Y es que está demostrado que el feto comienza a desarrollar sus
capacidades sensoriales y emocionales en el útero, y por ello se
debe procurar que este entorno se convierta en un lugar adecuado. Son muchos los estudios que respaldan que el trabajo prenatal tiene amplios beneficios para el feto, y que se pueden trabajar los distintos sentidos (vista, oído, gusto y tacto) y las emociones, sobre todo el vínculo con los progenitores y con el mundo exterior, con sencillos ejercicios.