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isminu'l.

'Ó la oposición al control de nacimientos Se h"1c1eron


.
dose. D J • • • • •
nseJ·os sobre Ja contracepc1on, en especial desde 1936 cu d rnas asequibles
1os .Co . l.". an o la le fi d
prohibía e) envío de 1momlJc1on contraccpttv., por corr
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f, Y e eral
que d l b' co ue mO d"fi 1
40 todos los estados menos os ya ta aan revocado l.u lc'-·cs • cada.
E~n 19 'dicos aconseiar . . b 1 1· . , . • . . . que proh1b'
a las pacientes so re a mut.1e1on tanultar· .,. _1an a
, 1.. s cxccpc1on
JoS mc I d d d 1 . ..
eran Massachuscm y Rhodc Is ~n. ' on ,e a opos1c1on católic.i ofici,11 im idi6 es
acción. En 1929 sólo había 28_ dame.is ~edic.1da~ al contr~l ~e la natalidad cr{cl
en 1941 ya habi.1 746, un tercio sostenidas con fondos pubhcos. Además, dura!c 1~
als~
<lécad., <le 1930, el c~t.ílogo de ,·en tas por correo de Scars Rocbuck presentó por pri-
mera vez contr,tecpm·os. .
1..1 inmigr,1ción, que habfa sobrcp.ts,1do los cu.uro malloi~cs en la década de 1920,
di,minuy<> ., :ipen.t'i l;t mitad en l.~ de 19_30, c:I tot;tl m.ís b,110 durante má~ de un si-
glo. Ello fue menm IJ consccucnc~., del mtcm.1 de cuot,u. qt~c de la dcpres1ó!1. Poc?s
cxtr.mjcros qucri.m llc~.tr ., un p.m con prohlcm,ts cco~101111~os. Algunos anos deJa·
ron los fa1.1<los Unido~ m.is pc~on,1s que cntr,uon. Casi la mitad de los que Jlegaron
cr.1 n rcfu~i;1dos, sobre iodo judíos .1lem.1ncs y austri~cos que huían d~ la ~ersecución
nazi. Entre ellos se encontr.uon .1lgun.1s figuras emmentcs: Albert Emstem, el nove·
-, lista ·111om.1s M.mn. el .uquitccto de B.1uhaus Waltcr Gropius, el teólogo Pau) 1i)]jch
r el c:ompositor P.ml Hindcmith. L1 afluencia de refugiados habría sido mayor a no
ser por el hed10 de que, .11 tener millones de desempleados, el Congreso se negó a
rnnccder el asilo a mjs personas de las pcm1itidas por el si~tema de cuotas.
La depresión golpeó no sólo a quienes se encontraban en la parte inferior de la es-
cala social y económica. Gr.m número de personas de clase media perdieron su tra·
bJjo, sus ~,horros y, lo peor de todo, su senúdo de seguridad. Decenas de miles de em-
presas fueron a ll bancarrota. Médicos, abogados y arquitectos vieron reducirse sus
ingresos y con frecuencia se encontraron ociosos la mayor parte del tiempo. Muchos
c_s1udi:mtcs universitarios tu\"Íeron que abandonar sus estudios por falta de fondos o,
sa los completaban, se encontraban sin empleo.
(!na de la~ consecuencias más llamativas de la depresión fue una especie de n~
mad1Smo masivo. En un momento dado hubo quizás hasta cinco millones de vaga·
bundos ~ue bus~ban trabajo o sólo huían del abunimiento y la desesperación. Una
propomon ~~nsaderable -posiblemente un cuarto- la formaban jóvenes de ambos
se.xos q~e Vl\'lan en campamentos temporales, comían sopa de pollo y se desplaza-
J ban colándose en los trenes de mercancías. El número podía muy bien haberse ele-
;ado mucho más de _no haber sido por los esfuerzos de dos organismos del Nuevo
. !4lo, lo~ Cuerpos Civiles de Conseivación, que alistaron a más de dos millones de
J~enes 5~. empleo en campamentos de trabajo donde participaron en proyectos de
(~~~~:~ion Y contt~l _de ~undaciones, y 1~ Difección Nacional de la Juventud
de
600
ocJ' 0 uth ~aumst:at10!1), 9ue proporc1ono empleos de medio tiempo a más
de sec~nd ~studiantes wuversttan~~ y a ~ás de ocho millones y medio de jóvenes
vo fuera ei:,:_penrut:16 continuar su educación y, de paso, los mantu-
Otro upo de mi '6 . fu 1
Í
:as-
deras. Entre 1934 ,¡ n mteb'a e éxod~ de los granjeros de las Grandes Pra-
inmensa bola d~e;~Í:o •;:~kl:;equ1a, el sobrecultivo y el sobrepasto para

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aban~~~ tr~ctores que sus subsidios propidó
as tierras. Decenas de miles de famili
forz~~~::
cie~mas, las reducciones de hectáreas presc~:::t• :tnsas y lo~ estados colindantes.

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A1uste Agrícola y el cre-
numerosos aparceros a
as granJeras abandonaron sus boga-

