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Nacionalidad
Nacionalidad
La doble nacionalidad
La doble nacionalidad es una situación irregular en que se encuentra un individuo
con respecto al nexo que lo une a dos estados distintos. Dicho acontecimiento
puede tener diversas causas, por ejemplo que un estado adopte el ius sanguinis y el
otro elius soli; cuando ambos estados adoptan el ius sanguinis; o cuando ambos
estados adoptan el ius soli, o bien cuando un estado establece dentro de su
legislación que aunque sus nacionales se naturalicen, no pierden su nacionalidad de
origen.
La múltiple nacionalidad también recibe el nombre de poli patria, lo que significa que
una persona es nacional de muchas patrias; dos, tres, o más. La acumulación de
nacionalidades en un mismo individuo puede ser causa de problemas sin solución
para determinar que ordenamiento jurídico le es aplicable. Al afirmar que una
persona es nacional de un país, esto la hace sujeto de derechos y obligaciones con
respecto a ese estado; y viceversa.
Es interesante conocer que en un tiempo hubo un país que aceptó esta situación
jurídica irregular, así lo manifiesta Guzmán Latorre: “Esta situación irregular,
inaceptable tanto desde el punto de vista teórico como desde el práctico, obtuvo
consagración legislativa en Alemania el 22 de julio de 1913. Este país con
propósitos de defensa militar y tratando de aumentar el número de sus soldados
frente a una guerra inminente, promulgó la ley denominada Delbruck, que permitía
expresamente la doble nacionalidad, siempre que la segunda se adquiriera con
autorización del gobierno alemán, y que el nacionalizado en país extranjero
continuara sujeto a las obligaciones y mandatos de su Estado primitivo.
En la actualidad, Alemania ya no tiene vigente esa ley, y por medio del Tratado
de Versalles se obligó a este país a modificar su legislación, con lo cual quedó
suprimido este caso de doble nacionalidad. La múltiple nacionalidad se dio incluso
dentro de un marco jurídico que el mismo Instituto de Derecho Internacional creó al
establecer en el cuarto principio que la renuncia pura y simple no basta para hacer
perder la nacionalidad; dando esto origen a la multiplicidad de nacionalidades en un
mismo individuo al adoptar éste nuevos nexos jurídicos como nacional de otros
países, sin haber perdido la nacionalidad anterior.