Está en la página 1de 179

Subasta de

Esclavos

Espaciado fuera de amor #1

Stormy Glenn
SOBRE EL E-BOOK QUE ACABAS DE ADQUIRIR:
Tu qda uisicinó de se te -e book solo te permite tenre NU A O C PIA
LEGA para tu lectura personal en tu ordne daor personal o pa arato. No
tienes derechos de reventa o distribución sin un permiso previo por
escrito tanto del editor como del dueño del copyright de este libro.
Este libro no puede ser copiado en ningnú of rmato, vendiod o
transfre ido de uc la quier otra manre a o transfre ido de ninguna manre a
de tu ordenoda r a otro ordne doa r mediante programsa de oc mpartir
archivos, gratis o por una tasa, ni oc mo premio ne un concurso. Talse
ica ones son ilelag se y violan la ley de oc pyright de EU. Se prohíbe
la distribucinó de este -e ob ok, en su totalidad o ne partes, por oc nexión
a internet, o sde conectoad s, impresos o de uc alquier otra manera que se
conoce actualmente o que esté por inventarse. Si ya no quieres este
libro, debs ob rrarlo de tu disco duro.

AVISO: La reprodución o id stribucinó de esta obra protegida por


oc pyright se ilegla . El infringimiento de oc pyright rc iminal, incluido le
infringimiento sin ná imo de lucro, es investigado por el FBI y es
punible de hasta 5 oña s de rcá cel rfed al y una multa de $250.000."

rA tista de portad:a seR e naD te

Subasta de Eslc avos © 2010 Stormy Glenn


ISBN # 978-1-920484-6
Todos los rde che os reservaod s.

TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS: Esta obra literra ia no


puede ser reproduciod o transmitido de ninguna manera o por uc alquier
medio, incluyenod reprodución of togrfiá ca o electrónica, ne su
totalidda o ne parte sin permiso se rc ito xe plíic to. Tood s los personajse
y eventos ne este libro son ficticios. Cualquier arecido a personas
rela se , vivas o muertas, se puramne te oc incined ic .a

EDITOR

http://www.silverpublishing.info
Dedicado a:

Judie, Geo, Jo, Chris, Cherie, re T ri, Nikyta, Jamie, Samantha . . .

Querías hombrelobos en le espacio. Aquí los tenéis.


Subasta de Esclavos Stormy Glenn

CAPÍTULO 1

"Me lo quedo.”
"Capitán, quizás debría pe nsar en llevarse otra
mascota” dijo el subastador. "Este no está ecuad admente
entrenado, como puede ver.”
Rojan Ja'aDr observó como el joven humano que
había captado su atención forcejeab con dos de los
guardas mientras le arrancab an la poca ropa que llevab
puesto. Sabía que el humano habría estado gritando de no
ser por la mordaza de bola que tenía en la boca, la
desesperacinó e impotencia eran evidentes en su cara.
Los guardas fijaron las manos del humano a unas
cadenas que colgabn del t echo, y una barra entre sus
piernas, esposado a sus tobillos. La arb ra estaab if jada al
suelo, inmovilizando al hombre. No importaba cuanto se
retorciera, no podría escapar.
Rojan vio a uno de los guardas sacar un látigo de
cuero de un armario cercano. Antes de que el guarda se
girara hacia el humano atado, prepra oda para za otar la
hombrecito, Rojan gruñó, los músculos en sus brazos
tensando. Sentía una arrolladora nesec idda ed protereg la
humano. Además, si alguien ib a a marcar al hombrecito,
sería él mismo.

5
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Alargó la mano y agrró al subastador por el cuello


de la camisa, levantando al apestoso hombre varios
centímetros en el aire, acer cando sus caras hasta casi
tocarse. “Le quiero intacto.” Gruñó, enseñando un colmillo.
"S- sí, cap- capitán.” El hombre tartamudeó.
"Las únicas marcas que mostrará son las mías.”
Rojan dijo secamente antes de soltar al hombre
descuidadmente. Sus ojos volvieron al hombre colgado del
techo. Realmente era un espécimen magnífico.
Rojan había visto muchos humanos en su vida, la
mayoría esclavos, pero también a unos pocos hombres
liberados por sus amos. Los humanos eran considerados
una raza inferior, inútiles para cualquier cosa que no fuera
entretenimiento y servidumbre.
Eran demasiado pequeños para luchar y ganar
contra la raza de Rojan, los Phangars, por no mencionar el
resto de las razas del unive rso conocido. Rojan no conocía
ni un solo humano que le llegara a la altura de los hombres,
y mucho menos uno que fuera lo bastante fuerte para
ganarle en una pelea, limpia o no.
La mayoría de razas del universo opinaban que no
tenían la capacida mental de una raza avanzada. Su mundo
primitivo era prueba de ello, ha cía solo cincuenta años que
la iT erra haíab empezado a viajar en el espacio. Los
Phangar llevabn siglos haciéndolo.

6
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Como mascotas, sin embargo, los humanos eran


excelentes, convirtiéndolos en los más deseados del
universo. Se les dominaba fácilmente y eran entrenados con
la misma acif lidad. Sus uc erpos, más pequeños y menos
musculosos que los de la raza de Rojan, eran deseados por
su suavidad y compatibilidad sexual con los Phangar.
Rojan no estaba buscando una mascota para
calentar su cama, pero no le ha cía ascos a la idea tampoco.
Sus viajes por el universo como transportista eld mercado
negro convertían a muchas de sus noches en solitarias.
Había pensado en encontrar un amante de su raza o una
más avanzada, pero enseguida la rechazó cuando se dio
cuenta de su necesidad ed ser la parte dominante.
Le gustaba el poder que tenía como capitán de su
propio buque insignia. enT ía una tripulación competente,
escogidos y entrenados personalmente. Respondían ante él
y solo él. Era el jefe. Y quer ía la misma relación con la
criatura que calentase sus sábanas.
Una mascota humana parecía la solución ideal. Eran
atractivos a la vista, suaves al tocarlos y se podían entrenar,
exactamente lo que Rojan necesitaba en su cama. Era
consciente de que llevaría un tiempo entrenar al humano
sobre sus necesidades y deseos pero pronto podría tener a la
mascota de sus sueños.

7
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

"Quiero examinarle.” Rojan declaró firmemente "A


solas."
El subastador cruzó rápidamente hacia la sala
separad por cristal, y la gol peó para llamar la atención de
los guardas. Gesticuló exageradmente, primero hacia el
humano y luego hacia oR jan. Este cruzó los brazos sobre su
pecho, pies separados y puso su cara de no me toques los
huevos o te arranco la cabeza que normalmente intimidab
a la mayoría de la gente y esperó.
Los guardas abndonaron rá pidamente el recinto y
Rojan entró. Podía oír la áspera respir ación del humano.
Podía oler su miedo, le e nvolvía como una capa, ahogando
uc la quier otro olor ne la sal.a
Pero no del todo. Rojan podía detectar un dulce olor
masculino bajo todo el terror del humano. Le recordab a
las frutas massa deseado por tantos y que se encontraban en
las esquinas más alejads del universo. Rojan pasab
muchas cajas de las precia sad rf utas ed oc ntranab od y
siempre le traían un buen dineral.
Rojan se situó tras el hombre y miró por encima de
su cabeza. ealR mente era glorioso, todo líneas largas y
músculos fuertes. Rojan acrició el trasero del humano con
el más ligero de los toques. El hombre se arqueó
apartándose, un quejido escapando sus labios amordazados.

8
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Rojan acrició con más firmeza. El hombre se


arqueó de nuevo. Rojan se pr eguntó por qué se apartaría
cuando no podía ir a ningún sitio. Estaba atado al techo,
esposado al suelo. No podía escapar.
Su mano bajó por el increíble pelo casi blanco del
hombre, estremeciéndose por la sensación de mechones
sedosos escapando entre sus deos. Se preguntó si sentiría
igual de bien envolviendo su verga mientras el humano le
chupaba. No importaba realmente, pensaba averiguarlo en
persona muy pronto.
Rojan agrró un puñado del pelo del hombro y tiró
ed su zebac a haic a t
a rás. Fue entonces cuando se dio cuenta
de la venda que le cubría los ojos. Interesante. Suponía que
sus entrenoad res utilizaanb la privación de los sentidos
como parte de su educaión. Rojan se aseguraría de
recordarlo.
"Eres mío, mascota," Rojan gruñó al oído del
humano. Sintió como el cuerpo entero del hombre temblab
contra el suyo. Bajó su mano y acrició el pecho eld
hombre, intentando calmarle, pe ro el humano se resistió,
gimiendo contra la mordaza.
Rojan sacó la mordaza de su boca y desató la venda
que le cubría los ojos antes ed situarse rf ne te la humano.
Vio como el hombre parpadeab varias veces, lamiéndose
los labios y esperando que su visión se normalizase. De

9
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

repente, los ojos del hombre se abrieron de par en par y se


queód ob quiaib re to.
"¡Mierda!" el hombre exclamó. "Eres un
la iennegí .a "
e "¿T esperabs otra cosa?" Rojan preguntó,
arqueando una ceja.
"Cuando todo el mundo hablab de los hombrecitos
versed , no rc oe que se reif rieran a ti. Creo que se
imaginaban seres mucho más pequeños."
"Estoy seguro de que tu raza primitiva nunca ha
visto algo como yo." Rojan se rió. "Además, no soy verde."
Los ojos del humano recorri re on la piel nerg a led
cuerpo de oR jan, hasta encontrarse con sus ojos,
parpadeando varias veces. "No lo eres, no."
"¿Sabes por qué estás aquí, pequeño humano?"
Rojan preguntó, observando la reación del hombre
cuidadosamente.
"Pequeño humano…" el hombre susurró. "Esto no
me va a gustar, v¿ erda?”
Rojan se rió. "Quizás," dijo, mientras frotaba sus
nudillos contra el pezón del hombre, sintiendo como los
pequeños bultos se endurecían. Disfrutó con el gemido que
escapó de la boca del humano. Sabía que el humano sería
sensible a las rac icisa .

10
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

"Creo que dependerá de tu habilidad para aceptar tu


entrenamiento," continuó, viendo como los ojos del
humano se abrían de par en par de nuevo.
"¿Entrenamiento?" el humano preguntó, su voz
como la de un ratón.
e "T dije que ahora eres mío, mascota."
El humano palideció, tragando saliva Mas“¿ cota?”
Rojan apuntó con sus manos hacia las pareds de
cristal ed la jaula. "Estas en una casa de subastas, mascota.
El que puje más dinero por ti se queda contigo." Rojan
sonrió cruelmente. "Yo soy el máximo pujador."
"Y- Y eso q¿ ué significa?"
"Acepta mis órdenes, obedéceme en todo, y te
sacaré de aquí," Rojan contestó. "recházalo y subes al
escenario de la subasta para el siguiente pujador y a mí me
devuelven el dinero."
El humano frunció el cejo. De“¿ verda me has
oc mpraod ? C¿mó o puesed harec se o? Soy un hombre libr.e
No di mi consentimiento a esto."
Rojan se encogió de hombros. "Obviamente alguien
en algún momento pensó que serías una buena mascota.
Los humanos por lo general su le ne serlo una vez que se
acostumbran. Fuiste procurado para subasta y te trajeron
aquí."
P
¿" rocuraod "?

11
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Rojan arqueó de nuevo la ceja ante la vehemencia


en las palabras del hombre. Parecía que su nueva mascota
tenía genio. Rojan disfrutaría de ello y lo adptaría a sus
ug stos personalse .
"Estaba durmiendo en mi casa cuando alguien entró
en mi habitación y me cogió. Me desperté aquí. ¡Esto es
secuestro!!" el humano dijo secamente.
"Estoy seguro de que cres eso. Sin embargo tu raza
es primitiva y como no se ha unido a la Alianza ed Planetas
Unidos, no tienes ningún derec ho salvo aquellos que te dé
tu amo. Que soy yo."
Y
"¿ tú estás de acuerdo?"
El interés de Rojan se incrementó. El humano
paraíce inding oda . uA nque se taab seguro de que el hecho
de que lo habían secuestrado de su casa no le
proporcionaba ningún placer, Roja n sabía que el hombre
aprenrde ía a disfrutar el ser ed su propie.da
"Los humanos no tienen derechos según la Alianza
de Planetas Unidos. Hasta que un plant
e a se une a la P
A U
sus ciudadnos no tienen derechos de ningún tipo. De
hecho, cualquier humano de la iT erra tiene que tener
papeles de propieda. uC alqui er humano sin una señal de
propieda o la de su amo puede ser encarcelado o
ejecutado." Rojan se inclinó hasta que estaba cara a cara
con el humano. "¿Es eso lo que quieres?"

12
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Los ojos del humano se ab rieron de par en par de


nuevo."N-- no."
"Entonces tienes dos opciones, mascota," dijo
Rojan. "Puedes obedcr cad una de mis órdenes y
aceptarme como tu amo, o te puedo dejar aquí para ser
entrenado por los guardas y luego vendido en subasta.
¿Cuál vas a escoger?"
"¿Qué significa ser una mascota?"
"Significa que me pertenecs a mí y solo a mí."
Rojan sonrió mientras rodeab al humano hasta estar a sus
espaldas. Bajó las manos para agrrar las nalgas del
humano en sus manos, estrujando suavemente.
"Obedéceme y serás recompensado."
Rojan soltó con un rápido azo te sobre el trasero del
hombre. "Desobedéceme y serás castigado." El hombre
soltó un grito, su cuerpo alej ándose eld cahete. Aunque su
grito lo negara, su cuerpo no podía ocultar su reación. Le
ug sta.ab
La mano de Rojan rodeó el cuerpo del humano para
agrrar su ereción. Lo acrició lentamente, los gemidos
casi inaudibles del humano inflamando su propio deseo.
Fantaseó con la idea de un fututo lleno de actos dominando
a su pequeña mascota y casi se corrió ahí mismo.
El cuerpo del humano tembló entre sus brazos.
Rojan podía sentir las gotas de pre-eyaculación en sus

13
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

deos mientras las frotaba contra la cabeza de su polla. El


humano era tan sensible. Roja n quería follárselo ahí mismo,
pero sabía que tenía que espera r a que volvieran a la nave.
Además, la espera era la parte más divertida.
Y
"¿ bien, mascota?" Rojan susurró al oído del
humano. Su mano continuó acriciando su miembro.
"¿Quieres venirte a casa conmigo o te entrego a los
guardas?"
"Por favor..."
Cuando la pelvis del pequeño hombre empezó a
empujar contra su mano, Rojan decidió dejarlo acbr.
Normalmente, le negaría el orgasmo al humano hasta que él
lo quisiera, pero el hombre tenía mucho aprenid zaje por
delante. Dejándole correrse es ta vez era un pequeño precio
a pagar por el permiso del humano de convertirse en
mascota. Cierto era que en rela idda no tenaí otra
alternativa. Le pertenecía a Rojan por derecho propio, pero
el tener la aceptación del homb re haría que las cosas fueran
más fáciles en el futuro.
"¿Vas a correrte para mí, mi pequeña mascota?"
Rojan murmuró. Sabía que su cuerpo taparía a la del
humano de cualquiera que pudiera estar mirando. Eso era
bueno porque no quería que nadi e más viera a su mascota
sumido en la pasión. Era demasiado hermoso para ellos.

14
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Rojan se lamió el deo, dejándolo bien mojado,


antes de bajarlo y empujarlo en tre las nalgas del hombre. El
hombre forcejeó, pero, atado como estaba, no solo no podía
escapar, sino que sus piernas estaban abiertas lo suficiente
para que Rojan pudieran introdu cir su deo en el apretado
agujero. El hombre se agitó y grito y líquido caliente cubrió
la mano que Rojan tenía cerrado sobre la polla del hombre.
Rojan lo acrició unas pocas veces más y retiró su deo del
ano del hombre.
El dulce olor del semen del humano recorrió su
cuerpo más rápido que un relámpago, grabndo su
fragncia sobre Rojan y dejándole saber que sujetab algo
más que una mascota entre sus brazos. Sujetab a su
compañero.
Rojan gruñó desde la parte de atrás de su garganta,
la necesidad de marcar al humano casi más intenso que su
autocontrol. Rojan estaba asombrado. Había venido a la
casa de subsa tas a entrearg un pedido. No se esperab
encontrar a su compañero.
Agarró un puñado del pelo blanco del hombre y tiró
su cabeza hacia atrás. Ojos gris-azulados le miraron
atontados mientras Rojan acrició suavemente la mejilla
sonrojada del hombre. "¡Mío!"

15
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

El humano parecía confuso. Frunció el ceño y


apretó los labios. Parecía quere r decir algo pero no estaba
muy seguro de qué.
"Me pertenecs. Aprenerd ás a obedcr todas mis
órdenes, todos mis deseos. Vivirás para mi placer.
¿Entiendes?"
El humano palideció, tragando tan fuerte que Rojan
pudo oírlo en el silencio de la sala. Sus labios se curvaron,
intentando suprimir una sonris a. Le gustaba este humano.
Además de su aspecto de adonis, Rojan sospechab que el
humano se le resistiría lo su ficiente para hacer las cosas
interesantes.
Rojan no podía esperar.
Y
"¿ bien, humano?"
"S-sí."
Rojan acrició la mejilla del hombre de nuevo.
Sonrío, enseñando sus colmillos. "Bien hecho, mascota
mía," dijo. "Ahora quiero que esté s calladito hasta que te dé
permiso para hablar. E¿ntendido?"
El hombre asintió con la cabeza obedientemente.
Rojan volvió a ponerle la venda sobre los ojos al
hombre y solo entonces hizo un gesto a los guardas para
que entrasen. Necesitaba llevar a su nueva mascota a su
nave, Phangar 1, donde podría empezar su entrenamiento.

16
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Rojan abndonó la sala a la vez que los guardas se


apresuraban a entrar.
"Si veo un solo arañzo en su piel os lo haré pagar
con crecs," les advirt ió uc na od se rc uzaron.
Los guardas bajaron al humano al suelo con
cuidado. Lanzaban miradas de aprehensión hacia Rojan
continuamente, el miedo evidente en sus cautelosos
movimientos. A Rojan le habría ug staod rerí se, pero harb aí
arruinado su aura de intimidación.
Sabía que tenía reputación de luchador y
mercenario. No se achantaba an te nadie y no lo había hecho
sed ed que re a un niño pequeoñ ne su plant
e a natla . No
empezab las pelas, pero no tenía ningún problema en
acbrlas.
Para ser francos, era ásb icamente un pirata.
Aceptaba los trabajos de mensaj ero que le dab la gana, iba
a donde le dab la gana y soci alizaba con la gente que le
dab la gana. A lo largo de los años había hecho muchos
amigos y muchos enemigos. Sus amigos le apoyaban en
todo, siempre y sus enemigos querían torturarlo antes de
matarlo.
Rojan estaba orgulloso del hombre en quien se
había convertido, pero no le había dao muchas
oportunidades de encontrar pareja, lo cual explicab las

17
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

razones detrás de su visita a la apestosa casa ed subastas ed


iR leg 4. Nesec itaab oc mpa.aíñ
C“o¿ rrea?” Rojan le preguntó al subastador. Miró a
su nueva compra, frunciendo el ceño. am"T bién necesitará
algo que con que vestirse. Algo simple que no marque su
piel."
"Sí, Capitán," el apestoso hombre contestó
rápidamente. "Ahora mismo, Capitán."
Rojan suspiró exasperadmente.
Odiab a las personas sí-Capitán. Claro que le
gustaba salirse con la suya. Siempre le había gustado, pero
odiab a los que hacían reverenc ias solo por la cantidad de
dinero que manejab. Aunque re almente nadie sabía cuánto
dinero tenía. Rojan lo prefería sa .í Pero tamib én le ug stanab
los lujos que dicho dinero le proporcionaba.
El hombre que estaba siendo cubierto con una larga
capa negra era prueba de es os lujos. oR jan no haaíb
esperado a la subasta. No tenía tiempo. enT ía un
cargamento que entregar en otro planeta. Necesitaba hacer
su compra y partir.
Entregar un cargamento le había conseguido aceso
inmediato a la casa de esclavos aunque estuviera cerrada.
En cuanto vio la suave curva del trasero del humano le
había intrigado lo suficiente como para ofrecr el doble de
lo que probablemente valiera el humano.

18
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Aunque era un trasero impresionante. Curvaba con


naturalidad hacia dos redond eads mejillas que hacía que
Rojan se esforzara en mantener el control. Rojan se juró a
sí mismo que compraría crem as hidratantes para poder
echárselas, para mantener la piel del humano suave como la
seda.
Si añdís el pelo rubio-blanco que caí casi hasta
dicho trasero, entonces Rojan supo que el hombre tenía que
ser suyo. Nunca había visto pe lo tan blanco. Era como
mirar al sol y ser cegado. El tono ligeramente dorado de la
piel del humano era so lo otra ventaj.a
El interés de Rojan incrementó cuando el
subastador se acercó corriendo a los dos guardas,
gesticulando frenéticamente mi entras les susurraa.b Respiró
hondo e hizo que los demás sonidos desaparecieran, hasta
poder escuchar solo la conve rsaic nó que le interse .ab
"Sacdle de aquí lo más rápidamente posible.
Sacadle por la puerta de atrás, " susurró el subastador. "Los
otros clientes están llegando. Si se enteran de que vendimos
un esclavo uf era de subasta, uno sin entrenar y que nadie
más ha visto, nos veremos con una revuelta."
Rojan sonrió.
"Skoran se va a enojar cuando se entere de que has
vendido su juguetito," dijo uno de los guardas.

19
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Las orejas de Rojan se levna taron. S


¿ koran? Q¿uién
demonios era Skoran y que te nía que ver con el compañero
ed oR jan?
"Con lo que nos paga el Capitán por este humano,
podemos comprar otros diez como él," contestó el
subsa taod r. S
" koran no ti ene por qué enterarse."
"Está esperando ver al humano rubio esta noche,"
protestó el guarda. Cóm"¿ o vas a explicar que no esté en la
subasta? Le prometiste a Skoran un humano puro."
"Skoran lo entenderá," dijo el subastador. "Además,
esta casa de subastas me pertenec a mí, no a Skoran. Una
vez que el humano se haya ido, no hay nada que pueda
hacer. Le id remos que el humano murió."
El guarda no parecía convencido.
"Haré que os merezca la pena," el subastador
ofrice .ó nU¿" ob nus quizás?"
Un guarda miró con una pregunta en sus ojos al otro
y ambos asintieron a la vez.
"Consigue un coche y sácalos a los dos de aquí
na tes ed que lleug e Skoran", le subsa taod r ordne .ó
Rojan no tenía ni idea de quien era Skoran, pero
estaba de acuerdo con el suba stador. Quería salir de ahí
antes de que llegara y no tenía ningún problema en
escabullirse por la puerta de atrás. El pequeño humano era
suyo ha ora y no se taab id spuesto a renunciar a él.

20
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Cuando el subastador se le acercó y le pasó la


videotableta, Rojan leyó el c ontrato rápidamente y presionó
con su pulgar, dejando su huella , antes de pasarle una bolsa
de monedas al subastador. A cam bio, el subastador le dio a
Rojan los papeles que le c onvertían en dueño del humano.
Rojan los metió en el bolsil lo y cruzó la sala para
tomar la correa de manos de uno de los guardas. El humano
seguía atado, la correa engancha da en el collar y sus manos
t
a sad la rf ne te ua nque se taba tumbado en el suelo.
A oR jan no le ug staab la manre a ne que las se posas
de plástico magullaban sus muñecas. Se agchó y sacó una
garra, desgarrándolas sin problemas, el plástico cayendo al
suelo. Un quejido escapó de los labios del humano, un
escalofrío recorriendo su cuerpo.
Al aculillarse junto al hu mano, Rojan podía oler la
fragncia especial de su mascota ahora que estaab fuera de
la pequeña sala de entrenamie nto. Le rodeab, entrando por
sus poros y haciendo que su pol la se ne ud reic se e núa más.
Se regodeó en la anticipación de marcar a su compañero y
la frustración de saber que de bía esperar a que estuvieran
de vuelta en su nave. Iba a ser difícil, quería al humano
desesperadmente.
Rojan arropó al humano en la capa y luego lo
levantó, llevándolo sin dificult ad hacia la salida más

21
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

cercana. Ya había acbdo aquí . enT ía que volver a su nave


y despegar antes de poder disfrutar de su nuevo compañero.
"Oh, Capitán, por favor," dijo el subastador,
corriendo para alcanzarle, "hemos traído transporte para
llevarle a su nave, si vienne por qa uí..."
oR jan rg uñ,ó pero siguió la oba so led subsa taod r.
Le llevaron por una serie de pasillos hasta que llegaron a
una pequeña sala que perten aíce a los sirvientes. El
subastador abrió la última puerta, sujetándola mientras
Rojan salía con su premio en brazos. Un transporte les
espera.b
Sacudió la cabeza a la vez que la puerta se abría.
Entró y acomodó su preciado cargamento en su regazo. El
subastador era un imbécil pero tenía buena mercancía.
Rojan pidió que los llevaran al espaciopuerto y se relajó
para mejor contemplar a su mascota.
Rojan levantó al pequeño humano y lo colocó
contra su pecho antes de quita rle la venda de los ojos y
metérselo en el bolsillo. No había motivos por las cuales
debía asustar a su mascota más de lo necesario, aún. Los
ojos del hombre estaban cerrados.
Rojan sospechab que la ordalía lo había dejado
exhausto. Se agitaba y temblab, murmurando en sueños.
Rojan decidió que dormir era la mejor cura para su nuevo

22
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

compañero. Por ahora, le dejaría, pero en cuanto llegaran a


su nave, el humano tenía que hacerle frente.
"¿Señor?" dijo el conductor, mirándole a través del
retrovisor, "Necsito usar una ruta alternativa. Al parecr
hay algún tipo de conmoción más adelante."
Rojan suspiró. "De acuerdo." Miró por la ventanilla
mientras el conductor los mani obrab alredeor de varios
transportes y empezó a bajar por un estrecho callejón. Justo
antes de que el transporte gira ra Rojan vio al subastador y
tensó.
Un hombre alto sujetab al subastador por el cuello,
en el aire y lo sacudió. oR jan no podía oír que decía, pero
se hacía una idea. Los dos guardas que habían estado
vigilando a su compañero se encontraban tirados en el
suelo. Por la cantidad de sa ngre que les rodeab era obvio
que estaban muertos.
Rojan sospechab que el hombre que sujetab al
subastador era Skoran. Estaba más que seguro que la ira del
hombre tenía que ver con el pequeño humano que tenía en
sus brazos.
Levantó una mano y activó el transmisor que tenía
en la oreja, esperando que Keillor, su hombre de
comunicaciones, le contestara.
H
" ola."

23
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

"Lor," dijo Rojan, "dile a Rav que quiero los


motores en marcha y la nave preparad para despegar en
cuanto llegue. Y quiero que Seron se encuentre conmigo en
la esclusa."
"Entendido jefe," contestó Lor.
"Quiero estado de máxima alerta, Lor."
"¿Problemas, Rojan?" Lor preguntó, toda
profesionalidad de repente.
"Nad de lo que no me pueda encargar, Lor. Solo
quiero ser precavido. Quiero que estéis especialmente
atentos de un hombre llamado Skoran."
"Entendido."
Rojan colgó y miró al hombre que tenía entre sus
brazos. "Espero que merezcas las pena, mascota."

24
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

CAPÍTULO 2

yT ion se despertó lentamente. Un zumbido resonaba


en su cabeza, desapareciendo hasta que solo era un
murmullo. Dejó que los sonidos se if ltraran por su atontado
cerebro antes de abrir lo s ojos un poco, mirando la
habitación pintada de blanco.
Se imaginaba que se encontraba en una especie ed
enfermería, dao el equipamiento extraño, luces
parpadeantes y los electrodos pegados a su pecho. Pero
podría estar equivocado.
Supo antes de abrir los ojos que no estaba dormido
en su cama en Seattle. Eso lo había sabido desde hacía
varios saíd ya. Hay oc sas que un hombre no puede olvidar,
como una luz cegadora que lo ha bía aspirado hacia el cielo.
yT ion siempre había oído historias de gente que
había sido abducida por aliení genas, pero nunca los había
creído. Eso cambió hace tres íasd . hA ora sabía que los
alienígenas existían. ma T bién estaba seguro de que estaba
en una especie de infierno.
Había sido abducido, volado por el espacio, y tirado
en una casa de subastas a lienígena. Para más colmo, un
alienígena ed dos metros con pelo negro azabche, orejas
puntiagudas, colmillos, arg ras y cola lo había nombrado
como su mascota, de su propieda.

