, proyecto y esfuerzo personal.
550 CRECER EN CRISTO 1. EL CRECIMIENTO EN BIBLIA Y TEOLOGÍA 551

Debido a la conciencia más viva de la historia, de la tem- el amor, la familia, el campo y la naturaleza; lo que es el trato
poralidad y de la gradualidad de los procesos vitales, el tema con las personas, con los pobres y enfermos, con los niños,
ofrece novedad y necesita revisión. Teología, psicología, mis- con las muchedumbres, con las autoridades religiosas y polí-
tagogía están en condiciones de enriquecer notablemente los ticas; lo que es arriesgarse, ser criticado, mal interpretado. Lo
contenidos y enfoques del tema l. sabe ya, pero no lo ha "experimentado" en vivo. Lo va apren-
1. El crecimiento en Biblia y teología. diendo paso a paso: es tentado y sufre la debilidad de nuestra
2. Progresar espiritualmente. condición, a excepción del pecado (Hbr 4,15); aprende pade-
3. Maduración humana. ciendo con gemidos y lágrimas lo que es obedecer, amar hasta
4. Trayectoria espiritual. la muerte, dar la vida (Hbr 5,8).
5. Vocación y proyecto personal.
b) María santísima, llena de gracia y envuelta en el mis-
terio, avanzó en la "peregrinación de la fe" hasta la cruz
1. El crecimiento en Biblia y teología (LG 58). Se siente desbordada constantemente por los dones
y las exigencias de Dios a través de los acontecimientos. Obser-
La gracia-don se convierte en ley de vida y grave respon- va y conserva, se sorprende y maravilla de lo que Dios va
sabilidad personal. Se contraponen los términos, no la realidad. haciendo. No conoce de antemano las implicaciones de su
El crecimiento espiritual desvela la naturaleza íntima de la vida maternidad divina, desconoce el itinerario de Jesús, con las
cristiana. Más que capital recibido o acumulado, es un núcleo consecuencias que trae para ella. Toda su vida es "peregri-
vigoroso y germinal, que se desarrolla favorecido con nuevos nación de fe", un itinerario lleno de incógnitas y de graves
dones, capacidades y exigencias. El desarrollo pertenece a su exigencias vinculadas a los misterios de Cristo 2.
ser mismo, y no es añadidura devocional. La santidad del cris- c) En la vida de los Apóstoles se hace patente la gra-
tiano se presenta como ideal, llamada urgente, posibilidad de dualidad del crecimiento espiritual en gracia, vocación, segui-
cada momento, posesión original del bautismo. miento, en todos los planos: adhesión a Cristo, coherencia
moral, capacidad de servicio y misión. Tres años de convivencia
íntima, enseñanzas, milagros, correcciones, no han bastado
Vidas evangélicas para transformar la mentalidad y el corazón de estos "amigos"
de Jesús. En el momento crucial de la Pasión, quiebra su fide-
a) Al asumir la condición humana, Jesucristo no desdeña lidad. En el momento de la Ascensión aún manifiestan por
esta ley del crecimiento, que es dinamismo y delata por con-
enésima vez esperanzas de reino terrestre y deseos de primeros
siguiente la fuerza de su plenitud: "Jesús crecía en sabiduría,
puestos. Jesús mismo sigue a ritmo lento y gradual en la mani-
edad y gracia ante Dios y ante los hombres" (Le 2,52). Crece
en la conciencia y el ejercicio de su propia misión. Además festación de su misterio, en dones y exigencias. Deja al Espíritu
de crecer en conciencia y sabiduría, aprende por experiencia: Santo continuar la obra de formación en el amor, la verdad,
la fortaleza.
1
F. Ruiz SALVADOR, "Hacerse personalmente adultos en Cristo", en 2
AA. VV., Problemas y perspectivas de espiritualidad, Salamanca, 1986, Cf. LG 57-59. La exhortación apostólica Redemptoris Mater explícita-
pp. 295-321; S. CASTRO, Teología de la maduración personal. Crecimiento en mente le aplica a María ss. fases concretas y duras del itinerario espiritual
Cristo: RevEspir, 39 (1980), 613-670; S. DE FIORES, "Itinerario espiritual", cristiano, como la noche oscura de san Juan de la Cruz: "María lleva en
enNDE, Madrid, 1991, pp. 999-1021; D. DE PABLO MAROTO, El "camino espi- sí la radical 'novedad' de la fe... No es difícil, sin embargo, notar en ella
ritual". Revisiones y nuevas perspectivas: Salmanticensis, 34 (1987), 17-60; en estos momentos una particular fatiga del corazón, junto con una especie
S. GAMARRA, Teología espiritual, Madrid, 1994: doctrina y bibliografía en ce 5 de 'noche de la fe' —para usar palabras de san Juan de la Cruz—" (Re-
y 9. demptoris Mater, 17).
552 CRECER EN CRISTO
1. EL CRECIMIENTO EN BIBLIA Y TEOLOGÍA 553

Dinámica espiritual en san Pablo inconstancia (Gálatas). Y también de lentitud y dureza (Co-
rintios). Se advierte la diferencia en la experiencia, en la peda-
Entre los autores del Nuevo Testamento es san Pablo sin gogía, en la confianza misma de Pablo.
duda el más rico en elementos explícitos de experiencia y de 3. Bautismo. Es el núcleo germinal y síntesis total. Para
doctrina sobre la dinámica espiritual. Plantea con riqueza de Pablo, el bautismo tiene lugar en un marco especial, que con-
ideas y fuerza de lenguaje las inmensas virtualidades de la gra- lleva: encuentro con Cristo resucitado, conversión, la vista
cia cristiana bautismal y la necesidad de su desarrollo pleno recuperada, la misión especial entre los gentiles, etc. Su expe-
en el Espíritu y en la libertad. Sus enseñanzas ofrecen una riencia individual influye un poco en la descripción exuberante
buena base de reflexión a las perspectivas cristianas y culturales que hace el Apóstol de la gracia y experiencia bautismales.
de la teología espiritual contemporánea. San Pablo es el gran No es éste el caso de la mayoría de los cristianos. Doctrinal-
maestro del crecimiento cristiano: gracia, ciencia, experiencia. mente ha vinculado el crecimiento a la incorporación al mis-
Ofrece abundantes datos autobiográficos y doctrinales, para terio de Cristo muerto y resucitado. La incorporación arranca,
seguir la trayectoria cristiana, desde el bautismo hasta la plena ontológica y cronológicamente, del bautismo con carácter de
conformación a Cristo. Presentamos las líneas generales de la gracia pura y al mismo tiempo de proyecto y vocación. El bau-
exposición paulina 3 . tismo no es solamente un comienzo, sino que, en su plano,
realiza la incorporación total: perdón de los pecados, perte-
1. Experiencias de vida personal. Por dos veces ha hecho nencia a la iglesia, filiación divina. Conviene insistir en este
el entero recorrido. Primeramente, como judío, alcanza la per- aspecto: el punto de partida hacia la santidad es gracia y ple-
fección, hasta ser irreprochable. Con la conversión deja de lado nitud. La santidad cristiana no es producto de programa y
las anteriores conquistas y reempieza de cero a conocer a Cris- esfuerzo.
to (Fil 3). El bautismo tiene, en la vida de san Pablo, plenitud 4. Verificación personal gradual. "Habéis sido lavados,
desacostumbrada: visión de Cristo glorioso, conversión, mila- habéis sido santificados, habéis sido justificados en el nombre
gro de la vista, bautismo, misión a los gentiles. Es "insaciable", del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios"
como cristiano y como apóstol. No tienen término ni medida (ICor 6,11). La gracia recibida en el bautismo es esencialmente
sus aspiraciones de conformación a Cristo: conocerle y amarle dinámica. Todo está concedido y todo queda por verificar: pre-
como es conocido y amado de El. Tampoco tienen límite sus sencia de la Trinidad, condición de hijos de Dios, conformación
deseos y proyectos de predicar el Evangelio hasta los confines a la muerte y resurrección de Cristo, incorporación a la iglesia,
del mundo conocido: Asia, Roma, España. Este dinamismo virtudes y dones: sois ya, debéis haceros. Como consecuencia,
se mantiene íntegro y creciente en sus años de madurez y la plenitud de la gracia inicial pasa a ser proyecto y tarea de
ancianidad. toda una vida: tiempo de salvación. El impulso en el camino
2. Experiencia de comunidades. Tiene también múltiples espiritual nace de lo ya poseído, y no solamente de atracción
experiencias en la formación y guía de las nuevas comunidades. hacia lo que queda por conseguir. La meta gloriosa es atra-
Muchas veces le ha tocado reempezar o poco menos en el yente, porque responde a las capacidades y ansias que están
cuidado pastoral por sus iglesias. Las hay de pleno ritmo de actuando ya.
crecimiento (Filipenses). Otras de fácil entusiasmo y de fácil
5. Combate espiritual. Entre el bautismo y la plenitud esca-
3
K. RAHNER, "Sobre el problema del camino espiritual hacia la per- tológica se extiende un largo camino. No basta tiempo y andar,
fección cristiana", en Escritos de Teología, III, Madrid, 1961, pp. 13-33; F. Ruiz como insinúa la palabra peregrinación. El simple caminar se
SALVADOR, "Verso la pienezza della conoscenza e dell'amore", en AA. VV., convierte en lucha, dada la cantidad de enemigos declarados
// messagio spirituale di Pietro e Paolo, Roma, 1967, pp. 267-287; P. BARBAGLI, y de resistencias que se encuentran dentro y fuera. Al aspecto
"II combattimento spirituale", ib., pp. 231-264.
de peregrinación la imagen del "combate" añade tenacidad,
554 CRECER EN CRISTO 1. EL CRECIMIENTO EN BIBLIA Y TEOLOGÍA 555

lucha, riesgo; es decir, la presencia de enemigos que te pueden nidad. Es Dios quien nos hace "conformes con la imagen de
quitar los bienes y aun la vida. Combate contra las potestades su Hijo" (Rom 8,29). Pero requiere empeño personal del sujeto
de fuera, contra la ley de la carne que se rebela contra el espí- y ayuda fraterna. El Apóstol es consciente de ello y se siente
ritu. Es un esfuerzo constante de fidelidad para vivir en cohe- responsable: "Hijos míos, por quienes sufro de nuevo dolores
rencia con la gracia recibida. El sentido de lucha llena las pági- de parto hasta ver a Cristo formado en vosotros" (Gal 4,19;
nas de la Biblia, como doctrina y como experiencia. San Pablo cf. Ef 4,13). Se siente educador de la fe, y no se limita a sacra-
cuenta con una larga experiencia personal de lucha (2Cor 11). mentalizar. Casi se gloría de no haber bautizado a muchos.
Y sugiere como medio de defensa y ataque la "armadura de
Como padre y pedagogo, sigue a las comunidades y a cada
Dios" (Ef 6,10 ss.). Estas imágenes paulinas reciben amplio
cristiano a todo su proceso de crecimiento, formación y edu-
desarrollo en la tradición espiritual, generalmente en el marco
cación hasta la plena conformación con Cristo. Su "evange-
de la ascesis.
lizar" tiene carácter vitalicio y total: alcanza a las personas
6. Grados de madurez. Todo ello evidentemente cuenta y las comunidades en todo su vivir y obrar, hasta el final. Pablo
con la libre colaboración de los llamados a esta gracia. La liber-
se mantiene fiel a todo lo que una vez empezó.
tad del hombre, en normales circustancias, impone a Dios
medidas, formas, ritmos impropios de la gracia inicial y de la La aportación experiencial y doctrinal de san Pablo se con-
madurez vocacional. En esa perspectiva se puede en cierto centra en algunos puntos: a) valoración elevada del punto de
modo hablar de "grados" a propósito del crecimiento espiri- partida, gracia inicial de conversión o bautismo; b) elemento
tual: grados de fidelidad teologal y moral, de resultados con- esencial o punto de referencia es el conocimiento de Cristo,
seguidos en madurez personal. San Pablo utiliza las antítesis: la conformación a su misterio; c) el crecimiento personal es
niños-adultos, carnales-espirituales, discípulos-maestros, participación creciente en la función comunitaria, y viceversa
imperfectos-perfectos, hombre viejo-hombre nuevo. De ese (Ef 4,11-16); d) los grados más altos del proceso actúan en
modo intenta poner de manifiesto el contraste existente entre compenetración de conocimiento y amor; e) esboza ya un
dos maneras de vivir la vocación cristiana, que pueden ser esquema de división en etapas.
modalidades sucesivas en una misma persona, o caracterizar
categorías de personas con diferente calidad espiritual. "Todo esto demuestra que no se consigue la perfección con
7. De niños, retrasados, adultos. Se nota la preocupación el acto decisivo de la conversión. La vida sucesiva no es sim-
de san Pablo por que los cristianos no se queden en los rudi- plemente una ratificación, idéntica e inmutable, de la actitud
mentos de su vida en Cristo. "Yo, hermanos, no pude hablaros fundamental tomada una vez por todas; implica más bien cre-
como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en cimiento y maduración, progreso y aumento."
Cristo. Os di a beber leche, no os di comida, porque aún no "Todos estos textos delatan en san Pablo una preocupación
la admitíais. Y ni aun ahora lo admitís, porque sois todavía muy marcada; comprueba en muchos cristianos la tentación
carnales" (ICor 3,13). "Hermanos, no seáis niños en el juicio; frecuente y perezosa de contentarse con un inicio de religión,
sed párvulos sólo en la malicia, pero adultos en el juicio" de una religión que no ha sido asimilada ni profundizada; seme-
(ICor 14,20). "Los que después de tanto tiempo debíais ser jante actitud, carente de todo dinamismo, es un peso terrible
maestros, necesitáis que alguien de nuevo os enseñe los pri- en el cuerpo de Cristo" 4.
meros rudimentos de los oráculos divinos, y os habéis vuelto 4
La primera cita es de K. RAHNER, 1. c ; la segunda, de L. LELOIR, Maturité
tales, que tenéis necesidad de leche en vez de manjar sólido"
de la foi et de la chanté: NRT, 85 (1963), 41. Cf. S. LYONNET, "La vocation
(Hbr 5,12 ss.). chrétiennc á la perfection selon saint Paul", en AA. VV., Laics el vie chrétienne
8. Maestro y mistagogo. La gracia del bautismo es gracia, parfaite, Roma, 1963, pp. 13-32; P. BOURGUIGNON y F. WENNER, Combat spi-
capacidad, proyecto y tarea para llenar una vida y una eter- rituel: DSpir 2, 1135-1142.
556 CRECER EN CRISTO 2. PROGRESAR ESPIRITUALMENTE 557

a la persona en su conjunto, en sus relaciones con Cristo y


Orientaciones en teología en su novedad de vida y ser consecuentes. Teología y espi-
ritualidad coinciden en una verdadera teología espiritual, y se
Vistos por separado, gratuidad y dinamismo responsable ponen de relieve las varias dimensiones del crecimiento cris-
resultan dos aspectos normales y necesarios de la gracia cris- tiano, humano y espiritual.
tiana: el bautismo realiza la transformación, pero también exige
toda una existencia dedicada a verificar esa vida nueva infun- "La teología actual prefiere concebir el progreso espiritual,
dida como don gratuito. A la hora de armonizarlos, se deja sobre todo, bajo el perfil de la unificación progresiva en la
sentir la dificultad en varios sentidos: fe, justificación, obras personalidad moral del creyente, porque toda la existencia
(bíblico); justificación y santificación, gracia y mérito (dogmá- humana tiene un sentido, en virtud de la profundización y de
la aplicación intensa de la opción fundamental por Dios. En
tica) A título informativo, hago alusión a tres planos en que ese modelo antropológico, el crecimiento espiritual no se redu-
el problema se plantea y se explica, y que repercuten en la ce tan sólo al perfeccionamiento ontológico, descrito como el
espiritualidad. crecimiento de la gracia santificante, ni tampoco solamente al
progreso ascético, considerado como perfeccionamiento de
a) Justificación y santificación. Tema clásico en las rela-
comportamientos virtuosos, sino que es considerado como un
ciones y discusiones de la teología católica con la posición de cambio que implica el uno y el otro, que consiste formalmente
Lutero. Este carga todo el peso sobre la justificación inicial, en una orientación personal de diálogo y está producida por
preocupado éste por evitar que la "gracia" se convierta en obje- la causalidad personal de Cristo, considerada como influencia
to adquirido y poseído por el cristiano con medios que él mismo convergente del mensaje, del testimonio, de la personalidad
se puede asegurar: recepción de sacramentos, indulgencias, etc. y mediación sacramental del Salvador. Particularmente en la
La teología católica acentúa el proceso de santificación, preo- comparación entre la conversión sociológica y la conversión per-
cupada de que la pura pasividad despersonalice la gracia y la sonal, la teología pone su atención en los puntos de contacto
reduzca a una aplicación exterior de la misericordia divina, entre el crecimiento espiritual y el proceso de socialización,
sin llegar a una verdadera transformación del sujeto redimido 5. inseparablemente unidos a la vida de toda institución. En efec-
to, la sinceridad personal del progreso espiritual no exige, en
b) Crecimiento de la gracia y las virtudes. La teología dog-
absoluto, que el individuo invente por sí mismo la forma de
mática se ha ocupado tradicionalmente del tema, bajo el título su cristianismo, sino que se basa en la acentuación (no sólo
"aumento de gracia y virtudes"; y también del mérito. Conviene teóricamente decidida, sino también psicológicamente realiza-
tener en cuenta el hecho y sus conclusiones, porque todo ello da) de una cultura, o de un espíritu objetivo crecido en la tra-
ha sido asumido por la espiritualidad, que no ha hecho esfuer- dición viviente de una comunidad de la que el individuo se
zos por elaborar esquemas doctrinales propios al respecto. siente miembro" 7.
Sobre esta teología fragmentada de distinciones y análisis se
ha venido apoyando la teología espiritual6.
c) Desarrollo integral de la persona. La perspectiva teo- 2. Progresar espiritualmente
lógica ha cambiado en este punto. Y esto vale tanto para la
dogmática, como para la espiritualidad. Presta mayor atención
Hablar directamente de crecimiento o progreso espiritual
5
Cf. Th. F. O'MEARA, Justification and sanctificatkm: Cross and Crown, comporta ciertos riesgos. Es normal esa reflexión explícita
22(1970), 160-170. sobre el "progresar" en un análisis técnico. Pero no lo es tanto
6
Cf. Th. DEMAN y F. LANVERSIN, Accroissement des vertus: DictSpir, 1.
7
El artículo está redactado por dos autores que desarrollan separadamente Z. ALSZEGHY, Relaciones entre crecimiento psicológico y crecimiento espi-
el mismo tema, cada uno según la línea de la escuela de teología que repre- ritual. Precisiones desde la teología: Vida Religiosa, 42 (1977), 338. Cf. Myste-
sentan. rium Salutis, 9 (it.), Brescia, 1975, pp. 298 ss.
558 CRECER EN CRISTO 2. PROGRESAR ESPIRITUALMENTE 559

cuando se convierte en centro de la atención y del deseo: pro- logal. Se han utilizado y se siguen utilizando otros muchos para
gresar, triunfar, sobresalir, etc. Son términos del lenguaje designar y caracterizar de algún modo el dinamismo espiritual
social, cargados de antropocentrismo, cuando no de egoísmo. de la vida cristiana. Los hay de carácter simbólico, otros de
Para encuadrar bien este apartado, hay que completarlo tono conceptual. Hacen resaltar diferentes modalidades del
haciendo explícitos contenidos o temas que son objeto de capí- complejo dinamismo: subida, escala, camino, combate, unión
tulos especiales: vida teologal, Cristo, santidad, oración, etc. y purificación, encuentro, diálogo, progreso y proceso, santi-
Forman la gracia y la vida cristianas que se van desarrollando dad, desarrollo y crecimiento, etc. 9
hacia mayor plenitud. En el capítulo correspondiente a cada "Progresar". Esta palabra nos pone en la pista de escla-
tema hemos visto el dinamismo propio de cada una de ellas. recimientos necesarios para la sana inteligencia del crecimiento
Ahora lo veremos en conjunto, con sus varios factores y as- espiritual. De su interpretación básica depende lo que luego
pectos. se diga en teología y pedagogía, proyectos y medios de vida
La conciencia cristiana ha ido descubriendo y elaborando espiritual. Se trata de definir a qué llamamos progreso espi-
los principios y leyes de la libre colaboración del cristiano con ritual, en qué consiste ese "progresar" que hace de soporte
la gracia del Espíritu. El dinamismo espiritual que acabamos a toda determinación ulterior. "Progreso" significa avance, dar
de comprobar en personas dotadas de especial plenitud (Je- pasos hacia adelante, en el orden físico o espiritual: "proceso"
sucristo, María, Apóstoles) alcanza de lleno al cristiano que indica más bien transformaciones orgánicas en el viviente o
purifica y desarrolla su gracia vocacional. La plenitud de gracia en la materia. Se complementan.
es fuente de vida y de misión a ritmo creciente, ya que Dios
da gracia sobre gracia. Proceso y progreso no se limitan a sim- a) El haber utilizado el término para designar la segunda
ple secuencia cronológica o acumulación de méritos y tareas. etapa del camino espiritual (proficientes) ha tenido efecto
Ni la posesión inicial quita novedad, ni la novedad se desvincula negativo, tanto en el plano conceptual como en el pedagógico.
de la raíz inicial. El crecimiento se refiere a la evolución inte- Denominación doctrinalmente impropia y pedagógicamente
gral del hombre mismo en su "totalidad personal". No basta desorientadora. Estabiliza las etapas de principiantes y per-
que se den algunos cambios de conducta, o se sustituyan unos fectos, como si se tratara de simples puntos de salida y de
medios por otros más adecuados. Es preciso que exista una llegada. "Progresar" es actitud fundamental del entero itine-
vocación, un proyecto integral, en cuya realización el hombre rario, ya que salida y llegada no son instantáneas, sino partes
se hace más y mejor8. graduales y prolongadas del mismo proceso. Progresan igual-
mente los principiantes y los perfectos.
b) Progresión integral. "Otra tendencia de interpretación
y descripción, más antigua, de la vida espiritual se propone
¿Qué significa "crecer" y "progresar"? diferenciar las etapas de una evolución dinámica y permanente.
No se trata aquí de una trayectoria entre dos límites (con-
Familiarizarse con la terminología corrientemente utilizada versión y perfección), sino de un proceso espiritual, que se
en este sector es un primer paso para comprender la realidad. desarrolla en espiral, englobando todos los niveles y todas las
Camino, proceso, crecimiento, progreso, son términos común- dimensiones del ser humano. No es cuestión de un cambio
mente empleados para hablar del tema. En general, expresan
la totalidad de la santificación, desde el punto de vista del suje- 9
Cf. J. SUDBRACK, Montee ou rencontre?: Christus, 16 (1969), 474-488.
to. Otros términos, como "unión", tienen horizonte más teo- Las imágenes sirven para indicar el dinamismo de comunión, docilidad,
esfuerzo, dificultad, aspectos y tareas varias que implica. Con frecuencia el
8
F. Ruiz SALVADOR, "Hacerse personalmente adultos en Cristo", en interés del lector y del analista se desplaza a grados y subdivisiones, perdiendo
AA. W . , Problemas y perspectivas de espiritualidad, Salamanca, 1986, de vista el objetivo central: las modalidades en que actúa la gracia y la persona
pp. 295-321. camina hacia la plenitud vocacional.
560 CRECER EN CRISTO 2. PROGRESAR ESPIRITUALÍCENTE 561

formal y objetivo, de una etapa a otra, del contenido teológico espiritual tiende a acentuar unilateralmente devoción y vida
(la gracia santificantes) o moral (de categorías superiores de interior en sus expresiones directamente religiosas: culto, pie-
actos o virtudes), sino de un proceso espiritual y místico de dad, etc., en el proceso de maduración cristiana. Con semejante
interiorización de las modalidades divinas. La toma de con- parcialidad, la hace inconsistente e irreal, es decir, marginal
ciencia del hombre es transformada profundamente, no porque a la existencia y transformación de la persona. Repasamos en
haya algún contenido diferente, sino porque el centro de gra- breve cada uno de estos rasgos, que en otros lugares son pre-
vedad de toda su personalidad se halla poco a poco transferido sentados con mayor amplitud.
de sí mismo en Dios. Este proceso no puede ser uniformado Al ser obra y camino de santificación, presenta las mismas
y realizado de una vez, ya que asume gradualmente todos los cuatro dimensiones que hemos examinado al hablar de la san-
diferentes sectores de la naturaleza humana" 10. tidad cristiana: dimensión teologal, moral, eclesial y psicológica
c) Progresar es vivir en fidelidad atenta la gracia de la (cap. 7). Son denominaciones abstractas, que indican realida-
vida y de la vocación; resultado normal en quien vive de ver- des vivas de la gracia y la experiencia: misterio de Cristo y
dad, y no centra su interés y conciencia refleja en "progresar". de la iglesia, caridad y oración, muerte y resurrección n .
a') "Vivir" es la palabra primordial y la base de todo progreso.
a) Teologal. La dimensión teologal es cima y fuente de
Ser lo que uno es y lo que Dios le asigna y le pide en este
todas las demás. Las virtudes son fruto del ser transformado,
momento. Ser lo que es con totalidad y hondura: calidad, inten-
y el servicio eclesial forma parte de la elección-misión de Dios.
sidad, extensión. Vivir para la vocación y los servicios impli-
Al decir teologal, se entiende la iniciativa y acción total de
cados. Así es como se produce el auténtico progreso, más que
Dios, no solamente el ejercicio de las virtudes teologales de
de estar "pensando" directamente en progresar, que puede ter-
parte de la persona. Vida espiritual dinamizada y personalizada
minar en narcisismo y muerte de la vida teologal, b ) La aten-
por la inhabitación comunicativa y transformante del Padre,
ción no se centra en el progreso mismo, sino en Dios, en sus
Hijo y Espíritu Santo. Comunión en fe, amor, esperanza, es
dones y llamada, las situaciones en que se manifiesta e inter-
la sustancia de la vida espiritual. Se advierte en los nombres
pela, en que se acoge y responde, c') Hemos visto a María,
que damos a la perfección cristiana: unión, perfección, con-
a los Apóstoles, a Jesús mismo, que en su crecimiento de san-
formación a Cristo. Comunión interpersonal, gratuita y pasiva,
tidad y fidelidad siguen los pasos de su vida y vocación, cada
recíproca. La vida teologal está hecha de misericordia y reden-
vez más exigentes, dando una respuesta cada vez más com-
ción continuada, de gratuidad siempre nueva. Con carácter
prometida e incondicional.
fundamental receptivo, dan el impulso para la búsqueda y el
servicio de Dios en la historia y en las mediaciones. Cualifica
todas las dimensiones siguientes. Esa comunión que llamamos
Dimensiones de la santificación cristiana santidad no se encuentra solamente al final del camino, sino
que es ya intensa y operante desde el mismo principio, que
En la unidad de cada persona se van realizando y trans-
es el bautismo. Se manifiesta en la existencia concreta y en
formando los varios aspectos y dimensiones, factores naturales
el tratamiento de la varias mediaciones. Antes de ser conclu-
y sobrenaturales, no siempre en perfecto paralelismo, ni en
sión teológica, es la experiencia de los santos. No sienten la
igual medida y orden. De algún modo, todas ellas están pre-
novedad que se obra en ellos, como creciente claridad inte-
sentes y actúan en cada una. Son aspectos del entero desarrollo,
cortes longitudinales; hablaremos luego de etapas, que signi- 11
Se puede comprobar cierto paralelismo en el desarrollo más o menos
fican cortes transversales. Alcanzan a toda la persona, en su paralelo de las cuatro dimensiones. Pero no hay perfecta correspondencia.
vida personal y existencia social. Crece la persona. La literatura Las explicaciones y posturas apuntan en tres direcciones: paralelismo estricto,
contraste, convergencia parcial. Cf. F. Ruiz, "Hacerse personalmente adulto
10
H. BLOMMESTIJN, «Progrés-Progressants»: DSpir, 12, 2383-2405. en Cristo", o. o, p. 307.
562 CRECER EN CRISTO 2. PROGRESAR ESPIRITUALMENTE 563

lectual o síntesis doctrinal, sino como experiencia de presencia, en ellos. Un santo puede tener defectos naturales y espirituales.
don, misericordia, comunión de Dios, gratuita y exigente. Lo que más daño hace es afirmarse en ellos y tomarlos o defen-
b) Moral. Fruto y exigencia de la gracia recibida y de la derlos como virtudes.
vida nueva, la progresión moral y ética ocupa un puesto rele-
vante en la perfección cristiana. El aspecto moral resulta más
directamente perceptible y organizable. De hecho se ha insis- Docilidad y esfuerzo en la vida espiritual
tido en la práctica y desarrollo de las virtudes, como criterio
ascético de crecimiento general; y se loman las virtudes "he- Necesitamos esclarecer algunos aspectos problemáticos, a
roicas" como criterio de santidad canonizable. La perfección propósito de las dimensiones que acabamos de presentar; con-
moral y ética es reflejo de la transformación teologal que se cretamente, las relaciones entre teologal y moral, gratuidad
lleva a cabo. Y también manifiestan el perfeccionamiento del y esfuerzo. El tema tiene graves resonancias en la totalidad
hombre y su liberación. La liberación y lucha contra el pecado de la vida espiritual. La dificultad surge cuando se aislan y
forma parte de la transformación teologal. Por eso, los dos contraponen: gracia teologal como gratuidad divina, y esfuerzo
aspectos se armonizan. El encuentro de Dios con el hombre moral como obra de creación humana. En realidad, la misma
es incondicional, gratuito, independiente de circunstancias o gracia que comunica el don comunica también la capacidad
disposiciones humanas; actúa en el sujeto con creciente inme- y libertad personales de respuesta. En las virtudes teologales,
diatez e intensidad. Pero la otra cara de la misma realidad Dios se comunica personalmente y da la capacidad de corres-
es que la intervención libre de Dios se hace preceder y seguir ponder no solamente a su gracia, sino con su gracia. Es decir,
por ciertos reflejos humanos: iniciativas, pureza de conciencia, con el Espíritu Santo. El esfuerzo moral forma parte del don
cumplimiento de la voluntad de Dios 12. gratuito a persona libre; desarrollar la gracia con iniciativa es
c) Eclesial. A medida que el cristiano madura teologal- la única manera de recibirla verdaderamente 13.
mente, se desarrolla esta dimensión esencial de la gracia: cari- Obra y gracia del Espíritu. En el evangelio figuran como
dad, eclesialidad, solidaridad. Es la misma caridad teologal protagonistas los "niños" y los "violentos". Dos imágenes y
indivisible, orientada a las personas y a la comunidad, a la actitudes que conviven unidas en la misma persona: abando-
comunión fraterna y al servicio. Las más altas gracias de san- narse en manos de Dios, y al mismo tiempo obrar con astucia
tificación personal tienen función de carismas para el bien de y violencia por entrar en el Reino de los cielos. El Espíritu
los demás y edificación de todos. El elemento eclesial es básico Santo como autor y guía principal del camino espiritual, de
en la estructura y desarrollo de la vida espiritual de cada cre- todo crecimiento, es un dato primordial. El transforma, puri-
yente. Afecta de lleno al plano del ser, y no solamente de la fica, hace amar, orar, misionar, según el evangelio. Y también
actividad y ayuda en favor de los demás. En razón de la soli- los carismas y vocaciones particulares, que forman la vida y
daridad y el servicio, confía Dios a cada persona gracia y voca- la santidad de cada uno. Docilidad y fidelidad. Es una ayuda
ción, capacidades y misiones. sistemática con un programa y ritmo relativa regular. De mane-
d) Psicológico. La gracia trabaja en la persona y con la
persona. Los procesos espirituales tienen lugar en las facul- 13
La integración de estas cuatro dimensiones del proceso espiritual da
tades humanas, y en procesos psíquicos. Por tanto, se ven afec- lugar a ciertos desequilibrios: entre teologal y moral, teologal y eclesial, ecle-
tados por ellos. Y al mismo tiempo, los transforman. La caridad sial e individual. Dos tendencias reaparecen con diferentes nombres y ropajes
potencia y rectifica el amor humano. La sabiduría y la fe, el en la historia de la espiritualidad. "Pelagianismo": de quienes acentúan un¡-
lateralmente la iniciativa y la capacidad de realización humana, reduciendo
conocimiento y los criterios, etc. No borra límites y defectos; al mínimo la acción de Dios y de su gracia. "Quietismo": al contrario, exalta
lo que sí se supera es la dureza de la permanencia y afirmarse al máximo la acción de Dios, y reduce al mínimo la iniciativa, libertad, res-
ponsabilidad del hombre. Son "desequilibrios" que se repiten en todo tiempo,
12
Ch. A. BERNARD, Vie morale e croissance dans le Christ, Roma, 1973. al menos como tendencias.
564 CRECER EN CRISTO 2. PROGRESAR ESPIRITUALMENTE 565
ra que realiza el misterio de Pentecostés en cada persona. El mo sucede en la vida de cada creyente. Se abren fases de gracia
Espíritu obra con orden 14. y responsabilidad que no estaban explícitamente nombradas
Esfuerzo y disciplina. El hombre movido por el Espíritu se en el proyecto. No basta cumplir la voluntad de Dios. Hay
responsabiliza de todo, con la libertad, el discernimiento, la que identificarla en las variaciones de la historia. Acierta el
fidelidad vocacional, iniciativas... Se trata de colaborar libre- samaritano del evangelio, que interrumpe a destiempo su plan
mente con la gracia recibida, a partir de una nueva gracia que y viaje para descubrir y seguir los planes de Dios.
mueve y sustenta la libertad. Esfuerzo para poner la vida entera Toda programación de la vida espiritual debe contar con
en las manos de Dios. Esfuerzo para dejarse cambiar progra- este hecho recurrente: presencia de anomalías, rupturas,
mas, o realizar fragmentos que no encajan en el programa ideal imprevistos; de origen interior o provenientes de circunstancias
o idealizado. Búsqueda y rupturas, creatividad constante. Ya históricas. Buena parte del esfuerzo se dirige, por tanto, a dis-
que el tipo de realización que pide el Espíritu exige la apli- cernir la presencia y acción del Espíritu, para poder cumplirla.
cación continua y creadora del entendimiento, la voluntad, la Se dan a menudo rupturas del proyecto de vida interior y exter-
libertad, etc. La verdad es que el esfuerzo no está reñido con na, no por infidelidad al compromiso, sino al contrario, por
la gracia ni con la mística. Al contrario, es exigido. El encuentro fidelidad al mismo y a la vocación.
parcial con Dios provoca mayor hambre, búsqueda. Toda vida
interior sana conlleva tensión espiritual, no psíquica. Como la
amistad, significa orientación total del ser hacia una persona, No consiste el progreso espiritual en...
vocación. El esfuerzo tiene función insustituible en todos los
Señalo algunos equívocos que frecuentemente se producen en
dones y las mediaciones de la gracia. Se aplica concretamente personas con deseos de progreso espiritual. Aplican el mayor esfuerzo
a los sectores más salientes de la vida espiritual. Para el cre- a tareas, que no son las principales en calidad ni en eficacia para
cimiento de la vida espiritual, juega un papel decisivo en las la perfección cristiana. Son complemento o ayuda. Así completamos
mediaciones primordiales: la oración, la vida sacramental (eu- las anteriores descripciones del crecimiento espiritual.
caristía y confesión en especial), ascesis, apostolado, solicitud
No es creciente toma de conciencia refleja. Si así fuera, contaría
por las cosas de Dios. El esfuerzo y empeño personal forma la palabra como vida, la cultura como ser, el pensar como obrar.
parte del proceso de asimilación de la gracia 15. Sucede con frecuencia lo contrario: la mejor oración y la mejor cari-
Rupturas y oscuridades. El desarrollo de la vida espiritual dad son las que se ignoran. La conciencia refleja es ayuda para el
no es homogéneo y regular. La docilidad y el esfuerzo pro- discernimiento, e incluso para la comunión de amor. Pero en sí misma
gramado deben contar con este hecho "normal", para no desa- no es sabiduría, y menos aún, amor. Las personas de fe sencilla tienen
lentarse o perderse en itinerarios de fantasía, al margen de algunas ventajas para comprender y vivir el evangelio. La formación
los proyectos de Dios. En la historia de salvación, la alianza cultural, las responsabilidades y funciones obligan a cultivar inten-
no sigue un crescendo regular y continuo. Al contrario, atra- samente la información y la reflexión espiritual. Es ventaja y peligro.
viesa fases de ruptura y desconcierto, que ponen a prueba la Tampoco la autoobservación psicológica, el examen, las encuestas
fe y la fidelidad. Como consecuencia, en cada época necesita sobre la experiencia religiosa son experiencia por sí mismas. La con-
ciencia pertenece a la inteligencia, más que a la caridad. La excesiva
el pueblo nuevas luces, profetas, para afrontar situaciones his-
introspección puede resultar contraproducente, por el cansancio men-
tóricas imprevistas, tentaciones y cansancios interiores. Lo mis- tal que genera y el entorpecimiento que crea el estar constantemente
14 atento a sí mismo. De san Juan Berchmans narra un compañero y
Obra del Espíritu, docilidad, pobreza. Cf. Tomás ALVAREZ, "La guía
testigo: "Una vez que me contaba lo que hacía desde que empezaba
personal del Espíritu", en AA. VV., Vivir en el Espíritu, Madrid, 1981,
pp. 141-159. la mañana, y lo que iba siempre añadiendo de nuevo, le dije que
15
Cf. C. BAUMGARTNER, La place de l'effort dans la vie spirituelle: Christus, no podía durar si no seguía otra conducta, asegurando las cosas más
6 (1959), 196-210; lo aplica a oración, ascesis, apostolado, crecimiento; principales, sin pedirse cuenta a sí mismo de todas las otras menu-
R. VERNAY, «Effort»: DSpir 4, 331-339. dencias, y hacer trabajar con tanta sutileza en las cosas espirituales
566 CRECER EN CRISTO 3. MADURACIÓN HUMANA 567

la mente, fatigada tanto en los estudios; y lo que le dije, pronto se cología se interesa por aspectos comunes o limítrofes con la
verificó" 16. espiritualidad, y ofrece aportaciones de gran interés. D e pauta
No es pureza de conciencia creciente. A medida que la persona puede servir la doble afirmación establecida por un psicológico:
crece y madura, sus compromisos y actuaciones adquieren mayor
complejidad, responsabilidad, agobio, por la dificultad de las situa-
ciones. Responde con generosidad y heroísmo, pero aumentan igual- "Dado que el crecimiento espiritual se efectúa utilizando
mente los fallos, las equivocaciones e imprudencias, las debilidades las estructuras y los procesos psíquicos de la persona, el estudio
y hasta los pecados. "Como en la soledad hay menos ocasiones de científico de ésta aclara aspectos importantes del crecimiento
ofender a Dios, parece anda el alma más limpia; que si es temerosa espiritual... Sin embargo, esta contribución es necesariamente
de ofenderse, es grandísimo consuelo no haber en qué tropezar... parcial, ya sea porque la psicología ignora los fines últimos del
Aquí, hijas mías, se ha de ver el amor, que no a los rincones, sino hombre o del cristiano, ya sea porque toda decisión debe tener
en mitad de los ocasiones; y creedme, que aunque haya más faltas en cuenta todos los componentes de la situación, y no sola-
y aun algunas pequeñas quiebras, que sin comparación es mayor mente los de la psicología" 18.
ganancia nuestra. Miren que siempre hablo presuponiendo andar en
ellas por obediencia o caridad" 17. En este contexto no me ocupo directamente de la ciencia
No es acumulación de méritos. Por lo menos, ese ingrediente no psicológica y su caminos de maduración personal. El objetivo
es criterio decisivo. De hecho, se dice que los méritos ganados no es más bien señalar modalidades del crecimiento espiritual,
disminuyen, la perfección sí. Una persona tibia sigue haciendo obras que le vienen de su arraigamiento en los procesos del psiquis-
buenas y por tanto merece; y al mismo tiempo se degrada constan- mo humano. Al tratar más adelante del "itinerario espiritual",
temente. En la experiencia de los santos no se atiende a la acumu- los tendremos de nuevo en cuenta para división técnica 19.
lación, sino a la mejora del ser. Siguen sintiéndose pobres y des-
validos.
No se limita a cuidar y aumentar los ejercicios de piedad. Por
bien que se vivan los tiempos y ejercicios de piedad, no basta como El tiempo, espacio de Dios y del hombre
criterio de auténtica maduración cristiana. Se requieren obras, auten-
ticidad en las relaciones de caridad, los servicios vocacionales, el El tiempo forma parte de la vida humana y espiritual del
modo de ser y vivir la entera existencia. hombre: Homo viator. Es tiempo de salvación: espacio de la
gracia, de la libertad y de las mediaciones históricas. Es tiempo
no de sólo fechas sucesivas, sino de "hechos personales" de
3. Maduración humana Dios y del hombre. El tiempo real a que ahora nos referimos
es el espacio de Dios, en su larga historia de acercamiento,
El progreso espiritual afecta a la persona en todos sus dina- de búsqueda y de encuentro con el hombre. Se van revelando
mismos, naturales y sobrenaturales, indisolublemente unidos. 18
La gracia y naturaleza actúan en proyectos comunes y dife- A. RONCO, en Vida Religiosa, 42 (1977), 343-345. Cf. G. DHO, "La
personalitá dinámica del cristiano", en AA. VV., Educare, III, PAS, Zurich,
rentes competencias. En el desarrollo es cuando la armonía 1964, pp. 17-34; A. RONCO, Relaciones entre crecimiento psicológico y creci-
y contraste entre ellas se manifiesta con mayor evidencia y miento espiritual. Precisiones desde la psicología: Vida Religiosa, 42 (1977).
19
complejidad. La integración de los factores humanos en la vida Doctrina y bibliografía en los estudios ya citados: F. Ruiz SALVADOR,
espiritual se hace hoy de manera más consciente, tanto en la "Hacerse personalmente adulto en Cristo"; S. DE FIORES, "Itinerario". Cf.
también J. D. GAITÁN, Oración y etapas de la vida personal: Confer, 25 (1985),
experiencia como en la reflexión. D e manera especial la psi- 529-550: acentúa la incidencia de las varias edades en el camino espiritual,
16
con bibl; F. Ruiz SALVADOR, "Le «etá» nella vita spirituale", en AA. VV.,
Cf A. ROLDAN, Introducción a la ascética diferencial, 3.a ed., Madrid, Tempo e vita spirituale, Roma, 1971, pp. 83-110. A cada una de las edades
1968, p. 344. se le aplican estilos con nombres particulares; pedagogía, andragogía, psi-
17
SANTA TERESA DE JESÚS, Las fundaciones, 5,14-15. cogerontagogía.
568 CRECER EN CRISTO 3. MADURACIÓN HUMANA 569

y distribuyendo gracias, dones y exigencias, siglo tras siglo, año


tras año. Para ello, sigue los ritmos lentos o acelerados de la Las edades de la vida humana
historia humana.
Espacio del hombre, donde éste se mueve, hace o deshace Más íntimamente afecta el "tiempo personal", es decir, la
su vida y vocación, impulsando o entorpeciendo los planes de edad. Las "edades" se han aplicado en teología espiritual con
Dios. Es el espacio de la libertad, confrontación con la voluntad valor de imagen y analogía entre la edad biológica y el curso
de Dios en la historia, despliegue de la gracia recibida en el
del tiempo. De la analogía tenemos que pasar al influjo real.
bautismo, para hacerse y llegar a ser lo que ya es. La duración
entra en la definición misma de "dinámica": proceso en el tiem- La edad natural ejerce, con sus energías y deficiencias, un
po. Tiempo de siembra, cultivo y cosecha. Campo labrado pro- poderoso influjo en la evolución espiritual del individuo: impo-
duce frutos; no cultivado, da espinas y hierbajos. Gracia y voca- ne o favorece en la vida espiritual ritmos de entusiasmo, can-
ción cultivadas producen santidad en el tiempo. Donde hay sancio, sabiduría, repliegue o creatividad. Se trata de "tiempo
negligencia, se arraigan y multiplican los vicios con el paso personal", que la psicología evolutiva estudia con detalle, factor
del tiempo. La persona no realiza transformaciones repentinas, positivo o negativo con el que la espiritualidad tiene que con-
ni en sí misma ni en el mundo alrededor. Necesita y tiene tar. No se puede forzar el paralelismo, ni vincular una edad
a disposición días y años, para llevar a cabo lo que no logra determinada a un grado de vida espiritual: hay santos niños,
hacer en un instante. A largo plazo se aprecia y recoge lo que y principiantes en la ancianidad. Sin embargo, queda en pie
es fruto maduro de lentas germinaciones. Con perseverancia, el principio de la interdependencia. Fases espirituales obje-
humildad, esfuerzo, paciencia. La madurez espiritual de una tivamente idénticas, vividas por sujetos de edades diferentes,
persona vocacionada en camino está hecha de una línea y cambian totalmente de signo. Un principiante de cincuenta
muchos fragmentos. años difícilmente encuentra los fervores y la docilidad de uno
El espejismo y engaño de la técnica hace más dolorosa e de quince años; ni éste posee la prudencia y la experiencia
incomprensible la lentitud de los procesos espirituales. La téc- de aquél.
nica elimina o reduce vertiginosamente los tiempos de espera, Todas las edades tienen ventajas y limitaciones. Cuando
de producción, de viaje. Ahora se construye o se viaja cómo-
el acercamiento entre edad biológica y edad espiritual se man-
damente en pocas horas lo que antes requería años de esfuerzo
penoso. Inconscientemente aplicamos esos esquemas mentales tenía en el plano de analogías, no figuraba la ancianidad como
al mundo espiritual, y el tiempo intermedio parece remora que última etapa, ya que podía sugerir decadencia final en el cami-
paraliza el ritmo de la voluntad. Cuesta admitir que se ne- no de la santidad. En cambio, se coloca en primer término,
cesitan muchas acciones monótonas, muchas generosidades por razón de imagen, la infancia, que tiene menor influjo real.
inútiles, mucha fidelidad sin respuesta, para que un día salga En la confrontación de edad personal y vida espiritual es nece-
a relucir una novedad sustancial. Una virtud sólida requiere sario rehabilitar e incluir la ancianidad y todos los pasos de
"años" de ejercicio constante y probado. Se necesita sabiduría la edad adulta, rebajando un poco la infancia como experiencia
y prudencia para discernir y controlar las "prisas" 20. espiritual.
Ahora intentamos ver la función propia de cada edad en
una misma persona, evitando las comparaciones. Sólo Dios
sabe quién vale más y quién presta mayores servicios en su
iglesia. Si comparamos a una persona consigo misma en dis-
20 tintos períodos de su vida, obtenemos el mismo resultado. Evo
L. BEIRNAERT, Experiencia cristiana y psicología, Barcelona, 1966:
Tiempo y crecimiento espiritual", pp. 94-99. luciona, gana y pierde en diferentes aspectos. Si lia habido
570 CRECER EN CRISTO 3. MADURACIÓN HUMANA 571

