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ISBN: 978-607-30-6611-2
DOI: 10.22201/cieg.9786073066112e.2015
Flecho en México
ÍNDICE
pees
PROLOGO
Marisa Belausteguigoitia Socorro Venegas
O IT M 0 i 2 CONSONANCIAS Y DISONANCIAS
E& uS Lh ENTRE ACADEMIA, ARTE Y ACTIVISMO
RITMO
Rían Lozano
29S
MARISA BELAUSTEGUIGOITIA RIUS
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TAClON • * » •
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f
l feminismo está ahora, más que nunca, Lo que este libro propone es entonces la organi
presente en el espacio público. Es urgen- zación de las secuelas de esa rabia en la escuela,
teanalizarsu energía: su rabiayalgarabía en la construcción de lo que Cristina Rivera G ar
en la calle, y su ritmo y rima en la academia.
za El
—en la conferencia magistral que incluimos
xxvill Coloquio del C entro de Investigaciones en este libro a modo de preámbulo— denomina
y Estudios de Género, grrrrr: Género, Rabia, Escuela de la Rabia: una propuesta de administra
Ritmo, Ruido, Risa y Respons-habilidad, llevado ción, reorientación y disposición de secreciones
a cabo del 10 al 12 de noviembre de 20 21 —que corporales y dispositivos como la rabia, la risa, la
este libro que recoge—, se pregunta tanto por rima y el ruido, para la construcción de saberes,
la fuerza crítica del activismo —la risa y el ruido prácticas y alianzas que busquen generar un pen
de las olas verdes y m oradas— como por el ti samiento crítico y una comunidad en igualdad.
po de ritmo y rima que se genera en su relación Este libro contiene propuestas pedagógi
con la academia. cas, intervenciones artísticas y conceptuales ca
El centro generador del coloquio —del li paces de orientar la producción de ideas, peda
bro y de los movimientos, conceptos y acciones gogías, políticas y proyectos —en las fronteras
fem inistas analizados— es la rabia, ese grrrrr entre el activism oy la academia— que analicen y
estruendoso que explotó y articuló la toma de traduzcan la estruendosa rabia —el grrrrr— que
instituciones académicas y espacios públicos.1 nos sacudió. Pero tal vez a lo que más queremos
apuntar es hacia la importancia que en la Escue
la de la Rabia tiene el recreo: ese momento de
1 En lo que toca a las tomas y al ruido que cambió el
juego, de entrega a la imaginación, de explosión
ritmo académico en la UNAM —creo que por mucho
de alegría y desfogue entre aulas —entre espa-
tiempo—, apunto a las tomas de más de 33 instala
ciones universitarias (algunas por un día), llevadas
a cabo por el colectivo MOFFYL (Mujeres Organiza desde el 3 de noviembre de 2019 hasta el inicio de
das de la Facultad de Filosofía y Letras), entre otros, la pandemia. Estas tomas en contra de la violencia
quienes detuvieron la vida académica de más de 80 de género representaron una intervención feminis
mil estudiantes por razones de violencia de género ta nunca antes vista.
d o s— donde termina e inicia el trabajo escolar cios activistas, artísticos y académicos? ¿Cuáles
o académico. En definitiva, lo que proponemos son las alianzas y los procesos que es necesario
con este libro es la transformación de la rabia articular para activar la academia, acercar el acti
y sus secuelas en una escuela que privilegie el vísimo al pensamiento crítico y ambos a laauto-
espacio de recreación y de análisis imaginativo rreflexión?¿Q ué papel tienen las prácticas a rtís
de lo que los feminismos, colectivas, académi ticas en la generación de pensamiento teórico y
cas, activistas y artistas estamos haciendo, hacia acciones críticas? ¿Cómo hacer de las relaciones
dónde caminamos y lo que es necesario hacer entre academia, arte y activismo un puente que
desde un espacio donde podamos reunim os, lleve hacia la definición de objetivos y caminos
confabular, insinuare imaginar. comunes?¿Cómo calibrar la importancia de la no
La idea del libro es recoger —durante el violencia en el trazado de soluciones efectivas?
recreo— el trabajo enrabiado, explosivo y arti- Una de las finalidades de Grrrrr es ubicar
culador del coloquio y subrayar sus estrategias la academia pública, el salón de clase y los es
pedagógicas y políticas. Su objetivo es intentar pacios universitarios de formación de pensa
analizar y contener la violencia de género, en miento crítico como esta interfase —espacio
tiempos de tomas y de estruendo público, al re- oblicuo—, esta zona fronteriza de reflexión y,
vitalizar y animar lenguajes conceptuales y ac sobre todo, de construcción de relaciones que
ciones colectivas. El carácter no violento de las pueda contribuirá la conformación de un imagi
acciones feministas, que no implica que algunas nario político y pedagógico vivo, incandescente
de ellas no sean fuertem ente agresivas, resulta y profundamente crítico aun del propio movi
imprescindible para unirlo más punzante del ac miento feminista, de sus aciertos, sus excesos y
tivismo y lo más crítico de la academia. sus formas inconmensurables de protestar. En
Para generar las alianzas imprescindibles este sentido, la academia que proponemos es
que erradiquen la violencia de género, es nece activa, puede y debe interactuar crítica y positi
sario tabular y confabular conversaciones que vamente con la protesta, las movilizaciones y la
contribuyan a consolidar alianzas entre grupos militancia feminista.
activistas y académicos, pero también vislum Grrrrr pretende visib ilizar y debatir el rui
brar las paradojas y dilemas que los separan. En do del activismo en la academia y la rima de la
una palabra, hayquedefinir los lím itesde la rabia academia en el activismo, con el fin de profun
y la respons-habilidad (Haraway 2020), a partir dizar en su ritmos y consonancias —así como
del calibrar de ritmos, ruidos y rimas entre fe en sus disonancias— a partir de otras pregun
minismos académicos y activistas, en el trazado tas: ¿qué alianzas, vínculos y relaciones es im
de posibles soluciones colectivas que articulen prescindible alentar con el fin de reforzar una
alianzas basadas en estrategias no violentas. academia que entienda histórica y teóricamente
Nos interesa favorecer debates y conver la militancia? ¿Qué mecanismos y prácticas hay
saciones entre colectivas, estudiantes, personal que echar a andar para fortalecer al activismo, en
académico, artistas y activistas a partir de las si frontera con la academia, como espacio de reso
guientes preguntas. ¿De qué manera es posible nancias y construcción de lo común, la igualdad
incrementar el pensamiento crítico en los espa y la justicia social? ¿Hasta dónde investigado
ras y académicas deben o pueden ser entendidas de alianzas entre estudiantes, profesoras, acti
como activistas? ¿En qué medida sería producti vistas y artistas.2
vo un activismo más informado académicamen Algunas veces el feminismo es más prescrip-
te? ¿Qué tipo de intervenciones pedagógicas, tivo que abierto en sus alianzas; en ocasiones
artísticas o políticas sería importante introducir los enemigos del patriarcado están rígidamente
o fortalecer en el currículo universitario con el predefinidos y las posturas diferentes, prescri
fin de activar el conocimiento académico y teo tas y proscritas. Ese feminismo de la militancia
rizar el activismo? feroz puede tener el lugar que surge cuando es
Lo que Grrrrr intenta producir es una rima necesario hacer fuerte un planteamiento; sin
y un ritmo diferentes de conectividad entre lo embargo, es estratégico que gire muy pronto al
pensable, lo decible y lo visible en los campos ámbito de las alianzas que favorecen la imagina
de acción y reflexión de los feminismos que hoy ción no regida por la lógica de lo enemigo:
nos agitan y alientan: una escena de respons-ha-
bilidad, es decir, de conectividad animada, que Es fundamental minimizar la posibilidad de
posibilite el trabajo político pedagógico entre que los conflictos adopten una forma antagó
ambos espacios. Según Diana Taylor (2017), lo nica [...] una revisión de la relación entre teo
animativo es, en primera instancia movimiento, ría y práctica con el fin de construir espacios
como en la animación visual: parte identidad, ser, de diálogo y deliberación [...] para pensar qué
espíritu o alma. Lo primero que perdemos con está pasando, qué estoy haciendo, qué es ne
la afectación de un daño —con la violencia— es la cesario hacer. También para entender lo que
capacidad de relatarla, de animarse a relatar, de siento (Lamas 2021: 12).
conectar y hacerse presente frente a la ley, fren
te a compañeras de aula, patio o celda, frente a Lo que parece sugerente de la especulación
sí mismas, narrando lo sucedido animadamente. —como movida contraria a la prescripción y la
Es imprescindible que generemos conversa proscripción— es que justam ente los amigos y
ciones y convergencias que permitan continuar los enemigos no estén consistentemente prede
con la construcción de instituciones, lenguajes, finidos y proscritos. Este libro anuncia alianzas
proyectos y acciones que conjugen el grrrr, en y amistades inesperadas; sugiere encuentros en
particular la rabia, con expresiones tentaculares los espacios y con las personas menos anticipa
como el ritmo, la rima, la risa y el ruido. Todas das y así amistad, hospitalidad y vida en lo im
ellas son reacciones sustantivas, maniobras en previsto, como lo señala Donna Haraway (2020)
contra de todo lo que irrumpe en los escenarios
feministas, minimiza y destruye la fuerza de la
2 La asignatura Género, Violencia y Ética Comuni
conversación, la convergencia y la confabula
taria es uno de los logros encauzados por las MO
ción. A sí llegamos a construir la asignatura G é
FFYL (Mujeres Organizadas de la Facultad de Filo
nero, Violencia y Ética Comunitaria en la Facul sofía y Letras). Fue una de las once demandas para
tad de Filosofía y Letras, gracias a las demandas levantar el paro de la Facultad de Filosofía y Letras,
de las Mujeres Organizadas de la Facultad de que inició el 3 de noviembre de 2019 y concluyó el
Filosofía y Letras ( m o f f y l ), concretada a partir 14 de abril de 2020.
con su invitación a construir genealogías raras e raciones, cortes y nudos; crean una diferencia,
inesperadas, parentescos raros. La perspectiva de pero también una resonancia; tejen senderos
género es una invitación a la aventura de mirar y consecuencias, pero no determinismos, son
desde abajo y desde las periferias, lateralmen abiertos y a l a vez anudados» (2 02 0: 61). Son
te y en zigzag (Lemebel 1994). Significa un paso de manufactura especulativa. De allí la noción de
en el descenso y desplazamiento hacia las fron feminismo especulativo que Haraway traza des
teras de los mundos que vamos descubriendo, de la ciencia ficción, como hecho frontera con lo
para desde allí generar alianzas y estrategias humanista y lo científico (61).
que conformen mundos zurdos como los de Glo Lo más importante de los seres tentacula
ria Anzaldúa, donde todo lo fronterizo, lo exclui res (los de la rabia, la rima, la risa, el ruido y la
do —todo lo raro e inesperado— cabe (1988: respons-habilidad) es su comprensión y acción
167-168). sobre las cosas y las personas, es su capacidad
Dispositivosfluidosyflexibles,com o la rima, de imaginar, de tabular y confabular entrelaza
la risa, el ruido, el ritmo y la habilidad responsa das y entrelazando registros afectivos, intelec
ble, funcionan como mecanismos sensibles (ten tuales y estéticos. Feministas como Gloria A n
táculos) que distribuyen agencia con cada uno de zaldúa, Octavia Butler, Donna Haraway, Virgina
sus brazos: la rima que hipnotiza y atrae; el ruido Woolf, Silvia Rivera Cusicanqui, Cristina Rivera
que rompey confunde las repeticiones que mini G arza y Rosario Castellanos han recurrido a la
mizan y lastiman; el ritmo que nos lleva a contar ficción, a la literatura fantástica o a la ciencia fic
y a ser tomadas en cuenta; la risa que nos recar ción para hacer «caber» a las mujeres, es decir,
ga y agudiza la creatividad. «Tentáculo» proviene imaginar —rotunda y m aterialmente— mundos
del latín tentaculum, que significa «palpitante», posibles con ellas al centro o con ellas absolu
y tentare, que implica «sentir» e «intentar» (Loza tamente presentes. La imaginación y la ficción
no 2021). También refieren a capacidades ocula son antídotos capaces de anticipar, explicar y
res extraordinarias. La rima, la risa, el ruido y el analizar la violencia y sus coordenadas, como es
ritmo son conectores sensibles que, al tantear y perceptible en el libro El verano invencible de Li
tentar, al conjugar palpitaciones, conforman un liana de Cristina Rivera Garza, el cual entrelaza
acto pedagógico y pol ítico i nesperado que puede la narrativa forense con la literaria en la búsque
sorprendernos. da de justicia por el feminicidio de su hermana.
La tentacularid ad —noción de Eva Hay- Planteo con estas escritoras que la ciencia fic
w ard — como capacidad subraya la vida a tra ción y la ciencia forense son caminos para hacer
vés de líneas curvas que figuran cuerdas, que aparecer a las mujeres, a aquellas cuyos cuerpos
unen colectivos, investigaciones, activism os y buscamos, a las que están por desaparecer y a
prácticas artísticas como una serie de senderos las que demandan hacerse visibles.
entrelazados que nos permiten pensar, a ratos, Hannah Arendt sostiene la idea de que la
entre/tenidas (Haraway 20 20 : 62). Los seres verdadera comprensión no es ni la pura reflexión
tentaculares que proponemos como agentes ni el puro sentimiento; el acto de pensarque nos
del cambio se enredan, se entrelazan, se alian en aleja de la negligencia anticipa la idea de la ne
la generación de vida: «Crean sujeciones y sepa cesidad de un corazón comprensivo que haga so
portable la vida en común. Esto significa que la CORAJE ESPECULATIVO
comprensión —y su antecesor, el pensamiento
sensible— radica en la facultad de imaginación,
FEMINISTA
que no es fantasía ni irracionalidad, sino diálogo
y círculo virtuoso. Es la amplitud de espíritu (co Durante esta cuarta ola hemos testificado fo r
nectividad) y corazón, como quisiera Zambrano, mas de protesta profundamente expresivas y
mezcla exacta de razón y sensibilidad, media explosivas de lo que Haraway llama coraje espe
ción entre experiencia y conocimiento a través culativo feminista (2020: 261) en las interven
de la imaginación, que constituye lo que pode ciones públicas de las mujeres jóvenes contra la
mos llamar esa «brújula interna de la razonabili- violencia, pero también otras formas de crítica
dad» (Gómez Campos 2 0 0 2 :1 6 2 -1 7 1 ). que albergan la especulación. En el coloquio
La socióloga aimara Silvia Rivera Cusi- grrrrr, cuyas ponencias se recogen aquí, los
canqui explica que, en lengua guaraní, pensar temas centrales fueron la imaginación, la ta
equivale a «sentir con el hígado». Esto alude a bulación, y la fuerza crítica del activismo y sus
un pensar «memorioso y reflexivo» que, al igual fronteras con la academia. Cuando hablo de ta
que el amuyt'aña de su pueblo, no tiene como bulación y ejercicio de la imaginación, no quiero
sede el cerebro, sino «el centro vital en el llama decir que se trata de crear historias con castillos
do chuyma, donde el corazón vibra al ritmo de la de torres puntiagudas, de hadas cursis o magos
respiración y del entorno natural». De este modo, a los que les salen chispas de los dedos. Se tra
«el pensamiento es un metabolismo con el cos ta de utilizar la imaginación para averiguar qué
mos, que se nutre de savias vitales más vastas y nos paraliza, qué nos impide reorganizar(nos),
densas que el mero cálculo racional» (Zerda Sar apilar nuestra rabia y concretarla en actos pe
miento 2012: 8 y 93). dagógicos y políticos. ¿Qué nos lleva a repetir la
¿Cómo desarrollar acercamientos palpitan tradición masculina y romántica del heroísmo,
tes (entre la razón y el corazón)? ¿Cómo avan de aniquilar a lo que consideramos enemigo?
zar tentando y no bateando, en ambos sentidos ¿Qué nos hace pensar que no hay remedio y que
(dejar pasar y destruir con palos)? ¿De qué for las instituciones están perdidas, o que el único
mas nuestras maniobras se inclinan a acciones remedio es term inar con ellas o lastimarlas y
tentaculares —tentar y tantear— más que a criticarlas al punto de extinguir su potencial vi
romper? ¿Cómo entrelazar tentacularm ente las talidad? Y ¿qué nos lleva a asumir calladamente
generaciones de feministas jóvenes con las mu cualquier planteamiento aglutinador de enemi
jeres pulpo que lanzaron sus propuestas hace gos fáciles u optar por el silencio o el lengüetazo
décadas? de fuego,en lug ard econstruiren lógica ahueca
da, horizontal y oblicua?
Lo imaginado según Cornelius Castoriadis
no es una fantasía, representa un conjunto real
y complejo de imágenes (avanza lo que somos y
lo que queremos ser); abre el mundo. La imagi
nación radical, según Castoriadis (1997: 130),
favorece un espejo cóncavo que devuelve, en entrelazan para reforzar las capacidades de re
una capacidad especular oblicua, trazos y hue lacionar lo visible y lo invisible, de rastrear fon
llas de lo que no es posible ver o no está para dos en las superficies, márgenes en los centros
ser visto, pero cuya presencia es parcialmente y huellas, rastros de eso que aún no puede ser
perceptible. Gloria Anzaldúa propone una ca pensado, pero que sin duda ha dejado un cami
pacidad para identificar estas presencias y es no que es posible leer y cuya dirección es im
cenas imprevistas. La facultad es una conciencia prescindible descifrar en colectivo. A partir de
aguda que facilita un tipo de especulación y un estos contactos (entre activismo y academia)
tipo de sensibilidad que percibe el fondo, lo que y haciéndonos aparecer reflejadas en espejos
aparece detrás al mirar la superficie, o lo que se cóncavos, el verbo especular se convierte en
percibe de perfil. Es una habilidad metonímica: sustantivo, lo Especular. Speculum refleja los
«Quien posee esta sensibilidad, está terrib le campos académico y activista que se rozan ge
mente abierto al mundo» (2015: 98). nerando relaciones, confabulando.
Ursula K. Le Guin comenta que «entrar en Creo que es necesario seguir con el proble
el corazón de la imaginación implica dirigirte ma, recurrir a nuestra imaginación y hablar con
de forma deliberada y directa hacia el compro las diferentes, convocar al enemigo a nuestras
miso con el mundo real y la in/visibilidad de sus filas, vigilarnos y vigilarlo, y a veces también di
desigualdades e injusticias» (2020: 952). Es un rigirnos hacia allí, con la suavidad y la gentileza
juego de percepciones de las injusticias y des que solo lenguas y cuerpos ahuecados y tenta-
igualdades entre la opacidad y la luminosidad. culares pueden lograr. Es imprescindible gene
La imaginación, agrega Butler, rar conversaciones y convergencias, y también
disonanciasy distancias, pero inesperadas (no las
nos permite delinear lo impensable, lo que previamente anticipadas). Es decir, tomar la bolsa
aún no podemos representar, pero que de al (Le Guin) redonda y ahuecada, echarla a la espal
guna manera está presente aún invisible o im da y sacar la lengua, confabular y contar las his
perceptible. La imaginación resultará crucial torias que todas las mujeres, las estudiantes, las
para examinar los argumentos sobre la rabia académicas, las activistas, las artistas, las que han
y su no-violencia, dado que en este momento ocupado cargos institucionales, tienen que con
estamos éticamente obligados y dispuestos a tar: hacer de la sinuosidad, opacidad y el ahueca
pensar más allá de lo que se plantea como los miento de la bolsa una de las formas de narrar lo
límites realistas de lo posible (2020). que nos está ocurriendo.
Ursula K. Le Guin tardó dieciocho años en
Desde Castoriadis hasta Butler, pasando por volver para reconocer el tipo de mujer en que se
Anzaldúa, la imaginación alienta la especulación había convertido Therru, la niña quemada, vio
y así la aparición de aquello que falta a la escena lentada y abandonada, para poder describir el
de las interrelaciones —de los vínculos— tanto mundo que estas mujeres, que no caben en las
en la política como en el aprendizaje crítico. La historias, eran capaces de crear y de contar.
pedagogía (espacio del aprendizaje) y la política En Borderlands, en la entrevista que le hace
(de las relaciones) —academia y activismo— se Karin Ikas, Anzaldúa nos cuenta que está en
proceso de hacer una novela de ciencia ficción constelaciones que unen puntos fugaces, con
(1999: 227-246). Sabemos que era lectora de tribuyen a evitar la Tragedia. Es decir, apuesta
Octavia Butler y de Ursula K Le Guin. Uno de a su opuesto: si la tragedia silencia y devasta, la
los últimos libros que quiso escribir era de fic animación genera convergencia y convivencia.
ción, donde la protagonista principal se llama La i ra y la furia sin escuela significan la ruptura de
ría Dolores, basada en su hermana Hilda, «que vínculos necesarios para hacer política; no hay
es opuesta a mí» (Anzaldúa 1999: 245); quería huellas que seguir ni receptáculo de relaciones,
también ficcionalizar Hilgard, un pueblo de jo r solo el fuego.
naleros mexicanos en el sureste de Texas donde Butler nos aclara que el primer efecto del
vivió de niña. uso de la violencia es la ruptura de vínculos, la
fractura de la articulación afectiva e intelectual
que conforma colectivos. La violencia nos deja
ESCUELA DE LA RABIA solas. La articulación del vínculo —de las conste
laciones— será entonces producto de acciones
Hacer política —lo que surge de las tragedias no violentas, no necesariamente no agresivas,
que las mujeres rotas entrelazadas cantan y que constelen la imaginación, los afectos y los
cuentan con tanta dificultad y tanta animacion corazones. «Cuando un sujeto actúa con vio
es entonces un ejercicio de reconfiguración y lencia no solo anula su conciencia, sino también
confabulación de voces y huellas, un tabular las amenaza su vida social, los lazos que sostienen
alianzas para vislumbrar los caminos entre gol la vida en sociedad» (2 0 2 1 :1 8 ). Butler continúa
pe e incandescencia, entre puño y letra, ritmo y con esta urgente elaboración sobre las secue
rabia, y entre fuego y juego. Suceder a la rabia, las de la violencia —en la Escuela de la Rabia— al
escolarizarla en una academia activada y un acti definirla como aquellas acciones que lastiman
vismo crítico, en un espacio que intercambia ani precisamente las capacidades de encontrarse y
mosidad por animación y violencia por vínculos, confabular. La violencia es entonces un «ataque
significa proponer el tránsito por nuestros espa a la interdependencia, es un ataque contra per
cios, nuestras aulas, nuestros pasillos, nuestras sonas, pero de manera más fundamental es un
torres de marfil, calentadas —incandescentes— ataque contra vínculos» (2 0 2 1 :1 8 ).
con energía que articule diferentes alianzas y La escuela que queremos construir, que
poderes confabulatorios (están muy frías las au se prefigura en estos ensayos, es la de la rabia
las y estamos tan lejos). Proponemos una escue cantada, decantada, la que está en el tarareo, en
la que contenga la rabia como quien sostiene — el ritmo de los cuerpos en la plaza, en la calle y
alberga— experiencias y objetos, contener como también en el aula, donde caben muchas huellas
resguardo, como cuidado, como una forma del y pisadas que anuncian caminos hacia todo tipo
rastreo, del tanteo y de lotentacular. de relaciones. Mediante la animación, la ira de
La Escuela de la Rabia y sus secuelas, lejos las mujeres puede trocarse en poder. «Mi ira y
de la animosidad y del lado de la animación, de tus miedos concomitantes son estallido de luz,
la conectividad —como estelas de luz— genera estelas luminosas, de los que podemos valer
nos para orientarnos como quien descubre una afectivas opuestas que enmarcan los víncu
constelación de puntos de luz al unirlos y vincu los inesperados.
larlos» (Lorde 2017).
La agenda feminista basada en la imagina Esta propuesta de rabia escolarizada se encuen
ción y la especulación colectiva, que entiende tra dispuesta en este libro en cinco tiempos.
la política como una pedagogía que administra
alianzas, tabula cam inosy delinea huellas, cons 1. Rabia. Enunciados de la rabia: configuracio
tituye un acto, que requiere gestos académicos nes de lo público. Pintas, murales y grafiti.
en la frontera con el activismo. Algunos de es 2. Ritmo. Consonancias y disonancias entre
tos mecanismos de especulación de administra academia, arte y activismo.
ción de huellas, estelas y rastros se encuentran 3. Ruido. Desvíos y apropiaciones inapropia
contenidos en lo que, inspiradas por Cristina das en la academia.
