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¿Qué es la aerodinámica?

Seguro muchas veces has leído o escuchado la palabra aerodinámica, y puede que
tengas una leve idea al respecto, quizás no sabes lo que en realidad significa. Es que es
una palabra muy usada, pero no siempre de la forma correcta. Lo cierto es que
la aerodinámica es algo bastante complejo y si bien todos tenemos una idea algo vaga
de lo que es, intentaremos dar una definición un poco más acabada.

Una definición sencilla de aerodinámica


Básicamente, la aerodinámica es cómo se mueve el aire alrededor de los objetos. En un
sentido un poco más técnico, sería cómo se mueven los gases al interactuar con cuerpos
sólidos.

El estudio de la aerodinámica es, justamente, el estudio de la interacción entre un


objeto que se mueve y el medio por el cual lo hace. Las características físicas del objeto,
junto con las características físicas del medio, dan como resultado una dinámica
específica de movimiento. Es decir, una aceleración, dirección y velocidad
determinada.

¿Para qué sirve conocer los principios de la


aerodinámica?
La aerodinámica es una rama de la mecánica de fluidos, que es una rama de la
mecánica, que es una rama de la física. Se especializa en estudiar los principios y las
leyes que rigen las interacciones entre el aire y los objetos.

Conocer los principios de la aerodinámica es útil en una larga lista de actividades.


Desde elevar y pilotear un avión, hasta conducir un vehículo o patear un balón. Cada
vez que nos movemos o lanzamos un objeto actúan una cantidad de principios físicos
que normalmente no advertimos.

Cuanto más rápido es el movimiento, más notable es la interacción. Por ejemplo,


cuando caminamos no notamos cómo el aire a nuestro alrededor interactúa con
nosotros. Sin embargo, cuando corremos podemos notar cómo nos afecta la intensidad y
la dirección de la corriente de aire. Lo mismo sucede si el objeto está fijo y es el aire el
que se mueve, es decir, hay mucho viento. A grandes velocidades, el aire nos genera
fricción, intenta frenarnos. Para reducir la fricción cuando conducimos una moto, por
ejemplo, nos recomiendan inclinarnos hacia adelante. Al agacharnos, el objeto —que en
este caso es la moto junto con nuestro cuerpo— se vuelve más compacto y el aire
encuentra menos superficie sobre la cual generar la fricción.

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