esfuerzo y fidelidad, la impresión se debe a la mayor com- Ancianidad: Es visión panorámica y síntesis de la vida ente-
plejidad de su existencia y compromiso 21. ra. Favorece experiencia universal, humildad en las acciones,
confianza en Dios. Pero sufre de falta de adherencia a la rea-
Infancia: Sensibles a la doctrina evangélica, esta primera lidad presente, insistente rememoración, malhumor frente a
etapa de la vida humana ha dado nombres a muchas expe- los cambios, reprobación de la juventud. En la ancianidad se
riencias y doctrinas espirituales vividas en otras edades: si no acumula historia y experiencia; pero se atrofia el presente y
os hacéis como niños..., infancia espiritual, símbolos de debi- el futuro, con lo que el sujeto queda en parte inutilizado para
lidad y confianza... En ese mundo de vitalidad semiinconsciente aprovechar esa historia y experiencia. El anciano pierde visión
encontramos también manifestaciones muy valiosas de la gra- recia y sensible a los acontecimientos, reflejos para intervenir
cia. Evitando idealizaciones 22. en ellos, acercarse con sensibilidad a las personas... Esto no
Juventud: Representa la energía, el entusiasmo, la gene- es un pecado. Simplemente pone de manifiesto la pobreza de
rosidad, la donación sin reservas, disposición al sacrificio, al los logros humanos, que no crecen indefinidamente en la tierra,
amor. Pesa sobre ella el mal de la inexperiencia, la impaciencia, sino que a partir de un cierto momento se marchitan y empeo-
sentimentalismo y superficialidad. Fácilmente confunden la ran por falta de sujeto en que sustentarse 25.
sinceridad espontánea con la autenticidad personal. La vida
gravita hoy en torno a la juventud. Se la considera como un Las crisis... También en el desarrollo humano se producen
título de gloria, mérito y de calidad personal. Hay apego a rupturas y anomalías. La psicología las estudia con detenimien-
la edad juvenil, deseo de eternizarla. La edad tiene una misión; to y competencia, aportando datos muy útiles a la teología espi-
una vez cumplida, el progreso la rebasa. Si uno prolonga la ritual. En el desarrollo de la vida humana se observa el repe-
niñez, hablamos de "infantilismo". Si uno prolonga las fantasías tirse de momentos críticos, experiencias anómalas prolongadas,
de juventud, hablamos de "juvenilismo" en sentido peyorativo. que cuestionan íntimamente el ser, el vivir, el crece de la per-
A la juventud está encomendado el impulso y la necesidad sona. Se denominan "crisis", término que en sí no tiene sig-
de abrir caminos y crear futuro23. nificado peyorativo, como ya se dijo al hablar de la iglesia
Adultez. Es en conjunto la edad más plena. Goza de mayor (cap. 12, 3). Las crisis son fenómeno normal en la vida: desarro-
estabilidad, energía concentrada y aplicada con criterio, rea- llo, cambios biológicos y psicológicos, inserción en la historia
lismo, comprensión de la maldad humana, de los límites pro-
pios y ajenos, del valor del tiempo. El tiempo "vivido" pro- años que tenemos algún ejercicio de oración; y aun parece queremos poner
tasa a quien sin ninguna da sus dones cuando quiere, y puede dar en medio
porciona experiencia de Dios y de los hombres, sabiduría, cono- año más a uno que a otro en muchos... Quien tuviere talento de conocer
cimiento de sí mismo y de los demás, visiones de conjunto espíritus... juzga por los efectos y determinaciones y amor y dale el Señor
y proyectos de sano realismo. Su contrapartida es el desencanto luz para que lo conozca. Y en esto mira el adelantamiento y aprovechamiento
incipiente y la crisis del meridiano, que puede acabar con edi- de las almas, que no en los años; que en medio puede haber alcanzado más
que otro en veinte" (S. TERESA DE JESÚS, Vida, c. 39,9-10). F. Ruiz SALVADOR,
ficaciones sólidas. Debe tener en cuenta que la santidad no "Adulto", en NDE, pp. 41-46.
se cuenta por años 24. 25
Cf. F. Ruiz SALVADOR, "Le etá della vita spírituale", en AA. VV.,
Tempo e vita spirituale, Roma, 1971, pp. 83-110; B. J. GROESCHEL, Crecimiento
21
R. GUARDINI, La aceptación de sí mismo. Las edades de la vida, Madrid, espiritual y madurez psicológica, Madrid, 1987; AA. VV., I problemi spirituali
1970; A. ULEYN, Les phases de la vie humaine et leurs implications pour la della vecchiaia, Firenze, 1962: con bibliografía-boletín "Saggio bibliográfico
vie defoi et de príére: Carmelus, 22 (1975), 21-51. sulla vecchiaia", de I. COLOSIO (pp. 198-208); J. HENDRIX, Perspectivas y pro-
22
Bruno DH JÉSUS MARIE, L'enfant et la "Voie d'Enfance": Etudes Car- blemas de la tercera fase de la vida: Concilium, 60 (1960), 136-146; G. LACOURI.,
mélitaines, 19 (1934), 18-106. La troisiéme age: Christus, 19 (1972), 29-38; Y. CONGAR, Les voies du Dicu
23
Cf. H. LUBIENSKA DE LENVAL, Le silence á l'ombre de la Parole, Tournai, vivant, París, 1962: "La jeunesse de l'áme", pp. 381-390. "Tenemos la edad
1957, pp. 74-76. de nuestros pecados. Nuestro desgaste es de orden espiritual" (F. MAUKIAC);
24 "Cuando se envejece, todo se va, pero Dios viene" (R. BAZIN).
"Nos parece que hemos de tasar nuestro aprovechamiento por los
572 CRECER EN CRISTO 3. MADURACIÓN HUMANA 573

y en la sociedad. Las crisis se dan en todos los momentos del habla de un posible ensamblamiento general entre sus ritmos
desarrollo vital. Con mayor frecuencia, gravedad en los respectivos. Para definir la interacción a lo largo del proceso
momentos de desarraigo y transición. R. Guardini caracteriza se ha recurrido explícita o implícitamente a tres modelos: para-
como crisis los pasos entre las diferentes edades o fases de lelismo, contraste, coexistencia de ambos.
la vida humana. a) Paralelismo estricto: a mayor capacidad humana y equi-
Es una experiencia, que se da en todas las condiciones de librio psíquico, mayor dinamismo y mejores resultados en el
vida, y se repite de manera más acentuada en los momentos progreso espiritual. Este modelo garantiza la correspondencia
de "transición" en el desarrollo: cansancios, desbordamiento sustancial de los dos procesos, el de madurez humana y de
de nuevas energías, etc. Algunas características de la cultura progreso espiritual. Se fija en los santos de personalidad más
moderna, de la psicología de las personas, los ritmos de la completa y equilibrada, personas de relaciones y eficacia, en
evolución, la mayor toma de conciencia de las vivencias, hace quienes el equilibrio psíquico coincide con la plenitud espi-
que la persona se sienta con frecuencia desbordada por los ritual. Esta explicación pone de manifiesto el "ideal", pero no
fenómenos que le suceden y tienen en ella hondas repercu- responde a los hechos; y tiene pedagógicamente el riesgo de
siones incontrolables. desmoralizar a cristianos dotados de grandes dones sobrena-
Este fenómeno humano tiene con frecuencia origen e inci- turales, que sufren limitaciones o anomalías psíquicas.
dencia espirituales. Es necesario tener en cuenta su normalidad b) Contraste: a mayores capacidades humanas, mayor
humana, para no buscar solamente causas y remedios espi- peligro de autosuficiencia y mayor dificultad para ponerse en
rituales, sino contar con la totalidad de elementos, muchos de manos de Dios, que es quien obra la santidad. Acentúa la diver-
ellos analizados con todo detalle por las ciencias humanas. gencia entre los dos procesos: la exaltación de valores humanos
Abundan los libros que estudian las crisis espirituales integran- lleva al olvido o marginación de los valores evangélicos; y vice-
do las dos perspectivas, religiosa y psicológica26. versa, el potenciamiento de lo divino lleva a la mortificación
del elemento humano. Parece suministrar buen argumento san
Pablo: Dios escoge lo más despreciable de la naturaleza, lo
Crecimiento espiritual y maduración humana necio y loco, para confundir a los sabios de este mundo
(ICor 1). Es una mentalidad que ha influido en ciertos estilos
La incidencia de los factores y procesos psicológicos en el de vida espiritual. Ahí está la demostración del poder de Dios.
desarrollo de la vida espiritual es un hecho de relieve y de Pero no se puede convertir en régimen normal de santificación
inmediata evidencia. Se condicionan mutuamente con sus valo- lo que son libertades de Dios.
res y deficiencias. Además de intercambiar datos sueltos, se c) Coexistencia: las cualidades y los factores humanos faci-
litan la acción y el desarrollo de la gracia, pero no dan su
26
Sobre las crisis de juventud, cf. A. ROLDAN, Las crisis de la vida en ritmo ni medida, que dependen de Dios y de la libertad del
religión, Madrid, 1967. La más amplia y característica se considera común- hombre. Compagina paralelismo y contraste, es el modelo que
mente la de "media edad". Sobre el tema de la crisis de media edad y sus mejor responde a los hechos históricos y la reflexión teológica.
repercusiones espirituales, cf. F. Ruiz SALVADOR, "Le «etá» della vita spi- Hay elementos de paralelismo y los hay de contraste. Las limi-
rituale", 1. c; P. BOUGET, Le demon de midi, Paris, 1956; M. A. LASSUS, La taciones humanas pueden en ocasiones estimular al cristiano
difficile quarantaine: VieSpirit, 120 (1969, 1), 529-538; M. ECK, La cinquan-
taine, Paris, 1969; B. BASET, TheNoon Devil, Westminster, USA, 1964; T. HOC- a abrirse a la acción del Espíritu. En otros muchos casos, el
KEY, The Catholic Sister at Mid-life: Review for Religious, 29 (1970), 104-110; desequilibrio personal desemboca en compensaciones huma-
F. WULF, Der "Mittagsdemon"oder die Krise derLebensmitte: Geist und Leben, nas y será un grave obstáculo al desarrollo espiritual.
38 (1965), 241-245. A. GRÜN, La mitad de la vida como tarea espiritual. La
crisis de los 40-50 años, Madrid, 1988. Narra e interpreta A. Grün una expe- Frente al acercamiento entre los proyectos de maduración
riencia concreta de crisis colectiva desde la espiritualidad (Taulero) y desde psicológica y el itinerario de crecimiento espiritual existen dos
la psicología (Jung). posturas contrastantes y útiles ambas para la teología espiritual.
4. TRAYECTORIA ESPIRITUAL 575
574 CRECER EN CRISTO
que ha llegado con vigencia hasta nosotros. No es el primero
1. Numerosos esquemas y propuestas: existen numerosos ni el único ni el último. Sirve como orientación general y en
ensayos y propuestas en esta dirección, provenientes de dife- la lectura de las fuentes. Para no mezclar esquemas y ocupar
rentes psicólogos y escuelas. Algunos de carácter general, otros demasiado tiempo en distinciones o críticas, el esquema tra-
más minuciosos. Influyen en los libros de espiritualidad, y en dicional de las tres vías lo presentaré brevemente al final del
la vida de muchas personas. Útiles por los datos psicológicos apartado. Mantiene valores de base y complemento.
que presentan, quedan lejanos en cuanto a perspectiva y jerar- La cuestión de método y grados del crecimiento espiritual
quía de valores 27. ha sufrido recientemente graves alteraciones. Se ha mantenido
2. Denuncias y llamadas de atención: frente a la invasión durante siglos metodicidad rigurosa en el cultivo de la vida
de las técnicas psicológicas en la programación del camino espi- espiritual; sigue un período de rechazo o alergia frente a méto-
ritual. Exceso de introspección y autoconfianza: piensan haber dos, esquemas, grados y prácticas fijas; se deja sentir nueva-
encontrado el secreto de las grandes transformaciones espi-
mente la necesidad de esquemas y de cierta metodicidad.
rituales en programas psicológicos de autoanálisis, relaciones,
Para reorganizar el tema con mayor amplitud y libertad,
autoprogramaciones detalladas. Se hace necesario deslindar
haré previamente algunas reflexiones introductorias sobre tales
terrenos y competencias en conformidad con el objetivo que
se intenta en las diferentes disciplinas 28 . esquemas: valor histórico, legitimidad teológica, la utilidad
pedagógica, límites y condiciones de aplicación. Luego trataré
de elaborar una visión orgánica que incorpore los datos que
ofrecen la espiritualidad y la cultura actuales. El título "tra-
4. Trayectoria espiritual
yectoria" indica la continuidad del movimiento y suaviza la
impresión de corte y cambio que puede causar la sucesión de
Queda por configurar el movimiento espiritual a partir de
etapas o fases bien definidas. También se modificarán los varios
los principios ya establecidos. La teología espiritual tiene fun-
momentos del proyecto, sus denominaciones y respectivas fun-
ción pedagógica y directiva, especialmente cuando se trata de
ciones 29.
crecimiento espiritual. Debe señalar fases y tareas correspon-
dientes, ofrecer esquemas operativos, que sean concretos, y a) Legitimidad teológica. La división en vías, grados y eta-
a la vez flexibles y abiertos a las variaciones de la gracia, de pas es formulación espontánea de la vida de la gracia, en cuanto
la libertad y de las circunstancias. El movimiento tiene carácter comunicación de Dios y transformación gradual de la persona.
unitario e integral, comprometiendo a la persona en sus dife- El método, bien utilizado, no quita espacios al Espíritu, ni liber-
rentes aspectos: teologal, moral, eclesial, psicológico; aun cuan- tad a la persona. Responde al "método" que Dios mismo sigue
do éstos no sigan un desarrollo estrictamente paralelo.
en la santificación de las personas. San Juan de la Cruz fija
Es una tarea que ha realizado muchas veces a lo largo de tres principios, para orientarse y colaborar en los caminos y
su historia, con esquemas más o menos difundidos y duraderos.
libertades de Dios: "Conviene primero poner tres fundamen-
El esquema de las vías y los estados es el más afortunado,
tos: 1. El primero es de san Pablo ad Romanos (13,1), donde
27
Se pueden ver los esquemas de algunos autores, Cf. F. K. NEMECK dice: "Las obras que son hechas, de Dios son ordenadas". 2. El
y M. T. COOMBS, Nuestra trayectoria espiritual. Umbrales y etapas críticas de segundo es del Espíritu Santo en libro de la Sabiduría (8,1):
la génesis espiritual adulta, EDE, Madrid, 1988. Presenta, en columnas para-
lelas con el desarrollo espiritual, las fases de la vida humana según los esque- 29
F. Ruiz SALVADOR, "Hacerse personalmente adultos en Cristo", en
mas de Levinson, Kohlberg, Selman, Erikson, Piaget, Fowler (p. 297); AA. VV., Problemas y perspectivas de espiritualidad, Salamanca, 1980,
AA. VV., Psychological aspeas of spiñtual development, Cath. Univ. Amer., pp. 295-321; S. DE FIORES, "Itinerario espiritual", en NDE, pp. 999-1021;
Wahington DC, 1964. C. GARCÍA, Corrientes nuevas de Teología espiritual, Madrid, 1971, pp. 187 ss.;
28
M. NEUMAN, Am I growing spiritually? Elements for a Theology of D. DE PABLO MAROTO, El "camino espiritual". Revisiones y nuevas perspt'clh'iix'.
Growth: Review for Religious, 42 (1983), 38-49. Salmanticensis, 34 (1987), 17-80.
576 CRECER EN CRISTO 4. TRAYECTORIA ESPIRITUAL 577

la sabiduría de Dios dispone todas las cosas con suavidad. 3. El en particular. Los motivos apuntan en varias direcciones:
tercero es de los teólogos, que dicen: "Dios mueve todas las 1. Rechazo de toda programación metódica del camino espi-
cosas al modo de ellas... De esta manera va Dios llevando al ritual; hay quien lo hace porque encuentra mejor ayuda entre-
alma de grado en grado hasta lo más interior. No porque sea gándose a sus deberes vocacionales con espontaneidad, y hay
siempre necesario guardar este orden de primero y postrero también quien rechaza los métodos, por llevar vida de tibieza
tan puntual como eso... Pero la vía ordinaria es conforme a y dispersión incontrolada. 2. Temor al riesgo de egocentrismo:
lo dicho" (Sub II, 17,2.4). autocontemplación y autocontrol, constante toma de concien-
b) Utilidad pedagógica. Permite señalar medios concretos, cia y atención a sí mismo, paladeando esfuerzos y progresos.
intercambiar experiencias y escarmientos, descubrir inductiva- 3. Desvaloración de los esquemas habituales, que fijan el pro-
mente las vías del Espíritu en su convergencia esencial y varie- greso en sólo actos de piedad y actos interiores, con escasa
dad existencial, discernimiento, experiencias positivas y nega- atención al curso de la vida humana y cristiana en la historia.
tivas. Esos métodos son fruto de larga observación de personas, 4. Reservas frente a los grados con sus respectivas actividades
vidas, hechos. Así los utilizan los grandes maestros, directores tomados como "categorías" de valor moral o espiritual. Vemos
y autores de espiritualidad. Algunas indicaciones para la uti- que hay personas con calidades de auténtica santidad, que
lización espiritual de este recurso. Los grados y etapas son siguen utilizando los medios asignados a principiantes: oración
vocal, penitencia por el pecado, etc. 5. Imprecisión y conven-
medios para ayudarse y ayudar a caminar, no para contarlos cionalismo de las tareas propuestas para las diferentes etapas
y presumirlos, o para entretenerse en distinciones y compa- del camino espiritual.
raciones. No tienen por objeto establecer categorías de valor
e) Límites y flexibilidad. De las limitaciones de tales esque-
moral o teologal, sino que sirven a cada persona para conocer
mas han sido conscientes los maestros y teólogos de la espi-
la situación de fidelidad en que se encuentra, y responder a ritualidad. Dejan amplios márgenes de discrecionalidad en la
su gracia y vocación en creciente fidelidad. Comparan a cada aplicación a personas y grupos espirituales. El esquema tra-
persona consigo misma, no con otros. El avance gradual no dicional es un punto de referencia general, que tiene en cuenta
siempre se refleja en la conciencia de la persona, que por tanto lo que sucede en la mayoría de los casos. No excluye la ori-
debe trabajar en amor pobre y desnudo. ginalidad personal, ni las circunstancias irrepetibles en que se
c) Variedad de esquemas propuestas. Se han hecho infi- mueve cada persona. Los antiguos maestros espirituales lo han
nidad de propuestas, desde san Pablo hasta nuestros días. Más utilizado con discernimiento teológico y pedagógico. No han
razonados empiezan a surgir en la época patrística. Con mayor sido esclavos del rigor metódico. Baste citar un autor influyente
detalle se afirman a partir de la Edad Media; son estas últimas de primeros del siglo xvi, García de Cisneros: "Has de saber
las que han permanecido hasta ahora. La división "clásica" que, aunque cada una de aquestas vías tiene nombre deter-
y generalizada ha sido la de las tres vías (purgativa, iluminativa, minado y propio modo de proceder, no por eso se excluye
unitiva) y los tres estados (principiantes, proficientes y per- que en cada una de ellas, prevenido por la gracia del Señor,
fectos). Inicialmente, las vías se referían al desarrollo de la no te ejercites en todas tres; conviene a saber, en la purgativa,
oración, los estados al crecimiento de la caridad. Luego se fun- iluminativa y unitiva, reconociendo tus miserias, haciendo gra-
den los dos esquemas como equivalentes 30. cias y ensanchando tu ánima a adorar y magnificar a Dios."
"A unos aprovecha estar mucho en oración; a otros meditar;
d) Críticas y rechazo. Recientemente han surgido críticas otros más fácilmente son atraídos por el juicio de la razón;
y rechazo del esquema tradicional de las vías y estados. Se otros por compasión de los prójimos; otros por consideración
fundan en diferentes motivaciones, que no podemos examinar de los beneficios divinos; otros son más provechosos a la vida
30
activa; otros a la contemplativa" 31.
Cfr D. DE PABLO MAROTO, El «camino espiritual». Revisiones y nuevas
perspectivas: Salmanticensis, 34 (1987), 17-60. Trabajo de síntesis: M. ANDRÉS,
31
La teología española en el siglo xvi, II, Madrid, 1977, especialmente pp. 177 ss. GARCÍA DE CISNEROS, Ejercitatorio, c. 12. Cf. M. ANDHIN, O. C . |>. I ''•
578 CRECER EN CRISTO
4. TRAYECTORIA ESPIRITUAL 579
se distinguen las etapas por el cambio de estos ejes. Reapa-
Exigencias y criterios de una nueva división recen los mismos en pasos sucesivos, con nueva luz y vigor.
Como en la "escalera de caracol": se vuelve una y otra vez
El nuevo proyecto se aprecia mejor en su origen y pecu- hacia los mismos paisajes, mejorando altura y horizonte.
liaridades, conociendo de antemano los motivos y experiencias Determinadas experiencias y tareas "predominantes"
a que responde, al mismo tiempo que los criterios con que caracterizan la fase o etapa, si bien se conservan activas todas
intenta responder. Resulta difícil, para un lector moderno, ellas a lo largo del proceso. Reaparecen integradas en nuevas
situarse dentro de los esquemas evolutivos que proponen los formas, unificadas, esenciales... Vuelve la conversión e inicia-
antiguos tratados de ascética y mística o de espiritualidad. Hay ción, vuelve o se mantiene la noche, el reclamo de la inte-
en ellos dinamismo y sucesión, pero sus tiempos y ritmos no rioridad, las virtudes incorporadas y sencillas.
corresponden a experiencias significativas de la experiencia Se trata de períodos decisivos, en que se llevan a cabo trans-
religiosa actual. formaciones necesarias, por obra de la gracia y la libertad. Esto
Algunos de los nuevos factores religiosos y culturales que cuenta más que el orden de factores. Se pueden juntar, invertir,
exigen ser integrados los formula sintéticamente un autor: 1. El subdividir, las varias experiencias o fases; pero hay que hacerlas
sentido vivo de la personalidad humana como algo original todas. Diríamos que son como los cursos de una "carrera de
e irrepetible pide esquemas que tengan en cuenta los diversos estudios"; se puede modificar el orden por razones pedagógicas
ritmos de maduración, la variedad de opciones y recorridos. o prácticas, pero en rigor no se dispensa de ninguno.
2. La asunción de la condición histórica y de sus compromisos El nuevo esquema amplía considerablemente en largo y
no acepta una concepción privatizada del itinerario, orientado en ancho el horizonte de vías y estados; lo hace de manera
exclusivamente hacia prácticas cultuales o separado de la vida especial en tres momentos decisivos de la trayectoria, añadien-
social. 3. El despertar de la conciencia social y comunitaria do: al principio, la "iniciación cristiana"; la "noche oscura" en
se opone a orientar el camino en forma individual a la salvación el medio; y al final la "muerte-glorificación". En ancho: incluye
y perfección del alma. Debe contar con la vida de la iglesia. la totalidad de la vida y existencia, maduraciones y pruebas
4. Las ciencias psicosociales hacen necesaria la confrontación en el ámbito religioso, existencial, social.
entre la maduración del hombre y la del cristiano en puntos
Actúa con otros presupuestos teologales y pedagógicos.
decisivos. El itinerario espiritual no puede verse como subida
Ordena el proceso siguiendo los núcleos de la experiencia efec-
gradual y armónica 32.
tiva y de la gracia transformadora; destaca tiempos vitales de
Teniendo en cuenta estos hechos y experiencias influyentes, la asimilación del misterio cristiano: iniciación cristiana, per-
presento algunas indicaciones previas, en que se apoya la pro- sonalización de la fe, noche oscura, muerte efectiva y resurrec-
gramación más detallada de "trayectoria espiritual" que ofre- ción; con mayor relieve los elementos teológicos o ascéticos
ceré a continuación. del organismo sobrenatural.
Se trata de trayectoria larga y accidentada, en que se suce-
den, sobreponen experiencias y tareas, sin orden riguroso ni
exclusividad. Las varias fases se caracterizan por predominio, Itinerario espiritual: nuevo proyecto
duración o urgencia de algunas de ellas.
En espiral: el camino avanza y vuelve. La trayectoria no Para convertir en pedagogía espiritual esas tendencias,
es rectilínea ni circular. Vuelve una y otra vez sobre las mismas necesitamos elaborar un proyecto en forma concreta de pen-
realidades: amor, pecado, misericordia, cruz, oración, etc. No samiento y acción en el ámbito espiritual. El que presentamos
32 a continuación es una propuesta que tiene en cuenta las exi-
S. DE FIORES, "Itinerario espiritual", en NDE, pp. 1012 ss.
gencias anteriores, y las traduce en un proyecto operativo. Lo
580 CRECER EN CRISTO 4. TRAYECTORIA ESPIRITUAL 581
podemos calificar como "trayectoria", ya que deja mayores espiritual en sentido fuerte. El elemento dogmático se va acom-
espacios a los diferentes rumbos y ritmos de la maduración pañado de experiencia espiritual, en ese momento sucesiva-
personal. mente: formas de catecumenado para adultos ya cristianos34.
Tendré en cuenta datos de los varios autores y esquemas 2. Personalización de la fe. No se refiere únicamente a la
que he citado en notas anteriores. Por razones de unidad y virtud de la fe, sino a la "vida de fe". Tras la iniciación, se
brevedad, me limito a exponer uno en concreto, que parece presenta con urgencia una experiencia-tarea verdaderamente
responder a la experiencia del Espíritu, a la sensibilidad cul- decisiva, que designamos con esc título teologal y pedagógico.
tural y a las esperanzas de personas comprometidas en el cami- Es más radical y amplia que la llamada "segunda conversión"
no espiritual33: o paso al fervor espiritual. Obliga a todos por igual: a) a quie-
— Iniciación cristiana. nes se convierten de la increencia y adhieren a la fe cristiana
— Personalización de la fe. por libre elección personal en edad adulta; h) para quien, des-
— Interiorización espiritual. pués de recibir el bautismo, ha vivido en la indiferencia y
— Noche oscura. desempeño religioso; c) también para quienes han recibido y
— Perfección y madurez en camino. vivido su fe cristiana a manera de herencia familiar y cultural.
— Muerte y glorificación. Con razón se puede afirmar: "Todo cristiano adulto es un
convertido" (A. Liégé). Si esa persona en plena adultez es y
1. Iniciación cristiana. La vida espiritual del cristiano sigue siendo creyente, deberá hacer o haber hecho un proceso
empieza en el bautismo, que es raíz y síntesis de todo el proceso de conversión personalizada, en cualquier hipótesis: haya sido
espiritual, y no simple punto de partida o comienzo temporal. o no cristiano, practicante o indiferente. Se trata de una toma
La experiencia espiritual se realiza al tiempo mismo del bau- de conciencia comprometida de la gracia y vocación recibida
tismo, o es anticipada en una preparación consciente e intensa, en el bautismo. Esta es la verdadera "segunda conversión".
o posteriormente toma conciencia del sacramento recibido en En el campo de la fe y de la caridad tiene el cristiano que
la infancia. Con el bautismo van unidos eucaristía y confir- tomar las primeras medidas y reforzar la conversión teologal.
mación, como sacramentos de la iniciación cristiana. Comunica Ha vivido su cristianismo de manera convencional o en un
la gracia y el programa de la santidad cristiana: hijos de Dios, mundo extraño, otros centros de interés completamente ajenos,
miembros de Cristo, incorporación a la iglesia, virtudes teo- otras ideas y juicios de valor.
logales y morales, misión de amor y servicio. Sacramentos de Lo exige también su libertad y madurez social. Necesita
transformación efectiva de la persona, el bautismo fuente y una fe "viva y adulta", capaz de desarrollarse en las circus-
programa para todo el desarrollo de su vida. Fase vivida y tancias y responsabilidades de nuestra cultura. El paso es grave
revivida. y decisivo, y lo han de hacer tanto los adolescentes como los
Esta fuente y base de la vida cristiana no ha sido integrada adultos, en su convicción íntima y en su actuación pública: "A
por la espiritualidad en sus etapas del crecimiento. Los motivos la Iglesia toca hacer presentes y como visibles a Dios Padre
pueden ser: costumbre de iniciar la vida espiritual por momen- y a su Hijo encarnado con la continuación, renovación y puri-
tos de fervor, el bautismo de infancia que no va acompañado
34
de experiencia y compromiso personales, etc. La valoración Cf. J. CASTELLANO, "Iniciación cristiana", en NDE, pp. 965-985;
cristiana de estos sacramentos hace de ellos una fase de vida J. M. CASTILLO, La alternativa cristiana, Salamanca, 1979: "El bautismo: punto
de partida para una auténtica alternativa", pp. 273-301; G. ANGELINI, / pro-
33 blemi deü'iniziazione cristiana in prospettiva teológica pratica: Scuola Cattolica,
En el esquema aquí propuesto resumo y en algún caso modifico el
107 (1979), 181-224. Ahí se puede ver la temática y problemática pastorales
estudio ya citado desarrollado este esquema: F. Ruiz SALVADOR, "Hacerse
sobre el bautismo de infancia o en edad adulta. Para la espiritualidad, puede
personalmente adulto en Cristo", en AA. W . , Problemas y perspectivas de
hacer en uno u otro momento, el que se demuestre más oportuno, pero con
espiritualidad, Salamanca, 1986, pp. 295-321.
los correspondientes procesos de asimilación, antes o después.
582 CRECER EN CRISTO 4. TRAYECTORIA ESPIRITUAL 583

ficación propias bajo la guía del Espíritu Santo. Esto se logra presencia, comunión recíproca, conciencia, autenticidad psíqui-
principalmente con el testimonio de una fe viva y adulta, edu- ca y teologal. El proceso espiritual va de lo más externo y sen-
cada para poder percibir con lucidez las dificultades y poderlas sorial a la comunión honda y personal con Dios, con personas
vencer" (GS 21). Esta madurez alimentada con los medios a y cosas. La interioridad cristiana vive en constante armonía
disposición: S. Escritura, coherencia moral, sacramentos, dialéctica con la exterioridad del hombre y de la historia; no
comunión con los hermanos en la fe 35. rehuye el compromiso para refugiarse en la introspección. Ya
Le he dado el nombre de personalización u opción personal he hablado de interioridad y de hombre interior en el cap. 5.
a este paso decisivo en que el cristiano acoge y construye su Presenta diferentes formas: 1. Interioridad teologal: La vida
vocación personal, establece jerarquías y organiza en torno a teologal vuelve a sus raíces de comunión y plena reciprocidad
ella las gracias que recibe y las propias capacidades. Los ejer- con Dios: docilidad activa y responsable al Espíritu Santo, que
cicios de vida espiritual, como oración y virtudes forman parte ilumina criterios y motivos; la contemplación, adoración y ala-
de esa unidad de visión y de vida. Por lo general, en esta fase banza, amor y servicio de gratuidad; fortaleza y virtudes pasi-
tiene lugar la elección de vocación y estado de vida: matri- vas, capaces de afrontar situaciones duras, libremente asumi-
monial, sacerdotal, religiosa; la vinculación a grupos que favo- das, transformadas con iniciativa. 2. Interioridad psíquica: La
recen comunitariamente el desarrollo de esa misma vocación. maduración espiritual requiere buena dosis de interioridad psi-
3. Interiorización. Se puede considerar en algunos aspec- cológica para actuar a ciertos niveles de vida teologal, ya que
tos parte de la personalización de la fe. La intención no es los procesos espirituales se realizan en las facultades psíquicas
introducir nueva "etapa" en el camino espiritual, sino un y requieren la preparación y participación interior de éstas.
momento o transformación importante en el proceso. Pero sí El tema de la interioridad psíquica y espiritual goza hoy
tiene suficiente contenido espiritual caracterizado como para de particular atracción y urgencia. En algunos grupos de tra-
dedicarla atención y cultivo particular. La interioridad espi- dición oriental se ha elaborado un sistema o método detallado
ritual y psíquica abre un nuevo horizonte, en el que resaltan: para ayudar en este proceso de interiorización. Tiene tres
presencia y acción del Espíritu Santo; sentido de gratuidad, momentos: a) reducción de las actividades periféricas, imagi-
docilidad e instinto vocacional, pasividad y fortaleza, oración nativas, reflexión; b) intensificación de las "energías pasivas",
comunional como fuente de vida, etc. Es decir, todo el sector actividades no sensoriales ni discursivas; c) aplicación de las
de la abertura íntima a la trascendencia, que destacaba poco energías pasivas desarrolladas a la vida y vocación de cada
en la fase de fe personalizada. uno 36.
La interiorización cumple una función urgente y peculiar 4. Noche oscura, crisis. Como fruto de la maduración espi-
del proceso. La experiencia y la participación en el misterio ritual creciente, esperaríamos encontrar las primeras manifes-
de la fe se hacen más profundas. "Interioridad" significa: vida, taciones de santidad visible y gratificante. Sucede más bien
35 lo contrario. Se interpone una experiencia rara que parece blo-
O. GONZÁLEZ DE CARDEDAL, "Fe y herencia histórica del español que
nació cristiano", en su obra Meditación teológica desde España, Salamanca, quear el crecimiento y cerrar todo horizonte de progreso. Los
1970, pp. 17-50. El adulto cristiano puede mirar su fe desde diferentes pers- espirituales han experimentado desde siempre aridez, aban-
pectivas: don, herencia, costumbre, conquista, vivencia personal y libre. ¿Có- dono, desolación, pruebas de todo género. San Juan de la Cruz
mo hacer el paso de una fe heredada a una fe personal convencida y libre- le ha dado derechos de ciudadanía al identificar la noche oscu-
mente asumida? Descubrimiento, posturas, dificultades, pasos de un proceso
regenerador. Cf. también A. VERGOTE, Pour une foi adulte: Lumen Vitae, ra como experiencia decisiva en el proceso espiritual. En len-
23 (1968), 431-444: autonomía y obediencia, peligro de infantilismo religioso, guaje bíblico y a la vez psicológico, se habla de la crisis y de
superación del egocentrismo, acogida de la fe dogmática; asumir las respon- las crisis. Se está dando a este fenómeno universalidad y pro-
sabilidades sociales de la fe, abrirse al componente contemplativo. Cuando
no se lleva a cabo este proceso, hablamos de cristianos de nacimiento, cris-
fundidad cada vez mayor, y se inserta en el proceso normal
tianismo sociológico, etc.
Cf. W. JOHNSTON, La música callada, Madrid, 1974.
584 CRECER EN CRISTO 4. TRAYECTORIA ESPIRITUAL 585
con planos derechos. Alcanza a todos los estados, grupos, movi- vivo no es la superación constante de las facultades y estilos
mientos, experiencias, compromisos. En realidad, no se trata humanos; ni tampoco la realización acabada del modelo psi-
de un método espiritual, sino de la ley cristiana fundamental cológico. Ni la experiencia ni la historia se prestan a ideali-
de muerte-resurrección de Cristo. El misterio que aquí se vive zaciones. Dios ha puesto la santidad en el amor de comunión
con particular intensidad está presente en todas los pasos del con El y con los hombres, y ahí es donde se encuentra el santo
camino cristiano. en plenitud. El propio santo no percibe su plenitud en forma
En términos culturales, se habla más frecuentemente de de síntesis intelectual y conclusiva. En la canonización misma
crisis. En realidad, las crisis funcionan como ruptura de equi- figura como condición el que la santidad pueda apreciarse des-
librios prematuros, para impulsar hacia madurez superior. En de al menos diez años antes de la muerte. Las mejores rela-
muchos casos realmente la llamada crisis de fe o de vocación ciones de experiencias que delatan santidad en sus autores
lo que hace es descubrir la falta de consistencia o la inexistencia
están escritas por lo general muchos años antes de su muerte.
de convicciones y motivaciones serias. Otras veces las pone
a prueba, purifica y robustece. Los frutos de la crisis se pueden Siguieron viviendo y creciendo.
apreciar en varias líneas: a) verificación del estado real de la 6. Muerte y glorificación. No concluye el proceso cristiano
persona en su ser y obrar vocacional; b) consolidación de de santificación en una forma de plenitud fija de carácter abs-
estructuras y purificación de motivaciones y adherencias resi- tracto, sin referencia a la concreción histórica de la persona.
duales; c) abertura a nuevos horizontes personales y comu- La espiritualidad cristiana se ha contagiado de las repugnancias
nitarios 37. y prevenciones que la sensibilidad humana experimenta frente
5. Santidad en camino. La verdadera santidad cristiana se a la muerte. La ha hecho desaparecer de la trayectoria de la
realiza en plena vida. La canonización es un "título" eclesiás- vida como decaimiento de la persona y corte del proceso espi-
tico con carácter postumo. En el contexto dinámico del iti- ritual. De manera extraña hace terminar el proceso de per-
nerario espiritual, la santidad cristiana encuentra su lugar pro- fección en la fase de santidad terrestre y plenitud humana que
pio y su clave de interpretación. Es plenitud personal y eclesial, acabamos de presentar. Deja fuera del itinerario un largo tre-
madurez relativa alcanzada en un largo proceso de santifica- cho del desarrollo con experiencias de primer orden: plenitud,
ción, que inicia en el bautismo y sigue abierto hasta culminar desgaste, ancianidad, enfermedad, muerte, resurrección.
en glorificación. La fase de "santidad terrestre" ocupa sólo un ¿A qué se debe esta marginación? El olvido de la glori-
espacio de este arco de tiempo vital. La santidad in via entra ficación proviene del corte de horizonte en la vida cristiana,
plenamente en el proceso de maduración cristiana, impulsán- que se alimenta de experiencia presente y de mirada retros-
dolo hacia adelante, no para paralizarlo y concluirlo en la etapa pectiva hacia la revelación histórica. La condición gloriosa figu-
intermedia de esta vida temporal. Este carácter de relativa ple- ra como gloria-premio, no como etapa del camino de la reden-
nitud y al mismo tiempo de provisionalidad se refleja en el ción. Si en la programación básica del bautismo figuraba la
campo de la madurez divino-humana: en sus plenitudes y configuración a la muerte-resurrección de Cristo como clave
carencias, que juntas reflejan la presencia y acción de Dios de la vida cristiana, no tiene sentido eliminar ese misterio pre-
omnipotente y misericordioso. cisamente cuando se realiza con mayor fuerza espiritual y rea-
La imagen de la santidad cristiana ha sido idealizada tanto lismo existencial.
por los naturalistas como por los "sobrenaturalistas". El santo El olvido de la muerte tiene fácil explicación en un plan-
37 teamiento idealizado o una experiencia ideal del "desarrollo",
Al tema he hecho referencia en el anterior cap. 11. Vale igualmente
y aún más directamente en perspectiva personal la bibliografía que allí citaba.
sin referencia al misterio esencial de Cristo muerto y resu-
Cf. L. DE CÁNDIDO, "Crisis", en Nuevo Diccionario de Espiritualidad, Madrid, citado. No se puede afirmar que la espiritualidad se ha desin-
1983, pp. 287-301. Este último asume y valora la crisis en toda su amplitud, teresado de la ancianidad con su apagamiento y penalidades.
riqueza y exigencia: bíblica, teológica, espiritual, psicológica, social. En este medio siglo, el tema de la vejez y la muerte se traía
586 CRECER EN CRISTO 5. VOCACIÓN Y PROYECTO PERSONAL 587

en espiritualidad, pero con carácter de consolación y de aliento, a la comunidad. "A cada uno lleva Dios por diferentes caminos,
sin integrar esas realidades en el itinerario continuado de la que apenas se hallará un espíritu que en la mitad del modo
santificación cristiana. Los autores no se atreven a colocarlas que lleva convenga con el modo del otro" 39.
sistemáticamente en el interior del proceso. Y resulta prove- Creaciones de la libertad. Frente a la gracia y a los esquemas
choso, ya que esta fase de experiencias fuertes pone en cuestión generales, la iniciativa individual es obligatoria, no sólo legí-
esquemas y procedimientos, ya que no se presta a interpre- tima. Tenemos un ejemplo en que lo hemos dicho de la oración
taciones de conveniencia. Tanto en la vida de Jesús como en eclesial y personal. En la misma oración comunitaria, aun usan-
la vida de Pablo, el final negativo no es paréntesis ni retroceso, do las mismas fórmulas y escuchando los mismos textos bíbli-
sino la coronación más apropiada de una existencia vivida ente- cos, cada uno lo vive, entiende y aplica desde su propia expe-
ramente en Dios y para Dios. De la glorificación no sabemos riencia, cultura y sensibilidad. Rezamos lo mismo, y seguimos
hablar con detalle hasta después 38. siendo orantes diferentes. La persona se incorpora plenamente
en la comunidad, pero no puede "abandonarse" a ella. Sigue
siendo individuo, potenciado en su amor, oración, sufrimientos;
5. Vocación y proyecto personal aun cuando los comparte y comunique con sus hermanos. El
espiritual cultiva vida personal en comunidad, y no solamente
Esquemas de itinerario y etapas, dinámica personal y comu- lleva vida de comunidad; y viceversa. Los excesos amenazan
nitaria, todo se mueve en plano de ideas y proyectos generales, por ambas partes: por evitar colectivismo, se queda sin comu-
adolece de imprecisión existencial. Dejan fuera los pasos de nidad; por luchar contra el individualismo, se queda sin per-
Dios en la vida de cada persona y el camino de cada uno hacia sonas, que son la fuente de toda creación vital y carisma efec-
Dios. Aún está por determinar el núcleo de la gracia voca- tiva en la comunidad.
cional, donde convergen todos los elementos de la dinámica
espiritual, y adonde sólo llegan el Espíritu y la libertad. La El problema comunidad-individuo a que me refiero ahora
mistagogía ofrece algunas orientaciones concretas, sin preten- no es el de vivir dentro o al margen de la ley común. Ese
siones de crear leyes generales para lo singular. Me limito a es un problema de menor importancia, frente a la grave res-
sugerir algunas líneas operativas, que cada uno pueda utilizar ponsabilidad que tiene cada persona vocacionada de recrear
en la forma y medida que juzgue más conveniente. Tocan situa- constantemente su vida y traducir observancias y tareas en res-
ciones y experiencias apremiantes del crecimiento personal. puesta diaria de servicio y santidad. Esta libertad no plantea
la alternativa de cumplir una ley o vivir al margen, sino en
llenar ese espacio amplio de obligaciones y posibilidades con
auténticos contenidos de amor, servicio, oración, sacrificio, que
Vocación personal lo sean de verdad. Observando de cerca la vida, los ideales
y experiencias de los santos, vemos que viven con espíritu
El plan salvífico de Dios, los caminos y medios, vicisitudes comunitario; y al mismo tiempo poseen un "mundo personal"
y experiencias de cada creyente tienen carácter eclesial e indi- riquísimo, que los mismos que comparten su carisma y comu-
vidual. Cada persona es única en su ser y vocación, con sin- nidad ni imaginan. La ley común ofrece espacios, ideales y
gularidades que afectan a todo su vivir y obrar: gracia y psi- rumbos, pero llenar o desperdiciar la propia vida lo hace cada
quismo, misión y tareas, trato y circunstancias, salud y cultura, uno con sus creaciones originales. Cada vida vocacionada es
todo ello influye en el proceso espiritual. Originalidad pro-
funda e íntima, que no implica aislamiento o autonomía frente 39
SAN JUAN DE LA CRUZ, Llama, 3,59. "Nadie fue ayer, / ni va hoy / ni
38
irá mañana / hacia Dios / por este camino / que voy yo. / Para cada hombre
G. DAVANZO, "Anciano", en NDE, pp. 65-71; AA. W . , Religiosos guarda / un rayo nuevo de luz el sol... / y un camino virgen / Dios" (León
ancianos, fruto del Evangelio: Vida Religiosa, 74 (1993), 241-320. Felipe).
588 CRECER EN CRISTO
5. VOCACIÓN Y PROYECTO PERSONAL 589

original; y la fidelidad al Espíritu le exige no solamente cumplir, fase de las personas frente a las nuevas situaciones culturales
sino además crear. y religiosas, y obliga a una constante actualización de capa-
Verificación existencial. El salto de las ideas y los libros a cidades, medios, respuestas. Con mayor razón se deja notar
la vida real y concreta es un paso decisivo en el nacimiento
esa urgencia en el ámbito de la espiritualidad, tan expuesta
y desarrollo de la vida espiritual. Experiencia desconcertante,
a todas las vibraciones de la historia y de la vida.
gozosa y dolorosa a la vez. Los autores espirituales hacen la
comparación: como pasar de lo pintado a lo vivo, de la foto- a) Vitalidad permanente. Es factor decisivo en la conti-
grafía a la persona. Experiencia gozosa, porque la realidad nos nuidad y ritmo de una vida espiritual. La vitalidad teologal
afecta en todo el ser, mientras la idea queda en noticia super- y psíquica es dato primordial, que se manifiesta en la solicitud
ficial. Dolorosa, porque la realidad es resistente y no se deja y cuidado, la vigilancia y diligencia en vivir y responder de
manipular. Al final de su experiencia dramática, Job le habla lleno a la gracia siempre nueva de la vocación y a los estímulos
al Señor: "Yo antes te conocía de oídas; mas ahora te han del Espíritu. Es rasgo distintivo de vida encaminada a santidad.
visto mis ojos" (Job 42,5). Eso mismo le sucede a la persona
Esta expresión quiere decir algo más que las fórmulas acos-
espiritual, en todos los elementos decisivos de su vida. Por
tumbrada: vocación vitalicia, profesión perpetua, compromiso
libros, noticias, observaciones de vidas ajenas, lo sabemos todo:
irrevocable, y similares. Significa que las vidas así configuradas
comunión con Jesucristo en persona, orar en vivo día a día,
humillación, amar al hermano, experiencias de cruz, enferme- conservan vivos el impulso y la motivación original a lo largo
dad, los gozos de la generosidad y el esfuerzo, la convivencia, de toda su trayectoria; y no solamente en el punto de arranque,
incluso la muerte, etc. dejando la continuación al peso de la inercia o a vinculaciones
legales.
Ahora pasa de la ciencia a la experiencia. Como dice san
Bernardo, los grados de la humildad son para subirlos, no para Cuando se habla de "perpetuidad" en ciertas vocaciones
contarlos. Aquí tropieza el espiritual con las realidades, que y compromisos para toda la vida, hay que distinguir entre
antes conocía "de oídas". En el primer conctacto, le parecen perpetuidad jurídica y perpetuidad espiritual. No basta com-
nuevas y desconcertantes; no se parecen a lo que sabía por prometerse y estar dentro de por vida. Es necesario que
lectura y meditación de la Biblia y de libros espirituales. efectivamente "la vida" misma se mantenga y desarrolle en
Todo esto está marcado por la originalidad, y lo estrena pleno vigor dentro de la vocación asumida y profesada. Sólo
cada uno como de principio, aunque nos instruyan sobre ellas cuando existe la vitalidad permanente se puede hablar de
los mismos que las han vivido intensamente. "Como yo pasé fidelidad espiritual, de profesión perpetua y de compromiso
tanto, he lástima a los que comienzan con solos libros, que vitalicio. Las vocaciones y formas de vida con carácter de
es cosa extraña cuan diferentemente se entiende de lo que perpetuidad están expuestas a quedar sostenidas en el aire
después de experimentado se ve" 40. por el grupo, la costumbre y el vínculo jurídico, sin vitalidad
personal.
En todas sus edades, la persona vive sucesiva y creativa-
Vitalidad permanente y formación continua mente el compromiso vocacional. Se habla de edades en la
vida espiritual, por analogía y sobre todo en sentido real. En
este segundo caso, las edades han servido para "comparar"
En ambientes espirituales y sociales se habla mucho de personas y grupos: los jóvenes, los ancianos, los de media edad.
"formación permanente". La rapidez de los cambios acumula Más importante que hacer comparaciones es marcar la cohe-
situaciones, experiencias, obligaciones; causa, desgaste y des- rencia y continuidad de una misma persona o un mismo grupo,
40
S. TERESA DE JESÚS, Vida, c. 13,12.
que vive las diferentes edades, asumiendo espiritualmente el
hecho de la propia temporalidad. Una misma persona vive su
590 CRECER EN CRISTO 5. VOCACIÓN Y PROYECTO PERSONAL 591