Rivera Garza, definimos como Escuela de la Ra 4. Risa. Humores feministas: agudeza, chispa
bia. Algunos de sus rasgos son la imaginación, la y otras secreciones.
confabulación en un espacio de aulas errantes 5. Respons-habilidad. Ecologías críticas y fe
y con variados y múltiples recreos, donde se in minismos ecopolíticos. ¿Hay un mundo por
tegren historias nuevas que cuenten lo sucedi venir?
do desde 20 16 (huelgas, tomas, ocupación del
espacio público en lo que se entiende como la Rabia, ritmo, ruido, risa y respons-habilidad nos
cuarta ola), pero indagando en sus laberintos, acercan, nos alertan y nos permiten vivir una aca
en sus horizontes vinculados con lo inesperado. demia habitable solo cuando hacemos frontera
Resalto en esta escuela cuatro rasgos cruzados con prácticas que activen su conocimiento. Creo
que configuran una mecánica sensible incluyen que debemos sostener una confianza vigilante,
te y colectiva. activa y atenta para que las instituciones puedan
acoger acciones de transform ación y generar
1. Construir relatos cóncavos, suaves por den otro tipo de interacciones y relatos. C reo que
tro, ahuecados y colectivos. el trabajo institucional, de la mano, la lengua y
2. Cuidarse de la construcción exagerada de la corporalidad incandescentes de estudiantes,
lo enemigo, centrarse en la imaginación que personal académico y autoridades, es real y es
abre todo tipo de alianzas. posible, pero puede ser fugaz y evanescente si
3. Subrayar que lo importante no es term inar no se sostiene y se trabaja en colectivo para eva
la historia o resolverla a todo costa, sino se luar, articular y proteger los cambios de forma
guir con el problema de articular poderes, constante.
de nombrar y resignificar. Hay que saber que las instituciones, si no se
4. Aceptar la interdependencia como una con les vigila, incita y alienta al cambio, no lo sosten
dición para la igualdad. Aceptar la ambiva drán y si nos descuidamos —por inercia conser
lencia que nos lleva a emociones contradic vadora—, volverán a su estado anterior. Para eso
torias pero sin perder de vista las realidades existe el feminismo, para reconocer los avances
y retrocesos en el terreno que pisamos, y para que cimbra tanto plazas y avenidas como aulas y
calibrar los enormes retos y luchar para trans recintos académicos.
form ar las instituciones desde adentro y no ce
jar en que cumplan con los compromisos que
adquieren o están por adquirir. Sin embargo, REFERENCIAS
creo que hacerlo desde la mecánica de la lanza y
de la confrontación nos compromete con aque Anzaldúa, Gloria. 1999. Borderlands/La Frontera.
llo mismo contra lo que luchamos. The New Mestiza, San Francisco, Aunt Lute
Books.
Ciertamente, Arha/Tenar satisfaría más los . 2015. Borderlands/ La frontera: la nueva
ideales feministas si lo hiciera todo sola. Pero mestiza, trad. Norma Elia Cantú, Ciudad de
la verdad tal y como yo la vi, no podía. Nuestra México, Programa Universitario de Estu
imaginación no proporcionó un escenario en dios de Género de la Universidad Nacional
el que pudiera, porque nuestra especulación Autónoma de México.
nos indicó de forma incontrovertible que nin Arendt, Hannah. 20 0 2 [1953]. «Comprensión
guno de los géneros podrían llegar muy lejos y política (las dificultades de la compren
sin los otros (Le Guin 2020: 316). sión)» (en línea). Daimon. Revista Interna
cional de Filosofía, núm 26, pp. 1 7 -3 0 . D is
Hay relatos complejos necesarios por construir ponible en <https://revistas.um.es/daimon/
queavanzarán los vínculosy alianzas para imagi article/view /12041>.
nar entre/tenidas, en colectivo aun con nuestras Butler, Judith. 2021. La fuerza de la no violencia,
diferencias. Historias que nos permiten dar res trad. Marcos Mayer, Buenos Aires, Paidós.
puestas potentes, que a la vez favorezcan cuidar Castoriadis, Cornelius. 1997. Ontología de la
y nutrir lo que aún no es pero puede llegar a ser. creación, trad. José Malaver, Bogotá, Ensa
Contar bien las historias para construir dedica yo y error.
da y delicadamente las alianzas desde puntos de De Mattos de Mesquita, Rui, Francisco Ramallo
vista inesperados es una de las tareas que este y Emeline Apolónia de Meló. 2012. «Pedago
libro propone. Los esfuerzos, los proyectos y las gías descolonizadoras y encuentros con lo
experiencias —como estos ensayos muestran— no humano en nuestras escuelas: una inda
necesitan articulaciones colectivas, alianzas ima gación desde los "saberes otros” de las narra
ginativas para integrar la tremenda energía que tivas del baobá en Pernambuco» (en línea).
hemos invertido como comunidad para reducir Revista Entramados. Educación y Sociedad,
la violencia de género, constelar nuestros pun núm. 4. Disponible en <http://otramerica.
tos de luz y diseñar un mejor porvenir. com/personaies/para-descolonizar-la-con-
Este libro es un aporte a que imaginemos ciencia-notas-sobre-si Ivia-rivera-cusica n-
juntas, a que confabulemos las alianzasy las his a u i/2 0 1 7 >.
torias, los fuegos y los juegos que alterarán los Gómez Campos, Rubí de María. 2002. «Las mu
ritmos, articularán la rabia y desbordarán la risa jeres y la filosofía» (en línea). Devenires. Re
estruendosa, esa algarabía, ese ruido armonioso vista de filosofía y filosofía de la cultura, núm.
6, julio, pp. 162-171. Disponible en <ht-
tps://deveni res.umich.mx/deveni res/i ndex.
php/devenires/article/view/663>.
Haraway, Donna. 2020. Seguir con el problema:
generar parentesco en el Chthuluceno, trad.
Helen Torres, Buenos Aires, Consonni.
Instituto de Investigaciones Estéticas unam . 5
de octubre de 2021. x lv c ih a . Epistemolo
gías situadas - Inauguración y Conferencia
inaugural, YouTube. [Riánsares Lozano, «Un
pulpo en un garage. Aprender y enseñar
desde el imprevisto»]. Disponible en <ht-
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México, Océano.
Le Guin, Ursula K. 2020. Los libros de Terramar.
Edición completa ¡lustrada, Barcelona, Mino-
tauro.
Lorde, Audre. 2017. Burst of Llght: and Other Es-
says, Nueva York, Ixia Press.
Moraga, C h e rrie y Ana Castillo. 1988. Esta puen
te mi espalda. Voces de mujeres tercermundls-
tasde los Estados Unidos, en C herrie Moraga
y Ana Castillo (eds.), San Francisco, Ismo.
Rivera Garza, C risti na. 2021. El Invencible verano
de Liliana, Ciudad de México, Penguin Ran-
dom House.
Robles, V íctor Hugo. 1994. «Entrevista a Pedro
Lemebel», en Triángulo abierto [Programa de
radio], 5 de noviembre.
Taylor, Diana. 2017. «¡Presente! La política de la
presencia», Investigación Teatral, vol. 8, núm.
12, agosto-diciembre.
SIEMPRE i ■ ■ ■ i
p ro lo g o
• •
:
•
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M U ntes de recibir el Premio Xavier Villau- somos maestras aquí, abriendo caminos o tra
rrutia por su inmenso libro El Invencible tando, al menos». En otro momento, se pregun
W ■ verano de Liliana, la escritora Cristina ta: «¿Por qué no están ellas aquí y por qué yo
Rivera G arza inauguró con una conferencia sí estoy aquí?». Cuánto dolor hay en estas pre
magistral el xxvm Coloquio Internacional de Es guntas, que parecieran dirigirse a una sola per
tudios de Género grrrrr, Género: Rabia, Ritmo, sona: Liliana, la hermana de la escritora, víctima
Rima, Ruido y Respons-habilidad, organizado en de feminicidio, cuya historia es narrada, docu
la u n a m por el Centro de Investigaciones y Estu mentada y denunciada en el libro premiado.
dios de Género en noviembre de 2021. Las pala No creo que sea posible escribir sobre vio
bras de esta autora en el coloquio y, después, en lencia sin referirnos a las mujeres. En Bellas A r
el Palacio de Bellas A rtes en julio de 2022, don tes, en esa insólita ceremonia en la que Cristina
de fue galardonada, pertenecen a dos momen tuvo que pedir ver a las mujeres y no a sus victi
tos de un discurso, de una visión que dinamita la marios, profundizaba el surco de sus palabras en
noción de autor en la literatura y de una postura el coloquio universitario. En días posteriores a
ética que nos han sacudido y nos llaman no solo la premiación escribió en The Washington Post:
a reflexionar, sino a movilizarnos a favor de las
mujeres. Son dos momentos, y entre ellos están Es crucial escucharlas a ellas, verlas a ellas,
las visiones y experiencias recogidas en estas ponerles atención a ellas. Eso, que parecie
páginas. ra del todo posible, casi una cuestión de mera
En su conferencia dentro del coloquio, adap elección, no resulta, sin embargo, tan sencillo.
tado a modo de preámbulo en este volumen, Ri Para contar esas historias de otra manera, de
vera G arza trasladó a los participantes una pro esa otra manera que viene desde la experien
puesta poderosa y vibrante en el corazón de cia material de la víctima, tenemos que inte
la universidad, habló de una escuela de la rabia rrogar y reconstruir todo nuestro sistema de
y señaló la necesidad de hacer una genealogía: percepción y todo nuestro sistema narrativo.
«Hay maestras en la escuela de la rabia, las que
nos abrieron el camino, y al mismo tiempo, todas
Los sistemas que la escritora nos pide cues del otro». Tampoco se trata de citar. Es quizá la
tionar y reconstruir configuran el corazón de la convocatoria más fiel: presentar a Liliana y su
tarea reflexiva a la que se abocan muchos de los voz a través de los archivos que esta alimentó
textos de este volumen. Cada inicial en el nombre minuciosamente a lo largo de su corta vida; su
de este encuentro señala su repercusión: G éne uso subvertido, inesperado, trasladado al libro
ro, Rabia, Ritmo, Ruido, Risa y Respons-habi- donde se narrará su feminicidio, nos permite co
lidad. Lejos de lo que pudiera pensarse en una nocerla, diríase, en primera persona.
recopilación de este tipo, aquí el discurso acadé Si nos situamos en ese umbral, los ensayos
mico intenta acoger al lector no especializado. de Grrrrr nos dejarán escuchar a la legión de
Incluso hay espacio para hablarde la precariedad creadoras que los/nos habitan. Acompañando
académica, como hace Cam Roqué López. Son a quienes escriben sobre ellas, están ellas. Aquí,
páginas de pensadorxs generosxs que buscan su sus palabras. Sus denuncias. Sus risas. Ya en su
conexión con los lectores. Marisa Belaustegui- libro Los muertos indóciles, Rivera se pregunta
goitia trenza los ejes del libro: la fuerza crítica del ba: «¿Cuáles son los diálogos estéticos y éticos
activismo, la academia y las prácticas artísticas. a los que nos avienta el hecho de escribir, literal
En la mayoría de los textos predomina la volun mente, rodeados de muertos?». Algunos de esos
tad de imaginar, de subvertir la realidad terrible diálogos los descubrirán aquí.
con formas de pensamiento propositivas, poten En Grrrrr hay preguntas frontales y desa
tes. Se cita a Ursula K. LeG uin para «entrar en el fiantes, como las de Am neris Chaparro:
corazón de la imaginación».
Este es un volumen rico y desafiante, un Pero ¿qué pasa con la rabia entre feministas?
libro para agradecer. Ningún lector quedará in O sea, cuando lo que genera rabia es el anta
diferente: hay que abrirse con él, hay que na gonismo entre nosotras mismas. ¿Qué pasa
vegar y seguir sus ondas expansivas. Leerlo me cuando la rabia es interna y pone de manifies
ha hecho sentir que aprendí, que crecí. Es un to nuestras propias diferencias? ¿Es posible
libro onomatopeya, como lo describe Rían Lo vivir esas vidas feministas como un cuerpo
zano. Ella misma propone otras erres: la de re- común cuando hay choques que parecen irre
escritura y la de reconocimiento, «gestos [que], a conciliables?
pesar de poner en marcha diferentes estrate
gias, comparten su forma de operar siguiendo el Concuerdocon Karen Valadez:
modelo de la crítica cultural y acercándose a la
propuesta de reescritura que define la práctica Se nos tiene permitido dolemos pero no ha
desapropiacionista de Cristina Rivera Garza». cer doler a otros; llorar pero no dejar que
Esto último es central. La escritora reconoce a otros lloren. Es nuestra responsabilidad te
su hermana como coautora de El invencible ve ner siempre un abrazo a su alcance, la mano
rano de Liliana. No se trata, como ha escrito en tersa que da la caricia y sirve la sopa, la pre
otro de sus textos, del paternalista «dar voz» ocupación por el otro pero nunca la propia.
ni de la ingenuidad de «ponerse en los zapatos
Me interesa la manera en quetrabaja Isabel sitarysoportarel miedoy el dolor, las mujeres
Rentería con la palabra memorar para estudiar la también tienen derecho y merecen protestar
desaparición de mujeres en México y el impac desde la alegría, la ternura radical, el placer, el
to de redes so cialesy memoriales digitales. A su goce y la colectividad.
vez, Alejandra Nallely Collado Campos habla de
una insurrección feminista digital, de la toma de Qué subversivo sigue siendo reivindicar el
espacios tecnológicos tradicionalmente asocia derecho al placer de las mujeres. Si alguien aún
dos a los hombres, e introduce análisis sustan tiene dudas sobre por qué o cómo mirarlas a el las,
ciales sobre «la configuración y reconfiguración debe adentrarse en este libro que abre muchas
del espacio público digital, de la identidad femi puertas y ventanas para llegara mujeres siempre
nista, de las formas de representarnos, de hacer vivas: en estas páginas, retenerlas en la vida es el
ecos, de acuerparnos, pensarnos, conectarnos y trabajo del lenguaje. Verlas es escucharlas, ha
comunicarnos». blarles, percibirlas, abrazarlas.
Otros ensayos documentan distintas movili Necesitamos esa revolución que nos lleve
zaciones feministas; en ese río verbal y emocio a comprender que, si no somos capaces de mi
nal resuena de nuevo Cristina: hay que verlas a rarlas, nos perdemos. Nos urge reprogramar el
ellas. Es que no podemos dejar de sentir que las mundo, como propone la pensadora española
miramos, aunque ya no estén al alcance de nues Remedios Zafra, citada por Una Pardo. Si algo ne
tros brazos; eso sería asumir que no volverán ni cesitamos es esa rabiosa esperanza.
sabremos de su destino,y no puede cederse nada
en esa dirección. Hay que seguir buscándolas, exi
gir que las autoridades den cuenta de sus inves
tigaciones, de sus paraderos, de sus agresores,
incomodar con la memoria más viva a todas esas
autoridades omisas y revictimizantes. Y tampoco
se trata solo de alcanzar la verdad, de encontrar a
las desaparecidas (queya es una odisea), sino de
lograr la reparación y protección de las personas
y colectividades vulneradas, lleana Diéguez cita
a la gran María Galindo: «No fundamos comuni
dades ideales, nos instalamos donde nuestro tra
bajo desmitificador mayor irritación produce».
La propuesta de Tania Gisel Tovar es refres
cante:
f
n 2019, cuando me propuse localizar marcas, ecos, rastros. Una muchedumbre ahí. Y,
el expediente judicial del feminicidio de mientras más me internaba en ellos, más cuida
Liliana Rivera Garza, mi hermana me do tenía que emplear para no chocar contra los
nor, ocurrido treinta años antes el 16 de fantasmas.
julio
de 1990, sabía que estaba por iniciar una rela
ción estrecha y laberíntica con las instituciones
a cargo de impartir justicia en México, pero no CAMINAR CONTIGO
tenía una idea cabal de lo que esto implicaba. En
«Azcapotzalco», el capítulo con el que abre El In José Revueltas habló mucho y elocuentemente
vencible verano de Liliana, invito al lector a acom de cómo la superficie del mundo no es nunca
pañarme en un recorrido iniciático por las insti una tabula rasa: nuestros pies se amoldan a las
tuciones y por la ciudad sin sacarle la vuelta a las huellas que han dejado otros antes que noso
demoras, los malos entendidos y la desorienta tros. Invisibles pero ardientes, m ateriales en
ción. Fue en uno de los días del principio, cuan su médula misma, esas huellas guían nuestros
do todavía caminaba a prisa entre escritorios de pasos, limitándonos a veces, invitando a la deri
fórmica y ventanillas de plexiglás ya empañado va otras. ¿Por qué no están ellas aquí y por qué
por el tiempo, que me detuve de súbito, presa yo sí estoy aquí? Esa, según Revueltas, es la pre
de una cautela que no me esperaba. ¿De dón gunta fundamental que toda escritora, y todo
de venía esta precaución que la lentitud de los ser humano en general, tiene la responsabilidad
pasos volvía patente? ¿Qué me había asustado de plantear y, en algún momento, de responder
sin yo saberlo, o qué de entre todo eso me había para sí misma y para con los otros. Saber qué
sorprendido tanto como para pararme en seco y huella habitamos es, visto así, una cuestión de
ponerme a observar todo a mi alrededor, como pertenencia: los pasos detrás de esas huellas
si estuviera dentro de un faro? Daba la impre nos conectan al pasado ligándonos irrem edia
sión, me dije a mí misma en voz baja entonces, blemente a él, pero también nos conducen ha
cía el futuro. ¿Con quién caminamos sin ciarnos claro. M ujeres exhaustas y juntas. Hartas ya,
cuenta?¿En las huellas de qué pies van nuestros ya para siempre enrabiadas.
propios pasos?
s
y ocultarse), que aunque frágil, perdura y no in
vita solo a sutilezas; dices que la pisada puede
ser palpitante, trémula o tremebunda, volcánica
o amorosa. ¿Qué tipo de llamados hace una
huella? ¿Cómo seguirlos? Un llamado siempre
es una invitación imperiosa, ineludible a actuar.
¿Cómo hay que caminar —en la acad em ia-
DOS
PREGUNTA: ¿QUÉ DESATA LA SENSACIÓN DE QUE
En este seguir las huellas, las pisadas, hay otras «AHORA, DESPUÉS DE TANTO TIEMPO, UNA
huellas que también nos interesan: las de la POR FIN ESTÁ LISTA PARA AFRONTAR LA TRAGEDIA
lengua, las de la voz. Como huellas, quedan los Y EL CONOCIMIENTO DE LA TRAGED IA» 12 0 2 1 :4 9 )?
ecos de las protestas, residuos de las pintas y ¿D E QUÉ FORMA EL AULA Y LA ESCRITURA HAN
sus borraduras —palimpsesto—, lo rayado sobre SIDO ESPACIOS Y MECANISMO - PARA TI-
lo que ya había sido escrito, lo gritado sobre lo DE IMAGINACIÓN Y REPARACIÓN?
que ya estaba dicho; resonancias, ecos, huellas
y pedestales vacíos. Un repetir y un replantear
constante.
CUATRO
PREGUNTA: ¿PUEDE EL AULA RECOGER ESTOS Muchos años lleva indagar sobre nuestras muer
VESTIGIOS, ESTAS HUELLAS Y ECOS? tes, nuestras muertas, sobre los feminicidios. Es
imprescindible acortar ese tiempo acompañan
do y previniendo la tragedia. Las respuestas de
las mujeres jóvenes en el espacio público (sobre
TRES todo desde 2016) constituyen exclamaciones
que —a la vez que demandan reparación y ju s
No hay mejor manera de indagar entre eco, voz ticia— tratan de evitar nuevas tragedias, como
y huella que escuchar, pero —como este libro haría un coro griego, instruyendo a tiranos y go
plantea— haciendo uso de la imaginación; ima bernantes (como en Antígona) con lo que debe o
ginar las voces, los gritos y sus ecos, vislum brar no hacerse para evitar el daño repetido, el dolor
las huellas bajo lo andado, lo mucho por and ary incalculable y la desproporción de la violencia,
figurar en conjunto, lo mucho por decir. Eso es que se desata en el evento trágico. Las feministas,
hacer política: un ejercicio de configuración de mujeres jóvenes en su toma del espacio público,
voces y huellas, un tabular los mensajes, con parecen alertar —anónimamente— al clamor de
fabular las alianzas para encontrar los caminos, los coros en las tragedias griegas sobre los rum
para poder sobre todo escuchar entre fuego y bos que hay que tomar, las huellas que hay que
golpe,entre rim ay ritmo las palabrasque las tra seguir y las nuevas rutas que hay que diseñar,
gedias de tantas mujeres rotas cantan con tanta para no term inar con una insoportable tragedia
dificultad. más. El coro exhorta a C reonte a que rectifique
Tu libro El Invencible verano de Liliana es una su sentencia, perdonea A ntígonaydésepultura
evidencia bellísima y muy dolorosa de la posibi a Polinices. El coro grita las reivindicaciones que
lidad de crear, de imaginar, de tabular. se han abierto paso, teniendo como mecanismo
la protesta, sus movilizaciones y las iniciativas
de muy diversos grupos feministas. En la trage-
día griega el lamento acontece después de la de forma deliberada y directa hacia el compro
ira y suele ser tardío. Es el coro anónimo que se miso con el mundo real y sus desigualdades
reúne y canta ante la rabia impulsiva, la ira des e injusticias». Gloria Anzaldúa, en su «Carta a
comunal, que lamenta por adelantado el pesar mujeres del te rcer mundo», nos invita a escribir
por llegar. más allá de la habitación propia y la herencia de
Virginia W oolf: «Escribe en la cocina, enciérrate
en el baño. Escribe en el autobús o mientras ha
PREGUNTA: ¿QUÉ CONOCIMIENTO - Q U É C A N T O - ces fila en el Departamento de Beneficio Social
S Í COREA CUANDO LA RABIA CIRCULA EN LAS AULAS, o en el trabajo durante la comida, entre dormir
EN UNA ACADEMIA ACTIVADA COMO TU ESCUELA DE y estar despierta». Sin cuarto propio ni herencia,
LA RABIA? ¿QUÉ TIPO DE ESCRITURA, DE PEDAGOGÍA, Anzaldúa nos anima: «Pon tu mierda en el papel».
E S POSIBLE DERIVAR DE ELLA ?
Tira lo abstracto y el aprendizaje académico,
las reglas, el mapa, el compás. Tantea para to
car a más gente. Las realidades personales y
CINCO lo social se tienen que evocar —no a través de
la retórica— sino a través de la sangre, la pus
Lo que leo en tu preámbulo y lo que queremos y el sudor.
afirmar en este libro es la imaginación, la tabu
lación, la confabulación, sobre todo la necesidad
de la especulación, de la conversación. La pala PREGUNTA: ¿QUÉ LUGAR TIENE LA IMAGINACIÓN
bra no surge desde una condición de desánimo, EN LA POSIBILIDAD DE « AFRONTAR LA TRAGED IA»?
de subalternidad o de furia, y si surge su poten ¿QUÉ PAPEL TIENE LA FIGURACIÓN, LA FA8ULACIÓN,
cia política está muy comprometida. ¿Hace fal EN LA NECESIDAD DE DAR CITA A LA POLÍTICA
ta mesurar la rabia y aumentar el coraje? ¿Qué Y A LA PEDAGOGÍA?
opinas de la idea de coraje especulativo feminis
ta? (Noción que deriva Donna Haraway de Eve
Kosofsky Sedgwick, un tipo de ejercicio que hace
Marta Lamas en su último libro, Dolor y política, y SEIS. WAKE
Rita Laura Segato en sus pedagogías de la cruel
dad). ¿Podemos entenderlo como una especie En este libro exploramos el papel de la imagina
de efecto, de secuela de la escuela de la rabia ción (ruido, ritmos, risa enlazada con la rabia),
que integra la imaginación fem inista? ¿Qué lu para construir caminos políticos y acciones pe
gar tiene para ti la tabulación, la confabulación dagógicas. Tú eres escritora de ficción, ¿las jó
y la especulación (el imaginar en conjunto) en la venes están volteando a la ciencia ficción y a la
construcción de caminos conjuntos no violentos? ficción como fuente de inspiración? ¿Qué nos
Ursula K. Le Guin (escritora de ciencia fic puedes decir de la ficción y la posibilidad de
ción) nos dice con respecto a la ficción: «Entrar construir a partir de ella formas precisas de la
en el corazón de la imaginación implica dirigirte realidad?
Un ejemplo de esto es tu alusión a la noción Tú usas esa metáfora, la de la estela, de la huella
dewake, estela: huelladeuncuerpoal moverse en de un cuerpo en movimiento y la de la custodia,
el agua. Metáfora acuática que Sharpe convierte el velar y proteger a quien se duele, para mar
en concepto teórico. Huella que atrae, es c e n trí car en un solo golpe el movimiento, la pinta y
peta, como especificaste muy al principio de tu la rayadura, y por otro el cuidado, la relectura, la
reflexión, como la estela que deja un barco en el reflexión, la autocrítica: hacer y deshacer con
mar. La estela como fuerza centrípeta de atrac otros, recoger con otras, creando prácticas al
ción. Wake es, por un lado estela, rastro que deja ternativas de conexión y de cuidado, de huella y
tras de sí en el agua o en el aire un cuerpo en mo de eco. Poner palabras a ese gran dolor.
vimiento; es el efecto de un movimiento, como la Háblanos por favor del trabajo de duelo, o
tracción o como huella de fuerza aglutinadora trabajo de conciencia, que implica el ritual de
y tractora; la estela, el surco que deja el velar, hacer con otros, de recoger con otros, de com
custodiar, acompañar el duelo, el proteger en co partir, en condiciones seguras, la memoria y la
lectivo. Hablas de una especie de movimiento si experiencia, creando prácticas alternativas de
deral del cuidado. La noción de «estela» da lugar conexión y de cuidado. Hay mucho dolor y mucha
y enuncia un dolor indescifrable, impronunciable. rabia. Para aliviar, reparar, es necesario extender
nuestra vida, nuestros duelos y experiencias a
Mi padre se adueña del azadón y —a sus 84 otros: es necesaria la imaginación, ¿qué lugar
años— se dedica a quitar toda la maleza con juegan las alianzas imprevisibles, aquellas que no
cienzudamente, inclinándose para arrancar anticipamos? Nos movemos demasiado con las
la hierba más testaruda o para deshacer los iguales y las que piensan y aceptan lo mismo que
terrones con las manos cuando nada más pa nosotras.
rece funcionar. Resopla. Hace pausas. Suda
copiosamente. Y, mientras se agacha sobre
la tierra, llora con discreción, siempre en si PREGUNTA: ¿QUÉ RELACIÓN TIENE LA VIGILIA,
lencio, y me pregunto cuántas veces al día se EL MOVIMIENTO COMO ESTELA - T R A C C IÓ N - QUE
acuerda de Liliana, de la cantidad de dinero CONGREGA EN TORNO AL DUELO , CON EL ACTO POLÍTICO
que le exigieron en la Procuraduría hace ya Y PEDAGÓGICO - D E GENERACIÓN DE CONCIENCIA-
casi tres décadas para continuar con la investi QUE ESTAMOS BUSCANDO PRODUCIR Y REPRODUCIR?
gación del feminicidio de Liliana. [...] Cuántas
veces al día retumban las palabras soeces,
las palabras bestias de fauces abiertas con
que los comandantes y agentes se refirieron al
cuerpo de Liliana. [...] ¿Cuántas veces al día
murmura la palabra justicia? Uno nunca está
más inerme que cuando no tiene lenguaje (El
invencible verano de Liliana: 42).
