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Schreiner - Introduccion A Los Métodos de La Exégesis Bíblica (Comprimido)
Schreiner - Introduccion A Los Métodos de La Exégesis Bíblica (Comprimido)
BARCELONA
EDITORIAL HERDER
1974
Versión castellana de R afael P uente, de la obra dirigida por
J osef Schreiner. Einführung in die Methoden der biblischen Exegese,
Echter Verlag, Wurzburgo 1971
Josef Sdhreiner
C O N A RTÍCU LO S D E
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Prólogo
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Prólogo .
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I
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2. Las explicaciones que siguen sólo pueden ofrecer un bosquejo esquemático d d camino
recorrido en las diversas ¿pocas por la exégesis veterotestamentaria. Por eso citamos a
continuación las obras que más extensamente se han ocupado de la historia de la inter
pretación del Antiguo Testamento, que mencionan autores, valoran sus obras y que des
criben con detalle los distintos períodos; cf. especialmente: L. D iestel, Geschichte des
A lten Testaments in der christlichen Kirche, Jena 1869; B. Smalley, The study o f the
Bible in the M iddle Ages, Oxford 1952; R .M .. G rant, L'interprétation de ¡a Bible des
origines chrétiennes, à nos j ours, Paris 1967; C . Spicq, Esquisse d ’une histoire d e f exégèse
latine au moyen âge («Bibliothèque thomiste» xxvi) Paris 1944; J. Bons ir ven - G. Bardy-
M. J ugie - C. Spicq - A. R obert - L. Vaoanay, art. Interprétation, en DBS iv 561-646;
H.I. K.RAUS, Geschichte 1er hlstorisch-kritlschen Erforschung des A lten Testaments, Neukir-
chen 21969.
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textos bíblicos, y que sólo 100 años más tarde tendrá repercusiones
importantes en Alemania (con J.S. Semler). Después de estos y otros
trabajos preliminares, el Antiguo Testamento se vio sometido en
la época de la ilustración a un examen crítico que abarcaba todas
sus facetas. Bajo el lema «Ten el valor de usar tu propio entendi
miento», idea que a partir de K ant constituyó la divisa de la época,
se modifican la estructura del conocimiento y las normas que habían
servido para interpretar el Antiguo Testamento. L a nueva tendencia
de los espíritus repercute primeramente en J.S. Semler con una do
ble consecuencia: por una parte, se emplea también con la Biblia
la «crítica profana» que se aplica a cualquier obra literaria; y por
otra, se distingue en ella el contenido divino de la forma humana,
se pide una clara diferenciación y valoración dentro de los mismos
libros veterotestamentarios y se considera que un extracto de ellos
sería suficiente para la religión y la fe cristianas. Pero luego apare
ce con G.E. Lessing el principio de que «las verdades históricas
casuales no pueden llegar a ser nunca una demostración de las
verdades racionales necesarias», con lo cual la verdad eterna co
nocida por la razón viene a ser el criterio normativo para todo lo
que se encuentra en la Biblia. A l Antiguo Testamento no le queda
otra significación que la de haber sido un medio para la educación
del pueblo elegido en orden a aquella verdad eterna de la razón.
A sí es como el Antiguo Testamento, en parte con Semler y total
mente con Lessing, se hunde en el pasado.
Superada la ilustración, al alborear el siglo xix, J.G. Herder
tuvo gran importancia en lo que toca a la concepción del Antiguo
Testamento. Se podría decir que, en un contexto de valoración de lo
natural, el Antiguo Testamento adquire vida en la vivencia del lec
tor que intuitivamente penetra en él, aunque no por eso alcanza
una relevancia teológica y comprometedora frente al hombre autosu-
ficiente. J.G. Eichhom resume los principios críticos del siglo x v in
y se esfuerza por establecer un nuevo punto de arranque con las po
siciones de Semler y de H erder: «Dentro de la evolución del mun
do, que representa a escala universal la evolución natural del hombre
desde la infancia hasta la madurez, el Antiguo Testamento ocupa la
“edad infantil del mundo” .» L a forma de expresión propia de aque
lla época es el mito, que ahora se entiende, contraponiéndolo a las
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29. JT. Schreines, E l esfuerzo científico para la comprensión del Antiguo Testamento,
en id., Palabra y mensaje del Antiguo Testamento, H ader, Barcelona 1972, 48*71.
30. R. Smend, op. cit., 222.228.
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II
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Schreiner, Introd. 3
I. I nterpretación en la tra n sm isió n textual d el
N uevo T estamento
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La exégesis del Nuevo Testamento y su trayectoria
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7. Para lo que sigue véase K .H . Schelkle , W ort und Sch rift, Düsseldorf 1966.
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8. D ie Bedeutung der Vater fü r die gegenwärtige Theologie, ThQ 148 (1968), 257-282
(traducción resum ida en «Selecciones de Teología» vin (1969), 265*272: Significado de los
Padres para la teol. actual.
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III
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4. Una etapa previa de esta problem ática, y por cierto digna de consideración, se da
en la cuestión veteroteslam entaría sobre la duración de cada una de las alianzas que exis
tían en form a de promesa entre D ios y su pueblo. L a separación que se da entre las di
versas teologías de la alianza, bastante heterogéneas, divergentes también en el contenido
de sus concepciones fundam entales, se expone de m anera contundente en los trabajos re
cientes de W. Z immerlt, G . F ohrer , N . L ohfink y otros. Cf. últim am ente L . P erlitt ,
Bundestheologie im A lten Testam ent (WMANT 36), Neukirchen 1969 (con bibl.).
5. Cf. a este propósito C. W estermann (dir.), Probleme alttestamentUcher Hermeneu
tik (ThB u), Munich 1960; P. G relot, Sentido cristiano del Antiguo Testamento, Desclée
de Brouwer, Bilbao 1967; P a . V ielhauer , Paulus und das A lte Testament, en L . A bra-
mowski, J.F .G . G oeiers (dir.), Studien zur Geschichte und Theologie der Reform ation
(Homenaje a E. B izer), Neukirchen 1969, 33-72 (con bibliogr. reciente).
6. Cf. a este propósito H . y. C ampenhausen, Die Entstehung der christlichen Bibel (BHTb
39), Tubinga 1968.
7. Para una iniciación en el to n a sigue siendo im portante H . de Lubac, E l sentido es
piritual de la Escritura; id .. Exégèse médiévale (Theologie 41, 42, 59), Paris 1959-1964;
id ., Origine, Table Ronde, París 1948. U na edición resum ida de la Exégèse médiévale apa
reció bajo, el titulo L ’Écriture dans la Tradition, Paris 1966.
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E l horizonte hermenéutíco de la exégesis histórico-critica
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3. Radiadizacián de la crítica.
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los grandes descubrimientos de la critica histórica y sus momentos estelares (cf., al res·
pecto, las exposiciones de W .G. K ümmel y H.-J. K raus). Especialmente la formación del
método llamado historia de las formas sería u n ejemplo luminoso para mostrar cómo
también la crítica histórica sale una y otra vez al encuentro del carácter peculiar de
la Biblia. Resulta instructivo al respecto W. K latt, H . G unkel (FRLANT 100), Gotinga
1969. W.M. D e W eite ofrece otro ejemplo (a este respecto H.-J. K raus, Geschichte
der historisch-kritischen Erforschung... 174s) (con bibl.).
26. Cf. W.G. Kümmel, op. c it., 250-258, 362-368, 377-382, 385s, 388-392.
27. Adem ás de los textos reproducidos en W .G . K ümmel, op. c it., 253ss, 256ss, cf.
tam bién F. O verbeck» Selbstbekenntnisse, F ran cfo rt I960 (bibliografía 149-153).
28. Es especialmente sugerente el texto de su trabajo: Über aufgäbe und M ethode der
sogenannten Neutgsteunenfliehen Theologie (1897) que puede encontrarse en W.G. Kümmel,
op. cit., 389-391.
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29. El problema persiste desde luego hasta el día de hoy (cí. el movimiento confe
sional Kein anderes Evangelium); ejemplos importantes en E. K äsemann, Exegetische
Versuche und Besinnungen II, Gotinga 1964, 268-290; O. K lein, W. M arxsen, W. K reck ,
Bibelkritik und Gemeindefrömmigkeit, Gütersloh 1966; de entre el diálogo oficial de. las
Iglesias, cf. H. Schnell (dir.), Kranzbacher Gespräch der Lutherischen Bischofskonferenz
zur Auseinandersetzung um die Bibel, Berlin 1967.
30. En las páginas siguientes sólo nos remitiremos a K . B a r t h y R . B ultm an n , cons
cientes de la simplificación que ello significa. Para más detalles puede consultarse
W.G. KÜMMEL, op. cit., 286ss, 310ss, 358ss, 394ss, 439ss, 466ss; id., Das Erbe des 19.
Jahrhunderts fü r die neutestamentllchei W issenschaft von heute, en Heilsgeschehen und
Geschichte, Marburgo 1963, 364-381.
31. Desgraciadamente hemos de pasar por alto en este estudio la reacción de los
teólogos de orientación más fuertemente sistemática, así com o la de los grandes histo
riadores (cf., p. ej., M. K ahler , A. Schlatter , A. H arnack).
32. Los materiales más importantes son fácilmente asequibles en la obra de I . M olt-
mann (dir.), Anfänge der dialektischen Theologie l (ThB 17), Munich 1962, 77-152, 197-218.
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41. Un análisis más exacto de la relación B ultmann - H eidegger está todavía por hacer.
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1. « Crítica» y reforma
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3. La investigación histórica como evocación de una esperanza
que no caduca
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5. Enseñanzas
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51. Por eso en ia obra que se cita en la nota 46, sobre el objeto concreto de un
articulo del credo y de la temática del triduum m ortis, el autor emprendió el intento de
establecer un diálogo inmediato entre la exégesis» la hermenéutica filosófica y la teología
sistemática (cf. el prólogo que precede la primera edición» p. 6).
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2. ¿Ausencia de prejuicios?
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VI. L a teología católica y el método histórico-crítico
1. Aceptación
2. Tendencia a la objetivación
56. Cf. E. K äsemann, op. cit. (cf. nota 29), 12: «Hemos de reconocer en justicia
que la m oderna exégesis católica, al menos en Alem ania y en su entorno, ha alcanzado
un nivel que p o r lo general no desmerece ya del trabajo protestante, y que incluso lo
supera n o pocas veces en precisión. Este proceso demuestra que el m étodo histórico-
crítico h a llegado a generalizarse fundamentalmente. Y a no constituye la característica de
una posición teológica de la exégesis, sino que solamente separa lo. que es ciencia y lo
que no pasa de especulación primitiva. L a adecuación y aproximación de los distintos
frentes quizás sea la no ta característica de nuestra época.» (1957!). E n cuanto a la dimen
sión ecuménica de la exégesis moderna cf. G . H arbsmeier , Historisch-kritische Exegese
und personale Existenz, en P. A scher (dir.), Evangelium und Geschichte in einer
rationalisierten W elt, Tréveris 1969, 102-112, esp. 111s. Se podrían multiplicar los ejemplos
a placer.
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4. Correcciones de detalle
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5. L a p reg u n ta c la v e in d isp e n sa b le
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57. Cf., por lo demás, artículos aislados y valioso material constructivo en los cono
cidos trabajos por ej. de K. R ahner , E. Schillebeeckx, P. Schoonenberg, X. Ratzinger
y otros, y de la parte esegètica K.H. Schelkle , A. Vögtle, R. Schnackenburg, F. M uss -
ner , etc. A mi me siguen pareciendo los más significativos los estudios de H . Schlier ,
cf. especialmente Was heisst Auslegung der Heiligen Schrift? en Besinnung auf das Neue
Testament 35-62; más atendön merece H.U. v. Balthasar, Verbum Caro. Skizzen zur Theo
logie I, Einsiedeln 1960, 11-99.
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S8. P ara lo que sigue c f., sobre to d o , E . KXsemann, Vom theologischen Recht histo
risch-kritischer Exegese: Z ThK 64 (1967) 259-281; X. B lank, D ie Interpretation der
Bibel als theologisches Problem, en Schriftauslegung in Theorie und Praxis, M unich 1969,
15-29; id .. Das politische Element in der historisch-kritischen M ethode, en P . N euenzett
(dir); Die Funktion der Theologie in Kirche und Gesellschaft, M unich 1969, 3 9 4 0 ; cf.
tam bidn p o r otra parte O . K u ss, Schrift und Kirche, en Auslegung und Verkündigung I I,
R atisbona 1967, 1-31.
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1. Punía de partida
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65. Con el concepto de «historia de salvación» habrá que ir con cuidado, pues lleva
a una discusión irremediablemente desfigurada y desenfocada por la polémica. Para una
aproximación cautelosa al tema cf. K. L ehmann, Auferweckt am dritten Tag... (cf. nota
46) 286-290 (cf. también el Indice).
66. Con la filosofía moderna el método histórico-crltico padece- las consecuencias de
que no se haya elaborado mental y estructuralmente ningún concepto adecuado de
«positividad» en el sentido que arriba se describe. La dualidad entre verdades racionales
y verdades históricas casuales, entre el hecho y su significación, entre lo trascendental y
lo categorial, no proporciona el puente necesario para llegar hasta la facticidad indeducible.
Aquí se precisan horizontes filosóficos completamente nuevos.
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67. Sobre las reflexiones metodológicas cf. también R . P esch , Neuere Exegese - Verlust
oder Gewinn?, Friburgo 1968; id., Grundsätze zur Auslegung des Neuen Testamentes,
en O. L oretz , W . S trolz (dir.), Die hermeneutische Frage in der Theologie, Friburgo
de Brisgovia 1968, 243-289 (con abundante bibliografía), cf. también ahí los trabajos de
C. W estermann, R . M ayer, J. Schreiner , H.L. G oldschmidt, R . Sch Xfer y O. L oretz ;
J.B. Bauer (dir.), Evangelienforschung, G ra z ■1968; J. G nilka, Jesus Christus nach
frühen Zeugnissen des Glaubens, Munich 1970; J. R ohde, D ie redaktionsgeschichtltche
M ethode, Hamburgo 1966.
68. Más detalles al respecto por ahora en K. L ehmann, Rechenschaft des Glaubens,
en Rechenchaft vom Glauben, Viena 1969, 74-96 (bibl.).
69. Más información en K. R ahner - K. L ehmann, en: M ysterium Salutis P , Madrid
1969, 704-791 (con bibliografía).
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72. No podemos discutir aquí expresamente este problema, que incluye la cuestión del
canon y una crítica teológica objetiva. Acerca de la discusión sobre el tema cf. el
volumen en colaboración: E. K ä sem a n n (dir.). Das Neue Testam ent als Kanon. Dokumen
tation und kritische Analyse zur gegenwärtigen Situation, Gotinga 1970; W. T r il l in g ,
Vielfalt und Einheit im Neuen Testament, Einsiedeln 1968, 9ss, 32ss; id., Die Schrift
allein. Moderne Exegese und reformatorisches Auslegungsprinzip, Stuttgart 1970, 18ss,
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4. Repercusiones teológicas
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73. Cf. al respecto la nota 33, en la que se citan los trabajos de E. Kasemann y
J. Blank. Junto a la diferencia que existe entre Jesucristo y la Iglesia, no se puede
eliminar, incluso desde el punto de vista hermenéutico, la unidad existente entre ellos
a pesar de su enfrentamiento crítico permanente, cosa que sin embargo se hace can
demasiada frecuencia. Más bien hay que tener en cuenta la unidad en la diferencia
y ia diferencia en la unidad. Desde el punto de vista dogmático cf. J. R atzingeh, E l
nuevo pueblo de Dios. Esquemas para una ecleslologta, Herder, Barcelona 1972, 237-273.
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I. Razón y revelación
Methoden der Dogmatik, Munich 1967; junto a los trabajos pertinentes de K. R ahner ,
B. W elte y otros, cf. O. Sauter, Vor einem neuen Methodenstreit in der Theologie
(IhEx 164), Munich 1970, espec. 15-49, 88ss; B. Casper , K. H emmerle, P. H ünermann,
Theologie als Wissenschaft («Quaestiones disputatae» 45), Friburgo de Brisgovia 1970.
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2. L a le g itim id a d d e u n a « e x é g e sis te o ló g ic a »
76. Glauben und W issen, en Nachgelassene W erke I , Munich 1962, 272; cf. a este
respecto O. W eber , Der O rt der historisch-kritischen M ethode in der Selbstauslegung
der Heiligen Schrift, en D ie Treue Gottes und die K ontinuität der menschlichen Existenz /,
Neukiichen 1967, 68ss.