vocación y proyecto de vida en el dinamismo cambiante de con vocación, dones de gracia y naturaleza para realizar gran-
la fidelidad: juventud, adultez, edad avanzada, hora suprema41. des cosas por el Reino y quedan reducidas a una supervivencia
b) Formación continua. Para alimentar la vitalidad fiel y vulgar. Dios sabe y juzga en cada caso42.
permanente, y mantener o acelerar el ritmo, se introduce la
formación permanente. Supone lo anterior, ya que sin ello no
tiene eficacia. Se ofrecen los medios de la "formación per- Cansancio y desgaste en la vida espiritual
manente". Si falta la primera, la formación permanente se
reduce a información o actualización periódica en el campo El vivir espiritual, como el físico y psicológico, comporta
bíblico, teológico, espiritual, pastoral. Es decisivo, para todo al mismo tiempo desarrollo y desgaste. Esta experiencia se
programa de formación permanente, la "recepción formativa" manifiesta en dos formas o dimensiones: tibieza y cansancio.
de los medios que se ofrecen. Semejante recepción está carac- Son cosas muy diferentes, aunque presentan algunos rasgos
terizada por las cuatro notas de la "espiritualización integral": en común. Las trataré por separado.
convicción lúcida, amor y entrega, praxis comprometida, for- Hay una forma espiritual de cansancio: el de los hombres
mas concretas de realización. En todos estos pasos, la persona de Dios, que han trabajado y siguen creyendo y amando con
se siente interpelada y se deja cuestionar por el Espíritu desde toda verdad y pasión. Pero se deja sentir el desgaste, la mono-
su ser y vivir. Imposible comunicar formación permanente a tonía en la vida y convivencia, la oración, el apostolado, etc.
una persona que no recibe más que noticias, ideas y problemas. El cansancio es normal, la reacción en esas circunstancias es
lo que marca la continuación. Grandes figuras de santidad,
c) Ritmos de crecimiento. El "ritmo" es factor decisivo en
bíblicas y posteriores, las encontramos también en momentos
la valoración de la vida espiritual. El vivir que se limita a "so-
de cansancio: Moisés, Elias, san Pablo, etc. Espirituales de vida
brevivir". El ritmo señala el nivel de vitalidad y entrega que
ferviente, a cada paso 43.
alcanza la vocación. La vitalidad permanente lleva ritmo cons-
tante y duradero. Se puede caminar a paso lento, normal, ace- La persona humana está llamada a conquistar la madurez,
lerado; y también con retrasos y hasta retrocesos. Las dife- la integración de su potencial psicoafectivo e intelectual y la
rencias en el ritmo se aprecian fácilmente en las vidas: las hay armonía interpersonal y cósmica. Pero tanto su estructura pro-
de acelerados, intensos, sostenidos; hay también ritmos lentos funda como su quehacer en el mundo constituyen una fuente
de tibieza, lentísimos de gradual degeneración; por último, en incesante de conflictos, tensiones y frustraciones. Cultivar hoy
la vida espiritual es posible el fracaso y la degradación total. una vocación viva y experiencia espiritual de dinámica crecien-
No son especulaciones, sino fenómenos frecuentes y fácilmente te requiere buena dosis de realismo. Hay que contar con las
observables. ¿Es posible el "fracaso" en la vida espiritual? Se propias fuerzas y resistencias, con las ayudas y las resistencias
puede dar y se da con cierta frecuencia, a juzgar por las vici- que vienen de fuera. Se presentan en formas variadísimas y
situdes y riesgos que conocemos de la propia vida y lo que 42
M. BELLET, La vie spirituellepeut-elle etre un échec?: Christus, 13 (1966),
se puede observar. Fracaso no significa condenación, destruc- 147-160. No debemos ocultar esta dura realidad, velándola con el término
ción total, sino "mediocridad" de muchas vidas que contaban genérico de prueba o "crisis". Fracaso es en algunos casos la única palabra
exacta.
41 43
Cf. Vita consecrata, nn. 69-70. En el contexto de la vida consagrada J. MARTÍN VELASCO, El cansancio en la vida espiritual: Sal Terrae, 72
denomina juventud de espíritu a lo que llamamos vitalidad permanente: "Hay (1984), 843-854. El autor señala: a) Causas: la condición humana, etapa del
una juventud de espíritu que permanece en el tiempo y que tiene que ver camino hacia Dios, forma o ambiente inadecuados de existencia o de servicio,
con el hecho de que el individuo busca y encuentra en cada ciclo vital un la edad, b) Remedios y recursos: ver las cosas con sano realismo, paciencia,
cometido diverso que realizar, un modo específico de ser, de servir y de amar." fidelidad, fraternidad, oración. Id., La dimensión personal y espiritual de la
Se da una secuencia de pasos: inserción en la actividad apostólica, edad madu- Formación permanente: Sal Terrae, 69 (1981), 769-779; J. A. GARCÍA MONCM ,
ra, edad avanzada, con sus correspondientes riesgos: de rutina y desilusión, El desgaste psíquico, afectivo y relacional del hombre de Iglesia: Sal Terrae,
de autosuficiencia, de apagamiento, etc. 74 (1986), 311-324.
592 CRECER EN CRISTO 5. VOCACIÓN Y PROYECTO PERSONAL 593

en diferentes grados a lo largo de toda la vida. Una vocación "El esquema se refiere preferentemente a las crisis que
o proyecto que no cuente con ellas está destinada al fracaso sobrevienen a una persona en plenitud de vida vocacionada:
desde el mismo punto de partida. con un pasado de realizaciones válidas, el presente en con-
La "desvitalizción teologal" es efecto del cansancio, que diciones de proyectación y eficacia, capacidades y posibilidades
se convierte en degradación espiritual. Este fenómeno se mani- concretas de futuro fecundo. Estas condiciones van más allá
fiesta en la pérdida de visión de fe y de interés afectivo en de lo que suele llamarse crisis de "media edad" en sentido
lo que se refiere al misterio sobrenatural y a los valores espi- estricto. Mejor utilizar términos corrientes y síntomas de la
rituales. Se vuelve irreal e ininfluyente, como contenido espe- común experiencia. Evito terminologías elevadas, como "noche
cífico y como criterio de acción histórica, todo eso que lla- oscura", que el sujeto no reconoce fácilmente.
mamos "mundo sobrenatural". Puede uno seguir trabajando
1. Experiencia dura y oscura para el sujeto. En primer lugar
en el campo religioso, pero con el corazón viviendo fuera. El
presentamos la experiencia general, tal como la vive e inter-
interés se desplaza hacia formas compensatorias y gratifica-
preta el protagonista. Es el punto de partida, no solamente
ciones inmediatas. Sus manifestaciones son numerosas y bas-
por su realismo subjetivo, sino también por motivo teologal:
tante claras: a) Irreligiosidad: pérdida de visión sobrenatural
de esa manera está "sintiendo" la gracia y la vocación.
y de tener la propia existencia insertada en el misterio de Dios.
b) Temas y problemas: El mundo sobrenatural de realidades Síntomas y vivencia: desgana y pérdida de ilusión, descu-
espirituales vivas: Dios, Cristo, alianza, eucaristía, resurrección, brimiento de los propios errores, impotencia psíquica ante el
anuncio, formas de oración, etc., dejan de ser dones, gracias, mal y el desaliento que lo invade, cansancios en la fe, en la
presencia de Dios, compromisos de vida, para convertirse en afectividad, en el trabajo y la convivencia, derivación de la ener-
objeto de análisis, información y debate, c) Oficios y cargos: gía hacia nuevos horizontes y caminos.
forma de evasión que lleva a vivir sólo de cara al público, con Interpretación: además de constatar y sufrir la situación
la imagen de alguna función, d) Comunidad sustitutiva: vivir anímica, esboza una interpretación subjetiva de la misma,
del grupo, con el grupo, para el grupo, sin fe, amor, esperanza repartiendo culpas y responsabilidades: malicia de las personas,
verdaderamente personales. vaciedad de las cosas y pegas de la vida, culpa de las estructuras
y la mala formación, mala suerte, yo no tengo remedio.
Reacción espontánea que, tratándose de una persona en
Crisis personal: esquema operativo plena vida, comporta derivación de la energía bloqueada en
tres posibles direcciones: reasumir la propia vida y vocación
Ya conocemos el término, con su carácter agresivo, inter- en lucidez y humildad, entrar en jubilación anticipada dentro
pelante, cargado de consecuencias. Hace referencia a la vida de la misma estructura, cambiar de camino y probar emociones
teologal, seguimiento de Cristo, cruz y resurrección. Tiene tam- en otros mundos.
bién aspectos de riesgo y negatividad: esfuerzos y contrarie-
dades, desgaste y monotonía, frustraciones y sucesos que des- 2. Comprensión honda y objetiva. No es posible desde fue-
bordan la capacidad de comprensión y aceptación. Rasgos de ra experimentar lo que el sujeto siente y como lo siente él.
esta experiencia: oscuridad, desgana e impotencia. Se presenta En cambio, se pueden aportar luces de experiencia y sabiduría
en formas de mayor o menor amplitud y profundidad, en tono acumuladas, para que el sujeto mismo complete su propia
depresivo o agresivo. La hemos estudiado antes como fase visión y pueda recibir ayuda de otros. Para comprender y apli-
"normal" en el desarrollo de la vida humana y espiritual. Es car los remedios adecuados, distinguimos cuatro niveles:
la fragua de la fidelidad. Ahora añado un breve esquema ope- Psicológico. Influyen la edad, el cansancio físico y psíquico,
rativo que ayude a vivir la experiencia, interpretar su sentido la enfermedad, los disgustos; incluso el desgaste que conlkviin
y actuar con criterio y eficacia. la perseverancia en las cosas buenas, como la convivcnciu, el
5. VOCACIÓN Y PROYECTO PERSONAL 595
594 CRECER EN CRISTO

ejercicio de la caridad, la interioridad orante, la renuncia a 4. Frutos de vida nueva. Esta gracia-experiencia produce
ciertas gratificaciones, etc. frutos de vida y madurez. Algunos se aprecian ya mientras se
Sociológico. Cambios culturales y estructurales, que elimi- vive y otros lucen después.
nan modelos, valores, leyes, logros pasados, y dejan a la per- Identidad personal. Después de tantos sueños, modelos y
sona sin apoyos. Fenómeno muy influyente en el posconcilio. disfraces, la persona se encuentra a sí misma, tal y como es:
Pedagógico. Corte de la formación que queda reducida a con su gracia, psiquismo, dotes y defectos, vocación y posi-
los primeros años; mientras la vida, las penas y las respon- bilidades de hacer el bien. Humildad y realismo.
sabilidades se desarrollan a ritmo creciente. Todo ese material Regeneración vocacional. En algunos casos se sigue como
(psíquico y cultural) sobrevenido después de la síntesis juvenil un descubrimiento de la propia vida y vocación a nueva luz;
produce un grave y peligroso desfase.
a la vez que todo, Dios y el mundo, personas y cosas, el propio
Espiritual. Además y dentro de esos varios factores se ser y obrar, todo parece diferente, fruto de una nueva creación.
encuentra la nueva gracia con que el Espíritu trabaja a la per-
Gratuidad: fortaleza y fidelidad. Ha experimentado en vivo
sona y la lleva a visiones más hondas, esenciales, religiosas,
el misterio de la muerte y resurrección de Cristo, la mano de
hacia la entrega y disponibilidad a ser "instrumento vivo",
Dios. Comprueba que ha hecho o resistido más de lo que es
humilde y pobre en las manos del Señor.
capaz de hacer y resistir. Experiencia clara y reconfortante de
3. Actuación orgánica. No basta sufrir, comprender y diag- la Presencia.
nosticar la situación. Se necesitan actuaciones concretas e
inmediatas, en colaboración. Ni el sujeto se basta a sí mismo
para poner remedio, ni las ayudas de fuera obran eficacia sin Proyecto de vida
contar con él. He aquí algunos posibles pasos de colaboración
orgánica:
En esta secuencia de realidades se coloca y puede ser de
El sujeto mismo. Clarividencia y lucidez para darse cuenta uitilidad seguir un proyecto de vida espiritual sencillo, orde-
de que se encuentra mal, y no proyectar el malestar sobre per- nado y concreto. Responde a la originalidad de la gracia per-
sonas y valores objetivos; paciencia de procesos lentos, aper- sonal, ayuda a tomar conciencia de la misma y a encauzar el
tura. esfuerzo de la libertad en la misma dirección en que actúa
Ayuda informal. Ordinariamente el recurso primero y más la gracia. La vocación se convierte en proyecto de vida y lo
a mano es el amigo o la persona de confianza y madurez, que asume como gracia y empeño. Puede ser escrito, o también
escucha y acompaña, capaz de sintonizar, y también de rela- cordial o mental. No es introspección o complacencia de capa-
tivizar las ansiedades del sujeto; impone discreción y reserva, cidades y progresos, ni libro de cuentas con Dios. El proyecto
no actuar sin contar con el sujeto. es un medio de prudencia evangélica, de discernimiento de
Orientación vocacional y espiritual. Las crisis fuertes la gracia y exigencia del Espíritu, de administración fiel y pru-
remueven desde su base la vida de la persona, y hacen necesaria dente de los talentos recibidos. Se modifica al ritmo de la vida,
una reestructuración de conjunto. Lo puede hacer una persona las situaciones, los resultados.
experta, la dirección espiritual durante un cierto período. Hay una manera de idear el "plan de vida", como orde-
Ayuda oficial. En muchos casos se hacen necesarios medios nación de toda la jornada, sus actos religiosos y ocupaciones,
externos: tiempo de renovación, descanso, cambio de ambiente con variantes para cada día de la semana. No es eso lo que
o tarea, etc. Esto pueden hacerlo los superiores o personas aquí se propone. Se trata más bien de intensificación de sec-
que tienen la responsabilidad; es un recurso normal, sin esperar tores o dimensiones importantes de la propia vida, que por
a situaciones extremas. razón de abundancia o de carencias piden especial cultivo.
596 CRECER EN CRISTO 5. VOCACIÓN Y PROYECTO PERSONAL 597

Cada uno de esos núcleos centran el proyecto durante un tiem- rior, el impulso del Espíritu Santo que lleva a más y mejor;
po: semana, mes, etc. y también realidades vivas que necesitamos tener despiertas
La utilización del proyecto de vida requiere ciertas con- e influyentes en el corazón de la existencia: eucaristía, cruz,
diciones para su aprovechamiento. Hay personas de vida espi- misiones, fraternidad, paciencia, interioridad, piedad mariana.
ritual espontánea, que alimentan de actitudes teologales estí- 3. Punto focal. Determinar el sector y el punto concreto
mulos ambientales, más que de atención particularizada. Otros en que la gracia abre nuevos horizontes de crecimiento y de
tienden al control minuciosos de la vida y los procesos de la mayor fidelidad; o descubre entorpecimientos y desviaciones,
conciencia. Pueden servir algunas indicaciones: a) cuidar la que están paralizando la vida y vaciándola de fervor y con-
pobreza espiritual, evitando complacencia y controles obsesi- tenido teologal. Con ayuda del discernimiento y examen de
vos; b) atención a circunstancias y hechos, que no responden vida, observar los caminos que Dios señala con nuevas luces
a previsiones y menos aún a decisiones previas; c) flexibilidad y exigencias. Ese punto lo inspira el Señor y lo descubre cada
e inventiva: la solución no siempre se halla en la realización uno en su propia vida... Escogerlo bien entre las posibilidades
de métodos fijos y esquemas prefabricados; en la vida sobre- que se ofrecen, y mantenerlo como núcleo de convergencia
vienen voces del Espíritu y sucesos interpelantes fuera de toda de los varios componentes de la vida espiritual. Conviene man-
programación; d) la vida es para vivirla en amor de Dios, ser- tener un mismo núcleo atencional por un cierto tiempo: una
vicio de los hermanos: para hacerlo mejor, se utiliza el proyecto o varias semanas. Así da tiempo a que impregne el espíritu
y la introspección. He aquí una posible secuencia de elementos y la sensibilidad. Toda la jornada se ilumina y vivifica con un
para su elaboración personal. buen proyecto.
4. Con medios concretos. Hay que mantenerlo y alimen-
1. Llamada del Espíritu en situación. Todo proyecto que tarlo con medios espirituales y humanos: la presencia de Dios,
busque plenitud de vida prolonga gracia original y se organiza eucaristía, recogimiento; una imagen, lectura o frase repetida
en consonancia con la vocación recibida. Sólo dentro de esta y recordada. Entre los medios que ayuda eficazmente están:
vocación y fidelidad tiene sentido y fuerza el proyecto espi- a) una lectura adecuada, como un capítulo o escena fuerte
ritual. Hay que contar con la situación concreta, interior y exte- de la Biblia, o de algún otro autor, que se pueda repetir entera
rior, cuando se planifica mejorar espiritualmente las cosas. o parcialmente casi todos los días; b) alguna práctica externa
a) Es necesario hacer un "inventario" de capacidades y debi- concreta, que arraigue y configure la actitud espiritual también
lidades en el orden natural y sobrenatural, si se quiere trabajar en expresiones sensibles y concretas.
con realismo y garantía de continuidad, b) Es indispensable 5. Examen y revisión periódica. De cuando en cuando, una
también contar con las circunstancias favorables y desfavora- mirada detenida al objetivo, a los medios aplicados, a los resul-
bles en que uno lo tendrá que realizar. Tener en cuenta las tados. Examen de ser y vida, y también de eficacia. Tanto los
experiencias pasadas, positivas y negativas, en el mismo sector. resultados conseguidos como los fallos persistentes son motivo
2. Iluminación. El Espíritu ilumina y despierta la sensi- para dar gracias, pedir perdón, y seguir trabajando en la misma
bilidad frente a un misterio, gracia, aspecto de la vocación. línea.
Ilumina y apasiona. Hace descubrir aspectos de la vocación, 6. Callar y obrar. El proyecto espiritual debe ser operativo,
capacidades no desarrolladas, deformaciones que la destruyen. activo, perseverante, como cualidad básica de todo proyecto
En el dinamismo de una vocación, la obra del Espíritu exige espiritual. No queda en modo de pensar y leer nuevas ideas,
colaboración y cultivo. Este mismo cuidado especial hay que sentir y decidir. Todo se supone hecho en la primera fase y
aplicarlo no solamente a virtudes o defectos de la propia vida, continuado como recurso de apoyo. La función y la fuerza del
sino también a aspectos del misterio. La iluminación puede proyecto espiritual está en la acción concreta, repetida y fiel.
venir por diferentes caminos: inspiración interior, una carencia En las circunstancias de vida y de trabajo en que uno se encuen-
habitual o caída que pone en evidencia las raíces del mal inte- tra. Callar y obrar es la última palabra.
13
ASCESIS REGENERADORA

La ascesis cristiana forma parte de la dinámica espiritual,


don y exigencia del Espíritu. Aporta disposiciones y colabo-
ración a la gracia que sana y regenera, devolviéndole lo más
específicamente suyo: la libertad de los hijos de Dios. Unifica
y reorienta el ser y las energías: vida y existencia, cuerpo y
alma, espíritu y sensibilidad. No está su fuerza y brillo en lo
que deja, sino en lo que demuestra poseer y en la calidad de
persona, vida y acción que produce. Encontramos personas
auténticas, libres, generosas, que dan la verdadera imagen cris-
tiana de eso que pobremente se ha denominado "ascesis". Es
uno de los ingredientes de la plenitud cristiana y humana que
llamamos santidad. "Para comprender la ascesis, es necesario
verla vivida por los santos y las grandes almas en la unidad,
la fuerza y el encanto de sus personalidades" 1.
Es factor constante y tema tradicional en teología espiritual.
Ha sufrido variaciones de perspectiva y medios, por efecto de
las culturas y de las diferentes funciones que se le han asignado.
La exaltación autónoma y excesiva la ha llevado al aislamiento
y la marginación. Queda descolgada de la vida teologal, y ali-
mentada por una volitividad heroica sin valores espirituales.
El binomio "ascética y mística", repetido sin control ni refle-
xión ha contribuido al empobrecimiento teologal de la ascesis.
A la ascesis le corresponde siempre el papel de esfuerzo y
renuncia, sin precisar mucho el motivo y la calidad de esa acti-
tud: esfuerzo ascético y gracia mística; período de iniciación
ascética y período de madurez mística, mortificación ascética
1
A. LÉONARD, en AA. VV., L'ascése chrétienne et l'homme contemporuin,
Paris, 1951, p. 119.
600 ASCESIS REGENERADORA 1. ASCESIS CRISTIANA 601

y resurrección mística. En realidad se compenetran: hay caris- debe quedarse en las "premisas", analizando las carencias psi-
mas del Espíritu y pasividades místicas, que comportan alta cológicas y teológicas de otro tiempo. Esa tarea resulta cómoda
exigencia ascética; y formas de ascesis que delatan plenitudes para historiadores, teólogos y maestros. En cambio, pocos
de gracia y comunión. demuestran sabiduría, experiencia y eficacia para encontrar el
Tres conexiones le dan brillo y eficacia en la espiritualidad secreto y los medios de su eficacia actual. De los siete grados
cristiana. La primera es el "amor total", la comunión y entrega de humildad dice san Bernardo: son para subirlos, no para
incondicional: amarás a Dios con todo. De esta deriva la segun- contarlos. No termina la ascesis de encontrar su puesto y fun-
da, que es el seguimiento evangélico; posponer todo y tomar ción en la espiritualidad cristiana. Muchos antiguos se perdie-
la cruz de Jesús. Viene en tercer lugar la condición humana ron en la práctica irreflexiva; los modernos en la reflexión
de pecado arraigado y de esclavitud persistente, con raíces de inoperante 3 .
egoísmo, resistencias, incoherencias, que paralizan el desarro-
1. Ascesis cristiana.
llo de la caridad, de la oración, del servicio. Por último, encuen- 2. Misterio de cruz y resurrección.
tra su culminación en la alegría cristiana ya ahora y aquí, expre- 3. Ascesis para crecer.
sión de la nueva vida y la libertad en Cristo. De todo ello 4. Mortificación: amor y renuncia.
se hablará en las páginas siguientes. 5. Alegría cristiana.
En la sensibilidad espiritual contemporánea provoca repul-
sa afectiva y desconcierto intelectual. Influyen diversos moti-
vos: expresiones históricas inadecuadas, incomprensión de su 1. Ascesis cristiana
verdadero sentido y función teologales, ausencia de valores y
proyectos de vida capaces de provocar opciones y sacrificios, Diferentes vocablos se utilizan para designar integral o par-
insensibilidad frente al pecado, cegueras y egoísmos. Más que cialmente esta verdad: ascética, ascesis, penitencia, renuncia,
las deficiencias de la herencia histórica, es la falta de conte- método y disciplina, mortificación. Conviene conservarlos
nidos teologales lo que más perjudica a la ascesis, en la historia todos, ya que corresponden a diferentes aspectos de la realidad
y en la actualidad. compleja y a diferentes perspectivas de análisis. Contribuyen
Por otra parte, demuestra eficacia comprobada y hay seña- a dar un poco de luz sobre esta compleja realidad. El lenguaje
les de recuperación, al menos en algunos aspectos y situacio- tiene importancia e influencia en este caso. Algunos de los
nes: el misterio de la vida, muerte, resurrección de Cristo; exi- términos que hoy utilizamos comúnmente no existían en la
gencias que acompañan la vida y vocación de las personas; antigüedad; y varios de los que utilizaban no tenían en otro
contacto con la desgracia, privación, pobreza extremas y gene- tiempo la connotación negativa que luego han adquirido. En
ralizadas; hambre de trascendencia, interioridad y libertad el siglo xvi español, por ejemplo, aún no están en uso "educar"
frente a la tiranía del consumismo 2. e "integrar", que tan buenos servicios nos prestan ahora. El
Organizar toda esta riqueza de Biblia, teología, experiencia 3
y doctrina espiritual en un solo capítulo resulta difícil. Intentaré J. D. GAITÁN y J. M. GARCÍA ROJO, Hacia una purificación de la ascesis
cristiana: RevEspir, 36 (1977), 435-447 (bibl. de los años 1970-1977); M. LLA-
esbozar una síntesis doctrinal y operativa. Si en todos los temas NERA, Ascesis cristiana y humanismo: TeolEspir, 7 (1963), 283-390; A. BAN-
de espiritualidad es importante llegar a la praxis y a los hechos, DERA, Caridad y abnegación cristiana en la vida de la iglesia según el Vaticano II:
esta necesidad se reduplica cuando hablamos de ascesis. No TeolEspir, 10 (1966), 323-353; 11 (1967), 91-116; H. WENNINK, L'ascesi nella
Bibbia, Roma, 1968; V. MARCOZZI, Ascesi e psiche, Brescia, 1963 (bibl.
2
Tres documentos del Magisterio pontificio se han ocupado de esta rea- pp. 343-352); AA. VV., L'ascése chrétienne et l'homme contemporain, par une
lidad, en diferente perspectiva: Pablo VI, Paenitemini, sobre la penitencia equipe de théologiens et de médecinspsychiatres, Paris, 1951; L. COONET, L'as-
(1966); del mismo, Gaudete in Domino, sobre la alegría cristiana (1975); Juan cése chrétienne, Paris, 1967; A. MOTTE, La vie spirituelle dans la condition char-
Pablo II, Doloris salvifici, sobre el sufrimiento (1984). nelle, Paris, 1968, pp. 85-107; AA. VV., L'Ascése: Christus, 22 (1975), 1-1 17.
602 ASCESIS REGENERADORA 1. ASCESIS CRISTIANA 603

significado concreto de los términos utilizados depende en defi- sis como potenciamiento de energías físicas, psíquicas y espi-
nitiva de autores, perspectivas, experiencias e intenciones. rituales; y en función del desarrollo vienen las privaciones. Sin
entrar en la exégesis del texto paulino, el esquema ayuda a
entender dos cosas: 1) los dos aspectos de la anterior definición
Definición: método y renuncia son dos momentos o movimientos de la misma ascesis y actúan
en armonía y colaboración para el mismo fin del crecimiento;
Una definición o descripción inicial sirve de base para orga- 2) el "desarrollo" ocupa el primer lugar como objetivo y des-
nizar la materia. A partir de ella, será posible presentar historia pliegue; la "renuncia" interviene como refuerzo para completar
y doctrina, corregir deformaciones que se puedan detectar y la concentración de energías en el proyecto de perfección ele-
señalar medios para su aplicación concreta. Hay libertad en gido. El atleta a que alude san Pablo "se ejercita" en la carrera
el uso de los términos. En general, los autores respetan la dife- y "se abstiene" de todo lo que pueda restarle energías: comidas,
rencia y utilizan ascética y ascesis para indicar dos modalidades placeres, comodidades, etc. Necesita "liberar" y concentrar
de esta misma realidad. todas sus energías latentes.
No todos se atienen a estos matices en el uso de los tér-
Ascética (sentido amplio): Esfuerzo metódico y continuado, minos. Se utilizan ambos términos para designar los dos aspec-
con ayuda de la gracia, para favorecer el pleno desarrollo de tos, o indiferentemente uno u otro. El peligro está en que
la vida espiritual, aplicando medios y superando obstáculos. "mortificación" predomine y termine acaparando el significado
Aquí actúan y se organizan los diferentes medios y prácticas
de la ascesis cristiana. Lo importante es mantener vivos y acti-
de la vida espiritual: oración, penitencia, retiro, examen de
conciencia, dirección espiritual, uso de los sacramentos. Como vos los dos significados: empeño y método, renuncia y abne-
también el uso de métodos, proyectos, disciplina interior, para gación. La integración de ambos no solamente conserva la
el mejor aprovechamiento de la gracia y de los medios. Este mejor tradición espiritual, sino sobre todo responde a exigen-
sentido amplio es el que normalmente lleva la palabra, cuando cias inseparables del misterio cristiano: amor y cruz. Con uno
se encuentra en el título de manuales, o se contrapone a mís- u otro término, la realidad a que ahora aludimos implica esa
tica . doble dimensión. Además, compenetradas. No es casual que
Ascesis (sentido restringido): Ejercicios mortificantes, apli- ambos dinamismos, de lanzamiento y de eliminación, vayan
cados directamente a eliminar vicios, dominar y reencauzar ten- juntos en una misma palabra, ya que forman parte de la misma
dencias desordenadas, robustecer la libertad dañada o perdida. realidad. Este doble mecanismo lo encontramos en el misterio
Es lo que normalmente se expresa en términos de: abnegación, de Cristo, como veremos posteriormente: muerte y resurrec-
mortificación, penitencia, renuncia.
ción, el que me siga a mí deje todo, rompa toda ligadura y
venga conmigo. Lo encontramos en las virtudes teologales: al
El vocablo "ascesis", en su sentido original precristiano, unir, crean ruptura, y al romper, crean unión. Es también ley
significa ejercicio exigente y sistemático, ordenado a desarro- del itinerario místico, que la luz provoca oscuridad, la palabra
llar las capacidades físicas y psíquicas; para favorecer el poten- silencio, la posesión vacío. Esa misma dialéctica de concen-
ciamiento de las energías, se añade la privación o renuncia tración y eliminación la encontramos fuera del cristianismo,
a todo aquello que pueda impedir o limitar el desarrollo: cier- en contexto religioso o filosófico.
tos alimentos, bebidas, placeres, comodidades, etc. El que corre
en el estadio o se prepara para la lucha se abstiene de todo
lo que puede restarle fuerzas. Yo no quiero correr y luchar
Regeneración de la ascesis
a la ventura, sino que me preparo, castigo mi cuerpo y lo sujeto
a mis proyectos (ICor 9,24-27). "Cuerpo" incluye toda la per- Una serie de datos y actitudes ayudan a restaurar la ascesis
sona en su condición corporal. Pero da bien el sentido de asce- en su significado cristiano y eficacia pedagógica. En esta linca
604 ASCESIS REGENERADORA 1. ASCESIS CRISTIANA 605

deben desarrollarse los proyectos y las prácticas. La ascesis vación teórica y abstracta, de ideas y planteamientos; pero esca-
cristiana ayuda a regenerar todo; pero es ella la primera que sa creatividad real en cuanto a formas expresivas y eficaces.
necesita ser regenerada. Cinco anotaciones ayudan a la com- En este aspectos los espirituales antiguos han sido, dentro de
prensión y aplicación. su mentalidad, más creativos. Aún mantienen vigencia sustan-
cial muchas de sus creaciones.
Enfoque teologal. No se refiere únicamente al motivo y el Con perspectiva y función. La ascesis incorporada recibe
modo de practicarla. Se trata de descubrir el sentido global modalidades y motivaciones de la función concreta a que quie-
de toda ascesis cristiana, llevada en el sentido de la conversión re responder. Es maleable. No suele la conciencia eclesial per-
evangélica ("metánoia"). Convertios a creer, o porque ya se cibir simultáneamente todos los aspectos. Destaca uno u otro
os dio la luz de la fe. El significado primordial le viene de según experiencia o según urgencias. Como manifestaciones
la fe (ha llegado el Reino de Dios, Cristo en persona), el amor históricas, se habla de ascesis moral, ascesis mística, ascesis cul-
(a Dios que da y exige), la esperanza (con libertad y perspectiva tual. La cualificación le viene de los objetivos que se proponga:
escatológica)4. conseguir la rectitud ética, alcanzar la unión con lo divino, puri-
Experiencia y ejercicio incorporados. Es inherente y debe ir ficarse para el gesto religioso del culto 5 .
insertada en valores y servicios vocacionales. No se practica Integración, más que represión. Dentro del concepto y ejer-
por sí misma, sino que forma parte íntima de elección voca- cicio de la renuncia, caben diferentes matices. La psicología
cional. "A los que creen en la caridad divina, Jesucristo les insiste en cuidar la perspectiva: la "integración" indica que las
da la certeza de que abrir a todos los hombres los caminos energías se conservan, purifican, reorientan; la "represión"
del amor y esforzarse por instaurar la fraternidad universal acentúa el freno impuesto a la tendencia desviada, sin apuntar
no son cosas inútiles... El, sufriendo la muerte por todos noso- a nuevos valores y horizontes. Las aportaciones de la psicología
tros, pecadores, nos enseña con su ejemplo a llevar la cruz moderna aportan un buen correctivo a la ascesis de mera
que la carne y el mundo echan sobre los hombros de quienes renuncia. Pero no es competencia de la psicología marcar el
buscan la paz y la justicia" (GS 38). Y sigue: despierta, alienta, centro teologal y lanzar al cristiano hacia él 6 .
purifica, robustece los deseos y propósitos de mejorar. Como
vimos en la vida de Jesús, también sucede con el discípulo,
que encuentra la cruz en el ejercicio de la caridad, de la misión, Historia: ideas y prácticas
de vivir y anunciar el evangelio.
Espiritualización integral. Es un principio de mistagogía ya Repasar la historia ofrece doble ventaja: experiencias y
explicado (c. 1,5). En la historia de la ascesis se advierte la sabiduría de gran calidad y utilidad. Y también escarmientos
carencia. Prácticas de penitencia sin conversión de la mente y lecciones de lo que no se debe repetir o continuar. A las
y el corazón. Sentimientos o ideas penitenciales, que no se deficiencias de nuestros antepasados se añade nuestra inca-
traducen en gestos concretos de ruptura, cambio de vida; es pacidad e insensibilidad para leer e interpretar hechos y sen-
lo que sucede actualmente. Hay muchas propuestas de reno- timientos de épocas anteriores. Ambas cosas han contribuido
4
a crear distancias, lastre penoso que arrastramos, y además
La renuncia cristiana es fundamentalmente teologal, fruto de amor con- proclamamos como si fuera "triunfo". En temas de vida, la
centrado. Más que la intención mortificante, lo que le mueve es el amor
concentrado en la búsqueda o la posesión de algo o de alguien que te absorbe sola crítica nunca es un triunfo.
y plenifica. Prescinde de todo lo demás, que no sirve para su propósito central:
5
"El que anda de veras enamorado, luego se deja perder a todo lo demás Cf. A. AUER, "Valeur, sens et diverses formes de l'ascése", en AA. VV.,
por ganarse más en aquello que ama". SAN JUAN DE LA CRUZ, Cántico espiritual, Lafoiau creuset, Sherbroke, 1971, pp. 256-259.
6
29,10. Cf. F. Ruiz SALVADOR, Introducción a san Juan de la Cruz, Madrid, R. ZAVALLONI, Le strutture umane della vita spirituale, Brescia, 1971,
1968, pp. 47 ss. y 414 ss. p. 293.
606 ASCESIS REGENERADORA 2. MISTERIO DE CRUZ Y RESURRECCIÓN 607

Un tema que requiere para su tratamiento sensibilidad exagerado el trabajo; como reacción viene la tendencia a pro-
espiritual y "ecumenismo histórico" 7. longar el coro (misas, preces y oficios) para dejar menos tiempo
Las épocas históricas llevan sus propios instrumentos de al trabajo manual, que se ha hecho pesado. 3. Se institucio-
autocomprensión. Sus gestos responden a cultura, mentalidad, naliza la costumbre de soledad periódica: los reclusos que se
motivaciones correspondientes. Para entender el gesto y su aislan por completo. Dejan una ventana para dar consejos espi-
valoración, hay que colocarse en ese contexto global ideas- rituales y recibir comida. 4. Se introducen: la disciplina, el cili-
motivaciones-gestos. Cómo entender, ambientar, aprovechar, cio, las peregrinaciones. 5. Se da sentido nuevo a las mismas
sugerir positivo y negativo para hoy: hechos y contextos, inter- prácticas: conformarse a Jesucristo pobre, humillado, crucifi-
pretaciones, aprovechamiento y escarmiento como lección de cado. 6. Se sigue valorando el trabajo manual como penitencia.
las pasadas experiencias. Está por escribir una historia de la Los mendicantes, en especial los dominicos, empiezan a con-
ascesis con criterios de sensibilidad teológica y espiritual. siderar el estudio como forma de trabajo y de ascesis, por sus
De los estudios que se han hecho podemos extraer algunas exigencias y dureza. 7. La mundanización de ciertos sectores
indicaciones o conclusiones generales, hechas por autores que de la iglesia trae como consecuencia la reacción ascética extre-
han estudiado la evolución en diferentes épocas: época patrís- mista de otros: fraticelos, disciplinantes.
tica, Edad Media y Edad moderna. Se apuntan los principales Edad Moderna. 1. Hereda las formas de la Edad Media;
componentes y sus líneas de desarrollo. Se trata de un esque- acentúa el valor absoluto del sufrimiento o dolor, en confor-
ma, ya que la realidad es mucho más compleja e interesante 8. mación con Cristo. 2. Se deja sentir en algunos ambientes el
humanismo, tendencia a armonizar la vida espiritual y la ascesis
Época patrística. 1. Se acentúa en general la huida del mun- con las exigencias de la vida y del ambiente: viven con Dios
do; nada encontramos que se parezca a la preocupación con- y con el mundo, sin sentir el contraste. 3. La desconfianza de
temporánea por la consagración del mundo. 2. Concreción físi- los jansenistas frente a la naturaleza humana ha contribuido
ca y material de esta ascesis: la actitud espiritual debe reflejarse a reanimar antiguas prácticas de penitencia; no ha creado nue-
en renuncias materiales; sólo entonces se considera real. 3. El vos procedimientos. 4. La devoción al S. Corazón da nuevo
objetivo que se persigue es la liberación del alma; no buscan vigor al sentido del sufrimiento, añadiendo a la imitación de
ni valoran el sufrimiento en sí mismo o en perspectiva mística. Cristo el valor particular de expiación. 5. Se acentúan los aspec-
4. Toman el trabajo material como complemento de su actitud tos psicológicos, que llevan a examinar y mortificar todos los
de huida del mundo. Así logran equilibrio, y no caen en el movimientos del ánimo, aun los más menudos.
espiritualismo exacerbado. 5. Completan la penitencia sacra-
mental con ayuno y abstinencia, flagelación, vigilias.
Edad Media. 1. La regla y la observancia de la vida monás- 2. Misterio de cruz y resurrección
tica son ya de por sí una mortificación. San Benito mantiene
El estudio de las nociones y de la historia señalan el camino
el equilibrio sabiendo que hay en la vida normal muchos ele-
para continuar la investigación. Ambas pistas, noción e historia,
mentos mortificantes. 2. Las reformas de Cluny y otras han
remiten al evangelio, a la vida y la palabra de Jesús. Es misterio
7
Resultaría interesante confrontar dos visiones: la de quienes la vivieron, de amor y entrega, de muerte y vida, de cruz y resurrección.
y la de quienes la juzgan: a) la historia de la ascesis cristiana contextualizada El repaso de la historia demuestra que es necesario recurrir
en su cultura, teología y sensibilidad espiritual; b) y al lado, los juicios de a la fuente bíblica, no en plan de reducción, sino como criterio
autores de nuestro tiempo que se pronuncian sobre los antiguos hechos, valo- para discernir los desarrollos auténticos de las ramificaciones
res, motivaciones y prácticas. que conviene eliminar.
8
Cf. "L'ascése chrétienne", Paris, 1951; L. BOUYER, L'ascése de l'époque
patristique, pp. 31-46; F. PETIT, L'ascése au Moyen-Age, pp. 47-69; L. COGNET, La referencia primordial es el misterio de Jesucristo en su
L'ascése chrétienne en France du xviie au xvnie siécle, pp. 71-92. totalidad. No solamente muerte y resurrección, sino su vida
608 ASCESIS REGENERADORA 2. MISTERIO DE CRUZ Y RESURRECCIÓN 609

entera, que prolonga en la existencia el misterio primordial. casa fija, etc. Ha venido al mundo para anunciar el Reino de
Lo prolongamos en la experiencia de san Pablo, del cristiano Dios: no para arreglar la política o la economía del pueblo
y de la iglesia comunidad. Este apartado ofrece una serie de de Israel, sino para predicar y poner en marcha el reino de
datos sobre el misterio de Cristo y la condición religiosa y su Padre. Rechaza manejos de personas para hacerle rey; ten-
humana del cristiano, que sirven de base a la explicación teo- taciones del demonio para rodearle de posesiones, gustos y
lógica, espiritual y pedagógica de todo el capítulo 9. honores.
c) Inflexible a las amenazas. No se retrae de su vocación
y proyecto por temores, amenazas, sufrimientos y disgustos,
Experiencias y enseñanzas de Jesús que le acarrea constantemente esa misión. Sufre el abandono
de amigos y seguidores, defraudados por su mensaje divino
La vida de Jesucristo encarna con frescor y originalidad
y desencarnado; pero no cede, ni cambia. Sufre al ver sufrir
los componentes de lo que hoy recibe el nombre de ascesis
necesidades que pudiera remediar multiplicando los milagros
u otros similares. Cruz y resurrección van incorporadas a toda
su existencia, no como prácticas aisladas o desenlace final. Es y los campos de su intervención. Ve venir la muerte, el repro-
camino de cruz y de luz al mismo tiempo. Algunos rasgos des- che, el insulto. Sigue su camino, sufriente e inflexible. Es real-
tacan con evidencia inmediata. Los señalo esquemáticamente, mente un hombre con ideal de amor y servicio, que asume
a veces en forma de alusiones, por ser materialmente ya cono- las penalidades que esa misión comporta, provenientes del
cidos: ambiente hostil o indiferente: persecuciones, calumnias, trai-
ción, abandono. Siente la repugnancia íntima de la naturaleza
a) Existencia vocacionada. La vida de Jesús recibe ple- y de la propia sensibilidad frente al sufrimiento físico y moral
nitud de sentido en la misión del Padre. En ese marco de amor de la pasión. Pero no se arredra ni desiste. Decide con firmeza
y de servicio se coloca su espíritu de amor, entrega, sacrificio ir a Jerusalén (Le 9,51).
y sobriedad de vida. Enviado por el Padre para la salvación d) Vida social y sobria. En su comportamiento humano
de los hombres, se dedica a ello con todo el ser, alma y vida. hace uso normal de los medios a disposición. Convive en trato
El gesto final de la cruz es la manifestación extrema de esa y confianza, le atienden en algunos desplazamientos las pia-
entrega que le ha sido habitual durante toda la existencia. La dosas mujeres, come y bebe normalmente, acepta invitaciones
conciencia viva y clara de su misión concentra todo su vivir a banquetes como forma de convivencia y diálogo distendido,
en unidad y coherencia. incluso con los fariseos. Esto entra en su estilo de relaciones,
b) Impasible a los halagos. Coherente con la misión y cuando le ofrece ocasiones de anunciar el evangelio. Se priva
opción vocacionales, se mantiene centrado en su servicio y con frecuencia de comida y sueño, si hay de por medio otras
libertad. No se desvía ni detiene en su camino por esperanzas, tareas más importantes que le absorben. No tiene casa fija,
halagos, solicitaciones, elogios de las personas que le proponen ni dónde reclinar su cabeza; pide prestada la barca para atra-
diferentes proyectos: rey terreno, taumaturgo, maestro con vesar el lago. Embebido en el diálogo con la samaritana, olvida
9
la hora y las ganas de comer: "Mi alimento es hacer la voluntad
Bibliografía clasificada en J. D. GAITÁN y J. M. GARCÍA ROJO, Teología del que me envió y acabar su obra" (Jn 4,34). No sólo de pan
de la cruz y ascesis cristiana: Comunidades (enero-marzo 1978), "Fichero de
materias", n, 14, p . 18. Cf. B. RINALDI, Studio bibliográfico su il Mistero Pas-
vive el hombre.
quale: Scuola Cattolica, Suppl. bibl. (1971), n. 2, pp. 115-143; id., La presenza e) Libre para servir a todos. A lo largo de toda su exis-
della Croce nell'Epistola ai Galati: Scuola Cattolica, 100 (1972), 16-47; id.,
Che cosa si intende per "presenza della Croce" nella vita cristiana secondo la
tencia, aun antes de morir, Jesús ha ya resucitado a vida nueva.
letteratura moderna: Scuola Catt. Suppl. bibl., 1 (1972), pp. 3-36. Síntesis com- Ha muerto ya al mundo y a sí mismo, vive y obra en otra
pleta en el libro de M. FLICK y Z. ALSZEGHY, II mistero della croce. Saggio esfera de valores y luces: la gloria de Dios. Tiene la conciencia
di teología contemporánea, Brescia, 1978 (bibl. en pp. 441-461). viva de una misión del Padre, que él ha convertido en proyecto
610 ASCESIS REGENERADORA 2. MISTERIO DE CRUZ Y RESURRECCIÓN 611

total de existencia. Vive de ello y para ello solo. Esa conciencia Ha vivido una conversión radical, un cambio de valores y de
acaba creándole una psicología concentrada; y la psicología rumbo. Apóstol por vocación, con dedicación total y exclusiva,
da lugar a un comportamiento coherente. Esta es la expresión interior y exterior.
de una actitud universal y constante. Vive en dedicación plena El misterio de la muerte y resurrección de Cristo serán
a su misión de servicio y de amor. No pudiendo dialogar de su principio de conformación, contenido del anuncio y estilo
día espaciosamente con el Padre, se queda gran parte de la de vida. No quiere saber nada de sus méritos en el judaismo:
noche en oración. Revive o prepara en la oración los momentos por Jesucristo todo lo sacrifiqué y lo reputo basura, para cono-
significativos de su obra. Se deja interrumpir el descanso o cerle a El y el poder de su resurrección y la participación en
la soledad ansiada por requerimientos importunos de la sus padecimientos, conformándome a El en la muerte, por si
muchedumbre. Ha venido a servir, a curar, a salvar, y no se logro alcanzar la resurrección de los muertos (Flp 3). No es
rehusa a nadie. solamente vida personal. Es también contenido central, mejor
f) Vida y muerte de cruz. En la vida de Jesús, la cruz dicho, único de su predicación, aun consciente de las reacciones
tiene sentido muy concreto, material: indica el hecho final de que provoca (ICor 2).
morir crucificado. Instrumento de amor, de dolor, de salvación. El primero es la asimilación al misterio de Cristo, norma
Ha declarado el sentido de ese gesto incomprensible: se explica primera del cristiano. Cristo, siendo Dios, se anonadó hasta
por el amor. "Nadie tiene amor mayor que el que da su vida la muerte de cruz; por eso Dios le resucitó y le dio poder
por sus amigos" (Jn 15,13). El que da la vida a Dios y a los absoluto en el cielo y en la tierra (Flp 2). Pablo lleva sus sufri-
hombres lo da todo, irrevocablemente, sin intereses creados. mientos, con ánimo de completar y prolongar los sufrimientos
La muerte de amor en cruz es un acontecimiento previsto y
de Cristo a favor de la iglesia (Col 1,24). Le trabaja por dentro
previvido, que llena su vida desde mucho antes: "Les enseñaba
la antítesis muerte-vida: "... llevando siempre en el cuerpo la
cómo era preciso que el Hijo del hombre padeciese mucho
mortificación de Jesús, para que la vida de Jesús se manifieste
y que fuese rechazado..., y que fuese muerto y resucitase des-
pués de tres días. Claramente les hablaba de esto" en nuestro cuerpo. Mientras vivimos, estamos siempre entre-
(Me 8,31-32). La cruz, aun vista del lado de acá, es el máximo gados a la muerte por amor de Jesús, para que la vida de
triunfo del amor: vive ya en otro mundo de valores, de pre- Jesús se manifieste también en nuestra carne mortal" (2Cor
sencias y de comunión. 4,10-11).
El peso de la concupiscencia. Otra variante que nos interesa
a los seguidores es la que se encuentra en la carta a los Roma-
nos, ce. 6-8. Por la inserción al misterio de la muerte y resurrec-
San Pablo: apóstol incondicional ción de Cristo en el bautismo, el cristiano entra en un proceso
lento y doloroso de transformación interna. Dios lo hace en
San Pablo realiza y desarrolla con abundancia de experien- un momento sacramental. La asimilación en cambio sigue las
cia y doctrina el modelo que acabamos de presentar en Jesús. vicisitudes de la vida humana, y encuentra en su trayectoria
Su estilo de vida y entrega, amor y tribulaciones, es herencia
un penoso dualismo en lo íntimo del ser redimido: la ley de
común a todos los Apóstoles, como se ve en las narraciones
la carne y del pecado, la ley del espíritu y de la gracia. Requiere
de Hechos. Sin embargo, es san Pablo quien mejor lo realiza
largo esfuerzo y generosas renuncias para que la vida nueva
y expone.
se desarrolle.
Conversión. Es una variante que no encontramos en la vida Muero a diario. El apostolado es fuente y motivación honda
de Jesús, y que adquiere gran relieve en la vida de sus segui- de su cruz. En él tiene ocasión de comprobar dolorosamente
dores. Es más que simple gesto. Es un cambio de valores, de su debilidad (2Cor 12,7-10). "Muero a diario" (ICor 15,31).
persona, de criterios y amores y proyectos de vida y trabajo. La mayor parte de sus privaciones físicas y morales, de los
612 ASCESIS REGENERADORA
2. MISTERIO DE CRUZ Y RESURRECCIÓN 613

