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INFORMACIÓN

EL ARTE PARAGUAYO EN EL SIGLO XX

El arte no se puede definir con una sola frase debido a que, a lo largo
de la historia, han surgido diversos movimientos y acontecimientos que
cambiaron el rumbo de las cosas, ya sea políticos, sociales o morales.

En el caso del Paraguay, la historia del arte fue diferente al de las


otras regiones de Sudamérica y Europa en general. Eso es, más que nada,
por haber sobrevivido a dos guerras que devastaron a la economía nacional y,
especialmente la Triple Alianza, fue el conflicto bélico que casi ocasionó la
desaparición total del país.

El arte no se puede definir con una sola frase debido a que, a lo largo
de la historia, han surgido diversos movimientos y acontecimientos que
cambiaron el rumbo de las cosas, ya sea políticos, sociales o morales.

En el caso del Paraguay, la historia del arte fue diferente al de las


otras regiones de Sudamérica y Europa en general. Eso es, más que nada,
por haber sobrevivido a dos guerras que devastaron a la economía nacional y,
especialmente la Triple Alianza, fue el conflicto bélico que casi ocasionó la
desaparición total del país.

La década del 10 y las bases del arte nacional

Durante la década del 10, un pintor italiano llamado Héctor da Ponte,


contribuyó a formar a diferentes artistas del país. Asimismo, los primeros
becarios que estudiaron por Europa y Buenos Aires, retornaron al suelo
paraguayo para deleitar al pueblo con sus espectaculares pinceladas.

Sin embargo, los paraguayos estaban en constante crisis por cuestiones


políticas y económicas, por lo cual les era imposible apreciar las
maravillosas obras que traían estos artistas. Pero esto sirvió para que el
país pudiese recuperar su identidad cultural y prescindir un poco de las
influencias extranjeras.
Entre los artistas que podemos mencionar de este periodo se
encuentran Samudio, Carlos Colombo, Alborno y Delgado Rodas.

Tradicionalismo y género caricaturezco en los años 20

En esta década destacaron dos grandes artistas del medio: Julián de la


Herrería y Juan I. Solazabál. Ambos se dedicaban a distintas disciplinas pero,
aún así, contribuyeron a plantear nuevos puntos de vista y establecer las
bases de lo que sería el arte paraguayo de inicios del siglo XX.

Julián de la Herrería era un pintor quien, en 1920, expuso sus obras en


Asunción con planteamientos posimpresionistas. Tiempo después, se
interesó en la cerámica reflejando, así, las costumbres autóctonas de
Latinoamérica en general. Esto ayudó a que otros artistas se inspiraran en la
vida rural del país y plasmaran sus impresiones en sus cuadros.

Juan I. Solazábal, por su parte, se enfocó más en el género


caricaturesco. Esto lo llevó a trabajar en periódicos para retratar con sus
dibujos la vida cotidiana de los paraguayos. Si bien dicho género había sido
iniciado anteriormente por Miguel Acevedo, éste se vio interrumpido por la
crisis sufrida en el país por muchos años.

La tríada de pintores de los años 30

Los llamo así porque fueron tres los artistas que representaron al arte
paraguayo en la década del 30: Jaime Bestad, Wolf Bandurek y Andrés
Guevara.

A pesar de que en este periodo surgió la Guerra del Chaco y el cambio


de partidos políticos al mando, los artistas pudieron dar su aporte a la cultura
nacional para evitar que se quedaran estancadas con las mismas tendencias
de inicios del siglo XX.

De los tres, Jaime Bestard era el más “tradicionalista” en cuanto a su


técnica artística. Si bien ya se presenciaba influencias de movimientos
europeos como el posimpresionismo, algunas de sus obras poseían
características abstractas y que, aún en esos años, todavía no se
desarrollaron por completo en el país.

Bandurek, por su parte, era un pintor polaco que huyó de la alemania


nazi y se refugió en el país. Esto hizo que sus obras se vieran reflejadas el
horror de una guerra sangrienta, a la vez que transmitía sus valores y
sentimientos en un entorno desconocido y a la vez familiar con respecto a
situaciones trágicas de toda nación en guerra.
En cuanto a Guevara, este artista pasó gran parte en el extranjero y
trabajó para importantes periódicos con sus espectaculares dibujos. En su
mayoría, cada obra estaba impregnada por el costumbrismo paraguayo y la
imagen que tenemos de la cultura sudamericana en general.

Inclusión y movimientos pictóricos de la década del 40

En una sociedad conservadora y machista, era poco frecuente que una


mujer se dedicara al arte. Tal es el caso de Ofelia Echagüe Vera quien,
enfocándose plenamente en lo pictórico, se dedicaba a retratar figuras
femeninas y centrarse en el desnudo. Sus obras eran blanco de escándalos,
aunque fue un factor principal para que las mujeres comenzaran a incursisonar
en el arte.

