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Demócrito.
“Pero Jesús, bien mirado, no tenía en el mundo a nadie, salvo la
familia, de la que se había alejado y de la que anda olvidado, excepto
de su madre, que para eso es siempre la madre, la que nos dio el ser y
a la que algunas veces en la vida nos hemos visto tentados a decir...”.
Dice Saramago en su Evangelio según Jesucristo y con en base de
estas palabras podemos iniciar la disertación.
EL VERBO.
El mito del verbo es un más desconcertante. Tal vez el Papa nos pueda
orientar: “Con la encarnación del verbo, Dios se hizo hombre, y
así el Dios invisible se hizo visible” (Cf. Juan Pablo II, homilía 2-
marzo-97); Dios llevaba a cabo la creación por medio del Logos
¿Qué significa esto? ¿Es que Dios estaba representado por la
palabra?, recordemos que en el antiguo testamento cuando hay
contactos con Dios, es referido como “Dios le respondía en voz” (Cf.
Deut 4:12), así que Dios era una voz o verbo. Y como el mandamiento
decía que no se representara a Dios pues no tenía forma, ni cara, ni
aun su nombre debería de ser nombrado y solo se usaba el tetragrama
“YHWH” lo dice en exodo 3:13 “Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego
yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha
enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?,
¿qué les responderé? Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY
(YHWH) Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a
vosotros. Además, dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel:
Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac
y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para
siempre; con él se me recordará por todos los siglos”.
“Que te sirva toda la creación, porque lo mandaste y existió,
enviaste tu aliento y la construiste, nada puede resistir a tu voz”
Jdt 16,14. Esto está escrito en el Salmo 33: “Por la palabra de Yahvé
fueron hechos los cielos, por el aliento de su boca todos sus ejércitos.
El Padre es persona como Origen de todo conocer y de todo amor; el
Hijo es persona como Palabra que expresa-casi como una definición-
ese abismo de amor original; el Espíritu Santo es persona como
comunicación pura de conocimiento y de amor que une en sí mismo el
Origen y la Palabra.
Cuando se afirma que las tres personas divinas del Dios Uno y Trino
son iguales y distintas, la palabra distinta hace referencia no solo a que
el Padre no es el Hijo, ni este el Padre ni ninguno de los dos el Espíritu
Santo, sino que esta distinción está referida al modo de ser persona,
distinto en cada una de las tres personas de la Trinidad. Y la llave de
esta unión es el Amén.
El Padre es persona como Origen de todo conocer y de todo amor; el
Hijo es persona como Palabra que expresa ese amor original y
el Espíritu Santo es persona como comunicación pura de conocimiento
y amor. JESUS ES EL VERBO ENCARNADO
Dios hora se representa como Jesús, con pelo largo y cara europea,
obviamente no era así, ni siquiera parecido a su rostro real (¡si en
verdad tuvo uno ¡) ya que sus facciones serian más parecidas a las de
un palestino actual.
Antiguamente el rostro de dios no podía ser visto y solo era escuchada
su voz, como lo señala en éxodo 3:5 “No te acerques aquí; quítate las
sandalias de los pies, porque el lugar donde estás parado es tierra
santa. Y añadió: Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el
Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro,
porque tenía temor de mirar a Dios”.
Retomando la primacía del verbo es fundamental recordar que la
diferencia del humano entre los animales es la de poder tener el
manejo del lenguaje. “El animal piensa, pero no razona”. El hombre es
el único ser en toda la creación visible que no sólo es capaz de saber,
sino que sabe también que sabe, y por eso se interesa por la verdad
real de lo que se le presenta.
Así las cosas, el significado es aquello que aprendemos... cuando
aprendemos el significado de una palabra. Y eso lo alcanzamos,
aprendiendo la regla de uso de cada palabra en contextos específicos.
Esos contextos se conforman como diferentes juegos lingüísticos
anclados en correspondientes formas de vida.
En el libro del Génesis de la Biblia, en una linda alegoría, podemos ver
como los hombres al tener una misma lengua, todos estaban de
acuerdo y quisieron construir una gran torre (la de Babel) que llegara
hasta el cielo, pero Dios les confundió las lenguas y no pudieron llevar
a cabo su plan, al no poderse entender.
El poder de la palabra es tanta que se le dio significados mágicos y
rituales, poderosas palabras para invocar demonios, hacer hechizos, y
hasta para poder desaparecerse o poder levitar, frases repetitivas que
permiten entrar en estados de éxtasis o poder “viajar a otros mundos”
Son los ojos de la mente, que nos permiten ver hacia nuestro interior,
y es esa maravillosa voz que nos habla del mundo de nuestros
sentimientos y emociones, la que nos enseña el cómo somos y el cómo
seremos, la que nos dice también que un día moriremos; la que nos
habla del universo y de que no todo está perdido, porque en un futuro
atemporal, saldremos a conquistar otros mundos. Pero que también
nos enseña cómo lidiar con nuestro inconsciente y como sobre llevar
esta vida, a pesar que este cargada de malas experiencias en nuestra
niñez y como superarlas.
Pero ¿De dónde surge este ser, nace o se hace, es temporal o es
eterno, se desarrolla con nosotros o nosotros nos desarrollamos con
él?
Realmente este es un viaje interior y es la aventura del héroe; es el
periplo que todo iniciado ha concluido al dominar su ser y tener un
encuentro cara a cara con Dios. Es Buda, Jesús, Mahoma o el incognito
místico encerrado en su cueva. Es Zaratustra saliendo de la cueva
hablando sobre las tres transformaciones del hombre.
LA ONTOLOGIA.
¿Realmente existe el Ser o solo es un producto filosófico o tal vez
metafísico? Y ¿dónde radica este y cuál es su origen?
¿Materialismo o idealismo?
Aristóteles:
"Demócrito dicen que son elementos lo Pleno y lo Vacío, a uno de
los cuales llaman Ente, y al otro, No-ente; y, de éstos, piensan que
lo Pleno y Sólido es el Ente, y loVacío, el No-ente (por lo cual dicen
también que el Ente no es en mayor medida que el No-ente, porque
tampoco el Cuerpo es en mayor medida que lo Vacío), y que
éstas son las causas materiales de los entes. Y así como los que
afirman la unidad de la substancia subyacente generan las demás
cosas mediante las afecciones de ésta, poniendo lo Raro y lo Denso
como principios de las afecciones, del mismo modo estos dicen que las
diferencias son causas de las demás cosas. Pero enseñan que estas
diferencias son tres: la Figura, el Orden y la Posición.
