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oído de la
administración de la gracia de Dios que me fue dada para con vosotros; que por revelación me fue declarado el misterio,
como antes lo he escrito brevemente, leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo,
misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos
apóstoles y profetas por el Espíritu: que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la
promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio… y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido
desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas; para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por
medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales”
La carta a los Efesios resume muchos de los principios que debe entender y vivir la Iglesia del Señor.
Nuestra tarea es enseñar de manera clara y aplicable porque “lo que no se entiende bien, tampoco puede
aplicarse de manera adecuada”
Estos misterios tienen tres verdades en uno. Recordando que todo tiene que ver con la obra restauradora del
postrer Adán
a. los gentiles son coherederos
Coherederos tiene que ver son posesión. Este término comienza a entenderse desde Génesis. Ahora
compartimos como los judíos la misma herencia espiritual. Ese legado incluye todos los beneficios del pacto de
gracia, el cual es “el conocimiento de la verdad, todos los privilegios de la iglesia, la justificación, la adopción y la
santificación; la morada del Espíritu, y la vida eterna”
En el A.T. se reveló que los gentiles recibirían salvación (Isa 49:6), pero nunca se reveló que todos los gentiles y
los judíos creyentes vendrían a ser iguales en el cuerpo de Cristo.
La iglesia corporativamente debe entender primero el efecto de la obra de Cristo que es:
1. Lo que éramos (Ef 2:1-2, 11-1) Estábamos muertos
2. Lo que somos (Ef 2:4-10, 13-20). Nos dio vida juntamente con Cristo. “Un solo cuerpo”
3. Lo que debemos llegar entender para poder ser (Ef 2:20-22),
a. Somos Miembros de la familia de Dios (Edificados sobre el fundamento de los apóstoles.)
b. Somos un Edificio y Templo Santo (Creciendo).
c. Somos Morada de Dios en el Espíritu (Juntamente edificados).
Efe 5:31-32 “Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.
Grande es este misterio; más yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia”
Para entender por qué El Señor guío a Pablo expresar esto, fuimos a Genesis, donde aprendimos a través de las
figuras del primer Adán y del postrer Adán, por qué La iglesia (representada en Eva) es ahora Esposa de Cristo y
cuerpo de Cristo como Salvador y Señor. Él es la cabeza.
Entendemos que la Iglesia es de Dios y la importancia de ser identificados como miembros de una iglesia local
Gálatas 1:13. “Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la
iglesia de Dios, y la asolaba”
El término “La iglesia de Dios” aparece en varias partes de la Biblia. Por ejemplo, Pablo le escribió a Una
Iglesia de Dios (1 Cor 1:2), Mas adelante hace una seria advertencia de no ser tropiezo “a La Iglesia de Dios” y
de menospreciar “La iglesia de Dios” (1 Cor 10:32,11:22).
Pablo reconoció con dolor que persiguió a “la Iglesia de Dios” (1 Cor 15:9) y que la asoló (Gal 1:13) y le
escribe a un discípulo suyo animándole a cuidar “la Iglesia de Dios” (1 Tim 3:5).
La Iglesia es como un cuerpo, un rebaño de ovejas, los pámpanos de la vid, una esposa, un templo, el edificio de
Dios, un pueblo, unos extranjeros y peregrinos, una nación santa, un real sacerdocio, la sal de la tierra, el Israel
de Dios, la Iglesia elegida, etc.
Particularmente debemos pertenecer a una iglesia local que en la biblia también se llama cuerpo.
El N.T cuando se habla de “un cuerpo” y según su contexto se refiere a la Iglesia. Jamás encontraremos
referencia a la Iglesia como “Cuerpos” sino como “Un cuerpo”
Un cuerpo y diferentes miembros, pero relacionados unos a otros. (Rom 12:4-5).
Rom 12:5 “así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.”
Un cuerpo donde sus miembros se identifican a través del bautismo, Llamados a representar que somos un
cuerpo en la cena del Señor (1 Cor 10:16-17). De manera personal o colectiva como Iglesia daremos cuenta
a Dios (2 Cor 5:10). Un cuerpo que necesita ser edificado (Ef 4:4,12-16), crecer (Col 2:19).
La iglesia es llamada también El cuerpo, La esposa, (Ef 5:22-25).
La autoridad de la Iglesia (La autoridad delegada a sus hijos que Cristo ha dado).
Esto tiene que verse al considerar la membresía de la Iglesia con respeto y parte de esta responsabilidad que se
nos ha sido dada.
En la Iglesia local, la membresía nos permite entender los derechos o garantías que disfrutamos por ser parte
de la iglesia, los deberes o como retribuimos a la iglesia y al Señor como el servicio, obediencia, santidad etc. y
responsabilidades como las cosas que estamos obligados a hacer para disfrutar de nuestros derechos como por
ejemplo la unidad, la comunión, el testimonio.
El ser parte de una iglesia, aceptamos la realidad del liderazgo y pastorado, representado por el gobierno de los
ancianos en la Iglesia local.
Gobierno que ha sido levantado por Dios, y reconocido por la iglesia en función del trabajo entre ellos.
Hechos 20:28. “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño (Entonces cuídense a sí mismos y cuiden al pueblo de
Dios) en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, (sobre quien el Espíritu Santo los ha designado ancianos)
para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.” (Alimenten y pastoreen al rebaño de Dios —su
iglesia, comprada con su propia sangre)
Somos responsables de las personas que están entre nosotros, estamos obligados a cuidar el rebaño sobre las
cuales el Señor nos puso, pero no estamos obligados con los que no son miembros activos y responsables.
Heb 13:17 “Obedezcan a sus líderes espirituales y hagan lo que ellos dicen. Su tarea es cuidar el alma de ustedes y tienen
que rendir cuentas a Dios. Denles motivos para que la hagan con alegría y no con dolor. Esto último ciertamente no los
beneficiará a ustedes.” (NTV).
Este es el compromiso de los creyentes con sus pastores o cuidadores. ¿Quiénes son sus pastores o ancianos?
¿Se sujetan a sus pastores, buscan su cuidado y consejos en asuntos familiares o demas problemas?
No podemos vivir en la anormalidad con asistentes y no miembros, con líderes desconectados de su rebaño (Que
debe conocer cuál es), o del rebaño desconociendo y no reconociendo a quienes están liderándolos.
“Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos” pero no porque el pastor se enseñorea de sus
hermanos, sino en la misma libertad, amor y Espíritu de Cristo los líderes han considerado que es saludable
obedecer. “porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no
quejándose, porque esto no os es provechoso.”