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Datos (información conocida): el ingreso monetario del consumidor (por ej. si es un trabajador,
su salario), las preferencias del consumidor, y los precios de los bienes y servicios, que se
suponen son determinados por el mercado, por la interacción de todos los consumidores y
vendedores (él consumidor no tiene influencia suficiente como para modificarlos mediante su
acción individual).
Variables endógenas (sus magnitudes son determinadas por el modelo o dentro del modelo):
las cantidades que debe comprar de cada bien o servicio el consumidor para lograr su objetivo
de maximización del bienestar.
Nota: Se supone que no hay préstamos, es decir que el consumidor no puede gastar más que su
ingreso.
Definición de Canasta de Mercado (CdM): Las CdM son cualquier conjunto de bienes o servicios,
que sirven para la satisfacción de las necesidades del consumidor, por ejemplo: a) 2 unidades de
vestimenta, 4 de alimentos y 2 sillas, b) 3 unidades de vestimenta, 2 de alimentos y 3 sillas.
Supuestos (o propiedades) que deben cumplir las preferencias del consumidor, para que
tengan un ordenamiento consistente o razonable, o sea para que el consumidor pueda ser
considerado racional:
Los bienes deben ser deseables: lo que se supone es que, cuanto más consuma de
cualquier bien o servicio, el consumidor aumentará el nivel de satisfacción o bienestar;
este supuesto también se lo conoce como “cuanto más mejor”. Implica que el
consumidor no tiene un punto o nivel de consumo de saciedad y, en consecuencia, para
maximizar su nivel de satisfacción, va a gastar todo su ingreso.
Cabe destacar que vamos a suponer que las preferencias no dependen de los costos de los
bienes No necesariamente un consumidor preferirá comprar un bien más caro (aun pudiendo
hacerlo) que un bien más barato1. Por ejemplo, si a una persona le gusta más el asado que el
1
Vamos a descartar, en nuestro análisis, los casos de que, por ejemplo, por esnobismo, se prefiere
adquirir un bien A en vez de un bien B simplemente por el hecho de que A es más caro que B.
bife de lomo, preferirá comprar asado que es más barato que el bife de lomo. Tampoco que un
bien sea más barato necesariamente lo convertirá en preferido: por ejemplo, si el consumidor
prefiere comer bife de lomo y puede comprarlo, va a adquirir bife de lomo y no asado.
Supongamos que hay dos bienes en la economía: vestimenta (V) y (A) alimentos.
La CdM “E” tiene una mayor cantidad de A y de V que “C”. Debido al supuesto de que los bienes
son deseables, la canasta “E” estará situada en una curva de indiferencia que representa un
mayor nivel de satisfacción que la curva donde se encuentra la “C”.
La canasta “F” tiene menos cantidad que la “C” de ambos bienes; por el mismo supuesto, se
infiere que la curva de indiferencia donde se encuentra “F” será una que contenga canastas que
le reportan al consumidor un menor nivel de satisfacción que la curva a la que pertenece “C”.
Si comparamos la canasta “G” con la “B”, concluimos que “G” brinda un menor nivel de bienestar
que la “B”, porque, si bien ambas canastas tienen la misma cantidad de A, “G” tiene menos
cantidad de V.
En tanto, si una canasta tiene más vestimenta y menos alimentos que la otra, o más alimentos
y menos vestimenta que la otra, no podemos saber, sin preguntarle al consumidor, cuál canasta
prefiere o si las dos le son indiferentes. Si tomamos el caso de las canastas “G” y “J”, no podemos
saber (sin preguntarle al consumidor) cuál es la preferida o si le son indiferentes al consumidor.
En realidad, por cada punto del plano pasa una curva de indiferencia (en el gráfico se dibujan
algunas), lo que supone que los bienes son perfectamente divisibles (o sea, se consideran
cantidades enteras y también con decimales). Este supuesto se hace para facilitar el análisis.
Por lo tanto, a lo largo de una curva de indiferencia, a una mayor cantidad de un bien le
corresponde una menor del otro.
“C” es también indiferente a “D” porque las dos están en la curva U2,
Pero eso no es posible porque, si fueran indiferentes, se violaría el principio de que los bienes
son deseables, puesto que “B” contiene más alimentos y más vestimenta que “D”.
La fórmula es la siguiente:
Como las variaciones de V y A son de signo contrario (porque la curva es de pendiente negativa),
el signo menos adelante sirve para que el cociente sea positivo (no tendría sentido hablar de
estar dispuesto a renunciar a una cantidad negativa de un bien).
Para variaciones infinitesimales (que se utilizan con frecuencia en los estudios teóricos de
Microeconomía): la RMS es el valor absoluto de la pendiente de la curva de indiferencia, o sea
el valor absoluto de la derivada:
La RMS puede interpretarse como la cantidad máxima de un bien a la que un consumidor está
dispuesto a renunciar, para obtener una unidad adicional de otro, porque, para no violar el
supuesto de que los consumidores buscan maximizar su bienestar, lo máximo que se puede
estar dispuesto a dar de un bien, a cambio de una unidad de otro, es una cantidad que no le
haga disminuir su nivel de satisfacción (si diera una cantidad mayor que la cifra de la RMS, caería
su nivel de satisfacción, considerando que la definición de la RMS es para un nivel de satisfacción
constante).
