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Introducción

1. Prólogo_______________________________________________________________3
2. El día que te conocí__________________________________________________4
3. Buenas nuevas_______________________________________________________5
4. Un camino por recorrer_____________________________________________6
5. Ayuda en camino_____________________________________________________7
6. El día que todos nos vieron__________________________________________8
7. De vuelta a la realidad________________________________________________9
8. ¿Cómo vivir sin ti? ____________________________________________________10
9. Carta de despedida___________________________________________________12

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Prólogo
Tu amigo fiel narra la historia de un cachorro que nació con múltiples
discapacidades físicas y neuronales, que al ser adoptado por una familia de pocos
recursos, juntos recorren un camino lleno de dificultades, alegrías y tristezas,
dejando una enseñanza acerca del cuidado y el amor que se llega a sentir por
estos hijos de cuatro patas que desde el día en que llegan transforman nuestras
vidas y la manera en que vemos el mundo, las injusticias y lo alejada que está la
humanidad de ser una sociedad perfecta.
Una historia escrita con la intención de educar e incentivar la adopción de
mascotas antes que la venta de las mismas, a su vez mostrar la importancia de
incluir el buen trato, el cuidado y el respeto por los animales desde la infancia, si
se espera formar personas con buenos valores y una sociedad más consciente.
El escritor relata los obstáculos y los medios utilizados para brindar una mejor
calidad de vida a su mascota, luego de darse cuenta de que no basta con
simplemente querer y hacer las cosas bien, sino también ser capaz de pedir
ayuda y buscar personas capaces de ponerse en sus zapatos dispuestos a dar sin
esperar nada a cambio.
Espero dejar en nuestros queridos lectores un buen mensaje y que este libro que
consta de tan solo 8 capítulos se quede en sus corazones para cuando tengan la
oportunidad de hacer una buena obra no duden en hacerlo y recuerden siempre
que toda vida es valiosa y no hay nada más reconfortante que decirse a sí mismo
yo salvé una vida.

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El día que te conocí
Era un 11 de enero del año 2022, volvíamos de un viaje familiar cuando lo vi por
primera vez, era un cachorro de raza husky color café con blanco y unos ojos tan
claros que se asemejaban a un río cristalino con total transparencia que podría
reflejar todo en su interior, este cachorro en particular era el único de una
camada de ocho cachorros con una diferencia muy notable, por alguna razón que
aún no podía entender no para de temblar y sus movimientos eran tan bruscos e
involuntarios que no lograba sostenerse en pie por sí solo.
Ese cachorro pertenecía a una familia que vivía unas casas de la nuestra, los
cuales adoptaron una pareja de huskie´s con la intención de ponerlos a criar y
posterior a eso beneficiarse de la venta de sus crías, por lo que cada día me era
fácil ver cómo crecían cuando los sacaban a jugar, pero este cachorro peculiar no
tenía ningún progreso cada día seguía con los mismos temblores los mismos
movimientos involuntarios incapaz de moverse por sí solo e incapaces de buscar
alimento por su propia cuenta.
No me considero una persona animalista, puesto que si lo fuera muchas veces
habría actuado en beneficio de ello, pero en esa ocasión me sentía incapaz de
darle la espalda, no era capaz de seguir con mi vida como si nada pasara aun
sabiendo que no iban a hacer nada para tratar de ayudar a esa pequeña alma, ese
cachorro que reflejaba la ternura de un recién nacido indefenso sin ser culpable
de su condición. También soy fiel creyente que cuando abres las puertas de tu
casa una mascota, sea cual sea el motivo, es la mascota quien te elige, es quien
llega para alegrar tu vida, para brindar compañía, para darte amor, es quien
percibe nuestra soledad y todos los días espera nuestro regreso con fidelidad y
consigue sin más cambiar nuestro estado de ánimo.