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El horizonte hermenéutico de la .exégesis histórico-crítica
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Biblia no posee autoridad en cualquier sentido, y esto por su misma finalidad. Y tam
poco en el sentido que le es propio puede reclamar una autoridad de tipo formal
externo, sino que la autoridad que ejerce ha de conquistar su propia validez, manifestando
de esta manera cierta relación con el fenómeno de la evidencia. Corresponde al juicio
teológico el determinar positivamente el aspecto bajo el cual tiene vigencia la autoridad
bíblica, así como su modo de funcionar, y esto quiere decir: articular el tema funda
mental de los textos bíblicos, así como su fuerza específica de convicción, como cri
terios para un manejo adecuado de esos mismos textos.» Por supeusto que aún queda
por diferenciar lo que no es más que un intento de solución. Pero con ello se han
perfilado el punto de arranque y las alternativas con que ha de enfrentarse una hermenéutica
fundamental en la teología católica. Simultáneamente queda señalado el único nivel
de los problemas en el que puede tener sentido discutir esta cuestión.
81. El problema ha sido también formulado recientemente, y de forma impresionante,
por J. R a t z in g e r , Der Holländische Katechismus. Versuch einer theologischen Würdigung:
«Hochland» 62 (1970) 301-313: «La investigación histórico-crítica nos ha vuelto a abrir
la Escritura, y desde luego también nos la ha vuelto a cerrar. Nos la ha vuelto a
abrir, porque gracias a los esfuerzos de la exégesis percibimos la palabra de la Biblia
de una manera completamente nueva, en su originalidad histórica, en la multiplicidad de
una historia que se hace y que crece con sus tensiones y contradicciones, que cons
tituyen al mismo tiempo su insospechada riqueza. Pero de esta manera se nos ha
cerrado también la Escritura de una forma nueva al convertirse en objeto de los téo
nicos, un objeto sobre el que ni el laico, ni el teólogo que no sea exegeta, se pueden
atrever a decir nada, hasta el extremo de que parece sustraerse también visiblemente
a la lectura y meditación de los fieles, puesto que lo que se saca de ella a la llana
sólo puede dar la impresión de dilettantismo. La erudición técnica se convierte en un
cerco que rodea la Escritura y que la hace inasequible para el hombre comente. Pero
al mismo tiempo cuando se lee la Biblia a partir exclusivamente de rila misma, y no ya
en el contexto de la tradición, resulta que la Biblia eleva su pretensión de totalidad y la
plantea de un modo nuevo a la teología, que entonces tiene que acreditarse saliendo
al encuentro de esa pretensión, encuentro del que no puede salir como entró» (303).
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K arl L ehmann
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IV
"Notas para la práctica de la exéresis bíblica
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Erich Zenger
proceden del jasado. Al ser una ciencia, tiene que dar razón de si
su trabajo es adecuado. Para ello describe sus métodos (es decir,
el camino por el que llega a sus resultados) y los somete a examen.
La reflexión sobre el método debe descubrir sobre todo la proble
mática que se le plantea al texto al aplicarle un determinado mé
todo. Esto explica el valor condicionado que poseen los diversos
métodos. Y es que los distintos planteamientos de la cuestión exigen
distintos métodos y proporcionan distintas respuestas. Sólo se
contesta a aquello que se pregunta. Y, por consiguiente, la respuesta
dependerá de la forma con que se pregunte. Y a su vez la res
puesta positiva o negativa, clara u oscura, fácil, difícil o imposible
de dar, podrá suscitar nuevas preguntas o corregir las ya formu
ladas.
En todo caso la pregunta, cuya cualidad es definitiva para la
calidad de la respuesta, es siempre el punto de partida metodológico.
Las respuestas pueden ser incluso aparentemente contradictorias
según los métodos que se apliquen. Así, por ejemplo, la física
puede describir la luz de manera exacta y verificable experimen
talmente, como unos corpúsculos o bien como una onda, todo
depende del método aplicado. De igual modo la interpretación de
un texto desplazará los acentos según el planteamiento que haga
de la cuestión, es decir, según su imagen del mundo, del hombre
y de la historia. Y, sin embargo, no será en ningún caso falsa, sino
que responderá válidamente a la situación respectiva. Por tal
motivo la interpretación de un texto hecha por un padre de la
Iglesia podrá tener legítimamente una apariencia distinta que la in
terpretación hecha por un exegeta de la época histórico-crítica.
A esto se añade que la interpretación de textos es un procedimiento
lingüístico y, por tanto, se encuentra sujeta a una situación con
creta y a unos condicionamientos históricos de lenguaje, con lo
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Notas para la práctica de la .exégesis bíblica
cual nunca se puede decir que esté terminada. Por eso es posible
que los métodos actuales y la actual interpretación no tengan
para lá generación siguiente — con planteamientos nuevos y un
lenguaje diferente— la misma fuerza obligatoria ni la misma uti
lidad que tiene hoy para nosotros.
Toda interpretación bíblica tiene que abarcar dos elementos
que, considerados en sí mismos, no pueden separarse por completo:
la constatación de «lo que dice ahí», y la comprensión de lo que
se ha constatado que dice. El primer elemento se fija primordial-
mente en el lugar y origen del texto mismo; el segundo considera
el texto, ante todo, desde el punto de vista de quien en cada caso
lo lee o escucha entendiéndolo. En la exégesis actual el primer
elemento comprende los pasos del método histórico-crítico. Éste
es histórico en la medida en que interroga y describe el lugar
histórico del texto. Y es crítico en la medida en que, conociendo
la plena historicidad del texto, examina y juzga su contenido desde
su lugar histórico. M ediante este carácter crítico hace posible el
encuentro del texto con la realidad actual. En su condición crítica
es el requisito indispensable para el segundo elemento de la
exégesis bíblica, que es la interpretación teológico-crítica. Es teo
lógica en la medida en que quiere entender las exigencias objetivas
que impone el texto bíblico. Y es crítica en la medida en que, ante
esa pretensión, adopta una postura desde su propia concepción
de la realidad.
Es evidente que el compromiso del exegeta será diferente en
cada uno de los dos momentos. En el prim ero le mueve el «ethos
de la luz» (N. L o h fin k ), el impulso de iluminar la oscuridad del
pasado. En el segundo, le mueve el «ethos de la decisión», la ne
cesidad de referir a sí mismo lo que el texto dice. Si de hecho
en el prim er momento las diversas posturas, como pueden ser la
cristiana o la atea, quedan en un plano bastante secundario (desde
luego tampoco pueden estar completamente ausentes), en el segundo
elemento de la interpretación Sí que juegan un papel importante.
N o es necesario trazar aquí el panoram a teológico y de historia
de la investigación en que se mueve la exégesis bíblica. A ello
están dedicados otros estudios específicos en este volumen. Las tres
colaboraciones siguientes sólo quieren ilustrar la práctica de la
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Erich Zenger
E rich Z enger
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Ejemplo de crítica textu a l bíblica '
113
Schreiner, Introd. 3
Josef Schreiner
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, E je m p lo d e c r ític a te x tu a l b íb lic a
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J o s e f S c h r e in e r -
116
E je m p lo d e c r ít ic a te x t u a l b íb lic a
de catenae, que están en relación con los dos anteriores (C), y una
versión más reciente (R) que muestra asimismo influencias hexa-
pláricas. Estas recensiones están descritas detalladamente en las
excelentes introducciones que escribieron J. Z iegler , A. R a h l f s y
R. H anhart para las ediciones que, en Gotinga, se hicieron de
dicha versión. En la recensión de Luciano se encuentra, como se
observó hace ya tiempo n, abundante material procedente de una
recensión especial, probablemente palestina, del A T hebreo. «Incluso
es posible que los antiguos códices unciales representen de alguna
manera un texto especial, de modo que se puede hablar de un texto
B-S, un texto A y (en Jer) de un texto Q-V» 12. Por eso en los
manuscritos de los LXX hay variantes que no pueden utilizarse
indiscriminadamente para un trabajo de crítica textual. Hay que
sopesarlas: el primitivo texto de los LXX, al que nos acercamos
tras haber establecido la diferenciación de OLCR, y para cuya
fijación son importantes la Vetus Latina y la traducción copia
(en especial la sahídica), atestigua la recensión de su arquetipo.
G, y también las recensiones LCR en cuanto están emparentadas
con O, se apoyan, como, por otra parte, también la Vuigata en su .
conjunto, en el texto masorético tardío, que ya es normativo. Las
huellas de otras recensiones, como las que aparecen en L, deben
valorarse caso por caso. Para una gran parte del A T la edición
de los LXX hecha en Gotinga13 incluye las diversas recensiones y
ofrece, en cuanto esto es posible, el texto básico.
117
J o s e f S c h r e in e r
14. H . Z imm erm ann , Neutestamentiichc Methodenléhre, Stuttgart 1967, 40. Véase
»Mí mismo la clasificación de los m ss m ás importantes.
15. Novum Testamentum graece ét latine, Stuttgart 351963, 12s.
16. H. ZlMMERMANN, op. cit., 43SS.
118
II. L a crítica textual como método
119
J o s e f S c h rein er
120
E je m p lo d e c r ític a te x tu a l b íb lic a
121
J o s e f S ch r e in e r
122
E je m p lo d e c r ític a te x tu a l b íb lic a
22. Se da por supuesto que el lector tiene a m ano los textos utilizados y las siglas
adoptadas s e g ú n ei cuadro correspoadiente que suele ofrecer cada edición; véase W ü r t h -
wkin , Der Text des A T, Stuttgart 3!9óó, y las obras citadas de Vogels, Metzger, Zim
mermann.
123
Josef Schreiner
124
E j e m p lo d e crítica te x tu a l b íb lic a
125
Josef Schreiner
24. vDe torrente in via bibet» (Ps 110, 7a): VD (1948) 351-353.
25. Cf., por ej., ti artículo básico: Ugaritte a n d 'th e Old Testament, ETL 44 (1968)
35-54.
126
IV . Ο γκο ejemplo : M c 1 2 ,3 5 - 3 7 «
127
Josef Schreiner
JOSEF SCHREINER
128
VI
129
Erich Zenger
130
A) OBSERVACIONES PRELIMINARES SOBRE EL TEXTO
I. El texto
131
Erich Zenger
que se honran los dioses y los hombres, para ir a mecerme sobre los
árboles? 10Dijeron, pues, los árboles a la higuera: :¡Ven y sé rey
sobre nosotros! 11Y les dijo la higuera: ¿Voy a renunciar a mis
dulces y ricos frutos .para ir a mecerme sobre los árboles? 12Dije
ron, pues, los árboles a la vid: :¡Ven y sé rey sobre nosotros!
13 Y les dijo la vid: ¿Voy a renunciar a mi mosto, alegría de los
dioses y los hombres :para ir a mecerme sobre los árboles? 14 Y di
jeron todos los árboles a la zarza espinosa: :¡Ven y sé rey sobre
nosotros! 15Y dijo a los árboles la zarza espinosa: Si de buena fe
queréis ungirme rey sobre vosotros, venid y poneos a mi sombra,
:y si no, que salga fuego de la zarza espinosa y devore a los cedros
del Líbano. 16Ahora bien: si al hacer rey a Abimelec habéis obrado
de buena fe y con lealtad; :si habéis obrado bien con Jerobaal
y su casa, si lo habéis tratado según el mérito de sus acciones—
— 17pues mi padre combatió por vosotros :y exponiendo su vida os
libró del poder de Madián; 18 levantándoos hoy contra la casa de mi
padre y matando a sus hijos, setenta hombres sobre una misma
piedra, :y haciendo rey sobre los notables de Siquem a Abimelec,
hijo de una esclava suya, porque es hermano vuestro— 19si hoy
habéis obrado de buena fe y con lealtad con Jerobaal y su casa, :que
haga Abimelec vuestra felicidad y que hagáis vosotros la suya.
20 Pero si no, que salga fuego de Abimelec y devore a los habitantes
de Siquem y la ciudadela, :y salga fuego de Siquem y de la ciuda-
dela y devore a Abimelec. 21Retiróse Jotán y emprendió la huida,
yéndose a Ber : donde habitó por miedo a Abimelec, su hermano.
22Tres años fue príncipe Abimelec sobre Israel. 23Mandó elo-
him un mal espíritu entre Abimelec y los notables de Siquem, :se
hicieron traición los notables de Siquem a Abimelec, 24para que
llevara sobre sí el asesinato de los setenta hijos de Jerobaal :y la
sangre de ellos cayese sobre Abimelec, su hermano, que los había
matado, y sobre los notables de Siquem, que le habían prestado
ayuda para matar a sus hermanos. 25 Pusieron los notables de Si
quem en las cumbres de los montes asechanzas, que despojaban a
cuantos pasaban cerca de ellos por los caminos, :y llegó esto a co
nocimiento de Abimelec.
26 Vino a Siquem Gaal, hijo de Obed, con sus hermanos. :Los
notables de Siquem pusieron en él su confianza; 27 y salieron al cam-
132
Ejemplo tomado del Antiguo Testamento
133
Erich Zeuger
134
II. S orprendentes peculiaridades lingüísticas del texto
El ejemplo de Jue 9
135
Erich Zenger
136
Ejemplo tomado del Antiguo Testamento
2) M odismos llamativos
137
Erich Zenger
138
Ejemplo tomado del Antiguo, Testamento
139
Erich Zenger
I. La crítica l it e r a l 3
140
Ejemplo tomado del Antiguo Testamento
142
Ejemplo tomado del Antiguo· Testamento
143
Erich Zenger
1) La delimitación crítico-literal
a) Agrupamiento de los duplicados (motivos, relatos, tenden
cias dobles).
b) Agrupamiento de incongruencias y contradicciones (en el
mismo texto y en el contexto inmediato en relación con per
sonas, topografía, cronología, representaciones, acciones, mo
dismos).
c) Minucioso examen crítico-literal en vistas a delim itar las
unidades menores y fragmentos (análisis del texto verso por
verso).
d) Agrupamiento de las unidades menores y de los fragmentos
así delimitados.
2) Ordenación crítico-literal
144
Ejemplo tomado del Antiguo Testamento
3. E l ejemplo
1) Delimitación crítico-literal
a) Agolpamiento de los duplicados
145
Erich Zenger
146
Ejemplo tomado del Antiguo Testamento
147
Erich Zenger
148
Ejemplo tomado del Antiguo Testamento
Jerobaal, m ientras que en Jue 8,31 es Gedeón (cf. n.° 49); el doble
nombre de Jerobaal-Gedeón en 8,31 es, desde el punto de vista
de la historia de los nombres, una formación artificial (literaria).
El v. 2 ofrece dos diferentes puntos de vista en la argumenta
ción de Abimelec en favor de su dominio: la alternativa oligarquía-
monarquía y la fórmula del parentesco (cf. n.° 27), La pretensión
de los hijos de Jerobaal de gobernar sobre Siquern no se puede
fundamentar en el contexto de nuestro verso; Jue 6-8 no sabe nada
del dominio de Gedeón sobre Siquem. También este detalle cons
tituye una separación de 9,lss con respecto a Jue 6-8. En el v. 2a
llama la atención el dato ampuloso «setenta hombres, todos hijos de
Jerobaal».
El v. 3a relata, ciñéndose literalmente al v. 2a (cf. n.° 1), la
ejecución de la propuesta de Abimelec. En el v, 3b los siquemitas
se deciden por Abimelec. La única razón que dan para ello es la
fórmula de parentesco; la alternativa mencionada en el v. 2a no
parece pesar nada en su decisión (cf. n.° 50). Con todo, esta pe
queña incongruencia no requiere ninguna operación crítico-literal.
E l empalme del v. 4 no es del todo fluido; no se dice por qué
recibe Abimelec los 70 sidos de plata, ni para qué ajusta a sus
seguidores. Tampoco nos enteramos de ello en el curso ulterior
del texto. Ciertamente que los 70 sidos de plata hacen pensar en
los 70 hijos de Jerobaal.