Un punto muy importante es preguntarse por qué es razonable suponer que la RMS es
decreciente (o sea, por qué es lógico suponer que las curvas son estrictamente convexas).
La respuesta al interrogante es que es razonable que la RMS sea decreciente, porque ello indica
que el individuo tiende a valorar menos lo abundante y más lo escaso.
También que la RMS sea decreciente implica que un consumidor busca cubrir de manera
equilibrada sus necesidades. En el siguiente gráfico, se ve que la canasta C tiene más vestimenta
y menos alimento que la D y más alimento y menos vestimenta que la B, y que C pertenece a
una curva de indiferencia que representa un nivel de satisfacción más alto que la curva dibujada.
Esto se debe a que C cubre en forma más equilibrada las necesidades del consumidor.
Casos especiales:
Existen casos particulares de curvas de indiferencia (están tratados en la bibliografía), como, por
ejemplo, las de bienes que se consumen en proporciones fijas (curvas de indiferencia en ángulo
recto), el caso en que el consumo de uno de los dos bienes le es indiferente al consumidor -es
decir que no incide en su nivel de satisfacción- que se refleja con curvas de indiferencias
paralelas en línea recta, y otros casos particulares. Nosotros profundizaremos el análisis del
caso más general (curvas de indiferencia estrictamente convexas).
Suponiendo siempre que hay dos bienes en la economía, vestimenta (V) y alimentos (A), el
consumidor enfrenta la restricción presupuestaria, que implica que no puede gastar un monto
mayor al de sus ingresos monetarios (se supone, como mencioné anteriormente, que no hay
ahorro ni préstamos):
Pv V + PA A ≤ m
Recta de presupuesto: Se obtiene trabajando con la igualdad, y despejando, por ej., el valor de
V. La recta representa el límite de las posibilidades de gasto.
m PA
V = A
Pv Pv
Mientras que los precios relativos son una relación objetiva de intercambio, la RMS es una
relación subjetiva de intercambio (es la relación a la cual un consumidor está dispuesto a realizar
el intercambio; puede considerarse como la disposición a pagar una cantidad de un bien a
cambio de una unidad del otro).
Conjunto presupuestario: son las CdM que podría adquirir el consumidor, dada su restricción
presupuestaria. Gráficamente, es el triángulo que incluye a la recta de presupuesto (comprar las
canastas que están sobre la recta implica gastar la totalidad del ingreso monetario) y los puntos
a la izquierda de la misma (estos puntos implican un gasto menor al ingreso monetario). Las
canastas que están a la derecha de la recta mencionada están fuera del alcance de las
posibilidades de consumo, porque el consumidor no puede adquirirlas ya que el valor del gasto
supera al del ingreso del individuo.
2
Hay un axioma geométrico que indica que dos puntos determinan una recta.
nuevo conjunto presupuestario, cuya pendiente y tamaño dependerá de las proporciones de
los cambios producidos.
En los casos descritos en este punto, al cambiar el precio relativo, cambia la pendiente
de la recta de presupuesto.
En este caso, la intersección del nuevo conjunto presupuestario con el eje de las
ordenadas estará más alejada del origen respecto del conjunto anterior al cambio,
mientras que la intersección con el eje de las abscisas estará más cerca del origen. La
pendiente cambia porque se modificaron los precios relativos.
7. TEORÍA DEL CONSUMIDOR - LA ELECCIÓN OPTIMA (ES DECIR LA QUE MAXIMIZA EL NIVEL
DE SATISFACCIÓN)
Esa canasta cumple con la condición de que la RMS es igual a los precios relativos (es decir, que
la valoración relativa subjetiva de los bienes tiene que ser igual a la valoración relativa objetiva
dada por los precios de mercado).
Como los precios los fija el mercado (son un dato), son los mismos para todos los consumidores
y, en consecuencia, la RMS, en el óptimo, es igual para todos los consumidores. Por supuesto,
las diferencias en las cantidades de bienes consumidos por cada individuo se dan por los
distintos niveles de ingreso y por las diferencias en las preferencias de los consumidores.
Cabe acotar que, cualquier canasta sobre la recta de presupuesto, que no sea la Z, proporciona
un nivel de satisfacción menor a la Z. Por ejemplo, si consumiera H, estaría consumiendo
demasiada V y poco A, y si consumiera T, sería el caso inverso. Modificando su compra
(comprando la canasta Z), el consumidor aumentará su nivel de satisfacción.
Bibliografía:
Pindyck y Rubinfeld, “Microeconomía”, capítulo 3, desde la página 75 hasta la 88 del
libro (hasta donde dice “una cantidad considerable de aceleración para conseguir un
automóvil que sea más grande por dentro”, inclusive).