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• • *
em,n,sta
Marce/a Lagarde **
Contenido
Introducción
La transmisión de la cultura feminista
1mplkaciones subjetivas
E\ viaje feminista
Impureza occidental
C\aves feministas
Aculturación feminista e identidad
Transmi si ón y prejuicios
Las resistencias en la aculturación feminista
Discontinuidad en la transmisión y la comunicación feministas
Retos cultur ales feministas
Notas
Bibliografía
• Texto publicado en "Género en el Estado. Estado en el género". Edicio nes de las mujeres
No 27, lsis Internacional. Artículo proporcionado por Modemmujer (México): modemm u-
jer@laneta apc org
Implicaciones subjetivas
Asumir el feminismo como pensam iento crítico y acción alterna-
tiva, significa para cada mujer compro meterse en varios proce-
sos:
,.
~ . ncia base im p res cin dib le qu e sus ten
·a exp e rr e , ta la sub-
La _P_roP~ f em ini sta (La gar de, 199
8). A pa rtir de ella se pro du ce
Jet iv, d a · ' h
aso m br o, no ace pta c1o n y rec azo d e hec hos 1nJ . . us t os o d ~.
an, nos
Y se rec urr e al mo vim ien to par a en ,
fre nta rlo s a la vez qu e se
pon de r an de rec ho s, rec urs os, po de
res y exp eri enc ias positivas
y se bus ca pre ser vac ión . La pa rtic ipa
ció n social que permite el
de sar rol lo de la con cie nci a al co mp
art ir exp eri enc ias con otr as
mu jer es y ap ren de r qu e es pos ible
int erv en ir en el sentido de
\as cos as con acc ion es prá ctic as con
cre tas .
La for ma ció n en el pen sam ien to y la
política mo der nos y po r
end e Hu str ado s y el aso mb ro asintónic
o fre nte a ese pensamien-
to y esa po\ itic a po r su and roc ent rism
o.
la for ma ció n en el pen sam ien to fem inis
ta, el aprendizaje y la
,nte rna \iza ció n del sen tido de la vida y
la ética fem inis tas , y, en
\o pos ible , de los conocimientos, ent
end imi ent os y saberes
generados en la experiencia feminista.
El fem inis mo no se re-
duce a una rup tur a epistemológica fre nte
al pen sam ien to mo-
der no del que surge y se ret roa lim ent a.
Implica cambios cul tu-
rales, nor ma tivo s, simbólicos y lógico
-políticos. Uno de sus
pre sup ues tos indispensables es la sup
eración por cada mu jer
del ord en lóg ico bin ario que antagoniz
a y opone polos de un
ord en dual. Sólo así es posible el des
arrollo del pensamiento
com ple jo y dia léc tico para aprehender
la complejidad genérica.
Co mo per cep ció n crítica de la cultura,
el fem inis mo con fro nta a
las mu jer es con su cul tur a tra dic ion al,
su s valores, creencias y
anh elo s, y con sus for ma s de sentir,
descifrar e inte rpr eta r la
vida y el mu nd o. Conduce a cada una a la
crítica develadora e
ilum ina do ra de su mu nd o y de su aut
oid ent ida d: su manera de
ser mu jer y su est ilo o mo do de vida,
y el con jun to de sus rela-
cio nes , fun cio nes , act ivid ade s y pod
ere s de género. En esta
dim en sió n, la aculturación feminista
conlleva al descubrimiento
de lo en aje na nte de lo pro pio , del gra
do de opresión, de gé~~ro
en qu e cada mu jer ha viv ido y tam bié
n a la val ora cio n positiva
de sus ava nce s gen éri cos .
Por eso, vivencias personales feministas, conducen a la concien-
cia de no sintonizar con sustratos del mundo y de una misma.
Cada mujer enfren ta disyun tivas si no cambi a, reprod uce el or-
den con el que no sintoniza. La asintonía dolorosa,
puede ser
exige de cada mujer apren der a ser difere nte; en rebeldía, pro-
duce orgull o y es argam asa polític a en los cambi os de las muje-
res y en su identi ficació n transg resora .
1
Sobre la escisión vital o genérica como experiencia subjetiva, véase Lagarde
1990 y como experiencia producida por el sincretismo de género que realiza cada
mujer moderna, véase Lagarde 1996
cuand o \as femini stas coloca n esos hitos como contra seña en
su comun icación , en sus encue ntros y en la transm isión de la
cosmo visión femini sta, y recono cen su divers idad, logran ma-
yores puntos de conex ión e identif icació n.
