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Estudios de
Análisis Económico
del Derecho
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ARA Editores
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- Estudios <le Análisis Etonón1k:o del Ot>recho --- -
,.·t' En Africa, en las regiones del sur del Sahara viene desarrollándose
una tragedia de dimensiones colosales. El desierto se viene expandiendo
a un ritmo acelerado amenazando, en palabras del ex-Secretario Generc:tl
de las Naciones lfnidas, Kurt Waldl1eim, "con l)orrar del mapa a cuatro o
cinco países africanos", trayendo hambre y desolación. Una de las naciones
víctimas directas de este fené)meno es Libia, cuyo territorio está compuesto
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en un 90% por desiertos. Pero esto no siempre fue así. Durante el Imperio
Romano, Libia estaba cubiert'l de árboles y el pastoreo era productivo.
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No existen variaci<>nes clin1áticas que puedan explicar la desertización
producida desde la época romana1•
de la PUCP. Oiciemhre 1991, pp. 131 - 157. 1 llURTON, J<>hn, en el prólogo de El Mito del Cclsto S<>Cial, CHElJNG. Stevcn, lJni611
• 'l.
Edit<.>rial, Madrid, 1990.
Ihidem, lc>c .cit.
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1
- - - Alti·t'tlo liull;1rd o c.lt'I Derecho
(iouz;íf� z · - -·- ·- Es l u< lín s de A ná lis is f.fonómic
· st o s d e la ac ti vi d ad d e p es ca d o re s
te> es p ro cl u ct o d e n o in te rnalizar los co
planteado en estos tér111inc>s incentiva a incrementar los rel)años sin ning(1n es
y caza d o re s, p e ro sí st 1s b e n e fi ci o s.
límite (en un mt1ndo que es J)Or definición lin1itade>). El destine> es la
ruina'. Lo que st1cede es que al llevar el ganado a pastar, se ton1a en p ri n ci p al fu n ci ó n d e la p ro p ie d ad es
Con10 bien dice Demsetz, la
cuenta el beneficio pere> no el costo. Esto es un claro eje1nplc> de u na íc io so s y d añ in o s d er iv ad o s d e l u so
extemalidad. Un sistetna de J)ropíedad común (como el que existe al s ur la internalizacié)n de los efect<>s l)enef >rmas de derecl1os de propiedad
\ A sí , el st 1rg in 1ie n to d e n t1ev as f<
del Sahara) lleva a que los individuos usen ce>mo un bien infinitc> (los de bienes. ev o s ef ec to s b cn ef ic io sc >s o
ic ié )n d e n
p uede ser asu mido c<)1no la apar
u
pastos) un IJien q11e es finito, es decir, escaso. Así, el comportamicnte> no aJ )a re ce n , e n to n ce s, c u an d o la
se condice con el nivel de escasez del bien. dañinos. Los derecl1os de ¡)ropiedad du ce IJeneficios superiores al
te rn al iz ac ió n d e la s ex te rn al id ad cs J) ro
in st o d e p e) n e en v ig e n ci a lo s
n (e l co r
La segundé! perspe<:tiva (y q ue, bien vista, no es sino la otra cara costo mismo de la intern")alizació in tc rn al iz ac ió n e s
derechos d e propiedad) . Com<> he m o s d ic h <> , la
de la moneda), es descrita por Rict1ard Posner. En un mundo en el que se ti vo s p ar a la tiliz ac ió n ef ic ie n te d e lo s
nec es ar ia p o rq u e cr e a lo s in ce n u
l1an abolido los derechos de pre>picdad, el agricultor que sien1bra la tierra, s, el ju st if ic at iv o d e to d o si st e n 1a d e
la fertiliza, y constr uye espantapájaros, se encontrará que c uando el maíz recursos. Este es, a fin de cuenta
esté liste) para ser cosechaclo sus vecinos vendrán y se lo llevarán sin qu e propiedacl.
pueda hacer nada para evitarlo. Obviamente, no habrá ningún incentiv<> l1 a a es q e el si st e m a d e p ro p ie d ad
pa ra volver a se1nbrar y el can1pesino abandonará la agric ultu ra. Así, no E l problema del sur del Sa r u
n u so ef ic ie n te d e lo s
in ce n ti va
vigente (l a propiedad comunal) no
u
se c rearán los incentivos necesaric>s para consegtiir las inversiones s d e e st as zo n as co n si d e ra n su s
ad o q u e al ac tu ar lo s l1 al )i ta n te
requeridas para la sul)sistenci�l de tod<>s los integrantes de la sociedad4. re cu rs o s, d
E n té rm in o s se n ci llo s, se co m p c> rt an si n
ben ef ic io s p er o n o lo s co st o s. ,
Si el beneficio de 1ni acción se traslada a tercerc>s, no existe motivación es ca se z d e lo s re cu rs o s q u e u ti liza n
para desarrollar la actividad. En este caso el agente se alJstienc de tomar e n consideración el nivel de
se d e el lo su so b re ex p lo ta ci ó n .