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la oposición al •control

de nacimientos
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S•.. h'tcteron
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105 conse;·os sobre la conrracepaon, en especial desde 1936 cu--."d mas asequibles
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que prohibía d envío d e: 1mormac1on cont;-icepu\·a por caneo fue1 cy _e era]
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En J940 todos los est:1dos menos dos ya hab1an rL·vocado las le,.,.es modi_fi~da.
los médicos acon.se1ar · a 1a..s paaentes
· so bre la ¡·mutaaon
· · · f.imiliar·
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c:ran Massachusctts ). Rho e s an • on e a opos1aon catoltca oficial ·1 "d·ó l
acción. En 1929 solo · babia · dedi ca d a1contro ¡ de la natahdad
· 28 e1·micas . mpi
en l I ..a
en l 94 ¡ ;·a había 7-46, un tercio e pal$;
· sostem.d as con ton dos pu'bt·1cos. Además, durante
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década dc 1930, el c~cilogo de ventas por correo de Sears Roebuck presentó por pri-
mera vcz contr.1Ccpuvos. .
l..1 inmigración, que: había sobrcpJs.1do los Cl.l,llro n~1llo1:cs en la década de l 920,
di~minuyó ,1 apenas fa mitad en I~ de 19_30, d total nus b.i¡o dur.mte má~ de un si-
glo. Ello fue mcnos L, consccucnc1.1 del ststcnu de cuotas_ qt~c de la depresión. Pocos
cxtr.mjcrm qucri.m llc~Jr .1 un país con problenus cco1_10nu~os. Algunos años deja-
ron los Estados Unidos mj~ pc~on.1s que entrJron. ClSI IJ mitad de los que llegaron
c:r.rn rl'fu~ia<los. sobre todo judíos alcm.mcs y austri~cos que huían d~ la l?ersecución
na:iÓ. Entre dios se cncontr.uon .1ls.un~1s figuras enuncntcs: Albert Emstem, el nove-
Ü!.1.1 ·nwm.1.\ M.mn. d Jrquitc:cto de Bauhaus Waltcr Gropius, el teólogo Paul Tulich
y el composiwr P.1ul Hindcmíth. La afluencia de refugiados habría sido mayor a no
ser por el hccho de que, al tener millones de desempleados, el Congreso se negó a
conceder d asilo a más personas de las pcnnitidas por el si~tema de cuotas.
L1 depresión golpeó no sólo a quienes se encontraban en la parte inferior de la es·
c;iJ;i 5ocial y económica. Gr.m número de personas de dase media perdieron su tra·
b.1jo, sus ahorros y, lo peor de todo, su sentido de seguridad. Decenas de miles de em·
presas fueron a b bancarrota. Médicos, abogados y arquitectos vieron reducirse sus
in~rcsos y con fi-ecuenáa se encontraron ociosos la mayor parte del tiempo. Muchos
~tudiantcs universitarios tm-ieron que abandonar sus estudios por falta de fondos o,
s, los completaban, se encontraban sin empleo.
ljna de las consecuencias más llamativas de la depresión fue una especie de n~
mad1Smo masivo. En un momento dado hubo quizás hasta cinco millones de vaga-
bundos -~ue bus~ban trabajo o sólo huían del aburrimiento y la desesperación. Una
proporcion _c~ns1derable -posiblemente un cuarto- la formaban jóvenes de ambos
~eros q~e VIVIilD en campamentos temporales, comían sopa de pollo y se desplaza•
J an colandose en los trenes de mercanáas. El número podía muy bien haberse ele-
;ado mucho más de no haber sído por los esfuerzos de dos organismos del Nuevo
. ;-tto, lo~ Cuerpos Civiles de ConseIVación, que alistaron a más de dos millones de
i:enes 51?. empleo en campamentos de trabajo donde participaron en proyectos de
(N~~~~:fon Y contr'?) _de iI_mndaciones, y Dirección Nacional de la Juventud
de 600.00J~~~d~~rrun1sn:at:J.07;1), 9ue prop~raonó empl~os de medio tiempo a más
de secundaria con l~es umvemtan_?~ ,Y a ~as de ocho millones y medio de jóvenes
vo fuera del • d qlube les pemut:10 contmuar su educación y, de paso los mantu-
. merca o a oral. '
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deras. Entre 1934 y ~~on mte~ e exod'? de los granje_ros de las Grandes Pra-

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crear un inmensa b l dse co{° maron a sequ1a, el sobreculb.vo y el sobrepasto para

donar las tlenas. Decenas de miles de familia . a numerosos aparceros a


s granJeras abandonaron sus boga-

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destartala dos Y se dirigieron al oeste ha-
. en co d 1es
/ ron sus pertenencia~ teros migmntes.
r~s, am?":faª ara convertirse en 'º~~-,stróftcos sobre IC?s
oa eit;presJn mvo unos cf~tf;n io~rndo desde_ la rn:;;
:;rG~erra
os Barrió los modes•
Mundial y los
del Norte, donde eran los
tos avances económicos d~~~/:i: Id
~riv,,ción. En c1uddi~os, el desempleo en~~ elldos
sumergió en nuevas hon ,: los primeros en ser espe rural, donde seguía vivten o
últimos en ser contrata~~~; en;rc los bl.mcos. Enl el el cultivo más afectado por
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casi duplicaba al e.~!:i1~ que los blancos delila go n,entaron sus miserias; en par-
la mayoría, depen •~•~1 ·ts ., ,ricolas del Nuevo rato om or anismos del Nuevo
1~ depresión .. ~'?l~~1i·A~~col;l los discrit_ninó, así co
1i t La Oireccron e .... • . .
10°¿ºde
• . 1 Cuerpos 1v1
l~s trabajos cuali~~
ttcular, la L~) .. J d R....-u¡)cr.tción N,1c1onal los exc y e· ·tes de Conservacton
bl
d: ;·adoptó csc.,las sal.ufalcs discnnun.tt?nas.Go:tor del V.1lle del Tennessee esta e-
o~aniz.,ron campos segregados; el Orgamsmo l~ demostró carecer de respuesta para
ció ciudades modelo sólo para blm~c?s. Rooscvc os. como no deseaba enfrentarse
las demandas sobre los dered10s c1v1lcs de lo~ nbgr 'negó incluso a apoyar un pro-
con los demócratas del Sur cu~o ªPºY? neces1_ta a, sear o el Nuevo Trato tuvo mu-
yecto de ley federal contra el lmd1anue~to. Sm em~. •al ue existía entre sus vo-
chos seguidores entre los negros y romp10 ~l lazo tra 1c1~n l q habían votado
tan tes y el partido de Lincoln. En r932 casi tres cuartos e 0 ~ ne~os t Ello se de-
a los republicanos; en 1936 más de tres cuartos votaron a los emocra ª~· .
bió sobre todo a los beneficios que ob~vieron de los programas d~. subsidios
peración del Nuevo Trato. En 1935 casi el 30 por 100 de las familias ne~ ep
a recu·
en-