Entonces lo decidimos, influenciado por mi esposa, que si es una persona
completamente animalista llegamos a la conclusión que no podíamos quedarnos
de brazos cruzados viendo cómo esperaban a que el cachorro muriera enfermo o
por no alimentarse bien, fuimos en su defensa con la intención de ver si había
algún tratamiento posible para mejorar su condición y poder brindarle una
mejor calidad de vida. No fue muy difícil conseguir que lo dejaran bajo nuestro
cuidado, era obvio que solo buscaban beneficiarse con la venta de los cachorros y
este no lo iban a poder vender por su condición, ¿Quién querría comprar una
mascota enferma de nacimiento? A fin de cuentas ya era nuestro, llenamos una
bañera con cobijas y almohadas para que durmiera, la pusimos junto a nuestra
cama y comenzó nuestro desvelo como cuando llega un recién nacido a un hogar,
lloraba, se salía de su cama y no era capaz de volver a entrar, nos despertábamos
a distintas horas de la madrugada para darle su medicamento y limpiar el
desastre que quedaba después de hacer sus necesidades, la mayor parte del día
debíamos cargarlo para que no se sintiera solo, estábamos decididos a brindarle
una mejor calidad de vida, a este pequeño cachorro le dimos el nombre de Jagger.

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Buenas nuevas
A tan solo unos días de haber recibido a Jagger en nuestro hogar tuvimos la
primera revisión con un veterinario y aunque el diagnóstico no fue muy
prometedor nos remitió a neurología para tener un diagnóstico más acertado
sobre su condición y eso fue lo que hicimos, buscamos un lugar donde realizarle
dichos exámenes y al conseguirlo nos dimos cuenta también lo costoso que sería
todo el proceso, sin pensarlo dos veces lo asumimos aun sabiendo que
económicamente no contamos con los medios para realizarlos, pero con la
certeza de que íbamos a explorar todas las posibilidades.
Para llevarlo a su primera consulta con la neuróloga, le hicimos un pañal de trapo
que cubriera sus partes íntimas, lo envolvimos en una cobija para disminuir un
poco sus temblores y salimos rumbo a su primera cita, cuando llegamos a la
consulta y luego de su revisión nos explicaron que la causa de sus movimientos
involuntarios era posiblemente una malformación en el cerebelo y que esos
problemas neuronales no podían ser operados por ser de nacimiento y que por
eso se le dificultaba tanto coordinar sus movimientos, porque el cerebro enviaba
unas señales, pero el cuerpo recibía otras y esta condición se daba gracias a la
genética que aun siendo el único cachorro de la camada que padecía estos
síntomas era muy difícil su recuperación, pero había casos en los que se podía
tratar y que si corríamos con suerte Jagger podría llevar una vida normal, con
vitaminas, medicamentos y terapias quizás podríamos lograr que caminara,
aunque existía la otra posibilidad de qué pasado un tiempo su salud comenzara a
deteriorarse hasta un punto donde ya no recibiera ningún tratamiento para
recuperarse, eso nos llenó de ilusión, estábamos seguros de que podíamos
lograrlo y con mis propias manos ingenié la forma de hacerle su primera silla de
ruedas buscando darle un punto de apoyo mientras ganaba fuerza y comenzaba a
caminar, la misma bañera que usamos inicialmente como cama para refugiarlo la
llenábamos de agua para realizarle terapias, estimulando mediante la natación el
movimiento que debía realizar para caminar y que se sostuviera de pie sin
mucha dificultad, también fabrique un arnés para sostenerlo desde arriba
mientras él caminaba y por un tiempo funcionó. Junto con mi esposa realizamos
ventas de comida, pedimos donaciones y trabajamos duro para reunir fondos y
costear cada cita de revisión, cada suplemento nuevo, cada nuevo reto.
fueron noches difíciles, días difíciles, nuestro pequeño cachorro al no ser capaz
de caminar se arrastraba encima de sus propias necesidades, debíamos ponerle
un pañal más grande y desechable para que no estuviera sucio todo el tiempo y
debíamos alimentarlo por medio de un biberón, sostener su cabeza para que no
temblara mucho y abrir su boca para que pudiera tomar sus suplementos y lo
hacíamos siempre cargando con la esperanza de que iba a mejorar, que llegaría a
un punto donde se iba a estabilizar, veíamos los frutos de nuestro trabajo, Jagger
se veía alegre, más robusto, más fuerte, más lleno de vitalidad y a cada consulta
llegaba más grande, más activo, aunque sin caminar, ya se sostenía por su cuenta,
era capaz de comer solo, de tomar agua solo, de desplazarse solo, de hacer sus
necesidades y buscar juego.

