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Desde ya los animamos a trabajar en su formación académica poniendo su mayor

esfuerzo en la realización de las actividades presentadas en este cuadernillo y las actividades


que se elaborarán oportunamente; tratando en todo momento de mantener contacto con los
docentes a través de los distintos medios tecnológicos disponibles en caso que la concurrencia
a las aulas no sea posible.

A continuación, se presenta los materiales de lectura, seguidamente las consignas para


su resolución:

La etimología de las palabras nos ayuda a entender su significado y de lo que tratan, por eso
comenzaremos por allí.
El término FILOSOFÍA (φιλοσοφία) viene del griego y tiene dos raíces:
 “filós” (φιλος: PHILOS) que significa aspiración, búsqueda, amor, simpatía.
 “sofía” (σοφία: SOPHIA) que significa sabiduría.

Podríamos decir que etimológicamente FILOSOFÍA significa:


 “Aspiración y búsqueda de la sabiduría”

O también en forma más popular como:


 “Amor a la sabiduría”.

Aristóteles: El hombre por naturaleza desea SABER, por naturaleza desea CONOCER (Cap.
I, Libro Primero).
La Filosofía comienza en Grecia antigua, en Asia Menor, alrededor del siglo VII a.C.
La Filosofía. Si consideramos la palabra en su acepción etimológica, Filosofía es lo mismo
que “amor a la sabiduría”. Según refiere Cicerón en sus Discusiones Tusculanas, Pitágoras fue el
primero que se dio a sí mismo el nombre de filósofos (amante de la sabiduría), en vez de llamarse
sofos (sabio), como lo habían hecho sus antecesores. El fundador de la Escuela Itálica opinaba que
la sabiduría solo era propia de Dios, no de los hombres; éstos no conoces todas las cosas, y los
conocimientos que poseen de algunas de ellas son muy imperfectos: Dios es el único que posee un
conocimiento exhaustivo de todas las cosas existentes y posibles. Llamarse sabio era, en la
concepción pitagórica, una arrogancia de espíritu indigna del hombre.

Naturalmente, este modo de pensar es exagerado. Sabemos que todas las perfecciones del
hombre son limitadas, y que las únicas perfecciones absolutas son las de Dios. Por lo cual a Éste le
atribuimos una sabiduría sin límites, la plenitud del saber; pero también hablamos, y con toda
propiedad, de una sabiduría humana, que sobreentendemos limitada e imperfecta.

Esta definición nominal de Filosofía que hemos dado anteriormente, una definición que nos
explica el origen histórico de la palabra, pero no nos da la cosa en sí, la realidad. Necesitamos una
definición real de la Filosofía, una definición que nos dé a entender cuál es el sentido verdadero y
exacto de la palabra Filosofía. Para los antiguos, la Filosofía significaba de hecho el conjunto de las
principales ciencias: la física (ciencia de la naturaleza), la matemática, la metafísica, la lógica, la ética.
El filósofo era, pues, el hombre que poseía los conocimientos de las diversas ciencias entonces
existentes. El desarrollo que fueron adquiriendo las ciencias particulares con el correr de los años
dio origen a la distinción lógica y natural entre la Filosofía propiamente dicha y las demás ciencias.
Esta distinción permanece en la actualidad. Pongamos algunos ejemplos. Todos los conocimientos
referentes a la constitución anatómica, los procesos fisiológicos y a las enfermedades corporales del
hombre forman la ciencia llamada Medicina; los conocimientos relativos a los cambios profundos y
sustanciales de la materia dan origen a la ciencia llamada Química; los relativos a los pájaros y a los
insectos constituyen la Ornitología y la Entomología, respectivamente, que son ramas de la
Zoología y, por consiguiente, verdaderas ciencias. Medicina, Química, Ornitología, Entomología
son ciencias que comprenden en su ámbito sólo un sector parcial de los conocimientos humanos:
son ciencias particulares, distintas entre sí y distintas de la Filosofía. El médico, el químico, el
ornitólogo, el entomólogo no son filósofos si su saber es únicamente de su especialidad.

¿Qué es entonces la Filosofía? La “ciencia de todas las cosas que, con la sola razón natural,
investiga las últimas causas”. Es ciencia, es decir, conjunto de conocimientos ciertos y homogéneos,
por sus causas, metódicamente adquiridos y sistemáticamente organizados. Pero mientras las
llamadas Ciencias Particulares investigan las causas próximas de algunas cosas (fenómenos), la
Filosofía indaga las causas últimas de todas las cosas, de todo lo que existe.

