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Para el abordaje forense de cualquier análisis toxicológico, es esencial contar con una
estrategia analítica. A lo largo de la historia de la toxicología forense moderna, se han
desarrollado distintas estrategias analíticas que pueden ser clasificadas en tres tipos.
La fase analítica, que involucra los procesos de detección, identificación y cuantificación de los
analitos. Algunos autores consideran a la fase preanalítica como una parte o componente de la
fase analítica, ya que el manejo adecuado de las muestras es indispensable para el correcto
análisis. Indiscutiblemente un mal trabajo durante la fase preanalítica puede influir
negativamente en los resultados analíticos.
Por último, la etapa post analítica se refiere a la interpretación de los resultados analíticos, la
presentación de informes, el almacenaje de las muestras y compromiso de responsabilidad con
las conclusiones obtenidas.
Así, el proceso completo es un largo y laborioso itinerario que comienza con la planificación de
muestreo y finaliza con la generación de un informe pericial. Para realizar esta difícil tarea, se
deben desarrollar inteligentes estrategias analíticas como bien resumió el prestigioso científico
y toxicólogo forense de origen belga, Rokus de Zeeuw, cuando expresó las tres tareas
principales de la toxicología analítica son detectar, identificar y cuantificar sustancias
potencialmente nocivas en muestras biológicas o de otra índole.
¿es posible que haya fallecido con x concentración estos medicamentos en concentraciones
tóxicas en su conjunto pueden haber causado su muerte?
¿Es posible que la persona haya estado bajo los efectos del Tóxico antes del hecho, accidente o
crimen?
Antes de responder estas y otras interrogantes, lo primero que debemos hacer es considerar y
reflexionar acerca del vasto universo de instancias tóxicas que existen en el mundo. En teoría,
se podría analizar un número aparentemente infinito de potenciales, tóxicos y productos
químicos. Sin embargo, en general, para el toxicólogo forense, las de interés incluyen drogas de
abuso tradicionales, nuevas drogas psicoactivas, o drogas de diseño, medicamentos, sustancias
químicas industriales, sustancias químicas comerciales, químicos ambientales y metales
tóxicos.
Solo el registro CAZ, la base de datos más grande del mundo sobre sus sustancias químicas
posee más de ciento setenta y nueve millones de sustancias orgánicas e inorgánicas y cientos
de miles nuevas se añaden cada día.
Habitualmente se dice que se puede recurrir a los toxicólogos forenses para encontrar una
aguja en un pajar y sin saber cómo es la aguja. Por tanto, las estrategias analíticas establecidas
por los toxicólogos forenses deben formularse para determinar si hay agujas presentes; para
luego identificarlas y, si es necesario, determinar la concentración. Además, muchas veces
conocer cuál es su rol en el caso en estudio.
Aunque existen similitudes en los enfoques más comunes empleados por los laboratorios para
lograr estos objetivos analíticos, el desarrollo y la implementación de una estrategia analítica
específica depende de:
1. Análisis psicológico dirigido por antecedentes (desarrollada a finales del siglo XVIII al siglo
XIX), los análisis son aquellos destinados a detectar sustancias exógenas que se sospecha,
razonablemente, están presentes en las muestras con base en la información recopilada de
la investigación no analítica del caso incluidos
A mediados del siglo XVIII, se estableció que la utilización de un único método analítico para la
identificación de sustancias ya no era lo apropiado, porque los métodos disponibles no eran lo
suficientemente específicos lo que ocasionaba que se produjera una gran cantidad de
resultados erróneos, especialmente falsos positivos. Se postuló, entonces, que, si se utilizaban
varios métodos de análisis, y cada uno basado en un principio de detección diferente, la
ocurrencia de errores se reduciría.
Otro principio importante es realizar una buena preparación de la muestra, ya que, un buen
tratamiento de esta incide notoriamente en la selectividad.
En el cuadro podemos ver un STA típico de un laboratorio forense para determinar drogas y
fármacos, combinando una variedad de muestras. Nótese que, aparentemente, las mismas
técnicas analíticas podrían, en algunos casos, ser para la detección y confirmación. Esto, debido
a que, en realidad, son dos técnicas en una, Espectrometría de masas, combinados con
técnicas cromatográficas de separación.