dían ya de los subsidios, tres veces la proporción de las blancas; en 1939 mas_ de;
millón de negros tenían trabajos de la Dirección de Progreso Laboral; aproxima a·
mente un tercio de las viviendas federales iban a los negros; los fondos federales se
aplicaban a colegios, universidades y hospitales negros. La ayuda práctica iba acom-
pañada de gestos de reconocimiento simbólicos. Se concedieron importantes puestos
gubernamentales a dirigentes negros prominentes como Mary McLeod Bethune, Wi-
lliam H. Hastíe y Robert C. Weaver. Los organismos del Nuevo Trato formaron
•gabinete negro» de consejeros y especialistas. Por último, la falta de actividad presi-
dencial en cuanto a sus derechos civiles se compensó en cierto modo por la postura
franca de Eleanor Roosevelt contra el fanatismo racial.
A los indios estadounidenses les afectó aún más la adversidad económica. Su suer-


te hab~ sido ya bastante J?atética en l~s prósperos años veinte. La Ley Dawes de 1887
hab13 _logrado con~emrlos _en ~nJfr~s independientes o integrarlos en la cultura
:dou~dense. Cu)uvando tterra mferttl en reservas aisladas, devastados por la tu·
15
. cul~ , e! tracoma Y otras enfermedades, los hombres de las tribus llevaban una
existencia m1SCrable La d ·' b' · ·
la econonua , . . · epres1on, com macla con la langosta y la sequía propino ª
md1a un gol d H ' d 1
bienestar · d'
;¿ b , pe ~sgarrante. oover, profundamente preocupa o por e
tre 1929 yt~ 9 nom ro ª filan tropos cuáqueros para dirigir el servicio indio Y, en-
asignaciones pa;aªf nquie~ ieneral se recortó el gasto público, casi se duplicaron las
fueron el preludio ~s su sidios, escuelas Y hospitales indios. Las medidas de Hoover
Asuntos Indios Ro e un ruevo en_foque del problema indio. Como comisionado de
fensa de los Indios ~:ve_ t nombro ª John Collier, secretario de la Asociación de De-
do que se los alenbra e, Junto con otros refom1istas, hada tiempo que venía pidi~-
~n ~ugar de obligárselc~:r:2ue cofscJVaran su religión, ceremoniales y artes propios
e ª Ley Wheeler• Howard itar os. bla!1cos. Las ideas de Collier formaron la ~a,se
430 orgamzac1ón India) de 1934. Repudiaba la poses1on

Escaneado r.on
5~
r.::1m~l"::lnnar
exclusiva y lá sustituía por la rosesión comunal de la tierra, restauraba el au 1.
no tribal, proporcionaba créditos pílr.1 las empresas comerciales indias torb 1 er-
oportunidades educativas. Pero el «Nuevo Trato Indio» sólo tuvo un ;,.:;tcxtcn 0 .a1ª sus
· · 1 · mill d h ' . ..,.. pare, . Es
Cierto que se pusieron en cu .d .avo
dd ones
d. • e ectareas,. la producc16n
d agn'co\a au-.
mentó· el índice de morta l1 a escen 10 Y por vez pnmera urante siglos la bl
' l d d 'b 1· . · · po a·
ción -india comenzó a crecer. Pero e proceso e estn a izac1on no se frenó y. lo sin- .
dios estadounidenses, desgarrados entre dos cu lturas Y arrumados por el alcoholismo
pem1anecieron penosamente pobres. .. . . . '
A los muy ricos les :1fectó menos la deJ?res1on. Quci:es sobre':vteron a la quiebra
de \a bolsa de valores -y la mayorfa lo luzo- mantuvieron su nqueza mediante la
cva~ión fiscal sistemática, aunque perfectamente legal. Un comité senatorial descu-
brió en 1933 que el banquero millonario J. P. Morgan Ysus ~icciséis ~ocios no habían
pagado el impuesto sobre la renta federal durante los dos anos previos. Algunos em-
prc~os millonarios llegaron incluso a aumentar sus fortunas durante la depresión:
J. P. Gelty y Joseph P. Kennedy son ejemplos notables. ~l 5 por 100 más elevado ~e
la población siguió viviendo como antes. La concurrenaa de los lugares de vacac10·
nc-s de moda de Florida y el Caribe sumó pocas pérdidas e incluso se construyeron
nuevos hoteles de lujo; la General Motors informó que la demanda de Cadillacs ha-
bía permanecido boyante, aunque la venta de Chevrolets había descendido. No obs-
tanlc:, sc mantuYo la filantropía junto con un consumo notable. Las Fundaciones Me·
llon, Kdlog y Sloan nacieron en lo más agudo de la depresión. Los grandes donantes
individuales, además de contribuir con generosidad a las campañas de socorro de ur·
icncia, hicieron apreciables donativos para diversos proyectos. El millonario petrole-
ro Edward S. Harkness dio grandes sumas de dinero para educación, medicina y el
Museo Metropolitano de Arte. La munificencia de John Rockefeller hizo posible la
reconstru~ción de Wtlliamsburg, la capital del siglo XVIII de la Virginia colonial, y la
conservaaón t desarrollo de parques naturales como Acadia en Maine y Grand Te·
t~n en ~o~g. Andrew W. Mdlon, que había reunido una de las mayores colec-
ao_nes artistl~ del mundo, la donó a la nación en 1937, junto con los fondos nece·
sanos para ei:'gu la National Gallery of Art en la ciudad de Washington.
. En los pnrneros años de la depresión sobre todo. la educación fue el blanco prin·
apal del ahorro. Los gastos escolares se recortaron, a veces hasta un 70 por l OO. Mi-
de p~fesores .fueron _de~edidos; lo_s de Chicag~ dejaron de cobrar durante más
un ano. La caida del mdice de natalidad proporaonó una razón -------"O cuando me-
nosdunda_cxcus:1.- para cerrar escuelas. En 1938 ya había 1,6 millones de rnn .· - os meno-
res años me nos que h acta
"" .. ele teztal · cmco
· -
anos. Durante esa década unas 4 000 escuo..
= emen
lcasez es . • ral , ·
de traba· • en su .F maY.ona ru es, cerraron sus puertas. Pero debido a la es-
..-
sob od JO, los runos tendieron a permanecer en la escuela durante más tiempo
tre ~jyº 0 1~ Dirección Nacional de la Juventud los ayudaba a hacerlo. En:
d:
-de cuatro1 millo:umero al~os de las escuelas secundarias aumentó un tercio
universidades ~y medio a seis- y se construyeron 900 públicas. Por otro lado
s:u alumnado pcr~ a er~~dun duro golpe. Durante los años veinte habían duplicad~
nuycron, lcs ~sultó cfük'l1 :i que sus ingr~sos y los de sus posibles estudiantes dismi-
los d • 1 mantener su numero.

