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Aculturación

• • *
em,n,sta
Marce/a Lagarde **

Contenido
Introducción
La transmisión de la cultura feminista
1mplkaciones subjetivas
E\ viaje feminista
Impureza occidental
C\aves feministas
Aculturación feminista e identidad
Transmi si ón y prejuicios
Las resistencias en la aculturación feminista
Discontinuidad en la transmisión y la comunicación feministas
Retos cultur ales feministas
Notas
Bibliografía

• Texto publicado en "Género en el Estado. Estado en el género". Edicio nes de las mujeres
No 27, lsis Internacional. Artículo proporcionado por Modemmujer (México): modemm u-
jer@laneta apc org

· • Marcela Lagarde es etnóloga~ doctora en Antropología~ profesora de la Facultad de


Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México; coordina-
dora de los Talleres Casandra de Antropología Feminista; asesora de diversos o rganismos
internacionales y de organizaciones de mujeres de América Latina y de España; autora del
libro «Los cautiverios de las mujeres: rnadresposas, monjas, putas, presas y locas», Univer-
sidad Nacional Autónoma de México, México, 1990 . y de múlti ples trabajos de investiJy1-
ción sobre la condi ción de la mujer y la situación de las mujeres. así como sob re política y
género .
A aculturación femin ista es una reflexión antropológica
sobre una de las entretelas más importantes de nuestro
tiempo: \a transmisión de las concepciones, los valores,
\os conocimientos, las prácticas y la experiencia de las feminis-
tas en condiciones de hegemonismo patriarcal.
E\ ,ntercambio cultural feminista concita la imaginación Y está
marcado por la pasión del descubrimiento, la invención Y la sin-
tonía. Es, a la vez, conflictivo ya que las mujeres participan en
minoría, i\egitimadas y desautorizadas en la creación de un
paradigma histórico decon structivo a la vez que alternativo.
La aculturación fe minista parte desde las vivencias individuales
y co\ectivas de \as muje res y los hombres comprometidos en
ese sentido, y co nduce a la const r ucción de un orden simbólico .
Implica fenómenos tan complejos como la resignificación subje-
tiva personal -intelectual y afectiva- y su implantación en la
experiencia vivida, la elaboración teórico-política de la expe-
riencia, la generación de conocimientos, la construcción de
representaciones simbólicas, códigos y lenguajes propios, así
como los mecanismos pedagógicos, de difusión y comunicación
para transmitir descubrimientos y elaboraciones.
La aculturación feminista conlleva la expresión pública de la
disidencia y la enunciación afirmativa de las alternativas, la
discusión de los supuestos patriarcales filosófico-políticos y
prácticos explícitos en la vida diaria y en la confrontación ide-
ológico-política . Su sentid o se concreta en acuerdos y pactos
para establecer normas de equ idad, de rech os, po líticas p úb licas
y privadas, acceder a recursos y oportu nidades, transf o rm ar
valores, mentalidades y modos de vivir desde la pers pectiva
feminist a de géne ro.
Desde lu ego, la aculturación feminista dimensiona a cada mujer
y a los movimientos, acciones y organizaciones de mujeres y
f em inistas. Y, aunque no lo deseen, las feminist as son co nvert i-
das en referencias estereotipadas. Con esos ropajes son desci-
fradas sus acciones y omisiones. Es evidente que las feministas
buscan \a creación de sentido, del encuentro y la interlocución.
A\ hacerlo, producen ligas y relaciones entre las cuales desta-
can \as siguientes:
- E\proceso persona \ de cada mujer, interno y subjetiv o en la
formac ión concien cia! feminis ta identita ria y cotidian a.

- La transmi sión de los discurso s y las alterna tivas feminis tas


por \as mujeres y sus organiza ciones hacia la socieda d y sus
,nstitud ones, incluyen do otros movimie ntos, la socieda d civil y
\a socieda d política, es decir, el Estado, los organis mos interna -
ciona\es , \os medios de comunic ación.

- La transmi sión persona l y mediada de los discurso s y las al-


ternativ as feminist as entre las mujeres : entre sus organiz acio-
nes y movimie ntos específic os.

- La comunic ación interact iva entre las feminist as en los espa-


cios -cotidian os o excepcio nales- mixtos, femenin os y feminis -
tas.

- La transmi sión de las feminist as a los hombre s afines o inter-


locutore s.

- La transmi sión entre hombre s de los discurso s y las alternat i-


vas feminist as.

La transmi sión de la cultura feminist a

Para la antropo logía, los procesos culturale s no son progresi vos


ni lineales , suceden con rupturas Y avances, son discontin uos,
generan intermit encia ¿Cómo se transmit en las concepciones,
las experien cias, los conocim ientos, las teorías, entre las femi-
nistas? ¿Cómo se enseñan unas a otras las maneras, los meca-
nismos para concreta r las alternati vas? ¿Qué obstaculiza o favo-
rece las confluen cias entre las feminista s y entre ellas y sus in-
terlocutores? Son sólo algunas reflexiones sobre la aculturación
feminista. Veamos.
Si el feminismo es una cultura y no sólo un movimiento, es un
conjunto de procesos históricos enmarcados en /a modernidad,
abarca varios siglos y se ha desplegado en diversos ámbitos y
geografías. Ha sido vivido, defendido y desarrollado por muje-
res diversas en cuanto a sus circunstancias y cu/turas propias.
Sus particu\aridades han sido franqueadas. Algunas han enfren-
tado mundo s conserv adores y otras han vivido en sociedades
~avorab \es a\ adelant o de las mujeres . Unas han sido aisladas o
persegu idas y otras han experim entado éxito y acogida a sus
propues tas. Mujeres hablant es de decenas de idiomas han di-
cho, sentido , compre ndido y vivido el feminis mo y lo han leído
en un puñado de idiomas hegemó nicos. La diversid ad históric o-
cultural de las mujeres feminist as y de sus feminis mos permite
compre nder la complej idad de su apropia ción individu al y co-
lectiva.

El feminis mo es la creación interact iva, intersub jetiva y dialógi-


ca de mujeres excluida s -por principi o- del pacto modern o en-
tre los hombre s. Mujeres que, debido a las formas patriarc ales
de organización social, han sido colocadas en la premod ernidad
y exigidas de una modern idad sólo accesible a jirones para unas
cuantas . Por ello, en su asunción utópica de la modern idad, el
feminis mo es una crítica a su andamia je androcé ntrico y patriar-
cal, a través de la acción, la experien cia y la subjetiv idad de las
mujeres . Es asimismo la alternat iva práctica de vida igualita ria
y equitat iva de mujeres y hombre s .
6~~1"\P~

Implicaciones subjetivas
Asumir el feminismo como pensam iento crítico y acción alterna-
tiva, significa para cada mujer compro meterse en varios proce-
sos:
,.
~ . ncia base im p res cin dib le qu e sus ten
·a exp e rr e , ta la sub-
La _P_roP~ f em ini sta (La gar de, 199
8). A pa rtir de ella se pro du ce
Jet iv, d a · ' h
aso m br o, no ace pta c1o n y rec azo d e hec hos 1nJ . . us t os o d ~.
an, nos
Y se rec urr e al mo vim ien to par a en ,
fre nta rlo s a la vez qu e se
pon de r an de rec ho s, rec urs os, po de
res y exp eri enc ias positivas
y se bus ca pre ser vac ión . La pa rtic ipa
ció n social que permite el
de sar rol lo de la con cie nci a al co mp
art ir exp eri enc ias con otr as
mu jer es y ap ren de r qu e es pos ible
int erv en ir en el sentido de
\as cos as con acc ion es prá ctic as con
cre tas .
La for ma ció n en el pen sam ien to y la
política mo der nos y po r
end e Hu str ado s y el aso mb ro asintónic
o fre nte a ese pensamien-
to y esa po\ itic a po r su and roc ent rism
o.
la for ma ció n en el pen sam ien to fem inis
ta, el aprendizaje y la
,nte rna \iza ció n del sen tido de la vida y
la ética fem inis tas , y, en
\o pos ible , de los conocimientos, ent
end imi ent os y saberes
generados en la experiencia feminista.
El fem inis mo no se re-
duce a una rup tur a epistemológica fre nte
al pen sam ien to mo-
der no del que surge y se ret roa lim ent a.
Implica cambios cul tu-
rales, nor ma tivo s, simbólicos y lógico
-políticos. Uno de sus
pre sup ues tos indispensables es la sup
eración por cada mu jer
del ord en lóg ico bin ario que antagoniz
a y opone polos de un
ord en dual. Sólo así es posible el des
arrollo del pensamiento
com ple jo y dia léc tico para aprehender
la complejidad genérica.
Co mo per cep ció n crítica de la cultura,
el fem inis mo con fro nta a
las mu jer es con su cul tur a tra dic ion al,
su s valores, creencias y
anh elo s, y con sus for ma s de sentir,
descifrar e inte rpr eta r la
vida y el mu nd o. Conduce a cada una a la
crítica develadora e
ilum ina do ra de su mu nd o y de su aut
oid ent ida d: su manera de
ser mu jer y su est ilo o mo do de vida,
y el con jun to de sus rela-
cio nes , fun cio nes , act ivid ade s y pod
ere s de género. En esta
dim en sió n, la aculturación feminista
conlleva al descubrimiento
de lo en aje na nte de lo pro pio , del gra
do de opresión, de gé~~ro
en qu e cada mu jer ha viv ido y tam bié
n a la val ora cio n positiva
de sus ava nce s gen éri cos .
Por eso, vivencias personales feministas, conducen a la concien-
cia de no sintonizar con sustratos del mundo y de una misma.
Cada mujer enfren ta disyun tivas si no cambi a, reprod uce el or-
den con el que no sintoniza. La asintonía dolorosa,
puede ser
exige de cada mujer apren der a ser difere nte; en rebeldía, pro-
duce orgull o y es argam asa polític a en los cambi os de las muje-
res y en su identi ficació n transg resora .

El autoc onocim iento reflexi vo genera do por la aculturación fe-


minista crea desco ncierto y colore a crisis identit arias. La expe-
riencia subjet iva estalla intern ament e con los seres impor tantes
de la vida; se produ ce un extrañ amien to y luego una resign ifica-
ción simbó lica. Toca a cada mujer en territo rios de la propia bio-
grafía. Ahí el extrañ amien to preced e a la autoco ncienc ia y a la
acepta ción resign ificada de lo conoc ido, sentid o y hecho cuer-
po y subjet ividad : mi cuerpo , mis afectos , mis deseos y mis es-
pacios , mis accion es, los sucesos y aconte ceres en el camin o de
mi vida. Todo es tocado . Porque el femini smo es en primer a
person a y constr uye (recon struye , restau ra, inaugu ra) la prime-
ra person a en un mundo que prohib e a las mujere s el yo misma .
En él, el yo femen ino es tabú y condic ión para el yo-con tigo pa-
triarca l, o mejor dicho el contigo-yo. Es una dimen sión subsidia-
ria, satelit al del yo que, en las mujere s moder nas coexiste con
una dimen sión del yo afirma da, autóno ma, centra da y empod e-
rada. Esa conviv encia antagó nica en la misma mujer produc e la
escisió n vital 1 la partici ón en movim iento. Y ese movim iento
permit e la conexi ón con la alterna tiva feminis ta.
La metam orfosis cultura l conduc e a la constr ucción difícil pero
gozosa y placen tera de la centra lidad del yo de cada mujer en
su propia vida. En la experie ncia vivida por las feminis tas sobre-
salen algunos hitos y se atenúa n otros. Pero siempr e es una
marca de la acultur ación femini sta.