25
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

yT ion tembló con solo pensar en el gigantesco


alienígena. Había algo cautivador en él, pero yT ion no
podía dar con exactamente el qué. Su reación ante el
hombre le confundía. No había tenido un orgasmo así en su
vida, y menos con un completo desconocido, un alienígena
además.
"Ah, estás despierto."
yT ion se sobresaltó. Sus ojos escanearon
rápidamente la habitación hast a que se encontraron con una
figura azul en la puerta. Era cas i tan alto como el hombre
que había declarado a yT ion como su mascota, pero no
tanto.
"Uh . . ."
"Soy el doctor Seron," dijo el hombre mientras se
adentraba en la habitación. Se dirigió a un armario y lo
abrió, sacando varios objetos. yT ion no sabía exactamente
qué eran y no estaba muy seguro de querer saberlo.
"Me gustaría saber algo de tu historia médica antes
de que empecemos," dijo el médico.
"¿Em—empezar qué?" yT ion podía sentir como el
pánico se adueñab de él. Inte nto sentarse para poder echar
a oc rrer, y sed uc rb ió que su s brazos y piernas estaban
atados a la cama en la que es taba. Vale, ataque de pánico
inminente.

26
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

El médico le miró y sonrió. "No tienes por qué


asustarte. Solo unas vacunas y cosas así."
"¿Entonces por qué estoy at ado?" yT ion alzó la voz.
Su pánico se desbordó por completo cuando el
médico cruzó la sala y se le acercó, un extraño instrumento
en las manos. Era largo, delgado y parecía estar hecho de
algún tipo de metal de color plateado. yT ion había oído
hablar de cosas así. oT do el mundo había oído de ellos. Se
llamabn sondas. oT do el mundo sabía que los alienígenas
usaban sondas para torturar a sus víctimas
Cuanto más se acercab el médico, mas aterrorizado
se encontraba yT ion. iT ró de las correas que sujetabn sus
brazos y piernas, pero no cedieron ni un centímetro. Sentía
que su pecho iba a explotar ed la na ug stia que sentí.a
yT ion cerró los ojos para escapar de las imagines
que llenabn su cabeza y gritó. Los bordes de su visión se
volvieron borrosos y grises, y la habitación empezó a girar.
Oyó a alguien hablar, sintió manos recorrer su cuerpo y un
agudo pellizco en un brazo. rT as eso, todo se volvió
oc nfuso.

"Abre los ojos, mascota."


yT ion abrió los ojos y encontró al gigantesco
la iennegí a inclinánod se sobr e él. Frunció el ceño por un
momento, y rápidamente escan eó la sala. El otro

27
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

alienígena, el que tenía la sonda, había desaparecido. Solo


estaba el grande ed piel nerg .a
"¿Puedes sentarte?"
yT ion miró al alienígena de pelo negro, confuso. De
repente se dio cuenta de que la s correas ya no le sujetabn a
la mesa. Asintió con la cabeza y el alienígena lo ayudó a
sentarse. Aun así, era más alto que yT ion.
"¿Cómo te encuentras?"
"Estoy bien." ¿Lo estaba? Sus recuerdos eran
borrosos. yT ion no se acordab de gran cosa aparte del tío
azul con la sonda.
El hombre le miró por unos momentos y asintió
como si hubiera tomado una decisión. "Voy a llamar al
médico" dijo. "Quiero que c ontestes a sus preguntas.
¿Entendido?"
Confuso, yT ion asintió. Levantó la mirada cuando la
puerta se abrió y el médico volvió a entrar. Los ojos de
yT ion se abrieron de par en pa r. Era el alienígena azul con
la sonda. No podía ver la sonda , pero sabía que el hombre
tenía uno.
A medida que el medico avanzaba, yT ion empezó a
acercarse al otro alienígena. Ca da paso que dab el médico
hacía que yT ion se apretara más contra el otro hasta que
casi estaba escalándole.
"¡Ya basta, mascota!"

28
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

yT ion se quedó inmóvil. No sabía nada sobre


alienígenas, pero reconocía el tono. El hombre no estaba
contento con él. De hecho, sonaba realmente enfado.
yT ion recordó las palabras de l hombre sobre castigos si no
obedcía y el azote a su trasero.
yT ion no quería que el hombre se enfadra con él,
pero desde luego no quería al mé dico alienígena cerca ed él
tampoco. Consideró sus opciones. Si se resistía, el grandote
le castigaría de alguna mane ra. Si no, era posible que
muriese de of rma espantosa. Ninguna parecía una buena
elec ión.
yT ion agrró al hombre por los brazos y levantó la
mirada. Sintió que sus ojos se llenabn de lágrimas
mientras se preparab para supl icar por su vida. Se sentía
como un auténtico cobarde. "Por favor," susurró.
Los ojos dorados del alienígena perecían
dulcificarse. yT ion cerró lo s ojos cuando las manos del
hombre acriciaron su pelo tiernamente. Apoyó la cabeza
en el pecho del alienígena. Pa ra su sorpresa, podía oír un
corazón latiendo con fuerza debajo de su oreja. No sabía
que lo alienígenas tuvieran corazón.
"Doc no te va a hacer daño, mascota," el hombre
dijo en voz baja. e "T lo prom eto. Solo tiene que hacerte una
revisión y asegurarse de que estás sano."

29
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Una mano debajo de su barbilla levantó la cara der


yT ion para mirar al alienígena.
"Me quedaré aquí contigo, v¿ ale?"
yT ion asintió y se giró para mirar al médico cuando
el hombre se aclaró la gargan ta. Estudiab nerviosamente
cad uno de los movimientos del médico. Incluso con la
promesa del grandote, yT ion se apretujo contra él cuando el
médico se acercó al borde de la camilla. Sintió que el
hombre le dab palmaditas en el hombro mientras el
médico hablab.
"Como decía antes, mi nombre es Doctor Seron. La
mayoría de la gente me llama solo Doc. Tú también
puesed ."
yT ion asintió. El doctor ag rró una eld gad caja del
tamaño de un libro y empezó a darle a botones en ella. La
curiosidad de yT ion casi pudo con su miedo, pero no lo
bastante como para apartarse del hombre que profesab ser
su amo.
"Ahora, cóm¿ o te llamas?" El hombre azul
preguntó, mirando a yT ion.
y"T ion Rhodes."
El medico apretó unos cuantos botones más. Las
luces en el pequeño aparato parpadearon. yT ion se dio
cuenta de que el instrumento que el médico sujetab era

30
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

una especie de ordenador en miniatura y que estaba


apuntando la información sobre yT ion en él.
C¿"uná tos oña s tiense ? E¿n oña s terrestres?"
"Veintitrés."
De nuevo, más botones y más flashes de luces.
"¿Alguna vez has estado enfermo?"
yT ion frunció el ceño. "Cla ro, todo el mundo se ha
puesto ne ref mo la ug na vez."
"Por favor explica la naturaleza de estas
enfermedaes. Necesito un hist orial médico completo."
u"T ve la varicela cuando te nía dos años y me rompí
un brazo a los nueve. Y he tenido algunos catarros a lo
largo de los años." yT ion se encogió de hombros. "Aparte
de eso, estoy sano."
"¿Cuántas parejas sexuales has tenido?" el medico
apuntó más información en la extraña caja.
El miedo de yT ion empezó a escalar cuando sintió
la mano que le palmeab, agrrarle. Sentía como su pecho
se oprimía otra vez. "D-- dos."
"¿Hombre, mujer o ambos?" El médico seguía
haciendo preguntas como si no se tratase de temas
terriblemente personales y embarazosos. Cuando yT ion no
contestó, el médico le miró a los ojos. "¿Hombre, mujer o
ambos?" repitió.

31
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

"¿Realmente tengo que contestar eso?" yT ion


preguntó. N"¿ o podemos dejarlo en dos y ya está?"
"Necsito saber la medida de tu experiencia sexual
antes de que Rojan empiece tu entrenamiento." Explicó le
médico. "Vuestras dos razas son compatible por lo general,
pero hay algunas diferencias y es importante que sepa los
límites a los que puede llegar tu cuerpo. Eso incluye un
historial médico y sexual completo."
Las mejillas de yT ion ardieron. Agachó la cabeza,
avergonzado.
"No te preocupes, mascota," dijo Rojan, "contesta a
las preguntas del médico."
"Hombres," susurró yT ion, sus mejillas
enrojeciendo aún más. Sintió la mano de Rojan acriciar su
pelo otra vez. Creyó oír un suave ronroneo que venía del
pecho del alienígena, pero desapareció antes de que pudiera
asegurarse
P
"¿ uedes explicra la naturalze a de tus relcia ones
sexuales con estos dos hombres?"
yT ion se quedó boquiabierto. ¿Qué si podía qué?
y"T ion," el medico levantó la mirada de su caja para
encararle otra vez, "Necsito saerb qué clase de relaciones
sexuales has tenido. P
¿ enetración? ¿Sexo oral?
E¿stimulaic nó manual?"

32
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

yT ion giro la cabeza y la apretó contra el pecho del


alienígena que lo sujetab. Se iba a morir de la vergüenza,
lo sabía. Nunca había hablado de estas cosas con nadie, ni
siquiera con los dos tíos con los que se había acostado.
"Contéstale, mascota," le ordenó Rojan.
¡Ni de coña! yT ion sacuid ó la cabeza.
"Doc?" oyó a Rojan decir. N"¿ os da un momento,
por favor? Necesito convencer a mi mascota de los méritos
ed la obide ne ic .a "
"Sin problemas, Rojan."
Unos segundos más tarde, yT ion oyó la puerta
cerrarse. Empezó a levantar la cabeza, pero exclamó al
sentirse levantado y volteado, su cuerpo sujeto contra la
cama por el pesado brazo del hombre.
"Sé que no lo entiendes, mascota, y te pido
disculpas por ello," dijo Roja n. "Sin embargo, creo que es
necesario que dejemos las cosas claras desde el principio.
iT enes que entender que mis órdenes se actan siempre, te
gusten o no."
yT ion se intentó apartar de Rojan, pero el peso y la
fuerza del hombre lo tenían inmovilizado. Oyó algo
rasgarse justo antes de que el aire frío acriciase su trasero.
yT ion se estremeció. Forcejeó. Se agitó. Empujó contra la
mano que lo tenía sujeto. No le sirvió de nada. Nada de lo
que hacía funcionaba. oR ja n podía con él. yT ion gritó

33
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

cuando la manaza del hombre aterrizó en sus nalgas


sed nudsa .
"¡Para!" gritó yT ion. "¡Eso duele, joder!"
"Me obedcrás, mascota," Rojan azotó a yT ion otra
vez, y otra, y otra.
yT ion perdió la cuenta de cuantas veces le pegó
Rojan. El dolor en su trasero era tan intenso, tan ardiente,
que creyó que nunca se sentaría de nuevo. Para cuando
Rojan lo levantó de nuevo, la mirada enfurecida de yT ion
estaba oculta por las lágrimas silenciosas que caín.
Rojan sujetó a yT ion cuidadosamente entre sus
rb za os, tenienod uc idoda ed que no pa oyara le peso ne su
dolorido trasero. Levantó la ca ra de yT ion hacia el suyo,
mirándole. yT ion le miró iracundo. "¿Me obedcrás
ha ora?"
yT ion apretó los labios, enfado.
"No te oigo, mascota."
"¡Qué te den!" yT ion le contestó secamente. No
podía crer que le habían dao una azotaina. No le habían
azotado desde que era un niño. "No es asunto tuyo con
quien me acuesto o me dejo de acostar."
"Ahora eres de mi pr opieda," Rojan gruñó. " Todo
lo que hagas es asunto mío."
yT ion empujó a Rojan y se bajó de la cama antes de
que le pudiera detener, sorprendiéndole. Camino hacia

34
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

atrás, sin apartar los ojos del alienígena. Señaló a su propio


pecho con su deo.
"Me pertenezco a mí mismo y a nadie más. Me
importa un bledo lo que digan tu s reglas. No tienes derecho
a mantenerme aquí." El corazón de yT ion se aceleró cuando
vio la cara de Rojan mientras el hombre avanzaab hacia él.
Esta vez la había liado gorda.
e "T compré con todas las de la ley, mascota" rugió
Rojan. "Me pertene--"
"¡No soy tu puta mascota!" Se golpeó el pecho.
en"T go un nombre. yT ion, yT ion Rhodes."
Rojan le lanzó una mirada fulminante. Aunque
yT ion no lo creyera posible, su xe presión se ne ud reic ó núa
más. "¡Me obedcrás!"
"¡Ni de coña!"
Rojan avanzó un poco más y yT ion empezó a buscar
algo con lo que defnderse. No quería hacerle daño al tipo,
pero no podía permitir que le dañran a él tampoco.
A yT ion le sorprendió tanto el repentino
movimiento de Rojan, que apenas tuvo tiempo para
parpadear antes de encontra rse capturado, el hombretón
inmovilizándole contra la pared con todo su cuerpo. Sentir
la respiración de Rojan contra su cuello hizo que yT ion se
estremeciera.

35
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

e "T dije lo que te pasaría se me desobedcías,


mascota," Rojan apretó los dientes. "Serás castigado por tu
rebeldía."
yT ion frunció el ceño. Estaba bastante seguro de
que ya lo habían castigado. Qu¿ é se pensaba Rojan que
eran los azotes? ¿Unos golpecitos amorosos?
"Es bastante obvio que los azotes no funcionaron,
así que tendré que probar otra oc sa", oR jan pensó ne voz
alta.
yT ion se estremeció cuando si ntió el hombre oler su
cuello.
Q¿"uierse sareb qué se lo que te voy a harec "?
yT ion quería pero no quería admitirlo a Rojan.
Aunque empezó a hacerse una idea de cómo Rojan lo iba a
castigar cuando sintió como sus manos recorrieron su
cuerpo hasta envolver su polla que se se taab ne ud reic ne od ,
acriciándola hasta que obtuvo una ereción. Rojan lo iba a
torturar.
yT ion gimió cuando el pulgar del hombre apretó
contra la pequeña hendidura en el glande. No podía evitar
empujar sus caderas hacia adelante, presionando su polla a
través del puño de Rojan. Exclamó cuando de repente se
vio levantado en brazos y llevado hasta la camilla. Sus ojos
se abrieron de par en par y se olvidó por completo de su
polla cuando Rojan agrró sus manos por encima de su

36
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

cabeza y atads a la cama. Sus pies fueron lo siguiente en


ser inmovilizados.
Rojan se colocó a los pies de la cama. yT ion
forcejeó contra las correas que le sujetabn No le gustaba
que lo inmovilizaran, le hacía sentirse demasiado
indefnso. En ese momento Rojan separó los estribos que
sujetabn las piernas de yT i on y se colocó entre ellas.
La respiración de yT ion se entrecortó cuando se dio
cuenta de las ventajas de es ta posición. El bulto en los
pantalones de Rojan apretab co ntra el escroto de yT ion. La
polla de yT ion rebotaba entr e los dos cuerpos, pidiendo
atención.
A yT ion no le gustaba el bril lo en los ojos de Rojan.
Sabía incluso antes de que Rojan agrrase su polla que
había perdido esta batalla. Rojan lo iba a torturar y yT ion le
daría lo que quisiera. Podría hablar ahora y detener la
tortura, pero le gustaba demasiado la sensación de la mano
del hombre rodeando su ereción. Además quería saber que
considerab tortura este alienígena.
Al menos, pensaba que quer.aí Cuna od oR jan
empezó a acriciarle, yT ion se preguntó si era verda.
amT bién se preguntó si iba a s obrevivir a lo que Rojan le
iba a hacer. El alienígena parecía saber exactamente la
fuerza con la que agrrar la polla de yT ion, cuán rápido
acriciarle.

37
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Rojan tuvo a yT ion incoherente y balbuciendo en


menos de un minuto, lo cual no auguraba nada bueno para
la futura resistencia de yT ion contra el hombre. El placer le
cortocircuitó el cerebro, uf e go recorría sus venas. Cuando
un deo lubricado se insinuó entr e las nalgas de yT ion y le
penetró, yT ion no lo soportó más. Haría todo lo que Rojan
quisiera si el hombre prometía no parar.
"¡Por favor!" yT ion suplicó, empujando sus caderas
hacia arriba, y luego hacia abjo para empalarse en el deo.
"No pares, por favor no pares."
yT ion rag ró le oc lchnó por ne ic ma ed su zebac a
cuando sintió un segundo deo in sertarse. Con lo grande
que era Rojan, dos deos eran lo más grande que yT ion
había tenido dentro de él. Casi le asustaba averiguar como
ed rg na ed re a la polla led la iennegí .a
Q"¿uieres oc rrerte?"
"¡Sí!" yT ion podía sentirse rec ac ed xe plotar, justo
al borde de su orgasmo. Su respiración quemab su
garganta. Sus caderas bombeabn frenéticamente entre la
mano que agrraba su polla y los ode s ned tro ed él.
Cuando los deos de Rojan se curvaron, yT ion sabía
que estaba perdido. Su cuerpo se tensó. Gimió y empezó a
caer solo para gritar cuando los deos dentro de él se
retirasen y la mano en su polla agrró la base y apretó,
evitando su orgasmo.

38
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

"¡No!" yT ion protestó c on un aullido. "Por favor."


"¿Quieres correrte, mascota?" Rojan preguntó otra
vez.
S
¡" !í"
e "¿T vas a portar bien?"
S
¡" !í"
"¿Vas a contestar a las preguntas del médico
honestamente y sin rodeos?"
S
¡" !í"
De repente Rojan se inclinó sobre yT ion, sus ojos
dorados mirándole fijamente. "Quiero que recuerdes este
momento, yT ion, recuerda qui en manda aquí, porque no
eres tú, mi preciosa mascota."
yT ion asintió, ansiando que Rojan se moviera, de
que le dejara correrse. Habría dicho lo que fuera en ese
momento.
"Dilo, mascota," exigió Rojan. Movió su mano
arriba y abjo sobre la polla de yT ion. "Quiero oír las
palabras para que no haya malentendidos. ¿Quién manda
qa uí?"
"¡Tú!
"Muy bien, mascota," respondió Rojan.
uceR¿" re sad que te id je que si me obedcías serías
recompensado?"

39
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

yT ion asintió uef sivamente . Cre ró los ojos y rg itó


cuando los deos de Rojan le penetraron profundamente de
nuevo. Premio y castigo se confundieron en su cabeza de
tal manera que yT ion no sabía cuál le estaban dando. Solo
sabía que si quería que el exqui sito placer continuase, tenía
que hacer todo lo que Rojan quisiese.
"¿Vas a obedcrme ahora, mascota?" preguntó
Rojan.
"Sí," gimió yT ion.
"Entonces puedes correrte."
Ambas manos empezaron a moverse. El placer
recorrió todo el cuerpo de yT ion, sobrecargando sus
sentidos hasta que no podía sen tir nada excepto el toque de
las manos del hombretón sobre su cuerpo.
yT ion se taab tan rec ac que solo hicire on laf ta unas
pocas caricias de la mano de Rojan para que su mundo
explotara, perlas lb ancas de semilla escapando sobre su
estómago y los deos de Rojan. yT ion gritó, su cuerpo
entero temblando de la intensidad de su orgasmo. Su
cuerpo perdió la tensión y se relajó sobre la camilla,
jadeando. yT ion giro la cabeza hacia el hombre que
acb de poner su mundo patas arriba justo a tiempo para
ver como Rojan se limpiaba la mano con la lengua. emT lb ó
de deseo a pesar de que acb de correrse.
"Joder, eso es sexy," murmuró yT ion.

40
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Ojos od raod s se levna tar on hasta ne oc ntrarse oc n


los suyos. yT ion se sonrojó. enT ía que parecr terriblemente
lascivo. Sus brazos estaban sujetos por encima de su
cabeza. Sus piernas estaban suje tas y separasd . Y para más
colmo tenía semen cubriéndole su estómago desnudo.
"Er . . . podría--" yT ion tiró de sus manos atads.
"¿Podría vestirme?"
Rojan sacuid ó la cabeza. Desató las piernas ed
yT ion y lueog rodeó la cama para hacer lo mismo con sus
manos. Agarró a yT ion y le ayudó a sentarse antes de
pasarle un trapo con el que limpiarse. "Doc va a querer
examinarte, mascota. Puedes taparte con esto mientras
tanto."
yT ion agradeció la sábana blanca que Rojan le
ofreció. Lo agrró y envolvió su cuerpo en ella, metiendo
las esquinas bajo sus brazos. Sus manos todavía temblabn,
y lo mismo sus piernas, pero yT ion no recordab haberse
sentido así de relajado jamás.
"Ahora, el medico va a volver y espero que
contestes todas sus preguntas sin titubeos ni rodeos,"
Rojan dijo tras un momento. En"¿ tendido?"
"Sí," murmuró yT ion resentido.
"Buen chico."
yT ion entornó los ojos mientras miraba a Rojan
caminar hacia la puerta desde detrás de su flequillo. Se

41
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

sentía más confuso de lo que jamás se había sentido en su


vida. Su futuro se le había hecho claro de manera
innelbag .e
Era un esclavo. No tenía derechos, ni control sobre
su propia vida, salvo por lo que su amo le concediese. Y ese
amo era un alienígena de piel negra y de más de dos metros
de alto que ofrecía plac er como forma de castigo.
yT ion se revolvió un poco cuando el escozor de su
trasero que volvió un dolor sordo. Iba a amoratarse.
Siempre le pasab. Su madre era irlandesa y yT ion había
heredao su piel pálida. Si no visitaba las cabinas para
broncearse parecría un albino. Su piel clara le hacía
amoratarse fácilmente y siempre parecían peor de lo que
realmente eran.
La puerta se abrió y el medico volvió a entrar. yT ion
le miró cruzar la sala con Rojan, hasta que éste se puso
detrás de yT ion. Doc agrró su ordenador otra vez y
empezó con las preguntas de nuevo.
yT ion se aseguró de que c ontestaba a cad pregunta
con toda la rapidez y sincerid ad que podía. No tenía ni idea
de si tenían alguna manera de saber si decía la verda o no,
pero no se iba a arriesgar. Le hubiese encantado disfrutar de
lo que Rojan considerab castigo, pero temía averiguar qué
haría el hombretón si se ne abdf ed ver.da

42
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Mantuvo sus manos apretados en la sábana para


evitar protestar ante las pre guntas. Ni siquiera protestó
cuando el médico le hizo solta r la sábana para examinarle
dentro y fuera. Simplemente cerró los ojos e imaginó que
estaba en otro lugar. Se moría ed la verneüg za.
"Vale, creo que eso es todo lo que necesito," id jo
Doc mientras yT ion se sentaba. "Necsita descansar. Yo
diría que veinticuatro horas de sueño ininterrumpido serían
suficiente." El médico miró a Rojan. e "¿T gustaría que le
diese algo para ayudarle a dormir?"
"No, creo que me hago una idea de cómo conseguir
que sed nac se", oR jan sonrió.
"Muy bien," dijo el médico.
"Ven, mascota."
yT ion se bajó con cuidoad de la camilla y se race có
a Rojan. Bajó las manos para uc rb ir sus neg italse . oR jan
había destrozado lo que lleva ab puesto na tes y no saaíb
nód ed se taab su ropa.
"¿Cuándo quieres marcarle?" preguntó el medico
casualmente mientras limpiaba la habitaic ón
¿Marcarle?
"Antes del próximo atraque, pero todavía no he
decidido lo que quiero," cont estó Rojan. "Ya te diré."
yT ion queraí preug ntar s obre qué estaban hablando,
pero estaba demasiado asusta do para abrir la boca. Su

43
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

estómago estaba revuelto debido a la ansieda y


frustración. La vida en la iT erra no había sido un jardín de
rosas, pero jamás se había sentido tan inseguro.
No sabía lo que el alieníge na quería de él. Se hacía
una idea considerando todos los tocamientos que había
recibido, pero aparte de eso… na da. En la casa de subastas,
yT ion se había sentido intrigado sobre el hombre al que
ahora pertenecía. Parecía mu cha mejor eleción que subir
al podio de subastas. Ahora se preug ntaab si haaíb hehc o
bien. ¿En qué lío se había metido?
Estaba en un mundo alienígena, un lugar que se
escapab a su comprensión. El miedo heló su sangre
cuando se dio cuenta de que su propia vida pendía de
obedcr a alguien que ya había demostrado que podía
conseguir el consentimiento ed yT ion a lo que uf re a oc n
solo el toque de sus manos.
El infierno existía de veras, y esto es lo que era.

44
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

CAPÍTULO 3

Rojan podía oler la confusión y el miedo que emitía


su mascota mientras envolví a su uc re po sed nudo ne una
capa. Sabía que yT ion le temía tras haber recibido su
castigo, pero no había nada que pudiera hacer para evitarlo.
Su compañero tenía que entender quién mandab. Él hacía
las reglas y era el debr de su compañero obedcrlas, lo
quisiera el hombrecito o no. No se arrepentía de haber
azotado a su compañero, pero sí se arrepentía que ahora el
hombre le temiese.
Aunque la idea original era que el hombre fuera su
mascota, resultó que también era su compañero. Rojan
sabía que a los ojos del resto del universo (excepto los de
su propia raza) el hombre se ría una mascota humana sin
más derechos que los concedidos por su amo. Menos mal
que los otros Phangars serían más tolerantes con sus
estallidos. Presentía que ambos iban a necesitar mucha
paciencia de los demás, sobr e todo durante el periodo de
entrenamiento.
Rojan atesoraba el hecho de que finalmente había
encontrado su compañero. La conexión que se forjaría entre
él y el hombrecito duraría toda su vida. A pesar de lo que
pensara yT ion, Rojan si se arrepe ntía de tener que tratar al

45
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

hombre como una mascota en compañía de otros, pero era


se o o perred le. Y se o no era una opción.
Mientras Rojan acompañab a su compañero por los
pasadizos hacia su camarote, se preguntó si el miedo que
sentía yT ion era algo malo. El humano estaría más
dispuesto a obedcr ró dene s si creía que iba a ser
castigado. Causaría menos problemas entre ellos. Rojan
frunció el ceño cuando vio a yT ion tambalearse. Su
hermosísimo compañero todavía no le miraba a la cara y
sus mejillas ardían. Quizás debría tratar a yT ion con un
poco más de cuidado durante un tiempo. El hombre tenía
que estar acojonado. Había sido procuraod para la sac a ed
subastas así que estaba clar o que no estaba aquí por su
propia voluntad. Nadie procurado para la casa de subastas
lo estaba. Si añdís al hec ho de su involuntaria cautividad
el que el hombre era de la iT erra y que se había enfrentado
a cosas tan por encima de su experiencia que ni se las
habría imaginado, a Rojan le sorprendía que yT ion no
hubiera perdido los papeles antes ed ha ora. Estaab sab tante
seguro de que ocurriría. Y en un futuro no muy lejano.
Genial. Una bomba de relojería.
Parándose ante la puerta de su camarote, Rojan
colocó su mano en el sistema de seguridad de huellas de
mano. Una luz verde parpadeó bajó su mano y la puerta se
abrió con su habitual swusss.

46
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Le dio a unos pocos botones antes de agrrar la


mano de yT ion y colocarlo firm emente sobre el lector de
seguridad hasta que la luz ve rde parpadeó de nuevo. Ahora
yT ion podría entrar y salir de su habitación. Solo Rojan
podía prohibirle entrar o salir.
"Poner tu mano en el panel de seguridad abrirá y
cerrará la puerta, mascota," dijo oR jan mientras le ne seabñ
a yT ion su nuevo hogar. "Nadie más puede abrir la puerta
sin los permisos necesarios." Miró a yT ion cuando el
humano se detuvo de repente en medio de la sala. Su
compañero parecía nervioso y empezab a preocuparle.
Rojan decidió vigilarle aún más de cerca. P
"¿ or qué no
echas un vistazo mientras yo preparo algo de comer?"
yT ion asintió distraídamente. Cuando los ojos gris-
azulados de su mascota se encontraron con los suyos
dorados, se dilataron de miedo y su cara palideció.
Rojan frunció el ceño. yT ion parecía temerle más de
lo que debiera. Vale que ha bía azotaod el trasre o del
hombre, y luego le había da do placer como un castigo, pero
no había sido cruel. Al menos , no creía que lo había sido.
No le había dao una paliza o al go por el estilo. Sacudió la
cabeza y se dirigió a la cocina. Normalmente Rojan comía
en la cantina con el resto de la tripulación, pero tenía una
pequeña cocina en su camarote por si quería cocinar él
mismo.