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· uros ncmpos no hiaCion
· r que 1os estadourudenses
.
b,n, volvieran a la eli . como much
d11ru1tc rt.6:~~!'d:;;~~cí;'.1, ::,\stencía a lai ~glcsias cayóde&;:;
tre 1930 y 1934. por lo que se hizo im~rcscind~brs se dd1v1d~cron. C".lSl por la mitad
i e un r.istico reconc en los sala-

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m canner
d 1declive general. El
ores escaparon Rearme Moral), fun·
antos cultos rnen utizado como un sacerdote lu-
rios ministeriales. Sólo un~\~~ford (desp~és re~uerra Mundi~l Po;e eneración espi-

dado en Inglater:12 doctor Frank ~u tr


Movimiento del Grupo !espués de ]a Pn:ra an que promeua l~der!ble, sobre todo
p~;ºet de'una rnod~ co~st rotestantes de un
1
c:::¡i:;~nfcsión. en gitlt~g¡J~rosperaron las~~~: ; /antidad qu~ v~ían

EJE:~=::.:;~~:~~~~fo·~:~::~i~;:;.;11~:.1:~f.:~:,:~v:::;
en el dcnumbe económ1cd ul J barrios pobres, en ~artl hacia el evangelista mes1a-
to. los habi~tes n~gros T:e ~ién se dirigieron feJVJe~es, a los devotos un evan?e-
en las sectas milenD~~tas.(n::do George Baker), _que o ecp1:oporcionaban benefioos
nico negro Padre ,vino . • comunas religiosas que
lio de amor e igualdad, y organizo . . d . te los años
·a1 .6 6 ntó los delitos. uran a1l
ma~m~-era bastante predecible, la de~res1 n d~~:n 40 por 1OO. Los robos con ;·
ncinta la población de las cárceles del patsdf;ns ~:ntra la propiedad aumentaro~ e
namiento de morada, los hurtos y otros l o va ancia y ebriedad. Los ~e-
forma pronunciada, al igual que las ~etenc1o~es Pt~ ; capturó la atención pública
tn
nes violentos, por otra parte, descendieron. em, d~l ~apto y asesinato en 1932 del
un toncnte de secuestros y asaltos a ban~os. espues 1 , célebre de este tipo-, se
.._
hijo pequeño del aviador Charles A. Lmdbet b' mas fc d 1 también intervino
aprobó una ley federal contra el secuestro. E go iemo e era
cuando las autoridades locales no lograron de_tener a las b~das arma
e.aban a robar bancos cuyos hazañas aterronzaban a regiones enteras. n .
i
das ue se dedi-
1934 los
agentes gubcmamen~es (hombres G) bajo el mando de J. Edgar Hoover, ~ct~r
del FBI, emboscaron y mataron a los más tristemente famosos de estos «enenugo~ p_u-
blicos», John Dillinger, Pretty Boy Floyd y Baby Face Nelson, y por ello se convrrt:le-
ron en héroes populares.
A pesar de Jos tiempos duros, las actividades de ocio tuvieron un auge. Entre 1929
y 1933 el número de libros en circulación de las bibliotecas aumentó un 40 por 100.
La gente seguía llenando los deportes espectáculo: cuando el boxeador negro Joe
Louis combatió contra Max Baer por el campeonato mundial de peso pesado en 1935,
los ingresos de taquilla sobrepasaron el millón de dólares. La gente conservaba su co-
che por más tiempo, pero a mediados de la década llenaban las carreteras como mm-
ca antes, sobre todo du~ant: las vacaciones: el número de visitantes de los parques na- ')
cionales awnent6 de se1.s millones en 1934 a dieciséis millones en 1938. La depresión
contempló un enorme incremento de la popularidad de la radio. En 1929 doce mi-
JJones de famílias poseían una; en 1940 el total era ya de veintiocho millo~es o el 86
~r 100 de Ja pobfaci~n. Al inicio de la depr~sión los cines perdieron un tercio de sus
asmentes, pero Jas sesiones do,bles y una ~anedad de programas de premios hicieron
q~ los recuperaran. La mayon? de las pehculas de los años treinta evitaban los temas
sociales. J..o que J_a gente parec1a desear era escapar de la realid.td cotidiana y Holly-
wood la complació con un torrente de comedias películ lS i 1 t d tunl
bristas pelí I d , • 1
e oes e ramas cos ·
, ~u as e gamtcrs, musaca1es y dibujos ¡mimados de Walt Disne
• ( 1

El escap1.smo y ne, la protesta también fue la nota l d . . ¡. ·.