Afirman, en efecto, que el Ente difiere sólo por la proporción, el
contacto y la colocación. Y de estas diferencias, la proporción es la
figura, el contacto es el orden y la colocación es la posición. Pues la A
difiere de la N por la figura, y AN de NA por el orden, y Z de N por la
Posición. Pero, en cuanto al movimiento, de dónde y cómo lo tendrán
los entes, también éstos, como los otros, lo omitieron
negligentemente. Hasta este punto, según decimos, parecen haber
Llegado las investigaciones de nuestros antecesores sobre las dos
causas diga por eso que también es así en las cosas primeras, de
suerte que ni el Uno en sí sería un ente. Pues también aquí son
perfectos los principios de los que proceden estas cosas; un hombre,
en efecto, engendra a un hombre, y no es el semen primero".
Heidegger:
"El alma (del hombre) es en cierto modo Ente; el alma, que es
constitutiva del ser del hombre, descubre, en las maneras de ser de la
ἡψυχὴ τὰ ὄντα πώς ἑστιν todo. Ente, en lo que respecta al hecho de
que es y a su ser así, lo descubre siempre en su ser. Esta frase, que
remite a la tesis de Parménides…La problemática de la ontología
griega, como la de cualquier otra ontología,
Es que debe tomar su hilo conductor en el Dasein mismo. El Dasein,
es decir, el ser del hombre, queda determinado en la definición
vulgar, al igual que en la filosófica como el viviente cuyo ser está
esencialmente determinado por la capacidad de hablar. Es el hilo
conductor para alcanzar las estructuras de ser del ente que comparece
cuando en nuestro hablar nos referimos a algo [Ansprechen] o
decimos algo de ello [Besprechen]. Por eso, la ontología antigua, que
toma forma en Platón, se convierte en dialéctica. Con el progreso de la
elaboración del hilo inductor ontológico mismo, de la
hermenéutica, crece la posibilidad de una comprensión más radical del
problema del ser.
La dialéctica, que era una auténtica perplejidad filosófica, se torna
superflua. Por esto (Aristóteles) no tenía ya comprensión para ella [no
la aceptaba] justamente porque, al ponerla sobre un fundamento más
radical, la había superado. El mismo y, correlativamente, la
aprehensión simple de lo que está ahí en su puro estar ahí, que ya
había sido tomada por Parménides como guía para la interpretación del
Ser tiene la estructura temporaria de la
pura presentación de algo. El Ente que se muestra en y para ella, es
entendido como el Ente propiamente dicho, recibe, por consiguiente,
su interpretación por referencia al presente, es decir, es concebido
como presencia". (Heidegger. Ser y tiempo)
SIMPLICIO.
Según cuenta Alejandro, Teofrasto en el libro primero de su
Física, lo expone así el razonamiento de Parménides: "lo exterior al
ente no es; el no ente nada es: por consiguiente, el ente es
uno". Y Eudemo así: "lo exterior al ente no es, y además, el ente se
predica de una sola manera: por consiguiente, el ente es uno" No
puedo asegurar dónde Eudemo escribió esto, pero en la Física escribe
frases semejantes sobre Parménides, además de las que procuró
reunir para eítarlas.
No parece que Parménides pruebe que el ente es uno, ni que
demuestre que el ente se predica de una sola manera, ni que por ello
el ente no se afirme de todas las cosas, como hombre respecto de los
hombres. En cada una de las razones definidas está la razón del ente,
totalmente una y la misma, como la de viviente en los vivientes. Pero
si todas las cosas fueran seres bellos, y no fuera perceptible lo que no
es bello, ciertamente todas las cosas serían bellas y lo bello.
ARISTOTELES.
De esta manera, definimos un todo como aquello de lo cual nada falta;
Un hombre es un todo o cofre [hermético l. Pero si le falta algo
que es precisamente del todo, ya no es un todo. Aunque no todo lo
que acaso pierda implica pérdida del ser todo. Todo y terminado tienen
la misma, o casi la misma, naturaleza. Nada está terminado si no tiene
término [télos l, y el término es un límite [péras l. Por esto Parménides
habló con más acierto que Meliso, pues éste decía que el todo es
ilimitado
[ápeiron l, mientras que aquél decía que el todo se termina "desde el
centro por igual no sería uno sino múltiple (pues será bello el calor o la
aplicación o un aspecto cualquiera), y así sin duda todos los seres lo
serán, pero no uno ni el mismo. Si el agua es uno, el fuego será otro.
Pero ciertamente nadie sería capaz de aceptar los increíbles
razonamientos de Parménides y dejarse engañar por ellos, ni nunca los
podría explicar (pues ninguno predicaba el ente de maneras variadas
ya que Platón fue el primero que explicó lo doble, ni fortuitamente de
la misma sola manera); y sobre esto parece engañarse. Recogió
Eudemo, de entre los razonamientos y objeciones, éstos, así como la
manera de razonar, pues no reunió sino lo que le pareció necesario.
Mientras que los antiguos lo creyeron sin demostración”.
PLUTARCO-
Parménides niega ambas naturalezas de lo inteligible y de lo sensible,
pero ambas las admitió al reponerlas en la idea de lo uno y del ente,
comprendida en lo inteligible, el cual ciertamente es perpetuo e
incorruptible, mientras que la diferencia de determinaciones se da con
lo semejante y desemejante a sí mismo, ya que lo sensible es
radicalmente desordenado; así el criterio propio de lo inteligible es
"tanto... bien redondeada", Y es según ello igualmente como
comprende "como
... verdadera" porque es al ocuparse de los hechos cuando se soportan
las diversas variaciones, accidentes y desemejanzas.
