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Latinos Demócratas

Diego Yael González Reyes


Universidad Autónoma del Estado de México
La práctica de la democracia en América Latina abarca toda la región y define nuestro
continente, aunque no siempre ha sido así, o al menos no en los orígenes y el establecimiento de
esta forma de gobierno. El camino hacia la democratización ha sido complejo y lento, y no se ha
limitado a ciertas partes sino que ha abarcado a toda América Latina; cada nación tiene su propia
historia única en lo que respecta al logro del estado diplomático que ostenta actualmente. Sin
embargo, la democracia siempre va de la mano con la sociedad, incluso me atrevería a decir que
constituye la base misma de la gobernabilidad de un país. Sin una sociedad estable, el liderazgo
político de una nación será inestable, y es precisamente este proceso de caída, tropiezo y ascenso
el que ha caracterizado muchos períodos de la historia sociopolítica y económica de América
Latina.
El objetivo de este ensayo es explorar y reexaminar la historia política de América Latina.
Para facilitar la comprensión, este ensayo proporcionará un contexto histórico y temporal
conciso, profundizando en las causas y consecuencias del establecimiento de la democracia, así
como en los factores involucrados en la implementación de este método, en gran medida
uniforme, en esta parte del continente.
La evolución política en América Latina ha estado influenciada por una multitud de
factores, incluida la percepción de la democracia, la prevalencia del liberalismo contemporáneo y
los cambios en las políticas nacionales. En América Latina, hay una tendencia a idealizar la
democracia como el medio más eficaz para lograr la prosperidad y el desarrollo económico. Con
solo observar la historia de nuestra región, se puede ver que el dominio del liberalismo se ha
inculcado mediante reformas y leyes centradas en el libre mercado, y las transformaciones
políticas en esta parte del continente han mostrado una menor volatilidad en países como
Argentina. Reconociendo esta situación, es crucial resaltar la importancia de las luchas políticas
entre diferentes grupos y clases, así como las estructuras históricas de la economía, la política, la
sociedad e incluso la religión, que han actuado como elementos fundamentales que han dado
forma a esta evolución.
Primero están las guerras de independencia y el establecimiento de los primeros
gobiernos independientes, con especial énfasis en la emancipación lograda por las poblaciones
mestizas e indígenas en cada región. Los levantamientos armados contra las colonias francesas,
españolas y portuguesas se produjeron en un momento en que estas potencias también defendían
sus propias capitales y territorios. A pesar de independizarse de estos países, la sustitución de
este dominio colonial fue la influencia de nuevas potencias, como Gran Bretaña, Francia y los
Estados Unidos.
Esta catástrofe, y sobre todo el desconocimiento y desconocimiento sobre la toma del
poder, propició diferentes escenarios en la región, todos los cuales involucraron cierto grado de
anarquía en la sociedad. Esta situación inestable duró casi 30 años, tiempo durante el cual las
clases sociales fueron el único sistema sociopolítico que funcionó sin un líder, y la clase
dominante adoptó cada vez más el término gobierno. La segunda parte de este período es el
surgimiento de la Orden alrededor del siglo XIX. En México y Argentina se inició el desarrollo
de constituciones, las cuales debían ser determinadas según el liberalismo e incluían un conjunto
de leyes, normas y reglas basadas en: Centrados en el bien común. y justicia entre los derechos y
deberes de los ciudadanos.
Con el progreso político, las condiciones comerciales de la nación emergente se
fortalecieron y los avances científicos y tecnológicos cobraron mayor importancia en la
construcción de la república. Un claro ejemplo de esto lo podemos ver en la construcción de
ferrocarriles en todo el país., el uso de la radio, el teléfono y las comunicaciones en general, y
están adquiriendo cada vez más importancia a medida que el mundo avanza. Sin embargo, el
progreso no siempre es suficiente para todos, especialmente cuando el desarrollo territorial es
muy débil. Los cambios en los estados independientes simplemente representan el crecimiento
general de la sociedad, y estos cambios han creado brechas que parecen difíciles de ignorar hasta
el día de hoy.
Las relaciones comerciales internacionales no tardaron en dar frutos, ya que la economía
creció exponencialmente y los países extranjeros vieron el potencial de los recursos y la mano de
obra de América Latina. Pero yo digo lo mismo. Estas afinidades pudieron surgir gracias a la
estabilidad que fue mostrando América Latina con la desaparición de revoluciones y golpes de
estado. En esta etapa, la democracia más obvia funciona con el cumplimiento de tareas, pero
internamente continúa una lucha de poder con diferentes aspectos del pensamiento. Ya puedes
encontrar registros de participación pública y votación aquí, pero lamentablemente la votación en
ese momento fue fraudulenta ya que muchas personas eran analfabetas.
La expansión de la actividad económica y los servicios para los mercados internos en los
países más desarrollados de América Latina fue el resultado de las guerras mundiales y la
depresión que acompañó al colapso del mercado de valores de Nueva York en 1930. Aunque
estas actividades fueron iniciadas y promovidas por las clases media y rica, la influencia social
de los sectores urbanos y populares también fue una característica de fortalecimiento, o creciente
fortalecimiento, de la democracia consolidada.
Cualquiera que sea el medio, la participación popular está cada vez más influenciada por
la industrialización los países han logrado y el nivel de lucha política que es independiente de los
elementos del sistema utilizado. Todo parecía ir bien, pero la democracia como idea de gobierno
sirvió de pretexto para que el sufragio y la dictadura fueran pasados por alto sin tanta sutileza. El
autoritarismo ha surgido como el nuevo protagonista de un modelo de desarrollo moderno
basado en la exclusión de sectores populares, preocupado por la expansión de los mercados
internos y vinculado al capital transnacional. El autoritarismo extendió esta exclusión al ámbito
político, sirviendo para asegurar la inversión extranjera esencial necesaria para nuevos caminos
de desarrollo.
Referencias
Torres Martínez, Rubén (2016), “Sobre el concepto de América Latina ¿Invención francesa?”,
en Cahiers d’études romanes núm. 32 https://doi.org/10.4000/etudesromanes.5141
Emmerich, Gustavo Ernesto (2000). “Democracia y regímenes políticos en América Latina,
1801- 1997” en Araucaria, Vol. 2, No. 003. Primer semestre 2000. España: Universidad de Sevilla.
Disponible en: https://revistascientificas.us.es/index.php/araucaria/article/view/885

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