Está en la página 1de 4

Arte y sociedad contemporáneos

El arte contemporáneo, es en sí el arte de nuestro propio tiempo, se produce y


manifiesta en el ahora, respondiendo a la conciencia cultural del momento, a su
sociedad, a las necesidades conjuntas, al espíritu de la época. Y es que el arte es
inherente a lo humano, a su cultura y evolución. No ha habido época desprovista
de manifestaciones artísticas, a través de las que podemos leer e investigar los
entresijos de la historia.

Figura 1. Arte contemporáneo


[https://www.elperiodico.com/es/entre-todos/participacion/el-arte-y-su-funcion-social-
192190]

El teórico del arte Jacob Burckhardt, entendía el arte y las demás producciones
humanas como un eslabón de la historia de la cultura. Sosteniendo que el arte de
cada periodo es la más completa expresión del espíritu en el que se produce, no
ajeno a la religión, el estado o los intereses del capital. Todo influye en sus
manifestaciones siendo así co-responsable del desarrollo de la propia historia.

Bajo esta óptica, el arte contemporáneo y sus distintas expresiones son fiel reflejo
de lo que vive la sociedad actual. El panorama muestra una gran diversidad y
comprende un conjunto muy heterogéneo de prácticas artísticas, así como
diferentes abordajes a la hora de acotar el período que comprende. Entender el
arte contemporáneo es entender conflictos, realidades y sociedades. Conocer el
arte nos lleva indefectiblemente a entender al hombre.
El arte y la sociedad

La relación Arte y sociedad, viene dada desde el principio de la vida; iniciando


desde el medio ambiente, el entorno, pero también construyen herramientas,
estructuras y eventos que se establecen como relevantes para los grupos humanos
presentes del mismo modo, los seres humanos en comunidad, generan una
pertenencia e ideologías.

En sentido literal el arte contemporáneo es el creado en nuestro tiempo. Que si es


el que empezó en el París de 1905, que si es el que inició después de la segunda
guerra mundial después de la caída del muro de Berlín. Que si es pre moderno,
posmoderno, post-estructuralista, vanguarda, anti-vanguardia, pop, conceptual,
experimental, atonal, abstracto, espectral, serial, informal, nueva complejidad,
deconstrucción, la lista es interminable. No se deje asustar por esos términos que
tienen un sentido más histórico que de percepción Afortunadamente hay personas
que se dedican a crear y otras a clasificar. A la mayoría de los artistas, no les
preocupa que los etiqueten o buscan pertenecer a alguna corriente específica. Su
energía (poder creativo) viene de su curiosidad interna y por su entorno. Es la
fuerte convicción por el descubrimiento y constante cambio (individual y/o
colectivo) lo que hace imposible clasificar a los artistas. Quizá lo único en lo que
la mayoría está de acuerdo es que el arte contemporáneo busca la ruptura con los
modelos tradicionales en sus características esenciales. En el arte contemporáneo
todo y nada está permitido.

Figura 2. El arte contemporáneo como un reflejo de la sociedad actual


[http://test.forbes.com.mx/media-videos/el-arte-contemporaneo-como-un-reflejo-de-la-
sociedad-actual/]

cuántos artistas locales y no locales conoce? Si sus respuestas han sido negativas
y poco abundantes, entonces usted no puede decir que no le gusta el Arte
Contemporáneo, usted sólo podrá decir que no ha tenido el gusto de conocerlo.
Así que lo invito, no, lo reto a que se enfrenta constantemente a este bicho raro,
no le tenga miedo, lo peor que puede pasar es que aprenda y/o experimente algo
nuevo (bueno o malo).