Parménides.-
Nació en Elea, en Lucania, Italia. Elea está situada a 40 kilómetros al
sur de Paestum, apoikía fundada por síbaris en la primera mitad del
siglo -VII, llamada entonces Posidonia, Elea fue fundada por los
focenses de Alalia (en Córcega) al caer esta ciudad en poder de los
cartagineses, en -540. Fue fundada sobre la base de un poblado ya
existente, llamado Velia. Servía de punto de apoyo para el comercio de
Focea con Massalia. La Fecha de nacimiento de Parménides constituye
un problema, por un la de Diógenes Laercio afirma, siguiendo muy
probablemente a Apolodoro, que la Akmé (la cima) de Parménides
tuvo lugar en la olimpiada 69 (504 - 500 AC.) Como la Akmé es
alrededor de los 40 años, esto nos lleva a fijar la fecha de nacimiento
de Parménides hacia el año 540 A.C., es decir, en la época de la
fundación de Elea. Por otra parte, Platón hace venir a Parménides de
Atenas a los 65 años, acompañado de Zenín. En esta visita a Atenas
habría tenido un encuentro con Sócrates, que era por entonces "muy
joven" (sphódra néos). Ahora bien, es seguro que Sócrates nació entre
470 y 469 AC. Si era "muy joven" al encontrarse con Parménides y
Zenón, este encuentro tiene que haber tenido lugar hacia 450/445. Por
consiguiente, Parménides habría nacido entre 515 y 510 AC. Ver
Platón, Parménides 127 A-C; Teetetos 183 E y Sofista 217 C. Fijaremos
como fecha posible de nacimiento de Parménides el año 515 AC. Su
muerte debe haber ocurrido hacia 446 AC. Es decir, Parménides ocupa
la primera mitad del siglo V, el más glorioso de Grecia. Aristóteles nos
transmite el dato de que Parménides habría sido discípulo de
Jenófanes (Metafísica A, 5, 986 b 22). Otro tanto podemos deducir de
una frase de Platón en el Sofista (242 D) Por otra parte se dice que
Parménides fue compañero de un pitagórico, llamado Ameinias, y que
este habría convertido a Parménides a la filosofía. Estragón pone a
Parménides y Zenón entre los pitagóricos y Cebes habla de un modo
de vida parmenídeo y pitagórico. Participó en la política su ciudad natal
y según Speusipo, dio las leyes a estas. Se dice que los magistrados de
Elea hacían jurar todos los años a los ciudadanos que guardarían las
leyes que Parménides les había dado.
El Poema: Como casi todas las obras de los primeros presocráticos, el
libro de Parménides se titula "Peri pýseos". Parece haber sido escrito
entre 480 y 475 AC. Se trata de un poema filosófico en verso
hexámetros de los que una buena parte ha llegado hasta nosotros.
El poema consta de un proemio o introducción y de dos partes. La
primera de éstas, la mejor conservada, (se supone que se conservan
9/10 del original) trata de la "Alétheia" o Verdad. La segunda (de la
que sólo se conserva, al parecer, 1/10 del total) versa sobre el parecer
o la "Doxa".
“POEMA DEL SER
Parménides de Elea…
Proemio
Presentación
3*
Pues una misma cosa es la que puede ser pensada y puede ser.
6
Necesario es que aquello que es posible decir y pensar, sea. Porque
puede ser, mientras que lo que nada es, no lo puede. Esto te pido
consideres. De este primer camino de busca, pues, te aparto, pero
también de aquel por el que mortales que nada saben yerran
bicéfalos, porque la inhabilidad dirige en sus pechos el errante
pensamiento, y así van y vienen, como sordos y ciegos, estupidizados,
raleas sin juicio, para quienes es cosa admitida que sea y no sea, y lo
mismo y no lo mismo, y de todas las cosas hay una vía de ida y vuelta.
2.- El ser es Eterno, porque, o proviene del ser, o proviene del no-
ser. Si decimos que proviene del ser, entonces no proviene en verdad,
pues lo que del ser proviene ya es. Y si dijéramos que proviene del no-
ser, habría una contradicción. Por tanto el ser nunca ha empezado a
ser, es Eterno.
“8,10 antes o después, siendo precedido por la nada, a nacer?
Así, pues, es necesario que absolutamente exista o no.
Ni nunca la fuerza protectora de la buena fe dirá que él no ente nazca
algo desde él. Por lo cual ni que nazca ni que parezca el ente permite
la Justicia aflojando las cadenas”.
Fragmento 6.
Pues es pensarlo lo mismo que serlo.
Necesario es decir y saber que el Ente es.
Pues es Ser pero Nada no es. Te intimo a que todo esto pienses. Y
primero de esta vía de indagación yo te aparto, pero luego también de
aquella por donde los mortales que nada saben van errantes,
bicéfalos: pues el desconcierto en sus pechos dirige el errabundo noûs.
Arrastrados, sordos a la vez que ciegos, estupefactos, masas indecisas
para quienes ser y no ser son lo mismo y no lo mismo, y el sendero de
todo es re vertiente.
Pues nunca esto dominarás: Ser los No Entes.
8,1 Ya sólo un mito como camino queda: lo que es. Y en éste hay
indicios numerosos de que el ente es inengendrio e imperecedero,
pues es completo e inmóvil y ya ahora perpetuo.
8,5 Ni fue ni será, ya que es ahora todo al mismo tiempo, uno,
continuo. Pues, ¿qué nacimiento le buscarías? ¿Cómo, de dónde
creciera? No permitiré que del no ente digas ni pienses; pues ni
expresable ni pensable es que no es. ¿Pues quién acaso y qué
necesidad le impulsaría
8,10 antes o después, siendo precedido por la nada, a nacer?
Así, pues, es necesario que absolutamente exista o no.
Ni nunca la fuerza protectora de la buena fe dirá que él no ente nazca
algo desde él. Por lo cual ni que nazca ni que parezca el ente permite
la Justicia aflojando las cadenas.
8,15 sino que lo mantiene. Sobre ello la decisión ha de ser: o es o no
es. Pero ya se determinó, como manda la necesidad, abandonar el que
ciertamente es impensable e innominado (pues no es verdadero
camino), para seguir el que es progresivo y real.
Pues, ¿cómo podría destruirse el ente? ¿Y cómo habría podido
nacer?
8,20 Pues si hubo de nacer, no es, ni tampoco si empieza a ser.
Así, el nacimiento y la enigmática destrucción se desvanecen.
Ni es divisible, pues es todo idéntico; ni en un aquí es más fuerte.
Pues ello le impediría ser extenso, ni menos fuerte, pues todo está
lleno por el ente.
8,25 Así es totalmente de modo continuo, pues el ente con el ente se
toca.
Luego, inmóvil dentro de los límites mantenidos por grandes cadenas,
es sin inicio, perpetuo. Dado que el nacimiento y la destrucción muy
lejos han sido relegados, pues la creencia verdadera los repudió.
El mismo en sí mismo permanece y por sí mismo se mantiene,
8,30 y así permanece inmutable en sí; pues la poderosa Necesidad
dentro del límite lo guarda con cadenas, lo sujeta alrededor.
