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Fecha 10/05/2023
Estudio de Laboratorio y Gabinete Básicos en el Paciente
Quirúrgico
El estudio de laboratorio y gabinete básicos en el paciente quirúrgico es fundamental para
evaluar su estado de salud antes, durante y después de una intervención quirúrgica.
En primer lugar, se deben realizar pruebas de laboratorio para conocer los valores de los
diferentes parámetros sanguíneos, como el hemograma, la glucemia, la creatinina, el perfil
hepático, entre otros. Estos estudios ayudan a detectar posibles alteraciones en el
organismo del paciente, como anemia, infecciones o disfunciones hepáticas o renales, y
permiten ajustar el tratamiento y las medidas de precaución necesarias durante el proceso
quirúrgico.
Por otro lado, también se realizan pruebas de gabinete, como radiografías, ecografías,
tomografías y resonancias magnéticas, que permiten obtener imágenes del interior del
cuerpo del paciente y detectar posibles anomalías en los órganos o tejidos afectados. Estas
pruebas ayudan a determinar la localización, el tamaño y la extensión de la lesión, así como
a planificar el tipo de intervención quirúrgica más adecuada para cada caso.
Es importante destacar que, además de estos estudios, también se debe realizar una
evaluación clínica exhaustiva del paciente, que incluye su historia clínica, la exploración
física, la evaluación del estado nutricional y la valoración del riesgo quirúrgico. Todo ello
permitirá al equipo médico tomar decisiones informadas y planificar el abordaje quirúrgico
más adecuado para cada paciente.
En algunos casos, pueden ser necesarios estudios adicionales para evaluar la función
cardiaca y respiratoria del paciente, especialmente en aquellos con antecedentes de
enfermedades cardiovasculares o pulmonares. En estos casos, se pueden realizar pruebas
como la electrocardiografía, la prueba de esfuerzo o la espirometría, entre otras.
Por otro lado, es importante señalar que, en el caso de las intervenciones quirúrgicas de
emergencia, puede que no haya tiempo para realizar todos los estudios previos, por lo que
el equipo médico debe basarse en la evaluación clínica inicial y en los estudios disponibles
para tomar las decisiones adecuadas. En estos casos, el objetivo principal es estabilizar al
paciente y evitar complicaciones mayores.
Es importante destacar que estos estudios son una herramienta importante para el
diagnóstico y la planificación de tratamiento en la patología quirúrgica. Según la literatura
médica, los estudios de laboratorio y gabinete deben ser parte integral de la evaluación
preoperatoria y postoperatoria de todo paciente quirúrgico.
Por ejemplo, un estudio publicado en la revista Cirugía y Cirujanos señala que "la
evaluación preoperatoria, que incluye la valoración clínica, estudios de laboratorio y
pruebas de gabinete, es esencial para minimizar los riesgos asociados al proceso quirúrgico
y lograr mejores resultados en la recuperación del paciente" (1).
Asimismo, otro estudio publicado en la revista Archivos de Medicina señala que "la
realización de pruebas de laboratorio y gabinete en el paciente quirúrgico ayuda a detectar
posibles alteraciones en el organismo del paciente, permitiendo ajustar el tratamiento y las
medidas de precaución necesarias durante el proceso quirúrgico" (2).
Por otro lado, un estudio publicado en la revista Acta Médica Colombiana destaca que "la
evaluación preoperatoria del paciente quirúrgico debe ser realizada por un equipo
multidisciplinario, y debe incluir la evaluación clínica, los estudios de laboratorio y gabinete,
y la valoración del riesgo quirúrgico, para garantizar una atención integral y personalizada"
(3).
Referencias: