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a existencia de la religiosa concepcionista sor Juana de Maldonado y Paz fue
cuestionada y puesta en duda por más de 200 años en Guatemala. El deseo
de conocer nuevos detalles sobre su vida, sumado a los escasos documentos
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que existían, ha servido para alimentar la imaginación de escritores, perio-
distas e investigadores que, anhelando encontrar nuevas evidencias y ba-
sados en antiguos mitos urbanos, la han convertido en una monja de conducta mundana
y relajada, transformándola en un personaje excéntrico, con características extravagantes.
Estos escritos serán examinados a lo largo de este trabajo y se compararán con varios ex-
pedientes que encontré recientemente en el Archivo Histórico Arquidiocesano de Guate-
mala (ahag), que servirán para demostrar que muchos de los aspectos que hasta ahora se
consideraban auténticos, son infundados o han sido exagerados.
La primera noticia que tenemos de su existencia se encuentra en el libro de Tomás
Gage,1 un personaje oscuro del siglo xvii, que nació de una familia católica en Inglaterra.
Sus padres deseaban que fuera sacerdote y lo enviaron a estudiar a España para que se con-
virtiera en jesuita. Gage decidió desobedecer a sus progenitores y se unió a los dominicos,
quienes lo reclutaron para que los acompañara en una misión evangelizadora.
Dado que la legislación de la Corona española gio de Santo Tomás de Aquino. Durante su estadía
prohibía que los extranjeros participaran en las mi- en Guatemala fue párroco en San Miguel Petapa,
siones de los territorios de ultramar, este fraile no Mixco y San José Pinula. En ese periodo empezó a
debió haber sido reclutado. Los religiosos lo subie- cuestionar su fe y a dudar del catolicismo. Desea-
ron ilegalmente al barco, escondiéndolo dentro de ba regresar a Inglaterra y pidió permiso a sus supe-
un barril, en el que supuestamente se guardaban riores para que le permitieran volver. Mientras la
provisiones. La nave donde viajaban llegó a la Nue- autorización llegaba, logró reunir cierta cantidad de
va España en 1625. Los viajeros llegaron a la capital dinero, que cambió por piedras preciosas y perlas
del virreinato ese mismo año y permanecieron allí en 1637, cuando dejó el país.
durante dos años, mientras reunían todo lo necesa- El barco en que viajaba fue atacado por los corsa-
rio para salir hacia Manila. Cuando ya casi estaban rios que lo despojaron de casi todos sus bienes; para
listos para zarpar, Gage se enteró de que la empresa su fortuna, logró conservar algunos libros y pinturas
era difícil y muy peligrosa, por lo que escapó a Gua- que vendió al llegar a España. El producto de la ven-
temala. ta le sirvió para costear el pasaje de regreso a Ingla-
Al llegar a la ciudad de Santiago, en la capitanía terra, donde se convirtió en protestante. Para evitar
del reino, se dirigió al convento de Santo Domin- las sospechas y para convencer a sus compatriotas
go, donde el prior le permitió quedarse a cambio de su reciente cambio de religión, atestiguó contra
de que se hiciera cargo de una cátedra en el cole- varios católicos que aún permanecían en Inglate-
Carmelo Sáenz de Santa María considera que: complete control of England by the time his book first appeared
in 1648, that he had completely foresworn his former Papist
practices and beliefs… Secondly, he was anxious to promote the
[…] su primer motivo vital: [fue] un odio activo a los theory that the Spanish possessions in much of America could
jesuitas. El segundo motivo —tal vez conexionado con easily be seized on the almost complete absence of defenses
and military forces […]”.
el primero— fue el propósito de mirar por su porve- 5 Nueva relación que contiene los viajes de Tomás Gage en la Nueva
nir, ya que había sido privado de la posible participa- España, pról. de Sinforoso Aguilar, vol. XVIII, Guatemala, Biblio-
teca Goathemala de la Sociedad de Geografía e Historia, Tipo-
ción de la herencia paterna: tenía que hacerse con
grafía Nacional, 1946, p. X: “Pero Tomás Gage estaba desconten-
dinero por los medios que estuvieran a su alcance.2 to con sus circunstancias de relativa dependencia y la falta de
cumplimiento de las promesas que había recibido del secretario
católico de Estado, Sir Francis Windebank, y otras personas de
Eric Thompson opina que se convirtió en pro- influencia”.
testante para su propio provecho, cuando le fue 6 Thomas Gage the English American: A new survey of the West
Indies, ed. e introd. de A. P. Newton, Londres, The Broadway
2 Carmelo Sáenz de Santa María, Los viajes de Gage en el siglo xvii Travelers, ed. esp. para El Patio, Guatemala, 1946, p. XI: “Our
hispanoamericano, aih, Actas IV, 1971, p. 557; disponible en http:// author has suffered at the hands of subsequent writers the fate
cvc.cervantes.es/literatura/aih/pdf/04/aih_04_2_052.pdf. of most of those who have changed their party or their creed.