Pero, vamos a tratar de entender a los creadores del bicho. Los artistas son (deben
ser) ante todo curiosos compulsivos. Su fascinación por el arte los sublima, los
carcome, sin importar si estos impulsos son egodistónicos y egosintónicos. Están
llenos de defectos, como seres humanos que son. Algunos son presuntuosos,
otros son tímidos, otros son amables, otros son enojones. Lo primero que los
captura es la curiosidad por entender ¿Cómo se logra la belleza de un motete de
Palestrina? ¿Cómo puede Sergio Pitol escribir con tal claridad de pensamiento?
¿Cómo pudo Horowitz tocar el piano de esa manera y cómo logró su lectura a
primera vista? Así que primero la necesidad de saber cómo se logra tal belleza
(un tipo de belleza), perfección, emoción, los consume y se convierte en una
obsesión, un tanto autista para estas personas. Simplemente necesitan entenderlo.
Según Wikipedia, el artista es un explorador incansable que ha desarrollado su
creatividad y la capacidad de comunicar a los demás lo sentido y lo pensado
mediante el buen (y yo agregaría: y el mal) uso de la técnica, después de todo la
palabra arte deriva del griego τέχνη (téchne)).

Si pensamos que los artistas son curiosos compulsivos, y los responsables de


generar arte, no nos debería extrañar tanto que el arte está cambiando todo el
tiempo, y por ende que nadie se pueda poner de acuerdo sobre qué es arte y
belleza. Que bueno que es así. Ahora, los artistas no sólo son curiosos con su
arte, también lo son con sus espectadores y con ellos mismos. Los artistas tienen
la necesidad de buscar reacción en su público (cualquiera que éste sea), tiene
curiosidad por la resistencia del otro, sobre el impacto de la fuerza de su arte,
quiere exteriorizar un objeto, un movimiento, unas letras que no estaban ahí, para
descubrir qué sucede en él mismo (en el autor) y en el otro (el espectador).

El arte se vive. Pregunte a cualquier artista que conozca y todos le van a pedir
una sola cosa, su atención (mental y emocional) desenfadada y honesta. Muchas
veces (la mayoría) ni el mismo autor sabe como la obra lo va a impactar,
únicamente sabe que la tiene que hacer existir en este mundo. Los artistas sólidos
tratan (y digo tratan con énfasis) de ofrecer (consciente o inconscientemente) en
cada obra de arte una nano-respuesta a las dos palabras que hemos revisado con
insistencia, arte y belleza. Por ejemplo, puede usar argumentos tan radicales
como: “El arte es la negación de la belleza”. Si el artista es bueno,
inmediatamente cuestionara su propia obra: ¿será esto cierto? Si su respuesta le
gusta y quiere seguir por ese camino, propondrá otra obra donde nuevamente
haga reflexionar sobre el arte como negación de belleza. De lo contrario, se auto-
criticará fuertemente. Así seguirá dando respuestas a lo largo de su vida,
siguiendo una especie de bitácora en busca de lo que no se puede encontrar.
Picasso decía que cada obra es como escribir una página en el diario del artista.
Siempre en reflexión, en desafío. Como ya se dio cuenta querido lector, el artista
persigue lo inalcanzable. Su curiosidad supera lo racional. Ese es su valor y su
condena. Es esta curiosidad implacable lo que lo mueve a pasar incontables horas
estudiando contrapunto, a practicar un movimiento hasta la extenuación, a
intentar domar sonidos en una hoja de papel, o aprender lenguajes de
programación para animar unos pixeles o unos bits. Busca incansablemente
satisfacer esa maravillosa curiosidad por lo que no estaba ahí antes. Lo
desconocido. Lo único. Con suerte será honesto. Su fracaso o triunfo es
irrelevante, es el intento por la búsqueda lo que lo dignifica.

Los artistas tienen muchísimos roles sociales, no es casual que en todas las
civilizaciones conocidas hayan existido. Uno de ellos es el de servirse del bicho
raro como portador del virus de la fascinación por el mundo. La capacidad de
sorprendernos. Tan simple como vital. Seamos o no artistas, como individuos y
sociedad. La curiosidad por lo fascinante del mundo es el motor de muchos
pensadores. El mismo Einstein dijo muchas veces: “No tengo talentos especiales,
pero sí soy profundamente curioso.” O el filósofo catalán Salvador Pániker
mencionó que “la juventud de un ser humano no se mide por los años que tiene,
sino por la curiosidad que almacena.” El arte y especialmente el contemporáneo
nos recuerda que como adultos está bien ser curiosos. La curiosidad y
fascinación querido lector, son un signo de salud (de todo tipo).

Fuentes:

También podría gustarte