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Integrantes

Soribel Díaz BF3163

Diana Germán 100596075

Mabel Quiroz 100439471

Materia: Finac. Público

Tema: Desarrollo de la Escuela Clásica

Fecha: 26/02/2024
Qué genera riqueza en la economía y/o cual debe ser la orientación de
producción.

La economía genera riqueza a través de la producción, distribución y consumo de


bienes y servicios. La orientación de la producción de la escuela clásica se basa en
el principio de la especialización y la libre competencia.

Según la escuela clásica, la riqueza se genera a través del trabajo y la producción


de bienes y servicios que satisfacen las necesidades humanas. La orientación de
la producción debe estar guiada por la búsqueda de la eficiencia y la maximización
de la producción, sin intervención del gobierno en la economía.

Este enfoque busca fomentar la competencia y permitir que los mercados


determinen los precios y las cantidades producidas.

Trabajo como fuente de toda riqueza y valor.


Por ejemplo, Adam Smith comienza La riqueza de las naciones estableciendo
que «el trabajo anual de un país es el fondo que originalmente le proporciona
todas las cosas necesarias y convenientes para la vida y que anualmente
consume; y esas cosas son siempre ya sea el producto inmediato de ese trabajo,
o lo que es comprado en otros países con ese producto.

Desarrollo o progreso.
A partir de Turgot los procesos económicos son percibidos teniendo lugar en
tiempos históricos, lo que lleva a los clásicos a una concepción de
progreso evolutivo. Todos los clásicos avanzan teorías de etapas de desarrollo
económico social, las que generalmente, pero no siempre culminan en una
etapa de abundancia y bienestar general. Esas etapas a su vez pueden ser
subdivididas en momentos o estadios, el todo basado en la aplicación
(intencional o no) de leyes económicas.

Así, por ejemplo, en el esquema de Smith la progresiva división del trabajo está
estrechamente relacionada con otros dos fenómenos: la acumulación de capital
y la extensión gradual del mercado.
Enfoque impositivo de la escuela y cuáles impuestos promueven y cómo
deberían aplicarse.

La escuela clásica abogaba por un enfoque impositivo basado en la simplicidad y


la equidad. Según este enfoque, los impuestos deberían ser bajos, simples y
aplicados de manera equitativa a fin de no desincentivar la producción y el
trabajo. En general, la escuela clásica promovía impuestos indirectos como el
impuesto al consumo (como el IVA) y los aranceles sobre las importaciones, en
lugar de impuestos directos sobre la renta o la propiedad.

Además, la escuela clásica argumentaba que los impuestos deberían aplicarse de


manera uniforme para evitar distorsiones en la economía. Esto significa que
todos los individuos y empresas deberían pagar impuestos de la misma manera,
sin privilegios ni excepciones especiales.

Los clásicos creían que lasvariables "nominales" o monetarias y las "real" o físicas
pueden ser analizadas independientemente. Por ejemplo, se proponía que cosas
tales como el producto yganancia real pueden ser analizadas sin considerar a sus
contrapartidas nominales: el valor monetario de esa producción y la ganancia.
Uno de los efectos más importantes de esa asunción, especialmente a niveles
introductorios en la disciplina, es que permite simplificar el estudio de los
fenómenos económicos. La dicotomía puede ser definida como la tentativa de
explicar los fenómenos económicos exclusivamente en función de variables
económicas, excluyendo, entre otras, las variables monetarias, lo que lleva,
obviamente, a la búsqueda de factores que permitan explicar lo económico sin
referencia a tales aspectos "externos", incluyendo los monetarios.

Esto se ve claramente en la famosa Ley de Say, que parece sugerir que la única
función del dinero es servir como medio de cambio, pero no influencia
directamente ni la producción ni la demanda. Partiendo de la base que la
producción y venta de bienes solo adquieren su sentido cuando terminan en otra
compra, completando así una transacción económica, Say sugiere: «El dinero
cumple solo una función momentánea en ese doble cambio, y cuando la
transacción es finalmente concluida, siempre se encontrará que un tipo de
mercadería ha sido cambiada por otra».