E l v. 5 m entiona a Ofra como nuevo lugar de la acción. La
colocadón de la palabra Ofra detrás de «la casa de su padre» es
insólita. Según Jue 6,11.24; 8,27.32 Ofra es la residenda de Gedeón
cuyos 70 hijos, según Jue 8,30, se hallan igualmente allí. A éstos
se les llama en el v. 5 «hermanos» de Abimelec,. a pesar de que la
m adre de éste es sólo «esclava» (v. 18) o «concubina» (Jue 8,31)
de su padre (cf. n.° 70). Con respecto al v. 2 ofrece un orden
distinto de palabras: «sus hermanos, los hijos de Jerobaal, setenta
hombres», con inusitada aglomeración de aposidones. El adjetivo
«todos» del v. 2 aquí se ha suprimido, puesto que Abimelec no
m ata a Jotán. Queda oscuro si el número de los hijos de Jerobaal
es 70 (en el v. 2 «todos» = 70), 71 ó 72 (los 70 asesinados más
Jotán y Abimelec).
E l v. 6 nos traslada otra vez en rápida sucesión a Siquem (cf.
149
Erich Zenger
150
Ejemplo tomado del Antiguo Testamento
151
Erich Zenger
con Siquem, sino ante la fortaleza de Tebes. E l v. 24, con los dos
infinitivos que presenta el texto original, empalma con dificultad con
el v. 23; pero no por eso habrá que separarlo de él, pues su conte
nido concuerda bien.
E l v. 25 difícilmente puede ser el castigo anunciado en el v, 23s
para Abimelec, por lo tanto, hay que deslindarlo de él. Pero es
un versículo que tampoco form a originalmente una unidad de sentido
con el siguiente. La actuación de los siquemitas en el v. 25 apenas
es posible si está en Siquem Zebul, el gobernador de Abimelec, tal
como aparece en los v.' 26-41. De lo contrario, los siquemitas no
podrían colocar tan fácilmente a los salteadores. Por lo menos
Zebul tendría que haber dado aviso a Abimelec; sin embargo, en el
v. 25 sólo se dice de m anera impersonal y pasiva «llegó a conoci
miento» (ef. n.° 73). L as «cumiares de los montes» que se mencio
nan en el v. 25 aparecen también en el v. 36, poro con otra fundón.
En el v. 25 son el escondrijo de los salteadores, en el v. 36 son el
camino por el que avanzan las tropas de Abimelec (cf. n.° 74).
También esto justifica el que separemos el v, 25 de lo que sigue.
La entrada en escena de Gaal en el v. 26 m arca una nueva sec
ción en el curso de los acontecimientos. L a acción de Gaal termina
en los v. 40 y 41. L a sublevación de los siquemitas contra Abi
melec en los v. 26ss, provocada por G aal, es un duplicado de los
v. 23s, donde Dios mueve a los siquemitas a la insurrecdón. No
se {Hiede distinguir claramente si el final de la pequeña unidad
está en el v. 41 o ya en el v. 40. L a doble expulsión que tiene
lugar, primero a cargo del mismo Abimelec (v. 40) y luego de
alguna manera post festum a cargo de Zebul (v, 41), habla más
bien en favor de una separadón de ambos versos (cf. n.° 47).
Los v. 42-45 forman en sí mismos una unidad menor. En el
v. 45 Abimelec pone fin a la nueva situación que se produce al
salir los siquemitas al campo. Una crítica del contenido aconseja
también deslindar estos versículos de los v. 26-40. A pesar del
campo lleno de cadáveres que según el v. 40 llegan hasta las mis
mas puertas de la dudad, en el v. 42 el pueblo al día siguiente
ya vuelve a salir al campo para trabajar (cf. n.° 76). En los v. 42-45
tampoco hay ninguna huella de una estancia de Zebul en Siquem.
E l v. 46 introduce una nueva escena cuyos «héroes», los nota
152
Ejemplo tomado del Antiguo Testamento
153
Erich Zeuger
2) Ordenación crítico-literal
a) Unidades y. fragmentos que posiblemente tienen un mismo
origen:
a) 26-40.46-49.50-54: estas unidades presentan una serie coherente
de acontecimientos.
O) 1-6.7.16aba. 196-21: el dato «súpolo Jotán» al principio del
v. 7 empalma directamente con los v. 1-6.
Y) 22.55: ambos fragmentos se interesan por «Israel».
S) 23s.56s: ambos fragmentos presentan casi el mismo vocabulario
(cf. n.° 14) y se relacionan recíprocamente según el esquema pro-
mesa-cumplimiento.
s) 1-6.1Ababa. 196-21.23s.56s: la presencia común de elohím hace
suponer una relación (cf. P).
b) Unidades y fragmentos que necesariamente tienen distinto origen:
a) 8-15 — 1-7.16aóa. 196-21: cf. las contradicciones que comen
tábamos antes entre la fábula y el relato (cf. n.os 58-64).
P) 8-15 = 26-40.42-45.46-49: el final sufrido por los siquemitas
sólo en parte concuerda con la fábula; sólo en los v. 46-49 perecen
abrasados, en los v. 4045 son degollados (cf. n.° 65).
r ) 26-40 = 23s: o es Gaal quien subleva a los siquemitas contra
Abimelec, o es Dios (cf. n.° 45).
8) 1-6 = 46-49: terminología diferente para designar al dios de los
siquemitas (cf. n.° 53) y la acrópolis (cf. n.° 56).
e) 166P-196 = l-6.23s: o estaban presentes los siquemitas cuando
la matanza de los setenta, o no lo estaban.
c) Intento de establecer una clasificación relativa de las unidades
y fragmentos dentro del texto analizado:
a) l-6.7.16aóa.l9ó-21 presupone 8-15. Son unidades que, por una
parte, no tienen un origen común (cf. 6a), pero que, por otra, poseen
características lingüísticas comunes que no se pueden pasar por
alto (cf. n.os 12.13). Esto sólo se puede explicar si el autor de
l-6.7.16a6a.l9ó-21 tenía a la vista la unidad 8-15.
P) 42-45 presupone 25.2640. N o se pueden pasar por alto los
llamativos paralelos lingüísticos que se dan en estas unidades (cf.
n.os 15.16.18-22). Sin embargo, no indican un origen común, sino
que deben explicarse por una imitación intencionada:
154
Ejemplo tomado del Antiguo Testamento
155
n. La c r í t ic a d e l a s fo r m a s 5
156
Ejemplo tomado del Antiguó Testamento
157
Erich Zenger
3. El ejemplo:
158
Ejemplo tomado del Antiguo Testamento
159
Erich Zenger
160
Ejemplo tomado del Antiguo Testamento
161
Schreiner, In tro d . 11
Erich Zenger
162
Ejemplo tomado del Antiguo Testamento
4) E i horizonte
L a perícopa nos remite más lejos. El v. 46 presupone un acon
tecimiento. También los motivos que impulsan a Abimelec parecen
explicarse desde otro punto. Asimismo la presentación de la tro ja
de Abimelec y de los siquemitas produce la impresión de que
son personajes ya conocidos. En consecuencia no puede tratarse
de una unidad transmitida independientemente, sino que pertenece
a un contexto más amplio. Como tal se nos ofrece el de los v. 2640:
los ciudadanos de la fortaleza de Siquem se atrincheran porque
están aterrados ante la noticia de la victoria total de Abimelec
sobre Gaal (v. 40). Por tanto, la cuestión del horizonte confirma
la coordinación crítico-literal que hemos: hecho.
163
Brich Zenger
164
Ejemplo tomado del Antiguo Testamento
165
Erich Zenger
166
Ejemplo tomado del Antiguo Testamento
167
Erich Zenger
III. La crítica d e lo s g én er o s 6
168
Ejemplo tom ado del Antiguo Testamento
7. H.W . W olef, Gesammelte Studien zum Alten Testam ent, Munich 1964, p. 159.
169
Erich Zenger
8. Es de todo punto necesario mantener està distinción contra K. K och , Was ist
Formgeschichte, Neukirchen 21967, p . 6*. H. ZlMMERMANN, Neutestamentliche Metho-
denlehre, Stuttgart 1967, p. 135, distingue de otra forma.
170
Ejemplo tomado del Antiguo Testamento
3. El ejemplo
171
Erich Zenger
' Respuesta En eso pasó por ahi una fiera del Líbano y pisoteó
la zarza espinosa».
2) La situación vital
Una fábula, que tiene que recurrir al instrumento de la ambi
güedad para poder criticar un estado de cosas, supone una. situa
ción de opresión y falta de libertad. Los v. 8-15 critican la monar
quía. Por lo tanto, presuponen su existencia, o más concretamente
una experiencia negativa de la misma. La institución a que se hace
referencia es la monarquía electiva, y la. fórmula de unción del rey
(cf. n.os 31.33) consta sólo en el reino del Norte; ambos datos hacen
suponer que la patria de la fábula es el reino de Israel. En tal
caso lo más pronto que se la podría situar cronológicamente sería
durante el reinado de Jeroboam i (que empezó hacia el 931 a.C,),
y lo más tarde cuando la fundación de Samaría, por Qmrí (en el
880 a.C.) como ciudad residencial estable, con lo que terminó la
«oscilación» de las capitales residenciales (cf. n.° 34), Pero la expe
riencia negativa de la monarquía es posible ya bajo el duro gobierno
de Jeroboam. La fábula tiene su origen en círculos cultivados (cf. su
forma ingeniosa) que sufrían bajo la opresión pero que no tenían
172
Ejemplo tomado del Antiguo Testamento
2) La situación vital
Faltan en la narración unos esquemas y una fraseología que
permitan determinar con más detalle su marco espiritual. Pero la
construcción bien articulada nos remite a la categoría de narradores
profesionales que puede situarse en el tiempo anterior a la mo
narquía, ya que la narración presenta rasgos de una gran antigüedad.
Así es como ni Abimelec ni los siquemitas aparecen como israelitas.
La fiesta otoñal del v. 27 ofrece todavía la apariencia de una fiesta
yahwista. Las expresiones «el interior de la tierra» y «la encina
de los adivinos» (v. 37), que apuntan por completo a producir un
efecto narrativo, parecen darse por conocidas, cosa que también ‘
habla en favor de una antigüedad relativamente elevada.
173
Erich Zenger
174
Ejemplo tomado del Antiguo Testamento
175
Erich Zenger
176
Ejemplo tomado del Antiguo Testamento
177
Schreiner, Introd. 12
Erich Zenger
178
Ejemplo tomado del Antiguo Testamento
es decir, describe los diversos estadios que han recorrido las uni
dades dentro de la tradición (tradición popular, colección, comple-
mentación e interpretación), así como los motivos que las llevaron a
insertarse en el texto actual. A diferencia de la historia de la
redacción (cf. infra), la crítica de la tradición estudia la historia
del fragmento textual a partir de los indicios que él mismo propor
ciona; el enfoque es, por lo tanto, vertical. No así la crítica de la
redacción, cuyo punto de vista es horizontal y siempre considera el
texto dentro su contexto más amplio.
La tradición (oral y escrita), en cuanto proceso y en cuanto con
tenido, era uno de los pilares fundamentales sobre los que se
apoyaba la existencia de Israel. Por consiguiente, tiene una impor
tancia especial a la hora de interpretar un texto veterotestamentario.
La correcta inserción del texto en la (historia de la) tradición de
Israel puede darle dimensiones teológicas que lo coloquen bajo una
luz insospechada. Un texto ha de interpretarse de distinta manera
según se halle relacionado — aquí naturalmente sólo pueden tra
zarse unas líneas muy esquemáticas— con la teología jerosolimi-
tana (inclinada al sistema y a las fórmulas enfáticas; ligada a
instituciones como la monarquía y el culto) o con la teología del
norte (más crítica, más condicionada en sus fórmulas por la situa
ción concreta; con una mayor acentuación del carisma y de la
palabra de Yahveh que se dirige inmediatamente al hombre; pero
en cambio con menos «eco» en ed pueblo; (cf. las fuertes tendencias
sincretistas que se daban en el reino del Norte). Asimismo hay
que tener en cuenta su pertenencia a una de las épocas principales
de la formación de tradiciones dentro del Antiguo Testamento;
no es lo mismo que un texto proceda de la época en que comenzó la
monarquía con David y Salomón, con una profunda conciencia
teológica, o de la época del exilio, teológicamente bastante des
orientada.
179
Erich Zenger
3. El ejemplo
180
Ejemplo tomado del Antiguo Testamento
181
Erich Zenger
11. R ohde, J., Die redaktionsgeschichtliche Methode, Einführung und kritische Sichtung
des Forschungsstandes, Berlin 1965; T ilesse M inette de , M . Noth et la Redaktipnsge-
schichte des Livres historiques, en H àuret, C h ., A u x grands carrefours de l a révélation
et de Fexégèse de l'Ancien Testament, Brujas 1967, 51-7$; Stein , R .H ., What is Redaktions
geschichte?, JBL 88, 1969, 45-56.
12. R. Pesch , art. Redaktor, en A. O rabner-Haider, Praktisches Bibellexikon, Fribur
go de Brisgovla 1969, p. 925.
182
Ejemplo tomado del Antiguo Testamento
183
Erich Zenger
184
Ejemplo tomado del Antiguo Testamento
185
Erich Zenger
186
Ejemplo tomado del Antiguo Testamento
14. P or ej., en H.W . H ertzbero, Dle Bücher Josua, Richler, Ruth (ATD 9), Gottlnga
31965, p. 203-208 (estudio que en parte se aparta de nuestro análisis).
187
C. LA INTERPRETACIÓN TEOLÓGICO-CRÍTICA
I. Los MÉTODOS
1. La interpretación antropológica
188
Ejemplo tomado del Antiguo Testamento
que nos han transmitido ese texto. Para ello se interroga al texto
en busca de la comprensión que de él tenía su autor o sus transmi
sores, es decir, en busca de la comprensión existencial que habla
en él. Ésta es la esencia de la «interpretación existencial» (llevada
a cabo sobre todo por R. Bulimann y G. Ebeling). Investiga los
presupuestos antropológicos del autor y examina hasta qué punto
la comprensión existencial que se deduce del texto puede llegar a
ser la del intérprete.
Por cierto, que frente a la interpretación existencial «clásica»,
últimamente se ha levantado la objeción de que en su reducción
de la existencia humana a unas cuantas situaciones fundamentales,
olvida el elemento de la historicidad y la concreta trama sociológica
en que vive cada hombre (cf. la crítica de la «escuela de Francfort»
y el objetivo de la «hermenéutica política»). Por consiguiente, hay
que ampliar el enfoque de la «interpretación existencial» mediante
la inserción de planteamientos sociológicos y psicológicos. A una
interpretación entendida de esta manera la llamamos «antropo
lógica» (en sentido amplio): es la que se pregunta por la compren
sión que tiene el hombre de sí mismo en su responsabilidad social.
No pocos textos del Antiguo Testamento piden expresamente
esta interpretación; otros, en cambio, se mostrarán poco elocuentes
al respecto. M ientras el yahvista, por ej., se mueve realmente im
pulsado por el interrogante que se abre en torno al origen y
posibilidad de una.existencia auténticamente humana (cf. su historia
de los orígenes), y toda la literatura sapiencial, sobre todo el libro de
Job, intenta penetrar en el enigma del hombre, en los textos legales
del escrito sacerdotal (P) o en los relatos de los libros históricos
la intención antropológica está menos en la superficie y sólo puede
descubrirse al ordenar el texto dentro de su contexto más amplio.
2. La interpretación histórico-salvífica16
189
Erich Zenger
190
Ejemplo tomado del Antiguo Testamento
3. La interpretación dogmática
191
II. El e je m p l o
1. La interpretación antropológica18
2. La interpretación histórico-sdvífica
Como parte del llamado libro del caudillo salvador (Jue 3*-9*),
la perícopa hace una crítica de la monarquía de su tiempo. A dife
rencia de los «salvadores» Ehúd (Jue 3), Barak (Jue 4) y Gedeón
(Jue 6-8) que estaban poseídos por el espíritu de Yahveh, Abimelec
se deja conducir por sus propias ambiciones, razón por la que
finalmente tiene que fracasar. Su padre Gedeón (tal es el punto de
18. F uchs, E ., Zum hermeneutischen Problem in der Theologie. Die exlstentlale Inter
pretation, Tubinga 1959, espec. 65-90; Kerygma und M ythos V I, 1 (Theologische Forschung
30) Entmythologislerung und exlstentlale Interpretation, Hamburgo 1963; F uchs, E ., Her
meneutik, Bad Cannstatt 31963; E ichholz, G ., Die Grenze der exlstentlalen Interpretation,
en id., Tradition und Interpretation. Studien zum Neuen Testament und zur Hermeneutik,
Munich 1965, 210-226; R obinson, J.M . - C obb, J.B .J r . (dir.), Die neue Hermeneutik, Zü
rich-Stuttgart 1965; H orkheimer, M ., Aufstieg und Niedergang des Individuums, en id.,
Zur K ritik der imtrumenteüen Vernunft, Francfort 1967, 124-152; Stachel, G ., Die neue
Hermeneutik. Ein Überblick, Munich 1967. F uchs , E ., Marburger Hermeneutik, Tubinga
1968. M oltuann, J., Existenzgeschichte und Weltgeschichte. A u f dem .Wege zu einer politi
schen Hermeneutik, des Evangeliums, en id., Perspektiven der Theologie, Munich 1968, 128-
146. (versión castellana: Esperanza y planificación del futuro. Salamanca 1971).