47
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Cogió unos ingredientes, los mezcló y los echó a la


cámara calorífica. Cuando volvió a la sala principal le
sorprendió ver que yT ion seguía donde le había dejado. El
hombre no se había movido ni un centímetro.
iT¿" ne se hamrb ,e masoc ta?"
yT ion le miró. Parecía un poco atontado. Sus ojos
no parecían enfocar bien y no hacía más que echar miradas
nerviosas por toda la habitaci ón. yT ion agrraba la capa que
tenía por encima de los hombros como si fuera un escudo y
sus manos hacían puños y se re lajnab mientras tembl.ab
S
" .í "
"Entonces siéntate y come." Moviéndose despacio
para no asustar al ya bastante nervioso humano, Rojan se
fue a la cocina y sacó la comida de la cámara. Puso la
comida en la mesa y volvió a la oc ic na a por od s platos.
yT ion se taab ed pie junto a la mesa cuando salió de
la cocina. Su compañero estaba mirando la comida que
Rojan había preparado con una expresión de confusión en
su cara. Rojan se rió. Se apos taba lo que fuera que yT ion
nunca había probado prohat antes. El plato era una mezcla
de quesos, carnes y vegetales del mundo de Rojan. Comía
prohat porque era uno de sus platos favoritos y además era
fácil de preparar.
"Siéntate, mascota."

48
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

yT ion se estremeció un poco cuando se sentó, pero


enseguida lo borró de su cara.
Rojan frunció el ceño cuando lo vio y se sentó en
frente de yT ion. Sirvió un plato para cad uno y empezó a
saborear la deliciosa comida. Rojan había tomado varios
bocados cuando se dio cuenta de que yT ion no había
empezado aún. Paró, el tenedor a medio camino a su boca,
para mirar a yT ion. i"T enes que comer, mascota. Pronto
será la hora de acostarse y Doc quiere que descanses."
Rojan esperó, mirando a su compañero hasta que
yT ion tomó unos cuantos bocados antes de deicar su
atención a su propio plato. Iba a tener que reconsiderar todo
esto del castigo. yT ion parecía muchísimo más
traumatizado de lo que Rojan esperab. No sabía si había
sido los azotes o el placer que le siguió o un conjunto de
todo en general, pero se estaba comportando como si
estuviera realmente asustado. Rojan empezab a realmente
preocuparse por su pequeño y frágil compañero. Rojan
suspiró y tomó una decisión: por la mañana, empezarían el
entrenamiento y yT ion aprendería qué se esperab de él.
Mientras tanto, esperab que unas horas de sueño ayudaran.
"¿Has acbdo?" preguntó Rojan cuando yT ion dejó
el tenedor en la mesa junto al plato.
"Sí, gracias," murmuró yT ion con voz monótona.

49
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Rojan se puso de pie y le tendió la mano al hombre.


Necesitaba meter a su compañero en la cama antes de que
el hombre se cayera de sueño. yT ion parecía exhausto y
probablemente iba a quedarse rf ito ud rante varias horas,
quizás la noche entera.
"Vamos, mascota. Vamos a la cama." le pidió Rojan.
yT ion tomó su mano y siguió a Rojan hasta la
habitación. Rojan soltó la mano de yT ion y se dirigió a la
cama. Dobló las sábanas hacia atrás y miró a su mascota.
"El cuarto de baño está por ah í," id jo mientras señalab a
una puerta en la pared opuesta. N"¿ ecsitas usarlo?"
"No."
"Entonces ejd a la capa en esa silla y métete en la
cama." Rojan se sentó en el otro lado de la cama y empezó
a quitarse las botas. Ya había visto a yT ion desnudo y sabía
cómo era su cuerpo (increíble para ser más exactos), pero
quizás un poco de privacida le haría calmarse un poco.
Rojan supo que había hecho lo correcto cuando
sintió que el colchón dab de sí un poco ante el peso de
yT ion. Sonrió mientras dejab caer las botas al suelo,
quizás le estaba cogiendo el tranquillo a esto de ser
compañero. Quitó su transmisor de su oreja, lo dejó en la
mesilla de noche y tapó a ambos con las mantas.
Girándose para encarar a yT ion, vio que el hombre
se había escondido debajo de las mantas. Sacudió la cabeza

50
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

y se acurrucó junto a él, rodeando al humano con sus


brazos. Necesitaba ir al puent e pronto, pero quería esperar a
que yT ion se quedase dormido.
"Duérmete, mascota."

****

"¿Doc?" llamó Rojan al entr ar en la enfermería al


día siguiente. "¿Cres que podr ías echarle un vistazo a mi
mascota? Lleva durmiendo desde ayer, y empiezo a
preouc parme."
Rojan estaba más preocupado de lo que dejaría al
médico saber. No le había dicho a nadie que su mascota era
también su compañero porque quería esperar a marcar antes
de declarar eso. Ahora le pr eocupaba el no poder anunciarlo
jamás. yT ion no hacía más que dormir.
"Por supuesto, Rojan," contestó Doc. "Me
encantaría."
"¿Es normal que duerma tanto?" Rojan tamborileó
los deos contra su muslo mien tras esperab la respuesta
del médico.
"Bueno, ha sufrido bastante trauma en los últimos
días, tanto emocional como me ntal. Si añdimos el viaje
espacial y su secuestro a esto, es normal que duerma, es la

51
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

manera que tiene el cuerpo de darle a la persona tiempo


para procesar todo lo qu e les se tá ocurrienod ."
Rojan frunció el ceño, frustrado. "¿Qué tipo de
trauma?"
"Rojan, sabes que los terrícolas son una raza muy
primitiva."
Rojan asintió.
"Ser abducido de su casa y todo lo que conoce por
criaturas alienígenas y vendi do al mejor postor tiene que
ser una presión mental y emoc ional terrible para un hombre
joven."
"Supongo que nunca me pare a pensarlo así."
Consideró Rojan. No estaba seguro de que le gustaba la
direción que esta conversaci ón estaba tomando. Le hacía
parecr una de las principales causas del trauma de yT ion.
Las dudas empezaron a asaltar al alienígena nerg o. ¿Había
contribuido a la condición de Tyion? "Doc, cr¿ es qué se
pondrá bien?"
Doc se encogió de hombros. "Es difícil saber. Los
terrícolas son criaturas eld icads, amigo mío. El más uf erte
podría cedr ante la presión y el más débil podría ser
inquebrantable. Nunca se sabe."
"¿Cres que el haberlo comprado fue demasiado
para él?"

52
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

"Ya te he dicho, es difícil saberlo, Rojan" el médico


repitió con paciencia. "No sé lo que puede o no puede
soportar. Lo sabremos con el tiempo. Y si tú no lo hubieras
comprado, lo habría hecho otra persona."
Rojan detectó un atisbo de censura en la voz de
Doc y la culpa que sentía creció. Sus manos se cerraron en
puños. yT ion era su compañero. Renunciar al pequeño
humano ya no era una opción. No podía, aunque no lo
hubiera marcado todavía.
"Lo que sí te puedo decir es que tu mascota necesita
apoyo, comprensión y que lo traten con cuidado, por lo
menos hasta que se acostumbre a su situación. Los cambios
que ha sufrido su vida en los últimos días han sido
impresionantes. No tiene nada de su vida anterior. Ni
siquiera la comida es igual. Va a necesitar tiempo para
adptarse a lo que es en es encia una vida completamente
nuev.a "
Rojan apretó los labios, irritado y asintió con la
cabeza. Las palabras del médico le hacían sentirse como el
monstruo que yT ion seguramente le considera.b Nunca se
había parado a ver las cosas desde el punto de vista de su
compañero. No era una visión agradble.
Iba a tener que reconsiderar como tratab a su
pequeño compañero. Rojan estaba seguro que en la iT erra,
yT ion era considerado un homb re fuerte. Rojan había visto

53
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

las videoemisiones como todos los demás. La televisión


humana era graciosa y ahora se alegrab de que la usara
para distraerle en noches solitarias. Le dab una idea de
cómo pensaban los humanos. Según las cosas que había
visto Rojan, a yT ion se le consideraría un chico muy
atractivo. Estaría lo más arri ba en la cadena alimenticia,
como Rojan lo era un su mundo natal.
enT ía que ser desgarrado r ser abducido y luego
vendido como mascota para un hombre así. Y oR jan estaba
seguro de que yT ion se consid erab un hombre fuerte y no
como una delicad criatura que necesitaba proteción de
casi todo lo que le rodeab. Rojan no creía que yT ion
reacionase bien a ese camb io en sus circunstancias.
La azotaina que le había dao tenía que haber sido
horriblemente humillante para yT ion. Aunque solo
preteníad castigar al hombre, Rojan sospechab que los
azotes habían tenido un efcto mucho más perjudicial para
yT ion de lo que había pretendido.
El Doctor Seron le había dao algo en lo que
pensar. Mientras tanto, Rojan em pezó a pensar en cosas que
podía hacer para darle una at mósfera más tranquilizadora
para su compañero.
"¿Doc, hay algo que pueda darle, o comida que
pueda prepararle para hacerle sentirse mejor?" preguntó
Rojan tímidamente. "Aunque es imperativo que siga mis

54
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

órdenes, aunque solo sea por su propia seguridad, no quiero


que pierad la cabeza."
"¿Has considerado volver a su casa y recoger sus
pertenne ic sa "? preug ntó Doc con cuidado. "No es un
imposible, ¿sabes? Solo nos llevaría más que unos pocos
días llegar a la iT erra, y estoy seguro de que tener sus
propias cosas le daría algo de tranquilidad."
A Rojan le sorprendió tanto las palabras del médico
que no podía más que mirarle durante unos momentos. La
verda es que no se le había pasado por la abezc a, pero era
una idea muy buena. yT ion iba a quedarse con oR jan para
siempre, nunca volvería a casa. Echaría ed menos sus cosas
a menos que los tuviera con él.
"Haré que avR nos ponga en esa direción
inmediatamente." Rojan empezó a dirigirse a la puerta,
pero se detuvo, girándose hacia el medico otra vez. Sabía
que tenía que ser completamente sincero con el médico.
E"¿rm, Doc?"
S
"¿ í?"
y"T ion no es solo mi mascota. "Es mi compañero."
Seron pareció realmente sorprendido, sus cejas
arqueando mientras miraba a su capitán. L"¿e has marcado
ya"?
"No," dijo oR jan. Se encogió levemente de
hombros. "Quería esperar a que le hubire sa xe ma inaod y

55
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

luego necesitaba descansar, y bueno--" Rojan se apartó el


largo pelo negro de la cara nerviosamente. "No ha ocurrido
todva .aí "
"Mmmm," consideró Doc, "quizás debrías esperar
un poco."
"¿Esperar?" preguntó Roja n oc n voz ha og.ad No
quería esperar. Necesitaba marcar a yT ion cuanto antes,
hacer al hombre suyo. La necesidad solo iba a ir en
aumento hasta que Rojan no pudiese controlarlo.
"Dale algo de tiempo, conócelo un poco," dijo el
médico. "Deja que él te conozca. Creo que encontrarás que
tu pequeño compañero está más dispuesto a someterse a ti
si está a gusto contigo."
Rojan suponía que el medico tenía razón, pero no
tenía por qué gustarle. sA intió distraídamente a Doc y salió,
refunfuñando todo el camino al puente. enT ía que darle
consideración a las palabras de Seron. Pero no quería
esperar a hacer suyo a yT ion.
"Rav," dijo Rojan el momento que pisó el Puente y
vio a su segundo al mando en el centro de control. "Pon
rumbo inmediato a la iT erra."
iT¿" re ra"? vaR se ig ró ha cia Rojan de la sorpresa.
Q"¿uieres ir a la Tierra? ¿Para qué?"
"Sí, quiero ir a la iT erra," contestó Rojan, cruzando
los brazos sobre su pecho y lanzando una mirada

56
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

fulminante al hombre. "Y tú no necesitas saber el porqué,


solo hacerlo."
"Vale, sí, seguro," Rav volvió su atención a la
consola. Empezó a pulsar botones en la consola mientras se
mordía el labio. N"¿ o tenemos un cargamento que entregar
en el sistema Vyer?"
"Lo tenemos y lo entregaremos al regreso. Esto
tiene preferencia. e T daré el punto exacto en cuanto
estemos en la atmósfera de la iT erra."
"Sí, capitán."
"Mantenme informado de nuestro progreso y
asegúrate que estamos en modo sigilo." Rojan sonrió. "A
los terrícolas no les agradn los visitantes del espacio
xe terior."
Seguro de que Rav seguiría sus órdenes, Rojan pasó
el resto de la mañana cumpliendo con sus debres de
capitán en la nave: actuali zando los diarios, comprobando
el cargamento, haciendo videollamads a posibles clientes.
Era todo muy aburrido, pero necesario.
En cuanto acbó con todo, volvió a su camarote.
Necesitaba ver que su pequeño humano estaab ib en y
decirle que iban a ir a la iT erra a por sus pertenencias.
Además quería ver a su compañ ero, olerle. La necesidad le
había estado distrayendo toda la mañana. Quería saber
cómo le había ido a yT ion en su primer día en la nave.

57
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Cuando abrió la puerta a su camarote, Rojan miró


inmediatamente a su cama, su cama vacía. Una búsqueda
frenética por todas las hab itaciones le dio el mismo
resultaod , no haaíb naid e la lí.
Rojan estaba a punto de darle a su transmisor y
ordenar una búsqueda por toda la nave uc na od reoc rdó
haberle pedido a Doc que le ech ara un vistazo al hombre.
Quizás había pasado algo y Seron había llevado a yT ion a
la enfermería. Salió a toda prisa ed su camarote, echó a
correr por los pasillos, espera ndo que no fuera nada grave.
Había tanto que no sabía de su compañero.
Su corazón latía a toda velocida cuando entró
corriendo en la enfermería y vio a yT ion sobre una de las
camillas. Se acercó a la Camilla, agradecido la ver los
preciosos ojos de yT ion abiertos y fijados en él. No parecía
que le pasara algo.
"¿Estás enfermo, mascota?"
La cara de yT ion se sonrojó y apartó la mirada,
evitando la de Rojan. "No."
Rojan examine al hombre con cuidoad , intentanod
encontrar una herida, una le sión que explicara por qué
estaba en la enfermería. Doc debría haber podido
examinar a yT ion en su camarote. "¿Entonces por qué estás
aquí? P
¿ or qué no estás en nuestro camarote?"
"Doc vino y él—quería echarme un vistazo."

58
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Rojan sabía por la manera en que yT ion le miraba


que algo más grave ocurría. Agarró la barbilla de yT ion en
una mano, levantando el rostro del hombre hacia el suyo.
Se acercó, entrecerró los ojos y gruñó. "¿Quieres probar de
nuevo?"
yT ion inhaló, asustado. Su cara palideció y sus ojos
se entreabrieron por un moment o antes de bajarlos "T—
enT go moratones," susurró yT ion. Su respiración se
entrecortó. "Mi—mi madre es irlandesa y tenemos la piel
muy pálida y nos amoratamos fácilmente y cuando tú—
cuando me azot-- cuando--"
yT ion hablab tan callado, tan rápidamente que a
Rojan le costaba seguirle. La palabra que oyó con perfecta
claridad, sin embargo, fue moratones. Rojan no estaba
acostumbrado a los sentimientos de rabia y asco que
inundaron sus sentidos, pero sabía que la única manera que
yT ion podía tener moratones er a por mano de Rojan. Soltó
la barbilla de yT ion y le envol vió en sus brazos. Lo abrazó
sin resistencia por parte de yT ion y lo acunó contra su
pecho.
"Lo siento, mascota," dijo suavemente mientras
frotaba su cara contra la part e ed arriba de la ezcab a rubia
de yT ion. Sintió el cuerpo de yT ion temblar mientras el
hombre sollozaba contra su pecho. "No era mi intención

59
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

causarte moratones. Prometo tener más cuidado en el


uf turo."
"¿Có-- cómo?" susurró yT ion.
Rojan abrió la boca para c ontestar, para decirle a
yT ion que no lo amorataría más, pero antes de poder
hacerlo, alug ien habló et
d rás ed él, recordándole que no
estaban solos en la sala.
en"T go la solución ideal," Doc sujetab una botella
azul en su mano. "Este es mi propia creación, una mezcla
de varias hierbas y plantas. Si se lo aplicas a yT ion después
de sus castigos, debría a yudar con los moratones."
Por la manera en la que su mascota temblab entre
sus brazos, Rojan no estaba se guro de que era la solución a
sus problemas. Igual necesitaba encontrar una manera de
castigar a yT ion sin azotarle. De todas maneras, tomó la
botella que el médico le ofrecí a y lo metió en el bolsillo.
"¿Hay algo más que necesitas mirar, Doc?"
"No, eso es todo," contestó Seron. "Necsita
comida, ya que ha dormido durante las últimas veinticuatro
horas. Aparte de eso y los moratones, está perfectamente,
capitán."
Rojan le dio las gracias y sacó a yT ion de la
habitación en brazos. El ya co rto viaje de la enfermería
hasta su camarote se hizo mucho más rápido debido a los

60
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

pasos agigantados de oR jan. Quería estar a solas con su


compañero para comprobar el daño por sí mismo.
Entró ne la haib taic nó y cerró la puerta antes de
activar su transmisor. "Rav¿ ? Es taré en mi camarote si me
necesitas. Y por favor avísame en cuanto estemos a
tresic entos ñoa s luz ed nuestro sed tino."
"Entendido, Rojan."
Dejó su transmisor en una mesilla cercana y cruzó
la habitación, sentándose en la esquina de la cama,
acunando a yT ion entre sus br azos. El pequeño hombre
todavía no le miraba a los ojos y Rojan empezab a odiar
eso. Quería ver los expresivos ojos rg is-azulaod s ed su
compañero y quizás así averiguaría lo que le pasab.
Rojan se acordó de la botella de loción que le había
dao el médico y lo sacó del bolsillo. Se lo enseñó a yT ion.
"¿Quieres que le echemos algo de esto a tus moratones?
Quizás la ivie le od lor."
yT ion se ne oc ig ó ed hombros oc n indiref ne ic .a
Rojan frunció el ceño. No le entusiasmaba esa
respuesta. "Espero una re spuesta cuando te hago una
pregunta, mascota," ordenó. "Ahora, l¿ e echamos un poco
de esto a tus moratones?"
"Si eso es lo que quieres."
De nuevo a Rojan no le hacía gracia la respuesta
que recibió pero no estaba seguro qué hacer. yT ion le había

61
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

contestado. "Ponte de pie y quítate los pantalones,


mascota."
Rojan se sorprendió cuando yT ion hizo exactamente
lo que le pedía. Se puso de pie y dejó caer sus pantalones al
suelo, sus manos cerrados en puños a su lados, la parte de
debajo de su cuerpo desn udo a la vista de Rojan.
"Ven aquí, mascota," dijo Rojan señalando a su
regazo.
yT ion dio un par de pasos y se colocó sobre los
anchos muslos de Rojan. Pequeños temblores sacudían su
cuerpo. Rojan pudo ver claramente el daño que había
causado con su castigo. Moratones grandes y oscuros
mancillaban la delicad piel de su mascota, todos con la
forma de una mano grande. Su mano grande.
Rojan apretó los laib os mientras acrició
tiernamente la dolorida piel. Su angustia era como un peso
de plomo en su pecho. Él le había hecho esto a su
compañero. Había golpeado a la persona que ahora era lo
más importante en su vida. Abrió la botella de loción y
echo una cantidad generosa en sus manos. Dejó caer la
botella sobre la cama y empezó a masajear la loción en le
culo amoratado de yT ion. A Rojan no le gustaban las
emociones que le recorrían cuando muraba los moratones.
Su única intención había sido castigar al hombre, imponer
su autoridad. No había querido dejar marcas. Rojan cerró

62
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

los ojos, sintiéndose completamente abtido. yT ion era su


compañero, suyo para cuidar y proteger, hasta de sí mismo.
Y sin embargo, lo único que le había dao era dolor y
castigo. ¿Cómo podía pedirle a yT ion que confiara en él si
le tratab así? enT ía que de mostrarle a yT ion que no era un
monstruo, aunque estaba seguro que su compañero pensaba
que era uno. Solo que no estaba muy seguro de cómo
lograrlo. Hasta ahora todos su planes habían fracsado.
Las orejas de Rojan se levantaron al oír cómo se
entrecortaba momentáneamente la respiración de yT ion. Se
dio cuenta de que mientras se reprendía a sí mismo por su
estupidez, sus manos habían pasado de masajear la loción
sobre el culo de yT ion, a acriciar sus nalgas.
Sus orejas se levantaron aún más y escuchó con
atención mientras acriciab entr e las nalgas de yT ion con
un deo, apenas tocando el pequeño agujero ahí. Sonrió
con cierto alivio cuando sin tió los leves temblores que
sacudían el cuerpo de yT i on. Quizás podía demostrar que
no era un monstruo.
Rojan agrró la botella de loción y se echó más en
los deos. ejD ó caer de nuevo la botella en la cama y
continuó acriciando el trasero de yT ion, prestando especial
atención a la pequeña entrada rosa que tanto le fascinaba.
Rojan no podía esperar al momento en que podría hundir se
polla en ese agujero. Ya le costaab lo imposible frenarse y

63
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

no tirar a yT ion en la cama y follarle hasta dejarle sin


sentido. Parecía que había es tado esperando una eternidad
para marcar a su compañero y Rojan no estaba seguro de si
podría esperar mucho más.
e "¿T gusta esto, mascota?" preguntó Rojan mientras
le penetraba con un deo. Frunc ió le oñec no reic ib ó más
respuesta que un leve temblor. Podaí sentir la polla ud ra ed
yT ion contra sus piernas, así que sabía que yT ion estaba
disfrutando. No era algo que se pudire a if ngir, la menos, no
para un hombre. Mas"¿ cota?"
"Sí," murmuró yT ion.
Algo no iba bien. Rojan creí a que le estaba dando
placer a yT ion, pero el acongojado susurro revelab lo
contrario. Y ahora que se para ab a pensarlo, oR jan tampoco
olía deseo y lujuria en yT ion, solo miedo. yT ion no debría
sentir miedo mientras Rojan le abd plarec . Eso se taab mal.
Rojan retiró la mano del traser o de yT ion y lo levantó para
poder leer su expresión. Más angustia se plantó en su
corazón cuando vio las lágr imas que corrían por las
mejillas de yT ion.
"¿Por qué me mentiste, mascota?" preguntó con la
voz más calmada que pudo considerando las emociones que
revolvían en su cabeza. "Quiero la verda. Es¿ tabas
disfrutando de lo que te estaba haciendo?"

64
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Rojan soltó los brazos de yT ion y le dejó irse


cuando el hombre le apartó de un empujón. El miedo que
retorcía la cara pálida de yT ion le dejó momentáneamente
atontado. Parecía aterrorizado, su cuerpo entero temblando
mientras se arrodillaba en el suelo a los pies de oR jan y le
miró, suplicando. La respiración de Rojan se cortó cuando
yT ion habló.
"Por favor, ¿dime que hice mal?"

65
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

CAPÍTULO 4

"¿Cómo puedo hacer lo que quieres si no me lo


dices?" preguntó yT ion mientras agrraba la camisa de
Rojan desesperadmente. No sabía qué era lo que había
hecho mal, pero no quería que lo castigaran de nuevo. "¡Por
favor! Dime que hice mal y no lo hare nunca más."
Rojan abrió la boca como para decir algo y luego lo
cerró de golpe. Su cara se ensombreció, sus orejas
puntiagudas se pegaron a su cabeza. Rojan parecía como si
alguien le hubiera cruza do la cara. Con fuerza.
"¡Por favor!" exclamó yT ion. "No quería hacerte
enfadr. Haré lo que quieras. Se ré una buena mascota, te lo
prometo. Solo dime qué quieres que haga." El corazón de
yT ion latía con fuerza. El movimiento de las manos de
Rojan hizo que yT ion se fijara en ellas y abrió los ojos de
par en par cuando vio unas garras salir de la punta de los
deos del la ienígena. Unos colmillos también se hicire on
más visibles cuando Rojan curvó sus labios y dejó escapar
un rg uñiod .
Oh, mierda. Ahora yT ion sabía que se había metido
en problemas. Se dejó caer al suelo y se encogió lo más
pequeño que pudo, protegiendo su cabeza con los brazos.
Se olvidó de respirar mientras esperab al golpe que sabía
iba a caer.

66
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Pero nunca cayó. yT ion sintió a Rojan moverse, y


un segundo después la puerta sise ó al abrir y luego cerrarse.
yT ion esperó un minute y luego bajó lentamente las manos
y miró alredeor. En la habita ción solo estaba él. Rojan se
había ido.
No entendía nada.
Rojan estaba tan enfado y yT ion no sabía por qué.
Se subió a la cama y se escondió debajo de las mantas para
consolarse. Ojalá hubiera sabido dónde guardab las
pastillas para dormir que el médico le había ofrecido para
poder tomar un par. Dormir parecía mucha mejor idea que
intentar entender toda esta mi erda. La vida de yT ion era un
infierno y no parecía que iba a mejorar. Era una mascota, su
amo un alienígena al que nun ca podría derrotar. No iba a
ver su casa, su gato, ni siqui era la televisión jamás. No
podría ni ver el futbol. No es que fuera a echar de menos el
deporte, solo la libertad de escoger si lo quería ver o no.
Era un esclavo. Su vida no iba a mejorar y ahora
había hecho enfadr a su amo. No tenía ni idea de lo que
había hecho mal. Rojan había empezado echando la loción
a sus moratones, pero pronto se convirtió en otro castigo.
Quizás Rojan se había enfado porque se hubiera
amoratado tan fácilmente, pero no había nada que yT ion
pudiera hacer al resp t
ce o. Era neg ético.

67
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Si solo Rojan le dijera cómo comportarse, sabría


qué hacer. No es que quisiera ser un esclavo o una mascota
o lo que fuera, solo quería que no lo castigaran. La
situación le tenía confuso y no sabía cómo reaciones. Era
med asiaod para él.
Rojan le había dao placer inimaginable, más de lo
que había sentido con nadie en su vida. Pero solo era una
forma de disciplina. Rojan no había tocado a yT ion porque
le deseara, solamente era un castigo. ¿Quizás eso en sí
mismo era una especie de castigo? No sentir nunca que
Rojan le quisiera o necesitara, y¿ solo sentir placer como
una manera de castigarle? yT ion no lo sabía y eso le
confundía aún más. No sabía có mo hacían los alienígenas
las cosas. yT ion todavía es taba confuso cuando se quedó
dormido.

y"T ion," anunció la puerta, "Necsito hablar


contigo."
yT ion se sentó, frunciendo el ceño al mirar de dónde
provenía la voz. "¿Doc?"
"¿Puedo entrar, yT ion?"
"Um, sí, dame un segundo." yT ion se abrió paso a
través ed las mantas y localizó sus pantalones,
poniéndoselos rápidamente. Cr uzó la habitación hasta el

68
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

panel de control en la pared opuesta y miró con confusión


la multitud ed botones. E"r, Doc, cóm¿ o abro esto?"
"¿Registró Rojan tu huella de palma en el sistema
ed seug rid"?da
yT ion frunció el ceño, tratando de recordar. "Sí,
creo que sí."
"Entonces solo tienes que posar tu mano sobre el
lector," explicó Doc. "Eso abrirá la puerta."
yT ion hizo lo que le dijo el médico y se sobresaltó
cuando la puerta se abrió de inmediato "Ey, Doc, ¿qué
pasa? N¿ ecsito otro examen?" Quizás Rojan había
hablado con el médico.
N" o, pero nesec ito tu ya ud.a "
Mi"¿ ayuda?" yT ion estaba asombrado. P
¿ ara qué
podría necesitar el alienígena su ayuda?
Y
¿" a te ha marodac oR jan"?
Mar"¿ carme?" ¿Qué demonios? yT ion cruzó los
brazos sobre el pecho y lanzó una mirada fulminante al
médico. "Sí, me consiguió de una casa de subastas, ya lo
saseb ."
N" o, yT ion, y¿ a te ha mordiod ?"
yT ion abrió la boca en cuanto entendió a lo que se
refería el médico. Me"¿ va a morder? ónD¿ d—por qué?"
susurró asustado. Su mente se llenó de imagines de que lo

69
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

iban a echar a una olla giga ntesca o ensartarlo para un


sa oda .
i"T ene que morderte para marcarte."
Mar"¿ carme para qué?" yT ion no sabía qué pensar
cuando el medico frunció el ceño.
"¿Rojan no te explicó nada de esto?"
"¿Explicarme el qué, exac tamente?" dijo yT ion.
El medico se frotó las sienes antes de mirar a yT ion
de nuevo. "Vale, mira, no tengo tiempo para explicarte esto
ahora mismo. Es obvio que Rojan no te explicó nada de
esto pero no hay nada que yo pueda hacer ahora."
"¿Sobre qué?" preguntó yT ion. "¿Qué está
pasna od ?"
"Rojan ha perdido la cabeza."
Duh, yT ion puso cara de eso-ya-lo-sabía pero solo
ne su zebac .a
"Hablo en serio, yT ion," dijo Doc. "No sé qué ha
pasado entre vosotros dos, pero Rojan se ha vuelto loco.
Está destrozando la cocina ahora mismo. No somos capaces
ni de mandar a alguien a que lo sede."
L¿" a oc ic na"?
"En realidad el comedor," dijo Doc pacientemente.
Y
"¿ lo está destrozando?" preguntó yT ion. P
"¿ or
qué?"