determinad<> comportamiento, precisamente para ne> generar beneficios dcrivándc>
extcrn<>s (cxtemalidades) en favor de terceros y qu e ne> v,1 a gozar. ía p en sa rs e q u e la p rc >p ie d ad p ri va d a
De lo dicho hasta aquí podr ia m en te ci er te >. E x is te n
es n ec es ar
Son varias las conclusiones que podemos extraer. La pr<>piedad se es e l sistema más deseal)lc, pero ello no un uso eficiente de los recursos
as d e re g la ci ó n so ci al q u e permiten
presenta como una necesidad en aquellos bienes considerados escasos. sist em u
p ri va d a, p o r lo m en o s ta l
p r< >p ie d ad
Así, por ejemplo, ne> existe prOJ)iedad se>bre el aire, pc)rque su abundancia sin basarse, en sentido estricto, en la m u n id ad es ca m p es in as , d o n d e
co1no la conocemos. Por ejemplo, e n las n u so común, se consigue un co
no lo justifica. Hay tanto, que en principio su uso no genera ninguna n s ujetos a u
gra n p art e d e lo s re cu rs o s es tá o s
extemalidad respecto de terceros. Esto, sin e1nbargo, ha comenzado a re cu rs o s a tr av é s d e m e ca n is m
cambiar. La contaminación ambiental comienza a tornar en escaso el aprovechamiento eficiente de los g u la ci ó n d e co n d u ct a. E st o s
al es , c ltu ra le s y h as ta fa m il ia re s, d e re
recurso y Cf>mienza a pensarse en la necesidad de regular su uso. Ya en so ci u
ea n d o si st em as al te rn at iv o s
al id ad es , cr
algunas ciudades de Japón existen casetas en las calles, en las que alguien mecanismos internalizan las extem ea n lo s in ce n ti vc )s n ec es ar io s
u e cr
puede "comprar", depc>sitandc> algunas·m()nedas, u ·nas tJocanadas de aire de sanción (normalmente sociales) q l> ar g o , es te ú ltin 10 te m a, q u e
par a co m p c> rt arse ef ic ie n te m en te . Si n em
p uro. Casos similares son los de la pesca o la caza, cu ando la actitud n te , n o e s m at er ia d el p re se n te tr ab aj o .
depredatoria pone en riesgo de extinción ciertas especies. En realidad resulta de por sí sumamente interesa g u la ci ó n en n u es tr o si st em a
n ic o q u e b u sc am o s es an al iz ar cu ál e s la re
Lo ú •
.3 HAROIN, (i;j rrett. "Thc Trage<ly of I he Co1nmons... En: f.'conomir.: f'ou11clatio11s vfProper�J'
Luu•, liruce Ackerman. Little Br<>wn and Co1npany. Boston and T<>ronto, 1975. p. 4. er ty Rights''. En : Ameri,an Ec cln omics Re
ry of Pr<)p
4 POSNER. Richard A. f:l·onom ic Aua{J·.,•is of LUll'. l.ittle IJrown and C<>mpany. li<>st<ln an<l 5 DEMSt:TZ, Harold. "Toward a Theo
Toronto, 3 ª ed., 1986. p. 30. víew. N º 57, mayo 1967. p. 347.
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- - Alfredo llullarc.l Gon.z:ílei - -
· -·------- - - - Estudios de Análisis F.con(>1nico <lel l)erecho - -
de pro pie da d privada, y córnc> éste Ctlmple e> ne> la función de aparecen co1nc> c<>nsect1enci,1 de la existencia de cosas y del prol)lema
internalizaci(>n de externalid::tdes que ya hem<>s señaltidc>. ele cón1c> det)en ser ést,1s us,tdas. Los derech<)S de ¡)rOJJiedad determinan
normas de conducta respecto ele las cosas que todas y cada una de las
¡Jersonas deben respetar ct1ando interactúan; de n<> ser �lsí, se deberá
2. ¿Cómo se debe excluir a los demás? sopc>rtar el costo de st1 inobservancia_
-
De hecho, la existencia de externalidades es una de las El sistetlla de pr<>piedad puede ser definido com<> el conjunto de
p reocupaciones principales frente a las que, consciente o relaciones ecc>nómic�ls y sociales que definen la posición de cada
inconsc·ientemente, se enfrenta el l)erecho y, en concreto, frente a las individuo respecto al uso de los bienes escasos º. 1'orrcs I,ópez señala las
que se encuentra el legislador. Si las extcmalidades l1an sid<> definidas tres características esenciales que debe cumplir el sisten1a de derechos
con10 los efectos no contratados de la condt1cta ht1n1ana, y es la función de propiedad para desarroll::ir la función a la que l1a sido llamada.
del Derecho regular dicl1a conducta; tod<1 decisión legal deter1nina cómo
se manifiestan las cxternalidades y cuáles de ellas son efectivamente a) Universalidad_- t<)dos los recursos deben ser poseídc)s por alguien,
internalizadas. salvo que se,1n tan abundantes que puedan ser consumidos por
ct1alqt1icra sin necesidad de excluir a los demás (come> sería, por
lJno de los errores más comunes radica en el hecho de que ct1ando ejemplo, el caso del aire).
el legislador o quien diseña alguna política gubernamental se encuentra
frente a una cxtemalidad no deseada, entiende que la única fonna de l)),,Exclusividad.- se debe garantizar jurídicamente la posibilidad de
resolverla es a través de la intervención estatal direct�l. Esto, que es cierto excluir a los dcinás <lel consumo y uso del bien en cuestión_ Así,
en muchas ocasiones, no es siempre así. los derechos de prc>piedad sólo aparecen cuando los costos de
lograr su uso exclt1sivo resultan co1npensados por los beneficios
Muchas veces la intervención estatal genera costos mayores ql1e que el propio uso exclusivo genera.
l<>s que genera la prOJ)ia externalidad qt1e pretende eliminar. En ocasiones
una correcta asignacié)n de derecl10s de propiedad hace innecesaria la c) Transferibilidad_- se requiere que por medio de intercambios
intervención estatal, pues intemaliza la externaliclad a un cost<) menor. voluntaric>s los recursos pasen de sus usc)s menos valiosos a los
No pretendemos, sin embargo, hacer tin estt1dio valorativo S<>bre la más valiosos7.