El viaje feminista
la magni tud de\ viaje femini sta es inimag inable para quiene s no
ven a\ femini smo una cultura . 2 Por eso ha sido una consta nte
desde hace siglos la búsqueda históri ca femini sta sobre la his-
toria para abatir su sentido y conten ido androc éntrico y, signi-
ficativa mente sobre la histori a de las mujeres, de lo femen ino y
de\ femini smo. Hoy hacemos la historia y la genealogía feminis -
tas e inc\uim os a quienes no se pensaron feminis tas Sor Juana,
conciencia tempra na de percibir y nombr ar formas específicas
de exclusión y subordinación de las mujeres, y reindivicadora
de\ v.a\or específico de las mujeres y lo femenino, y de la com-
p\etud femenina en la radicalidad de la diferencia. 3
2
En el sentido común, comparti do incluso por feminista s con poca informac ión
histórica , el feminism o es confundi do con algunos movimie ntos muy recientes de
la segunda mitad del siglo XX; ubicado en algunos países metropol itanos, las
expresiones feminista s de otros sitios son vistas como producto s de segunda de-
bido a la moda, a la influenci a artificial y sin relación con la sociedad ; el femi-
nismo es reducido a lo que yo sé aunque lo ignore casi todo; el feminism o es
confundi do y restringid o a las feministas que conozco o de las que oí, o el femi-
nismo son unas cuantas imágenes documentales sobre los años sesenta, alguna
manifestaciones o luchas particulares como la del aborto. Es decir, la mayoría de
las personas y de las mujeres en particular conoce fragmentos reducido s y no
tiene una visión amplia histórica del conjunto de procesos que han conformado la
cultura feminista.
3
En su historia genealóg ica feminista, Celia Amorós (1998) consider a a Sor Jua-
na sólo como precurso ra porque no incluyó la concepci ón de igualdad entre muje-
res y hombres, y para Amorós el hito definitorio del feminismo es la igualdad.
Marí~ M~lagros Rivera_ (1 ?94) asigna, en cambio, una relevante importan cia a la
conc1e~c1a de la espec1fic1dad femenina, a la asunción del valor y la autoridad de
l~s muJeres Y a}ª construcci~? de un orde~ simbólico, tal como me parece que
hizo Sor Juana. ... la producc1on de pensamiento de las mujeres ha sido precedida
por un proces? de_ ~risis person~l y de autoconciencia. En este proceso se revela ...
que la subordmac1on de las muJeres a los hombres es de carácter social, no natu-
,
En
•
tanto cultura política, el feminismo reúne infinidad de
• , • • . expe
-
nenc,as po 11t1co existenciales de mujeres en resistencia en re-
beldía, subversivas o transgresoras (Lagarde, 1998). La ~ayoría
de ellas no ha sido intelectual, no ha sido ilustrada ni siquiera
letrada o alfabeta. Por eso, el sentido de su experiencia adquie-
re trascendencia política cuando se la ilumina desde /a perspec-
tiva feminista.
La cultura feminista ha sido creada y vivida por millones de
mujeres de carne y hueso de otras generaciones y contem-
poráneas, aisladas unas, cautivas otras, emancipadas y libertar-
ías otras más. La mayoría no tuvo conocimiento unas de otras o
no se reconoció en las otras, y muchísimas no han tenido con-
ciencia identitaria feminista. Desconocemos sus recorridos de
vida porque los recursos de la memoria no las registraron, pero
las adivinamos porque sabemos que cada lucha, convocatoria o
movimiento se sostiene en decenas de miles, sumergidas e invi-
sibles, que viven hasta en sin palabras lo que otras significan.
Pero todas son mujeres que al vivir han abierto brechas, cam-
biado normas y subvertido su mundo inmediato. Con sus accio-
nes cotidianas o excepcionales, trastocan el mundo de la mayoría.
Transmisión y prejuicios
Cada día, las mujeres enfrentamos la problemática de transmi-
tir la experiencia cultural feminista en un mundo hegemónica-
mente androcéntrico y antifeminista. La formación cultural de la
mayoría de las mujeres está basada en la cultura dominante
que privilegia las acciones Y los hechos masculinos y legitima el
11
patriarcado, que es sesgada e inequitativa _al omitir hechos y
aportes a \a vida social y a la cultura que realizan las mujeres. La
torrnac\ón esco\ar y universitaria está estructurada en tomo a
una v\s\ón de \a historia y de la ciencia que repite esta concep ..
dón genérica muti\ante.
