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El monte del pubis es la zona situada sobre la sínfisis pubiana. Se caracteriza por la presencia de
folículos pilosos oblicuos que dan lugar al vello pubiano rizado y basto habitual en la mayoría de
las razas. Por debajo de la piel existe una almohadilla adiposa, es decir, está formado por piel
sobre una almohadilla de grasa subcutánea.
Los labios mayores son extensiones posterolaterales del monte del pubis a ambos lados del
introito vaginal. Los labios mayores están dotados también de grasa subcutánea y folículos pilosos
oblicuos. La acumulación de grasa subcutánea y el desarrollo de los folículos pilosos oblicuos y del
vello pubiano son dependientes de hormonas y comienzan con la instauración de la madurez
sexual, generalmente entre las edades de 10-13 años. Esta zona es rica también en glándulas
apocrinas y glándulas sebáceas muy desarrolladas, que maduran y se hacen activas con el
comienzo de la madurez sexual, mientras que las glándulas sudoríparas ecrinas, presentes desde el
nacimiento, no muestran cambios.
Los labios menores son finos pliegues cutáneos desprovistos de tejido adiposo, pero con
abundantes vasos sanguíneos y fibras elásticas. Aunque no hay folículos pilosos, existen
numerosas glándulas sebáceas que se abren directamente a la superficie epidérmica. La epidermis
de los labios mayores y menores se pigmenta con melanina al comenzar la pubertad. La cara
lateral externa de los labios menores suele estar más pigmentada que la cara medial interna, y su
epidermis tiene un sistema de crestas reticulares más desarrollado. En la cara interna, la
pigmentación melánica disminuye progresivamente al acercarse al introito vaginal, y el epitelio
plano, escamoso, estratificado y cornificado, se hace más fino, con aplanamiento de las crestas
reticulares y adelgazamiento de la capa de queratina.
Este epitelio cornificado se extiende en dirección al vestíbulo vaginal hasta el himen, una fina
membrana fibrosa, raramente intacta, que suele aparecer como un «volante» irregular en el
revestimiento de la vagina inferior, el tegmento himeneal. En su superficie externa (vulvar), el
himen está recubierto por epitelio escamoso estratificado cornificado, y en su superficie externa
(vaginal), por epitelio escamoso estratificado sin estrato córneo, rico en glucógeno, similar al del
revestimiento de la vagina.
Clítoris
El clítoris, pequeño antes de la pubertad, crece en mayor o menor grado con la instauración de la
madurez sexual. Durante la excitación sexual se ingurgita de sangre, de modo similar al pene.
El meato uretral se abre al exterior en la línea media por debajo del clítoris A cada lado del meato
se sitúan los orificios de las glándulas parauretrales (de Skene). Estas glándulas se localizan
alrededor de la uretra, sobre todo posterior y lateralmente, y están recubiertas de epitelio
cilíndrico seudoestratificado.
VAGINA
La vagina es un tubo fibromuscular que se extiende desde el vestíbulo hasta el útero. La vagina
posee cuatro capas, que son las siguientes:
El gran plexo submucoso de vasos sanguíneos de pared fina parece permitir la difusión de líquido
acuoso a través del epitelio y contribuye al flujo vaginal.
La estructura de la vagina varía con la edad y con la actividad hormonal. El epitelio escamoso
estratificado estrato córneo que reviste la vagina sufre transformaciones. Antes de la pubertad, el
epitelio es fino, situación que vuelve a darse después de la menopausia, pero, durante los años
reproductores, el epitelio responde a la actividad de los estrógenos, engrosándose.
UTERO
El útero es un órgano muscular y
recibe las trompas uterinas (de
Falopio) derecha e izquierda. Está
revestido por epitelio cilíndrico y,
en su extremo inferior, se abre a
la vagina. El útero puede dividirse
en tres partes: fondo, cuerpo y
cérvix (cuello).
Cuerpo uterino
El cuerpo y el fondo uterinos poseen paredes gruesas formadas por músculo liso (miometrio). El
músculo liso miometrial está organizado en tres capas poco definidas.
El miometrio es sensible a las hormonas y sufre tanto una hipertrofia (aumento del tamaño de las
células) como una hiperplasia (aumento del número de células) durante el embarazo, recuperando
progresivamente su tamaño normal (involución) en las semanas siguientes al parto.
El cuerpo uterino está tapizado por el endometrio, formado por glándulas y estroma de sostén.
Antes de la pubertad, el endometrio es simple, formado por un epitelio cúbico bajo y un estroma
escaso de células fusiformes. Entre la menarquia (primer período menstrual) y la menopausia, en
el endometrio pueden distinguirse dos capas, una capa basal profunda en la unión con el
miometrio, y una capa funcional superficial que recubre la luz.
Trompas uterinas
Las trompas uterinas (de Falopio) transportan los óvulos desde el ovario hasta la luz del cuerpo
uterino (cavidad endometrial). Es también el lugar donde se produce la fertilización del óvulo por
el espermatozoide. Tras la fertilización, la trompa lleva el óvulo fertilizado a la cavidad
endometrial, donde puede tener lugar la implantación. Cada trompa tiene unos 10-12 cm de
longitud y se extiende desde un extremo abierto y dilatado, cercano al ovario, hasta una porción
estrecha que atraviesa la pared miometrial del útero, antes de desembocar en la cavidad uterina.