conveniencia o no de un sisten1a de propiedad privada. Las variables son
demasiadas para ser desarrolladas en un trabajo tan simple como éste. Nos interesa concentrar la atención del lect<>r en las dos últimas
Nuestro objetive> es más l1umílde. ¿Es nuestro sistema coherente con la características. En lo que concierne a la exclusividad, ésta no es otra cosa
funci(>n que la propiedad privada debe desarrollar según su propia que lo que la doctrina tradici(>nal ha denominado el carácter "erga omnes",
concepción? El presente trabajo se limitará, como veret11os más adelante, es decir, la op<>nil>ilid�ld alJsoluta del derecho de p ropiedad. Es esta
al análisis de ·este aspecto en el sistema peruan<> de transferencia de la oponibilidad la que convierte a la propiedad en el vel1ículo idóneo para
propiedad ininueble. internalizar las extcrnalidades. A partir de la exclusión que uno hace de
-·. -·-------
Como ya hemos viste>, y en concordancia con lo que señalan
•
. · Eco notnil: Theory: :1
Eirí k y PEJ OV ICH , Sve t<)Z :Jr. • Pro per ty Ríg hts and
. Furoboth y Pej<>vich, un punto central es darse cuenta de qt1e los derechos 6 FlJROI�OT
Survey of
H.
llec ent Líte ratu rc". En: Jou rna / o/ Ec( )no mtc s Litc •rat 1 . 1 re, í>ic icm hre 1972. Vol.
de propiedad no son relaciones entre los hombres y las cosas, sino X, N Q 4. p.11.
o. Edi tor ial Ter nos S.A., Madrid,
mic 11 tlel f>er ec:h
regt1laciones de las relaciones de condt1cta entre los hombres, que 7 l'ORRE S LÓP
1987, p. 49 .
EZ, Ju:1 n. At1 á/is is J{ c r1n6
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--- --- -- Alfretlo liullar<l GonZ;Ílez -· -- -- ---- - - - tstu<li(>S <le Análi..,is I::<.:<>númic< > del Dere<.·ho -· - · - --
los demás surge el incentivo para invertir capitaJ y lrabajo en un bien ele ambos aspectos. Por eso, el derecho de propiedad tiene un valor su
detern1inado y, con10 contrapartida, rac i<>nalizar los coslos que se perior al que tiene un derechc> real de uso. En este sentido se pronuncia
derivarían de una sol)reexplotación del bien, [>cjovich, quien dice que el valor de los bienes depende del contenido de
-,, los derechos de prc>piedad que recaen sobre estos bienes. Por ejemplo,
Como señala Dcmsetz, la ¡)ropiedad se desarrolla cuanclo los
,, ,,
se pagaría más por una casa si el derecho sobre ésta permite excluir la
'·
beneficios de la intcrnalizac·ión S<>n mayores que el costo n1ismo ele la instalación en el barrio de estaciones de gasolina, plantas químicas,
intcrnalizaci(>n • Cc>n10 podcmc>s ver, e! costo de internalizar es en realidad
industrias molestas, etc. H1
8
r· ,..,
9 IJllRTON, op. cit., p. 32. 10 PEJOVICH, Svetozar. "Towards an ECllD<lmic The<lry <>f the Creati<.>n and Specification of
Property Rights". En: Revieu1 uf Social Ec:uriomtc.�. Vol XXX, n2 3, setiemt>re 1972.
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--- ...\lfr�do Bul1;1n.l C,onz;:il�z - ·- · -- - - ------ E�tudios d� An;ílisis Económico del Derecho . • - -------
3. ¿Cómo se transmite la posibilidad de excluir? pues el precícJ qt1c se fije va a ser, de ordinario, considerable1nente n1enor
al de <>lro inmueble sí registrado. La prc)tección registra} y la certeza que
Hen1os vist<>que el "quid" de la pr<)piedad radica en esta posilJilidad lJrinda son 1�1 explicación a este mayor valor. En el fondo, lo que hace la
de excluir a los de1nás. Sólo así el propietario intemaliza de n1anera efectiva diferencia es que quien compra siente que el registro le garantiza una
las cxternalidades. Por tanto, le corresponde al sistema jurídico, a través posibilidad de exclu sión más perfecta y, por tanto, más valiosa. En el
del diseño de l�l estructt1ra del sistema de derechos de propiedad, crear inn1t1el)le no registrado se introdt1ce el azar, y con ello la irracionalidad.
los incentiV(>s necesarios para una eficiente asignación de recursos. Aquí Por lógica consecuencia , la posibilidad de excluir ya no es tan cierta.
entra a tallar aquel carácter del sistema de derechos de propiedad que Este riesgo podría determinar que se adquiera una propiedad que no
íba1nos a relaci<>nar con la exclusividad, esto es, la transferibilidad. permita excluir, por ejemplo, a t1n adquirente anterior. Estaríamos
' i entonces ante una pr<)piedad disfuncional o, dicho de una manera más
. Tradicionalmente se nos ha dichc> que uno de los principios clara, ante la ausencia de un auténtico derecl10 de propiedad.
básicos que inspira y organiza un sistema de transferencia de propiedad
es el de "seguridad jurídica". Según este principio Ja transmisión de la Un sistema de transferencia de propiedad coherente debe dar al
propiedad debe estar dotada de una serie de garantías que permitan al adquirente la certeza de poder excluir a cualquier otro pretendido
adquirente sentirse segur<> de Ia operación de "compra" de un derecho, ;:1dqt1irente, es decir, una posibilidad de exclu si{>n total. Un sistema que
favoreciendo así el tráfico y la circulación económica de los l)ienes (y, en no reuna estas características no permite una efectiva internalización de
el fondo, la reasignación de los recursc>s a sus usos más valiosos). todc>s los beneficios y costos externos (externalidades), por lo que no
creará los incentivos necesarios para una eficiente asignación y uso de
En términos econótnicos, la seguridad en el tráfico está íntiman1ente lc>s recursos escasos. De ello se derivarán, a nuestro entender, dos
vinculada con los conceptos que hemos venido desarrollando. La decisión .