Por ello, es ley que el ente no sea inacabado, pues no es carente de
algo, pues en tal caso carecería de todo.
Porque el pensar y lo que es pensado son lo mismo,
8,35 pues sin el ente, al cual se refiere, no hallarás el pensar; pues
nunca es o será un otro fuera del ente, pues el destino lo sujetó a
permanecer compacto, inmóvil. Así será nombre para todas las cosas,
tantas como los mortales confiados supusieron ser verdad:
8,40 nacer y perecer, estar y no ser, y cambiar de lugar, y mudar el
color aparente.
Por lo demás, ya que tiene un límite último, está acabado por todas
partes, parecido a la masa de una esfera bien redondeada, desde
el centro semejante en todo; pues ni mucho
8,45 ni poco le es necesario acercarse ahí o allí.
Pues ni hay no ente que le pudiera impedir llegar hasta lo semejante,
ni hay ente que del ente lo moviera ahí más, allí menos, ya que es
totalmente inviolable; pues es igual por todas partes, y gobierna sobre
sus límites.
8,50 Con esto para ti acabo ya el fidedigno discurso y la reflexión
sobre la verdad. Pero desde aquí las opiniones mortales aprenden,
comprendiendo por mis palabras el mundo engañador.
Pues los mortales se inclinaron a dar nombres a dos formas de
conocimiento, de las cuales una no es necesaria-en esto están
equivocados- separadamente de uno y otro: a, el etéreo fuego de la
llama que es dulce, muy sutil, en mismo por todas partes igual, pero
no igual al otro; y luego este otro, que es su contrario, noche oscura,
masa espesa y pesada.
8,60 Yo te explicaré el mundo de todas las cosas aparentes para que
nunca te venza ningún conocimiento de mortales
FRAGMENTO 9
Pero ya que todo fue luz y noche nombrado y éstas, Según sus
virtualidades [fueron atribuidas] a tales o cuales cosas todo lleno está,
a la vez, de luz y de noche invisible, ambas iguales, porque nada hay
allende estas dos.
FRAGMENTO 10
Conocerás la phísis etérea y en el éter todos los signos, y del
resplandeciente sol, pura antorcha, las obras devastadoras, y de
dónde llegó a ser.
Y las circulantes obras averiguarás de la luna de redondo eje y su
origen. Conocerás el cielo que retiene [todo] en torno, de dónde
emergió y cómo lo forzó impelente Ananke a retener los límites de los
astros.
FRAGMENTO11
Cómo tierra, sol y luna y éter común y celestial Vía Láctea y Olimpo
extremo y fuerza ardiente de los astros, fueron impelidos a llegar a
ser.
FRAGMENTO 12
Los anillos más estrechos se llenaron de fuego sin mezcla, los
siguientes, de noche; y de entre ambos se proyecta porción de llama.
Y en el medio de estos, la diosa que todo lo dirige, pues en todas
partes rige el doloroso nacimiento y la mezcla, enviando a lo masculino
lo femenino para mezclarse y, a su vez, contrariamente, lo
masculino a lo femenino.
FRAGMENTO 13
Primero de todos los dioses a Eros inventó.
FRAGMENTO 14
Noctiluciente, en torno a la tierra, errante, ajena luz.
FRAGMENTO 15
Siempre inquisidora mirando hacia los rayos del sol.
FRAGMENTO 15a
[La tierra es] acuarraigada
FRAGMENTO16
Pues al modo como cada cual tiene la mezcla de muy extraviados
miembros así el noûs está a disposición de los hombres. Pues lo mismo
es lo que reflexiona, phýsis de miembros para los hombres, para todos
y para todo. Pues lo más es el pensamiento.
FRAGMENTO 17
A la derecha los jóvenes, a la izquierda las doncellas...
FRAGMENTO 18
Cuando la mujer y el hombre mezclan juntos simientes de Venus, en
las venas la conformadora fuerza, de sangres diversas procedente,
guardando un justo equilibrio, plasma cuerpos bien dispuestos.
Pero si, al mezclarse las simientes, las fuerzas pugnan sin hacer una
sola, mezclados los cuerpos, funestas resultarán por su doble simiente
el naciente sexo.
FRAGMENTO 19
Así, pues, emergieron, según el parecer, estas cosas y ahora son, y, a
partir de aquí, habiendo madurado, acabarán.
A ellos los hombres nombre impusieron acuñado para cada cual.
Parménides.
3.- Vía de la Verdad:
«¡Ea! yo diré - y atesora la palabra escuchada- qué dos únicos caminos
de búsqueda hay que pensar: uno que «es» y que no es posible que
«no sea», es el camino de Persuasión, pues sigue a la Verdad.
Y el Otro, que «no es» y que es posible que «no sea», ese te diré que
es sin persuasión, impracticable; pues ni conocerías lo-que-no-sea,
pues no es alcanzable, ni lo podrías expresar».
PLATON.
Sartre.
La ontología es la parte de la filosofía (metafísica) que estudia el Ser.
Y Sartre hace de esta, una recomposición fenomenológica, para poder
explicar la nada: “Ser consciente es ser consciente de algo; la
dirección de la intencionalidad determina toda la estructura de la
conciencia”.
El proceso de vaciamiento que Sartre realiza de sus contenidos, nos
presenta a una conciencia irreflexiva; la conciencia no tiene que
ser consciente de su ser consciente de algo que la llevaría a un
infinito, sino que siempre está presente a algo que no es ella y de
esa manera es presente a sí misma, aunque siempre en la forma de
no ser algo.
La intención de Sartre, es evitar el dualismo sujeto/objeto en sus
variantes realista -el sujeto refleja la realidad- e idealista -el sujeto
construye la realidad-
Así como el optimismo hegeliano -la identificación del sujeto y el objeto
en un absoluto, la petrificación del para-sí en el en-sí-.
Para ello va establecer dos modos de existencia, elementos trans-
fenoménicos del objeto y del sujeto: el en-sí y el para-sí.
El en-sí es el ser de la apariencia, es de hecho la esencia, la masa
existencial del objeto sin fisuras.
En cambio, el para-sí: es lo que no es, es una nada, su ser es ser
libre. El para-sí de la conciencia es una falta de ser, no una falta de
ser. Es una nada extra-mundana que infesta al ser, que lo recorta,
pero como intención no sólo se proyecta sobre lo presente sino que
también lo hace sobre lo ausente, los lagos de no ser en el seno del
ser, las negatidades, que se tornasolan en lo objetivo.
