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MÉTODOS ALTERNOS A LA SOLUCIÓN DE CONTROVERSIAS DE

CARÁCTER PENAL Y CIVIL (MEDIACIÓN)

7° CUATRIMESTRE

TAREA 3

Tabla de contenido
Tipo de mediación y/o conciliación.....................................................................................................3
1.Según su elemento de voluntariedad.................................................................................................3
2.Salidas alternas al proceso penal (SAPP)..........................................................................................7
Referencias...........................................................................................................................................8

Tipo de mediación y/o conciliación


1. Según su elemento de voluntariedad
1.1 Obligatorios respecto al ingreso

La voluntariedad tiene dos dimensiones. La primera comprende la etapa inicial del proceso –cuando
la persona toma la decisión de acogerse a él– y la segunda comprende la facultad de retirarse de éste
en cualquier momento sin necesidad de justificar los motivos. Basta la expresión de la voluntad de
una de las partes en orden a no continuar para que el mediador deba poner término al proceso.
Por su parte, Moore señala que existen cuatro grandes vías de ingreso a la mediación: (a) por
iniciativa directa de las partes, sea de una de ellas o ambas de común acuerdo; (b) por remisión de
participantes secundarios, entendiendo por ellos quienes no siendo partes directas están interesadas
en la resolución de conflictos, como por ejemplo, familiares, amigos, vecinos o cualquier otra
persona a quien pueda beneficiar la solución del conflicto; (c) por iniciativa directa del propio
mediador y (d) por designación realizada por una autoridad. En este último caso, Moore no
distingue si se trata de un juez u otro tipo de autoridad estatal y si la designación corresponde a una
orden o una sugerencia de ésta aceptada por las partes, pero claramente las tres primeras parecen
aludir a la mediación voluntaria de Brett, Barsness y Goldberg, mientras que la última puede
clasificarse como de mediación involuntaria.
1.2. Voluntarios en cuanto a permanencia
Esta consideración nos lleva a puntualizar el marco conceptual en que se mueven la mediación y la
jurisdicción voluntaria, así como el Estatuto del Mediador y el Notario en la dación de fe pública.

A. Momento histórico del surgimiento


La primera matización que se requiere comentar es el momento histórico de la aparición de cada
una y las condiciones que en ello influyen. Porque aunque en este momento las dos instituciones se
están estudiando a nivel nacional e internacional, cabe decir que la mediación es una institución
joven, a diferencia de la jurisdicción voluntaria, que tiene un camino recorrido doctrinal y
legislativamente.

La mediación ha existido siempre, aunque su aparición histórica con uniformidad y cohesión, es


