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Jueves Santo.
Escena I:
Jesús: Si uno de ustedes pierde una oveja de las cien que tiene ¿No deja las otras y nueve
en el campo para ir en busca de la que se perdió hasta encontrarla? Y cuando la
encuentra, muy feliz la pone sobre los hombros y al llegar a su casa reúne amigos y
vecinos y le dice alégrense conmigo porque encontré la oveja que se me había perdido, yo
les declaro que habrá mas alegría en el cielo por un solo pecador que vuelve ha Dios que
por noventa y nueve juntos que no tienen necesidad de convertirse.
Cuando una mujer pierde una moneda de las diez que tiene ¿no enciende una luz, no
barre la casa y busca cuidadosamente hasta encontrarla? Y cuando la encuentra reúne
amigas y vecinas y les dice alégrense conmigo porque hallé la moneda que se me había
perdido. Yo les declaro de igual modo que habrá gozo entre los ángeles de Dios por un
solo pecador que cambie su vida.
Un hombre tenía dos hijos y el menor dijo a su padre, padre dame la parte de la propiedad
que me corresponde y su padre la repartió entre ellos. Pocos días después el hijo menor
reunió todo lo que tenia partió a un lugar lejano y allí malgasto su dinero en una vida
desordenada, después de haber gastado todo su dinero sobrevino en esa región una
escases muy grande y comenzó a pasar necesidad fue a buscar trabajo y se puso al servicio
de un habitante de ese lugar que lo envió de inmediato a cuidar cerdos hubiera deseado
llenarse con la comida que le daban a los cerdos pero nadie le daba fue cuando entro en si
y se dijo ¡cuantos trabajadores de mi padre tienen pan de sobra y yo aquí muero de
hambre porque no me levanto volveré a mi padre y le digo ¡padre! Peque contra Dios y
contra ti ya no merezco llamarme hijo tuyo trátame como a uno de tus siervos! Se levantó
y fue de vuelta a donde su padre, cuando todavía venia lejos su padre lo vio y sintió
compasión corrió a echársele a su cuello y le abrazo. El hijo le habló y le dijo ¡padre pequé
contra Dios y contra ti ya no merezco llamarme hijo tuyo! ; Pero su padre le habló a los
servidores ¡rápido! Traigan la mejor ropa y póngansela, colóquenle un anillo en el dedo, y
zapatos en los pies, traigan el ternero mas gordo y mátenlo, comamos y alegrémonos
“porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido
encontrado”. Se pusieron a celebrar la fiesta. El hijo mayor estaba en el campo cuando al
volver cerca de su casa oyó la música y el baile llamando a uno de los servidores le dijo:
¿Qué significa todo esto? Él le contesto: tú hermano esta de vuelta y tu padre mando a
matar el ternero gordo por haberlo recobrado con buena salud. El hijo mayor se enojo y
no quiso entrar, su padre salió a rogarle, y el le dijo: hace tantos años que te sirvo sin
haber desobedecido ni una solo de tus órdenes y a mí nunca me has dado un cabrito para
hacer una fiesta con mis amigos pero viene este hijo tuyo después de haber gastado todo
tu dinero con prostitutas y a el le mandas a matar el ternero mas gordo, su padre le dijo:
tu estas siempre conmigo y todo lo mío es tuyo, pero había que hacer una fiesta y
alegrarnos, puesto que tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y
ha sido encontrado.
Magdalena: (entra) Maestro déjame ungir tu cuerpo con mis aceites y perfumes dignos de
un Dios y tu lo eres. (Empieza a ungir a Jesús)
Judas: (rabioso) a que viene ese derroche se pudo haber vendido por mas de trescientos
denarios y dárselo a los pobres.
Jesús: déjala porque molestas a ésta mujer? Lo que ha hecho conmigo esta bien, porque a
los pobres los tendrán siempre con ustedes pero a mi no siempre me tendrán derramando
estos ungüentos sobre mi cuerpo lo ha hecho para mi sepultura y en verdad les digo que
donde quiera que sea predicado este Evangelio se hablara de lo que esta mujer ha hecho
para memoria suya. Vete en paz mujer. (Telón)
Escena II:
Caifás: Ese Jesús es un peligro para nosotros hay que acabar con el, cuando predica en las
sinagogas el pueblo se amotina y le oye con atención.