tormentos nacen de su ministerio: azotes, persecuciones, cár-


las renuncias pasivas. En general, la visión evangélica es incom-
celes, hambre y sed, humillaciones (cf. las listas de 2Cor 6,3-10; parablemente más rica de elementos y perspectivas: comunión
11,23-33). Renuncias por el evangelio. El mismo se impone con Cristo, entrega y fortaleza en el servicio del Reino, exi-
renuncias para no crear dificultad al evangelio (ICor 8-9; Rom gencias de la caridad fraterna, etc.
14). Aun cuando tenga derecho a usar de las cosas, se priva
Vocacionada. Resalta mucho este rasgo: sentido de voca-
de ellas por el bien del hermano que de otro modo se escan- ción, entrega al servicio, fortaleza frente a los sufrimientos que
dalizaría. No puede un apóstol permitirse el lujo de arruinar conlleva la vida, el servicio, las resistencias de fuera y dentro.
una sola alma por la que Cristo ha muerto, para cumplir o El seguimiento, el anuncio del evangelio, las debilidades, mar-
salvar el derecho a una comodidad o libertad personal. "Si ginaciones y calumnias inherentes. Las exigencias que conlleva
por comer yo carne legítimamente se escandaliza sin motivo el seguimiento son pasos concretos de mayor fidelidad y
uno de mis hermanos, no comeré carne en toda mi vida" desarrollo vocacional, no simples ejercicios repetidos una y otra
(ICor 8,13). vez. Las renuncias forman parte de una vida y vocación en
Sabiduría de la cruz. Esta larga serie de hechos y expe- crecimiento. Mortificad el pecado, vivid conforme a lo que ya
riencias fuertes en la vida de Jesús y de sus seguidores son sois. En forma de tensión: hacerse lo que ya sois. Y coherencia:
más que incidentes históricos. Se trata de un plan deliberado vivir conforme a lo que habéis recibido.
que Dios realiza en su Hijo y los que le siguen: salvar por Integral. Actúa simultáneamente en todos los planos: teo-
el amor y la debilidad. Es la "sabiduría de Dios". No le impre- logal, moral, psíquico, físico, personal, de relaciones. Las deci-
siona el rechazo de los hombres y de las culturas, porque está siones de seguir a Jesús, dejar la familia, dejar los bienes, etc.
previsto y entra en sistema o plan de Dios para salvar al hom- llevan profunda conversión interior, y hechos o gestos externos
bre. Se impone sin hacer fuerza, triunfa dejándose derrotar. "radicales", es decir, puesta en práctica real y visiblemente con
No responde con la omnipotencia a las fuerzas humanas que toda la conducta y la existencia. No se reconocen como válidos
le resisten, sino con la debilidad. Como sistema de gobierno los cambios de sentimientos o escucha de la palabra de Jesús
divino, la cruz le parece al hombre locura y escándalo. que no conlleven gestos concretos de "poner en práctica".
Mortificación incorporada. Al no ser objeto de atención
directa, las mortificaciones y privaciones destacan menos en
Corolarios la vida de Jesús y de Pablo que en la vida de una persona
mortificada de siglos posteriores. En realidad, sus renuncias
Destacan algunos rasgos en la vida y doctrina de Jesús en activas y pasivas son más duras y continuas: pobreza, cansancio,
su modo de vivir la misión con fidelidad y exigencia. En la disponibilidad, ausencia de comodidades; y más discretas, por-
misma línea siguen san Pablo y los discípulos. Anotamos, en que aparecen unidas al núcleo teologal-vocacional. Renuncian
forma de corolarios, algunos de esos rasgos, porque guardan y aguantan por amor y sobriedad, más que por mortificación.
parecido y diferencia con lo que la espiritualidad cristiana ha Amor y mortificación. En Jesús no se ven ejercicios de mor-
denominado ascesis. Nos sirven para confirmar y corregir. tificación contra las raíces del pecado y los apegos de la sen-
sibilidad. San Pablo, por experiencia y doctrina, añade este
Teologal. Las exigencias y renuncias aparecen vinculadas factor que será fundamental en la ascesis cristiana: el pecado,
a Dios, su voluntad y servicio, la vocación y entrega incon- la conciencia del propio; no sólo de pecados cometidos, sino
dicional con todas sus exigencias. Motivada más por valores de ser pecador ahora y aquí: en la mente, en la voluntad, en
teologales, que morales o antropológicos. No aparece aislada la sensibilidad y en el cuerpo. Todo está contaminado, incluso
como ejercicio. En general, diríamos que se mueven en un después de la redención.
mundo más histórico y real, más duro y sustancioso de trabajo
por el Reino de Dios y el seguimiento de Cristo. Es decir, Podemos anticipar una breve confrontación de esta heren-
cia con la experiencia y la doctrina posteriores. En general,
614 ASCESIS REGENERADORA 2. MISTERIO DE CRUZ Y RESURRECCIÓN 615

la ascesis espiritual se ha mantenido sustancialmente fiel y ha Reino. Sólo que, al tratar de convertir el ideal evangélico y
cumplido sus funciones. Pero está en todo amenazada y en proyecto total de su existencia, se ve impedido por innume-
parte desfigurada por la parcialidad y el desequilibrio, en una rables resistencias internas y externas que bloquean su cre-
u otra dirección: 1. Prácticas sin espíritu: mortificaciones y cimiento de amor y servicio.
renuncias rigurosas, deliberadas, duras y detalladas; en cambio, Nos encontramos con el pecado y mil formas de egoísmo.
poco adherentes a vocación, valores, misterios evangélicos y Hay que contar con este hecho fundamental, que ya figura
servicio de Cristo y su Reino. Ha sido peligro y deformación con gran relieve en la ascesis paulina. Por dondequiera que
frecuente en muchos durante siglos; 2. Actitudes sin hechos: uno empiece a razonar en cristiano, desemboca en la condición
la modernidad ha cambiado de signo, depura motivaciones, pecadora del hombre y de la humanidad. Si observa sus debi-
sentido teológico y antropológico, integración de valores huma- lidades, miedos, crueldad, egoísmos, la presencia del pecado
nos y divinos; un largo discurso, pero no llega a la "praxis", salta directamente a la vista. Si, en cambio, intenta desarrollar
no hace penitencias, ni aguanta las que la vocación o la vida sus capacidades de amor y de servicio, de paciencia y fidelidad,
le imponen. Es la situación generalizada. no tarda en descubrir dentro y fuera obstáculos, entorpecimien-
to, hechos y tendencias que impiden al amor desarrollarse n .
Dentro de cada persona, la presencia y acción del pecado
El pecado y la cruz del cristiano es un dato de experiencia inmediata, con anterioridad a la clave
optimista o pesimista con que cada uno lo interprete. El pecado
Con su "escándalo" ante el anuncio de la Pasión, san Pedro es una experiencia psicológica, por lo menos para los espíritus
provoca las palabras de Jesús sobre seguimiento y cruz: "El más sensibles. Pero es sobre todo una experiencia teologal,
que quiera ser mi discípulo, niegúese a sí mismo, tome su cruz que responde a un hecho o pecado original, prolongado cons-
y me siga. Pues quien quisiere salvar su vida, la perderá; y tantemente. Forma parte esencial de la historia de la salvación,
quien pierda la vida por mí y por el evangelio, ése la salvará" en su curso ordinario y en su momento culminante, que es
(Me 8,34-35). El texto es clásico por su contenido, su fuerza, la encarnación, muerte y resurrección de Cristo 12.
su contexto, y ha sido comentado ampliamente en la tradición El pecado es ante todo ofensa de Dios, con ruptura y des-
espiritual. Aquí la negación de sí se identifica con el mismo viación a otros objetos. Cuando el pecado se afirma con fuerza,
ser de cristiano. Tomar la cruz o su cruz es una expresión más las expresiones más valiosas de amistad y diálogo con Dios
propia de la época posterior a la muerte y resurrección de se vacían de contenido: vocación, oración, apostolado. Esto
Jesús; éste usaría alguna otra equivalente. Tomar la cruz forma
parte del seguimiento, no una "mortificación" sobreañadida. 11
Cf. S. GAMARRA, Teología espiritual, pp. 207-245, que dedica un capítulo
La construcción gramatical usa forma condicional, apelando bien informado al "pecado" en la vida cristiana y en la vida espiritual; con
a la libertad de quien quiera comprometerse. Es también ori- amplia exposición a las modalidades que el tema y la experiencia revisten
ginalmente cristiana la palabra "abnegarse" o abnegación, en la religiosidad actual.
12
"No os hará falta una larga experiencia de la vida, para daros cuenta
como negación de la propia persona 10. de que el ideal de amor que tenéis en el corazón se entorpece al contacto
Pecado v purificación. San Pablo llama la atención sobre de las realidades de cada instante, de todo el peso de los obstáculos que
este factor que afecta hondamente al cristiano: su vida, amor, encuentra en vosotros mismos, para pasar al acto. Nuestro amor no encuentra
servicio, generosidad. El discípulo de Cristo se propone el mis- su expresión tal y como lo desea, porque está constantemente expuesto al
fracaso debido a nuestra inclinación al mal, al egoísmo, a nuestras tendencias
mo proyecto de vida evangélica que su Maestro: amar a Dios a la violencia, a la pereza o a la disipación. Dentro de nosotros mismos sen-
y a los hermanos con todo el ser, dedicarse al servicio del timos tiranteces, arrebatos o inercias que nos paralizan, y nunca hacemos
lo que quisiéramos hacer, ni en el orden de la oración, ni el del servicio
10
Cf. A. GALTIER y SAGERET, Abnegation chrétienne: RevAM, 33 (1957), al prójimo." R. VOILLAUME, En el corazón de las masas, Madrid, l%N.
3-33. pp. 25-26.
616 ASCESIS REGENERADORA 3. ASCESIS PARA CRECER 617

sucede en el momento de la ruptura, que origina un proceso equivalencia ascesis-mortificación-renuncia ha echado tales
de disgregación y arraigamiento. La antropología cristiana, raíces en la mentalidad común, que se hace necesario aclarar
consciente de que el hombre mantiene su ser de imagen e y razonar el tema con mayor detalle. Lo haré en forma de
hijo de Dios, afirma al mismo tiempo que el hombre redimido breves alusiones a los varios aspectos de trascendencia espi-
tiene la libertad afectada y sufre la tendencia al mal en sus ritual que el tema conlleva.
disposiciones interiores y en su acción histórica. El alcance del factor ejercicio y esfuerzo metódico se mueve
Es delicado el equilibrio de la verdad cristiana. Acentuando en un plano más amplio y más grave que el de la mortificación
unilateralmente la fuerza transformadora de la gracia y los o las mortificaciones. Indudablemente se influyen positiva y
sacramentos, uno puede ignorar las leyes más elementales del negativamente, pero son cosa diferente. Cuando santa Teresa
psiquismo humano y de la sabiduría cristiana en torno a la habla de la "determinada determinación" de seguir el camino
pesadez y opacidad de la conciencia mortal. Por el contrario, de la oración, no se refiere a un método particular determi-
quien recarga los efectos negativos del pecado, acaba por negar nado, sino a la fidelidad, disciplina interior, esfuerzo metódico,
aquí los valores que hemos reconocido anteriormente al pre- con uno u otro método, el que más le convenga. Se trata de
sentar al hombre cristiano. llegar a la "praxis", al ejercicio constante y ordenado, conforme
exige la "espiritualización integral". En este punto se mani-
Pecado y penitencia. Es la forma abierta y reconocida del fiesta con mayor relieve la carencia de proyectos de vida, de
desorden y la rebelión. A plena conciencia, cierra los ojos y vida y disciplina interior, que aquejan actualmente a la ascesis
vuelve la espalda al rostro de Dios. Construye su vida inde- cristiana.
pendiente y en plan de protesta. Es el grado máximo del mal:
el mal con mala conciencia. Quienes han sido iluminados por
la luz moral del evangelio, o la luz ética de la conciencia... Gracia en ejercicio
El mal y la maldad. Tiene sentido más amplio. La con-
ciencia sólo percibe como pecado aquellas maldades que cho- Obra y gracia del Espíritu. En el evangelio figuran como
can con sus convicciones, a la luz de su inteligencia formada. protagonistas los "niños" y los "violentos". Dos imágenes y
La conciencia es obra de la inteligencia. Con ideas deformadas, actitudes, que conviven unidas en la misma persona: se aban-
información insuficiente, desinterés e insensibilidad por for- dona en manos de Dios, y al mismo tiempo se desvive con
marse y juzgar bien, la conciencia no controla la situación real. astucia y violencia por encontrar y entrar en el Reino de los
Y se hace maldad constantemente, en forma tranquila. Tal vez cielos. El Espíritu Santo como autor y guía principal del camino
las peores maldades, al menos en nuestro tiempo, no sean peca- espiritual, de todo crecimiento, es dato primordial. El trans-
dos en el sentido más estricto. Son peores que pecados, porque forma, purifica, hace amar, orar, misionar, según el evangelio;
llevan el pecado de no buscar la luz, y llevan desamor total en carismas y formas diversas. Hace obra sistemática con pro-
a Dios y a las personas, con frialdad total y motivos fútiles. grama y ritmo. La gracia provoca docilidad, y la docilidad,
Se añade la categoría de los "errores" graves y dañosos, que esfuerzo de colaboración.
se hacen con ligereza y sin cuestionarse. "Ejercítate en la piedad": es el consejo de san Pablo a
Timoteo (ITim 4,7), prolongado con algunas metáforas depor-
tivas y militares: como buen soldado de Jesucristo, como los
atletas, como el labrador (2Tim 2,3-7). El verbo griego que
3. Ascesis para crecer traducimos con ejercitarse es "gymnásein" (de donde viene
nuestra "gimnasia").
La función primera y fundamental de la ascesis cristiana
es desarrollo y potenciamiento de la gracia con el esfuerzo "La gimnasia es el arte del entrenamiento. Ejercicio que pro-
y el ejercicio de la libertad. Pero no basta "recordarlo". La porciona salud y coordinación, desarrolla la energía y la fuerza
618 ASCESIS REGENERADORA
3. ASCESIS PARA CRECER 619
tanto del cuerpo como del carácter, la gimnasia es la escuela
del esfuerzo paciencia y metódico empleado en conseguir lo
que se llama conditio óptima. Justamente Timoteo es invitado Esfuerzo metódico
a ejercitarse en la piedad. Lleva implícita la idea de un ejercicio
práctico y progresivo, guiado por la norma del esfuerzo, la
paciencia, la determinación, la metodicidad, y tendido hacia En este caso, el método se refiere al conjunto de la vida
la consecución de una forma cada vez más perfecta. Esta 'for- espiritual y a cada uno de sus sectores. No solamente a los "mé-
ma' es la del 'hombre interior', lugar donde se realiza el ideal todos de oración", de los que se habla con mayor frecuencia 15.
de las virtudes cristianas. La imagen de la gimnasia de por Metodicidad de vida: una función primaria de la ascética
sí no alude a la necesidad de confrontarse con adversario; sim- es poner orden y disciplina en la vida, aplicar y encauzar los
plemente pone de relieve el factor humano en la vida espiritual: medios de gracia y las energías de la persona. Vida ascética
el fiel es colocado cara a cara consigo mismo y exhortado a no significa penitencia solamente, sino coordinación del esfuer-
progresar ejercitándose en las virtudes y cooperando así, en
zo y aprovechamiento de energías, selección y aplicación de
la medida de sus posibilidades, con la gracia bautismal que
ya le ha sido dada. Y si hay lucha, este valor está presente los medios más adecuados. Dos formas predominantes toma
en la idea de que todo atleta debe luchar virilmente contra sí la ascesis como método de ordenar la vida en general con un
mismo y vencer la propia flaqueza innata, antes de pasar a las proyecto, escoger y utilizar los medios convenientes con empe-
dificultades provenientes del enfrentamiento con otros" B . ño y perseverancia. La metodicidad es ya un valor y disposición
de carácter general, que incluye: fidelidad, fortaleza, constan-
Gratuidad y esfuerzo, docilidad y método en la vida espi- cia, carácter, unificación y proyección de las mejores energías
ritual. La gracia comunicada lleva dos aspectos: el don gratuito personales en trayectoria de fidelidad y creatividad. Se integran
y al mismo tiempo la capacidad y libertad de respuesta per- dos valores: el esfuerzo y el método, vitalidad y disciplina. Se
sonal, que es también gracia. El esfuerzo moral forma parte canaliza y encauza el esfuerzo, más que mortificarlo.
de la comunicación teologal; desarrollar la gracia con iniciativa El esfuerzo metódico tiene aplicaciones muy variadas.
es la única manera de recibirla en toda verdad. Antinomia difí- Alcanza a todos los sectores y medios de vida espiritual.
cil de armonizar. La ascesis es ejercicio potenciador de energías Requiere equilibrio teologal-moral. La educación de las ten-
en orden a su máximo rendimiento. Para favorecer ese objetivo dencias, la disciplina interior o metodicidad en el desarrollo
"se priva" de alimentos y distracciones, lleva a cabo renuncias espiritual de la persona, constituyen sólo una parte de la ascesis
y "mortificaciones" 14. cristiana, pero una parte importante. Gracias a la trayectoria
seguida y a la concentración de energías, la persona madura
con mayor rapidez en su propia gracia y vocación, fomenta
ese valor primario que es la unidad de vida. Muchos esfuerzos
se pierden por carencia de disciplina personal. Mientras se
organiza cuidadosamente la pastoral y otras actividades, con
el fin de mejorar su eficacia, se descuida la disciplina interior,
abandonando los procesos espirituales a la espontaneidad. La
G. HELEWA, "U combattimento dell"uomo nuovo' nel messaggio ascé- metodicidad del esfuerzo favorece la oración, el proyecto de
tico de Paolo Apostólo", en AA. VV., Ascesi cristiana, Teresianum, Roma,
1977, pp. 102 [72-115]. Van juntos los dos aspectos: la "gimnasia" desarrolla 15
Cf. R. VERNAY, "Effort", en DSpir. 4, 331-339; M. DUPUY, "Méthodes
las propias energías, la "competición" las pone a prueba en la confrontación et vie spirituelle", enDSpir. 10,1117-1125. J. DE GUIBERT, Lecciones de teología
con otros. espiritual, I, Madrid, 1953, pp. 361 ss.: "La cooperación humana: pasividad,
Cf. E. ANCILLI, "Impegno umano e grazia divina", en AA. VV., Ascesi actividad, métodos"; id., Études de théologie mystique, Toulouse, 1930 ("Mé-
cristiana, Teresianum, Roma, 1977, pp. 5-24. thodes et docilité a la gráce dans la vie spirituelle", pp. 213-238).
620 ASCESIS REGENERADORA
3. ASCESIS PARA CRECER 621
vida, el cultivo o desarraigo de tendencias psíquicas y espi- espiritual de hoy, es éste más ingenuo que el antiguo en el
rituales influyentes en el desarrollo de la vida espiritual16. conocimiento práctico de los mecanismos espirituales 17.
Docilidad teologal y esfuerzo personal exigen integración,
tanto en la reflexión teológica como en el uso de las media-
ciones de la gracia. En todas ellas se advierten parcialidades
y balanceos de extremo a extremo: del opus operatum en que Amor y seguimiento
la gracia objetiva del sacramento transforma todo, hasta la ley
del esfuerzo en que nada cambia si no es lo que el sujeto logra
Crecer en el amor y seguimiento, en la vocación, en la
transformar. Se aplica concretamente en las fuentes y ejercicio
misión, en la maduración general. Para la espiritualidad, cuenta
de la gracia: la oración, la vida sacramental (eucaristía y con-
en primer lugar la ascesis de motivación trascendente, teologal.
fesión en especial), ascesis, apostolado, solicitud por las cosas
En la práctica, pueden añadirse motivaciones utilitarias y
de Dios. El esfuerzo y empeño personales se integran en el
aspectos humanos de práctica forzosa, que contribuyen al
proceso asimilativo de la gracia que se recibe.
desarrollo integral: situaciones ineludibles de la vida diaria,
Uso de los medios de santificación: sacramentos, oración, aguantar reproches para no perder el puesto, ayunar para cui-
penitencias, dirección espiritual, etc. Todos estos medios usa- dar la imagen. Todo colabora a dar calidad honda y habitual,
dos de manera constante y ordenada pertenecen al ámbito de "talante" evangélico a toda la persona. Los ejercicios ascéticos
la ascética como una de sus funciones características. Porta- no quedan en gestos aislados, sino que se convierten en fuente
dores de la gracia salvadora, con el uso repetido y descuidado de energía vitalizadora con innumerables funciones y niveles;
degeneran en formalismo y rutina. purificar, simplificar, silenciar, podar, agilizar, realizar sueños,
Ejercicio de virtudes. De todas: teologales, morales, huma- liberar, compartir, solidarizarse, reparar l8.
nas. Imitación de Cristo, entregado, desinteresado, paciente, "Docilidad creativa". El tema se amplía ulteriormente y abre
sobrio, robustecimiento del bien y de la gracia, y virtudes, puri- horizontes insospechados a la creatividad de coherencia e
ficación de vicios y raíces, de contaminaciones invadentes, fun- inventiva. No se trata solamente de colaborar con esfuerzo y
ción liberadora de condicionamientos al amor y servicio. En método, sino con la inteligencia y el amor personales. Además
este ejercicio, brilla la obra de la gracia, la transformación efec- del esfuerzo de obediencia, hay que organizar, pensar, pro-
tiva, y no solamente el puro esfuerzo del sujeto. Ascesis de yectar, y hacerlo todo; y todo como voluntad de Dios, en la
influjo decisivo en la transformación real del hombre cristiano. forma y medida en que nos es dado a nosotros conocerla. De
El propio conocimiento. Primera función de la ascesis es la "Voluntad absoluta" de Dios en cada situación y circuns-
tomar conciencia; luego el luchar. Contra algunas desviaciones tancia no tenemos revelación directa. Cumplimos su "Voluntad
del temperamento o defecto dominante, uno tendrá que luchar significada", es decir, la que podemos conocer por signos y
toda la vida, para evitar que mediatice sus esfuerzos y rea- mediaciones. Ahora bien, los signos no marcan en detalle la
lizaciones. A pesar de tanta psicología como ha leído el hombre decisión individual. Esto crea un espacio constante a la "in-
16
terpretación". Digamos que también a la "creación", ya que
Es un principio válido también en los procesos de maduración humana: Dios exige el cumplimiento de su voluntad en la forma en que
"Es imposible hacer nada importante en el mundo si no se reúne esta pareja
de cualidades: fuerza y disciplina. La nueva generación goza de una espléndida podemos entenderla con los medios de gracia y naturaleza que
dosis de fuerza vital, condición primera de toda empresa histórica; por eso tenemos a disposición. Esto lo podemos comprobar en las solu-
espero en ella. Pero a la vez sospecho que carece por completo de disciplina
interna, sin la cual la fuerza se disgrega y volatiza: por eso desconfío de 17
C. BAUMGARTNER, La place de l'effort dans la vie spirituelle: Christus,
ella. No basta curiosidad para ir hacia las cosas; hace falta rigor mental para 6 (1959), 196-210; o aplica a oración, ascesis, apostolado, crecimiento.
hacerse dueño de ellas". J. ORTEGA Y GASSET, El Espectador, IV, Madrid, 18
1950, p. 472. J. M. MARTÍN-MORENO, Ascesis para crecer. Los desafios cristianos de
la Cuaresma: Sal Terrae, 77 (1989), 91-104.
622 ASCESIS REGENERADORA 4. MORTIFICACIÓN: AMOR Y RENUNCIA 623

ciones contrastantes que a un mismo problema sugieren per- Como cualquier otro aspecto de la ascesis que se tome por
sonas santas y prudentes 19. separado, debe llevar los componentes básicos: comunión teo-
Las personas favorecidas con carismas y trato familiar con logal predominante, conocimiento y respeto de la condición
Dios son personas de iniciativa mental y creativa, no mera- humana, integración de gracia y naturaleza. Opciones y renun-
mente "ejecutiva". Una de las lecciones que inspiran e inculcan cias requeridas para vivir la vocación con entrega y libertad.
los modelos es la docilidad al evangelio, al Espíritu y a la iglesia. Contar con la historia resulta provechoso y aleccionador.
Pero al mismo tiempo son ejemplo de inventiva. El campo
de la creación es amplísimo, sin salir de la obediencia y de
las normas. Abundan las situaciones nuevas, sin precedentes, Las palabras del evangelio
para la prácticas de las virtudes y las obras de caridad y apos-
tolado. En realidad, la situación y la forma en que debo vivir En el evangelio se utiliza un vocabulario variado, que refleja
la caridad fraterna, el sufrimiento, el apostolado interior: amar,
aspectos esenciales de la mortificación cristiana. Todas sus
orar, sufrir, tratar, etc., no están prescritas en ninguna ley, ni
expresiones llevan la dinámica marcada por Jesús desde su pri-
costumbre, ni ejemplo anterior. He de encontrarla e inaugu-
rarla yo mismo, con la gracia del Espíritu, la razón y la pru- mera predicación: convertios y creed en el evangelio. Es indis-
dencia iluminadas. pensable y necesaria la doble operación de conjunto. Que la
denominemos con un término o con otro, se trata de matices
En ese sentido, se hace la pregunta: ¿Creamos nosotros o relieves. Cada uno de los términos debe incorporar o tener
la voluntad de Dios? Quiere decir que la voluntad de Dios presente los varios aspectos. El lenguaje tiene influencia en
es dejar al creyente guiado por el Espíritu según las normas las ideas y sentimientos. Estas palabras han marcado las acti-
de Biblia e iglesia, que encuentre el camino en esos márgenes tudes y valoraciones de muchas generaciones, por encima de
de libertad que Dios mismo no revela. De manera que aquello todas las explicaciones que se les daban en sentido positivo.
que, en esas condiciones el sujeto espiritual escoja y decida,
se conforma con la voluntad de Dios que lo ha dejado a su Conversión. Con este ofrecimiento y exigencia inicia Jesús
libre elección. Es un proceso de la libertad cristiana, en que el anuncio: El Reino de Dios está cercano, convertios, creed
identifica, decide y cumple la voluntad de Dios. La elección en el evangelio (Me 1,15). "Conversión", en diferentes niveles
vocacional y otras decisiones gravísimas en la vida del creyente de significación y aplicaciones, se convierte en término clave
no se le revelan claramente y por vía directa. Cumple la volun- de la novedad evangélica. Con estas palabras empieza el docu-
tad de Dios, tal como él mismo la ha podido identificar y mento Paenitemini de Pablo VI sobre la penitencia cristiana
escoger. (17-2-66). De esa actitud básica primordial derivan luego las
"penitencias". Es pasiva, antes que activa: conviértenos y nos
convertiremos (Lam 5,21). Convertirse de un modo de ser y
4. Mortificación: amor y renuncia obrar a otro modo de pensar, amar, vivir y obrar a todos los
niveles.
El aspecto mortificante de la ascesis cristiana merece tra- Abnegación. Expresión evangélica, que se indica la renuncia
tamiento particularizado, por su importancia y por la dificultad que se impone a la persona misma, no a objetos, comodidades,
que presenta en su comprensión y práctica. Es la vertiente más etc. Se encuentra en el texto básico: "El que quiera seguirme,
problemática del tema ascético para nuestra sensibilidad. niegúese a sí mismo, tome su cruz y me siga". Es "negarse
19
a sí mismo"; aunque esto se realice normalmente en situacio-
P. SCHINELLER, Do we créate orflnd the Will of God?: Review for Reli- nes, objetos, es decir, que lleva a la renuncia o negación de
gious, 29 (1970), 140-142; J. P. MANIGNE, Les Saints, inventeurs du possible:
VieSpirit, 126 (1972), 327-333. cosas. Resuena el "abneget semetipsum" del evangelio, que
es repetición de "tome su cruz", y me siga.
624 ASCESIS REGENERADORA
4. MORTIFICACIÓN: AMOR Y RENUNCIA 625
Renuncia. Es también de origen evangélico. Se refiere a
los objetos de la abnegación, cosas y personas: renunciar a ramente importante y real: definir y practicar hoy la ascesis
las posesiones, renunciar a la familia, etc. Se amplía, incluyendo en formas concretas y eficaces. Muchos libros y palabras con-
entre los objetos de la renuncia porciones de la vida del sujeto, cluyen donde hay que empezar a hablar de vida y experiencia.
modos de ser y obrar personales, comodidades, egoísmos, cri- Aludo brevemente a ciertas premisas.
terios mundanos, etc. No solamente al mundo, sino a los pro- a) La contemporaneidad afecta a todos los componentes
pios deseos mundanos. y aspectos de renuncia y mortificación de la ascesis cristiana:
Mortificación: abnegación, negación, renuncia, etc., entre comprensión teologal, psicología, situaciones, medios y obje-
otras, son expresiones familiares para designar este dinamismo. tivos. La valoración del hombre y del mundo insiste en que
Ciertamente es más que la palabra lo que propone. Encierra la persona se realiza en el desarrollo de sus facultades inte-
una perspectiva afirmada, con presupuestos antropológicos y riores, del cuerpo y la sensibilidad. Son dones de la creación,
teológicos característicos. Mortificación, más que prácticas, sig- espiritualizados por la encarnación. Ese mismo juicio le merece
nifica muerte efectiva de la persona en sus zonas dañadas, no el mundo externo, los bienes de la naturaleza y las creaciones
"prácticas de mortificación". La zona dañada no es principal- de la historia. Se habla de ciertas variaciones psicofísicas y fac-
mente el cuerpo o los sentidos, sino el "corazón", pensamientos tores desequilibrantes en el organismo humano, que harían
y criterios, amores y valores. La cura de mortificación se dirige dudosa la eficacia de una mortificación acentuada para el
al organismo enfermo del sujeto, más que a los objetos mismos. desarrollo global de la persona: D. Dubarle señala cuatro
variantes: retraso de la entrada en la edad adulta, aumento
"A decir verdad, la palabra 'mortificación' no se encuentra de los temperamentos nerviosos y del elemento nervioso en
en el Evangelio. Jesucristo ha presentado en otros términos
y bajo diferentes aspectos lo que él exige de quien le quiera los demás, aumento de la sensibilidad dolorosa que llega a
seguir: abnegación y el llevar la cruz (Le 9,23; 14,27), la renun- mayor irritación con menor estímulo, mayor relación subya-
cia y el desprendimiento (14,26 y 33), las rupturas dolorosas cente entre dolor y placer, incluso sexual.
(Mt 5,29-30; Jn 15,2), el combate (Mt 12,24-26; Le 11,21-26), Depuración. Teología y psicología han hecho un esfuerzo
la penitencia (Mt 11,20; Le 13,15), etc. La idea de mortificación por purificar la ascesis cristiana de tantas adherencias, que no
es evocada claramente por la comparación del grano que muere responden a su naturaleza y funciones, ni a las condiciones
en tierra (Jn 12,24-26). El término es paulino, como también ambientales de la cultura contemporánea. La psicología presta
el despojo (Col 3,9-10) y la crucifixión de las concupiscencias ayuda como fuente auxiliar en este caso. Pero ésta no dispone
(Gal 5,24). Todos estos términos expresan nociones afines, y de instrumentos para discernir y autentificar la experiencia teo-
su orientación se asemeja, hasta el punto de que frecuente- logal. Y tanto menos para crear expresiones con que asimilar
mente se los confunde"20.
el misterio cristiano: hacer viva e interesante la experiencia
del misterio, el amor de la cruz, dar la vida por los demás
sin interés ni fruto aparente, "morir" como el grano de trigo
Premisas para su actualización para resucitar y fructificar.
Prefiero darle el nombre de "premisas" a esa actividad pre-
via que juzga y discierne la ascesis de épocas anteriores, estudia
y analiza los presupuestos para la elaboración de una ascesis Actitudes y criterios para crear
verdaderamente actual... Todo esto no pasan de ser preám-
bulos y disquisiciones, preparativos lejanos para lo verdade- Pasamos a la renovación y puesta en vida de la mortifi-
20
Ch. MOREL, "Mortification", en DSpir, 10, col. 1791.
cación cristiana. Conviene empezar por las actitudes teologales
que dan sentido y valor cristiano a esta vivencia y ejercicio.
626 ASCESIS REGENERADORA
4. MORTIFICACIÓN: AMOR Y RENUNCIA 627
Penitencia interior. La penitencia es actitud interior de amor
arrepentido y agradecido, de conversión, que se traduce en tocar las raíces del mal. Las mortificaciones "comunitarias"
expresiones de liberación y vida nueva. En la tradición ascética de creación contemporánea están cayendo en el convencio-
se presta mayor atención a "las penitencias" o prácticas que nalismo que trataban de evitar. Tienen valor simbólico, pero
la encarnan. Un plural indica diferentes formas, gestos, expre- no afectan para nada a los puntos concretos en que hoy se
siones concretas de ese amor sacrificado, que busca y despliega necesitaría una ascesis regeneradora del espíritu y de la exis-
libertad redimida. Entre singular y plural hay conexión nece- tencia vocacional. Es preciso "querer ver", discernir lo que
saria. La penitencia exige penitencias y expresiones concretas, efectivamente se quiere renovar, mortificar, conseguir: defor-
medios y recursos, cortes y servicios; no puede ni debe quedar maciones, tibiezas, incoherencias. Muchas de ellas sintonizan
en pensamientos y sentimientos pasajeros, que no modifican bien con la actual cultura, por lo que resultan difíciles de
en realidad nada. Las penitencias o gestos penitenciales exigen detectar.
interioridad, para alcanzar a las raíces del mal en la mente
Iniciativa y ejercicio de la libertad personal. Para hacer efec-
y el corazón. Volvemos al principio de la "espiritualización
tiva la ascesis, en su forma de mortificación, ninguna persona
integral", tantas veces repetido. Una transformación de la per-
sona en el Espíritu, que verdaderamente sea tal, debe alcanzar con vida espiritual auténtica puede dejarlo a las iniciativas de
a los cuatro niveles: conversión mental y cambio de mente, la comunidad o del grupo. La ascesis comunitaria está hoy
sentido evangélico; motivación y reorientación afectiva, un reducida a casi nada, por respeto al pluralismo y a la libertad.
nuevo amor; prácticas y ejercicios concretos, formas estables De ahí que cada uno deba fijarse metas, exigencias y renuncias,
de coherencia y sobriedad 21. dentro del campo inmenso que dejan libre la comunidad y la
sociedad. Las exigencias y prácticas penitenciales recaen en
Educar el ser y el obrar. El modo habitual de ser y obrar el ámbito de las cosas lícitas, que están a disposición y ninguna
de una persona se forma y manifiesta a base de gestos con- ley prohibe. La persona vocacionada, en ese marco de lo "per-
vencidos y repetidos. La calidad permanente es lo que más mitido", comprueba que ciertas cosas, actividades, etc., le
vale, y desde ella los actos y gestos particulares u ocasionales. hacen daño a ella o hace daño con ellas. San Pablo advierte
Por ejemplo, un estilo habitual de discreción y hablar mode- la dificultad: no todo lo que es lícito conviene; puede hacer
rado vale más que el "silencio absoluto" de una semana o de daño al sujeto, o el sujeto usándolo puede hacer daño a los
un año; el primero es más profundo, personal, influyente. Un
demás. En el mundo religioso y espiritual, los daños más fre-
estilo habitual de sobriedad y moderación califica mejor a la
cuentes provienen hoy del uso de cosas permitidas sin criterio
persona que ayunos absolutos de algunas vigilias o tiempos
ni medida conveniente; que ninguna ley externa presiona a
penitenciales. Lo mismo se diga de otras expresiones peniten-
renunciar.
ciales, que implican potencias espirituales, sensibilidad y cor-
poreidad. Los comportamientos habituales reflejan la calidad Dos factores culturales fomentan la situación. En primer
de la persona; los gestos aislados, una idea o decisión oca- lugar, el pluralismo deja hoy tales márgenes de elección y omi-
sionales. sión personales, que le permiten vivir sin sentirse vocacional-
Adherencia y eficacia. La mortificación necesita objetivos mente vinculado en nada: en la vida familiar, política, sacer-
concretos, para no dar palos de ciego, alborotar el espíritu sin dotal, religiosa, cristiana. Ahí tiene que intervenir la decisión
y exigencias personales en los espacios "libres". En segundo
21
Paenitemini (17.2.66): El documento interesa en este momento, más lugar, el consumismo ofrece una gama prácticamente ilimitada
que por las bases doctrinales, por las formas concretas de realización que de posibilidades 'legítimas' a disposición, que puede vivir "hon-
propone. Aunque contingentes y sustituibles, es interesante, y hoy quizá lo
más necesario y valioso. La doctrina es de sobra conocida y repetida en docu-
rada y cómodamente" desvocacionado, malgastando dinero,
mentos y libros de teología y de piedad, sin contar el evangelio. salud, bien común, destruir su vida, sin exigirse nada ni privarse
nada. Nadie me lo prohibe, las cosas están para usarlas...
628 ASCESIS REGENERADORA
4. MORTIFICACIÓN: AMOR Y RENUNCIA 629