SIETE. SECUELAS SALIDA. EL ENOJO
Y ESCUELAS OE LA RABIA Alguna vez azoté la puerta después de una tri
fulca familiar a la hora de la comida. Mi madre
La estela desaparece en el agua, las pisadas en el me esperó a que regresara y —en completa
concreto, pero quedan las huellas del cuidado y calma—, con la cocina ya perfectamente limpia,
los ecos de las conversaciones en las vigilias del me informó que eso era lo que hacía otra gente
duelo. Treinta años para encontrar y seguir las cuando se enojaba, nosotros no. Nuestra gen
huel las de tabulación y sobre todo de confabula te, de la que venimos había incluso sobrevivido
ción que permite la reparación y el acto político a la epidemia de influenza de 1918. Nosotros
y pedagógico de contar para ser tomada en cuen —y eso lo decía de maneras sutiles y de mane
ta. Para hacer el tipo de política y enseñar la pe ras honestas— estamos vivos de milagro, y el
dagogía que requerimos, nos sugieres transitar milagro era nuestra redención. Que se deses
como cuerpos de agua,fluidos que se atraen, co peren los otros. Que los otros azoten puertas
nectados, vitales, en esa estela del duelo en movi cuando no podían usar la inteligencia, o la ca
miento, que vela, protege y acom paña. En este pacidad de observación, o la paciencia. Que los
libro tú, con nosotras y con otras, invitas a seguir otros perdieran el tiempo y desperdiciaran sus
las huellas de seres acuáticos, estelares (de vigilia talentos, porque nosotros que veníamos de
y duelo colectivo) y tentaculares, efectos del mo tan lejos, nosotros que éramos libres, nosotros
vimiento, del cuidado conjunto. que lo venceríamos todo, teníamos cosas que
La rabia como secuela, como huella, como hacer. ¿De acuerdo? (El Invencible verano de Li
escuela, ¿nos arropa cuando puede tran sita r liana: 62).
entre la vigilia y la conciencia? ¿Y nos devasta
cuando solo se duele? Cuesta mucho entender
estos treinta años si no comprendemos que pa PREGUNTA: ¿HAY QUE « QUEMARLO TODO»,
san por un tipo de elaboración que circula por la « ROMPERLO TODO » PARA QUE OBTENGAMOS
escritura, el aula, los estudiantes, la creatividad, RESPUESTA (REFERENCIA AL BLOQUE NEGRO Y SU
la imaginación. ¿Podemos pensar que escribes VIOLENCIA Y DAÑO A M U JER ES POLICÍA, A EDIFICIOS
como efecto de la vigilia como ser estelar, sideral HISTÓRICOS Y PERSONAS «SO SPECH O SA S»)? ¿CÓMO
y acuático? Tu escritura deja huellas, concentra ARTICULAR, HACER POSIBLES « E S A S COSAS QUE
ecos centrípetos y centrífugos como esos duelos TENEMOS QUE H A C ER »? ¿QUÉ LUGAR TIENE
que tardan décadas en acuatizarse, en hacerse LA ESCRITURA, LA PROTESTA, LA IMAGINACIÓN
invitaciones a la vigilia y la conciencia. Y LA ESPECULACIÓN EN LA CONSTRUCCIÓN NO VIOLENTA
DEL CAMINO Y EL ACCESO A LA JUSTICIA?
• • • • •
RRRRABIA
AMNERIS CHAPARRO
Todas las mañanas salgo con mi mensaje Una manera de analizar y conversar sobre
lo digo qué es la rabia es pensar cómo se manifiesta. La
lo canto última década ha sido testigo de formas rabio
lo grito sas, irreverentes y hasta musicales, en que mu
Aveces lo siembro con cuidado jeres cis y trans han resignificado los ataques en
a veces lo escupo a la cara contra de sus cuerpos, sus identidades, sus vidas.
a veces lo clavo como un puñal en el vientre SlutWalks, 8 de marzos, 25 de noviembres, pin
o lo pongo en el ojal como un clavel. tas, murales, intervenciones, antimonumentas,
lanzallamas, rituales, palos, piedras, uñas, marti
f
ste poema de Patricia Rodríguez se lla llos, bombas molotov, glitter. Todas son expresio
ma «Feminista», y nos remite a una serie nes, instrumentos, objetos y sujetos a través de
de emociones y afectos presentes en el los que se ha canalizado la rabia.
corazón de las luchas en contra de la deshumaEs posible decir que nada rabioso debe ser
nización, las violencias, la invisibilización, la des le ajeno al feminismo. La rabia ha motivado a lu
igualdad y la precariedad. char en y por todos los espacios otrora negados
Los artículos que corresponden a esta sec a ciertas personas. La rabia, nos dice Tallulah
ción del libro forman parte de un corpus crecien Lines, es una forma de subversión que, ade
te de trabajos académicos, artísticos y activis más, contribuye a un choque que —yo diría— es
tas que nombran, clasifican, conceptualizan, se también epistemológico: descoloca y recoloca,
apropian de y resignifican la rabia. Podemos ver nombra y resignifica, crea formas de conoci
que no existe un consenso sobre su significado: miento y formas de hacer conocimiento. Pero
la rabia es un concepto altamente contestable, también crea comunidad, es catártica e inspira
es decir, no existe una definición unívoca sobre dora, ha sido el punto de unión de feministas
ella: es un afecto, una emoción, un sentim ien a lo largo de los territorios, periferia y centro.
to, una pasión política, un fuego interno, un acto, Ahora bien, Karen Valadez sugiere que la ra
una estrategia, o todo al mismo tiempo. Tengo bia es un disparador, mas no puede ser la úni
más preguntas que respuestas, debo decirles. ca estrategia porque ello supondría agotar un
mensaje político ya de por sí difícil de colocar Los ensayos nos dejan ver cuán fascinante
en espacios de visibilización y hegemonía. En es la rabia. En este sentido, no puedo dejar de
otras palabras, la rabia es necesaria pero no su pensar lo siguiente: la rabia feminista, las fem i
ficiente para los nuevos manifiestos feministas. nistas aguafiestas, las pintas y el vandalismo es
Si la rabiaesunaem ociónjusta,¿quéconsti- tán dirigidos a un objeto externo; en general,
tuye una emoción injusta?¿Quién lo decide?¿Es ese objeto externo es el patriarcado encarnado
lo mismo una emoción justa que una emoción le en instituciones androcéntricas donde la im
gítima? ¿Hay resquicios de la rabia que son justos punidad y el desdén son una marca de origen
o que son injustos? La rabia está acompañada de y una de las principales causas del hartazgo que
ruidos, rimas, risas, rebeliones, reivindicaciones estalla en rabia. Pero ¿qué pasa con la rabia entre
y recreos, como señala Cristina Rivera Garza en feministas? O sea, cuando lo que genera rabia es
el preámbulo de este libro. De hecho, la división el antagonismo entre nosotras mismas. ¿Qué
conceptual es meramente analítica, porque en la pasa cuando la rabia es interna y pone de mani
realpolitik hay fusiones y los límites entre estos fiesto nuestras propias diferencias? ¿Es posible
conceptos no son rígidos, son más bien poro vivir esas vidas feministas como un cuerpo co
sos. Empero, la traducción política-social de la mún cuando hay choques que parecen irrecon
rabia y los cuerpos de las mujeres y sujetos femi- ciliables?
nizados se encuentra absolutamente generiza-
da: hay cuerpos para los que no está permitido
expresar rabia; cuando lo hacen son aún más
estigmatizados, vilipendiados, violentados. Si la
rabia está generizada, ¿hay que desgenerizarla?
¿O qué supone apropiarla y reivindicarla desde
los feminismos?
Uno de los efectos políticos y teóricos de la
rabia se asocia con la creación de memoria colec
tiva. En particular, considero que se subvierten
esas nociones tradicionales de una feminidad
apacible, callada, modosita, rosa. Asimismo, la
creación de la memoria implica una memoria que
recuerda aquello que está en falta. Las mujeres
están en falta de una manera doble: como vícti
mas de la violencia —las que nos faltan— y como
enemigas no enunciadas de los regímenes de go
bierno —las innombrables— que, a la más vieja
usanza, el gobierno no sabe qué hacer con ellas
y entonces prefiere desubjetivizarlas, cuando no
es que las reprime.
KAREN VALADEZ
Este manifiesto busca problematizar las actuales formas de ser y hacer de las
mujeres en el espacio público a partir de elementos más allá de lo políticamente
correcto y desde el generar con que permiten los parentescos lejos de la consan-
guineidad. Se cruzan las letras a partir de tres ejes: la rabia, la ira y el dolor, pre
sentando en cada apartado algunos elementos que dan cuenta de las maneras
en que algunas mujeres fem inistas los han resignificado a partir de propuestas
artísticas y políticas en las calles. Lo anterior se basa en algunas propuestas teóri
cas de Donna Haraway, Martha Nussbaum, Audre Lorde y Cristina Rivera Garza.
Para este propósito, tomo como referente empírico la performance Un violador en
tu camino de la colectiva chilena LasTesis.
INTRODUCCION reveses de la figura de las mujeres en el espacio
público, de donde se desprende la necesidad
Se nos tiene permitido dolemos pero no hacer de generar-con para cre ar otros lazos y otras
doler a otros; llorar pero no dejar que otros llo posibilidades de apropiarse del espacio público.
ren. Es nuestra responsabilidad tener siempre un Más adelante, el documento cruza sus letras a
abrazo a su alcance, la mano tersa que da la ca partir de tres ejes: la rabia, la ira y el dolor, presen
ricia y sirve la sopa, la preocupación por el otro, tando en cada apartado algunos elementos que
pero nunca la propia. ¿Qué podemos ser y ha dan cuenta de las maneras en que algunas mu
cer, y dónde? En este ensayo se problematiza jeres feministas han resignificado estos tres sen
la configuración de una nueva manifestación de tires a partir de propuestas artísticas o políticas
s e ry hacer en el espacio público de las mujeres a en las calles. Me valgo, como referente, de la per
partir de elementos más allá de lo políticamente formance Un violador en tu camino de la colectiva
correcto: la rabia, la ira y el dolor, pero también chilena LasTesis.
desde el generar-con1 que permiten los paren El anclaje teórico para cada apartado será
tescos más allá de la consanguineidad, abriendo principalmente en textos de Donna Haraway
los lazos y extendiendo los brazos hacia lugares (2019), Martha Nussbaum (2 0 0 6 ,2 0 1 8 ), Audre
insospechados de creación conjunta. Lorde (1984) y Cristina Rivera Garza (2011).
El documento está estructurado de la si
guiente manera: en un primer momento se pre
senta un análisis muy general de los cambios y ESPACIOS PÚBLICOS
GANADOS: GENERAR-CON
1 Esta palabra compuesta hace referencia a la sim-
poiesis que, de acuerdo con Haraway: «Es una pa PARA RESISTIR
labra para configurar mundos de manera conjunta,
EN LAS CALLES
en compañía. La simpoiesis abarca la autopoiesis,
desplegándolayextendiéndola de manera genera Los espacios públicos nunca han sido nuestrosy,
tiva». (2019:99). en realidad, no tendrían que ser de nadie. Si una
se detiene a reflexionarlo, los espacios —públicos, Desde hace varias décadas las mujeres de
privados y sus fro nteras— deberían ser solo el jaron de encontrar en el espacio privado el úni
lugar donde acontece la vida; sin embargo, esta co lugar para estar y hacer. La cocina se volvió el
aproximación cambia cuando se piensa a nivel lugar para rabiar, y la recámara, un espacio para
político. escribir; la ida al mercado se convirtió en un re
Históricamente, así como el sistema sexo- conocimiento de sí en un lugar que no les fue
género2 ha fragmentado el mundo en dos polos, dado. Y así, con este aparente andar estereo
los espacios y sus configuraciones han tomado tipado, empezaron a pensarse de otras formas:
ese ordenamiento simbólico y social para desti estudiando, trabajando, luchando por reducir
nar a unas personas a los espacios privados y a la precariedad de los empleos y el despojo de las
otras a los públicos, pese a que esta dicotomía tierras, pero también reconociendo que su lucha
público-privado es inoperante para la mitad de era otra —esa y otra— Se atrevieron las pri meras
la población. La propuesta aquí planteada no tie a marchar codo a codo, ya no con su compañero,
ne que ver con un desdibujamiento de lo público sino con otras pares, con las mismas dolencias y
y lo privado —por lo menos no por ahora—, pero falencias, pero ahí, tomando ese espacio que no
sí intenta pensar, con base en Fraser (1997), que estaba destinado para ellas pero que se apropia
la esfera pública como la entiende Habermas, ron y que al día de hoy se lucha por mantener:
pese a ser necesaria para la teoría social crítica
y la práctica política democrática, debe ser in Habitar, aunque sea por un breve lapso de
terrogada y construida nuevamente a la luz del tiempo, espacios de enunciación histórica
feminismo. mente masculinizados, negados a otras sub
Fraser señala un elemento interesante que jetividades. Espacios en los cuales se puedan
resulta de mirar la esfera pública como una plu escuchar nuestras voces, nuestras demandas,
ralidad de posibilidades de espacios, lo que com- nuestras denuncias, nuestras ideas (LasTesis
plejiza la mirada dicotómica y, en cierta medida, la 2021: 105).
supera. A nivel práctico, se hace urgente pensar
en una concepción posburguesa de la esfera pú Las calles de las ciudades, con su asfalto, sus fa
blica que incluya no solo dos espacios separados rolas y su tanta contaminación —la que se ve y
y dos identidades que los constituyan, sino que atraviesa los pulmones, pero también la que no
se bifurque en caminos y espacios con fronte se ve y atraviesa las mentes—, hoy se aparecen
ras más difusas que planteen también espacios como uno de los muchos espacios que posibilitan
para generar comunidad, colectividad y opinio otras formas de mostrarse en masa: rabiosas,
nes que sean puestas a discusión en el ámbito de iracundas y dolientes. Para generar ruido por la
lo político. rabia masiva que asusta; para perm itirse rom
per, rasgary putear donde nunca antes se les dejó
siquiera pasear, andar ni em itir palabra; y para
2 Concepto traído a los debates teóricos por Gayle enunciar en un solo grito el dolor de miles —a
Rubin (1996). las que les cortaron el grito y las que gritan por
ellas—
Pero, para todo esto, ¿cómo se genera esa páginas de este documento, reflexionando sobre
comunidad a contracorriente? Haraway apues lo que acontece cuando estas mueven a la acción.
ta por la necesidad de replantear que «seguir
con el problema requiere generar parentescos
raros: nos necesitamos recíprocam ente en co UN GRITO RABIOSO:
laboraciones y combinaciones inesperadas, en
pilas de compost caliente» (2019: 24); es decir,
LAS PROTESTAS
pensar que puede haber otras formas más va NO-PACÍFICAS EN LAS CALLES
liosas e incluso productivas de cruzar cuerdas,
de crear relaciones tentaculares y generar lazos La rabia, en el reino animal, puede contagiarse
fuertes y resistentes. Esta propuesta no es nue cuando un animal clava sus dientes en el cuerpo
va, las relaciones se han conformado así en este de otro. El virus viaja desde donde se produjo
y otros movimientos, en esta y otras épocas, pero la herida hasta el cerebro. Primero, provoca
sin duda sigue arrojando luz sobre esas otras ma una inflamación y, después, la muerte.
neras de encontrar calor y brillo. Pero a esta inherente capacidad mortal
De estas posibilidadesy cruces en el mundo, de propagar la enfermedad incurable,
más allá de la filiación generacional tan fuerte podríamos sumar otro tipo de rabia. Una que
mente promovida como la más «real y genuina», lleva siglos sin cura. Un sistema atávico y rancio
dan cuenta LasTesis en su andar: que también ataca el cuerpo. Nuestros cuerpos.
Nos hiere, nos inmoviliza y nos mata.
Nosotras mismas hemos decidido generar y
L a s T e s is
habitar otras constituciones familiares, en las
que las filiaciones sexoafectivas y de sangre
dejan de ser las únicas relaciones posibles. Ele He oído decir en repetidas ocasiones que, a
gimos a nuestra familia, la pensamos y vivimos diferencia de los hombres, a las mujeres se les
en lo comunitario, y en ese sentido, lo afectivo permite expresar sus emociones con libertad.
va mucho más allá de esos añejos paradigmas En este tema hay que ser cautelosas. Las muje
(LasTesis 2021:35). res tienen derecho a llorar, a estar tristes y de
primidas, incluso preocupadas, pero ¿qué pasa
Habrá que tomar en cuenta que estas alianzas, con aquellas que empiezan a expresar su enojo,
compañías y relaciones nunca son estériles y que su descontento, su rabia? ¿No son acaso tacha
algunas generan desde el arte, otras desde la teo das de histéricas?3 Por estas incongruencias
ría, otras desde la política y unas más desde la coti entre expresar algunos sentimientos y no otros,
dianidad de las actividades diarias. Y dentro de es
tas posibilidades hay también quien suma desde la
3 Es pertinente pensar en la etimología de la pala
alegría y la emoción, con las afectividades a flor de bra —del griego hyaterá (útero)—y las cargas sexis
piel, pero también quienes generan desde el mie tas que tiene al asociarse a la supuesta enfermedad
do y la angustia, desde la rabia, la ira y el dolor. En de mujeres inestables o con problemas psicológicos
estas últimas propuestas centraré la mirada en las y emocionales.
se hace necesario hoy —incluso habría que ser esperaba que entre tantas curitas, medicinas y
críticas con ello— justificar esos actuares. La remedios que no lograban erradicarla, se tuvie
colectiva de LasTesis, por ejemplo, anuncia esta ra aún la calma de escupirla, vomitarla y gritarla
perplejidad ante la idea de que a tientas y con precaución?
¿Qué son entonces las protestas si no una
nuestra rabia los intranquiliza. Quieren que si manera de exp resar el hartazgo? Prim ero, de
gamos en nuestras casas como si nada pasara. estar destinadas al encierro, a lo privado, pero
Les molesta que salgamos con una venda en también de tantas violencias e injusticias que
los ojos, vestidas con ropa ligera, nocturna y se viven ahí y, ahora también, en lo público. Por
sugerente para cantarles que los violadores las mordeduras salvajes que además escondían
son ellos. Pero nosotras no nos cansamos de rasguños, empujones, salivazos, cachetadas, ro
gritar. Hasta que esa rabia se convierta en re ces, palabrerías. Es una rabia impropia que tuvo
volución (2021: 24). que tomarse así, en su estado más puro y vul
gar, para ser resignificada y conjugada de otras
¿Cómo entender la rabia? ¿Qué es? La rabia, maneras para volverse potencia creadora, y fue
dicen LasTesis, «puede contagiarse cuando un entonces que se hizo posible empezar a pensar
animal clava sus dientes en el cuerpo de otro. que «la gente se conjuga en espacios públicos,
El virus viaja desde donde se produjo la herida se acoplan transversalm ente en el tiempo y en
hasta el cerebro. Primero, provoca la inflama el espacio para hacer que pasen cosas significa
ción y, después, la muerte» (2021: 20). ¿Por qué tivas» (Haraway 2 0 1 9 :1 7 0 ).
estamos rabiosas? ¿Cómo ocurrió que después Yo no sé cuántas de nosotras, mujeres, he
de tanto silencio —que en realidad nunca lo mos tenido la oportunidad de estar en una mar
hubo, pero sí que había manera de acallarlo— cha en las calles, esas que se visten de una rabia
esta rabia se hizo potencia? ¿Será que este virus, que hace añicos las ventanas de los edificios,
que nos fue dado y que nos recorría las venas y pinta de consignas los monumentos que, lejos
las entrañas desde tiempos inmemoriales, ya no de proclamar lo que la historia dice que han de
necesitaba la m ordedura para producirla? Se rememorar, aparecen como estructuras monolí
quedaba en el cuerpo en estado latente, pero ticas y rígidas que ya no nos dicen nada de la su
se iba haciendo más y más fuerte cuando una mi puesta libertad, victoria y justicia que proclama
raba que otras también eran mordidas, y poco a su estatuario ser. Por eso no son Laura, Cinthia
poco iba haciendo ebullición dentro hasta que o Ernestina quienes pintan el muro o derriban
todas mordisqueadas de machismo y violencias, la puerta, no es el grupo radical o el anarquista:
esa rabia empezó a tomar la forma de consignas, #SomosTodas, y es la rabia de nuestras abuelas y
de gritos que se iban haciendo una voz, una ra tías, de nuestras madres y hermanas, de la amiga
bia —que en realidad ya eran muchas— que en y la conocida, de la otra que es como yo y su rabia
las calles y los espacios públicos encontró el es la hace vulnerable pero también poderosa.
pacio para ser derramada por fin. A sí como ve Habrá que seguir por el camino de resignifi
nía, ¿cómo iba a ser una rabia pacífica? ¿Cómo se cación de la rabia que, en masa, muchas veces se
hace arte. El grito de «el violador eres tú» se con LA IRA COMO POTENCIA
vierte en un himno que, como muchos se atreven
a pregonar, no resuelve nada ni ayuda en mucho,
CREADORA: DEMANDAS
pero que llena nuestros cuerpos de una vitali POLÍTICAS A PARTIR
dad rabiosa que después se hace fuerza para
actuar, para reconocer la urgencia de sumar, de
DEL ARTE
generar-con y unir cuerdas, las de la ciencia y el
arte, la teoría y las calles, las del sentido común No es mi ira la que lanza naves espaciales,
y los mercados, las de los pueblosy las ciudades, gasta más de sesenta mil dólares por segundo
en misiles y otros instrumentos de guerra y
generando-con y enredándose-con los tenta- muerte, asesina a los niños en las ciudades,
culares, que se enganchan y aguijonean por almacena gases letales y bombas químicas,
un continuo Chthuluceno generativo. [...] Es viola a nuestras hijas y nuestra tierra.
tas configuraciones de mundos de arte-ciencia
Audre Lorde
son holobiomas, u holoentes, en los que cientí
ficos, artistas, miembros de comunidades y se
res no humanos se van plegando mutuamente Como casi todo en el mundo, cuando se piensa
en los proyectos de los demás, en las vidas de en algo, en la escala de valoraciones hay una ten
los demás; llegan a necesitarse mutuamente dencia de virar la mirada hacia lo positivo/bueno
de maneras diversas, apasionadas, corpóreas y o hacia lo negativo/malo. Es así que, cuando se
significativas. Cada uno de ellos es un proyec mezclan la ira y las mujeres, el resultado apunta
to motivador en tiempos mortíferos (Haraway generalmente hacia lo negativo:
2019:117).
Con demasiada frecuencia, la ira se convierte
Cerraría el apartado apelando a reconsiderar la en un sustituto seductor de la aflicción, pues
rabia, no para negarla o en el entendido de que promete acción y control cuando están ausen
no es «la vía correcta» para la protesta, sino para tes de la situación real. [...] La manera de tratar
cambiar la mordedura que deja rabioso al perro con la aflicción es justamente la que se po
por el aguijoneo que mata a la abeja al producir dría esperar: duelo y, finalmente, una acción
la herida. Hay que pensar en una rabia que no constructiva con miras al futuro para reparar
perdure en quien muerde ni en quien es mordi y continuar la vida. La ira suele estar bien fun
do, para que el aguijón mate de raíz la violencia al dada, pero también es demasiadosimpledes-
picar, dejando solo una ámpula que recuerde lo viar el proceso de luto necesario. Por lo tanto,
ocurrido, una inflamación localizada que con el la transformación de ira en duelo —y, final
tiempo deje de doler, y para que no sea posible la mente, en pensamientos con miras al futu ro -
repetición, porque el aguijón se llevará con la pi debe preferirse ampliamentesobre el cultivoy
cadura el tracto digestivo, los músculos y nervios alimentación de la ira (Nussbaum 2018: 137).
que le daban vida.