A diferencia de Heidegger, la nada no anonada sino que es
anonadada, es nihilidad por el para-sí.
Sartre reemplaza con un nuevo dualismo aquello que cree superar.
Pero establece en el para sí una estructura que la aproxima al mundo,
la facticidad, estar en el mundo bajo alguna condición y la presencia a
sí, que no es la propia coincidencia del para sí, sino el equilibrio
inestable entre la identidad como cohesión absoluta de los actos de
conciencia, y la unidad, síntesis de la multiplicidad; el sí se abre para
aparecer detrás de un sujeto como una fisura impalpable.
La nada es el agujero del ser, por donde cae el en-sí y por el cual
se constituye el para-sí, es el acto ontológico, que da cuenta de la
perpetua degradación del en-sí, en el para-sí.
Al devorar el en-sí el para-sí se remite a sí, En esta operación se
genera la facticidad del para-sí, que permanece como una contingencia
original. El para-sí es el en-sí que se pierde como en-sí, para fundarse
como conciencia.
A partir de aquí Sartre intenta distintos itinerarios: a través de la
temporalidad, a través de la trinidad de la falta, el existente y lo
fallido; el valor; tratando de establecer una conciliación más profunda
entre el para-sí y el en-sí, hasta arribar al para otro. El aislamiento del
para sí genera una perspectiva solipsista, ya que se relaciona sólo con
cosas, realizando una transposición del para-sí a las categorías del en-
sí, pero a través del cuerpo comienza a dar cuenta de otra modalidad
del ser en el para-otro, ya que puede constituir un objeto para-otro y
viceversa.
Es por ello que a pesar de la crueldad aparente de la dialéctica entre el
para-sí y el para-otro, el nosotros al que se arriba, constituye una
solución hacia el en-sí, Inter-subjetiva.
Nunca estaremos seguros del ser y de lo que es ser, “pues mi
experiencia directa no es la de ser, sino la de haber sido: ¡el ser
tan huidizo y evasivo!, simplemente huye de nosotros, está fuera de
nuestro alcance”.
Pero por otra parte nos dice Marx:
Ahora te digo, prescinde de tu abstracción y así prescindirás de tu
pregunta, o si quieres aferrarte a tu abstracción, sé
consecuente,
y si aunque pensando al hombre y a la naturaleza como no existente
piensas, piénsate a ti mismo como no existente, pues tú también eres
naturaleza y hombre.
No pienses, no me preguntes, pues en cuanto piensas y preguntas
pierde todo sentido tu abstracción del ser de la naturaleza y el hombre.
¿O eres tan egoísta que supones todo como nada y quieres ser sólo
tú?
Sartre insiste: La existencia exterior es nada y ésta me aprisiona en mi
nada impenetrable, auto-inclusiva e indiferente Se ha olvidado así la
intuición de la existencia, en el hecho elemental de que nuestro cuerpo
es parte intrínseca del mundo exterior: ha sido devastada la evidencia
primerísimo de la existencia del ser.
La coherencia tenaz con la cual la filosofía moderna ha conducido
hasta el fondo el principio de inmanencia es tal, que en su marcha
hacia el nihilismo como puro activismo, espontaneísmo o esteticismo,
decisivamente se ha separado del pasado olvidando capítulos cruciales
del pensamiento humano. Los nombres de Fichte, Schelling, Hegel,
Nietzsche, Heidegger, Sartre o Foucault, sobran y bastan para
corroborar lo anterior. Fichte: "Mi ser es determinación del querer. Este
es todo mi ser". Schelling: "El espíritu es un querer originario. La
fuente de la autoconciencia es el querer".
En la última y suprema instancia no hay más realidad que el querer. El
querer es el ser originario y a él se aplican todos sus atributos:
profundidad abisal, independencia del tiempo, afirmación de sí mismo,
existencia autorreferente nunca idéntica a sí misma. La filosofía no
aspira a otra cosa que a encontrar esta suprema expresión.
Hemos dicho que "conocer" y "ser" son las dos caras de una misma
realidad, pero es preciso tomar el término ser únicamente en un
sentido analógico y simbólico, puesto que el conocimiento va más lejos
que el Ser; ello es así en el caso presente tanto cuando hablamos de la
realización del ser total, implicando esencialmente dicha realización el
conocimiento total y absoluto y no siendo en ningún caso distinta de
este conocimiento, en tanto que se trate del conocimiento efectivo y
no de un simple conocimiento teórico y representativo. Es este el
momento de precisar, siquiera sea mínimamente, la forma en que
debe ser entendida la identidad metafísica de lo posible y lo real:
puesto que todo lo posible es realizado por el conocimiento, esta
identidad universalmente considerada constituye propiamente la
verdad en sí, pues ésta puede ser entendida precisamente como la
perfecta adecuación del conocimiento a la Posibilidad total (2). Se ven
sin dificultad todas las consecuencias que pueden deducirse de esta
última observación, cuyo alcance es inmensamente mayor que el que
tendría una definición simplemente lógica de la verdad, pues nos hace
presente toda la diferencia entre el intelecto universal e incondicionado
(3) y el entendimiento humano con sus condiciones individuales, y
también, por otra parte, toda la diferencia que separa el punto de vista
de la realización del punto de vista de una "teoria del conocimiento".
La misma palabra "real", habitualmente tan vaga, incluso a veces
equívoca -y que lo es forzosamente para los filósofos que mantienen la
pretendida distinción entre lo posible y lo real- toma por ello un valor
metafísico completamente distinto al ser puesta en relación con el
punto de vista de la realización (4) o, para hablar de manera más
precisa, al convertirse en expresión de la permanencia absoluta, en lo
Universal, de todo aquello cuya posesión efectiva es alcanzada por un
ser mediante la total realización de sí mismo (5).
El intelecto, en tanto que principio universal, podría ser concebido
como el continente del conocimiento total, pero a condición de no ver
en ello más que una simple forma de hablar, pues situándonos
esencialmente en la "no-dualidad", el continente y el contenido son
absolutamente idénticos, debiendo ser, uno y otro igualmente infinitos,
y una "pluralidad de infinitos" es, como ya dijimos, una imposibilidad.