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Se pasaba el tiempo jugando con Kira, Kira era una hembra de raza Labrador
color negro de 7 años ella fue mi primera mascota, los primeros días solo
ignoraba a Jagger, incluso parecía que su presencia le incomodaba, nunca estaba
cerca de él y cuando se acercaba solo gruñía y se iba para otro lugar, con el pasar
de los días Kira se fue acostumbrando a verlo en nuestra casa y luego se fue
formando esa Unión fraternal entre ambos e hicieron de nuestra casa su patio de
juegos, Kyra lo mordía y luego se tiraba en el suelo para esperar su turno de ser
mordida, corría a su alrededor y se ladraban el uno al otro, a pesar de superar a
Jagger en tamaño y peso nunca le hizo daño.
Un camino por recorrer
Cuando al fin reunimos los recursos para iniciar las terapias con fisioterapeuta y
dar el siguiente paso, nos vimos interrumpidos debido a que a Jagger le
detectaron una bacteria estomacal que le estaba ocasionando problemas
digestivos y una vez más estaba decaído, junto con los exámenes de sangre,
radiografías y demás, le diagnosticaron anemia déficit de calcio y una posible
malformación lumbar, lo que agotó en ese momento nuestros recursos para
conseguir estabilizarlo nuevamente.
Continuamos con nuestras terapias caceras, ya que era una carrera contra el
tiempo y cada día que dejáramos pasar sin hacer nada por él, era un día más en
nuestra contra. Decidí usar los medios digitales con la intención de llegar a ojos y
oídos de personas que sí contaban con muchos más recursos y lo que nos han
vendido es que brindan su ayuda a las personas que lo necesitan, hacen
donaciones a albergues caninos, rescatan animales de la calle y llenan sus redes
sociales con sus buenas obras. Les escribí una y otra vez, dejé muchos mensajes
en sus páginas, en sus cuentas, pero fue en vano, nunca recibí respuesta alguna.
Al iniciar las terapias un mes después Jagger ya no cabía en la silla de ruedas y
los arneses que le había fabricado ya tampoco le servían, a sugerencia la
fisioterapeuta le hicimos una camilla que lo pudiera ayudar a sostener de pie
durante determinado tiempo para complementar con las terapias. Era mi Jagger
un alma noble, se ponía alegre cuando veía a través de la reja de madera que
utilizábamos para dejar la puerta de la calle abierta y veía que en el camino
llegaba la fisioterapeuta para su sección del día, nos sentábamos todos en el
suelo para acompañarlo en su terapia, lo premiamos con juguetes y galletas por
su buen comportamiento, al terminar se quedaba recostado durmiendo como si
hubiera corrido una maratón y mientras dormía movía sus patas como si en sus
sueños corriera libre sin limitaciones, sin nada que se lo impidiera, se me hace un
nudo en la garganta aun cuando lo recuerdo, me hace pensar que quizás él
también tenía su propia batalla, también quería superarse, también soñaba al
igual que yo que corría por largos caminos verdes con el viento ondeando sus
orejas y dejando su lengua afuera para sentir la suave brisa.
Las terapias no resultaron tan bien como esperábamos sus patas traseras se
comenzaron a deformar y al tratar de estimular sus músculos manifestaba dolor,
entonces empezamos a descartar la idea de que pudiera caminar por sí solo,

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incluso una silla con dos ruedas no sería suficiente esta vez, pero nos negamos a
dejarlo a un lado, no hubiera sido justo rendirnos a mitad del camino,
continuamos usando la camilla para que se sostuviera en pie, se alimentara y
tomara agua estar recostado y sobre un tapete movíamos sus patas simulando el
movimiento natural del cuerpo al andar aunque con pocos resultados, al ver que
las terapias no estaban teniendo un resultado positivo, los nuevos tratamientos
comenzaron a exceder nuestras capacidades y cada terapia parecía empeorar su
condición, las opciones sobre la mesa no eran viables porque una cirugía en
Jagger para amputar sus dos patas malformadas no cicatrizaría de manera
correcta debido a su anemia y tal vez ni siquiera sobreviviría a la operación, fue
la primera decisión difícil que tuvimos que tomar, ¿buscar los medios para una
operación delicada y dolorosa o seguir brindándole una buena calidad de vida
por el tiempo que fuera necesario sin causarle más dolor?. Decidimos no
continuar con las terapias que ya no habían resultado y tampoco causarle más
dolores de los que posiblemente ya tenía, para así buscar una nueva opción.
