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MEMORIA
ahí va...
ahí va rodando
como uno de esos bichos que
se esconden en sí mismos
una bolita oscura que se demora en el instante
un caparazón de miedo
una sombra en el pasillo
ahí va
redonda
como una moneda vacía
como la silueta de los nombres
prendidos en el olvido
como la soledad de los años
mirala
se parece a mí
es igual a vos
tiene nuestras mismas mentiras y verdades
se parece a la vida
al hueco de la vida
a nuestra congoja
mirá cómo rueda
por los bordes
del abismo
de las mentes que la niegan
de las palabras que matan
ahí va
mirala
es la memoria que
guardamos en cajones
silenciosos
mudos
oscuros
con ataque de pánico
los cajones que abrimos en público
una vez al año
los cajones donde cada día y en secreto
guardamos nuestras manos
con las caricias que no dimos
ahí va
sin llamar la atención
de las bocas que la mienten
de los dedos que la acusan
ahí va
mirala
parece un sol gris
de esos que nacen en
los encierros malditos
cuando de pronto
sin explicación
alguien sabe que va a vivir
y otro alguien
que va a morir
y antes repite su nombre
como un mantra
en voz alta
para que lo sepan los que quedan
para que avisen cuando salgan
para que se graben
en las paredes
en las ropas desgarradas y ajenas
en los dedos que alcanza a rozar antes de partir
la memoria
busca dentro de las mentes
fuera de los despachos
es un
perro de caza
pájaro de un nido solo
luz en todos los abrazos
imagen de quienes recordaron
la comida caliente
la cama limpia
el aroma del jabón en el baño
los sonidos que nunca más volverán a escuchar
como el del tren que pasaba cerca de la casa
el programa de radio
la patada certera en la pelota de fútbol
el goteo de la canilla en la cocina
la risa de los hijos
el ladrido del perro en el patio
el mate con ruido para terminar
ella está
no importa de qué forma
ni de qué modo
la memoria está
valiente
deja flores sobre los escritorios
de la indiferencia
la memoria es
y es para decir
la voz de los amordazados
los nombres de las fotos en blanco y negro
la gravedad del alma
el peso inexistente
de la forma del adiós
el cuenco de agua vacío
para los labios rotos
la sed de los caminos
el aguijón de los cobardes
ahí va
no la persigas
dejala ir
ella sabe
confiá
pensá en qué harías vos
si dudaran de tu recorrido
dejala suelta
ella sabe
ya vas a ver
a veces se pondrá nuestras ropas
usará nuestros nombres
a veces se nos hará añicos el alma
ella sabe
dejala
ella sabe
ahí va
siempre está
regresa cuando la espantan
está
como están aquellos nombres
los mismos de las listas
que para ahuyentar al olvido
que cada quien arma
estamos envejeciendo
no hay que asustar a la memoria
el hilo de seda que nos sacará de este laberinto
mirala
ahí está
no la persigas
ella nunca se va
aunque la ninguneen
aunque te parezca que se está yendo
porque olvidaste para qué
abriste el cajón con esas fotos
la memoria va
aunque
como hoy
la veas redonda, perdida, solitaria, vacía
dejala
ella sabe
mirala
mirala ahora
ahí
ahí
fíjate cómo rompe cadenas
y se viene para acá
invitala a un café
dejala que te cuente
te va a hacer bien recordar
te juro
te va a hacer bien recordar
la memoria sabe
aunque la nieguen.