Está en la página 1de 3

1) Lean atentamente el siguiente texto (es la respuesta a una pregunta hecha en

el marco de una entrevista) y realicen las actividades.

Efectivamente, la castración se realiza entre otras razones por cuestiones de higiene, y


si me apuran también de salud, pero esta práctica no transforma a un perro o a un gato en
anodinos. Son millones los perros y gatos castrados que demuestran la inconsistencia de
dicha afirmación. Las razones de higiene son evidentes: ¿cuántos gatos serían capaces de
inhibir sus instintos de territorialidad mediante el marcaje con orina y heces si no
estuvieran castrados? ¿Cuántos humanos serían capaces de convivir con ellos permitiendo
que orinaran y defecaran en cualquier lugar de su casa? ¿Cuántos serían capaces de
soportar el hedor de la orina de un gato macho entero? En esta cuestión, la convivencia
es la que manda. El gato, tal y como lo entendemos actualmente es un animal doméstico
y el compartir con él nuestra existencia, viene condicionado por la inhibición de sus
instintos sexuales. Si un animal no puede reproducirse en libertad, con lo que
evidentemente sufrirá, ¿no es más adecuado evitarle ese sufrimiento? Tanto los machos
como las hembras de la especie felina que viven en nuestros hogares, dejan de comer y
son infelices durante sus largos periodos de celo, llegando algunos a intentar escapar,
pensando que encontrarán consuelo a sus deseos e instintos.
Conozco muchos perros que pasan largos periodos de tiempo masturbándose y muchos
otros que levantan la pata para orinar dentro de su hogar; muchos son los que aúllan o
ladran por la noche cuando los efluvios de una hembra en celo próxima les llegan a su
olfato; por no hablar de aquellos que derivan la agresividad hacia sus propietarios por su
actitud dominante, o que se masturban con sus piernas de forma constante. Me podrá decir
el señor etólogo que este tipo de comportamientos pueden ser reconducidos, pero en
honor a la verdad, no siempre es posible si no se acompaña de la castración. Quizás
prefiera someter a estos animales a largos y muchas veces inútiles tratamientos, a base de
medicamentos y terapias conductuales, que quiera o no, también están desarrolladas para
inhibir un comportamiento instintivo y por tanto natural. ¿Cambiamos entonces la cirugía
por la química y la terapia psicosomática?

José Enrique Zaldívar Laguía


(Veterinario)

a) Justifiquen por qué se trata de un texto argumentativo. Den tres


características.
b) ¿Cuál es la tesis? ¿en qué parte del texto se enuncia?
c) ¿Cuáles son los argumentos que usa a favor de la tesis?
d) Señalen dos recursos argumentativos.
e) Escriban tres contraargumentos que se podrían dar al texto.

2) Lean atentamente el siguiente texto y realicen las actividades.

YO TAMBIÉN SOY UNA INGENUA

Como dije en este blog en varias ocasiones, considero a José María Pardillo uno de los
mejores escritores de nuestro país y, muchas veces, también alabé sus columnas y
artículos. Sin embargo, como bloguera, debo señalar el profundo desconocimiento e
ignorancia que tiene el escritor en relación con este tema.
En su columna de hoy, titulada “Los ingenuos y las redes sociales”, del diario La
Diagonal, José María Pardillo arremete contra el uso de las redes sociales diciendo
algunas cosas como: “… abren perfiles en Facebook, Twitter en los que postean sus
artículos triviales. Parece que las redes sociales funcionaran como un espacio del todo
vale, en el que cualquiera puede opinar sobre cualquier cosa”.
En primer lugar, si el problema es decir tonterías, no hay motivo para culpar a las redes
sociales, ya que tanto en una conversación presencial cara a cara como en una columna
en un diario tradicional se pueden decir tonterías. Del mismo modo, de cualquier
conversación en las distintas redes sociales se puede extraer información valiosa, como
también puede hacerse de una buena conversación no virtual.
No se trata, entonces, de discutir con los medios en los que circulan las ideas, sino de
discutir ideas, por el medio que nos resulte más placentero o adecuado.
Por otra parte, las redes sociales democratizan el uso de la palabra. De esta forma todos
tenemos un espacio gratuito y sin filtros institucionales para expresar y compartir nuestras
opiniones y nuestros saberes.
Por último, yo por mi parte, aunque a ojos de José María Pardillo sea una ingenua, no
uso las redes sociales por deseo de fama, sino porque aprendo bastante e intento compartir
lo poco que sé y lo que encuentro de valor en la red, que es mucho.
Desgraciadamente, algunos prefieren criticar desde la ignorancia antes que aprovechar
todas las ventajas que estas nuevas herramientas pueden proporcionarles.