Ayuda en camino
Muchas personas sentían afecto por Jagger, entre ellos debo resaltar a mi esposa
que lo amo al igual que yo desde el primer día, a mi hijo de tres años que le decía
mi Jagger, a mi mamá y a mi hermano que nos acompañaron y nos apoyaron en
este proceso, había personas que realizaban donaciones, nos donaban
concentrado, pañales y paños húmedos que en su momento fueron de gran ayuda
porque era un alivio económico en días difíciles. Hay quienes piensan que no se
debería tener una mascota si no se cuenta con los recursos necesarios para
sostenerla, pues es bien sabido que los costos de todo lo que tiene que ver con
mascotas son muy elevados. Yo en lo personal pienso que hay personas
desalmadas que maltratan y abandonan los animales sin la más mínima pizca de
humanidad en su corazón, que son capaces de prenderles fuego solo para su
entretenimiento, que dejan comida envenenada solo porque no pueden convivir
ni con ellos mismos y es más de admirar quien adopta y busca los medios para
salvar esa vida recibiendo a cambio no más que su lealtad y su amor puro.
para esos días Jagger tenía las patas traseras ya deformadas y para que pudiera
desplazarse iba a necesitar una silla con cuatro ruedas que lo pudiera sostener,
pero entre tantos gastos no me era posible costeársela. Debo agradecer a las
personas que lo hicieron posible, que se pusieron una mano en el corazón y la
otra en el bolsillo, sin pensarlo dos veces compramos la silla de cuatro ruedas.
La silla era una estructura de acero ajustable y equipada con una hamaca capaz
de sostener el peso actual de Jagger y que en caso de que aumentara su peso
también lo sostendría, era el cachorro más feliz de todos cuando lo poníamos en
su silla, hasta parecía posar con una gran sonrisa para ser fotografiado, en los
paseos movía sus patas delanteras como si él fuera quien caminara aunque
nosotros impulsamos la silla, parecía correr, parecía un sueño hecho realidad,
aunque no pudo caminar por su propia cuenta habíamos conseguido lo que
parecía imposible en un principio mantenerlo estable en salud y conseguir una

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silla de ruedas que se adaptará a su condición, por donde fuera que
camináramos, llamaba la atención de las personas que lo veían pasar, algunos
incluso lloraban al verlo, les recordaba a sus antiguas mascotas o incluso algún
familiar, creo que por su condición, todos hemos tenido luchas similares en
diferentes tiempos, en diferentes cuerpos, con resultados diferentes.
El día que todos nos vieron
la condición de Jagger con el pasar de los días no era la mejor, ahora sus patas
delanteras también se estaban deformando al igual que las traseras, entonces
tuvimos que adaptar la silla de ruedas de manera que Jagger se sostuviera en el
aire sin apoyar ninguna de sus patas.
Cierto día nos enteramos de una caminata canina que se realizaría cerca de
donde vivíamos y pensamos que sería una experiencia positiva para nuestro
Jagger y para Kira que lo acompañaba a todas partes. Cuando llegó el día de la
caminata pusimos a Jagger una capa de Superman que pertenecía a un disfraz
que ya no le quedaba a mi hijo, amarramos un par de bombas a la silla de ruedas,
lo pusimos en ella y todos juntos nos encaminamos al evento.
Al llegar al evento, como se esperaba, había una asistencia masiva, había muchas
personas con sus mascotas de todos los tamaños, de todas las razas, de todos los
colores, muchos con disfraces, pero ninguno en silla de ruedas, mi Jagger único.
