Está en la página 1de 13

Un alto concepto de la Iglesia.

¿Por qué es importante la iglesia?


 

“Cristiano sin iglesia” no es una


categoría bíblica. Pregúntale a Pablo,
Juan, o Pedro qué piensan acerca de los
cristianos sin iglesia y ellos
responderían: “¿Por qué los llaman
cristianos si no son parte de la iglesia?”.
El Nuevo Testamento no ve la vida cristiana sucediendo
fuera de la iglesia, esto es, de la iglesia local. Sin embargo,
hoy hay muchos que se llaman cristianos que buscan estar
comprometidos con Cristo sin tener compromiso alguno
con la iglesia. No creen en la religión organizada. Ellos
afirman que la iglesia está llena de hipócritas. Han
experimentado dolor en la iglesia. No pueden encontrar una
iglesia fiel y bíblica. Entienden que la iglesia no es
necesaria, solidaria, o beneficiosa. Entonces, siguen a
Cristo pero abandonan la iglesia.
Está mal. No es bíblico. No es cristiano. No se puede
tener un alto concepto de Cristo y al mismo tiempo
tener un bajo concepto de la iglesia. Jesús declaró:
“Sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del
Hades no prevalecerán contra ella” (Mt. 16:18). La
iglesia le pertenece a Jesús. Cristo mismo está
construyendo la iglesia y nada puede derrotar a la
iglesia de Cristo.
Cristo es la cabeza de la iglesia y Él no tiene
experiencias extracorporales o sea fuera de su cuerpo
que es su iglesia. Someternos a la autoridad de
Jesucristo sobre nuestra vida es vivir en comunión con
la iglesia.
Diez razones por las cuales debes tener una
alto concepto de la iglesia…
1. La fe en Dios se practica en comunidad espiritual.
• La sociedad incrédula en la que vivimos regularmente afirma que la
fe es un asunto privado. Esto no es cierto. Verdaderamente, la fe es
un asunto personal tal como Jesús le dijo a Nicodemo: “Tienen que
nacer de nuevo” (Jn. 3:7). Sin embargo, una fe personal no es una fe
privada. La verdadera fe se vive en comunidad espiritual con los
demás. En el Antiguo Testamento, la comunidad de fe era la nación de
Israel. En el Nuevo Testamento, es la iglesia, una nueva comunidad en
Cristo que trasciende el género, raza, y estado (Gál. 3:28). Vivir en fe
en Cristo es vivir en comunión con la iglesia.
2. La iglesia es la casa de Dios.
Pablo, al escribirle a Timoteo en Éfeso, llamó a la iglesia “la
casa de Dios, que es la iglesia del Dios vivo, columna y sostén
de la verdad” (1 Ti. 3:15). En la salvación nacemos de nuevo y
somos adoptados en la familia de Dios. Pero un niño recién
nacido necesita formar parte de un hogar para alimentarse,
tener compañerismo, y protección. La iglesia es el hogar de la
fe (Gál. 6:10). Más que eso, es la casa de Dios. Rechazar a la
iglesia es rechazar los medios de cuidado que el Señor ha
provisto para sus hijos redimidos.
3. La membresía de la iglesia brinda seguridad al
hijo de Dios.
• Un cristiano es aquel que ha profesado una fe salvífica en el
Señor Jesucristo. No obstante esta fe se hace visible en la
iglesia. En las cartas del Nuevo Testamento, las dos marcas
esenciales de la verdadera conversión son la fe en el Señor
Jesucristo y el amor por todos los santos. La comunión
cristiana es tan esencial para mostrar la verdadera salvación,
como la fe personal. El amor por los santos demuestra fe en
Cristo. “Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a
vida porque amamos a los hermanos — escribió el apóstol
Juan—. El que no ama permanece en muerte” (1 Jn. 3:14).
4. La iglesia está espiritualmente unida a
Jesucristo.
• En los Evangelios, Jesús le dijo a los que serían sus discípulos
que lo siguieran. Sin embargo, la relación actual entre Cristo y
sus seguidores es mayor, más profunda, y más alta que ésta:
“Cristo en ustedes, la esperanza de la gloria” (Col. 1:27).
Ninguna otra religión se expresa de esa forma sobre la
relación entre su líder y sus seguidores. Esta es la unión
espiritual entre Cristo y la iglesia; estamos en Cristo y Cristo
está en nosotros. Esta unión espiritual con Cristo es lo que nos
une como iglesia. La presencia permanente del Rey Dador de
Vida reside dentro de cada uno de nosotros y nos ha hecho
uno en Cristo.
5. El Señor Jesucristo es la cabeza de la
iglesia.
• A menudo la iglesia es rechazada por las cosas que sus
miembros hacen o dejan de hacer. Pero el estándar por el cual