consecuencias:
econé>mica de los individt1os debe tener bases de racionalidad, de manera
que todo efectc> pueda ser previsto por el agente. Ello implica que el a) La falta de certeza en la transmisión de la facultad de excluir
' i
' azar, por la irracic>nalidad que le es consustancial, debe ser eliminado determinará que muchas operaciones de intercambio que, por su
i
1
como eletnento que pueda afectar el rest1ltado de una decisión. Siendo la naturaleza, serían eficientes (correcta asignación de recursos) no
. 1 transferencia de la propiedad un claro caso de decisión económica (es, se lleven a cabe>, debido a la incertidumbre que dicha adqu isición
en términos latos, Ja c>peración base de todo el sistema de mercado), el significaría para un potencial nuevo titular.
sistema debe estar orientado a eliminar el azar.
b) En los casos en que se llegue a dar la transmisión del derecho,
El riesg<> que está presente en toda tr.:tnsferencia r.adica en el hect1c> pero no exista certeza absoluta de la propia titularidad del
de que podría ne> transmitirse al adquirente la potestad de excluir a los transferente o del contenido de las facultades que confiere, los
demás, o que la pc>sibilidad de exclusi{>n no sea trans111itida en términos
!
una edificación), a la espera del momento en que la inscripción se compre, pues valoriza el bien más que "A" (y pc>r tanto, se pt1ede presumir
produzca. qt1e l1abrá una asignación del recurso a su uso más valioso). Imaginemos
también que no existe un registro púl)lico que otorgue certeza a nuestra
Estas consecuencias de un sistema de transferencia · ineficiente adquisición, por lo que existe estadística1nente un 30º/4 de posibilidades
genera costos no deseados. Estos costos se ven a su vez maximizados que la transferencia de propiedad no sea perfecta (porque, pc>r ejemplo,
por una característica típica de) comportamiento económico de los no tenemos forma de saber si "X" le vendió previamente la casa a un
individuos, la aversión al riesgo. Este concepto se contrapone con el de tercero). Tanto "A" co1no "B" van a "castigar'' su valc>rización de la casa si
neutralidad al riesgo. Como señala Polinsky, la aversión al riesgo significa es que se comportan come) inclividt10s económicamente racionales. Este
que l<)S individuos toman en cuenta no sólo el valor esperado del riesgc> "castigo" es producto de la incertidumbre qt1e la adquisición del inmueble
sino la magnitud absoluta del mismo. Así por ejen1plo, una persona con genera.
aversión al riesgo, a diferencia de una persona neutr.il al mismo, no va a
ser indiferente entre una pérdida cierta de $ 5'000,000 y el 10% de El resultado es que "A'' estará dispuesto a pagar como precio 63
posibilidades de perder$ 50'000,000. En este caso quien tiene aversión al (90-27=63, siendo 27 el 30% de la valorización de 90 l1echa por "A").
riesgo preferirá perder $ 5'000,000 con certeza, a correrse el riesgo de Siendo esta cifra mayor que el precio fijadc> por "X", habrá acuerdo ("A"
estar en situación de perder$ 50'0()0,000. Para el neutral al riesgo, esto es estaría ganando 3, es decir 63-60=3), y por tanto se concretará la operación
totalmente indiferente 11 • Esta característica del individuo se refleja de compraventa. El comportamiento de "A" grafica claramente su
claramente en la fonnación y entrenamiento que recibimos los abogados. neutralidad al riesgc): el "castigo" en su valorización refleja la magnitud
En general estamos preparados par.i comportamos como si tuviésemos estadística del riesgo asumido, pero veamos qué pasa con "B". Por efecto
una exagerada aversión al riesgo cuando aconsejamos a un cliente. Por de la aversión al riesgc> va a castigar el precio en un porcentaje mayor a la
¡ !
ejemplo, cuando l1acemos un estudio de títulos antes de una compraventa magnitud. estadística del riesgo. Digamos que sólo estaría dispuesto a
solemos "asustar" a nuestro cliente, mostrándole las posibles comprar el inmueble si el precio resulta siendc> inferior a un "castigo" de
consecuencias de una imperfección en los títulos, por más de que la su valorización en 45%. Los 15 puntc)s porcentuales adicic)nales al castigo
eventualidad que pueda generar el riesgo se presente quede reducida que hace "A", reflejan el costo de su riesgo, o dicho de otra forma, cuánto
casi al absurdo. Incluso, en estas circunstancias muchas veces aconsejamos estaría dispuest<) a recibir por correr un riesgo de 30º/o de quedarse sin su
que no se realice la compra hasta que los títulos no hayan sido saneados. adquisición. El resultado es que sólo estará dispuesto a pagar 55 (1()0-
Ello l1a hecl10 que nos ganemos la fama de "trabar" las operaciones de 45=55, siendo 45 el 45% de la valorización de 100 hecha por B"). Siendo
intercambio comercial e inmobiliario. ,,
esta cantidad menor al precio fijado por "X (y a lo que está dispuesto a
ofrecer "A"), "B" no comprará el bien, pues está operación lé significaría
La aversión determina que el individuo no tome en cuenta la
a "X" una pérdida estimada de 5 (60-55=5), a pesar que en términos
magnitud racional del riesgo, sino que tienda a exagerarlo, deformando absolutos pudo ser la solución más eficiente.
los presupuestos de base mediante los cuales se orientan las decisiones
económicas. Grafiquemos esto con un ejemplo. "X" es propietario de Cambiemos ahora uno de los supuestos. Asumamos que existe un
una casa que es deseada por "A" y "B". "A" es neutral al riesgo y "B" tiene sistema registral confiable que nos da un 100% de certeza. la propiedad
aversión al mismo. "A" valoriza la casa en 90 y "B" en 100. En este sentido de "X" aparece inscrita en Registros Públicos, y el sistema legal le garantiza
Jo deseable, por ser económicamente eficiente, es que sea "B" el que la tanto a "A" como a "B" que si compran el inmueble su adquisición será
inatacable; es decir, podrán excluir efectivamente a todos los demás. En
11 POLINSKY, A. Mitchell. An Intr<)UU<.'tion to Law and Economics. Litrle lJrown and Com este supuesto, el hecho que "A" sea neutral al riesgo y "B" tenga aversión
..