Quise comenzar con esta cita para ponera jugar solidaridad, el miedo, el dolory un sinfín de entre
la racionalidad, la emotividad y otros elementos lazamientos de cuerdas, da como resultado po
que constituyen las subjetividades, y que son juez tentes puestas en escena como la performance
y parte de las decisiones que tomamos al avanzar Un violador en tu camino. Más que negar estas
en la vida. Si bien es cierto lo que plantea Nuss- emociones, habría que reconocerlas y tom ar
baum para pensar la ira más allá de una emoción las como motivo, porque «cuando volvem os la
que invade arrasando con la cordura —y que espalda a la ira, también se la volvemos al cono
por este motivo puede no traer nada positivo—, cimiento, pues con esa actitud estamos diciendo
también es cierto que este proceso, pensando que solo vamos a aceptar las ideas ya conocidas,
en cultivarla con miras al futuro, es un elemen las ideas cómodas y mortíferamente familiares»
to que pocas veces se medita cuando una está (Lorde 1 9 8 4 :4 7 ). ¡Habrá entonces que tomar lo
invadida. desconocido, ponerle nombre y hacerlo sentir
Con estos debates ambivalentes, la ira de fuera y dentro como lo que es!
las mujeres tiene una doble apuesta —y a la vez Ya decía antes que la ira nos envuelve de
afrenta— en el espacio público. Primero, muestra forma similar por lo acontecido a los cuerpos
un malestar común que, con sus particularidades feminizados (y algunos otros precarizados e his
y bemoles, señala una incomodidad generaliza tóricamente vulnerados), aunque los contextos
da —que a veces deviene rabia—, una que envuel y circunstancias puedan ser muy singulares y
ve a todas lasque marchan: «Esel dolor motivado generar episodios más extraños para unas que
por las distorsiones que nos afectan a todas, y su para otras. Las coincidencias son varias y un
objetivo es el cambio» (Lorde 19 8 4 :4 6 ). Además, caso que da cuenta de esto es el fenómeno que
como las otras emociones, sentimientos y senti suscitó la performance de LasTesis, que inició en
res, puede ser la potencia que invita a la acción 2019 en Val paraíso y le dio la vuelta al mundo, las
pero, en este sentido, se aparece como una afren autoras dicen:
ta para quienes la toman como bandera de pro
testa, pues puede ser vista por propias y extraños Si en la mayoría del mundo las mujeres co
como un mecanismo poco resolutorio que vuelve rearon nuestra puesta en escena es porque
a caer en la trampa de la violencia contra la que se estamos viviendo similares experiencias. Por
marcha, algo sobre lo que Nussbaum reflexiona, que nos sentimos amenazadas por similares
por ejemplo, al hablar de una «persona razona motivos. Y estamos gritando similares consig
ble» (2006). nas (2021: 36-37).
El dilema es difícil de sobrellevar; sin em
bargo, lo importante es reconocer que más que Este es un primer anuncio de cómo la ira avan
encontrar la rabia o la ira como elementos aisla za de un estado de impotencia y rabia hacia la
dos o dominantes de un movimiento social como creación colectiva. Y pese a que el proceso puede
las protestas en las calles, esta aparece mezclada ser más lento y confuso, los resultados también
junto con otras más que la acompañan y la con pueden aspirar a resultados tan potentes como
vierten en un híbrido que, junto con el amor, la los de esta performance.
Una vía para entender por qué es tan com requisitos, muchas veces es invisibilizado, otras
plejo desenmarañar estas emociones es la que incluso violado y castigado (LasTesis 2021: 90).
menciona Nussbaum al sugerirque
Mostrar la ira en las calles, la rabia en los espacios
son maneras en las que negociamos tensiones públicos, al desnudo y al descubierto después de
profundas involucradas en el hecho mismo de un silencio atroz, es un enorme paso, primero
ser humanos, con las altas aspiraciones y los para reconocernos otras, con otras posibilidades
duros límites que tal vida implica. Pero su con de ser que quizá no descubriríamos por cuenta
tenido cognitivo es problemático y su opera propia sin el arropo de otras miles, saltando y
ción social plantea peligros para una sociedad gritando en una marcha; pero también para las
justa (2006: 88). que no participan encuentren en quienes mar
chan una figura que después consideren para
Esto adquiere sentido cuando pensamos en lo enunciarse a sí mismas, o para que quienes miran
difícil que debe de ser digerir emociones tan desde lejos se den cuenta de que se puede ser
fuertes, contradictorias y, por las injusticias so mujer desde muchos vértices, desde la que es
ciales y jurídicas, dolorosas como el feminicidio, violentada, la que violenta, la que siente tristeza
las violencias sexuales, psicológicas y físicas, por y la que llora, pero también desde la que grita,
mencionar las más visibles. la que es iracunda y está rabiosa por las injusti
Habrá que em pezar a norm alizar —pen cias que la golpean directamente en el cuerpo: el
sando aquí en una normalización que implique propio e individual pero también el colectivo,
hacer más común algo para la vista de otros— el cuerpo masivo suyo y de sus compañeras, las
otras formas de constituirnos como sujetas y que brincan y corean a su lado, pero también
como agentes, con afectos y emociones diferen las que no están.
tes, no solo con las que se nos asocia tradicional e
históricamente, para abandonar las expectativas
propias y ajenas, para que nos acuerpen en las RESIGNIFICAR EL DOLOR:
calles y en todo espacio público o privado como
todo lo otro que se nos ha negado o se nos ha li
LA PERFORMANCE
mitado a ser cumplido solo de determinada ma UN VIOLADOR EN TU CAMINO
nera, porque
Cuando todo enmudece, cuando la gravedad
Cuando no es para gestar, criar, amamantar, de los hechos rebasa con mucho nuestro
enseñar, amar, cuidar: cuando no busca la be entendimiento e incluso nuestra imaginación,
lleza, la limpieza, el decoro, el refinamiento, la entonces está ahí, dispuesto, abierto, tartamudo,
sutileza, la blancura, la suavidad, la inteligen herido, balbuceante, el lenguaje del dolor.
cia —pero cuidado, tampoco tanta—, estrate
ga mejor, pero ojalá con mención en economía
familiar, cuando tu cuerpo no cumple con esos
De ahí la importancia de dolerse. [...] construye de otras maneras con la generación
De ahí la urgencia estética de decir, en el más de esos parentescos raros de los que habla Ha-
básico y también en el más desencajado raway (2019) y que «siguen con el problema»,
de los lenguajes, esto me duele. siguen jalando los hilos de la madeja para des
enm arañar la rabia que no se entiende, el do
Cristina Rivera
lor que no cesa y que, en colectivo, se hace una
voz fuerte y activa. Dolerse, como se piensa so
Imágenes desgarradoras en los medios de comu cialmente, no implica necesariamente ser débil,
nicación, en las redes sociales, incluso todavía en indefenso y vulnerable, es reconocer que se ha
los periódicos. No solo imágenes, sino también causado un daño y que ese daño provoca en mí,
notas llenas de palabras que parecieran sacadas en ti, en muchas, un eco que es lastimoso, que no
de una novela de ficción o una mala historia de hace bien y que, por ello, ha de ser denunciado.
vaqueros. Con los mismos tintes machistas que Y, hablando de denuncias, se hace necesario pre
acom pañan el hum or m exicano, pero con la cisar que las vías para la reparación del daño y el
sangre real y doliente de mujeres con nombres bienestar de quienes han sufrido violencias o de
y apellidos, con hijos y hermanas, con trabajos y quienes sobreviven, van más allá del acto puniti
sueños truncos, con miedo y angustia, historias vo de encarcelar, multar, sentenciar o castigar.
plagadas de injusticias. ¿Cómo no dolerse ante el Es entonces cuando las manifestaciones artísti
escenario desolador de once muertes diarias de cas, el acompañamiento colectivo, el mero acto
mujeres en el país? Sin embargo, siguiendo este de escuchar —por mencionar algunos— se con
hilo y para que no se me mal interprete, me gus vierten en otras vías de aliviar las almas ante la in-
taría demarcar esta idea de la pasividad del dolor justicia que muchas veces no encuentra ni lugar
hacia loque puede producir este estado. Siguien ni salida.
do a Rivera, coincido con lo que puede ser más Y es que
allá del sentir que desgarra el alma:
el feminismo es un acto de resistencia y va
Condolerse, que no es el discurso de la victi- lentía a una herencia histórica fundada en el
mización ni mucho menos de la resignación, miedo y el terror como método de control a
sino una práctica de la comunidad generada en las masas disidentes, siendo los cuerpos feme
la experiencia crítica con y contra las fuentes ninos y feminizados aquellos con mayor carga
mismas del dolor social que nos aqueja, que de violaciones a sus derechos humanos y civi
nos agobia, que acaso también nos prepare les (LasTesis 2021: 51).
para alterar nuestra percepción de lo posible y
lo factible (2011:19). Si bien hay que celebrar las demandas que se
han hecho y se siguen haciendo, además de las
Y, otra vez, estos sentires, que generalmente que se han logrado materializar en políticas pú
se vuelcan hacia lo negativo, se vuelven un acto blicas, normativas y sanciones, no hay que tomar
masivo que puede ser muy propio pero que se esta vía como única ni como la más valedera: las
puestas públicas en escena, el levantamiento de mado desde las redes sociales —que sus muchos
la voz y las apuestas artísticas tienen impacto aportes tiene, claro que sí— Junto con LasTesis
hacia afuera, pero muy hacia adentro también, me atrevo a decir que
para los afectosy el cobijo de una misma. Son una
forma de honrar ese dolor que no encuentra en creimos y creemos fervientemente que el tras
dónde encauzarse. Y uno de los motores que tie lado de estas ideas a otros lenguajes, el poder
nen performances como Un violador en tu camino acercarnos a ellas no solo desde lo teórico, desde
es que priorizan que las palabras, sino que también a través de su
interpretación y traducción a lo visual, textil,
para poder sentir conexiones con otras, otres, sonoro y corporal, contribuye a su difusión de
otros, debemos conectar primero con nues manera más amplia (2021:107).
tras sensaciones, con nuestros cuerpos. [...] La
propia exploración es el camino hacia la liber Abramos los oídos, los brazos y los ojos, abramos
tad para expresarte con otras, otres y otros de el cuerpo, las ganas y los medios; pensemos lo
forma saludable (LasTesis 2021: 94). imposible, pero juntas generando-con, para que
todas las posibilidades que se vayan sucediendo
Sentir dolor está bien y que el otro lo sepa, tam nunca sean de apertura y cierre, sino de pauta
bién. para continuar pensando, dibujando, ensayando.
Ese «juntas» implica, al mismo tiempo, reconocer
nuestras diferencias, nuestras particularidades y
CONCLUSIONES luchas: lo que nos hace rabiar, doler y lo que nos
enciende la ira.
Lo que ocurre en las calles, las manifestaciones Somos mujeres pero no todas somos las
públicas de las m ujeres en un grito contra la mismas, algunas somos lesbianas, negras, indíge
violencia, pero también contra la precariedad la nas, trans; hay quien lucha por sus tierras, quien
boral y contra la invisibilización de otras marcas busca educación, quien quiere dejar de ser com
identitarias como etnias, razas y clases, son mo prada por los hombres y vendida por sus padres,
vimientos de reiteración, de una petición urgente la que quiere un mejor empleo y la que aspira a
que duele, causa rabia y desemboca en ira, pero un cargo político, somos muchas y muy diversas,
es también «re-memorar, con-memorar, es repe en nosotras mismas y en conjunto con otras. Es
tir, revivir, retomar, recuperar de manera activa» así que proclamo con Lorde:
(Haraway 2019: 53), hacer posibles otras vías de
enunciación en espacios que se apropian y se in Si no logro reconocerlas a todas ellas como
ventan con el avance de los pasos, pero que son rostros de mí misma, estaré contribuyendo
llevadas ahí por circunstancias por demás comu a su opresión y también a la mía; así pues, la
nes para las mujeres. ira que se alza entre nosotras debe ser utili
No basta con reflexionar en las aulas, con zada en pro de la claridad y el fortalecimiento
publicar un artículo potente, con hacer un lla mutuos y no para evadir culpas y ahondar la
separación. Yo no soy libre en tanto haya otra REFERENCIAS
mujer que no lo sea, aun cuando sus grilletes
sean muy diferentes a los míos (1984: 48). F ra s e r, N a n cy . 1997. «Pensando de nuevo la
esfera pública. Una contribución a la crítica
Y es que hay una fuerza mucho más grande en de las democracias existentes», en N. Fraser,
este reconocimiento de lo que no soy pero tam lustitia Interrupta. Reflexiones críticas desde
bién existe, mucho más si se hace desde los la posición postsociallsta, Bogotá, Editores
afectos, desde la comprensión de las otras (Lor Siglo del Hombre, Universidad de los A n
de 1984) y lo otro, de ahí que una mirada inter des, Facultad de Derecho, pp. 95-133.
seccional ponga el acento en las diferencias que H a r a w a y , D o n n a . 2019. Seguir con el problema.
generan desigualdades particulares y no tanto en Generar parentesco con el Chthuluceno, San
la suma de características que dé como resulta Francisco, Consonni.
do una diversidad de subjetividades. Habrá que L a s T e s is . 2021. Quemar el miedo. Un manifiesto,
mirar el mundo desde esta interseccionalidad Ciudad de México, Editorial Planeta Mexica
para dar cuenta de que estas características, más na.
que sumar y constituir subjetividades de cierta L o r d e , A u d r e . 1984. La hermana, la extranjera. Ar
forma, llevan a tratos y oportunidades desigua tículos y conferencias, Madrid, Horas y Horas.
les, lo que también conforma nuestros cuerpos, N u s s b a u m , M a r t e ia . 2 0 0 6 . El ocultamlento de lo
nuestros afectos y emociones de otra manera, y humano. Repugnancia, vergüenza y ley, Buenos
la ira, el dolor y la rabia serán expresados desde Aires, Katz.
ahí. Partamos entonces considerando esto. ________ . 2018. La Ira y el perdón. Resentimiento, ge
Cierro este manifiesto con una invitación nerosidad, justicia, Ciudad de México, Fondo
a que las risas, los insultos y las violencias con de Cultura Económica.
tinuas de otros sean aprehendidas solo como el R iv e r a , C r is t in a . 2011. Dolerse. Textos desde un
motor para nuestros pies cansados de correr de país herido, México, Surplus Ediciones.
miedo, que hinchen nuestro pecho que se infla R u b ín , G ayle. 1996. «El tráfico de mujeres: no
de consignas. Hagamos de este y todos los ma tas sobre la economía política del sexo», en
nifiestos un arma que lastime a base de reconfi M. Lamas (comp.), El género: la construcción
guraciones y nuevas prácticas, que busque otras cultural de la diferencia sexual, México, Pro
maneras de dar sentido a lo que somos, hacemos grama Universitario de Estudios de Género,
y dejamos —o no— que otros nos hagan. Universidad Nacional Autónoma de México.
Seamos más que rabiosas, iracundas y do
lientes, que esa sea la potencia pero no el acto;
que sea la llamarada pero no la fogata, y que, de
entre uno y otro fuego que albergam os, cada
una se haga una llamarada gigante que encien
da el mundo entero.
CARLA VERÓNICA CARPIO PACHECO
Por medio del concepto del fláneur en su versión femenina, la fláneuse, exploro la
construcción de una subjetividad feminista desde las periferias de la Ciudad de
México. Inserto mi propia experiencia como habitante de la periferia a la par del
caminar, observar y fotografiar de la artista Sonia Madrigal en Ciudad Nezahual-
cóyotl y de los trayectos que realiza desde su ciudad en el Estado de México a
la Ciudad de México, materializados en su serie fotográfica Tiempos Muertos. De
esta manera construyo un hilo conductor en el que ocupar el espacio público pe
riférico con una corporalidad femenina y de clase trabajadora que desmonta la
tradicional visión del hombre caminante despreocupado, de recursos económicos
altos, para dar paso a una flánerie, donde la mujer se apropia e interviene su espa
cio, deviniendo en el desenvolvimiento de una subjetividad feminista periférica.
INTRODUCCION
En el presente texto argumento que la artista
mexicana Sonia Madrigal construye una identi
dad feminista desde las periferias de la Ciudad
de México (c d m x ) a partir de caminar, observar
y fotografiar los trayectos que realiza desde
Ciudad Nezahualcóyotl, la ciudad donde habita,
a la Ciudad de México. Este recorrer y observar
las calles de las periferias con cámara en mano
lo caracterizo mediante la figura de la fláneuse,
que en lugar de ser un fláneur desvinculado de
su alrededor, masculino y de clase privilegiada
a la manera descrita por W a lte r Benjam ín, es
una fláneuse de clase trabajadora, mujer habi
tante de las periferias de la cdm x, que transita
espacios corporeizados y se posiciona política
mente desde el feminismo. Me enfocaré en una
de sus series fotográficas que condensan este
transitar en la periferia, Tiempos Muertos (2009-
20 19 ), y en mi propia experiencia como mujer
que recorre la periferia desde el norponiente de
la cdm x en contraste con el oriente de la cdm x,
EL ElANEUR
Q
Oficios de O riente ( f a r o ). Fueron las calles de periferia por parte de Madrigal al autodenomi-
Ciudad Nezahualcóyotl las que Madrigal empezó narse como mujer periférica lo que contiene la
a fotografiar. La misma ciudad donde creció, vive, posibilidad de visibilidad y resistencia feminista
trabaja y narra profesionalmente desde 20 0 9 periférica a través de su discurso y práctica foto
a partir de su lente, cuando inició su incursión gráfica?
en la fotografía. Como señaló recientemente en Ese lanzar la mirada hacia Nezahualcóyotl y
entrevista con el Sistema Nacional de Fototecas, contar el Nezahualcóyotl que había vivido, mas
«lancé la mirada a mi ciudad, para hablar del Neza no el contado desde el exterior, de lo cual habla
que yo vivía, no el Neza que a mí me habían con ba Madrigal, también nos remite a ese tirar los
tado, que era del exterior». ¿Cuál es esa mirada de estigmas que caracterizan a quienes habitan los
la que habla Madrigal? ¿Cuál es esa otra mirada márgenes como la otredad. Son estigmas que de
desde el exterior? ¿Qué Ciudad Nezahualcóyotl bilitan la construcción de redes de apoyo entre
cuenta la fotógrafa a través de sus imágenes? quienes habitan las periferias por el rechazo de
identificarse con una identidad social devalua
Sonia Madrigal es una mujer periférica. [...] Me da ante los ojos de quienes aparentemente tie
gusta decir que soy una mujer periférica que es nen mejores condiciones de vida (Bayón 20 15 ;
de Ciudad Neza y que, a partir no solamente de Paugman 2 0 0 7 ). Como refiere W acquant, la
la fotografía, a partir de recorrer las calles, de estigmatización territorial tiene como principal
transitar las calles, he encontrado una veta a efecto «exacerbar las prácticas de diferencia
través déla cual me expreso, ción y distanciam ientos sociales internos que
contribuyen a disminuir la confianza interperso
señaló la artista en el programa Itinerario de C a nal y a minar la solidaridad local» (2013: 213).
nal Once, transmitido en agosto de 2019. Cuan Hasta el momento, Sonia Madrigal cuenta
do Madrigal seautodenomina «mujer periférica», con cinco series fotográficas: Los espacios del olvi
vienen a mi mente todas estas discusiones de do (en proceso), Tiempos Muertos (2009-2019), La
los estudios urbanos en relación con la periferia, muerte sale por el Oriente (en proceso), Te (2017)
la carga social negativa que se le ha impreso al y El Abance (2018), todo esto sumado a diversas
concepto mismo, y lo que implica para una mujer obras realizadas coyuntural mente en colectivo
joven reivindicar un término que ha invisibilizado con grupos de mujeres y feministas del Estado de
y señalado de excedente o sobrante a las y los ha México y la Ciudad de México. En todas sus pro
bitantes de los márgenes de la Ciudad de Méxi ducciones, Ciudad Nezahualcóyotl es el territorio
co. Sin romantizar la precariedad experimentada geográfico protagonista y la experiencia de ser
en parte de las periferias, pero sí para erradicar mujer habitando la periferia metropolitana es el
el estigma vinculado con ellas, recurro a Judith eje de su obra.
Butler: «Cuando una persona recibe un insulto, En Tiempos Muertos, Madrigal recorre a pie,
es decir cuando le ponen un nombre insultante, en microbús y en metro las largas distancias que
esa persona, paradójicamente, recibe también separan el municipio de Ciudad Nezahualcóyotl
cierta posibilidad de existencia social» (1997: 2, de la Ciudad de México. En su travesía captura
mi traducción). Acaso ¿es el uso del concepto de imágenes de la vida cotidiana en el transporte
público, donde retrata a quien ella denomina Sonia Madrigal indiscutiblemente reclama
«población flotante», las personas que viajan to ver desde su mirada, crea fotografías que mues
dos los días entre la periferia y distintos puntos tran un intercambio entre la espectadora y lo vis
de la c d m x para trabajar, estudiar o divertirse. En to. Este intercambio deriva de su pertenencia
este caminar, transitar y fotografiar el trayecto a la comunidad, a la ciudad, a los trayectos que
de Ciudad Neza a la c d m x , Madrigal reclama una captura con su lente y del significado social dife
subjetividad de mujer periférica y feminista, sin rencial de una mujer fotógrafa que camina, mira,
asumir el poder de un observador que convierte observa y toca con los ojos lo que la rodea, sin ser
en otredad a quien captura bajo la lente, pues ella una mirada externa que mira a Nezahualcóyotl
forma parte de ese mismo territorio periférico desde la otredad. La fotógrafa de la vida urba
que observa, convirtiéndose así en una fláneuse na no solo habita dentro de la ciudad, sino que
periférica. también produce y vivencia una ciudad determi
En una de las imágenes de Tiempos Muertos nada: aquella que va más allá del asfalto y que
se puede observar una escena propia del trans resulta de una corporalidad específica que re
porte público que recorre el trayecto del pa vela la interacción entre la identidad de la ciudad
radero de microbuses de la estación de metro y la identidad de la fotógrafa que la habita y se ve
Pantitlán a Nezahualcóyotl, y viceversa. Se trata habitada por ella. Y es justo esa ciudad, la ciudad
del interior de un microbús, donde vemos a tra periférica de Ciudad Nezahualcóyotl, la que da
vés de los ojos de Madrigal la espalda del chofer forma a una observadora particular, la mujer pe
de la unidad y a dos niñas menores de diez años riférica, que a su vez construye una nueva y parti
sentadas a su lado, quienes miran por la ventana. cular observación sobre la ciudad misma.
Se entiende que posiblemente son sus hijas y que La actividad de Sonia Madrigal en los már
no ha podido dejarlas al cuidado de ningún fami genes de la cdm x pareciese distar mucho de las
liar o en la escuela. Una de ellas, agotada por los experiencias del cam inar despreocupado de
trayectos, descansa al lado del tablero del micro Charles Baudelaire, de un dandi europeo del si
bús mientras la otra, seguramente su hermana, le glo xix o incluso de Francisco Zarco, que se au-
sostiene las piernas para que descanse mientras toidentificaba como un fláneur en la Ciudad de
ella observa la calle. México del sigloxixen sus crónicas citadinas. Una
En otra imagen vemos con mirada curiosa mujer, de clase trabajadora mexicana y fotógrafa,
un par de botas blancas con tacón alto dentro que se mueve en los confines de la cdm x hacien
de un vagón del metro. Las botas son picudas, de do uso del transporte público, desafía la idea de
piel, y arriba del filo superior se puede apreciar que las únicas corporalidades que tienen la expe
el inicio de unas medias negras transparentes riencia de la flánerie son hombres de clase alta
con figuras de flores. Varios pares de piernas y que miran despreocupadamente sin ser mira
un paraguas se arremolinan alrededor. Debe de dos. Susan Sontag mencionaba que «la fotografía
ser la época de lluvias. Es singular que a M adri al principio se consolida como una extensión de
gal le haya cautivado esta escena donde, como la mirada del fláneur de clase media» (2006: 85)
dijera José Joaquín Blanco, «todo el metro es y que, por lo tanto, se encontraba desencanta
una sola plaza» (1990: 73-74). da de la distancia social que testimoniaban las
realidades sociales desde la distancia, como si se tido que tenemos de ellos [...] se estructuran re
tratase de meras curiosidades. Sin embargo, en currentemente sobre la base de género» (1998:
el caso de Madrigal, quien fotografía y a quienes 40). Concuerdo con su postura puesto que el
captura en su lenteson pertenecientes a la misma autoconocimiento que Madrigal realiza a través
clase trabajadora y los espacios urbanos donde se de la fotografía va de la mano de vivirse con un
ubica ella, sus personajesy su experiencia son las cuerpo de mujer en la periferia, al descubrirse y
calles de Ciudad Nezahualcóyotl. descubrir Ciudad Nezahualcóyotl en cada una
Ya escribía Haraway que las cosas vistas des de sus caminatas, observaciones y obturaciones
de determinadas posiciones son más ciertas que como fláneuse de la periferia metropolitana, con
las que se ven «desde ningún sitio» (1991). Y es todos los riesgos que conlleva y con todas las
justo lo que hace Madrigal al posicionarse des aventuras, aprendizajes y autoconocimiento fe
de adentro, al pertenecer a la periferia del orien minista que hace posible.
te de la Ciudad de México junto con todas las
vivencias que se experimentan en el día a día
como mujer, de lo que habla la fotógrafa a través REFERENCIAS
de su trabajo y lo que la lleva a nombrarse una
mujer periférica. Considero que al caminar, ob A ssun to , R o sario . 1990. «Nascita e morte de-
servar, mirar y tomar la cámara fotográfica desde Ila periferia», en A. Clementi y F. Perego,
su postura como una mujer periférica, Madrigal (coords.), Eupolis. La ñquaüfcazione delle cittá
desentraña las lógicas de la periferia y materializa ¡n Europa, vol. 1, Roma, Laterza, pp. 581-
la máxima feminista de que lo personal es político. 588.
