Política

[Editorial] Contradicciones ediles

LA VOZ DE SE. Los nuevos alcaldes de distritos “defensores de la residencialidad” parecen haber olvidado que hasta hace poco exigían,
Le quedan
de forma grandilocuente, condiciones 2/3para
favorables artículos este mes.
la inversión Suscríbase a Semana Económica
privada.
 Por SEMANA económica
11 de febrero de 2023
 Lectura de 3 min

Algunas de las nuevas autoridades municipales de Lima no recuerdan de dónde provienen ni cuáles eran las
convicciones que defendían hasta hace solo unas semanas. Sus principios proempresariales y de libre mercado parecen
haber sido colgados repentinamente en el ropero, hasta dejar el sillón municipal en cuatro años.

Como advirtió esta revista (SE1849), un caso emblemático es el del alcalde de Lima Metropolitana, el empresario Rafael
López Aliaga. En un arrebato de populismo, el burgomaestre pateó el tablero al pisar la alcaldía y allanó el camino para
finalizar unilateralmente el contrato de la concesionaria Rutas de Lima. Sus pares distritales, tal vez en un afán de no
perder protagonismo, le siguieron los pasos con nuevas decisiones que perjudican la inversión privada y el entorno de
negocios en la ciudad.

Puede que algunos usen, de forma simplista, el viejo refrán que dice que “una cosa es con guitarra y otra con cajón”. Pero
aludir al “interés común” como el cajón de sastre de cualquier atropello no es suficiente para justificar decisiones, a
todas luces arbitrarias, que afectan la seguridad jurídica.

Atender las demandas de la ciudadanía es tan exigible e importante como respetar las reglas de juego ofrecidas a los
inversionistas. Y, si existieran irregularidades o discrepancias, para eso están los caminos establecidos por la ley.

Es incomprensible que una autoridad municipal diga respetar los contratos porque proviene del sector privado para,
inmediatamente después, afirmar que está obligado a “apoyar a su alcalde metropolitano” en la evasión del pago de un
Le quedan 2/3 artículos este mes. Suscríbase a Semana Económica
peaje. Ese es el caso del alcalde de La Molina, Diego Uceda (Renovación Popular), quien afirmó en una reciente entrevista
con SEMANAeconómica que “la gente se entiende hablando”. Una máxima que ni él ni “su alcalde” parecen seguir.

Igual de preocupante es lo que ocurre en Surco y Magdalena, donde los alcaldes Carlos Bruce (Avanza País) y Francis
Allison (Alianza Para el Progreso) continúan adoptando medidas que van en contra de la tan necesaria densificación de
la ciudad. Ello en claro perjuicio contra la calidad de vida de nuestros ciudadanos y la tan necesitada reducción del
déficit de vivienda.

Tal como lo hicieron Uceda en La Molina, Carlos Canales (Renovación Popular) en Miraflores y Nancy Vizurraga
(Renovación Popular) en San Isidro, Bruce puso en la mira el desarrollo de viviendas sociales en Surco y suspendió cuatro
proyectos en plena construcción. Allison fue más allá y paralizó el otorgamiento de licencias de edificación y
anteproyectos para los próximos seis meses en Magdalena. Decisiones que llevarán a los desarrolladores y compradores a
reorientar sus inversiones.

Detrás de esta realidad hay un problema aun más estructural: la existencia de 43 alcaldías en Lima. Como siempre
sostuvo esta revista, es imposible planificar el desarrollo urbano de forma coordinada y centralizada mientras existan
tantas autoridades con criterios disímiles en la capital. Otorgarle pequeñas parcelas de poder es un incentivo perverso
para cometer arbitrariedades que afectan la predictibilidad necesitada por los inversionistas. Lamentablemente, la
experiencia parece demostrar que ni siquiera aquellos que hasta hace poco defendían con uñas y dientes el desarrollo
empresarial pueden ser ajenos a dichos incentivos.

Tags: alcaldes Carlos Bruce Francis Allison Rafael López Aliaga Diego Uceda

Más en Política 

Política
14 de febrero de 2023
Crisis en Perú se profundiza mientras legisladores no logran acuerdo sobre elecciones anticipadas
Le quedan 2/3 artículos este mes. Suscríbase a Semana Económica