La administración se refiere al proceso de planificación, organización,
dirección y control de los recursos (humanos, financieros, materiales y tecnológicos) de
una organización para lograr sus objetivos de manera eficiente y efectiva.
Consiste en establecer metas y objetivos, así como determinar los
cursos de acción para alcanzarlos. Implica anticipar el futuro, identificar oportunidades y amenazas, y diseñar estrategias para aprovecharlas o mitigarlas.
Se refiere a la asignación de tareas, la agrupación de actividades y
la delegación de autoridad para lograr los objetivos establecidos. Incluye el diseño de la estructura organizacional, la definición de responsabilidades y la creación de canales de comunicación.
Implica influir en las personas para que contribuyan voluntariamente al
logro de los objetivos organizacionales. Incluye la motivación del personal, el liderazgo, la comunicación efectiva y la resolución de conflictos.
Consiste en armonizar y sincronizar las actividades y los esfuerzos
de los miembros de la organización para evitar conflictos y alcanzar los objetivos comunes. Requiere de una comunicación fluida y de la gestión de recursos compartidos.
Es el proceso de monitorear y evaluar el desempeño organizacional para
asegurar que se estén cumpliendo los objetivos y corregir desviaciones si es necesario. Involucra el establecimiento de estándares de desempeño, la medición de resultados y la toma de acciones correctivas. La administración empresarial es el proceso de planificar, organizar, dirigir y controlar los recursos de una organización para alcanzar sus objetivos de manera eficiente y eficaz. Este campo abarca diversas áreas como la gestión de recursos humanos, finanzas, marketing, operaciones, entre otras.
Un ejemplo de aplicación de la administración empresarial es la empresa Hermes,
reconocida mundialmente por sus productos de lujo en el sector de la moda y los accesorios. En mi ensayo sobre Hermes, exploré cómo la empresa ha aplicado principios de gestión empresarial para mantener su posición destacada en el mercado. Esto incluye estrategias de branding, gestión de la cadena de suministro, enfoque en la calidad y la experiencia del cliente, así como una atención meticulosa a los detalles en todos los aspectos de su operación. La ética empresarial se refiere a los principios y estándares morales que guían el comportamiento de una organización en sus interacciones con todas las partes interesadas, incluyendo empleados, clientes, proveedores, accionistas y la sociedad en general. Implica tomar decisiones y acciones que sean justas, honestas, transparentes y respetuosas con los valores y derechos humanos. La ética empresarial se centra en hacer lo correcto, incluso cuando no hay una regulación específica que lo exija, y en crear una cultura organizacional basada en la integridad y la responsabilidad.
La responsabilidad social empresarial (RSE) se refiere al compromiso voluntario de una
empresa para operar de manera ética y contribuir al desarrollo sostenible de la sociedad y el medio ambiente. Esto implica no solo cumplir con las obligaciones legales y económicas, sino también considerar el impacto de las decisiones empresariales en los empleados, las comunidades locales, el medio ambiente y la sociedad en general. Las empresas que practican la responsabilidad social suelen involucrarse en actividades como la protección del medio ambiente, la promoción de la diversidad y la inclusión, el apoyo a causas sociales y el desarrollo de programas de bienestar para empleados.