medimos lo que la iglesia debe ser no está definido por algún
líder o miembro de la iglesia. Cristo es el estándar. Él es la
cabeza de la iglesia, y la iglesia es el cuerpo de Cristo. La
iglesia está a salvo y segura en Él, de la misma manera que no
puedes ahogarte con la cabeza fuera del agua. “La iglesia está
llena de hipócritas”, se quejan algunos. ¡Pero Cristo no es
hipócrita! Y si Cristo no es un hipócrita, es digno de nuestra
confianza y obediencia, ¡incluso si nos dice que salgamos con
un grupo de hipócritas!
6. La iglesia es lo más valioso en la tierra.
• Pablo exhortó a los ancianos de Éfeso: “Tengan cuidado de sí
mismos y de toda la congregación, en medio de la cual el
Espíritu Santo les ha hecho obispos para pastorear la iglesia de
Dios, la cual Él compró con Su propia sangre” (Hch. 20:28). La
iglesia es el rebaño de Dios, comprada con la sangre de Cristo.
No hay ninguna institución en el mundo más valiosa que ella: ni
la familia, ni los negocios, ni el gobierno. Hay muchas causas
dignas en el mundo que merecen nuestro apoyo. Pero ninguna
causa secular debería usurpar nuestro compromiso con la
iglesia por la cual Cristo murió. La iglesia es la esperanza del
mundo. La iglesia es la institución mas importante sobre la tierra.
7. La iglesia es la realización del propósito
eterno de Dios.
• La Escritura no es una colección accidental de cuentos, poesías,
y cartas. Es el desarrollo de un plan divino. Este plan de Dios se
inició en la eternidad pasada y se logrará plenamente en la
eternidad futura. La iglesia es esencial para el propósito eterno
de Dios. A Pablo le fue concedido “sacar a la luz cuál es la
dispensación del misterio que por los siglos ha estado oculto
en Dios, creador de todas las cosas. De este modo, la infinita
sabiduría de Dios puede ser dada a conocer ahora por medio
de la iglesia a los principados y potestades en los lugares
celestiales” (Ef. 3:9-10). La iglesia no es incidental al plan de
Dios, es la plataforma de la gloria de Dios en los lugares
celestiales.
8.La iglesia es una expresión terrenal del cielo.
• ¿Cómo crees que es el cielo? Para responder a esa pregunta,
recurre a las Escrituras, no a las fantasías de las “experiencias
cercanas a la muerte”. De todo aquello que no sabemos acerca
del cielo, las Escrituras sí aseguran que el cielo estará lleno de la
gloria de Dios. En tal sentido, la iglesia debe ser un reflejo del
cielo en la tierra. Los expertos en crecimiento de la iglesia
aconsejan a los pastores que amolden la iglesia de acuerdo a los
deseos de la cultura. Sin embargo, esto solo hace que la iglesia
sea como el mundo. La iglesia debe ser moldeada de acuerdo al
carácter de Dios. Solo la iglesia puede mostrar la verdad, el
amor y la santidad de Dios, así como es en el cielo.
9.Tu santificación es un proyecto
comunitario.
• Hebreos nos aconseja: Heb 10:24-25 Y considerémonos unos a
otros para estimularnos al amor y a las buenas obras, no
dejando de congregarnos, como algunos tienen por
costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que
aquel día se acerca. Esta es la razón por la cual no debemos
descuidar reunirnos con la iglesia para el culto público y
corporativo. Muchos cristianos sienten que no es gran cosa si
se pierden un domingo o dos. Sin embargo, las Escrituras
enseñan: Heb 3:13 “antes exhortaos los unos a los otros cada
día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de
vosotros se endurezca por el engaño del pecado”
10. No hay ministerios fuera de la Iglesia.
• Efe 4:11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros,
evangelistas; a otros, pastores y maestros,
• Efe 4:12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la
edificación del cuerpo de Cristo,
• Efe 4:13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo
de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
• Efe 4:14 para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo
viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con
astucia las artimañas del error,
• Efe 4:15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es
la cabeza, esto es, Cristo,
• Efe 4:16 de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las
coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada
miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.

También podría gustarte