[…] doña Juana, que dicen que es hija del d[i]cho 23 Ibidem, p. 49. “[La] […] Audiencia desea tener muy buena co-
rrespondencia con el comisario de ese Santo Tribunal, por saber
oydor, aunque no legítima, por no aver sido casado
lo que ymporta al bien de todos […] y estamos sentidos de que
en otra p[art]e q este to. lo Sepa, y como atal hija la don Felipe […] use tan mal nuestro buen término […] perdiéndo-
tiene en su casa; y q. le paresió mal que debaxo de le el respeto que debe al puesto que ocupamos, como lo hico el
Viernes Santo, echando sin ser juez eclesiástico, ni tener man-
figuras de santos se retratasen semejantes personas
dato de él, dela iglesia a un alguacil, que acompañaba a la mujer
y particularmente la hija, no siendo legitima y lo de vn oydor, de cuyo exemplo se an tenido otros desacatos muy
mesmo lea paresido todas las veces q. avisto el d[i] grabes; su condición es inquieta, sus pareceres singulares, y es
amigo de darlos en todo, fuera de su oficio y profesión. con que
cho lienzo, porq. se a puesto muy de hordinario en causa rebueltas en la República […] Esta Audiencia me mandó
yglesias y altares […].22 que lo presente a V[uestra] Il[ustrísi]ma en su nombre, para que
V[uestra] Il[ustrísi]ma se sirva mandar nombrar otro comisario
21 Idem. que lo sea con la quietud que conviene […]”.
22 Ibidem, pp. 15-16. 24 Mariano López Mayorical, op. cit., p. 69.
sor Juana vivía rodeada de lujo y comodidades, lle- Está sepultado en su Iglesia Catedral. Escribió un tra-
vando una vida mundana. Varios autores aseveran tado de “Justicia distributiva”.34
que su padre era un hombre pudiente, que le había
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construido un lujoso apartamento, y que para sa- Es posible que sor Juana haya podido vivir cómo-
tisfacer sus caprichos le obsequiaba toda clase de damente en algún momento de su vida; aunque no
objetos. Por el contrario, Gage asegura que fue ella siempre fue así, como lo demuestra un expediente
la que había costeado la construcción de su celda que se encuentra en el Archivo General de Centro
con la fortuna que había acumulado. América (agca), que indica que sor Juana tenía va-
Se dice que su vivienda contaba con muebles rias deudas y necesidades. Se trata de un mandato
y obras de arte muy costosas que le habían rega- del rey Felipe IV, de España, donde se menciona que
lado su padre y el obispo, que había muerto en la monja había quedado desamparada cuando su pa-
la ruina por habérselo dado todo a la religiosa. Es dre partió hacia México para servir al rey, que aún
posible que Gage se refiera a fray Juan de Zapata no había pagado su dote y que tampoco tenía dinero
y Sandoval, quien dejó enormes deudas al mo- para cubrir sus gastos; específicamente se refiere a
rir, aunque éstas no se debían a los caprichos de la compra de las velas y a la sacristía. En el docu-
la religiosa sino a sus obras piadosas. El cronista mento se enaltecen los servicios que su padre había
e historiador fray Domingo Juarros (1753-1821) prestado a la Corona, indicando que éstos no habían
asegura: sido remunerados en su totalidad, lo que también
significa que su padre no tenía el caudal que asegu-
Fue tan limosnero, que cuando murió quedó debien- raban Gage y la mayoría de los investigadores. Este
do 35 mil tostones. Ultimamente después de una vida 34Fray Domingo Juarros, Compendio de la historia de la ciudad de
exemplar, murió santamente el 9 de Enero de 630. Guatemala, t. 1, Guatemala, Ignacio Beteta imp., 1808, pp. 281-282.