reciente, data de la década de los años sesenta y setenta, y aparece en los Estados Unidos ante la
insatisfacción de la vía judicial como único modo de resolución de los conflictos, y por la carencia
de solvencia de los tribunales para resolver todos los temas. Los modelos y antecedentes de la
mediación más conocidos provienen de los procedimientos de resolución de desavenencias
laborales en el ámbito industrial, y empieza el interés de la sociedad americana por formas
alternativas de resolución de desavenencias, o "Alternative Dispute Resolutions" (ADR), es decir
"mecanismos que intentan resolver disputas, principalmente al margen de los tribunales, o mediante
medios no judiciales". Dentro del ámbito del derecho se destacan autores como Lon Fuller, Frank
Sander y Roger Fisher, todos ellos de la Harvard Law School, o el autor Howard Raiffa, los que han
contribuido a que la resolución extrajudicial de conflictos adquiera una cohesión teórica.
Posteriormente se expandió a Europa, aunque ha sido peculiarmente compleja su aceptación, a
diferencia de Inglaterra que por su afinidad cultural, idiomática y jurídica a los Estados Unidos, lo
acogió con más rapidez y asimilación de que es posible obtener otros resultados fuera de la vía
judicial.
1.3 En atención al ámbito personal
Existen diversas formas de orientar la gestión del conflicto a través de la mediación, con las
aportaciones de los modelos o escuelas que existen inspiran la función mediadora, cada una ofrece
líneas de pensamiento diferentes en cuanto a cómo debe ser entendida la mediación. Cada uno de
estos modelos ha desarrollado un método de trabajo diferente en función de la finalidad que se
pretenda obtener con la mediación. A continuación, se describen los modelos que se practican y sus
características. a) Modelo Transformativo Los autores de este modelo, Bush y Folger, definen una
forma de mediación sin especial interés en el acuerdo, el enfoque que desarrollan es encaminado al
perfil del mediador destacando la escucha activa, con una actitud de ayuda, empatía y
reconocimiento entre las partes. El objetivo de la Escuela transformativa no es el de conseguir un
acuerdo entre las partes, sino el modificar la relación existente entre las mismas; aunque el acuerdo
es el objetivo principal, este será una consecución que derivará por el cambio de la relación de los
participantes. Esto se logrará mediante reuniones conjuntas o individuales con cada una de las
partes, en las que el mediador intenta que ambos reconozcan su responsabilidad en el desarrollo del
conflicto.
1.4 Judicial y Particular
La mediación privada, al igual que la mediación pública, es un procedimiento voluntario mediante
el cual las personas, con el apoyo de un Mediador Privado, pueden comunicarse y negociar, para
encontrar de manera amigable y satisfactoria la solución legal a su problema de carácter Civil-
Mercantil o Familiar.
El Mediador Privado es un profesional certificado en los campos Civil-Mercantil y Familiar, que se
encuentra en constante actualización y bajo la regulación del Centro de Justicia Alternativa del
Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México.
Es imparcial, neutral y se encarga de facilitar la comunicación entre los interesados para que puedan
solucionar su problema.
1.5 En relación con la capacidad del mediador
En cualquier disputa o controversia, generalmente resulta difícil o complicado iniciar el diálogo
entre las partes enfrentadas debido al antagonismo que las ha generado. La cultura de la mediación
propone técnicas y modelos diferentes según el ámbito del conflicto, con el objetivo de ayudar a los
litigantes a encontrar, más allá de la razón que origino la controversia, un lugar común donde hallar
una cierta empatía en la posición del “otro”. Precisamente por ello, y más allá de la cultura del
diálogo, el mediador es una figura clave para la resolución de los conflictos sobre los que se debe
iniciar el Proceso de Mediación. El Mediador debe ser un especialista cualificado cuya
intervención servirá para allanar el camino que conducirá a los litigantes hacia “ese lugar común”,
pero debe quedar claro, de inicio, que mediador no puede ser cualquiera. Quien asuma esta
competencia, aparte de su capacitación técnica, tiene que ser una persona con unas características
muy determinadas. Tiene que ser sensible, cercano, flexible, con una alta resistencia a la frustración
y con una elevada capacidad para dialogar con las personas que buscan llegar a un Acuerdo y
resolver sus problemas. Veamos algunas de las características personales y deontológicas más
destacables que debe reunir globalmente un buen Mediador:
+ El Mediador debe disponer de la capacitación técnica y formación específica que le acrediten
profesionalmente y avalen para poder intervenir en el desarrollo de la actividad para la que debe
estar perfectamente preparado
+ El Mediador actuará siempre con independencia e imparcialidad: ni juzgará ni arbitrará y no
podrá intervenir en las mediaciones cuando participen en los mismos familiares, amigos, o personas
de sus mismos intereses.
+ El Mediador se compromete a preservar y respetar la confidencialidad intrínseca del Proceso de
Mediación y de cuantos documentos e informaciones disponga o pueda obtener a lo largo del
mismo. El secreto profesional solo podrá levantarse con el acuerdo expreso de las partes mediadas.
+ La experiencia del Mediador en la resolución de conflictos y su capacidad de comunicación
constituyen los dos principales soportes sobre los que se apoya su actividad en el Proceso de
Mediación.
+ El mediador debe sugerir o proponer, sin imponer.
+ Debe ayudar a centrar las posturas sin esterilizar la creatividad y la espontaneidad de los
mediados.
+ Ha de sistematizar el Proceso de Mediación, facilitando inicialmente un intercambio de
experiencias entre los mediados que sirva para detectar con precisión cuál es el núcleo del problema
y cómo se pueden suavizar sus picos para conseguir un Acuerdo equitativo entre las partes.
+ Las primeras sesiones de Mediación son fundamentales para llegar a un Acuerdo final. En ellas el
Mediador ha de saber introducir a los mediados en la dinámica del Proceso, especialmente porque
carecen de cualquier experiencia previa en situaciones similares, garantizando la confidencialidad y
la democracia en la valoración de las posturas para acercarlas hacia un mismo fin común: lograr el
mejor Acuerdo posible. Existe una abigarrada discusión académica sobre la imparcialidad o la
neutralidad del mediador. Si por neutralidad se entiende la ausencia de principios, valores, o incluso
construcciones cognitivas a cerca de las personas o las situaciones, es muy difícil sostener que “se
es neutral”, en un sentido existencial o experiencial. El mediador necesariamente ha y debe ser
necesariamente imparcial, y ese principio estructural de las buenas prácticas en mediación, que es
troncal en el proceso no ha de verse contaminado por su posición ideológica, o sistema de creencias
y valores. Es en ese sentido en el que sí que afirmamos que el mediador ha de ser neutral.
1.6 Mediación retenida y delegada
La clasificación en relación con la capacidad que tiene el mediador o conciliador para subordinar a
las partes se divide en retenida y delegada. a) Retenida. Es la realizada ante una autoridad (juez,
fiscal, defensoría de oficio) con capacidad de subordinación de las partes; por ejemplo, la mediación
ante el juez de lo civil. La mediación retenida es criticada porque impide la manifestación plena y
espontánea de las partes y quebranta la característica confidencialidad de la mediación. En el
primer caso, de no lograrse un acuerdo, el mediador pasará a juzgar, acusar o defender a las partes
y, en el segundo, quien juzgará, acusará o defenderá se entera, por su rol de mediador, de hechos
que las partes probablemente no quisieran contarle si no actuase como mediador. b) Delegada. Es
realizada ante mediadores y/o conciliadores verdaderamente neutrales; por ejemplo, la mediación
ante los centros de mediación estatales, o de las cámaras empresariales.
1.7 Mediación Institucional y ad hoc
Se denomina mediación institucional a aquella en que las partes deciden acudir a una organización
externa para que les ayude a conducir y administrar su mediación conforme a las reglas emitidas por el
propio ente. Las últimas décadas han visto la aparición de numerosos centros alrededor del mundo que
ofrecen sus servicios para acoger y dar apoyo técnico y administrativo a procedimientos de mediación.
Algunas de estas instituciones se dedican exclusivamente a la mediación, mientras que otras vienen
administrando procedimientos arbitrales desde hace décadas, y ofrecen ahora sus servicios en apoyo de
otros procedimientos ADR, entre los cuales se encuentra la mediación.
Por otro lado, frente a la mediación institucional, las partes de una controversia mercantil internacional
pueden acordar llevar a cabo una mediación ad hoc, esto es, sin el soporte administrativo de una
institución ni referencia a un reglamento de mediación en concreto. En estos casos, las partes deben
resolver entre sí y con el mediador todos los extremos del procedimiento y cualquier aspecto técnico o
administrativo que surja.
Por último, no son escasas las mediaciones comerciales que transcurren por una vía media entre un
procedimiento institucional