Rabino II: Es verdad esta alborotando al pueblo y eso no nos conviene por eso hay que
buscar la forma de atraparlo y quitarnos de una vez por todas ese temor.
Rabino III: ¿pero de que le acusamos no hace nada malo y tiene muchos seguidores que
pelearan por él?
Rabino I: Es cierto pero si no lo atrapamos vamos a perder el poco poder que aun nos
queda.
Rabino IV: Ese es un peligro para nosotros primero los romanos y ahora ese Jesús.
Caifás: Yo les digo que para la salvación del pueblo conviene que un hombre muere y ese
hombre es Jesús el Nazareno.
Rabino III: ¿pero como hacemos para encontrarle? no tiene paradero fijo predica por
todas partes y siempre esta rodeado de mucha gente.
Judas: Les he oído hablar del peligro que el maestro representa para ustedes ¿Qué están
dispuestos a darme si se los entrego?
Todos: ¡Treinta, treinta pero ni una más, ni una mas, ni una más!
Judas: (piensa un poco y luego responde). Esta bien yo avisare cuando pueden atraparlo
sin peligro de la multitud.
Escena III:
Jesús: Vayan a la ciudad encontraran a un hombre que lleva un cántaro con agua síganlo
en la casa que entre díganle al dueño: el maestro pregunta: ¿Dónde está la habitación
donde voy a comer la cena de pascua con mis discípulos? Les enseñara una sala grande
arréglenla y preparen allí la cena.
(Pedro lleva a Juan y a Santiago consigo, caminan y mas adelante sale el hombre del
cántaro ellos lo siguen hasta que entra en la casa y Pedro toca la puerta, sale el dueño de
la casa).
Pedro: El maestro pregunta ¿donde está la habitación donde voy a comer la cena de
pascua con mis discípulos?
Santiago: Maestro en la casa donde vamos a comer la cena de pascua esta todo
preparado.
(Al Llegar los discípulos se pelean por los asientos después de que Jesús está sentado,
cuando todos están sentados Jesús va a preparar todo para hacer el lavatorio de los pies,
luego procede a hacer el lavado de los pies y cuando llegas hasta Pedro este le dice).
Pedro: Señor entonces no solo los pies, sino también las manos y la cabeza.
Jesús: El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies porque todo él está limpio
y ustedes limpios están, aunque no todos.
(Jesús termina de lavar los pies a los discípulos luego camina a arreglarse se cierra el telón
se acomodan las mesas y se arregla todo para la cena y cuando este todo listo se abre el
telón aparece Jesús con los discípulos)
Jesús: Saben lo que les he hecho, ustedes me llaman el maestro y señor y dicen bien
porque lo soy, pues si yo el maestro y el señor les he lavado los pies también ustedes
deberán lavarse pies unos a otros porque ejemplo les he dado para que como yo lo he
hecho ustedes también lo hagan de cierto de cierto les digo que no es mayor el siervo que
su señor, ni el enviado mayor que el que lo envió si saben estas cosas bienaventurados
serán si las hacen no hablo de todos ustedes yo sé a quienes he elegido mas para que se
cumplan las escrituras el que como pan conmigo se ha levantado contra mí, les digo estas
cosas antes de que sucedan para que cuando sucedan crean que yo soy. En verdad les
digo que el que recibe al que me envió a mi me recibe y el que a mí me recibe, recibe al
que me envió en verdad, en verdad les digo que uno de ustedes me entregará.
(Los discípulos murmuran entre ellos)
Jesús: (Entre los comentarios de los discípulos) pero ¡ay! De que aquel por quien el hijo
del hombre va a ser entregado, más le valiera no haber nacido.
Jesús: Tú lo has dicho, pues lo que vas a hacer hazlo pronto. (Judas sale) (Los discípulos
murmuran entre ellos que paso por que se fue Judas y hacen algunos comentarios)
Jesús: (Se levanta toma el pan lo bendice, diciendo) bendice señor este pan fruto de la
tierra y del trabajo del hombre, (primero parte y se lo va repartiendo a los discípulos
mientras les dice muy despacio) tomen y coman todos de el porque este es mi cuerpo que
será entregado por ustedes para el perdón de los pecados hagan esto en memoria mía.
(Después toma el vino e igualmente lo bendice diciendo) Bendice señor este vino fruto de
la vid y del trabajo del hombre (lo reparte a los discípulos) tomen y beban todos de el
porque esta es mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna que será derramada por
ustedes para el perdón de los pecados, haced esto en memoria mía, en verdad, en verdad
les digo que no volveré a beber mas del fruto de la vid hasta el día en que beba con
ustedes, vino nuevo en el reino de mi padre. (Pausa) hijitos míos aun estaré un poco con
ustedes me buscaran, pero como dije a los judíos así les digo a ustedes a donde yo voy
ustedes no pueden ir ahora. Un mandamiento nuevo les doy que se amen los unos a los
otros como yo los he amado en ese día comprenderán que son mis discípulos si tuvieran
amor los unos a los otros.
Pedro: ¿Y Por qué no puedo seguirte ahora? Si mi vida pondré por ti.
Jesús: Que tu vida pondrías por mí de cierto te digo que no cantara el gallo sin que me
hayas negado tres veces.
Simón: Señor no sabemos a dónde vas, ¿cómo pues podemos saber el camino?
Jesús: Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al padre si no es por mí, si me
conocen a mi conocen al Padre y desde ahora le conocéis porque me has visto.
Felipe: tu siempre nos hablas de tu Padre que está en el cielo solo te pedimos que nos
muestres al Padre y nos basta.
Jesús: Tanto tiempo hace que estoy con ustedes y no me has conocido Felipe, el que me
ha visto ha visto al padre, como dices tú muéstranos al padre no crees que yo estoy en el
padre y el padre está en mi, el padre que está en mi obra por mí, créanme al menos,
créanme por mis obras en verdad el que crea en mi hará las mismas cosas que yo hago y
aun hará cosas mayores que estas, pues me toca irme al padre las cosas que ustedes
pidan en mi nombre lo hare yo para que den gloria al padre a través de su hijo si ustedes
me aman y guardan mis mandamientos yo rogare al padre y les dará otro interprete que
permanecerá siempre con ustedes, este es el Espíritu Santo que el mundo no puede
recibir porque no lo ve, ni lo conoce, pero ustedes lo conocen porque permanece siempre
con ustedes, dentro de poco el mundo no me vera mas pero ustedes me verán porque yo
vivo y ustedes vivirán en ese día comprenderán que yo estoy en el padre y ustedes en mi
el que conoce mis mandamientos y los guarda ese me ama y mi padre lo amara y yo
también lo amare y me mostrare a él.
Jesús: Si alguien me ama y guarda mis palabras mi Padre lo amara y vendremos a él para
hacer nuestra morada en él, el que no me ama no guarda mis palabra, pero este mensaje
no es mío sino de mi Padre que me envía en lo adelante el Espíritu Santo que mi Padre les
envía en mi nombre les va a enseñar todas las cosas y les va a recordar todas mis
palabras , les dejo la Paz, les doy mi paz, la paz que yo doy no es como la del mundo que
no hay en ustedes ni angustia, ni miedo han oído lo que les dije me voy pero vengo a
ustedes les digo estas cosas antes de que sucedan para que cuando sucedan crean en mi
ya no habla mucho con ustedes porque viene el príncipe de este mundo, no viene a buscar
en mi algo que le pertenezca sino mas bien para que sepa, que yo amo al Padre y que
hago lo que me encomendó el Padre, levántense vámonos de aquí, la hora se acerca. (se
levantan y salen del salón donde se encuentran).
Escena IV:
Jefe de los soldados: Este es uno de los que andaba con el que llaman el maestro.
Judas: Si pero ya le he dejado, ahora vengo a tratar con ustedes la forma en que se los voy
a entregar.
Jefe de los soldados: Tenemos orden de arrestarlo ¿Nos podría decir dónde encontrarlo?
Judas: Esta bien yo se los entregaré, pero lo haremos al anochecer ya que a esa hora se
encuentra orando en el monte con sus discípulos.
Judas: Aquel a quien yo bese en la mejilla ese es el hombre, arréstenlo y condúzcanle bien
sujeto.