192
Ejemplo tomado del Antiguo Testamento
vista del autor del «marco») había rechazado tanto para sí como
para sus hijos (!) el poder que le había ofrecido el pueblo después
de su gran victoria. Y es que sólo Yahveh debe ser «rey» sobre Israel
(Jue 8,22s). Por eso resulta tanto más despreciable la conducta
de Abimelec. Se opone a la decisión de su padre, elimina a sus
hermanos, rivales en potencia, sirviéndose del asesinato, y recurre
incluso a los servicios del culto a Baal para alcanzar su objetivo;
además no sólo se hace «señor», sino incluso «rey». Con ayuda
de una religión extranjera y del fratricidio se coloca en el sitio de
Yahveh.
Teológicamente tiene especial importancia el hecho de que
este acontecimiento tenga lugar en Siquem. En la tradición es el
lugar en que a Israel, después de la entrada de Josué en Canaán,
se le plantea la disyuntiva: o servís a Yahveh o a los dioses de
esta tierra (Jos 24). Sobre este fondo se ve que Abimelec y el
criticado reino del norte se han decidido por los dioses de Canaán.
Dado que el origen de una verdadera monarquía norisraelita se
sitúa en Siquem (cf. la .división de los reinos de Judá e Israel en
la «asamblea» de Siquem, IR e 12), la crítica de Jue 9 parece
alcanzar a la monarquía en su misma raíz. La edición «israelizánte»
del libro del salvador, y su inclusión en la obra deuteronomista,
consideran a Abimelec como un eslabón en la larga historia de
perdición del pueblo, historia que conduce a sus dos puntos más
bajos: la caída del reino del norte (cf. 2Re 17) y la destrucción
de Jerusalén junto con el exilio. La advertencia y la maldición de
Jotán son una de las muchas acciones de Yahveh para intentar
mover a su pueblo a la conversión. Pero «ellos no escucharon y
endurecieron sus cervices como sus padres, que no creyeron en
Yahveh, su Dios» (2Re 17,13s).
Así que nuestra perícopa es un caso grave de conducta humana
negativa, como el que se describe ya en la historia yahvista de
los orígenes. Los dos elementos que aparecen en el comportamiento
de Abimelec (colocarse en el sitio de Yahveh, cf. Jue 8,22s, y
eliminar al prójimo, cf. el asesinato de los setenta) reflejan la
tentación primitiva del hombre: Adán quiere ser como Dios (Gén
3); Caín mata a su hermano (Gén 4). El resultado más extremoso
de esta tentación es el destino de Jesús, que muere a manos de sus
193
Schreiner, Introd. 13
Erich Zenger
3. La interpretación dogmática
E rich Z enger
194
VII
Los métodos exegéticos en un ejemplo
tomado del !Nuevo testamento: A p u
A) PREPARACIÓN
í. I ntroducción
195
Adolf Smitmans
II. E l texto
196
Ejemplo tomado del Nuevo Testamento
197
Adolf Smitmans
2. Aplicación
a) Observaciones formales:
m ) El lenguaje es formalista, lleno de giros hechos; así en la in
troducción de una visión: καί είδον, καί ίδοΰ, ν. 1 y 14, καί
είδον, ν. 6; para presentar algo que se ha escuchado: καί
ήκουσα φωνήν (φωνής), ν. 2 y 13; antes de una alocución en
estilo directo: λέγων, v. 7.8.9; κράζων, v. 15 y 18; para intro
ducir una explicación: οδτοι, v. 4 (3 veces).
bb) Las imágenes se ordenan en series por medio de sujetos igua-
198
Ejemplo tomado del Nuevo Testamento
199
Adolf Smitmans
200
Ejemplo tomado del Nuevo Testamento
c) Primera articulación
14, 1- 5 El Cordero y los 144000
1 Visión: el Cordero y los 144 000
2.3a Audición: el cántico nuevo que viene del cielo
3b El cántico y los 144000
4s Interpretación de los 144 000
14, 6-13 Los tres ángeles mensajeros
6s El ángel del Evangelio eterno
8 El ángel del juiciosobre Babilonia
9-11 El ángel que anuncia el juicio
12 Amonestación
13 Bienaventuranza
14,14-20 Los ángeles del juicio
201
Adolf Smitmans
I. La crítica literal
202
Ejemplo tomado del Nuevo Testamento
dichos de Jesús (fuente de los logia o dichos), y que los habían com
pletado con un material distinto y propio de cada uno, procedente
de tradiciones escritas u orales. E l enfoque de la crítica literal
se mostró también fructuoso frente a otros escritos neotestamenta-
rios. Resultó, por ej., que en algunas cartas de Pablo (2Cor; Flp)
estaban refundidas varias misivas del Apóstol.
En cambio otros intentos de discriminación de fuentes no han
podido imponerse, al menos por ahora. Es el caso de cierta inter
pretación del Evangelio de Juan basada en la hipótesis de que el
autor utilizó una colección de relatos de milagros y un texto gnós
tico de «discursos de revelación», interpretación que no responde
a la génesis real del Evangelio. En el caso de los Hechos de los
apóstoles es plausible la hipótesis de un relato de viajes como
fuente; en cambio son poco probables otras discriminaciones más
detalladas de sus fuentes. Por lo que atañe al Apocalipsis de Juan,
no han podido considerarse ciertas ni la hipótesis de que se sirvió
como fuentes de apocalipsis judíos o cristianos, ni la suposición
de que en él se encuentran resumidos diversos escritos del mismo
autor.
Én el curso ulterior de la investigación se demostró que el mé
todo de la crítica literal, entendido como estudio de las fuentes
escritas, es fecundo pero insuficiente. Ni siquiera es capaz de es
clarecer la historia previa de los escritos neotestamentarios. Y es
que éstos utilizan también en grandes proporciones un material
acuñado en la tradición oral, que es preciso explicar en cuanto a
su origen, sus características y su relación con el texto actual (cf.
el capítulo sobre la «crítica de las formas»). Pero sobre todo se
demostró que las «fuentes» escritas y orales fueron asumidas y
transformadas en un proceso gradual de elaboración viva. Por con
siguiente, para esclarecer la génesis de los escritos neotestamentarios,
se requieren métodos mucho más diferenciados que los que puede
ofrecer la crítica literal por sí sola (cf. los artículos sobre «crítica
de la tradición» y «crítica de la redacción»).
Por tanto, el método de la crítica literal ha de mantenerse
abierto a su complementación por medio de ulteriores pasos metodo
lógicos. Su tarea consiste en describir las unidades de un texto, con la
mayor exactitud posible en su lenguaje, sus medios de expresión,
203
Adolf Smitmans
2. Aplicación
204
Ejemplo tomado del Nuevo Testamento
5-7; 12-14; 17; 19; 21s) y designa siempre a Jesucristo. Fuera del
Apocalipsis la palabra sólo aparece una vez en el NT, en Jn 21,
15, pero ahí designa la comunidad que Pedro ha de apacentar.
A Cristo se le llama también «Cordero de Dios» en Jn 1,29.36; pero
el evangelista emplea la palabra griega 6 á(j(.vó<; (lo mismo en Act
8,32; IPe 1,19). En el AT griego (los Setenta), en los dos pasajes
que se suele citar para explicar el título de «Cordero» aplicado a
Cristo, se dice ápvó<; (Is 53,7), o bien 7upó|iaTov y ápv6<; (Éx 12). El
término ápvtov sólo se encuentra en Sal 113(114) 4.6; Jer 11,19;
27,45, pasajes en que la palabra no tiene ninguna aplicación cris-
tológica. En la apocalíptica judía no aparece la expresión «cordero»
(Test Jos 19,8 es una interpolación cristiana). Por tanto, cuando en
el A p se mencione al Cordero, se tratará de la predicación propia
de Juan. Esto queda confirmado por 4Esd 2,42-45, un texto cristia
no que alude a Ap 14,1 pero que ha abandonado la imagen del Cor
dero y presenta al Mesías en figura humana.
También el monte Sión (<r¿>8po<; Siwv) va acompañado de artícu
lo, a pesar de que sólo se le menciona esta vez. E l autor parece
suponer que sus lectores conocen la teología veterotestamentaria
y judía extracanónica acerca de Sión. En el AT Sión es, desde la cons
trucción del templo, el lugar en el que Yahveh habita y revela su
nombre (Éx 15,17; Sal 43,3; Sal 87 y passim). A partir del exilio
Sión-Jerusalén es la ciudad de la esperada salvación escatológica
(numerosos textos,, especialmente de Ez, Zac, Jl, Miq, Sof, y textos
recientes de Is). Según Jo d 3,5 en el monte Sión se congregan,
entre los horrores del juicio final, los que invocan el nombre del
Señor y por eso se salvan3. Con todo en el AT no se encuentra una
representación del Mesías en Sión. Pero sí se encuentra en la sexta
visión de Esdras: en ella sale del mar un varón «por el cual el Al
tísimo quiere redimir la creación». ¡Él aniquila a sus enemigos;
soplan vientos apocalípticos sobre la tierra, «Entonces aparecerá
mi hijo, el varón que has visto salir del m ar... Él mismo pondrá
su pie sobre la cumbre del monte Sión ... y convocará y reunirá un
nuevo ejército de hombres pacíficos; son las diez tribus que fueron
deportadas de su tierra en los días del rey Josías (se refiere al final
205
Adolf Smitmans
del reino del norte) ... Pero al mismo tiempo son también aquellos
que han quedado de tu pueblo, los que se encuentran en mi terri
torio santo. Entonces pues, cuando aniquile al ejército de los paga
nos reunidos, protegerá a su pueblo, a cuantos queden de él» (4Esd
13,25s.32.35.39s.48s)4. Con respecto a los 144 000, cf. 7,3s. Con todo,
el hecho de que se les introduzca sin articulo se ha tomado como
argumento de que no se trata del mismo grupo (cf. infra a propó
sito del v. 4s). En 7,4 se explica el número: son 12000 de cada una
de las 12 tribus de Israel. La especial importancia que tiene el nú
mero 12, aun fuera de la Biblia, procede de la división del año en
12 meses. El servicio en los santuarios tenia lugar en tumos men
suales. Por una anfictionía de este tipo se explica probablemente
la liga de doce tribus que constituían el pueblo de Israel. En todo
caso el número doce llega a ser un número de totalidad. El número
de los «siervos de Dios» sellados y preservados así del horror final
es de 12 X 12 veces 1000. Es decir: es, en conformidad con la vo
luntad de Dios, un número pleno y enormemente elevado. Una
significación semejante tiene el número doce en Ap 12,1; 21,12.14.
También en Ez 9,4 los que han de ser preservados en el juicio
llevan una señal sobre la frente. Según Ap 13,16s, los secuaces de la
bestia enemiga de Dios llevan una señal en la mano derecha o en la
frente (— Sal Salom 15,6.9 buenos y malos reciben una marca simi
lar). Aunque Juan dependa de Ez 9,4, su imagen tiene un conte
nido propio, que es cristiano. Los marcados con el sello llevan el
nombre del Cordero y el nombre de su Padre. Quizás haya aquí un
eco de la teología cristiana del bautismo. Y mientras 4 Esdras se re
fiere a la historia de Israel — las diez tribus son la población del
reino del norte, desaparecida de la historia, y el «pueblo que está
en mi territorio santo» es el resto del reino meridional—, Juan
dibuja la figura ideal de un pueblo de doce tribus. Para los 144000
no se encuentra ningún paralelo literario; probablemente son, pues,
el Israel completo de la Nueva Alianza. Se podría entender A p 14,1
como la «traducción» cristiana de 4Esd 13,25-50. Sin embargo es
206
Ejemplo tomado del Nuevo. Testamento
207
Adolf Smitmans
208
Ejemplo tomado del Nuevo Testamento
6. Cf. R.H. C harles, The Revelation of St. John 11 (ICC) Edimburgo 1920, 65*68.
209
Schreiner, Introd, 14
Adolf Smitmans
Sof 3.9). Tanto Ap 14,1 como 14,5 dejan entrever un paralelo con
Sof 3. Esto habla en favor de la unidad de texto y sentido. Todavía
más interesantes son las conexiones con Jer 2. Allí se describe al
pueblo elegido por Dios como una novia (2,2.32) que sigue a Yahveh
hasta el desierto (cf. A p 14,46). A l mismo tiempo es santo y por
eso está preservado de toda desgracia como primicia de la cosecha
de Dios (Jer 2,3, cf. Ap 14,4c)7. Con todos estos datos se caracte
riza a los 144 000 como el Israel de la nueva alianza, cuya fe se ha
mantenido fiel también en las tribulaciones del final.
2) En el NT tanto la imagen del matrimonio (Ef 5,25-27) co
mo la de la virgen (2Cor 11,2) pueden servir para representar las
relaciones que la comunidad de la nueva alianza mantiene con su
Señor y a la inversa, la infidelidad en la fe puede llamarse forni
cación o adulterio, cf. M t 12,39; 16,4; Sant 4,4 y tal vez también
Ap 2,2 y 8,8. Llama la atención el hecho de que las citas provengan
de escritos que están especialmente ligados al lenguaje del AT (Me
y Le, en los textos paralelos a Mt, han omitido μοιχαλίς). Sobre
todo μολύνω (Ap 14,4a) significa en las otras dos citas neotestamen*
tarias el contacto con lo pagano, cf. ICor 8,7 y Ap 3,4: la fideli
dad de los pocos cristianos de Sardes no debe reducirse a la pureza en
el terreno sexual. También fuera del NT la Iglesia primitiva con
serva esta imagen: en el Pastor de Hermas, Sim 10, se presentan
todas las virtudes, y no sólo la continencia, como una «virgen».
3) La interpretación figurada de Ap 14,4 viene requerida final
mente por dos razones tomadas del contexto del libro. Juan con
templa a Babilonia como la gran ramera con la que han fornicado
los reyes de la tierra (cap. 17 y 18,3). En cambio, la Iglesia perfecta
es la novia que espera la llegada de su prometido (21,2s; 22,17).
Las dos imágenes representan de manera expresiva las dos posi
bilidades que se dan en las relaciones con Dios. Además había que
haber dicho ya que A p 14,1-5 es una contrafigura del cap. 13. Y de
la misma manera que allí están marcados con la señal de la bestia
todos los que le pertenecen (13,16), así también los que están mar
cados con la señal del Cordero y de su Padre (14,1) tienen que ser
7. Cf. M.-E. Boismard, Notes sur VApocalypse: RB 59 (1952) 161-181; sobre Ap 14:
161-172.
210
Ejemplo tomado del Nuevo Testamento
211
Adolf Smitmans
212
Ejemplo tomado del Nuevo Testamento
bb) V. 8
La entrada del v. 8, junto con los v. 6 y 9, muestra que la pe-
rícopa 14,6-11 fue compuesta como una unidad. Desde el punto
de vista de su contenido, la exclamación sorprende a todas luces;
de Babilonia no se había hablado hasta el momento, ni hasta el
cap. 18 se describe con detalle su ruina (cf. también 16,19; 17,5).
No se trata de Babilonia, la ciudad edificada a las orillas del Eufra
tes, sino de Roma («sobre las siete colmas» 17,9, cf. también 17,6).
Ya hay textos judíos que hablan de este modo (OrSib 5,143.159;
Barsir 11,1 y passim, textos rabínicos9) para velar su polémica an-
tirromana. OrSib 5,155-179 presentan una predicción del fin de la
ciudad, que es comparable a la de A p 18. También fuera del Áp
hubo cristianos que adoptaron esa manera de hablar (cf. IPe 5,13).
