Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Cómo fue que Milei se acopló al delirio del programa y lo supo aprovechar. La otra
vida de Yayo: es licenciado en economía, fue admirador de Cavallo y trabajó como
funcionario público en Córdoba. El abuelo Yayo que está muerto de amor y descubrió
un mundo impensado. La ‘máquina’ a los 60 ¿responde como antes? Por qué hoy
elige y con quiénes trabaja
Por
María Laura Santillán
El vínculo con Messi, por qué no quería grabar “La Morocha” y la banda de la cual lo
echaron: Luck Ra se confiesa
Te puede interesar:
El vínculo con Messi, por qué no quería grabar “La Morocha” y la banda de la cual lo
echaron: Luck Ra se confiesa
– (risas) Podemos decir que el dólar va a estar entre los 100 y los 2.000 $ mañana y
quedamos bárbaro.
PUBLICIDAD
De sueños rotos en el fútbol al éxito musical, la historia del Negro Tecla: “Pasé de no
tener nada a tener todo”
Te puede interesar:
De sueños rotos en el fútbol al éxito musical, la historia del Negro Tecla: “Pasé de no
tener nada a tener todo”
– La cosa fue así. La carrera nuestra en la década del 80 tenía pocos años y uno de los
profesores era Domingo Felipe. El problema fue que cuando nosotros llegamos a la
instancia de tenerlo se lo trajo Menem para acá a Capital para que se hiciera cargo del
Ministerio de Relaciones Exteriores. Así que no lo pudimos agarrar. Tenerlo como
docente, esa era la historia.
– Tuviste dos vidas.
– Paralelas. Y en un momento hubo que cortar y dedicarse a full a la otra vida para ser
profesionales.
– Sí, leo, me informo sobre todo. Por ahí me agarra la etapa de ponerme a leer y a lo
mejor me como tres, cuatro libros en un mes.
El quiebre fue en el 93, 94, cuando empezó en Videomatch. A partir de ahí nunca más
paró. En Videomatch y Sin codificar, dos programas que son parte de la historia de la
tele.
– Ahí ya estaba cama adentro, directamente. Le pudimos dar una continuidad de trabajo.
Viniendo del interior es muy importante que Buenos Aires nos abra los brazos de esa
forma.
"Yo decía que cuando fuera un poquito más grande quería tener la oportunidad de vivir
en Buenos Aires", dijo Yayo Guridi (Fotos Nicolás Stulberg)
"Yo decía que cuando fuera un poquito más grande quería tener la oportunidad de vivir
en Buenos Aires", dijo Yayo Guridi (Fotos Nicolás Stulberg)
– ¿Fantaseabas con venir a Buenos Aires?
– Sí. A mí siempre me gustó Buenos Aires, nos hacíamos escapadas en la década de los
80, cuando venían músicos muy importantes de afuera, nos veníamos en el tren a Retiro,
Pat Metheny, Chick Corea por ejemplo. Me encontré con una ciudad que me encantó.
Yo decía que cuando fuera un poquito más grande quería tener la oportunidad de vivir
en Buenos Aires. Nos creíamos en un mundo distópico, como se le dice ahora, se nos
empezó a meter el cuarteto, pero a la vez teníamos muchos amigotes que estudiaban en
una escuela emblema del jazz, La colmena, donde surgieron los músicos del Centro que
grabaron con Litto Nebbia, o estaban en la banda Jade de Spinetta, músicos muy
importantes. Teníamos el cuarteto y el jazz al mismo tiempo.
– Cuando vuelvo a Córdoba me doy cuenta que mis amigos están muy cordobeses. A mí
se me ha ido un poquito, se me ha lavado. Sin darte cuenta lo vas perdiendo. Te vas
contaminando con los personajes y se te va lavando el acento. Viene de los
comechingones que tenían esa cadencia. Los españoles, enseñaron el español a los
comechingones, pero ellos conservaron el acento. De ahí sacan la conclusión de que uno
aprende un idioma nuevo, pero sigue conservando la tonada de su lugar original.
– Pero también sos muy famoso porque te tentás cuando estás trabajando. Digamos que
la tentación es un plus.
– Sí, no la puedo contener. Nos hemos criado a los cachetazos en la nuca. No venimos
de un palo formal de Conservatorio o de alguna institución importante donde te enseñan
a contener un poco tus emociones. A mí no me pasa, no puedo. Algo que me tienta, me
tienta y no tomo dimensión de dónde estoy. Puedo estar en un auditorio en silencio y si
algo pasa no lo puedo contener. Y además, con los compañeros con que uno labura es
imposible, es muy difícil.