Escena V:
Jesús: Padre justo, el mundo no te ha conocido mientras yo te conocía y estos a su vez han
conocido que tú me has enviado, les he dado a conocer tu nombre y seguiré dándote a
conocer así el amor con que me amaste permanecerá en ellos como yo también estaré en
ellos. (Se dirige a sus discípulos y les dice:) quédense aquí mientras yo voy a orar, Simón
Pedro, Juan y Santiago síganme, triste esta mi alma hasta la muerte. “Sentaos aquí y velad
conmigo” (Se retira y empieza la oración) Padre ha llegado la hora da gloria a tu hijo para
que tu hijo de gloria a ti usando el poder que me diste sobre todos los hombres para
comunicar la vida eterna a todos aquellos que me diste. Pues ésta es la vida eterna:
conocerte a ti único Dios verdadero, y al que enviaste Jesús el Cristo. Te he glorificado en
la tierra, cumpliendo la obra que me habías encomendado. Ahora tu padre, dame junto a
ti la misma gloria que tenía a tu lado desde antes que comenzara el mundo, he
manifestado tu nombre a los que me diste apartándolos del mundo, tuyos eran y me los
diste, las palabras que me confiaste se las he entregado y las han recibido, es gloria que
me diste se las di a ellos para que sean uno como tú y yo somos uno, cuando estaba con
ellos los guardaba en tu nombre y cuidaba de ellos y ninguno se perdió, sino el que llevaba
en si la perdición, ahora vuelvo a ti y digo esto mientras estoy en el mundo para que
tengan ellos la plenitud de mi alegría, les he dado tu mensaje y por eso los odia el mundo,
porque ellos no son del mundo como yo tampoco soy del mundo, no te pido que los
saques del mundo pero sí que los defiendas del maligno, hazlos santos según la verdad, tu
palabra es la verdad. Así como tú me enviaste al mundo, así también los envío al mundo y
por ellos voy al sacrificio que me hace santo para que ellos sean verdaderamente santos.
No ruego solamente por ellos sino también por todos aquellos que por su palabra crean
en mí que todos sean uno como tú, padre estas en mí y yo en ti y sean también uno en
nosotros. Esos que me has dado yo quiero que allí donde yo estoy estén también conmigo
y contemplen la gloria que me diste porque me amaste desde antes de que comenzara el
mundo.
¡Padre mío si es posible aparta de mí este cáliz mas no se haga mi voluntad sino la tuya!
(se levanta y se dirige a hacia donde están los discípulos y los encuentra dormidos) Con
que no habéis podido velar ni siquiera una hora conmigo, velad y orad para que no caigas
en tentación, el espíritu es decidido pero la carne es débil. (Vuelve a la piedra a orar)
¡Padre mío si es posible aparta de mí este cáliz mas no se haga mi voluntad sino la tuya!
(dice por tercera vez y mas fuerte) ¡Padre mío si es posible aparta de mí este cáliz mas no
se haga mi voluntad sino la tuya!
Diablo: Si de verdad eres hijo de Dios ordena que esta piedra se convierta en pan.
Diablo: Te daré poder sobre estos pueblos y te entregare todas sus riquezas, porque me
han sido entregadas y se las daré a quien yo quiera dárselas, todo será tuyo si te arrodillas
ante mí y me adoras.
Jesús: Aléjate de mi Satanás, las escrituras dicen “Adoraras al Señor tu Dios y solo a el haz
de servirle.
Diablo: (Entonces lleva a Jesús a Jerusalén y lo puso en la parte más alta del templo y le
dijo). Si tu eres hijo de Dios tírate de aquí para abajo porque dice la escritura: “Dios
ordenara a sus ángeles que te protejan. Ellos te llevaran en sus manos para que no
tropieces con piedra alguna”.
(Y el Diablo se aleja y desaparece del escenario, Jesús se acerca a sus discípulos y descansa
un poco y piensa por un momento y dice).
Jesús: ¡Basta ha llegado la hora mirad que el hijo del hombre va a ser entregado en manos
de los pecadores levántense vámonos de aquí ya se acerca el que me entrega! (se
levantan y se van, se encuentra de frente con Judas y los soldados).
Jesús: Yo soy Jesús de Nazaret (los soldados se caen miedos y sorprendidos, suenan sus
espadas y Jesús les vuelve a preguntar). ¿A quién buscan?
Jesús: Les he dicho que yo soy Jesús de Nazaret pues, si me buscan a mi dejen ir a estos.
Pedro: (saca su espada y le corta una oreja a uno de los soldados) ¡No te llevaras jamás a
mi señor!
Jesús: (se dirige a Pedro) Vuelve tu espada a su lugar, la copa que me da mi Padre la he de
beber.