La mayoría de \as mujeres aprende primero antifemin ismo
dogmático v desarrolla prejuicios , rechazo, hostilidad y t emor
ante el feminismo . Por eso, es común que algunas desvaloricen
a otras y a lo femenino , o que considere n folclóricas las luchas
por la emancipa ción o propias de otras generacio nes. Hay quie-
nes se asumen avanzadas y creen que nunca han sido discrimi -
nadas y por ello los afanes feministas no son parte de su uni-
verso. El feminismo es rechazado como parte de una cultura
particular con afanes hegemonistas o como práctica neocoloni al
o neoliberal ; es dejado atrás también como gran relato y utopfa
finiquitad os en el horizonte posmoder no .
Qué paradoja. El feminismo permite enfrentar el sexismo ma-
chista, misógino, homófobo y lesbófobo de la modernida d pa -
triarcal. Sin embargo, ahí están el prejuicio, el pensamie nto
dual, la lógica formal que antagonizan. Es la hegemonía de la
cultura patriarcal a través de filosofías, cosmologías, mitologías
e ideologías arcaicas y contempo ráneas, sus rituales y su para-
fernalia. Esta cosmovisión patriarcal está instalada en la cultura
y en la subjetivid ad de cada mujer en grados variados. Sin em -
bargo, las mujeres, objeto de misoginia, no enfrentam os nues-
tra subjetivid ad misógina o inventamo s cauc es excluyente s
entre nosotras . La sororidad y el affidamento son planteado s
como excluyente s, en lugar de concebirlo s como una de las
dimension es más radicales del feminismo : la que plantea la
equivalen cia real entre las mujeres, la valoración y el recono -
cimiento de la autoridad de cada una.
12
las tes\stentias en la aculturación feminista
\nc\uso entre mujeres que se asumen feministas hay resisten-
das de d,versa índole:
14
creencia en que la violencia es
. . un asunto fuera de I0 lf .
1nconsc1encia sobre la discrimin . , • po treo, la
ac,on, o 1a creencia qu
nen de\ rech~s, recursos o poderes no se vive opresión
'
con e clas,smo y optan por Ios po bres, los desaparecidos,
: ~:,~Yt~~-
· •
.. . los
n1nos de la calle, los trabajadores, y no por las mujeres.
Hay feministas que optan por las pobres, las marginadas, las
campesinas, las prostitutas y no por las ricas, las que sí tienen
trabajo, las ilustradas, las teólogas. Se aplica el análisis de clase
V no el de género a la situación vital de las mujeres. Se combi-
na el clasismo con todo tipo de sectarismos ideológicos y polí-
ticos para decidir quiénes son las elegidas de la causa. El logro
patriarcal consiste en alejar a cada mujer de sí misma y de las
mujeres más próximas o con quienes tiene más semejanzas. Al
\uchar y participar por las otras, cada mujer se resiste a hacerlo
para sí misma y para las próximas, y se mantiene intocada por
el feminismo en su autoidentidad. A pesar de ello, aun a través
de ideologías que niegan la impronta de género, las mujeres van
desarrollando conciencia de semejanza y conciencia de sí mis-
mas.
En procesos políticos y en experiencias personales de anulación
de lo específicamente femenino, se ha gestado el deseo y la
necesidad del yo y se ha politizado. Ha surgido /a mismidad
como una dimensión formidable de la aculturación feminista. El
contacto con textos, experiencias, organizaciones, movimientos
o con mujeres feministas, permite a muchas irse colocando co-
mo centro y sentido de su vida tras procesos de resignificación
de su pasado, de sus expectativas y de su presente. La mismi-
dad es una de las dimensiones del capital simbólico del femi-
nismo.
15
capacidades Y ha bi lid ad es
específicos. Reconocer la
significa un es fu er zo de co au to rid ad
mpensación fre nt e a lo qu
za, si gn ifi ca po se er au to no e desvalori-
m ía de ju ic io y fó rm ul as de
ción pr op ia s. Sólo así pu po nd er a-
ed e aceptarse la au to rid ad
ot ra s, fu nc io na r ac tiv am pr op ia y de
en te en la co ns tru cc ió n de
pi o Y el de las ot ra s, pe rm l po de r pr o-
ite in cr em en ta r el po de r de
to da s: la au to rid ad de gé género de
nero. Reconocerse en muj
to rid ad co nd uc e a la au eres con au-
to af irm ac ió n y al fo rta le
gé ne ro de las m uj er es y ci m ie nt o de
les pe rm ite empoderarse
po de re s de af irm ac ió n} . (cargarse de
En este paso, la autoridad
pr ot ec ci ón , de fe ns a y po sirve como
de r positivo a las mujeres
ta r el m un do , oc up ar es para e nf re n-
pacios, to m ar la palabra,
co nd ic io ne s, ne go cia r, establecer
acceder a recursos y op
Au to riz ar a las m uj er es or tu ni da de s.
es uno de los logros conc
aculturación retos en la
feminista.