,
pany, nosh,n a nd Tc>r<>ntc>, 6ta. reitnpresii)n, 1983. p.51. al mismo no tiene ningún efecto. Esta sitqación nos es indiferente. Hay
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--- - - Altr�tlo 11ull:..1ru <.,oniáiez -- -- -- -- · -- --· --
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- Estudios de Análisis F.f<)n<·imico dt�I Ocrccho- - - - - - - -
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seguridad, desaparece Ja incertidu1nbre, y el azar deja de ser un n1ecanisn10 relativo bajo costo en relación al valor del bien cuya propiedad
de asignación de recurs<>s. La decisión econó111íca se torna cc>mplet1mente pttl)licita. La facultad de exclusión, debe derivarse directa1nente
racion,11. Así, será "B" (quien valc>riza rnás la casa) finaln1ente quien la de la cc>nsc>lidaci(>n del signe) de cognoscil)ilid:1d (por ejemplo,
C<>tnprará. Esta solución es la inás eficiente, pt1es lleva a una correcta de la inscripción en el registro correspondiente), de lo contrario
asignación de los recursos, permitiendo que la propiedad cu111pla la estaremos ante el abst1rdo de que existan sujetos excluidos que
función que le corresponde e internalice las externalidades. no estén en la posibilidad de conocer quién y cómo los excluye.
Según lo que hen1os visto, ¿cómo se debe transmitir la facultad de
excluir? O dicl10 en <)tras términos, ¿qué requisitos debe cumplir un siste1na ¿Transmite el sistema peruano la facultad de excluir?
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· - - · - Alt'rt'c.lo Iiul lar<l González --- ----
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Estudios de Análísis Eronó1niro del l)�r�cho - ----- - ··- .._
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Nuestr<> Código Civil habla de la p
11 del Libro V (artículc>s 923 a 9 rc >p iedad, dedicándole el Título
98), sin perjuicio de otrc>s varios a In1agíne1n<>s al cliente que acude a un estudio de abogados y le
dispersos en otras partes del m rtículos 1)regt1nta a une> de sus integr.antes desde qué momento sería propietario
ismo cuerpo legal. Además, e
innumerables disposiciones C<>n xisten {iel in1nueble que desea comprar. Itnaginemos que el abogado se limita a
tenidas en una serie de c>tras no
(leyes urbanas, regla111cnto gene rmas leerle y explicarle el texto del artículo 949. El cliente1 confiado en que el
ral d e construcciones, leyes agra
no rmas sobre pr<>piedad horizon rias, :-;imple contrato lo l1ará propietario, sale de la oficina y celebra el contrato
tal, etc.). Así, la propiedad atra
nuestro sistema y es quizá la cc>lu viesa (le compraventa. Cuando va a tomar posesié>n de su inmueble se da con la
mna vertebral del Derecho patrim
privado, siendc> uno de lc>s pun onial sc>rpresa de qt1c está ocupado por un tercero, el n1ismo que tiene su derecho
tos más importantes el concernie
los bienes inmuebles. Toda acti nte a inscrito. Al pedirle su título de prc)piedad el ocupante le enseña al cliente
vidad hu1nana requiere de un á
d e un espacio g e o g rá fi c o d o n d mbito, una escritura pública cuya fecha es posterior al contrato que él celebró.
e llevarse a cal)o. La viviend
producción industrial, la agricu a, la Recordando las palabr.as de su abogado y utilizando un poco de sentido
ltura, la educación, la recreación
requieren de inmuebles y, p o r , etc., común le dice que ese título no tiene ningún valor, pues en la fecha que se
tanto, de de rechos de propieda
p o r medio de la facultad de exclu d que celebró ese c<>ntrato él ya había celebrado ( con anterioridad) otro contrato
sión permitan a los individuos asi
estos recursos escasos (que son gnar ('.On el propietario; por tanto, en la fecha de la escritura pública quien le
la tierra y las edificaciones) a su
más valiosos. Esto nos lleva a ap s usos vendió al ocupante no era propietario, y como nadie puede transferir el
licar el marce> general desarrolla
lo s puntos anteriores al régim do en derecho que no tiene, queda claro que el único título válídc> es el suyo. Sin
en de transmisión de la p ro p ie
inmuebJe. dad etnbargo, en el juicio que siguió con el ocupante el cliente se encuentra
con la sorpresa de que el Poder Judicial le da la rc:1zón a la otra parte.