"Algo que me tienta, me tienta y no tomo dimensión de dónde estoy. Puedo estar en un
auditorio en silencio y si algo pasa no lo puedo contener", contó Yayo Guridi en
entrevista con María Laura Santillán
"Algo que me tienta, me tienta y no tomo dimensión de dónde estoy. Puedo estar en un
auditorio en silencio y si algo pasa no lo puedo contener", contó Yayo Guridi en
entrevista con María Laura Santillán
– Tu tentación es un chiste en sí mismo. ¿Quién te tienta más de todos tus compañeros?
– No, no puedo elegir. Son muchos, no se merecen que los deje afuera. Pero sí, todos
los compañeros ‘Sin codificar’. En el streaming de Olga que estoy haciendo los pibes
me pueden por todos lados. Ya saben a dónde ir a buscarme. Van directo ahí, a los
tobillos o a las rodillas. Entonces, más me doblo.
– Te reís tanto ¡que se te ve llorar cada vez que habla! Es muy simpático. Hay que tener
talento para reírse.
– A pesar de que te conocemos todos, porque además las nuevas generaciones conocen
tus sketches que hoy se repiten por las redes, poco y nada supimos y sabemos de tu
historia y de tu vida privada. Mantuviste un perfil muy bajo. Tuve que investigar para
saber, por ejemplo, que estás con la misma mujer desde hace 42 años.
– ¿Es muy difícil después de tantos años elegir una cosa de las que más te gustan de
ella? Dale, quedá bien con ella.
– Tiene todas las vacunas puestas, no hace falta que le diga nada. Me conoce, nos
conocemos mucho, mucho más ella a mí.
– Tienen dos hijos y una nieta que imagino que te rompió la cabeza. Hizo el dibujo que
se ve en la remera que tenés puesta. ¿Ámbar?
– Ámbar, lo hizo cuando tenía cuatro años, están muy buenos los colores que usa. Sí, es
descubrir un mundo impensado. A lo largo de toda tu vida vos no estás pensando que
vas a ser abuelo. Es totalmente sorpresa la relación que empezás a tener con los nietos.
Tuve la gran suerte de poder tenerla cerca y empezar a construir una relación muy
especial. Ya somos amigotes, compinches. Una o dos veces a la semana la veo.
María Laura Santillán con Yayo - EL ABUELO QUE ESTÁ MUERTO DE AMOR:
"MI NIETA ME DICE YAYO, ES DESCUBRIR UN MUNDO IMPENSADO”
–¿La vas a visitar?
– Sí. O viene ella, tenemos una continuidad. Y si no nos vemos está la tecnología de por
medio, la señorita hace videollamada por alguna aplicación.
– Yayo (sonríe)
– Estás muerto de amor. La cara que no pusiste cuando te pregunté por tu mujer
buscando una emoción se encontró acá muy fácilmente.
– Sí, es que es otra historia ser abuelo. Lo lindo es la devolución que uno va teniendo
del otro lado, que es impensada también. Vos decís: tiene su mundo, una edad tan
distante de la de uno, y sin embargo constantemente está tratando de buscar que nos
hablemos, que nos veamos.
– Sí, dibujamos, escuchamos música, armamos playlist. Tiene una playlist que ya tiene
tres o cuatro años donde vamos compilando todos los temas que está escuchando. Le
vamos agregando temas o le vamos sacando porque algunos ya no le gustan. Estuve en
el momento en que nació, la tuve en brazos al otro día, hasta hoy que tiene seis años.
– Sí. Lo último con que se enganchó fue cuando en 2022, hicimos ‘¿Quién es la
máscara?’ en Telefe. El momento en que me saco la cabeza del traje de ogro, no sé
cuantas veces lo habrá visto. No sé qué le ve, pero entra en un loop de verlo al abuelo
sacándose la máscara de ogro. Ahora está entrando en una etapa donde las cosas muy
infantiles ya no le llaman tanto la atención, va creciendo la señorita.
– ¿Es difícil hacer humor con los nuevos códigos? Muchas cosas ya no se hacen, hay un
doble sentido que ya no se usa, hay cosas que ya no se dicen. Por ejemplo, no se habla
de los cuerpos en este tiempo. ¿Hay cosas que hay que replantearse?
– Uno que no tiene la licencia de la juventud, perdió ese gustito a pibe atorrante, desde
ese punto, sÍ, te tenés que replantear. Pero se siguen haciendo ahora, se harán por otros
canales, serán más privados, más de nicho, con menos intensidad tal vez. Se siguen
haciendo. Pasa que a uno ya no le cabe. Yo voy a cumplir 60 años, ya no causa gracias
lo que yo podía hacer a los 25 o a los 30.