Para ello se recurre a las diatribas de los profetas veterotesta-
mentarios contra Babilonia. Para Ap 14,18 cf., además de Is 21,9
(«Cayó, cayó Babilonia...») y Dan 4,27 («la gran Babilonia»), so
bre todo Jo* 51,7s: «Babilonia era una copa de oro en la mano del
Señor, que embriagaba a toda la tierra: de su vino bebían las na
ciones, y se perturbaban. De repente cayó Babilonia...». Difícil
es la expresión ó οίνος τοΰ θυμοΰ της πορνείας. O bien se entre
cruzan dos imágenes: de la misma manera que la prostitución
embriaga (ó οίνος της πορνείας 17,2), también el furor de Dios
está representado en la imagen del vino (ó οίνος του θυμοΰ τοΰ θεοΰ
14,10 y passim). En tal caso el uso de esta imagen uniría estrecha
mente la pequeña escena con el resto del libro. O bien θυμός tiene
aquí el sentido (como en 18,2) de «éxtasis», «pasión». Entonces
habría que tener en cuenta este modismo peculiar en la marcha
de la interpretación (cf. también la versión más larga en 18,2s).
cc) V. 9-11
La escena anuncia el juicio que tendrá lugar contra los que ado
ran a la bestia y llevan el signo de su propiedad (v. 9,11 b). De esta
manera queda íntimamente vinculada al cap. 13. Según 13,15-17 los
seguidores de la bestia llevan su señal en la mano derecha o en la
frente. Sólo los que están marcados de ese modo pueden tomar parte
en el mundo de los negocios. Se ha sospechado que es ésta una per
9. Billerbeck, h i, 816.
213
Adolf Smitmans
214
Ejemplo tomado del Nuevo Testamento
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Adolf Snutmans
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Ejemplo tomado del Nuevo Testamento
217
Adolf Smitmans
c) El juicio
La visión se puede además articular fácilmente según las cuatro
figuras que aparecen en ella. Al mismo tiempo los v. 14-16 y 17-20
presentan dos imágenes. Pero el conjunto de la pieza constituye
ciertamente una unidad en la que se desarrolla más ampliamente
la doble imagen de J1 4,13: «Meted la hoz porque la mies está
madura; venid, pisad, que el lagar está lleno, y las cavas rebosan,
tan grande es su maldad.» Estas palabras se encuentran en Joel
dentro de un contexto en el que se anuncia el juicio de las naciones
que tendrá lugar en el valle de Josafat. Así pues, sabemos con
certeza cuál es el modelo de nuestra períropa; pero tal como la
tenemos hoy plantea algunas cuestiones difíciles: ¿cómo hay que
interpretar la figura del que está en el trono, «uno como hijo de
hombre», al lado de los ángeles? ¿Se refiere la primera parte de la
visión, como en la profecía de Joel, a un juicio condenatorio, o
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Ejemplo tomado del Nuevo Testamento
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Adolf Smitmans
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Ejemplo tomado del Nuevo Testamento
221
Adolf Smitmans
ce) V. 17s
Sale del templo el segundo portador de una hoz; pero ahora
se dice explícitamente: del templo del cielo. Viene, por tanto, de la
morada de Dios (cf. 15,5-8). Por el montaje escénico su situación
es paralela a la del Hijo de hombre. Pero se describe su aparición
sin ningún detalle; de ahí que difícilmente pueda tener la misma
categoría.
Desde el altar le sale al encuentro otro ángel, que corresponde
al ángel del y. 15, y que tiene potestad sobre el fuego; el altar es,
pues, la morada del ángel del fuego. En 16,5 se menciona a un
ángel de las aguas, en 7,1 a un ángel del viento. La concepción
es judía; aparte de Jub 2,2; Henet 60 y otros, se encuentra docu
mentada en numerosos textos rabínicos17.
Una comparación de los mandatos de 156 y 186 muestra que,
a pesar de todo el paralelismo, el acento es distinto en una y otra:
156.· «Mete tu hoz y siega porque ha llegado la hora de segar,
porque la mies de la tierra está madura.»
186; «Mete tu hoz afilada y vendimia los racimos de la viña de
la tierra, porque están en sazón sus uvas.»
Mientras la orden primera pone de relieve que ha llegado el
tiempo de la siega (dos veces δτι), la segunda concede mayor im
portancia a la recolección en sí misma; sólo el v. 186 insiste en
que la guadaña está afilada. El v. 156 corresponde a J1 4,13o.
En cambio el v. 186 es de nueva formación; en Joel no se habla de
la recolección de la uva; se da por supuesta.
66) V. 19s
A la diferencia que hay entre las instrucciones que se dan en
el v. 156 y el v. 186 corresponde el diferente relato de la ejecución.
Ciertamente que el cambio de βάλλειν επί (v. 16) por βάλλειν εις
(v. 19) no permite dar una interpretación segura. Pero mientras
al final del v. 16 sólo se menciona la cosecha de pasada, en los
v. 19s se la describe por extenso.
Cabe comparar con el v. 20, además de J1 4,136, la imagen de
la pisa del lagar tal como aparece en Is 63,1-6. Se pisa el lagar
222
Ejemplo tomado del Nuevo Testamento
223
Adolf Smitmans
224
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Schreiner, Introd. 15
2. Aplicación
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Ejemplo tomado del Nuevo Testamento
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23. Cf. E. K äsemann, Die Anfänge christlicher Theologie, en Exegetische Versuche und
BesinnungenI I , Gotinga 1964, 82-104.
24. Cf. Vielhauer , op. cit., 422-425.
230
Ejemplo tomado del Nuevo Testamento
a pesar de que los tres textos están bien acabados desde el punto
de vista formal, la amenaza de los v. 9-11 es incomprensible sin
el cap. 13. Al menos hubiera sido necesario que el destinatario
conociera un enunciado y un lenguaje equivalentes a los de 13,15-17.
Esto nos hace cara- en la cuenta de lo estrechamente unidos que
están los tres dichos con otros pasajes de Ap. Los v. 9-11 resuenan
en 19,3. Las palabras decisivas del v. 7 (φοβηθήσθαι; δοξάζειν;
προσκυνεΐν) reaparecen en el «cántico de Moisés y del Cordero»
que entonan los vencedores como para cumplir el imperativo del
v. 7 (15,4). Ya nos hemos referido al paralelismo del v. 8 con 18,2s.
Pero no queda totalmente descartada una posible independencia
original de los tres vocablos. Podrían ser ellos los que hubieran sus
citado textos similares. Esta cuestión de la prioridad deberá ser
examinada con más detalle en la crítica de la tradición.
El argumento más fuerte para afirmar que las exclamaciones
de los ángeles tuvieron una historia propia sigue siendo su peso
específico dentro del marco de los v. 6-11. Es inverosímil que Juan
hubiera acuñado él mismo unos vocablos formalmente tan distintos
para montar una serie de visiones. El encuadre visionario que rodea
los vocablos da impresión de artificialidad. La conexión entre visión
y palabra en los v. 6s estaría expresada con mayor claridad si el
vocablo no hubiera tenido ya su forma propia. Por último, el giro
«y delante del Cordero» en el v. 10 muy probablemente no es ori
ginal (cf. infra m). Esto obliga a admitir que el vocablo tuvo una
historia previa al contexto en que se encuentra.
231
Adolf Smitmans
232
Ejemplo tomado del Nuevo Testamento
233
Adolf Smitmans
2. Aplicación25
a) 14,1-3. En la descripción que hace de las cosas «celestiales»
Juan está ligado también aquí (voz del cielo, cuatro seres), al igual
que en otras partes, a la tradición veterotestamentaria; y más
concretamente a las concepciones profético-sacerdotales que arran
can del exilio (Ezequiel). De los mismos círculos procede la teología
de Sión. Esta misma línea de Juan la sigue la apocalíptica judía.
25. Sólo cuando sea inevitable repetiremos aquí los testimonios aportados en p. 202s.
234
Ejemplo tomado del Nuevo Testamento
235
Adolf Smitmans
c) 4,6-11
aa) V. 6s. La idea de que el Evangelio tiene que ser procla
mado a todos los pueblos antes de que llegue el final, está tomada
de la tradidón cristiana (Me 13,10; M t 24,14).
El mundo conceptual del v. 7 parece ser de corte judeo-vetero
testamentario. Ya se hizo notar (en el apartado li) que en el «cán
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Ejemplo tomado del Nuevo Testamento
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Adolf Smitmans
238
Ejemplo tomado del Nuevo Testamento
239
Adolf Smitmans
tre d Hijo del hombre y los ángeles (Me 8,38; 13,27; M t 25,31).
Así el contenido de la escena se aproxima al de A p 14,1-5.
240
Ejemplo tomado del Nuevo Testamento
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Schreiner, Introd. 16
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2. Aplicación
242
Ejemplo tomado del Nuevo Testamento
243
Adolf Smitmans
244
Ejemplo tomado del Nuevo Testamento
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246
Ejemplo tomado del Nuevo Testamento
C) IN T E R P R E T A C IÓ N T E O L Ó G IC O -C R IT IC A
247
Adolf Smitmans
II. A plicación
248
Ejemplo tomado del Nuevo Testamento
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Adolf Smitmans
3. El juicio
250
Ejemplo tomado del Nuevo Testamento
4. La ¡asteria
251
Adolf Smitmans
A dolf Smitmans
252
VIII
1. Véanse las indicaciones que se dan en la obra de K. K och, Was ist Formgeschickte?t
Neukirchen 21967, 16ss.
2. Cf. W. K latt, 'Hermann Gunkel (FRLANT 100), Gottinga 1969.
253
Josef Schreiner
3. Así, según parece, C.A. Keller, Die Gefährdung der Ahnfrau, ZAW 66 (1954) 181-
191, 191. Menciona algunos motivos: motivos generales de experiencia, históricos, religio-
so-cúlticos, motivos procedentes del campo dei derecho y motivos humorísticos.
4. Cf. W. Richter, Traditionsgeschichtliche Untersuchungen zum Richterbuch (BBB 18),
Bonn 21966, 344-399.
5. K.H. Bernhardt, Die gattungsgeschichtliche Forschung am Alten Testament als
exegetische Methode, Berlin s.a., 30.
254
Formas y géneros literarios en el AT
255
Josef Schreiner
256
Formas y géneros literarios en el AT
A) LA TRADICIÓN HISTÓRICA
I. N arración
12. E, G üttoemanns, op. cit., 255; víase allí el § 15, en el que se formulan las
tareas para el futuro.
13. K. K o c h , op. cit., 31-33 expone en paralelo los intentos m is importantes que se han
realizado en orden a lograr una visión de conjunto de los géneros vétero y neotestamentarios;
discute sus procedimientos y comenta las ventajas y desventajas que tienen las exposiciones
de orientación histórica y las de orientación sistemática. El esquema que elegimos aquí se
apoya en S e llin - F o h r e r , Eínieltung in das Alte Testamenta Heidelberg 101965 (con bibl.).
14. Cf. K a y ser , op. cit., 366.
257
Schreiner, Introd. 17
Josef Schreiner
258
Formas y géneros literarios en el AT
2. La saga
259
Josef Schreiner
260
Formas y géneros literarios en el AT
3. La anécdota
4. La leyenda
261
Josef Schreiner
5. La «novelle» *
262
Formas y géneros literarios en el AT
II. La relación
263
Josef Schreiner
III. La c o m u n ic a c ió n , el tratado
264
Formas y géneros literarios en el AT
1. El discurso
2. Las homilías
265
Josef Schreiner
3. Tratado
37. D as fü nfte Buch M ose. D euteronom ium (ATD 8), Gotinga 1964: 6,4-9.10-15.16-19.
20-25; 7,1-11.12-16.17-26; 8,1-6.7-20; 9,1-6.
38. Das H auptgebot (Analecta Bíblica 20), Roma 1966.
39. D ie sogenannten vorprophetischen Berufungsberlchte (FRLANT 101), Gotinga 1970,
116.
39a. Así C. Westermann, Arten der Erzählung in der G enesis, en Forschung a m A T ,
Munich 1964, 9-91, pone de relieve los relatos de promesa (18-34) que en parte (por lo menos
Gén 15,1-6) están estructurados a imitación del oráculo de salvación (cf. infra): introducción
(15,1); promesa de salvación (Ib), réplica en forma de queja (3.4); respuesta de Dios,
anuncio de la salvación (4); señales (5); conclusión (6).
266
Formas y géneros literarios en el AT
B) TRADICIONES JURÍDICAS
I. P roposiciones afirmativas
267
II. Fórm ulas y g ir o s e s t e r e o t ip a d o s
268
Formas y géneros literarios en el AT
42. Cf. G erstenberger, op. cit., 110-130; W. R ichter, Recht und Ethos. Versuch
einer Ortung des welsheitlichen Mahnspruchs (StANT 13), Munich 1966, esp. 118-146.
43. Cf. C h r . F eucht, Untersuchungen zum Heiligkeitsgesetz, Berlin 1964, 94-126.
Josef Schreiner
este tipo, que reúne (en parte) tres series originalmente diversas.
Lo mismo cabe decir del llamado decálogo cultual (Éx 34,14-26), que
contiene cuatro mandamientos y seis prohibiciones. A su imita
ción se formaron otras series. También se remontan a estas series
la enumeración de acciones mandadas o prohibidas, que aparece en
Ez 18 y las de las liturgias de entrada (Sal 15; 24,3-6).
Claro está que no siempre es fácil reconocer las series; porque
había la tendencia de ampliar, fundar y comentar las formulaciones
jurídicas, y enriquecerlas con argumentos e ideas teológicos. Es muy
probable que el comentario y la profundización teológicas hayan
tenido lugar dentro de la exposición que probablemente se haría
de las mismas en las celebraciones cúlticas. Así se aproximan a la
predicación y al tratado teológico no sólo los trozos que las enmar
can sino también las series; cf. igualmente los «mandamientos»
1-4 del Decálogo. Esto favoreció el que se las unificara en los ya
mencionados cuerpos legislativos44.
V. D isposiciones cultuales
1. El lenguaje
270
Formas y géneros literarios en el AT
2. Los rituales
45. R. Rendtorff, Die Gesetze in der Priesterschrift (FRLANT 62) Cotinga *1962, 74s.
Cf. ahf las citas de Jos pasajes.
46. Ibid., 5s.
271
4. L a « ta ra» sa c e rd o ta l 47
5. Prescripción ceremonial
47. Cf. el trabajo fundamental de I . Begrich, Die priesterliehe Tora, en Ges, Studien
zum A T, Munich 1964, 232-260.
48. Cf. D.J. McC arthy, Der Gottesbund im A T (SBS 13), Stuttgart 1966 (con bibl.).
272
Formas y géneros literarios en el AT
Y C) TRADICIONES PROFÉTICAS
273
Schreiner, Introd. 18
I. So b r e el e s t il o , la form a y la f o r m u l a c ió n
274
II. L a s e n t e n c ia p r o f è t ic a
1. La palabra de desgracia
275
Josef Schrein»
2. La palabra de salvación
276
III. R elatos p r o f é t ic o s
1. E l relato vocacional
277
Josef Schreiner
278
Formas y géneros literarios en el AT
279
Josef Schreiner
280
Formas y géneros literarios en el AT
281
Josef Schreiner
282
Formas y géneros literarios en el AT
283
D) TRADICIONES SAPIENCIALES
68. Sellin - F ohrer , E inleitung 332; cf. O. F ohrer , 009(01 xrX. B . A lte s T estam ent,
ThW TU 47649$ (coa bibl ).
284
I. G iros estereotipados o fórmulas para el dominio de la vida
285
Josef Schreiner
286
Formas y géneros literarios en el AT
II. L a sentencia
287
Josef Schreiner
III. E l enigma
que debió surgir «del arte popular de la palabra», pronto fue «asu
mido también por la literatura sapiencial»73. Al comienzo sirvió
seguramente no tanto para la pura diversión, como podría dedu
cirse de Jue 14,14-18, sino para probar si el interlocutor había de
ser tenido igualmente por iniciado en los misterios de la vida (cf.
IR e 10,1) o de una comunidad determinada. Ciertas realidades, pre
sentadas en enigmas, muestran, al ser reconocidas, la intuición y la
capacidad del interrogado.
289
Schreiner, Introd. 19
Josef Schreiner
VI. L a comparación
290
• Formas y géneros literarios en el AT
75. Cf. para cada uno de toa textos O. F ohrer , Das Buch Hiob (KAT xvt), GUterslob
1963, que cuenta entre ellos 24,5-8.14-16a¡ 28; 30,2-8; 36,27-37,13; 40,15-24; 40,25-41,26;
38,4-39,30.