Por otro lado, estaba Roberto Holden Jara y su interés en la cultura


indígena. Durante la guerra del Chaco, realizó retratos de nativos para
plasmarlos en sus pinturas, contribuyendo así no solo al arte en el país sino al
estudio etnográfico de las distintas parcialidades indígenas.

Surgimiento del grupo “Arte Nuevo” en los cincuenta

Durante la década del 50, un grupo de artistas expusieron sus obras en


una calle del país y generaron diversas reacciones ante una sociedad
conservadora y más acostumbrada al arte académico. Dicha agrupación se
autodenominó “Arte Nuevo” y sus integrantes fueron Josefina Plá, Olga Blinder,
José Laterza Parodi y Lilí del Mónico. Más tarde se les unirían Edith Jiménez,
Leonor Cecotto, Francisco Torné Gavaldá, Hermann Guggiari, Pedro Di Lascio
e Ignacio Núñez Soler.

Todos estos artistas se enfocaron en cambiar el lenguaje estético del


país, mostrando obras que se amoldaban a diversas técnicas artísticas
provenientes de Europa y Estados Unidos. Aún a pesar del inicial rechazo que
tuvieron de las demás personas, ellos moldearon sus respectivos estilos y
fueron impulsores de las nuevas formas que surgirían en las décadas
posteriores.

Grupo “Los Novísimos” en los años sesenta

Gracias a que el grupo “Arte Nuevo” abrió un nuevo camino en la historia


del arte paraguayo, los artistas de la década del 60 se enfocaron en desarrollar
el arte naif, el abstraccionismo y otros movimientos artísticos que ya habían
sido tendencias en otras regiones.

Entre ellos se encuentran “Los Novísimos”, quienes estaban


conformados por cuatro grandes artistas de esa época: William Riquelme,
Enrique Careaga, Ángel Yegros y José Antonio Pratt Mayans. Si bien también
buscaron un lenguaje propio, a diferencia del grupo “Arte Nuevo”, estos artistas
ya surgieron en un entorno amigable y sensible a las diferentes
manifestaciones artísticas.

La pintura, el dibujo, el grabado y la escultura en los setenta

La mitad del siglo XX se vio marcada fuertemente por la pintura. Esto


cambia en el transcurso de los años 70, en donde muchos artistas decidieron
probar otras técnicas como la escultura y el grabado. Asimismo, algunos
nombres fueron añadidos a la entonces corta lista de artistas paraguayos y se
enfocaron en brindarle un nuevo estatus a la cultura nacional.

En el ámbito del grabado podemos mencionar a Osvaldo Salerno, Edith


Jiménez y Carlos Colombino, siendo este último en innovar dentro del arte
con el surgimiento de la xilopintura. Asimismo, la artista Olga Blinder
incursiona en este campo reinterpretando las figuras ya trabajadas en décadas
anteriores.

En cuanto a los dibujantes, éstos recuperaron su valor en el arte


paraguayo y surgieron grandes talentos como Jenaro Pindú, Luis Alberto Boh,
Joel Filártiga y Susana Romero. En un inicio sus obras eran de un realismo
extremo para, luego, pasar por formas más intelectuales.

Y, por último, no debemos olvidar la escultura que, lastimosamente, fue


vedada en la cultura paraguaya. Entre los escultores más destacados se
encuentra Hugo Pistilli quien, al poseer la habilidad de brinda vida a sus
esculturas de hierro, fue apodado en más de una ocasión como “El poeta del
metal”. Otro escultor de la époda fue Herman Guggiari, el cual se interesó por
temas más dramáticos plasmados en sus esculturas.

Fotografía y medios audiovisuales como manifestaciones artísticas en los


80

A diferencia de los demás países de Sudamérica, en Paraguay apenas


se había desarrollado los medios audiovisuales. Sin embargo, hubieron
artistas como Juan Carlos Magnelia, quienes se interesaron en el sector
cinematográfico y realizaron cortometrajes memorables y lo suficientemente
significativos para marcar sus pasos en la historia del arte nacional.

Asimismo, la fotografía también incursionó en el arte


contemporáneo paraguayo mediante las producciones fotográficas artísticas
de Fernando Allen quien, a finales de los 80, logró dar un salto del diseño al
arte.

Surgimiento de “El Aleph” en los noventa

Luego de la caída de la dictadura, el Paraguay pasó por una


transición democrática en los noventa, surgiendo así diferentes
manifestaciones artísticas que se volcaron por completo al arte
contemporáneo.

Aquí surgió un nuevo grupo llamado “El Aleph”, cuyos integrantes se


alejaron por completo de las técnicas y formas tratadas en décadas
anteriores para centrarse en el arte objetual y el montaje de instalaciones.
Entre ellos podemos mencionar a Marite Zaldívar, Carlos Spatuzza, Engelberto
Jiménez, Fátima Martini, Marcos Benítez, Mónica Gonzáles y otros.

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