En nuestro diseño legislativo )a no
949 del Código Civil. n n a clave parecería ser el artículo
El error en el consejo del abogado está en haber confundido la
definición formal (y abstracta) contenida en el Código, con el
,'. Artículo 949.- "La sola obligac funcionamiento del Derecho en la realidad. En el trasfondo de la
detenninado hace al acreedor pro ió n de enajenar un inmueble
pietario de él, salvo dispc>sición le pregunta del cliente estaba la siguiente inquietud: ¿A partir de cuándo
diferente o pacto en contrario". gal podré yo excluir a los demás? Para fines prácticos esto es lo único que
le interesaba. El abogadc> le contestó una pregunta distinta: ¿Desde
Esta norma recoge la teoría fr cuándc> dice el Códigc> Civil que tengc> un derecho llamado "propiedad"?
consentimiento tiene la facultad d a n cesa s e g ú n la cual el m e ro
e transmitir la propiedad al adquir c:c>mo vi1nos en el ejemplo, las respuestas a estas dos preguntas son
E n té rm in o s la to s , la p ro p ie ente. diferentes. El Código habla de una relación jurídica a la que llama
d a d se tr a n s fi e re a l m o m e n to
p e rf e c c io n a m ie n to d e l c o n tr del "propiedad", que aparece en el momento en que se celebra el contrato.
a to . Sin e m b a rg o , e s ta n o rm
completamente incoherente co a . es Pero esta "propiedad" es una propiedad relativa (lo que en sí mismo es
n la función que la propiedad
desarrollar. El cc>ntrato es un acto debe un contrasentido), pues no permite excluir a todos. Tan es así, que un
que, d e ordinario, permanece oc
conocin1iento de tercerc>s. Ello q ulto al ,1dquirente posterior, pero que insc ribe su de recho con anterioridad,
uiere decir que carece de la cuali
ser u n signo de cognoscibilidad dad de no podrá ser excluido. En rcalidad1 nadie es un auténtico propietario al
y, por tanto, de alcanzar informa
los terceros sobre quien goza de ción a celebrar un simple contrato. La respuesta del abogado debería haber
la titularidad para pc>der excluirlo
relación. S i el artículo 949 fuese s de la sido otra, así debió decirle a su cliente que nada significaba el simple
e l único referido a la transferen
propiedad, la disfuncionalidad de cia de contrato para los fines de exclusión absoluta (y que se grafican
l sistema sería evidente, pero cua
abogado sabe que esto no es así lquier claramente en la expresión "esto es mío", lo que por contraposición
y que el postulado propuesto en
n o funciona en la realidad tal co el 949 quiere decir que no es de nadie más) y que si se quería sentir un
.' mo se ha descrito.
,
auténtico propietario debía tomar las medidas y previsiones necesarias
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¡11.. - ·
- __ .._ ·---..· -- ·-· '-· --·-· -·
Alfredo lk11lar<l <}onz:ík·z - - --- --- --- --- -- · ---· • ·-- - Eslutli<>S
- ot' Anjlísis Econúnti<.'O del Oert:cho --
--- --
ue in s c ri b ir s d e re c h o a n te s
p e s a r d e e ll o , P e d ro c c> n s ig u
La bl1ena fe del tercero se presume 111ientras no se pruebe que 1:t•(lcrico. A la b u e n a fe d e b ía s u b s is ti r h a sta la
i in te rp re ta m o s q u e
conocía la inexactitud del registro". <1l1c Federico. S ri m a r s a d q u is ic ió n a rg u m e n ta n d o
, F e d e ri c <> p o d rí a h a c e r p u
i11st·ripción e n to d e la in s c ri p c ió n . A n u e s tr o
v o m a la fe a l m o m
Articulo 2016.- "La prioridad en el tiempc> de la inscripción <l llt' P e d ro tu e u n s is te m a c o h e re n te q u e o to rg ue
s ir ra c io n a l d a d o q u
dcterrnina la preferencia de los derechos que otorga el registro". l"ntender 1 esto e a n d o c o m o c o n s e c u e n c ia lo s e fectos
lo s a d q u ir e n te s , e li m in
s<:guridad a s ta s e g tt rid a d a l m o m e n to e n q u e s e
a l ri s g o , d e b e d a r e
Artículo 2022.- "Para oponer derechos reales sobre inmuebles a ti <..· la aversión e
n es e m <>m e n to d o n d e e l in d iv id uo
quienes tan1bién tienen derechos reales sol>re los mismos, es preciso que d e c is ió n e c o n ó m ic a . E s e
;t(lopta la s y b e n fi c io s y p e d e p re d e c ir la s
lu a c ió n d e s t1 s c o s to e u
' el derecho que se opone esté inscrito con anterioridad al de aquél a quien l 1;lcc la eva ta m l) ié n e n e s e m o m e n to q u e s u
' s d s u s a c to s e s
1
'
se opone. <.·<)nsccuencia e
t erior re s lta tr a sc n d e n te . S i n o fu e ra
ia d e n a c o m p ra v e n ta a n u e
'1 ignoranc u
ió n q u d a s u je ta a l a za r d e
m o s n e v a m e n te q u e su decis e
Si se trata de derechos de distinta naturaleza se aplican las ;tsí tendría u
a c c id e n ta l, d e la e x is te n c 1a d e u n a
, in c lu s o d e m a n e ra
disposiciones del derecl10 común". enterarse o no o ri d a d a la c e le b ra c ió n d e l c o n tr a to .