La Posibilidad universal que todo lo abarca no puede ser
comprehendida por nada, si no es por ella misma, y se comprehende a
sí misma "sin que, sin embargo, tal comprehensión exista en alguna
forma cualquiera" (6); así pues, no podemos hablar correlativamente
del intelecto y del conocimiento, en sentido universal, más que como
ya lo hicimos del Infinito y la Posibilidad, es decir, viendo en ello una
sola y misma realidad que consideramos simultáneamente bajo un
aspecto activo y bajo un aspecto pasivo, pero sin que esto suponga
ninguna distinción real.
No debemos diferenciar, en lo Universal, intelecto y conocimiento, ni,
por tanto, inteligible y cognoscible: siendo inmediato el conocimiento
verdadero, el intelecto no es rigurosamente más que uno con su
objeto; es sólo en los modos condicionados del conocimiento, modos
siempre indirectos e inadecuados, donde ha lugar a establecer una
distinción, operando el conocimiento relativo no por el intelecto mismo,
sino por una refracción del intelecto en los estados de ser considerados
y, como ya hemos visto, es tal refracción la que constituye la
consciencia individual; pero, directa o indirectamente, siempre existe
participación en el intelecto universal en la medida que haya
conocimiento efectivo, sea bajo un modo cualquiera, sea al margen de
todo modo específico.
Siendo el conocimiento total adecuado a la Posibilidad
universal, no hay nada que sea incognoscible (7) o, en otras
palabras, "no hay cosas ininteligibles, hay solamente cosas
actualmente incomprensibles" (8), es decir, inconcebibles, no en sí
mismas y absolutamente, sino sólo por nosotros en cuanto seres
condicionados, es decir, limitados en nuestra manifestación actual a las
posibilidades de un estado determinado. Proponemos así lo que
podemos llamar un principio de "inteligibilidad universal", no como de
ordinario se lo entiende, sino en un sentido puramente metafísico y por
tanto más allá del dominio de la lógica en el que este principio, como
todos los de orden propiamente universal ( y que son los únicos que
merecen verdaderamente ser llamados "principios") no hallará más
que una aplicación particular y contingente. Quede claro que esto no
postula para nosotros ningún "racionalismo", sino al contrario, puesto
que la razón, esencialmente diferente del intelecto (sin cuya garantía
no podría ser válida), no es nada más que una facultad
específicamente humana e individual; hay pues necesariamente que
hablar, no de lo irracional" (9), sino de lo "suprarracional", y ésta es,
en efecto, una característica de todo lo que verdaderamente pertenece
al orden metafísico: lo "suprarracional" no deja por eso de ser
inteligible en sí, aunque no sea actualmente comprehensible para las
facultades limitadas y relativas de la individualidad humana (10).
Habría otra observación más que hacer y que es preciso tener muy en
cuenta para no caer en ningún error: como la palabra "razón", también
la palabra "consciencia" puede a veces ser universalizada por una
transposición puramente analógica, cosa que nosotros mismos hemos
hecho para traducir el significado del término sánscrito Chit (11); pero
tal transposición no es posible sino cuando se limita al Ser, como era
entonces el caso para la consideración del ternario Sachchidânanda
(12). Debe entenderse bien, no obstante, que incluso con esta
restricción, la consciencia así traspuesta no es ya de ningún modo
entendida en su sentido propio, tal como anteriormente la definimos y
tal como generalmente venimos utilizando esta palabra: en este
sentido no es -repitámoslo- más que el modo específico de un
conocimiento contingente y relativo, como contingente y relativo es el
estado de ser condicionado al que esencialmente pertenece; y si se
puede decir que es una "razón de ser": para un estado tal, sólo lo es
en tanto que participación, por refracción, en la naturaleza de este
intelecto universal y trascendente que es en última instancia y de
forma preeminente la suprema "razón de ser" de todas las cosas, la
verdadera "razón suficiente" metafísica que se determina a sí misma
en todos los órdenes de posibilidades sin que ninguna de estas
determinaciones pueda afectarla en lo más mínimo.
Esta concepción de la "razón suficiente", muy diferente de las nociones
filosóficas o teológicas en que se encierra el pensamiento occidental,
resuelve por otra parte de manera inmediata numerosas cuestiones
ante las que éste debe confesarse impotente, y las resuelve mediante
la conciliación de los puntos de vista de la necesidad y de la
contingencia; estamos aquí, en efecto, más allá de la oposición
necesidad-contingencia entendidas en su acepción ordinaria (13); pero
algunas aclaraciones complementarias quizás puedan resultar de
utilidad para comprender por qué este problema no ha de plantearse
en metafísica pura.
NOTAS:
(1). Taittîriyaka Upanishad, 2º Vallî, 1º Anuvâka, Shloka 1.
(2). Esta fórmula concuerda con la definición que Santo Tomás de
Aquino da de la verdad como adaequatio rei et intellectus; pero es, de
alguna forma, una transposición de ésta, pues hay que tener en
cuenta una diferencia capital: la doctrina escolástica se limita
exclusivamente al Ser, mientras que lo que nosotros decimos se aplica
igualmente a todo lo que está más allá del Ser.
(3). Aquí, el término "intelecto" es también transpuesto más allá del
Ser y, con mayor razón, más allá de Buddhi, que, aunque de orden
universal e informal, pertenece todavía al dominio de la manifestación
y por consiguiente no puede decirse incondicionada.
(4). Se observará el estrecho parentesco, que no tiene nada de
fortuito, entre las palabras "real" y "realización".
(5). Es esta misma pertenencia la que se expresa de forma distinta en
el lenguaje teológico occidental, al decir que los posibles están
eternamente en el entendimiento divino.
(6). Risâlatul-Ahadiyah de Mohyiddin ibn Arabi (véase L 'Homme et son
devenir selon le Vêdânta, cap. XV.
(7). Rechazamos pues formal y absolutamente todo "agnosticismo", en
el grado que sea; por otra parte, se podría preguntar a los
"positivistas", así como a los partidarios de la famosa teoría de lo
"Incognoscible" de Herbert Spencer, qué les autoriza a afirmar que
haya cosas que no puedan ser conocidas, y sería sumamente probable
que esta pregunta tuviese que quedar sin respuesta, tanto más cuanto
que algunos parecen, de hecho, confundir pura y simplemente
"desconocido" (es decir, en definitiva, lo que a ellos les es
desconocido) e "incognoscible" (véase Orient et Occident, 1ª parte,
cap. I y La Crisis del Mundo Moderno, pág. 82, ed. francesa).