1
Sobre la escisión vital o genérica como experiencia subjetiva, véase Lagarde
1990 y como experiencia producida por el sincretismo de género que realiza cada
mujer moderna, véase Lagarde 1996
cuand o \as femini stas coloca n esos hitos como contra seña en
su comun icación , en sus encue ntros y en la transm isión de la
cosmo visión femini sta, y recono cen su divers idad, logran ma-
yores puntos de conex ión e identif icació n.

El viaje feminista
la magni tud de\ viaje femini sta es inimag inable para quiene s no
ven a\ femini smo una cultura . 2 Por eso ha sido una consta nte
desde hace siglos la búsqueda históri ca femini sta sobre la his-
toria para abatir su sentido y conten ido androc éntrico y, signi-
ficativa mente sobre la histori a de las mujeres, de lo femen ino y
de\ femini smo. Hoy hacemos la historia y la genealogía feminis -
tas e inc\uim os a quienes no se pensaron feminis tas Sor Juana,
conciencia tempra na de percibir y nombr ar formas específicas
de exclusión y subordinación de las mujeres, y reindivicadora
de\ v.a\or específico de las mujeres y lo femenino, y de la com-
p\etud femenina en la radicalidad de la diferencia. 3
2
En el sentido común, comparti do incluso por feminista s con poca informac ión
histórica , el feminism o es confundi do con algunos movimie ntos muy recientes de
la segunda mitad del siglo XX; ubicado en algunos países metropol itanos, las
expresiones feminista s de otros sitios son vistas como producto s de segunda de-
bido a la moda, a la influenci a artificial y sin relación con la sociedad ; el femi-
nismo es reducido a lo que yo sé aunque lo ignore casi todo; el feminism o es
confundi do y restringid o a las feministas que conozco o de las que oí, o el femi-
nismo son unas cuantas imágenes documentales sobre los años sesenta, alguna
manifestaciones o luchas particulares como la del aborto. Es decir, la mayoría de
las personas y de las mujeres en particular conoce fragmentos reducido s y no
tiene una visión amplia histórica del conjunto de procesos que han conformado la
cultura feminista.
3
En su historia genealóg ica feminista, Celia Amorós (1998) consider a a Sor Jua-
na sólo como precurso ra porque no incluyó la concepci ón de igualdad entre muje-
res y hombres, y para Amorós el hito definitorio del feminismo es la igualdad.
Marí~ M~lagros Rivera_ (1 ?94) asigna, en cambio, una relevante importan cia a la
conc1e~c1a de la espec1fic1dad femenina, a la asunción del valor y la autoridad de
l~s muJeres Y a}ª construcci~? de un orde~ simbólico, tal como me parece que
hizo Sor Juana. ... la producc1on de pensamiento de las mujeres ha sido precedida
por un proces? de_ ~risis person~l y de autoconciencia. En este proceso se revela ...
que la subordmac1on de las muJeres a los hombres es de carácter social, no natu-
,

Millones de mujeres buscan día a día afirmarse, tener razon,


ser legítimas, acceder a la justicia personal de género y,
al hacer lo, dan valor a lo femen ino y a cada una como mujer. ~u
enunc iado no contie ne afirma cione s de géner o porqu e su hori-
zonte es sólo perso nal. Otras , dan valor, afirm ación Y derec hos
a otras mujer es en quien es ven caren cia, discri minac ión, vio-
lencia. Algunas más, actúa n para que cada mujer se afirm e Y
valore , acceda a espacios y recursos, y despl iegue poder es para
la vida Asum en que es posib le lograr contr apunt o entre cada
una y las otras, entre las mujer es y su géner o.

Las manif estac iones de concie ncia de géner o no sólo se corres -


ponde n con femin istas cuya situac ión vital les perm ite afinid ad
filosóf ica. En cada mujer se encue ntran procesos defini dos por
una de las perspectivas o por la combi nación de varias , por eso
es posibl e la sinton ía con signos de otros tiemp os y lugare s,
por la afinid ad y la empa tía aun con mujer es desco nocida s.

Impur eza occidental

En un mund o cuya geografía política es produ cto de encue ntros,


desencuentros, guerras y hegemonías, el femin ismo tiene marca
de origen y de identid ad occidental. Para quienes tienen filia-
ción positiva occidental, el femini smo es propio por autoc tonía,
sus códigos suenan a notas conocidas y es parte de la histor ia.
Para mujeres que no son occidentales y han vivido coloniza-
ción, imperialización o globalización, la relación femini smo-
occidente requiere su propia orfebrería.
Hay quienes objetan la marca occidental del feminismo, como si
fuera una más de las políticas de dominación. Y hay mujeres

~al como tantos.sabios han 9u~rido a l? largo de la historia , se revela seguramen-


e, que son ~osibles una prachca de vida y un discurso femenino con autoridad,
por~ue se vislumbra que autoridad Y poder son dos cosas distintas desde su orí -
gen
?ara qu,enes es aceptable com o piso cul tura l de gén ero com
ún
a mu\eres ocddenta\es y no occidentales (mu jere s del nor
te y
de\ sur, \ndígenas, rnorenas, negras, amarillas,
blancas) . Sin
embargo , \as ideo\ogías antioccid entales están en bog
a en Oc-
cide nte v \a des cali fi cación encu ent ra sue lo fért i l.
Sucede ta mb ién que se asocia el fem inis mo con
la clase y se
con s ider a que pro vien e de muj ere s qu e no
sufr en opr esió n
sino que man ipul an a otra s muj ere s y las oril
lan a tra ic ion ar su
mu ndo , su cult ura y sus sere s entr aña bles
No se sab e que el
fem inis mo no es pat rim onio de muj ere s de
una clas e, sino de
mu jere s ilus trad as, las cua les, en soc ieda des
con mov ilida d
social pro vien en de dive rsas clases y gru pos
soc iale s . Por eso ,
los pro ces os de acu ltur ació n fem inis ta ava nza
n en los luga r es
más disí mile s -no sólo en Occ iden te - y entr e
muj ere s dive rsas :
de clas e med ia, cam pes inas , emp lead as, trab
ajad oras , ama s de
cas a, polí tica s, bur ócra tas, artis tas, estu dian tas.
Ellas entr an en
con tact o con la cult ura fem inis ta en procesos
de part icip ació n
soc ial y polí tica , de edu cac ión y form ació n Así,
llegan a la fuen te
fem inis ta muj ere s en cap acit ació n técn ica,
en orga niza ción
gre mia l o pro duc tiva , muj eres en procesos de
con cien tiza ción
para la salu d o elec tora l y, desde luego, a trav
és de la form a-
ción esp ecíf ica de gén ero.

Claves fem inis tas


El fem inis mo surg ió en Occidente Y se ha amp liad
o a todo el
mun do. sus claves políticas son la democracia,
el saber y la
· Id d tant o com o la auto nom ía Y la diversidad. Por
igua ello, ac-
ced er aal fem inis mo con tien e la pos1·b·I·d 11 a
d d t· 'd d
.e a tnl a con e 1
· .
pensam1en to occ iden tal y con . otras .trad icion es culturales que
. . d. .
re1vm ,can el pr,·ncipio de equ1valenc1a hum ana . En la alternat1-
busca elim inar la geografía excluyente por una que
va que in -
cluya toda s las tierr as y culturas, Ias f. em1·n1sta
· h · t ·b
s an _con r1 u1 o'd
a que sea e
, t·ica men te pos itiva la visión incluyente, igualitaria y
respetuosa de \a d1vers1aaa en toao e1 rnuri uu, du r, e 11 uLL 1ue11 -
te.
La t\\osot,a poHtica feminista contri buye a la democracia por-
que desmonta priv\\egios, purezas, supremac ías y el derec ho a
\a dominación, que han sido claves de política la cultura occi-
denta\ y de otras cu\turas. El paradi gma femini sta reivindica
hechos de\ mundo real para conve rtirlos en derech os universa-
les: la diversidad, la pluralidad y la posibi lidad de conviv encia
entre seres de tiempo s, espacios y tradici ones difere ntes. El te-
jido que une la diversi dad es el recono cimien to de las semej an-
zas y la acepta ción de las diferen cias en pos de conviv ir y reco-
nocer la equiva lencia human a, el derech o a tener derech os es-
pecífic os, a la equida d y la igualda d de oportu nidade s para el
desarr ollo .

Acultu ración femini sta e identid ad

La concie ncia feminis ta reverbe ra e incide en la memo ria a


través del viaje históric o de rediseño geneal ógico y la necesidad
de hacer historia de filiació n femenina al estable cer nexos y co-
nexiones entre las mujeres, sus movim ientos y sus logros al va-
lorar el peque ño gesto, el cambio imperc eptible pero funda -
mental . En ese sentido , el feminis mo valora a las mujeres y a lo
femeni no (aun al recono cer sus enajenaciones y al intenta r
cambios en las mujere s y en lo femeni no) y valora lo fem inista.
De ah í que los procesos de acultur ación femin ista que cond u-
ce n a co nstrui r nuestra m emoria exigen desmo nta r la misoginia
en la cultura y la subj eti vidad de cada mujer, para valora r a las
muj eres y a lo fem enino . Sólo entonces es po sible senti r cerca-
nas a mujere s distant es en el t iempo o en el espacio y a su histo-
ri a com o mi hist ori a. Con cl uir yo soy una muj er y considera r co-
mo lo hace M aría M il agro s Rive ra, '' la histori a de las mu jeres es
"
la hi storia (op. ci t. ).
El placer está presente en la aculturació ;, ..
, . . n J em,n,sta La bús d
top1ca de sentido es la gran experiencia de oce er: . . que ª
tual y afectivo de mujeres sabias co . g d ~t,co, ,nte/ec-
( , nc,enzu as intelectuales
aun_ aquellas que se definen como manuales) cuya habilidad
ha sido develarse y mirar desde otro sitio .
primido de siglos. Y en un tiempo com-

En

tanto cultura política, el feminismo reúne infinidad de
• , • • . expe
-
nenc,as po 11t1co existenciales de mujeres en resistencia en re-
beldía, subversivas o transgresoras (Lagarde, 1998). La ~ayoría
de ellas no ha sido intelectual, no ha sido ilustrada ni siquiera
letrada o alfabeta. Por eso, el sentido de su experiencia adquie-
re trascendencia política cuando se la ilumina desde /a perspec-
tiva feminista.
La cultura feminista ha sido creada y vivida por millones de
mujeres de carne y hueso de otras generaciones y contem-
poráneas, aisladas unas, cautivas otras, emancipadas y libertar-
ías otras más. La mayoría no tuvo conocimiento unas de otras o
no se reconoció en las otras, y muchísimas no han tenido con-
ciencia identitaria feminista. Desconocemos sus recorridos de
vida porque los recursos de la memoria no las registraron, pero
las adivinamos porque sabemos que cada lucha, convocatoria o
movimiento se sostiene en decenas de miles, sumergidas e invi-
sibles, que viven hasta en sin palabras lo que otras significan.
Pero todas son mujeres que al vivir han abierto brechas, cam-
biado normas y subvertido su mundo inmediato. Con sus accio-
nes cotidianas o excepcionales, trastocan el mundo de la mayoría.

Transmisión y prejuicios
Cada día, las mujeres enfrentamos la problemática de transmi-
tir la experiencia cultural feminista en un mundo hegemónica-
mente androcéntrico y antifeminista. La formación cultural de la
mayoría de las mujeres está basada en la cultura dominante
que privilegia las acciones Y los hechos masculinos y legitima el

11
patriarcado, que es sesgada e inequitativa _al omitir hechos y
aportes a \a vida social y a la cultura que realizan las mujeres. La
torrnac\ón esco\ar y universitaria está estructurada en tomo a
una v\s\ón de \a historia y de la ciencia que repite esta concep ..
dón genérica muti\ante.
La mayoría de \as mujeres aprende primero antifemin ismo
dogmático v desarrolla prejuicios , rechazo, hostilidad y t emor
ante el feminismo . Por eso, es común que algunas desvaloricen
a otras y a lo femenino , o que considere n folclóricas las luchas
por la emancipa ción o propias de otras generacio nes. Hay quie-
nes se asumen avanzadas y creen que nunca han sido discrimi -
nadas y por ello los afanes feministas no son parte de su uni-
verso. El feminismo es rechazado como parte de una cultura
particular con afanes hegemonistas o como práctica neocoloni al
o neoliberal ; es dejado atrás también como gran relato y utopfa
finiquitad os en el horizonte posmoder no .
Qué paradoja. El feminismo permite enfrentar el sexismo ma-
chista, misógino, homófobo y lesbófobo de la modernida d pa -
triarcal. Sin embargo, ahí están el prejuicio, el pensamie nto
dual, la lógica formal que antagonizan. Es la hegemonía de la
cultura patriarcal a través de filosofías, cosmologías, mitologías
e ideologías arcaicas y contempo ráneas, sus rituales y su para-
fernalia. Esta cosmovisión patriarcal está instalada en la cultura
y en la subjetivid ad de cada mujer en grados variados. Sin em -
bargo, las mujeres, objeto de misoginia, no enfrentam os nues-
tra subjetivid ad misógina o inventamo s cauc es excluyente s
entre nosotras . La sororidad y el affidamento son planteado s
como excluyente s, en lugar de concebirlo s como una de las
dimension es más radicales del feminismo : la que plantea la
equivalen cia real entre las mujeres, la valoración y el recono -
cimiento de la autoridad de cada una.

12
las tes\stentias en la aculturación feminista
\nc\uso entre mujeres que se asumen feministas hay resisten-
das de d,versa índole:

Resistencias antiintelectua/es. Se expresa como un desplante


de ignorancia de género que reivindica lo empírico y lo pragmá-
tico frente al estudio, el análisis, la reflexión y el pensamiento
crítico. Con ello, aun sin saberlo, quienes se esfuerzan por ser
feministas, niegan el saber, la cientificidad, la historicidad y sus
conocimiento s no dogmáticos imprescindibl es, pilares de la cul-
tura feminista. Reivindican, en cambio, otros saberes producto
de la observación, la práctica, el empirismo, y reconocen como
opuestos Y alternativos a saberes tradicionales y esotéricos -
dotándolos de mayor valor- y consideran al sentido común co-
mo buen sentido. Llega incluso a valorarse en oposición al fe-
minismo la ignorancia convertida en virtud femenina.
La condición ilustrada del feminismo es tan importante que sin
ella no sería posible pensar el mundo ya no sólo en femenino,
sino en feminista. Tampoco se habría dado la fenomenal con-
frontación crítica ilustrada con las ideas, las normas, las leyes y
la política patriarcales, deconstruidas por las feministas con
códigos y lenguajes letrados científicos y filosóficos, y sólo en-
tonces políticos. No habría sido posible guardar y conservar el
saber y la historia de las mujeres y menos las historias de la
emancipació n femenina. La construcción del paradigma teórico -
político y ético del feminismo es impensable sin la condición
ilustrada de las feministas y de sus obras, sus propuestas, sus
agendas políticas, sus leyes. Sin el pensamiento , la sensibilidad
y el imaginario moderno no existiría la veta fundamental de\
feminismo que es la concepción de libertad que sustenta \a
aculturación feminista.
Resistencias antipolíticas. Su expresión es la reafirmación de
género de apoliticidad que apela a una moral femenina virtuosa
no contaminada con la política. Abarca a quienes desconfían y
'ttica por ser ámbito de recreación de dominio,
recelan de Ia po l • 1 h b
• 1 política como masculina y de os om res,
quienes asumen a . . ., .
. · hasta quienes la llaman part1c1pac1on social
aJena a \as mu1eres, ,. . .,
'd meJ·or que la participación pol1t1ca. La 1ncurs1on
'I \a cons, eran f
po\ítica de \as feministas es compleja y se mu~ve, en e ect_o, en
una dimensión no sólo patriarcal sino masculina. En ocas1o~es
es idealizada por ser política de mujeres, se la su_pone ~eJor,
éticamente positiva y no peligrosa. Sin embargo, suJetas a Jerar-
quías y poderes idealmente disminuidos y prácticamente refor-
zados, los enfrentamientos poi íticos en que se ven envueltas
las feministas siguen los cánones de exclusión, rivalidad, Y ex-
clusivismo.

Al superarse los conflictos políticos de jerarquía, control, obe-


diencia y otros más, es posible que la política implique la alian-
za, la suma, la colaboración. A pesar de lograrlo, el mundo y la
participación de las feministas en otros espacios produce jera r-
quías y superioridades entre ellas. Hacer política requiere de
las feministas realizar permanentes traducciones, acciones po-
sitivas, compensaciones y ajustes entre ellas; establecer meca-
nismos de confluencia y disidencia, para reconocerse, otorgarse
autoridad; y asociarse y aliarse para lograr avances de género y
porque reconocen un interés cultural común: contribuir en el
desarrollo, el fortalecimiento y la preservación de la cultura
feminista.

El capital simbólico, humano, específico de las feministas es el


feminismo.

Resistencias clasistas. El clasismo es parte de la conciencia


moderna del orden social. Al convertirse en una ideología que
permea la percepción social, totaliza la condición de clase co-
mo absoluta y prioritaria, y al naturalizar la condición de géne-
ro de las mujeres, la anula y no cuenta en el análisis de las re-
laciones de poder. Entre el clasismo y el naturalismo de géne-
ro, mujeres con conciencia de clase participan a favor de todos,
menos de ellas y de su género. La ceguera política de género o la

14
creencia en que la violencia es
. . un asunto fuera de I0 lf .
1nconsc1encia sobre la discrimin . , • po treo, la
ac,on, o 1a creencia qu
nen de\ rech~s, recursos o poderes no se vive opresión
'
con e clas,smo y optan por Ios po bres, los desaparecidos,
: ~:,~Yt~~-
· •

.. . los
n1nos de la calle, los trabajadores, y no por las mujeres.
Hay feministas que optan por las pobres, las marginadas, las
campesinas, las prostitutas y no por las ricas, las que sí tienen
trabajo, las ilustradas, las teólogas. Se aplica el análisis de clase
V no el de género a la situación vital de las mujeres. Se combi-
na el clasismo con todo tipo de sectarismos ideológicos y polí-
ticos para decidir quiénes son las elegidas de la causa. El logro
patriarcal consiste en alejar a cada mujer de sí misma y de las
mujeres más próximas o con quienes tiene más semejanzas. Al
\uchar y participar por las otras, cada mujer se resiste a hacerlo
para sí misma y para las próximas, y se mantiene intocada por
el feminismo en su autoidentidad. A pesar de ello, aun a través
de ideologías que niegan la impronta de género, las mujeres van
desarrollando conciencia de semejanza y conciencia de sí mis-
mas.
En procesos políticos y en experiencias personales de anulación
de lo específicamente femenino, se ha gestado el deseo y la
necesidad del yo y se ha politizado. Ha surgido /a mismidad
como una dimensión formidable de la aculturación feminista. El
contacto con textos, experiencias, organizaciones, movimientos
o con mujeres feministas, permite a muchas irse colocando co-
mo centro y sentido de su vida tras procesos de resignificación
de su pasado, de sus expectativas y de su presente. La mismi-
dad es una de las dimensiones del capital simbólico del femi-
nismo.

Resistencias misóginas. Identificarse con el feminismo y con las


feministas conlleva una transgresión: incumplir la norma de
buen comportamiento en la república patriarcal, que exige a las
buenas mujeres hacer muestra pública y privada de su desvalo-
rización de lo femenino, y su repudio (hostilidad, rivalidad,

15
capacidades Y ha bi lid ad es
específicos. Reconocer la
significa un es fu er zo de co au to rid ad
mpensación fre nt e a lo qu
za, si gn ifi ca po se er au to no e desvalori-
m ía de ju ic io y fó rm ul as de
ción pr op ia s. Sólo así pu po nd er a-
ed e aceptarse la au to rid ad
ot ra s, fu nc io na r ac tiv am pr op ia y de
en te en la co ns tru cc ió n de
pi o Y el de las ot ra s, pe rm l po de r pr o-
ite in cr em en ta r el po de r de
to da s: la au to rid ad de gé género de
nero. Reconocerse en muj
to rid ad co nd uc e a la au eres con au-
to af irm ac ió n y al fo rta le
gé ne ro de las m uj er es y ci m ie nt o de
les pe rm ite empoderarse
po de re s de af irm ac ió n} . (cargarse de
En este paso, la autoridad
pr ot ec ci ón , de fe ns a y po sirve como
de r positivo a las mujeres
ta r el m un do , oc up ar es para e nf re n-
pacios, to m ar la palabra,
co nd ic io ne s, ne go cia r, establecer
acceder a recursos y op
Au to riz ar a las m uj er es or tu ni da de s.
es uno de los logros conc
aculturación retos en la
feminista.

Di sc on tin ui da d en la tra
nsmisión y la comunicació
n feministas
· 1s
El f em 1n · mo no cu en ta co n su fic ien
te s ca na les in st itu cio na
le.s
para su t ran Sm isi ón Está en esos es pa cio s de
· . pr es ta do , ma rg ,-
na lm en te o t O !e ra do ' no tie ne me dio s de co mu n1. .,
ca c1 on po de -
ro so s pa ra e u d ca r Po r el co nt ra rio , se di fu nd e, se de sa
. d rro lla
ns tru ye a lt er na as en un a pr of un a co n f ro nt ac . ,
tiv I' .
co 1o n po 1t1co -
la po lít ica de oc up ac ión
y ap er tu ra de es pa cio s
cu lt~ ~a l Y en d m bu la y
os 1c 1o ne s, y cir cu la o so br ev ive en in
ea st itu cio ne s
P , ica s po lít ica s, re lig ios 1
as , gu be rn am en ta es he , •
ac ad em ' . re ale s Esta cu ltu ra ge mo rn -
te pa tri a · em pie za a cr ea r es pa cio
ca m en . du s
óg ico s cid os y ma rg ina les , pe
g re ro po
pe d ª .. t Sin
te nc ia do s en las
,
fe mi n1 s as. em ba rg o, las fe m ini sta s tod av 1a
d
re es no ha n
on di cio ne s de cr ea r sus
pr op ias in st itu cio ne s ed
e5 ta do en c t·,vas de u-
. fo rm a , co mu nic ac ión . Mu ch os de los es pa cio s
cativas_,. fu er on cr ea do s en po de
ro so s m ov im ie nt os cu ltu
qu e ut il ,za n ui rie ro n es · d ' 1c
· os
ra -
q ue reQ pa cio s pe agog e ·d 1 ' ·
I eo og1cos. Las
1es
va nz an en las 1n . . .
. 1. ta s a st1 tuc 1o nes, oc up an es pa cio .
1
fe rn n :. s , los
•g nif y de sd e ahí re no mb ra n
res1 1c an el mu nd o. Con alt iba jos ,

17
son toleradas y hay quienes creen que aplicar
.
género consiste en usar un lenguaje supuestam e1t enfoque. de
...
(companeras ...
y companeros, .
ciudadanas en e) no sexista
y ciudadan
.
en la escritura, o no hacer comentarios misóginososdelante, 1a arroba
de
feministas. Nada apoya a las feministas ni a sus acciones, ni si-
quiera el lenguaje. El feminismo se abre camino en un altiso-
nante y omnipresente imaginario que exalta el orden moderno
patriarcal, sus valores y estereotipos. Los espacios abiertos a la
enseñanza del feminismo han sido parte de la construcción real
de alternativas y de la aculturación feminista con enorme des-
ventaja. Los esfuerzos, los cursos, diplomados, seminarios, talle-
res, círculos de lectura, los movimientos públicos y vis ibles, las
acciones políticas exitosas y los logros jurídicos y políticos, re-
su Ita n insuficientes para difundir el bagaje cultural del femi-
nismo, en un ambiente cultural saturado simbólicamente de
patriarcalismo.