Los clásicos, especialmente los tardíos, se dieron cuenta de que el dinero no es


neutral en ese sentido. Cambios en la cantidad de circulante afectan la tasa de
interés , lo que a su vez afecta la tasa de ganancia y, consecuentemente,
decisiones acerca de inversión y ahorro, lo que tiene efecto en la economía real.
Aun así, se esforzaron en mantener la dicotomía, buscando explicar el efecto del
dinero a través de otras variables, lo que produce una situación más bien confusa.
En las palabras de Stuart Mill:Todo lo anterior se expresa en dos áreas
problemáticas evidentes a través de toda la obra clásica: el problema del
dinero y el problema del valor.

Rol que debe tener el Estado en la economía según la escuela clásica

Durante la escuela clásica, se defendía un rol limitado del Estado en la economía.


Los economistas clásicos como Adam Smith y David Ricardo sostenían que el
Estado debía intervenir mínimamente en los asuntos económicos y dejar que las
fuerzas del mercado operaran libremente.

Según la visión de la escuela clásica, el Estado debería tener un papel limitado y


específico en áreas como la protección de los derechos de propiedad, la
seguridad nacional y la justicia. Esto significa que el Estado debería garantizar el
respeto de los contratos y la propiedad privada, así como proveer un marco legal
y regulador sólido para asegurar el funcionamiento eficiente del mercado.

Además, la escuela clásica abogaba por la no interferencia estatal en la


competencia y la libre empresa. Creían en la idea de "mano invisible" de Adam
Smith, según la cual, si se permite a los individuos seguir sus propios intereses
económicos, el resultado será una asignación eficiente de los recursos y el
bienestar general.

La teoría económica clásica o liberal se refiere a una escuela de pensamiento


económico cuyos principales exponentes son Adam Smith, Jean-Baptiste
Say y David Ricardo. Es considerada por muchos como la primera
escuela económica moderna. Unas de las teorías más importantes de Adam
Smith eran que la filosofía es naturalista "la ley natural es superior a la ley
humana" y que la economía está regida por una "mano invisible" en la cual, el
estado no debe de intervenir, y que los seres humanos actúan en su propio
interés: el hombre de negocios invierte para obtener beneficios, gracias a algunas
de sus aplicaciones a la filosofía social, de John Stuart Mill (1848).

Los economistas clásicos intentaron explicar el crecimiento y el desarrollo


económico. Elaboraron sus teorías acerca del “estado progresivo” de las naciones
en una época en la que el capitalismo se encontraba en pleno auge tras salir de
una sociedad feudal y en la que la revolución industrial provocaba enormes
cambios sociales.Los economistas clásicos reorientaron la economía, alejándose
del análisis previo que se centraba en los intereses personales del gobernante y/o
las clases gobernantes. El fisiócrata François Quesnay y Adam Smith, por ejemplo,
identificaron la riqueza de la nación con el producto nacional bruto, en lugar de
con la tesorería del rey o del estado. Smith veía este producto nacional como
derivado del trabajo aplicado a la tierra y al capital.
Rol del mercado según la economía

Según el pensamiento clásico, el Estado debía tener funciones limitadas y


principalmente garantizar la seguridad y la propiedad privada. Los economistas
clásicos, como Adam Smith, creían que el mercado debía ser libre y no intervenido
por el Estado, y que la economía se regularía automáticamente si las personas
actuaban en su propio interés. El Estado debía proporcionar servicios básicos
como la seguridad y la justicia, pero debería evitar intervenir en la economía.

La escuela fisiócrata también defendía un papel limitado del Estado en la


economía, pero con un enfoque diferente. Los fisiócratas creían que la riqueza de
un país dependía principalmente de la producción agrícola y que el Estado debía
promover la agricultura mediante políticas fiscales y de comercio favorables. A
diferencia de los economistas clásicos, los fisiócratas creían que el Estado debía
intervenir en la economía para promover la producción agrícola y la riqueza del
país

Además, se defendía la idea de la "mano invisible" de Adam Smith, que postulaba


que, aunque los individuos persigan sus propios intereses egoístas, el resultado
final sería beneficioso para la sociedad en su conjunto. La escuela clásica abogaba
por el laissez-faire, es decir, la no interferencia del Estado en la economía,
permitiendo que el mercado opere sin restricciones excesivas.