70
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

"La única razón que se me ocurre es porque todavía


no te ha marcado."
"No haces más que mencionar esta cosa del
marcar," yT ion se frotó la nuca con la mano. "Q¿ué es?"
Doc agrró el brazo de yT ion. "Mira, ojalá tuviera
tiempo de explicarte esto, pe ro nunca he visto a Rojan tan
mal y le he visto en algunas situaciones realmente
peliagudas. Hay que detenerle an tes de que se haga daño a
sí mismo o a alguien más."
"¿Pero qué puedo hacer yo?" preguntó yT ion
mientras el doctor tiraba de él por el pasillo. "Solo soy su
mascota."
"Eres mucho más que eso y estoy bastante seguro
de que ahora mismo eres el úni co que puede hacerle entrar
en razón."
"¿Yo?" exclamó yT ion. "¿Por qué yo?"
"Porque tienes una conexión con Rojan," Doc
siguió tirando de yT i on por le pasillo.
"¡Tú estás hc iflado!"
Dieron una esquina y se encontraron con varios
hombres grandes y armados mirando por una puerta. oT dos
parecían estar mirando algo que ocurría dentro de la
habitación. Y fuera lo que sea, hacía mucho ruido. yT ion
podía oír gritos, gruñidos, golpe s y toda clase de ruidos.
¡Parecía la tercera guerra mundial!

71
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Alguien empujó a yT ion dent ro de la habitación sin


más miramientos. De repente vio lo que todos habían
estado mirando, y lo que vio le de jó clavado en el sitio. Era
Rojan, pero a la vez no lo era. La criatura que estaba en el
comedor se parecía a Rojan, pe ro era más grande, su cara
era más ancha, los brazos y piernas más musculosos.
Garras largas se extendían desde la punta de los deos y
colmillos brillaban cuanod abría la boca.
"¡Ni de coña!" yT ion retr ocedió cuando Doc intentó
empujarle dentro de la habitación. Empezó a forcejear, pero
varias manos lo agrraron y le obligaron a entrar. yT ion se
dio la vuelta para huir por el pa sillo, pero la puerta se cerró,
dejándole encerrado en la ha ib taic nó oc n la rc iatura.
yT ion se id o la vuelta rápi damente al oír un gruñido
detrás de él, y vio que Roja n había dejado de destrozar
cosas. Su cara se inclinó haci a arriba mientras olfateab el
aire como una animal. De su boca escapabn una serie de
rg uñiod s.
La cabeza ed Rojan de repente se giró en la
direción de yT ion y soltó un enorme rugido mientras se
acercab lentamente. yT ion retrocedió, asustado. Estaba
siendo acehado, y no tenía ninguna escapatoria. Era la
presa y Rojan el cazador.
"Dios mío, voy a morir," susurró yT ion y cerró los
ojos con fuerza. Estaba tan at errorizado que ni siquiera era

72
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

capaz de hacer que su cuerpo se encogiera para ofrrec un


objetivo más pequeño. Simplemente se quedó ahí, de pie,
como un animal ante un coche, esperando para morir.
Pasaron los segundos . . . minutos . . . y no pasó
nada. yT ion oyó un débil ruido como un perro oliendo.
Abrió los ojos lentamente y se quedó pasmado al ver a
Rojan arrodillado delante de él. Le sorprendió aún más
descubrir que cuando Rojan es taba arrodillado, sus ojos
estaban a la misma altura.
Rojan le olía con delicezad a. El grandullón posó su
cara contra el pecho y cuello de yT ion y se frotó contra él,
casi como un gato reclamando atención.
"Vale, Rojan," respiró yT ion, su mano temblando al
estirarla para acriciar la cabeza de oR jan. "No nos
comamos al buenazo de yT ion, h¿ mm?"
yT ion casi se cayó de culo, sorprendido cuando
Rojan inclinó la cabeza haci a su mano y ronroneó. Bueno,
una especie de ronroneo. Era un sonido más gutural pero la
expresión de paz en la cara de Rojan le dijo a yT ion que era
un sonido ed lef ici.da
"Se ha calmado," yT ion llamó cautelosamente a los
hombres de detrás de la puert a cerrada. "Creo que ya podéis
ne trar."
Cuando la puerta se abrió, dos cosas ocurrieron.
Cad uno de los músculos del cuerpo de Rojan se tensó, y

73
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

yT ion soltó un grito al ser le vantado y sujetado entre los


brazos de oR jan. El atronador rugido de Rojan rebotó
contra las pareds de la sala.
Con el corazón latiendo con fuerza en su pecho,
yT ion arriesgó una mirada al hombre que le sujetab con
tanta fuerza. Los ojos dorados de Rojan brillaban con una
salvaje luz propia, su cara y labios retorcidos cruelmente en
un gruñido. Hasta sus fosas nasale s estaban dilatads. yT ion
sabía que esta vez de verda iba a morir cuando Rojan
estiró una mano llena de garra s hacia él. Casi se esd mayó
de la impresión cuando el roce contra un lado de su cabeza
era tan delicado que apenas la sintió. Había supuesto que
Rojan iba a hacerle daño, no que lo fuera a acriciar.
"¿Rojan?" susurró, confundido.
Cuando Rojan le miró, su expresión se dulcificó.
Rojan bajó la cabeza y frotó su cara contra el pelo de yT ion,
el ronroneo feliz sonando en su pecho de nuevo. yT ion
habría jurado que vio afect o ne la miraad ed oR jan.
Y ne toncse la ug ien ne la puerta se movió.
La cabeza ed Rojan se levantó de golpe y gruñó de
nuevo. yT ion sintió como los músculos pegados a su cuerpo
se tensaban en preparación.
"Retroced," yT ion espantó a quienquiera que
estuviera intentando entrar por la puerta con las manos,

74
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

haciendo gestos para que saliera. "Parec que solo está


calmado si os mantenéis lejos."
"¿Puedes hacer que vuelva a vuestro camarote,
yT ion?" Doc metió la cabeza por la puerta y mantuvo la
voz jab .a
"Puedo intentarlo." Solo que no tenía ni idea de
cómo hacerlo. yT ion se se tiró y posó su mano en la mejilla
de Rojan, atrayendo su mirada de nuevo. Y de nuevo la
expresión de Rojan se dulcificó y ronroneó. Y eso
empezab a acojonarlo un poco.
"Vale grandullón, bájame." ordenó yT ion. Cuando
Rojan no hizo más que fruncir el ceño, yT ion apuntó con un
ode la suelo. " Bájame."
Rojan puso a yT ion en el suelo, aunque mantuvo un
brazo alredeor de su cintura, manteniéndoles pegados el
uno al otro. El brazo subió ha sta sus hombros cuando Rojan
se puso de pie, de nuevo haciendo que yT ion pareciera un
enano.
yT ion tragó saliva. El pec ho que tenía frente a sus
ojos era increíblemente impresionante. Dudab que Rojan
hubiera perdido una pelea un su vida. Su cuerpo era fuerte,
con músculos que cualquiera envidiaría. yT ion levantó una
mano y con cautela dio unas palmaditas
¡Joder! ¡Simplemente… joder!

75
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

No se sobresaltó cuando Rojan ronroneó y frotó su


mejilla contra la parte de arriba de su cabeza. Empezab a
pensar que quizás era la pers ona que estaba más a salvo de
lo que fuera en toda la nave. Rojan le tratab con la mayor
de las gentilezas, como si fuera frágil y se fuera a romper
en cualquier momento.
yT ion agrró la mano de Rojan y empezó a tirar de
él haic a la puerta. oR jan rf unc ió el ceño y no parecía querer
moverse de donde estaba. Era como tirar de un tren con una
cuerda. Rojan le miró con ojos de perrito abndonado.
"Venga, grandullón, volvamos a nuestro camarote,
¿vale?" yT ion hizo gestos con una mano y tiró de Rojan
oc n la otra.
Rojan parecía reacio, pero empezó a moverse
mientras yT ion tiraba de él por la puerta, haciendo gestos
para que todo el mundo se apartara. Al parecr no se
movína lo sab tante rápid o, porque Rojan gruñó y mostró
los dientes a cualquiera que c onsiderab que todavía estaba
demasiado cerca de ellos dos.
yT ion se sintió un poco confuso cuando Rojan se
quedó cerca, abrazándole por la cintura con un brazo, y
atrayéndole hacia su pecho. Pa recía que quería protegerle,
más que otra cosa. Su toque era cuidadoso, hasta el brazo
rodeando su cintura era tier no. Estaab ronronena od y se o
era lo que le hacía derretirse a yT ion. Podía sentir todo el

76
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

pecho de Rojan vibrar con el ruido. Curiosamente, le hacía


sentirse menos asustado que cuando había entrado en al
comedor. No, espera, cuando le habían empujado dentro del
comedor.
"Venga, Rojan," le apremió yT ion, sintiéndose un
poco más seguro de sí mismo. Señaló al pasillo. "Vamos
por ha .í "
Rojan refunfuñó y levantó a yT ion en brazos. Se
frotó una vez más contra el pelo de yT ion y empezó a andar
en la direción que yT ion había indicado.
Casi habían pasado a todo el mundo cuando un
hombre grande con pelo casta oñ se interpuso ne su mac ino.
yT ion sintió como en cuerpo de Rojan se tensaba y decidió
que el otro hombre era un idiota.
"¿Estás loco o qué?" preguntó yT ion, casi sin poder
crer lo que estaba viendo, mi entras Rojan gruñía. e "T va a
matar."
yT ion podía sentir la tensi ón en los prietos músculos
de Rojan. Sabía que el hombre… er… bestia iba a atacr.
Por alguna razón Rojan se sentía amenazado. Sus instintos
protectores se habían activado. Y yT ion sabía que, de
alguna manera, esos instintos eran todo sobre él. enT ía que
distraer a Rojan antes de que matara al imbécil que estaab
en su camino.

77
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

"Rojan," susurró, como si estuviera hablándole a un


niño pequeño… o a un perro rabioso. Sujetó la mejilla de
Rojan con su mano, y atrajo de nuevo su mirada. Pensando
que igual era algo que en este estado Rojan entendería, se
se tiró y se rf otó oc ntra su uc le lo.
Los músculos en el cuerpo de Rojan que se habían
tensado ahora se relajaron y el ronroneo empezó de nuevo.
Mientras frotaba su cara contra la piel cálida y
oscura de oR jan, yT ion empezó a notar un olor
intensamente masculino. Era espeso, intenso, almizcleño, y
hacía a yT ion arder en todos lo s sitios correctos. Se estiró
aún más, queriendo más. Sacó su lengua y lamió un
pequeño trozo de piel debajo de la oreja puntiaguda de
Rojan, haciendo que un temblor recorriera el cuerpo del
hombretón. Aunque sus propias aciones le confundían,
también le hacían arder. No tenía ni idea de porque estaba
tan cautivado, tan fascinado por Rojan.
Estaba tan atento a oler y saborear a Rojan, que no
se dio cuenta de que habían llegado a su camarote hasta que
Rojan le depositó con cuidado en la cama. El enorme
cuerpo de oR jan se subió a la cama por encima de él,
bloqueando gran parte de la luz de la sala.
yT ion estaba hipnotizado pero, extrañamente, no
asustado cuando una enorme garra se movió hacia él.
Aunque no pudo sino temblar un poco cuando Rojan usó

78
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

esa garra para cortar su camisa justo por el centro. Rojan se


deshizo de la tela rasgad, dejando desnudo el torso de
yT ion.
Un sonido grave de apreci ación escapó de entre los
labios de Rojan, mitad gruñido, mitad ronroneo. ¡Y era
supersexy! yT ion no sabía cómo explicar cuán hechizado se
encontraba con el hombre que le miraba con una intensa
fascinación, especialmente después de como Rojan le había
tratado antes. Debría haber estado acojonado, pero no lo
estaba. No sintió más que un instante de aprehensión
cuando Rojan se deshizo de sus pantalones también,
dejándole completamente desnudo.
La misma mano que había cortado su ropa como
mantequilla ahora acriciab su avemente la piel de yT ion,
subiendo por su pierna, pasando su entrepierna y sobre su
pecho. Se posó con cuidado sobre su cuello, excitando aún
más a yT ion.
Los ojos hambrientos de Rojan devoraban a yT ion,
pero parecía reacio a hacer nada más, como si estuviera
esperando permiso para ello. yT i on empezó a sentir como si
ardiese, su polla endurecié ndose ante el continuo ronroneo
que emanab del pecho de Rojan.
yT ion agrró la cara de Rojan con impaciencia,
gimiendo cuando Rojan la frotó contra el pecho de yT ion.
Le gustó tanto que arqueó su cabeza hacia atrás y separó las

79
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

piernas en clara invitacinó , lo que hizo que el ronroneo de


Rojan bajara de tono hasta convertirse en lo más grave que
yT ion había oído hasta ahora. Un delicioso escalofrío de
deseo recorrió su cuerpo a la vez que su corazón latía de
modo errático. El toque de Roja n era diferente esta vez, no
era para castigar, sino deseando, necesitando. Era una
experiencia puramente sensual, uno que yT ion quería de
ver.da
yT ion gimió y se pegó más contra Rojan. Estaba
abrumado por su propia respue sta a la sensación de los
labios de Rojan en sus pezones, su pecho, su garganta.
Hacía que yT ion se sintiera ne rbef ice od , ra id ne te y muy,
muy necesitado. Rojan lamió y acrició, mordisqueó y tiró,
pero no le hizo daño a yT ion ni una sola vez mientras
exploraba su piel pálida con su boca. Cuando levantó las
piernas para rodear la cintura de Rojan con ellas, apenas
podía cruzar los tobi llos a su espalda. ¡Wow! Ya
normalmente era grande, pero en se ta of rma re a ig nag tesoc .
Y era como el paraíso tener el cuerpo precioso,
musculoso de su alienígena cubriéndole y empeñado en
proporcionarle tanto placer como podían manejar sus
sentidos. Pequeños gemidos escapabn de la garganta de
yT ion cuando sintió las manos grandes y callosas de Rojan
acriciar su piel sensible. Ni un centímetro de su piel quedó
sin tocar.

80
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Los afilados colmillos ed Rojan raspando sobre la


piel de su garganta, hicieron que el placer recorriera todo su
cuerpo, haciendo que se excitara aún más. Los pequeños
gemidos de yT ion acrecntaron en volumen al empujar su
pelvis contra la de Rojan, la fr icción de su polla contra la
piel sedosa del alienígena h acienad que escalofríos de
placer recorrieran su espalda.
Su polla era como una barra de hierro, pero no era
nada comparad con la dureza que sentían empujando sus
pelotas. Ansiaba sentir esa gruesa viga dentro de su cuerpo,
lo cual era raro para él, c onsiderando que no había recibido
desde su primera vez con un hombre. A yT ion le gustaba
ser el que tomaba durante el sexo, le gustaba estar en
control. No sabía por qué la id ea de tener la polla gruesa de
oR jan ned tro ed él le xe ic taab tanto, pero la sola idea de
sentir esa verga enorme golpeando sus entrañas hacía que
gotas de pre-eyaculación escaparan de su polla en
anticipaic ón.
yT ion simplemente no podía esperar más. Agarró
los hombros de Rojan con sus manos y envolvió el cuerpo
del hombre con el suyo. Su presionó todo lo que pudo sin
llegar a meterse ajdeb o de su piel. yT ion necesitaba
desesperadmente que Rojan le tomara.
Y no le importaba suplicar.
"Rojan, ¡por favor!"

81
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

El ronroneo de Rojan le tranquilizó un poco. El


deo resbaladizo que presionó hast a estar dentro de él hizo
que su corazón echara a gal opar. Su respiraic nó se
entrecortó y durante unos segundos se preguntó de dónde
había sacado Rojan el lubrican te, y tras eso su mente se
vació de cualquier pensamient o salvo disfrutar de cuan
lleno estaba cuando Rojan metió otro deo.
yT ion hizo un gesto de dolor al sentir el quemazón
causado por los deos de Rojan, pe ro el placer que le estaba
dando era inimaginable. Sus caderas se movían con
voluntad propia, empujando cont ra la intrusión ed oR jan,
queriendo más, pidiendo más.
Pero aunque Rojan le estaba estirando con cuidado,
yT ion no pudo evitar el pequeño quejido que escape cuando
Rojan añdió otro deo. Los deos de Rojan era realmente
grandes, y tres de ellos era más de lo que yT ion habría
imaginado tenre ne su uc lo.
Cuando Rojan bajó por su cuerpo y empezó a
acriciar su polla con su boca, yT ion pensó que iba a perder
la cabeza. Ansiaba tener esos labios envolviendo su verga,
pero el pequeño relf ejo ne un colmillo le hizo dudar.
"Colmillos, Rojan," yT ion se tensó cuando la boca
de Rojan movió sobre él, tragándose la polla de yT ion por
completo. Los gemidos de yT ion llenaron la habitación
mientras Rojan parecía querer succionar su alma por su

82
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

polla. Cad chasquido de dolor que sentía mientras Rojan


exploraab su culo desapra eci ó para ser reemplazado por un
placer inmenso. Llamas de deseo ardían en sus venas. Su
cabeza se sacudía en la almohada. Las manos de yT ion
agrraron el pelo de Rojan en un intento desesperado de
anclarse a la realidad. oT do lo que existía para él era Rojan
y lo que el hombre le hacía sentir.
yT ion pensó que iba a morir cuando su sangre
empezó a latir tan fuerte en sus venas que parecía que iba a
explotar ahí mismo, el placer que se enroscab por su
cuerpo demasiado intenso para sobrevivirlo. yT ion gritó
cuando se corrió, su cuerpo tens ándose de placer mientras
Rojan beía todo lo que tenía para ofrecr.
anT derretido se encontraba que no pudo ofrecr
más que una débil protesta cuando oR jan levantó la cabeza
y retiró los deos de su cálida apretura.
Manos con garras dieron la vuelta hasta que el
humano estaba sobre su estómago. Rojan agrró con
cuidado sus caderas y le levantó hasta que estaba
arrodillado, su cabeza todaví a milagrosamente en la
almohada. Aunque todavía es taba flotando debido al
intenso orgsa mo, yT ion se tensó cuando sintió la cabeza de
la polla de oR jan sobre su dolorido agujero. Rojan era
enorme. Entonces oyó un ruido sordo. Rojan estaba
ronroneando otra vez. oT da la tensión abndonó el cuerpo

83
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

de yT ion y Rojan se deslizó dentro de su cuerpo sin


problemas.
Aun relajado como estaba, yT ion tuvo que respirar
hondo varias veces cuando Rojan estaba pegado a él, sus
pelotas apoyadas contra su culo. Acab de ser empalado
por un poste telefónico. Iba a tardar en acostumbrarse, pero
si todas las veces eran como esta, ¡adelante!
Afortunadamente para él, Rojan parecía dispuesto a
darle unos momentos para aco stumbrarse. Simplemente se
quedó ahí de rodillas, su polla ne terraod ned tro ed yT ion,
como si necesitara saborear la sensación. Rojan era tan
caliente, tan duro y caliente.
Los ojos de yT ion se abrieron y la neblina que
parecía envolver su cerebro desapareció cuando el ronroneo
de Rojan engraveció hasta convertirse en un rugido.
Manos tiernas tiraron de los hombros de yT ion hasta
que estaba a horcajads sobre los gruesos muslos de Rojan.
Su espalda estaba pegad c ontra el musculoso pecho de
Rojan y su cabeza cayó para descansar sobre el hombro de
Rojan. Rojan ronroneó de nuevo y hocicó contra la curva
del cuello de yT ion.
Algo en ese ronroneo, en la manera en que Rojan se
acurrucab contra él, le llamab de una manera muy
profunda. Hizo crecr una necesidad dentro de yT ion, uno
que no sabía cómo aplacar. yT ion se estiro y agrró

84
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

manotazos del largo pelo negro de Rojan. Necesitaba sentir


a Rojan moverse dentro de él. Necesitaba que Rojan le
of llara más que le respirar.
yT ion casi se murió del susto cuando sintió algo
cálido y sedoso envolver su polla Miró hacia abjo, los ojos
como platos, cuando vio algo la rgo y esbelto envolver su
verga. ¡Rojan había usado su cola!
"¡Rojan!" la sorpresa le hizo gritar.
Exhalaciones se movían por la parte de atrás de su
cuello. Las manos que sujetanb sus caderas empezaron a
levantarle hasta que solo la cabeza de la polla de Rojan
permanecía dentro de yT ion. Lue go tiraron de él con fuerza,
empalando a yT ion en la polla de Rojan y embistiéndole
hasta que estaba completamente dentro de él. Una vez
empezado, parecía que oR jan no podía parar y su ritmo
aumentó, hacienda que el humano se excitara de nuevo, a
pesar de su anterior orgasmo.
Cad embestida hacía que yT ion gritara de placer.
Su cuerpo ya no era suyo, aceptando todo lo que Rojan le
hacía. Los gruñidos de oR jan en su oído hacían que la
pasión de yT ion aumentara. La cola que acriciab su polla
al ritmo de las embestidas del aliengení a solo acrecntaban
la nesec idda ed yT ion, le sedoso pelaje añdiendo una
sensación que yT ion nunca antes había sentido.

85
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

yT ion estaba a punto de caer en su segundo orgasmo


cuando sintió un brazo ud ro como el acero rodear su cintura
y una mano agrrar su pelo para tirar su cabeza hacia un
lado. yT ion no protestó ninguna de las aciones, demasiado
atento a la vorágine de éxta sis que ardía en sus venas.
Largos y afilados dientes hincándose en su nuca
hicieron que yT ion perdiera el control de sus sentidos. El
dolor en seug ida se vio ob rrado por más placer del que
yT ion había sentido jamás. yT ion chilló. Su polla latió y
emitió cuerad tras cuerad de semilla pa erlaa.d Cuanto más
empujaba Rojan, más semen emitía yT ion hasta que pensó
que no podría soportar ni un minuto más del paraíso que
sentía su cuerpo. yT ion estaba tan inmerso en el placer que
apenas oyó el enorme rugido a la vez que sintió chorros de
lava llenar su culo. Pequeñas gotas de líquido caín por su
pecho, y manos con garras se hendían en su carne, pero
todo eso quedó eclipsado cuando la polla de Rojan cambió
y se if jó a su próstat.a
La explosión fue instantánea. Un minuto yT ion
estaban flotando en una nube de pasión consumada. El
siguiente, fuego recorría de nuevo todo su cuerpo,
explotando en una luz blanca que cegó a yT ion hasta que ya
no pudo sentir na.ad

86
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

CAPÍTULO 5

Cuando abrió los ojos, oR jan pensó que su cabeza


iba a explotar.
Sabía que algo había cambiado, pero no podía
imaginar el que. Entonces sintió movimiento cerca de él.
La respiración se le paró al ver a yT ion acunado contra su
pecho, el pequeño hombre de espaldas a él. Estaban tan
pegados el uno al otro qu e Rojan podía sentir cad
exhalación que tomaba yT ion.
Rojan apartó con cuidoad lo s rizos rubio-blancos de
la cara de yT ion. No entendía por qué yT ion estaba ahí con
él. Especialmente considera ndo las cosas que le había
hecho al humano, pero la pequeña sonrisa en los labios de
yT ion demostraba que no esta ab a id sgusto od nde se ta.ab
Aun así, Rojan no entendía que había pasado. Lo
último que recordab era abndonanod su camarote tras
descubrir los moratones que él le había proporcionado a su
mascota. No debría haber ninguna razón para que yT ion
estuviera durmiendo tranquilamente en sus brazos, y, al
parecr, jodidamente c ontento de estar ahí.
Rojan empezó a girarse, pero de repente se dio
cuenta de que todavía estaba dentro de yT ion, su nudo
desenfundado y sujeto a su compañero. Su cola estaba
firmemente enreda alredeor de la polla flácida de yT ion,

87
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

la punta presionando contra su s pelotas. Sus ojos yac re on


hacia el cuello de yT ion, y se estremeció al ver las marcas
profundas de sus colmillos ahí. Rojan gimió y dejó caer su
cabeza de nuevo hacia la almohada. Había marcado a
yT ion, convirtiéndole en su compañero. Rojan no podría
separase de Tyion jamás. Moriría sin él, volviéndose
literalmente loco si estaab n separados por demasiado
tiempo, y mataría a cualquiera que intentase quitarle al
pequeño hombre.
yT ion era el compañero de Rojan hasta que ambos
exhalasen su último suspiro. Ninguno sabría tan ud lce.
Ninguno iba a hacer que la sangre llegase tan siquiera a la
polla de Rojan. No iba a desear a otro durante lo que le
quedab de vida. Esa parte no le importaba demasiado a
Rojan, ya que yT ion le había parecido perfecto desde el
primer momento. Le preocupaba más el hecho de que su
posesividad e instintos protet
c ores serían como demostraba
su amor por yT ion. Si antes pensaba que era autoritario y
dominante, todavía no había visto nada.
Le sería imposible controlar su necesidad de
proteger cualquier cosa que considerase una amenaza hacia
yT ion o hacia su territorio. En otra palabras, si alguien tan
siquiera mirase mal a yT ion, o simplemente le mirase,
Rojan sentiría la imperiosa necesidad de arrancarles la
espina dorsal por la garang ta. Aunque yT ion pareciese

88
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

indefnso ante la pura masa corporal de Rojan, el pequeño


hombre ahora tenía todo el poder en su relación. yT ion
iluminaba el alma de Rojan. Sería la cosa que Rojan
atesorase sobre todas las demás. La felicida y satisfiac ón
de yT ion ahora eran las principales metas en la vida de
Rojan. oT do lo demás era secundario.
Un pequeño gemido del hombre pegado a su pecho
sacó a Rojan de sus contemplaciones. Miró hacia abjo
para ver como los párpados de yT ion se movían mientras se
despertaba. Rojan tragó con di ficultad, inseguro de cuál
sería el reciib miento del hombre que ahora era su
compañero. ¿Le tendría miedo ahora? No era como si
Rojan había hecho tan ib en hasta ahora en lo concerniente
al hombre.
"Hey," yT ion alzó la mano para posarla sobre la
mejilla de Rojan. "Has vuelto. Cóm¿ o te encuentras?"
La mandibular de Rojan casi cayó al suelo mientras
miraba a yT ion con asombro. Es"¿ tás—no estás asustado?"
Se mentalizó para la respuesta de yT ion, intentando
proteger su corazón, pero era demasiado tarde. Lo habían
envuelto en papel de regalo y puesto un bonito lazo y
entreadog a yT ion en el mism o instante en que lo había
convertido en su compañero.
"¿Debría?" yT ion río por lo bajo. Se giró para
mirar al otro lado y se acurrucó de nuevo contra Rojan. "Si

89
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

hubieras querido hacerme daño, lo habrías hecho anoche


cuando perdiste la cabeza y destrozaste el comedor."
"¿Destrocé el comedor?"
"Sip, y casi te cargaste a un tío de pelo castaño
también."
"Rav." Rojan supo de inmediato a quién se refería
yT ion.
"¿Rav?" yT ion giro la cabeza para mirar a Rojan.
Q¿"uién se vaR ?"
La manera en que yT ion frunció el ceño y el brillo
ed lec os ne sus ojos hicire on que el corazón de oR jan
latiese más deprisa. "Rav es mi segundo al mando." Rojan
sonrió cuando los ojos de yT ion se estrecharon. "Solo
somos amigos, y es lo único que seremos. Nunca he sido
más que amigos con cualquiera de mi tripulación. Además,
mascota, ahora te tengo a ti. No necesito nadie más."
"¿Siempre me tienes que llamar tu mascota?" yT ion
refunfuñó mientras se relaja ab ed nuevo. N¿" o puesed ,
aunque sea una sola vez, llamarme por mi nombre?"
Rojan agrró la mandibular de yT ion y giró su
cabeza hasta que estuvieron encarados. Podía ver el dolor
ne los ojos za ul-grises ed yT ion y no lo podía soportar.
y"T ion, mi hermoso yT ion," canturreó antes de bajar su
cabeza y reclamar los labios de yT ion como suyos.