tura del penodo. Algunos escritores y críticos l . e ave e ~ran parte e .ª esc.n
quierdistas, pero muy pocos se dirigí .' ~sarrollaron simpatías políticas 1z-
1
tadounídense. Uno de ellos fue: Johne~~s; ª cnsis que enfrentaba el capitalismo es·
-42nd Para&/ (Paralelo 42, 1930), Ninetem N¡sos, cuy~ t~logía USA (Estados Unidos)
neteen (Diecinueve diecim1eve1 1932) y Tbe
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fo I
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Big A1onry (I 936)- atacaba .
beck, aunque .no era un ac•=uVlsta
c~n ira la América ind ustnal
polítº . y5 · • .
tes y )os gra~Jeros desposeídos en tco, reflejó los apuros ds tnJu~t•cias. John Stein-
1936), OfM,a and Mtn (Sobr, novelas como ln D . e los Jornaleros migran·
Wrath (Las uvas dt la ira ;(uonesY hombns ¡ 937) ttb¡ous ~att/e (E!f dudosa batalla,
193
frimicntos de una familia d . -después con~crtida •e~ a 'üªs {en<l1da 11,e Grapes of
escritores más dotados de lae !omaleros migrantcs de Okl~hocmu a-p trataba de los su-
11' F lkn epoca no t · a. ero, en general los
iam •au er se replegó al pasado m u_vieron en cuenta los problemas sociales.'Wi-
-como a~tcs había hecho Scott F'tz ftico del Sur Y luego se trasladó a Hollywood
I
nest Hemmgway eligió 3 comienz leíald-:- para escribir guiones de películas. Er·
Ycaza _mayor, pero le afectó ed os anos treinta es~~bir sobre corridas de to-
plo de pnmera mano y que le p r n ~me~te la guerra clVll española, que contero·
U'lbom Tht Bdls Tolls (Por u ·, di P oporciono el tema para su adamada novela Por
tación popular fue par/ : 11 oblall las ca~nP~1f1l5, 1940). No obstante, la mayor acep-
Hervey Allcn Dmms Ali 1 s romances lustoncos como Anthony Adverse (1933) de
D. Edmonds,'North West ~zg d~e Mohawk (Tambores entre los mohawk, 1933) de Walter
do en ventas tod l msq¡e (Paso noroeste, 1937) de Kenneth Roberts y, sobrepasan·
t Mi ch ll3 ,as. as dem~, G_011e Wiú,the Wind (Loquulvimtoselkvó, 1936)de Mar·
gare t e , cromca panorarruca de la Georgia de la guerra civil y la reconstrucción.

LA CONTROVF.R.SIA SOBRE. EL TRJBUNAL SUPREMO

!¿is cosas com~n2:3-fon a torcerse para Roosevelt a comienzos de 1937, cuando in-
tento r~formar la Judicatura federal. El Tribunal Supremo, dominado por un grupo
de archiconseIVadores, durante algún tiempo había sido hostil a la intervención gu·
h_e~mental en los asuntos económicos y sociales. En 1935 y 1936,- en una afirma·
aón inusual y vígorosa del poder judicial, revocó el pilar doble del primer Nuevo Tra-
to, aunque tanto la Ley de Recuperación Nacional como la Ley de Ajuste Agrícola es-
taban agonizando antes de que el Tribunal las rematara. En el juicio seguido por
Schechter contra los Estados Unidos (1935) sostuvo que la Ley Nacional de Recupe-
ración Industrial era inconstitucional debido a que delegaba de forma impropia el po-
der legislativo al ejecutivo. En el juicio de los Estados Unidos contra Butler (1936) in-
validó la Ley de Ajuste Agrícola basándose en que representaba un uso inconstitucio-
nal del poder impositivo. Además el Tribunal estableció que la ley sobre salario
mínimo de Nueva York era inválida. Estas decisiones y otras similares agraviaron a
Roosevelt. Pensaba que era intolerable qu~ u~a mayo~a del Trib~nal, ~ombrada Pº!
sus predecesores republicanos y que refle,aba una actttud de laissezfazre que la opi-
nión pública ya no compartía, volviera impotentes a los gobiernos nacional y estata-
les para tratar los acuciantes problema~ económicos y s~ciales._ Durante la campaña
electoral de 1936 no dijo nada sobre este problema, pero mmed1atamente despues en·
vió al Congreso un plan de reorganización detallado. Proponía que se autorizara al
presidente para nombrar un juez más por cada miembro del Tribunal Supremo que
pasara de los setenta años sin retirarse. Como seis de los existentes tenían más de esa
eda~, Roosevelt habría podido incrementar sus miembros a quince. Por supuesto, el
motivo real del presidente era conseguir una judicatura más atln, pero con su falta de
franqueza característica sostuvo que la refonna era necesaria debido a que a <,los jue-
ces ancianos o poco firmes» les sobrepasaba su trabajo. .
Confiaba en que su plan fuera aceptado, pero la tormenta de protesta que provo-

