El oso de anteojos es el único oso que vive en
El oso de anteojos necesita
Sudamérica, y uno de los animales más
emblemáticos y carismáticos de los bosques
andinos. Sin embargo, su supervivencia está
amenazada por la acción humana, que ha
reducido drásticamente su hábitat y su
población.
Según la Unión Internacional para la
Conservación de la Naturaleza (UICN), el oso
de anteojos está catalogado como una especie
vulnerable, con una población estimada entre
2.500 y 10.000 individuos. Algunas de las
causas que lo ponen en peligro son las
siguientes:
La deforestación de los bosques tropicales
donde vive, debido al crecimiento urbano,
agrícola y ganadero, que fragmenta y destruye
su territorio.
grandes extensiones de bosque para
alimentarse, refugiarse y reproducirse, y al
perderlas se ve obligado a desplazarse a zonas
más cercanas a los humanos, donde se expone a
mayores riesgos.
La cacería ilegal, tanto por motivos de
subsistencia como por el uso de sus partes en la
medicina tradicional. El oso de anteojos es
perseguido por algunos campesinos que lo ven
como una amenaza para su ganado, o por
cazadores furtivos que buscan aprovecharse de
su piel, su carne, sus garras o su vesícula biliar,
que se cree que tiene propiedades curativas.
El cambio climático, que altera las condiciones
ambientales de los bosques andinos y afecta a
la disponibilidad y calidad de los alimentos del
oso de anteojos.
El oso de anteojos es un animal omnívoro que
se alimenta principalmente de frutas y plantas,
y que ayuda a dispersar las semillas por el
bosque. Al cambiar el clima, algunas especies locales, organizaciones ambientales, medios de
vegetales pueden desaparecer o reducirse, lo comunicación y ciudadanía en general. Es
que limita la dieta del oso y su papel ecológico. necesario implementar políticas de
conservación efectivas y promover prácticas
sostenibles para asegurar un futuro seguro para
el oso de anteojos.

El oso de anteojos es una especie clave para la

conservación de los bosques andinos, que
albergan una gran biodiversidad y proveen
servicios ambientales esenciales para el
bienestar humano. Proteger al oso de anteojos
es proteger nuestro patrimonio natural y
cultural.

Por eso, desde aquí hacemos un llamado a la

conciencia y la responsabilidad de todos los
actores involucrados: autoridades, comunidades