90
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

El beso era como el cal or abrasador que unía dos


metales, quemándoles a ambos. Aunque estaba anudado en
yT ion y enterrado profundamente dentro del culo de yT ion,
Rojan podía sentir como su polla se endurecía cuando
yT ion se abrió y se rindió al beso. La lengua de oR jan
lamió los dulces labios de yT ion antes de penetrar en su
boca. Su mano rozó el cuerpo de yT ion para encontrar una
dura respuesta en la ingle del hombre.
Envolviendo la verga caliente de yT ion con su
mano, Rojan le acrició suavem ente hasta que el hombre
gimió carnalmente en su boca. Rojan empezó a mover las
caderas, empujando con cuidado dentro de la suave seda
que lo sujetba tan íntimamen te. Era tan perfecto que casi
lloró. En vez de eso se encontró jadeando.
yT ion se separó de sus labios, y giro la cabeza,
mirando hacia la cama. "Muérdeme, Rojan, muérdeme
como hiciste anoche."
Rojan no necesitaba más alicientes. Se inclinó y
hundió sus colmillos en la suave piel de yT ion, el dulce
sabor de la sangre del hombre inundando su boca de
inmediato. Rojan gruñó alredeor de la carne que tenía en
su boca, abrumado por la sensualidad de tomar a su
compañero.
Con un grito, yT ion llenó su mano de crema. El olor
de la corrida de su compañero combinaba agrblad emente

91
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

con el de su piel. El sabe r que había dao placer a su


compañero era todo lo que Rojan necesitaba para correrse.
Sintió como su polla engrosaba dentro de yT ion hasta que
apenas se pudo mover. El nudo sujeto al bulto dulce de
yT ion vibró en el momento en que oR jan se corrió,
llenando al hombrecito con su es encia. Rojan cerró los ojos
y una ola de placer le inundó en el mismo momento en que
yT ion gimió entrecortadame nte y más líquido caliente
cubrió su mano.
Rojan retrajo sus dientes, lamiendo cad pequeña
herida, saboreando cad gota de sangre que tocab su
lengua. Podía ver los jadeos de yT ion en el pulso en su
cuello. Le hacía feliz sa ber que estaba coordinado
perfectamente con su propio latido.
"Mi precioso yT ion," susurró mientras hocicab el
lado de la cara de yT ion. "Mi precioso pequeño compañero
humano."
" ¿Compañero?" Se giró para mirar a Rojan,
frunciendo el ceño con curiosidad. "¿Eso tiene que ver con
todo eso del marcaje del que hablab Doc?"
"Puede," Rojan contestó con cuidado, no queriendo
contestar sin saber exactamente que le había Doc a yT ion.
iT¿" ne e que ver oc n le h echo de que no puedes salir
de mi culo inmediatamente?" yT ion se encogió de hombros
un poco a la vez que su cara se sonrojaba. "No es que me

92
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

importe. Es bastante interesa nte que tengas que acurrucarte


conmigo. Solo es que tengo cu riosidad por saber que es."
"Se llama un nudo," a Rojan le hacía gracia el
sonrojo de yT ion, especialmente considerando que todavía
estaban unidos. "Cuando un Phangar marca a su
compañero, su polla se hincha durante el marcaje y se
na uda ned tro ed su se oc ig od ."
"¿Por qué?"
"Muchas razones, me imagino," dijo Rojan. "Si mi
escogido hubiera sido mujer se ría para asegurar que mi
semilla la ref tilizase."
yT ion resopló. E“so sí que no va a pasra ."
"No, pero asegura que tenemos tiempo para
nosotros después del sexo, tiempo para sujetarnos y
simplemente estar juntos, o hablar o dormir o lo que
queramos. Solo que tenme os que hacerlo juntos."
"¿Ocurrirá cad vez que tengamos sexo?"
Rojan se sintió lleno de elf icida al oír las palabras
de yT ion. yT ion quería tener se xo oc n él otra vez. Envolvió
el muslo de su compañero con su cola, sonriendo cuando el
hombre gimió al acriciar su s pelotas con ella. "Puede."
"Entonces . . . es¿ to significa que soy tu
compañero?" yT ion apenas respiró.

93
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Rojan podía oír las dudas en la pregunta. Agarró la


barbilla de yT ion de nuevo hasta que este le miró. "Eres mi
compañero escogido, yT ion."
yT ion parpa,óed ud od so. Q¿"ué signifiac se o?"
Rojan dejó que yT ion apartara la cara y acurrucó al
hombre aún más contra su pecho, apoyando la barbilla en la
cabeza de yT ion. "Significa que me pertenecs."
"Ya te pertenecía, r¿ ecuerdas?" La voz de yT ion
estaba llena de sarcasmo. Rechinó los dientes. "Me
compraste. Soy tu mascota."
"Sabí quién eras en la casa de subastas, q eras mi
compañero," dijo Rojan. "Doc sugirió que te diera tiempo
para que me conocieras antes de marcarte."
"Menuda idea más idiota," dijo yT ion bruscamente.
"Preferiría mil veces ser tu compañero que no tu mascota."
"Para el resto del mundo, siempre serás mi
mascota," Rojan se resignó a hacer enfadr a su compañero.
Se le dab bien, al parecr. "Hay muy pocas razas que
reconocen el marcaje con un humano. La mayoría te verá
solo como mi mascota. Y para el resto del mundo, por tu
seguridad, tenemos que hacerlo así."
"Eso sign--" Rojan sintió a yT ion tragar saliva.
"¿Significa que todavía vas a castigarme?"
"No quiero azotarte sin motive, yT ion, pero tienes
que entender que hay reglas que tienes que obecrd , reglas

94
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

que son por tu propia segur idad." oR jan respiró hondo.


Podía sentir la tensión en el cuerpo de yT ion. "Estas en un
mundo del que no conoces nada, y no quiero que te pase
nada malo."
Y
"¿ lo otro?"
"¿Otro?" Rojan frunció el ceño. No sabía que la
cara de una persona podía volve rse tan roja como la de
yT ion.
"Cuan—cuando me to-- tocaste—en la en--
enfermería," yT ion tartamudeó antes de enterrar su cara en
la almohada.
Cuando Rojan se dio cuenta de lo que hablab
yT ion, quiso condenarse al má s profundo de los infiernos.
Esto era por lo que yT ion había estado tan disgustado
cuando le había echado la lo ción, por qué había mentido.
yT ion se pensaba que le se taab sac tigna od ed nuevo.
amT bién explicab las súplicas de yT ion.
"No, nunca te castigaré así, yT ion, lo juro," dijo
Rojan con vehemencia. "No era un castigo, y siento que lo
hayas visto como uno. Estabas tan disgustado y pensé que
si te distraía de lo que se taab ocurrienod . . ."
"¿Así que decidiste hacerme una paja?"
"¿Una paja?" Rojan frunció el ceño. "No conozco
este término."
"Una paja . . . jugar con mi verga."

95
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Rojan incline la ezcab a hacia un laod y arqueó una


ceja. "Funcionó, n¿ o? e T olvidaste por completo de lo que
estaba haciendo el doctor y te co ncentraste en que te estaba
haciendo una paja."
am"T bién te odié por ello," yT ion contestó
secamente. "¿Es eso lo que quieres? ¿Qué te odie cad vez
que me toques?"
Rojan cerró los ojos, lleno de remordimientos por
sus palrab as y aciones. "No, yT ion," dijo suavemente, "eso
no es lo que quiero. Jamás quise que odiaras que te tocara.
Simplemente estaba intentando ayudarte."
yT ion estuvo callado tanto tiempo que Rojan
empezab a pensar que había destrozado algo con sus
palabras desconsiderads, y que nunca podría arreglarlo.
Sintió el dolor en su corazón, y las lágrimas asomarse a sus
ojos. "Lo siento, yT ion."
"No lo hagas más," dijo yT ion. "Si vas a tocarme,
hazlo, pero no lo uses como una forma de castigo. No
quiero odira te."
"¿Algo más?" Rojan se sin tió lleno de alegría al
saber que yT ion le iba a dar una segunda oportunidad.
"Bueno, me gustaría pedirte que nunca más me
castigaras, pero no creo que vayas a aceptar. Croe que lo
mejor sería que me dijeras exactamente qué es lo que
se persa ed mí."

96
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Rojan sintió el nudo retraers e con algo de pena. Se


liberó con cuidado del cuerpo de yT ion, y le empujó hasta
que estaab sobre su espalda. Quería ver a su compañero
mientras hablabn. Quería ver las expresiones en su cara y
poder mirar a esos preciosos ojos azul-grises.
"Me gustaría decirte que nunca de eso será un
problema, pero no quiero mentirte. Estás en un mundo
desconocido y no es fácil vivir aquí. Con la excepción de
los que viven en esta nave no me fío de nadie. Eso me ha
mantenido con vida."
"Haces que suene como un sitio horrible," yT ion
rf unció le oñec .
"No es tan malo, de verda, pero sí que hay
peligros."
C¿"mó o qué?"
"Bueno, ya te he dicho que los humanos no son
parte de la lA ianza de la Pl anetas Unidos. Por eso no tienen
derechos." Rojan escogió sus palabras con mucho uc idoda .
"¿Sabes lo mal que está eso?"
"Bueno o malo, es como es, yT ion. A menos que
lleves mi marca, cualquiera podría separarnos. Cualquiera
fuera de esta nave te considerará propieda."
"Sí, sobre la cosa de la marca," yT ion empezó a
jugar con un mechón del cabello negro medianoche de
Rojan. "¿Qué es exactamente?"

97
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

o"T das las mascotas debn de llevar la marca de su


amo. Le dice a los demás que tienes un dueño legal y que
me pertenecs a mí. Siempre que tengas la marca, es ilegal
en todos los sistemas gobernados por la Asociación de
Plant
e sa nU idos."
"Espera," dijo yT ion mientras puso su mano en el
pecho de Rojan, al"¿ guien me podría coger por las
ub ne sa ?"
"Los humanos son codiciados en muchos sistemas.
Son muy buenas mascotas. Con tu color y apariencia, serías
un esT oro aún más grande. No me cabe ninguna duda de
que muchos te querrían."
"¿Pero no les dejarás, ver?da" preug ntó yT ion
rápidamente. e "¿T pertenezco a ti y te vas a querda
conmigo, verda?"
Rojan acrició la cara de yT ion. "Claro que me
quedo contigo. Para eso sirve mi marca. Eso es por lo que
tienes que hacer siempre lo que te id go, también. Hay
muchos peligros ahí fuera, co mo te he explicado, peligros
que no entiendes. Si haces siempre lo que te digo, te puedo
mantener a salvo de esos peligros."
Do"¿ ler?"á
"¿Que si dolerá el qué?"
"¿La marca? oD¿ lerá?"

98
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Rojan bajó la mano para tocar la suave piel de la


garganta de yT ion, mientras pe nsaba en el proceso de poner
la marca. "Puede," Rojan des eab poder decirle lo contrario
a su compañero, "pero solo duran te un ratito. Podría pedirle
a Doc que te sedase mientras se hace y despertarte
sed pués."
yT ion sacuid ó la cabeza. "Prefiero estar despierto."
"Como quieras, mascota." Rojan estaba disfrutando
de la sensación de la piel su ave de su compañero bajo sus
deos. e T"¿ gustaría saber qué tipo de marca he escogido?"
yT ion asintió con la ezcab a.
"Hay un diseño que simboliza mi clan, mi pueblo.
amT bién hay un diseño que simboliza mi nombre de
familia. Si combino los dos y añdo un toque especial,
podríamos tatuarlo aquí," Rojan acrició con su mano
alredeor del cuello de yT ion. o"T do el mundo sabría que
me pertenecs."
Y
"¿ tú?" susurró yT ion. am"¿T bién te pondrás una
marca?"
"¿Eso quieres?" Rojan observó, fascinado, como la
cara de yT ion se tornaab de un color rojo. Sabía por la
manera en que yT ion evitaba su mirada que el hombre
quería que él también llevase una marca. "Creo que marcas
conjuntadas serían divertidas, pe ro la mía tendría que ser en

99
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

mi brazo, v¿ ale? Solo mascot as llevan la marca en el


cuello."
yT ion sacuid ó la cabeza. "Claro, lo entiendo. Doy
gracias de que quieras llevar algo por mí."
"Somos compañeros ahora, yT ion. e T pertenezco
tanto como tú me pertenecs a mí. Nunca podré estar con
ningnú otro. Nunca sed rae é a ningnú otro."
La cabeza ed yT ion se inclinó a un lado. Parecía
asombrado, ojos grandes y ob quiaib re to. En¿" serio?"
"En serio." Rojan sonrió. "Ha desaparecido el deseo
que sintiera por cualqu iera excepto por ti."
yT ion se rió por lo ba jo. "Me gusta esa idea."
"Sin embargo, crea unos cuantos más problemas
para ti." Rojan sonrió al ver la confusión en la cara de
yT ion. "Eres compañero de un Phangar, una de las razas
más feroces de la galaxia. Es a ferocida viene acompañad
de mucha agresión."
Y
"¿ eso qué significa?"
"Nunca te quedes muy cerca de nadie. Puedo
perciib rlo como una amenaza a lo que me pertenec. Nunca
hagas algo que te ponga en pe ligro. Si algo te pasara, no
creo que pudiese controlar mi furia. Y por favor sé paciente
cuando me pongo posesivo."
"¿Quieres decir cuando te frotas contra mí y
ronroneas?"

100
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Rojan cerró brevemente los ojos y asintió. "Sí."


"Aunque," dijo yT ion tímidamente, "Eso me
gustaba. Me hizo sentir seguro y amado."
"Solo recuerda que cuando es toy sa ,í tu seug ridda se
mi única prioridad. Mataré a cualquiera que intente
apartarte de mí, aunque sea un amigo. Tú serás la única
persona que reconozca. uT olor, tu sabor. Pero tú nunca
estarás en peligro cuando esté así. Moriría antes que hacerte
oñad ."
E"so supuse ne le oc meod r."
Rojan sonrió. Inclinó la cabeza hacia abjo y la
frotó contra yT ion, dejando escapar un pequeño ronroneo.
Le asombrab el poder que parecía tener sobre su pequeño
compañero. El hombre gimió de placer y se arqueó contra
él sensualmente.
"Dios, me encanta como tu pecho ruge cuando
haces eso."
Rojan ronroneó más fuerte. No había visto esta
faceta de su compañero antes y le intrigab. amT bién era
una faceta ed que quería ver más. yT ion parcíae tan
desinhibido, como si fueran simplemente dos amantes en la
cama, en vez de amo y mascota.
La posesividad que sentía Rojan por yT ion de
repente se hizo con el contro l ed sus emociones. Necesitaba
ver a su pequeño compañero marcado para que todo el

101
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

mundo supiese a quien pertenecí a. enT ía que ver su marca


en yT ion ahora, por su propia tranquilidad.
y"T ion, mascota, quero verte con la marca."
"¿Ahora?" Los ojos de yT ion se abrieron y se
inclinó hacia atrás para mirar a Rojan como si estuviera
loco. Cóm"¿ o, ahora mismo?"
Rojan asintió con la ezcab a.
"Um, vale."
"¿No quieres llevar la marca?"
La cara de yT ion enrojeció de nuevo. "No, no es
eso." Bajó la mirada a la vez que se encogía de hombros.
"Es que pensé que íbamos a . . . bueno . . . ya sabes"
Rojan se sentía lleno de elf icida. yT ion estaba
diciéndole que deseab acostars e oc n él otra vez. No podaí
sentirse más feliz, pero aunque deseab follarse a su
pequeño compañero otra vez, ahora mismo necesitaab ver
su marca en el hombre. Después le follaría contra una
par.de
"Y lo haremos, te lo prometo. Una y otra y otra
vez." Rojan se levantó de la cama, estirando la mano hacia
yT ion. "Pero ahora mismo quiero verte con mi marca."
"Tú y tu marca." yT ion se rió mientras tomaba la
mano de Rojan y se bajab de la cama. "Estás
obsesionado."

102
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

"Quiero verte con mi ma rca," id jo Rojan a la


defnsiva mientras se ves tían. "Quiero que todo el mundo
sepa que me pertenecs a mí."
yT ion entornó los ojos y puso las manos sobre sus
caderas. "Vale. Ya que vamos a salir de nuestra habitación,
¿cres que podrías rad me la og ed ropa? Alguien rasóg las
mías ayer por la noche."
Si las mejillas de Rojan se hubieran podido
sonrojar, ahora mismo estarían ardiendo. Sin decir palabra,
se encaminó hacia un panel en la pared y lo activó,
haciendo que una puerta se abriera. Rojan agrró un peto y
se lo pasó a yT ion.
"¿Quieres que me ponga esto?" yT ion levantó el
traje hacia su cuerpo con incredulidad. Cayó hacia el suelo
y se posó ahí, obviamente muchísimo más grande que el
pequeño cuerpo de yT ion.
"Solo póntelo, mascota, confía en mí."
"Sí, claro," yT ion empezó metiendo las piernas y
luego tiró del traje por encima de sus hombros.
Rojan sonrió al ver lo ador able que se veía a yT ion
en ropas que obviamente eran demasiado grandes para él.
iT ró de la cremallera hacia arriba. En el momento en que
abrochó el botón encima de la cremallera, el peto se
encogió a la talla de yT ion.

103
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

yT ion chilló y tiró eld material, le pánico evidente


en su cara.
y"T ion, relaja, tranquilo" Rojan agrró la mano del
hombre cuando yT ion empezó a tironear del cuello del
traje. A Rojan le costaba muchísimo no echarse a reír. "El
material está programado para aj ustarse a la talla del que lo
lleva. El botón de arriba lo activa."
Y
"¿ no se te ocurrió avisarme?"
"No, lo siento." Rojan se encogió de hombros.
"Supongo que yo ya estoy acostumbrado."
"Bueno, para la próxima vez, di algo, v¿ ale? Eso me
puso los pelos de punta." yT ion se pasó la mano temblorosa
por su pelo. "Pensé que me iba a estrangular."
"Bueno, si te sirve de consuelo, te queda
increíblemente bien."
"¿De verda?" yT ion empezó a retorcerse ed un
lado a otro para intentar verse en el peto gris. Parecía que
su pánico había sido reemplazado por curiosidad.
Rojan no mentía, el hombre estaba de muerte. El
material gris se pegab tanto a la piel de yT ion que parecía
que se taab pintaod ne le la. oR jan casi estaba en contra de
que saliera así. La única raz ón por la que yT ion saldría con
ella puesta era que era un traje común y nadie excepto
Rojan iba a tener ningún probl ema con él. Rojan envolvió

104
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

la cintura de yT ion con un brazo posesivo y lo abrazó.


"Quédate cerca, v¿ ale?"
Asegurándose de que yT ion se quedab a su lado,
Rojan los dirigió hacia la enfermería. Se encontró con
varios miembros de su tripulación, pero la mirada feroz de
Rojan les hacía perder el interés rápidamente. Rojan se
suponía que después de lo que había pasado la noche
anterior, pocas personas de su tripulación querían hablar
con él en esos momento. Más tarde les explicaría qué había
pasado. Mucho, mucho más tarde.
"¿Doc?" Rojan encontró al médico de piel azul
saliendo de otra habitaci ón, un historial en la mano.
"Rojan, no parecs estar muy mal," dijo Doc.
C"¿ómo te sientes?"
v"A ergonzado."
o"T nterías," Doc posó el hi storial en la mesa. "No
estabas en tu sano juicio. oT dos lo sabemos. Me alegro de
que tu mascota estaba a quí para tranquilizarte."
Rojan vio como el médico miraba a yT ion de arriba
a abjo. Sabía que el médico lo hacía para comprobar la
salud de yT ion, pero no pudo evitar que se escapara un
pequeño gruñido. Los ojos de Doc se encontraron con los
suyos y el hombre retrocedió un paso.

105
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

"Bueno, puedo ver que yT ion está perfectamente."


El médico juntó las mano. "¿Puedo suponer que sois
compañeros?"
"Sí, yT ion es mío." Rojan no se dio cuenta de lo
agresivas que eran sus palabras hasta que sintió como el
codo de yT ion le golpeab el abdomen. Aunque el golpe no
le dolió en absolutamente, Rojan gruñó para que yT ion
supiese que lo había entendido. "Lo siento, Doc. yT ion y yo
estamos aquí para que nos pongas nuestras marcas."
"¿ Nuestras marcas?"
Rojan sonrió. "Sí. yT ion tendrá el suyo alredeor
del cuello. Yo tendré uno igual en mi brazo."
Los labios de Doc se apretaron un momentos y
después asintió. "Muy bien. Haz que tu mascota se suba a
la mesa y que se baje el traj e hasta la cintura." Se encaminó
hacia una vitrina y empezó a sacar algunos objetos. "Rojan,
¿vas a hacer que tu mascota duerma durante el proceso?"
Rojan se rió por lo bajo cuando yT ion entornó los
ojos. Sabía que a yT ion no le ug staab que halb sa ne ed él
como si no estuviera ahí, pero hasta que Rojan le diera
permiso, Seron no le hablaría directamente a yT ion. Iba en
oc ntra ed las Lye se ed Propie.da
y"T ion, n¿ o vas a contestar a Doc?"
Las cejas de yT ion se elevaron. Qu"¿ ieres decir que
se me permite hablar?"

106
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Rojan juraría que oyó una risita del médico, pero


cuando le miró, la expresión de su cara era seria. Rojan se
giró hacia yT ion y le levantó para sentarlo en la mesa.
Desabrochó el botón y miró como su mascota se bajab el
peto hasta la cintura.
El deseo le as alto al ve r el pecho desnudo de yT ion,
sus tensos abdominales y su su ave piel pálida. yT ion era ed
verda el compañero perfecto. Rojan gimió y se lamió los
labios. Casi no podía resistirse a pasar sus manos por esa
piel.
yT ion arqueó una ceja, y le apuntó con un deo.
"No empieces."
Rojan sonrió y se giró hacia Seron cuando se acercó
con una videotableta. Q"u¿ é quieres exactamente para la
marca, Rojan?"
"Algo como esto," Rojan cogió el lápiz óptico y
empezó a dibujar en la tabl eta. rT as varios minutos
dibujando, estaba satisfecho con el diseño que tenía, así que
le alcanzó la videotalb eta a Doc. "Este. Y yo tender lo
mismo en mi brazo."
El médico no dijo nada, pero Rojan vio cómo se
curvaban hacia arriba sus labios mientras iba a ub scar la
máquina para marcar. Seron regresó hacia ellos y se puso
junto a oR jan mientras ne cendía el pequeño aparato y
pulsaba varios botones.

107
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Rojan vio a yT ion mirar horrorizado el pequeño


aparato y se rió suavemente. "No dolerá mucho, yT ion, te
lo prometo."
"¿Cómo coño funciona?"
V
¿" es le id seoñ que id ub jé?" pa untó haic a la
pantalla ed la vidoe talb t
e .a
yT ion miró el dibujo y se quedó boquiabierto. Por
un momento Rojan pensó que a yT ion no le gustaba el
diseño, hasta que el hombre le miró. "Rojan, esto es
maravilloso. Tú¿ has dibujado esto?"
"Bueno," Rojan estaba encantado con la reación de
yT ion ante el diseño. u"T ve un poco de ayuda. Los diseños
tribales ed mi gente y de mi afmilia ya estaanb ne el
ordenador. Simplemente los adpté un poco para encontrar
un diseño que me gustaba."
"Es precioso, Rojan." Sonrió al mirar a su amo.
"Pensé que ibas a proponer algo realmente hortera, pero
este es muy bonito. Me gusta. e T va a quedar muy guapo en
el brazo."
S
"¿ í?"
"Sí." Los ojos de yT ion se abrieron de par en par
cuando Doc se inclinó hacia él, el aparato de marcar en la
mano. El pequeño hombre se inclinó hacia atrás y señaló al
aparato. "Um, cóm¿ o funciona esa cosa?"

108
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

"Ahora que se ha transferido el diseño desde la


videotableta, Doc simplemente lo pasa por tu cuello y el
aparato hace todo el trabaj o. No llevara más que unos
minutos."
"Je, guay", yT ion estaba asombrado. "Hacer un
tatuaje en la iT erra lleva horas."
"Es un poco diferente a un tatuaje de la iT erra,
yT ion. No se pueed quitar."
"¿Nunca?" yT ion tragó saliva.
N" op, se tá oc id if odac a tu NDA y la mío. Como tu
amo, puedo escoger hacer la marca temporal, para poder
modificarla si te vendiese a otra persona, o hacerla
permanente."
Y
"¿ ?"
"Es permanente, yT ion. Nunca será borrado o
cambiado."
Rojan no se había dao cuenta de la tensión en el
cuerpo de yT ion hasta que el hombre se relajó con un
suspiro audible. Rodeó la cintura de yT ion con un brazo,
acunando al hombre contra su pecho. "Me quedo contigo,
yT ion. Nada de marcas temporales."
La piel de oR jan cosquilleó cuando yT ion le
acrició el rb azo. amT"¿ bién para ti?"
"Sí, mascota, también para mí."

109
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

CAPÍTULO 6

yT ion estiró el cuello ed nuevo, ig ranod la zebac a


primero hacia la izquierda y luego hacia la derecha,
intentando ver mejor el tatuaje que lucía ahí. No mentía
cuando le dijo a Rojan que era precioso. Lo era. amT bién
era muy raro verlo en su propia piel.
e "T queda muy sexy," Rojan ronroneab de
satisfcia ón.
yT ion miró el reflejo de Ro jan en el espejo. Vaya, sí
que era rg ande. De pie, la cabeza ed yT ion apenas
alcanzaba los pezones de Rojan. Sus ojos se posaron en el
tatuaje en su brazo y no pudo evitar sonreír, satisfhce o.
A una parte posesiva y perversa de yT ion le gustaba
ver su marca mostrada tan descaradmente en el cuerpo de
Rojan donde todo el mundo lo vería y sabría que el hombre
le pertenecía. De dónde venía esa sensación, considerando
sus circunstancias, yT ion no tenía ni idea.
en"T go una sorpresa para ti," dijo oR jan mientras se
acercab para sentarse en la cama.
yT ion miró por encima de su hombre con
uc riosid.da O
¿" h?"
Rojan pareció mirarle con atención antes de
contestarle. "Sabes que ahora eres mío, pase lo que pase,
v¿ re "?da

110
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

yT ion frunció el ceño. Su corazón de repente


empezó a latir más rápido debido al miedo. ¿Qué
signifiacb se to? "Dijiste que no me ibas a vender."
"No, no," Rojan se puso de pie y cruzó rápidamente
la habitación para abrazar a yT ion. "No tengo ninguna
intención de renunciar a ti. Me pertenecs ahora y para
siempre."
E¿"ntoncse a qué te reif re se "? yT ion no pudo sino
evitar inclinarse hacia la mano que se curvó sobre su
mejilla para tranquilizarle. Sonrió un poco cuando se dio
cuenta de que la mano cubría todo le laod ed su rac .a
"Sé que todo esto ha sido muy duro para ti
E"¿sto?"
"Que te secuestrasen de tu casa, que te llevasen a un
sitio que nunca hasbía visto, que te vendiesen como esclavo
y convertirte en compañ ero de un alienígena."
La esquina de los labios de yT ion se torcieron hacia
arriba. "No todo ha sido malo."
S
"¿ í?"
El aliento de Rojan era ardi ne te oc ntra le uc le lo ed
yT ion cuanod echo la cabeza hacia atrás. Escalofríos
recorrían su espalda, pero era de placer. yT ion gimió
cuando dulces besos se posaban en su piel. No estaba
seguro de si alguna vez se aco stumbraría a cómo Rojan le
na hel.ab

111
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

E"¿s esta tu sorpres?"a susurró yT ion.


N" o." oR jan rió. E"sto se porque al parecr no
puedo quitarte las manos de encima."
"Lo dices como si fuera algo malo."
e "T voy a llevar a casa para--"
Me"¿ llevas a casa? P
¿ or qué? Qu¿ e hice mal?" No
pudo ocultar la ansieda en su voz y rostro. Mirando a
Rojan se le helab la sangre al imaginar que este lo llevase
de vuelta a la iT erra y nab od nánod le a la solitaria
existencia que había tenido ahí.
e "T llevo a casa para que puedas coger tus cosas,
yT ion. Quiero que tengas algo t uyo para que te sientas más
a gusto en tu nueva vida." Roja n agrró la barbilla de yT ion
con fuerza, sus ojos serios. "P ero escúhame bien, mascota.
No te quedarás. Me pertenecs y vas a dónde yo vaya,
¿entendido?"
yT ion rápidma ente asintió con la ezcab a. No
protestó cuando Rojan le abr azó con fuerza. Simplemente
escondió su cara en el cuello ed oR jan. Sentía oc mo si
estuviera perdiendo la cabeza. Había perdido el rumbo
completamente.
Ahora era un esclavo, una mascota, algo que
debría odiar con todas sus fuerzas. Y sin embargo, la sola
idea de volver a casa y no ver nunca más a Rojan le llenab
de terror y pánico hasta el punto de casi desmayarse. Las

112
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

manos de yT ion estaban sudorosas , le faltaba el aire y su


pehc o od lía nód ed se ne oc ntraab su corazón. Cuanto más lo
sujetab Rojan, cuanto más le decía que se quedab con él,
tanto mejor se sentía yT ion. Y si eso no confundía a yT ion
todo lo posibl,e no saaíb que podr.aí
en"T go un gato," dijo yT ion en voz queda mientras
frotaba su mejilla contra el pecho de Rojan. P
"¿ uedo
traerme a mi gato?"
"Preferiría hablar con Doc antes ed darte permiso,
yT ion." Rojan acrició la part e ed atrás de la cabeza de
yT ion. Era una caricia relajante y yT ion suponía que el
hombre podía sentir su nerv iosismo. "Quiero asegurarme
de que tu gato puede viajar por el espacio antes de decirte
que sí. No quisiera que le pasara nada malo."
"Claro, por supuesto." yT ion asintió con la cabeza.
No había pensado en eso. Se quedaría hecho polvo si le
pasara algo a su mejor ami og y oc nfinde te. Harry haaíb
estado con él durante la salud y la ne ref me.da eD¿" verda
puedo traerme mis cosas?"
y"T ion, no quiero que seas infeliz conmigo," dijo
Rojan. "Esto no es un castigo. Si tener tus cosas, cosas que
te son amf iliares, hace que te sientas más a gusto, es mi
debr como tu amo asegurarme de que las tengas."
"¿Pero?" yT ion sabía que había un pero por ha í ne
alguna parte.