te ri o r, c o n p o s t ri
cc.)1npraventa an
e
su adquisición una vez que haya guro de <.:c>n treinca añc)s de mantener un determinado status registral. Se
inscrito su derecho, previo estu
títulos a fin de verificar que n o e dio de �1<.lquiere por prescripción cu,1ndo alguien ha poseído por treinta añc>s
xistan causales de anulación, resc
resolución que consten en Regis isión o un inn1uel)le, es decir, ct1ando se ha comportad(> como propietario J)Or
tros Públicos (siguiendo lo que in
artículo 2014); .para ello el abo dica el tc>do este período de tiempo. Para comportarse como propietario (es
gado c>btiene copia de los resp
asientos registrales, así como d ectivos decir, para ejercer de hecho uno o más de los atributos de la propiedad)
e tc>dos los demás títulos y docu
pertinentes. Luego de un ciudad mentos no bastan meros actos de disposición inscritos en los Registros Públicos,
oso estudio determina que no exis
alguno en los últi1nos 30 años (p te vici<> <le lo contrario, el segundo párrafo del artículo 952 carecería por
eríodo establecido para la presc
larga, de acuerde> a l artículo 950 ripción cc>n1pleto de sentido. Así, ne> cabe argumentar qu·c la celebración de
que deberá concordarse con el
2122 liasta el 14 d e novieml)re d artículo
e 1994) por le> que aconseja a su
que proceda a la con1pra del inn1 cliente
ueble, reco1nendándole ciertas m
contractuales a fi n d e garantiz edidas de 1994 > se explica p(lr<¡ue, en cas<l 4ue en la t:adena <.le transmisi<>nes <le propiedad
ar su derecho hasta la inscrip
ción 12• ;1parezca algún vicio anteri(>r al inicí<> de este plazo, esto poco ín1porr�1ri;1, pues ºel
poseedor actual i�ual hul)iese adquirid<> ya por prescripci<'>n, sant"ándose cual4uier
12 Deht> tenerse en cuenta <¡ deficie nci,1. Así, se evita lo 4 ue se <"<>no<:e C(>ffi<> la "pruel>a <liah(>lira ", y que n<> es (>tf<t
ue el plaZ() de treinta años (o rosa 4ue la necesidad <le proh;1r una cadena in,uestional->le de adquisiciones desde los
diez, ;j par tir del 14 <le novie1nhre
orígenes del bien par:1 legitimar al propiet,1ri<>.
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'
contratos cc)nstituyen actos posesc>rios (ejercicio de Ia facultad de "' • \ ·e , 11vierte en nuestro sistema en un signo de cognoscil)ilidad 0¡1onible
dis¡)osición); hacerlo i111r)licaría aceptar que si treinta personas celebrar 111rll1S(> �l l,1 inscripción registra!, a pesar que resulta ol)vio que esto
contratos sobre un mismo in111ueble tendremos treinta poseedores. La 11111111< > l"S t1n signo 1nucl10 más perfecto y cierto.
posesión implica una inmediación física o jurídica al bien, que no se da
por la simple inscripción de una transferencia. Cc>nsecuencia de lo dichc> es que en una transferencia de propiedad
1u1i·<I<· ser que la tradición sea t1n hecho much<> más in1pc>rtante que la
Existen básicamente dos tipos de relaciones que se estat)lecen 111.,< ·riJ)cié>n. Si alguien tiene la posesión actual del inn1ueble y puede sumar
entre la prescripción y la inscripción registra!. Pc)demos estar frente a l1c·i111;1 �1nos para atrás, podrá sien1pre argumentar que ha adquirido por
una prescripción "secundum tabulas" o a una "contra tabulas". La 1 ,rt·s<·riJ)l·íón. f>uede darse el caso de que alguien, an1parándose en e)
1,
prescripción "secundum tabulas" se da cuando el poseedor que arguye 1t·�i�tr<>, inscríl)a su adquisición con posterioridad a la fecha en que el
1
haber adquirido por prescripción no sólo ha tenido la posesión física J >i >s<.'<.'dc>r pueda argumentar que ya adquirió por prescripción. Algunos
1
del inmueble (sea por propia posesión o utilizando la facultad contenida 1111<·ll(•n pensar qL1e ello convierte en propietario a quien inscribe su
1
en el artículo 898 para sumar los plazos posesorios), sino lo que < lt'l'l't'll<> (al atnparo del artíct1lo 2014), y que, por tanto, el pc>seedor pierde
1
podríamos llamar una ''posesión" registral. Así, la historia registra! co l:i 1)r<>piedad que adquirió por ''usucapion". Esto, a nuestro entender, es
1
incide con la historia de los antecedentes de las operaciones de 1111 l·rror. Quizá en el preciso instante de la inscripción tengan10s un nuevo
transferencia mediante las cuales llegó a poseer. Ello, obviamente, sólo 1 )I"( >J)ietario, pero in1nediat,tmcnte después, en el instante siguiente, el
será importante si el poseedor actual tiene mala fe. Si el poseedor ac 1 ,e >sL·edor actual vuelve a adquirir por prescripción, pues puede volver a
tual tuvo al momento de su adquisición buena fe, estará amparado, s11111:1 r treinta años.
1: según el caso, por el 1135 o por el 2014.
Como pt1ede verse, las consecuencias de .la aplicación de la
Cuando la prescripción sigue la misma línea posesoria que 1)rt�scripción "contra tabulas" son dramáticas para el siste1na descrito
' i aparece descrita en Registros Públicos, los estudios de títulos tal y como <'ll las seccic>nes anteriores. Hace perder todo el mérito qt1e tiene el
fueron efectuados por el abogado de nuestro último ejemplo serán útiles. s1stL·111a registra} y pone al n1undo de cabeza, pues, paradójica111ente,
El problema es cuando nos encontramos con una prescripción "contra lt11 signo de cogn_oscibilidad más perfecto resulta desplazado por uno
1
tabulas", es decir, una línea posesoria completamente distinta a la línea 11,t·nc>s cierto y, por tanto, introduce una mayor dósis de incertidumbre
de transferencia de propiedad que aparece en los Registros Públicos, l'll el sistema. Esto no sólo puede tener un costo en términ<>s de
siendo ésto lo que le pasó al cliente de nuestro ejemplo. En este caso l'fil·iencia sino, incluso, en térn1inos de equidad. Lo que el segundo
los estudios de títulos, tal como se hicieron, carecen de toda utilidad. 1>,írr,1fo del artículo 952 nos dice es que, al adquirir un inn1ueble,
llel)e1nos preocuparnos más por quien esté poseyendo que por quien
El registro nos lleva a una conclusión equívoca si tenemos en a1J�1rece con derecho inscrito en los Registros l'úblicos e, incluso,
cuenta que el segundo párrafo del artículo 952 consagra en nuestro <lcl>emos dar más importancia a la tradición que a la inscripción de
sistema la adquisición "contra tabulas". Este equívoco es atribuible a 11l1cstra transferencia. Así, si otro subadquirente inscribe antes que
que el registro sólo nos cuenta una parte de la historia, pero no nos 11<>S<)tros, podremos como último recurso argumentar que hemos
cuenta lo más importante; esto es, quién está poseyendo efectivamente �1<.l<.1uirido p or prescripción, pues estaremos en la posibilidad de recurrir
el inmueble. El efecto final es que el registro puede oponerse a todos �l l:1 su111a de plazos posesorios.