Madrigal vive y hace de esta periferia una peri B a u d e l a ir e , C h a r l e s . 1999. Salones y otros es
feria distinta, donde se hace historia y se cons critos sobre arte, Madrid, Visor.
truye memoria desde las mujeres, contraviniendo B a u t is t a , R a ú l . 2015. Movimiento urbano po
la postura que dice que «la periferia sería un es pular. Bitácora de lucha 1968-2011, México,
pacio "sin calidad”, sin rugosidades, sin historia y, Casa y Ciudad.
en consecuencia, un espacio del cual no hay me B l a n c o , J o s é J o a q u ín . 1990. Los mexicanos
moria» (Hiernaux 2004: 112). ¿No es la fotogra se pintan solos. Crónica, paisajes, personajes
fía construcción de memoria? «Una, la memoria, de la Ciudad de México, Ciudad de México
lo hace de modo mental mientras que la otra, la Librería y Editora.
foto, lo hace de modo material» (González 1995: Bayón, M a ría C ris tin a . 2015. «La construc
140). Y es a través de la fotografía que Madrigal ción del otro y el discurso de la pobreza.
va abriendo «una doble vía de ascesis hacia la Narrativas y experiencias desde la periferia
autoafirmación y el conocimiento» (Fontcuberta de la Ciudad de México», Revista Mexica
2007: 56). na de Ciencias Políticas y Sociales, vol. 60,
Acaso ¿no es a través de la construcción de núm. 223, enero-abril, pp. 357-376.
memoria que construimos nuestra identidad en Benjam ín, W a lt e r . 2005. Libro de los pasajes,
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CONSUELO DÍAZ MUÑOZ
Este ensayo analiza, desde una investigación etnográfica, un ejemplo del arte anti-
teminicidioen el México contemporáneo: una serie de murales que retratan a nue
ve víctimas de feminicidio, pintados en Quintana Roo entre marzo y septiembre
de 2021 por la colectiva feminista Las RestaurAmoras. Se centra principalmente
en el proceso de creación de los murales desde la perspectiva de las artistas-ac-
tivistas y del impacto que tiene en ellas crear arte antifeminicidio, pues, si bien es
un área menos estudiada en términos de política visual, se muestra que es esencial
para mejorar nuestra comprensión del papel complejo e intersectado que tiene el
arte en la política. El ensayóse relaciona con la erudición antifeminicidio que enfa
tiza los factores políticos, económicos y estructurales que causan y perpetúan el
feminicidio en México. Se argumenta que, para las activistas de Las RestaurAmo
ras, pintar los murales fomenta sus identidades politizadas y su conexión con los
cuerpos femeninos que dan sentido al movimiento feminista contemporáneo en
México.
AGRADECIMIENTOS
Quisiera extender mis más profundos y cálidos
agradecimientos a mis compañeras de Las Res
taurAm oras y de Siempre Unidas. Ha sido un
honor compartir tiempo, espacio y amistad con
ustedes: me inspiran todos los días con su ener
gía, pasiónycompromiso con la lucha fem inista,y
mi vida ha sido infinitamente mejor desde que las
conocí. Gracias por todo lo que hacen.
INTRODUCCIÓN
La violencia de género es la principal causa
de m uerte de mujeres entre 19 y 4 4 años en
el mundo (True 2012). El feminicidio1 es la ex
¿
as comunicaciones que se reúnen en es de las prácticas artísticas y culturales. Un auxilio
te apartado recogen temas muy hetero que pienso no tanto como compañía o como ve
géneos relacionados de maneras diversas, hículo intermediario, sino como salvación. Una
inesperadas, tangenciales, con las «erres» de este
tabla de salvación (no protectora en térm inos
libro-onomatopeya: la rabia, el ritmo, el ruido y, religiosos, sino más bien liberadora en té rm i
de manera más concreta, con las relaciones esta nos políticos) que saca a flote multitud de cuer
blecidas entre academia, arte y activismo. pos y subjetividades negadas, invisibilizadas o
A pesar de reunir propuestas muy diferen visibilizadas de forma estigmatizada, por parte
tes, podríamos convenir que hay un elemento de los grandes sistemas de generación de sen
común, una especie de hilo vertebrador. Y es que tido (académicos, institucionales, visuales). Una
pese a ser trabajos con cortes disciplinarios dife tabla —la de las prácticas que trabajan con lo
rentes, los cuatro están interesados en analizar sensible— que hace que estos cuerpos y estas
la producción de sentidos: los sentidos que, por experiencias se vuelvan nombrables, visibles y,
un lado, se producen cuando se intersectan pai por tanto, les devuelve la condición arrebatada
sajes o se «reflexiona en espiral». Por otro lado, la de sujetos de conocimiento: los cuerpos de las
formación de sentidos que intervienen cuando artistas perdidas, los de las fotógrafas, los cuer
escuchamos reggaetón a todo volumen mientras pos que gozan perreando y abriendo los brazos
tratamos de leer a Hannah A rendt —producién a la Amistad.
dose estas intervenciones molestas, im perti
FERNANDA CRUZ
1 Esto es a diferencia del juicio determinante, donde consideración de la fuerza performativa del len
sí hay conceptos ya dados y universales. Esta forma guaje, es decir, de la fuerza que este opera para
del juicio (la determinante) es la que Kant desarrolla ejecutar lo que nombra o producir efectos a par
en su Crítica de ¡a razón pura. tir de ello. Así, los términos propios del discurso
político son los que le dan forma, es decir, esta velatorias que facilitan la operación de una
blecen sus márgenes como proceso de significa apertura reflexiva respecto a los espacios de
ción (Muñoz 2004: 99). En correspondencia con aprendizaje moral (2009: 29).
esta concepción del espacio político, la facultad
de juzgar operaría, precisamente, como forma Lo que nuestra pensadora plantea como capaci
del pensamiento dirigida a lo particular y articu dad develatoña del lenguaje es su fuerza perfor
lada intersubjetivamente, esto es, una forma de mativa: la capacidad de materializar lo nombrado
pensar la acción política que produce nuevos como una apertura del espacio público-político
conceptos políticos o problematiza los que están frente a concepciones antes no consideradas
vigentes para dar cuenta del carácter novedoso e como parte del mismo y que, al aparecer, produ
inesperado de aquella, y cuya base es la plurali cen un reordenamiento del discurso político
dad de perspectivas sobre el mundo que se hallan vigente y, por tanto, del espacio político como
en el espacio público. tal. El develamiento consiste, pues, en lo siguien
Aun así, la veta política en la interpretación te: una narración literaria, un concepto nuevo o
de la facultad de juzgar inaugurada por Hannah una descripción histórica crítica remueven los
Arendt quedó incompleta. Por ello, nos servire límites establecidos de lo político al perm itir la
mos de una de sus recepciones contemporáneas, entrada de otras significaciones o interpretacio
la cual de hecho recupera los dos elementos ya nes sobre acontecimientos políticos. Esta capa
señalados anteriormente en torno al juicio y el cidad performativa del lenguaje o su fuerza ilo-
espacio público-político, a saber: el juicio enten cucionaria es lo que hace del juicio, según Lara,
dido como capacidad de transformación y pro una actividad de pensamiento constitutiva de lo
ducción de los térm inos propios del discurso público-político (2 0 0 9 :1 1 4 ). Dado que, al ser di
político por un lado, y la concepción lingüística cho espacio una articulación lingüística, la pues
(performativa) del espacio político por el otro. Se ta en circulación de múltiples interpretaciones
trata del trabajo de la filósofa mexicana María Pía del mundo (su comparación y la deliberación a
Lara (2009), para quien el juicio opera aperturas su alrededor) transform a la forma misma de
del espacio público-político frente a perspecti habitar en él, el discurso es acción en sí mismo
vas otrora no reconocidas y lo hace a través de y, como tal, con-forma al mundo, le da forma, lo
la plasticidad del lenguaje, es decir, la creación constituye. De ahí que se trate de una fuerza
de nuevos conceptos o la desestabilización de ilocucionaria: concreta lo nombrado, o bien, lo
los que ya se encuentran circulando en la esfera materializa ante la mirada del público.
pública. En sus propias palabras:
Un efecto ilocucionario es perceptible cuan
El lenguaje puede ser develatorio al conmo do la dimensión de la realidad que el autor [o
cionar nuestra conciencia con nuevos senti autora] describe se materializa frente a los
dos y significados lingüístico-normativos que ojos del espectador [espectadora y especta
nos estimulan a reorientar nuestro pensa dores], dado el término usado por aquel [o
miento. [...] El lenguaje posee capacidades de- aquella] (Lara 2009: 32).
Es en este punto donde el lugar de quienes No obstante, la sola tarea de exploración
llevan a cabo la labor filosófica, entendida como y creación lingüística desde la academia (para
una disciplina, se torna relevante. Según la pen el caso concreto que nos ocupa) no basta. La
sadora mexicana, quienes desde los espacios desestabilización de los límites del espacio pú-
académicos (aunque no solamente) se dedican blico-político y su apertura crítica requieren el
a la exploración de las posibilidades expresi encuentro entre quien ofrece interpretaciones
vas (develatorias) del lenguaje, tienen un papel novedosas y quienes las reciben:
sumamente relevante en la articulación de lo
público-político. «Normalmente [las y] los inte [Las autoras, filósofas, historiadoras, escrito
lectuales, [las y] los escritores o [las y] los aca ras, etcétera] utilizan el lenguaje creativamen
démicos participan en la esfera pública política te y [...] con la ayuda de sus juicios elaboran
y llaman nuestra atención hacia algo que desean sus interpretaciones, pero solo cuando estos
que el público comprenda» (Lara 2009: 19). Y lo se validan en la comprensión del evento pú
hacen, precisamente, a través del uso creativo blicamente cabe decir que han tenido éxito
o problematizador del lenguaje: al rebatir las in [es decir, cuando su uso se repite en diferen
terpretaciones ya dadas sobre el mundo, operan tes momentos y geografías] [...] Esto significa
la posibilidad de una apertura del espacio polí que tanto [la autora] como el público generan
tico hacia otras concepciones otrora excluidas. la «acción ilocucionaria» como el resultado
Tal ha sido indudablemente la labor de las aca de esta interacción comunicativa. El acto de
démicas feministas y queer que, al romper con comprensión surge como un proceso de comu
las visiones masculinas, patriarcales y heterose- nicación entre [la autora] y [...] los públicos,
xistas, han hecho posible la entrada de pers
pectivas plurales y críticas sobre las relaciones
de los derechos de la mujer y la ciudadana. En su di
sexo-genéricas y la sexualidad, no solo al espacio
mensión productiva, los feminismos alrededor del
de la academia, sino que también trabajan en su mundo, y en diferentes momentos históricos, nos
promoción transversal en diversos ámbitos de la han proporcionado conceptos radicalmente no
vida y, con ello, coadyuvan al trastocam iento de vedosos para comprender, criticar y transformar
las jerarquías, la discriminación y la desigualdad la realidad de la desigualdad y la opresión, como
que se vertebran en torno al género y la sexua podrían ser el de patriarcado (Millett 1995), o bien,
lidad.2 el de sistema sexo-género (Rubin 2013). La misma
Judith Butler (2002) ha rescatado la potencia po
lítica de las prácticas queer y cómo reescriben las
2 Basta con mencionar algunos ejemplos en la histo concepciones sociales propias de la matriz hetero
ria de estos movimientos y teorizaciones. En la di sexual y el binarismo femenino-masculino que es
mensión crítica o problematizadora del juicio, la re tá en su base. Estos tres ejemplos nos revelan que
escritura de la Declaración de los derechos del hombre la interacción entre la academia y la acción política
y el ciudadano que hizo Olympe de Gouges en 1793 ha sido fundamental en los proyectos y estrategias
nos proporciona una ilustración precisa de cómo de emancipación política respecto de un sistema
funciona la desestabilización de los términos políti relacional cuyas vértebras son la desigualdad, la
cos vigentes, dando como resultado su Declaración opresión y la dominación masculina y heterosexista.
los cuales concretan una forma de acuerdo sido problemático en las mismas Conferencias
acerca de cómo visualizan mejor los eventos sobre la filosofía política de Kant impartidas por
interpretados. Esto permite generar un efecto Arendt en 1970 en la New School for Social Re
ilocucionario: es decir, promueve un proceso search, a saber: la relación entre la sensibilidad y
de develamiento, ya que lingüísticamente se el entendimiento que establece el estudio kan
abre una nueva perspectiva (Lara 2009: 32. tiano contenido en la Crítica del juicio. En dicha
Las cursivas son mías). obra, el filósofo de Kónigsberg establece que el
juicio es una forma de pensar lo particular que se
Recuperando la idea kantiana y arendtiana de la distingue por la libre asociación del entendimien
intersubjetividad del juicio y conjuntándola con to y la sensibilidad que permite la imaginación
la concepción performativa del lenguaje, María o, en otros térm inos (Kant: 51), que no hay un
Pía Lara nos ofrece una lectura de dicha capaci concepto o principio a priori del entendimiento
dad como proceso de comunicación, esto es, de que organice los datos de la sensibilidad (lo que
interacción entre singularidades que da forma al marca la diferencia respecto al juicio determinan
mundo gracias a la circulación y confrontación de te, donde tal concepto o principio sí está dado).
interpretaciones o concepciones diversas. En Además, según el mismo Kant, la ausencia de es
este sentido, los movimientos feministas y queer, ta determinación a priori a su vez permite que la
de nueva cuenta, vienen al primer plano, ya que imaginación prepare el objeto para la reflexión
tal proceso de comunicación entre ámbitos aca como una representación que, en el momento
démicos y acción política, que es en sí mismo un reflexivo, produce el sentimiento de placer o dis
proceso de significación, ha sido un rasgo funda placer. En el plano de la estética, tal sentimiento
mental de la historia de aquellos. es lo que permite atribuir o no el predicado de
Tanto si nos referim os al aspecto crítico o belleza al objeto particular.
problematizador del juicio, es decir, la desestabi En el ámbito político, la relación entre en
lización de los términos políticos vigentes, como tendimiento y sensibilidad, así como el senti
si nos concentramos en su dimensión creativa miento de placer o displacer, se reformulan para
o productiva de nuevos conceptos y categorías plantear la siguiente pregunta: ¿cuál es el lugar
dentro del discurso político, los movimientos femi (si lo tienen) de las emociones o los afectos en
nistas y queer, así como las teorizaciones homóni la constitución del ámbito público-político? Y
mas, nos proporcionan ejemplos diversos de este teniendo en cuenta que dicho espacio puede
proceso de comunicación, develamiento o efectos entenderse como una articulación lingüística en
ilocucionarios que las reinterpretaciones críticas virtud de la confluencia entre acción y discur
del mundo llevan en su seno y, específicamente, so que la propia ontología política arendtiana
aquellas referidas a nuestras relaciones sociales y plantea, tal pregunta también puede formularse
su estructuración según regulaciones (y resisten en los siguientes términos: ¿cuál es la relación
cias) de género y sexualidad. que guardan los procesos de significación en
No obstante, hay un aspecto de la interpre el ámbito político y las em ociones o afectos?
tación arendtiana del juicio que ofrece Lara que Sin embargo, ni las Conferencias ni otras obras
no queda del todo esclarecido y que también ha de la propia Hannah Arendt nos proporcionan
una respuesta. Muy por el contrario, hay una re rio romper con las concepciones esencialistas
nuencia de esta pensadora a considerar que las y naturalistas sobre el cuerpo y la sensibilidad,
emociones tienen una relevancia (positiva) en así como recuperar una mirada distinta sobre
la articulación de lo público-político.3 los afectos (pasiones o emociones)4 que permita
Por su parte, María Pía Lara sí recurre a la su inserción en lo político sin considerarlos un
noción de sentimiento en su planteamiento del lastre.
juicio como facultad articuladora de lo públi-
co-político. Al respecto, plantea que el efecto
ilocucionario del lenguaje está implicado en la LOS AFECTOS
facultad de juzgar y esa materialización de la in
terpretación que se ofrece al público consiste
EN EL REGGAETÓN
en la transmisión de un sentimiento: el de daño Y EL PERREO: LA POTENCIA
moral, esto es, el reconocimiento tanto del su
frimiento como de la responsabilidad implica
POLÍTICA DEL CUERPO
das en aquellas acciones encaminadas a la des
trucción de la identidad humana, como serían La ontología social del cuerpo que Judith Butler
los campos de concentración (2 0 0 9 : 53). No ha desarrollado a lo largo de su obra nos permi
obstante, más allá de este señalamiento tan re tirá hacer la recuperación de la corporalidad que
levante, tal sentimiento no se conecta con la resulta necesaria para llamar la atención sobre
corporalidad ni con un tratamiento más exten el lugar que ocupan la sensibilidad y los afectos,
so de la sensibilidad o los afectos; tan solo nos tanto para los procesos de reflexión (el juicio)
otorga una apertura hacia dichos elementos al como para la acción política feminista y queer. A
considerar que el sentimiento de daño moral es través de un breve acercamiento a dicha ontología
una sacudida en la conciencia (2009: 29) y, por y su anudamiento con el acontecimiento de las
otra parte, al establecer una conexión entre di
cho sentimiento y lo que según pensadoras y
pensadores contemporáneos es una reinter 4 Como bien señala Sara Ahmed, el tratamiento de
pretación de lo sublime kantiano, se resiste a la las pasiones, emociones o afectos se ha hecho des
simbolización, es decir, a los procesos de signi de diversas perspectivas (psicológica, cognitiva
ficación del mundo (2009: 125-129). Teniendo o filosófica). El problema es que todas ellas se han
ambas consideraciones en cuenta, ahora debe basado en la distinción irrebatible y jerarquizada
mos recuperar el cuerpo y su potencia política (también generizada) entre mente y cuerpo. Al uti
lizarlas como sinónimos (y junto a ellos también la
para estos procesos de (re)articulación crítica del
noción de deseo), en este trabajo estamos apelan
espacio público-político. Para ello será necesa-
do a una ruptura con tal distinción jerarquizada, tal
como sugiere la propia Ahmed. «En la intensidad de
las respuestas corporales a los mundos hacemos jui
3 Este tratamiento queda muy bien ilustrado en el cios sobre los mundos, y esos juicios son directivos
capítulo dedicado a la compasión que se encuentra aunque no siguen las reglas narrativas de secuencia:
en su Sobre la revolución (Arendt 2006). no conducen a acciones, son acciones» (2017: 315).
protestas fem inistas y queer que se sirven del regulaciones políticas y sociales buscan hacer
reggaetón y sus rituales dancísticos, será que y, en esa medida, se ven interrum pidas perma
pondremos la atención sobre los (des)encuen- nentemente (2017a: 27). Así, el vínculo entre
tros entre los movimientos fem inistas y la filo las regulaciones so cialesy el cuerpo es siempre
sofía feminista. inestable, paradójico y ambivalente.
De acuerdo con Butler, el cuerpo no puede Ahora bien, ¿cómo pueden tales normas
considerarse una priori histórico o un dato natu actuar sobre el cuerpo? Para nuestra autora,
ral. Muy por el contrario, el cuerpo está hecho de las normas actúan vehiculizadas por el lenguaje
relaciones sociales, pues desde el principio está y, en virtud de su fuerza performativa, concretan
entregado a las otras y los otros, a instituciones (en el cuerpo) lo que nombra o produce efectos a
y organizaciones políticas (2 0 1 0 :1 5 ). La existen partir de ello. En otras palabras, las normas se
cia corpórea es siempre y necesariamente una materializan en el cuerpo como prácticas y, en
existencia social. En esa medida, la materialidad esa medida, su éxito coincide con su fracaso por
corporal está atravesada y moldeada por los té r el carácter paradójico ya apuntado más arriba,
minos que le vienen de fuera y solo en virtud de a saber: el sujeto-cuerpo es el lugar donde las
tal relación es que los sujetos adquieren recono regulaciones se repiten, pero nunca de forma
cimiento (social): mecánica o automática, sino que, al practicar la
norma, los cuerpos la desplazan y, con ello, se
Los sujetos se constituyen mediante normas produce la inauguración de su propia potencia
que, en su reiteración, producen y cambian los política (B utler 2017b). El caso paradigmático
términos mediante los cuales se reconocen. analizado por esta pensadora es el del género,
Estas condiciones normativas para la produc esto es, cómo las normas que establecen los sig
ción del sujeto generan una ontología históri nificados de lo femenino, lo masculino y la se
camente contingente, tal que nuestra misma xualidad socialm ente aceptada, son prácticas
capacidad de discernir y de nombrar el «ser» perform ativas:
del sujeto depende de unas normas que facili
tan dicho reconocimiento (2010: 17). Lo que hacen más bien es dar forma a modos
de vida corporeizados que adquirimos a lo lar
Según la formulación que la misma filósofa ofre go del tiempo, y estas mismas modalidades
ce en otro texto, las normas presionan sobre el de corporeización pueden llegar a convertir
sujeto-cuerpo para moldearlo y exigir su ade se en una forma de expresar rechazo hacia
cuación a las regulaciones sociales (2017a: 25). esas mismas normas, y hasta de romper con
Sin embargo, la comprensión de la relación entre ellas (Butler 2017a: 36).
corporalidad y normas sociales está incompleta
si se considera solo de esta manera. Junto a tal Hasta aquí, sin embargo, queda pendiente toda
pretensión de moldeamiento o regulación polí vía esclarecer el lugar que ocupan los afectos.
tica de la corporalidad, hay queteneren cuenta la Al respecto, es necesario indagar sobre el diálo
resistencia que el cuerpo opone frente a las nor go que Butler entabla, a lo largo de su obra, entre
mas. Esto es, el cuerpo resiste la captura que las la dinámica del reconocimiento hegelianay el de
seo tal como lo entiende el psicoanálisis. Hemos como bien apunta Butler, son existencias corpó
dicho que la existencia social es necesariamente reas y deseantes.
una existencia corpóreay que las normas pugnan Hablar de deseo nos sitúa, precisam ente,
por moldear los cuerpos que, a su vez, resisten en el registro de la sensibilidad y los afectos que
tal impresión de las significaciones sociales. Pero la interpretación política del juicio no ha podido
hay un aspecto clave en este proceso: los víncu recuperar a cabalidad. Y hablar de deseo o afec
los con las normas son vínculos apasionados, es tos es dirigirnos a un registro diferente, aunque
decir, movidos por el deseo. En otros términos: entrelazado con, al de la reflexión. Se trata de
los sujetos desean ser reconocidos socialmente un registro de fuerzas. Ya la consideración but-
y, en esa medida, no pueden simplemente des leriana de la resistencia corporal a las normas
vincularse de aquellos significados que en princi (de género), o bien, la idea del sentimiento moral
pio les son ajenos, pero que finalmente resultan como una sacudida, nos abrían el camino para la
constitutivos, pues otorgan existencia social. recuperación de esta otra dimensión. Una que el
reggaetón y el perreo, en el contexto de las pro
Desear las condiciones de la propia subordi testas feministas y queer en sus muy diversas
nación es entonces un requisito para persistir configuraciones, ponen en el primer plano.5
como uno/a mismo/a [...] No se trata simple Tomemos como primer ejemplo las reapro
mente de que el reconocimiento del otro sea piaciones que colectivos y colectivas feministas
necesario y la subordinación confiera una for han hecho de piezas correspondientes a este
ma de reconocimiento, sino más bien de que género musical, como puede ser el caso de la
uno/a depende del poder para la propia forma reescritura del éxito mundial «Despacito» que
ción, que dicha formación es imposible sin la hizo el movimiento #NiUnaM enos en Argentina
dependencia (2017b: 20). en 2016 y que sirvió como expresión potente
de la rabia por los feminicidios acontecidos en
Para decirlo con Lara y conjugar los plantea ese país; o bien, aquellas producciones del gru
mientos hasta aquí revisados: la rearticulación po chileno Sailor Punk que también recurren a la
crítica de lo público-político (las interpretacio estrategia de reinterpretación (musical y lírica)
nes sobre el mundo que ya circulan entre los de algunas canciones populares, con el objeti
públicos y están vigentes) no atiende a un mero vo de narrar la experiencia en las luchas recientes
voluntarismo de quien ofrece una interpretación de movimientos sociales o comunidades en re
novedosa, sino que está inspirada por el deseo de sistencia e igualmente para plantear denuncias,
reconocimiento de quienes no han sido conside así como para funcionar como herramientas de
radas y considerados parte de la comunidad po reconocimiento de la experiencia afectiva que se
lítica según los límites establecidos en la esfera moviliza y emerge con las luchas feministas.
público-política. O bien: la apertura crítica de
lo público-político a nuevos térm inos y catego 5 Para acompañar la reflexión que sigue, recomen
rías políticas lleva en su seno la posibilidad del damos acudir a la lista de reproducción que recoge
reconocimiento social de otras existencias que, todas las aportaciones reggaetoneras y perreado-
ras mencionadas (ver referencias).
