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En la superficie, percibimos el terremoto como una sacudida que, luego del choque de
las placas, libera energía (ondas sísmicas) en el curso de una reorganización brusca
de materiales de la corteza terrestre, al superar el estado de equilibrio mecánico.
Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Colima y Jalisco son los estados con mayor
sismicidad en la República Mexicana debido a la interacción de las placas oceánicas
de Cocos y Rivera que subsumen con las de Norteamérica y del Caribe sobre la costa
del Pacífico frente a estos estados, también por esta misma acción son afectados los
estados de Veracruz, Tlaxcala, Morelos, Puebla, Nuevo León, Sonora, Baja California,
Baja California Sur y el Distrito Federal.
Para poder describir la fuerza de un terremoto y los daños que produce se han
confeccionado escalas que miden la intensidad y la magnitud de los sismos.
La intensidad es una medida subjetiva de los efectos de los sismos sobre los suelos,
personas y estructuras hechas por el hombre. No usa instrumentos sino que se basa
en las observaciones y sensaciones ocasionados por el terremoto. Es útil para
describir el terremoto en zonas en las que no hay sismógrafos próximos y para
comparar los terremotos antiguos. Hay más de 50 escalas distintas para medir la
intensidad, pero las más conocidas son dos:
La magnitud es una medida objetiva de la energía de un sismo hecha con
sismógrafos. La escala más conocida y usada es la de Richter (1935) y mide el
"logaritmo de la máxima amplitud de un sismograma registrado por un instrumento
estándar, a una distancia de 100 kilómetros del epicentro". Posteriormente ha sufrido
correcciones, pero la idea básica sigue siendo la misma. Como la escala es
logarítmica el paso de una unidad a la siguiente supone multiplicar la energía por diez.
Tsunamis
Los terremotos submarinos provocan movimientos del agua del mar (maremotos o
tsunamis). Los tsunamis son olas enormes con longitudes de onda de hasta 100
kilómetros y que viajan a velocidades de 700 a 1000 km/h. En alta mar la altura de la
ola es pequeña, sin superar el metro; pero cuando llegan a la costa, al rodar sobre el
fondo marino alcanzan alturas mucho mayores, de hasta 30 y más metros. El tsunami
está formado por varias olas que llegan separadas entre sí por unos 15 o 20 minutos.
La primera que llega no suele ser la más alta, sino que es muy parecida a las
normales. Después se produce un impresionante descenso del nivel del mar seguido
por la primera ola gigantesca y a continuación por varias más.