Principales autores y sus aportes

La escuela clásica de economía estuvo compuesta por varios autores destacados,


entre los que se incluyen Adam Smith, David Ricardo y John Stuart Mill. Cada uno
de estos economistas realizó importantes contribuciones a la teoría económica,
y sus ideas siguen siendo influyentes hasta el día de hoy.

Adam Smith es conocido como el padre de la economía moderna y es famoso por


su obra "La riqueza de las naciones". En este libro, Smith introdujo la idea de la
"mano invisible", que sostiene que los individuos persiguiendo sus propios
intereses egoístas en un mercado competitivo tienden a promover el bienestar
general de la sociedad. Además, Smith sentó las bases para la teoría de la división
del trabajo y la importancia de la libre competencia en el mercado.

David Ricardo es conocido por su teoría de la ventaja comparativa, que explica


cómo los países se benefician al especializarse en la producción de bienes en los
que tienen una ventaja relativa. Su trabajo influyó significativamente en la teoría
del comercio internacional y en la comprensión de los beneficios derivados de la
especialización y el intercambio.
John Stuart Mill, otro destacado economista de la escuela clásica, contribuyó con
sus ideas sobre utilidad y teoría del valor, así como con su enfoque en el análisis
del comportamiento de los consumidores y la distribución de la riqueza.

Estos tres autores, junto con otros economistas de la escuela clásica, sentaron las
bases de la teoría económica moderna al desarrollar conceptos fundamentales
como la libre competencia, la división del trabajo, la teoría del valor y la
importancia de la acumulación de capital para el crecimiento económico. Sus
contribuciones siguen siendo relevantes en el estudio de la economía actual.

La escuela clásica de economía considera a los individuos como actores racionales


que buscan maximizar su propio interés. Creen que los individuos toman
decisiones basadas en sus propias preferencias y que, en última instancia, estas
decisiones contribuyen al funcionamiento general de la economía. Los
economistas clásicos, como Adam Smith y David Ricardo, enfatizaron la
importancia de la libertad individual y el papel del interés propio en el impulso de
la actividad económica. Creían que cuando los individuos persiguen sus propios
intereses económicos, sin darse cuenta contribuyen a la riqueza y el bienestar de
la sociedad en su conjunto.

Cómo considera esta escuela al individuo en la economía.

La escuela clásica de economía generalmente aboga por una intervención


gubernamental limitada en la economía, incluido un gasto público limitado. Creen
que el papel del gobierno debería ser mínimo y que el gasto público debería
restringirse a funciones esenciales como la defensa nacional, la infraestructura y
la administración de justicia. Los economistas clásicos sostienen que el gasto
público excesivo puede generar ineficiencia, despilfarro y desplazamiento de la
inversión privada.

Enfatizan la importancia de los mercados libres y la iniciativa individual para


impulsar el crecimiento económico y la prosperidad. Esta perspectiva sobre el
gasto público ha influido en los debates sobre la política fiscal y el tamaño del
gobierno en la teoría económica moderna.