Azucena Flores

a) Identifiquen la tesis del artículo. ¿Con qué tesis discute?


b) Marquen los momentos de la argumentación (Introducción, Demostración y
Conclusión).
c) Escriban con sus palabras los argumentos que usa la autora para defender su
tesis.
d) Propongan dos argumentos nuevos para defender la tesis.
e) ¿Qué función tiene la cita en el texto?
f) Imaginen tres argumentos que podría haber utilizado Pardillo en su texto.

3) Lean atentamente el siguiente texto de opinión y realicen las actividades

No a los celulares en las aulas

El uso extendido de teléfonos celulares en las aulas escolares se está transformando en


un problema creciente para el normal desarrollo de las actividades lectivas, por lo cual
debe ser limitado por las autoridades educativas con el objetivo de garantizar el debido
respeto y la concentración que demanda el proceso pedagógico. Para ello será
fundamental la comprensión y el respaldo de los padres para que les transmitan a sus hijos
conductas que ayuden a eliminar durante las horas de clase las interferencias que no
contribuyen en nada a su educación.
La titular de la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos
Aires, Adriana Puiggrós, acaba de ordenar, por medio de una resolución, que los alumnos
y los docentes bonaerenses se abstengan de utilizar los teléfonos celulares durante las
horas de clase. La prohibición abarca al sistema educativo en sus tres niveles y se
fundamenta en que el uso de esos teléfonos en el aula "descentra y desconcentra el proceso
de enseñanza-aprendizaje", al tiempo que destaca que para cada medio de comunicación
existe un espacio propio de utilización.
No se puede cuestionar que los estudiantes concurran a las escuelas con teléfonos
celulares, pero sí que los mantengan activados durante el dictado de clases.
Muchos padres rechazaron la medida con el argumento de que se sienten más seguros
si sus hijos portan un celular, ya que les permite ubicarlos y comprobar si no corren
ningún peligro. Las autoridades educativas les respondieron que durante la permanencia
de los estudiantes en las escuelas "se encuentran dentro de la esfera de custodia integral
de los docentes que conducen el proceso de aprendizaje".
Los reparos frente a la medida también llegaron desde los gremios docentes, y las
opiniones acerca de su efectividad están divididas entre los propios maestros. En efecto,
hay docentes para quienes los celulares son una interferencia, mientras que otros los
incorporan con un criterio pedagógico, como ocurrió en su momento con las calculadoras.
Los alumnos admiten que los celulares son utilizados para jugar, enviar mensajes de
texto o, incluso, copiarse en los exámenes a través de lo que se ha llamado el "machete
electrónico", pero también los defienden como una forma de mantenerse comunicados a
toda hora con sus padres. Desde el punto de vista académico, la utilización de teléfonos
celulares en las aulas puede ocasionar muchas veces trastornos de aprendizaje, ya que
durante el horario de clase alumnos y docentes podrían recibir llamadas, molestando a los
otros estudiantes, interrumpiendo las clases y contribuyendo a distorsionar la disciplina
que debe prevalecer en los establecimientos educativos.
Según la consultora Latin Panel, el 2,7 por ciento de los 15 millones de celulares en
uso (400.000) está en manos de menores
Si bien se considera muy importante asociar los adelantos tecnológicos con la
educación formal, limitar el uso de celulares durante las horas de clase permitirá el debido
respeto y la concentración que demanda el proceso pedagógico. No menos importante es
la cuestión referida a las eventuales sanciones que recaerían sobre quienes activen su
celular en el aula a pesar de la prohibición impuesta. Según las autoridades educativas, la
cuestión se resolvería en el marco de los acuerdos de convivencia de cada escuela. En
cualquier caso, es de esperar que quienes no cumplan con la norma tengan su
correspondiente sanción, pues de lo contrario la resolución dictada por Puiggrós pasaría
a ser letra muerta en muy poco tiempo.
La conducta de cero tolerancia con el uso de celulares en las aulas puede parecer dura,
pero es la respuesta inexorable frente a los abusos de alumnos y profesores. Además, su
objetivo es loable: que el estudiante se enfoque en el aprendizaje.

a) Marquen las partes del texto.


b) Identifiquen la tesis.
c) Identifiquen los recursos que aparecen.
d) ¿Están de acuerdo con lo que se plantea en el texto? Justifiquen la respuesta.
e) Realicen un texto de respuesta a lo planteado por la autora.

También podría gustarte