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có mostró qu } b' . ¡ ¡ d ¡ (l lo h ihituJI rnu;' -.cmíblc h.1ci.a el !.entimi~: \.
e 1a 1a c.1 cu .1 o m.t . or • 1T .6 1 -
to público, no habi.1 logr,1do .tpreci.tr en c\t,1 o,,,.,ión quc c1 n ·¿"j c:r, _r~;~~~-
do como el guardi.in de l.1 Comtitución y un ~imbolc~ <.1e J ~ndi J "¿ªªº.na. · d-~·:i
• . d ¡ J min u l.1 m cpen cncu JU :\,.UJ
y
acuso, no !iolo por los conscr.·J ores, t e tr,tt.tr e · d
Y de aumcnt.u el poder dd ejecutivo. Incluso ,1 ,1lguno\ de los _qu~ . ~a an uruur1
r ·
b
el Tribunal les des.1gr.1dó l.1 postur-.1 tortuos.1 de Romcvelt e mmuc~on .'? e1
modo adecuado de proceder er-,1 mcdi.rntc una enmienda J b Con.o;utuadnÍJ e
Congreso, un l.111;0 y enc,mli1.,1do <lcb.1tc sobre un proyecto de ky accrc.1 e .. reor-
. · · d' ·d· · 1· J ¡ d · t M1'cntr-1s
gam1.ac1on w1 10 pro un ,unentc ., os cmoc!·' ,1s. l ..
tanto una suces1on de
1.
acontecimientos en 1937 hicieron p.ncccr l., rclonn.1 menos ncccsan.1. Hu~es, pres ·
dente de\ Tribun.11 Supremo, dcmo!>tró que, lejos de c~tar retrasado, Tnbu?al se~!
ocupaba pronto de sm c.uos. E\ juez conscrv.1dor Van Dcvantcr anuncio su reuro en
mayo, con lo que pcmlitió .1 Rooscvch nombr.tr a un liberal en su lu~, el s~nador
Hug,o Bbck. de Al.lb.un.,. Pero lo m.is import,mtc de todo fue que el mismo Tnbunal
cambió llam.1ti,·.1mcntc su traycctori,1, en .1paricncias porque Hughes Y el JUCZ Ro-
bcrts crci.m tJUC Jpcg.use a una line.1 conservadora podía poner en peligro su misma
existencia. En di,·crs.1s decisiones importantes entre marzo y mayo sostuvieron medí·
das c\,l\'c del Nue\'o Tr.110 como b Lcr de Relaciones Laborales y una ley sobre el sa·
lario mínimo de \X~ashington c.1si cx.tet,l a la de Nueva York que había invalidado sólo
nuc\'e meses .111tcs. Estas decisiones acabaron de forma efectiva con las posibilidades
de un proyecto de ley sobre su refonna. Con la repentina muerte en julio del senador
Joscph Robinson, portavoz gubernamental en el Congreso, Roosevelt abandonó la
medida. Pero aunque había soportado un importante retraso, las muertes y los retiros
le pennitierQn durante los cuatro años siguientes cubrir no menos de siete vacantes
en d Tribunal Supremo, con lo que le dio un pronunciado carácter liberal y transfor·
mó su actitud haci~ la extensión_ del poder federal y la legislación económica y social.
L1 co_nsecuen~•~ no menos importante de la controversia fue que proporcionó a
los democratas d1_s1dentes, en su mayoría conservadores del Sur, un pretexto para
ab~ndonar al presidente. Durante algún tiempo se habían sentido incómodos con la
r~t1r.1da del N~~o Trato del laissezfaire j_effersonian~; miraban con disgusto a los bu·
rocratas, acadenucos, expertos economistas y trabaJadores sociales que rodeaban a
Roosevelt; algun~s sospechaban_que el presidente tenía tendencias dictatoriales y un ,
deseo de revolucionar
constantemente · lasd relaciones entre las. razas·, ta mb1en
·' se resentían ' d e estar '\
rar ue d Co presion~ os por ce1osos ayudantes presidenciales que parecían espe- J
f
ca. (.os critico~~i~~s~::~~ns:~~~n toda ropuesta que eman~ra de la Casa Blan·
mócrata en el Congreso. Al carecer de~:ona .os por el tamano de 1~ mayorla ~e-
nado una oposición republican . centivo para la urudad que habna proporc10·
6
de forma más franca y a wúr la eali~c~_va, co!Ilenzaron a expresar sus resentimientos
. o c1on antt-Nuevo Trato bipartidista.

LA DECADENCIA DEL NUEVO TRATO


Dos hechos sucedid . ·
vk~~
sevelt: una eru '6 d os en 1937 y 1938 erost. ,
años treinta
t
n e conflicto industrial y u odaron aun más la autoridad de Roo·
Norris-La Guardia°d avtnzar la organización d~rrumbe económico repentino. Los

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as isputas laborales y tºªb~rª negado
emitir mandamiento: e!f ~~bía restringido et" tdal je fom1~ espectacular. La Ley
1
e los tnbunales federales para
el cumplimiento de los

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contratos con obreros que se comprometían a no sindicalizarse mientras éstos dura·
ran, y las garantías de negociación colectiva de la Ley Nacional de Recuperación In·
dustrial y la Ley :Vagner ayu~aron a crear una atmósfera propicia al sindicalismo. La
afiliación ascendtó de dos mtlloncs en 1933 a casi nueve millones en 1938. Pero hubo
conflictos encarnizados tanto dentro de las filas sindicales como con los patrones.
Aunque la Federación Americana del Trabajo compartió la expansión, la mayoría de
sus dirigentes, ligados al principio del sindicato artesanal, no estaban muy interesados
en organizar a los asalariados no cualificados de las industrias de producción a gr~~
escala. En 1935, una minoria frustr.1da de dirigentes sindicales formaron el Com1te
sobre la Organización Industrial (Committee on Industrial Organizatio~, CIO) con
el objeto de organizar a todos los tr,1b,1j,1dores de una industria detennmada en ~n
sindicato único. En 1937, tras su expulsión de la federación Americ~na _del TrabaJO,
se estableció de fonna m.is pcm,.mcntc como el Congreso de Orgamz:ic1ones Indus-
triales (Congress of lndustri.,l Org,mi1.ations). Encabezados por el _behgera_nte, po~-
poso y egoísta John L. Lcwis. presidente de los Trabajadores de M1~as Umdos CUi:11•
ted Mine Workcrs). el CIO lanzó una vigorosa campaña para organizar a los tr~~aJa·
dores de las industrias del acero automóvil vidrio, caucho y otras de producc1on a
gran escala. Logró un notable 6cito. A finale~ de 1937 ya tenía 3.700.000 afiliados~
al menos eso afim,aba-, un total mucho mayor del conseguido por la Federaaon
Americana del Trabajo. .
Sus campañas y peticiones de sindicalización obligatoria encontraron una resis-
tencia feroz en los patrones, que recurrieron a cierres empresariales, esquiroles, «es-
pías» y ejércitos privados fuertemente armados; también solieron contar con la ayu·
da de la policía local. En la «Matanza del Día del Soldado Muerto en Campaña» (30
de mayo de 1937), la policía de Chicago se enfrentó con los quinientos huelguistas
qu: ~acían un piquete ante la planta de la Republic Stell Company, mataron a diez
e h_meron a setenta y cinco. Los huelguistas respondieron intimidando a los no sindi-
cahzados, empleando piquetes volantes y adoptando u~a nueva y llamativa técnica
?e «sentadas» para tomar las fábricas donde trabajaban. Estas acabaron declarándose
ile~les por el Tribunal Supremo (1939), pero no antes de que los sindicatos del CIO
t~b1eran ~e.mostrado su eficacia. A finale~ de 1937 las huelgas con «sentadas» ya ha-
kian penmad? a los Trabaja~ores de Aut~m~viles Unidos (United Automovile Wor-
) ders) cons~~lI el reconocumento de su smd1cato por parte de todos los fabricantes
d\~~tomoviles excep~o Ford (que no capituló hasta 1941). Estos éxitos se lograron
fu 1 0 a que los gobiernos federal y estatales ya no estaban dispuestos a utilizar la
er.lél ~ntra los huelguistas. La simpatía de Roosevelt por los sindicatos se demostró
aú n mas cuandO tilizó' • f1 · para frustrar un intento de persuadir al Senado
para d u su m uenc1a
sindi~~e con e~a las «sentadas». Pero la opinión de la clase media inicialmente pro
consíde~~ se VI? afrentada por estas manifestaciones de poder sindical y por lo que
Placencia ~; .;:ques alannantes a la propiedad privada. Algunos atribuyeron la com-
ña de 193 6 Ad os~velt ª las grandes contribuciones financieras del CIO a su campa-
l~ Federación Ame~ se empezaron ª acumular pruebas de que algunos sindicatos de
ttasEl
n
r,
controlabanencana
gr
del 1i b · d' · ·d
, ra ªJº eran mg¡ os por extorsionistas y que los comu·
sólo de los sindka~ume!o de los _del CIO locales. Así, el apoyo público se reti-
a repentino hundí ?S, sudo también de sus patrocinadores del Nuevo Trato
diuatro años de recu ::e~to e)~ economía a finales del verano de 1937 uso .fin
la depresión. La pfodu~~?in~ard1al 1dtruyó l~ ilusión de que se estaba ~encien•
m ustna escend16, cayó el mercado de valores y as-