Ascesis contemporánea Con estos principios y orientaciones generales, pasamos a


la actuación concreta. Aunque se aplica por sectores o poten-
cias, en cada uno de ellos interviene la persona en su inte-
Entramos en la fase operativa: decidir y obrar la mortifi- gridad. La línea de revisión queda marcada por las dos palabras
cación, de una u otra forma. Hay formas tradicionales, y las del título: educación y mortificación. "Educación" indica pro-
hay también que responden a las premisas y actitudes que aca- yecto vocacional, tendencia orientada, desarrollo progresivo de
bamos de describir. El mayor enemigo de la mortificación es toda la persona en esa dirección, integración, etc. "Mortifi-
la "tibieza", la falta de valores y objetivos vocacionales, y la cación" alude a las opciones y consiguientes renuncias que la
consiguiente incapacidad de realizar opciones de estilo evan- educación implica. Sin la educación, de poco sirve mortificarse;
gélico: el que me sigue deja todo, casa y familia, no vuelve sin mortificarse, de poco sirve trazar ideales sublimes.
la vista atrás, no sirve a Dios y a las riquezas, ni pone el corazón
en dos tesoros, etc. Nadie renuncia a un amor, sin otro amor La distinción de sectores y potencias para esta labor puede
fuerte que abra horizontes y proyecte las energías concentradas. hacerse de diferentes maneras, a) Por cortes transversales u
El Concilio Vaticano II sugiere algunas líneas de acción horizontales: espíritu y potencias espirituales, sensibilidad inte-
concreta, que recogen valores y estilos permanentes en la his- rior imaginativa y afectiva, sentido externo y corporeidad, b)
toria de la espiritualidad 22. También puede nacerse por cortes verticales: el conocimiento
en sus varios niveles: inteligencia, imaginación, sentidos, la
Se advierte en la moderna literatura espiritual muy escasa afectividad volitiva y sensible, etc.
creatividad. Tal vez porque la experiencia no le abre caminos Los frutos de la penitencia se advierten pronto en personas
ni sugiere realizaciones nuevas. En institutos y movimientos y comunidades, cuando la penitencia es auténtica y efectiva:
de vida comunitaria se han convocado reuniones y comisiones
para ofrecer nuevas formas de "mortificación" entonadas con conversión evangélica del pensar, amar, obrar;
la cultura y la experiencia espiritual. No se encuentra casi nada, virtud de humildad, valentía, fortaleza, paciencia, objeti-
o no se practica. La consecuencia es que quien desee actuar vidad;
con eficacia en este sector deberá adoptar por propia cuenta expresiones sacramentales y cotidianas en el estilo de vivir
estilos y formas que encuentre eficaces 23. y tratarse.
22
"El concepto de abnegación en el Concilio es sumamente amplio; tan
amplio como en la misma Sagrada Escritura, de donde está tomado. Abarca Ejercicios y prácticas
todo el campo de la penitencia, de la humildad, de la pobreza, de la obe-
diencia, de la vida escondida para vacar a la oración, del servicio al prójimo "Callar y obrar". Es una consigna de san Juan de la Cruz,
en sus formas sencillas y ocultas, de la resistencia a los atractivos y criterios
mundanos, de la paciencia en las adversidades, de la fortaleza en las per-
aplicable a todo el ámbito de la vida evangélica, y en materia
secuciones. Brevemente, podríamos decir que el espíritu y el contenido de de ascesis de manera especial. Cabe señalar algunos sectores
la abnegación está expresado con toda claridad en las bienaventuranzas evan- preferenciales de ejercicio, donde la disciplina ascética se hace
gélicas, sin las cuales es imposible la transformación del mundo y su con- particularmente necesaria y eficaz. Cada persona y cada grupo
sagración a Dios." A. BANDERA, Caridad y abnegación en la vida de la iglesia deberán aplicar discernimiento, voluntad decidida y expresio-
según el Vaticano II: TeolEspir, 11 (1967), 91-92. Cf. M. A. MOLINA MARTÍNEZ,
Diccionario del Vaticano II, Madrid, 1969, a las voces: ascesis, abnegación, nes muy concretas. Sabido es que los espirituales de hoy se
penitencia, mortificación, cruz, etc. muestran activos en la acción social o externa; y al mismo tiem-
23
J. D. GAITÁN y J. M. GARCÍA ROJO, Hacia una purificación de la ascesis
cristiana: RevEspir, 36 (1977), 434-447. La bibliografía y las tendencias que No se ve, en cambio, cómo traducir la ascesis purificada en actitudes y formas
recogen y sintetizan son prueba de la escasa creatividad a que aludo en el operativas que permitan realizar la conversión, el seguimiento con la cruz,
texto. Abundancia de estudios sobre la historia y los cambios de mentalidad... la abnegación evangélica en condiciones espirituales y culturales de actua-
lidad.
4. MORTIFICACIÓN: AMOR Y RENUNCIA 631
630 ASCESIS REGENERADORA
a) El sufrimiento es una experiencia humana fundamen-
po teóricos e ineficaces en lo que se refiere a la reforma per- tal, que interpela a la persona en todos los niveles de cono-
sonal e interior, que suele presentar al principio exigencias cimiento y afecto: psicológico, filosófico, religioso. Es ante todo
poco apetitosas. Entre los posibles y urgentes campos de ejer- una experiencia dura, inevitable. Hay un "mundo" de sufri-
cicio se pueden abordar algunos, a los que aplicar la disciplina mientos, en el que algunas personas viven su existencia, algunas
ascética sin peligro de evasión. sin salir durante toda su vida. Fatalidades de la naturaleza:
Coherencia y disciplina interior, libertad de esclavitudes enfermedades, pobreza, injusticia, maltratamiento.
ambientales. b) La "noche oscura" se encuentra en esa misma línea.
Virtudes y prácticas que capacitan, purifican y robustecen Con este nombre se ha creado una categoría espiritual, que
al apóstol. experimenta duramente oscuridades, arideces y vacíos de la
Fortaleza y paciencia en situaciones: frío, calores, incomo- vida; y los interpreta en clave y sentido de prueba y purificación
didades. de parte de Dios. Inicialmente aplicada a experiencias de carác-
Libertad del consumismo en gastos, comodidades, comida, ter "místico", amplía hoy su alcance, para incluir situaciones
vestidos. dolorosas de la vida espiritual y humana, vividos en la búsqueda
Interioridad y sobriedad: medios de información, televisión, oscura y al mismo tiempo confiada de Dios. Sus rasgos gene-
radio, turismo... rales como experiencia religiosa son: a) oscuridad, lejanía de
Capacidad de iniciativa, aguante y arriesgo por el Reino. Dios, sinsentido general; b) sequedad, desgana, apagamiento
total; c) desesperanza, sin remedio ni futuro; d) sufrimiento,
tormento de muerte e infierno; e) perseverancia, fidelidad y
Dolor salvífico paciencia.
Respuesta creyente. No todo es pasivo en las pasividades
Es una simple alusión a un tema por lo demás importante. del dolor y de la noche oscura. Es también gracia de Dios,
Con este nuevo título me refiero a una modalidad primordial que interpela a la libertad. El creyente tiene una palabra que
de mortificación y experiencia de muerte. Es el sufrimiento decir, tal vez en silencio y con los hechos. No basta el dolor
que proviene de la naturaleza, de la historia, de la maldad para que se pueda hablar de cruz o noche oscura. Sufrimiento
propia o ajena. Se refiere a las pasividades impuestas de mane- es palabra humana, cruz dice calidad evangélica. ¿Se puede
ra ineludible: la enfermedad y otros dolores y limitaciones, que dar legítimamente el nombre de "cruces" a nuestros sufrimien-
brotan de la condición humana; y los que dependen de la con- tos? Ciertas actitudes del hombre y del cristiano frente al dolor
vivencia humana. hace dudar de su antenticidad evangélica.
Con esta breve alusión quiero solamente indicar que hay Hay diferentes posturas que pueden deformar la vivencia
una "mortificación pasiva", impuesta por las circunstancias de de los sufrimientos, crean ambigüedad y hacen difícil el cali-
la historia. Y que en ésta se cumple de manera más verídica ficarlos de "cruces" en sentido cristiano. He aquí algunas de
el misterio de la pasión y muerte del Señor de Jesús, que le ellas: 1. Actitud de resignación y victimismo, de mero aguante
sobrevienen por iniciativa del odio y de la fuerza política y y paciencia, sin sentido ni solicitud de conformación con el
social. Es la forma más dura, que confiere y exige mayor calidad misterio de Jesús. 2. La desesperanza, que no ve fruto ni futuro
teologal24. en el amor sacrificial. 3. La rebeldía total frente al dolor incom-
24 prensible e inexplicable y frente a los causantes. 4. El titanismo
Juan Pablo II, Salvifici doloris, "sobre el sentido cristiano del sufri-
miento humano" (11-2-84). El documento sigue este esquema en su desarro-
llo: el mundo del sufrimiento humano, en busca de una respuesta al interro- por el amor, partícipes del sufrimiento de Cristo, el Evangelio del sufrimiento,
gante sobre el sentido del sufrimiento, en Jesucristo el sufrimiento es vencido el buen Samaritano.
632 ASCESIS REGENERADORA
5. ALEGRÍA CRISTIANA 633
de quien se siente autosuficiente y superior a todo, con fe cris-
pada y desafiante25. La proclamación magisterial más explícita de la alegría cris-
tiana se la debemos a Pablo VI, en su exhortación apostólica
Gaudete in Domino (9-5-75). Es un documento breve, de ape-
nas 25 páginas, denso y mistagógico. Ofrece elementos de vida
5. Alegría cristiana y doctrina relevantes para la espiritualidad: necesidad de la
alegría para todo el mundo, AT, NT, irradiación de los santos,
La alegría cristiana forma parte de la cruz-resurrección, en el corazón de los jóvenes.
que marca la trayectoria de la vida cristiana. El cristiano vive Una breve alusión a diferentes aspectos del tema permite
ya durante su existencia terrestre la "resurrección" de Jesús, al lector apreciar su importancia para la espiritualidad, y pro-
al igual que su pasión y muerte. Si la muerte obra ya en el longar la información y el estudio.
bautismo y durante la vida temporal, otro tanto debemos afir-
mar de la resurrección. La presentación espiritual paralela de
la resurrección de Cristo en este mismo capítulo se hace nece- Alegría del vivir humano
saria. Sin ella, queda cortado el camino salvador de Cristo y
el itinerario espiritual del cristiano. La continuidad se realiza
en el plano de la vida y la experiencia espiritual, no solamente La exhortación introduce a la comprensión de la alegría
de la teología dogmática. cristiana con ayuda de algunas nociones filosóficas de la alegría
Rectifica una posible desviación de la teología y de la espi- en general. La presenta en términos de felicidad, como una
ritualidad que, al hablar de cruz y ascesis, fácilmente se limitan de sus formas y grados: "Su expresión más noble es la alegría
a ver penitencia, sufrimiento y paciencia. Cruz es además y o felicidad en sentido estricto, cuando el hombre a nivel de
sobre todo amor y don, revelación de Dios y salvación del hom- sus facultades superiores encuentra su satisfacción en la pose-
bre, victoria y resurrección. La cruz es vivencia de triunfo. A sión de un bien conocido y amado" (GD). Es un sentimiento
Cristo crucificado no le recordamos como el paciente difunto, que brota en respuesta a una situación u operación nuestra
sino como el Salvador que con su gesto transforma sufrimiento, conforme con nuestras facultades y necesidades espirituales.
muerte, el dolor y la rebelión de la naturaleza humana, en Recibe varios nombres con diferentes matices: gozo, dicha, feli-
triunfo de amor y resurrección. En el presente contexto, la cidad, satisfacción, júbilo, etc. Las ciencias humanas describen
alegría cristiana viene a dar el verdadero sentido de la cruz ciertos sentimientos, disposiciones, comportamientos empa-
que estamos exponiendo, como parte íntima y sentido de la rentados con la alegría: optimismo, buen humor y otros seme-
misma 26. jantes, que también dependen del temperamento y de otros
factores humanos.
25
Cf. G. MOIOLI, La Parola della Croce, San Giuliano MI, 1987, pp. 51-64. Del plano natural recibe no solamente elementos nocio-
26
"Una profunda comprensión de ambos elementos nos conduce a des- nales, sino también experiencias válidas en sí y educativas para
mitologizarlos; a no identificar la cruz con todo aquello que signifique o suene la alegría cristiana, en la que quedan incorporadas. El hombre
a dolor, miedo, aniquilamiento o muerte, y la resurrección, a su vez, a triunfo,
gozo y dominio; si así lo hiciéramos, estaríamos juzgando dos términos sobre- está hecho para la alegría y puede gustar profundamente los
naturales a la luz de la mera razón natural." S. CASTRO, El sentimiento de dones y gozos que el Creador pone en su camino: "La alegría
la Cruz en la teología y en la espiritualidad: RevEspir, 35 (1976), 186 [185-219]. exaltante de la existencia y de la vida; la alegría del amor hones-
Cf. X. PIKAZA, Caminos de Pascua. Misterios de gloria, Salamanca, 1996. Este to y santificado, la alegría a veces austera del trabajo esmerado;
libro presenta el aspecto glorioso de la vida cristiana, siguiendo una pedagogía
asequible y cercana a la piedad tradicional. Prolonga el Vía-crucis de 14 esta-
la alegría y la satisfacción del deber cumplido, la alegría trans-
ciones con el Vía-lucis de 20 estaciones convencionales que recogen la expe- parente de la pureza, del servicio, del saber compartir, alegría
riencia y enseñanza de los testigos de la Resurrección. exigente del sacrificio" (GD). Se necesita un paciente esfuerzo
de educación para reaprender a gustar con naturalidad estas
634 ASCESIS REGENERADORA
5. ALEGRÍA CRISTIANA 635
alegrías humanas. "El cristiano puede purificarlas, completar-
las, sublimarlas; no puede desdeñarlas" (GD). Se trata de un sentimiento alimentado con hechos de his-
toria: presencia de Dios y de Cristo entre nosotros. Con raíces
de fe, amor y esperanza, no como fruto y a merced de la espon-
La Buena Noticia taneidad. Las palabras de la última Cena, el anuncio de per-
secuciones que hace a lo largo de su vida, dejan en claro que
Colocar el tema al final del capítulo no equivale a dejar se trata de alegría con sentido, no de festejos y comodidad.
la alegría para "después de" las cruces, o al final de la vida. Vive insertada en las mismas tribulaciones, en la cruz, en la
Es una elección metodológica. La alegría va inherente a la vida pobreza, en la persecución. No vive aislada o al margen de
nueva, desde el principio: encarnación, anuncio, nacimiento, la existencia histórica, llena de afanes y sinsabores. Se mezcla
predicación. Vivida en alternativa con la cruz, pasaría a ocupar en todo, con variedad de tonalidad psíquica y espiritual, según
lugares marginales en la economía salvífica y en la existencia lo pidan las circunstancias. Las "Bienaventuranzas" como pro-
real del hombre, donde los disgustos y sinsabores abundan. grama de vida cristiana dejan en claro que la visión positiva
El evangelio es alegría ya desde su mismo nombre: la Buena se mantiene incluso en las situaciones y condiciones menos
Noticia, anuncio alegre por su contenido, el tono de los men- favorables28.
sajeros y la reacción de quienes lo reciben en el primer momen-
to. Anuncia la venida y la presencia de la Salvación, del Mesías
esperado y deseado, de Dios en persona. La palabra misma San Pablo y la iglesia primitiva
lo proclama: es la Buena Noticia anunciada a los hombres:
el Reino de Dios está entre vosotros, con y para vosotros. Esta- Ha dado mucho relieve a la experiencia confesada y a la
mos salvados. doctrina. Confiesa sus gozos personales: por la amistad, la pre-
En el NT figura como participación directa en los misterios sencia, la generosidad de los amigos, su crecimiento en la fe,
y en la presencia salvadora de Cristo. Sin referencia explícita el poder verles nuevamente. Confiesa que esa alegría le acom-
a la persona y a los misterios de Jesús, no es concebible la paña también en situaciones disgustosas y difíciles: me gozo
alegría en los evangelios. Jesús mismo, que la vive e irradia, en las tribulaciones, en mi flaqueza, etc. Las bienaventuranzas
la enseña y recomienda, la compara a las grandes alegrías y en vivo.
fiestas de la vida humana: la boda, el banquete, las cosechas, Confiesa y pondera sus gozos humanos: la amistad de Tito,
etc. Jesús la enseña. No es lo contrario de la ascesis, el dolor, la alegría del progreso espiritual de las comunidades, los rega-
la mortificación, sino su más íntima calidad: cuando ayunéis, los de los filipenses, el gozo de poder predicar a Jesucristo
o viváis en la tribulación, en las bienaventuranzas, con la cruz, en ambientes inesperados. San Pablo tiene propia perspectiva
va inherente en todo y para todo. y desarrollo, desde su experiencia personal y comunitaria, des-
En esa actitud es anunciado y acogido, notificado y reci- de la comunión con los Apóstoles y con la gracia de Cristo.
bido: María en la Encarnación, Isabel en la visita, los pastores, Entra de lleno en la experiencia, en la vida, en el misterio
Simeón. Todos reaccionan unánimemente con alegría honda cristiano.
y espontánea. Lo mismo sucede cuando Jesús se presenta ofi- La "alegría en las tribulaciones" es una de sus experiencias
cialmente en la vida pública: ¡hemos visto y encontrado al y conexiones más frecuentes: desbordo de gozo en los pade-
Mesías! Nueva explosión de alegría permanente en la cimientos. No es por el mero gozo de sufrir, sino porque ahí
Resurrección. Así empieza y concluye el evangelio: Alegraos, brilla la fortaleza de Dios en la flaqueza humana, la acción
ha nacido el Salvador. Aleluya, Cristo ha resucitado 27. del Espíritu en la pobreza del Espíritu, se realiza la muerte
27
E. DINIZ, Joy in the presence of Jesús Christ according to the Synoptics,
y resurrección de Cristo con los mismos medios y los mismos
Roma, 1991; G. FERRARO, La gioia di Cristo nel quarto vangelo, Brescia, 1988. 28
J. DUPONT, Les Beatitudes, 3 vol., Paris, 1969-1973.
636 ASCESIS REGENERADORA
5. ALEGRÍA CRISTIANA 637
frutos. Abundo de alegría en las tribulaciones. Afligidos, y
de los santos: san Francisco, santa Teresita, san M. Kolbe, etc.
siempre alegres. En mí la muerte, y en vosotros la vida. Des-
(GD IV). Se podrían citar tantos nombres de santos, que la
bordo de gozo en mis padecimientos.
han vivido e irradiado desde diversas situaciones y diversos
La alegría, el gozo, es fruto maduro, acción y experiencia
temperamentos... Señala de paso algunos nombres. Destaca en
del Espíritu Santo (Gal 5,22-23). Vida teologal que emerge
breve presentación tres figuras relevantes, que gozan de atrac-
e irradia fuerte y vocacionada. Gozo humano y alegría de vivir
ción en el pueblo cristiano: San Francisco de Asís, con el Cán-
una vida con sentido y en comunión29.
tico de las creaturas, cantado desde la extremada pobreza evan-
gélica, y la enfermedad. Santa Teresita, alegre y confiada en
Alegría del cristiano medio de las tinieblas de la fe. San M. Kolbe, fuente de alegría
y serenidad en medio de lo que pudiera considerarse una ima-
Alegría es comunión con Dios, personas y cosas (Gaudete gen del infierno. Una constante en los modelos de alegría es
in Domino). Necesitamos aprender, reeducar el gusto y el gozo que todos ellos la viven en circunstancias penosas. Circuns-
de las cosas humanas, la naturaleza, el silencio, el trabajo, el tancia que le confiere calidad de bienaventuranza evangélica.
servicio, el sacrificio. Purificar y completar, no desdeñar esas Con participación de alegrías y gozos humanos, se advierte
alegrías naturales espontáneas. Con las personas: La gran ale- que mana de más alta fuente.
gría de amar y ser amados con sentido. En la caridad sentida, Se está volviendo cada vez más necesaria y difícil esta pre-
en el servicio de amor, en el sacrificio por el hermano. En ciosa virtud cristiana y espiritual. Preocupaciones, conflictos,
la amistad plenificante y abierta. desconfianzas, están quitándole su clima natural. Requiere plan-
Con Dios, que es la fuente de todo lo bueno y lo bello. tación, cultivo, trabajo sobre el carácter y temperamento,
Es el centro y la síntesis, que valoriza todo lo anterior desde ambiente. Expresiones litúrgicas, festivas, familiares, sociales30.
la raíz misma. La verdadera alegría está en El, que es quien
da fuente y horizonte a la vida humana, da plenitud al cono- — La alegría espiritual es virtud fundamental, con valor
cimiento y al amor. El corazón reposa, confía, espera. La ale- propio de contenidos y fuerzas y dones. Igualmente es la que
gría es seguir y cumplir una vocación. da tono y brillo a todas las demás virtudes, a la persona y
Felicidad es posesión plena y gozo completo, con carácter a la vida en general. Manifestación de armonía global: en fe
de plenitud y meta. Placer se mantiene en el orden inferior y sentido, en esperanza y amor. En todo, gracias a todo, y
y sensible, intenso y pasajero. La alegría se refiere a capa- a pesar de todo. Es una palabra sencilla y una gracia sublime.
cidades superiores y espirituales en el encuentro con la cosa Como saludo, "Alegraos en el Señor" es augurio, petición,
amada, pero en forma parcial y contingente. Es un sentimiento mandato.
de armonía profunda dentro de sí mismo, con personas y cosas, Alegría de la fiesta y de la jornada gris.
con la historia, con Dios. — Virtud de la convivencia. La alegría cristiana tiene ade-
La exhortación hace una breve presentación de "modelos" más la función y la fuerza de embellecer y potenciar toda otra
de la alegría cristiana, todos ellos marcados por el misterio fuerza y forma de vida y acción. Posee vitalidad ascendente,
de la muerte-resurrección. La alegría y el gozo en el corazón multiplica y fecunda al espíritu. Sus vías de irradiación son
29
muchas: algunas exuberantes, expansivas, vistosas, vibrantes;
G. HFXEWA, "San Paolo místico e mistica paolina", en AA. VV., Vita otras más discretas, sencillas, veladas. En unas o en otras for-
cristiana ed esperienza mistica, Roma, 1982, pp. 51-122; dedica a la alegría
pp. 91-104 (bibl. abundante). Cf. S. BLANCO, La Iglesia naciente, mensajera- mas, basta que sea alegría verdadera, para que trascienda como
portadora de gozo y felicidad: Confer, 27(1988), 25-42. Hechos 2,46: se alegran, 30
alaban, dan gracias, exultan... en la comunicación fraterna, la oración, apos- Modelos de alegría radiante... "La alegría, testimonio cristiano" (Edi-
tolado, el sufrimiento, con todo gozan y se alegran. torial): Ecclesia, 35 (1975), p. 663; G. BESSIERE, ¿El humor, actitud teológica?:
Concilium, 95 (1974), 229-234.
638 ASCESIS REGENERADORA

armonía de persona hecha, centrada, dinámica, contenta de


ser y de vivir para Dios y para los demás.
— Irradiación apostólica. "Conservemos la dulce y confor-
tadora alegría de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar
entre lágrimas... Ojalá el mundo actual —que busca a veces
con angustia, a veces con esperanza— pueda así recibir la Bue-
na Nueva, no a través de evangelizadores tristes y desalentados,
impacientes y ansiosos, sino a través de ministros del Evangelio, 14
cuya vida irradia el fervor de quienes han recibido, ante todo
en sí mismo, la alegría de Cristo y aceptan consagrar su vida FORMACIÓN Y AYUDA ESPIRITUAL
a la tarea de anunciar el Reino de Dios y de implantar la Iglesia
en el mundo" (EN 80).
El tema de la ayuda y orientación espiritual trae de nuevo
a primer plano una función que figura como rasgo caracte-
rístico de la teología espiritual: la función mistagógica y direc-
tiva. De ella hemos hablado en el primer capítulo. En todos
los temas y capítulos está presente el aspecto mistagógico y
experiencial de la espiritualidad, de manera especial en los de
apostolado y crecimiento espiritual. Ahora tenemos oportu-
nidad de darle un desarrollo más explícito y prolongado.
La colaboración espiritual humana no es efecto de un sim-
ple método o técnica. Su verdadera fuente es la abundancia
del Espíritu Santo que, además de santificados, hace a los hom-
bres santificadores. Crea y utiliza la mediación humana para
su obra, dando origen a una circulación de vida que mantiene
a las personas constantemente unidas y mutuamente benefi-
ciadas: "Es Dios tan amigo que el gobierno y trato del hombre
sea también por otros hombres semejantes a él y que por razón
natural sea el hombre regido y gobernado, que totalmente
quiere que las cosas que sobrenaturalmente nos comunica no
las demos entero crédito ni hagan en nosotros confirmada fuer-
za y segura, hasta que pasen por este arcaduz humano de la
boca del hombre" '.
La dirección espiritual ha tenido durante siglos el monopolio
de este sector. Ha figurado prácticamente como su única forma
y expresión. Son fáciles de apreciar los frutos de santidad vivida
que ha producido en su larga historia. A la teología espiritual
le interesa igualmente la experiencia, sabiduría, doctrina y esque-
mas que ha acumulado y elaborado pacientemente. Toda esa
1
SAN JUAN DE LA CRUZ, Subida del monte Carmelo, II, 22,9.
640 FORMACIÓN Y AYUDA ESPIRITUAL
1. AYUDA FRATERNA EN EL ESPÍRITU 641

riqueza mistagógica y teológica mantiene validez y eficacia para


a disposición los innumerables medios y ocasiones de dar y
la ciencia espiritual y también para nuevos métodos de formación
recibir que diariamente se ofrecen. Está al alcance de todos
espiritual que se han ido introduciendo. La dirección espiritual
y se adapta a toda clase de personas y situaciones. Se parece
sigue siendo un medio eficaz de ayuda espiritual.
en esto a la frecuencia y eficacia de la que hemos llamado
A la dirección espiritual se han ido añadiendo nuevos recur-
"oración en situación" (cap. 8,4). Su misma sencillez la dota
sos y estilos. Con la formación espiritual se abre una pers-
de eficacia que a veces falta en las formas oficiales jerárquicas.
pectiva nueva en este capítulo. Ya hace tiempo que tenía relie-
La colocamos en primer lugar, por su frecuencia y universa-
ve en la práctica, pero no había entrado en la teología espi-
lidad. Y también para compensar la desatención y el olvido
ritual. Ahora la formación se convierte en expresión eminente
que sufre en los libros de espiritualidad, concentrados en las
de ayuda espiritual, por su eficacia y uso generalizado. Recien-
formas de ayuda ministeriales, jerárquicas y especializadas.
tes documentos y procedimientos la extienden a la totalidad
del pueblo cristiano: educación en la fe, formación a la espi-
ritualidad. El campo de la formación en espiritualidad merece
desarrollo apropiado, con programas y métodos peculiares 2. Entre hermanos

1. Ayuda fraterna en el Espíritu. El título "entre hermanos" indica familiaridad evangélica


2. Formación y acompañamiento espiritual. y humana: sentido teologal y cercanía humana. Ambas cosas
3. Dirección espiritual. se unifican en la caridad cristiana: amaos unos a otros como
yo os he amado: con amor infinito de Dios y con el corazón
1. Ayuda fraterna en el Espíritu humano.
Tiene profundo sentido cristiano y está dotada de alta cali-
"Cristo mismo conforta su cuerpo, que es la Iglesia, con dad teologal. La sencillez con que se desarrolla esta relación
los dones de los ministerios, por los cuales, con la virtud deri- no debiera ocultar su hondura y alcance. Su eficacia no es sim-
vada de El, nos prestamos mutuamente los servicios para la ple efecto psicológico del sentimiento o la compañía. Actúan
salvación" (LG 7). Repetidamente hemos comprobado esta en ellas los mismos mecanismos teologales básicos que en el
verdad en temas fundamentales ya tratados: vida teologal y apostolado o el servicio ministerial. Es carisma del Espíritu
mediaciones, carismas en la iglesia, reciprocidad en el servicio y obra de iglesia. Quedan ya explicados los principios en que
apostólico, dinámica del crecimiento personal y colectivo. Todo se apoya la comunión teologal fraterna: miembros del mismo
cristiano, es miembro vivo y responsable de las funciones del cuerpo de Cristo, instrumentos vivos del Espíritu Santo, reci-
Cuerpo místico, en colaboración con todos y cada uno de los procidad apostólica, dinámica eclesial, etc.
demás miembros que en él viven y trabajan. Esto se verifica El Espíritu Santo distribuye sus carismas en todos los miem-
a nivel de grupo y también como personas "particulares". Este bros de la iglesia. La distinción entre "carismas extraordina-
mismo carácter "fraterno" lo llevan también las formas de ayu- rios" y otros "más comunes y difundidos" (LG 12) sirve per-
da que corresponden a encargos y responsabilidades especiales. fectamente aquí. Hay personas que tienen el don de consolar,
Son ayudas y recursos de mutua edificación, que casi no de animar, de iluminar, de "corregir" sin herir, etc., sin ocupar
se advierten por su normalidad, y por eso mismo resultan más cargo o encargo especial para hacerlo.
incisivas y eficaces. La forma fraterna de ayuda espiritual tiene Es al mismo tiempo servicio eclesial y comunión fraterna.
El cristiano que practica la caridad de ayuda espiritual realiza
2
Cf. L. SORAVITO, Educare alia spiritualitá: Credereoggi, 22 (1984/4); de manera eminente su condición de iglesia. El mismo es iglesia
L. FANIN, La crescita nello Spirito, Padova, 1995 ("Educare alia spiritualitá", y como tal presta los servicios a su hermano, o los recibe de
pp. 175-192). él. Con frecuencia en estos encuentros vivos y oportunos hay
642 FORMACIÓN Y AYUDA ESPIRITUAL
1. AYUDA FRATERNA EN EL ESPÍRITU 643
una iglesia tan real y santificante como en las grandes aglome-
raciones. En el gesto del cristiano que tiende la mano a su — Condición personal. Entre los cristianos no se uniforma
prójimo para juntos acercarse al Señor hay una presencia sacra- el trato, por el hecho de la fraternidad. Significaría pérdida
mental y activa de Cristo. "Donde están dos o tres congregados de virtudes y valores humanos. A cada persona se la debe tratar
en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mt 18,20). según el cargo, la edad, el sexo. "Al anciano no le reprendas
Se ejercita en la convivencia, en el encuentro ocasional, con dureza, más bien exhórtale como a padre; a los jóvenes,
en la visita, en la palabra confortadora. Para este ministerio, como a hermanos; a las ancianas, como a madres; a las jóvenes,
basta la consagración bautismal y la caridad viva, sin necesidad como a hermanas, con toda castidad" (ITim 5,1-2). El amor
de especial delegación. Resulta doblemente constructiva, cuan- fraterno hace que cada uno considere superiores a los demás:
do da lugar a comunión prolongada entre dos personas o en "amaos unos a otros con amor fraternal, honrándoos a porfía"
pequeño grupo, que promueve regularmente la maduración (Rom 12,10). La relación entre cristianos está marcada por
cristiana de sus componentes. La ayuda fraterna se encarna un sello de dignidad y respeto, atenta a la psicología y la fun-
en relación humana, utilizando sus capacidades y recursos. El ción de cada uno. La camaradería desconsiderada no es fra-
carácter fraterno de esta relación no uniforma los varios tipos ternidad evangélica. Ni la fraternidad nivela funciones, ni la
de comunión y trato, sino que los vivifica a todos, respetando superioridad de un ministerio prevalece sobre la condición de
la peculiaridad de cada uno. No es igual el trato de grupo, hermanos.
de amistad, de superior o de director espiritual. La dirección — Dignidad social. Amplía esa misma actitud matizada de
lleva cierta dosis de autoridad; la amistad es llana; el grupo respeto en las relaciones sociales: "Dad a cada cual lo que se
puede ser entre iguales, si bien implica cierto tipo de jerarquía, le debe: a quien impuestos, impuestos; a quien tributo, tributo;
que no se encuentra en la amistad. a quien respeto, respeto; a quien honor, honor" (Rom 13,7).
Entre los bautizados, no hay siervo ni libre (Gal 3,28). Pero tam-
— Respeto mutuo. Esta primera actitud vale para todos, poco toma san Pablo la fraternidad cristiana como pretexto para
pequeños y grandes, superiores y subditos, con cargo o sin car- no respetarse. "Los que tengan amos fieles no los desprecien
go. La tradición espiritual mantiene una gama amplia de posi- por ser hermanos; antes sírvanles mejor, porque son fieles y ama-
bilidades de relación cristiana: superior-subdito, padre-hijo, dos los que reciben el beneficio" (ITim 6,2).
maestro-discípulo, hermanos, amigos. Ninguna de ellas expresa
toda la riqueza de la relación cristiana. Se entrelazan para decir
algo de esa comunión multiforme. Se empobrece el evangelio,
si nos quedamos con una sola, aunque ésta sea auténtica. "Her- Expresiones y formas de ayuda
manos" es la más evangélica. Jesús lo encarga determinada-
mente: no os hagáis llamar gobernantes, bienhechores, maes- La gracia y trasformación viene siempre de Dios. La ayuda
tros, padres. Sólo Dios es vuestro Padre, y yo el único Maestro. fraterna fomenta disposiciones favorables a su acogida y
"Todos vosotros sois hermanos" (Mt 23,8-10). Con amor sobre desarrollo: elimina obstáculos, orienta las energías espirituales
todo, y también con respeto y dignidad. y psíquicas, las unifica en proyecto de santidad personal y de
— Dignidad del ministerio. San Pablo vive y recomienda apostolado. La gama de situaciones a que se extiende la ayuda
el espíritu de fraternidad cristiana, hecha de confianza mutua, fraterna rebasa toda posible lista. Cuando hay fe y esperanza,
y al mismo tiempo respetuosa y noble. Se llama a sí mismo y sobre todo caridad, la existencia entera se convierte en inter-
padre, maestro. No por superioridad, sino porque esas palabras cambio constante de gracia, luces y apoyo entre las personas
expresan mejor el tono de su ministerio; y advierte que hay en todas las circunstancias y situaciones de la existencia.
un solo maestro y redentor de los cristianos, y no es él, sino Sencillez y respeto son actitudes y virtudes que acompañan
Cristo (ICor 3). el don y la acogida en la colaboración fraterna. Dar con natu-
ralidad, sin aires de bienhechor, sin superioridad. La bondad
644 FORMACIÓN Y AYUDA ESPIRITUAL
1. AYUDA FRATERNA EN EL ESPÍRITU 645

fraterna no llama la atención, ni la propia ni la ajena. "Dis-


c) Colaboración. En esta categoría se incluyen servicios,
creción" es la actitud de reverencia que se toma frente a la
ayudas concretas, dar una mano en el trabajo, saber colaborar
vida íntima de una persona que se confía. Es don del Espíritu y suplir en una necesidad. La ayuda material adquiere sentido
y propiedad de ella misma. La confidencia no es noticia o infor- espiritual fuerte, en determinadas condiciones. Saber tomarse
mación. En las formas ministeriales, la ayuda fraterna va acom- incomodidades por aliviar el sufrimiento ajeno. La vida abre
pañada de secreto obligado frente a las gracias del Espíritu horizontes ilimitados a quien lee los hechos con fe y amor,
y las flaquezas personales. La discreción "interior" de quien y aprende a amar y ayudar como él mismo desearía ser amado
es hecho testigo consiste en tratar con reverencia y admiración y ayudado.
la confidencia recibida, sea de carácter positivo o negativo.
No es suficiente callarlas ante los extraños.
Los contenidos y las modalidades del intercambio fraterno "Iluminación fraterna "
son innumerables. La caridad evangélica, la sabiduría y el cora-
zón sensible las van descubriendo e inventando. Como simple Se cuenta entre las expresiones que acabo de enumerar.
esquema en que muchas de ellas se podrían enclavar, nombro Tiene nombre conocido y poco atractivo: "corrección fraterna".
cuatro tonalidades predominantes: aliento y ánimos, discerni- La trato separadamente por su particular dificultad y eficacia.
Ha decaído y casi desaparecido, reduciendo el uso a casos
miento y orientación, colaboración efectiva, y por último la
extremos de autoridad jurisdiccional. Quizá esta desaparición
infelizmente llamada "corrección fraterna", que trataré con silenciosa haya sido la salida honrosa para una mediación evan-
mayor amplitud. gélica que no cumple sus funciones. Pero no deja de ser una
a) Aliento. El hermano, el amigo, la persona cercana, "da grave pérdida para la fraternidad evangélica y la ayuda espi-
ritual. Se deja notar su ausencia. Tantas deliberaciones y reu-
ánimos", porque es también capaz de levantar el ánimo que
niones generales y consignas para revitalizar comunidades, gru-
llevamos dentro muerto o decaído. La mano fraterna sostiene pos y personas, carecen de toda eficacia, porque tropiezan con
y empuja amigablemente en los momentos de iniciativa y en el escollo de un dilema insoluble: a) comentar la cosa concreta
los de flaqueza y crisis; cuando la gracia da y pide mucho y a las personas en concreto, con la seguridad casi total de
cuando la cruz se vuelve pesada. Corrobora las decisiones empeorar la situación; b) o hablar de cosas generales para
tomadas y ayuda a salir del miedo y la indecisión. Basta a veces todos en general, con la seguridad de que nadie se siente alu-
la sola presencia solidaria para levantar el ánimo en tiempos dido ni cambia nada.
de tristeza y relanzarlo hacia nuevos horizontes. Da impulsos
Todo parece contribuir a su imagen desfavorable: el nom-
frente a exigencias fuertes de la propia vocación. bre, actitudes y moventes, tono y contenidos. No existen en
b) Discernimiento. El prójimo puede ayudarnos a ver las el sujeto las condiciones básicas para recibir constructivamente
propias capacidades, la gracia recibida, la misión que nos espe- la iluminación: conciencia de los propios defectos y límites
ra, el modo mejor de realizarla, los obstáculos. Observando involuntarios o voluntarios, voluntad vocacional de fidelidad
y valorando juntos, se ve más y mejor. Uno solo no percibe y mejora, deseo de evitar molestias a los demás, voluntad de
bien las situaciones de la vida propia o ajena. En el discer- contar con los demás en la convivencia y colaboración. Faltan
nimiento, la intervención del hermano es por lo general indis- con frecuencia los presupuestos de una transmisión adecuada:
pensable. En la inspiración divina interfieren nuestras ideas hacer observaciones sólo por evitar molestias propias, advertir
y pasiones, haciendo muy difícil la separación. En realidad, defectos quien es incapaz de apreciar y alabar a la misma per-
el discernimiento es una forma de ayuda constructiva, depu- sona o grupo, insistencia en reprochar cosas que se entienden
radora de carismas y de iniciativas. La debiera ejercer, no sola- con una simple indicación, pretender hacer observaciones
mente la jerarquía, sino también el hermano, el amigo. quien no escucha de buena gana las que se le dirigen a él.
646 FORMACIÓN Y AYUDA ESPIRITUAL
1. AYUDA FRATERNA EN EL ESPÍRITU 647
Resulta impracticable e indispensable al mismo tiempo.
Algo se puede hacer por devolverle su sentido y funciones d^ fuera. No basta decir a otro "la verdad". Esta definición valdría
ayuda-fraterna. Intentaré diagnosticar la enfermedad que hoy también para el insulto y el escarnio. Hecha como ayuda fra-
sufre la "corrección fraterna", y sugerir algún remedio que 1^ terna, va unida con tantas muestras sentidas de estima, ala-
revigorice en sus funciones de iluminación y caridad. banza, colaboración. Mejor, si esas muestras están distribuidas
El nombre, "corrección fraterna": dos palabras que, unidas, por la existencia y hechas en diferentes momentos. La "ilu-
han compartido una larga tradición bíblica, teológica, monás- minación" fraterna en este sentido no es un servicio que se
tica, espiritual, canónica, etc. No obstante, la yuxtaposición pueda cultivar aislado, a no ser en los tribunales.
causa estridencia en el ánimo de muchas personas: la correc- Pasiva y activa. Para entender y practicar la iluminación
ción no es fraterna, y el hermano nunca juzga ni corrige. Más fraterna es necesario haberla "experimentado" en su doble ver-
"aceptables" resultan: observación, advertencia, aviso, aclara- tiente: saberla ofrecer y saberla recibir. Es poco menos que
ción, etc. No se trata de acusar maldades, sino de hacer ver imposible hacerla bien, cuando uno mismo no la ha recibido;
los inconvenientes o daños personales y comunitarios que pue- y recibirla bien, cuando no ha probado lo que significa tenerla
de causar el sujeto que, por descuido, inadvertencia o costum- que hacer. Nos prestamos "mutuamente" servicios para la san-
bre, tiene comportamientos inadecuados. Con dificultad des- tificación, y ésta es una de las maneras fraternas y eficaces.
cubre la persona misma Jos daños y molestias que causa. Escu- El modo de ofrecerla facilita la acogida; y el modo de acogerla
char una voz fraterna, que avisa oportuna-amigable-respetuo- facilita el ofrecimiento.
samente y sin muchos rodeos, es una gracia de Dios muy espe- Recibir iluminación, en primer lugar. En el lenguaje reli-
cial, que no siempre merecemos ni sabemos recibir. gioso y espiritual corriente, "merecer una corrección" significa
tener fallos o miserias que justifican la corrección y nos obligan
"Iluminación fraterna" me parece nombre más adecuado, a soportarla. Pero tiene también otro significado espiritual de
porque expresa lo que queremos decir. Su posible contenido alta calidad, y lo advertimos claramente en el trato directo:
rebasa con mucho el ámbito de la corrección de faltas. Se trata nos merece la confianza de una corrección quien ha demos-
de una ayuda entre hermanos, para iluminar zonas oscuras de trado dignidad y gratitud al recibirla en ocasiones anteriores.
la propia vida, que con frecuencia escapan al control personal Aprender a recibir observaciones, advertencias, incluso "crí-
y a los exámenes de conciencia convencionales. Hay actitudes ticas". Es penosa para quien la recibe, porque necesita pacien-
y conductas que hacen daño al sujeto mismo, y no solamente cia, comprensión de caridad, humildad, fortaleza; virtudes o
molestan o hacen daño a los demás. Teóricamente, puede tra- actitudes nada espontáneas. Implica alta calidad espiritual y
tarse en contexto de ascesis, como medio de progreso espiritual humana saberla recibir y así merecer que alguien pueda prestar
y por su carácter mortificante. Pero el lugar adecuado en que ese género de ayuda. De san Juan de la Cruz en sus años
resulta más comprensible y aceptable es el de la colaboración de Segovia, místico favorecido, director espiritual consumado,
fraterna. En contexto de ayuda informal, amigable, puede recu- vicario general de la Reforma, superior de la casa y formador
perar su función evangélica (Mt 18,15 ss.). Puede ser utilizada, de los jóvenes, testifica un religioso de la comunidad: "Nos
en convenientes dosis, no sólo entre las ayudas informales, sino rogaba encarecidamente que le dijésemos sus faltas."
en cualquier otro sistema de formación y dirección espiritual. Saber ofrecerla. Requiere también calidad espiritual y
Ayuda fraterna. Primera condición es que sea efectivamente humana saber hacerla cuando lo aconsejan las circunstancias,
lo que tiene que ser: ayuda fraterna, ante todo. Bajo el nombre y la caridad, en tiempo y modo oportunos, con discreción y
de corrección fraterna han tenido cabida procedimientos de conciencia de la propia debilidad (la paja y la viga del evan-
humillación y de condena. La iluminación fraterna es delicada gelio), dándole contenidos, moventes, formas y tono de comu-
en su naturaleza y en su ejercicio. Es hablar con bondad y nión fraterna. Si faltan las condiciones de una u otra parte,
verdad, desde la perspectiva limitada que tiene quien ve desde lo mejor es callar, a no ser que obligue el bien común u otras
circunstancias.
648 FORMACIÓN Y AYUDA ESPIRITUAL
2. FORMACIÓN Y ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL 649
El don de la amistad. Aliento, discernimiento, col aK
iluminación de manera especial, encuentran su exp fe ?i^ rece el afecto sensible, pero sí podemos tenerles amor sentido.
espontánea, constante y profunda en la comunión d e ^ S ^ V Inmediatez y oportunidad son dos cualidades básicas de esta
o de confianza. Por experiencia vemos que esta forma c j ^ i X 5 ayuda.
espiritual efectiva y directa se ha vuelto casi "impr a c e *tjNi La ayuda informal actúa libremente al lado de cualquier
en comunidades y grupos de convivencia institución c ^ \ forma categorizada de colaboración espiritual. Está al alcance
Tener a una persona de confianza que "te avise", c o j f ^ ^ de la gracia y capacidad de todo cristiano. Pasa frecuentemente
c
y sinceridad, es encontrar un tesoro. ^*t inadvertida con ser la más corriente y practicada por el her-
mano que cree y ama. Para este ministerio basta la consagra-
ción bautismal y una caridad viva. Para amar y desvivirse por
Ayudas informales los demás, no hace falta tener delegación eclesiástica ni título
universitario.
Damos el nombre de "ayudas informales" a tantas f0
de apoyo extraoficial, de servicios breves o prolongados ^ s
se prestan entre hermanos, sin hacer de maestros ni fo'j^V 2. Formación y acompañamiento espiritual
grupo. Lo puede hacer cualquiera con buena voluntad, R i -
sibilidad para darse cuenta de las necesidades, amor cristia6^-. La formación espiritual es una mediación y un método al
No requiere preparación o título especial. Puede ser la pal a ? Q . servicio del crecimiento espiritual. Aún no ha tenido oportunidad
amiga, el gesto de solidaridad, la visita oportuna, la carta ^ de realizar sus tareas y ocupar los espacios que le corresponden
apoyo o felicitación o cariño, un regalo o servicio, la s u p l e n ^ en "teología" espiritual. Dos factores ya indicados han incluido
en un trabajo. Cuando el ambiente general se hace hos t ? más directamente en esta limitación. El primero es el carácter
mucho puede una presencia confortadora. Los errores y caí<jk > casi exclusivo con que ha sido tratada la "dirección espiritual",
pierden veneno, cuando alguien nos da luego la mano. En j Q s forma prácticamente única de ayuda espiritual sistemática en la
momentos de triunfo, necesitamos también el apoyo m o ^ , espiritualidad clásica. El segundo motivo es el retraso con que
para estar seguros de que no es ilusión y podemos realÍ2a¡, se ha empezado a hablar de "formación espiritual del cristiano",
cosas grandes. "Lo que vale un elogio, ¡cómo levanta el árn\ y no solamente del sacerdote y el religioso, como se ha venido
mo!", me decía una persona experimentada en bondades dada s haciendo: formación sacerdotal, religiosa, etc.
y recibidas. Los recientes documentos eclesiásticos sobre sacerdotes,
Mucho se puede hacer unos por otros en la convivencia laicos y religiosos centran su atención y desarrollo en la "for-
cotidiana o en el encuentro fugaz. Y también cuando tiene mación". La tarea urgente y la dificultad mayor radica hoy
lugar en pequeño grupo o en comunión prolongada entre dos en este punto: llegar a ser, hacerse lo que ya es por la gracia
o tres personas. Mucho necesitamos unos de otros en este apo- vocacional. Pasa a segundo plano "identidad" o caracterización
yo informal y penetrante. Son formas no catalogadas, recursos teológica y social, que hace pocos años era tema dominante.
que brotan oportunamente del corazón bondadoso transfor- Hoy la teología espiritual está llenando esa carencia con
mado por la caridad de Cristo. Se da la mano a los demás, un incipiente desarrollo sistemático del tema y extendiendo
porque la necesitan, porque somos hermanos, porque su dolor sus funciones a dinámica espiritual de la iglesia y de todo el
es mío como miembros del mismo cuerpo, porque también pueblo cristiano, de manera concreta y efectiva. Lo utiliza
a mí me gustaría que lo hicieran conmigo. No es preciso que como medio básico y prolongado de crecimiento espiritual, con
nos mueva un sentimiento previo de compasión, o se prolongue personas y programas adecuados. Toda vida cristiana es una
en gozo de haber ayudado... Con ciertas personas no nos favo- vocación e implica un proceso de crecimiento y novedades que
se prolonga a lo largo de toda la vida.
650 FORMACIÓN Y AYUDA ESPIRITUAL
2. FORMACIÓN Y ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL 651
La formación constituye hoy la expresión más frecuente
y acreditada de ayuda espiritual orgánica. Se prescribe y orga- generaciones de los valores de la vida cristiana, religiosa, sacer-
niza con todo detalle: formandos y formadores, programas y dotal, etc., para que los asuman personalmente, los recreen en
métodos, tiempos y lugares. Es de mayor frecuencia y alcance la fidelidad y la libertad y los encarnen individual y comuni-
que la dirección espiritual. No se incluye en manuales de teo- tariamente en las nuevas circunstancias y tareas de hoy.
logía espiritual, simplemente porque no había costumbre ni Asimilación y receptividad creativa. Como tarea asimilativa,
un esquema establecido para el desarrollo del tema. Se afirma podemos también entender la formación como el compromiso
por sus propios objetivos y servicios, no por contraste con los vocacional del sujeto o candidato que, a partir de una elección
demás recursos. Colabora positivamente e intercambia recur- motivada y responsable, se mantiene permanentemente abierto
sos con los demás medios de ayuda espiritual: dirección, gru- a la gracia inicial, a la creatividad de Dios y a las exigencias
pos, amistad, etc. Presenta gran variedad de medios y estilos: siempre nuevas de la iglesia en su historia salvífica.
ministerial, magisterial, etc.
Elementos. Haciendo uso de los elementos presentados en
el número precedente, encontramos que la formación espiri-
Formar y configurarse tual cuenta con los elementos fundamentales, muchos de ellos
comunes con otras formas de ayuda espirituales: sujeto en for-
Toda gracia y vocación implica proceso gradual, medios mación, proyectos y programas, formador, medios concretos.
y ayudas para el desarrollo. Ser y hacerse cristiano forman par- a) Sujeto en formación. Sujeto, en sentido activo de agente
te de una misma vocación permanente, la de discípulo e imi- libre y responsable. No simplemente persona "en período de
tador de Cristo. Esa vocación conlleva un proceso permanente formación", sino en actitud de formarse y ser formado voca-
de crecimiento, que requiere cuidados de parte de la persona cionalmente, en búsqueda de identidad, disposiciones de aco-
y colaboración de los demás. San Pablo manifiesta repetida- gida y colaboración. Junto con el Espíritu Santo, el sujeto es
mente sus deseos de "conformarse" él mismo y "formar" a agente principal en todo este proceso: se forma y se deja for-
los demás según la imagen de Cristo: "Conformándome a mar. Nadie le puede sustituir o marginar. En estas vocaciones
él en la muerte, por si logro alcanzar la resurrección" y vidas fundamentales de orden sobrenatural, la compaginación
(Flp 3,10-11). "Hijos míos, por los que de nuevo sufro dolores de elementos y el papel de cada uno deben ser objeto de par-
de parto, hasta que Cristo se forme en vosotros" (Gal 4,19). ticular equilibrio en la formación. Aquí se mezclan los varios
En variedad de tonos y modalidades: conformarse, formarse, planos de la mistagogía: conocimiento, afecto, realizaciones
ser formado; y lo mismo con conformar, transformar, etc. concretas y experiencia, formas de vida.
Formación afecta a toda la persona y al conjunto de su b) Proyecto vocacional y programas de realización. El pro-
vida, con el doble objetivo de alcanzar metas o ideales y yecto vocacional refleja la gracia original del Espíritu, la meta
desarrollar capacidades personales. Espiritual acentúa deter- de una vocación libremente elegida. Los programas establecen
minados valores y dimensiones de ese conjunto personal. la organización concreta del proyecto en unidades pedagógicas,
Tomamos la formación como proceso de transmisión y de asi- y están elaborados por los organismos y las personas encar-
milación espiritual: formar, formarse, ser formado. Es lo que gadas de la formación. Aquí se ordenan los contenidos, los
le da unidad, y lo que la vincula directamente a la espiritua- medios y las etapas de transmisión y asimilación. Teniendo
lidad. Podemos definir la formación, se puede definir en su siempre en vista, como queda dicho, la integración en la per-
doble perspectiva de oferta y asimilación. sona y la unidad de vida. Medios y métodos, espirituales y
Ofrecimiento de una forma de existencia vivida. En formu- psicológicos, deben tener en cuenta la naturaleza del proyecto
lación activa, la formación comporta la presentación a las nuevas vocacional, que es lo que se pretende conseguir o desarrollar
a través de ellos.
652 FORMACIÓN Y AYUDA ESPIRITUAL 2. FORMACIÓN Y ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL 653

c) Maestro y formador. Es la figura que encarna el ideal, ponder; no puede dejar de asumir su personal responsabilidad...
transmite la doctrina, estimula la participación activa y pasiva En este diálogo entre Dios que llama y la persona interpelada
del sujeto en formación. en su responsabilidad se sitúa la posibilidad —mejor, la nece-
Formador espiritual. "Espiritual" no califica solamente los sidad— de una formación integral y permanente de los fieles
temas contenidos del programa, sino también y sobre todo la laicos... La formación de los fieles laicos se ha de colocar entre
persona y el estilo del formador: maestro, acompañante, orien- las prioridades de la diócesis y se ha de incluir en los programas
tador. De ahí depende lo que hemos dicho sobre la sensibi- de acción pastoral de modo que todos los esfuerzos de la comu-
lización espiritual del sujeto receptor 3 . nidad (sacerdotes, laicos y religiosos) concurran a este fin."
"Sin duda la formación espiritual ha de ocupar un puesto pri-
d) Medios y métodos. Mistagogía, acompañamiento, direc- vilegiado en la vida de cada uno, llamado como está a crecer...
ción; comunicación, instrucciones, ideas, prácticas, revisión. Se en la intimidad con Jesús, en la conformidad con la voluntad
habla también de ellos a propósito de acompañamiento y direc- del Padre, en la entrega a los hermanos, en la caridad y en
ción. la justicia" (Christifideles Laici, nn. 58-60).
Las aplicaciones y concreciones de la formación espiritual
son prácticamente ilimitadas, a) La formación espiritual indica
en primer lugar síntesis de vida cristiana, b) Dentro de ella, El sujeto de la formación es el cristiano en su vocación
asume varias modalidades: laical, religiosa, sacerdotal, con de cristiano y en las eventuales formas particulares que adopte
posibles especificaciones dentro de ellas o equiparables. la gracia de su vocación. Pero ya lo cristiano es una vocación,
c) Diferentes aspectos y contenidos: formación bíblica, litúr- que por sí mismo lleva dedicación y necesita cuidados espe-
gica, pastoral, espiritual, etc. El cultivo de aspectos particulares ciales para su desarrollo constante y renovador. Es un gran
hay que hacerlo en referencia a la totalidad de persona y vida paso hacer explícita la necesidad de formación espiritual en
vocacionada. toda forma de vida cristiana. Y precisamente en un documento
En cuanto a contenidos, son muchas las fuentes: Biblia, que se ocupa de los "laicos", donde menor atención se había
liturgia, teología, espiritualidad, carisma. De todo tiene que prestado a esta labor en general. Los movimientos laicales de
recibir conocimientos. espiritualidad ya lo vienen haciendo con programas precisos,
medios y formas concretos. Pero queda siempre en ámbitos
muy reducidos y escogidos 4.
Formación espiritual cristiana El documento citado se mantiene genérico, sin descender
a concreciones sobre contenidos, programación adecuada, iti-
En la exhortación apostólica de Juan Pablo II sobre los nerarios concretos. Sugiere algunos temas de formación cris-
laicos, escrita en 1988, como fruto del "Sínodo episcopal sobre tiana general: unidad de vida, formación doctrinal, doctrina
los laicos", se afirma de manera explícita e insistente la nece- social de la iglesia, valores humanos. Y en mismo tono general
sidad de formación de todos los cristianos. No solamente de indica los agentes y responsables de esa formación: la Iglesia
encargados o dirigentes, sino del pueblo cristiano en su tota- universal, las iglesias particulares, la parroquia, pequeñas
lidad. comunidades, la familia, las escuelas y universidades católicas...
"El hombre es interpelado en su libertad por la llamada 4
Concretamente eso ha sucedido en lo que se refiere a formación espi-
de Dios a crecer, madurar, dar fruto. No puede dejar de res-
ritual. Omisión grave, no solamente para el cristiano seglar, sino para todas
3 las demás formas vocacionales en la iglesia, ya que todas ellas tienen en
F. Ruiz SALVADOR, "L'accompagnamento vocazionale nel processo for- lo cristiano su fuente primordial de gracia y valor. Si no pertenece a grupos
mativo. Aspetti teologico-spirituali", en AA. VV., La vita religiosa alie soglie especiales, su única oportunidad de "formación" es el período de preparación
del Duemila, Roma, 1996, pp. 217-239: contenido, maestro y método de for- a la recepción de algunos sacramentos: bautismo, primera comunión, con-
mación espiritual. firmación, matrimonio.
654 FORMACIÓN Y AYUDA ESPIRITUAL 2. FORMACIÓN Y ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL 655