291
I. Cánticos de la vida cotidiana
292
Formas y géneros literarios en el AT
293
Josef Schreiner
81. Para la investigación de los géneros de los salmos siguen teniendo importancia
fundamental: H. G unkel - J. Begrich, Einleitung in die Psalmen, Gotinga 1933; cf. tarn·
bién C. Westermann, Das Loben Gottes in den Psalmen, Berlin 1953; id., Struktur und
Geschichte der Klage im A T , en Forschung am A T 264-305.
82. Véanse los ejemplos, también de cantos de lamentación y de acción de gracias, en
E. Schüssler - F iorenza, op. cit., 388ss; K. Koch, op, cit., 195-208.
294
Formas y géneros literarios en el AT
«salmos creaciondes» (8; 19A; 104), que destacan como tema espe
cial el motivo hímnico del poder creador de Dios; los cánticos so
bre Sión (46; 48; 76; 84; 87; 122) que exponen, en cada caso de ma
nera propia, la alabanza de Yahveh, utilizando para ello la descrip
ción y glorificación de la sede de su reinado terreno. También en otros
géneros los motivos y enunciados híñameos van unidos con la ac
ción de gracias y la súplica.
El género de la descripción teofánicu83 (cf. Jue 5,4s; Sal 29; Hab
3), en cuanto confiesa el poder irresistible y victorioso del Dios de
Israel, está marcado por las características propias del himno. Es po
sible que tenga su «situación vital» en el cántico de victoria cúltica;
después asimiló algunos motivos e influencias del entorno de Israel.
b) Las lamentaciones presentaban ante Yahveh las necesidades
del pueblo o las del individuo; seguramente que muchas fueron con
sideradas y utilizadas como formularios, de la misma manera que de
bió ocurrir con los cantos de acción de gracias. Se distinguen las
lamentaciones del pueblo y las del individuo, reconocibles siempre
por su contenido y su propósito. Cuando el individuo despliega ante
Dios su situación atribulada, aparecen claramente dos sufrimientos; la
enfermedad y la acusación ante un tribunal. Se puede, pues, distinguir
dos grupos de lamentaciones individuales: los «salmos de enferme
dad» y las «súplicas del acusado». En la estructura básica de la la
mentación destacan tres partes principales, la introducción, como
llamada a Yahveh, por lo general en imperativo, con la que se pide a
Dios que escuche y ayude; puede ampliarse mediante una breve enu
meración de motivos o razonamientos; la parte principal, con la des
cripción de las penas (enfermedad, acusación, u otras semejantes)
—■típica de las lamentaciones —, con peticiones, aportación de moti
vos que deben mover a Yahveh a intervenir (su voluntad salvífica, su
vieja actitud generosa, su honra atacada por los enemigos, etc.) pro
testas de inocencia, manifestaciones de confianza, y a veces también
confesión de los pecados. El final, como petición renovada o expre
sión de la certeza de ser escuchados o de haberlo sido ya M. El cambio834
83. Cf. J. J eremias, Theophanie. Die Geschichte einer atl. Gattung (WMANT 10),
Neukirchen 1965.
84. Cf. los ejemplos en K. Koch, op. cit., 209-222; J. Schreiner, Hirte Israels stell
uns wieder her! Auslegung von Ps 80: BiLe 10 (1969) 95-111,
295
Josef Schreiner
296
Formas y géneros literarios en el AT
III. O raciones
87. Véase para todo el salterio la relación de Selun - F ohrer , Einleitung 308-318.
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Josef Schreiner
298
IX
t o m a s y géneros literarios en el
N u e v a testamento
299
1. La tradición verbal
300
Formas y géneros literarios en el NT
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Heinrich Zimmermann
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2. La tradición histórica
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■**·
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Formas y géneros literarios en el NT
315
Heinrich Zimmermann
rración (v. 10,17-22) con la que van intimamente unidos los «logia»
siguientes (10,23-31). «Pero la historia original es un paradigma» n,
y más concretamente una historia vocacional. Por cierto que una
historia singular de vocación, en que la iniciativa no arranca de
Jesús sino del que pregunta por la vida eterna (cf. sin embargo
Le 9,57.61). Probablemente está relacionada con esto la actitud ini
cialmente esquiva que adopta Jesús y que se manifiesta en la
pregunta: «¿Por qué me llamas bueno?» (v. 18), y en la referencia
a los mandamientos (v. 19). Sólo después de la confesión del que
pregunta, «todo esto lo he guardado desde mi juventud» (v. 2Ó) se
produce el cambio repentino: Jesús le elige112 y le llama a su
seguimiento (v. 21). Pero el elegido da media vuelta y se marcha,
pues le tienen atado sus riquezas (v, 22). A pesar de estos rasgos
singulares e individualizantes, no es posible desconocer el carácter
paradigmático de la narración: no se dan detalles sobre la persona
del que pregunta. Ni se dice qué fue lo que le movió a plantear a
Jesús la pregunta sobre la vida eterna, ni tampoco el curso que
siguió su vida después de su encuentro con Jesús. Al igual que las
otras historias vocacionales, también ésta quiere mostrar la manera
con que Jesús llam a1314y que se puede rechazar la llamada de Je
sús; con lo que el relato cobra carácter de advertencia. La última
frase de la narración, «pues tenía muchos bienes», que da la razón
de este rechazo (v. 22b), sirvió de ocasión para empalmar los logia
que siguen, en forma de plática a los discípulos. Esta parte de la
composición 10,1-45, formada por la perícopa 10,17-31, cobra uni
dad «gracias a la pregunta sobre la vida eterna (v. 17) y su promesa
(v. 30); y, desde el punto de vista del contenido, gracias al tema
de la riqueza y de la pobreza en relación con lá entrada en el
reino de Dios» M.
316
II. L as cartas
317
Heinrich Zimmermann
1. Las fórmulas
318
Formas y géneros literarios en el NT
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Heinrich Zimmermann
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Scbreiner, Introd. 21
Heinrich Zimmermann
322
2. L a s fo rm a s
A) F O N D O D E T R A D IC IÓ N L IT Ú R G IC A
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327
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I. L a «situación vital»
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Formas y géneros literarios en el NT
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2. E l cam bia d e la «situación vital»
330
Formas y géneros literarios en el NT
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Heinrich Zimmermann
26. H. Schürmann» Der Paschamahlbericht L k 22, (7-14) ¡5-18. /. Teil einer quellen-
kritischen Untersuchung des tukanischen Abendmahlberichtes L k 22,7-38 (NTA 19,5),
MUnster 1953, 42.
332
2. E jem plos d e tradición literaria epistolar
333
Heinrich Zimmermann
H einrich Z immermann
334
X
Supuestos metodológicos para el uso adecuado de los
escritos de Qumrán por el especialista del "Nuevo Testamento
335
Karlheinz Müller
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Los escritos de Qumrán
337
Schreiner, Introd. 22
Karlheinz Müller
338
Los escritos de Qumrán
339
Karlheinz Müll«:
A l rela to d e la s tr ib u la c io n e s in d iv id u a le s q u e p resen ta e l p o e m a d el
M a e str o 1 QH 4,S-29a, y q u e a n te s c itá b a m o s (1· 8 6 -1 2 « ), s ig u e e n la s
lin e a s 2 3 6 -2 9 e l co r r e sp o n d ie n te m o t iv o d e l m ed ia d o r d e r e v e la c ió n . S o b re
to d o la s lin e a s 2 3 6 -2 4 « . 27 a p u e d e n e x p r e sa r l o d ic h o de m a n era g ráfica:
236 P e r o t ú te m e h a s a p a r e c id o a p le n a lu z c o n tu p od er,
y n o cu b res d e v e r g ile n z a e l r o str o d e to d o s [los]
q u e se d eja n b u sca r p o r m i,
24a q u e se re ú n e n co m u n ita r ia m e n te a lr e d e d o r d e tu a lian za,
d e m a n era q u e m e e sc u c h a n [to d o s] lo s q u e a n d an seg ú n e l c a m in o
d e tu co ra zó n .
27a Y p or m e d io d e m í h a s ilu m in a d o e l rostro d e m u ch o s y lo s h as
h e c h o ta n n u m e r o so s q u e n o s e le s p u e d e contar.
8. Ibid., 23.
340
Los escritos de Qumrán
341
Karlheinz Müller
342
Los escritos de Qumrán
343
Karlheinz Müller
296 ¿Q u é e s la ca r n e a su la d o ?
¿ Y q u é fig u ra d e b a rro (e s ca p a z d é) h a c e r ta le s m ara v illa s?
N o es m á s q u e p e c a d o
30« d esd e e l se n o m a te r n o , y h asta la a n c ia n id a d (está su m id a e n ) sa crileg a
cu lp a b ü id a d
306 Y yo conocí
q u e el h o m b r e n o p o s e e n in g u n a ju sticia ,
y q u e e l h o m b r e n o tie n e n in g ú n c a m in o p erfecto .
31 E s m á s b ie n a D io s , e l a ltísim o , a l q u e p e r te n e c e n to d o s lo s h e c h o s
justos.
P o r el c o n tr a r io , e l c a m in o d e l h o m b r e n o tie n e n in g u n a c o n siste n c ia ,
a n o se r p o r e l e sp ír itu q u e D io s l e in fu n d ió ,
32 p a ra h a c e r p e r fe c to e l c a m in o d e lo s h ijo s d e lo s h o m b res,
c o n e l fin d e q u e c o n o z c a n to d o s lo s h e c h o s q u e é l rea liza c o n su
fu erza p o d e r o s a
y la a b u n d a n c ia de su m iseric o rd ia para con to d o s lo s h o m b r e s
33« e n lo s q u e tie n e s u co m p la cen cia .
E n lo s r e n g lo n e s 2 9 6 -3 0 « h a y u n a d ó x o lo g í a d e h u m ü la c ió n c o n la s
o ra cio n es in terro g a tiv a s q u e s o n ca r a c te r ístic a s d e e ste e le m e n to fo r m a l.
E n lo s ren glo n es 3 0 6 -3 3 « sig u e u n a c o n fe s ió n so te r io ló g ic a , in tro d u cid a p o r
la típ ic a fó rm u la « y y o c o n o c í q u e».
344
Los escritos de Qumrán
345
Karlheinz Müller
M o fa (12,8) y e sc a r n io p a ra lo s [ ... (1 9 ,1 ) lo s
h éro es, p u es e l S a n to , e l S eñ o r y h é ]r o e s, p u e s s a n to e s n u estro S o b e
e l R e y d e la g lo r ia e stá c o n n o s r a n o y e l R e y d e la g lo r ia e stá c o n
otros. E l p u e b lo d e lo s sa n to s h é- n o so tr o s.
[roes y ] e l ejé r c ito d e lo s án geles
e stá a n u estro se r v ic io . (9 ) E l h é
ro e d e l a gu e[rra] e stá e n n u estra
co m u n id a d y e l ejé r c ito d e su s e sp í .. . Y e l e jé r f c ito ... (2 ) ...
ritus c o n n u estro s p a so s. [N u estro js
jinetes [so n com o] n ubes y bru y b ru
m a m atu tin a p a ra cu b rir la tierra m a s m a t u t in a s , p ara [cu]brir la tie
(10) y co m o llu v ia tem p ra n a p ara rra y com o llu v ia tem p ran a p ara
em b eb er co n ju stic ia to d o s su s c o n e m b e b e r c o n ju stic ia to [ d o s ...
fines. (L eván tate, h é r o e ! |L lé v a te fu e ( 3 ) ...
ra a tu s p risio n ero s, v a r ó n d e la
gloria! ¡Y roba (1 1 ) tu b o tín , tú que iY r o b a tu b o tín , t ú q u e
tien es poder! |P o n tu s m a n o s sob re tie n e s p o d e r ! P o n tu s m a n o s so b r e
la cerv iz de tu s e n e m ig o s, tu s pies la c e r v iz d e tu s en em ig o s, tu s p ie [s]
sob re una m o n ta ñ a de cad áveres! s [ ...( 4 )
lA p lasta a lo s p u e b lo s , tu s o p reso ...t u ] s [ ...]
r e s... |Y que tu e sp a d a (1 2 ) d evore |Y q u e tu esp a d a d e v o r e
la carn e cu lp ab le! (L len a tu tierra de carn e! ¡L len a tu tierra d e
gloria y tu h eren cia d e b en d icio n es! g lo r ia y tu h e r e n c ia d e b en d icio n es!
Q u e h a y a gan ad o a m o n to n e s e n tus [ ...] m o n to [n e s ...
cam p os, plata y o r o y p ied ra s (13) ( 5 ) ...
p reciosa s en tus p a l[a ]c io s. (A légra .. . ] tu s p a la cio s. (A lé g r a
te grandem ente, o h S ió n , m an ifiesta te g ra n d em en te, oh S ió n ,
tu jú b ilo , Jerusalén, y e x u lta d tod as . y ex u lta d to d a s
la s ciu d ad es d e Ju d á! M a n té n (14) la s c iu d a d e s d e Ju [d á! .... (6)
con sta n tem en te a b ierta s tu s p ue[r]tas
para q u e te tra ig a n la riq u eza de .. . ] la riq u eza d e
lo s p u eb los. S u s rey es te servirán, lo s p u e b lo s . S u s rey es te serviráfn ],
te ren d irán h o m en a je to d o s tu s op re te r e n d irá n h o m en a je [ ...
sores. Y e l p o lv o (1 5 ) [d e tu s pies ] d e tu s [ ... (7)
17. C.-H. H unzinger, Fragmente einer alteren Fassung des Buches Milchama, ZAW 69
(1957), 131-151.
346
Los escritos de Qumrán
347
Karlheinz Müller
h o m en a je d e a d o r a c ió n a D io s e n e l « lu g a r d e l fren te» u n d ía d e sp u é s d e
la v ic to r ia 0 · 9).
18. J. Carmignac, La règle de la «Querre des fils de lumière contre les fils de ténèbres»,
París 1958» 200» considera las columnas 10-14 y 15-19 como una auténtica unidad lite
raria. Intenta hacer justicia a su innegable paralelismo pronunciándose en favor de una
descripción jerárquica (1 QM 10-14) y otra cronológica (1 QM 15-19) de la misma lucha.
J.P.M. van der Ploeq, Zur literarischen Komposition der Kriegsrolle, en H. Bardtke»
348
Los escritos de Qumrán
349
Karlheinz Müller
ta d a e n 1,6, a p a rece ta m b ié n e n 1 8 ,2 , s ó l o q u e e n o tr o o rd en ; e n 1 ,1 1 6 -
1 2a y e n 15,1 s e d efin e e l m o m e n to d e l a lu c h a c o m o « tie m p o d e l a tri
b u la ció n » .
350
Los escritos de Qumrán
19. Cf. Y. Yadin, The Scroll of the War of the Sons o f Light agatnst the Sons of
Darkness, Oxford 1962 passim.
351
Karlheinz MiiUer
H a y ad em ás o tr a s d o s o b se r v a c io n e s, q u e e n la z a n 7 ,9 -9 ,9 c o n 1 QM
1 5 -1 9 : s ó lo e n 7 ,1 4 ; 8 ,9 .1 1 .1 5 y 16,8; 1 7,13 a p a r e c e n lev ita s e n c a r g a d o s d e
to c a r e l cu ern o . Y s ó l o e n 3,1; 7 ,9 .1 6 s; 8 ,4 ; 9 ,1 4 y 16,4 s e h a b la d e la s
« p u erta s d e l a g u erra » , e s d ecir, lo s e s p a c io s q u e sep a ra n la s d iv e r sa s u n i
d a d e s d el fr e n te y p o r lo s q u e en tran e n la lu c h a y se retira n d e e lla la s
tro p a s au x iliares.
352
L o s e sc r ito s d e Q u m rán
Lucha en col. 15-19
Victoria
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Sección 1 Derrota
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353
Karlheinz Müller
354
Los escritos de Qumrán
q u e h a n p a sa d o p o r e l h o r iz o n te d e I s r a e l a l o la r g o d e u n a se r ie d e e x p e
rien cia s c u y a m e m o r ia s e c o n s e r v ó e n l a tra d ició n v e te r o te sta m e n ta r ia p o s
terior. D e m o d o sim ila r, e n l ,l s .4 - 7 s e a p lic a n la s cifras d e la s fu e r z a s h o s
tile s tra d ic io n a le s a lo s p u e b lo s e n g e n e r a l, to m á n d o lo s c o m o e l a d v ersa rio
d e Isr a e l a l q u e h a y q u e a n iq u ila r p o r c o m p le to .