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canner
... recesión"' (como se la denomi-
La causa de l.. " .
., ld
.
I íl ,..,... tro millones- I rtodoXJª ñsc al . preocupad o por la
cen d10 e: esemp eo ....º
') fu 1 . t t d- o~osevelt de regrcs
3r a a o
desastroso como el d e 1929 ' tJ'ató
·
no e e: m en o ... J'\1./ • do 0 110 auge d ~• Ell 0 h"
deudá nacional en ascenso Y tc:mienndo drastscam , .· ente el er o-:isto fe· era.i-· al ] IZO · re·
de equilibrar el presupuesto . recorta
d' Dentro e1 g d obi'emo ' los teóncos
· · l nv es · drnsta·
e ·¡
trocedcr la economfa de mme tato.
, . d' ·
. s Tras mu a u ch ., 3 cilación S1gutÓ e conse¡o e os
, , 1
ron a aplicar remedios contra ictono . úbli ,.unque no acepto par cornp eto --o
• , o!ISIO P CO,.. 'd d d'
.kcmcsranos de recuperar un gran . de restablecer la prospen a me 1ante
.ó- c ula k""1T\es1ana • •, d
rcalmcnt~ e_n,ten_d1 , 1 ,orm , ~r I Con eso respondió a su peucron e nuevas
fa financ1ac1on s1stcmatJCa del defi~i~d~ . ~as públicas y en el verano de 1938 la
y cuantiosas asignaciones ~ara SU ¡st
105
Y ºnso Pero la confianza pública en el go-
economía ya había rcasum1~0 su, cnto asee ·
biemo se había debilitado aun ~as. d' ¡ Congreso para que aprobara otra mo-
Sín embargo, Rooscvdt r. U . •lpcrsua
logro ir ;¡ en Julto
e\' aprobad:1 . .
de 1937 estab · l ·, 1
ec10 a Direc-·
csta entrega e la rc1onna. 11 •1 , 'dad
d
d· • d e 'd' A , 1 (F"m1 Crcdit A<lmínistrntton), con auton • •
para prestar
c1on e re 1to gnco a " · d 1
dinero a los arrendatarios y apMccros para l~ compra de gran1as'. para ayu ar a os pe-
queños granjeros en situaciones co!11promeudas y para prop~r?onar campamentos y
cuidado médico a los jornaleros m1grantes y re~lar sus ~on~i~ones la~orales. La Ley
Wagner-Stcagall (septiembre de 1937) estable~10 una D1recao~ de Vivienda (Federal
Housing Adminísrration) de ]os Estados Unidos para propor~1onar a~da federal en
la erradicación de los barrios bajos. Una nueva Ley de AJuste Agncola (febrero
de 1938), que revivía de forma modificada a su predecesora. inval~dada_ de 1933, trató
de estabilizar los prccíos agrícolas fijando cuotas de mercado y as1gnaaones de super·
ficíe e introduciendo d principio de los "pagos paritarios» mediante los que una
Institución de Crédito Industrial (Product Credit Coiporation) hacía préstamos a los
granjeros sobre las cosechas exccdentarias que eran almacenadas por el gobierno has-
ta que pudiera dispone~ de ellas a la paridad durante periodos de escasez, Por últí-
~o, una Ley robre Normas Laborales Justas Gunio de 1938) estableció un salario mí-
nimo de ~5 .centavos a la hora que ascendería a 40 antes de dos años. y una semana
laboral maxima de cuarenta y cuatro horas, que se reduciría en el mismo periodo a
cuarenta horas, También prohibía el trabajo infantil en el comercio interestatal. Roo-
sevel_t tuvo q_uc emplearse con fuerza en estas medidas, sobre todo en la ley sobre los
sala.nos Y l:t Jamad.a, a la que los demócratas del Sur se opusieron de forma abierta.
Otras
. furecomendaaones pres1'dencra , les 1mportantes
· no fueron tenidas · en cuenta o
b,en eron
la · drechazadas
. ch · E]. Congreso no d cci·dio, na da sobre· una propuesta acerca de
uca~ 6a1º :_~ 0 organismos gestores regionales a imagen del 1VA. Le desairaron
adaÚndemas reu1azar
aparienc;.., pocoune proyecto
tr 'dde 1ey sobre lª reorgaruzac16n . . del ejecutivo. Medi·
...
nomia gubemament.al on overn
di a
la, cuyo proF,>s1to era rromentar la efic1encta
' · • •
y eco-