(8). Matgioi, La Voie Métaphysique, pág. 86.
(9). Lo que va más allá de la razón no es por ello contrario a la razón,
que es el sentido que habitualmente se da a la palabra "irracional".
(10). Recordamos a este respecto que un "misterio", aun entendido en
su concepción teológica, no es en absoluto algo incognoscible o
ininteligible, sino, de acuerdo al sentido etimológico de la palabra y
como ya dijimos anteriormente, algo que es inexpresable y por tanto
incomunicable, lo que es completamente distinto.
(11). L 'Homme et son devenir selon le Vêdânta, cap. XIV.
(12) Está claro, en este caso, que podría hablarse de "conciencia"
como resultado de la transposición analógica del término "consciencia".
Véase Nota 7 del capítulo VII (N. del T.).
(13). Digamos además que la teología, muy superior aquí a la filosofía,
reconoce al menos que esta oposición puede y debe ser superada, aún
cuando su resolución no se le presente con la evidencia con que
aparece cuando se la considera desde el punto de vista metafísico. Es
necesario añadir que es sobre todo desde el punto de vista teológico, y
en razón de la concepción de la creación, que el problema de la
relación entre necesidad y contingencia adquirió inicialmente la
importancia que después ha conservado filosóficamente en el
pensamiento occidental
Jacques Lacan. (1901-1981)
Jacques-Marie Emile Lacan nació en Paris Francia, de una madre
emparentada con una rica familia de vinagreros de Orleans y de un
padre que se empleó como representante de comercio de la empresa.
La primera publicación que se tiene de él, es un poema publicado en
Le phare de Neuilly de los años 1920, obra de factura clásica, en
alejandrinos bien rimados y de lectura siempre agradable, sin duda a
causa de la sumisión de la forma al fondo.
Los estudios de psiquiatría se mezclaron con la frecuentación de los
surrealistas de una manera que lo puso al margen de los dos medios.
Jacques Lacan como psiquiatra, trabajó en la década de 1930 y los
40 con pacientes psicóticos. Aparecida en 1932, la tesis de doctorado
en medicina: “De la psicosis paranoica en sus relaciones con la
personalidad”, es así como una ilustración clínica de las potencialidades
del amor cuando es llevado al extremo, este estudio también da una
ruptura con los trabajos de los psiquiatras franceses de la época, que
veían en la psicosis paranoica una agravación de los rasgos que para
ellos definían el carácter paranoico. Sus estudios sobre la paranoia le
muestran, en efecto, que los rasgos denunciados por el enfermo en el
mundo son los suyos propios, desconocidos por él mismo (se dirá
proyectados).
En 1950 empezó a desarrollar su propia versión del psicoanálisis,
basado en las ideas articuladas en la lingüística estructuralista y la
antropología.
Se podría pensar en Lacan como Freud + Saussure, con algo de Levi-
Strauss, e incluso de Derrida. Pero su principal influencia/precursor es
Freud.
Lacan reinterpreta Freud a la luz del análisis de las teorías
estructuralista y post-estructuralista, convirtiendo el psicoanálisis desde
ser una filosofía o teoría esencialmente humanista a una post-
estructuralista. Freud, en su discusión acerca de la absoluta
división entre el inconsciente y el consciente (o mediante el ello y
el ego), introduce la idea del yo humano o sujeto, como radicalmente
dividido entre estos dos mundos de lo consciente y lo
inconsciente.
Por un lado (humanismo occidental), nuestras habituales ideas del yo o
la personalidad, están definidas por operaciones conscientes,
incluyendo la racionalidad, la libre voluntad, y la autorreflexión. Para
Freud y el psicoanálisis en general, sin embargo, las acciones,
pensamiento, creencia, y los conceptos del "yo" están todos
determinados, toman forma, gracias al inconsciente, y sus impulsos y
deseos.
Lacan dice que así es como parece ser el inconsciente, una cadena
que circula continuamente (o múltiples cadenas) formada por
significantes, sin ancla o, para usar los términos de Derrida, sin
centro. Esta es la traslación lingüística de la idea de Freud sobre el
inconsciente como este reino caótico de deseos e impulsos
constantemente cambiantes. Freud está interesado en cómo
traer estos impulsos y deseos caóticos al consciente, de modo
que puedan tener algún orden y sentido y significado: y así, poder ser
entendidos y manejables. Lacan, por el contrario, dice que el
proceso de convertirse en adulto, en un "yo", es el proceso de
intentar arreglar, estabilizar, detener la cadena de
significantes. Así, el sentido estable de las cosas -incluyendo el
sentido del "Yo"- se hace posible. Pero por supuesto, Lacan dice que
esta posibilidad es tan sólo una ilusión, una imagen creada por
la percepción errónea entre el cuerpo y el "yo".
¿Qué sucede con la conciencia?
Decíamos que la multiplicidad, vista en el microcosmos
representa al proceso de individuación, es decir, al desarrollo del ego
humano.
También decíamos en el número anterior, que esta conciencia también
parte de una separación inicial, que es la separación del bebé de su
propia madre, en la que deja de sentirse uno con el otro para, con el
desarrollo, pasar a ser uno con sí mismo. La conciencia del ser.
Lacan dice que el auto concepto del niño (su ego o identidad) nunca
alcanzará a su propio ser. Su imagen en el espejo es más pequeña y
más estable que el niño, y siempre es "otro" que el niño -- algo
fuera de él. El niño, por el resto de su vida, se reconocerá
erróneamente como otro, como la imagen en el espejo que
proporciona la ilusión del Yo y su maestría,
Anselmo.
"Obviamente sólo las cosas que tienen un comienzo, un final o un
conjunto de partes pueden ser pensadas como no-existentes."
EL SER EN ORIENTE.
LAO TSE
TAO TE KING
I
El Tao que puede ser expresado
no es el verdadero Tao.
El nombre que se le puede dar
no es su verdadero nombre.
Sin nombre es el principio del universo;
y con nombre, es la madre de todas las cosas.
Desde el no-ser comprendemos su esencia;
y desde el ser, sólo vemos su apariencia.
Ambas cosas, ser y no-ser, tienen el mismo origen,
aunque distinto nombre.
Su identidad es el misterio.
Y en este misterio
se halla la puerta de toda maravilla.
II
Todo el mundo toma lo bello por lo bello,
y por eso conocen qué es lo feo.
