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MODULO II: ESTRATEGIA ANALITICA

Para el abordaje forense de cualquier análisis toxicológico, es esencial contar con una
estrategia analítica. A lo largo de la historia de la toxicología forense moderna, se han
desarrollado distintas estrategias analíticas que pueden ser clasificadas en tres tipos.

1. Análisis toxicológico dirigido por antecedentes


2. Análisis toxicológico general desconocido.
3. Análisis toxicológico sistemático STA, que representa la evolución de la combinación de
las estrategias anteriores, por lo que puede considerarse una estrategia combinada y
actualizada que se utiliza hoy.

ANALISIS TOXICOLOGICO: Fase Analitica:

Durante un proceso general de determinación analítica de sustancias. Por ejemplo, una


sospecha de intoxicación, el procesamiento analítico se puede dividir en tres fases:
preanalítica, analítica y post analítica.

La fase preanalítica, que trata sobre la selección, recolección, almacenamiento, conservación y


transporte de muestras. Es decir, su manejo, resguardo y traslado.

La fase analítica, que involucra los procesos de detección, identificación y cuantificación de los
analitos. Algunos autores consideran a la fase preanalítica como una parte o componente de la
fase analítica, ya que el manejo adecuado de las muestras es indispensable para el correcto
análisis. Indiscutiblemente un mal trabajo durante la fase preanalítica puede influir
negativamente en los resultados analíticos.

Por último, la etapa post analítica se refiere a la interpretación de los resultados analíticos, la
presentación de informes, el almacenaje de las muestras y compromiso de responsabilidad con
las conclusiones obtenidas.

Así, el proceso completo es un largo y laborioso itinerario que comienza con la planificación de
muestreo y finaliza con la generación de un informe pericial. Para realizar esta difícil tarea, se
deben desarrollar inteligentes estrategias analíticas como bien resumió el prestigioso científico
y toxicólogo forense de origen belga, Rokus de Zeeuw, cuando expresó las tres tareas
principales de la toxicología analítica son detectar, identificar y cuantificar sustancias
potencialmente nocivas en muestras biológicas o de otra índole.

A continuación, ejemplificaremos algunas de las preguntas más frecuentes que el toxicólogo


forense debe responder, valiendo de estrategias analíticas.

¿Existe una droga, fármaco, toxico x en el cuerpo del difunto?,

¿es posible que haya fallecido con x concentración estos medicamentos en concentraciones
tóxicas en su conjunto pueden haber causado su muerte?

¿ el fármaco X se encuentra en concentraciones tóxicas, letales o terapéuticas?

¿Es posible que la persona haya estado bajo los efectos del Tóxico antes del hecho, accidente o
crimen?

Antes de responder estas y otras interrogantes, lo primero que debemos hacer es considerar y
reflexionar acerca del vasto universo de instancias tóxicas que existen en el mundo. En teoría,
se podría analizar un número aparentemente infinito de potenciales, tóxicos y productos
químicos. Sin embargo, en general, para el toxicólogo forense, las de interés incluyen drogas de
abuso tradicionales, nuevas drogas psicoactivas, o drogas de diseño, medicamentos, sustancias
químicas industriales, sustancias químicas comerciales, químicos ambientales y metales
tóxicos.

Solo el registro CAZ, la base de datos más grande del mundo sobre sus sustancias químicas
posee más de ciento setenta y nueve millones de sustancias orgánicas e inorgánicas y cientos
de miles nuevas se añaden cada día.

Habitualmente se dice que se puede recurrir a los toxicólogos forenses para encontrar una
aguja en un pajar y sin saber cómo es la aguja. Por tanto, las estrategias analíticas establecidas
por los toxicólogos forenses deben formularse para determinar si hay agujas presentes; para
luego identificarlas y, si es necesario, determinar la concentración. Además, muchas veces
conocer cuál es su rol en el caso en estudio.

Aunque existen similitudes en los enfoques más comunes empleados por los laboratorios para
lograr estos objetivos analíticos, el desarrollo y la implementación de una estrategia analítica
específica depende de:

1. la experiencia del laboratorio en el tipo de análisis requerido.


2. el nivel de experiencia de los peritos, así como de la cantidad de personal de apoyo a
la labor pericial.
3. El presupuesto operativo del laboratorio.
4. la disponibilidad de equipamiento instrumental y tecnológico.
5. los objetivos específicos de los análisis en relación a los clientes.
6. La carga laboral de casos del laboratorio.

Debido a la gran cantidad de potenciales analitos de interés en la toxicología forense, las


estrategias analíticas desarrolladas están diseñadas no solo para la detección de las drogas,
medicamentos y productos químicos que se encuentran comúnmente; sino también aquellas
que se encuentran ocasionalmente.

