Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
IES AL-BAYTAR
b) Según los informes realizados por el Consejo del Poder Judicial entre los
ocho años comprendidos entre 2008 a 2016, 57 hombres murieron
asesinados por sus parejas en nuestro país. Aclarar, en primer lugar, que
esas parejas no eran solo mujeres. El número superior de asesinatos de
hombres en la vida conyugal de pareja se produjo entre hombres, es decir,
de hombre a hombre. Por desgracia, en las parejas de un mismo sexo
también hay malos tratos(*). A este tipo de violencia se la denomina
violencia intragénero. No existe en nuestro país una ley específica de las
relaciones de pareja homosexuales en este sentido. A su vez, en este
mismo periodo el número de mujeres asesinadas por sus parejas fue de
485. La inmensa mayoría de esos asesinatos los acometieron hombres. Esta
gran diferencia estadística es lo que hace que se proteja especialmente
a las mujeres con leyes específicas. Es una violencia real de la que los
hombres no agresores deben de dejar de ser cómplices a través de su
silencio, su negación y la no aceptación de la misma. Sería como negar el
maltrato infantil y eso no se le ocurre a nadie, por ello, esa violencia también
tiene una legislación específica para que se proteja especialmente a las niñas
y los niños de todo el mundo.
vigente haría que los asesinatos y las agresiones alcanzaran unos niveles
mucho más elevados.
Es cierto que esto es otro de los falsos bulos que el negacionismo quiere
hacer creer para que desaparezca o se cambien las leyes que ya tenemos
en este sentido, al igual, que es muy importante dejar claro que estas leyes
no suponen ninguna discriminación hacia el hombre, igual que las leyes
que protegen a menores tampoco suponen ninguna discriminación para los
adultos.
Por ello, hay que saber también que la Ley de Violencia de Género no
vulnera la presunción de inocencia del hombre. Este argumento se
sostiene en la mentira de que, si una mujer denuncia a su pareja por violencia
de género, este pasará inmediatamente a ingresar en los calabozos de la
Policía. Nada más lejos de la realidad.
Con todos estos datos queda más que demostrado que estamos ante uno de
los grandes bulos extendidos por los negacionistas en relación con la
realidad verdadera de la violencia de género.