Adem ás, hay que atender la producción para rearticular el mundo que habitamos es aún
intencionada de piezas reggaetoneras que ex más explícita. Para tales efectos, es importante
plícitam ente se dedican a la reivindicación de hablar de los espacios donde cotidianamente se
experiencias de género y la sexualidad no nor dan intervenciones dancísticas cuyo centro es el
m ativas. La exponente del lesbian reggaeton, rebote de nalgas, los movimientos de caderas
Chocolate Remix, es pionera en este sentido, y y el encuentro sensual entre cuerpos diversos.
encontramos también el aporte diverso de Sai- Estos lugares pueden ser los famosos bares gay
lorfag, donde destaca el hit «Amiga date cuenta». que han ganado cada vez más popularidad alre
O bien, podemos referirnos al trabajo de algu dedor del mundo y especialmente en Latinoamé
nas cantantes consideradas incluso ya clásicas rica. Junto a esta cotidianidad están los espacios
dentro de los círculos feministas y queer, como dedicados expresam ente a la experimentación
Rebeca Lañe, Miss Bolivia o Sara Hebe que, si corporal mediante técnicas cuyo centro son esas
bien se sitúan sobre todo en el ámbito del rap zonas históricamente marcadas por la exclusión:
y el hip-hop, también han hecho contribucio el culo, el ano, la pelvis y el conjunto que confor
nes pioneras en la mezcla de géneros tropicales man con las piernas. Me refiero por un lado a los
como la cumbia y, por supuesto, el reggaetón. estudios de baile que ofrecen clases de twerking
Todos estos aportes han permitido visibilizar y (López 2017), pero también, por el otro lado, a
potenciar la emergencia de sexualidades no he- aquellos talleres que, desde un trabajo de crítica
teronormadas y el mensaje de que es necesario desde diversos frentes, utilizan estos bailes como
reconstruir la relación que los cuerpos mantie herramienta para recuperar la memoria y la es
nen tanto consigo mismos como con los demás. critura de cuerpos marginalizados y excluidos,
Otra de las manifestaciones reggaetoneras como puede ser el proyecto transgeográfico Des-
que hoy pueden situarse como parte de esta culonización. Su creadora, Jenny Granado alias Dj
vinculación con los fem inism os y las existen Kebra, se refiere a la resistencia a la significación
cias queer es el llamado «Neoperreo» (Biurrun o moldeamiento por las regulaciones sociales que
2 019), cuyas exponentes más representativas opone el cuerpo:
son Tomasa del Real, Ms Nina, La Zowi y Bad
Gyal, entre muchas más. En la producción mu La investigación la hago sobre todo mientras la
sical de estas cantantes, el llamado a la confian hago, ¿me entiendes? Mientras sucede la expe
za y la seguridad de vivirse como cuerpo diverso, riencia, es activando el cuerpo o escuchando
femenino, feminizado o sexo-disidente está pre música que me van cayendo los veintes y las
sente en la mayoría de sus canciones. Además, cosas van siendo resignificadas, se van actua
han puesto en primer plano la relevancia de la lizando. [...] La Desculonización es una práctica,
sexualidad femenina ya no centrada en la repro un proceso, y no un fin en sí mismo. Se utilizan
ducción, sino en el placer y el disfrute propio y las caderas, los ligamentos, los músculos, la
con otras personas. grasa, las tripas y las visceras para empezar a
Si nos dirigimos más bien al baile que acom mapear y sentir la travesía y activar la memo
paña este género musical, el perreo, la dimen ria. Esta técnica habita un orden de los sabe
sión del deseo, los afectos y su fuerza crítica res que se transmite a través del cuerpo [...].
Es concebir que el cuerpo posee su propia gra- entre el ruido y su sentido que la palabra pare-
fía, una escritura incorporada, sus universos, ciera volverse acción (2020: 80-81).
sus memorias (2021).
¿Cómo podrían entonces los espacios dedi
Como bien señala este comentario, el registro cados a la reflexión filosófica, a la emisión de
del cuerpo es diferente al de la reflexión. Se escri juicios crítico s fem inistas y queer específica
be de una forma distinta: desde los afectos, des mente, recuperar la dimensión corporal, afec
de el deseo y su fuerza movilizadora. A través de tiva y deseante que la protesta reggaetonera y
estas intervenciones corporeizadas, los cuerpos perreadora sacan a relucir como una forma de
que se frotan perreando al ritmo del reggaetón resistir al moldeamiento político y social del gé
reescriben las pautas socialmente establecidas nero y la sexualidad? Para tratar de delinear una
para habitar el mundo (Butler 2017a: 87). Rein- respuesta a este cuestionam iento, es necesa
terpretan lo que entendemos por acción política rio retornar a la relación entre procesos de sig
y, con ello, demandan una apertura de los espa nificación y cuerpo y sus afectos, para poder
cios dedicados a la comprensión de la misma entender que no se trata de dos dimensiones
para considerar su dimensión corporal, afectiva y radicalmente separadas, exteriores entre sí, sino
deseante. Es un llamado de atención cuyo núcleo más bien anudadas permanentemente pero nun
radica en el reconocimiento de la imposibilidad ca reducidas una a la otra.
de poner en palabras lo que acontece en la carne.
Tal como apunta Rodrigo del Río, hay una vincu
lación estrecha e íntima entre la acción y el ruido HACIA UNA FILOSOFÍA
del reggaetón:
POR DEMANDA: EL QUIASM0
El dembow trae un resabio de ataque y aco Y LA ESCUCHA
metida porque nació de fuerzas centrífugas.
El reguetón mueve la cólera jaranera que no Para Judith Butler, la relación entre la m ateria
pretende emancipar, pero que sí desarma vie lidad corporal y el lenguaje se entiende a través
jas sujeciones. Combinada con el dembow, la de la figura del quiasmo, ya que «están plena
retórica del reguetón muestra un deseo sin mente inmersos uno en el otro, profundamente
metáforas..., o las somete a rimas e imágenes conectados en su interdependencia, pero nunca
de un fracasado refinamiento... Se afirma ono- plenamente combinados entre sí, esto es, nun
matopeya gutural... y el eufemismo evidente... ca reducido uno al otro y, sin embargo, nunca
Es así que el reguetón responde con letras ren uno excede enteramente al otro» (2002: 111).
corosas, sin sospecha, que muestran la cruda Así, los procesos de significación o interp re
presencia de su deseo. La poesía cortesana tación del mundo y la corporalidad no pueden
goza en la polisemia, disemina sus ruidos para desanudarse, así como tampoco los afectos
que adopten distintos significados: el reguetón, o deseos implicados en las diversas formas (crí
en cambio, insiste en la intimidad tan cercana ticas o no) de habitar el mundo. Señalar este
carácter quiásmico de la relación entre ambas atención crítico a la incapacidad de nuestros for
dimensiones es un punto de arranque para rear matos académicos para com prendery recuperar
mar el vínculo entre los movimientos feministas esa dimensión corpórea, carnal y deseante que la
y queer y la academia filosófica. En otros térm i acción política de la calle, cotidiana u organizada
nos, el quiasmo señalado por Butler ofrece ele en momentos precisos, sí está logrando articular.
mentos importantes para hacer una relectura de Es en tal sentido que la idea de una filosofía
la facultad de juzgar que, como bien reconoció por demanda se torna relevante: una filosofía cen
Kant, tiene en su núcleo una confluencia muy trada en la escucha, tal como plantea Rita Segato
particular entre sensibilidad y entendimiento. a propósito de la antropología por demanda
Más aún, que Lara y Butler retomen la no que ella misma pone en práctica, esto es,
ción de perform atividad del lenguaje en sus
proyectos ya nos plantea el problema de la rele una antropología atenta e interpelada por lo
vancia que tiene el cuerpo en las formas de in que esos sujetos nos solicitan como conoci
terpretar el mundo, así como de los afectos. «El miento válido que pueda servirles para acce
habla es corporal, pero el cuerpo a veces excede der a un bienestar mayor, a recursos y, sobre
el habla; y el habla permanece irreducible a los todo, a la comprensión de sus propios proble
sentidos corporales de su enunciación» (Butler mas. [...] [Lo que hace falta para lograrlo es] la
2004: 251). Así, las interpretaciones del mundo apertura a esa demanda del otro (la otra, Ix
que los públicos comparten siempre pueden ser otrx) sobre nosotros como método, teoriza
rebatidas por los cuerpos y sus afectos, es decir, da, deliberada e inscrita en el discurso teórico
excedidas. Tal como muestran las múltiples mani (2013: 13).
festaciones feministas y queer del reggaetón y el
perreo, los cuerpos exceden las significaciones En breve, una filosofía (feminista) por demanda se
sociales del género y la sexualidad y, con ello, rei articula en virtud de la escucha. Se desplaza de
vindican racionalidades corporeizadas y desean la consideración de un privilegio sobre la produc
tes que el proceder académico y filosófico, cen ción de juicios y cede ante la demanda que los
trado en la figura del pensador solitario e inmóvil cuerpos y sus fuerzas afectivas operan en su ac
heredada por el pensamiento cartesiano, no ha tuar político a través del baile y el reggaetón. En
logrado comprender. ese sentido, esta filosofía por demanda no es in-
En esa medida, la relación quiásmica entre telectualista, ya que no rompe tajantemente con
cuerpo y lenguaje en el contexto del vínculo entre, el lenguaje común y radicalmente democrático
por un lado, la protesta reggaetonera y perrea- del reggaetón. No obstante, tampoco se pierde
dora que los movimientos fem inistas y de las su especificidad, pues finalmente se trata de un
disidencias sexo-genéricas de nuestros días nos quehacer cuyas características lo separan de
ponen enfrente y, porel otro, la laborde la filoso otros ámbitos y modos de referirse al mundo.
fía fem inistayqueercom o disciplina quetambién Haciendo eco del punto donde inició esta
repunta en los tiempos de la cuarta ola, ha de con reflexión, colocar la escucha en el centro de la
cebirse como una apelación a la escucha recípro interacción entre la protesta feminista y queer,
ca. En otros términos, se trata de un llamado de que tiene como una de sus herramientas la re
apropiación del reggaetón y el perreo, y la aca . 2017a. Cuerpos aliados y lucha política.
demia filosófica feminista que busca problemati- Hacia una teoría performativa de la asamblea,
zar los términos del discurso que hoy vertebran trad. María José Viejo, Buenos Aires, Paidós.
nuestro mundo, nos permitiría mantener abierta . 2017b. Mecanismos psíquicos del poder,
la puerta al cuerpo y sus afectos, los cuales mo trad. Jacqueline Cruz, Madrid, Cátedra.
vilizan nuestra capacidad de juicio y, por tanto, C r u z , F e r n a n d a . 28 de abril de 2022. «A mi
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UNA PARDO IBARRA
Entre 2018 y 2019, las artistas Alejandra Aragón (Ciudad Juárez) y Sonia Madri
gal (Ciudad Nezahualcóyotl) realizan Paisajes paralelos, proyecto de fotografía co-
laborativae intervención en espacio público en el que contrastan las coincidencias
entre el paisaje de Ciudad Juárez (Chihuahua) y del Estado de México en términos
geográficos y de infraestructura, para evidenciar patrones de precariedad planifi
cada y su relación intrínseca con la violencia trans*femigenocida. El texto es una
aproximación para comprender de qué forma esta producción de imágenes se
inserta en lo que Rita Laura Segato denomina la maquinaria comunicativa de dicha
violencia; para esto, hago una lectura del proyecto a partir de una analogía con
un término originalmente de la informática: glitch. Asimismo, reflexiono sobre el
potencial de contra-pedagogías de la crueldad que propone Segato para entender
este tipo de prácticas artísticas.
Uno de los principios geométricos de una rela
ción paralela es la equivalencia de dos elemen
tos con la condición de que no se intersecten ni
se unan. Alejandra Aragón y Sonia Madrigal, en
las cuatro imágenes que componen la serie fo
tográfica colaborativa titulada Paisajes Para
lelos, hacen visibles coincidencias entre los paisa
jes de Ciudad Juárez (Chihuahua) y los de Ciudad
Nezahualcóyotl (Estado de México), de donde
ellas son originarias respectivamente. Estas simi
litudes, en términos geográficos y de infraestruc
tura, revelan patrones de precariedad planificada
en los que las violencias hacia las mujeres*1 están
intrínsecamente relacionadas (Pigeonutt 2021).
Los dos territorios de Ciudad Juárez y del
Estado de México reúnen condiciones simila
res:2 su carácter fronterizo, el asentamiento de
Escapé a Guayabitos, Nayarit, los últimos días de tomar la carretera federal, nunca llegó a la caseta
junio. Desde el momento en que pisé el pequeño de Compostela.
estado rodeado de montañas, mi viaje estuvo en Desde el primer instante en que se perdió
constante compañía de carteles, murales, grafitis, la comunicación con W endy unas horas después
pancartas y la frase Te buscamos, Wendy. Recor de iniciar su trayecto, su familia decidió empren
daba mientras miraba los árboles de la carretera
por la que la artista W endy Sánchez, dueña de la
tienda de arte Marea en San Francisco, Nayarit,
viajaba rumbo a Guadalajara el día de su desapa
rición, que ella nos hacía falta. Cada rincón de la
Rivera Nayarit hacía eco de su ausencia porque
Wendy, su sonrisa, su cabello ondulado hasta
los hombros, sus cejas pobladas, los motivos
florales y las pecas que enmarcan sus ojos ca
fés, se habían grabado en mí y en todo el mundo
luego de que la comunidad artística mexicana y
de las redes sociales nos inundaran con retra
tos suyos bajo el hashtag #TeBuscamosWendy.
W endy Sánchez desapareció el 9 de enero
de 2021 en el trayecto de San Pancho a Compos-
tela, Nayarit. Un día antes le había confirmado
a su hermana, Karla, que saldría temprano de
casa para visita r a su fam ilia en G uadalajara,
nT£t?c/scfi/n6S wbno £ .
de donde es oriunda, como hacía con frecuencia.
Sin embargo, después de salir a las siete de la ma
ñana en una Jeep Cherokee 2015 color blanco y
#T eBuscamosWendy
H a g a m o s tren d in g topic n a c io n a l para que todo
M é x ic o b u sq u e a W e n d y
un discurso situado significa, entonces, concebirla Mujeres desaparecidas en el estado de Nayarit: 167
como un producto subjetivo atado a su contexto.
FUEN TE: Registro Nacional de Personas
Desaparecidas y No Localizadas R n p d n o ).
las experiencias incorporadas en un momento
dado pueden modificarse en periodos posterio
res» (Jelin 2012: 47). El uso de la imagen en el
ciberespacio, donde encuentra un soporte para
su difusión, la lleva a un espacio público que, debi
do a sus particularidades, es capaz de propagarse
velozmente y de llegar a una cantidad de perso
nas mayor que con otros medios contemporá
neos, como el periódico o la televisión, además
de permitir una interlocución inmediata entre
usuarios. En este espacio se resignifica la desapa
rición de las mujeres de tal manera que deja de
ser un fenómeno impersonal. Las memorias indi
1. el marco de exigencias por la justicia y la "Ho.sfc& ver desde eL cielo uvi.0. estrello, fugaz,
verdad; y escuchar Los ca.cfco.ceos caKfcar eK el rviar,"
2. la demanda social o protesta en contra de la
-W en.de SaKcUez.
injusticia, la violencia o la opresión; o
Art by:
3. el marco de protestas sociales, moviliza
ciones, revoluciones, movimientos, luchas, Tonnie Zanabria, «#TeBuscamosWendy, “Hasta
etcétera, en contra de la injusticia, la vio ver desde el cielo una estrella fugaz y escuchar
lencia o la opresión, o para la exigencia de los cactáceos cantar en el mar”», 2021, intervención
la verdad. fotográfica de un retrato de Wendy Sánchez.
D im o s Y APROPÍACIONES l l l l l Z l l
INAPROPIADAS EN LA ACADEMIA ••••••
t • • i • • • • • • # ■ « « • • t t w t l I f f M
PEDAGOGIAS
DEL RUIDO
NINA HOECHTL
f
l «ruido» es un estado y término contro apuntar que la definición de aquello que consti
vertido. Una definición usual equipara al tuye una señal, un sonido o un ruido, implica una
ruido con un sonido desagradable. Sin práctica política, dado que establece límites en
embargo, lo desagradable no es en sí mismotre
unalo agradable y lo desagradable, lo deseable y
cualidad del sonido. El ruido se define más bien a lo indeseable, lo inteligibley lo ininteligible.
partir de la relación que el sonido guarda con las Los artículos del siguiente capítulo exploran
normas del tiempo, el espacio y los cuerpos. Un las pedagogías del «ruido», situando las experien
sonido puede ser (volverse) ruido si «infringe» cias y encarnando a la rabia de las mujeres cu
las pautas establecidas para un espacio o una banas; explorando la precariedad que causa un
situación. Si ocupa, por ejemplo, un espacio por ruido en los cuerpos que responden o tratan de
«demasiado tiempo». O se considera ruido al so responderá las exigencias académicas; pensando
nido producido por distintos cuerpos de acuer en los gestos feministas y formulando preguntas
do con una situación. Dicha situación puede de como ruido. Por ejemplo: ¿por qué se calla la re
pender de variables como el género, la clase so sistencia y por qué se perciben las disputas como
cial, etnicidad, edad, e incluso de la especie. Otra ruido?¿Cómo se reescribe el ruido okupando los
definición empleada con frecuencia viene de la espacios públicos? Estas y otras preguntas in
teoría de la comunicación, donde el ruido se en vitan a resignificar y revalorizar las razones que
tiende como aquello que interfiere con la señal; definen que algo/alguien se perciba como señal,
cualquier cosa que tenga el potencial de afectar así como las prácticas que definen al ruido como
o alterar un mensaje (información) que se trans parte de las políticas de los feminismos antipa
mite entre remitentes y receptores. Aquí cabe triarcales, anticapitalistas y antiextractivistas.
RÍAN LOZANO
Este ensayo recoge reflexiones que, desde la visualidad, se relacionan con los rit
mos y las pausas, con las situaciones de desencanto y agotamiento, con el desvío
y con las maniobras que cambian el sentido (el curso) de las cosas. Se parte de la
idea del gesto feminista como ese movimiento con el que transmitimos mensa
jes y con el que expresamos afectos. A partir de las preguntas que plantea val flo
res en Incitaciones transfeministas, exploro inquietudes sobre ¿cómo hacer desde
las prácticas artísticas feministas?, ¿para qué sirven las intervenciones culturales?,
¿cómo medirsu potencia,su efectividad? Así, me propongo pensaren gestos femi
nistas que, más que generar imaginarios, buscan decididamente okupar, embarrar,
desorganizar, ensuciar los ya existentes y, con ello, suspender el curso del sentido
producido desde las políticas de la representación visual dominante: esas que in
ciden, decididamente, en las vidas de todes nosotres.
CUATRO COMIENZOS
DISTINTOS
IMAGINARIOS SOBREPUESTOS
Y DESACOMPASADOS
i tu i
I Abor ra de México se llenaron de pintas fem inistas so
brepuestas en algunos de los más emblemáti
cos monumentos de la Ciudad. Desde entonces
nos sumergimos en un interesante debate so
1Orqü'nO T |
bre la ocupación del espacio público y sobre el
sesgo patriarcal del patrimonio que nos llevó,
entre otras cosas, a pensar en la parcialidad del
[unsver
le , siTarioi
1 1
régimen visual constituido a través de los mo
numentos.6
También desde las últimas tomas, las que
comenzaron antes de la pandemia y las que han
Marisa Belausteguigoitia, fotografía de pinta sobrevenido en los últimos meses, los muros de
en la Facultad de Filosofía y Letras-UNAM, 2020. algunas de nuestras facultades, en la unam , se
han llenado de murales, de grafitis, de tachadu
ras, de pintas que emborronan el «orgullo» uni
versitario.
De estos últimos acontecimientos es inte
resante destacar la traslación que estas imáge
nes/texto han tenido desde los muros físicos de
la universidad a los muros virtuales de las redes
sociales.
Los fotomontajes aquí reproducidos,7 reali
zados por Valeria M artínez, miembro de la co-
lectiva-taller Morras Cetto, fueron utilizados
para el video «100 días en Resistencia». En ellos,
las «morras» han ocupado, sobrepuestas, los es
pacios de esa facultad que les niega la escucha,
les limita su visibilidad y que —como ha ocurrido
con tantas otras— les dificulta la construcción de
una historia propia: en este caso la historia de las
mujeres arquitectas.
APARACE
ticas de jóvenes activistas con buen dominio tec
nológico. Su uso, como dispositivo estético polí
tico en las luchas feministas y en las prácticas de
muchas mujeres y cuerpos sexodisidentes, nos
conecta con los trabajos de Hannah Hóch o de
Remedios Varo, nos trae a primer plano la vida/
obra de Mónica Mayer, y su diálogo con Martha
Rosler, con Barbara Kruger, con O .R.G .I.A o con
Gabriela Álvarez. Y es que la ocupación de los es
pacios académicos y las narrativas monumenta
Serie de collage analógico les no son una estrategia «de moda». Las mujeres
Julio 2021
Gabriela Álvarez
llevamos hartas mucho tiempo.
Gabriela Álvarez, «Las mujeres aparecen», Como colofón de esa sensación que ha atra
2021, Serie de collage analógico. vesado estas líneas, creo que rescatar nuestros
propios gestos, reinscribirlos en la narración de
nuestras historias —una y otra vez, sin pausa y
oculta, en realidad, un sesgo interesado. El valor con ritmo, aunque este sea desacompasado—
añadido, en eso consiste todo proceso de patri- puede ayudarnos (en respuesta a esa pregunta
monialización, lo convierte en un instrumento al de val flores con la que empezaba este escrito)
servicio del orden patriarcal y, desde luego, tam a dar sentidos al remolino estético y político en
bién colonial, clasista, capacitista, heterosexista. el que se producen las onomatopeyas que nos
Y es ahí donde pensamos que el bien, su orgullo, congregan y que se llenan de esas vibrantes al
su pertenencia, no es de todes.8 veolares múltiples: r r r r r .
Además, pensar las pintas y los fotomonta Acabo como val flores empieza su texto:
jes como reescrituras feministas nos ayudan a agradeciendo de nuevo, otra vez, «ya para siem
historizar nuestros propios gestos, y así recor pre», la compañía, el acompañamiento, la ayuda
dar que las cal les no fueron tomadas por primera y el sostén de tanta gente. Gracias, val flores y
vez en el año 2016; que la efervescencia feminis Cristina Rivera Garza. Gracias, Marisa. Gracias
ta, su radicalidad, no es exclusiva de esta década. a las manos que pintan las paredes y a las que
La rabia tampoco. Historizar nos ayuda a com cortan y pegan. Gracias, Valeria M artínez y Mo
prender que, como argumenta lleana Diéguez, rras Cetto. Gracias, Laureana. Gracias, lleana,
«nuestra ira no es gratuita».9 L a rry y David. Gracias, Ixchel, Alejandra, Diego,
Paty, Nic.
Propongo, para terminar, que añadamos
8 Véase, para un estudio más profundo sobre la per una última erre a nuestra onomatopeya: la erre
tenencia del patrimonio, a Jiménez-Esquinas 2017. que levante el Reconocimiento. Porque, «¿y qué
9 Véase el ensayo de lleana Diéguez presente en otra cosa es reconocer si no un puro agradeci
este libro. miento?» (Rivera Garza 20 19 : 78).
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tencia», 2020, fotomontaje para video.
CAM ROQUE LÓPEZ
$
tras vidas», cita flores a Omosupe (flores 2013: En una conferencia dictada a finales del año
24); pero el gesto no se completa sin reparar en pasado, en el marco del doctorado en Estudios
su carácter nauseabundo y hasta algo hipócrita, de Género de la Universidad Nacional de C ó r
dadas las circunstancias que lo hacen (im)posible. doba, Pascale Molinier volvía sobre algunas con
sideraciones sobre las tareas y las políticas del
cuidado en el contexto de la pandemia por Co-
MUTISMO SELECTIVO, vid-19 (Molinier 2021). Señalando lo paradójico
de cómo esta crisis hace más evidente la relevan
HABLAR FUERA OE LUGAR cia de estas tareas indispensables para la vida
social al tiempo que profundiza su precarización,
Esa gente escribe y escribe Molinier reparaba en el modo en que la produc
su insoportablemente sabio blablablá ción de conocimiento en la academia de mujeres
como si la consigna fuese: y otres sujetes feminizades caía en picada en re
primum scñbere, deinde philosophari. lación con el crecimiento de otras posiciones de
sujetos más favorecidos por estas condiciones.
F r ie d r ic h N ie t z s c h e
Un comentario común que surgía en nuestras
reuniones de investigación pasaba por eso: en
Creo que un lugar en donde he experimentado un esfuerzo redoblado por sostener las tareas
con más fuerza esta tensión de una posición no diarias que hacen posible la actividad académica
superadora ni disruptora, sino desgarrada por la en absoluto, compañeras y compañeres se veían
normativa académica, es en mi relación con el si imposibilitades de producir, esto es, dedicarse a
lencio. Como decía antes, el silencio se me hacía aquellas acciones, presencias, escrituras, pala
(hace) un lugar deseable pero, al mismo tiempo, bras que sí tienen rédito académico y que suelen
un reducto que se vuelve insoportable. Debo, condensarse en la forma de publicaciones. Aun
por supuesto, a Sedgwick la posibilidad de pen que con seguridad esto se hizo imposible de ob
sar política y productivamente el silencio y la di viar con el aislamiento obligatorio (y de ahí que
mensión epistemológica de la ignorancia (1998); irrumpiera una y otra vez en nuestras reuniones
pero también, y quizá más inesperadamente, lo y actividades), también reconocíam os que no
debo al testimonio de sujetes neurodivergentes era una dinámica nueva. Es una lógica bien sabi
con quienes comparto ciertas experiencias de da no solo en la investigación, sino también en
mutismo selectivo, algo que ciertam ente no pue la docencia universitaria: para que se puedan
de conceptualizarse en los términos simples de sostener cargos con salarios insuficientes, las
no querer!no poder hablar.3 tareas se reparten en los estratos inferiores con
salarios más bajos; pero también, en becaries ad
REFERENCIAS
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Una crítica cultural al imperativo de la alegría,
Buenos Aires, Caja Negra.