Las personas se detenían a tomarse fotos con él, le daban premios, le hacían
vídeos, le daban caricias, y él sobre su silla de ruedas alegre y simulando que
caminaba, ladraba, se sacudía y recibía el agua que le dábamos para hidratarlo y
para disminuir el calor. Cuando llegamos al centro del evento era obvio que un
perro en silla de ruedas llamara la atención, cuando pensábamos en retirarnos
alguien de la logística del evento se nos acercó y nos dijo que mi mascota no
podía irse sin un premio, nos ayudaron a subir a la tarima para recibir el regalo y
fuimos el foco de las cámaras de los celulares, incluso al estar en la tarima a la
vista de todos, me elogiaban por la dedicación y el compromiso con mi mascota,
no se imaginan el esfuerzo y todas las personas que estaban detrás de eso, yo
solo pude dar las gracias y nos retiramos con los regalos que nos dieron, ese día
por poco y lloro frente a todos al escuchar las palabras de aliento que nos daban
las otras personas, fueron muchos sentimientos encontrados.
Cuando llegamos a casa nos dimos cuenta de que nuestros vídeos y nuestras
fotos estaban siendo vistas miles de veces por miles de personas, fue algo que no
esperábamos, nos escriban de otras ciudades incluso de otros países,
comentarios buenos como palabras de aliento e interactuaban con nosotros,
comentarios malos como que éramos unos egoístas en su máximo esplendor,
comentarios sin sentido como quien comenta amén sin saber el contexto de esa
palabra, también nos ofrecían ayuda con donaciones, preguntaban como las
podían hacer llegar hasta nosotros, me sentí aliviado al pensar que por fin
íbamos a llegar a los ojos y oídos de aquellas personas influyentes, que esa ayuda
que nos ofrecían iba a resultar en algún tratamiento positivo, que por esos

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medios digitales podríamos costear alguna cura milagrosa para nuestra mascota,
fueron momentos en los que no paraban de llegar mensajes mientras que nos
hacíamos más virales, a fin de cuentas quince minutos de fama. Así pasaron los
días, incluso semanas esperando esas ayudas, pero nunca llegaron, después de
un tiempo volvimos a ser invisibles con nuestra lucha, solo quedamos mi familia,
Kira, Jagger y yo.
De vuelta a la realidad
Con el pasar de los días y luego de que Jagger perdiera gran parte de su
movilidad comenzamos a notar que su salud ya no tenía mejoría, físicamente se
veía cansado se la pasaba acostado en un solo punto, aunque se hacía entender
por medio de aullidos o ladrando cuando quería agua o ser movido a otro lugar
las cosas no parecían ir tan bien, cuando lo poníamos en su silla de ruedas se
ahogaba, vomitaba y sus ojos se ponían rojos, aun así trataba de saltar
desesperado cuando veía que era hora de un paseo, mi esposa compartía la
mayor parte del tiempo con él, lo cargaba, lo consentía, le daba besos, le hablaba,
pasaban horas juntos viendo hacia el cielo, Jagger recostado sobre ella dejando
escapar pequeños suspiros y ella entre lágrimas gozando de su compañía.
Lo más duro para nosotros era ver que ese cachorro que nos regaló tantas
alegrías y que nos dio tantas lecciones de vida había llegado a un punto de no
retorno y que esta vez no era suficiente con tener fe que esa montaña por más
qué pareció en un momento que fuera a moverse no se iba a mover y ya no podía
distinguir hasta qué punto le hacíamos un bien o un mal, aun así seguíamos
poniendo nuestro amor por encima, sosteníamos su cabeza para que pudiera
comer, limpiábamos sus necesidades lo cargamos de un lado a otro mientras
cada día de su luz era más baja.
¿Quién está preparado para dejar partir a un ser querido?, ¿más aún cuando lo
has dado todo para que viviera?, para regalarle un instante de felicidad, por
brindarle una familia, cuando le has entregado el corazón y sabes que eres lo
único que tiene, cuando comenzamos a recorrer este camino sabíamos que ese
día llegaría tarde o temprano, pero dentro de mí siempre quise que fuera tarde,
siempre quise que ese día llegará después de haber logrado lo que le prometí,
que llegaría de una manera tierna, que solo se quedaría dormido en nuestro
hogar y seguiría soñando por la eternidad.