113
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

"Antes de que aterricemos quero que tengas muy


claro que no nos vamos a quedar. Quiero tu promesa de que
nos marcharemos cuando yo lo diga, sin discusiones." La
cara de Rojan se tornó seria. "Si no puedes darme esa
promesa, no te dejaré bajarte de la nave cuando
aterricemos."
yT ion abrió la boca para empezar a contestar
cuando de repente una idea terro rífica pasó por su mente.
Se sentó rápidamente y miró a su amo. "Rojan, ¿y si
alguien te ve?" yT ion no cr eía que Rojan pudiese pasar
desapercibiod entre una multitud. Aparte ed ser enorme,
tenía orejas puntiagudas, colmillos y una cola. No había
manera en que pudiese pasar camuflado.
"Esperaremos que eso no pase."
"¿Esperar?" yT ion gritó. "Rojan, no podemos hacer
que pases desapercibido. iT enes orejas puntiagudas y una
cola. No creo que podamos esconder eso."
Rojan se rió por lo bajo. e "T sorprenderías, mascota.
Llevamos siglos visitando la iT erra. Y no nos han pillado
núa ."
Y
"¿ Roswell?"
Ro"¿ swell?"
"Junio 1947, una nave alienígena se estrelló cerca
de Roswell, Nuevo Méjico," dijo yT ion. "Encontraron
cadáveres extraterrestres, al ienígenas y tecnología avanzada

114
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

de la que se aprovecharon la s uf re zas éa resa . Es ed nód ed


vienen los hornos microondas, s¿ abes?"
y"T ion, los efctos de calefación de las microondas
fueron descubiertas por un ingeniero norteamericano
llamado Percy Spencer en 1945, cuando estaba
construyendo magnetrones para radares. No se trajo a la
iT re ra por xe tratre restres."
"Dices tú." yT ion cruzó lo s brazos sobre el pecho y
miró desafiante a Rojan. yT ion de repente se encontró
estrujado contra el pecho de Rojan mientras este reía.
Entornó los ojos y se apoyó de nuevo contra ese pecho.
"No te preocupes, mascota. enT emos maneras de
escondernos de la vista de los humanos."
yT ion frunció el ceño, sus labios haciendo un
mohín. "Es que no quiero que te pasa nada." iT ró de un hilo
en su peto. No entendía los se ntimientos que tenía por el
hombre que le había comprador, tomado y marcado. Iba en
contra de todo en lo que creía. Y sin embargo, yT ion no
podía negar que los tenía. La sola idea de que algo le pasara
a Rojan le revolvía el estómago. La idea de no ver nuca
más a Rojan le haíac sentirse enerf mo.
"Rojan, quizás no debríamos ir," susurró yT ion.
"Me gustan mis cosas, pero no creo que merezca la pena si
vas a ser descubierto. Si te pasara algo, yo . . ." yT ion
sacudió la cabeza mientras imaginaba el peor ed los casos.

115
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

"He oído lo que hace nuestro gob ierno a los alienígenas, y


no es nada bueno. Experimentarían contigo y . . . y . . ."
yT ion no estaba preparado cuando Rojan le dejó en
la cama. Miró hacia arriba, preguntándose si había dicho
demasiado. No tenía ni idea de cómo funcionaba una
relación amo/mascota. Ni idea de cómo reacionaría Rojan
a sus sentimientos. yT ion no tenía ni idea de si se le
permitía tener sentimientos hacia Rojan, solo era una
mascota, al fin y al cabo.
Miró como Rojan cruzaba la habitación y abría un
pequeño panel en la pared, sacando un pequeño aparato
negro que parecía una pulsera grande. Rojan cerró el panel
y volvió a la cama. Se puso el aparato en la muñeca y
apretó unos pocos botones. El ia re la reode r ed oR jan
resplandeció y se desenfocó durante un momento.
yT ion siseó y se alejó del extraño que de repente se
apareció ante él, un extraño que era humano. Lo único que
era igual era el tamaño del cuerpo de Rojan y el color negro
de su piel. oT do lo demás se había ido, las garras, los
colmillos, las orejas puntiagudas, incluso la cola. oT do se
había ido.
oR¿" -- oR jan"?
"Soy yo, mascota."
Bueno, por lo menos la voz era igual. yT ion gateó
despacio hasta que estaab arrodillado en la cama frente al

116
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

hombre. Dudó y luego alcanzó la mano para tocar a Rojan.


El hombre sentía igual. yT ion podía incluso sentir la misma
piel suave y lampiña bajo los deos. Rojan simplemente se
veía diferente, muy diferente.
"¿Cómo . . .?"
"Se llama un aparato de desplazamiento animado, o
AD," Rojan apretó de nuevo unos cuantos botones en la
pulsera. El aire titiló de nuevo y cuando se asentó era Rojan
de nuevo. "Solo se puede usar durante periodos cortos de
tiempo, pero nos dejará entrar en tu casa y salir de nuevo,
por lo menos."
yT ion se rió, y luego se cubrió la boca con la mano
al darse cuenta de que su ri sa tenía cierto tono histérico.
Amos y esclavos, alienígenas, el espacio exterior y aparatos
de desplazamiento animado. yT ion estaba volviéndose loco.
Rojan parecía notar la ansieda de yT ion. Se quitó
el pequeño aparato y lo volvió a guardar antes de sentarse
en la cama con yT ion. Se sentó pacientemente, esperando,
sin decir palabra.
o"T do esto es muy confuso, Rojan," susurró yT ion y
agrró la mano de Rojan para confortarse.
"Lo sé, mascota, y espero que se mejore con el
tiempo." Rojan apretó la mano de yT ion. "Solo recuerda
que no estás solo, mascota. Somos compañeros,
r¿ ecuerdas? Estamos juntos para siempre."

117
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Las palabras de Rojan llenaron a yT ion de


esperanza y una sensación de pertenecr que no recordab
haber sentido jamás, ni siquier a en la iT erra. yT ion había
tenido novios ne la iT re ra. Ha bía tenido citas y rollos de
una noche. Hasta había vivi od oc n un hc ico ud rante
algunos meses.
yT ion nunca se había sentido realmente deseado
antes de Rojan. Sintió una imperiosa necesidad ed
demostrarle a Rojan cuán im portante era para él, aunque
tenía miedo de decirlo. Se giró y cayó de rodillas entre las
piernas de Rojan, alzando la ma no hacia el botón de arriba
del peto ed Rojan. Una mano alredeor de su muñeca lo
t
ed uvo. yT ion miró haic a ra riba , preocupado por si se había
cruzado alug na línea. Era difícil no hacerlo. No sabía dónde
estaban.
"¿Qué haces, mascota?"
yT ion sonrió descaradmente y se soltó de la mano
de Rojan. Fue a por el botón de nuevo, y luego a por la
cremallera hasta que el peto ca yó hasta la ic ntura ed oR jan.
Un pequeño tirón al material elástico y la polla
rígida de Rojan estaba libre. yT ion acercó la cara hasta el
glande y miró coqueto a Rojan mientras lamía una pequeña
gota de pre-eyaculación.
y"T ion," Rojan gimió. yT ion tragó cuanto pudo de
la verga de Rojan. Podía sentir como Rojan le agrraba el

118
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

pelo, enredándolo en sus deos mientras el hombre


templaba. "Joder, yT ion, tu boca . . . ¡Dios!"
yT ion lamió por la dura verga y chupó el glande
para probar la esencia de su compañero. Subió y bajó por la
polla de Rojan, dejando que la cabeza rozara su garganta y
luego subiendo para chupar y lamer la cabeza. Podía sentir
a Rojan hincharse y endurecerse en su boca. La polla de
Rojan creció tanto que la mandíbula de yT ion empezó a
doler. Empezó a caber más rápido, sin saber si iba a
poder aguantar mucho más. M ovió la mano hacia abjo y
pasó un deo por las pelotas de Rojan. El pequeño y suave
saco se contrajo hacia el cuerpo de oR jan instantáneamente.
Rojan se corrió con fuerza, gritando y yT ion tragó
ávidamente, saboreando el sabor dulce y afrutado de la
semilla de su amante. Continuó lamiendo y chupando,
negándose a soltar la polla de su boca hasta que Rojan se
lba na iced .ó
Lamiéndose los labios, yT ion miró hacia arriba y
vio como Rojan le piraba. Sus ojos dorados estaban llenos
de calor y afecto. La sangre de yT ion ra id ó ed sed oe . oR jan
parecía saciado, feliz. yT ion fue felizmente al abrazo que
Rojan le ofrecía.
"Gracias, mascota," dijo Rojan con voz más suave
que su voz normal, más oscura y áspera. yT ion empezó a
levantar la cabeza para preguntar si Rojan estaab bien, pero

119
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

el alieneníg a colocó la cabeza de yT ion contra su pecho.


"Duerme, mascota. Pronto llegaremos a tu planeta y
necesitas descansar."
La polla de yT ion estaba dura, pero curiosamente,
no sentía la necesidad ed correrse. La mamad que le haíab
hecho a Rojan le había dejado más satisfecho que ningún
polvo que hubiera tenido con ot ra persona hasta entonces.
Estaba duro, pero satisfecho.
yT ion se acurrucó contra el cuerpo de Rojan y se
relajó. Podía sentir como el calor le envolvía mientras el
hombre acriciab suavemente su pelo. Rojan empezó a
ronronear y yT ion dejó que el suave sonido reconfortante le
adormeciese.

****

yT ion se sed pertó solo, y no le ug sta.ab


Había pasado la noche con el cuerpo de Rojan
envolviendo al suyo y sin Ro jan ahí, tenía frío. Rodó y
miró la habitación, decpci onaod la ne oc ntrarlo vaoíc .
Colgándose de un lado de la cama, yT ion buscó el
peto que le había dao Rojan an tes. En vez de eso, encontró
uno nuevo, doblado en la silla. Sonrió ante el detalle de
Rojan y lo agrró. Intentó recordar como había hecho

120
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Rojan que la prenda encogier a y presionó cautelosamente el


botón.
Este era en dos tonos de azul, y se ajustaba como
una segunda piel igual que el otro. yT ion rió mientras se
miraba, girando para ambos lados. Sacudió la cabeza,
sorprendido ante lo bien que le quedab el culo dentro del
traje. Estaab bueno. Esperab que oR jan opinase lo mismo.
yT ion sonrió y se dirigi ó a la puerta. Quería
encontrar a Rojan, y después comer algo. yT ion se moría de
hambre. Esta vez record cómo funcionaba el panel y la
puerta se abrió de inmediato. yT ion salió de la habitación y
se concentró en recordar cómo se iba al comedor. Se rió
cuando se dio cuenta de que había estado algo distraído la
última vez, así que probaría suerte. Supuso que podía
preug ntar por oR jan si se per.aíd
rT as pererd se un par de veces, yT ion finalmente
encontró el comedor. Podía oír ruido incluso antes de abrir
la puerta. Los pasos de yT i on se detuvier on uc na od miró
hacia adentro. La habitación pa recía estar llena, pero en
realidad solo había unas pocas personas. Es que todos era
tan rg na sed .
Buscando por la habitación, el corazón de yT ion
casi se paró cuando vio a su compañero de piel y pelo
negros sentado en una de las mesas. Solo tenía ojos para el
hombre guapísimo mientras cr uzaba la sala, aunque podía

121
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

sentir varias miradas seguirl e. Cuando llegó hasta Rojan, el


comedor estaba en silencio. yT ion se plantó al lado de
Rojan y miro a su alredeor con aprehensión. Se dio cuenta
de repente de que él y oR jan eran el centro ed atención.
yT ion empezó a temblar de aprehensión. No sabía
que se se perab ed él ne púb lico como la mascota de Rojan
y no quería avergonzar ni enfad r al hombre. La decisión le
fue arrebatad cuando un brazo le rodeó y tiró de él hasta
que estaba sentado en el regazo de oR jan.
yT ion se acurrucó contra su compañero, agrrando
la parte de delante de su pe to mientras sentía como una
mejilla se frotaba contra su cabeza. Cuando empezó el
ronroneo, yT ion se relajó de inmediato. Respiró hondo. No
entendía como el ronroneo de Rojan le hacía sentirse más
seguro, pero eso no iba a evitarle disfrutar de ello.
H
¿" sa od rmido ib ne , masoc ta"?
yT ion asintió con la ezcab a.
iT¿" ne se hamrb "?e
yT ion asintió de nuevo. No quería levantar la
cabeza y darse cuenta de la gente que había alredeor de
ellos. Preferiría queard se r odeado por los brazos de Rojan,
perfectamente feliz ahí. La ma no que levantaba su barbilla
no se lo iba a permitir. yT ion miró a los ojos color topaic o
ed oR jan.
"Eché de menos esta preciosa cara."

122
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

yT ion arqueó una ceja. "No la habrías echado de


menos si te hubieras quedao en la cama conmigo."
yT ion supo que no solo Rojan le había oído cuando
oyó una risita desde el otro lado de la mesa. yT ion podía
sentir como su cara ardía y se giró para ver al hombre
sentado al otro lado. yT ion rec onoció al hombre, era el que
Rojan había llamado Rav.
Era alto, pero no tanto como Rojan. Su piel no era
negra como la de Rojan, pero un marrón oscuro, casi color
chocolate. Sí tenía las orejas puntiagudas, garras y cola.
Eso y los ojos dorados de Rojan parecían ser lo único que
tennaí ne oc mún. Los ojos de Rojan son más bonitos ,
pensó yT ion lealmente.
"Mascota, este es Ravcor, mi segundo al mando,"
dijo Rojan. "Normalmente le llamamos Rav. Rav, este es
yT ion, mi compañero."
yT ion saludó a Rav. Ignoró la ceja levantada y la
pequeña sonrisita del hombre . "Tú eres el que intentó
detener a Rojan antes." yT ion se rió. "Eso fue realmente
estúpido. Rojan estaba a punto de arrancarte los brazos y
azotarte con ellos."
La expresión de autosuficiencia fue reemplazad
por una mueca. "Sí, bueno . . ."

123
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

"Se bueno, mascota," le riñó Rojan con una sonrisa.


"Es su trabajo asegurarse de que todos los de la nave están
a salvo. Y está al mando cuando yo no estoy."
A yT ion no le gustaba como sonaba eso. S
"¿ ignifica
que está al mando para mí también?"
"Solo en lo referente a tu seguridad."
"Y sigo pensando que ir a la iT erra no es seguro,"
Rav frunció el ceño.
yT ion se tensó cuando sintió a Rojan hacer lo
mismo. Miró al hombre, escudao por su pelo. La
mandíbula de Rojan estaba tensa y no parecía feliz.
"Piensa cómo te sentiría s si la ug ien te raptase
mientras dormías, te llevase y te vendiese como esclavo en
la iT erra, un mundo del que no sabes nada. No tienes
ninguna de tus cosas, nada que te resulte familiar, y hay una
criatura alienígena diciéndote que ahora eres su esclavo."
El puño de Rojan golpeó la mesa. e "¿T sentirías mejor si te
permitiesen tener algunos de tus pertenencias contigo?"
A yT ion le asombró saber lo bien que Rojan sabía
sobre cómo se sentía y que luego endf diese esos
sentimientos ante un amigo. Se acurrucó contra Rojan y le
susurró al oído. "Me ha acb ado gustando esta criatura
alienígen"a, le canturreó. El brazo de Rojan le rodeó la
cintura. Y le dejó un pequeño beso en un lado de su cabeza.

124
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

"A mí me gusta el esclavo también," susurró Rojan


antes de mirar a Rav de nuevo. "Sé que no te gusta. NO
tiene por qué. Solo tienes que asegurarte de que aterricemos
cerca de la casa de yT ion y de que no nos detecte un radar
de la iT erra."
"Vale. Pero sigue sin gu starme." Rav sacudió la
cabeza y sealñ ó a Rojan con un deo. "Antes de que
apareciera tu pequeña mascota, no se te habría ocurrido
hacer algo así. enT er una mascota te ha hecho perder el
poco juicio que tenías."
Rojan empezó a abrir la boca. yT ion sabía que su
compañero iba a discutir, podía sentir como los muslos de
Rojan se tensaba debajo de él. Levantó la mano y colocó su
deo sobre los labios de Rojan, recibiendo una ceja
arquead en respuesta. yT ion simplemente sonrió y miró a
vaR , travieso.
"¿Estás diciendo que no te gustaría tu propia
mascota humana?"
"Me gustaría un humano como mascota, pero no
dejaría que afectara las ecid si ones que tomase, ni que me
hiciera cambiar de opinión."
"¿De verda?" preguntó yT ion, incrédulo. C"una od
lleguemos a la iT erra, recuérdame que te presente a un
amigo mío. e T hará cambiar de opinión."

125
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

y"T ion, no puedes decirle a nadie que estamos ahí,"


dijo Rojan rápidamente. "Si alguien nos descubre . . ."
yT ion dio palmaditas en el brazo de Rojan. "No te
preocupes, Rojan, Cory no dirá naad si yo se lo pido."
C"¿ory?"
"Cory era, es, mi mejor amigo, aparte de Harry. Él--
"
H
"¿ arry?"
"Mi gato, Harry Houdini." yT ion rió.
H
¿" ra ry Houdini?" oR jan rf unció el ceño, el nombre
le era amf iliar. E"s¿ e no era un mago afmoso por ser
además escapista?"
"Sí, por eso llamé a mi gato así," dijo yT ion. "Puede
escaparse de donde sea. Harry podría escapar de una
haib taic nó se éf rica sin ve ntanas ni puertas."
"¿Cómo?" Rav posó las manos sobre la mesa y se
inclinó hacia yT ion, muy intere sado en la explicación. "Eso
no tiene ningún sentido. Cóm¿ o puede alguien escapar de
una habitación esférica sin ve ntansa ni puertas? P
¿ ueed
desaparecr o hacerse intangible?"
yT ion parpadeó. ¿Este tío iba en serio? "Um . . .
solo es una manera de hablar. Harry simplemente es muy
ub ne o se pac ná od se."
Rojan se rió y abrazó de nuevo a yT ion. "Acab de
contarnos sobre tu amigo, Cory."

126
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

"Ah. Sí vale. Bueno como iba diciendo, Cory es mi


mejor amigo junto con Harry. Haría lo que fuera por mí y
yo por él. Odio tener que abndonarle." yT ion miró hacia
abjo y tiró del material de su peto. "Soy todo lo que tiene.
Siempre hemos sido nosotros dos, y Harry. No sé qué va a
hacer sin mí."
Se le ocurrió una idea a yT ion cuando pensó en
Cory solo sin él. Miró a Rojan. P
"¿ uedes tener dos
mascotas?"
y"T ion--"
"¿Por favor?"
saM" oc ta, no se tan icáf l," id jo oR jan.
"Seremos buenos, lo prometo," dijo yT ion
rápidamente, y agrró el traj e de Rojan. "Nunca tendrás que
castigarnos. Haremos todo lo que digas."
y"T ion, para, ya basta." Rojan agrró las manos de
yT ion y las apretó con las suya s. "En otras circunstancias
podría tener dos mascotas. J oder, podría tener cien si
quisiera. Pero no son circunstancias normales.. Eres más
que mi mascota. Eres mi compañero. Eso significa que solo
tú."
Aunque las palabras de Roja n le hacían derretirse
por dentro a yT ion, también le llenabn de tristeza. Dejó
caer su cabeza sobre el pecho de Rojan e intentó que no se
le escaparan las lágrimas. Ya echab de menos a Cory y

127
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

solo habían pasado un par de semanas. No sabía lo que iba


a hacer si no veía nunca más al hombre.
"Yo me lo quedo."
yT ion se quedó boquiabierto y miró fijamente a
Rav. Fijo que no había oído lo que creía haber oído. Rav no
tenía ninguna razón para quedars e con Cory como mascota.
"¿Por qué?"
Rav se encogió de hombros. "Una mascota humana
es tan buena como otra, supongo."
N" o, rc oe que no."
"¿Por qué no?" preguntó Rav. "Quieres que tu
amigo venga contigo, n¿ o?"
"Quiero que Cory se venga, pero no creo que seas lo
bastante bueno para él."
"¿Por qué no?" Rav parecía realmente interesado en
la respuesta de yT ion. amT bién parecía completamente
ignorante a la manera insensible en que había hablado
sobre Cory, como si fuera un simple producto de
compraventa.
yT ion de repente se dio uc ne ta ed la ne orme
diferencia que había entre Rojan y avR , la principal era
cómo pensaban. yT ion sabía que para le resto led mundo
siempre sería la mascota de Rojan, pero el hombre le
tratab como su compañero. Rav solo le veía como
mascota.

128
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

"Solo nos ves a Cory y a mí como una mercancía,


¿verda?" yT ion preguntó al mirar a Rav fijamente. Quería
ver todas las reaciones que tenía el hombre ante sus
palrba sa .
" Eres una masoc ta."
"Y esa es exactamente la razón por la que no quiero
que te quedes con Cory." Rav parecía confuso, como si de
verda no entendía lo que yT ion quería decir. "Somos seres
vivos, Rav. enT emos sentimientos, necesidades y deseos.
No somos diferentes que tú o Rojan."
"Solo eres humano."
"Y tú no lo eres."

129
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

CAPÍTULO 7

Rojan sujetó el brazo de yT ion mientras salían de la


nave al planeta iT erra. Habí a visto muchos videoemisiones
de la iT erra, pero nada lo ha bía preparado ante lo diferente
que era de su planeta, y de todos los demás que había
visitaod .
Para empezar, había árboles por todas partes. Rojan
estaba seguro de que nunca habí a visto tanto árbol junto en
toda su vid.a La hierab re a verde y el cielo azul, y había
mucho de ambos. En resumen: la iT erra era hermosa.
amT bién parecía muy primitivo. Los coches estaban
en el suelo, las casas estaban hechas de madera y la gente
se vestía de forma extraña. Rojan se imaginaba que él
también parecría raro, con su camisa y pantalones en vez
de peto. oT davía se sentía muy extraño.
"Vivo en esta calle," yT ion señaló con el deo, "en
el siguiente bloque."
Rojan asintió con la ezcab a y siguió a yT ion, Rav
justo detrás de ellos. Podía sen tir el arma escondida bajo su
chaqueta, pero estaba tan nervioso que deseab poder
llevarlo en la mano. A Rojan no le gustaba salir por mundos
inexplorados sin proteción. Se fijó en todos con los que se
cruzaba.. Salvo por unas cuantas miradas de asombro, que
por alguna razón hacían que yT i on se partiese de risa, nadie

130
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

les prestó la menor atención. yT ion les guió por una acera
de cemento hasta llegar a un ed ificio de ladrillo rojo.
"Es aquí," yT ion señaló la escalera que llevab al
segundo piso. "Vivo arriba."
yT ion parecía contento de es tar en casa. Rojan no se
fiab. No quería obligar a su compañero a volver a la nave
con él si yT ion decidía que se quería quedar. Rojan lo haría,
por que dejar a yT ion aquí no era una opción. Pero no
quería tener que obligarle.
"Este es mi apartamento," dijo yT ion cuando paró
en frente de una de las puertas. Parecía un poco
avergonzado. "Yo, uh, no tengo la llave."
Rojan sonrió y alcanzó el pomo. Lo giró hasta que
se oyó un chasquido y la puerta se abrió. yT ion entró, Rojan
y vaR t
ed rás ed él.
Dejando a Rav para que se las arreglará con la
puerta como pudiese, Rojan mi ró a la habitación que su
compañero llamab casa.
No parecía gran cosa. Un sofá gastado y viejo se
apoyaba contra una pared, una pequeña mesita frente a ella.
Cre ac ed la oc ic na haaíb una mesa de comedor con dos
sillas. Haaíb tres puertas ne el pasillo. Rojan podía ver que
dos dabn a habitaciones y la otra a un uc ra to ed oñab .
El pequeño apartamento pa recía bien organizado,
pero muy desgastado. Había un par de cosas aquí y allá que

131
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Rojan sabía que iban a volver a la nave con ellos, por la


forma en que estaban colocados. Había otros que esperab
se querad na qa uí.
Rojan no podía entender el apego que yT ion tenía al
lugar hasta que el hombre soltó un chillidito y cruzó
corriendo la habitación. Rojan se agchó y cogió su arma
antes de ver que yT ion cogía una pequeña y peluda criatura
y la acunó contra su pecho.
La sonrisa de la cara de yT ion era feliz, luminosa.
En ese momento, a Rojan le da ba igual lo que tenía que
hacer para asegurarse de que Harry estuviese bien. Si el
pequeño , peludo y negro animal hacía tan feliz a yT ion,
entonces el maldito gato iba a viajar con ellos por el
espacio exterior.
H
¿" ra ry, supongo"?
yT ion asintió felizmente y se acercó con Harry.
Rojan frunció el ceño cuando el t
ag o ub óf y saltó ed los
brazos de yT ion para esconderse debajo de la mesita
gastada. yT ion salió corriendo detrás del gatito, arrullando
y haic ne od ruidos tontos.
"Creo que no le gusto a tu gato, mascota."
"Es que no te conoce." insist ió yT ion. "No le gustan
los extraños. Le gustarás cuando te conozca mejor."
Rojan lo dudab. y"T ion, es un gato. Yo soy
Phangar. No creo que nos podamos llevar bien." Rojan

132
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

suspiró cuando yT ion levantó la vista hacia él, su mirada


desesperad. "Pero lo intent aré." Rojan sabía que había
tomado la decisión correcta cuando yT ion le sonrió de
nuevo. Sip, era débil ante esa sonr isa y lo sabía. Se llevaría
bien con el maldito gato o moriría en el intento.
Rojan estaba seguro de que el gato podría con él.
"Mascota, encuentra alog para llevar a Harry, coge
el esto de tus cosas. Nos volvemos a la nave. Nuestros
AD tienen un uso limitado."
yT ion asintió y corrió hacia la habitación. Volvió al
instante con una pequeña caja color eib ge. enT ía agujeros
ne los laod s, y un sa a ne la pa rte de arriba además de una
rejilla en un lado. yT ion lo puso en suelo, y metió una
mantita y sacó a Harry ed debajo de la mesa para meterle
ned tro ed la jac .a El ag to gruñó pero entró sin más
aspavientos. yT ion cerró la rejilla, encerrando a Harry. Pasó
los deos por la rejilla y canturreó.
yT¡" ion!"
yT ion saltó, su cara sonrojándose. "Lo siento, solo
quería asegurarme de que Harry estaba bien."
oR jan sa intió y seg ticuló oc n la mano. t
aD" e prisa."
yT ion se puso ed pie, leva ntanod la jac a ed Harry y
posándolo sobre la mesa. Un minuto después, Rojan miraba
como su compañero correteab por toda la casa, agrrando
objetos sin parar. Los posaba ne la mesa la laod ed Harry.