LUZ ÁNGELA CARDONA ACUÑA
Iberoamérica,
Francia,
Espacialidad México México México
Estados Unidos,
Inglaterra
F u e n t e : Elaboración propia.
feministas de cada posición evaluaron las capa ñalaron que, aunque se justificaba, su espíritu se
cidades liberadorasy opresivas de la sexualidad; había contaminado por mujeres atrapadas por
y iii) la forma como se asume que definieron las el rencor y la venganza y no buscaron en nin
situaciones de acoso o seducción. La tipificación gún momento activar las estructuras y las insti
se hizo a partir de los siguientes códigos bina tuciones de justicia (Cardona y Arteaga 2021).
rios: la clase social (pobre/rica), raza (blanca/no Finalmente, hubo quienes se opusieron al #Me-
blanca), temporalidad del activismo (antigua/ Too —pese a la necesidad de actuar contra el
nueva fem inista), posición moral (conservado acoso— señalando que sus promotoras estaban
ra/liberal), gravedad de la agresión (seducción/ impulsadas por valores anticiviles, es decir, eran
acoso), y centralidad de lo femenino (espíritu/ irracionales, imprudentes e incapaces de auto
cuerpo) (Arteagay Cardona 2021). Los discursos crítica.
en competencia definieron una disputa simbóli Respecto al tercer evento, los actos de vio
ca en relación con la reparación civil por actos lencia en la marcha #NoM eCuidanM eViolan
de violencia y acoso hacia las mujeres, así como desataron una disputa entre apoyar la movili
interpretaciones diferenciadas sobre sus dere zación, un cuestionamiento a la civilidad de las
chos, la igualdad y la equidad de género. En otras mujeres y el desempeño gubernamental. En al
palabras, se disputaron los rasgos civiles que se gunas columnas se justificó el uso de la violencia
supone que debe tener una feminista para ha como un medio para expresar las demandas. En
blar de feminismo y aquellos rasgos que la exclu otras se dijo que la violencia mostraba la inca
yen de la esfera civil. pacidad de las mujeres para controlarsus impul
La disputa que se desató frente al #MeToo sos. Al mismo tiempo, se desarrolló una disputa
y a La otra palabra permite advertir la presencia sobre la actuación gubernamental frente a las
de una esfera civil a escala global. Los discursos protestas. Algunos columnistas juzgaron que el
en competencia permiten observar un conjunto gobierno capitalino había alentado la protesta al
definido de códigos binarios a escala global que ignorar las demandas feministas de atender la
buscaron interpretar la posición de las actrices violencia contra las mujeres; «otros sostuvieron
estadounidenses y francesas. que el gobierno actuó de forma adecuada y que
En cuanto al #MeToo digital en México, se el vandalismo era responsabilidad de un grupo
encontró que la disputa se desató frente al suici acotado de feministas interesadas en afectar a
dio del músico Vega-Gil, quien había rechazado las autoridades» (Cardona y Arteaga 2020).
las acusaciones de acoso en su contra. Quienes Finalmente, se observa que el paro nacional
defendieron el #MeToo lo calificaron como puro se consideró como una expresión auténtica de
y juzgaron que las personas que administraban colectivos feministas y mujeres independientes
la cuenta en redes sociales y las denunciantes —calificadas como civiles— para expresar su har
eran activistas y víctimas conscientes, informa tazgo frente al incremento de los feminicidios.
das, autónom as y críticas, im pulsadas por el Por otro lado, se juzgó como inauténtica acusan
deseo de cambiar las cosas —en otras palabras, do que había grupos conservadores detrás —ca
actores legítimamente civiles— Quienes critica racterizados como anticiviles—, que pretendían
ron el movimiento valorándolo como impuro se minar la legitimidad del gobierno federal.
El paro performativizó el hartazgo y el can sobre cuáles son las cualidades de una fem inis
sancio frente a los feminicidios y la violencia ta pura/impura, a efectos de calificar con ello a
contra las mujeres: i) detonó la necesidad de quienes tienen la voz para expresarse sobre el
generar mecanismos de reparación por parte acoso, su erradicación y las formas de sanción.
de las instituciones regulativas de la esfera civil; La disputa del #MeToo y La otra palabra
ii) amplió el debate sobre el sentido de quiénes estableció un proceso de dicotomización moral
pueden ser o no consideradas feministas; iii) geográfica y temporal de las representantes de
abrió la disputa sobre las formas legítimas de cada movimiento: dependiendo de su ubicación
protesta; y iv) criticó la pretensión del gobierno y de adscripción generacional, se atribuyó cier
de señalar si un actor es auténtico o no, civil o ta pureza o impureza moral a cada propuesta.
anticivil en sus demandas. En ese sentido, se dejó de lado el debate sobre
El logro principal de la convocatoria al paro y cómo propiciar reparación civil a las víctimas o
su realización fue la competencia porsignificarla; sobre los mecanismos de aplicación de justicia
puso el tema de la violencia contra las mujeres en requeridos para tal efecto.
el centro del debate, particularmente en los me El #MeToo digital desató una disputa con la
dios de comunicación y en las redes sociales, que se dimensionó el enorme desafío que tiene
donde se expusieron y discutieron casos de aco que enfrentar la justicia feminista ante casos de
so, hostigamiento, violencia contra las mujeres y violencia. Si bien las tres posiciones frente a la
feminicidios. Más allá de las descalificaciones, se movilización no cuestionan la justa demanda de
plantearon discusiones en los medios de comu las mujeres de castigar el acoso, hubo desacuer
nicación sobre las posibles causas y soluciones a dos sobre mecanismos como el #MeToo para
los problemas que enfrentan las mujeres. enfrentarlo. De esta forma, lo que se ha deno
minado como justicia feminista en las disputas
fue calificado por algunos actores como incivil o
CONCLUSIONES indeseable. Así, la disputa por la interpretación
de la movilización digital no generó un acuerdo
Se observa que la propuesta teórico metodológi sobre la denuncia en redes como mecanismo de
ca de la sociología cultural resulta adecuada para reparación civil.
el análisis de las disputas que se desatan frente a La disputa frente a la movilización #NoMe-
las movilizaciones feministas. El análisis herme- CuidanMeViolan en las instituciones comunicati
néutico estructural permite la identificación de vas de la esfera civil —en particular la p re n sa-
los códigos culturales que se ponen en circula contribuyó a construiry concretar un nuevo con
ción y con los que se disputa la pureza o impure junto de valores civiles, en los que las mujeres
za de las movilizaciones y sus protagonistas. aparecen al mismo tiempo como víctimas —de la
Se encontró que los discursos en disputa violencia—, heroínas —que toman las calles— y
imputaron al #MeToo y a La otra palabra cuali antiheroínas —por el uso de lo que fue califica
dades como el lenguaje, la raza, el sexo, la clase do como violencia— La disputa se extendió ya
social y la etnia con el fin de atribuirles vicios y no a la pureza de las feministas como en el pri
virtudes cívicas. Con esto se abrió un debate mer caso o a la civilidad de los mecanismos de
denuncia digital anónima como en el segundo, agravios contra las mujeres y cómo se amplían
sino que se debatió fundamentalmente sobre los márgenes de inclusión para las mujeres.
la civilidad de las feministas. Asimismo, el caso
puso en el centro del debate la eficacia del Esta
do para atender los casos de presunta violencia REFERENCIAS
sexual contra las mujeres que habían desatado
la protesta. A l e x a n d e r , J e f f r e y . 2006. The Civil Sphere.
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putas por la interpretación del sentido del paro y Jason Mast. 2011. «The Cultural Prag-
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plantearon discusiones en los medios de comu (ed.), Performance and Power, Cambridge,
nicación sobre las posibles causasy soluciones a Cambridge University Press, pp. 7-24.
los problemas que enfrentan las mujeres. Pero y Dominik Bartmanski. 2012. «Mate-
sobre todo, resultó llamativo que la moviliza riality and Meaning in Social Life: toward
ción fuera interpretada como una acción contra an Iconic Turn in Cultural Sociology», en J.
el gobierno. De esta forma, el debate centró u na Alexander, D. Bartmanski y B. Giesen (eds.),
parte de la atención en la legitimidad de la movi Iconic Power: Morality and Meaning in Social
lización al mismo tiempo que era leído como un Life, Nueva York, Palgrave MacMillan, pp.
agravio al gobierno federal. 193-217.
El análisis de estos cuatro casos pone en evi A l m a z á n , M ó n ic a y Fiama Cassab. 2020.
dencia que las movilizaciones feministas activan «Ciberactivismo feminista en las estudian
disputas en la esfera civil. Algunas de las disputas tes de la Universidad Autónoma M etro
que se reflejan en las instituciones comunicati politana Unidad Xochimilco», Reencuentro.
vas muestran debates sobre la pureza/impureza Análisis de problemas universitarios, año 32,
que se imputan a dichas movilizaciones y se evi núm. 80, julio-diciembre, pp. 99-114.
dencia que estas disputas no siempre concluyen Á l v a r e z , L u c ía . 2020. «El movimiento fem i
en un acuerdo generalizado sobre la legitimidad nista en México en el siglo xxi: juventud,
de los medios usados, las propuestas de repara radicalidad y violencia», Revista mexicana de
ción civil o las críticas al Estado. ciencias políticas y sociales, vol. 65, núm. 240,
Estudios posteriores podrían analizar la fo r septiembre-diciembre, pp. 147-175.
ma en que las disputas de las cuatro movilizacio A r t e a g a , N e l s o n y LuzÁngela Cardona Acuña.
nes consideradas en este texto son evocadas en 2021. «La disputa por el acoso en la esfera
disputas posteriores. Esto permitirá determ inar civil: # M etooy la Une autre parole», Nóesis.
cómo se van modificando o no los códigos cultu Revista de Ciencias Sociales, vol. 29, núm. 58-
rales con los que se interpreta el significado de 1, agosto-diciembre, pp. 1-2 3.
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ILEANA DIÉGUEZ
A udre L orde
M a r ía G a l in d o
i
res» (2 01 5: 36) y el poder otorgado a ciertos sobre todo fuera de la academia o en los bordes,
pa triarcad o s, tam bién por m ujeres en d iv e r en los umbrales, y proponiendo otras genealo
sas partes del mundo? gías más situadas en lo que se mueve por fuera
El feminismo decolonial, como explícita de lo académico y hacia las contaminaciones del
Ochy Curiel, ha hecho «una apuesta que des cuerpo, la clase y la raza, donde nacen los fem i
estructura el supuesto sujeto del feminismo nismos bastardos e intuitivos que enuncia Ma
hegemónico institucionalizado y esencialista» ría Galindo.
(2015: 22) asumiendo la práctica política como Pienso que es importante seguir insistiendo
un conjunto de problemáticas de género, raza, en la proliferación de epistemologías situadas
sexualidad y clase, situando las diversas formas que incluyan lo personal y lo subjetivo, incluso
de opresión y desmontando los imperativos como parte del discurso académico, pues habla
ideológicos utilizados para crear mundos de mos desde un tiempo y lugar específico, desde
obediencia debida. una historia y realidad específica, desde cuerpos
Repetidamente me pregunto cómo abordar específicos y experiencias encarnadas y sabe
el sentido de una práctica que de antemano está mos que no hay discursos neutros, como ha di
establecida hacia zonas de corrección ideológi cho Grada Kilomba (2019: 58).
ca. Más de una vez al compartir información so Intento comunicar mi rabia, no precisamen
bre lo que viven muchísimas mujeres en Cuba y te hablar sobre ella. He acumulado mucha ira
conversar con mujeres latinoamericanas que sí ante tanto silencio cómplice. No puedo jugar
pueden salir a las calles sin ser inmediatamente los roles de corrección que se sostienen cuando
encarceladas, he tenido como respuesta el silen se visibilizan las prácticas anticapitalistas pe
cio o la supuesta disculpa. Me pregunto qué está ro se silencian las prácticas opresivas, violato-
por fuera de tanta visibilidad accionista, qué zo rias, patriarcales y machistas de los llamados
nas de lo no dicho están aún entre el accionismo socialismos de Estado. Como nos han recorda
feminista y la violencia patriarcal que nos atra do otras y otros, la rabia puede ser un carburante
viesa. ¿Son selectivas las agencias feministas que para el pensamiento y la acción (Bauman 2015).
se ponen en función de los afectos ideológicos? La rabia y la ira nos enseñan cómo accionar y
Hemos construido una performatividad extra luchar también con palabras: «Si tienen rabia, lu
ña, seccionada, donde los relatos ideológicos chen con palabras», aconseja el sabio y chamán
parecen anular los afectos. Quizá sea necesario yanomami, Davi Kopenawa (2015: 453). Hay
entender las poéticas de aquellas narrativas una agencia en esa ira, en la performatividad de
que performeamos para entender qué estructu la rabia, de la digna rabia que ha movilizado a
ras estamos mimetizando. pueblos indígenas y a miles de mujeres en cual
Es desde estas circunstancias que de distin quier parte del mundo. Y como bien dice Marta
tas maneras vivo y enuncio, que me ha interesa Lamas, esa rabia no es coyuntural, sino que es
do dar sentido a la frase «experiencias situadas/ inevitablemente un síntoma de algo muy grave
rabias encarnadas» en cuanto prácticas situadas que está ocurriendo hace muchísimo tiempo y
o emplazadas, palabra que tiene algo de empa sigue sucediendo en nuestros territorios (2021:
lizada o barricada (Diéguez 2019), instaladas 13). Ojalá un día podamos decir que no tenemos
motivos para estar enrabiadas, pero mientras B l a i r , E l s a . 2 0 0 2 . «M em oria y narrativa. La
existan necesitamos que esa rabia nos siga ali puesta del dolor en escena pública», Revista
mentando, que pueda contagiar «nuevas formas de Estudios Políticos, núm. 21, julio-diciem-
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d a n c ia -g e n e ra l-d e l-e z ln -e n -v o z -d e l-s u b -
co m an d a n te - in s u r g e n t e - m o is e s - a l- t e r
m in a r - e l- a c t o - c o n - la - c a r a v a n a - d e - f a
m ilia re s - d e - d e s a p a re c id o s - v - e s t u d ia n -
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S e g a t o , R it a . 2 0 1 6 . La guerra contra las mujeres,
M adrid, T rafican te s de sueños.
HUMORES FEMINISTAS:
; AGUDEZA, CHISPA
Y OTRAS SECRECIONES
■ ♦ * ♦ • • # t • • # 0 9 V 9 V W W ^
PROTESTAR
DESDE LA RISA
TAÑIA GISEL TOVAR CERVANTES
¿
a presencia del activismo feminista en el y tomen un recreo en La Escuela de la Rabia, (de
espacio público ha dejado ver un tipo de la que nos habla la escritora mexicana Cristina
protesta muy particular de la ya nom Rivera Garza en el preámbulo de este libro). La
brada cuarta ola del feminismo: aquella donde
risa vinculada a la protesta feminista, y expresa
la rabia, el hartazgo y la indignación son expre da a través de memes, chistes, carnavales, come
siones necesarias para que las mujeres resistan y dia, fiestas, stand up y parodias, ha demostrado
se sostengan frente a las violencias que a diario ser una respuesta suvbersiva, creativa, crítica,
enfrentan. Esta cuarta ola también ha dejado al reparadora y divertida para denunciar las prác
descubierto diversas formas de protesta de las ticas de violencia, dominación y opresión hacia
jóvenes activistas, que van desde imponentes las mujeres, sin que esas expresiones signifiquen
pintas de monumentos, rupturas de vidrios, to que ellas (las mujeres) deban estar siempre «de
mas de espacios, bengalas, glitter rosa y morado buenas», o que la rabia pierda su potencia.
hasta otras elaboraciones cre ativas vincula Usualmente, en los contenidos de redes
das con prácticas artísticas, pedagógicas y cultu sociales y chistes culturales, son las mujeres el
rales, como tejidos, bordados, bailes, fotografías, objeto de risa, burla y troleo. En los textos que
fanzines, ilustraciones, performance, rapy come a continuación se presentan, las escritoras re
dia. Estas elaboraciones que acompañan la rabia flexionan sobre el uso político, pedagógico y
con ritmo y rima nos han enseñado que, si bien creativo de la risa como forma de protesta —tan
la rabia es una fuerza fundante para transitar y to en el nuevo espacio público digital como en la
soportar el miedo y el dolor, las mujeres tam comedia, la escritu ra, el campo de las artes y
bién tienen derecho y merecen protestar desde la performance— al subvertir el orden simbólico
laalegría, la ternura radical,el placer,el gocey la de las cosas; pero también llaman a la autocrítica,
colectividad. a identificar las relaciones de poder y violencias
La risa, una expresión que manifiesta felici implícitas en algunos chistes con connotaciones
dad, diversión y libertad, ha funcionado como he misóginas, clasistas, machistas, sexistas y racis
rramienta de reivindicación política-pedagógica tas, aunque tengan lugar o procedan de espacios
que transforma y transita la enunciación de la denominados feministas.
rabia, para que las jóvenes feministas descansen
ALEJANDRA NALLELY COLLADO CAMPOS
Este texto pretende ser un statement autocrítico, poroso y pegajoso, a partir del
cual repensar con otres (en un acto de exposición y confrontación) nuestro intrin-
cado devenir entre activismo, creación artística, academia y vida.
Nuestro motor ha sido generar estrategias de súper-vivencia individual y co
lectiva —esto último en un sentido extendido— ante las múltiples formas de opre
sión y discriminación. Para o . r . g . l a , la investigación artística es un medio y un fin
para intentar ser más felices (Butler, Vila...) o, al menos, ser más nosotras. Esto ha
tomado forma mediante nuestra aportación grupal propia y colaborativa: en la
construcción de otros lugares simbólicos plausibles que ocupar y que alimenten
nuestros deseos; en la resignificación de la disidencia identitaria como un espacio
habitable; en la vindicación de derechos fundamentales para una vida digna des
de el reconocimiento de una diferencia basada en una coexistencia respetuosa; y
en el mismo placer de hacer imágenes y aprender haciendo.
La onomatopeya que da nombre a esta publica punk en una receta variable e indigesta para el
ción, y que suena como un rugido en la acade hetero-patriarcado noventero (que obviamente
mia, resuena en nuestra cabeza desde nuestros tiene antecedentes puntuales desde los seten
primeros años de facultad a partir del Riot G rrrl, ta). Y a pesar de su origen anglo y su choque con
una escena contra-cultural conocida fundamen nuestro contexto cultural, nos aprovisionó, de
talmente en su faceta musical con bandas como manera indirecta, de un conjunto de referentes
Bikini Kill, Bratmobile, Sleater-Kinney, Huggy y estrategias antes y durante nuestra trayecto
Bear o L7, y fanzines como Jigsaw, Girl Germs o ria académica: estética rompedora y transgre
Miau! El Riot G rrrl surgió como una actitud con sión de roles identitarios (masculinización en
testataria que combinaba feminismo e ideología apariencia y actitudes, sexualización politizada
del espacio escénico); reocupación de un espa
cio vedado para las mujeres (el punk-rock); fó r
mulas de expresión mediante letras desafiantes,
explícitas y críticas (sobre la propia sexualidad,
la violación, la desigualdad o los abusos); soni
dos disonantes y distorsionados; o el fanzine, y
con este formato,
RABIA
Como transfem inistas, nuestra producción ar
tística es nuestro medio de expresión, nuestra
arma de combate, nuestro escudo de protec
ción, nuestro modo de pensar y de producir
sentido. Nuestro frente de batalla fundamental
y común son las hegemonías establecidas, sus
convenciones naturalizadas, sus lim itaciones
y sus violencias para mantenerse y proliferar, y O.R.G.l.A. Walk Likean Egyptian, 2017-2018,
por lo tanto, los restrictivos sistemas en múlti caliza y hierro, 50 x 60 x 11.5 cm.
y vidas invisibilizadas. Y cuestionam os cómo ticas y las prácticas colectivas invadan un mayor
se elabora la historia del conocimiento y cómo se campo de disciplinas artísticas. Este es el caso
construye el régimen visual normativo (también del tallado en piedra o la fundición en metal, pro
desde dónde y quiénes lo han hecho y lo hacen). cedimientos muy físico sy ruidosos debido al uso
Somos parte del remolino que agita el pa de herram ientas de percusión y de corte, ta n
sado y el presente para imaginar y proponer al to mecánicas como eléctricas y neumáticas.
gunos futuros posibles, levantando el polvo de Esta manera de trabajar suele producir
parte de los anales de la historia, de la mitología, estridencias en la academia que no solo la agu
del arte, de la ciencia, del lenguaje, etcétera, y jerean desde dentro y fuera, sino que también
en definitiva, ensuciando los saberes estableci nos atraviesan y nos afectan materialmente,
dos. Esto supone poner en juego procesos de como refleja la serie fotográfica SculptureLab
investigación y experimentación que nos llevan Riot (o.R.G.l.A 2014). Este trabajo documenta
a construir y plantear obras críticas y metodo nuestro drag específico o draglab y retrata otra
logías propias, como nuestra «Arqueología de la arista crítica del proceso; nuestra propia trans
sospecha» ( 0.R .G . 1.A 2 0 1 8 ) . formación corporal a raíz de la transformación
del material en un baile performativo identita-
rio. ScultureLab Riot es también un autorretra
RUIDO... EN EL TAUER to grupal como cuerpos de taller. Aunque aquí
ejercitemos nuestra faceta de bolleras fem inis
En contra de la especialización disciplinar, usa tas gafapasta.
mos medios de expresión muy diversos entre sí.
No empleamos solo técnicas con las que nos sen
timos cómodas, si no que nos excita el reto de po
ner en práctica procesos que controlamos poco
y que debemos ejercitar para llevar a cabo cada
proyecto. Esto provoca el placer del aprendizaje,
como una masturbación del oído, y a su vez una
cierta incomodidad académica y profesional en
la lectura de nuestro trabajo (que resquebraja la
noción no solo disciplinar, sino de estilo).
En línea con este «hacer ruido», una de nues
tras vindicaciones es repolitizar y resexualizar
determ inados m ateriales y procesos ligados a
una tradición más academicista, individualista
y androcéntrica de las artes plásticas, que ade
más no son usados habitualmente por el arte
feminista (y mucho menos por colectivos). Así,
hemos querido abrir una fisura disciplinaria, mo o.R.G.l.A, SculptureLab RIOT, 2014,
vidas por el deseo de que las perspectivas crí fotografía en BN sobre PVC, varias dimensiones.
OTRO RITMO tomar una decisión final, horizontal y consen
suada, nunca democrática (o todas o ninguna).
Nuestros modos de hacer dan lugar a procesos El hecho de no atarnos al ritmo y demandas
lentos y largos, ritmos discontinuos cuyo tempo exógenos nos permite una libertad en nuestros
no se adapta al que marcan las lógicas de pro tiempos, temas y modos de abordarlos. La otra
ductividad capitalistas de las economías del sa cara de esta moneda es la precariedad a la que
ber y del mercado artístico. Los debates y el tra el trabajo artístico feminista va tan ligado. En
bajo sobre las ideas se encadenan y contaminan nuestro caso, como en el de muches compa-
entre sí hasta que dilatamos lo suficiente para ñeres, hemos tenido y tenemos otros medios
de subsistencia que nos permiten autogestio-
narnos, autoproducirnos y ser independientes,
como por ejemplo: camareras de bares y restau
rantes, relaciones públicas de discotecas y pubs,
cuidadoras, monitoras deportivas, forradoras
de libros, dependientas, cortadoras de hilos de
zapatos, repartidoras de pizzas y guías telefó
nicas, pintoras de brocha gorda, gestoras de
amanecederos, montadoras de imperios y, en la
actualidad, como dilderas y profesoras e investi
gadoras en la universidad.
En el espacio heterotópico de 0.R.G.1.A, la
política feminista y el placer de producir no en
tienden de tiempos, lo que hace que colisione
mos una y otra vez con la realidad. Hayuna a rrit
mia sostenida entre el investigar, el pensar, el
hacer y el ser, y el mostrar y compartir, para co
nectar nuestra labor con nuestro entorno y tra
tar de incidir críticam ente en el mismo. En este
sentido, la propuesta de participación en expo
siciones, publicaciones y foros y sus dinámicas
y deadlines nos empuja a acelerar algunos pro
cesos para llegar a tiempo, reventando nuestra
particular burbuja. Pero también ir a des-tiempo
juega a nuestro favor,ya que nos fuerza a pausar
(o en el peor de los casos, mal-conciliar) nuestras
obligaciones laborales y fam iliares para cerrar
nuestros proyectos (aunque después los volva
O.R.G.l.A, Bastos, Copas, Oros, Espadas y Dildos. mos a abrir). Ira contrarreloj nos pone las pilas.
Los Reyes de la Baraja Española, 2005, taller drag king.
RIMA
Si algo define a O .R .G .I.A , por encima de todo, es
ser un grupo, y haber rimado los ritmos, sabe
res, imaginarios y deseos de las diferentes per
sonas que formamos parte del mismo o que han
pasado por él. También el habernos a-rrimado a
una red con la que nos retroalimentamos: la red
transfem inista del Estado español y Latinoamé
rica, incluso antes de llamarse así. Esto ha sido
posible gracias al encuentro, las afinidades afecti
vas —y sexo-afectivas—, y al hecho de compartir
lugares de resistencia y posicionamientos polí
ticos críticos comunes. Esto ha provocado tam
bién tanto rimas asonantes como consonantes
en función de la acentuación de los tempos y de
los contextos dispares.
N uestros proyectos han resonado en es
pacios institucionales del arte, y también en espa
cios autogestionados por redes cercanas y otres
biches parlanchines, donde activismo rima con
creación artística. Todos estos encuentros (y los
que vendrán), no solo nos han conformado como
grupo artístico, sino también como familia políti
ca elegida.
Activism o también rima con red. Y uno de
nuestros trabajos, en el que se acompasan arte,
activismo y academia, es la performance 4 0 años
SON. Hablar de este proyecto es hablar, con la
lengua de la performance, de nuestras genealo
gías político-activistas y artísticas.
Este memorial de 40 años de nuestra his
toria del activismo callejero LG T B IQ + (en el Es
tado español, de 1977 a 2017) nos ha llevado a
re-anudar, más conscientes que nunca, el cor
dón umbilical que nos une a todas aquellas per
sonas cuyas vidas y muertes, todas importantes,
nos han posibilitado enunciar, aq uíy ahora: «So- q . r .g . l a con fotografías de Nacho Sarrais, 40 años
mos calle / somos lucha, somos historia, somos 5q n 2017 performance 30'
nosotras» ( 0.R .G . 1.A 2017a, 2019a, 2019b).
