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PREDESTINACIÓN Y PREORDINACIÓN

Introducción:
En Romanos 8:29 vemos que antes de predestinar, Dios
conoció. Esto quiere decir que después de haber
conocido, El predeterminó, de acuerdo a lo que cada uno
escogió, quiénes iban a ser vasos de honra y quiénes
vasos de deshonra (Ro 9:21). Así mismo preordinó (Efe
2:10) funciones, trabajos y obras que los seres que había
creado debían realizar de acuerdo a lo que cada uno
eligió. Esto no iba a ser algo impuesto, sino que estos
seres debían aceptar o negarse a realizar dichas obras. Un
ejemplo de esto podemos verlo cuando el Padre, para
realizar el plan de salvación, preguntó: “¿A quién enviaré
y quién irá por nosotros?”; y el Verbo contestó: “Heme
aquí, envíame a mi…” (Is 6:8). David expresa en el Salmo
139:16 que todas las cosas escritas en el libro de Dios,
Jesús las cumpliría a cabalidad, tal como estaban
preordinadas.
De acuerdo a la elección que estos seres hicieron en la
preexistencia, unos optaron por aceptar a Cristo como su
salvador, otros optaron por rechazarlo y otros no optaron
arriba sino vienen a optar a la tierra. De estos tres grupos,
Dios predestinó a los primeros para ser adoptados como
hijos de Dios (Efe 1:3-6), a los que lo rechazaron los
predestinó para perdición (Jn 13:18, Ro 9:13-24) y a los
optativos les da la oportunidad de salvarse mientras
estén en el cuerpo.

Desarrollo:
Dios ha preparado planes para cada uno de nosotros; es
decir que nos ha predestinado para realizar funciones
específicas en el Cuerpo de Cristo mientras vivamos en la
tierra; así mismo, ha preordinado obras para que
realicemos (Filip 3:12), por lo que debemos buscar al
Señor para que nos indique cuál es nuestra función en su
Cuerpo (predestinación) y cuál es la forma como vamos a
alcanzar lo que Él ha propuesto que realicemos en la vida
(preordinación).
Predestinación (Ro 8:29): Predestinar se traduce de la
palabra griega PROORIZO que significa determinar antes,
ordenar; esta a su vez se deriva de las palabras pro que
significa antes, citado anteriormente, atrás, siempre; y
de HORIZO que significa declarar, determinar, limite y
ordenar.
Dios ha predestinado algunas cosas para que se cumplan
en la tierra, entre ellas mencionaremos las siguientes:
Predestinado para ser el Salvador del Mundo, Jesucristo
(He. 10:7, Lc. 22:37): El ejemplo máximo del
cumplimiento de la voluntad de Dios, es el Señor
Jesucristo, quien vino a la tierra a cumplir el plan que Dios
había preparado para Él (Mt. 3:15) y que estaba escrito a
lo largo de la ley y los profetas (Jn. 15:25; 19:28);
ofreciendo su vida como sacrificio de holocausto para
expiación de nuestros pecados.
Predestinación para el ministerio (Jer 1:4-10): Leemos en
estos pasajes cómo Dios llamó a Jeremías para ser
profeta, antes de salir de la matriz; este es un ejemplo del
llamamiento que Dios realiza a sus ministros en la
preexistencia; un ejemplo es el apóstol Pablo quien fue
separado desde el vientre de su madre para recibir la
revelación de Cristo para predicarlo a los gentiles (Gal
1:15, Ro 1:1, 1 Co 1:1). Así Dios predestina para realizar la
obra del ministerio en le tierra (Efe 4:11-13).
Para vasos de deshonra (Ro 9:17-24): Faraón fue
levantado como un vaso de deshonra que Dios soportó
con gran paciencia para mostrar en él la grandeza de su
poder
Para ser salvos (Ro 8:29-30): Este grupo representa a las
personas que fuimos conocidos por Dios en la
preexistencia, que escuchamos su enseñanza y
aprendimos del Padre (Jn 6:45), y luego en vida sobre la
tierra, escuchamos y reconocemos la voz de nuestro
pastor Jesucristo y lo seguimos (Jn 10:27-29) para ser
adoptados como hijos de Dios (Efe 1:3-6, Ro 8:15,23). Así
mismo, hemos sido predestinados para alcanzar la
imagen de Jesucristo, la que se manifestará cuando le
veamos como Él es (1 Jn. 3:2).
Para usos viles (Jn 13:18, Hch 1:20,25): Judas representa
al grupo de personas que como consecuencia de que en
la preexistencia rechazaron el mensaje de Dios son
predestinados para cumplir una función vil (Rom 9:17-18),
es decir que en la tierra no reconocerán a Jesucristo como
su Salvador (Jn 17:12, 2 Pe 2:3). Desde antes de nacer,
David profetizó que Judas sería hijo de perdición (Sal
109:6-19).