Se trata de una formación dada y recibida recíprocamente por desarrollo de su dimensión específicamente espiritual. No pue-
todos. de limitarse a la recepción de los sacramentos, sino que abarca
Toda vida cristiana está sometida a un proceso de madu- a todo su ser cristiano: en la fe, la oración, la caridad, des-
ración teologal, de arraigamiento y desarrollo de los compro- prendimiento y fortaleza, etc.; además de los sectores ya indi-
misos y de la experiencia cristiana; son exigencia y deber de cados y generales de formación litúrgica, bíblica, etc. Insiste
todos. No basta recibir el sacramento del bautismo o de la el documento no sólo en temas y organización de programas,
eucaristía, o confirmación la primera vez, con algunas instruc- sino en personas "sensibles" y espiritualmente preparadas.
ciones previas. El cristiano realiza un proceso a lo largo y ancho
de toda su existencia. Para ello, necesita instrucción, ayuda, "A los sacerdotes, en cuanto educadores de la fe, corres-
estímulos, acompañamiento comunitario y clima espiritual. ponde procurar, por sí mismo o por otros, que cada uno de
Esto mismo recomienda el documento conciliar para las misio- los fieles sea llevado, en el Espíritu Santo, a cultivar su propia
nes: la conversión introduce en el misterio del amor de Dios, vocación de conformidad con el Evangelio, a una caridad sin-
y con ella el convertido entra en la comunidad y emprende cera y activa y a la libertad con que Cristo los libertó. De poco
aprovecharían las ceremonias, por bellas que fueren, ni las aso-
un camino espiritual asistido (AG 13-14).
ciaciones, aunque florecientes, si no se ordenan a educar a los
Todas estas orientaciones y normas pueden quedar en pala- hombres para que alcancen la madurez cristiana. Para promo-
bras vacías, si los deseos no toman forma operativa realmente verla, les servirán de ayuda los presbíteros, a fin de que en
eficaz. Volvemos a la necesidad de una verdadera mistagogía los acontecimientos, grandes o pequeños, puedan ver claramen-
espiritual para formar espiritualmente al pueblo cristiano: con- te qué exige la realidad y cuál es la voluntad de Dios" (PO, 6).
tenidos propiamente espirituales, sensibilidad experiencial
frente al misterio de Dios vivo, formadores que sintonicen, pra- Por éste y otros motivos, se ha introducido la enseñanza
xis expresiva de esa experiencia, no solamente prácticas habi- de la teología espiritual en el ciclo de formación teológica fun-
tuales. El pueblo cristiano es más profundo y contemplativo damental, se han creado Institutos especializados de Espiri-
de lo que aparece en sus manifestaciones. Sabe captar lo que tualidad. Y se deja sentir con carácter de urgencia en los últi-
es comunión con Dios, la docilidad y entrega, la conversión mos años la necesidad de una Pastoral de la Espiritualidad.
y organización de la propia vida a esa luz. Se estaba echando de menos en la pastoral, por falta de sen-
El peligro está en que estas propuestas de "formación espi- sibilidad, de costumbre y de personas disponibles y preparadas,
ritual" queden en la práctica reducidas a simples instrucciones con experiencia e interés de vida espiritual. Preparadas en mis-
informativas de lectura bíblica o historia sagrada, de verdades tagogía, no solamente en teología y pastoral. Entre los muchos
dogmáticas y deberes morales. Todo ello es necesario, pero que pueden hacerlo, el sacerdote lo tiene por misión especial;
con sólo eso la experiencia espiritual del cristiano seguiría sin es educador de la fe 5.
encontrar cauce adecuado. Como consecuencia, el cristiano de
5
a pie corre peligro de buscar sectas, grupos orientales o simi- Un hecho sintomático de esta sensibilidad espiritual generalizada y
lares, para llenar el vacío de experiencia religiosa. No basta necesitada de formación orgánica lo encontramos en la creación de secciones
especiales de Espiritualidad en la organización de los Institutos de Pastoral.
enseñar verdades, sino que hace falta cuidar el misterio vivido Quiere decir que se hace interés general. Entre las primeras iniciativas se
en la mente, el corazón, las expresiones de la existencia diaria. halla la del "Instituto Regional Lombardo de Pastoral", que, habiendo actua-
Asume todo su ser, y al mismo tiempo lo perfecciona y rectifica. do durante años con tres secciones (catequética, litúrgica, social), siente la
Educación de la fe adulta, según vocación y capacidades de necesidad de añadir en 1975 la "Sección de Espiritualidad". Razones: 1) resul-
ta imposible confinar la espiritualidad a los márgenes de la pastoral; 2) crean
cada uno. El cristiano siempre en formación. problema los grandes movimientos contemporáneos de espiritualidad, que,
Resultan insuficientes los cuidados pastorales ordinarios; aun siendo genuinos, no encajan fácilmente en los cuadros de la vida parro-
hay que promover y programar, en la formación cristiana, el quial; 3) abundan los grupos espirituales llenos de ambigüedad que obligan
656 FORMACIÓN Y AYUDA ESPIRITUAL 2. FORMACIÓN Y ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL 657

autorrealización; el deseo de liberación de pautas impuestas


Formación espiritual de vocaciones especiales por los adultos; quieren ver por sí mismos las cosas llegando
así, con más garantías subjetivas, a una auténtica autodeter-
La formación espiritual se encuentra más desarrollada en minación; desconfianza ante todo lo antiguo recibido por tra-
el ámbito de vocaciones especiales. El calificativo de "espe- dición; más aún cuando eso 'antiguo' (ritos, valores éticos, com-
ciales" indica simplemente la conciencia más explícita del caris- portamiento social, instituciones operativas heredadas...) les
ma de grupo, de los objetivos que se persiguen, y por la eficacia parece envuelto en categorías culturales ajenas a su modo de
ver el mundo; deseo de ser artífices de su propia personalidad,
y concreción de sus proyectos formativos y medios de actua-
sin intervencionismos ajenos; celo inmoderado de la libertad
ción. Concretamente pertenecen a esta categoría: formación personal y de seguir los dictámenes de la propia conciencia.
al sacerdocio, a la vida religiosa, a los grupos de espiritualidad. Todo esto no quiere decir que el joven no sienta necesidad
Sigue siendo fundamental la gracia y los componentes de la de aprender, de valorar, de contrastar sus criterios, de com-
formación cristiana, dentro de las varias modalidades. Estas partir su experiencia y la reflexión sobre la misma, de orien-
vocaciones carismáticas poseen proyectos carismáticos, progra- tarse; pero confía en que las pistas se las ofrece no el pen-
mas y métodos elaborados de doctrina y pedagogía espirituales. samiento hecho de un adulto, sino la experiencia, la actividad,
Los recordamos aquí, porque ordena y caracteriza los pasos la propia reflexión y el diálogo con los propios compañeros"6.
del proceso formativo, que sustancialmente valen para la for-
mación espiritual cristiana. b) Formación continuada. A partir de su primer compro-
a) Formación inicial. Se apoya en los rasgos ya exami- miso, la vocación mantiene viva la experiencia y práctica de
nados de la formación en general, como ofrecimiento y asi- esos valores en circunstancias interiores y exteriores, que los
milación en proceso constante. Asume plenamente las exigen- favorecen o los someten a dura prueba. En este momento,
cias y contenidos de la formación espiritual cristiana, básica la formación "espiritual" necesita especiales cuidados perso-
en cualquiera de sus formas. Tiene que contar con la situación nales y comunitarios. Es en este segundo momento cuando
cultural de las personas y las características religiosas que de se decide la calidad espiritual de la vocación. "Continuada"
ella derivan. Tiene un período inicial intensivo de ofrecimiento es tal vez la expresión más adecuada para caracterizar los cui-
y asimilación, de contacto con los valores sobrenaturales y las dados que deben acompañar constantemente a toda vocación
modalidades existenciales de ese género de vida. Ensaya, prue- en su desarrollo largo y accidentado. Continuidad por parte
ba y se deja probar. Se le ofrece una visión suficientemente del sujeto interesado, y por parte del grupo o comunidad en
realista de lo que va a ser su vida vocacionada en ese ambiente. que se ha incorporado.
Mejor que "permanente", calificación que empezó con
"Nuestros jóvenes pertenecen a una generación fuertemente vigor, y se ha ido degradando en contenido y dinámica. Queda
marcada por el deseo de autonomía, de emancipación frente en oportunidad periódica a distancia de años, tomada más bien
al adulto, de reivindicación de la originalidad, individualidad, como actualización doctrinal y pastoral, en actitud informativa
conciencia de la categoría 'joven'. Este puede concretarse en: más que de transformación personal.
1) la escucha exclusiva o preponderante de la propia experien- Se observa una anomalía frecuente en la formación sacer-
cia interior, y una acentuación unilateral de la necesidad de
dotal o religiosa, con resultados negativos que deberían hacer
pensar. No se trata de simple cansancio, sino de sistemático
a un discernimiento difícil. Todo ello ha llevado a descubrir la necesidad
de introducir la espiritualidad en el campo y las tareas de la pastoral. C. BRO- vaciamiento de contenidos espirituales, que acaba en monotonía
VETTO, "Una forte esperienza di Dio: base di ogni Pastorale", en AA. VV., y banalidad. El fenómeno consiste sustancialmente en esto. 1.
Spiritualitá. Fisionomía e compiti, Roma, 1981, pp. 129-130. En esa misma
6
línea de ampliación se orienta el libro de R. CHECA, La pastoral de la espi- F. VELA LÓPEZ, Naturaleza del acompañamiento espiritual: Confer, 21
ritualidad cristiana, México, 1991, pp. 110 ss. (1982), 627-628.
658 FORMACIÓN Y AYUDA ESPIRITUAL 2. FORMACIÓN Y ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL 659

En los primeros años, llamados de "formación", se intensifican a la relación, comunión, transmisión y consiguiente asimilación
programas y medios, personas y atenciones. Por normal gra- del discípulo con iniciativas de propio desarrollo. Es necesario
dualidad del proceso, la asimilación es en ese período limitada. colocarlo en perspectiva de mistagogía, ya que de otro modo
2. Cuando el sujeto vocacionado adquiere calado psicológico y puede reducirse a pedagogía general o sistema de persuasión
realismo existencial, ya apenas recibe elementos vocacionales. a corta distancia. El acompañamiento como factor mistagógico
Se produce un desfase, que puede ser decisivo y fatal. La carencia constituye una mediación o forma de transmisión del misterio
viene de dos partes. En primer lugar del sujeto mismo, que se revelado, por vía de condivisión, comunidad de ideas y sen-
da por ya "formado y concluido", y coloca en el sector de "in- timientos.
formación" todo lo que de nuevo le ofrece en los llamados Cur- Esta forma de ayuda es un medio general y un método
sos de "Formación permanente", que más bien recibe como "ac- particular entre los varios estilos de colaboración espiritual:
tualización doctrinal": bíblica, moral, pastoral, congregacional. formación, dirección, fraternidad. Este es su mejor y más
Y parte también porque faltan cada vez más en los carismas amplio rendimiento. Presenta ciertas modalidades y ventajas.
religiosos y sacerdotales medios concretos que actúen eficazmen-
te la revitalización y conversión permanente de los sujetos al "Se entiende también en la forma restringida de "diálogo",
carisma. Queda a la espontaneidad y al factor aleatorio de cada que es su momento de aplicación más concentrada y carac-
uno. En este contexto, la dimensión propiamente "espiritual" terizante: "En dichos coloquios la persona aprende a conocerse
suele ser la más empobrecida y dañada. a sí misma, incluso en las zonas subconscientes, y se le ayuda
a tomar la iniciativa para revisar en profundidad sus motiva-
ciones. Es el acompañado el que —en una atmósfera de com-
Acompañamiento espiritual prensión, mutua confianza, de fraternal estímulo, y ayuda por
parte del acompañante— construye lentamente su identidad
El acompañamiento es modalidad de colaboración forma- vocacional, centrada en la persona de Cristo, viviendo según
tiva, con amplia gama de aplicaciones en el ámbito humano la verdad en la caridad, y tratando de crecer en todo en la
y específicamente religioso. Presenta una serie de rasgos, que dirección de la cabeza, Cristo' (Ef 4,15)"8.
contribuyen a su afirmación generalizada: responde a nueva
sensibilidad de comunión y ayuda fraterna, en que el sujeto Es parte de la colaboración formativa, aplicable a los diver-
quiere ser responsable y participar activamente. Trata de evitar sos campos de la formación humana y religiosa, con amplia
estilos autoritarios y unidireccionales, da mayor relieve al Espí- gama de realizaciones. En el estilo ordinario de la formación
ritu principal agente y guía tanto del sujeto como del maestro, se da esta modalidad del acompañamiento. El estilo de relación
ensancha y renueva la perspectiva de la dirección espiritual, es a la vez comunitario y personal, constante y relativamente
admite gran variedad de formas y medidas 7 . duradero. Acompañar no se refiere solamente a la convivencia
El acompañamiento espiritual es uno de los elementos externa, sino sobre todo a la compañía en el proceso de con-
dinámicos de la mistagogía. Concretamente el que se refiere ciencia vocacional, acogida de luces, esfuerzos y fallos que for-
man parte de este camino. Acompañamiento se usa más bien:
7
J. F . VALDERRÁBANO ORDERIG, El acompañamiento espiritual en la for- para procesos intensivos en un determinado período de vida,
mación para la vida religiosa, Madrid, 1983; J. SASTRE GARCÍA, El acompa- convivencia y asistencia continuada, actúa de palabra, contagio,
ñamiento espiritual. Para la pastoral juvenil y vocacional, Madrid, 1994 (bibl. realización de valores.
pp. 211-218); AA. VV., El acompañamiento espiritual: Confer, 21 (1982),
581 -821; J. D. GAITAN, El acompañamiento espiritual: entre el pasado y el futuro: Acompañamiento y dirección espiritual son dos estilos, par-
Comunidades, 11 (1983), n. 41: "Fichero de materias", pp. 1-14; id., Boletín ciales y compatibles en sus respectivas funciones. Se notan las
sobre acompañamiento y ayuda espiritual, ib., pp. 37-47; M. STEVANI, "II pro-
cesso di accompagnamento vocazionale. Aspetti psicologici", en AA. VV., 8
L. M. RULLA, Antropología de la Vocación cristiana, I, Bases interdis-
I A vita religiosa alie soglie delDuernila, Roma, 1996, pp. 174-216. ciplinares, Madrid, 1990.
660 FORMACIÓN Y AYUDA ESPIRITUAL 2. FORMACIÓN Y ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL 661

diferencias, pero no resalta el contraste. Algunos prefieren vivencia; por lo que se añade la aportación del grupo con su
acentuar las divergencias, presentando el acompañamiento relación horizontal. Ofrece al formador mayores posibilidades
como forma sustitutiva, más completa y adecuada para la sen- de conocimiento directo, de formar con la presencia, el estilo.
sibilidad psicológica y espiritual de hoy 9 .
Dirección y acompañamiento pueden intercambiar en gran
Maestro espiritual
parte contenidos y método: gradualidad, apoyo, mistagogía;
atención al sujeto, favorecer su iniciativa.
Es una figura de relieve, que interviene como ayuda de
También comparten los peligros. El estilo impositivo de
los procesos espirituales, con diferentes tonos y funciones: aun-
la dirección espiritual tradicional que el acompañamiento pre-
que subordinado, en todos los medios y procesos de ayuda
tendía superar es algo que puede darse y de hecho se da con
espiritual: mistagogo, director, acompañante, formador. Tiene
frecuencia en los métodos de acompañamiento psicológico y
influjo decisivo en la transmisión, en el arraigamiento y
espiritual.
desarrollo de la nueva vida. De él depende en gran parte el
El acompañamiento tiene modalidades especiales respecto uso y la eficacia de las formas de transmisión que se utilicen:
de la dirección espiritual: visión más completa de la persona formación o dirección, mistagogía o enseñanza '".
y de su vida, el trato personalizado se encuadra en grupo de
formandos, y a veces también de formadores; carece de con- En la actualidad se están creando nuevos cauces de "for-
tinuidad, ya que los formandos cambian con frecuencia de gru- mación" mental y espiritual, por vías de convivencias, de ense-
po y ambiente, cambian los formadores. No tiene el formando ñanza e influjo magisterial. Es una tarea compleja, en que se
posibilidad de elección, limitación que en ciertos casos adquie- fragmentan y dispersan los cauces de transmisión y asimilación.
re relieve, asemejándose a una dirección "institucionalizada". Pueden incluso dar lugar a desequilibrios algunos cauces que
ejercen influencia ideológica o de seducción, por su prestigio,
El acompañamiento tiene la ventaja de ser más amplio y problemática, estilo de presentación. El formando se modela
realista, más aplicable a la mayoría de las personas espirituales. en formas o por vías no formativas.
Alcanza a la totalidad de la existencia, se presta al diálogo
y la confrontación. Normalmente tiene lugar en grupos de con- Maestros espirituales. Ese hecho demuestra que hay una
posibilidad efectiva de actuar como director y orientador espi-
9
"De la 'dirección' espiritual al 'acompañamiento'. Todos estos elemen- ritual, sin necesidad de un relación habitual directa. Es el caso
tos, y otros que pudieran citarse, han provocado la aparición del término de crear orientadores verdaderos, que alcancen a numerosas
'acompañamiento'. Su contenido es el objeto de este trabajo. No procede
ahora, por ello, condensar qué se entiende por tal, pero sí señalar que no personas por esas mismas vías: libro, conferencia... Contacto
consiste en un cambio de palabras: quien se entiende a sí mismo como acom- a distancia, que se puede completar con algunos encuentros
pañante renuncia a 'dirigir' en el sentido más peyorativo y tecnocrático del ocasionales.
término. También renuncia a ser 'compañero', propensión a la que tan fáciles
hemos sido en los últimos años. Acompañar supone que se acepta que el
Antiguos maestros. La forma ideal de realización es indu-
formando es el primer agente de su propia formación, que el acompañante dablemente en la comunión directa entre las personas. Pero
camina con él hacia el descubrimiento de sí mismo y sus posibilidades de hay relaciones de auténtica mistagogía que se entablan entre
servicio a la comunidad creyente, estímulo en momento de decaimiento y maestros, vidas, doctrinas de siglos pasados y espirituales que
oscuridad, ocasión de reflexión valorativa de sus experiencias, testigo de valo-
res superiores a ambos y que a ambos juzgan ... En definitiva, mediación 10
AA. VV., Le mattre spirituel, Paris, 1980 (Naturaleza y funciones del
humana de la comunidad eclesial y de la propia institución al servicio de
maestro en varias religiones y épocas); J. ROUSSE, Réflexions sur le mattre
una progresiva personalización de la opción tomada. Todo ello reviste su
spirituelle: VieSpir, 126 (1972), 167-180; A. M. BESNARD, Avons-nous encoré
papel de una mayor cercanía al formando y de una mayor autoexigencia de
besoin de maitres spirituelsl: ib., pp. 181-204; J. D. GAITÁN, Dirección y guía
clarificación teológica, de coherencia vivencial y de preparación profesional."
espiritual. Purificación actual de una praxis secular. RevEspir, 38 (1979),
F. VELA LÓPEZ, en rev. Confer, 21 (1982), pp. 631-632.
615-633.
662 FORMACIÓN Y AYUDA ESPIRITUAL 3. DIRECCIÓN ESPIRITUAL 663
hoy presentan su vida y experiencia. Esta forma de ayuda "a se realizan con recursos normales de prudencia y realismo. Hay
distancia temporal" obliga al discípulo a tomar ciertas inicia- épocas en que las dificultades y novedades requieren inter-
tivas, o a acrecentar su participación. Tiene que hacer por pro- venciones más hondas, como sucede actualmente: nuevas
pia cuenta: el discernimiento y la valoración de la propia vida manifestaciones del Espíritu, formación espiritual, acompaña-
y existencia; la selección del material del maestro que le sirve; miento, grupo de convivencia, planteamiento mistagógico,
diferencia su aplicación en varias posibilidades: imitación, ins- aportación de la psicología, etc.
piración, estímulo, etc. Pero no cabe duda que el fenómeno Al incorporar tantas novedades, no quisiera reducir la expo-
se produce y es de inmediata observación. Dentro de la vida sición a una especie de "boletín" de informaciones y problemas
religiosa, es un tipo de relación que se entabla directamente históricos y psicológicos. Tendré en cuenta la problemática y
con la vida y los escritos del fundador o fundadora. las orientaciones, pero el objetivo principal es hacer una expo-
Teólogos y conferenciantes. Son figuras de apoyo y referen- sición sintética y operativa, es decir, útil. Entiendo la dirección
cia. No hace falta consultarlos personalmente. Se los lee y escu- espiritual en el sentido que se ha hecho común. No es necesario
cha. Es una orientación, que se convierte en verdadera men- realizarla siempre en todos sus mecanismos. Las personas inte-
talización o dirección mental, afectiva y operativa; incluso con resadas pueden tomar del esquema general lo que les sirve.
mayor influjo y autoridad que los ejercitados por el maestro No hacemos problema por el nombre de "dirección" espiritual.
o el director encargado de la formación inmediata. Cualquier denominación que se utilice tiene límites e incon-
Sacerdote-educador de la fe. Ya me he referido a esta fun- venientes. Basta que no se saquen las conclusiones de sólo
ción al hablar de formación espiritual cristiana; citando tex- el nombre, sin conocer la realidad que con él se designa11.
tualmente las palabras del Concilio en Presbyterorum ordi-
nis, n. 6.
Definición

3. Dirección espiritual Quien haya leído algo sobre materias espirituales tiene una
cierta idea de la realidad. Sus líneas generales son sencillas y
Es la expresión más tradicional y característica de colabo- 11
Tener en cuenta la bibliografía dada anteriormente al tratar de mis-
ración humana en la vida espiritual. En ella se integran los tagogía y formación espiritual. AA. VV., Mistagogia e direzione spirituale,
varios agentes y elementos del proceso espiritual. En primer Roma-Milano, 1985, bibl. pp. 597-611; R. CHECA, La pastoral de la espiri-
lugar, el Espíritu Santo, que es quien verdaderamente crea, tualidad cristiana, Fundamento teológico, sectores de actuación, orientación
mistagógica (bibl. en pp. 173-182); J. D. GAITÁN, El acompañamiento espiritual:
impulsa y dirige la vocación a santidad en todos sus pasos. entre el pasado y el futuro: "Fichero de materias", n. 34; y Boletín... sobre
Interviene con iniciativa y responsabilidad el sujeto, movido acompañamiento y ayuda espiritual: Comunidades, 11 (1983), 37-47;
y vocacionado por el Espíritu. Ch. A. BERNARD, "Natura e funzione della direzione spirituale", en AA. VV.,
La dirección espiritual tiene larga historia y ha prestado Valore e attualitá del sacramento della penitenza, Roma, 1974; E. LARKIN, Spi-
ritual Direction Today: American Ecclesiastical Review, 161 (1969), 204-210;
servicios eficaces en diferentes niveles y experiencias del cami- S. SCHNEIDER, The "Return" to Spiritual Direction: Spiritual Life, 18 (1972),
no espiritual: primeros pasos y desarrollo de la santidad, ora- 263-278; J. LAPLACE, La dirección de conciencia. El diálogo espiritual, Zaragoza,
ción y apostolado, ascética y mística. Muy difundida también 1967; J. M. PERRIN, La paternité spirituelparmi les chrétiens: Christus, 11 (1964),
en religiones no cristianas como medio de iniciación y forma- 223-239; J. GOUVERNAIRE, Lettre a un Pére spirituel: Christus, 11 (1964);
M. Eugenio DEL N. J., Quiero ver a Dios, 2. a ed., Madrid, 1969, pp. 316-342;
ción religiosa. Ha recogido frutos abundantes de experiencia A. ROLDAN, Introducción a la ascética diferencial, 3. a ed., Madrid, 1968,
y sabiduría. pp. 158-303; AA. VV., Direction spirituelle et Psychologie, Paris, 1951 (Études
Por otra parte, esa misma vigencia prolongada endurece Carmelitaines); B. JIMÉNEZ DUQUE, La dirección espiritual, Barcelona, 1962,
su estructura y le resta eficacia. Ciertas adaptaciones prácticas pp. 115-123.
664 FORMACIÓN Y AYUDA ESPIRITUAL 3. DIRECCIÓN ESPIRITUAL 665
claras. Para cimentar la reflexión, conviene anticipar una noción Así se entienden y organizan las competencias respectivas del
sintética de la dirección espiritual. Dirección espiritual es: dirigido y del director. Conviene tener en cuenta las explica-
Desde el sujeto: Ayuda espiritual prolongada (permanente) ciones anteriores sobre crecimiento espiritual (cap. 12), y sobre
en la iglesia que una persona capaz libremente elegida presta mistagogía, acompañamiento y formación (cap. 14).
a otra, que se le confía enteramente para ser guiada en el 1. Situación y proyectos del sujeto. Toda posible construc-
desarrollo pleno de su vida cristiana por los caminos del Espí- ción se fundamenta en el estado del sujeto: gracia y vocación
ritu. Esta definición está hecha en perspectiva mistagógica y del Espíritu, deseos y realizaciones, capacidades y límites, dis-
teologal, a partir del sujeto que recibe la gracia y la vocación posiciones espirituales y psíquicas, obstáculos internos y exter-
de Dios. Es él quien recurre a la ayuda y guía de personas nos, atracciones y repugnancias, circunstancias positivas y nega-
competentes, para mejor responder a la gracia del Espíritu San- tivas. Presentar la situación estática y dinámica: lo que es, hace
to en su propia vida y llevarla a su pleno desarrollo. En primer y piensa hacer; no limitarse a registrar defectos, esperando a
plano colocamos intencionadamente al sujeto (dirigido), que que el director tome decisiones.
elige libremente, se confía y realiza. Pero la realidad se centra
2. Vida teologal. Tarea amplia y decisiva. Hacer real el
en el dirigido, que es quien pone la iniciativa y la realización.
mundo de la gracia, insertarlo en la normal existencia humana:
Responde a la jerarquía de valores y responsabilidades que
"iniciación a la trascendencia". Desarrollar el sentido del mis-
establece la mistagogía: ante el carácter teologal y función mis-
terio de Dios, tanto en la vida sacramental y en la oración
tagógica de la dirección espiritual definirla en referencia a la
como en la acción apostólica. Orientar la vida hacia el servicio
iniciativa del sujeto agraciado y movido por el Espíritu. Desde
generoso, conforme al propio estado. Misterio de la cruz. Se
este punto de vista, cabe dar otra definición: el director con-
requiere madurez y ayuda de otro para comprender la pre-
serva competencia y relieve con su capacidad previa, adecua-
sencia de la cruz en nuestra vida: identificar su presencia, com-
ción a la persona que se le confía, prestación de ayuda doctrinal
prender su sentido, vivir su experiencia dinámicamente, cola-
y práctica. Interviene con carácter subsidiario y eficaz.
borando. Las crisis constituyen tiempos particularmente efi-
Desde el director. Es el arte de ayudar y guiar a las personas caces y difíciles del crecimiento espiritual. Más que nunca, se
en el desarrollo de la gracia y vocación personal, en las dife- necesita la iluminación y el estímulo fraternos. Además de
rentes situaciones y fases del camino espiritual. Esta segunda sufrimiento y fortaleza, cruz significa sabiduría de Dios en la
perspectiva es la que muchos autores adoptan. Acentúan el realización de su plan salvífico, saber morir para vivir en Cristo.
arte y la técnica del director espiritual en el ejercicio de sus 3. Cimentación humana. Complemento esencial de la vida
funciones: arte de conducir las almas. Resulta igualmente váli- teologal. Tarea previa o que cronológicamente se mezcla con
da, y recoge los varios elementos. Le he hecho algunos reto- las tareas de maduración teologal. Trata de crear serenidad,
ques: personas en lugar de "almas", explicitar "con su vocación distensión humana y religiosa, confianza en sí mismo; hace
y gracia", en las "situaciones" concretas y no solamente en superar falsas evidencias y prejuicios, repugnancias y atraccio-
el camino general hacia la santidad. Las modificaciones dan nes incontroladas. Despierta la sensibilidad de la conciencia
relieve y concreción a la vida del sujeto y a su participación moral y espiritual, educa la libertad. Con esto se prepara el
activa en esta labor. terreno para que vida de fe, sacramentos, virtudes, arraiguen
en el fondo de la persona y la configuren.
4. Actuación concreta y personal. Es condición elemental
Cometidos para que el trato se convierta en conferencias privadas o ins-
trucciones espirituales. La dirección espiritual es una ayuda
Al explicitar los cometidos y funciones, definimos ulterior- concreta en el camino, en forma de discernimiento, aliento,
mente y en concreto lo que es y hace la dirección espiritual. aclaración. Los principios generales de la vida espiritual deben
666 FORMACIÓN Y AYUDA ESPIRITUAL 3. DIRECCIÓN ESPIRITUAL 667

ser aprendidos y enseñados colectivamente, en libros, clases de la persona. En algunas formas institucionalizadas de direc-
o conferencias. Se entienden mejor, y se ahorra tiempo dedi- ción espiritual, las leyes particulares designan director, niveles
cando el trato individual a problemas personales. A veces habrá de comunicación, frecuencia de trato. Si hay posibilidad de
que ampliar un poco las explicaciones a sujetos que carecen escoger, conviene probar antes sin compromiso, empezar por
de cultura. poco. Mal empieza la dirección cuando en este primer paso
5. Vida y existencia diaria. En toda ayuda particularizada el sujeto se deja llevar por gustos superficiales o por modas.
hay que tener presente el horizonte global de la vocación y Debe buscar una persona que pueda ayudarle y le inspire
de la existencia de la persona. Esto para evitar que el cultivo confianza 12.
preferencial de un sector degenere en refinamientos, mientras 2. Una vez escogido, habla y responde al director con sin-
la integración y el realismo del sujeto resultan gravemente ceridad. Dar a conocer: no sólo las faltas morales como al
carentes y desfasados. Oración, caridad, humildad, fortaleza, confesor, sino el ser real, psíquico, personal, con sus tendencias
interioridad, crecen en el dinamismo integral de una existencia y reacciones, preferencias y repugnancias. Al consejero oca-
vocacionada. Enseñar a no cerrarse en la propia vida espiritual sional se le manifiesta el hecho o problema con el cuadro de
o en la relación con el director. Este respalda y apoya para circunstancias útiles o necesarias para poder juzgar. Al director
que el sujeto pueda abrirse a la vida concreta, al hecho coti- se le muestra la vida espiritual, la persona, la existencia.
diano, al trato con los demás individualmente y con el grupo. 3. Pedir ayuda espiritual a una persona competente impli-
Las valoraciones y sugerencias del director espiritual tienen ca confianza y docilidad. Sabiendo que el director posee doc-
alcance limitado, ya que goza de información confidencial y trina y experiencia, que le conoce a fondo, sus consejos y pres-
trato directo; pero no conoce a la persona como ésta "se reve- cripciones deben ser tomados con profunda consideración y
la" en su cotidiano vivir, convivir, amar, sufrir, reaccionar, etc. respeto. El discernimiento se puede hacer en diálogo y con-
frontación. En cambio, si el sujeto advierte que necesita argu-
mentos especiales y continuas discusiones para convencerse de
El sujeto cualquier indicación, es mejor que lo deje.
4. En la fase decisional y operativa sigue actuando la ini-
En la dirección espiritual, sujeto activo y receptor es la per- ciativa del sujeto. Aquí la libertad decisional y operativa de
sona que, impulsada por el Espíritu a realizar plenamente su la persona es factor decisivo, más que complemento tolerado.
vocación, toma la iniciativa de buscar y pedir ayuda estable A crearla y reforzarla se ordena la dirección. Si produce frutos,
a persona competente. El sujeto es el centro en que convergen éstos se deben en último análisis a que el sujeto convierte en
y se hacen vida los dones del Espíritu y la colaboración de vida lo que fueron temas o conclusiones de un diálogo. No
otras personas. Hace de protagonista en toda relación directiva. esperar que el director supla lo que él no puede dar: voluntad
El nombre de "dirigido" resulta pobre y excesivamente pasivo, inexistente, falta de conciencia moral personal, responsabilidad
cuando oculta la iniciativa y el dinamismo transformador de
su docilidad (mejor que pasividad). Se confía, pero no dimite 12
"Grandemente le conviene al alma que quiere ir adelante en reco-
de sus responsabilidades de persona agraciada e interpelada gimiento y perfección mirar en cuyas manos se pone; porque cual fuere el
por el Espíritu. maestro, tal será el discípulo, y cual el padre, tal el hijo. Y adviértase que
para este camino, al menos para lo más subido de él, y aun para lo mediano,
1. El toma la iniciativa y decide seguir con fidelidad exi- apenas se hallará una guía cabal según todas las partes que ha menester.
Porque, demás de ser sabio y discreto, ha menester ser experimentado. Por-
gente la llamada de Dios, y responder a su vocación y llamada que, para guiar al espíritu, aunque el fundamental es el saber y la discreción,
de santidad con mayor generosidad y disciplina. Este paso pre- si no hay experiencia de lo que es puro y verdadero espíritu, no atinará a
cede a la búsqueda del director espiritual. Es también quien encaminar al alma en él, cuando Dios se lo da, ni aun lo entenderá". SAN
decide el recurso al director y la elección reposada y motivada JUAN DE LA CRUZ, Llama de amor viva, 3,30.
668 FORMACIÓN Y AYUDA ESPIRITUAL 3. DIRECCIÓN ESPIRITUAL 669
en la vida cotidiana, el consejo y la crítica de quienes conviven Puestos a ampliar y especificar un poco más esos trazos,
con el dirigido. No está para suplencias de este género la direc- se sugieren algunos modos de ser, prepararse y actuar, que
ción espiritual. El grado de "dependencia" se establece tam- se demuestran necesarios o útiles. No hace falta ser sobre-
bién según la preparación y la psicología del sujeto. El recurso saliente en todos ellos. Con esas cualidades o sin ellas, su mayor
a la dirección espiritual por parte del sujeto no es uniforme fuerza está en el Espíritu que guía al sujeto y ayuda al director
en sus objetivos, y por consiguiente tampoco en su contenido a decir en cada caso la palabra oportuna de corroboración,
y duración. En la definición hemos dicho que se trata de ayuda aliento, luz, rectificación.
continuada y duradera, no de simple consulta ocasional. Aun Cómo ser: Poseer alguna experiencia de vida espiritual,
así, debe ser utilizada con flexibilidad, atendiendo a las fun- interés habitual por la misma, espíritu de oración y celo apos-
ciones y modalidades, que pueden evolucionar o desaparecer. tólico, prudencia sobrenatural, ser hombre de Dios; compe-
tencia doctrinal, conocimiento reposado y crítico de la teología
y de la espiritualidad, confrontadas con el ambiente y las opi-
El maestro niones corrientes, conocimientos de psicología, de sus leyes
fundamentales, con práctica de aplicación; madurez humana,
El director o maestro es quien da el tono a la dirección, buen criterio, madurez afectiva, educación de la sensibilidad,
quien organiza prácticamente los contenidos y las modalidades son cualidades que sostienen la dirección aunque no se habla
del encuentro. En la mayoría de los casos ejerce este ministerio de ellas; la madurez no se improvisa ni se suple con sola virtud
de manera habitual, mientras el dirigido conoce sólo su propia sobrenatural.
experiencia. Una tal preeminencia es real, pero funcional. El Cómo sentir: Sentirse servidor de todos, prestar los servicios
director mantiene viva la conciencia de que presta un servicio que le piden, ocultarse cuando no le necesitan; generosidad
y supedita su acción a la obra de Dios y a la respuesta libre y humildad para seguir un ritmo que tal vez le resulta lento
del sujeto. Teologalmente, ocupa el último lugar, detrás de o hablar de cosas para él resabidas; desprendimiento y no bus-
esos dos agentes. car otra recompensa humana que la de poder amar y servir;
Se han elaborado listas interminables a la hora de señalar imponerse sacrificios de preparación y de tiempo sin medida.
requisitos y cualidades del buen director. La experiencia Cómo actuar: Saber escuchar, seguir los procesos en silen-
demuestra que ninguna cualidad, divina o humana, es superflua cio, facilitar la expresión del sujeto, estimular la creatividad
en una persona llamada a cumplir esa misión. Sin embargo, personal; adoctrinamiento, complementar sus ideas, abrirle
no conviene exagerar. La idealización de su figura produce horizontes doctrinales, aclarar sus dudas, proveerle de criterios
el efecto negativo de disuadir a muchas personas que podrían y principios de acción; entrenamiento, fomentar en él la expe-
hacerlo bien, porque no creen cumplir todas esas condiciones. riencia, acompañarle en ella, hacer que el sujeto mismo la vaya
Santa Teresa, desde su mucha experiencia, traza el ideal en
haciendo gradualmente; discreción infinita en su puesto noble
breves rasgos: "Así que importa mucho ser el maestro avisado,
y sacrificado, no desbordar sus competencias.
digo de buen entendimiento, y que tenga experiencia; si con
esto tiene letras es grandísimo negocio. Mas si no se pueden En definitiva, desembocamos en las tres cualidades fun-
hallar estas tres cosas juntas, las dos primeras importan más; damentales, que ha requerido siempre la espiritualidad: cien-
porque letrados pueden procurar para comunicarse con ellos cia, prudencia, experiencia, a) Ciencia: doctrina sólida de la
cuando tuvieren necesidad" 13. S. Escritura, teología, espiritualidad, actualidad cultural; no
puede limitarse a consejos piadosos, reproches, exhortaciones
13
Vida, 13,16. E. G. DE CEA, "Atteggiamenti, qualitá e funzioni del diret- intemporales, b) Prudencia: tener criterios para aplicar prin-
tore spirituale", en AA. VV., Compendio di teología spirituale, Roma, 1992, cipios y conocimientos generales a cada persona, vocación,
pp. 465-485. situación y circunstancia de vida, c) Experiencia: que haya expe-
3. DIRECCIÓN ESPIRITUAL 671
670 FORMACIÓN Y AYUDA ESPIRITUAL

rimentado personalmente los caminos y las cosas, no con expe- quecen en los caminos del Señor y en la interpretación de la
riencias saltuarias, sino viviendo esas realidades desde dentro vida.
con todo su ser; es básico en mistagogía u . Se busca el tipo de relación humana que más se asemeja
al de dirección espiritual y de la que pudiera tomar el nombre:
padre, hermano, director, amigo, maestro. Todos tienen sen-
tido, en justo medio de confianza y autoridad; no es receta
La relación
uniforme para todos los casos. Ninguna de esas relaciones
humanas por sí sola recoge todos los matices de la comunión
Si es ayuda personal, por fuerza existe una relación. Esta espiritual. Aparte las resonancias humanas de los vocablos,
juega un papel demasiado importante para contentarse con existen variaciones de orden sobrenatural. Lo mejor es utilizar
una suposición y dejarla pasar incontrolada. Todos los demás varias, dosificando sus respectivas aportaciones. Por otra parte,
elementos la afectan y dependen de ella. una cosa es definir y utilizar un término, y otra muy diferente
En mistagogía, la relación misma está dotada de gran efi- discernir cómo se vive efectivamente la comunión 15.
cacia formativa, ya que se hace portadora de los contenidos Existe de hecho un pluralismo de "modelos" o esquemas
de gracia, experiencia y doctrina que a través de ella se trans- de comprensión y acción en la dirección u orientación espi-
miten. De la relación depende el que los contenidos se trans- ritual. Todos ellos presentan ventajas y límites o desventajas:
mitan y asimilen. Mal entablada, los neutraliza, dando lugar institucionalizado en noviciados y seminarios; relación interper-
a otros tipos de comunicación que sirven poco o nada para sonal de amistad, apoyo afectivo y eventualmente técnicas:
conducir a una mayor sensibilidad espiritual. carismático, centrado en el discernimiento de dones "sobre-
Es relación mutua. Cada uno es autor de su parte y res- naturales"; sacramental, vinculado al sacramento de la peni-
ponsable parcial de la otra. El sujeto puede hacerla interesante tencia; encamacional, con marcada referencia a la vida diaria
o floja, según la densidad que sepa dar a su vida y a sus mani- y a la acción de Dios en ella 16.
festaciones. Pero influye más el director. Con su madurez, su
interés y respeto, da el tono humano y espiritual del encuentro.
Debiera estar capacitado para subsanar eventuales desviacio- Dirección diferenciada
nes en la relación por parte del dirigido.
Presenta variaciones incontables, debidas al estilo del direc-
La ayuda e intercomunicación evolucionan con la vida de
tor y a las circunstancias del sujeto. Las diferencias a que ahora
las personas, especialmente del sujeto. Se distancia la relación,
me refiero son las que provienen de modos de ser o situaciones
que se hace más ocasional y abierta. Madura el sujeto en edad
permanentes o prolongadas del dirigido. Entre las personas
y experiencia, y lo que al principio tenía carácter de "dirección"
asume luego tono de "confrontación" de ideas y experiencias 15
"La tradición habla de relación paternal. Nosotros hablamos, corrien-
entre personas maduras que mutuamente se iluminan y enri- temente, de padres espirituales. La palabra no les cae bien a nuestras sen-
sibilidades modernas, temerosas de la autoridad que se va a imponer o del
14
Pueden resultar de utilidad mistagógica algunos rasgos del gurú indio: paternalismo que se complace en sí y mantiene al otro en estado minoritario.
"El gurú ciertamente no es uno que enseña, profesor o predicador, o guía Muchos prefieren hablar de amistad, de apoyo fraterno, de una relación de
espiritual, o director de almas que ha aprendido de los libros o de otras ayuda. Estas palabras sugieren la libre elección, la participación, la inves-
personas lo que a su vez transmite a los demás. El gurú, al contrario, es tigación común, dentro del respeto a las libertades. De todas formas, estas
quien ha alcanzado antes lo Real, y conoce por experiencia personal el camino distintas maneras de hablar, viejas o nuevas, evocan una relación que, por
que conduce hasta El. Es capaz de dar la iniciación al discípulo y de hacer convertirse en real, alcanza los estratos más profundos del ser." L. LAPLACE,
brotar del corazón del discípulo la misma experiencia inmediata del inefable, La dirección de conciencia. El diálogo espiritual, Zaragoza, 1967, p. 50.
que es la suya." Henri LE SAUX, citado en AA. VV., Mistagogía e direzione 16
Cf. D. FLEMING, "Models of spiritual direction", en AA. VV. The chris-
spirituale, p. 586. tian ministry of spiritual direction, St. Louis-Missouri, 1988, pp. 106-112.
672 FORMACIÓN Y AYUDA ESPIRITUAL 3. DIRECCIÓN ESPIRITUAL 673

que solicitan dirección espiritual se pueden distinguir catego- tengas para alguna alma (porque quizá no tendrá talento para
rías. Estas no tienen valor despersonalizante. Cada individuo pasar más adelante), es como imposible que tú tengas para
tiene su historia, una gracia personal, carácter, todo ello propio todas las que tú no dejas salir de tus manos. Porque a cada
y diferente. Merece tratamiento particular. No obstante, las una lleva Dios por diferentes caminos, que apenas se hallará
categorías cumplen una finalidad práctica: permiten la orga- un espíritu que en la mitad del modo que lleva convenga con
nización de experiencias y la fijación de líneas generales de el modo del otro" 18.
tratamiento. Hay mucho escrito sobre el tema, desde el punto
de vista espiritual y en perspectiva psicológica.
En dos grandes categorías las organiza B. Jiménez Duque.
La primera serie toca relaciones permanentes; la segunda se Dirección complementaria y flexible
refiere a momentos especiales: 1. Por estados y edades: niños
(de ambos sexos), jóvenes (varones), jóvenes (mujeres), hom- Dos cualidades necesita incorporar con particular urgencia
bres, mujeres casadas, religiosos, sacerdotes seculares, anor- la dirección espiritual, si quiere recuperar sus funciones y efi-
males (por defecto), anormales (santos extraordinarios). 2. Por cacia en la moderna teología y pedagogía espiritual. Llevan
situaciones o problemas especiales: elección de estado de vida, el nombre de complementariedad y flexibilidad. Sólo así puede
vida de oración, acción externa (deberes, testimonio, aposto- convertirse en un medio de ayuda espiritual que puedan utilizar
lado), crisis, fenómenos extraordinarios n . muchas personas.
La dirección espiritual requiere maestros con preparación
general y un poco "especializados". ¿Cómo puede estar pre- "Complementariedad". Quiere decir que toda forma de
parada una misma persona en tantos campos diferentes del servicio prestado en la formación espiritual se hace en cola-
vivir humano y cristiano? Es normal que tenga preferencias boración con las aportaciones de otras ciencias, personas y
y conocimientos especiales de un sector. Pero puede muy bien métodos. No está en condiciones hoy la dirección espiritual
ayudar en otros, manteniéndose en sus funciones primordiales de "encargarse de todo" en el proceso formativo y crecimiento
de discernimiento, apoyo, orientación; y no pretenda hacer de integral de una persona. Resultaría deformante. Ya se ha expli-
teólogo profesional, consejero técnico, abogado o psicólogo. cado al hablar del acompañamiento espiritual.
La especialización del director espiritual se refiere a pre- "Flexibilidad" y adaptación: cualidad igualmente necesaria
paración básica: lograr en sí mismo la síntesis de vida, doctrina, es la flexibilidad. No tiene por qué identificarse con la forma
madurez personal, capacidad de relaciones. Semejante logro total y vitalicia, que parecía ser la norma. Admite gran variedad
es infrecuente y difícil. Ningún estudio o carrera se la da hecha. de aplicaciones en cuanto a su alcance, duración, tipo de rela-
Los buenos directores han sabido ayudar a personas en varia- ción. Todo puede evolucionar. Existen efectivamente diferen-
das circunstancias y profesiones. La falta de buenos directores tes posibilidades y tipos de dirección espiritual, con variedad
se debe a falta de cualidades básicas más que a carencia de de métodos en la relación y ayuda. Uno de los fallos que han
información en los sectores diferenciales. reducido considerablemente su uso está en la rigidez y uni-
Hay vidas, situaciones, experiencias "especiales", que formidad. No tiene por qué ser "vitalicia" la ayuda espiritual
requieren experiencia y competencia particular. La actitud del que una persona pide y recibe. Se mide por la conveniente:
director es: tenerla, conseguirla o retirarse a tiempo. "Porque breve, duradera, permanente. Incluso puede evolucionar en su
no todos saben para todos los sucesos y términos que hay en forma, contenidos, frecuencia, etc. La dirección espiritual,
el camino espiritual, ni tienen espíritu tan cabal que conozcan como método, es flexible y se puede utilizar en diferentes medi-
de cualquier estado de la vida espiritual... Y dado caso que das y modalidades, conforme a la necesidad que intenta reme-
17
B. JIMÉNEZ DUQUE, La dirección espiritual, Barcelona, 1962, pp. 91-112.
SAN JUAN DE LA CRUZ, Llama de amor viva, 3,30.
674 FORMACIÓN Y AYUDA ESPIRITUAL 3. DIRECCIÓN ESPIRITUAL 675
diar. Como ejemplo, se pueden citar, entre otras, tres moda- de la persona y el ajustamiento en el proceso de maduración
lidades 19. humana. La dirección espiritual tiene por objeto el crecimiento
a) Dirección espiritual ocasional, que sería "la que no en la oración y en la caridad... El autor enumera las funciones
supone necesariamente la continuidad ni el encuentro regular", o acciones posibles y propias del director, cada una de las cua-
que se da más bien como una excepción dentro del ritmo ordi- les deberá aplicar en el momento que sea preciso. Tales accio-
nario de la vida. Así, por ejemplo, con ocasión de unos ejer- nes exigen la competencia suficiente para ejecutarlas con acier-
cicios espirituales, de un curso de formación permanente to. El lector puede encontrar en el esquema pistas pedagógicas,
(cuando abarca también el campo espiritual), o dentro del mar- y vale la pena resumirlas aquí.
co de una amistad.
1. Escucha. Es la más importante habilidad (o arte) que
b) Continuada en la vida ordinaria, que es aquella en que
necesita: una escucha reverencial del oculto misterio de la his-
se confía toda la propia vida a un hermano competente, y esto
de una forma continuada y regular, y no sólo en ocasión de toria del otro, y no tanto con los oídos cuanto con el corazón,
algo urgente o una circunstancia favorable. Esto sería la forma pues lo que importa no es captar las palabras, sino la melodía
más corriente de dirección espiritual. Admite, sin embargo, de la persona.
que, dado que la meta que se persigue es llegar a la madurez 2. Afirmación. Es la función de ayudar a que el otro se
espiritual, a un cierto momento al cristiano comiencen a bas- afirme en sus capacidades y dones, para identificarlos, desarro-
tarle cada vez más las mediaciones ordinarias del ambiente llarlos y aplicarlos.
eclesial y comunitario, y se recurra cada vez menos a una direc- 3. Confrontación. No basta sólo con descubrir los propios
ción espiritual continuada. dones, sino que hay que confrontarlos para su validación. Es
c) Intensa en momentos clave de la vida. Sería para casos la manera de destruir las ilusiones y de ayudar a desvelar las
en los que una dirección ordinaria no bastaría, sino que se áreas de 'no-libertad' que en todos laten, y guiar al acompa-
necesitaría la presencia de un especialista para esa cosa o ñado a la ascesis conveniente para dominarlas.
momento concreto. Estos casos serían fundamentalmente tres: 4. Comprobación. El trato con el director, si es regular,
la elección de un compromiso cristiano preciso, momentos ayuda a todos a evitar los errores propios de quien enjuicia
fuertes de crisis, y momentos de llamada interior particular por sí solo las cosas. Entre otros errores, el de creer que no
fuerte. crece porque es incapaz de verse objetivamente a sí mismo.
Tal crecimiento no se hace muchas veces visible al sujeto, lo
que produce desmayo o desilusión.
Dirección espiritual y psicología 5. Clarificación. Es la ayuda para el propio conocimiento,
para una acertada visión de sí mismo. Una vida sin reflexión
Por la concreción pedagógica que ofrece, me limito a pre- no es verdadera vida.
sentar el esquema de un autor. Para Shaun McCarty, la direc- 6. Enseñanza. Con frecuencia hay lagunas, roturas o des-
ción espiritual implica distinción clara frente a la directividad, niveles en la conciencia que uno tiene de los acontecimientos
el sacramento de la penitencia y el "counseling". Este último relativos al crecimiento espiritual. Estas lagunas postulan la
se localiza en la solución de problemas, la mejor integración ayuda de quien sabe más o es más experimentado. La ilumi-
19
nación es otro de los factores que pueden liberar a una persona
Existe la propuesta y la práctica de saber respetar y valorar la diver- para una ulterior apertura y crecimiento.
sidad de posibilidades en este campo. Interesante, en este sentido, el artículo
de J. AUBRY, Diversos tipos de dirección espiritual, en Misión Joven (1983), 7. Integración. La vida de las personas llega a disociarse
n. 75, pp. 37-39, dedicado al tema de los diversos tipos de dirección espiritual, fuertemente en la complejidad de la sociedad moderna, en el
en la que distingue tres aplicaciones que resumimos en el texto. laberinto de la renovación, en el frenesí de la actividad apos-
676 FORMACIÓN Y AYUDA ESPIRITUAL
3. DIRECCIÓN ESPIRITUAL 677
tólica. Es necesario buscar el "centramiento", consiguiendo un tiene el peligro de seguir descuidando su dimensión teologal
equilibrio en Cristo. y eclesial, que es de donde recibe su verdadero sentido cristiano
8. Counseling. Porque, aunque sea distinto de la dirección esta relación de ayuda. No hay que olvidar que la crisis de
espiritual, muchas veces el Señor habla a las personas a través la dirección espiritual vino precisamente en un momento en
de datos y realidades del ser que no parecen directamente rela- que se hablaba mucho de su dimensión teológica. A mi modo
cionados con la oración o la vida de fe. Puede ser base, además, de ver, la dirección espiritual seguirá llevando una vida lán-
para un previo aprendizaje de la interrelación. La dirección guida, mientras que nos empeñemos en presentar al director
no está centrada en la solución de problemas, pero muchas espiritual más como un terapeuta —que no atrae a nadie y
a quien se recurre sólo en casos y momentos particulares—,
personas pueden necesitar descubrir el misterio pascual a tra- que como un verdadero guía espiritual, un verdadero maestro
vés de datos que no parecen conjugarse fácilmente con él. del Espíritu, cuyas propuestas de vida fascinan y atraen. En
9. Ayuda a través del desierto. La aparente ausencia de este sentido me ha parecido positivo el que en la revista Confer
Dios, la tentación diabólica, pueden presentarse en todo pro- (n. 80, 1982) se haya procurado tener en cuenta, al menos en
ceso de crecimiento espiritual. Es la hora de peregrinar por parte, esta dimensión" 21.
el desierto. Y ahí tiene lugar la acción de acompañamiento
caritativo, de confrontación por parte del director. A su vez,
está la acción para vencer la "acedia", el distanciamiento del
esfuerzo espiritual ante estas dificultades.
10. Discernimiento. De contenido y aplicaciones que son
familiares en la espiritualidad; susceptibles de ampliaciones
psicológicas...
11. Oración. Individual y común. De manera especial la
invocación del Espíritu Santo para que se haga presente en
la relación de acompañamiento" 20.
Tener en cuenta que la formación espiritual y la dirección
espiritual son ayudas humanas en el desarrollo de una gracia
y vocación venida del Espíritu Santo. Los medios sirven en
la medida en que favorecen a ese fin, que es el crecimiento
de la persona en su vida y experiencia de fe, esperanza y cari-
dad. El excesivo refinamiento de métodos y su aplicación indis-
criminada puede cegar ese horizonte y quedarse en ejercicio
de autoanálisis y autorrealización. Se hace necesario un buen
discernimiento.