menos al poseedor actual que ha sumado treinta años de posesión
•
(directamente o por suma de plazos posesorios), o que a partir del 14 Algunas legislaciones han podido conciliar la prescripción "contra
de noviembre de 1994 ha sumado diez años. Curiosamente, la posesión t�tl)ulas" con la seguridad registral, relativizando este "efecto fantasma"13
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•
- ----- Alfredo ISullarc.J C,onz;ílcz-· ·- . .. . .... - ---
- - -Eslu<lios de Análisis Eron{>mico del í>erecho - - -
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que el segundo párrafo del artículo 952 ha traído a nuestro siste1na. Tal , 11,·111a (fue el Derecho no es sino un reflejo de la realidad social y, por
es el caso del sistema eSJ)añol. Pre>dt1cida la inscripción de una 1.1r,1c >. l'S <.'.0111plejo, cambiante y mucl1as veces impredecible.
transferencia cr1 los Registros Públicos, se suspende in111ediata111entc�, y
por el ¡)la'.lo de un año, el efecto de la ¡)rescripción. Así, el nuevo lJn sistema que consagra formalmente la propiedad pero que en
adquirente tiene un año para interponer las �1cciones pertinentes contra :,11 clíseño determina la existencia de "un mundo sin propiedad", es
el poseedor. Pasado este plazo la prescripción reto1na sus efectos y, 111t·1 >ll<.�r<.�ntc. Nuestro sistema peca de una incoherencia menor, pero que
IH, J)c,r ello deja de ser grave. Se relativiza un, de por sí, débil sistema
por tant<>, el poseedor actual podrá solicitar que se le declare propietario,
acceder al registro y cancelar el asiento en favor del antiguo dueño. En 1,·�istral, y con ello se introduce incertidumbre y falta de seguridad al
nuestro sistema este) no existe, por lo que dcl)en1c>s entender que ne> se 111, ·rt-ad<> inn1<>biliario de bienes. las ventajas que tiene la propiedad como
1. dá el efecto st1s¡)ensivo y, en consecuencia, quien adquiere por r11t·l·anisrno de intemalización de extemalidades se desperdician sin que
1 :
prescripción tiene siempre un mejor dcrecl10 que quien aclquiere por ,·xíst:1 otro objetivo que lo explique y justifique_ Quizá aquí podamos
registro. t'lll'<>nlrar una de las tantas causas de que nt1estro mercado inmobiliario
1 r1c > l1;1y,1 tenido Lln desarrollo dinámico e, incluso, de la aparición de
1 El efecto final es que el registro no ce>ncede una facultad de �ran<les sectores de informalidad en nuestra economía que tratan, muchas
Vl'<.·<.·s C()n éxit<>, de frenar el avance del "Sabara" de nuestro subdesarrollo.
¡ exclusión absoluta pues, a fin de cuentas, no permite excluir al poseedor
actual, que puede sumar plazos posesorios para completar el período
requerido para adqt1irir pe>r prescripción; por el contrario, se La incoherencia del Derecho no es otra cosa que la traición al n1ás
sobredimensiona el rol de la posesión corno signo determinante de 1111¡,c>rtante de sus fines: el logro de la convivencia social. Podremos tener
segt1ridad en toda operación de transferencia. e list·L1siones sin fin sobre qué es la justicia, pero no nos cabe la menor
ll,1<l�• ele que un Derecho incoherente es un Derecho injusto.
6. Reflexión final
1 ¡ El Derecho está, sin duda, atravesado por complejos debates
'1 valorativos, por dogmas que se cuestionan y por discusiones que se
convierten en dogmas. Ello hace qt1e en su seno no existan respuestas
únicas y que, por regla general, el Derecho sea el campo de lo e)pinable.
Estamos, pues, ante un instrumente> puesto al servicio del hombre para
alcanzar la convivencia con otros hombres. Evidentemente la idea que
tengamos de lo qt1e puede ser convivencia será distinta según sean
distintos los valores que nos inspiren. Pero existe un criterio del que nadie
podrá escapar y al que no se puede renunciar, la C<>herencia. El Derecho·
del)e ser un sistema consistente. A veces eso es difícil si ton1amc>s en
13 Le darnos esta dcno1nína<.'i()n ( efe<.'t<> fant,1s1na) para iluscr,tr t'l hecho de qut' fue
in('orp<>rad<> in<·<>ns<.'íente1nente por el legislador. Evidentemente, no er:.i parte del dísei'lo
general <lel sistem:.1 <le tr,1n�ferenci:1 de propiedad ínmuehle el darle a la posesión un
efecto de <)p<>nihilidad superior al que tiene el registro, per<> éste fue el resultado finc1I
<lcl segundo párrafo del artículo 952 , con<.'orclado C(>!) las demás n<>rmas pertinentes.
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'