RAFAGA o .R .G .l.A se sitúa dentro de la línea de fue
go genealógica que desnaturaliza diferentes
Estar a la intemperie, expuestas —en su doble cuestiones determinantes en la definición de los
acepción— ha sido nuestro hábitat principal. La sistemas de opresión y discriminación de una
fricción con otros cuerpos, los debates identita- forma interseccional. Nuestros variopintos pro
rios, los cuestionamientos en torno al género y yectos nacen de un lugar compartido: a partir de
a la sexualidad, han producido la chispa de mu la confrontación con los límites que custodian el
chos fuegos regeneradores y destructores. In espacio de lo normal y lo naturalizado. Y las sos
vocando a Bomba Estéreo: «Y grita fuego, man- pechas resultantes sobre lo dicho, lo escrito, lo
ténlo prendido, fuego, y no lo dejes apagar». representado y sobre cómo todo esto ha sido
Y mantener el fuego prendido es conectarnos y emitido, publicado y expandido, se han m ateria
trab ajar con nuestras genealogías fem inistas lizado en diferentes trabajos. A través de un uso
y LGTBIQ+. Pero también es declarar su ascen retórico del cuerpo, de la prótesis, del lenguaje
dencia en nuestro quehacer e incluso incorpo y del espacio-tiempo, hemos planteado cuer
rar referentes a posteriori como una forma de pos y géneros mutantes, especímenes botáni
reconocimiento y vinculación en bucle. cos sexuados y objetos históricos especulativos
&
o.R.G.l.A, O.R.G.l.A - O.R.G.l.A [Objetos Reversibles de Género Indefinido y Anómalo / Ontología de Representaciones
Gastadas e Indumentaria Arbitraría], 2004-2005, libro reversible de artista (fragmentos).
O .R.G .l.Ay Elena/Urko, J.Oda a Jodo, 2020, ilustración sobre papel.
BIENVENIDOS . WELCOME
h ra z ii.ía n
7 EVEN1NG
' 1MNNER
_0OSHOW
:brasil1
O.R.G.l.A con fotografías de Nacho Sarrais, 4 0 años SON, 2017, performance, 30'.
tras publicaciones, ponencias o clases. Como A lo que añadimos: ¿cómo podemos seguir sien
activistas queremos integrar todas las pers do calle/siendo lucha, siendo historia y siendo
pectivas, aunque cada vez tenem os más con nosotras?
tradicciones cuando nuestros privilegios como
blancas, euracas y u n ive rsita ria s chocan con
nuestras opresiones como mujeres, bolleras y REFERENCIAS
disléxicas de clase trabajadora y del sur de Eu
ropa. Y como personas queremos hacer lo que E g a ñ a , Lu cía. 2016. «Demasiado feministas
nos gusta y ser felices, y al mismo tiempo vivir para la academia» (en línea). Diagonal, 24 de
como pensamos, y esto no es tarea fácil (ni en el abril. Disponible en <https://www.diago-
ámbito de la alimentación ni en el de la ecología, nalperiodico.net/saberes/30006-dem asia-
ni en el de los cuidados, ni en el de las relaciones do-feministas-para-la-academia.html >.
sexo-afectivas, por poner solam ente algunos E len a - U rk o , o .R .G .l.A y Parole de Queer. 2020.
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Es difícil sostener un posicionamiento de revolcón transmarikabollo con el tarot», en
respons-habilidad concillando vida, activismo, Varias Autoras, (h)amor5 húmedo, Madrid,
academia y práctica artística. Y debemos acep Continta me tienes, pp. 91-111.
tar el fracaso como una posibilidad más (esto lo flo r es, v a l. 2021. Romper el corazón del mundo.
llevamos mejor cuando leemos a Jack Halbers- Modos fugitivos de hacerteoría, Madrid, Con
tam que cuando nos atraviesa). tinta me tienes.
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también soy... Una historia de cuerpos e iden na-Urko, o.R.G.l.Ay Parole de Q ueer 2020).
m a g e n 8 . De izquierda a derecha: 0.R .G . 1.A,
Ajuar funerario para petite mort [daga para
petite mort], 20 10 -20 17 , latón, alabastro,
cuero y metacrilato, 54,5 x 62 x 12,5 cm;
0.R .G . 1.A, La Faraona [sarcófago], fotografía
digital a color sobre duratrans siliconado
tras metacrilato, caja de luz y caja de trans
porte, 23 4 x 97 x 28 cm, 20 10 -20 17 (frag
mento).
m agen 9 . 0.R .G . 1.A, WeloveBenidorm, 2 0 1 7 ,fan-
zine para foto-libro (véase 0.R .G .1.A 2017b).
m a g e n 1 0 . o .R .G .l.A con fotografías de Nacho
Sarrais, 4 0 años SON, 2017, performance,
30', El Porvenir de la Revuelta: memoria y de
seo l g t b iq , Madrid, C entroC entro Cibeles.
LAWRENCE LA FOUNTAIN-STOKES
TRADUCCIÓN: MARTÍN RUIZ MENDOZA
i
reproducción social. Por ende, el siguiente apar las mujeres conjugan la realización del trabajo
tado analiza la gestión de ambos trabajos en el rem unerado, trabajo dom éstico y trabajo de
contexto de la pandemia bajo una perspectiva cuidado. En el caso p a rticu la r de M éxico, la
feminista. Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo (e n u t )
siempre ha sido reveladora para comprender las
desigualdades de género, pero sobre todo para
CRISIS REPRODUCTIVA asignar no solo un valor social al trabajo no re
munerado, sino también comprender la dimen
Y SOSTENIBILIDAD sión económica del mismo. Se debe subrayar que
DE LA VIDA esta cuestión se torna central desde el punto de
vista de la economía feminista, pues la dimensión
Ahora bien, se debe señalar que tanto el traba de lo económico no se ciñe únicamente a la di
jo productivo como el trabajo reproductivo han mensión del mercado como se hacía en la econo
entrado en tensión durante el contexto de la mía clásica que contribuía a la invisibilización de
pandemia, a tal grado que las condiciones nece dicho trabajo. Antes bien, la economía feminista
sarias para lograr la reproducción cotidiana se ha subrayado la idea de que «la reproducción
ven imposibilitadas. Así, existe una conjugación de la vida también es economía, sin embargo,
de la crisis de la sociedad salarial, la crisis sani el aprovisionamiento por parte del común de la
taria, la reorganización social, la modificación de gente de materiales de subsistencia no ha cons
las actividades cotidianas, así como el ejercicio tituido una preocupación de la disciplina eco
del trabajo, lo que lleva a un punto crítico, pues nómica» (Pessolano 20 16 : 193). Ahora bien, la
en general se apunta al incremento de la carga modalidad más reciente de dicha encuesta es
global del trabajo productivo, pero sobre todo la de 20 19 , justo antes del inicio de la pandemia.
reproductivo. En este punto se vuelve impor Los resultados de dicha encuesta son revelado
tante preguntar: ¿cómo es posible lograr la re res, pues se sabe que mientras las mujeres dedi
producción?, pero sobre todo, ¿quién soporta la can 67% de su tiempo al trabajo no remunerado
reproducción? Gran parte de la literatura fem i en los hogares y únicamente el 31% al trabajo
nista ha puesto énfasis en el hecho de que final para el mercado, los hombres dedican apenas
mente la crisis es soportada por los sectores más 28% de su tiempo al trabajo no remunerado en
vulnerables, entre los cuales destacan las muje los hogares, mientras que el 69% de su tiempo lo
res. Sin lugar a dudas, las mujeres han adquirido dedican al trabajo para el mercado (I negi 2019).
un rol central dentro de la crisis por Covid-19, Asimismo, si se realiza una comparación prome
pues las medidas de prevención y aislamiento dio de horas a la semana del tiempo total de tra
derivadas del mismo han supuesto nuevos retos bajo no remunerado, se obtiene que las mujeres
y cargas de trabajo para las mujeres. dedican 39.7 horas al trabajo no remunerado de
Antes de la pandemia se hablaba del con los hogares, mientras que los hombres dedican
cepto de doble jornada de trabajo para aludir a únicamente 15.2 horas. Si se considera el tiem
la conjugación entre trabajo doméstico y traba po de trabajo dedicado para el mercado, el tra
jo extradoméstico. Se sabe que históricamente bajo no remunerado de los hogares y la produc
ción de bienes para uso exclusivo para el hogar, dado y el incremento del trabajo del cuidado con
se obtiene una conclusión estrem ecedora, es la crisis sanitaria. Respecto al primer punto, el
decir, que «a nivel nacional, en promedio las mu aislamiento y las medidas de confinamiento han
jeres trabajan 6.2 horas más que los hombres, impedido el acceso de terceros a las casas, ra
según el tiempo total de trabajo» (2019: 13). zón por la cual uno de los sectores laborales más
Esto permite notar que existe una diferencia es afectados tras la pandemia han sido las trabaja
tructural entre las cargas de trabajo realizadas doras domésticas remuneradas. La ruptura de
por los hombres y las cargas de trabajo realiza las redes de cuidado también ha sido un punto
das por las mujeres. Como puede notarse, antes central que se visibiliza en el cierre de colegios
de la pandemia la carga de trabajo sostenida y centros infantiles que han obligado a estable
por las mujeres sobrepasaba la carga de trabajo cer una educación en línea. Si bien ya se han pro
que era realizada por los hombres. Sin embargo, pugnado varios modelos donde se lleva a cabo
esta cuestión se ha agudizado en el contexto de un modelo híbrido, gran parte de la educación si
la pandemia: gue concentrada en el modelo en línea, lo que ha
llevado a las mujeres a hacerse cargo de la edu
Según la o it , las mujeres tienen a su cargo cación académica de sus hijos. Así, «el contexto
76.2% de todas las horas del trabajo de cui Covid ha incrementado las demandas de cuida
dado no remunerado (más del triple que los do de las niñas y niños» (Senado de la República
hombres), y son ellas quienes tienen doble 2021: 23), hecho que se suma a la desigualdad
o triple jornada laboral, situación que se ha preexistente en la división sexual del trabajo.
agravado con las medidas del confinamiento, Asimismo, existe un incremento de la carga de
particularmente en las familias con hijos/asen trabajo del cuidado cuando algún miembro de la
edad preescolar o que no pueden asumir de familia resulta contagiado del virus.
manera autónoma la educación a distancia. La Se debe enfatizar que la pandemia ha provo
situación actual también ha empeorado en las cado un incremento tanto en el trabajo de cuida
familias donde algún miembro sufre una en do como en el trabajo doméstico, lo que se tradu
fermedad crónica o están al cargo de adultos/ ce en un incremento de la carga total de trabajo
as mayores dependientes, ambos grupos de de las mujeres, lo cual, aunque tiende a conside
riesgo para el coronavirus (c im 2020:13). rarse como no grave, si se piensa que la carga
de trabajo de las mujeres es superior a la car
Diversas han sido las situaciones que permi ga de trabajo total de los hombres, se traduce en
ten sustentar la idea de que, ante el escenario una sobrecarga para ellas. Respecto al trabajo de
de pandemia, se sabe que la jornada puede ser cuidado, es posible constatar que
triple o cuádruple. Se está al corriente de que
históricamente, las mujeres conjugan la reali en mayo de 2020, las mujeres dedicaron en
zación del trabajo remunerado, trabajo domés promedio 23 .7 horas a estas actividades
tico y trabajo de cuidado, configuración que se en contraste con 14.7 horas de los hombres.
incrementa tras la imposibilidad de tercerizar el En la ENOE del segundo trimestre de 2019,
trabajo doméstico, la ruptura de las redes de cui estos tiempos promedio fueron 21.9 horas
y 13.0 horas, respectivamente (Senado de la pandemia. Así, a nivel nacional e internacional,
República 2021: 24). se habla de una pérdida masiva de empleos de
velando que tanto el mercado laboral nacional e
Respecto al trabajo doméstico, por su parte, es internacional han sido afectados por la crisis sa
posible apuntar que «en mayo de 2020, las mu nitaria. Sin embargo, es necesario matizar el he
jeres dedican en promedio 15.4 horas en con cho de que el mercado laboral se enfrenta a una
traste con 8.5 horas de los hombres. En 2019, segmentación importante en térm inos de géne
las mujeres reportaron dedicar en promedio ro. De tal modo, los informes oficiales destacan
15.0 horas y los hombres, 7.0 horas» (Senado de que los sectores económicos más afectados son
la República 2021: 24). Esta situación se tradu los feminizados. En esta línea argumentativa,
ce en el hecho de que la pandemia como punto se nota que «los deterioros de los indicadores
crítico está imponiendo nuevas labores, tanto al económicos preocupan en un marco de agra
trabajo doméstico como al trabajo de cuidado. vamiento de la situación sanitaria para la pobla
Además de los datos otorgados anterior ción más empobrecida, con impacto especial so
mente, los datos obtenidos de un sondeo reali bre mujeres y jóvenes» (Gambina 2 0 2 1 :4 8 ). Por
zado por Estudios y Estrategias para el D esarro tanto, es importante cuestionar cómo la pérdida
llo y la Equidad confirman que en general el tra de empleos ha afectado de manera particular a
bajo doméstico ha incrementado y que las muje las mujeres. De lo anterior se deduce que
res han sido las más afectadas por este tipo de
carga ( e p a d e q 2020). A pesar de que en general el incremento de la inactividad entre las mu
la carga de trabajo doméstico ha aumentado jeres, entonces, podría deberse, por un lado,
para todas las mujeres, las mujeres con hijos se y a diferencia de otras crisis, a que el empleo
llevan la parte más pesada. Esto evidentemen femenino corrió un mayor riesgo que el mas
te ha afectado la calidad de vida de las mujeres, culino, en particular como consecuencia de
pues el tiempo libre que poseen para sí mismas los efectos de la recesión en el sector de los
ha disminuido. Lo anterior aunado a que existe servicios; y, por el otro, a que el aumento de la
un incremento del cansancio físico. carga de trabajo no remunerado que ha pro
Asociado a las complicaciones en el espacio vocado la crisis afecta en mayor medida a las
privado, no se debe descuidar que el contexto mujeres que a los hombres (Senado de la Re
económico a nivel mundial es bastante compli pública 2021: 18).
cado. De hecho, las estrategias clásicas como la
destrucción de empleos y la reducción de sala Como puede notarse, a raíz de la pandemia se
rios se encuentran más que latentes en el mer recrudecen las formas de violencia económica,
cado mundial. Se informa que «la pandemia ha donde los sectores históricamente más desfa
asestado el golpe más severo a las cadenas mun vorecidos resultan afectados. La pandemia ha
diales de valor, lo que ha paralizado segmentos permitido exacerbar la violencia estructural pre
y retardado la producción final de mercancías» existente. Sin lugar a dudas, la situación descri
(Osorio 20 21 : 23). Por ende, es una realidad ta permite poner de relieve el hecho de que la
que la fuerza de trabajo ha sido afectada por la crisis sanitaria ha provocado que las mujeres se
enfrenten a formas muy específicas de violencia te lo suyo, al plantear la idea de la reproducción
económica que delatan la falta de acceso a los de la vida al lado de la noción de sostenibilidad.
mercados laborales, lo que obviamente se tra En este sentido:
duce en la incapacidad de comprar las mercan
cías necesarias para su reproducción cotidiana, La «sostenibilidad de la vida» o la «reproduc
pero sobre todo en el hecho de que el ejercicio ción de la vida» es una categoría central de
del trabajo doméstico y el trabajo de cuidado al la propuesta del Sumak Kawsay y también
darse sin una remuneración se enfrente a una de la economía feminista. Para cada paradig
condición no de explotación, sino de superex- ma, tiene sin embargo distintas acepciones y
plotación, expresando un fondo de ahorro muy significados. En la propuesta de Sumak Kaw
importante para el capital. Ante este escenario, say, el énfasis se coloca en la relación armó
es necesario plantear la necesidad de repensar nica de la comunidad con la naturaleza, en el
y transform ar las condiciones de existencia y respeto y conexión con sus ciclos, pues de ella
esto implica reflexionar las circunstancias desde depende la continuidad de la vida económica
las cuales se ejerce el trabajo, en cuanto que ele y comunitaria. En la propuesta feminista, el
mento central para establecer las condiciones énfasis radica en el trabajo de cuidado que se
para la reproducción social y, en última instan realiza para atender las necesidades humanas
cia, para la reproducción de la vida. y que ha sido asignado culturalmente, princi
Mucho se habla de la necesidad de regresar palmente a mujeres (Vega 2017: 44).
a la normalidad o de una nueva normalidad. De
hecho, esto representa el anhelo de las clases Como se puede observar, el concepto de soste
desprotegidas, pero sobre todo de las clases em nibilidad de la vida es central para la economía
presariales. Por ello, se debe reflexionar sobre feminista. De hecho, esta es una de las nocio
el trasfondo de dicho enunciado, en tanto que nes centrales de Amaia Pérez Orozco. Para la
«la "nueva” normalidad no es más que la volun autora, es necesario centrar el análisis en los
tad del capital de regresaren lo fundamental a la procesos de sostenibilidad de la vida, es decir,
situación previa a la pandemia, con modificacio los procesos de satisfacción de las necesidades
nes y ajustes menores» (Osorio 20 21 : 27). Aquí humanas. Producción y reproducción no tienen
es necesario preguntar si se pretende continuar el mismo valor analítico, es más, la producción y
enarbolando las relaciones sociales capitalistas, los mercados no tienen valor en sí mismos, sino
o bien, si este escenario crítico permite plantear en la medida en quecolaboranoim piden el man
la pregunta de si es posible vivir una vida viví- tenimiento de la vida, que es la categoría central
ble. Esto ha provocado la necesidad de esbozar de análisis. A pesar de que la propuesta de Pé
una distinción entre la reproducción del capita rez Orozco no se inscribe dentro del feminismo
lismo y la reproducción de la vida. Mientras que marxista y de que no existen indicios suficientes
la primera atenta contra todas las formas de re para trascender la sociedad de mercado, mere
producción que encarnan la solidaridad y la ce la pena subrayar que la autora reconoce la
reciprocidad, la segunda la reivindica. Es en este importancia tanto del ámbito de la producción
escenario donde el feminismo hace nuevamen como del ámbito de la reproducción para lograr
la sostenibilidad de la vida. Esto resulta un avan son autoras que no se centran en el contexto la
ce importante si se contrasta con otras pers tinoamericano y cada contexto responde a sus
pectivas que proponían una primacía, ya sea del propias especificidades, lo cierto es que ayudan
ámbito de la producción o bien del ámbito de la a discutir la idea de bienestar y sostenibilidad
reproducción. de la vida como elementos contextualizados.
O tro punto no menos im portante dentro De hecho, algo que también ha sido un legado
de la propuesta de la autora española es la ne importante del feminismo ha sido construir la
cesidad de cuestionar cuáles son los térm inos perspectiva interseccional, lo que permite hilar
desde los cuales se debe propiciar la sosteni analíticamente categorías como clase, raza, gé
bilidad de la vida, o en otras palabras cuestionar nero, etnia, edad, entre otros ordenadores so
qué es lo que implica sostener la vida. Este pun ciales. Entonces, en la medida en que la opresión
to es fundamental para continuar con el debate, toma caras distintas, se torna necesario reco
pues la noción de sostenibilidad de la vida no nocer que hay diversas formas de comprender
«remite a un discurso miserabilista o de mera la lucha. Tal como Silvia Federici señala, se debe
supervivencia, "sino a que dicho proceso sig reconocer que las formas de lucha son variadas,
nifique desarrollar niveles de vida, estándares ya que eso implica pensar las form as de resis
de vida o calidad de vida aceptables para toda tencia y de cambio. Sin embargo, también es
la población”» (Pérez O rozco 20 06 : 155). Esta importante comprender que existen ciertos me
cuestión se posiciona como un punto de discu canismos para plantear relaciones mutuas.
sión importante respecto a los lineamientos de Tal parece que, aunque las autoras manejan
la economía clásica que se conformaban con un marcos teóricos, categorías y referencias dis
criterio mínimo para reproducir tanto la fuerza tintas, una de las principales cuestiones reside
de trabajo como a la población. Sin lugar a du en mejorar las condiciones de vida, pero tam
das, la propuesta de Pérez Orozco da la bienve bién en mejorar dichas condiciones a partir del
nida a la necesidad de problematizar la idea de la intercambio mutuo. En este escenario crítico se
supervivencia. Tal parece que aquí está un punto torna vital plantear la pregunta acerca de cómo
central, que es cambiar la supervivencia por la re es posible generar alianzas que nos permitan
producción de la vida. La reproducción de la vida construir una agenda común que se posicione
puede generarse mediante la construcción de en contra de la violencia, la segregación y la dis
los comunes que apelan a «modelos de vida co criminación. En la actualidad, se plantea la ne
munales basados en "contratos solidarios”» (Fe- cesidad de establecer una gestión de ayudas,
derici 2013: 222). Es posible ejemplificar que lo cual no se encuentra muy lejano de la idea
existen diversas experiencias de organizaciones inicial de socializar el trabajo. Por esta razón, es
realizadas por mujeres que han puesto en jaque necesario pensar que otras formas de organi
la estructura clásica de la organización del tra zación tanto del trabajo productor de valores de
bajo de cuidados mediante el trabajo comunal. uso como del trabajo dom éstico y el trabajo
Si bien se puede cuestionar si los aportes del cuidado son posibles. Es necesario imaginar
de las autoras feministas citadas pueden ayudar y proyectar otras formas de organización para
a pensar en la reproducción de la vida, ya que poder construir espacios de resistencia. Dichos
espacios no pueden generarse desde una postu F e d e r ic i, S i l v ia . 2010. Calibán y la bruja. Muje
ra intrínsecamente individualista. Antes bien, el res, cuerpo y acumulación primitiva, Madrid,
generar espacios de resistencia debe partir de Traficantes de sueños.
la necesidad de generar espacios comunes. En . 2013. Revolución en punto cero. Trabajo
suma, este es un periodo en el que se deben pen doméstico, reproducción y luchas feministas,
sar los marcos de gestión de la reproducción. Se Madrid, Traficantes de sueños.
ha llegado a un punto crítico en el cual se difi . 2018. El patriarcado del salario. Críticas
culta reproducir la vida, incluso al grado de que feministas al marxismo, Madrid, Traficantes
la propia supervivencia está casi imposibilitada. de sueños.
Esta situación puede ser reflexionada mediante G a m b in a , J u l io . 2021. «Crisis capitalista agra
las herramientas feministas, pero sobre todo vada por la pandemia. Debate más allá
trastocada mediante un itinerario que se posi- de la crisis sanitaria», en Alejandro López,
cione en contra del capitalismo, el patriarcado Gabriela Roffinelli y Lucas Castiglioni
y la modernidad. Así, se debe plantear la idea (coords.), Crisis capitalista mundial en tiem
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Preventivo y Obligatorio, pp. 21-28.
DAVID GUTIÉRREZ CASTAÑEDA
Las rabias suenan. Pero ¿son escuchadas? Pauline Oliverio nos invita a pensar
la escucha profunda no como una atención a lo que suena. Sino como una inter
pelación: dar cuenta las condiciones vibratorias de lo que suena atravesando el
cuerpo de quien no solo le escucha, sino que le atraviesa. Permitirse atravesarse
por como suena la rabia es un lugar de interlocución diferente, necesario, sobre
cómo reaccionar políticamente. Implica lo que Daniel B. Coleman y Dani d'Emilia
llaman «ternura radical». El presente texto quiere intuir desde estas coordenadas
para proponer que «nutrir y florecer» en la búsqueda necesaria de la justicia en
los feminismos implica atravesarse por la vibración rabiosa.
.riuuvTVuiKh^ Jo^±üJu^> t
¿ k<- C 2Í ¡L u p ^ < ¡X c a z - v jia -
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(Lsj
En este artículo ofrezco una reflexión acerca de los feminismos actuales en el con
texto mexicano.1 Defino los feminismos como un movimiento histórico, político
e ideológico de amplias dimensiones, cuyo sentido de elaboración se encuentra
relacionado con modificar la subordinación estructural de las mujer-es.2 El com
promiso feminista apuesta por la transformación desde múltiples campos, entre
los que se encuentran el activismo y la academia. Respecto a dichos ámbitos, a
continuación exploro la importancia de imaginar proyectos en común.
Doctora en Psicología Social por la u a b . Magíster Licenciada en Ciencia Política por la Facultad de
en Investigación en Psicología Social por la mis Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad
ma universidad. Licenciada en Psicología por la Nacional Autónoma de México ( u n a m ). Maestra
Universidad de la República del Uruguay ( u d e - en Filosofía por la Facultad de Filosofía y Letras
l a r ). En la actualidad, docente en el Instituto de de la misma universidad. Su trabajo se ha centra
Psicología Social de la Facultad de Psicología y do en las críticas feministas a la filosofía política
en el Área Sector Cooperativo y Economía Social moderna, así como en los diálogos entre fem i
y Solidaria del Servicio Central de Extensión y nismos, filosofía posestructuralista y psicoaná
Actividades en el Medio, ambos en la u d ela r. In lisis. Actualmente se enfoca en el análisis de las
tegrante de la colectiva Desmadre (colectiva de condiciones sociopolíticas y subjetivas que dan
maternidades feministas) y el grupo interdisci forma al mandato de masculinidad en México,
plinario Mujeres, Luchas Socialesy Feminismos. con énfasis en su relación con el ejercicio de la
violencia sexual y feminicida.
CENTRO DE INVESTIGACIONES
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Supervisión editorial: Modesta García Roa
Cuidado de la edición: A lejandra Tapia Silva, Ja n etG ry n b erg Ja sq u i
Corrección de estilo y de pruebas: Ja n a in a Maciel Molinar
Salm a Vásquez Montiel, Rigell Ayala Rivera y Sofía Reyes
Investigación iconográfica: Fabiola Buenrostro Nava
Diseño de portada: Eva Villaseñor Venegas y Lucero Elizabeth Vázquez Téllez
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