de demócratas c.onsezvadores c.t~


reavívó el miedo a la di~~du:te .dea~Jacion d_e diversos organismos federales,
1 enci · A COIIllenzos de 1938 la retirada masiva
fonna revísada un año después )u.so 1ª derrota del proyecto de ley. (Fue aprobado en
rú Pícado
a1 por estos .reveses. Roosevelt
· d ·di0' .
dan Nuevo Trato. En eJ Sur sobre t d J?Urgar su partido de quienes se opo-
1emócratas, P}díendo a los votantes ie ;e lntervmo defonna directa en las primarias
es. Per~ sufrio una derrota humillan~ C e_mplazaran a los conservadores con libera·
camRana resultaron electos de mod e. i:;1
todos los candidatos contra los que hizo
propmaron al gobierno un golpe aú:iiás fu~· Las elecciones al, Congreso de 1938
4 ·Aunque los democratas retuvieron el
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~5
eont.IOI de ambas ca.mara$; los logros republicanos fueron sorprendentes ·
:tl
ra ve,'. desde 1928. Es_t~ba claro qu~ Nuevo Trato ,e le estaba acabandr:11:°':.
1\ooscvc\t
J 1'lo reconocto
. ,
de forma . mensa¡·e anual a·1 Congreso en enero
tactta en su p
ac 1939 . . or pnmera vez desde que lleg? al cargo no_ propuso nuevas refonnas y en su
lugar resaltó la amenaza
'
a la paz mundial y la necesidad de defensa nacional .

VISIÓN IIBTROSPECTIVA DEL NUEVO TRATO

Ni siquiera los admiradores más acérrimos del Nuevo Trato podian afinnar que
habla producido más que una recuperación parcial. En 1939 habían existido grandes
mejoras en algunos sectores de la economía: la producción manufacturera, por ejem-
plo1 había vuelto a los niveles de 1929, aunque los críticos alegaron que había sido
así a pesar de las medidas del Nuevo Trato, no debido a ellas. Pero la inversión seguía
rezagada y seguía habiendo nueve millones y medio de desempleados, cl 17 por 100
de la población activa. Hasta 1941 no regresarian el pleno empleo y la prosperidad y
ello debido a la guerra y el rearme. Algunas medidas del Nuevo Trato hicieron mayor
daño que beneficio: la Ley Nacional de Recuperación Industrial, por ejemplo, y el ex-
perimento de compra de oro. Sus políticas agrícolas no ayudaron nada a }os granje-
ros más precarios. Su programa de bienestar social fue muy deficiente. También hubo
omisiones importantes, sobre todo no haber emprendido un programa de viviendas
a gran escala como el llevado a cabo en Gran Bretaña: el gobierno federal s6lo cons-
truyó 180.000 viviendas durante la depresión.
No obstante, a pesar de todos sus fallos y limitaciones, el Nuevo Trato puede afu-
mar logros que han soportado la prueba del tiempo y se han convertido en parte del
consenso nacional, Puso los cimientos del estado de bienestar y creó una nueva es-
tructura legal para las relaciones industriales. Introdujo controles muy necesarios so-
bre los bancos y el mercado de valores. Estableció el principio de que el gobierno te-
nía la responsabilidad fundamental de regular la economía. Y aunque seria demasia-
do afirmar que Roosevelt salvó a los Estados Unidos de la revolución-nunca hubo
u? peligro real-. , restauró la moral nacional. Tampoco fueron éstos los únicos cam-
b1os. El Nuevo Trato amplió de fonna permanente el papel del gobierno federal Y
p~oporáonó al capita1ismo estadounidense un aspecto más humano. Aunque no
hizo nada para redistribuir la riqueza o los ingresos, redistribuyó el poder entre el ca·
pital Yel sindicato. También confirió una nueva posición a las minorias: Rooseve\t
nombró p~ra puestos federales a un número sin precedentes de católicos, judíos, ne-
gro,s Ymu¡eres. El Nuevo Trato caus6 una importante realineación política: al cons·
tnli~ º"f coalición que incluía al Sur, las maquinarias de las grandes ciudades, las or-
~::••ciones sindicales, el servício de ~•pionaje y los desp~vilegiad~, ª!eguró que los
illti ·ócratas reemplazaran a los republicanos como el parodo mayontano nonnal. Po,
~ º i ~ose~elt elevó el ca,go presiden~ial a !'na nueva_ ;Íina de P;"'stigio po~er.
del tah ~ • h'.z.o más ~spectacul~'. la presid~':'c,a. Extend10 las ~ne1ones leg1Slat1vas
p, presidente, •~trodu¡o y mane¡o con habilidad sus conferenctas de prensa y fue el
¡~:•ro}n dommar_la técnica~~ comunicarse directamente con una audiencia ma·
1creld:•d •ante la radio. S~s e~ISlones no fue~on tan numerosas como m~~os han
H espués -sólo vemt1S1etc en doce anos, comparadas con las vemtmna de
•fu
':::,' cuatro-, pero su voz cllida y vibrante y su estilo lúcido e intimista fue-
10 a ~nte tan grande de consuelo y esperanza para el pueblo estadounidense

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'
mmob~
S iscursos rad· de Churcbill lo serian para los bntarucos
. , . durante• , ,
e~nda Guerra M ~o,vmcos
C,J. •
1~· .
º
n_acmnal, sembró nd,al._ No obstante, al hacer de la Casa Blan~a el centf? de 1~ vida
e¡ecutivo ju 1as semillas de problemas futuros. Su ,xpanSlón del pflVlleg¡o del
marcó el 'conI.0 con lo que se ha llamado la personalización del cargo presidencial
amenazand m,f nzo _de ~n proceso por el que la presidencia se infló tanto que acabÓ
0
e equil1bno del sistema constitucional estadounidense. ·

.,

A?O

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Scanner

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