4 Q M 1 4 ,6: 1 Q M 14,8s:
(6b) P e r o n o so tr o s (8b) P e r o n o so tr o s s o m o s e l re[sto
som os tu d e tu p u eb lo . A la b a d o se a ] tu N o m
p u e b lo . A la b a d o sea tu n o m b r e , o h b re, o h D io s lle n o d e g ra cia , tú q u e
D io s lle n o d e gracia. le s gu ard aste la a lia n z a a n u estro s
p ad res:
con (9) tod as n u e str a s g e n e r a c io
Tú has m a n ife sta d o m a ra [v illo ]sa - n e s h a s m a n ifesta d o m a r a v illo sa m e n -
355
Karlheinz Müller
E l c o n c e p to d e « p u e b lo d e D io s » , q u e a p a rece e n e l te x to m á s a n tig u o
d e 4 Q M a 14,6, q u e d a d e sp u és c u a lific a d o y restrin gid o e n 1 Q M 1 4,8s p o r
la id e a te o ló g ic a d e l « r e sto » sa n to . E s d e to d a ev id en cia q u e s ó l o e n u n
seg u n d o m o m e n to h a en tra d o la te n d e n c ia d e q u e n o se a to d o Is r a e l, sin o
e x c lu siv a m e n te e l « r e sto » , e s d ecir l a c o m u n id a d d e Q u m rán , e l q u e p a rti
cip e e n l a v ic to r ia e s c a to ló g ic a so b r e lo s p u e b lo s gen tiles. E l h im n o d e 13,
7 -16 , q u e a b o rd a e n e l r e n g ló n 8 e l te m a d e l resto , n o n o s h a s id o tra n sm i
tid o e n s u c o n te x t o o rig in a l. E s to ta lm e n te in d ep en d ien te d e la situ a c ió n
b é lic a a l a q u e to d a v ía s e h a c e r e fe r e n c ia e n 13,1. E n 1 Q M ocupa un
p u esto sin g u la r s u d e sc r ip c ió n d e u n a lu c h a c o n co n ten id o é tic o d e tip o
d u a lista y q u e tie n e lu g a r b a jo e l sig n o d e u n a d o b le p red estin ación . S in e m
b a rg o c o in c id e d e m a n era so rp ren d en te c o n la ex p o sició n sin té tic a d e la
p o sterio r te o lo g ía c o m u n ita r ia d e lo s e s e n io s : 1 Q S 3,13-4,26.
356
Los escritos de Qumrán
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Karlheinz Müller
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Los escritos de Qumrán
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Karlheinz Müller
m a e str o de la L e y (1 9 ) q u e v en d rá
a D a m a sco , ta l c o m o e stá e sc r ito :
« S a le u n a estrella d e J a c o b , u n cetro
s e lev a n ta (20 ) d e I s r a e l.» « E l cetro »
e s e l p rin cip e d e t o d a la co m u n id a d
y é l aplastará (2 1 ) a to d o s lo s h ijos
d e Set.
p o r m a n o d e Z a ca ría s e l p r o fe ta :
« (L ev á n ta te, e sp a d a , so b r e (8 ) mi
p a sto r, c o n tr a e l v a r ó n q u e e stá m á s
ce r c a d e m í! d ic e e l S eñ or. H ie r e a l
p a sto r, q u e la s o v e ja s s e d isp ersen
(9 ) y y o v o lv e r é m i m a n o c o n tr a lo s
p e q u e ñ o s.» P ero a q u e llo s que lo
gu ard an s o n lo s p o b r e s d e l reb a ñ o .
É sto s fu e r o n sa lv a d o s (1 0 ) É sto s se r á n sa lv a d o s e n e l tie m
p o d e la v is ita c ió n , p e r o lo s d e m á s
será n en treg a d o s a l a e sp a d a c u a n d o
v e n g a e l M e s ía s d e (1 1 ) A a r ó n e I s
e n e l p rim er rael. C o m o o c u r r ió ta m b ién e n el
tie m p o de la v is ita c ió n tie m p o d e la p rim era v isita c ió n , d e
l a q u e é l h a d ic h o (1 2 ) p o r b o c a d e
E z e q u ie l: « p a r a m arcar e l s ig n o d is
tin tiv o e n l a fr e n t e d e a q u e llo s q u e
(8 ,1 ) P ero su sp iran y g im e n » (1 3 ) L o s d e m á s
lo s ren eg ad o s fu e r o n en treg a d o s a fu e r o n e n tr e g a d o s a la esp a d a q u e
la esp a d a ejecu ta l a v e n g a n z a d e la a lia n za .
Y a s í será (ta m b ién ) e l ju ic io d e to Y a s í será (ta m b ién ) e l ju icio d e t o
d o s lo s m iem b ro s d e s u a lia n z a q u e d o s lo s m ie m b r o s (1 4 ) d e su a lia n
(8 ,2 ) n o p ersev era n e n e sta s (le y e s): z a q u e n o p e r se v e r a n e n estas l e y e s :
será n v isita d o s h a sta la a n iq u ü a c ió n serán v is ita d o s h a sta la a n iq u ila c ió n
p o r B elial. p o r B elial.
360
Los escritos de Qumrán
c ia s u p a tr ó n co m ú n . A s í fa lta n e n B eq u iv a le n te s d e 7 ,1 0 -2 1 a , m ie n
tra s e n A j n o en cu en tra n c o r r e sp o n d e n c ia lo s r e n g lo n e s B : 1 9,7-9.11-12. P o r
r a z o n e s d e c o n te n id o s e e x c lu y e l a p o sib ilid a d d e v a lo r a r e s t a s tr a d iá n o e s ,
q u e s e lim ita n a u n a tra d ttío s im p le x , c o m o a d ic io n e s d e lo s c o p is ta s m e
d ie v a le s.
CD 7 ,1 0 -2 1 a c o n tie n e u n a in te r p r e ta c ió n a c tu a liz a d a d e c u a tr o sen ten
c ia s p r o fé tic a s. L a s cita s e stá n e la b o r a d a s p o r c o n c e p to s sim ila res o de
p a r e c id a in terp reta ció n . E l c a s t ig o d e lo s q u e d e sp r e c ia n lo s m a n d a m ie n to s
d e D io s (7 ,9 ) e stá resp a ld a d o p o r I s 7 ,1 7 (7,1 ls ) . L a p r o m e s a d e l p r o fe ta
se c u m p lió e n e l p a s a d o c o n l a d e str u c c ió n d e l r e in o d e l N o r t e (7,13a).
L o s q u e e n to n c e s co n tin u a r o n fie le s a la le y n o fu e r o n m u erto s, s in o q u e
e sc a p a r o n c o m o p r is io n e r o s a l e x ilio (7 ,1 3 6 -1 4 « ). I g u a l q u e Is a ia s p red ijo
l a sa lv a c ió n d e lo s q u e m a n tu v ie r a n la o b se r v a n c ia a l a tora, m e d ia n te l a
f u g a a l « p a ís d e l n o rte» , A m ó s 5 ,2 6 -2 7 « p red ijo l a s e c e s ió n d e l a c o m u n i
d a d d e Q u m rá n (7 ,1 4 6 -1 5 « ). E n Q u m r á n ( = « D a m a s c o » ) v u e lv e n a a d q u irir
v a lid e z la s p ala b ra s d e la tora y d e lo s p r o fe ta s, d e sp r e c ia d a s p o r e l r e sto d e l
ju d a ism o (7 ,1 5 6 ); e s a q u í d o n d e l a « c a b a ñ a d e sm a n te la d a d e D a v id » (A m
9 ,1 1 ) ex p erim en ta s u r e sta u r a c ió n (7 ,1 6 -1 8 a ). T a m b ié n v e n d r á , se g ú n Q u m
rá n , e l M e s ía s sa c e r d o ta l y e s c a t o ló g ic o , l a « e str e lla » d e A m 5 ,2 6 (7 ,1 8 6 -
19a). D e a q u í sa ld rá e l « p r ín c ip e d e la co m u n id a d » y M e s ía s r e a l d e l a ca sa
d e D a v id p a ra a n iq u ila r a l o s p u e b lo s extran jeros q u e h a r á n s u em b estid a
e n e l fin p r ó x im o d e lo s tie m p o s (7 ,2 0 6 -2 1 « ), y e s e l m is m o M e sía s q u e se
a n u n c ia e n N ú m 2 4 ,1 7 c o m o e l « c e tr o » q u e s e y e r g u e (7 ,1 9 6 -2 0 « ).
L a a p lic a c ió n d e A m 5 ,2 6 s e n C D 7 ,1 46-21 a e s t á estr e c h a m e n te lig a d a
a la e x p e c ta c ió n d e la c o m u n id a d d e Q u m rán y a s u a u to v a lo r a c ió n , e le
m e n to s a m b o s q u e se en cu en tra n d o c u m e n ta d o s ta m b ié n e n o tr o s lu g a res.
P o r c o n sig u ie n te n o e s a c o n se ja b le b o rra r d e l te x t o l a p e r íc o p a d e A t :
7 ,1 0 -2 1 a , q u e n o tie n e c o r r e sp o n d e n c ia e n B , c o m o si fu e r a u n a a d ic ió n
p o ste r io r d e u n co p ista m e d ie v a l s a c a d a d e l e sc r ito d e D a m a sc o .
P r o b a b le m e n te p u ed e h a cerse l o m ism o c o n e l p a sa je B : 19,7-12, q u e
no e n c u e n tr a n in g u n a c o r r e sp o n d e n c ia e n A r La e x p r e s ió n « M e sía s d e
A a r ó n e Isr a e l» q u e a p a rece e n 19,1 0 s y q u e n o e s c o r r ie n te e n e l ju d a is
m o fu e r a d e la litera tu ra d e Q u m rá n , n o p a rece q u e p u e d a se r p r o d u c to
d e u n a r e c e n sió n m ed iev a l. Y e s to ta n to m á s c u a n to q u e e s in a c e p ta b le la
h ip ó te s is d e u n recu erd o d e lo s o tr o s p asajes d e l C D d o n d e s e en cu en tra,
ta m b ié n e l g ir o « M e sía s d e A a r ó n e Isra el» , p o r la s e n c illa ra zó n d e q u e
a q u í e l c o n te x to e s m u y d istin to.
S i b ie n n o h a y n a d a q u e se o p o n g a a l a h ip ó te sis d e q u e e n A , y B
te n e m o s d o s recen sio n es sep a rad as d e u n m ism o p a tr ó n p r e v io , e s to n o
sig n ific a q u e h a y a q u e escla recer ex a cta m en te e n to d o s lo s p asajes la rela
c ió n m u tu a d e a m b a s r e e la b o r a c io n e s. N o ca b e d u d a d e q u e ta n to A t c o
m o B p a sa r o n p o r a lto a lg u n a s p a rtes d el te x to q u e r eela b o r a ro n . U n a v e z
m á s te n e m o s u n d o c u m e n to g rá fico d e lo d ic h o e n la tr a d ic ió n p a ra lela
tra n scrita m ás arriba.
361
Karlheinz Müller
Así pues, los .textos paralelos que nos han sido transmitidos en
los manuscritos Ai y B dejan al descubierto dos recensiones que
presentan unos métodos de trabajo selectivos y no sintonizados entre
sí, de manera que hemos de considerar escépticamente cualquier
intento que valiéndose de adiciones o sustracciones quisiera llegar
362
Los escritos de Qumrán
a una reconstrucción fiable del texto del CD que pudo ser el pre
cedente, con un tenor similar, de ambas reelaboraciones23. La tenden
cia del manuscrito B a hacer comentarios nos hace ver claramente
que el copista medieval tenía razones para temer que se entendiera
mal el texto redactado por él, para temer incluso una incompren
sión bastante general. Por todo lo cual resulta probable que tam
bién aquellas partes del escrito de Damasco para las que no dispo
nemos de textos comparativos, y son la mayor parte, hayan sido
objeto de intervenciones parecidas, sin que sea posible verificar
cuáles son esas correcciones secundarias del texto.
A pesar de estos presupuestos poco favorables, una crítica lite
ral prudente tiene muchas posibilidades de abrirse paso en la super
ficie textual del escrito de Damasco, plagada como está de amplia
ciones u omisiones de copistas medievales, y marcada por las repeti
das reelaboraciones de que ha sido objeto. Se abren así importantes
perspectivas para llegar a conocer el proceso de formación y la
contextura del Cairo Document.
23. Esto contra la edición de C h . R abjn, The Zadokite Documents, Oxford 1954.
363
Karlheinz Müller
A l ser la « ú ltim a g e n e r a c ió n » , lo s e n e m ig o s v iv e n en la p r o x im id a d in
m ed ia ta y a m e n a z a d o r a d e l ju ic io fin a l (1. 1 1 6 -1 3 a). S o n u n a « c o m u n id a d
d e traid o res» (1. 1 2 6 ), y s e p resen ta a s u je fe c o m o u n «ch arlatán » q u e « h a c e
m a n a r e n I s r a e l a g u a s d e m e n tir a » (1. 1 4 6 -lS a ). E l e fe c to q u e p r o d u c e la
p red ica ció n d e e s te p r o fe ta m e n tir o s o e s l a a p o sta sia d e la le y y d e la s
tra d icio n es d e lo s p a d res (1· 1 3 6 -1 6 a ). S e m e ja n te a p o sta sia n o q u e d a sin
ca stig o . L a s « m a ld ic io n e s d e la a lia n z a » p r o n u n c ia d a s p o r D io s s e p e g a n a l
p red ica d o r d e m en tira s y a s u c o m u n id a d (1. 166-17); e s d ecir, q u e lo s
en em ig o s tie n e n a seg u ra d a la m a ld ic ió n c o n q u e D io s h a a m en a za d o a q u ie
n es se o p o n g a n a lo s m a n d a m ie n to s, y p o r ta n to a s u alia n za (c f. D t 28,21;
29,20). L a d u r e z a d e este c a stig o tie n e o tra s ra zo n es. L o s e n e m ig o s « a n d a n
e n b u sca d e liso n ja s » (1. 18), d e u n a p r e d ic a c ió n q u e v a y a a l e n c u e n tr o d e
su s d e se o s (c f. I s 30 ,1 0 ). « A n d a n e sp ia n d o lo s e s c o te s y e sc o g e n l o b u e n o
d e l c u e llo » (1. 1 9 a ), la s c o stu m b r e s la x a s s o n la o c a sió n q u e l o s in d u c e a ir
e n b u s c a d e u n a p r e d ic a c ió n a g r a d a b le y d e b ilita n l a tora. T u e r c e n e l d e
r e c h o (1· 1 9 6 ) y se d u c e n ta m b ié n a o tr o s h a sta h acerle s tran sgresores d e la
« a lia n z a » ( = tora}, 1. 20a. « S e a p ifia n p a ra co n sp ira r co n tra l a v id a d e l
ju sto » y l o p e r sig u e n « h a sta la e sp a d a » (1. 2 0 6 -2 1 6 ). P o r e so « a r d ió e l fu r o r
d e D io s » c o n tr a e llo s (1. 21c). É l « d is o lv ió s u reu n ió n » y d e c la r ó « im p u r o
su q u e h a c e r » (1. 2 ,1 ).
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Los escritos de Qumrán
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Karlheinz Müller
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Los escritos de Qumrán
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Karlheinz Müller
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Los escritos de Qumrán
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Schreiner, Introd. 24
Karlheinz Müller
370
Los escritos de Qumrán
polémicos de la parénesis del CD, y que son las siguientes: 6,2-1 la.
20a-7,6a; 20,176-25a.27b-34.
