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¿Qué es el dengue?

El dengue, llamado también fiebre rompehuesos, es una de varias enfermedades


transmitidas por la picadura de un mosquito. La verdadera causa de esta dolencia
es un virus que transporta en las glándulas salivares el insecto infectado, es decir, el
mosquito que previamente ha picado a una persona infectada. Transmite el virus al
ser humano cuando le pica para extraer sangre.

Hay cuatro tipos de virus del dengue. El que uno se infecte con un tipo no lo
inmuniza contra los otros tres. Si la persona ha tenido la infección una vez y recibe
la picadura de un mosquito portador de otro tipo del virus, pudiera contraer la FHD.

Están en peligro “dos quintas partes de la población


mundial”
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que el dengue amenaza a 2.500
millones de personas, es decir, a “dos quintas partes de la población mundial”. La
revista Asiaweek comentó: “Se han producido brotes de dengue en más de cien
países tropicales y subtropicales; cada año se registran decenas de millones de
casos, en los que el 95% de los infectados son niños”.

No se sabe exactamente cuándo se reconoció el dengue en el panorama mundial.


Es probable que la “fiebre de la rodilla” que se informó en El Cairo (Egipto) en 1779
se haya referido al dengue. Desde entonces, se han

registrado casos de esta afección en todo el mundo. Particularmente desde la II


Guerra Mundial, el dengue ha tenido un impacto significativo en la salud humana,
con el sudeste asiático como punto de partida. Entraron en circulación múltiples
tipos del virus, lo que llevó a la variante más peligrosa, la hemorrágica. Una
publicación editada por la OMS comenta: “El primer brote epidémico verdadero de la
fiebre hemorrágica identificado en Asia tuvo lugar en Manila en 1954”. Después
surgieron casos en otros países, entre los que destacan Tailandia, Vietnam,
Malaysia y las zonas vecinas. La tasa de mortalidad de estos primeros brotes en el
sudeste asiático oscilaba entre el 10 y el 50%, pero estos índices fueron
descendiendo a medida que se aprendía más respecto a la enfermedad.

Desde los años sesenta, la aplicación poco estricta de los programas de control del
mosquito portador del virus ha contribuido al aumento explosivo del dengue, cuya
propagación ha conllevado la difusión de la FHD. Antes de 1970, solo tenían
epidemias de la FHD nueve países, número que para 1995 había aumentado a 41.
La OMS calcula que anualmente hay 500.000 casos de la FHD que requieren
hospitalización.
Aunque la enfermedad no es muy conocida fuera de los trópicos, ha habido casos
de viajeros que se han infectado en regiones donde existe el peligro de contraerla y
han regresado a casa con la enfermedad. Por ejemplo, a finales de 1996, The New
York Times informó sobre algunos casos de dengue en Estados Unidos, a saber, en
Massachusetts, Nueva York, Oregón y Texas.

Peligros particulares de la FHD


Como ya se señaló, la FHD es la versión mortífera del dengue. Uno de los peligros
de la FHD es cometer el error de pensar que no es tan grave. Muchos la confunden
con la gripe. Pero si se aplaza el tratamiento adecuado, la enfermedad pudiera
empeorar y pasar a la etapa más grave en la que el recuento de plaquetas baja
drásticamente, se desencadenan hemorragias (internas o de las encías, la nariz o la
piel) y cae la presión sanguínea. El paciente pudiera desplomarse. Para cuando la
familia se da cuenta de que la afección es grave, el enfermo ha entrado en estado
de choque. Cuando lo llevan apresuradamente al hospital, los médicos descubren
que está sufriendo un colapso circulatorio. En vista de la situación crítica, ordenan
que se le realice un reemplazo de fluidos por vía intravenosa.

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