Cada segundo, los medios de comun1cac1on,


· · ' ¡a mayoría
.. . de las
escuelas y de las iglesias,_ Y desd:
1
~~~~~!ª~:~am~:~:\:;:~a~~:I~
los valores, las interpretacro~~~:o. Millones de mujeres son ac-
Cada hecho refuerza lo apre n creencias Y visiones
a permanente e
tualizadas de maner , patriarcal no sólo se con-
h. La pedagog,a
misóginas y mac rstas. . s ero funcionales, sino que impacta
creta en consensos parc,ale p nciencia Y la visión de la
las identidades genenca ,
, . 5 la autoco

vida de las mujeres. h' tóricos nos llegan con


e los logros is
Las feministas sabemos qu No hay un piso mínimo de valores
enormes pérdidas culturales.' re es preciso volver a empezar,
d . 1 t ir S1emp · La
e 1gua ldad del cua par . la transm1s10. . , n entre las muJeres.
siempre algo se rompe en to no ha oído o leído o n~ se ha
mayori'a no ha tenido contac de so,,' o co n las nacidas hace decadas;
.
.interesa do · y esto .no suce . t an arcaicas como s1 no fue-
creencias
. , nes tienen
mujeres Jove
. modernas.
ran ni jóvenes ni . orporado la cultura que las
En breve tiempo la s niñas han inc

18
definirá como el niño~ las volverá invisibles y sólo las aceptará
sumisas, educadas, estudiosas, obedientes, trabajadoras , bue-
nas y bellas. Ellas son las más inaccesibles : atrapadas entre la
familia, la escuela, la iglesia y la televisión concatenada s, y sin
contactos posibles con la cultura feminista que circula por otros
caminos. A menos que en esos espacios estén en contacto con
feministas, los cuales en todo caso se dan en minoría.

El feminismo siempre es tardío. Todavía no es lengua materna,


ni cultura básica escolar, ni pensamiento universitario formati-
vo. Cada una debe hacer su experiencia personal a contraco-
rriente y tras haber vivido un trecho largo de vida y experiencias
patriarcales marcadoras.

La situación política de la cultura feminista obliga a su descubri-


miento tras vencer prejuicios y resistencias. Luego viene el ar-
duo camino de la reeducación crítica marcado por crisis identita-
rias. Si no fuera por los placeres de la mismidad., la sororidad Y
la solidaridad., y por el goce de intervenir en la propia vida y en
el mundo positivament e -que se generan en la experiencia fe-
minista - nadie persistiría.
La cultura feminista beneficia a las mujeres y a los hombres. Lo
hace como contención de oprobios, remedio a males y daños,
reparación a estados lamentables, como redefinición de caminos
individuales y colectivos. Por ello exige de cada quien una doble
disposición de vida: vivir lo posible en sintonía y desplegar un
esfuerzo agregado por ser compatibles sólo con fragmentos de
discursos y procesos, de personas y hechos contrad ·icto ·
. . . nos, por
conv1v1r con quienes reivindican todo pero el fe · ·
, m1n1smo .. .
Cada mujer precisa de su ingenio y su amor 4 •
d' b · · p a ra te1er la ur-
,m re mex1stente. Se trata de una revolu . ,
c1on amo r o sa porque

4 Luisa Murar? (1994: 140) considera ue "El


creadoras de s1mbólico y potencias no dese ~;or y b neces ida d son pot .
tanto más cuanto que su funciona . ono_c 1_ as para los s in poucr ~n~1as
uno/a por la antigua rela . , miento esta inscrito e . constituido
c1on con la madre" n cieno modo '
· en cada

19
las mu jere s com o gén ero h .
. em os sido e .
Basagl1a, com o ser par a ot s ,
, ons tru1 das , seg un Franca
v1a de exp rop iac ión del y ros y el am
. or a los otro s ha sido una
red efin ido des de la e't· o mis ma a 1 .
f . . as muJeres. Por ello , el am or
del ord en sim ból ico tea em1 • •
n1sta
es e
1
ave en el tras toc am ien to
1
maG como fun da nt: ~e 1~g1t1~ar_ la prioridad del am or a mí mis-
ció n de las •
re 1ac1ones con lo
ª
mismidad Y com o hito en la red efin í-
t , · a tram · en el
t e Iar f em1.n1s
.
ta es la ·
so ros. La un1c
•d
a pos ible
. , pro pia v1 a que emana del am or de cada
mu J~r a SI misma, el am or a las otra s y los
otro s com o seres
equ iva len tes , sem eja nte s y dife ren tes, y de la pasión
por vivi r en
cor res pon den cia con un mu ndo que realice los
valo res feminis-
tas . El des eo fem inis ta es amo ros o y es epis tem
ofíl ico, 7 no sólo
es el des eo de ver y apr ehe nde r, es la pasión por
sab er y descu-
brir , por inte rpr eta r el mu ndo y des cifr ar para
crear, inve nta r y
mo stra r en la cot idia nid ad que es posible. Está
tam bié n el hon -
do des eo por sut ura r la pro fun da escisión gen
érica inte rna de
cad a una y el des eo de aliv iar la ena jena ción con
l o s hom bre s y
con el mu ndo . El deseo fem inis ta de sint oni zar con
un mu ndo
ue nos colo ca en la per ifer ia, nos trat a como extr
anje ras non
;ra tas O nos rec ono ce sólo ~¡ lo com plac emo s cos
ific ada s y
enm u dec .idas , trab ajad ora s y bien portada
.