En la última centuria se desarrollaron distintas estrategias analíticas, que fueron evolucionando


hasta establecer la estrategia actual a saber:

1. Análisis psicológico dirigido por antecedentes (desarrollada a finales del siglo XVIII al siglo
XIX), los análisis son aquellos destinados a detectar sustancias exógenas que se sospecha,
razonablemente, están presentes en las muestras con base en la información recopilada de
la investigación no analítica del caso incluidos

2. Análisis toxicológico general desconocido. (1950-1960): Se usaba cuando no se disponía de


información previa sobre posibles agentes tóxicos. Era una búsqueda sistematizada de
sustancias tóxicas sin antecedentes ni sospecha, era por simple probabilidad factible de
detectar, incluían largas marchas analíticas con elevado consumo de tiempo. La ventaja era
la sistematización y uniformidad del tratamiento. Los métodos tradicionales eran:
destilación al vapor laboriosas y lentas con múltiples extracciones líquido a líquido, test
específicos, Cromatografía en papel y en capa fina, espectrofotometría Ultra Violeta y
Cromatografía de gases o líquida. Finalmente, se consideró que era un método ineficaz que
requería más tiempo y mano de obra. Sin embargo, sentó las bases de las actuales
estrategias sistemáticas
3. Análisis toxicológico STA. Esta última es una combinación de las anteriores y es la que se
utiliza actualmente. ( ≥ 1970). Es la estrategia moderna analítica más empleada. Considera
como antecedente las ppales drogas y medicamentos involucrados en intoxicaciones y las
combinaciones con marchas analíticas sistemáticas. Es un análisis completo y sistemático
cuya probabilidad de detección es elevada debido al antecedente de su uso y abuso. El
desafío de la STA es detectar de manera confiable una amplia gama de compuestos en la
menor cantidad de muestras con una alta sensibilidad y sin falsos positivos.
I. El objetivo principal es identificar muestras positivas y, al mismo tiempo, eliminar
las muestras negativas.
II. normalmente, la orina, sangre entera, plasma, suero y pelo son las muestras de
elección.
III. Contempla técnicas de extracción generales, tales como extracción líquida a
líquida, extracción en fase sólida y micro extracción. Cuatro.
IV. Una STA típica incluye métodos basados en varios principios de detección. Por
ejemplo, inmunoensayo, cromatografía de gases masa y cromatografía líquida.

A mediados del siglo XVIII, se estableció que la utilización de un único método analítico para la
identificación de sustancias ya no era lo apropiado, porque los métodos disponibles no eran lo
suficientemente específicos lo que ocasionaba que se produjera una gran cantidad de
resultados erróneos, especialmente falsos positivos. Se postuló, entonces, que, si se utilizaban
varios métodos de análisis, y cada uno basado en un principio de detección diferente, la
ocurrencia de errores se reduciría.

El enfoque actual, reconocido como un requisito de la toxicología forense moderna consta de


dos etapas. La etapa 1 engloba la utilización de uno o más métodos presuntivos, generalmente
cualitativos, también conocidos como pruebas de detección, mediante los cuales se pueden
detectar varios analistas o familias de ellos. La etapa 2 consiste en métodos confirmatorios que
son de mayor especificidad que los análisis presuntivos. Estos se basan en un principio analítico
diferente de los primeros. El propósito de los análisis de esta segunda etapa es la identificación
inequívoca y si fuera necesario, la cuantificación.

Otro principio importante es realizar una buena preparación de la muestra, ya que, un buen
tratamiento de esta incide notoriamente en la selectividad.

Resumiendo, un STA moderno consta de tres pasos:

1. PREPARACIÓN DE LA MUESTRA. El objetivo es retener el compuesto en estudio y


eliminar los componentes de la actriz o muestra. Algunos procedimientos son
desconjugación, digestión, hidrólisis y extracción. La última es la principal.
2. DETECCION: Es detectar los compuestos relevantes en corto tiempo. Combina ensayos
y métodos relativamente universales y selectivos. Ejemplos típicos son el
inmunoensayo.
3. IDENTIFICACIÓN. Utiliza la cromatografía de gases acoplada a espectrometria de
masas, Cromatografía de gases acoplada a espectrometría de masas en Tandem. la
Cromatografía líquida, unidad a la espectrometría de masas, Cromatografía líquida,
unidad a la espectrometría en Tandem, para contrastar los presuntos positivos frente a
biblioteca y material certificado de referencia confirmando el resultado.

Es importante incluir metabolitos, interferencias y posibles contaminantes. Se compara la

muestra frente a controles positivos, negativos de muestra, etcétera.

En el cuadro podemos ver un STA típico de un laboratorio forense para determinar drogas y
fármacos, combinando una variedad de muestras. Nótese que, aparentemente, las mismas
técnicas analíticas podrían, en algunos casos, ser para la detección y confirmación. Esto, debido
a que, en realidad, son dos técnicas en una, Espectrometría de masas, combinados con
técnicas cromatográficas de separación.

Para finalizar a continuación se detallan algunos analitos típicos de interés, frecuentemente


analizados en un STA en un laboratorio de toxicología forense. Las drogas más comunes
encontradas en orden son: etanol, cocaína, cannabinoides, ansiolíticos y en general, fármacos
del sistema nervioso central; las sustancias ambientales más comunes son monóxido de
carbono, pesticidas y en mucho menor frecuencia cianuro. En el otro extremo están los
metales tóxicos, tales como plomo arsénico, litio y la hormona insulina.

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