"Hay que reconocer el valor que tienen todas estas apor-


taciones, venidas sobre todo del campo de la psicología, a la
hora de conocer mejor las leyes de la relación humana de ayuda
en orden al desarrollo integral de la persona. Me parece, sin
embargo, que hoy día, al hablar de la dirección espiritual, se
20
C. DOMEÑO LERGA, Preparación y conciencia del acompañante-educa- 21
dor: Confer, 21 (1982), 767-769. J. D. GAITÁN, Boletín sobre acompañamiento y ayuda espiritual: Comu
nidades, 11 (1983), n. 41, p. 47.
15
ESPIRITUALIDADES

"Caminos", con su título en plural y sin artículo, manifiesta


desde el principio clara intención de mantenerse atento y abier-
to a las innumerables gracias, experiencias y formas que adopta
la vida en el Espíritu. La multiformidad de la existencia cris-
tiana en proyectos y realizaciones espirituales es un hecho ori-
ginal, permanente y de inmediata evidencia; es su forma pri-
mitiva. No es el evangelio unidad monolítica; ha sido escrito
y vivido en plural, los evangelios, como fuente y expresión de
tantas experiencias íntimas y encarnaciones históricas.
La teología espiritual, que se define por su especial sen-
sibilidad hacia lo "vivido", encuentra en estas formas concretas
el manantial de vida y de reflexión. Por exigencias de análisis
y elaboración, estudia los varios temas en su estructura y diná-
mica generales. Pero sabe que el verdadero objeto de su inves-
tigación es el misterio "vivido", y que éste se realiza en formas
concretas y diferenciadas. De espiritualidades y escuelas de
espiritualidad ha recibido la teología espiritual la riqueza de
experiencia y doctrina que hoy posee y hemos podido ver en
capítulos anteriores: oración, presencia en el mundo, aposto-
lado, ascesis, crecimiento, colaboración humana, experiencia
mística, mistagogía y dirección espiritual, etc.
Al colocarnos ahora en el plano de la realización concreta,
reaparecen los varios significados de "espiritualidad-espiritua-
lidades" a que aludíamos en el primer capítulo: en la iglesia
católica y sus carismas, en el ámbito ecuménico, en las grandes
religiones y en las culturas. En cada uno de esos ámbitos existen
formas de vida religiosa que, con notables diferencias, se pue-
den y suelen calificar de "espiritualidades". Además, en las
presentes circunstancias de planetización de la cultura hay
680 ESPIRITUALIDADES 1. PLURIFORMIDAD DE LA EXISTENCIA CRISTIANA 681

conocimiento e influjo mutuo, no como simple curiosidad, sino iglesia generan en la historia variedad de experiencias y modu-
incluso como afinidad de sentimientos y prácticas. Por vía de laciones existenciales, que revierten en la unidad original. A
la "inculturación" activa o pasiva, cobran para la vida de la partir de esa dialéctica es como podemos comprender y vivir
iglesia y la evangelización notable relieve. la espiritualidad cristiana en las diferentes espiritualidades.
En las breves alusiones de este capítulo me limito a la varie- Colocar como bases el evangelio y la iglesia ofrece muchas
dad de espiritualidades dentro de la iglesia católica. Es un ventajas: da fundamento cristiano a toda posible construcción
hecho permanente y generalizado. Recientemente se ha hecho particular; es la fuente permanente y dinámica de toda espi-
más viva la conciencia, y el tema pasa a primeros planos en ritualidad específica; da contenidos vivos y sustanciales; crea
la reflexión. Personas y grupos tratan de caracterizar su forma relación y comunicación entre ellas, como ramas de un mismo
de vida evangélica y su servicio eclesial con el nombre o título árbol.
de una espiritualidad especial. Paralelamente a las diferencias, Unidad y pluriformidad son causa frecuente de cierta ten-
se deja sentir con fuerza la "eclesiología de comunión", donde sión y dialéctica. Se trata de una antinomia fecunda, de difícil
convergen las diferencias en unidad vital y constructiva. El mis- integración, a veces desequilibrada y paralizante. Lo mismo
mo Espíritu vivifica, diversifica y unifica. que hemos visto con otros: persona y comunidad, acción y con-
templación, etc. En general, ha predominado en la historia
"No es mi intención ni pensamiento que será tan acertado
la uniformidad controlada; actualmente la cultura empuja
lo que yo dijere aquí, que se tenga por regla infalible, que sería
desatino en cosas tan dificultosas. Como hay muchos caminos
hacia la diversidad incontrolada.
en este camino del espíritu, podrá ser acierte a decir de alguno
de ellos algún punto. Si los que no van por él no lo entendieren,
será que van por otro, y si no aprovechare a ninguno, tomará Evangelio y evangelios
el Señor mi voluntad; pues entiende que, aunque no todo he
experimentado yo, en otras almas sí lo he visto" 1.
Vivir el evangelio, volver al evangelio, releer el evangelio,
Con ligeras adaptaciones, las palabras de santa Teresa pue- es una necesidad que hoy se siente con particular vehemencia.
den servir de premisa a la lectura de este capítulo. Me limitaré Es fuente, criterio de autenticidad, objeto central de toda expe-
a formular las bases teológicas y espirituales necesarias para riencia y reflexión espirituales. La vuelta a lo esencial asegura
el estudio y la vivencia: significado, funciones, aportaciones, permanente actualidad y crecimiento.
criterios y condiciones de autenticidad cristiana. Entrar en los Con igual fuerza propone el evangelio la unidad esencial
detalles de cada una corresponde a los estudios monográficos. y la variedad existencial. Las varias espiritualidades necesitan
del evangelio para todo, para lo común y para lo específico.
1. Pluríformidad de la existencia cristiana. El evangelio, para manifestar su riqueza ilimitada, necesita las
2. Espiritualidades específicas. varias espiritualidades, que lo interpretan con la vida y la sabi-
3. Escuelas de espiritualidad. duría del Espíritu Santo 2 .
4. Formas de existencia cristiana. A lo largo de su historia atraviesan las espiritualidades épo-
cas de mayor o menor entronque con la raíz evangélica. No
siempre han acertado a desarrollar la conciencia de unidad.
1. Pluriformidad de la existencia cristiana
2
"Necesitamos de todos los que han interpretado el Nuevo Testamento
De su misma raíz y fuente le viene a la espiritualidad cris- antes que nosotros y de todos los que lo interpretan al mismo tiempo que
tiana la floración en formas y contenidos. El evangelio y la nosotros." O. CULLMANN, Del evangelio a la formación de la teología cristiana,
Salamanca, 1972, p. 270. Necesitamos de quienes lo han interpretado con
1
S. TERESA DE JESÚS, Fundaciones, c. 5,1. la palabra y sobre todo con la vida.
682 ESPIRITUALIDADES 1. PLURIFORMIDAD DE LA EXISTENCIA CRISTIANA 683

A veces, por propia culpa. En muchas ocasiones, reflejan y desbordan las posibilidades de realización de cualquier per-
prolongan la falta de vigor espiritual que en esos momentos sona. Nadie puede realizarlo en todas sus dimensiones. Jesús
sufre la iglesia. Si la iglesia escasea de vida litúrgica, dinamismo mismo asume limitaciones: predica casi exclusivamente en
apostólico, unidad, comunión de todos, etc., las espiritualida- Palestina, no vive la ancianidad, el matrimonio, enfermedades
des que nacen en ese contexto, o reaccionan vigorosamente, graves, los procesos de inculturación en otros pueblos y otras
o sufrirán las mismas enfermedades. lenguas... Los Apóstoles, para dedicarse a la predicación, nom-
La apelación al evangelio, como algunos lo utilizan, no ofre- bran "diáconos" que se ocupen del servicio de la caridad, y
ce plena garantía de autenticidad, cuando se trata de legitimar van diferenciando funciones y carismas. Pretender ser todo y
o deslegitimar espiritualidades. Se presta a abusos y falta de hacerlo todo es ingenuidad o soberbia3.
rigor teológico, a) Utilizarlo para justificar tesis y hechos con-
sumados: sean como sean y hagan lo que hagan, las espiri-
tualidades existentes se justifican por el evangelio inagotable. Vocaciones v carismas en la iglesia
b) Con la apelación al evangelio y a la espiritualidad evangélica
pretenden algunos autores descalificar las espiritualidades y En perspectiva de iglesia, las diferencias constituyen un
uniformarlas en un "reduccionismo nivelador". hecho original y una intención primordial en los planes de Dios.
El evangelio es uno y múltiple. La vida y la palabra de Entran en acción dos principios teológicos de capital impor-
Jesús nos han llegado en forma plural de cuatro evangelios, tancia. El primero es la realidad y el concepto de iglesia como
cuatro evangelistas, cuatro comunidades cristianas que lo viven. lugar de la existencia cristiana multiforme. El segundo es la
La diferencia no es sólo de autores y de estilos refacciónales; realidad y el concepto de vocación divina, que ofrece una gra-
alcanza a la percepción original de los testigos, a la selección cia, moviliza a una persona, y define su campo de vida y de
de los hechos y vivencia de los mismos. Cada evangelista per- acción en la iglesia; hay vocaciones individuales y de grupo.
cibe y describe mejor ciertos datos o aspectos entre los innu- Se repite, a nivel de iglesia, la misma comprobación que hemos
merables que se le ofrecían: palabras, hechos, milagros, movi- hecho en el evangelio: unidad de diferencias integradas. La
mientos, gestos, estados de ánimo de Jesús. Viven los evan- teología espiritual debe cuidar la vivencia de este proceso com-
gelistas (o los apóstoles de quienes dependen) una relación pleto y delicado: legitimidad, necesidad, modalidades, funcio-
total con el Señor. A la hora de vivir, reflexionar y anotar, nes y límites del pluralismo eclesial.
se diversifican. Otro tanto les sucede a las comunidades pri- San Pablo es quien más y mejor hace resaltar la diversidad
mitivas, que utilizaban preferente o exclusivamente uno solo de carismas, vocaciones, y servicios que forman la iglesia, Cuer-
de los cuatro evangelios, y estaban mentalizadas por peculia- po místico de Cristo, en el que no hay hebreos ni gentiles,
ridad. esclavos ni libres. Pero al mismo tiempo con diversidad de órga-
Otro tanto sucede en épocas sucesivas, en los movimientos nos y funciones, por obra del Espíritu: "Sólo un Señor, una
eclesiales y en los santos. Todos van al evangelio con la misma fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, que está sobre
intención de vivirlo a fondo y, sin embargo, vuelven diferen- todos y en todos. A cada uno de nosotros ha sido dada la
ciados en experiencias, tareas, prioridades. Buscando al mismo gracia en la medida del don de Cristo" (Ef 4,5-6). "Hay diver-
Cristo en el evangelio, san Agustín hizo un camino, san Fran- sidad de dones, pero uno mismo es el Espíritu. Hay diversidad
cisco de Asís otro; Ch. de Foucauld descubrió un aspecto; Teil- de ministerios, pero uno mismo es el Señor. Hay diversidad
hard, otro muy diferente. Y todos ellos son aspectos y síntesis de operaciones, pero uno mismo es Dios, que obra todas las
parciales del misterio original. 3
F. VANDERBROUCKE, Espiritualidad y espiritualidades: Concilium
El evangelio no se presta a simplificaciones ni fragmen- (1965), 9, pp. 488 ss.; U. VON BALTHASAR, El evangelio como criterio y norma
taciones. Todo, en diferentes formas y medidas. Sus contenidos de toda espiritualidad: Concilium, 9 (1965), 7-25.
684 ESPIRITUALIDADES 1. PLURIFORMIDAD DE LA EXISTENCIA CRISTIANA 685

cosas en todos. Y a cada uno se le otorga la manifestación motivo de tanta variedad no hay que reducirlo a la elección
del Espíritu para común utilidad" (ICor 12,4). que se impone, ni siquiera a participación finita de la infinitud
Se trata de funciones y carismas de se agrupan en cate- de Dios, que es la misma salvación; ni tampoco a la asunción
gorías: doctores, profetas, apóstoles, taumaturgos, etc. Esto da activa y conformidad que confieren a la existencia de fe moda-
lugar a diferencias y semejanzas de grupo, que aunan a diversos lidades propias de creer y vivir. Semejante situación (de plu-
miembros. Respetando los rasgos individuales de cada cristiano ralismo) no debe ser relegada a la periferia de la existencia
y de cada vocación, existen funciones en el Cuerpo místico. de fe, como si la individualidad pudiera perfilarse solamente
Tales carismas, especialmente los ministerios, no son gracias en complementos y figuras ornamentales; por el contrario, la
ocasionales, sino funciones colectivas y permanentes, que peculiaridad se identifica enteramente, con la 'simbiosis' que
implica maneras particulares de vivir el misterio cristiano. En se forma entre la Palabra participada y el hombre que por
las cartas que escribe a Timoteo y a Tito se les enseña una fe la acoge" 4 .
manera especial de vivir el anuncio de la fe y la relación de Nos orientamos hacia una solución que respete, jerarquice
caridad, es decir, de vivir las tareas propias del obispo. Y en y potencie todas las dimensiones de la gracia y la naturaleza
esa misma forma han de educar a quienes escojan para con- que están en juego. Como ha hecho el Concilio Vaticano II,
tinuar ese ministerio. en la Lumen gentium. Todos los cristianos forman un mismo
Hay una dialéctica espiritual que regula la vida y el desarro- pueblo de Dios, y al mismo tiempo con vocaciones, tareas y
llo espiritual de la iglesia: la unidad del organismo eclesial vivo formas diferenciadas: seglares, sacerdotes, religiosos. Una mis-
lleva a la diferenciación de órganos y funciones, y la diferencia ma es la santidad de todos los miembros en los diversos géneros
desarrollada reconduce al crecimiento unitario del organismo de vida; pero cada uno la realiza en forma acomodada a su
vivo. La dinámica no se puede cortar en ninguno de estos pun- función eclesial y a su género de vida (LG 41-42).
tos: ni en la unidad inicial, que pide funciones diferenciadas; En grupo. La complementariedad de personas en grupo y
ni en la diferenciación posterior, que pide ser incorporada con de grupos entre sí es una urgencia de primera necesidad. Lo
todas sus ramificaciones al núcleo original. acabamos de ver en san Pablo: carismas personales y grupos
La historia de la iglesia, dentro de sus limitaciones, ofrece homogéneos de apóstoles, doctores, profetas, etc. Esa unidad
un panorama interesantísimo en esa dirección. Es tema teo- intermedia cumple múltiples funciones.
lógico fuerte, no solamente espiritual. D. Wiederkehr lo a) Valor de vida y comunión. Las espiritualidades, ade-
desarrolla en varias perspectivas y manifestaciones. Recordar más de proveer al individuo con una forma de vida concreta,
los títulos de su exposición resulta ya iluminante. 1. Tipología suscitan comunidades de espíritu, realización colectiva de cier-
de la tradición: articulación de la iglesia, como ordenamiento tos valores espirituales primarios: caridad, oración, aspectos
producido por el Espíritu Santo, testimonio cristiano como res- del misterio de Cristo. Enseñan a vivirlos en la concreción de
puesta a las solicitaciones de la historia, diversas formas de tiempo y lugar. Crean convergencia entre varias personas y
seguimiento, categorías de santo en la liturgia, estructuras de comunidades. Prolongan en el tiempo la representación y rea-
la existencia cristiana, posibilidad y actuación del propio tipo lización de esos valores cristianos en tiempos sucesivos.
de fe, relación de complementariedad y corrección recíproca b) Eficacia en el servicio. La existencia de pequeñas
entre los varios modos de existencia cristiana. 2, Posibles cri- comunidades o grupos dentro de la iglesia cumple también
terios y motivos de distinción: opciones derivadas de la expe-
4
riencia de Dios o de la fe en Cristo, realizaciones de la exis- Varios, Unidad, pluralismo y pluriformidad en la vida religiosa, Madrid,
tencia eclesial, opciones dentro de una común situación his- 1974. "Bibliografía" de A. BARRIOS MONEO, en pp. 459-482: referente al plu-
ralismo en teología, en la vida de la iglesia y en la vida religiosa; D. WIE-
tórico-salvífica, la situación antropológica. DERKEHR, "Diversas formas de existencia cristiana en la Iglesia", en Mysterium
La pluriformidad no es marginal a la existencia de la fe. Salutis 11,2, Madrid, 1975, pp. 332-382; id., "Fondamenti vitali", en AA. VV.,
Se da una simbiosis entre la fe y el hombre que la vive. "El Corso di Spiritualiiá, Brescia, 1989, pp. 315-329.
686 ESPIRITUALIDADES 1. PLURIFORMIDAD DE LA EXISTENCIA CRISTIANA 687

una función apostólica. Permite la realización de tareas de lar- la cruz. Cada persona o grupo tiene sus zonas de sensibilidad,
go alcance, que requieren unidad de mente, solidaridad y con- y otras de embotamiento espiritual. Lo mismo sucede con épo-
tinuidad de acción. cas sucesivas.
c) Fuerza y credibilidad del testimonio. La palabra y expe- Se añade la limitación objetiva, derivante de la concentra-
riencia individual conserva siempre una cierta ambigüedad a ción en el valor que uno realiza en profundidad, que le dificulta
nivel de testimonio. Se pueden atribuir los resultados al tem- sentir, valorar, comprender y realizar otros aspectos antinó-
peramento, a gracia excepcional, a coincidencias irrepetibles. micos del evangelio. Puede uno retrasar la elección, pero no
Cuando esos mismos resultados los vemos repetidos en una eludirla. Por separado, todo es bueno y posible, mientras nos
comunidad entera, en una agrupación esparcida por diferentes mantenemos en el plano de las ideas. Pero eso no da unidad
lugares y ambientes, no podemos menos de atribuirlo a los de vida. Para obviar a estos límites de la condición cristiana
valores que cultiva y a la forma de vida en sí. Por ejemplo existen dos actitudes complementarias: totalidad en el plano
en el martirio: un mártir aislado, y personas de toda edad y de la intención, particularidad concreta en el de la realización.
condición.
a) Comprensión y colaboración representan la sensibilidad
teologal abierta a las demás tareas importantes de la iglesia,
que no puede realizar y otros realizan. El religioso no tiene
Dialéctica e integración de carismas la vida de familia que lleva el seglar. Sin embargo, puede vivir
las propiedades de la vida cristiana seglar por vía de compren-
La variedad de vocaciones y carismas se produce y explica sión. La actitud de comprensión consiste en un conocimiento
desde diferentes perspectivas: a) la riqueza inagotable encerra- global de esa otra tarea y sus funciones, valoración de la misma
da en cada uno de los aspectos esenciales del misterio cristiano, como complementaria de la propia, sentirla como propia, y
que requiere colaboración para encarnarlos existencialmente ayudar dentro de la propia realización a las personas que llevan
todos; b) las aportaciones de sujetos y grupos, que traen a la a cabo esta otra. Esta comprensión es necesaria entre los diver-
fe sensibilidades y situaciones culturales peculiares; c) las limi- sos estados, pero también dentro de cada uno de ellos. Entre
taciones inherentes a toda la realización humana e histórica los institutos religiosos y en la vida seglar hay diferencias, que
concreta. Profesar una vocación es al mismo tiempo confesar imponen la misma norma para llegar a ser vividas en auten-
los propios límites y reconocer la existencia de otras funciones ticidad cristiana.
y personas al lado. b) Realización significa la dedicación plena, interior y
Tanto los individuos como los grupos viven esas modali- exterior, a la propia función dentro de la iglesia. La exterio-
dades, que resultan enriquecedoras, cuando se integran, y para- ridad aquí significa historia y sacramentalidad, ya que revela
lizantes cuando se excluyen. Como acabo de indicar, todas las y encarna ante la iglesia misma y ante el mundo el valor corres-
vocaciones sufren inevitablemente limitaciones, que forman pondiente. Uno realiza la caridad, no sólo porque ama en su
parte de su vigor concentrado, pero que también pueden dege- corazón al prójimo, sino porque, además, lo hace de manera
nerar. visible, sacramental, como justificación de toda su existencia.
Hay limitación subjetiva, debida a la estrechez en el campo Es lo que hace el cristiano en familia o en el trabajo, el con-
de la conciencia. Se comprueba a cada paso: la atención a un templativo en clausura, la religiosa en el hospital, el sacerdote
punto nos distrae de otro; la estima de un valor trae desestima dedicado a su ministerio, el misionero.
o indiferencia hacia otro. Quien ha probado la urgencia de c) Integración es tema ya tratado en el tema Iglesia
meter el evangelio en las fábricas, a duras penas comprende (cap. 4). Aquí se habla, no solamente de la complementariedad
que haya contemplativas en clausura. El misterio de la cruz objetiva de valores y aspectos, sino también de actitudes espi-
lleva a marginar la resurrección, y la resurrección sobrevuela rituales y psicológicas. Sentirse iglesia, además de vivir y actuar
688 ESPIRITUALIDADES 2. ESPIRITUALIDADES ESPECIFICAS 689

como tal. La vocación del cristiano consiste en vivir la totalidad


en la particularidad, y viceversa. Por eso, no basta "respetar" Qué se entiende por "espiritualidades"
todo, y limitarse a vivir lo suyo. Cada cristiano recibe vocación
completa. Es necesario que cada creyente de algún modo viva El término indica una ordenación completa de la vida cris-
la totalidad de la gracia cristiana, aun cuando no pueda expli- tiana: aspectos preferenciales de la santidad, medios para con-
citar con fuerza todos sus rasgos en la propia existencia, nece- seguirlo, tanto sacramentales como ascéticos; forma de apos-
sariamente limitada. Las luchas de prestigios, de carismas, de tolado y de presencia. Define modalidades de vida cristiana
culturas, de pertenencias, han existido a todo lo largo de la y de vida espiritual. Por "espiritualidades" se entiende:
historia cristiana. Algunas se han mantenido en el ámbito de
lo que se llama "emulación". Otras veces, muchísimas veces, "Maneras particulares de sintetizar vitalmente los valores
van a sangre y fuego, destruyendo uno lo que el otro hace, cristianos, según la diversidad de puntos de vista o de cata-
lización; y esto a nivel de personalidades individuales o, más
ambos convencidos en su intención y conciencia de que llevan fácilmente, a nivel de movimientos o de corrientes espirituales
a cabo la obra del Espíritu Santo. Los carismas en la iglesia (que pueden partir de tales personalidades o también prece-
se integran o se neutralizan mutuamente, se suman o se restan; derlas o tenerlas como 'intérpretes' o 'discernidores' o 'pro-
como efecto de nuestras pocas luces o mal corazón 5 . motores' de síntesis).
Modelos. Como ejemplo de esta vivencia se pudiera citar Hemos dicho que se trata de síntesis vividas; así pues, no
el caso de santa Teresa de Lisieux. Corazón universal: quiere de suyo ni inmediatamente de síntesis de carácter doctrinal,
ser mártir, sacerdote, misionera de predicación, estar en todas si bien determinadas 'espiritualidades' pueden impulsar, a su
las tareas de la iglesia. Vida encerrada: como realización con- modo, no sólo intentos de elaboración teórica de las espiri-
creta escoge ser carmelita de clausura y vivir sin moverse de tualidades como tales (= doctrinas espirituales), sino incluso
tipos de teología coherentes con estas mismas espiritualidades.
un pequeño convento. Ni la anchura de los deseos ha puesto
Como tampoco se trata inmediata y necesariamente de pro-
idealismos en su vida real; ni la vida conventual ha estrechado yectos institucionales particulares, aunque las síntesis vividas de
el universalismo eclesial en sus deseos, que eran amor. que hablamos puedan anirmarlos o incluso generarlos directa-
mente como un modelo connatural de expresión; así nacen nue-
vas formas de vida cristiana homogéneas con la 'espiritualidad'
2. Espiritualidades específicas que las crea, o son asumidas y animadas nuevamente deter-
minadas formas (o elementos estructurales) ya existentes"6.
La existencia de pluralismo legítimo y necesario en la vida
cristiana abre camino a formas de espiritualidad diversamente Definición de G. Moioli (explicada y comentada brevemen-
configuradas. Es una gracia y un carisma para toda la comu- te), elementos: manera o forma particular / de sintetizar vital-
nidad, no ejercicio de mutua tolerancia. Trataremos de carac- mente / el evangelio y los valores cristianos / en torno a uno
terizarlas en sus funciones y modalidades. Veremos también esencial / vitalmente primero, y luego con apoyo de una refle-
las condiciones de autenticidad, ya que se viven y se entienden xión doctrinal.
en la unidad del misterio cristiano. Examinar atentamente los varios elementos señalados en
"Espiritualidades específicas", en cambio, indican las varias el primer párrafo de esta definición: maneras o formas par-
formas que se desarrollan en el ámbito de iglesia católica. El ticulares, de vivir y sintetizar o en síntesis vital, la totalidad
plural genérico "espiritualidades" tiene significado más amplio del evangelio y de la vida cristiana, organizando el conjunto
y puede incluir las espiritualidades no católicas (de otras igle- a base de un valor central, que organiza e impulsa y configura
sias o de otras religiones). la totalidad. Es primeramente experiencia de vida de una o
5 6
F. Ruiz SALVADOR, Integración de carismas: RevEspir, 42 (1983), 87-118. G. MOIOLI, "Teología espiritual", en NDE, pp. 1848-1849.
690 ESPIRITUALIDADES 2. ESPIRITUALIDADES ESPECIFICAS 691
varias personas. Normalmente se prolonga en toma de con- sonal" en la generalidad de la fundamental o de la especial.
ciencia refleja y en una síntesis doctrinal, más o menos ela- Distinción y peligro que se viven a varios niveles: iglesia, grupo,
borada. En la mayoría de los casos, da origen a una nueva individuos. Por librar a los carismas de estrechez, se degradan
forma de vida cristiana, comunidad o institución permanente. en generalidades irrelevantes. Por librarlos de uniformidad, se
Génesis y proceso de formación: gracia, experiencia, reflexión. destruye su significado y valor eclesial.
Observar cómo surgen y empiezan a existir, se desarrollan, asu- b) Individual, personal. Propio de cada individuo que vive
men formas y funciones cada vez más armónicas y completas. y despliega su gracia personal, en referencia a la iglesia uni-
versal y a la forma vocación o grupo en que se halla enclavado.
Personas. La gracia del Espíritu es personal. Y por ello es nece-
En tres planos sario crear o dejar espacios individuales. No se plantea en for-
ma de compromiso, de concesiones mutuas. Más bien se logra
Tres planos distinguimos para salvar todos los elementos por vía de donación, espíritu de servicio, y sobre todo por la
y llevar a cabo la integración: fundamental, especial, personal. convergencia en el punto de origen y meta: gracia del Espíritu,
Tratar los tres planos o ingredientes de una espiritualidad cris- para anunciar a Cristo. La espontaneidad del individuo goza
tiana: fundamental, especial, personal7. de mayor libertad de movimientos y espacios de creatividad.
a) Fundamental, común. Componente evangélico, cristia-
no eclesial, común. Todos los cristianos en la iglesia, comu-
nidad universal, que integra y unifica, sin uniformar, a toda Criterios de diferenciación
esa variedad de comunidades, grupos e individuos, incorpo-
rados a Cristo por el Espíritu, que forman su organismo vivo. La legitimidad abstracta de pluralismo espiritual no dis-
b) Especial. Características de grupo, de cada grupo, que pensa de comprobar origen, contenidos y realización existen-
incorpora a los individuos y se incorpora a su vez en la iglesia. cial de las unidades concretas. La creación de una síntesis con-
Además, se integra con los demás grupos o carismas; y todavía creta de vida cristiana tiene exigencias, que la teología y la
más, unificar y potenciar la gracia persona de cada uno de historia nos ayudan a discernir y valorar. Primeramente en su
sus miembros. El individuo puede tener gracias y carismas emi- validez objetiva y luego en su autenticidad vivencial.
nentes, mover masas. Pero, solo, no posee la fuerza de comu- La anterior definición centra la unidad y las diferencias
nión, acción y testimonio que tiene el grupo. Por eso, conviene en el punto o núcleo catalizador, que unifica, anima y carac-
que en la iglesia haya formas de vida estables, dedicación en teriza el conjunto. En la caracterización y diferenciación de
grupo a las diferentes tareas esenciales. Un grupo de familias las espiritualidades intervienen múltiples factores personales,
comprometidas en la caridad, la oración, la tarea de crear paz, ambientales, religiosos y culturales en el surgir de una espi-
tiene una fuerza de persuasión que en condiciones normales ritualidad. Se trata de descubrir cuál de ellos destaca, organiza
no posee un individuo. Otro tanto se diga de una comunidad y caracteriza el conjunto. En la complejidad de un carisma,
religiosa, que vive unida en la caridad, la oración, la castidad, no todos los ingredientes poseen igual relieve e influjo. Como
de manera permanente. Este nivel intermedio es el núcleo principios originantes de espiritualidades, no ocupan el mismo
caracterizante. Se prestan a amputaciones y reduccionismo: plano la experiencia de un fundador y el factor cultural.
vivir la "especial" cortada y al margen de las otras dos; diluir Quedan por determinar en concreto cuáles son esos puntos
la especial en la fundamental, cristianismo uniforme; sacrifi- catalizadores que dan origen y forma a una espiritualidad. No
carla en aras de la "personal", individualismo; absorber la "per- basta haber demostrado la legitimidad del pluralismo, para que
automáticamente quede justificada cualquier invención en este
7
Cf. A. VAN KAAM, In search ofspiritual identity, Denville, 1975, pp. 7-30. campo. Es necesario que el criterio escogido posea las cua-
692 ESPIRITUALIDADES
2. ESPIRITUALIDADES ESPECIFICAS 693
lidades convenientes para cumplir la función de sintetizar una
vida cristiana completa y caracterizada, como carisma del Espí- con objetivos y medios, dosificación, fruto de experiencia vivida
ritu. La historia y la teología ofrecen datos y bases para esta y doctrina.
determinación. Lo que hace la teología espiritual es organizar Vocaciones y estados de vida, tareas y profesiones, que dan
la variedad de criterios individuales en grupos o familias, que forma de existencia cristiana y de servicio en el Reino con
faciliten la visión panorámica y la comprensión. su propia configuración.
Antes hay que aclarar el significado y alcance de las "es- b) Rasgos modificantes:
piritualidades" que tratamos de identificar. La palabra "espi-
ritualidad" tiene significado diferente en estos casos: espiri- Origen étnico-geográfico: espiritualidades distintas según
tualidad francesa, espiritualidad ignaciana o carmelita, espi- la geografía de las naciones: oriental y occidental, italiana o
ritualidad seglar. Una espiritualidad puede recibir nombre geo- francesa, española o alemana, americana o rusa, etc.
gráfico, mientras su verdadera caracterización proviene de su Carácter psicológico o antropológico: se habla de espiri-
componente dogmático. Hay ciertos rasgos, que por sí solos tualidad especulativa o práctica, intelectual, afectiva, volitiva,
no se consideran criterios formativos de una espiritualidad, Factores culturales: modalidades originadas por contexto
mientras no se configuran y concretizan para dar lugar a una cultural o disposición de las personas o funciones.
forma de vida. El Concilio, que habla de espiritualidad "cris- c) Dimensiones generales:
tiana" (PC 6), habla también de espiritualidades: misionera
(AG 29), monástica (UR 15). No se consideran por sí solos caracterizantes de una espi-
No todos los criterios poseen el mismo alcance y vigor. ritualidad algunos criterios más bien complementarios. Y esto,
Unos han hecho surgir una nueva espiritualidad, otros con- no por falta de influencia e importancia, sino porque se trata
tribuyen a configurarla una vez constituida. Algunos son ver- de dimensiones comunes a toda espiritualidad cristiana. Para
daderamente constitutivos: formas de vida y apostolado, mis- ser fundantes, necesitan conjugarse con otros factores que con-
terios centrales de la experiencia, fundadores. Otros apenas figuren la modalidad. Entre las espiritualidades "impropiamen-
complementarios o denominativos: étnicos, cronológicos, te dichas", se cuentan:
antropológicos, etc. Son consideradas impropias las espiritua- Denominaciones por culturas y regiones: espiritualidad o
lidades que llevan el nombre de la nación o región: escuela escuela francesa, española, mística renana, etc. Esos factores
francesa, espiritualidad española, mística renana, etc. Sin pre- actúan más bien como corrientes o tendencias generales; y los
tender ser exhaustivos, sugerimos algunos, en dos niveles, de autores incluidos forman parte por otro concepto de alguna
mayor y menor profundidad. verdadera espiritualidad (Bérulle la francesa, dominica la
renana, etc.).
a) Criterios fundantes: Espiritualidad misionera o espiritualidad litúrgica, a secas.
Misterios de la fe y principios evangélicos: Trinidad, Cristo Se trata de un elemento común a todas las espiritualidades
crucificado, eucaristía, imitación de Cristo, María santísima. católicas particulares, en una u otra medida o forma. Otra cosa
Principios y valores evangélicos, tomados con objeto de vida, es que, a partir de ese elemento, se viva y elabore una totalidad
experiencia y de acción. de vida configurada. Lo mismo que se hace con la caridad,
Funciones eclesiales: predicación de la fe en diversos la oración, la piedad eucarística, etc.
ambientes y lugares, servicios de caridad, misiones, contem- "Por lo dicho, se debe concluir que, propiamente hablando,
plación. no existe una 'espiritualidad litúrgica' que, frente a las otras
Fundadores: visión y síntesis de lo cristiano, a la luz de escuelas de espiritualidad existentes, deba considerarse como
una experiencia y de una misión. Totalidad de vida espiritual, la espiritualidad propia de la iglesia; sino que la espiritualidad,
o mejor dicho, el 'espíritu' de la liturgia debe ser un elemento
694 ESPIRITUALIDADES
2. ESPIRITUALIDADES ESPECIFICAS 695
de todas las espiritualidades católicas particulares. Esto no
la iglesia. Sus mejores frutos y aportaciones los producen éstas,
impide naturalmente que la función de la liturgia y el predo-
minio del espíritu litúrgico tenga grados y formas diferentes cuando mantienen la autenticidad carismática: la conciencia
en las distintas espiritualidades, personales o colectivas. Por de vivir y anunciar el evangelio en íntima comunión afectiva
otra parte, es obligado concluir que aquellas espiritualidades y efectiva con la iglesia; y viviendo al mismo tiempo en fidelidad
en las que, por razones de orden histórico sobre todo, la liturgia a su función específica y caracterizada, sin diluirse en lugares
no tiene el debido relieve, deben modificar algunas de sus comunes, genéricos, que pierden toda eficacia y visibilidad. Los
características particulares de manera que se pongan en armo- carismas son realizaciones y manifestaciones eminentes del
nía con el espíritu de la liturgia" 8.
evangelio vivido y de la santidad de la iglesia. Encarnan valores
primordiales y de interés general: a) Ofrecen a sus miembros
Pertenencia simultánea a varias espiritualidades. La teología espi-
ritual es sensible también a otras perspectivas, que necesitan cuidados y personas llamadas por el Espíritu a continuar ese carisma,
y atención. Una de ellas es la integración personal de los varios fac- medios de santificación y de servicio comprobados por la expe-
tores generadores de espiritualidad, que pueden encontrarse en el riencia y la sabiduría de larga historia, b) Las espiritualidades
mismo individuo. Esos factores originan, según el esquema, diferentes se prestan mutuamente ejemplaridad y ayuda, cada una según
espiritualidades. Y sucede que un mismo individuo los tiene que rea- sus luces y medios. Resultan modelos de inspiración recíproca,
lizar en sí. ¿Cómo lo consigue? al vivir el evangelio común de diferente manera.
Ejemplo: un sacerdote, religioso, latinoamericano, dedicado a la
pastoral matrimonial. ¿Cómo compaginar todos esos elementos, capa-
1. Problemas y peligros. Ciertos reproches aluden a algu-
ces cada uno de por sí de organizar una espiritualidad completa?
¿Vive cuatro espiritualidades yuxtapuestas, o la mezcla con un poco nos abusos comprobados a mayor o menor escala. Se constatan
de cada una? Tendrá que compaginar, unificar jerarquizar... ¿Vive efectivamente desviaciones en algunas actitudes y doctrinas
cuatro espiritualidades yuxtapuestas? ¿Vive una sola, mientras toma espirituales específicas. La pluriformidad y pluralismo espiri-
las otras como tarea y ocupación? ¿Hay una constitutiva, y las demás tuales, aun siendo legítimo, se presta a desviaciones en la jerar-
modificantes...? quía e integración de valores. Entre ellos se cuentan: margi-
— Dificultades, reproches, remedios. Los varios criterios que nos nación, proliferación, autonomía.
sirven para el desarrollo siguiente (escuelas, estados, movimientos,
culturas) no actúan independientes, sino que normalmente entrelazan Por razones de orden teológico o práctico, algunos autores
y sobreponen, actuando juntos. La misma persona o grupo pueden suscitan reservas o reproches a las "espiritualidades específi-
al mismo tiempo pertenecer a un movimiento, una cultura, un estado cas", tal como se dan en la iglesia, o incluso llegan a negar
de vida. su misma legitimidad. Cuestionan la legitimidad del hecho o
las modalidades de su desarrollo, y afirman que no hay motivos
para que la espiritualidad cristiana se subdivida y ramifique
Utilidad y prestaciones espirituales en tantas espiritualidades. En la casi totalidad de los casos alu-
didos, la multiplicación de "espiritualidades" se refiere a los
Funciones y servicios de la variedad de espiritualidades en institutos religiosos. Semejante afirmación ha dado lugar a
la iglesia. La variedad de espiritualidades forma parte del orga- toma de posiciones en favor o en contra.
nismo diferenciado que es el Cuerpo de Cristo. Dan vida y
expresión a la gracia interna de las personas integradas en ellas, Por los años sesenta, en torno a la celebración del Concilio,
y transmiten su riqueza a la experiencia y funciones de toda se produjo ese movimiento de vuelta a vivir la simplicidad del
evangelio, amputando tantas adherencias sobrepuestas a lo lar-
8
R. BLATNICKY, //concetto di "scuola di spiritualitá": Rivísta di Pedagogía go de los siglos. Entre los autores que promovieron la ten-
c; Scienze Religiose, 5 (1967), 48-108. (bibl. pp. 106-108). Otros criterios en dencia y la defendieron con ahínco se cuenta L. Bouyer, U. von
\ . MATANIC, La Spiritualitá come scienza, Roma, 1990, pp. 55-67. Balthasar, y otros... Con notables variantes, todos llegan a la
696 ESPIRITUALIDADES 2. ESPIRITUALIDADES ESPECIFICAS 697

conclusión de que la actual situación pluralista es un hecho sino más bien los gustos y el deseo de cada uno por construir
abusivo en la espiritualidad cristiana9. su pequeña iglesia. Quien apenas tiene un espíritu, lo fuerza
Han pasado los años y ha cambiado la situación teológica, para sacar de ahí una espiritualidad completa. Quien tiene
espiritual, y psicológica, a que respondían aquellos razona- espiritualidad, quiere tener una escuela de espiritualidad, y
mientos. Fueron surgiendo otras espiritualidades, no solamen- para ello, convierte en grandes principios doctrinales ciertas
te entre religiosos, que ampliaron la situación y quitaron mor- orientaciones de vida que no lo soportan. El problema se refie-
diente al problema: estados de vida, culturas, etc. Pero no es re a los institutos de vida consagrada o similares, que pasan
superfluo recordarlos. Al margen de que los reproches parez- de los 2.000, cada uno con "su espiritualidad". Las acusaciones
can inmotivados o exagerados, señalan deformación o peligros y reacciones a la "proliferación" de las espiritualidades en la
que conviene tener en cuenta. Aun cuando haya cambiado iglesia, fundadas y exageradas, han tenido efectos positivos:
mucho en los últimos años tanto la vivencia como el pensa- llamada de atención sobre un problema real y serio, acentuar
miento en materia de pluralismo intraeclesial, es bueno recor- primeramente la unidad de la experiencia cristiana en sus ele-
dar estos debates ya un poco "pasados", porque aportan luces mentos esenciales, mantener bien injertada en ella toda ulterior
de interés permanente. Nos dan ocasión de estudiar más de ramificación 11.
cerca la naturaleza y las condiciones de una auténtica espi- "Autonomía". La excesiva autonomía lleva a vivir de lo
ritualidad específica. Es útil conocer la consistencia de tales peculiar, descuidando el fondo común. Ciertas prácticas secun-
razonamientos, para repensar los fundamentos o rectificar sus darias adquieren, por ser caracterizantes, el puesto que corres-
eventuales desviaciones ,0. ponde a los grandes principios evangélicos. Otro pecado de
las espiritualidades ha sido el no realimentarse de la iglesia
"Automarginación". La conciencia exagerada de distinción y de la historia en cada siglo; sino que continúan con las pro-
crea actitud y experiencia de "gueto", grupo privilegiado y ais- visiones que tomaron en el momento de empezar. Se tilda de
lado. Con graves consecuencias para colocar y vivir en primer "capillismo" la tendencia a cerrarse en pequeneces privadas
lugar las referencias esenciales del evangelio y la iglesia. Algu- y diferenciantes, vividas con exclusivismo, casi de espaldas a
nos han planteado el problema en términos explícitos y vehe- los demás grupos y a la comunidad eclesial.
mentes. Ha sido L. Bouyer quien más vehementemente ha
combatido la existencia de diferentes espiritualidades cristia- 2. Legitimidad reafirmada. No tomaremos en cuenta la
nas, en particular las cultivadas por los institutos religiosos. negación indiscriminada de toda legitimidad frente a las espi-
Un solo evangelio, una misma iglesia: luego una sola espiri- ritualidades específicas. Hemos visto que en el repaso de las
tualidad cristiana. Esta deducción me parece teológicamente fuentes y luego en la definición de las espiritualidades espe-
infundada. En su afán de eliminar ciertos abusos, el autor ha cíficas no se aprecia argumento autorizado que desvirtúe esa
ido demasiado lejos. realidad cristiana y espiritual permanente. De los abusos más
"Proliferación". Proliferan las espiritualidades con una lige- o menos generalizados no se justifica pasar a la negación por
reza tal, que no demuestra los múltiples dones del Espíritu, principio. Vale la pena recordarlas, ya que el tratamiento del
9
problema tiene valor educativo, incluso para quienes no se lo
L. BOUYER, Introduction á la vie spintuelle, Paris, 1960, pp. 22-24; F. VAN- han planteado.
DERBROUCKE, Espiritualidad y espiritualidades: Concilium (1965), 9, pp. 488 ss.;
U. VON BALTHASAR, El evangelio como criterio y norma de toda espiritualidad: Coexisten en nuestro tiempo dos tendencias al parecer con-
Concilium (1965), 9, 7-25. tradictorias. Por un lado, la aspiración a la unidad, a vivir el
10
Una presentación general de autores, ideas y bibliografía se puede evangelio centrándose en los misterios y verdades de la reve-
leer en A. MATANIC, "Pro e contro le Spiritualitá specifiche (con speciale
riferimento alie famiglie religiose)", en su obra La Spiritualitá come scienza, 11
U. VON BALTHASAR, El evangelio como criterio y norma de toda espi-
Roma, 1990, pp. 55-67. ritualidad: Concilium (1965), 9, 7-25.
698 ESPIRITUALIDADES 3. ESCUELAS DE ESPIRITUALIDAD 699

lación. Por otra parte, la necesidad de encarnar el evangelio, es donde se ha producido más sensiblemente el cambio. La
en la existencia, en la historia y en la cultura, con el consi- búsqueda de identidad ha sido recomendada por el Concilio
guiente pluralismo. Diferencias y tensiones han existido siem- y los documentos posteriores del magisterio; incluso hablando
pre: escuelas de teología, contrastes culturales en la formu- explícitamente de "espiritualidad" propia.
lación del dogma, etc. Con mayor razón sucede esto en el caso
de la espiritualidad, que por su misma naturaleza incluye la
asimilación experiencial y la realización concreta. 3. Escuelas de espiritualidad
Las situaciones y actitudes a que aluden las afirmaciones
de los autores citados tienen fecha, y no responden ciertamente Entre las espiritualidades que acabamos de presentar des-
a la mentalidad con que hoy se viven las diferencias, ni a la tacan algunas por la originalidad de su inspiración inicial y
teología con que se interpreta el hecho de la pluriformidad. por sucesiva elaboración teológica y espiritual. Se llaman
a) Línea teológica. La aclaración fundamental la hemos escuelas de espiritualidad. Hay razones para presentarlas en
dado en el apartado anterior, al poner de relieve la plurifor- primer lugar, a) Son las más antiguas, y han orientado la espi-
midad original y permanente de la existencia cristiana, en el ritualidad cristiana desde hace muchos siglos; siguen influyen-
evangelio mismo y a lo largo de toda su historia. La santidad do en experiencia y doctrina, incluso entre personas que no
se ha presentado diversificada y como tal ha sido reconocida son conscientes de ello, b) Son las realizaciones más plenas
y proclamada por la iglesia. El documento Mutuae relationes y elaboradas de la espiritualidad en el plano doctrinal y vital.
respira aire nuevo y refleja de manera adecuada el horizonte c) Han dejado escritos, han formado corrientes y ambientes
y en parte también las realizaciones últimas. No crean pro- en la iglesia, que afectan a las varias espiritualidades y estados
blema teológico los carismas en sus normales diferencias y de vida, d) Desarrollan muchos de los elementos básicos que
emulación. forman la estructura de la teología espiritual, e) Las más logra-
b) Práctica-experiencial. La situación vivencial ha acusado das y perfiladas gozan hoy de vigor y atracción espiritual dentro
gran parte de las enfermedades que se le reprochan. Pero no y fuera de la iglesia.
ha sido una situación de amplitud y gravedad. Como ya dije, Por su fuerza carismática de origen, de experiencia y de
las "exageraciones" del reproche han servido para tomar con- misión, forman categoría relevante dentro de la teología espi-
ciencia y actuar. Una llamada de atención. ritual. En ellas se encuadran los más y los mejores maestros
Actualmente la situación no responde a esas descripciones de la espiritualidad cristiana. Se puede decir que la iglesia ente-
y críticas. También se ha hecho un poco "vieja" la argumen- ra ha vivido durante siglos de la espiritualidad de las escuelas;
tación de Von Balthasar, de L. Bouyer, etc. No sólo a nivel oración, caridad, misión, imitación de Cristo, etc. Fuera de la
de documentos (Mutuae relationes), sino sobre todo en sen- época patrística, casi todos los Doctores de la Iglesia perte-
sibilidad, actitudes, relaciones existenciales. necen a escuelas de espiritualidad.
Hay que tener en cuenta que la mayor oposición se dio Entre las publicaciones que se refieren a las "escuelas de
por los años sesenta. Son los tiempos de Von Balthasar, L. Bou- espiritualidad" hay que distinguir dos modalidades: Estudios
yer, etc. No es ciertamente el pensamiento y la sensibilidad de investigación sobre su origen, naturaleza, componentes,
religiosa de hoy. La eclesiología de comunión y la colaboración estructura, denominaciones. Síntesis de vida y doctrina, que
sincera han modificado el horizonte a que se dirigían aquellas resumen la experiencia y la doctrina de cada una de ellas u.
invectivas. Sin dejar de tener en cuenta la problemática, no 12
E. PACHO, "Le scuole di spiritualitá", en AA. W . , La Spiritualitá come
hay que ponerla tampoco en primeros planos. teología, Cinisello Balsamo, 1993, pp. 65-74; R. BLANITCKY, // concetto di "scuo-
La solución primordial se encuentra en la actitud de las la di spiritualitá": RivPedagScRelig, 5 (1967), 59 ss.; A. FAVALE, Spiritualitá
personas y en los medios y modos como la expresan. Aquí e scuole di spiritualitá: Salesianum, 52 (1990), 819-856; Feliciano DE VENTOSA,
700 ESPIRITUALIDADES 3. ESCUELAS DE ESPIRITUALIDAD 701
pensar en un sistema filosófico o teológico, elaborado por vía
Cómo definir una escuela de discurso intelectual. De hecho, hay quien las deriva y equi-
para a "escuelas de teología". En el caso presente se trata de
No acaban de precisarse los rasgos que caracterizan a una una realidad muy distinta. Para eliminar el equívoco, nada
escuela de espiritualidad, y la diferencian de las simples espi- mejor que seguir la génesis de una escuela de espiritualidad.
ritualidades. Muchos autores siguen intercambiando los nom-
Significado estricto. Lo hace notar con todo detalle E. Pacho
bres. Utilizando la expresión "escuelas de espiritualidad" con
en el artículo citado. Muchos no se han enterado de la presente
el mismo sentido que hemos definido las espiritualidades en
evolución del término y de las precisiones a que ha llegado
el número anterior. Incluso en estos años en que se ha llegado
la investigación histórica en este campo.
a cierta precisión en el uso de los términos se mantiene la
misma ambigüedad, incluso entre los profesionales de la teo- Escuelas de espiritualidad o de teología. Guardan relación
logía espiritual. estrecha en los casos en que se dan juntas, radicadas en un
Para entender el significado que damos a la expresión en mismo carisma. Van de la experiencia a la elaboración espi-
este razonamiento es necesario tener presentes otros varios, ritual, y por último pasan a la reflexión o escuela teológica.
afines y diferentes. Viéndolos juntos, se distingue mejor el "Es posible que nos sintamos inclinados a explicar los sistemas
alcance de cada uno de ellos: de espiritualidad por las grandes escuelas de teología espe-
culativa: ascética y mística dependen estrechamente del dogma
— En sentido concreto, por escuela de espiritualidad se y la moral; muy natural parece que las distinciones y oposi-
entiende un conjunto de elementos característicos de vida o ciones vigentes entre determinadas ideas teológicas lleven
de doctrina espiritual, de hecho comunes en un cierto número como consecuencia ineludible divergencias esenciales en la
de individuos que vinculan al menos espiritualmente al fun- doctrina espiritual. Explicación sencilla, cómoda y seductora
dador de la escuela, dotado de una particular personalidad a primera vista, pero que tropieza inmediatamente con esta
religiosa. desconcertante verdad... Más bien habría que decir que fueron
— En sentido ideal, la escuela de espiritualidad se entiende precisamente las diferencias de espiritualidad las que influye-
una fórmula original de vida espiritual, es decir, como una sín- ron en las preferencias a favor de tal o cual doctrina espe-
tesis orgánica de todos los elementos esenciales de la vida espi- culativa, sin negar por eso que en el desarrollo ulterior de cada
ritual, considerado el ideal de perfección común a los miem- escuela las tendencias doctrinales reaccionaron a veces enér-
bros del grupo, que tienen por cabeza a una insigne perso- gicamente contra ella... ¿No será más acertado afirmar que
nalidad religiosa, es decir, el fundador de la escuela. lo que en realidad distingue esencialmente a las escuelas espi-
— En sentido más estricto, o sea, en sentido pleno, la rituales unas de otras es el fin asignado por cada una de ellas
escuela de espiritualidad se entiende como una original síntesis a la vida interior? Contemplación o actividad apostólica, tal
doctrinal, o sistema teológico doctrinal de vida espiritual vivida forma de oración o apostolado, santificación personal o ala-
y enseñada por el fundador y por sus seguidores 13. banza divina..." 14.
En este sentido estricto las tomamos aquí. A algunos les
suena áspero el vocablo "escuela" aplicado a este sector. Hace