s. Peor a u n cuando se
.d .
1 ea 1iza lo fem eni no ' pero no a las muJ
. eres o se :<) ba el fem1-
. . .
. s·,quiera dial oga r con las fem1n1 8
nis mo sin stas.

1983 , anal iza las base s d~l amo r f~me nino y consider:1 que "Val ores
.
5
Bas agha _( .d d) rece ptivi dad, han sido enfa tizad
os com o ckrr ,·nto s sobr e los
com o fem i~d ' e la vida de las muje res, pero nunc
a h:111 s icl o 1.·! ·111entos vital es
cual es debe . ª~f·d o com o instr ume ntos para la sedu cció n ck·l : ·111bre o para la
para ellas,_ ~1~,º va 1
repr od~c cion · e polít ica amo rosa del femi nism o
6 D ah1 la enor m cont L:mp odm :o que impu lsa el
e d utoe stim .
a en las muJeres com o pnon'dRL1para log rar su parti
.
1
desa rrol~ ~ e ta ~o com o la repa ració n del daño que cipa -
. , poht 1ca, an ocas io na en 1~ subj etivi dad de
c1on . . colo cada s en segu n d o panI
o en sus atenc 1
.
o m:s , c11
.
• ':ido s y pres er-
las muJ eres set
. . olea das ama ndo a Ios otro s d e qme . . .
· · vivir v • . nes Sl' tkpc 11 · va qme nes se
vaci on, d' d y no recib ir el mism o tipo de amo r en r~T ;pn ,_ ·1 1 , , . ·
· ubor ma a,
~sta s istem ofili a es un conc epto d e Ma b e 1 Burm ·
(19X 7) cuyu cont enid o es el
La ep b y
de sa er de pode r geneFrado s en .
el dese o hos ti/.
dese o , ofist icad o está para ranco1se Coll in y Celia /\mo rós ( 1()98) en la
s Lo 1nas s
va 1o-

20
El deseo de sintonía ha hecho
que muchas m ·
mos e 1 destino patriarcal y d .d UJeres no acepte-
cada día para lograr que m . ec, amos transformar el mundo
UJeres y hombr .
equivalentes que cada qui es convivamos como
' en Iogre su desarroll ¡
catoria y el sustento de lo Ot o con a convo-
la pluralidad. s ros y en el que pueda prodigarse

L~ tran~misión de la cultura feminista implica múltiples retos en


dtmensto~~s convergentes y divergentes. Después de tres siglos,
cada fem1n1sta se inserta en espacios simbólicos particulares no
siempre relacionados y no se identifica con lo que otras hacen
en otros espacios. Somos semianalfabetas en feminismo a la
vez que hemos creado perspectivas complejas. Comenzarnos a
ampliar la influencia feminista, a compartir un lenguaje, inter-
pretaciones, conocimientos y dudas, y a delinear propósitos
articulados de manera integral: campañas, agendas, platafor-
mas y ritos públicos. La conciencia feminista avanza de manera
fragmentaria para la mayoría de las mujeres y remite a la parti-
cularidad. Lejos estamos de transmitirnos las ex periencias e
identificarnos con fluidez, de apropiarnos de un a cultura básica
feminista y de hacer nuestra la política feminist a.

Retos culturales feministas

Los retos impostergables en la aculturación femin ist :1 se refieren


al desarrollo de la pedagogía feminista, la au:r, .zación de las
experiencias y los saberes feministas, y la 1-: ;¡ itimidad del
tránsito personal y de las acciones feministas colectivas. Por
ello, nuestras necesidades son de:
- Espacios sóricos deformación académica y ,n 0 .1 : , :ca ilustrada
feminista.

ración que hacen filósofos posmodernos como Derrida de "lo k menino sin las
mujeres". ".. . una nueva edición del despotismo ilustrado ... Femenino sí feminis-
ta, no". ' '

21
- Espa cios femi nista s de resig n t· .
. 1
co I ect,v a. 1cac1ón ·d
' entu. nr,.n ind· 'd
1v, ua/ y
- Espa cios de conf luen cia polít ica .
de los grup os, los mov imie ntos I de la diver sidad posicionad
a
- Des arro llar una 't· y as personaj ac; fr,rninistas.
e ica Y una esté ti d
ca el orgu llo f eminista.

Req ueri mos actu ; ..


ar 1 em1n1stament t
espa cios mixt os ar 9
. e en re nosntrn s Y en los
jera rqui zada 1~ p ~ qu.e las mu.Jeres deje mo s¡ -, s, ·bordinación
. y perif eria mate rial y simbólica " c:Jnstruyamos
d ,vers as cent ralid
ades parit arias . , ,
La cultu ra femi nista es la más prod igios a creac ión cultu
ral de
las muje res. Para logra r que sea impr escin d ib 10 en el
bagaje
para digm ático del siglo XXI y del Tercer Mi lí:· ·o, para
evita r
pérd idas cultu rales irrem edia bles y consol id :-i r . J que
hemos
crea do y lo que somo s, nece sitam os /egit i, .. .-, auto
rizar y
hace r univ ersa lmen te necesaria la cultu ra femi n ·sta al most
rar-
la com o fuen te indis pens able de la cultu ra del de sarro
llo y la
conv iven cia dem ocrá tica basada en la igual d:i .I v la liber
tad
hum anas . ■

9
Nosotras, en la dimensión del sujeto colectivo de g\.' 1' · ) , · 11 construcción.
Cuando prevalece se potencia todo cuanto cada una es y b :. colectiva frente
a los otros y al mundo. Luce Irigaray (1992) hace depem:-: · J _, 1tras de la con-
ciencia de la diferencia, la del reconocimiento del ord~n ból ico femenino y
materno, y del reconocimiento de la otra.

22

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