371
Karlheinz Müller
(L ín e a 7b). P u e s, D io s n o lo s h a e le g id o d e sd e e l c o m ie n z o d e lo s
tiem p o s. Y an tes d e q u e fu e r a n c rea d o s c o n o c ía é l ( 8 ) su s ob ra s. Y d etestó
la s g en era cio n e s d esd e e l p r in c ip io . Y e sc o n d e s u r o str o d e la tierra (d e
Isra el. 9 ) h asta su fin a l. Y c o n o c e lo s a ñ o s d e l a e x is te n c ia y e l n ú m ero
y d eterm in a ció n d e su s tie m p o s p a r a to d o s (1 0 ) lo s su c e s o s e te r n o s y lo s
a c o n te c im ie n to s, h a sta l o q u e ocu rrir á e n s u s tie m p o s p a ra to d o s lo s a ñ o s
d e l e ó n m u n d a n o . (1 1 ) Y d e e n tr e to d o s e llo s s u s c itó p a ra s í a lg u n o s q u e
h a lla m a d o p o r s u p r o p io n o m b r e , c o n e l fin d e reserva r p a r a e l p a ís
a lg u n o s q u e h a n e s c a p a d o d e lo s p e lig r o s y (1 2 ) p a r a lle n a r c o n s u sim ien te
la su p erficie d e l a tierra. Y lo s a d o c tr in ó p o r m e d io d e lo s u n g id o s d e su
e sp ír itu sa n to (e s d ecir, lo s p r o fe ta s ) y p o r m e d io d e lo s v id e n te s (13)
d e la verd a d . Y e s t a b le c ió c o n e x a c titu d su s n o m b r e s , p e r o a lo s q u e
o d ia lo s h iz o ex tra v ia rse.
372
Los escritos de Qumrán
A, B
374
Los escritos de Qumrán
e n e l p a ís d e D a m a sc o . (F in d e l m a a lia n z a (3 4 ) e n e l p a ís d e D a m a s c o
n u scrito ) p e r o q u e lu e g o h a n v u e lt o a ob rar
d e m a n e r a in fiel y s e h a n a le ja d o d e
la s fu e n te s d e l a g u a v iv a ; (3 5 ) n o
se r á n in scrito s d e sd e e l d ía d e l fa
lle c im ie n to (2 0 ,1 ) d e l M a e s tr o d e la
co m u n id a d , h a sta la a p a r ic ió n d e l
M e s ía s p r o c e d e n te d e A a r ó n y d e
Isra el.
375
Karlheinz Müller
376
Los escritos de Qumrán
( 7 ,6b) Y s i v iv e n e n c a m p a m e n to s se g ú n e l o r d e n d e l p a is ( B : + q u e
e x is te d esd e tiem p o s a n tig u o s) y to m a n m u jeres ( B : + s e g ú n la costu m b re
le g a l, 1. 7 ) y en g en d ra n n iñ o s , e n to n c e s d e b e n p r o c e d e r s e g ú n e l d icta m en
d e l a le y y e n co n fo r m id a d c o n la p re sc r ip c ió n (8 ) d e lá s in stru ccio n es
q u e r e sp o n d e n a l o rd en d e l a le y . T a l c o m o é l h a d ic h o (a c e r c a d e la s rela
c io n e s ) en tre e l m arid o y s u m u jer y en tre e l p a d re (9 ) y s u h ijo (N ú m 30,17).
377
Karlheinz Müller
378
Los escritos de Qumrán
379
Karlheinz Müller
IV. C onclusiones
380
Los escritos de Qumrán
381
XI
J'Manuscritos y ediciones de la literatura extrabíblica de Qumrán
383
Karlheinz Müller
1. T E X T O S A P O C A L ÍP T IC O S : de M urabbaat ( = M ur = D JD i i ),
O x fo r d 1961, 73; G .E . W r ig h t , T h e
a) E s c r it o s e x t r a c a n ó n ic o s p e r t e B ib le a n d th e A n c ie n t N e a r E a s t-
n e c ie n t e s a l c ic l o d b D a n ie l : E ssa ys in h o n o r o f W illia m F o x -
w e ll A lb r ig h t (H o m en a je. a W .F . A l
4 Q P r N a b ar O r a c ió n d e N a b o n id : b rig h t), L o n d r e s 1961, 149. 1 84-188
R B 63 (1956) 4 0 8 -4 1 1 4 Q p s H e n ara d e n o m in a c ió n p r o v i
4 Q p s D a n ar“ A p ó c r ifo d e D a n ie l: s io n a l d e u n m a n u scrito se m ic u r s iv o
R B 6 3 (1 9 5 6 ) 4 1 1 -4 1 5 q u e d e la ta c ie r to p a r e n te sc o c o n l a li
4 Q p s D a n arb p e rten ecien te a 4 Q teratu ra so b r e H e n o c : H o m e n a je a
p s D a n ar» ; R B 6 3 (1 9 5 6 ) 4 1 1-415 W .F . A lb r ig h t 149. 185-188. 2 0 2 n'ota
4 Q p s D a n «/·[«] o b r a d istin ta d e 183
4 Q p s D a n ar«»?: R B 63 (1956) H a s ta e l m o m e n to n in g ú n fr a g m e n to
4 1 1 -4 1 5 d e lo s d isc u r so s fig u ra tiv o s (H e n e t
3 7 -7 1 ), q u e s o n lo s q u e c o n tie n e n
la s e s p e c u la c io n e s a cerca d e l H ijo
b) B ib l io g r a f ía so bre H enoc d e h o m b re.
1 Q N o a c h [1 Q 19 + 1 Q 19bl*] c o n
tie n e H e n e t 8,4-9,4; 1 06,9s, así c o m o c) E tapas p r e v ia s : T esta m en to s de
m a teria l d e sc o n o c id o h a sta ah ora. LOS DOCE PATRIARCAS
¿S e trata d e u n a fu e n te d e l H e n e tió -
p ico ? E n Q n o h a y u n a rq u etip o h e b r e o
4 Q H e n astr ar» c o n tie n e H e n e t 7 7 ,3 : o a r a m e o d e la v e r sió n g r ie g a d e
R B 65 (1 95 8) 76 q u e d is p o n e m o s a ctu a lm en te. S in e m
4 Q H e n arb c o n tie n e H e n e t 30,1- bargo a lg u n o s fra g m en to s á ra m e o s
32,1; 35-36,4; R B 65 (1 9 5 8 ) 7 1 .7 7 d iscrep a n tes d e l T L e v i d e C a m b r id g e
4 Q H e n astr are c o n tie n e H e n e t 77, (B ib lio te c a d e la u n iv e r sid a d : T a y lo r -
3 : R B 6 5 (1 9 5 8 ) 7 6 S c h e c h te r - C o lle c tio n ), de O x fo r d
4 Q H e n ard c o n tie n e H e n e t 3 1 ,2 - (B o d le ia n : H e b . c. 2 7 , f 5 6 ) y d o s
3 2 ,3 : R B 6 5 (1 9 5 8 ) 7 1 s s u p le m e n to s m á s la rg o s d e u n m a
4 Q H e n V fr a g m e n to s d e la ú ltim a n u sc r ito d e A th o s (so b re T L e v i 2 ,3
(5 .“) p a rte d e H e n e t (cap . 9 1-108. y 1 8 ,2 ) p r e se n ta n c o in c id e n c ia s s o r
E l A p o c a lip s is d e la s 1 0 s e m a n a s ...): p ren d en tes c o n fra g m en to s d e Q u m
J .T . M il ik - R. de V au x , L e s G ro ttes rán.
384
Literatura extrabíblica de Qumrán
385
Schreiner, Introd. 25
K arlheinz M üller
386
L iteratura ex trabíblica de Q um rán
387
K arlheinz M üller
388
Literatura extrabíblica de Qumrán
389
Karlheinz M üll«
390
'Vocabulario técnico *
m
Gregor Dietrich/Dieter A. W olf
A m o n e s ta c ió n , a v is o y d e s e o d ir ig id o s a u n a c o m u n id a d o a u n in d iv id u o
e n e l se n tid o d e q u e a d o p te n u n a c o n d u c ta d eterm in a d a . L a s r a z o n e s s o n
d ife r e n te s seg ú n q u e la a m o n e s ta c ió n v e n g a d e D io s (p o r m e d io d e u n
p r o fe ta ) o d e u n h o m b re; p o r ej. A m 5 ,4 -5 a ; S o f 2,3.
392
Vocabulario técnico
393
Gregor Dietrich/Dieter A. Wolf
A p a r a to crítico. N o t a s d e cr itic a te x tu a l q u e s e s u e le n c o lo c a r a l p ie d e
p á g in a p ara dar a l le c t o r u n a id ea so b r e e l o r ig e n , tr a n sm isió n y co n serv a
c ió n d e l tex to e n c u e stió n . P o r ta n to h a c e re fe r e n c ia a lo s m a n u scrito s q u e
s e h a n co n serv a d o , a su s —» varian tes, a n o ta s y lectu ra s p rop u estas p o r e l
e d ito r (-» c o n je tu r a ) y o tr o s , a la s - » s i g l a s e m p le a d a s, etc.
394
Vocabulario técnico
A so n a n c ia . S o n id o ig u a l s ó lo d e la s v o c a le s (n o d e la s c o n so n a n te s) q u e se
d a a l fin a l d e d o s o m á s v e r so s, a p a r tir d e l ú ltim o a c e n to .
395
Gregor Dietrich/Dieter A. W olf
C u lto (a Y a h v e h ). L a v e n e r a c ió n d e D io s p ú b lic a y r e g la m e n ta d a , q u e s e
r e a liz a c o n p a la b ra s y a c c io n e s , c o n d eterm in a d o s r ito s y fie sta s, y e n lu
g ares y tie m p o s esp ecia les, c o m o se r v ic io (N ú m 4 , 12) y o b r a d e la c o m u n i
396
Vocabulario técnico
D u p lic a d o —> D o b le te .
397
Gregor Dietrich/Dieter A. W olf
E stiq u io (gr. fila). «Linea o verso de la copia, cuyo número solía anotarse
de los rollos de papiro o de los antiguos manuscritos, para evitar
a l fin a l
interpolaciones» (v. W ilpert).
398
Vocabulario técnico
F o n e m a . L a m á s p e q u e ñ a u n id a d fo n é t ic a d ife r e n c ia b le , p o r ej., P y B
(p o c a -b o c a ). L o s fo n e m a s d e u n a le n g u a co n stitu y en e l a lf a b e to ' fo n é tic o ,
d e m a n e r a q u e cu a lq u ie r p a la b r a p u e d e escrib irse ta m b ié n e n s u tran scrip
c ió n fo n é tic a .
399
Gregor Dietrich/Dieter A. Wolf
c u a l m ás ta rd e fu e in c lu id a e n e l m ism o te x to e n fo r m a d e g lo s a m argin al
(e s c r ita al m a rg en ) o g lo s a in te r lin e a l (escrita e n tr e lo s ren g lo n es). E s tarea
d e la crítica tex tu a l e l r e c o n o c e r la s g lo sa s; c f. ta m b ié n la p a la b ra in
terp o la ció n .
H a p a x le g ó m e n o n (gr. d ic h o u n a s o l a v e z ). P a la b r a o c o n c e p to q u e s ó lo
s e en cu en tra u n a v e z e n g e n e r a l, o e n u n esc r ito r d eterm in a d o ; p o r ej.,
k tá o m a i = a d q u irir, e n M t.
400
Vocabulario técnico
401
Scbreiner, Introd. 26
Gregor Dietrich/Dieter A. W olf
402
Vocabulario técnico
L o c u c ió n id io m à tica , - » I d io m a .
M a rc o n a rra tivo . E n cu a d re d e u n a o v a r ia s n a r r a c io n e s d e n tr o d e o tr a . D o s
tip o s : I.» m a r c o n a rra tiv o c íc lic o , q u e c o m p e n d ia e n im a u n id a d v a r ia s
n a rra cio n es re la c io n a d a s p o r s u c o n te n id o ; 2 .° n a rra ció n in d iv id u a l e n m a r
ca d a , e n l a q u e e l m a rco d a u n id a d a la s d iversas p a rtes d e l r e la t o a l
m ism o tie m p o q u e la s p o n e d e re lie v e .
403
Gregor Dietrich/Dieter A. Wolf
404
Vocabulario técnico
N 3 b 7 (h eb r. e l q u e p r o c la m a ). D e s ig n a a l p r o fe t a d e Is r a e l (d e a h í e l tér
m in o té c n ic o n a b itu m — in s titu c ió n p r o fè tic a ). L o s n e b a 'im v iv ía n e n p arte
e n co m u n id a d es, e n p a rte c o m o figu ras a is la d a s; era n lo s m en sajeros d e
Y ahveh.
405
Schreiner, Introd. 27
Gregor Dietrich/Dieter A. W olf
p a ra sa lv ar s u v id a . L le g ó a B e r sh e b a d e Ju d á y d ejó a lli a s u c r ia d o » ( I R e
19,3).
O rdalía. J u ic io d iv in o q u e s e e sp e r a y s e acep ta c o m o v e r e d ic to e n u n
c a so ju ríd ico . P o r ej., c u a n d o p o r l a in v o c a c ió n d e E lia s D io s e n cien d e
e l fu e g o p a r a e l sacrificio e n e l m o n te C arm elo.
406
Vocabulario técnico
407
Gregor Dietrich/Dieter A . Wolf
P refijo . M o r fe m a q u e s e a n te p o n e a u n a p a la b r a y q u e v a u n id o a ella ;
e n h e b r e o es a m e n u d o u n a p rep o sició n .
P u n to s m asoréticos. S ig n o s q u e in d ic a n la s v o c a le s , in tr o d u c id o s p o r lo s
m a so reta s h a cia e l s. v d .C ., y q u e s e p o n e n en cim a o d e b a jo d e las
co n so n a n tes h eb rea s. L a s letras v o c a le s q u e s e h a b ía n u s a d o o c a sio n a l
m en te h asta e n to n c e s (m atres lectionis) n o e r a n su ficien tes p ara fijar cla ra
m en te e l texto.
Q ueré. L a v a r ia n te m a rg in a l q u e h a b ía q u e le e r e n la s ce r e m o n ia s litú r
g ica s e n v e z d e l te x to h e b r e o c o n so n á n tic o , q u e era e l escrito e n e l te x to
(—>■ k etib).
408
V ocabulario técnico
J u n to a l q u ia sm o d e la s p a la b ra s ca b e ta m b ié n u n q u ia s m o d e oracion es
d e n tr o d e u n g ru p o o p e r io d o d e o ra cio n es (Is 6 ,10).
R e c e n sió n . L a c o m p a r a c ió n q u e h a y q u e h a c e r , a l a h o r a d e ed itar u n
te x to , d e lo s d iv e r s o s m a n u sc r ito s ex isten tes, c o n e l fin d e garantizar su
fia b ilid a d y d e a v erig u a r s u fo r m a orig in a l. T a m b ié n s e d a e ste nom b re
a l te x t o a testig u a d o p o r u n a fa m ilia d e m a n u sc r ito s, p o r ej. en lo s L X X
o e n é l N T g rieg o .
409
G re g o r D ie trich /D ieter A . W olf
410
V o cabulario técnico
411
G regor D ie tric h /D ie te r A . W o lf
412
V ocabulario técnico
413
G rego r D ie tric h /D ie te r A . W olf
414
ÍNDICE
P rólogo ........................................................................................................... 7
J o h a n n e s B . B a u er, G ra z
II. L a e x é g e s is d e l N u e v o T e sta m e n to y s u tr a y e c to r ia . . . . 33
K a rl L e h m a n n , M a g u n c ia
M . E l h o r iz o n t e h erm en éu tico d e l a e x é g e sis h istó r ic o -c r itic a . . 61
E rich Z e n g e r, W u r z b u r g o
IV . N o t a s p a r a l a p rá ctica d e la e x é g e s is b í b l i c a .............................. 109
J o s e f S ch rein er, W u r zb u rg o
V. E je m p lo d e c r ític a te x tu a l b í b l i c a .................................................... . 1 1 3
E ric h Z e n g e r, W u r zb u rg o
V I. L o s m é t o d o s e x e g é tic o s e n u n e je m p lo to m a d o d e l A n tig u o
T e s t a m e n t o .................................................................................................. 129
A d o lf S m itm a n s , T u b in g a
V IL L o s m é to d o s e x e g é tic o s e n u n e je m p lo to m a d o d e l N u e v o
T e s t a m e n t o ...................................................................................................195
H ein rich Z im m e r m a n n , B o n n
IX . F o r m a s y g é n e r o s literarios e n e l N u e v o T e sta m e n to . . . 299
415
Indice
K a rlh e in z M ü lle r, W u r zb u rg o
X. S u p u esto s m e to d o ló g ic o s p ara e l u s o a d e c u a d o d e lo s esc r ito s
d e Q u m rá n p o r e l e sp e c ia lista d e l N u e v o T e sta m e n to . . 33S
416