Di sc on tin ui da d en la tra
nsmisión y la comunicació
n feministas
· 1s
El f em 1n · mo no cu en ta co n su fic ien
te s ca na les in st itu cio na
le.s
para su t ran Sm isi ón Está en esos es pa cio s de
· . pr es ta do , ma rg ,-
na lm en te o t O !e ra do ' no tie ne me dio s de co mu n1. .,
ca c1 on po de -
ro so s pa ra e u d ca r Po r el co nt ra rio , se di fu nd e, se de sa
. d rro lla
ns tru ye a lt er na as en un a pr of un a co n f ro nt ac . ,
tiv I' .
co 1o n po 1t1co -
la po lít ica de oc up ac ión
y ap er tu ra de es pa cio s
cu lt~ ~a l Y en d m bu la y
os 1c 1o ne s, y cir cu la o so br ev ive en in
ea st itu cio ne s
P , ica s po lít ica s, re lig ios 1
as , gu be rn am en ta es he , •
ac ad em ' . re ale s Esta cu ltu ra ge mo rn -
te pa tri a · em pie za a cr ea r es pa cio
ca m en . du s
óg ico s cid os y ma rg ina les , pe
g re ro po
pe d ª .. t Sin
te nc ia do s en las
,
fe mi n1 s as. em ba rg o, las fe m ini sta s tod av 1a
d
re es no ha n
on di cio ne s de cr ea r sus
pr op ias in st itu cio ne s ed
e5 ta do en c t·,vas de u-
. fo rm a , co mu nic ac ión . Mu ch os de los es pa cio s
cativas_,. fu er on cr ea do s en po de
ro so s m ov im ie nt os cu ltu
qu e ut il ,za n ui rie ro n es · d ' 1c
· os
ra -
q ue reQ pa cio s pe agog e ·d 1 ' ·
I eo og1cos. Las
1es
va nz an en las 1n . . .
. 1. ta s a st1 tuc 1o nes, oc up an es pa cio .
1
fe rn n :. s , los
•g nif y de sd e ahí re no mb ra n
res1 1c an el mu nd o. Con alt iba jos ,
17
son toleradas y hay quienes creen que aplicar
.
género consiste en usar un lenguaje supuestam e1t enfoque. de
...
(companeras ...
y companeros, .
ciudadanas en e) no sexista
y ciudadan
.
en la escritura, o no hacer comentarios misóginososdelante, 1a arroba
de
feministas. Nada apoya a las feministas ni a sus acciones, ni si-
quiera el lenguaje. El feminismo se abre camino en un altiso-
nante y omnipresente imaginario que exalta el orden moderno
patriarcal, sus valores y estereotipos. Los espacios abiertos a la
enseñanza del feminismo han sido parte de la construcción real
de alternativas y de la aculturación feminista con enorme des-
ventaja. Los esfuerzos, los cursos, diplomados, seminarios, talle-
res, círculos de lectura, los movimientos públicos y vis ibles, las
acciones políticas exitosas y los logros jurídicos y políticos, re-
su Ita n insuficientes para difundir el bagaje cultural del femi-
nismo, en un ambiente cultural saturado simbólicamente de
patriarcalismo.
18
definirá como el niño~ las volverá invisibles y sólo las aceptará
sumisas, educadas, estudiosas, obedientes, trabajadoras , bue-
nas y bellas. Ellas son las más inaccesibles : atrapadas entre la
familia, la escuela, la iglesia y la televisión concatenada s, y sin
contactos posibles con la cultura feminista que circula por otros
caminos. A menos que en esos espacios estén en contacto con
feministas, los cuales en todo caso se dan en minoría.
19
las mu jere s com o gén ero h .
. em os sido e .