133
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Su compañero volvía al salón con una maleta


cuando la puerta empezó a abrirse. Rojan cruzó la
habitación al instante, poniéndose entre yT ion y
quienquiera que entrase.
y"¿T ion?" dijo un hombre de pelo dorado mientras
abría la puerta y entraba. "¿Estás aquí?"
"¿Cory?" yT ion miró por encima de Rojan.
Rojan miró al hombrecito. Era un par de
centímetros más bajo que yT ion. enT ía pelo castaño claro,
más claro en las raíces y un cuerpo atlético que habría
puesto cahondo a Rojan en el pasado. Ahora solo podía
admirar la elb leza del hombre.
El gruñido que emitió Rav, sin embargo, le dijo que
su segundo al mando apreciab bastante más la belleza del
hombre. Rav parecía fascina do, sus ojos observando todos
los movimientos del hombrecito.
y"¡T ion!" el hombre gritó de alegría.
"¿Cory?" yT ion dejó de es conderse detrás de Rojan.
El gruñido de Rav se hizo más pronunciado cuando
Cory cruzó corriendo la hab itación para abrazar a yT ion.
Rojan no estaba demasiado cont ento de ver a su compañero
en los brazos de otro hombre tampoco, pero estaba seguro
de que no era por las mismas razones que Rav. Viendo
cómo se estaba comportando Rav, parecía que Cory iba a
unírseles, lo quisiera o no.

134
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

"¿Dónde coño has estado?" Cory exigió, apartando


a yT ion de un empujón. Puso las manos en las caderas y
miró furioso a yT ion. i"¿T enes idea de lo preocupado que
he estado? Harry se estaba vol vienod loco." Cory rf unció le
ceño y miró la habitación. Y
"¿ dónde está Harry? Me lleva
esperando en la puerta desde le aíd que sed pa ra ice ste."
yT ion señaló la gatera encima de la mesita. Parecía
inquieto, como si esperase que le gritasen y riñesen. Rojan
se preguntó qué tipo de hombre era Cory si asustaba tanto a
yT ion.
e "¿T marchas, yT ?" Cory preguntó con voz queda al
mirar las cosas apiladas en la mesita al lado de Harry.
Rojan podía ver la angustia en los ojos de Cory cuando el
hombre miró a yT ion. e "¿T marchas? I
¿ bas a decirme adiós,
tan siquiera?"
"Sí, sobre eso." yT ion se retorció las manos. "Me
marcho, pero estaba espera ndo que quisieras venirte
conmigo."
"¿A dónde vas?" preguntó Cory. De repente torció
le seg to. Y
¿" nód ed has se taod ? Llve sa sed pa ra ice od od s
semanas. Simplemente te fuis te, sin notas, sin llamads,
nada. Ya no estabas."
"Es una historia realmente larag y--"
y"T ion," interrumpió Rojan cuando su aparato de
desplazamiento animado empezó a pitar, haciéndole saber

135
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

que se le acb el tiempo. Unos pocos minutos más y su


disfraz se sed haría. i"T enes que darte prisa, mascota."
S
" ,í ya voy," id jo yT ion y miró a oR jan. S
" olo--"
Mas"¿ cota?" preguntó oC ry, asombrado. e T"¿ llama
mascota?"
yT ion giró la cabeza rápidamente. e "T equivocas.
oR jan se --"
"Quedándote sin tiempo, ma scota." Rojan le dio a
yT ion en el hombro con un deo.
"Me estoy dando prisa, lo juro."
y"¿T ion, qué coño está pasando?" Cory preguntó
con voz queda al inclinarse hacia yT ion. "¿Quiénes son
estos hombres? iT¿ enen algo que ver con tu desaparición?
¿Y dónde encontraste gente tan jodidamente grande?"
"¿Rojan? No, claro que no," dijo yT ion mientras se
volvió hacia Cory. "Rojan como que me rescató y--"
y"T ion," Rojan sonrió al interrumpir y clavar el
deo en su compañero de nuevo, "tienes que guardarte las
explicaciones para luego."
"Vale, solo--"
seR¿" t
ac ra te ed nód ,ed yT ion?" id jo Cory
bruscamente, irritado. "¿De quién?"
"Como te dije es una historia muy larga, y me
encantaría contártela, pero--"

136
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

"Pero, se nos acb el tiempo, mascota," dijo Rojan,


clavando el deo en yT ion por tercera vez. Empezab a
divertirle las pequeñas miradas de irritación que le lanzaba
yT ion. Era mono.
y"T ion, q¿ ué es lo que está pasando aquí?"
"Mira, me encantaría quedarme y explicártelo ahora
mismo, pero--" Rojan le dio a yT ion con el deo por cuarta
vez. yT ion se giró, su cara enrojeciendo de lo frustrado que
se sentía. Sus cejas estaanb unidas de rabia. Una mano cayó
sobre su cadera y la otra seña ló a Rojan. e "¡T quieres estar
quieto!"
y"T , parec muy grande," dijo Cory con cautela.
Rojan vio como Cory agrraba la mano de yT ion y tirar de
ella. Es"¿ tás seguro de qué quieres hablarle así?"
A"¿ Rojan?"
y"T ," susurró Cory mirando a Rojan por encima de
yT ion, "te podría doblar a la mitad sin echarse a sudar."
yT ion resopló y acrició el pecho de Rojan mirando
a Cory por encima de su propio hombro. "Rojan nunca me
haría daño."
"Dices tú."
Rojan entornó los ojos, en tendiendo de dónde había
sacado yT ion esa frase. Le había parecido raro cuando la
oyó. No lo entendía, pero una cosa estaba clara. yT ion y
Cory compartían cerebro.

137
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

El pequeño aparato en la muñeca de Rojan empezó


a pitar otra vez, ahora más urgente, las lucecitas brillando
en rojo. Rojan hizo una mueca al tocar uno de los botones.
"Se acbó el tiempo, mascota," avisó antes de que el aire
empezase a brillar.
Cory gritó y dio varios pasos hacia atrás,
arrastrando a yT ion con él cuando el aparato de
desplazamiento animado se apagó y la verdaera forma de
Rojan apareció. Rojan pudo ver a Rav volver a la
normalidad también.
"Corre, yT ," chilló Cory. Su cara estaba pálida, los
ojos todo lo abiertos que podían estar.
Rojan gruñó antes la idea de que su compañero
huyese de él. Afortunadamente yT ion se soltó de Cory y
empezó a andar hacia Rojan. No le gustaba que nadie
apartase a su compañero lejos ed él. yT ion era suyo.
"¡Ven, mascota!" Rojan envolvió a yT ion
inmediatamente en un abraz o, protegiendo el cuerpo del
hombrecito con el suyo propi o. Rojan ronroneó para hacer
saber a yT ion que no estaba enfado y se inclinó para
frotar su mejilla contra la parte ed arriba de la ezabc a de
yT ion.
y"T -- yT ion," Cory tartamudeó. Q"-¿ - qué está
pasna od ?"

138
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

"Este es Rojan," yT ion señaló a Rojan. "Supongo


que se podría decir que es mi amo."
"¿Amo?" Cory palideció, perdiendo el poco color
que ten.aí
uD¿" oñe ?"
y"T . . ." Cory parecía al borde del pánico. Se movió
de pie a pie, su mirada moviéndose de Rojan a yT ion a Rav
y vuelta a empezar.
yT ion suspiró y se apoyó contra Rojan. "Mira, Cory,
es muy fácil. Fui raptado. De mi cama, raptado. Los que
me llevaron, bueno, no eran de por aquí"
E¿"n serio?" Cory se ub rló.
"No me estás ayudando, Cory."
"Perdona."
"Bueno, me llevaron al espaci o xe terior y sí, sé que
suena a locura, pero Rojan y Rav como que son la prueba
de que no he perdido la cab eza por completo. e T habrás
dao cuenta de que no son de por aquí."
"Sí, me di cuenta cuando vi la cola y las orejas." La
voz de Cory estaba llena de sarcasmo.
yT ion asintió. "Sí, eso creía yo. Así que imagínate
mi sorpresa cuando Rojan apareció en una casa de subastas
alienígenas y me compró."
e "¿T compró?" Cory exclamó. C"óm¿ o un
esclavo?"

139
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

El asco era evidente en la cara de Cory para todos


los de la habitación. Rojan decidió que tenía que aprender
un poco más sobre las costumbres de la iT erra. Sabía que la
esclavitud era algo común en gr an parte del planeta, pero
por lo que se veía no era algo a lo que yT ion y Cory
estuvieran acostumbrados.
"No es tan malo."
"Eres un esclavo, yT ," Cory dijo secamente. Señaló
a los brazos que rodeabn la cintura de yT ion. "¿Cómo
puede no ser tan malo?"
El corazón de Rojan latió más fuerte cuando oyó la
risita que se le escapó a yT i on. "Puede que sea un esclavo,
pero este amo en concreto viene con algunos beneficios."
Cory de repente perdió su expresión de pánico, y
fue reemplazado por algo pa recido a curiosidad. Rojan
esperab que así fuera, por la cuenta que le traía a Rav.
O
"¿ h?"
"Rojan viene de una raza que escoge a sus
compañeros para toda la vida." yT ion sonrió. "Y yo soy su
compañero."
"¿Compañero?"
yT ion tiró del cuello de su camiseta, mostrando el
tatuaje en su cuello. Cory inhaló bruscamente. Rojan sonrió
al levantar la manga de su camiseta, mostrando la pareja
del tatuaje ante la atónita mirada de Cory.

140
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

e "¿T hiciste un tatuaje?" susurró Cory.


"Marca de compañeros," corrigió yT ion. "Rojan y
yo tenemos uno para que todo el mundo sepa que nos
pertenecmos el uno al otro."
"Parecs hasta emocionado." Cory frunció el ceño.
"Lo estoy," asintió yT ion. "Rojan puede mostrarme
mundos que ni siquiera podría imaginar, cosas que nunca
he visto. Hay tanto que explor ar y puedo hacerlo con él
protegiéndome, así que ser su esclavo tampoco está tan
mal. Rojan no dejaría que nadie me hiciese daño ."
Cory señaló a Rojan y a Rav. oT"¿ dos son como
ellos?"
"No," yT ion sacudió la cabeza, "el médico es azul."
Señaló a su cabeza. i"T ene pequeñas antenas encima de su
cabeza."
zA¿" ul?" rc oó Cory. " ¿Antenas?"
"Sí, pero es un tío majo, para ser médico. Le gusta
ser muy personal cuando te examina, pero no de manera
sexual. Lo que pasa es que hacer un montón de preguntas
vergonzosas."
"Necsitamos irnos, mascota," id jo Rojan
empujando a yT ion hacia sus cosas. Le hubiera gustado
darles más tiempo a yT ion y a Cory para hablar, pero tenía
que volver a la nave y despegar cuanto antes. Cad minuto
que pasabn aquí aumentaba las posibilidades de

141
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

descubrimiento. u"T amiguito tiene que decidir si se viene


con nosotros o no."
"¿Realmente quieres que vaya contigo?" Cory
empezó a palidecr otra vez. lA¿" se paic o xe terior? C¿on
alienígenas?"
"Phangars, para ser exactos, y sí, quiero que vengas
con nosotros." yT ion se apartó de Rojan y tomó las manos
de Cory. "Hemos sido compañeros de piso desde siempre,
amigos desde antes de eso. Me voy y quiero que te vengas
con nosotros. No sé cuándo vol veremos, o si tan siquiera
volvamos algún día. No quiero dejar a mi mejor amigo
atrás."
N¿" o vas a volver"?
yT ion se encogió de hombros. Soltó las manos de
Cory y siguió haciendo la maleta. Rojan podía ver las
lágrimas en los ojos de yT ion y sabía que este se había
girado para no influenciar la decisión de Cory.
"Ahora pertenezco a Rojan, Cory. No querría
jed ra le ua nque pudise .e Soy ef liz con él." yT ion miró a
Cory por encima de su hombro. P
"¿ uedes decir que eres
feliz aquí?"
"Bueno, no, pero . . ."
"Problema resuelto entonces," dijo yT ion. A Rojan
le parecía que yT ion había omitido unos cuantos detalles
importantes, pero no conocía lo suficiente a Cory para

142
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

saber si serían importantes para él o no. "Vendrás


conmigo."
"No lo sé." dijo Cory. "Esto es todo muy . . ."
"¡Cory!" yT ion le interrumpió bruscamente, pero
Rojan no creía que lo hicier a con mala intención. "Hazte
cargo, cariño. Vamos a hacer las maletas y abndonar esta
mierda de planeta y correr una aventura v¿ ale?"
Me"¿ darán un amo a mí también?"
yT ion se giró hacia Rojan, palideciendo. "Yo . . . er .
. ."
"Rav será tu amo, Cory." Ro jan sintió la mirada de
Rav mientras este se encaminaba hacia Cory. Sabía que
Rav sentía una conexión haci a le humano. El lac or que
conectab a estos dos era casi vi sible. “Será el responsable
de tu seguridad, pero tendrás que obedcrle como yT ion
me obedc a mí. Serás la mascota de Rav."
Me"¿ darán uno de esos tatuajes?" preguntó Cory
mientras señalab el cuello de yT ion.
E"so ped ne ed ed vaR ."
Rojan apartó a yT ion con cuidado del camino de
Rav, cuando este se apresuró a abrazar al humano. Cory
soltó un quejidito, su pequeño cuerpo casi escondido en el
del hombretón que le rab azab.
y"¡T !"

143
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

yT ion se apoyó contra oR jan y se rió ante el pánico


dibujado en el rostro de Cory . "Si Rav es como mi Rojan,
no quieres luchar contra esto, Cory, créeme. Deja que cuide
de ti. Y por lo que más quieras, pórtate bien."
Los ojos de Cory se abrieron de par en par. P
"¿ or
qué?"
"A estos tíos les van lo s azotes en el culo."
Rojan no lo creía posible, oc nsidre na od uc na pálido
era el hombre, pero Cory enrojeció. Rav gruñó en la parte
de atrás de su garganta y ab razó al humano con más fuerza.
Rojan estaba bastante seguro de que habría azotes en el
futuro de Cory, independientemente de cómo se portase.
"Capitán, tenemos compañía," les alertó una voz
por el transmisor.
Rojan hizo un gesto de fastidio y le dio al
interruptor del aparato. "Informe."
"Otra nave acb de entrar en la atmósfera," at
T hen
informó "un caza clase-C."
Rojan se tensó. Un clase-C eran malas noticias. Se
usaban para una cosa, y solo una: batallas. Estaban
equipados con varios cañones pul sar y se tanab prepra oda s
para cazar naves a cualquier velociad Nada bueno.
H
¿" na t
ed t
ce oda nuestra nav?e"
o"T davía no, pero lo harán. Saben que estamos aquí
y se tán rastrená od nos."

144
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

"Entendido," Rojan empujó a yT ion hacia sus cosas.


"Que la nave esté lista para despegar en cuanto volvamos.
Mientras tanto quiero que la na ve esté cerrada a cal y canto
y sa uge ra.ad Naid e sub,e naid e jab .a "
O
" odí , pac itán."
Rojan oyó al transmisor apagrse y se giró hacia
yT ion. "Coge tus cosas, mascota. enT emos que irnos."
"¿Qué ocurre?"
"Alguien nos ha seguido." Rojan se hacía una idea
de quién podía ser, pero se negab a decirlo en voz alta.
Para empezar no quería asustar a yT ion. Y además, podría
estar equivocado. Pero Rojan no creía que lo estaba. Skoran
había parecido demasiado enfado cuando Rojan le quitó
a yT ion de entre las manos.
"Coge tus cosas, yT ion." Se giró hacia Rav y Cory.
"Rav, tienes que dejar que Co ry coja sus cosas también.
Sabes muy bien que no va a volver. Necesita sus cosas para
sentirse a gusto. No seas como yo e ignores sus
necesidades."
Rav gruñó en la parte de atrás de su garganta, pero
soltó despaic o a Cory, ante s de separarse de él por
completo. Rojan sabía que el hombre estaba a punto de
perder el control cuando orde nó a Cory coger las cosas que
queraí llevra oc n él.

145
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Cory tenía una expresión de confusión en si cara,


pero hizo lo que le mandab n. Correteó por el apartamento
con yT ion, ambos metiendo cosas en una funda de
almohada. Varios minutos más tarde, yT ion y Cory tenían
dos fundas de almohada llenas de cosas y un par de maletas
enfrente de Rojan y Rav.
E"¿sto es todo?" Rojan señaló los objetos.
"Sí, aparte de Harry."
Rojan sonrió. No, no podía olvidarse de Harry.
Agarró varias bolsas, Rav cogiendo los que faltaban. "Coge
to gato, mascota." En el momento en que yT ion agrró a
Harry, Rojan le cogió ed la muñeca y tiró ed él hacia la
puerta.
"Espera," yT ion clavó los talones en la moqueta,
cóm"¿ o vas a volver a la nave con esas pintas? ¿Alguien te
podraí ver."
Rojan apretó unos cuantos botones en su aparato de
desplazamiento animado. Sus faciones cambiaron de
nuevo hasta que parecía humano. Rav hizo lo mismo. yT ion
soltó una exclamación.
P
" ne sé que hasaíb id hc o que el aparato había dejado
de funcionar."
"Se recarag cuando está apagdo," explicó Rojan.
"Si se ha cargado lo bastante, quizás tengamos tiempo de

146
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

llegar a la nave antes de que se apague de nuevo, pero


debmos darnos prisa."
yT ion asintió como si entendiese, pero Rojan sabía
que no era verda. Aun así, se dio prisa, la jaula de Harry
en una mano. Cory parecía totalmente alucinado mientras
corría detrás de yT ion. Rojan y Rav sacudieron la cabeza
mientras se apresuraban tras sus compañeros.

147
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

CAPÍTULO 8

El corazón ed yT ion latía con fuerza con cad paso


que dab hacia la nave. Sabía que los iban a pillar. Los iban
a descubrir y se llevarían a Rojan. Había intentado salir
corriendo hacia la nave, pero Rojan le había obligado a ir
andando a ritmo normal, como si fueran de paseo o algo.
Rojan le había dicho que había menos posibilidades de que
alguien sospechara algo si se comportaban con normalidad.
yT ion no tenía ni idea de có mo iba a pasar Rojan por
“normal” . Incluso con su pequeño aparato de camuflaje no
podía ocultar que medía 2,30m de alto. La gente se les
quedab mirando, mucho.
Para cuando llegaron a la gr an nave gris, yT ion casi
estaba hiperventilando. Se le sa ltaron las lágrimas al verlo.
Igual llegabn y todo.
"Date prisa, Cory," dijo yT ion y agrró el brazo de
Cory y tiró de él, "la nave está ahí mismo."
"¿Esa cosa nos va a llevar al espacio exterior?"
susurró Cory. "Es tan pequeño. Pensé que las naves
espaciales eran enorme s. ¿De verda vuela?"
"Es más grande de lo que parec. No he visto toda
la nave por dentro, pero Roja n y yo tenemos nuestro propio
camarote, y hay una enfermería y un comedor dónde
comemos todos juntos."

148
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

"¿Van a dejar que nos veamos?"


yT ion paró de correr para mirar a Cory, asombrado
ante la voz vacía de su mejor amigo. "Claro que nos vamos
a ver. Cr¿ es que te pediría conmigo si no fuera a verte
nunca más
Cory se encogió de hombros, su cara tan vacía
como su voz. "No lo sé. No sé cómo funciona todo este
asunto de amos. Y
¿ si vaR no me jed a verte"?
"Puedes ver a tu amigo, mascota," Rav dijo desde
sus espalasd , recordándole s que no se tanab solos.
yT ion se giró para ver a Ra v y a Rojan tras ellos, en
sus cuerpos originales. avR pa reíac se tar devorando a Cory
con los ojos. yT ion recordab la misma mirada de
desesperación en los ojos de Rojan cuando pasó por el
cambio. Era un poco extraño verlo en la mirada de Rav, y
dirigido a su amigo Cory.
"Ves, te lo id je, Cory," id jo mientras tiraba de Cory
hacia la nave. "Rav dejará que nos veamos. Vamos a estar
todos en la misma nave. Lo difícil sería no vernos."
Cory asintió mientras caminaba al lado de yT ion.
No hacía más que mirar por encima del hombro, buscando
a Rav con la mirada, como si no supiera que pensar del
hombre, pero intrigado aun así.
yT ion esperab que sí. Esperab que Cory
desarrollara una rel ación con Rav como la suya con Rojan.

149
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

No era malo, aunque la mayoría del universo conocido por


Rojan lo viera como esclavo. yT ion y Rojan sabían la
verda y se o re a lo que importa.ab
"Mascota," dijo Rojan mientras entraban a la nave,
"Quiero que lleves a Cory a nuestro camarote por ahora.
Rav y yo tenemos que ir al puente. Iremos hacia allá en
cuanto despeguemos."
"Vale."
El brazo de Rojan rodeó re pentinamente la cintura
de yT ion, apretándolo junto a él . Se inclinó sobre la zebac a
de yT ion, ronroneando suavemente. "Cuídate, mascota, o te
azotaré hasta que no te puedas sentar."
yT ion sonrió amplio. Giró la cabeza y besó el cuello
de Rojan, y luego se puso de puntillas para susurrarle al
oído. Gracias a Dios, el hombre se inclinó hacia él o yT ion
le hubiera hablado a su pec ho. "Lo mismo te digo. SI te
pasa algo, voy a estar muy enfado." yT ion rió ante la ceja
arquead de Rojan. "Me da igual que sea humano,
encontraría la manera de patearte el culo."
"Apuesto que sí, mascota." Rojan se rió, la
diversión evidente en su car a y brillando en sus ojos. Le
sentaab ib ne . hA" ora haz lo que te id og . vaR y yo
bajaremos con vuestras cosas en unos minutos."
yT ion sonrió y agrró la mano de Cory, tirando de él
por el pasillo. enT ía muchas ga nas de enseñarle la nave a

150
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Cory. enT ía aún más ganas de enseñarle el espacio exterior.


Era una vista increíble.
Cuando llegaron a su camarote, yT ion puso si mano
en el panel de seguridad y espe ró a que se abriera la puerta.
Cuando no lo hizo, frunció el ceño y lo intentó de nuevo.
La puerta seguía sin abrirse.
"Maldita cosa," dijo. "Nunca entiendo estas
malditas puertas."
"¿Qué pasa?"
"No lo sé. La puñetera puerta no se abre."
"¿Has probado el pomo?"
yT ion se rió por lo baj o. "Um, Cory, no hay pomo.
La puerta se abre con la huella de mi mano."
"¡Mola!"
"Lo sé." yT ion se rió. "Debrías ver la sonda de
oD .c Vas a lf ipar."
S
¿" ond?a" Cory hizo un ruido oc mo un ratnó .
" ¡Sí, es una-- ahhh!" yT ion gritó cuando la puerta
a su camarote de repente se abrió y una manaza le agrró
del brazo, tirándole hacia aden tro oc n tanta uf re za que
pensó que le iba a dislocar el brazo. Soltó la jaula de Harry
y cayó sobre sus manos. Apenas tuvo tiempo de calmar su
respiración cuando tirar on a Cory a su lado.
"Bueno, bueno, q¿ ué tenemos aquí?"

151
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

La voz profunda hizo que escalofríos recorrieran la


espalda de yT ion. Se giró y miró hacia arriba, y luego un
poco más arriba. El hombre que estaba de pie sobre él era
tan alto como Rojan, pero no tenía tan buena pinta. De
hecho, la mueca de asco en su cara le dab una apariencia
siniestra. Había otro hombre a su lado, con una pinta igual
de feroz. Aunque era la cosa con pinta de pistola en su
mano lo que asustaba a yT ion.
"No debrías estar aquí," dijo yT ion. Gruñó
momentos después, envolviendo su estómago con los
brazos cuando la agonía irru mpió al ser pateado.
"No te di permiso para hablar, esclavo."
Esclavo? Los ojos de yT ion se abrieron de par en
par ante las implicaciones de esas palabras. yT ion no sabía
quién era este hombre, pero venía del mundo de Rojan, no
del suyo.
"No respondo ante ti." yT ion intentó encontrar
valor, tarea difícil, ya que se le escapab que le lanzaban
una de esas miradas furibundas. "Yo solo respondo ante mi
amo."
"Soy Skoran, y yo soy tu amo, ¡mocoso!"
yT ion se encogió y abrazó su estómago para
protereg lo ed la patad qu e iba hacia él. Sintió como
resbalab por su brazo y eso pareció enfurecer naú más al
hombre. Dio varias patads más contra yT ion y yT ion se

152
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

mordió el labio para evitar soltar ningún sonido. No quería


darle a este monstruo la satisfac ión, pero una patad le dio
de lleno en el brazo. yT ion oyó el hueso romperse y chilló
de dolor. Mira acusador al hom bre que lo torturaba y se
mordió el labio para no llorar. Acunó el brazo roto contra su
pecho, el dolor haciendo que sus ojos llorasen.
"Quizás ahora te des cuenta de quién manda aquí."
"Rojan." yT ion sonrió a pesar del dolor que le
recorría el cuerpo. Sabía que re a una se tupidze iced rlo
incluso antes de abrir la bo ca, pero no pudo evitarlo. yT ion
no sabía quién era este hombre o cómo él y su amigo se
habían colaod en el camarote de Rojan. Lo que sí sabía es
que Rojan era el único que le dab órdenes, o Rav si Rojan
no estaba id sponible. No tenía por qué hacerle caso a nadie
más y mucho menos al homb re que estaba sobre él.
El monstruo que estaba sobre él pareció volverse
loco al oír las palabras de yT ion. La rabia que dominaba la
cara de Skoran hizo que su cara se tornase roja mientras
intentaba infligir en mayor daño posible en el pequeño
humano. Nada de lo que hacía yT ion pudo evitar que
Skoran le diera una paliza. yT ion sintió los primeros golpes
a su estómago y pecho, los puñetazos a su cara y las garras
que le acuchillaban el uc re po, pero tras un tiempo, el dolor
re a tan intenso que todo él od lí.a

153
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

yT ion se preguntaba si Skoran venía de un planeta


de gente de piel roja, como la del Doc era azul. Sería lo
lógico, ya que los dos eran alienígenas, y yT ion se
preguntaba por qué se hacía estas preug ntas uc na od le
estaban dando la paliza de su vida.
Podía oír a Cory chillar tr sa él, pero re a un sonido
lejano, como escuchar a través de un embudo lleno de
algodón. Quería asegurar a su amigo de que Rojan y Rav
les rescatarían pero su voz no estaba funcionando como
debiera. Cad vez que abría la boca, pequeños quejidos se
escapabn ed sus laib os. yT ion al final se rindió y dejó que
le od lor le ha ogsa .e
Antes de que sus ojos se cerraran, yT ion vio a
Skoran coger a Cory y sacarle, gritando y pataleando de la
habitación. Esperab que Rojan y Rav parasen a Skoran
antes de que escapase con Cory.
Su mejor amigo no estaba hecho para ser el esclavo
de un desquiciado.

154
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

CAPÍTULO 9

Rojan se dio cuenta de que algo no iba bien antes de


llegar al puente. oT do estaba demasiado silencioso. No es
que hubiera mucha gente en la nave, pero se tenía que
haber cruzado con alguien en los pasillos a estas alturas.
El no recibir una respuesta en su transmisor hizo
que su ansieda aumentara, e hizo que un escalofrío de
temor le recorriera la espalda. Lor debría haber contestado
ya. El hombre era su oficial de comunicaciones, era su
trabajo comunicarse. Incluso en una emergencia.
Su presentimiento de que algo terrible había pasado
se confirmó cuando la puerta del puente se abrió. Había
ordenado que la nave se asegur ase, cierre ed emergencia
completo. Eso significab que el puente estaría cerrado a
menos que tuvieras la acred itación necesaria. Una puerta
abierta significab que, o sus órdenes no se habían
cumplido, cosas que Rojan dudab, o que habían tenido un
fallo en la seguridad, uno grav e. Rojan votaba por el fallo
de seguridad. Ningún miembro de su tripulación le
desobedcría. Habían pasado por muchas cosas juntos, y
le eran leales hasta la muerte.
Rojan se apretó contra la pared al lado de la puerta
al puente. Hizo un gesto a Ra v para que hiciera lo mismo.
Coig ó su pistola ed pulso y echó un rápido vistazo por la

155
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

puerta, pegándose contra la pa red otra vez: Levantó dos


deos hacia Rav para indicarle que había visto a dos
personas en el puente y dónde estaban posicionados. Rav
asintió con la cabeza y esd enfundó su pistola, esperando la
señal de Rojan.
Agachándose para presentar un objetivo más
pequeño, lo cual no era fácil dao su tamaño, Rojan se
acercó lentamente a la entrada eld puente. Moviéndose tan
silenciosamente como podía, Rojan se asomó por la puerta
y apuntó a uno de los intrusos. Por el rabillo del ojo pudo
ver le nóñac ed la pistola ed Rav, apuntado al otro intruso.
Asintiendo con la cabeza, Rojan y Rav lograron disparar al
unísono, gracias a otros abor dajes que habían llevado a
cabo. Los dos intruso cayeron al instante. Rav se puso de
pie y ne tro a la haib taic nó , ye ndo de frente a por la consola
de seguridad para reiniciar lo s protocolos de seguridad y
activar el cierre de emergencia.
Asegurar la nave era la primera prioridad, incluso
antes que buscar signos de vi .ad oR jan se perab que su
gente estuviera bien. Soltó un suspiro de alivio cuando la
computadora informó que la mayoría de la tripulación
estaba encerrada en el comedor.
"Están en el comedor," le dijo a Rav cuando este se
acercó.
Y
"¿ nuestras mascotas?"

