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La ecuación trascendente de la txalaparta

Txalaparta en La menor: idiófono


basado en tablones tallados sobre caballetes y bastones para interpretación por parejas a cuatro manos

La txalaparta es un antiguo idiófono original de Vasconia, cuya peculiaridad como instrumento de percusión
y su enigmática historia ha despertado mucho interés entre los musicólogos e historiadores. La primera
referencia histórica a la txalaparta aparece en 1882 en un libro sobre la producción de sidra en el País Vasco
([1], p. 129), aunque existen menciones anteriores a las toberas (una variante metálica de la txalaparta): la
primera de ellas en un documento legal de 1688 ([2], pp. 52-53). Se sabe muy poco sobre la práctica de la
txalaparta antes del siglo XX, pero antropólogos, historiadores, músicos y otros científicos han colocado el
instrumento en una novedosa vía de crecimiento, utilización y actualización cultural de gran interés
internacional:

Las hermanas Sara y Maika Gómez (Ttukunak) en el Festival de Primavera de Budapest, Palacio de las
Artes, 2017 https://youtu.be/gCLQ1RAu5ow

La txalaparta ordinaria consta de unos tablones de madera colocados de forma horizontal sobre dos soportes,
y golpeados a cuatro manos por bastones también de madera. Debido al origen rural del instrumento, es muy
habitual utilizar tablones de maderas de árboles locales como el roble, castaño o aliso, y bastones de fresno,
similares a los mangos cortos de las herramientas del campo.

Modelado matemático de la txalaparta

La vibración transversal de los tablones se puede modelar matemáticamente mediante la conocida teoría de
vigas o barras de Euler-Bernoulli. Dado que los listones sonoros de la txalaparta están libres sin sujeción a
ambos extremos, estas condiciones de contorno restringen las frecuencias permitidas para vibrar. Así, las
tablas de la txalaparta solamente pueden sonar según los modos de vibración soluciones de una preciosa
ecuación trascendente (no algebraica).

Esta ecuación trascendente se expresa como cosh(kL)cos(kL)=1, donde k es el número de onda de los
infinitos modos de vibración y L es la longitud del tablón.

Esta ecuación no puede resolverse de forma analítica sino por medios numéricos o gráficos, y los infinitos
modos de vibración de cada tablón siguen una serie inarmónica musical, muy diferente a la serie armónica

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que resulta en las cuerdas vibrantes de las guitarras, violines o pianos, o en las columnas de aire de las
flautas, oboes o clarinetes.

Así pues, si calculamos el modo fundamental de vibración de una tabla golpeada, y resolvemos con métodos
numéricos la ecuación trascendente de la txalaparta, resulta que las notas musicales que corresponden a cada
tablón siguen una serie de frecuencias sonoras muy poco armónicas: f1, f2=2.76f1, f3=5.40f1, f4=8.94f1,
f5=13.35f1,…

Si terminamos los cálculos, podemos también representar la distribución espacial de los primeros modos
vibratorios de cada listón sonoro, tal y como se muestra en la figura siguiente. Como el primer modo de
vibración es el más importante en cada tabla, la txalaparta apoya sus tablones en las líneas nodales de este
primer modo, para dejarlos vibrar con total libertad. Como puede observarse en la figura, el apoyo óptimo
del instrumento se encuentra en puntos simétricos cercanos a ¼ de la longitud de cada tabla, si damos
preferencia al primer modo de vibración.

Vibraciones transversales de un tablón golpeado en una txalaparta. Se incluyen los cinco primeros modos de
vibración, la tabla horizontal en color marrón y sus dos soportes situados en las dos líneas nodales del
primer modo: a 22.4% de la longitud del tablón, desde sus extremos izquierdo y derecho. Fuente: cálculo
computacional del autor.