Escena VI:
Caifás: El Sanedrín se ha reunido para juzgar a este hombre que desde hace días esta
sublevando a la población diciendo que es el Mesías el hijo de Dios, profiriendo amenazas
contra el pueblo judío, predicando doctrinas desconocidas a la Ley de Moisés y haciendo
actos de hechicería.
Acusador 1: este hombre ha dicho que destruiría el templo edificado por hombres y que
construiría otro en tres días no edificado por hombres.
Caifás: ¿Nada respondes a las acusaciones que estos hacen contra ti?
Jesús: Yo públicamente he hablado al mundo siempre enseñe en las sinagogas y en el
templo a donde concurren todos los judíos, nada hable en secreto ¿Por qué me
preguntas? Pregúntenle a quienes me han oído, ellos saben lo que les he dicho.
Caifás: Anda haz un milagro para que yo también crea en ti, anda haz un milagro, hijo de
Dios (se ríe de de Jesús), tú lo que eres es un loco, si, un loco es lo que eres tú, yo te
conjuro en el nombre del Dios vivo que me digas si tu eres el Mesías el hijo de Dios.
Jesús: Tú lo has dicho y yo te digo que des de ahora veras al hijo del hombre sentado a la
derecha del Padre y venir sobre las nubes del cielo.
Caifás: (en tono violento rasga sus vestiduras y dice) Ha blasfemado, ha blasfemado, que
necesidad tenemos ya de testigo habéis oído la blasfemia, ¿qué les parece?
Caifás: llévenlo a casa de Pilatos para que el dicte su sentencia ya que a nosotros no nos
está permitido dar muerte a nadie.
Judas: (Llega en ese momento cae de rodillas y dice) He pecado contra Dios y contra el
cielo vendiendo sangre inocente, aquí esta vuestro dinero que quema mis manos (Tira las
monedas y sale corriendo)
Caifás: (recoge las monedas y dice) Este dinero no es licito devolverlo a las arcas del tesoro
porque es precio de sangre.
Rabino II: Con este dinero compraremos las tierras del alfarero para el cementerio de los
extranjeros que no pueden ser enterrados en el nuestro.
Rabino I: Es verdad compraremos ese terreno y a la vez terminaremos con ese problema.
Escena VII:
(Pedro llega y se mete en medio de las personas que están en la fogata sale la criada
repartiendo el café y observa a Pedro de reojo)
Criada: (diciendo a unos de los soldados y señalando a Pedro) Este es uno de los que
andaba con Jesús de Nazaret.
Pedro: No se de lo que me estás hablando, no conozco a ese hombre.
Criada: (Pensativa y recordando) Claro, tu eres uno de ellos pues eres Galileo.
Pedro: No tengo nada que ver con ese hombre, no lo conozco, ni sé lo que me estás
diciendo. (Al negar por tercera vez canta el gallo y Pedro se acuerda de lo que Jesús había
dicho y se retira llorando)
Viernes Santo
Escena I:
Jefe de soldados: (entra y se acerca a Pilatos) Señor afuera se encuentra Caifás y los sumos
Sacerdotes, traen un prisionero.
Pilatos: (Con tono de duda) ¿Caifás? Ahora que estará pasando. Hazlos pasar al salón
principal.
Jefe: ya lo hice pero se niegan a entrar en la casa de un romano, usted sabe por la Pascua,
además hay una multitud con ellos.
Pilatos: (un poco molesto) Estos fanáticos religiosos. Ordena la seguridad y abre las
puertas del patio central, vamos a averiguar que quieren.
(Los sumos Sacerdotes entran con Jesús encadenado y custodiado por soldados Judíos)
Pilatos: (Mirando con curiosidad todo el alboroto alza su mano para restablecer el orden y
pregunta) ¿a ver qué es tan urgente para que tu Caifás y el sanedrín en pleno pidan una
audiencia a estas horas de la mañana?
Pilatos: Por lo que me dicen no encuentro ninguna falta grave en este hombre.
Caifás: (Alzando la voz con tono exigente señala a Jesús) Es culpable, dice que no
debemos pagar impuestos al emperador, además afirma que es el ¨Mesías el rey de los
judíos¨ salió de galilea y llegó hasta aquí.
