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GONZALO VIRAMONTE

Gonzalo Viramonte viene de una ciudad del interior llamada Marcos Juárez. Creció allí sin
saber lo que era la fotografía. A los 18 años decidió estudiar Ciencias Económicas en Córdoba
y en un acto fallido 3 años después, terminó ingresando a la Facultad de Arquitectura de la
Universidad Nacional de Córdoba, ciudad donde nació. Hoy es arquitecto, y hace un par de
años agregó a su carrera la fotografía de arquitectura y la docencia. Decidió no capacitarse en
la fotografía para desarrollar el potencial de su visión a partir del instinto.

Nunca estudió para ser fotógrafo, pero desde hace años le apasiona. Decidió no capacitarse
para desarrollar el potencial de su visión a partir del instinto.

Comenzó fotografiando paisajes y pequeñas ciudades en sus viajes en bicicleta por Argentina
y Chile. Siempre latente la escala humana, la urbe y el detalle que cada ciudad le brindaba,
decidió comenzar a recorrer con su cámara cada ciudad que recorría.

Viviendo en Córdoba capital muchos años, registró casi por completo la ciudad. Sus edificios,
sus costumbres, pero sobre todo los espacios menos pensados, rincones encontrados durante
esas caminatas de domingo.

De a poco fue desarrollando un concepto que el denomina “Arquitectura específica para gente
común”. Haciendo referencia a los lugares o edificios más inhóspitos que sólo a los
arquitectos les gustan. La idea fue siempre generar imágenes que le lleguen al corazón de la
gente que no conoce o no le interesaban esos lugares. Aquí radica lo que más lo lleva a
dedicarse a esto. Lograr el reconocimiento no tanto personal, sino local, de lo nuestro, del
patrimonio, y de mejorar la imagen que tienen las personas de la ciudad.

Fotografiando durante muchos meses más que nada Córdoba, inclinó su carrera fotográfica
directamente hacia la arquitectura. Hoy registra obras públicas y privadas, como parte de su
trabajo, además de seguir recorriendo la ciudad con su lente. También reparte su tiempo
entre la enseñanza.

Durante el 2014 y 2015, logró ingresar al mundo de las publicaciones, consiguiendo algunas
tapas de revista que representaron a Córdoba, dentro de la arquitectura nacional y mundial.
Con un interés muy grande por el reconocimiento de lo local, busca en cada toma demostrar
que con el uso del ojo humano, podemos potenciar y aprovechar mucho más las obras de
arquitectura.

Durante el 2015 comenzó su beta de docencia, entrenando muchos amantes de la fotografía


de la arquitectura, en algunas instituciones públicas y privadas, como la Universidad Nacional
de Córdoba, Colegio de Arquitectos, y actualmente también en Co-Innova, un coworking de la
ciudad.

Algunos de sus proyectos: Casa RC, Casa RC en Córdoba, Casa de los Cerezos, Casa de las
Marías, Ábaco Deco Stor, Cabañas el Condado, etc.

Ejemplo:

Cabañas el Condado

La obra se encuentra ubicada a las afueras de la ciudad de Cosquín, en un nuevo distrito


llamado “El Condado”, que limita en uno de sus bordes con el Río. Este nuevo barrio se
asienta de una forma bastante agresiva sobre la ladera de la montaña, en muchos casos
destruyendo el paisaje natural característico de la zona. A partir de esta lectura del entorno,
se proyectó un complejo de cabañas de alquiler tratando de dañar lo menos posible el sitio
donde están implantadas.

Como punto de partida, se optó por un sistema constructivo conformado a partir de tubos
metálicos, anclados al suelo con zapatas puntuales de hormigón armado, para no intervenir
de manera excesiva el terreno y de esta forma poder elevar las cabañas permitiendo que la
pendiente siga con su curso natural. Los cerramientos y la cubierta responden a materiales
predominantes en la zona, en este caso paneles prefabricados de madera y chapa que
dialogan perfectamente con el entorno del lugar y facilitaron su montaje a la estructura
principal.

De esta forma, se optó por un módulo base de 4 metros de ancho por 8 metros de largo que
se repite y distribuye por el terreno, estos módulos se posicionan entre los árboles autóctonos
del lugar, y lo más cerca que la normativa permite de los ejes medianeros, conformando un
espacio central lo más amplio posible. La intención es que cada
unidad no se cierre en sí misma, sino que todas estén orientadas
hacia este espacio, que lo llamamos “El Ágora”, haciendo una
metáfora con el espacio social, de reunión y recreativo de las
ciudades griegas.

Cada unidad cuenta con estar/comedor, baño, un dormitorio y una gran galería que
intensifica la relación interior/exterior entre cada cabaña y la naturaleza del lugar, y brinda un
espacio de permanencia y sombra muy necesario para las
construcciones de la zona. A su vez, una de las cabañas se
construye a partir de la tipología de “Bungalow”, con una doble
altura y sector de camas en la parte superior. El complejo se
completa con un “Club House” con bar, desayunador, galería
techada y pileta como soporte a las unidades de alquiler.

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