Objeto de la Filosofía. La Filosofía es ciencia de todas las cosas, es decir, de todos los seres.
En su campo entra todo lo que es ser: ser real (existente) y ser meramente posible (no-existente).
La Filosofía estudia lo espiritual y lo material, lo encadenado a la materia y lo que vuela libremente
en las altas regiones del espíritu, lo abstracto y lo concreto, el ser y el no-ser, el bien y el mal, el
mundo, el movimiento, los seres vivientes racionales y no racionales, los seres inorgánicos, los
hombres. Nada escapa a la visión de la Filosofía. Todo es su objeto.

Pero el objeto de cualquier ciencia es doble: material y formal. Y cuando decimos que todas
las cosas son el objeto de la Filosofía, entendemos el objeto material.

Llaman los filósofos objeto material de una ciencia “aquello a lo cual ella dirige su atención,
aquello sobre lo cual versa”; y denominan objeto formal “al punto de vista desde el cual se
contempla el objeto material, al enfoque especial con que a éste se considera”.

De esta ajustada distinción entre el objeto material y el objeto formal se deduce una
conclusión también ajustada: lo que diferencia a las ciencias entre sí es el objeto formal; en el
objeto formal pueden coincidir dos o más ciencias. Así, por ejemplo, el hombre el objeto material
de la Anatomía, pero enfocada únicamente en su aspecto somático, en cuanto a sus músculos, a sus
nervios, a sus huesos y en relación a sus varias conformaciones de estructura. También a la Filosofía
le interesa el hombre (por consiguiente, el hombre es objeto material de la Filosofía), pero por muy
diversas razones; considerará en él su esencia física, su doble constitución sustancial (alma y
cuerpo), la teleología de su vivir existencial, la naturaleza de su voluntad, la posibilidad de sus
conocimientos ciertos. Etcétera.
Si sólo consideráramos el objeto material de la Filosofía, tendríamos que afirmar
lógicamente que ella es la única ciencia, puesto que su objeto material son todas las cosas. Si todos
los seres caen bajo el dominio filosófico, ¿qué les queda a las demás ciencias? Nada. No se podría
hablar de ciencias, sino de una sola ciencia, que sería la Filosofía. Así pensaba Descartes, para quien
la Filosofía absorbe a las demás ciencias.

Por eso es necesario atender a su objeto formal, el cual es la consideración del objeto
material (todas las cosas) desde el punto de vista de sus últimas causas. En efecto: en un fenómeno
cualquiera de la vida se da una serie de causas; y hay otras (en número indeterminado) que son más
o menos próximas, más o menos remotas al fenómeno. Pues bien: las ciencias que no son la Filosofía
investigan los porqués inmediatos de los fenómenos y de las cosas; la Filosofía, en cambio, atisba
los últimos porqués de los fenómenos: llega a un punto más allá del cual no puede llegar la razón
humana. Decimos que el objeto formal de la Filosofía son las causas últimas; pero aclaremos el
significado del adjetivo: son últimas en el orden del conocer, con relación al conocimiento de la
inteligencia humana, en el orden lógico, cono dicen los filósofos; pero son primeras en el orden del
ser, en el orden ontológico. Por eso algunos pensadores definen la Filosofía como “el conocimiento
científico que la razón natural nos procura de todas las cosas por las causas primeras.

En la definición que hemos dado hay una salvedad necesaria: La filosofía se vale de la luz
natural, es decir, de la razón natural. Con esto queremos decir que el hombre cuando filosofa, utiliza
los recursos naturales de su razón. Los conocimientos que Dios pueda infundirle al hombre por
modos extraordinarios, o los que el hombre adquiera mediante la Revelación, no pertenecen al
campo de la Filosofía. Así, por ejemplo, reflexionar y tratar de probar la existencia de Dios (como lo
hizo Aristóteles), es un quehacer filosófico; conocer con certeza la verdad de un dogma cristiano
constituye un acto de fe sobrenatural.

Cada ciencia se caracteriza por su objeto formal. La Filosofía tiene su propio objeto formal
y por lo tanto se diferencia de todas las demás ciencias. Pero hay algo más en ella: es el plano
superior en que está situada. Y este plano es superior en razón del objeto material y del objeto
formal. En razón del objeto material la Filosofía es superior a las demás ciencias porque ninguna
abarca, como ella, todas las cosas. La Filosofía tiene un radio de acción como no lo tiene ninguna
otra ciencia especulativa o práctica. Pero sobre todo es superior la Filosofía en razón de su objeto
formal; porque mientras las demás ciencias se detienen en los porqués inmediatos de las cosas, ella
asciende en el orden del conocer hasta las últimas causas, primeras en el orden del ser.

La superioridad de la Filosofía respecto de las otras ciencias no le da derecho a


menospreciarlas o excluirlas; al contrario: necesita de ellas. Con sólo la Filosofía no adelantaría
mucho en sus conocimientos la inteligencia humana. Las demás ciencias necesitan a su vez de la
Filosofía (con una necesidad mucho mayor, si cabe) para que sus descubrimientos satisfagan por
completo las ansias del saber humano. La filosofía es una verdadera orientadora de las otras
ciencias, porque al fin los principios inmediatos en que se basan éstas se resuelven en los principios
inmediatos en que se basan éstas se resuelven en los principios mediatos de la Filosofía, sobre todo
en los principios de la Metafísica. El filósofo como tal no es competente en Física, en Química, en
Astronomía o en Biología; pero si el físico, el químico, el astrónomo o el biólogo afirman una
proposición que se opone a los principios inconcusos de la Filosofía, entonces el filósofo, aunque
desconozca la materia de qué trata la proposición, juzgará ésta como falsa, porque la verdad es una.
Si en la antigüedad fue posible abarcar los conocimientos de todas o casi todas las ramas
del saber, hoy es tarea imposible. El progreso de la edad moderna, los inventos, la técnica
instrumental, la facilidad de iniciar y encauzar la investigación han ampliado enormemente el campo
de las diversas ciencias (sobre todo de las positivas) hasta el punto de que algunas de ellas han
tenido que recurrir a la división del trabajo, dando origen de ese modo a las ciencias especializadas.
Un hombre sabio en medicina no podrá serlo también en Ornitología y en matemáticas. El caso de
Leonardo Da Vinci, arquetipo de cultura y de saber, fue sorprendente en su época y en la actualidad
no puede darse. Ser sabio, como lo fue él, en matemáticas y en arquitectura, en ingeniería y en
Filosofía, en pintura, en física, en escultura, en anatomía y hasta en música, no es posible en la era
actual. Quien pretende ser sabio, ha de limitar sus deseos y sus esfuerzos a una determinada ciencia
particular; probablemente necesitará toda una vida para lograr su propósito en forma satisfactoria.
Quien quiere ser filósofo, debe renunciar a poseer la sabiduría en cualquier otra ciencia particular.

MATERIAL: Es la cosa o sujeto de estudio. Puede ser


compartido por distintas ciencias, o sea varias ciencias
OBJETO pueden tener un mismo objeto material de estudio.

CIENCIA FORMAL: Es el enfoque o punto de vista con el que la ciencia


va a estudiar a su objeto material. Es propio, único de cada
ciencia.

ETIMOLÓGICAMENTE: Camino que lleva más allá.


MÉTODO
Conjunto de procedimientos que permite a las ciencias
investigar, hallar la verdad y transmitirla.

“Todos los hombres tienen naturalmente el deseo de saber”, escribe Aristóteles al


principio de su Metafísica. Este deseo se satisface únicamente con el conocimiento de las
causas del ser. Primero indaga el hombre las causas próximas de los fenómenos sensibles,
que son más fáciles de observar; luego se remonta hasta las causas últimas o remotas, que
son los primeros principios en el orden del ser: sólo entonces hace filosofía.
El desarrollo maravilloso que en los tiempos modernos han alcanzado las ciencias
experimentales contribuyó bastante a que ya no se considera la Filosofía como única
ciencia; esta distinción favoreció el trabajo de investigación. El extremismo de negar toda
Filosofía fue abandonado en la actualidad por absurdo; el pensamiento humano tiende
ahora a buscar la armonía entre la Filosofía y las diversas ciencias; parece como si éstas
quisieran asegurarse el visto bueno de la ciencia que ostenta el cetro de los primeros
principios.

Consignas
 Copia las consignas en tu carpeta y responde leyendo el material de lectura
presentado más arriba.

1. - Definir filosofía en su acepción etimológica y explicar cómo surge el uso del


término. ¿Es suficiente la definición etimológica de filosofía para entender su
significado?
2. ¿De dónde proviene el término “Filosofía?
3. ¿Cuándo y dónde comienza la Filosofía?
4. Transcribir la definición de filosofía que aparece en el texto y determinar en la
misma el objeto material y formal de la filosofía.
5. 3- ¿Qué entendían los antiguos por filosofía?
6. ¿Qué diferencias hay entre filosofía y ciencias particulares?
7. ¿Cuál es el objeto de la filosofía?
8. ¿Qué ocurriría si solo consideráramos el objeto material de la filosofía?
9. ¿Qué quiere decir que la filosofía se vale de la luz natural?
10. ¿Por qué se dice que la filosofía está ubicada en plano superior con respecto a las
demás ciencias? ¿Esta superioridad le da derecho a menospreciarlas?
11. ¿En la actualidad es posible abarcar los conocimientos de todas las ramas del saber?
¿Por qué existe la división en especialidades dentro de una ciencia como por
ejemplo la medicina?

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