Todo el mundo toma el bien por el bien,
y por eso conocen qué es el mal.
Porque, el ser y el no-ser se engendran mutuamente.
Lo fácil y lo difícil se complementan.
Lo largo y lo corto se forman el uno de otro.
Lo alto y lo bajo se aproximan.
El sonido y el tono armonizan entre sí.
El antes y el después se suceden recíprocamente.
Por eso, el sabio adopta la actitud de no-obrar
y practica una en sin palabras.
Todas las cosas aparecen sin su intervención.
Nada usurpa ni nada rehúsa.
Ni espera recompensa de sus obras,
ni se atribuye la obra acabada,
y por eso, su obra permanece con él.
koan
Troncos y paja:
por las rendijas entran
Budas e insectos.
***
ALBA
Sobre la arena
escritura de pájaros:
memorias del viento.
***
CALMA
Luna, reloj de arena:
la noche se vacía,
la hora se ilumina.
***
PARES Y NONES
La Torá.
Un tema fundamental en el hebreo es que está prohibido formular
doctrinas a partir de versos aislado sin detenerse examinar el contexto,
el hebreo bíblico carece de vocales motivo que obligaba a los lectores a
leer el texto completo para interpretar las sagradas escrituras.
Hay palabras que pueden ser sinónimos sin perder la línea de
interpretación base, tal como a un ángel puede ser llamado espíritu,
como también mensajero, título que también puede ser llevado por un
hombre pero no por eso ese hombre será un ángel, de la misma forma
no porque un ángel se le denomine espíritu sea este ángel un aliento,
todo va a depender del contexto en el cual se aplica.
La palabra alma viene del latín ánima, de la misma raíz que del
griego ánemos, viento y también del hebreo Ruah. Su
traducción latina spiritus, del griego psikné, soplo aliento, vida (Cf.
Etimologías grecolatinas, ed. Esfinge) y se refiere precisamente a eso
el aliento de dios (Cf. Gen. 2,7) que infunde la vida al hombre.
Espíritu Santo.
("Espíritu de Santidad", Ruah Hakódesh) es un término hebreo o
judío, es lo más cercano (en ideología netamente judía, espíritu
de santidad). Es escasamente tres veces mencionado, el espíritu santo
de parte Dios, en dos ocasiones en Ieshaiá cap.63, y en Tehilim
51:13...por lo tanto, no sé a qué Biblia hebrea te refieres para decir
que "se menciona al espíritu santo").
En el Tanaj (viejo testamento), aparece unas 20 veces el término
espíritu de Hashem y otras tantas veces encontramos espíritu de
Elohim (sea este Dios, o dioses y esto sólo en boca de reyes
paganos en Daniel capítulos 4 y 5, pues, obviamente, ellos creían en
la existencia de múltiples dioses).
Es recién en la época talmúdica que se prefirió utilizar la expresión
Ruah Hakódesh (espíritu de santidad, generalmente mal traducido
como "espíritu santo" (notemos las minúsculas)), en lugar de ruah
Adonai o ruah Elokim, como forma de prevenir que no se utilizara
en vano alguna de las siete denominaciones de Dios sobre las que
recae esa prohibición.
Como fácilmente podemos advertir, el ruah Hakódesh no es una
"persona", ni una encarnación, ni siquiera es un ente en particular, ni
un "espíritu viviente" en sí mismo, mucho menos es Dios o una "parte"
de Él. Realmente es el aliento de Dios.
Peter Sloterdijk ha destacado que en el Génesis se dice “ser vivo”
con la expresión hebrea nefesch, que viene a significar “lo que es
animado por un aliento vivo”; y escribe poco después: “esta expresión,
según informaciones de los hebraístas, es sinónima en
gran parte de ruah, aire movido, soplo, aliento de vida, espíritu,
sentimiento y pasión, pensamiento”. Puede entonces afirmarse que el
cuerpo lo adquiere y con la exhalación lo pierde; lo retiene hasta la
final expiración. En 1 Corintios 6:19 dice: ¿O no sabéis que vuestro
a cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, el
que tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
¿Qué es entonces? Dios (en esencia) es inaccesible. A lo máximo
que podemos pretender conocer del Eterno, es a Sus acciones. Existen
diversos grados de conocimiento de las manifestaciones divinas, uno
de estos peldaños es el del ruah Hakódesh.
Por lo tanto, el espíritu de santidad no es otra cosa que un estado
particular de percepción de las manifestaciones de Dios en la Realidad,
1 corintios 6,17 “Pero el que se une al Señor, a un solo espíritu es”.
Génesis. Traducción.
Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló
en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. – Génesis
2:7
Original Génesis 2:7 – “Y [ יהוהYahweh] Elohim formó [wayatsar] al
hombre [adam] del polvo de la tierra [admah] y sopló en su nariz el
aliento [neshamah] de vida; y el hombre se convirtió en un ser –
alma– [néfesh] viviente.”
En el Sal 104, 30, el salmista le dice a Dios «Tú envías tu ruah, ellos
son creados y tú renuevas la faz de la tierra». Ya en un texto de Ugarit
del Siglo XIV a C (la leyenda de Aqhat) se decía del héroe muerto que
«su nefesh había salido de él como la ruah». Los hombres y los
animales son «soplos de vida» necesitan de la ruah para Cuando la
Torá relata la Creación del hombre, en el libro del Génesis, nos dice:…
hizo al hombre, formó al hombre y lo creó.
¿Por qué la Torá emplea tres verbos cuando se refiere a la Creación
del hombre? HIZO, FORMO, CREO.
Hizo, se refiere al mundo de la Acción y al nivel del alma que se llama
Néfesh (alma) y está relacionado con los instintos.
Formó, nos indica el mundo de la Formación y se refiere al nivel del
alma que se designa con la palabra Rúaj (viento, respiración,
inhalar- expirar) y que abarca el aspecto emocional.
Creó, designa el mundo de la Creación y está conectado con el nivel
del alma denominado Neshamá (soplo, espíritu), el pensamiento y
vivir. El Señor la puede quitar. Y dijo Jehová: No contenderá mi
espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne;
mas serán sus días ciento veinte años. (Gn 6, 3)
Cuantos sentidos puedes distinguir en el uso del verbo ser
El soplo, la respiración por la que el hombre participa de ese
espacio vital, no es la ruah, sino la nefesh (por la garganta) o
la neshama (por la nariz, más cerebral Gn 2, 7).