Los días seguían pasando y ya no comía, incluso al tomar agua se vomitaba, no se
daba cuenta cuando hacía sus necesidades y se quedaba recostado encima de
ellas, solo levanta la cabeza unos cuántos segundos y volvía a recostarse, las
almohadillas de sus patas se resecaban y se agrietaban, le salían ampollas en la
piel alrededor de sus partes íntimas, se le caía al pelo, en ese momento fue
mucho más doloroso verlo así y me convencí de que sí estaba sufriendo, que
prolongar una vida que se apaga poco a poco era hacerle más daño. Viendo que
ya no era alegre ni tenía fuerzas para valerse por sí mismo, que ya no había
ningún tratamiento mágico, que, aunque lo estabilizaran, solo iba a ser producto
de nuestro apego y después de eso iba a seguir acostado sin poder moverse

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viendo al cielo y suspirando. Fue la segunda decisión más difícil que hemos
tomado.
¿Como vivir sin ti?
Febrero 16 del año 2023, era un jueves gris, no sé si producto de la
contaminación de la ciudad, el mal clima o simplemente la tristeza que me
acompañaba me hacía ver la vida opaca, sin nada de color, sin motivos para
sonreír, en duelo con mis pensamientos, distraído y con un sentimiento de culpa
e impotencia como no lo había experimentado antes, días atrás habíamos tomado
la decisión de que mi Jagger debía descansar, que no podíamos ser egoístas al ver
su deterioro y seguir negándonos a la idea de que era momento de despedirnos.
¿Pero cómo pasa los últimos días antes de la despedida?, solo podía sentarme
sobre el suelo para acariciar su pelo y tratar de alimentarlo, para ser sincero no
quería despedirme, sentía un vacío en el pecho cada vez que lo veía, solo de
pensar que pronto no lo vería más, no volvería a escuchar sus aullidos, no
volvería a cargarlo, a ver sus lindos ojos llenos de ternura, que al volver a casa no
lo debería después de abrir la puerta, en qué le diría a mi hijo cuando preguntara
por él.
Ese mismo jueves mientras nos dirigíamos a la veterinaria mi Jagger iba alegre,
simulaba a correr como cuando lo hacía en su silla de ruedas, el viento ondeaba
sus orejas y su lengua caía dibujando una sonrisa en su rostro, fue uno de los
momentos que más me llenan de nostalgia al recordarlo porque serían nuestros
últimos instantes juntos y lo veía alegre como ya hace mucho tiempo no lo hacía,
quizá sabía que por fin sería libre, que podría continuar el camino en otra vida,
que al fin podría correr libremente por infinitos campos verdes, rodar en el pasto
y perseguir otras mascotas, al menos eso es lo que yo quería creer.
Al llegar a la veterinaria junto con mi esposa fue inevitable comenzar a llorar, era
imposible no sentir como se me partía el corazón y cómo me dolía hasta el alma
mientras se ultiman los detalles con la funeraria, dimos inicio a ese proceso de
humanidad tan difícil de sobrellevar.
Mientras la anestesia hacía efecto cubrimos su pelaje con lágrimas y caricias,
decíamos nuestras últimas palabras de amor sintiendo su corazón aun latiendo y
su cuerpo caliente, su respiración se hacía cada vez más lenta y sus pupilas
dilatadas viendo a la nada me llenaban de dudas ¿si fue lo correcto?, mi esposa
estaba inconsolable, para nosotros era como perder un hijo, un hijo con una vida
difícil y sin ser el culpable de sus limitaciones físicas, pasó una hora entre llanto,
pensamientos y recuerdos hasta que sus latidos se detuvieron, entonces
entendimos que era momento de irnos, mi esposa lo arropó con la misma cobija
que le poníamos para dormir y dándole el último beso salimos de ese lugar.