Enfoque del gasto público

Adam Smith, el gasto público es un consumo improductivo y, por tanto, ha de


limitarse a: primero, defender a la sociedad del ataque de otras sociedades
independientes; en segundo lugar, proteger a los ciudadanos de la injusticia o
violencia por parte de los restantes ciudadanos de la sociedad; en tercer lugar,
establecer y mantener las obras públicas e instituciones benéficas; y en cuarto
lugar, proporcionar los ingresos necesarios para mantener al soberano. De
acuerdo con Adam Smith, “el ingreso que debe sufragar no sólo los gastos de
defensa de la sociedad y de sostén de la dignidad del primer magistrado sino los
otros gastos necesarios del gobierno deben provenir, primero, de algún fondo
que pertenezca al soberano o al estado, y que es independiente del ingreso de la
población o, segundo, de los ingresos de la población”.
Además, Adam Smith condena los impuestos sobre el capital, porque son
impuestos más o menos antieconómicos que aumentan los ingresos del
soberano, el cual rara vez mantiene a nadie excepto a trabajadores
improductivos, a costa del capital del pueblo que, por el contrario, no mantiene
nunca a nadie que no sea productivo. Finalmente, para Adam Smith los principios
o máximas que deben de regir los impuestos son los de igualdad, certidumbre,
comodidad del pago y economía en la recaudación.

David Ricardo mantuvo la tesis, que a su vez tomó de Juan Bautista Say, de que
el mejor de los planes hacendísticos es el gastar poco, siendo el mejor de los
impuestos el menos oneroso, es decir, aquél que grave en menor cuantía al
contribuyente.

Thomas Malthus, por su lado, se aleja significativamente de la postura hasta


entonces mantenida por los otros representantes de la Escuela Clásica e,
iniciando la doctrina del “subconsumo”, considera que el gasto público es un
consumo efectivo que tiene un efecto positivo a la hora de estimular la
producción e incrementar la demanda y riqueza nacionales. Esta idea, que será
recogida por Keynes, es matizada por Malthus, en el sentido de que el límite de
la imposición se encuentra en la distribución existente de la renta, cuya alteración
habría de evitarse para no perjudicar la capacidad productiva.

John Stuart Mill, el fundamento de la carga tributaria se encuentra en el principio


constitucional de los estados democráticos modernos de la igualdad de todos los
ciudadanos ante la ley. Defiende el concepto de capacidad de pago, así como el
establecimiento de un mínimo de subsistencia que deberá estar exento de
imposición, sin que justifique de forma genérica, en ningún caso, la progresividad
impositiva.: “En primer lugar, los impuestos han de ser neutrales, no debiendo
afectar al desarrollo económico y además han de exigirse con la máxima certeza,
economicidad y comodidad; en segundo lugar, el presupuesto debe liquidarse de
forma equilibrada; y en tercer lugar, los gastos públicos deben repartirse con
justicia, entendiendo por justicia el hecho de que se adecuen a los principios del
beneficio y la capacidad de pago”.

Principales contribuciones de esta escuela a la economía, en especial a


las finanzas públicas.
La escuela clásica de economía ha realizado varias contribuciones significativas a
la teoría económica, especialmente en el ámbito de las finanzas públicas.

Algunas de las contribuciones más notables incluyen:

1. Teoría del valor y la distribución: Los economistas clásicos, como Adam Smith
y David Ricardo, desarrollaron teorías sobre el valor de los bienes y servicios, así
como sobre la distribución de la riqueza en la economía. Sus ideas sentaron las
bases para el análisis posterior de la distribución del ingreso y la riqueza.

2. Mano invisible: Adam Smith introdujo el concepto de la "mano invisible", que


sugiere que los individuos persiguiendo sus propios intereses en un mercado
competitivo tienden a promover el bienestar general de la sociedad, sin
necesidad de una intervención gubernamental directa.

3. Teoría del crecimiento económico: La escuela clásica también realizó


importantes contribuciones a la teoría del crecimiento económico, destacando la
importancia del ahorro, la inversión y la acumulación de capital en el desarrollo
económico a largo plazo.

En el ámbito de las finanzas públicas, los economistas clásicos abogaban por un


papel limitado del gobierno en la economía y enfatizaban la importancia de
mantener un equilibrio fiscal. Su enfoque se centraba en la minimización de los
impuestos y el gasto público para fomentar el crecimiento económico y prevenir
posibles distorsiones en los mercados.

Estas contribuciones han tenido un impacto duradero en la teoría económica y


continúan siendo relevantes para los debates contemporáneos sobre políticas
fiscales y financieras.

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