2. Salidas alternas al proceso penal (SAPP)

2.1 Criterios de oportunidad


Son facultades especiales brindadas al Ministerio Público, en atención a la nueva política
criminal que el Estado implementa. Así, ante algunos supuestos, el Ministerio Público
puede optar por no perseguir tal ilícito. Esto constituye el llamado principio o criterio de
oportunidad. El Código Nacional de Procedimientos Penales se decanta por varios criterios:
la pena del delito siempre que no se haya cometido con violencia.
Las salidas alternas al proceso penal delitos patrimoniales cometidos sin violencia, la
colaboración del imputado y la existencia de un daño al imputado por la comisión del delito
(art. 255 cnpp). Para la aplicación de los criterios de oportunidad el Código Nacional de
Procedimientos Penales contempla la intervención judicial únicamente si la víctima decide
recurrir a esta decisión del Ministerio Público. Consideramos que esto es adecuado, pues si
la adopción de criterios de oportunidad es una decisión de política criminal, ésta debe estar
en manos del Ministerio Público y dejar la participación del Órgano Judicial solamente a la
vía recursiva.
1.2. Acuerdos reparatorios y suspensión condicional del proceso
Los acuerdos reparatorios son salidas alternas al proceso penal, propiamente dichas, que
buscan la intervención directa de las partes para que, con un acuerdo de reparación del daño
a favor de la víctima, concluya el proceso previa autorización judicial o de la oficina
encargada de accionar penalmente. La suspensión condicional de proceso es similar y
difiere en que el imputado queda sujeto al cumplimiento de algunas condiciones y que
únicamente puede ser autorizada por el juez de control. En ambos casos se trata de una
justicia auto-compositiva. El Código Nacional de Procedimientos Penales presenta estas
salidas alternas en sus artículos 186 al 200, y las denomina como soluciones alternas.
1.3. Procedimiento abreviado
Es un proceso sujeto a reglas especiales que lo hacen más corto si el imputado admite los
hechos objeto del delito y el Ministerio Público a cambio solicita una sentencia menor. Esto
se desarrolla ante el juez de control, quien debe valorar los datos de prueba existentes y
dictar sentencia. El Código Nacional de Procedimientos Penales contempla este proceso en
sus artículos 201 al 210.
Referencias
1. Chrome-extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/https://www.pjenl.gob.mx/
MecanismosAlternativos/download/Mediacion-Mediador-Contexto-Impronta-Perspectiva-
Cultura-Paz.pdf
2. chrome-extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/http://biblioteca.udgvirtual.udg.mx/
jspui/bitstream/123456789/3808/1/M%C3%A9todos_alternos_soluci
%C3%B3n_controversias.pdf
3. file:///C:/Users/mrkar/Downloads/3563-Texto%20del%20art%C3%ADculo-18548-1-10-
20200229.pdf
4. chrome-extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/http://ual.dyndns.org/biblioteca/
Derecho_Procesal_Penal/Docs/Pdf/ceead-s06.pdf

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