PREORDINACIÓN: Preordinar se
traduce PROGINOSKO que significa saber de antemano,
preordinar, saber antes; ésta se compone a su vez de pro
que significa antes, citado anteriormente, atrás, siempre;
y GINOSKO que significa conocer, percibir, entender.
El diccionario enciclopédico Sopena define la palabra
preordinar como que Dios determina las cosas desde la
eternidad. Preordinación, se refiere a los medios por los
que cada persona cumplirá el plan que Dios determinó, es
decir su predestinación; a diferencia de la predestinación,
la preordinación sí puede ser alterada, veamos algunos
ejemplos:
Para ser nazareo, (Jue 13:5, Nm 6:4-12): Dios predestinó
a Sansón desde el vientre de su madre como libertador
de Israel y para ello lo preordinó como nazareo; es decir
que por medio del nazareato debía cumplir su llamado a
ser libertador. El nazareato tenía requisitos como: no
comer nada proveniente de la vid, no pasar navaja sobre
la cabeza, pero sobre todo debía ser santo. A causa de
vivir en pecado, Sansón no cumplió a cabalidad con su
preordinación porque los filisteos pasaron navaja sobre
su cabeza y murió de una manera que no estaba
determinada para él y antes de tiempo, aunque sí
cumplió con su predestinación.
Para el sacerdocio, (1 S 2:27-34): Elí era descendiente de
la tribu de Leví, a quienes Dios había predestinado para
que le sirvieran (Dt. 10:8-9, 21:5; Heb. 7:9), pero estaba
preordinado que el servicio lo realizarían de los treinta a
los cincuenta años (Nm. 4:3, 23). Elí tenía dos hijos
sacerdotes, Ofni y Finees (1 S 1:3), pero eran impíos (1 S.
2:12- 17,22) (la LBLA tiene una llamada que dice que
éstos eran hijos de Belial), que no tenían conocimiento de
Dios a quienes su padre Elí no les corregía sus pecados en
contra de Jehová por lo que cambiaron su preordinación y
la de sus descendientes, porque Ofni y Finees fueron
cortados y sus descendientes morirían en la edad viril (1 S
2:33).
Para ser gobernador de Egipto, (Gn 37:18-28): José fue
predestinado para preservar la vida de su pueblo. Con su
vida iba a ser una figura de Cristo, pero para ello se
preordinaron acontecimientos que nos hablarían de lo
que le pasaría a Cristo. Entre ellos estaba que fuera
vendido por sus hermanos, que fuera enviado a Egipto,
que se casara con una gentil, etc., pero el principal de
ellos era que llegara a ser el segundo en el reino de Egipto
para poder cumplir con su predestinación. A diferencia de
los dos ejemplos anteriores, José sí cumplió a cabalidad
con su preordinación y por ello Dios lo premió pues sus
dos hijos fueron contados con las tribus de Israel.
Al igual que cada ejemplo indicado, Dios tiene propósitos
específicos en el Cuerpo de Cristo para cada uno de
nosotros, por lo que debemos descubrir dicho propósito
para alcanzar aquello por lo cual el Señor nos envió a la
tierra y nos alcanzó (Filip. 3:12, Ro 12:2); Así mismo
debemos procurar ser del grupo que da fruto al 100%
para que el Señor nos diga, “buen siervo y fiel, en lo poco
fuiste fiel, sobre mucho te pondré, entra en el gozo de tu
señor.” Y que podamos presentarnos aprobados en
nuestras obras delante de Dios como obreros que no
tienen de qué avergonzarse (2 Ti 2:15).

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