– El humor que hacíamos en el 2000, 2001. Por más que la gente te dé el crédito ya no
se pueden hacer. Hagamos un paralelo con lo que hacíamos en esa época, hablando
claro yo quedo como un viejo choto verde. Ya no tengo ese handicap, no tengo ese
crédito.
"La ropa te habrás dado cuenta que es algo que no me interesa mucho en esta vida",
expresó Yayo Guridi
"La ropa te habrás dado cuenta que es algo que no me interesa mucho en esta vida",
expresó Yayo Guridi
– De viejo no tenés nada.
– ¿No? Mientras uno no pierda la espontaneidad, que no sea algo forzado, que sea un
toque, vaya y pase. ¿Pero buscar deliberadamente hacer esos chistes? No, no da. Los
personajes que a mí me encantaban en la época de los 70 y 80 los intentan hacer
después de tanto tiempo y ya no es lo mismo.
– Me cuido mucho (risas) No, la verdad que no. La ropa te habrás dado cuenta que es
algo que no me interesa mucho en esta vida. Me voy vistiendo con lo que me regala mi
nieta o los hinchas de Belgrano. No es algo que me preocupe la ropa. Es muy probable
que todo lo que tenga puesto sea regalado.
– O me prestan ropa, o más o menos me armo para zafar. Me han gastado un montón de
veces. Un diseñador me agarró una vez en un evento y me volvió loco.
— Nada.
– ¿No te cuidás? Hay una edad en que uno se da cuenta que no va a ser eterno.
– No es que te cuides, ya la máquina no te empieza a responder como antes, esa es la
historia. Entonces sí o sí te tenés que cuidar. El tema de Rodrigo dice ‘se para el lunes
porque hay que descansar de todo lo que bailamos. Y el martes en caravana otra vez’.
Nosotros a los 20 años hacíamos esa vida de martes a domingo y se paraba el lunes. Esa
vida no se puede hacer más hoy en día. Y no es que te estés cuidando, no te da la
máquina, no te da la máquina. Y empiezan a jugar otros componentes. Poder disfrutar
de tu familia el mayor tiempo posible.
– Claro, empecé a decidir los trabajos porque sé que me voy a divertir con la gente que
tengo alrededor. En el teatro estamos con ‘Tom, Dick y Harry’. Yo de teatro no
entiendo nada y me presentan una comida inglesa. Imagínate leer un libro de dos
autores ingleses, qué sé yo si es buena o mala, si nunca hice teatro. Cuando vi el elenco
y la gente que iba a trabajar, dije: ¿por qué no? No puede salir nada malo de esto.
Decido por la calidad de la gente que va a estar, porque sé que la voy a pasar bien. Es
más para errarle que para embocarle, porque si no sería muy fácil esta carrera. Pero la
estamos embocando.
– ¿Viste que te van llevando sin que te des cuenta? Has elegido bien, entrás en un ritmo
y decís: mirá! me da la máquina todavía!
– Laburar con gente con buena leche hace que te dé más energía de la que vos pensabas.
– Indudablemente, indudablemente. Pero por ahí hay cositas que hay que dejarlas
descansar y a lo mejor buscar que vuelva al teatro ‘Sin codificar’. Por el lado de la tele
dejarlo descansar. 12 años. Con años muy intensos.
– En un año hemos quemado casi cuatro años de material. El primer año, sobre todo.
– Es que no tenía ese rótulo de político, tenía el rótulo de un outsider que venía a
romper con todo lo preestablecido. Muy bien sostenido por un discurso sólido, no es
que estaba tirando cohetes y a ver qué se me ocurre, que digo para ver qué impacto
logro. El tipo estaba muy bien basado. Y el programa le venía bárbaro y le vino bárbaro
porque después los resultados fueron fantásticos. Era una persona que en algún
momento tenía que quedar en ‘Sin codificar’ sí o sí.
María Laura Santillán con Yayo - MILEI PARECÍA UN INTEGRANTE MÁS DE SIN
CODIFICAR
“MILEI SE ACOPLÓ DE UNA AL DELIRIO DEL PROGRAMA, NO HUBO QUE
EXPLICARLE NADA LO QUE HABÍA QUE HACER”
– Él dijo: este programa delirante me puede servir, evidentemente.
– Sí. A tal punto que estuvo volviendo durante tres años. Después no hicimos más el
programa. Hemos recibido algún rebote, ‘mándenles saludos”, quedó una relación muy
buena. Como con todos los invitados que pasaron por el programa, por suerte siempre
hemos tenido esa virtud.
– Que realmente tenía posibilidades. Porque ya venía con un refresco que no tenían las
otras opciones políticas.