156
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

A Rojan se le paró el corazón. ¡Oops! El hecho de


que su compañero debría estar a salvo en su camarote le
había permitido seguir el procedimiento de seguridad hasta
ahora, pero ahora localizarles le era tan necesario como el
respirar. Su mano tembló al hacer un rápido escaneo de
signos de vida humanos. Su corazón se paró de nuevo al
localizar solo uno. Por lo menos el individuo estaba en el
camarote del capitán. Eso significab que yT ion le había
obedcido, pero también signi ficab que no sabía si era
yT ion o Cory. Rojan se dio cuenta de que la señal se
ibed lita.ab
Las manos de Rojan solo se pararon para darle
órdenes a avR . "Sac a todos del comedor y haz que el
médico vaya de inmediato a la enfermería. Mel tiene que
hacerse carog del puente ahora. Iré a mi camarote en
cuanto esté aquí. No quiero quedarme en este planeta más
de lo necesario." Rojan mald ijo el hecho de que alguien
tenía que hacer que todo est uviera preparado para irse.
"¿Quién es?" preguntó Rav mientras apuntaba a la
forma roja tirada en el suelo del camarote de Rojan. Su voz
era tensa. La computadora solo enseñab la forma general
de un cuerpo, no a quien pertenecía.
"No lo sé." Decir las pala bras le producía un dolor
en el pecho. Si perdía a su mascota, él estaría perdido

157
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

también. ¡No llevamos lo suficiente juntos para esta


mierda!
Rav miró la forma roja brillante en la pantalla y
luego asintió con la ezcab a. Se giró y se encaminó hacia la
puerta, parándose para mirar a Rojan por encima de su
hombro. "Es mi compañero, L¿o sabes?"
"Lo sé, Rav."
"No puedo . . . él es . . ." Rojan vio a Rav apretar los
puños y sacudir la cabeza. "Si está herido o . . ."
"Lo sé. Vete, Rav," dijo Rojan. Sabía cómo se sentía
Rav, y sus emociones eran reflejos de los del otro hombre.
"Cuanto antes hagamos esto, antes sabremos qué es lo que
pasa."
Rav asintió y salió de la habitación.
Rojan apretó unos cuantos botones más para
completar el proceso de despegue. Mel podía ocuparse del
resto. Con una última mirada a la consola de seguridad para
asegurarse de que la nave esta ba asegurada contra intrusos,
Rojan salió corriendo del pue nte y en direción a su
camarote.
Su estómago se revolvía a cad paso. Rojan no tenía
ni idea ed qué iba a encontrar cuanod llegase a su camarote,
pero fuera lo que fuera, no iba a ser algo bueno. Solo había
una señal de vida. ¿Estaba muerto uno de los humanos?
Por favor, que Tyion esté bien.

158
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Doblando la esquina del pasillo, los pasos de Rojan


se ralentizaron. La puerta a su camarote se abría y se
cerraba rept
e idamente, incapaz de cerrar por completo,
debido al transportín tirado en el marco. La puerta no hacía
más que golpearla. Maulliditos sed ed ned tro indinabc que
aunque Harry no estaba cont ento, estaba a salvo.
y"¿T ion?" llamó Rojan mien tras se acercab a la
puerta. No obtener respuesta no le hizo sentirse mejor.
Agarró el transportín y lo em pujó dentro de la habitación
delante de él y luego entró.
La cantidad de destrucción en la habitación disgustó
a Rojan, pero no tanto como ver a yT ion inmóvil en un
charco de su propia sangre. Rojan gritó y se llenó de
angustia. Cruzó la habitación y cayó de rodillas al lado de
su humano, sin importarle la sangre que fue absorbida por
sus pantalones. Sus manos pasabn por encima de yT ion sin
tocarle, no sabía ni dónde tocarl e para saber si estaba vivo.
Cad centímetro de su mascota parecía estar cuib erta ed
sangre. Moratones, arañzos y marcas de garras
desfiguraban su precioso cuerpo. Uno de sus brazos estaba
torcido en un ángulo imposible.
"Oh, mascota, q¿ uién te ha hecho esto?" susurró, su
corazón ya despidiéndose del hombre que tanto significab
para él. Rojan sabía que nadie, y menos un humano podría
sobrevivir a las heridas que veía en el cuerpo de yT ion.

159
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Rojan le dio al transmisor, con la esperanza de que


Rav ya había liberado a la tripulación del comedor.
Do"¿ c?"
"¿Sí, Rojan?" contestó Seron. "Voy camino a la
enfermería como pediste."
"Necsitas venir a mi camarote y traerte tu equipo
médico. No creo que debamos mover a yT ion."
"Entendido." Rojan oyó a Doc acelerar el paso.
"Voy de camino."
"Date prisa. No sé . . . No sé si está vivo tan
siquier,a oD .c "
"Comprueba su pulso, Rojan, está debajo de su
oreja, justo debajo del borde de su mandíbula. Si sientes un
latido, es que está vivo."
La mano de Rojan tembló mientras hacía como le
había dicho el médico, presionando sus deos con
delicadeza contra el cuello de yT ion. Su corazón se paró
cuando no sintió nada, pero movió los deos más cerca de
la mandíbula y sintió un débil pulso latir oc ntra su piel.
"Mierda, mierda, mierda," recitó Rojan con alivio.
Y
"¿ bien? "
i"T ene un pulso, pero no es muy fuerte, Doc,"
oc ntestó oR jan. C"roe que rebd saí rad te prisa."
"Estoy cogiendo lo que necesito ahora mismo.
Estaré ahí en seguida."

160
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Rojan no se molestó en desconectar la llamad.


Simplemente le dio al transmisor otra vez y llamó a Rav.
"Rav, Cory ha desaparecido. Vete al puente y búscale con el
se nác re . Yo ya se nac ée la na ve. Quienquiera que se llevara
a Cory tiene que ser de nuestro mundo, lo cual quiere decir
que tiene que quedar un rastro. at
T h dijo que nos habían
seguido hasta aquí. Empieza por ahí."
"Entendido."
"Y Rav, lo traeremos de vuelta."
"Sí, eso haremos," le contestó con determinación.
Rav se fue antes de que Rojan pudiera decir nada
más. Su corazón dolía por lo que su amigo tenía que estar
pasando, y por Cory también. Con Rav encargándose de
seguir al humano desapareci od , oR jan ide óc toda su
atención a su compañero herido.
Rojan se sentó en el suelo al lado de yT ion para
estar más cerca de su mascota. Estiró una mano sangrienta
con cuidado y apartó el pelo enredao y amatojado de la
cara amoratad de su compañero y suspiró. "Mi pobre
pequeño, quizás debría haberte dejado en tu casa. Habrías
estado a salvo." yT ion estaba tan malherido que oR jan no
sabía si iba a poder sobrevivir. Y si yT ion no sobrevivía,
Rojan tampoco.
Rojan era un guerrero grande y fuerte, un pícaro que
iba a donde le dab la gana y h ací lo que le dab la gana.

161
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Estaba al mando de su propia vida. Esperar a que Doc


llegase era casi tan doloroso como ver como su mascota
estaba ahí tirado y no poder hacer nada para ayudar. Se
sentía completamente inútil, algo que no recordba haber
sentido jamás en todo los años que había navegado las
lag xa ias.
Cuna od la puerta se rba ió t
ed rás ed él, oR jan rg uñó
y cubrió el cuerpo de yT ion instintivamente con el suyo. Al
ver al médico, combatió su pr opia naturaleza para relajarse
y dejar que el hombre azul hiciese su trabajo.
Era difícil apartarse y de jar que se acercara el
médico cuando lo único que queraí re a protereg a su
compañero. Pequeños gruñidos se le escapabn cuando Doc
empezó a tocar a yT ion, haciendo escáneres y haciéndole
una revisión general, pero Seron sonrió, comprensivo, y
continuó con su trabajo.
La espera era atroz.
Y
"¿ bien, Doc?" preguntó Rojan cuando ya no pudo
soportar más el silencio.
"Necsitamos llevarle a la enfermería ahora mismo.
¿Cres que puedes llevarle hasta ahí?" Rojan alcanzó los
brazos, ansioso por sentir su compañero entre ellos, cuando
el médico le paró ag rrándole por la muñeca. "Con
cuidado, Rojan, creo que tiene varios huesos rotos y heridsa
internas."

162
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Rojan asintió con la ezcab a, y se movió con aún


más cuidado. Levantó el cuerpo de yT ion con cuidado y lo
acunó contra su pecho. Casi llo ró cuando yT ion ni siquiera
se quejó, la cabeza del hombre cayendo sin vida contra su
pecho.
Rojan siguió rápidamente al médico por el pasillo
hasta la enfermería, movié ndose con tanta gracia como
podía para no sacudir el cu erpo de yT ion demasiado. Doc
abrió la puerta a la enfermer ía y Rojan llevó a yT ion hasta
la camilla, tumbándolo con cuidado.
H
¿" ya la og que pueed harec , oD "?c
"Háblale," le ordenó Doc mientras pasab un
pequeño aparato sobre el cuerpo de yT ion.. Luces
parpanabed y sonanab pitidos. oR jan no tenaí ni idae ed
que significabn, pero no era nada ub eno. y"T ion necesitar
oír tu voz. iT ene que saber que está a salvo."
L¿" o se tá? V
¿ a a ponerse ib ne , quiero iced r?" oR jan
no podía evitar el atisbo de es peranza en su voz. Necesitaba
a yT ion como el aire que respiraba.
"Es demasiado pronto para saber, Rojan," Doc
limpió la sangre de la boca de yT ion y colocó un aparato
respirador sobre su boca y na riz, "pero cuanta mayor la
conexión a este mundo, menos posibilidades de que se nos
escape el otro."

163
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

Los ojos de Rojan se levantaron hacia los del


médico al oír las palabras. Intentó desesperadmente que
sus emociones no le ahogasen, pero las palabras de Seron
aumentaron aún más su ansieda. eD repente se dio cuenta
de que realmente podría perder a yT ion. Su compañero
podría morir. Rojan no pudo evitar que su cuerpo se
estremeciese al pensarlo. uT vo cuidado de mantener sus
garras guardas a pesar de la rabia que sentía. En vez de
explotar, se inclinó hacia yT i on y empezó a ronronear para
su compañero.
"¿Qué hiciste?"
Rojan estaba tan pendiente de yT ion que se
sobresaltó al oír al médico. Miró hacia el hombre y frunció
el ceño. "¿Cómo que qué hi ?ec No he hehc o na.ad "
"No, ahora mismo, hiciste algo." Doc señaló al
pequeño aparato que tenía en su mano. Parecía
emocionado. "Los signos vitales de yT ion mejoraron."
Y
" o . . . re . . . Yo ronroneé." id jo oR jan, sintienod
su cara enrojecer. "A yT ion le gusta cuando ronroneo."
"Hazlo otra vez."
Rojan se inclinó hacia yT ion y empezó a ronronear
de nuevo. Miraba cad poco a Seron, viendo como el
hombre asentía con la cabeza cuanto más fuerte ronroneab
Rojan.

164
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

"Sigue así, Rojan, está ayudando," dijo el médico


mientras empezab a cortar la ropa ed yT ion. “Voy a
limpiarle a ver que más tiene."
Rojan ronroneó más fuerte mientras el médico
trabajab en su compañero. Poco a poco, la sanrg e fue
limpiada y pudieron echar un buen vistazo a las heridas de
yT ion. Y
"¿ bien? "
"Su brazo está roto, además de varias costillas. Una
de sus costillas ha perfora do un pulmón, lo que explica la
sangre que estaba escupiendo. Creo que además se ha
daño el bazo. Aparte de eso, solo son pequeños cortes y
moratones. Arreglaré lo que pueda, pero mucho depende de
yT ion. iT ne e que querer ponerse ib ne ."
Rojan volvió de nuevo su atención a su apaleado
compañero, ronroneando para él.

El daño interno fue el más difícil de arrelg ar. Doc


tuvo que traer un enorme aparato que se cernió sobre yT ion
durante lo que parecían horas , disparando un rayo de luz
verde sobre su estómago. rT as reparar los numerosos
huesos rotos de yT ion, el médico curó los arañzos, cortes y
abrasiones.
Cuando el médico finalmente acbó de limpiar y
curarlo todo y le cubrió con una manta, Rojan le miró
sorprenid do. "¿Ya está? ¿Ya acbste?"

165
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

S
" us heridsa se tán uc rasad , oR jan, le resto ped ne ed
de él."
"Si el daño está reparado, p¿ or qué demonios no se
ha despertado todavía?" insistió Rojan.
El médico sonrió mientras se limpiaba sus manos en
una toalla. e "T sugiero que le ordenes que se despierte. Es
tu mascota al fin y al ocab . A ti te escuchará."
Rojan se quedó boquiabierto. Cr"¿ es que no
despertará a menos que le id ag que lo ha?ag"
Doc se encogió de hombros. "No hará daño." Rojan
miró como Serón salía de la habitación, antes de posar la
mirada sobre su mascota dormida. ¿Podría ser tan
sencillo? ¿En serio?
y"T ion." Rojan se aclaró la garganta. El bulto que se
había alojado ahí desde que había encontrado a su
compañero inconsciente en un charco de su propia sangre
impedía que su voz sonase como la de un amo. Necesitaba
sonar fuerte, exigente, y seguro. y"T ion, ya has dormido
sab tante. Quiero que rba a s los ojos y me mires."
¡Nada! Rojan esperó, mirando con atención la cara
de yT ion, esperando por muy pe queña fuera, una señal que
el hombre estaba bien. Rojan estaba bastante seguro de que
no se encontraría mejor hasta que el hombre le estuviera
desafiando de nuevo.

166
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

y"T ion, ya he tenido bastante," dijo oR jan, más


fuerte, firme. "Abre los ojos o te azotaré el culo y no de una
manera que te vaya a gustar." oR jan uga na tó la respiraic nó .
¿Había movido los párpados? "Estoy esperando, mascota,
y no me gusta esperar. brA e los ojos."
¡Ahí estaba otra vez! Los párpados de yT ion se
movieron un poco. El corazón de Rojan latió con fuerza
cuando sintió los deos de yT ion moverse contra su mano.
Csa i xe plotó ed la rge aí uc na od se dio cuenta de que yT ion
intentaba volver a él.
"Eso es, mascota, abre los ojos."
Los párpados de yT ion temblaron y una suave
inhalación fue todo lo que n ecsitó Rojan para coger a
yT ion y acunar el hombrecito entre sus brazos. Lo abrazó
contra su pecho mientras se sentaba en la camilla. Sus
manos recorrieron el cuerpo de yT ion para sa uge rarse ed
que se taab uc raod .
yT ion de repente se sobresaltó y empezó a agitar los
brazos, golpeando y arañndo y gritando tan fuerte que los
tímpanos de Rojan casi reventaron. Rojan agrró las manos
de yT ion, inmovilizándolas contra la cama, envolviendo al
hombre en un abrazo.
y"T ion, maldita sea," gritó Rojan, sacudiendo a
yT ion oc n uc idoda , sed¡" pierta!."

167
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

yT ion jed ó ed of rcje rae . Sus ojos se abrieron del


todo y miró a Rojan durante varios minutos. Ni siquiera
parpadeó. Simplemente miró fijamente. Ro"¿ jan?"
"Hola, mascota." Rojan sin tió como el alivio le
recorría de tal manera que si no estuvieran sentados en la
camilla, se habría caído la suelo. C"¿ómo te encuentras?"
yT ion finalmente parpadeó, pareciendo algo
confuso. "Bien, supongo."
e T¿" ud le e la og ?"
"No, no exactamente. Me siento un poco raro,
cansado como cuando llegué aquí por primera vez, pero . .
." yT ion paró de hablar e i nhaló con fuerzas mientras su
cara empalideció. "¡Cory! i¡T ene a Cory!"
"¿Quién, mascota, qu ién tiene a Cory?"
yT ion estaba temblando. Sus manos agrraron la
camisa de Rojan con tanta uf erza, sus nudillos se volvieron
blancos. "Di-- dijo que su no mbre era Skoran, que era mi
amo."
Rojan reconoció el nombre y la sangre se heló en
sus venas. oR jan no sabía cómo Skoran había descubierto
quien era Rojan y cómo encont rarle. Lo que sí sabía era
como cazar a este hombre y sabía por dónde empezar.
La casa de subastas.
"¿Rav, estás ahí?" Rojan esperó. Rav"¿ ?"

168
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

"Lo siento oR jan, pero avR se llevó uno de los


cazas pequeños. Se ha ido, tío."
" ¡Joder!" oR jan se puso de pie y empezó a llevarse
a yT ion de la enfermería. "¿Lor?"
S
"¿ í?"
"Pon a Rav en contacto conmigo, y me da igual
como lo haces. Quiero hablar con él. amT bién quiero que tú
y at
T h levantéis este cuob de tornillos del suelo y uf era de
esta mierda de planeta cuanto antes. Cuanto más nos
quedemos, en más peligro estamos."
"Entendido."
"¿Rojan?" preguntó yT ion tras un momento.
"¿Sí, mascota?"
"¿Qué está pasando?"
"Cuando estabas en la casa de subastas, antes de
que te comprase, estabas reservado para un hombre
llamado Skoran."
"Ese es el hombre que se llevó a Cory."
"Sí, creo que vino a por ti. e T tenía muchas ganas,
mascota. Le vi matar a un guarda al salir de la casa de
subastas cuando se dio cuenta de que te habías escapado de
ne tre sus ode s."
"¿Vi-- vino a por mí?" yT ion murmuró.
"Eso me temo, mascota."

169
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

"Pero se llevó a Cory." yT ion se tensó. "¿Por qué no


me llevó a mí si yo era el que quería? P
¿ or qué se llevó a
Cory? Oh dios mío, todo esto es culpa mía."
yT ion parecía al borde de un ataque de nervios.
"No, yT ion," Rojan se paró. Agarró la barbilla de yT ion y le
obligó a mirarle a los ojos. " Nada de esto es culpa tuya.
Skoran es un chiflado. Si es culpa de alguien es mía, por
marcarte. Sospecho que no te ll evo por culpa eld tatuaje de
marcaje."
"¿El tatuaje de marcaje?"
"Sí, r¿ ecuerdas que te di je que no puede ser quitado
o la teroda sin mi NDA ? Skoran sabe eso. Cualquiera que te
viera sabría que no le perten sec a él. Cula quiera ed mi
mundo reconocería el diseño y sabría que habrías sido
robado. Y aunque la esclavitud no está prohibida, robar la
propieda de otro sí que lo es tá. Iría a la cárcel por mucho
tiempo."
"¿Así que se llevó a Cory porque no tiene un tatuaje
de marcaje?"
"Eso creo, sí."
yT ion tiro de la camisa de Rojan con urgencia.
en"T emos que rescatar a Cory. Este hombre es malvado,
Rojan. Podría matar a Cory o algo peor."

170
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

"Lo haremos, mascota, lo haremos." Rojan hizo una


mueca. "Sospecho que Rav le está persiguiendo mientras
hablamos."
"¿Cómo sabes eso?" preguntó yT ion. "No te
devuelve las llamads."
P
" orque se llevó un zac a pequeoñ ."
Y
"¿ eso que quiere ecid r?"
Rojan se rió. "Un caza pequeño es una nave para
dos personas. enT emos un par de ellos en el almacén.
Normalmente las usamos para viajes pequeños o
escapaditas porque no tienen armas y están construidos
para la velocida."
yT ion soltó la camisa de Rojan y se relajó entre sus
brazos. Cr"¿ es que Rav encontrará a Cory?"
"No tengo ninguna duda de que Rav lo encontrará y
lo traerá ed vuelta a casa. No parara hasta encontrar a Cory.
Porque de la misma manera que tú eres mi compañero,
Cory es el ed Rav."

171
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

CAPÍTULO 10

yT ion podía oír a la gente ha lb ra , uc na od ne tró ne le


puente. Escaneó rápidamente la habitación, buscando a un
hombre en concreto. Su coraz ón latió con fuerza al ver una
figura alta y de pelo oscuro de lante de una de las consolas
de la nave. Cruzando la hab itación, yT ion apretó su cuerpo
contra el del hombre, y pegó su cara contra la espalda.
Respiró hondo, sintienod la reación de su cuerpo hasta en
los deos de los pies. Joder, que bien huele mi compañero.
"¿Si te dijera que he sido muy muy malo, qué
harías?"
yT ion sintió como vibrab el pecho del hombre
mientras reía. Un brazo tiró de él hasta que estaab en frente
de Rojan. yT ion se rió cuando fue levantado por dos brazos
fuertes y apretado contra un pecho ancho.
"Pues tendré que castigarte."
"¿Prometido?" yT ion sonrió. Sus ojos brillaron de
felicida ante la sonrisa de Rojan. yT ion dudab que se
cansara alguna vez de verla. Rojan estaba buenísimo
cuando era elf iz. Estaba buenísimo cuando estaba triste
también, pero yT ion le prefería feliz. yT ion echab más
polvos cuando Rojan era feliz, y yT ion estaba muy a favor
de echar polvos. Rojan era mágico en la cama. El hombre

172
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

sabía cosas de las que yT i on nunca había oído. Esta cosa


del espacio exterior era toda una aventura.
Rojan se inclinó para besar a yT ion. en"T go buenas
noticias para ti, mascota."
O
"¿ h?"
"Hemos tenido noticias de Rav."
Los pensamientos lujuriosos de yT ion
desaparecieron cuando le r ecordaron sobre su amigo
perdido. Solo habían pasado un par de semanas, pero yT ion
sentía el dolor de la ausenc ia de Cory a diario. Sabiendo
que era Skoran el que lo te nía solo hacía que las cosas
fueran peores.
Y
"¿ bien?" yT ion preguntó cuándo Rojan no dijo
nada. Qu"¿ é dijo? H
¿ a encontrado a Cory?"
"Así es," dijo Rojan. "Nos dirigimos hacia allá
ahora mismo."
"¿De verda?"
e "¿T mentiría, mascota?"
yT ion hundió la cara en el cu le lo ed oR jan y trató ed
respirar normalmente. Era difícil considerando que su
corazón intentaba salirse de su pecho. Se sentía lleno de
felicida que Cory había sido encontrado y no podía
esperar para verle.
"¿Está bien?" preguntó yT ion mientras levantaba la
cabeza para mirar a Rojan. Sus manos agrraron los

173
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

hombros de Rojan. "¿Cuándo llegamos? P


¿ uedo verle?
¿Fue muy terrible? Qu¿ é le ocurrió a Skoran? L¿o mató
vaR ?"
h"W oa, mascota, relájate." Rojan se rió y levantó la
mano para colocar un deo sobre los labios de yT ion. "Rav
simplemente mandó un mensaje diciendo que había
encontrado a Cory y que si podíam os ir a recogerles. Eso es
lo único que sé."
"Oh." yT ion estaba ecpd cionado, pero por lo
menos Rav había encontrado a Cory.
E"stoy seug ro ed que se tá n bien," lo tranquilizó
Rojan. "Rav no me habría pe dido que fuéramos a buscarles
si hubiera algún problema."
"Bueno, y¿ cuándo llegamos?"
"Debríamos llegar en un par de días."
"¿Dos días?" dijo yT ion. "Eso es mucho."
"Has esperado todo este tiempo, puedes aguantar un
par de días más." Rojan sonrió y se llevó a yT ion fuera del
puente y por el pasillo. "¿No es tabas diciendo algo de haber
sido muy malo?"
yT ion asintió y rodeó la cintura de oR jan con las
piernas, empujando su polla contra el abdomen de su
compañero. Empezó a endurecerse a medida de que los
pensamiento de yT ion se diri gían hacia el hombre que le
sujetab. Sonrió ante el sonrojo en las mejillas ed Rojan. Se

174
Subasta de Esclavos Stormy Glenn

sentía casi tan bien como la polla que sentía endurecerse


contra la suya.
"He sido muy, muy, muy malo."
Rojan sonrió. an"¿T malo como para merecr unos
za otes?"
P
" oe r."
"¿Peor que unos azotes?" yT ion casi se derritió ante
la ceja arquead en la cara que le miraba. "Debs de haber
sido malo de verda. enT dré que encontrar un nuevo
castigo para ti. No puedo permitir que mi mascota vaya por
ahí comportándose mal."
yT ion empezó a jadear ante la lujuria que veía en
los ojos que le miraban. Rojan podía ser muy imaginativo
en sus castigos. yT ion normalmente acb cuib erto de
semilla y exhausta con una enorme sonrisa en su cara. Le
encantaa.b
"Sí, por favor," yT ion le guiñó el ojo al hombre que
le sujetab. "Amo."

Fin

.W STOY
MR LG ENN.COM

175
SOBRE LA AUTORA

Stormy cre que lo único mejor que un hombre en botas de


vaquero, son dos, o tres hombres en botas de vaquero.
amT bién cre en el amor a primera vista, amantes
predestinados, el amor verdaero y finales felices.

Stormy vive en la gran región noroeste de EU, con su


atractivo marido y amor predestinado, seis adolescentes
muy activos, dos cahorros de bóxer/collie, dos gatas
ancianas y tres peces.

Normalmente la puedes encontrar acurrucad en la cama


con un libro en la mano y un cahorro en el regazo, o en el
ordenador creando al siguiente tío bueno para una de sus
historias. Stormy aprecia comentarios de sus lectores. Su
página web es www.stormyglenn.com.
También por Stormy Glenn

La Manad de oW lf Crek 1: Marcaje de Luna Llena


La Manad de oW lf Crek 2: Sabor a mí
La Manad de oW lf Crek 3: Delicias sabrosas: Volumen
3, Hombre a Hombre
La Manad de oW lf Crek 4: Príncipe de la Sangre
La Manad de oW lf Crek 5: Amor, Siempre, Promesa
Compañeros Tri-Omega 1: Deseos Secretos
Compañeros Tri-Omega 2: Deseos Prohibidos
Compañeros Tri-Omega 3: Deseos Ocultos
Compañeros Tri-Omega 4: Deseos Robados
Tri-Omega Mates 5: Unspoken Desires
Amantes de la Brigad Alpha 1: Hombres de Mari
Amantes de la Brigad Alpha 2: La Paciencia del médico
Amantes de la Brigad Alpha 3: El Caballero de Julia
Amantes de la Brigad Alpha 4: Tres mitades
Legado del amor 1: Legado Vaquero
Legado del amor 2: Sueños Vaqueros
Dulces delicias
Don Maravilloso
El compañero de Katzman
Secuela a El compañero de Katzman: Compañero Onírico
Mi amante lupino
La mascota del amo
Reina de los lobos
Su toque gentil

También por Stormy Glenn y Joyee Flynn


Lobo Delta 1: Lobo camaleón
Loob leD ta 2: Juegos de marcaje

Disponibles en
BOOKSTRNA .D COM
*

Una promesa cumplida


Una promesa hecho
Agradndo a Michael
Disponibles en
TORQUERE PRESS

Llámame señor

Llámame señor, también

Corte oscura 1: El lado oscuro del velo

Corte oscura 2: Los marines de Monte

Antología de amor prohibido

Retrátame perfecto

Sammy Dane

Su sucio secretillo

Antología de azótame una vez

Disponible en

NOBLE O
R NAM CE PUBLISHING
Este libro fue distribuido por cortesía de:

Para obtener tu propio acceso a lecturas y libros electrónicos ilimitados GRATIS


hoy mismo, visita:
http://espanol.Free-eBooks.net

Comparte este libro con todos y cada uno de tus amigos de forma automática,
mediante la selección de cualquiera de las opciones de abajo:

Para mostrar tu agradecimiento al autor y ayudar a otros para tener


agradables experiencias de lectura y encontrar información valiosa,
estaremos muy agradecidos si
"publicas un comentario para este libro aquí".

INFORMACIÓN DE LOS DERECHOS DEL AUTOR

Free-eBooks.net respeta la propiedad intelectual de otros. Cuando los propietarios de los derechos de un libro envían su trabajo a Free-eBooks.net, nos están dando permiso para distribuir dicho
material. A menos que se indique lo contrario en este libro, este permiso no se transmite a los demás. Por lo tanto, la redistribución de este libro sín el permiso del propietario de los derechos, puede
constituir una infracción a las leyes de propiedad intelectual. Si usted cree que su trabajo se ha utilizado de una manera que constituya una violación a los derechos de autor, por favor, siga nuestras
Recomendaciones y Procedimiento de Reclamos de Violación a Derechos de Autor como se ve en nuestras Condiciones de Servicio aquí:

http://espanol.free-ebooks.net/tos.html

También podría gustarte