Pilatos: (se dirige a Caifás ya un poco molesto). ¿De galilea? ¿Este hombre es Galileo? (se
dirige al jefe y pregunta) ¿acaso Herodes no se encuentra aun en Jerusalén? (Vuelve a
dirigirse a Caifás) que él se encargue y que lo juzgue según sus leyes. (Ordena) Llévenlo
ante Herodes y saquen a esta gente de aquí.
Escena III:
(Entra Pilatos se sienta seguidamente entra Jesús llevado por los soldados y por último los
Sumos Sacerdotes)
Pilatos: (preguntándoles a los sumos sacerdotes) ¿qué acusación traen contra este
hombre?
Pilatos: (En voz fuerte) ¿Soy acaso Judío? Tu nación y los sumos sacerdotes te han
entregado a mi ¿qué has hecho?
Jesús: Mi reino no es de este mundo, si mi reino fuera de este mundo mis seguidores
habrían luchado para que no fuese entregado a los Judíos, pero mi reino no es de aquí.
Jesús: Tú dices que soy Rey yo para eso he nacido, para eso he venido al mundo, para dar
testimonio de la verdad y todo el que es de la verdad oye mi voz.
Pilatos: (Fuerte) La verdad ¿Y qué es la verdad Jesús de Nazaret? (Pilatos hace una pausa
para recapacitar y les dice a los Rabinos). Yo no encuentro en el ninguna culpa, pero hay
entre ustedes la costumbre de que se suelte un reo en la pascua queréis pues que suelte
¿al Rey de los Judíos o a Barrabas?
Sumos Sacerdotes: (Gritando) A ese no a Barrabas, a Barrabas.
Pilatos: ¿Y a Jesús?
Pilatos: (le pregunta a los sumos sacerdotes) ¿y qué hago con Jesús?
Escena IV:
(Jesús aparece en medio de los soldados ellos lo despojan de sus vestidos lo atan de las
manos de un pilar y comienzan a darle latigazos contando veinte cada uno, al terminar lo
sientan y le vendan los ojos los soldados comienzan a pegarle y escupirle diciéndole
¨adivina quién te pego¨ luego entra uno de los soldados romanos con la corona de espinas
apartando a los demás soldados) Apartaos, apartaos que voy a coronar al Rey de los
Judíos. (El soldado le coloca la corona rústicamente, le coloca una capa roja y golpeándole
con un palo en la cabeza le dice) Salve rey de los Judíos ( los soldados lo rodean repitiendo
las mismas palabras, luego se cierra el telón)
Escena V:
Pilatos: Ve tranquila mujer, no le condenare. (La esposa sale, Pilatos se sienta y se cierra el
telón).
Escena VI:
(Se abre el telón aparece Pilatos con Jesús en el patio para dirigirse a la multitud)
Pilatos: Miren se lo traigo afuera azotado coronado de espinas para que no encuentro en
el ninguna culpa. He aquí al hombre.
Sumos Sacerdotes y multitud: (Gritando) Fuera, fuera, crucifícale, que muera, crucifícale.
Pilatos: Pues entonces llévenlo ustedes y crucifíquenlo porque yo no hallo delito en él.
Rabino III: Nosotros, tenemos una ley y según esa ley debe morir porque se ha hecho a sí
mismo hijo de Dios.
Escena VII:
Pilatos: (le pregunta a Jesús) ¿De dónde eres tú? (Jesús se queda callado) ¿No me
respondes? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte y que tengo autoridad para
crucificarte.
Jesús: Ninguna autoridad tendrías sobre mi si no te fuese dado desde arriba, por eso
mayor pecado tiene el que hoy a ti me ha entregado.
Rabino I: (Molesto) Si sueltas a ese no eres amigo del Cesar porque todo aquel que se
hace Rey al Cesar se opone.
Caifás: que su sangre caiga sobre nosotros, sobre nuestros hijos y sobre los hijos de
nuestros hijos. (Los demás apoyan a Caifás)
(Pilatos Toma asiento y piensa un poco luego se levanta y le dice a los soldados)
Pilatos: Soldados lleven a este hombre y crucifíquenlo, pero antes en su cruz pongan esta
insignia que dice ¨Jesús de Nazaret Rey de los Judíos¨.
Rabino II: No escribas ¨Rey de los Judíos¨ sino que se hizo Rey a si mismo.
(Salen los sumos sacerdotes detrás de Jesús gritándole) Fuera, que muera, que muera.
Continúa el Viacrusis…