El movimiento oscilatorio de este primer modo de vibración se puede visualizar en la animación mostrada a
continuación. Los modos superiores, cada uno a su propia frecuencia fn, efectúan movimientos vibratorios
similares. Los n+1 puntos nodales de cada modo se mantienen inmóviles y sus n máximos y mínimos
móviles corresponden con puntos ventrales de la vibración. Notemos que en la figura anterior se pueden
localizar los nodos de cada modo mediante la intersección de las gráficas con la tabla horizontal trazada en
color marrón. Los puntos ventrales de cada modo se encuentran entre sus puntos nodales, y corresponden
con zonas de máxima flexión de las tablas.

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Animación del primer modo de vibración transversal de las tablas golpeadas con condiciones de contorno
libres a ambos extremos. Fuente: Wikimedia Commons

Observamos que la txalaparta es un instrumento de percusión que incluye una serie inarmónica musical. En
instrumentos de percusión cromática como los modernos xilófonos o marimbas, las barras sonoras se afinan
tallando las maderas para poder conseguir instrumentos con toda la escala cromática ([3], pp 628-629).
Aunque la txalaparta no es de naturaleza cromática, es posible construir un instrumento afinado y mejorar su
serie armónica y propiedades musicales.

La txalaparta bien afinada

Para construir una txalaparta bien afinada, basta con tallar las tablas eliminando madera en su parte central-
inferior. Existen dos razones para realizar este tallado inferior de los tablones: por un lado, alcanzar la
afinación de nota (frecuencia) deseada para el primer modo de cada barra sonora del instrumento, y por otro,
conseguir notas cercanas a una serie armónica para los principales modos superiores de cada uno de sus
elementos vibrantes. Cada tablón se esculpe para ajustar selectivamente la frecuencia y forma de un modo
normal de vibración que se pretende, sintonizando la masa y la rigidez de la madera. La eliminación de
madera en una zona de flexión pronunciada reduce la rigidez más que la masa de la tabla, de modo que la
frecuencia disminuye. Por otro lado, la supresión de madera en una zona de poca flexión reduce la masa más
que la rigidez, de forma que la frecuencia aumenta. Esta técnica escultórica permite perfectamente construir
una txalaparta musical y afinada.

Proceso de eliminación de madera en la parte


central-inferior de uno de los tres tablones de roble de la txalaparta fabricada por el autor.
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Aunque no existe un modelo estándar de txalaparta, dependiendo de los estilos musicales o interés de los
intérpretes, es común emplear típicamente entre 1 y 5 tablones. Un ajuste básico para poder emitir acordes
tonales requiere al menos tres notas simultáneas, que pueden ejecutarse golpeando tres tablas. Utilizando
tres robustos listones de roble de longitud 123cm, anchura 16cm y grosor 5 cm, como el mostrado en la
fotografía, es sencillo tallar estas barras como hemos indicado y generar potentes y armónicos elementos
sonoros. En este caso concreto los tablones han sido esculpidos de manera que sus modos fundamentales
vibren a 110 Hz (La1), 131 Hz (Do2), 165 Hz (Mi2): esto nos permite denominar el instrumento como una
txalaparta en La menor. Además, el golpeo de los tablones en zonas intermedias, excitan los modos de
vibración superiores, que han sido ajustados en una serie armónica. Por todo ello, una buena pareja
ejecutante en esta txalaparta afinada puede extraer del instrumento verdadera recóndita armonía.

Hutsun en las calles de Aviñón (Francia) https://youtu.be/8DFGWMXMrGs

Referencias

[1] Severo de Aguirre-Miramon (1882) Fabricación de la sidra en las provincias vascongadas. Hijos de I.R.
Baroja, San Sebastian, p. 129.

[2] Manuel de Lekuona (1920) Las toberas. Revista de cultura vasca, Euskalerriaren Alde n. 194, pp: 52-53.

[3] Neville H. Fletcher and Thomas D. Rossing (1998) The Physics of Musical Instruments (2nd Edition),
ISBN-9780387983745, Springer, New York, pp: 628-629.

Del mismo autor: Lutería y acústica (serie)

autor: Victor Etxebarria Ecenarro está diplomado como lutier por el Conservatorio Juan Crisóstomo de
Arriaga (Bilbao) y es Catedrático de Ingeniería de Sistemas y Automática en la Universidad del País Vasco
(UPV/EHU)

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