Método para llegar a determinar las diversas escuelas de espiritualidad católica:


Naturaleza y Gracia, 2 (1955), 103-150; J. DE GUIBERT, En quoi différent rée-
llement les diverses écoles catholiques de spiritualité?: Gregorianum, 19 (1938),
263-279; Id., Lecciones de teología espiritual, Madrid, 1953, pp. 119-134; LUCIEN
14
MARIEDE S. L, "École de spiritualité", tnDSpir, 4,116-128... J. DE GUIBERT, Lecciones de teología espiritual, Madrid, 1953,
13
A. FAVALE, Spiritualitá escuole di spiritualitá, 1. c, p. 846. pp. 122-123.
702 ESPIRITUALIDADES 3. ESCUELAS DE ESPIRITUALIDAD 703

lidad. Puede llegar a un verdadero sistema teológico, o quedar


Componentes en elaboración espiritual con ayuda de algunos principios de
la teología. La continuidad empieza por la experiencia. Los
El carácter de "escuela" conlleva una serie de factores inhe- discípulos se identifican con la experiencia del iniciador y su
rentes: iniciador de experiencia y doctrina, transmisión de horizonte de pensamiento. Con fidelidad y creatividad. Si se
ambas realidades a discípulos, elaboración sistemática ulterior limitan a repetir, fuera de contexto, termina la escuela. Si crean
por parte de éstos. Si ahora pasamos al análisis de la escuela al margen, pierden su savia original.
de espiritualidad, encontramos una serie de elementos que se 3. Síntesis espiritual cristiana. Tanto la experiencia como
dan en todas ellas, con mayor o menor relieve. En conjunto, la doctrina, además de originalidad, gozan de amplitud en su
definen bien las modalidades de esta categoría en teología visión de la vida cristiana, elaborando una síntesis orgánica
espiritual15. y relativamente completa de principios, metas y medios para
1. Originalidad destacada. La originalidad es rasgo deter- llegar a santidad. Por eso, como decíamos antes, se han con-
minante en todas las fases del proceso: experiencia original, vertido en espiritualidades de iglesia, más allá del ambiente
vivencia continuada y elaboración doctrinal. En su mismo pun- o de la familia en que nacen y se sustentan.
to de partida presentan una experiencia fuertemente original,
que se ha demostrado fecunda en resultados de vida y pen-
samiento. Se trata de un carisma o gracia especial con que Las escuelas en concreto
el Espíritu Santo vivifica la iglesia y conduce por caminos de
santidad antiguos y nuevos. Suscita para ello personas esco- Determinar en concreto cuáles entre las espiritualidades
gidas, grandes santos: experiencia de vida espiritual del fun- poseen estos rasgos que hemos presentado como caracterís-
dador o iniciador, que luego transmite a discípulos y segui- ticos de una escuela de espiritualidad es tarea difícil e impre-
dores. Se trata de una "espiritualidad" fuertemente caracte- cisa. No es un título que conceda la autoridad eclesiástica,
rizada en el punto de partida, carisma del Espíritu Santo. Ras- como sucede con los "doctores de la iglesia". En el fondo,
go determinante, que inspira y alimenta la ulterior elaboración no se trata de otorgar títulos más o menos elevados, sino de
y el alcance eclesial del conjunto. En este punto los autores observar cómo actúan los varios carismas en la historia de la
insisten con unanimidad, aunque no siempre resulta fácil la apli- iglesia. Se ha llegado a ciertas convergencias o conclusiones
cación concreta. Se aprecia mejor globalmente que en detalle 16. por vía de análisis histórico. Me guío por el reconocimiento
casi unánime de autores y lectores en lo que se refiere a las
2. Elaboración doctrinal. Rasgo que corresponde al nom-
escuelas principales.
bre de escuela y distingue la escuela de una simple espiritua-
Tomando escuela de espiritualidad en sentido estricto,
15
R. BLATNICKY, // concetto di scuola di spiritualitá: RivPedagScRelig, según la explicación dada, el número de escuelas afirmadas
5 (1967), 59 ss. Visto sumariamente el proceso de formación, podemos dar es más bien reducido. La mayoría de los autores convergen
en síntesis los elementos constitutivos de una escuela, que R. Blatnicky recoge en esos mismos nombres. Hay quien suprime algunos, y quien
como fruto de los principales estudios en este sector.
16
La experiencia original es factor decisivo. "Hay siempre en el punto
añade la devoción moderna y la escuela francesa. Entre las
de partida una experiencia original que ha conseguido resultados excelentes... que citaré a continuación, no todas gozan de igual vitalidad
Es Dios quien, en la Providencia sobrenatural con que gobierna la iglesia, en experiencia y en doctrina; si bien todas poseen suficiente
provee a sus necesidades, previene con gracias especiales a un alma escogida, fuerza y originalidad para ser consideradas escuelas. El hecho
la conduce por caminos de santidad tradicionales y al mismo tiempo nuevos, de pertenecer a la misma categoría de "escuelas" no las iguala
y hace de ella una de esas obras maestras que son los grandes santos. Dios
es ordinariamente la experiencia que da origen a una nueva escuela de espi-
ritualidad: experiencia de vida interior personal del fundador, y experiencia forma." J. DE GUIBERT, En quoi différent réellement les diverses écoles catho-
de formación de los primeros discípulos, una y otra bien logradas en su nueva liques de spiritualité?: Gregorianum, 19 (1938), 267.
704 ESPIRITUALIDADES 3. ESCUELAS DE ESPIRITUALIDAD 705

en calidad y amplitud de experiencia, variedad de contenidos san Ignacio, la Historia de una alma de santa Teresita. Ni siquie-
y de irradiación eclesial. Se tiende a distinguir entre escuelas ra el número de ediciones y traducciones desvela el secreto
mayores y escuelas menores. Dentro de las categorías más pre- de su "alcance" espiritual. El hecho de que después de cuatro
ciadas, hay diferencias abisales: entre los Padres de la iglesia, siglos se sigan leyendo los escritos de santa Teresa de Jesús
entres los concilios ecuménicos, etc. y de san Juan de la Cruz con la sintonía y el interés que las
Con estas salvedades y a título de ejemplo, me atrevo a mejores obras actuales de espiritualidad indica que nos encon-
dar nombres y lemas de la síntesis respectiva. El "lema" ofrece tramos ante la evidencia de un carisma.
una orientación práctica. Por otra parte, resulta deformante, Hablando de las escuelas en general, comprobamos su
ya que señala sólo una mínima parte de la riqueza y com- constante eficacia. En primer lugar, dentro de los institutos
plejidad experiencial y doctrinal de la escuela lv. y familias religiosas en que se han desarrollado. Generaciones
enteras se han santificado siguiendo esa forma de vida, los
"Oración y trabajo": escuela benedictina. ideales y los métodos comprobados. De ellas han bebido y vivi-
"Contemplar y transmitir lo contemplado": escuela domi- do espiritualmente muchos cristianos a lo largo de la historia.
nica. Mérito de las escuelas que contienen valores universales y fle-
"Conformidad con Cristo pobre, humilde, soferente": xibilidad. Mérito también de los lectores que adaptan culturas
escuela franciscana. y experiencias a la propia condición eclesial y existencial.
"Imitación de Cristo y oración metódica": escuela "Devotio Si examinamos el tratado de teología espiritual por temas,
moderna". el balance final nos lleva de nuevo a las escuelas. Cristocen-
"Todo a mayor gloria de Dios y contemplativo en la trismo, devoción mariana, vida litúrgica, oración, ascesis, mis-
acción": escuela ignaciana. ticismo..., éstos y otros temas esenciales han logrado su
"Intimidad con Dios a través de la oración contemplativa": desarrollo gracias al impulso de una o varias escuelas de espi-
escuela carmelitana. ritualidad. En el ambiente de una determinada escuela han
"Adhesión a los estados y actos de la vida del Verbo encar- nacido, vivido, escrito, casi todos los autores espirituales de
nado": escuela francesa siglo xvn. mayor renombre y universalidad eclesial.

Valor eclesial
Vitalidad permanente
Por sus frutos los conoceréis. Tratándose de vida espiritual,
los frutos más abundantes y calificados eluden el control social.
A pesar de la limitación, hay signos suficientes para apreciar Por la vitalidad original y la fuerza de pensamiento, las
la labor llevada a cabo por algunas escuelas de espiritualidad escuelas se mantienen vivas y capaces de incorporar los nuevos
durante siglos. elementos que emergen en la experiencia de la iglesia y en
No es posible calcular los frutos espirituales que han pro- la escuela. Logran integrar orgánicamente nuevas experiencias
ducido en la iglesia la Imitación de Cristo, los Ejercicios de y líneas de pensamiento asumidas por la iglesia. Se mantienen
abiertas a ahondamiento y enriquecimiento, a partir de los ele-
17
Sobre cada una de las escuelas de espiritualidad existen monografías, mentos de su experiencia-base (cf. A. Favale, p. 849). Es nor-
escritas por autores de la misma escuela. Hay además libros de síntesis donde mal que las escuelas de espiritualidad se hayan dado más nume-
diversos especialistas dan cada uno la visión panorámica de su escuela: rosas y vigorosas en órdenes religiosas, debido a una serie de
AA. W . , Les écoles de spiritualité chrétienne, Paris, 1948; AA. W . , Le scuole factores: fuerza y nitidez de la experiencia original, continuidad
di spiritualiiá, 3.a ed., Milano, 1949; AA. VV., La spiritualité catholique, Paris,
1953; AA. VV., Le grandi Scuole delta spiritualitá cristiana, Roma-Milano, en la experiencia de vida y experiencia espiritual, interés y dedi-
1984. cación en el estudio de la misma.
706 ESPIRITUALIDADES 4. FORMAS DE EXISTENCIA CRISTIANA 707

Junto a estos elementos constantes, hay un gran número nes de la existencia, modelos de santidad, unidad, pluralismo
de factores secundarios que acompañan el nacimiento y el y complementariedad de la vida cristiana. El criterio es válido
desarrollo de las escuelas: la geografía, el momento histórico y fecundo, aunque no pueda establecer diferencias precisas.
en el aspecto religioso y en el cultural; el temperamento del Presentaré un simple esbozo, lo estrictamente necesario para
fundador y las influencias de lecturas, compañías, etc. cumplir el objetivo de este capítulo de síntesis final: hacer ver
Vigencia permanente. Las mejor caracterizadas demues- que la teología espiritual está abierta a vidas y existencias con-
tran vigor interno y amplia actualidad. Por su fuerza original, cretas y de ellas se alimenta.
antes que por adaptaciones religiosas y culturales. Los escritos
de los grandes maestros y fundadores interesan por su espe-
cífica gracia y experiencia original, más que por "actualiza-
ciones" de sus comentadores: experiencia viva, pensamiento Toma de conciencia
vivo, lenguaje mistagógico.
Con todo, las escuelas necesitan actualización. Un orga- Desde el principio de la iglesia, las personas y los grupos
nismo se regenera por el mismo proceso que le dio vida: expe- cristianos han vivido el evangelio cada uno dentro de su normal
riencia, pensamiento, formas de vida y acción. Se ha puesto condición de vida, con los elementos y las variantes que ésta
mayor empeño en la investigación histórica y doctrinal; y menos comporta. En las cartas del NT se anotan las diferencias y
en revivir la experiencia carismática original, que es la fuente a cada grupo se le orienta en conformidad con las peculia-
de todo. Es una nueva gracia, no el fruto de documentos his- ridades de su existencia concreta: apóstoles, profetas, vida de
tóricos ni de síntesis doctrinales. familia, etc. Otro tanto sucede en la historia sucesiva. Pero
no se expresa o elabora en forma de conciencia explícita.
Presentar en términos de "espiritualidades" estas diferen-
4. Formas de existencia cristiana cias es un fenómeno posterior, tardío y lento. La "espiritualidad
religiosa" es la primera en tomar conciencia de ello y cultivarlo
asiduamente. Recientemente han recorrido el mismo camino
Disponemos de un nuevo esquema para vivir y analizar las
la espiritualidad sacerdotal y la seglar. El ritmo de conciencia
diferentes modalidades de la espiritualidad cristiana. En él que-
y estudio se ha desarrollado en dos direcciones: caracterización
da incorporada la existencia concreta y completa de personas
de cada una, integración diferenciada de las tres. En este
y grupos, no solamente su vida interior. Ofrece la novedad
desarrollo han participado varios agentes y factores. En primer
de que los componentes de la vida real entren a formar parte
lugar, la sensibilidad religiosa y espiritual de personas y grupos.
de la experiencia y de la teología espiritual, y actúan como
Vienen luego la teología y la espiritualidad que lo han fomen-
criterio para caracterizar y diferenciar distintas espiritualida-
tado y configurado doctrinalmente. Como factor último y deci-
des. Se trata en concreto de espiritualidad seglar, sacerdotal,
sivo, interviene el magisterio de la iglesia, que confirma expe-
religiosa.
riencias y doctrinas, abriendo nuevos horizontes 18.
En las espiritualidades y escuelas que hemos visto, la expe-
riencia espiritual se configura en forma de síntesis doctrínales, 18
A partir del Concilio Vaticano II han aparecido una serie de docu-
de vida interior y de mediaciones explícitamente religiosas. El mentos que definen el valor y las funciones de esta distinción. El Concilio
criterio de los estados de vida desplaza el centro a la existencia fija la unidad de base (LG: enclave eclesial) y la variedad de desarrollo: segla-
concreta y completa. Está integrado por múltiples perspectivas res (AA), sacerdotes (PO), religiosos (PC). El "Sínodo de obispos" ha abor-
y aspectos: canónico, teológico, espiritual, social, existencial. dado y actualizado el tema de las formas de vida cristiana en la iglesia. Sus
conclusiones han quedado asumidas y respaldadas por el correspondiente
Su mérito y utilidad está en dar relieve y forma concreta a documento pontificio: seglares (Christifideles laici, 1988), sacerdotes (Pastores
valores y funciones primordiales de la vida: formas, mediacio- dabo vobis, 1990), religiosos (Vita consecrata, 1996).
708 ESPIRITUALIDADES 4. FORMAS DE EXISTENCIA CRISTIANA 709

Las ventajas que aporta a la espiritualidad la valoración


de estas modulaciones son muchas. Brotan de una necesidad Estados de vida
comprobada. Hemos llegado hasta el siglo xx con la espiri-
tualidad absorta en la modalidad de vida consagrada. Las otras
formas actuaban en referencia o dependencia de ella. Los La fijación teológica de esas modalidades de la existencia
seglares por mundanismo, los presbíteros por tarea, no pare- cristiana en tres "estados de vida" ha llevado a la rígida dife-
cían tener en su ambiente y trabajo las claves de la espiri- renciación de espiritualidades, basada en ese criterio. El estado
tualidad. Ahora se descubre que la santidad cristiana no sobre- de vida se define como condición de vida permanente del cris-
viene de fuera, sino que nace dentro de la vida, tal como ésta tiano frente a la iglesia y al misterio de salvación. El rigor
se presenta: religiosa, social, laboral, política, pastoral o cul- con que inicialmente se distinguían los estados de vida era debi-
tural. La santidad vivida con expresiones y medios apropiados do en parte a la dureza con que en la sociedad profana se
toma la forma concreta de espiritualidades caracterizadas por marcaba la distinción entre los diferentes estados o clases socia-
estados de vida. les. El ciudadano pertenecía a uno u otro por nacimiento o
por concesión oficial, pero de manera inamovible. Se han ido
"Durante muchos siglos, casi hasta nuestros días, se veían borrando los lindes, y hoy cuentan más la función y la calidad
el seguimiento, la santidad y las distintas espiritualidades como personal. Por influjo de factores culturales y teológicos, la ter-
patrimonio propio de la vida religiosa. El laico y el sacerdote minología, la doctrina y la configuración interna de los "es-
podrían recorrer el camino de santidad cristiana en la medida tados" presenta rasgos de mayor flexibilidad e inestabilidad20.
en que imitaban, en su estilo de vida, algo de la vida y estilo
de los religiosos. Independientemente del mayor o menor valor Se ponen reservas en la utilización de la palabra "estado"
práctico y real de la división de la vida cristiana según tres en contexto espiritual: parece contrario al carácter personal
estados de vida —laicos, religiosos, sacerdotes—, lo más impor- y vivo de los carismas; no refleja el carácter dinámico de la
tante, a mi parecer, es el reconocimiento por parte del Concilio vida humana y religiosa, prefija y condiciona el posible desarro-
de la existencia de otros caminos de vida evangélica, distintos llo de esa forma de existencia. Sin embargo, estos razonamien-
de la vida religiosa e igualmente válidos en orden a la santidad. tos no son motivo suficiente para abandonar el término y la
Sin duda, el tema de la 'vocación universal a la santidad' está
íntimamente relacionado con éste de los 'estados de vida', por- idea. Tomado aisladamente y llevado al extremo, cualquier
que no se puede afirmar la vocación universal a la santidad expresión puede resultar ambigua e imprecisa: método, estado,
sin afirmar, al mismo tiempo, la validez de todos los distintos creatividad, fidelidad, etc. Ni el estado social ni los estados
estados y caminos que hoy pueden ser asumidos por un cris- de ánimo ofrecen por sí mismos garantías de autenticidad. Des-
tiano en la iglesia. Pero hay que decir también que el reco- de el punto de vista religioso y espiritual, el fallo no viene
nocimiento expreso y casi solemne de dicha vocación universal de vivir en un estado, sino de "colocarse" dentro de un estado
a la santidad en la Iglesia es, a su vez, fruto de la progresiva sin la vida correspondiente. Esto ya no sería estabilidad, sino
conciencia del valor del laicado y sacerdocio como camino váli- vacío de vida espiritual. Las tipificaciones existen en la vida
dos por sí mismo de vida cristiana plena" 19. cristiana y cumplen función muy positiva. La "estabilidad" for-
ma parte de la vocación de Dios, de la respuesta comprometida
y de la fidelidad, que asumen carácter definitivo. Vivir en un
20
Cf. S. SPINSANTI, "LOS estados de vida: antiguas y nuevas perspectivas",
en AA. W . , Problemas y perspectivas de espiritualidad, Salamanca, 1986,
19 pp. 349-371. Por lo general, todos los diccionarios de espiritualidad conceden
J. D. GAITÁN, Espiritualidad y espiritualidades: RevEspir, 43 (1984), espacio al título "estados de vida", con desarrollo doctrinal y bibliografía;
694-695. J. D. GAITÁN, Espiritualidad y espiritualidades: RevEspir, 43 (1984), 673-697.
710 ESPIRITUALIDADES
4. FORMAS DE EXISTENCIA CRISTIANA 711
estado, personal o colectivo, forma parte de toda vocación:
Jesús mismo, los Apóstoles...21 cualificación en la iglesia; lo mismo que sucedía antes con cier-
Los estados de vida no son instrumentos de precisión para tas categorías de santos: no mártir, no virgen, etc.; b) deja a
deslindar fronteras, monopolizar mediaciones de vida o de acti- sacerdotes y religiosos colgados de la vocación especial e insu-
vidad religiosa o profana. Cuando se confrontan entre sí, se ficientemente sensibles al componente cristiano.
advierte que la división es inexacta e incompleta. Inexacta, por- Son más bien formas de vida, estilos de existencia. La espe-
que da como caracterizantes de un estado valores o cualidades cificación excesivamente marcada ha conducido al empobre-
que se encuentran en medida igual o parecida también a otro. cimiento. Uno puede ser tan específicamente religioso o pres-
El bautismo, confirmación y matrimonio son la base de vida bítero, que acabe por no ser ni sentirse cristiano. Los varios
cristiana seglar; ahora bien, los dos primeros son comunes a estados viven de la realidad básica, humana y cristiana, común,
todos; el matrimonio es libre entre los mismos seglares, o lo más que de las especificaciones. El seglar es un cristiano que
viven en estado de viudez prolongada, se da también en el ora, ama, posee interioridad y trascendencia, sentido de iglesia,
sacerdote oriental y puede un día darse en los demás; el trabajo no solamente el encargo de la "consecratio mundi". El seglar
material y social es para muchos religiosos y también sacer- para el mundo, el presbítero y el religioso para la sacralidad,
dotes la forma de vida normal. El trabajo de inserción en el no se ve en qué forma son ambos discípulos de Cristo, en pri-
mundo se encuentra en institutos religiosos realizado al pleno. mer lugar y en comunión.
Mirados desde dentro de cada uno, también revelan notable Es mejor enfocarlos desde el evangelio, con sus acentua-
heterogeneidad. Dentro de cada uno de ellos, existe variedad ciones teologales y existenciales. Desde luego, implican un
de estilos de vida y experiencia espiritual; de psicología, capa- avance en el proceso de caracterización, estableciendo tres fun-
cidades, inclinaciones personales, tareas. Tan seglar es un hom- damentos sólidos que alimentan de manera constante su expe-
bre de negocios y relaciones, como una madre de familia riencia espiritual.
encerrada en casa, que no sale más que para la compra. Los
fieles de pueblo sienten más afín y cercana la piedad y la vida a) El sacramento hace de base cristiana a esta forma de
del párroco de aldea, que la de los seglares militantes de la vida. Como fundamento último del estado estaría el sacramen-
capital; y viceversa. Otro tanto se diga de sacerdotes y reli- to o consagración que le sirve de base: bautismo y confirma-
giosos. ción, orden, profesión religiosa. Nunca se había insistido tanto,
desde el punto de vista espiritual, en las implicaciones de estos
sacramentos como gracia y programa de la vida entera.
Fuentes de espiritualidad cristiana b) La misión desarrolla la gracia del sacramento en for-
mas de servicio eclesial y presencia testimoniante social. La
Seglar-sacerdote-religioso son modalidades del ser cristia- actividad que cada uno desarrolla, tanto profana como direc-
no, configuraciones generales de su integración religiosa, tamente religiosa, tiene sentido de misión. Puede ser la pre-
humana y social; diferentes formas de apropiación y desarrollo dicación del evangelio, o la consagración de las realidades
del ser cristiano, cada una de las cuales participa en los con- terrestres, o representación de contenidos escatológicos. Cum-
tenidos de las tres. El lenguaje y la mentalidad corrientes tien- pliendo esos deberes, colocándose dinámicamente en la propia
den a identificar el cristiano o fiel cristiano con la condición situación, se cumple una misión cristiana y espiritual. Esta no
seglar, el simple fiel, que no se encuentra situado en una voca- sería una ocupación que cae de fuera, sino una modalidad
ción "especial". Esta reducción de lo cristiano tiene doble caracterizante de toda la persona.
inconveniente: a) deja a los cristianos seglares desprovistos de c) Una situación global de base hace de soporte y lan-
zamiento a la gracia del sacramento y la misión. En primer
21
A. PIGNA, La vita religiosa. Teología e spiritualitá, Roma, 1982, pp. 41 ss. lugar, se dedica mayor atención a la situación. Las condiciones
de vida entran a formar parte de la vida espiritual: el matri-
712 ESPIRITUALIDADES
4. FORMAS DE EXISTENCIA CRISTIANA 713
monío, la profesión, la comunidad, la forma de apostolado.
Despliegan fuerza santificante. Esto es más que tomar esas En cambio, carecen de fuerza interna de experiencia y cohe-
condiciones como "deberes de estado". Esta categoría antigua sión. Son síntesis teológicas doctrinales y esquemas de vida,
demuestra que siempre se han valorado de algún modo, aun- más que síntesis.
que fuera bajo la categoría global del deber moral, y en último
análisis, como voluntad de Dios, que da la gracia necesaria "No me parece acertado el método de aplicar el concepto
para realizarlas. La espiritualidad de los estados, asumiendo de escuela espiritual a las 'espiritualidades' de los diversos esta-
todo ese cuadro, valora los deberes como otras tantas fuentes dos de vida. Una escuela de espiritualidad, como queda dicho,
constituye una fórmula de vida ascético-mística, una síntesis
peculiares de espiritualidad en su ser propio.
orgánica y original de todos los elementos esenciales de la vida
En general, el estado de vida cristiana ofrece un marco espiritual y, por tanto, un método para conseguir la perfección
general de experiencia, mediaciones, organización. Los tres cristiana. El carácter vital y orgánico de las escuelas de espi-
componentes que acabo de señalar forman un conjunto armó- ritualidad es debido a la experiencia espiritual que sirve de
nico y equilibrado de experiencia y vida, integrando esos tres base a cada una de ellas. Semejante experiencia es un elemento
elementos: sacramento de origen, vocación de santidad y indispensable, ya que por medio de ella los diversos elementos
misión, situación existencial en el contexto social. constitutivos de la espiritualidad llegan a formar un conjunto
La condición de vida tiene aquí mayor peso que en las orgánico y equilibrado.
espiritualidades caracterizadas por gracias interiores y tareas En cambio, las 'espiritualidades' de los diversos estados y
religiosas 22. de las varias formas de vida no derivan de la experiencia espi-
ritual de alguna personalidad religiosa insigne, sino de los múl-
tiples factores que forman parte de cada estado o forma de
vida, como: la función y la misión específica en el conjunto
A manera de espiritualidades del Cuerpo místico de Cristo, los deberes particulares de cada
estado, el ambiente social y el enclave en que se desarrolla
la vida, etc. Por falta de experiencia espiritual de base, la 'es-
Cuando se habla de "espiritualidades", esto se entiende en piritualidad' de un determinado estado o forma particular de
dos sentidos diferentes: 1) configuración teológica y doctrinal, vida en la iglesia, si bien representa una cierta orientación gene-
con medios y forma de vida cristiana que alimenta la expe- ral, un cierto 'estilo' de vida espiritual cristiana, no constituye
riencia y la existencia de una persona o de un grupo; 2) síntesis una fórmula de vida, una síntesis orgánica y vital de todos los
vivida y experimentada, que organiza en determinada forma elementos necesarios para tender a la perfección. Sería un error
la búsqueda y realización de ese ideal. querer aplicar a tales 'espiritualidades' la estructura propia de
Las configuraciones de la espiritualidad según estados des- las escuelas de espiritualidad"23.
velan la multiforme riqueza del evangelio y de la gracia, des-
tacando con particular intensidad algunos aspectos particula- En realidad, ateniéndonos al significado de "espiritualidad
res. Al mismo tiempo, manifiestan la santidad que se encarna específica" que antes hemos presentado, las espiritualidades
en las diversas formas de la existencia cristiana. Vocaciones según estados de vida no cumplen las condiciones de síntesis
personales e irrepetibles, que a la vez se concentran en tipos vital unificada en torno a un punto catalizador. Existen ejes
y modelos. Cumplen las tres funciones que hemos indicado muy variados de organización espiritual entre las personas
como fundamentales: vivir y realizar la riqueza evangélica, fun- enclavadas un mismo estado, como ya queda dicho. Incluir a
ciones diversas del cuerpo eclesial, ejemplaridad mutua y espe- todos los seglares bajo una misma espiritualidad es como no
cializada. darles espiritualidad ninguna, sino ciertos elementos comunes,
22 23
Santificante: AA. VV., "Le devoir d'état": Christus, 8 (1961), 3-99. R. BLANITCKY, // concetto di "scuola di spiritualitá": RivPedagScRelig.,
5 (1967), 92-93.
714 ESPIRITUALIDADES
4. FORMAS DE EXISTENCIA CRISTIANA 715
para que luego se los organicen a su manera. Y eso mismo
sucedería con los religiosos, si quedaran reducidos a la espi-
ritualidad de la vida consagrada. Es división demasiado gené- El evangelio a tres luces
rica y fluida. Lo normal es completar con espiritualidades de
carismas, movimientos o escuelas. Eso es efectivamente lo que
Con un esquema ternario simple, presento brevemente a
se viene haciendo. Dado el carácter genérico de estas deno- los tres estados de vida en su dimensión espiritual de santi-
minaciones (laical, sacerdotal, religiosa), la búsqueda de la ficación y de servicio eclesial. En tres facetas: ser cristianos,
espiritualidad apropiada se lleva a cabo en opciones más con- momento evangélico; caracterización específica de su experien-
cretas y reducidas, que van surgiendo dentro del espacio que cia y acción espirituales; complementariedad y ejemplaridad
crea cada uno de los estados, con movimientos y modalidades mutuas.
vitales más concretas de experiencia y comunión.
Espiritualidad seglar. Es la forma primordial, la que viven
Espiritualidades religiosas. Los religiosos o vida consagrada los cristianos, "la gente" normal. Es la última de las tres en
son los que han llevado la configuración al mayor número y afirmarse. Sin embargo, está actuando con tal brío, inventiva
detalle. Hasta el punto de que, como hemos visto, se habla y resultado, que parece fruto de siglos. En su estructura fun-
de "proliferación" por la desmesura del crecimiento de ins- damental, es el referente de toda otra forma de espiritualidad.
titutos y correspondientes "espiritualidades". Aparte los exce- Se hablaba en un principio de "religiosidad" popular, término
sos, ese crecimiento espiritual ha dado a la iglesia riqueza y que tiende a emparentaría con la religiosidad universal. Ahora
variedad de experiencia, de funciones, de formas de presencia se habla mucho de "espiritualidad" popular, término más espe-
cífico y más dignificante. "Popular" es palabra bella y digna,
del evangelio.
pero resulta equívoca; ya que para muchos significa cultura,
Movimientos seglares. La espiritualidad seglar se ha con- folclore, etc. No perciben su calidad teologal. Por eso, conviene
figurado en movimientos y asociaciones numerosas, que com- hacer explícito su verdadero significado y alcance completán-
parten la experiencia y la misión. Grupos de animación, movi- dola con expresiones como "espiritualidad del pueblo cristiano".
mientos de oración o de apostolado, etc. No tiene la hondura Conviene tener en cuenta que la calidad espiritual de "popular"
y estabilidad de comunión espiritual de que gozan los institutos se encuentra con frecuencia en la experiencia de muchos sacer-
religiosos. Pero se acomodan mejor a la vida seglar, que se dotes y religiosos dentro de su espiritualidad específica.
organiza con mayor libertad de movimiento y ya incorporada
a la familia. Dimensión evangélica. Tomada en sus componentes comu-
Espiritualidades-movimientos sacerdotales. La espirituali- nes a todo cristiano seglar, resulta genérica. Es más un esquema
o programa doctrinal de conducta y prácticas de piedad, que
dad sacerdotal tiene gran riqueza propia y definida en sus ele-
una experiencia armónica y viva, configurada en los varios ele-
mentos comunes. En cambio, se han desarrollado pocas moda- mentos que la integran. Por eso, necesita y da origen a moda-
lidades de realización concreta, modulaciones particularizadas, lidades concretas de realización. Crea asociaciones de culto
que den lugar a una condición de la experiencia espiritual, o caridad, que demuestran cierta consistencia. Como cristiano
con un maestro iniciador que la lleve a concreciones. Hay agru- que es, vive el evangelio en completo, con oración y otros valo-
paciones sacerdotales, pero de alcance limitado. La incardi- res de interioridad, no solamente la "consagración" de las
nación a la diócesis crea familia espiritual, aunque tenue y tareas: el trabajo, la técnica, las relaciones sociales, la familia,
variable desde el punto de vista de la espiritualidad. Las aso- etc.
ciaciones sacerdotales no se han generalizado ni crean vínculos Especificación en "movimientos espirituales". Sus aporta-
espirituales y existenciales de particular intensidad. ciones más dinámicas se encuentran en los movimientos espi-
rituales a que está dando origen. Serían el equivalente de las
716 ESPIRITUALIDADES 4. FORMAS DE EXISTENCIA CRISTIANA 717

espiritualidades de los varios institutos que se dan en la espi- lidad de santificación por el ministerio, actuando como minis-
ritualidad religiosa. tro y signo de Cristo, es su fuerza. Aquí se debe notar que
Expresiones de piedad. Ahí sigue abierto el gran desafío la espiritualidad sacerdotal pertenece a la categoría genérica,
y la difícil tarea de la espiritualidad seglar. Entre las dos líneas más teológica que espiritual. No se han desarrollado en los
señaladas: los que viven su existencia cristiana "en general" ambientes sacerdotales (no religiosos o de movimientos segla-
y quienes la viven comprometidos en "movimientos espiritua- res) formas concretas de vivencia espiritual compartida. En
les", hay un espacio vacío que no se logra colmar. El "pueblo este sentido, la espiritualidad sacerdotal desarrolla más los ele-
cristiano", que es inmensa mayoría en la iglesia y se encuentra mentos teológicos que la vivencia espiritual. En su estilo de
sin referente espiritual: no pertenece ni puede seguir el ritmo vida, la comunidad ocupa un puesto secundario, y esto hace
de los movimientos, la línea general resulta insuficiente. difícil la experiencia compartida que conlleva la espiritualidad.
Integración eclesial. Por parte de quien vive esas formas. Esa modalidad ha significado una aportación valiosa para
La situación es muy diferente entre la piedad popular y los las otras espiritualidades. La entrega y disponibilidad, vivir para
movimientos espirituales. Mientras la primera tiene una con- los demás, con los demás, confesando con su actividad y estilo
formidad silenciosa y pasiva, los movimientos más fácilmente de vida el sentido sobrenatural de su existencia, en rasgos y
entran en conflicto con la función ministerial. Más por el con- ejemplo para seglares y religiosos.
traste de autoridad y autonomía, que por motivos de espiri-
Espiritualidad religiosa. Es la espiritualidad que ha empe-
tualidad propiamente dicha. En sus vivencias de pobreza, gene-
zado antes y más ha cuidado su configuración propiamente
rosidad, fe en ambientes desfavorables, fortaleza, espíritu de
espiritual, a nivel de experiencia y también a nivel de doctrina.
sacrificio, superan a sacerdotes y religiosos, que profesan canó-
Es la más desarrollada en elaboraciones doctrinales; al mismo
nicamente algunos de esos valores.
tiempo con dificultades y profundas insatisfacciones en el curso
Espiritualidad sacerdotal. Experiencia de siglos, pero recien- diario de la vida real.
te en cuanto a toma de conciencia. Por mucho tiempo, ha vivido
Ser cristiano. Su norma y proyecto de vida es el evangelio;
orientada por las formas de espiritualidad religiosa predomi-
su fuente de gracia primordial, el bautismo y la inmembración
nantes.
en la iglesia; su horizonte, la fraternidad universal. Precisa-
Ser cristiano. El sacerdote es un creyente cristiano, que mente por la fuerza con que ha configurado su "especialidad",
vive y practica todo el evangelio. Al igual que el religioso, tam- tiene el peligro de marginar o dar por supuesto el ser cristiano,
bién el sacerdote tiende a marginar o dar por supuesto este elemento primordial y fuente de toda especificidad en servicio
fundamento y fuente de todo su ser evangélico. Se centra en y testimonio.
la función especial: el ministerio, el servicio, lo que hace para Forma especial. La pone en la realización existencial con-
los demás. Debe aprender a oír misa, escuchar la palabra de figurante y testimoniante del "seguimiento" de Jesucristo en
Dios, confesarse, etc., y no solamente a decir misa, predicar su forma de vida y existencia. Cultiva estilo de total dedicación
la palabra, confesar. Lo primero es más esencial y pertenece a los valores de la fraternidad y de la misión, en disposición
a su ser; lo segundo a su función (PO 9). de obediencia y comunión de bienes, castidad. Las especifi-
Peculiaridad espiritual. Vive y se santifica en el ministerio caciones ulteriores, en forma de "espiritualidades específicas"
y por el ministerio, vivido generosamente en el Espíritu de por carisma de formadores e institutos, le confieren el carácter
Cristo. No debe extrañar que esta modalidad que aquí figura de experiencia concreta, unidad armónica y experimentada,
como caracterizante la haya citado antes como peligro de que es lo que propiamente se llama espiritualidad.
deformación. El Concilio también hace notar el peligro y avisa: Por la integración de carismas, cada persona o grupo
antes que padre y maestro de los creyentes, es hermano de desarrolla con vigor y evidencia una dimensión de la gracia
todos y discípulo de Cristo, colaborador (PO 9). Esta moda- cristiana fundamental: oración, misión, fraternidad universal.
718 ESPIRITUALIDADES

Da y recibe, enseña y aprende: en espíritu de comunión y


colaboración.
Personas espirituales, antes que espiritualidades. La calidad de la
vida y las personas cuenta más que la categoría entre las varias espi-
ritualidades. Este corolario contempla todas las formas que hemos
precisado: estados, escuelas, carismas. Los varios esquemas se ofrecen
como otras tantas posibilidades de desarrollo a la gracia que el Espí-
ritu Santo ofrece a cada persona o grupo de vida y de servicio en
la iglesia. La espiritualidad específica es realización histórica y molde
para nuevas realizaciones y plenitudes. Quien espiritualiza y santifica
es el Espíritu Santo, que suscita personas espirituales y comunidades
espirituales.
Las "espiritualidades" son esquemas que nosotros deducimos con ÍNDICE GENERAL
la observación de los hechos y el discurso espiritual. Los "estados
de vida" pueden ser tomados como formas de estar en sociedad y
ganarse la vida, simples formas de vida humana y laboral. También
el estado sacerdotal y religioso en determinadas épocas ha sido
impuesto o escogido como forma de "sistemación" personal, familiar
o social, sin particular experiencia de su sentido y contenido teologal;
cosa que individualmente puede suceder en todo tiempo. En este
caso, el sujeto no encuentra una espiritualidad, sino un enclave psi-
cológico y existencial.
Las categorías de espiritualidades, movimientos, estados y otras,
ofrecen un cuadro de vida y acción, pero no dan una experiencia
asimilada por el simple hecho de "incorporarse" o pertenecer a ellas.
"El fallo, pues, no es tanto del esquema, cuanto de la praxis eclesial.
En toda espiritualidad la opción personal e identificación existencial
es condición indispensable para que la teoría o propuesta de vida se
convierta realmente en camino de vida" (J. D. Gaitán, ib. 697).
Pág.

Presentación 7

I. VIDA
CAP. 1. Teología y espiritualidad 15
1. Alianza y experiencia 16
2. Teología espiritual 27
3. Fuentes vivas y documentales 38
4. Espiritualidad mistagógica y pastoral 45
5. Estudio y enseñanza de la teología espiritual 57
6. Medios y ayudas para el estudio 63
CAP. 2. Vida teologal 67
1. Vida de gracia 68
2. En fe, amor, esperanza 75
3. Mediador y mediaciones 83
4. ¿Encuentro verdadero? 92
5. Educación a la vida teologal 102

II. FUNDAMENTOS
CAP. 3. Jesucristo el Señor 111
1. Misterio y misterios de Cristo 113
2. Presencia y comunión 121
3. Gracia y nombre de cristiano 133
4. Vivir en Cristo de veras 140
5. Rostros e imágenes de Cristo 147
CAP. 4. Iglesia del Espíritu 157
1. Sentido de iglesia 158
2. Iglesia de Cristo... 163
3. El Espíritu Santo en la iglesia 170
4. Comunidad y misión 178
5. El cristiano en su comunidad 187
722 ÍNDICE GENERAL ÍNDICE GENERAL 723

Pág- Pág.
CAP. 5. El hombre nuevo 197 5. Mística contemporánea 487
6. Mística y mistagogía 494
1. El sujeto de la vida espiritual 198
2. Imagen de Dios: vocación e historia 205 IV. DINÁMICA
3. Espíritu encarnado 212
4. Hacerse en la libertad 224 CAP. 11. Dinámica eclesial 503
1. Crecimiento de la iglesia 504
CAP. 6. El mundo de Dios y del hombre 235
2. Éxodo y esperanza 508
1. Proyecto humano y cristiano 236 3. Panorama espiritual posconciliar 518
2. Presencia cristiana y experiencia espiritual 244 4. Fidelidad coherente y creativa 525
3. Cultura y espiritualidad 255 5. Renovación eclesial: personas y tareas 537
4. Presencia y acción cristiana 263
5. Dinamismo de la esperanza 272 CAP. 12. Crecer en Cristo 549
1. El crecimiento en Biblia y teología 550
III. RELACIONES 2. Progresar espiritualmente 557
3. Maduración humana 566
CAP. 7. Santidad cristiana 285 4. Trayectoria espiritual 574
1. Santidad, perfección, caridad 286 5. Vocación y proyecto personal 586
2. Ideal de santidad 292 CAP. 13. Ascesis regeneradora 599
3. Plenitud de vida cristiana 304
4. Los santos en la iglesia y la teología 313 1. Ascesis cristiana 601
2. Misterio de cruz y resurrección 607
CAP. 8. Oración, orante, oraciones 325 3. Ascesis para crecer 616
4. Mortificación: amor y renuncia 622
1. Orantes y oraciones en la Biblia 327 5. Alegría cristiana 632
2. Qué es orar 335
3. El orante: actitudes y medios 342 CAP. 14. Formación y ayuda espiritual 639
4. Iglesia en oración 353
5. Orar día y noche 363 1. Ayuda fraterna 640
6. Enséñanos a orar 382 2. Formación y acompañamiento espiritual 649
3. Dirección espiritual 662
CAP. 9. Apóstol de Jesucristo 391
V. CAMINOS
1. Obra y agentes de salvación 393
CAP. 15. Espiritualidades 679
2. Fuente de vida y santidad 400
3. Virtudes apostólicas 410 1. Pluriformidad de la existencia cristiana 680
4. Vida apostólica y orante 420 2. Espiritualidades específicas 688
3. Escuelas de espiritualidad 699
CAP. 10, Mística y experiencia cristiana 435 4. Formas de existencia cristiana 706
1. Experiencia cristiana 436
2. Mística cristiana 447
3. Los místicos: personas y escritos 459
4. Gracias y fenómenos 470

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