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AL G D G A D U

S FU
Resp Digna y Progresista Log Simb ¨Rafael Nájera #33¨
Ven Maest Jorge Aníbal González Anaya
Ven Ad-Vitam ante Gran Logia Gabino Martínez Lozano
HPrimVig Rubén Ozoria Ballesteros
HSegVig Elmo Alanís Valdez
QQHH Visitadores, QQHH todos en sus grados,
con la venia del QH ORADOR Celedonio Garza Santorious

Pongo a consideración el sig. Trabajo de AM titulado:

El virtuoso

Al comenzar trabajos el V:. M:. le pregunta al Prim:. Vig:. sobre qué se entiende por masonería: “El
estudio de la filosofía moral para conocer la práctica de las virtudes…”

Quiero comenzar analizando esta línea la cual trae consigo gran parte de la escencia de la masonería: “El
estudio de la filosofía moral…” ¿Qué es la filosofía moral?, la filosofía moral es una rama de la filosofía
que estudia la conducta humana, en una sola palabra, se refiere a la ética. En cuanto a lo de “conocer la
práctica de las virtudes”, debemos de saber y entender qué es VIRTUD. Me recuerda a aquella de
muchas preguntas que se me hicieron la noche de mi inicación. Yo defino virtud a aquel acto que
provoca efectos favorables a partir de su existencia. En teoría, todos los hombres y mujeres somos
virtuosos por naturaleza, por el simple hecho de existir. Claro, cada quien se hace responsable de sí
mismo para cumplir con una función en la sociedad, es quí donde no todos llegan a alcanzar el
virtuosismo. La virtud también la defino como un hábito de hacer el bien. Esto no se culmina de la noche
a la mañana, ya que a diferencia de las COSTUMBRES (las cuales son impuestas por un entorno social),
la virtud requiere de esfuerzo, perseverancia y voluntad propia.

La liturgia del primer grado dice: “VIRTUD, es el esfuerzo que domina las pasiones. Para que exista, ha
de haber lucha; y no debe confundirse jamás con la HONRADEZ, la BENEVOLENCIA ni la
BENEFICENCIA, la primera se halla a menudo en los apáticos; la segunda en los débiles; y la tercera
puede maridarse con el vicio, y ningún apático, ningún débil, ninguno que delinca, es virtuoso. Ser
virtuoso es ser feliz.”

Aristóteles dice que la virtud es "una actividad del alma que pertenece al modo de ser, de comportarnos
bien o mal respecto de las pasiones". La afirmación anterior supone que la virtud es innata y que el
comportamiento humano puede ser bueno o malo según las pasiones. En palabras propias, la virtud es la
acción más apropiada a la naturaleza de cada ser; el acto más ad hoc a su esencia.

De esta manera, la virtud es uno de los elementos centrales de cualquier sistema de moralidad, ya sea la
masonería, un club social o incluso una religión. Las virtudes tienen como característica primordial, que
se contraponen a los vicios. Finalmente, las virtudes dentro de la masonería juegan un papel crucial en la
formación de los miembros de la orden, no podríamos entender el sentido de la masonería sin conocer a la
virtud como elemento central de esta.
En el primer grado, es usual que analicemos el concepto del trabajo dirigido por la inteligencia. Este se
ejemplifica con la alegoría del martillo y el cincel, de tal manera, que los masones sabemos que el
martillo representa a la fuerza y el cincel a la inteligencia. Además, deducimos que la fuerza (martillo)
por sí sola, sólo conduce a la destrucción si no está dirigida por la inteligencia (cincel). Y que, esta, si no
estuviera acompañada por el impulso del martillo, entonces tendría despropósito. Es aquí donde es el
momento del arduo trabajo de “pulir” o “debastar” la piedra bruta, dominar nuestras pasiones, esos
impulsos que provocan un camino nubloso y gris al momento de querer irradiar nuestra luz, esa luz que se
nos dio al final de nuestra iniciación. Todos tenemos un estado de imperfección y al momento de pasar de
ser profanos a ser iniciados tenemos una segunda oportunidad de corregir esa imperfección la cual nos ha
acompañado en nuestra vida “pasada”. Nuestro principal trabajo como aprendices de Mason es
transformar, cambiar, dejar de lado ese yo profano mediante el control de nuestro ego, dominio de
nuestras pasiones y depuración de los vicios.

Pudiera extenderme enormemente al hablar sobre los vicios y definir de distintas maneras el ego, sin
embargo quiero ser breve y consiso sobre estos dos factores que se convierten en obstáculos en este nuevo
comenzar al pertenecer a la orden masónica. Por vicios entendamos esas malas desiciones o acciones que
no retribuyen absolutamente nada positivo al universo, TODO LO CONTRARIO A VIRTUD; tengo que
aceptar que la procrastinación se ha convertido en un enemigo durante estos últimos meses, (dejar todo
para el último, como todo “buen” mexicano) sin embargo sé que estoy a tiempo para revertir este mal
hábito y adquirir la virtud de la puntualidad en mi ámbito laboral profano.

Los seres humanos somos criaturas que por naturaleza cometemos errores y estos no están relacionados
con los vicios de manera necesaria. Sin embargo, la manifestación constante de esos errores sí puede estar
relacionada con una conducta viciosa que no nos deja avanzar.

Por ejemplo, si constantemente tenemos que pedir disculpas por alguna falta, como llegar tarde, no estar
presentable, faltar a una promesa (o juramento…), incumplir con un pago, etc. Entonces tenemos un vicio
o varios. La labor de un masón es la de identificar estos elementos que constituyen un vicio e intentar, en
la medida de sus posibilidades de corregirlo.

“Esto no se trata de una carrera de velocistas, sino de una prueba de resistencia”, gran aportación de un
Q:. H:. que me ha dejado en claro y me ha vuelto a recordad mi principal objetivo entre todos los
HH:. que me rodean. Es bueno hacer esa analogía de atletas o deportistas de alto rendimiento, aptos y
preparados para ser parte de un maratón en el cuál lo más importante no es la velocidad sino la constancia
y el ritmo desde el inicio hasta poder alcanzar la meta. Ahora entiendo esas “medallas” que algunos HH:.
portan con gran orgullo y a la vez con gran humildad. Para trabajar con la piedra bruta necesito un
mandil, es tanto el trabajo y necesidad de pulir que mi babeta tiene que estar levantada para asegurar mi
protección como tal obrero o albañil de poca experiencia.

De nada sirve debastar rápidamente esa piedra, puedo romperla o provocarle más imperfecciones,
necesito ser meticuloso con cada detalle… lento pero seguro. Una vez controlada esa fuerza aplicada
inteligentemente con mi martillo y cincel, claro, sin olvidar la regla para medir tres veces 8, las cuales son
mis horas de trabajo, convivencia y descanso, podré llegar a la meta y portaré con orgullo mi medalla
como todo un Hombre Virtuoso. Ser Mason es difícil, y aún más cuando se quiere ser un Mason
VIRTUOSO.

Es cuanto.

Grado 1, Brandon Efraín Villarreal Martínez ∴ 19 enero 2022

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