Basagl1a, com o ser par a ot s ,
, ons tru1 das , seg un Franca
v1a de exp rop iac ión del y ros y el am
. or a los otro s ha sido una
red efin ido des de la e't· o mis ma a 1 .
f . . as muJeres. Por ello , el am or
del ord en sim ból ico tea em1 • •
n1sta
es e
1
ave en el tras toc am ien to
1
maG como fun da nt: ~e 1~g1t1~ar_ la prioridad del am or a mí mis-
ció n de las •
re 1ac1ones con lo
ª
mismidad Y com o hito en la red efin í-
t , · a tram · en el
t e Iar f em1.n1s
.
ta es la ·
so ros. La un1c
•d
a pos ible
. , pro pia v1 a que emana del am or de cada
mu J~r a SI misma, el am or a las otra s y los
otro s com o seres
equ iva len tes , sem eja nte s y dife ren tes, y de la pasión
por vivi r en
cor res pon den cia con un mu ndo que realice los
valo res feminis-
tas . El des eo fem inis ta es amo ros o y es epis tem
ofíl ico, 7 no sólo
es el des eo de ver y apr ehe nde r, es la pasión por
sab er y descu-
brir , por inte rpr eta r el mu ndo y des cifr ar para
crear, inve nta r y
mo stra r en la cot idia nid ad que es posible. Está
tam bié n el hon -
do des eo por sut ura r la pro fun da escisión gen
érica inte rna de
cad a una y el des eo de aliv iar la ena jena ción con
l o s hom bre s y
con el mu ndo . El deseo fem inis ta de sint oni zar con
un mu ndo
ue nos colo ca en la per ifer ia, nos trat a como extr
anje ras non
;ra tas O nos rec ono ce sólo ~¡ lo com plac emo s cos
ific ada s y
enm u dec .idas , trab ajad ora s y bien portada
.
s. Peor a u n cuando se
.d .
1 ea 1iza lo fem eni no ' pero no a las muJ
. eres o se :<) ba el fem1-
. . .
. s·,quiera dial oga r con las fem1n1 8
nis mo sin stas.
1983 , anal iza las base s d~l amo r f~me nino y consider:1 que "Val ores
.
5
Bas agha _( .d d) rece ptivi dad, han sido enfa tizad
os com o ckrr ,·nto s sobr e los
com o fem i~d ' e la vida de las muje res, pero nunc
a h:111 s icl o 1.·! ·111entos vital es
cual es debe . ª~f·d o com o instr ume ntos para la sedu cció n ck·l : ·111bre o para la
para ellas,_ ~1~,º va 1
repr od~c cion · e polít ica amo rosa del femi nism o
6 D ah1 la enor m cont L:mp odm :o que impu lsa el
e d utoe stim .
a en las muJeres com o pnon'dRL1para log rar su parti
.
1
desa rrol~ ~ e ta ~o com o la repa ració n del daño que cipa -
. , poht 1ca, an ocas io na en 1~ subj etivi dad de
c1on . . colo cada s en segu n d o panI
o en sus atenc 1
.
o m:s , c11
.
• ':ido s y pres er-
las muJ eres set
. . olea das ama ndo a Ios otro s d e qme . . .
· · vivir v • . nes Sl' tkpc 11 · va qme nes se
vaci on, d' d y no recib ir el mism o tipo de amo r en r~T ;pn ,_ ·1 1 , , . ·
· ubor ma a,
~sta s istem ofili a es un conc epto d e Ma b e 1 Burm ·
(19X 7) cuyu cont enid o es el
La ep b y
de sa er de pode r geneFrado s en .
el dese o hos ti/.
dese o , ofist icad o está para ranco1se Coll in y Celia /\mo rós ( 1()98) en la
s Lo 1nas s
va 1o-
20
El deseo de sintonía ha hecho
que muchas m ·
mos e 1 destino patriarcal y d .d UJeres no acepte-
cada día para lograr que m . ec, amos transformar el mundo
UJeres y hombr .
equivalentes que cada qui es convivamos como
' en Iogre su desarroll ¡
catoria y el sustento de lo Ot o con a convo-
la pluralidad. s ros y en el que pueda prodigarse
ración que hacen filósofos posmodernos como Derrida de "lo k menino sin las
mujeres". ".. . una nueva edición del despotismo ilustrado ... Femenino sí feminis-
ta, no". ' '
21
- Espa cios femi nista s de resig n t· .
. 1
co I ect,v a. 1cac1ón ·d
' entu. nr,.n ind· 'd
1v, ua/ y
- Espa cios de conf luen cia polít ica .
de los grup os, los mov imie ntos I de la diver sidad posicionad
a
- Des arro llar una 't· y as personaj ac; fr,rninistas.
e ica Y una esté ti d
ca el orgu llo f eminista.
9
Nosotras, en la dimensión del sujeto colectivo de g\.' 1' · ) , · 11 construcción.
Cuando prevalece se potencia todo cuanto cada una es y b :. colectiva frente
a los otros y al mundo. Luce Irigaray (1992) hace depem:-: · J _, 1tras de la con-
ciencia de la diferencia, la del reconocimiento del ord~n ból ico femenino y
materno, y del reconocimiento de la otra.
22