Cuando volvimos a casa al abrir la puerta todo estaba en silencio, ni siquiera Kira
corría para saludarnos y era inevitable ver hacia el lugar donde estaba la cama-
de Jagger y más doloroso aún era ver la cama vacía, cuando recibimos a mi hijo
de regreso lo primero que hizo al entrar a casa fue preguntar ¿dónde está mi

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Jagger?, ¿cómo le explicas a un niño de apenas 3 años que su mascota no va a
volver?
Decidimos decirle que ya estaba corriendo en el cielo y que era muy feliz,
también lloró junto a nosotros por un largo rato.
Una semana después llegaron a nuestra casa sus cenizas dentro de una casita de
madera, también un recordatorio con la foto que habíamos elegido y unas
palabras de consuelo en el escrito, mandamos a hacer un cuadro con la misma
foto que elegí para la portada de este libro, esa foto que da la impresión de que
sonreía y es la manera en la que me gusta recordarlo, situamos sus cenizas junto
con su recordatorio frente al balcón de nuestra casa donde llega la luz del sol y se
puede observar los atardeceres que nos regala la vida, aunque prefiero pensar
que Jagger corre libre donde quiera que se encuentre y lo que tenemos en la
casita de madera no son más que cenizas, quiero que esas cenizas nos
acompañen por el tiempo que nos quede.
Dicen que con el pasar de los días la pérdida y el dolor van quedando atrás, todo
va sanando poco a poco y van siendo bonitos recuerdos que retornan en
reuniones familiares o simples conversaciones a la hora de la cena. Han pasado
meses desde aquel día y yo aún me quedo en el balcón de mi casa viendo las
nubes, extrañando a mi Jagger, viendo sus fotos, sus tantos vídeos,
preguntándome si en otra vida volveremos a encontrarnos, si fue lo correcto, si
fue suficiente lo mucho o poco que pudimos hacer, aun mi hijo me pregunta por
él, guarda juguetes y dulces que asegura que son para compartir con Kira y
Jagger, que lo ve correteando en las nubes.
Mi esposa todavía llora de nostalgia al ver las fotos de Jagger, pasa ratos sentada
junto a sus cenizas, igual que cuando compartían esas tardes juntos y su voz se
rompe cuando lo traemos de vuelta en nuestros temas de conversación.
Realmente no sé si algún día su ausencia deje de doler o si tal vez duela menos,
pero estoy seguro de que haberlo recibido en nuestro hogar fue la mejor
decisión, desde ese momento nuestra vida cambió, fuimos capaces de amar y
luchar juntos por un mismo propósito y en nuestra lucha tocamos muchos más
corazones que espero se hayan conmovido con su historia y tengan una mejor
visión en lo que se refiere a tener una mascota en casa, que es más que solo darle
de comer es, aceptar un alma gemela, un guía o un guardián, una compañía, un
amor para toda la vida.

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Carta de despedida
Tengo fe de que, en algún rincón del universo, en algún punto de la historia, en
una próxima existencia, volveremos a encontrarnos y correrás libremente,
jugaras, serás feliz sin nada que te lo impida y solo entonces mi alma sanará, se
llenara este vacío que hoy dejas en mí, mi corazón volverá a estar completo, ya
que hoy queda roto.
Tengo fe de que en otra vida las cosas serán diferentes, por ahora vuela alto mi
angelito, vuela lejos y que este amor que fue lo único que te pude ofrecer nos
vuelva a reunir.
Te recordaré con ternura, con alegría, con ilusión, con amor y con un poco de
tristeza, donde quiera que estés llevaras siempre una parte de mí, de mi familia y
de las tantas personas que tuvieron la fortuna de conocerte, gracias por haber
llenado nuestras vidas con tu existencia y aunque tu paso por esta tierra fue
corto, fue la experiencia más bonita de todas, dibujaste un mundo de mil colores
a tu paso y nos dejas miles de momentos que nos acompañaran por el resto de
nuestros días. Espero que tu brillo me sirva de guía en los momentos que me
sienta solo, cuando necesite de tu compañía, cuando la nostalgia nuble mis
pensamientos, cuando necesite ser fuerte y seguir caminando, recordaré que lo
diste todo hasta el final y con una sonrisa seguiré mi camino hasta que pueda
verte de nuevo.
Con amor para mi hijo de cuatro patas.

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