– Si, exactamente. Yo creo que en gran parte era eso y en cierta forma estos primeros
meses está mostrando la voluntad de cumplir con lo que venía pregonando a lo largo de
todos estos años. Creo que eso es lo que rescata a la gente, algo de legítimo.
– Es una virtud saber cuándo hacerse el irreverente. Andar por la vida y ser irreverente
en lugares donde no hay que serlo puede jugar en contra, pasás a ser un desubicado. Yo
creo que hay que saber el lugar y el momento, ahí sí el irreverente cobra calidad ¿Qué
lindo lo que dije, no? (risas) Sonó hermoso (risas)
"Es una virtud saber cuándo hacerse el irreverente", aseguró Yayo Guridi
"Es una virtud saber cuándo hacerse el irreverente", aseguró Yayo Guridi
– ¿Ya lo seguías a Milei? Sos economista. Hacías un sketch en ‘Sin Codificar’, en un
programa delirante, con el que hoy es presidente. Y escuchabas lo que decía de
economía como economista que sos. ¿Vos entendés el delirio que estamos planteando?
O sea que una parte tuya, además de hacer el sketch, escuchaba lo que tiraba el tipo.
– Y claro, lo tenía que escuchar porque por ahí me daba pie para un ‘quiero retruco”.
– Sí, él sabía.
– Te llega de diferentes formas. Alguien de arriba te dice que estuvo con tal y que
estaría bueno que apareciera en el programa justo tres meses antes de un año de
elecciones. Y nos pusimos firmes entre nosotros y dijimos no, cero político.
– ¿Sabés lo yo pagaría si me dieras los nombres de los políticos que querían aparecer en
‘Sin codificar’ con un micrófono?
– Sí, me los acordara te los diría. Era una vorágine diaria, ya ni te acordás quiénes eran.
Era muy gracioso porque te decían: los hijos de tal persona son fanáticos del programa,
quieren saber si pueden venir al programa. Claro, ¿cómo no? Pueden venir. Los
domingos al programa venían colegios de Temperley, de Remedios de Escalada, de
Lomas de Zamora, de todas partes. ‘El padre quiere saber si puede acompañar a los
hijos’. Sí, cómo no, que venga. ‘El padre quiere saber si además de acompañar le
pueden dar un micrófono para decir…’ O sea, ¿qué es lo que quería? Quería hacer un
discurso en el programa nuestro. Si entrábamos en esa, rompíamos el programa. Y por
suerte la piloteamos bastante bien, entendieron que no queríamos a políticos en el
programa.
– Claro, pero no como político. Venía como un outsider muy interesante. Al programa
le venía fantástico.
"Es muy meritorio todo este tiempo que estamos en la calle Corrientes y la obra se lo
merece porque está muy buena", dijo Yayo Guridi (Fotos Nicolás Stulberg)
"Es muy meritorio todo este tiempo que estamos en la calle Corrientes y la obra se lo
merece porque está muy buena", dijo Yayo Guridi (Fotos Nicolás Stulberg)
– ¿Tenés esperanza en este gobierno?
– Una de las cositas de las que te agarrás es que hace más de un año que estás en teatro,
en una comedia inglesa.
– Es aprender una actividad nueva. Acá al teatro se viene a repetir, sobre todo en este
tipo de obras.
– Se me ocurre que Nico Cabré debe ser muy disciplinado, muy estricto.
– Y sí, porque nosotros le damos motivo para que sea así, porque si nos levanta la pata
15 días empezamos a irnos a la banquina. Por suerte él sigue estando ahí, corrigiendo. Y
las clava en las correcciones que hace, tiene razón. No te das cuenta que te estás
desviando y el loco te vuelve a poner en carril.
– ¿Te pongo en un aprieto si te pregunto con quién creés que vas a seguir siendo amigo?
No me digas con todos.
– Es que es así, es con todos. Puedo compartir más tiempo con alguien que con otro por
una cuestión de afinidad o por una cuestión hasta familiar, por ejemplo, con Mariano.
– Mariano Martínez.
– Los dos primeros hijos de Mariano son sobrinos míos, entonces hay una relación más
estrecha con él. Pero a la hora de los bifes, salimos a comer todos juntos, festejamos lo
mismo todos. Es un grupo.
– No estaría mal. No lo había pensado porque yo soy muy nuevito todavía. Aparte,
semejante invitado ¿Por qué no?
– ¿Por qué no? Pero dame tiempo porque recién arranco. Vamos despacito.
– Incluso le podés preguntar de economía. Somos vecinos ahora Yayo, estamos cerca.
Infobae está enfrente de Olga
– Una calle nos separaaaaaa. Así como me crucé yo te podés cruzar vos allá.
– ¿Quién te dice que antes de fin de año no nos volvamos a encontrar y vemos qué
pasa?