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Ricardo A. Guibourg
1
Ésta es una simplificación: en nuestros días, la belleza no es el objetivo único ni excluyente del arte.
Pero basta precisar el conjunto de objetivos artísticos a perseguir para que el mundo de la estética quede
idealmente unificado en pos de ellos.
2
Para no suscitar controversias ajenas a esta reflexión, supondré aquí que “justicia” es un conjunto de
criterios (al menos) personales de valoración que toman en cuenta ciertas características distintas de las
que se aprecian para emitir un juicio estético.
3
Ésta es otra simplificación. La relación entre derecho y moral es tan intrincada y a la vez polémica que a
menudo se hace difícil – para unos más, para otros algo menos – distinguir el discurso ético del jurídico.
Pero no me propongo desarrollar aquí reflexiones de esta índole.
4
Hay casos algo complejos, en los que el sujeto desaprueba una acción pero se regocija de ella por alguno
de sus resultados. En este supuesto es fácil suponer, en el mejor de los casos, alguna hipocresía; en el
peor, una inconsistencia interna en los criterios valorativos del sujeto en cuestión.
simple desaprobación (juicio valorativo negativo) de la mayor o menor indignación
(reacción emotiva personal que a menudo – pero no siempre – acompaña ese juicio).
No tengo, para estas preguntas, una respuesta que pueda satisfacer a todos. Entre
otras cosas, porque ni siquiera estoy seguro de qué quiere decir, para todos,
“deberíamos”. Pero parece un hecho que cada uno de nosotros no sólo tiene su propia
versión (acaso compartida por otros) de lo que está bien, mal o peor: aun cuando todos
compartiéramos un mismo sistema de criterios para el juicio moral, cada uno estaría
más o menos dispuesto a ejercerlo y se sentiría más o menos comprometido con su
propio juicio de una manera diferente, porque diferente es la situación personal de cada
uno frente a un mismo hecho y diversa la distancia afectiva que lo separa de él.
Nótese que no estoy diciendo aquí que nuestra situación personal incida en
nuestros criterios valorativos, cosa que sin embargo creo probable. Lo único que afirmo
ahora es que, sean cuales fueren esos criterios, la elección de los problemas a los que
5
Desde luego, esta pregunta también puede formularse en sentido inverso.
prestamos atención, el énfasis con el que expresamos nuestro juicio y la intensidad con
la que reaccionamos luego de juzgar son – por lo general – una consecuencia directa de
nuestra cercanía emocional respecto del hecho que apreciamos.
-.o0o.-